desvío hacia el rojo

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DESVÍO HACIA EL ROJO No se si es cuestión de mala conciencia o de mentira institucionalizada, pero lo cierto es que siempre que se aproximan las elecciones se produce un efecto Doppler en las intenciones que, como estrellas fugaces, irradian algunos partidos. Efecto físico que sin embargo se produce en sentido contrario al que Hubble señaló para la deriva cósmica de las galaxias, porque así como estas masas de materia (francamente inhumanas) desvían el espectro de su luz hacia el rojo cuando se alejan de nosotros en el espacio, y hacia el azul cuando se aproximan, algunos partidos políticos (una suerte de estrellas enanas de mortecina luz) desvían sus buenas intenciones hacia el rojo cuando se aproximan las citas electorales, y hacia un celeste “no me acuerdo” cuando conseguido el voto se pierden en el horizonte, hasta cuatro años después. Es el mismo fenómeno, pero al revés. Esa mala conciencia de algunos de nuestros candidatos, que se traduce en un notable corrimiento del espectro ideológico en los estrechos márgenes temporales de las convocatorias electorales, debería ser tema de profundo interés para los politólogos, pues sin necesidad de tener conocimientos profundos de espectrometría física y galáctica, parece indicar un evidente desplazamiento de la democracia al uso, hacia las longitudes de onda de la farsa. La conclusión obligada sería que ese desvío del espectro político y programático hacia tonos más calidos en la proximidad de las urnas, implica que la mentira política como el cosmos, se expande, y la democracia al igual que las estrellas, poco a poco pero cada vez más deprisa, se aleja de nosotros. Retrospectivamente y merced a esa deriva, podemos deducir que algo o todo ha estallado. Es por otra parte, la constatación empírica, expresada en magnitudes y tonos de color, de una suerte de efecto

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DESVO HACIA EL ROJO

DESVO HACIA EL ROJO

No se si es cuestin de mala conciencia o de mentira institucionalizada, pero lo cierto es que siempre que se aproximan las elecciones se produce un efecto Doppler en las intenciones que, como estrellas fugaces, irradian algunos partidos.

Efecto fsico que sin embargo se produce en sentido contrario al que Hubble seal para la deriva csmica de las galaxias, porque as como estas masas de materia (francamente inhumanas) desvan el espectro de su luz hacia el rojo cuando se alejan de nosotros en el espacio, y hacia el azul cuando se aproximan, algunos partidos polticos (una suerte de estrellas enanas de mortecina luz) desvan sus buenas intenciones hacia el rojo cuando se aproximan las citas electorales, y hacia un celeste no me acuerdo cuando conseguido el voto se pierden en el horizonte, hasta cuatro aos despus. Es el mismo fenmeno, pero al revs.

Esa mala conciencia de algunos de nuestros candidatos, que se traduce en un notable corrimiento del espectro ideolgico en los estrechos mrgenes temporales de las convocatorias electorales, debera ser tema de profundo inters para los politlogos, pues sin necesidad de tener conocimientos profundos de espectrometra fsica y galctica, parece indicar un evidente desplazamiento de la democracia al uso, hacia las longitudes de onda de la farsa.

La conclusin obligada sera que ese desvo del espectro poltico y programtico hacia tonos ms calidos en la proximidad de las urnas, implica que la mentira poltica como el cosmos, se expande, y la democracia al igual que las estrellas, poco a poco pero cada vez ms deprisa, se aleja de nosotros.

Retrospectivamente y merced a esa deriva, podemos deducir que algo o todo ha estallado.

Es por otra parte, la constatacin emprica, expresada en magnitudes y tonos de color, de una suerte de efecto Moliere que convierte en Tartufos a muchos de nuestros padres de la patria, y eriza los puos progresistas y enerva los himnos marciales de los que, fuera de las citas electorales, frecuentan las puertas giratorias de los convenios chorizos o viajan mucho a Suiza asidos de un maletn.

All es donde suelen coincidir con otros colegas de Bruselas y se toman un caf intercambiando Lobbys.

Que cada cual le ponga siglas a esta pobre descripcin de la hipocresa alternante.

Vaya por delante que criticar a algunos partidos polticos que son una birria y una panda de amigos organizada para el saqueo, no equivale a criticar la democracia. Ni mucho menos.

Cuando contemplativos y hierticos al borde del camino, vemos la vida poltica y el trfico pasar con el mismo mpetu con que huyen las estrellas, observamos que el ruido de los blidos que se aproximan se torna cada vez ms agudo, y el de los vehculos que se alejan, se vuelve cada vez ms grave. Una suerte de frontera cromtica semejante a la que en la madurez de la vida tie con distintos tonos de color los das que se fueron y los que presuntamente quedan.

Donde digo blido ponga usted candidato.

En el primer caso, las ondas del sonido se apelmazan y juntan, de manera que su longitud de onda se hace mas corta, y en el segundo las ondas se dispersan o se distancian, y su longitud de onda se vuelve ms larga. En eso consiste el efecto Doppler.

Pues algo parecido ocurre con las promesas y propuestas electorales de algunos, que acercndose a donde estamos con el voto y la banderita en la mano, llenos de ilusin renovada, se vuelven progresistas y casi socialdemcratas, y superado el mal trago, se tornan un corte de mangas tecncrata made in el bipartidismo neoliberal de marras.

Las promesas que se acercan son agudas y brillantes, fraternales y humanas, y las realidades que se alejan son sombras y graves, pragmticas y despticas.

Obvio es que sus intereses (los del bipartidismo) no son los nuestros, y solo coinciden fugazmente durante las citas electorales. Democracia fugaz, democracia en fuga.

Este efecto Doppler de la fsica poltica, aplicado al mbito nacional y en modo de metfora, tuvo ya una parodia genial y proftica en Bienvenido Mister Marshall, de nuestro bien humorado Berlanga.

Rpidos como un suspiro, fugaces como las promesas de enmienda a la totalidad del destrozo, los americanos de mister Marshall (al igual que nuestros representantes), pasan raudos por nuestro pueblo inocente, y se alejan entre nubes de polvo dejndonos con un palmo de narices y un par de estornudos que nos limpian los mocos.

Si te he visto, no me acuerdo.