dia 5-interno conocimiento de mi pecado

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DÍA 5 DE EJERCICIOS ESPIRITUALES SAN IGNACIO DE LOYOLA.

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  • Da 5: Interno conocimiento de mi pecadohttp://radiomaria.org.ar/_audios/18463.mp3

    24/02/2015 Hoy vamos a detenernos a pedirle al Seor que nos revele lo que hay en lo profundo denuestro corazn. Es importante tener en cuenta que slo Dios puede revelar el pecado a cada uno.Por eso tenemos como peticin el pedir el conocimiento interno de mis pecados, descubrir qu eslo que hay en lo ms profundo de nuestro corazn, qu hay detrs de mis actitudes, de misbsquedas, qu pueda experimentar el desorden de mis obras. Estas cosas que me hacen vivir lavida sin tener en cuenta la voluntad de Dios le llamamos afectos desordenados.

    En el ejercicio de hoy vamos a pedir la gracia de la enmienda, de volver a empezar, denacer de nuevo como Jess invita a Nicodemo. Podemos decir que stas meditaciones sobreel propio pecado tienen como fin poder entablar con el Seor un dilogo de misericordia.ste es un momento importante dentro de los ejercicios, por eso San Ignacio recomiendaque terminemos cada espacio de oracin con un coloquio de misericordia en donde pidaconocimiento de mis pecados, conocer cmo me quita libertad, y no me deja ser feliz quesienta lo que tengo que cambiar para ordenar la vida.

    El peor pecado del hombre siempre es la ingratitud. Todo pecado es una respuesta ingrata a unamor que hemos recibido San Ignacio

    Radio Mara Arg (@RadioMariaArg) febrero 24, 2015

    Le pedimos al Seor que pase por sus manos nuestro corazn, que lo cambie, que l lo acaricie,lo cure P. Rossi sj

  • Radio Mara Arg (@RadioMariaArg) febrero 24, 2015

    Le pedimos al Seor que ste corazn de piedra en el roce de su mano se vuelva, de a poco, uncorazn de carne P. Rossi sj

    Radio Mara Arg (@RadioMariaArg) febrero 24, 2015

    Seor que veaNos dice el P. ngel Rossi que la peticin ms justa para ste da al rezar es aquello que lepide el ciego de nacimiento en Marcos 10,51 Seor,que vea es decir que sea Dios quienme muestre cul es mi pecado o cul es aquella dimensin que necesita ser cambiada. Quel muestres de mi vida las actitudes, gestos, palabras que lastima a l y a nuestroshermanos.

    El poder ver el propio pecado es revelacin de Dios, slo l lo muestra a la persona. Noest en nosotros, lo ms que est en nosotros es pedirle humildemente perdn. Nosotrosleemos, examinamos, y al hacerlo le vamos pidiendo al Seor que l sea el que nos vayamostrando aquello que l quiere que cambie. No significa cambiar todo, sino aquello que elSeor quiere en ste tiempo de mi corazn.

    San Ignacio, hace pedir una gracia en estos das al revisar el corazn: de tratar de ver yponerle nombre a nuestros pecados. Ignacio no espera que hagamos una lista, sino queesta gracia que l llama de crecido e intenso dolor de mis pecados es decir, poder sentirel dolor y el desorden de mis pecados, y lo que provoca poder conocerlo y experimentarste desorden para poder aborrecerlo, para poder luchar contra l.

    La gracia, dice el P. ngel Rossi, sera que Dios me haga sentir el dolor de mis pecados, para lo cuala veces no hace falta todos los pecados, sino alguno o algunos de ellos que tocan al corazn stedolor. No es un dolor torturante que hace dao, es un dolor purificador. Es la diferencia entre elarrepentimiento y el remordimiento: el primero buscamos arrepentirnos y generar un cambio,mientras el remordimiento no es de Dios, es del mal Espritu. San Ignacio dice que el malEspritu muerde y entristece al alma. Se puede revisar el pecado de dos modos: ponerlenombre con una inmensa esperanza y con sentido de misericordia que a la vez convive conun intenso dolor del pecado, junto a una experiencia interior de que el Seor me estrescatando. Es por un lado una experiencia dolorosa y a la vez una experiencia que purifica, noslibera y nos hace bien. El mal espritu en cambio la muerde al alma, la llena de remordimiento.

    San Ignacio invita a revisar los lugares donde he vivido. El pecado no es un comportamiento aislado,tiene una estructura y un ambiente que lo posibilita. El pecado es la accin libre del hombre encontra del proyecto de Dios, que le hace dao a l mismo y a los dems, y por eso afecta al deseo deDios que quiere nuestro propio bien y el de los otros. El pecado es relacional.

  • Desde donde pararme para ver mi propio pecado? se pregunta el P. ngel Rossi a lo quecontesta: quizas nos haga bien, imaginarnos frente a alguien a quien queremos muchosuna persona humana, un amigo, nuestro padre, nuestra abuela, alguien a quien uno noquisiera de ninguna manera fallarle. El pecado es eso, fallarle a aquellos que msqueremos. Lo que buscamos con el ejercicio no es tanto la gravedad del pecado sino stedolor de la ingratitud.

    San Ignacio que fue un hombre fue un hombre dado a las vanidades del mundo, conoci el pecado ysin embargo ya grande y convertido va a decir que el peor pecado del hombre es la ingratitud.Todo pecado ms grave o menos grave siempre es un gesto de ingratitud, es una respuesta ingrata aun amor que hemos recibido antes y que le respondemos de un modo mezquino o traicionero. Esedolor de la traicin al amigo que queremos, a nuestros padres o abuelos, lo ponemos frente al Seoren la cruz, reconocemos que est all por m. Desde ah, frente a l, revisamos con mucha humildady desde su misericordia nuestro propio pecado.

    No se trata de hacer un psicoanlisis sino que nos pongamos ante el espejo de la cruz y laPalabra de Dios para que nos ilumine por dentro. Hoy pedimos a Dios que nos cambie elcorazn, un don que slo l puede darlo, por lo que se lo pedimos insistentemente. No escuestin de voluntarismo sino de gracia, y las gracias hay que pedirlas.

    Lecturas para rezar- Ezequiel 36,26: Les dar un corazn nuevo y pondr dentro de ustedes un Espritu nuevo,quitar de su carne ese corazn de piedra y les dar un corazn de carne. Le pedimos al Seorque pase por sus manos nuestro corazn, que lo cambie en el sentido que l lo acaricie, locure y este corazn de piedra en el roce de su mano se vuelva, de a poco, un corazn decarne. Cada uno sabr qu parte del corazn se ha vuelto piedra. Pedirle al Seorhumildemente Seor cambiame el corazn y dejarme responder por l con este texto de

  • Ezequiel y hacerlo propio.

    Nos dice el sacerdote jesuita, que como manera de examinar el alma podemos preguntarnos qusignifica en m el corazn de piedra, o qu lugares de mi corazn estn endurecidos. Algunos lugaresson luminosos y llenos de vida otros oscuros y fros; algunos solitarios, otros poblados de rostros ycario.

    Basndose en Albizu, el P. Rossi reflexiona:

    Quit de m el corazn cerrado, un corazn que pone llave a lo que pasa dentro con el pretexto deque slo l entiende lo que le pasa y nadie ms

    Quit de m el corazn enredado que vive dando vueltas sobre s mismo

    Quit de m el corazn lleno de espinas que vive siempre a la defensiva

    Quit de m el corazn guardado, un corazn sin uso que no se termina de entregar que se vivecuidando de tener afectos, de solidarizarse, de amar de ms y de ser amado de menos. Un coraznguardado a veces para una supuesta ocasin que nunca llega, un corazn enamorado de s mismo

    Quit de m el corazn vctima que considera que todos lo han herido, que no le queda sinoestarse slo con l, todos le estn en deuda

    Quit de m el corazn empachado de s mismo que harta a los dems hablando de s, o a vecesun corazn inalcanzable que siempre todos tienen que ir hacia l y nunca baja a los dems. Uncorazn narciso que se pasa la vida contemplndose a s mismo, eglatra, autosuficiente quenecesita de los dems para sentirse admirado. De los otros ama sus aplausos no a la persona, ama alos que piensen bien de l

    Quit de m el corazn dividido, disperso, desordenado, desprovisto de la capacidad de elegirAc entra la sensualidad, lo que entra por los sentidos, la calle, la televisin, internet, esto que haceque el corazn est esclavo, que ha asentado la vida en la arena movediza de la dispersin, que poresto mismo est descentrado que le falta el hogar interior. Un corazn que se ha vuelto ciego

    Quit de m el corazn implacable, inmisericorde, que no se perdona nada, que vive a presin,que no sabe disfrutar. Un corazn caro que vive persiguiendo un ideal que es inalcanzable, vivefrustrndos porque no tiene la humildad de reconocer que no todo lo puede

    Quit de m el corazn enfermo de apariencia, abrumado de la necesidad de contentar a losotros, un corazn enfermo de tener que y no poder disfrutar

    Quit de m un corazn atrincherado en su capilla interior, demasiado ocupado en la propiasantidad, un corazn que ama a la humanidad pero no soporta a los hombres

    Quit de m el corazn de piedra

  • - Apoc 2 y 3 Aqu Dios se dirige a 7 iglesias:feso (Apocalipsis 2:1-7) la iglesia que haba abandonado su primer amor (2:04). Conozco tuconducta: tus fatigas y paciencia; y que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba alos que se llaman apstoles sin serlo y descubriste su engao. Tienes paciencia: y has sufrido por minombre sin desfallecer. Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes

    Esmirna (Apocalipsis 2:8-11) la iglesia que sufre persecucin (02:10). No temas por lo que vasa sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la crcel para que seis tentados, y sufririsuna tribulacin de diez das. Mantnte fiel hasta la muerte y te dar la corona de la vida

    Prgamo (Apocalipsis 2:12-17) la iglesia que necesitaba arrepentirse (2:16).

    Tiatira (Apocalipsis 2:18-29) la iglesia que tena una falsa profetisa (02:20).Sardis (Apocalipsis 3:1-6) la iglesia que se haba quedado dormida (03:02). Acurdate, portanto, de cmo recibiste y oste mi Palabra: gurdala y arrepintete. Porque, si no ests en vela,vendr como ladrn, y no sabrs a qu hora vendr sobre tiFiladelfia (Apocalipsis 3:7-13) la iglesia que haba esperado con paciencia (3:10). Vengopronto; mantn con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate tu coronaLaodicea (Apocalipsis 3:14-22) la iglesia que estaba tibia e inspida (a Dios) (03:16). Conozcotu conducta: no eres ni fro ni caliente. Ojal fueras fro o caliente! () Yo a los que amo, losreprendo y corrijo. S, pues, ferviente y arrepintete. Mira que estoy a la puerta y llamo; si algunooye mi voz y me abre la puerta, entrar en su casa y cenar con l y l conmigo

  • Plegaria del perdonado (Norberto Alcover S.J)

    La mas honda experiencia humana es la experiencia del amor.La supera a todas porque es mas decisiva, mas autentica y mas profunda.

    Dentro del universo del amor Senor, aparece tu perdn como aquel amor que todo lo supera, porqueva mas lejos que nadie ni que nada. Tu Palabra es el cntico a ese Perdn y la Parbola del hijo

    Prodigo es su plenitud.Ahora soy yo ese hijo prodigo del Evangelio, soy yo quien reconoce que ha huido de tu casa,

    soy yo quien ha experimentado su frustracin, soy yo el agobiado por el hambre depaternidad.

    Y digo que voy a volver, y digo que si, vuelvo a Ti sabedor de la urgencia del camino y de lafacilidad de recorrerlo porque al final te encuentro a Ti, mi Dios del Perdn y del Amor.

    Cuantas veces no me has abrazado cuando volva a ti?Cuantas veces no me has besado cuando me acercaba a ti?

    Cuantas veces no me ha desbordado tu ternura cuando caa en tus brazos?En lo mas hondo del pecado descubro siempre la mayor hondura de tu perdn que es amor,

    de un amor que se hace perdn. Tomame pues con tus brazos de Padre, visteme de lavestidura de tu Gracia que es Jesucristo siempre vivo y prepara el banquete de la Eucarista

  • para que coma y beba perdn, salvacin y Amor. Ya estoy cansado de vergonzosas huidas,quiero recuperar la experiencia de tu persona, de tu cercana, de tu forma de vida.

    Sabiendo que si tu me perdonas tambin tendr yo que perdonar a los dems, confiandoque no me rechazas.

    Acepto tu perdn sin medida: setenta veces siete y con toda la alegra de mi corazn.Padre mo que estas en la Gloria, gracias por ser para mi el padre amante del hijo prodigo.