Desánimo (III) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Cuarto Servicio Guatemala, 14 de mayo del Año De La Revelación

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Es interesante que Dios se ha reservado muchas cosas para el tiempo que estamos viviendo, el tiempo escatológico, del tiempo final que ha venido a alcanzarnos; ¿qué pueden ser esas cosas?, recordemos que Dios ha venido a libertarnos, eso involucra el hecho de ser libres de las enfermedades más modernas descubiertas por la humanidad o quizá no es que la haya descubierto, sino que han venido a padecer en este tiempo; por lo tanto Dios está enviando libertad para las enfermedades que están surgiendo para que no haya pérdida de atención de lo que Dios nos habla y que lo pongamos por obra, para que las enfermedades no nos desanimen. Obviamente que las armas que la humanidad ha utilizado en cada guerra, han sido más y más sofisticadas con efectos colaterales que quizá no lo consideraron porque no les importó o lo consideraron y el efecto de muchas cosas que la gente está padeciendo hoy, es producto de muchas cosas que vemos alrededor del mundo. Veamos entonces algunos versículos que fueron escritos como escatológicos hace muchos años para un futuro que finalmente nos ha alcanzado: Lucas 21:25 (LBA) Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas… Esto es lo que se ve en los noticieros internacionales como producto del cumplimiento de la palabra de Dios para el tiempo que hoy vivimos. Ahora bien, de acuerdo a lo que hemos venido enseñando, una de las enfermedades que estamos viendo es la angustia en la vida integral de la humanidad, pero lo que nos debe interesar es el efecto espiritual, porque esto viene a privarnos que seamos fructíferos como Iglesia del Señor Jesucristo porque en alguna forma puede provocarnos desánimo, amargura, desfallecimiento para quedarnos a medio camino. Lucas 21:26 (LBA) …desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas. Notemos que este versículo fue escatológico, sin embargo aun en este tiempo la gente ve un futuro muy cercano, hoy aun no lo estamos viviendo, pero hay una advertencia de lo que pronto viene porque puede temblar la Tierra; sin embargo cuando dice que los cielos también temblarán; nos deja en qué pensar porque es una situación que jamás se ha visto. Lucas 21:27-28 (LBA) Y entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN UNA NUBE con poder y gran gloria. 28 Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención. Ya dijimos entonces que la enfermedad que está casi de moda es la angustia, el desfallecimiento y otras más; pero el punto aquí es que todo aquello, es lo que viene para las etnias y no para la Iglesia, sin embargo para nosotros dice que debemos levantarnos porque el desánimo y la angustia puede hacernos que desfallezcamos en el camino, pero es entonces cuando debemos levantar la cabeza porque nuestra salida de la Tierra está aun más cercana. Pero ¿cómo puede ser el hecho que alguien vaya a erguirse y levantar la cabeza, si alguien puede ser que sea guardia nacional de aquellos que tienen su cabeza bien levantada? Entonces erguirnos tiene que ser el hecho que dejemos el desánimo de nuestra alma y que cobremos fuerzas en el nombre de Jesús

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porque si El nos ha prometido que no moriremos, solamente debemos creer a Su palabra y veremos cosas extraordinarias que ojo no vio, ni oído oyó. Lamentablemente hoy la Iglesia de Cristo tenemos un problema del cual la única forma de librarnos es llenándonos del Espíritu Santo todos los días, de otra forma terminaremos siendo presas fáciles en las manos del diablo pero ese no es el deseo de Dios, sino que seamos fortalecidos para seguir nuestro camino en la Tierra mientras se llega el momento del arrebatamiento, pero esperando ese momento con alegría y gozo de corazón sabiendo que pronto nos encontraremos con El en las nubes. Pero entonces no debemos buscar a Dios o estar siempre en la Iglesia por miedo al mundo, sino que debemos congregarnos para buscar el rostro del Señor por amor; quiza ese sea el problema que tiene la Iglesia, que seamos extremistas y que pretendiendo ser espirituales, terminemos siendo religiosos que no salgamos de la Iglesia pero por miedo. Precisamente es el miedo otra de las enfermedades del final de los tiempos, tan terrible que viene a provocar que no seamos productivos, porque provoca miedo a fallar o que las cosas no se presten a la forma en que deben funcionar y que cuando hagamos un trabajo alguien venga a señalarnos que por culpa nuestra, quizá la construcción de una casa; de pronto se derrumbe por cualquier otra cosa, menos porque nosotros la construimos, sin embargo nos involucran en esa construcción y nos podría traer consecuencias muy lamentables; pero entonces el punto es que por miedo precisamente a eso que se puede dar lugar, nos convertimos en personas no productivas. Por eso, como lo vimos en la primera y segunda parte de esta enseñanza, desánimo significa:

• Estar sin fuerza para seguir adelante; de lo cual como ya lo vimos, las diferentes circunstancias que pueda tornarse a nuestro alrededor, vengan a intimidarnos y nos quieran dejar sin fuerzas para seguir adelante. Pero en realidad en el nombre de Jesús renunciamos a toda intimidación de las tinieblas y tomamos las fuerzas del Señor a nuestra vida.

• Falta de ilusión o ánimo hacia alguien o para hacer algo, esto lo podemos ver cuando

tenemos proyectos por realizar y el enemigo ha puesto la falta de ánimo para llevarlos a cabo, ante lo cual debemos igualmente renunciar a toda negatividad en nuestra alma para levantarnos en el nombre de Jesús y continuar siendo productivos porque si somos hijos de Dios, debemos seguir trabajando en Su obra como gente productiva y que de esa manera podamos bendecir a otros.

Veamos otro versículo entonces: Santiago 5:8 (BLA) Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca. Este es un versículo clave para no desanimarnos porque el hecho de tener la convicción que el Señor viene pronto, debe ser más que suficiente razón para estar animados y esperándolo con

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todo el amor de nuestro corazón porque las promesas del Señor son mayores que cualquier amenaza que el enemigo pretenda hacernos creer. Preparémonos porque el tiempo ha llegado y muy pronto le veremos esperándonos en las nubes cuando seamos llevados en el arrebatamiento.