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DESCUIDOS INTENCIONALES Hola paso a contarles que mi nombre es marcelo me encuentro alojado en la unidad en el cual un grupo de internos decidimos pasar o contarles algunas co- sas como que nos encontramos en este lugar, pero tratamos de pensar en Hacer las cosas bien para volver a la sociedad. La revista del Pabellón 5 de la Unidad nº 24 de Florencio Varela - AÑO 1 - Nº 1 - JUNIO DE 2014 Hola… en realidad no sé cómo empezar, hoy gracias a profesores tenemos la opor- tunidad de poder expresarnos a través de esta humilde revista “Expresión libre” donde todos tenemos el derecho de expresar lo que uno vive en esta situación y tomamos la decisión de opinar sobre las nuevas leyes. Hoy muchos jueces se encuentran en un debate para encontrarle una solución a todo problema llamado Inseguridad. Quizás para la política y ciudadanos está mejor seguir inventando cárceles, digo inventando porque el inventar les es fácil. Hoy inventan cárceles, me pregunto qué será lo que vendrá después. En realidad a lo que voy es quién se ocupa de nosotros. Hoy estamos en este lugar llamada cárcel donde muchos piensan que estando acá nos vamos a reinsertar en la sociedad. En este momento diría yo cómo puedo reinsertarme en la sociedad si no tengo una ayuda de nadie como por ejemplo ya llevando cuatro años y nueves meses de detención con una pena de nueve años na- die sabe que ya estoy para un beneficio … las leyes se renuevan, quién las cumple. Necesi- tamos algo mejor, que estos nuevos renuevos no solo sirvan para los de afuera si no para todos necesitamos que alguien nos ayude a poder cambiar de vida y que la sociedad pueda entender y comprender que haciendo cárceles no es la solución. Cada uno de nosotros reconocemos nuestros errores, pagamos por el daño que hicimos, pero no tenemos la oportunidad de cumplir nuestros sueños de formar una familia y vivir una vida digna, sólo vivimos con las esperanzas de que todo va a cambiar, por eso mi manera de ver las cosas es que sería bueno que si las leyes se renuevan que hagan algo mejor, como fuentes de trabajo que cuando cada detenido recupere su libertad pueda ver las cosas de otra manera y toman- do la responsabilidad de empezar una nueva vida, que lo renuevo sea renuevo para todos. Gracias a los lectores que se encuentran leyendo cada una de nuestras expresiones, con sus ayudas podemos empezar a vivir un nuevo futuro. Una libre expresión es la que toda persona qui- ere tener al momento de su opinión, por eso este grupo de al menos veinte personas más profesores, directivos de la educación y auto- ridades, es lo que quer- emos tener hacia todo

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DESCUIDOS INTENCIONALES

Hola paso a contarles que mi nombre es marcelo me encuentro alojado en la unidad en el cual un grupo de internos decidimos pasar o contarles algunas co-sas como que nos encontramos en este lugar, pero tratamos de pensar en Hacer las cosas bien para volver a la sociedad.

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Hola… en realidad no sé cómo empezar, hoy gracias a profesores tenemos la opor-tunidad de poder expresarnos a través de esta humilde revista “Expresión libre” donde todos tenemos el derecho de expresar lo que uno vive en esta situación y tomamos la decisión de opinar sobre las nuevas leyes. Hoy muchos jueces se encuentran en un debate para encontrarle una solución a todo problema llamado Inseguridad. Quizás para la política y ciudadanos está mejor seguir inventando cárceles, digo inventando porque el inventar les es fácil. Hoy inventan cárceles, me pregunto qué será lo que vendrá después. En realidad a lo que voy es quién se ocupa de nosotros. Hoy estamos en este lugar llamada cárcel donde muchos piensan que estando acá nos vamos a reinsertar en la sociedad. En este momento diría yo cómo puedo reinsertarme en la sociedad si no tengo una ayuda de nadie como por ejemplo ya llevando cuatro años y nueves meses de detención con una pena de nueve años na-die sabe que ya estoy para un beneficio … las

leyes se renuevan, quién las cumple. Necesi-tamos algo mejor, que estos nuevos renuevos no solo sirvan para los de afuera si no para todos necesitamos que alguien nos ayude a poder cambiar de vida y que la sociedad pueda entender y comprender que haciendo cárceles no es la solución.Cada uno de nosotros reconocemos nuestros errores, pagamos por el daño que hicimos, pero no tenemos la oportunidad de cumplir nuestros sueños de formar una familia y vivir una vida digna, sólo vivimos con las esperanzas de que todo va a cambiar, por eso mi manera de ver las cosas es que sería bueno que si las leyes se renuevan que hagan algo mejor, como fuentes de trabajo que cuando cada detenido recupere su libertad pueda ver las cosas de otra manera y toman-do la responsabilidad de empezar una nueva vida, que lo renuevo sea renuevo para todos.Gracias a los lectores que se encuentran leyendo cada una de nuestras expresiones, con sus ayudas podemos empezar a vivir un nuevo futuro.

Una libre expresión es la que toda persona qui-ere tener al momento de su opinión, por eso este grupo de al menos veinte personas más profesores, directivos de la educación y auto-ridades, es lo que quer-emos tener hacia todo

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Hoy jueves santo la población del pabellón 5 desayunó con la noticia de que un compañero de nuestro pabellón y también integrante del Proyecto Escuela que venimos haciendo dentro del mismo pabellón, murió por causas naturales “dicen”. Yo en estas cortas letras quería describirlo tal como era, un muchacho totalmente saludable. Corría todas las mañanas, hacía deporte casi todas los días, no se drogaba con ningún tipo de droga y lo aseguro y lo asegu-ran los que lo conocieron, no fumaba, era totalmente sano como decimos nosotros ¡corte mal!Estuvo una semana pidiendo sanidad por un fuerte dolor en el estómago. Los profesionales que trabajan en la unidad le decían que no tenía nada, que sólo eran dolores comunes y lo mandaban de vuelta al pabellón, todo retorcido; siguió insistiendo con ir a sanidad y logró que lo saquen de la Unidad para llevarlo al hospital Mi Pueblo donde dicen que tenía apendicitis y se le explotó y esa sería la causa de su muerte. O sea que si en los primeros días lo atendían cuando él iba retorcido de dolor hoy estaría con nosotros o en una sala de espera, recuperándose para que le den el alta y volver a la unidad y a este pabellón de origen.

Hoy quiero recordarlo como ayer, ese pibe sano que esperaba que abran el patio para salir a cor-rer un rato. Dios bendiga a su familia y calme su dolor. Nosotros sus compañeros desde acá le mandamos un fuerte pésame. Y a las autori-dades de Derechos Humanos decirles que este no es un hecho más sino que es un caso más de lo mismo. Derechos inútiles, así los llamo.

El día a día…Hoy lunes 5 de mayo empezamos la mañana desayunando con un grupo de amigos, otros fueron a visita, otros a la facu (asi le deci-mos jaja). Se preparan temprano desayunan y salen para el colegio, la facu, mientras un par de pibes ordenan el pabellón limpiando juntando un poquito de cada uno para una buena convivencia ya que de horas tempranas empezamos a baldear para una buena higiene y todo quede perfumadito. También tenemos un grupo de amigos que se preocupan por el atender a cada familia que ingre-sa a la unidad, la visita de lunes a lunes. Los internos q trabajan en ese sector se ocupan de brindarles la atención de ofrecerles el agua caliente, se encargan de la preparación de la comida ya que muchos estamos satisfechos por el sistema ya que entra todo tipo de mercadería y nos dan la posibilidad de darnos unos gustos con nuestros seres queridos. También tenemos en otro sector otros compañeros que se encuentran trabajando en encuentros que muchos la llamamos la visita higiene, ellos se encargan de manten-er el orden y la higiene de cada habitación, no sólo de la higiene sino también de todo lo que sea el mantenimiento estructural ( o sea pintura , reparaciones de todo tipo ), ya que hay distintos in-ternos que tienen varios oficios. Otros se encargan de la distribu-ción de los alimentos especiales para cada caso en especial , como carnicería, verdulería , panadería. Por darnos la oportunidad de poder tener nuestras mentes aparta-das de los problemas personales de cada uno, ya que también nos ayuda a poder reinsertarnos en la sociedad, gracias a profesores directivos.

¿Derechos inútiles?

DOMINGOUna libre expresión es la que toda persona quiere tener al momento de su opinión, por eso este grupo de al menos veinte personas más pro-fesores, directivos de la educación y autoridades, es lo que queremos tener hacia todo lector de este diario, que podemos tener nosotros desde este lugar.

Por eso hoy domingo estamos reunidos con el grupo de pibes de diferentes edades e historias de vida, contando, y comentando las cosas del día ya que hoy domingo, es un día muy especial para no-sotros como muchos decimos es navidad porque nos encontramos con nuestros seres queridos com-partiendo las comidas más ricas y entre risas y llantos terminamos un día hermoso.

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A mediados del año 2003, mientras transcurría mi última etapa de ,mi primer condena a lo largo del cual ya llevaba recorrido más de diez unidades penitenciarias, me pasaron muchas cosas. A cada unidad que ingresaba, se me iban sumando experiencias, tanto buenas como también malas, pero lo que voy a pasar a contar fue distinta a todas, una experiencia donde los mitos y las leyendas pasaron a ser una realidad.Esta vez me encontraba en Mercedes, la unidad nº 5, una de las cárceles más viejas, con más de cien años de antigüedad, como también de las más peligrosas.-¡Vas para Olmos Chico!-¡Cuidáte mucho, Negrito! –me decían los pibes del pabellón luego de que el oficial me informara mi destino.Equivocados no estuvieron, uve que cuidarme mucho, y sí, era Olmos Chico.Todo comenzó la segunda noche, había discutido con la que era mi mu-jer en aquel entonces y no conseguía dormir, y entre dormido escuché el candado golpear contra la puerta. De un salto quedé parado al lado de la cama, lo primero que se me cruzó por la cabeza en ese momento fue que me sacaban otra vez de traslado. Me acerqué al pasaplatos, miré, pero no había nadie en la puerta. Entonces agarré el espejo y miré con él hacia las rejas de adelante. Tampoco había nadie y el candado estaba puesto, o sea que no había ingresado nadie de afuera.Sin darle mucha importancia, di media vuelta y caminé hacia la cama y volví a escuchar el candado golpear contra la puerta. Giré rápidamente , me acerqué otra vez, pero no había nadie.Lo primero que deduje fue que el viento no podía haber sido y me di cuenta de que algo fuera de lo normal estaba ocurriendo. Era más que obvio, no había nadie y el viento no era suficiente como para hacer mov-er los candados gigantes.Momento de miedo. Me iré a la cama y me tapé hasta la cabeza; por unos minutos no se escuchó nada, pero cuando me descubrí la cabeza, vi una sombra cruzar hacia delante del pabellón, en donde se encontraban de un lado los baños y el piletón para lavar, y del otro lado, las duchas.A los pocos segundos, se escuchó que salía agua de las canillas del piletón, se abrían y cerraban, como si alguien estuviese ahí, y por un rato no se escuchó más nada. Volvío a levantarme, para sacarme la duda quizás, o por impulso tal vez, la verdad no sé por qué, pero me acerqué otra vez a la puerta y volví a mirar con el espejo, pero no pude ver a nadie. Esta vez ya no me quería acostar y comencé a dar vueltas por

la celda, pensando, tratando de encontrar una explicación lógica a lo que esaba ocurriendo, cuando de repente, volví a escuchar el ruido del agua, pero esta vez provenía de las duchas. Paralizado por el miedo, hice algo que no recuerdo haber hecho desde pequeño, comencé a rezar en voz baja. Me acosté y después de un largo rato, conseguí dormir.Al día siguiente, por la mañana, mientras desayunábamos, comento lo sucedido a los muchachos que comían conmigo, y al mirar sus rostros, no noté asombro alguno, todo lo contrario. Mientras uno se reía, otro me decía:-Eso no es nada. A veces se escuchan pasos y saltos en la malla de metal que divide el segundo piso del tercero.-Son almas de los pibes que se mueren peleando, es como si esas almas quedaran también presas acá por siempre –me dijo un hombre viejo que llevaba muchos años preso.Otros decían que era la muerte que andaba rondando. La cosa es que los sigui-entes tres días casi no pude dormir. El fin de semana me visitó mi madre y le comento lo que pasaba y que eso no me dejaba dormir. Su respuesta fue tan seca y tan clara, como lógica:-Hijo, dormí tranquilo, qué miedo, y más en este lugar, hay que tenerle miedo a los vivos.Me quedé mirándola fijo por un rato, ella sonrió y me cambió de tema. Tenía toda la razón. Y desde ese día, a pesar de seguir escuchando ruidos, pasos, golpes de candados y de ver sombras que cruzaban, rezos mediante, pude dormir tranquilo.

Yamil Edgardo Llanes (U. 32)

Hola mi nombre es Mateo, estoy detenido hace 5 años y este tiempo que llevo entre rejas, empecé a ver la vida de otra manera, me di cuenta de que acá tenés que estar preparado para cualquier cosa. Mi realidad es que aquí adentro, siem-pre camino con mi vida en las manos. Que cualquier día puedo recibir una mala noticia , como una desgracia familiar, hasta lo que te imagines. Me di cuenta de que mi libertad depende de mí , que tengo que tratar de aprovechar este tiempo aquí dentro, que esto no sea tiempo perdido, que por más que esté alejado de mis seres queridos, y de la sociedad, tengo que buscar la manera de acortar esta condena, encabezándome en los estudios y proyectos que el servicio te ofrece. Por eso elegí estudiar y poder terminar los estudios secundarios, o hacer cursos productivos. Estos años pude cursar el 1ro y 2do año de polimodal, ya este año podría terminar los estudios y poder salir a la calle con un titulo. Hoy mi meta es poder salir en libertad y ser alguien en la vida.

¿Quiénes somos? Marcelo Giménez Aguilera, Daniel Tart-agasa, Daniel Cañete Reynoso, Andrés Vergara, Leonardo Barrera, Antonio Capone, Diego Carrizo, Rubén Huel-mo, Sergio Fuente, Javier Balvuena, Enrique Verón, Julio Rico, Nahuel Días, Lucas, Araujo, Julián Dettoni, Cristhian Paniagua, Pastor Orsi, Julián Coronel, Nicolás, Golzález, M. Luque

Basta de muertes absurdasMi nombre es Julián,soy de Pacheco, partido de Tigre. Quería comentar un sim-ple relato de mi vida y una reflexión de lo que vivimos día a día cada uno de los que nos encontramos privados de nuestra libertad. Me encuentro detenido hace 1 año y un mes por un delito que cometí, paso a contar de las injusticias que vivimos en el ámbito carcelario. Un ejemplo es la falta de tratamiento médi-co en el sector de sanidad, lo cual vivimos con el fallecimiento de un amigo, Miguel. Solamente quiero dejar a los lectores que a pesar de que hayamos cometido un delito, no importa cuál haya sido, nadie debe morir por falta de insumos y trata-miento médico. Sólo pido que no se descuiden más vidas y que las autoridades superiores pongan más atención en los internos y en las vidas humanas. Muy agradecido de este simple espacio donde puedo expresarme libremente, saludos y basta de muertes absurdas.

Miedo… a los vivos

Borrachito de Quilmes por un beso de tu boca dos abra-zos te daría tres palabras que de muestren cuatro beses mi alegría de la cinco tentaciones seis pla-ceres yo anhelo siete palabras te diría de ocho letras y un te quiero nueve de un por ti vivo y diez de un por ti muero.

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Alternativas para reducir el daño individual y social de la cárcelMario Fort (vicedirector del

CENS 454)

D esde la invención de la cárcel ya hace más de 200 años, ésta no cesó de fra-

casar pese a las innumerables reformas que tuvo, al menos en su propósito declarado de la corrección individual, para los otros obje-tivos encubiertos, sí fue efectiva: disuadir pu-nitivamente ciertas conductas pero también, según el contexto histórico, absorber mano de obra desocupada, reproducción del orden social, selectividad penal, es decir, aplicar castigos a ciertas clases sociales y sobre de-terminadas conductas declaradas delictivas por los grupos dominantes, hacer vigente el paradigma de la venganza, expresado en el clásico ”que se pudran en la cárcel” o también para una aplicación disimulada pero inexorable de la pena de muerte. La cárcel nunca cesó de causar daño y dolor, baste recordar el clásico primer informe (1777) al inicio de las primeras prisiones europeas de John Howard quien describe y analiza las características de aquellas en Inglaterra, Escocia y Gales, en una verdadera investigación de campo que también amplió a España, Holanda y otros países europeos años después. En ese informe alerta con su concluyente apreciación sobre la relación en-tre encierro y locura, esto es la cárcel como generadora de desesperación y enfermedad mental en su uso de aislamiento individual. El propio Howard constataría con su vida el estado de insalubridad de la cárcel al contraer una peste y falleciendo en Crimea en 1790. EL famoso estudio “Internados” del sociólo-go Erving Goffman de los sesenta, es con-tundente sobre el perjuicio que producían las “instituciones totales” como la cárcel entre otras, añadía también en esa categoría a campos de concentración, de trabajo, hospitales psiquiátricos, asilos, cuarteles etc.,

daños en la subjetividad del individuo, una mortificación del Yo derivada de la acción disciplinaria de este tipo de instituciones en los internados, sumado a aquello, el stress y la angustia producida por la pérdida del control de tres aspectos que el individuo si podía controlar en el afuera, la alimentación, el sueño y la compañía con otros. El sociólogo Loic Wacquant aportó inte-resante información en “Las cárceles de la miseria” (2000) sobre el crecimiento de la utilización de la cárcel durante las políti-cas neoliberales en Estados Unidos como estrategia punitiva y funcional frente al aumento del desempleo, la marginalidad y la miseria durante los ochenta y los noventa. Más aún frente a la campañas de éxito de las políticas de “tolerancia cero” demostró que no lo habían sido en la reducción del delito en comparación con otras más comunitarias, sino que además habían producido mayores situaciones de vulnerabilidad social al deten-er “a toda persona” por los delitos más leves. Así las familias eran expuestas a situaciones de riesgo al ser detenido el hombre, único

sostén económico y la mujer y sus hijos quedaban en situación de abandono y sin ningún tipo de respaldo estatal.Pero por si esto fuera poco, la cárcel no sólo enferma física y mentalmente, no sólo es productora incesante de dolor, y creadora de situaciones de crisis social, la cárcel mata y no hay otra institución que mate tanto como la cárcel, los datos oficiales de todas las cárceles del país indican alrededor de 220 a 250 muertos por año, es decir un privado de libertad muere cada 36 horas. Parafraseando al Dr. Eugenio Zaffaroni frente al problema de la cárcel hay una realidad sin escapatoria que es la palabra de los muertos, una reali-dad indiscutible del fracaso de la prisión.Este fracaso ha dado lugar a muchas estrate-gias entre las más interesantes se encuentran el “minimalismo penal” de los pensadores italianos Alessandro Baratta, Luigi Ferrajoli y Massimo Pavarini que proponen que el poder de castigo se use de modo limitado, una intervención penal mínima, procurando castigar sólo las conductas más dañinas. En línea similar también se proponen alterna-tivas como la “probation”, la conciliación, el arbitraje y la mediación. Esta última está siendo utilizada en el fuero penal juvenil donde víctima y victimario acuerdan la repa-ración al daño producido. La actual propuesta del anteproyecto del nuevo código penal se inscribe en la línea de Dr. Eugenio Zaffaroni de una prudencia y cautela en la aplicación de la justicia penal, que reconoce la insuperable violencia que siempre caracteriza a toda imposición de la pena y que hace necesaria justamente el recurso de la cautela frente al peligro del poder represivo.La disminución de la tasa de detenidos es la cuestión clave, la superpoblación en las cárceles favorece las situaciones de violen-cia, homicidios, abuso estatal, muerte por enfermedades y afecciones evitables, como también la vulnerabilidad de las familias que tienen parientes presos. La tasa de detenidos no guarda relación con las tasas de delitos que se cometen, es una decisión política la cantidad de personas que quedaran privadas de libertad en las etapas procesales y qué delitos merecerán esa pena. La reducción de encarcelamiento cuando no es necesario y sus alternativas son también parte de ese anteproyecto del Código Penal. En eso se juega un modelo de justicia que no renuncie a un fondo de humanidad necesario y funda-mental para la vigencia de los derechos más básicos de las personas.

Sin perfecionar las leyesPerfecionan el rigor;Sospecho que el inventorHabrá sido algún maldito:Por grande que sea un delito,Aquella pena es mayor....No es en grillo ni en cadenasEn lo que usté penará,Sino en una soledáY un silencio tan projundo,

“...Y juimos con la sumariaA esa cárcel de malevosQue, por un bautismo nuevo,Le llaman Penicentiaria.El porqué tiene ese nombreNaides me lo dijo a mí,Mas yo me lo esplico ansí:Le diran PenitenciariaPor la penitencia diaria,Que se sufre estando allí....

Que parece que en el mundoEs el único que está....!Ay! madres, las que dirigenAl hijo de sus entrañas,No piensen que las engaña,Ni que les habla un falsarioLo que es el ser presidiarioNo lo sabe la campaña.(José Hernández: La vuelta de Martín Fierro)