descubre la biblia

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D ESCUBRE L  A BIBLIA M  ANUAL D E CIENCIAS BÍBLICAS CONTENIDO  Presentación  Introducción:  La Biblia en la vida y en el ministerio del pastor y del líder cristiano PRIMERA PARTE: La Biblia 1. ¿Qu é es la Bi bl ia? 2. La poe sía bíblica SEGUNDA PARTE: El contexto de la Biblia 3. El contexto histór ico del Antig uo Testame nto 4. El contexto histór ico del Nuevo Testamento 5. Geo gr afí a bíblica 6. Arq ueol ogí a bl ica TERCERA PARTE: Texto y canon 7. La crí tic a tex tua l y la Biblia Hebr ea 8. El tex to del Nue vo Testamento 9. El cano n del Ant igu o Testamento 10. El cano n del Nue vo Testamento CUARTA PARTE: Exégesis e interpretación 11. Exége sis bl ica 12. Tomando en serio la teo log ía e n la trad ucci ón 13. Problemas especial es en la traducc ión del A.T. 14. Problemas especiales en la traducci ón del N.T. QUINTA PARTE: Lingüística y métodos de traducción 15. Lin güí stica y trad ucción 16. Trad ucci ón funcional o dinámi ca 17. Forma y sig nifi cado del tex to 18. Traducci ón bíblic a y culturas indíge nas SEXTA PARTE: La Biblia en castellano 19. Trad ucci ones cast ell anas de la Biblia 20. La Biblia de Est udi o de S.B. U. 21. La versión de R-V: permanen cia y tempora lidad

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  • DESCUBRELA

    BIBLIAMANUAL DE CIENCIAS BBLICAS

    CONTENIDOPresentacinIntroduccin:La Biblia en la vida y en el ministerio del pastor y del lder cristiano

    PRIMERA PARTE: La Biblia1. Qu es la Biblia?2. La poesa bblica

    SEGUNDA PARTE: El contexto de la Biblia3. El contexto histrico del Antiguo Testamento4. El contexto histrico del Nuevo Testamento5. Geografa bblica6. Arqueologa bblica

    TERCERA PARTE: Texto y canon7. La crtica textual y la Biblia Hebrea8. El texto del Nuevo Testamento9. El canon del Antiguo Testamento10. El canon del Nuevo Testamento

    CUARTA PARTE: Exgesis e interpretacin11. Exgesis bblica12. Tomando en serio la teologa en la traduccin13. Problemas especiales en la traduccin del A.T.14. Problemas especiales en la traduccin del N.T.

    QUINTA PARTE: Lingstica y mtodos de traduccin15. Lingstica y traduccin16. Traduccin funcional o dinmica17. Forma y significado del texto18. Traduccin bblica y culturas indgenas

    SEXTA PARTE: La Biblia en castellano19. Traducciones castellanas de la Biblia20. La Biblia de Estudio de S.B.U.21. La versin de R-V: permanencia y temporalidad

  • Bibliografa

    CIENCIAS BBLICASPresentacin

    Fue a fines de la dcada de los aos setenta, y a principios de los ochenta, cuando las SociedadesBblicas Unidas, a travs de su Departamento de Promocin y Distribucin, iniciaron los Talleres deCiencias Bblicas. El mvil principal era informar al gran pblico cristiano latinoamericano acerca denuestro trabajo de traduccin, y de los recursos y mtodos que empleamos en este ministerio.

    A medida que se programaban los Talleres y se adquira experiencia, se fue consolidando la lista detemas que se presentaban y el nmero de expositores. Desde el principio se procur dar una visinamplia, tanto de los diversos componentes de la tarea de traduccin como del texto que sirve de base:La Palabra de Dios. Por eso los Talleres siempre han presentado, de manera balanceada, temas quetratan de la Biblia y de su contexto (historia, geografa, arqueologa, canon, historia del texto, gnerosliterarios, contenido global), y temas que tratan de la tarea de traduccin (lingstica, tcnicas detraduccin, antropologa).

    Este manual le ofrece al lector la gran riqueza recogida durante los varios aos que se hanpresentado los Talleres a lo largo de nuestra Amrica hispanohablante. Se ofrece al pblico, en primerlugar, como material de apoyo en los Talleres de Ciencias Bblicas que patrocinan las SociedadesBblicas en sus respectivos pases. Se ofrece, tambin, para el uso de seminarios e institucionesteolgicas como libro de texto. El material es excelente para cursos de introduccin a la Biblia y cursosexegticos. Estamos seguros de que este manual ser de gran bendicin para todo el que deseeprofundizar ms en el conocimiento de la Palabra de Dios, y de su uso en la vida cristiana, tanto a nivelindividual como colectivo. El captulo titulado La Biblia de Estudio de S.B.U. ofrece consejosprcticos para la predicacin y el estudio bblico individual y comunitario.

    La mayora de los autores de este manual forman parte del equipo de traduccin de las SociedadesBblicas Unidas en las Amricas. Casi todos han tenido la oportunidad de participar en varios de losTalleres de Ciencias Bblicas y estn comprometidos no slo en la tarea acadmica que su trabajorequiere, sino tambin en el compromiso pastoral y ministerial de la iglesia. Por eso estamos seguros deque cada uno de los captulos que componen este manual ser de gran enriquecimiento en elconocimiento de la Palabra de Dios entre los cristianos de habla hispana.

    Dr. Edesio Snchez CetinaEditor

    INTRODUCCIN: LA BIBLIAEN LA VIDA Y EN EL MINISTERIO

    DEL PASTOR Y DEL LDER CRISTIANOJaime Goytia R.

    T, sigue firme en todo aquello que aprendiste, de lo cual ests convencido. Ya sabes quines te lo ensearon.Recuerda que desde nio conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvacin pormedio de la fe en Cristo Jess. Toda Escritura est inspirada por Dios y es til para ensear y reprender, para

  • corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios est capacitado y completamentepreparado para hacer toda clase de bien. (2 Ti 3.1417; DHH3)

    La Biblia es de suma importancia en la vida y en el ministerio del pastor y del lder cristiano, puesella es, y ser siempre, el fundamento de la vida cristiana. No es posible un buen ministerio si no estimpregnado por completo del mensaje de la Palabra de Dios.

    La importancia de la Biblia en la vida del lder resalta de inmediato cuando hacemos un anlisis delos diferentes aspectos de la vida y del ministerio del siervo del Seor.

    1. La Biblia en el llamamiento del lder cristianoAl inicio de su Epstola a los Romanos, el apstol Pablo afirma: El evangelio es poder de Dios

    para salvacin (Ro 1.16). Todo lder cristiano, sea porque naci en un hogar cristiano o porque seconvirti en su edad adulta, reconocer que el primer efecto poderoso de la Palabra de Dios en su vidatiene que ver con su salvacin. El encuentro con el Cristo vivo es, sin lugar a dudas, un encuentro conla Palabra de Dios. Bien deca Pablo: As que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios (Ro10.17; RVR).

    Un segundo momento clave en la vida del pastor o lder es el de su vocacin o llamamiento. Comoen la conversin, la Palabra de Dios penetra su ser para hacer que nazca en l una entraableconviccin de que el Seor le extiende un llamamiento al ministerio cristiano. La conjugacin de laPalabra de Dios con la fuerza del Espritu hace del llamamiento divino una decisin impostergable.

    2. La Biblia en la preparacindel pastor y del lder cristiano

    Cuando las Sagradas Escrituras definen el ministerio del sacerdote Esdras como maestro de laPalabra, mencionan tres caractersticas de l, y cada una de ellas tiene a la Palabra de Dios como sumvil: Esdras tena el firme propsito de estudiar y de poner en prctica la ley del Seor, y deensear a los israelitas sus leyes y decretos (Esd 7.10; DHH3).

    Todos los pasos de la formacin del ldersu estudio, su conducta y su enseanzaestnimpregnados de la Palabra de Dios. Por eso los seminarios, los institutos bblicos y las escuelasteolgicas necesitan revisar constantemente su programa de clases y darle al estudio de la Biblia unlugar fundamental. Desde su tiempo de estudiante, el futuro lder o pastor necesita empaparse derecursos y de conocimientos que le permitan, en su pastorado y ministerio, trazar bien la Palabra deverdad (2 Ti 2.15).

    3. La Biblia en la vida devocionaldel pastor y del lder cristiano

    Todos sabemos por experiencia propia que la Biblia es ms que una fuente de preparacin yestudio. La Biblia, como Palabra de Dios, nos nutre espiritualmente para poder vivir la vida cristiana yrealizar nuestra tarea ministerial.

    El encuentro con la Palabra de Dios, no ya como estudiante de ella, sino como hijo de Dios, asegurauna vida edificada y un ministerio bendecido. Todo lder cristiano necesita de momentos a solas con su

    DHH Dios Habla Hoy (Versin popular espaola)RVR Reina-Valera Revisin de 1960

  • Dios para hablarle y para escucharlo; y tanto en el hablar como en el escuchar, la Palabra de Dios es elmedio eficaz.

    Cuando vamos al Antiguo Testamento y al Nuevo, descubrimos que la vida devocional fue unelemento vital en la vida de los hroes de la fe. All, en la quietud y a solas con Dios, vemos a Moiss,a Abraham, a Elas, a David, a Pablo, a Timoteo, y sobre todo a Jesucristo, meditando y alimen-tndose de la Palabra de Dios. La vida de oracin y la bsqueda de la vo- luntad de su Padre sonelementos sobresalientes en el ministerio de Jess.

    4. La Biblia en el ministeriodel pastor y del lder cristiano

    Sin la Biblia no sera posible tener misiones cristianas, ni iglesias ni creyentes en Jesucristo. Por lotanto, la Biblia es y debe ser el instrumento indispensable y primordial en el ministerio del pastor ylder cristiano. La visitacin de hogares y de enfermos, y el apoyo a los nuevos creyentes, requieren delmensaje oportuno de la Palabra de Dios. El pastor debe estar convencido de que en la Biblia sus ovejasencontrarn consuelo, fortaleza, esperanza y paz; pero tambin hallarn exhortacin y reprensin.

    Para la preparacin de mensajes y estudios bblicos, el pastor debe estudiar con seriedad yprofundidad el texto sagrado. Por eso debe desarrollar destreza en el manejo exegtico de la Biblia yconseguir los recursos esenciales para el estudio serio y eficaz de ella: (1) varias versiones de la Biblia;(2) una concordancia bblica; (3) y un buen diccionario de la Biblia. Debe, por supuesto, participar encursos de actualizacin bblica y leer materiales que le ayuden a una recta interpretacin de la Palabra.1

    Nunca debe perderse de vista que el mejor alimento para la congregacin es la predicacinexpositiva del mensaje de la Palabra de Dios. Este mtodo homiltico es el que mejor nos permite sacarlos tesoros bblicos. La gente se edifica de verdad, y recibe ms bendiciones, cuando el expositoremplea el texto bblico con propiedad, y no slo como pretexto.

    En conclusin, podemos decir que la Palabra de Dios es para el pastor y el lder su regla mxima defe y prctica. Al igual que en el caso de Esdras, la Palabra de Dios informar su formacin acadmica,su conducta y vida cristiana, y su enseanza para el pueblo que Dios ha puesto a su cuidado.

    Primera parte:La Biblia

    QU ES LA BIBLIA?Armando J. Levoratti

    El significado de la palabra BibliaHay varias maneras de responder a esta pregunta. Una de ellas consiste en explicar el significado de

    la palabra Biblia.Biblia es una palabra de origen griego (el plural de biblion, papiro para escribir y tambin

    libro), y significa literalmente los Libros. Del griego, ese trmino pas al latn, y a travs de l alas lenguas occidentales, no ya como nombre plural, sino como singular femenino: la Biblia, es decir, elLibro por excelencia. Con este trmino se designa ahora a la coleccin de escritos reconocidos comosagrados por el pueblo judo y por la iglesia cristiana.

    1 Este manual es un buen punto de partida. Le invitamos a estudiarlo con detenimiento.

  • La Biblia est dividida en dos partes de extensin bastante desigual, llamadas habitualmenteAntiguo y Nuevo Testamento. A primera vista, la palabra testamento se presta a un equvoco, porqueno se ve muy bien en qu sentido puede aplicarse a la Biblia. Sin embargo, la dificultad se aclara si setiene en cuenta la vinculacin de la palabra latina testamentum con el hebreo berit, pacto oalianza.Berit es uno de los trminos fundamentales de la teologa bblica. Con l se designa el lazo deunin que el Seor estableci con su pueblo en el monte Sina. A este pacto, alianza o lazo de uninestablecido por intermedio de Moiss, los profetas contrapusieron una nueva alianza, que no estaraescrita, como la antigua, sobre tablas de piedra, sino en el corazn de las personas por el Espritu delSeor (Jer 31.3134; Ez 36.2627). De ah la distincin entre la nueva y la antigua alianza: laprimera, sellada en el Sina, fue ratificada con sacrificios de animales; la segunda, incomparablementesuperior, fue establecida con la sangre de Cristo.

    Ahora bien, el trmino hebreo berit se tradujo al griego con la palabra diatheke, que significadisposicin, arreglo, y de ah ltima disposicin o ltima voluntad, es decir, testamento. Deeste modo, la versin griega de la Biblia, conocida con el nombre de Septuaginta o traduccin de losSetenta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto o alianza era un don y una gracia de Dios, y no elfruto o el resultado de una decisin humana.

    La palabra griega diatheke fue luego traducida al latn por testamentum, y de all pas a las lenguasmodernas. Por eso se habla corrientemente del Antiguo y del Nuevo Testamento.

    A la Biblia se le da tambin el nombre de Sagrada Escritura. En el judasmo, en cambio, se ledesigna con la palabra TANAK, que en realidad es una sigla formada con las iniciales de Torah,Nbi im y K tubim, es decir, de las tres partes o secciones en que se divide la Biblia hebrea: La Ley,los Profetas y los Escritos.

    La Biblia, Palabra de DiosLa otra respuesta no se contenta con explicar el significado de una palabra, sino que da otro paso y

    trata de penetrar ms en la realidad profunda de la Biblia: la Biblia es la Palabra de Dios.En la Biblia se encuentran mensajes de los profetas, palabras de Jess y testimonios de los

    apstoles. Los profetas, Jess y los apstoles actuaron y hablaron en distintas pocas y encircunstancias muy diversas. Pero todos anunciaron la Palabra de Dios.

    Los profetas se presentaron como testigos y mensajeros de la Palabra, y as lo expresaron muchasveces de manera inequvoca, por ejemplo, cuando introducan sus mensajes con la frase: As dice elSeor. (Cf. Jer 1.910a: Entonces el Seor extendi la mano, me toc los labios y me dijo: Yopongo mis palabras en tus labios.)1

    Despus de haber comunicado su Palabra por medio de los profetas, Dios se revel en la persona yen la obra redentora de Jess, como lo expresa la Carta a los Hebreos (1.12): En tiempos antiguosDios habl a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas.Ahora, en estos tiempos ltimos, nos ha hablado por su Hijo.

    Jesucristo, la Palabra hecha carne (Jn 1.14), dio testimonio de lo que haba visto y odo junto alPadre (Jn 1.18; cf. Mt 11.27), y envi a sus discpulos dicindoles: El que los escucha a ustedes, me

    1 Las citas bblicas son de la versin Dios Habla Hoy, segunda edicin, de las Sociedades Bblicas Unidas. Cuandose cita otra versin, se colocan sus iniciales inmediatamente despus de la cita.cf. comprese

  • escucha a m; y el que los rechaza a ustedes, me rechaza a m; y el que me rechaza a m, rechaza al queme envi (Lc 10.16).

    Los apstoles, a su vez, fueron testigos oculares y servidores de la Palabra (Lc 1.2). Ellos fueronelegidos de antemano por Dios (Hch 10.4142), y a ellos se les confi la misin de anunciar la Palabrade Dios a todo el mundo (Mc 16.15).

    Este mensaje de los profetas, de Jess y de los apstoles fue luego consignado por escrito, y asnaci la Biblia, que es la Palabra de Dios encarnada en un lenguaje humano. Ella, como Jesucristo, esplenamente divina y plenamente humana, sin que lo divino ceda en detrimento de lo humano, ni lohumano de lo divino.

    Ahora bien: la palabra es la accin de una persona que expresa algo de s misma y se dirige a otrapara establecer una comunicacin.

    1. Si analizamos por partes los elementos de esta definicin, vemos que hablar es, en primer lugar,dirigirse a otro. El que habla, por el simple hecho de dirigir la palabra a otra persona (y aunque no lodiga expresamente), est manifestando la voluntad de ser escuchado y comprendido, de obtener unarespuesta, de lograr que su palabra no caiga en el vaco.

    Dicho de otra manera: toda palabra interpela al destinatario del mensaje; es invitacin, llamado,interpelacin. El ser de la palabra es esencialmente para-otro, tiene un carcter interpersonal yoblativo.2

    La orientacin hacia el destinatario del mensaje, generalmente sobreentendida, aflora a veces demanera explcita y se expresa en palabras y en giros sintcticos, de un modo especial, en los vocativos yen los imperativos.

    As, cuando el Seor dice Abraham, Abraham! (Gn 22.11) o Moiss, Moiss! (Ex 3.4), loque hace es atraer la atencin del que va a ser su interlocutor. Todava no le ha comunicado nada. Lollama simplemente para obtener de l una respuesta y establecer de ese modo el circuito de lacomunicacin. Porque sin ese llamado previo, y sin la respuesta del interlocutor, no habra dilogoposible.

    De igual manera, el que pide algo, o da una orden con un imperativo, apunta en forma directa aldestinatario del mensaje: Ve a lavarte al estanque de Silo, le dice Jess al ciego de nacimiento, yesta orden provoca en l una respuesta inmediata: El ciego fue y se lav (Jn 9.7).

    2. Adems, toda palabra comunica algo. Los interlocutores intercambian siempre algn tipo deinformacin, y hasta la conversacin ms trivial versa sobre algn tema. El tema de la conversacin, elsignificado de las palabras, la noticia que se quiere comunicar, dan un contenido al mensaje.

    3. Por su misma dinmica interna, la palabra tiende a convertirse en dilogo entre un yo y un t. Esverdad que muchas veces empleamos el lenguaje por razones prcticas, de manera que la comunicacinse establece casi siempre en un contexto utilitario y ms bien superficial. Adems, la comunicacinfracasa muchas veces porque las personas no se abren al dilogo sino que se encierran en su propioegosmo, o porque la buena disposicin de una persona no encuentra en la otra una acogida o un ecofavorable.

    Por lo tanto, el encuentro personal puede adquirir distintos grados de profundidad, o puede inclusofrustrarse por la falta de receptividad y de correspondencia en alguna de las partes. Pero tambin hayveces en que el encuentro se realiza plenamente, ya que la palabra y la respuesta se convierten en un

    2 Oblativo es el adjetivo de oblacin. Esta palabra significa el acto de ofrecer algo a Dios; ofrenda y sacrificioque se hace a Dios.

  • dilogo autntico y recproco de comunin y de mutuo compromiso. Slo en el encuentro amorosopuede darse esta perfecta reciprocidad, que es fruto de una revelacin y de un don, por una parte, y deuna acogida franca y abierta, por la otra.

    Estos aspectos del lenguaje humano se aplican analgicamente a la Palabra de Dios. O expresadode otra manera: este encuentro y este dilogo se vuelven a encontrar en el plano infinitamente mselevado de la revelacin de Dios y de la fe.

    La Palabra de Dios posee un contenido: Es la buena noticia por excelencia, el evangelio de lasalvacin. As puede apreciarse, por ejemplo, en los pasajes siguientes:

    Oye, Israel: El Seor nuestro Dios es el nico Seor.Ama al Seor tu Dioscon todo tu corazn, con toda tu alma y con todas

    tus fuerzas.(Dt 6.45)

    Ama a tu prjimo como a ti mismo.(Lv 19.18; Ro 13.9)

    Si con tu boca reconoces a Jess como Seor,y con tu corazn crees que Dios lo resucit,alcanzars la salvacin.

    (Ro 10.9)Estos tres pasajes expresan contenidos fundamentales del mensaje bblico, como son el

    mandamiento principal (cf. Mt 22.3440) y la profesin de fe en Cristo (cf. 1 Co 15.17).Pero no basta escuchar con los odos, porque la Palabra de Dios interpela, quiere ser acogida

    interiormente, reclama una respuesta.Esa respuesta es la fe. Mediante la fe, que acoge el mensaje de la Palabra, se realiza el encuentro

    con el Dios viviente. Y esta respuesta de la fe hace que la Palabra de Dios - creda, proclamada y vividaindividual y eclesialmente- llegue a ser una fuerza eficaz en la historia.

    La Palabra de Dios es tambin eficaz: tiene vida y poder. Es ms aguda que cualquier espada dedos filos, y penetra hasta lo ms profundo del alma y del espritu, hasta lo ms ntimo de la persona;(Heb 4.12).

    As como la lluvia y la nieve bajan del cielo,y no vuelven all, sino que empapan la tierra,la fecundan y la hacen germinar,y producen la semilla para sembrary el pan para comer,as tambin la palabra que sale de mis labiosno vuelve a m sin producir efecto,sino que hace lo que yo quieroy cumple la orden que le doy.

    (Is 55.1011)Esta Palabra tiene tanta eficacia porque Dios acta desde el exterior y tambin en el interior de las

    personas. A diferencia de los seres humanos, que slo disponen de la fuerza expresiva y significativadel lenguaje, el Espritu de Dios penetra en el interior de las personas y all realiza su accin msprofunda.

    Para referirse a esta eficacia, la Escritura habla de una revelacin especial (Mt 11.25), de una luzque Dios hace brotar en nuestro corazn (2 Co 4.6), y de una atraccin interior (Jn 6.44).

  • Por la accin del Espritu Santo, Dios puede infundir en el espritu humano una luz que lo incline aaceptar confiadamente el testimonio divino. La iniciativa parte siempre de Dios. De l proceden elmensaje de la salvacin y la capacidad para dar una respuesta de fe a ese mensaje.

    La Palabra de Dios y la fe son, por lo tanto, esencialmente interpersonales. El que acoge la Palabray permanece en ella, de siervo pasa a ser hijo y amigo, y se inicia en los secretos del Padre, que el Hijoy el Espritu son los nicos en conocer. No cabe imaginar un encuentro humano que alcance tantahondura de intimidad y de comunicacin.

    El contenido de la BibliaLa explicacin anterior afirma cosas importantes, pero tambin deja otras sin responder. Porque si

    alguien pregunta Qu es la Biblia?, aunque no lo manifieste expresamente, quiere saber algo ms.Ante todo, quiere saber algo de lo que dice la Biblia.

    De ah la necesidad de completar la respuesta diciendo algo sobre el contenido de la Biblia.La Palabra de Dios es, ante todo, el relato de una historia que se extiende desde la creacin del

    mundo hasta el fin de los tiempos. Desde el Gnesis hasta el Apocalipsis, la Biblia proclama los hechosportentosos de Dios. A travs de ellos, Dios se revela como Seor, Padre y Salvador, a fin de liberar delpecado y de la muerte a la humanidad pecadora.

    Esta historia comprende dos etapas. En la primera, Dios forma para s un pueblo, eligindolo deentre todas las naciones, para hacer de l una nacin santa, un pueblo sacerdotal y su posesinexclusiva (cf. Ex 19.36). La segunda est centrada y resumida plenamente en Jesucristo muerto yresucitado, cuyo acontecimiento pascual constituye la revelacin definitiva de los designios de Dios.

    A la luz de este relato bblico, la historia humana se manifiesta en su verdadero sentido; es decir, nocomo el producto del azar o de un destino ciego, sino como un proceso que est en las manos de unDios personal, de quien todo depende y que todo lo conduce segn el plan que se haba propuestorealizar en Cristo. Y este plan consiste en unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en elcielo como en la tierra (Ef 1.910 DHH3).

    En esta historia se sita, en primer lugar, el largo proceso de formacin del Antiguo Testamento,paralelo a la vida del pueblo de Israel. Despus de la muerte y la resurreccin de Cristo, y por la accindel Espritu santo, nace la iglesia cristiana, y en ella se va formando progresivamente el NuevoTestamento.

    A continuacin enumeramos brevemente las grandes etapas de esta historia milenaria.La historia de los orgenes. El primer libro de la Biblia lleva el nombre de Gnesis, palabra griega

    que significa origen. El Gnesis es el libro de los comienzos: comienzos del mundo, de la humanidady del pueblo de Dios.

    En sus primeros captulos (111), el Gnesis presenta un vasto panorama de la historia humana,desde la creacin del mundo hasta Abraham. Estos relatostan conocidos, pero casi siempre tan malcomprendidosponen de manifiesto aspectos esenciales de la condicin humana en el mundo.

    A los seres humanos les corresponde el honor de haber sido creados a imagen de Dios (Gn 1.2627). Pero al separarse de Dios por el pecado, la humanidad eligi para s un camino de muerte. En elorigen de esta rebelda est la pretensin de ser como Dios (Gn 3.5), es decir, en vez de ordenartodas sus acciones de acuerdo con la voluntad divina, el primer hombre y la primera mujer seconstituyeron a s mismos en norma ltima de sus decisiones, usurpando el lugar que le correspondeexclusivamente a Dios.

  • El pecado rompi los lazos de amistad con Dios, y as entraron en el mundo el sufrimiento y lamuerte. A su vez, la prdida de la amistad divina trajo como consecuencia la ruptura entre Dios y elhombre, entre el hombre y la mujer, entre la especie humana y el resto de la creacin.

    La rebelin contra Dios est presente en todos estos relatos del Gnesis. El pecado prolifera, sediversifica y se extiende cada vez ms a medida que aumenta la humanidad. Pero el pecado y el castigono tienen la ltima palabra, porque Dios reconstruye misericordiosamente lo que la soberbia humanahaba destruido: Despus del diluvio, la humanidad es reconstituida a partir del justo No; despus dela dispersin de Babel, a travs de la eleccin de Abraham.

    Por eso en el marco descrito por estos relatos se va a desarrollar la historia de la salvacin, esdecir, la serie de acciones divinas destinadas a liberar a la humanidad del pecado y de la muerte. Lahumanidad pecadora ya no era capaz de salvarse a s misma. Slo la gracia de Dios poda traer almundo la salvacin. De ah que la historia relatada en la Biblia sea la historia de nuestra redencin.

    Los patriarcas. Los once primeros captulos del Gnesis nos revelan algo del origen y del misteriode la condicin humana; la historia de los patriarcas, que viene a continuacin, presenta la primeraetapa en la formacin del pueblo de Dios.

    Dios vuelve a intervenir en la historia de este mundo, pero lo hace de un modo nuevo. Ya no actapara condenar a los culpables o para dispersar a los seres humanos, sino para dar cumplimiento a suplan divino de salvacin.

    Abraham, el padre de los creyentes, escucha la palabra de Dios y emprende un camino que loarranca del pasado y lo proyecta hacia el futuro:

    Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre,para ir a la tierra que yo te voy a mostrar.Con tus descendientes voy a formar una gran nacin;voy a bendecirte

    (Gn 12.12)El designio divino de salvacin comienza humildemente, con un solo hombre Abraham y su

    familia. Pero desde el comienzo tiene una destinacin universal, porque la eleccin de Abrahamredundar al fin en beneficio de todas las naciones:

    Con tus descendientes voy a formar una gran nacinPor medio de ti bendecir a todas las familias del mundo.

    (Gn 12.23; cf. 13.1417; 15.5; 22.1718)Al leer a continuacin los otros relatos del Gnesis, donde el designio divino parece limitarse a

    algunas personas escogidas, es preciso no perder de vista el contenido de esta promesa.Isaac primero, y Jacob despus, fueron los herederos de la promesa divina (Gn 26.4; 28.1315).

    Jos fue vendido por sus hermanos, pero gracias a l la familia de Jacob lleg a Egipto y se salv de lahambruna. As qued preparado el escenario para la gran liberacin que relata a continuacin el librodel xodo.

    El xodo. El xodo de Egipto constituye uno de los momentos ms decisivos en la historia de lasalvacin. Dios se revel a Moiss como el Dios de los padres y el Dios salvador, que oy el clamor desu pueblo y decidi acudir en su ayuda. Le dio a conocer su nombre de Yav y lo envi a presentarseante el Faran, rey de Egipto.

    Luego de muchos contratiempos, los israelitas salieron de Egipto, y con ellos se fue muchsimagente de toda clase (Ex 12.38). Esta breve referencia es importante, porque nos da a entender que launidad del pueblo de Dios no depende, ante todo, de un comn origen racial.

  • Despus de la liberacin viene la alianza. Al llegar al monte Sina, el Seor sale al encuentro de supueblo y establece con l un pacto o alianza. Esta alianza no es un contrato bilateral, es decir, unconvenio ordinario entre dos partes que han discutido sus trminos antes de concluirlo y firmarlo. Esuna disposicin divina, que el Seor concede gratuitamente, por una libre iniciativa de su gracia.

    Esta alianza hace del pueblo elegido un pueblo santo, puesto aparte por Dios y consagrado alservicio de Dios entre todos los pueblos de la tierra (Ex 19.38).

    La historia de esta liberacin qued grabada como un sello indeleble en la memoria del pueblo deIsrael. A partir de aquel momento, Dios nunca dej de presentarse con estas palabras: Yo soy el Seor[Yav] tu Dios, que te sac de Egipto, donde eras esclavo (Ex 20.1).

    A continuacin, el libro del Levtico dicta un conjunto de normas para el ejercicio del culto enIsrael, el pueblo sacerdotal, consagrado al servicio del Seor.

    La marcha por el desierto (narrada especialmente en el libro de Nmeros). En medio de lasasperezas del desierto, en su marcha hacia la Tierra prometida, el pueblo padeci hambre y sed. Estaspenurias le hicieron aorar el pescado y las legumbres que coman en Egipto (Nm 11.5), y ms de unavez se rebel contra el Seor y contra Moiss: Para qu nos trajo el Seor a este pas? Para morir enla guerra, y que nuestras mujeres y nuestros hijos caigan en poder del enemigo? Ms nos valdraregresar a Egipto! (Nm 14.3).

    La libertad se les haca una carga demasiado pesada y sentan nostalgia de la esclavitud. Entoncesel Seor hizo brotar agua de la roca y los aliment con el man.

    Al trmino de esta marcha, antes de pasar el Jordn, Moiss instruye por ltima vez a Israel, comolo recuerda el libro del Deuteronomio.

    Josu. El libro que lleva el nombre de Josu, el sucesor de Moiss, celebra el asentamiento de lastribus hebreas en la Tierra prometida. Un simple vistazo al conjunto del libro nos hace ver que constade tres partes: la conquista de Canan (caps. 112), la distribucin de los territorios conquistados (caps.1321) y la unidad de Israel fundada en la fe (caps. 2224).

    Despus de cruzar el Jordn, los israelitas llegados del desierto encontraron a su paso ciudadesfortificadas y carros de guerra. Y si lograron infiltrarse en el pas, fue ms por la astucia que por elempleo de las armas.

    En realidad, la conquista no fue una hazaa de los hombres sino una victoria del Seor. Por eso elrelato adquiere por momentos los contornos de epopeya maravillosa: los muros de Jeric se derrumban,el sol se detiene, los cananeos son presa del pnico, porque es el Seor el que se pone al frente delpueblo y combate a favor de l. En estas guerras de Yav, el arca de la alianza era el smbolo de lapresencia del Seor en medio de su pueblo.

    De ah un tema fundamental en el libro de Josu: Israel tiene que dar gracias a Yav, su Dios, queha dado como herencia a su pueblo la tierra de Canan.

    El libro concluye con el relato de la alianza de Siquem. Josu rememora, ante la asamblea de losisraelitas, las acciones que realiz el Dios de Israel en favor de su pueblo. Luego les propone unaalianza, y esta queda sellada sobre una doble base: la fe comn en Yav y el reconocimiento de unamisma ley (cap. 24).

    El libro de los Jueces, que viene a continuacin, nos dar una imagen un poco ms matizada de esteperodo histrico.

    Los jueces. Despus de la muerte de Josu sobrevino para las tribus de Israel una etapa difcil: es laas llamada poca de los jueces.

  • Es importante notar que estos jueces no eran simples magistrados que administraban justicia,sino caudillos (o, como suele decirse, lderes carismticos) que el Seor fue suscitando en losmomentos de crisis para liberar a su pueblo de la opresin. Cuando una o varias tribus israelitas sevean amenazadas por un ataque enemigo, estos caudillosllenos del espritu del Seorselevantaron para combatir a los enemigos de su pueblo (cf. Jue 3.10; 11.29).

    Las amenazas provenan de los pueblos vecinos de Israel. Poco despus de la entrada de losisraelitas en Canan, tuvo lugar, a su vez, el asentamiento de los filisteos en la costa sur de Palestina(hacia el ao 1175 a.C.). Estos se organizaron en cinco ciudadesla famosa Pentpolis filistea, y porsu podero militar y su monopolio del hierro constituyeron un peligro constante para los israelitas. Lahostilidad de los filisteos, sumada a la que provena de los nativos del pas (los cananeos) y de lospueblos vecinos (madianitas, moabitas, amonitas, etctera), lleg algunas veces a poner en peligro laexistencia misma de las tribus hebreas.

    Cuando se produca una de estas crisis, el Seor suscitaba un juez o caudillo, que obtena para supueblo una victoria ms o menos resonante. Estos hroes actuaron en distintos lugares y en distintaspocas, y cada uno a su manera. Geden, por ejemplo, reuni varias tribus para ir al combate; Sansn,en cambio, fue un hroe de fuerza extraordinaria, que ms de una vez puso en grave aprieto a losfilisteos. Adems, la misin de los jueces era personal y temporal: una vez pasado al peligro, ellossolan volver a sus ocupaciones ordinarias.

    El Cntico de Dbora (Jue 5) muestra muy bien cmo se encontraba el pueblo de Israel duranteel perodo de los jueces. El poema celebra la victoria de una coalicin de tribus hebreas contra loscananeos, en la llanura de Jezreel. Segn Jueces 5.1417, seis de las tribus respondieron a laconvocatoria hecha por Dbora: Efran, Benjamn, Maquir (Manass), Zabuln, Isacar y Neftal. Encambio, otras cuatro tribusRubn, Galaad (Gad), Dan y Aserson recriminadas severamente por nohaber socorrido a sus hermanos. Las tribus del surJud, Simen y Levni siquiera se mencionan,sin duda porque una especie de barrera las separaba de las otras tribus. Uno de los principales enclavesque se interponan entre el norte y el sur era la fortaleza de Jerusaln, que an estaba en poder de losjebuseos (Jos 15.63; Jue 19.1012).

    El libro de los Jueces pronuncia un juicio severo sobre la situacin religiosa de Israel en aquelperodo. Los israelitas pasaban por un proceso de sedentarizacin y de cambio a nuevas formas de vida.Y la asimilacin de algunas costumbres cananeas (relacionadas, sobre todo, con el ejercicio de laagricultura) introdujo prcticas religiosas contrarias al autntico culto de Yav. Estas prcticas estabanrelacionadas con Baal, el dios cananeo de la fecundidad. De este dios se esperaba que diera fertilidad ala tierra, buenas cosechas de granos y abundancia de vino y aceite.

    Tambin es severo el juicio que se pronuncia sobre la falta de unidad y de organizacin polticaentre los grupos hebreos: Como en aquella poca an no haba rey en Israel, cada cual haca lo que ledaba la gana (Jue 17.6; cf. 18.1; 19.1; 21.25).

    En la etapa siguiente, la institucin de la realeza vino a atemperar de algn modo aquel estado deanarqua.

    Samuel y Sal. Los libros de Samuel, que vienen a continuacin, se refieren a este proceso deconsolidacin; uno de los momentos ms importantes en la historia bblica. Es la poca en que Israel seconstituy como unidad poltica, al mando de un rey.

    a.C. antes de Cristo

  • El primer libro de Samuel consta de tres secciones. Cada una de ellas gira en torno a uno o dospersonajes centrales: Samuel (caps. 17), Samuel y Sal (815), Sal y David (1631).

    La primera de estas figuras centrales es la de Samuel, el nio consagrado al Seor que lleg a serprofeta. Como sucede con frecuencia en la Biblia, el hijo concedido a la mujer estril tiene un destinoespecial. El relato de la vocacin de Samuel presenta tres elementos que aparecen en todos los relatosde llamamiento al profetismo: la iniciativa de Yav, la comunicacin del mensaje que debe transmitir, yla respuesta del que ha sido llamado (1 S 3; cf. Ex 3.112; Is 6; Jer 1.410; Ez 13).

    Ms tarde, el intento de organizar a las tribus israelitas bajo la forma de un estado monrquicocomienza con Sal. l, como los antiguos jueces de Israel, fue el libertador elegido por Dios (1 S 10.1).El espritu del Seor vino sobre l, y lo impuls a emprender una guerra de liberacin contra losamonitas (1 S 11.113). Y cuando regres victorioso de su campaa libertadora, Sal fue proclamadorey.

    Con esta proclamacin, la realeza qued instituida en Israel.Muerte de Sal y reinado de David. Despus de narrar las primeras victorias de Sal, la Biblia

    presenta dos trayectorias que siguen un curso contrario. El joven David, que se haba puesto al serviciodel rey Sal, se fue ganando cada vez ms el amor y la simpata del pueblo (1 S 18.67). Este hechodespert la envidia y el odio del rey, que comenz a perseguirlo despiadadamente. As comenzaron acontraponerse la carrera ascendente de David, que culmin con su elevacin al trono, y la curvadescendente de Sal, que termin en la derrota y en la muerte.

    La muerte de Sal dej libre el camino a David, que primero fue proclamado rey de Jud (2 S 2.4),y luego, cuando las tribus del norte fracasaron en su intento de organizarse por s mismas, tambin fuereconocido como rey de Israel (2 S 5.13).

    Un momento decisivo en la trayectoria histrica de David fue la conquista de Jerusaln. El reyconvirti esa ciudad jebusea en capital de su reino (2 S 5.916) y tambin en centro religioso de todoIsrael, ya que all instal el arca de la alianza (6.123).

    Los libros de Samuel presentan a David con todos los atractivos de un hroe: bien parecido, fiel enla amistad, msico, poeta, guerrero valeroso y lder extraordinario. La historia de su ascensin es almismo tiempo la historia de la cada de Sal. Pero el relato bblico no oculta sus pecados: el adulteriocon Betsab y el asesinato de Uras.

    El largo reinado de David no logr eliminar por completo el antagonismo entre el norte y el sur, demanera que la unidad de las tribus fue siempre precaria. Una prueba de ello fueron las rebeliones quedebi afrontar David, en particular el levantamiento dirigido por su hijo Absaln (2 S 15.16; 19.4220.2).

    A la muerte de David, en medio de las intrigas de la corte real, lo sucedi su hijo Salomn (1 R 12).

    Los reyes de Israel y Jud despus de David. Salomn llev a cabo el proyecto que su padre nohaba podido realizar (1 R 8.1721) y erigi un lugar de culto que tendra en el futuro una enormeimportancia en la vida religiosa y cultural de Israel. La importancia de dicho templo se pone demanifiesto, sobre todo, en la plegaria pronunciada por el rey durante la fiesta de la dedicacin (1 R8.2353).

    Pero no todo fue gloria y magnificencia en el reino de Salomn. La Biblia tambin deja entrever losaspectos negativos de su reinado, como fueron las concesiones hechas a la idolatra y las excesivascargas impuestas al pueblo. Las construcciones llevadas a cabo por el rey exigan pesados tributos yuna considerable cantidad de mano de obra. Para muchos israelitas, estos excesos traicionaban los

  • ideales que haban dado su identidad y su razn de ser al pueblo de Dios (cf. 1 S 8), y un profundodescontento se extendi por el pas, en especial, entre las tribus del norte. Como consecuencia de estemalestar resurgieron los viejos antagonismos entre el norte y el sur (cf. 2 S 20.12), y as termin porquebrantarse el intento de unificacin llevado a cabo por David (cf. 2 S 2.4; 5.3).

    Despus de la muerte de Salomn, el reino davdico se dividi en dos estados independientes: Israelal norte y Jud al sur; este ltimo con Jerusaln como capital. El texto bblico narra en qucircunstancias se produjo la separacin y cmo el cisma poltico trajo consigo el cisma religioso (1 R12). Luego presenta en forma paralela la historia de los dos reinos, que en muy pocas ocasioneslograron superar su antigua rivalidad.

    Segn los libros de los Reyes, la historia de Israel y de Jud, a lo largo de todo el perodomonrquico, fue una cadena ininterrumpida de pecados e infidelidades, y los principales responsablesde esta situacin fueron los reyes mismos. A ellos les corresponda gobernar al pueblo de Dios consabidura (cf. 1 R 3.9); pero en realidad hicieron todo lo contrario. Por eso no fue un hecho casual queIsrael y Jud terminaran por caer derrotados y dejaran de existir como naciones independientes (2 R17.6; 25.121).

    Los profetas. En este contexto proclamaron su mensaje los ms grandes profetas de Israel. Ellosvieron con extraordinaria lucidez el desorden que reinaba en la sociedad. El pueblo de Israel no era loque Dios quera y esperaba de l. El Seor haba formado y cuidado a su pueblo, como el labradorplanta y cultiva su via, y esperaba de l buenos frutos. Pero sus esperanzas quedaron frustradas porquela via del Seor, en vez de dar buenos frutos, haba producido uvas agrias (Is 5.17). El pecado deIsrael estaba grabado con punta de diamante y con cincel de hierro en la piedra de su corazn (Jer17.1). Pero como el Seor no quiere la muerte del pecador, sino que cambie de conducta y viva (Ez18.23), envi a sus servidores, los profetas, para llamarlo a la conversin.

    Los profetas nunca dejaron de reconocer que el Seor haba elegido a Israel. Pero esta eleccindivina, mucho ms que un privilegio, era para ellos una responsabilidad. Ni el culto, ni el templo, ni ladinasta davdica ni el recuerdo de las acciones pasadas de Yav ofrecan ya una garanta incondicionaly automtica, porque el Seor ha dado a conocer

    en qu consiste lo buenoy qu l espera de ti:que hagas justicia, que seas fiel y lealy que obedezcas humildemente a tu Dios.

    (Miq 6.8)Tambin el profeta Ams ha expresado esta idea con toda claridad y precisin:

    Slo a ustedes he escogidode entre todos los pueblos de la tierra.Por eso habr de pedirles cuentasde todas las maldades que han cometido.

    (Am 3.2)Otro tema central de la predicacin proftica es la fidelidad al culto de Yav. Ese tema se encuentra,

    sobre todo, en Oseas, Jeremas y Ezequiel. Ellos denunciaron la idolatra en todas sus formas (cf., porejemplo, Os 4.114; Jer 2.2328) y, con tal finalidad, utilizaron ampliamente el simbolismo conyugal:Yav era el esposo de Israel, pero los israelitas se comportaban como una esposa infiel, que engaa a sumarido y se prostituye con el primero que pasa (cf., entre muchos otros textos, Os 2; Ez 16; 20). Era

  • preciso, por lo tanto, volver a la fidelidad perdida (Jer 2.13), antes que fuera demasiado tarde (Jer 4.14).

    Los profetas condenaron tambin el orgullo y la ambicin de las clases dirigentes, que nomostraban la menor preocupacin por el destino de su pueblo. La gente humilde era vctima de jefes sinescrpulos, que crean que todo les estaba permitido (cf. Am 2.68). Ante el espectculo generalizadode la venalidad y la corrupcin, ellos manifestaron decididamente su solidaridad con las vctimas de lainjusticia y denunciaron sin reserva a los opresores. Segn sus enseanzas, la fidelidad al Seor debamanifestarse no slo en la observancia de ciertas prcticas cultuales y religiosas, sino tambin, y sobretodo, en el mbito de las relaciones sociales. Sin la prctica de la justicia, el culto puramente exteriorera abominable para el Seor (Is 1.1020; Am 5.2124).

    La cada de Jerusaln. Los profetas anunciaron repetidamente que Jerusaln sera destruida y quesus habitantes caeran bajo la espada de sus enemigos, o seran llevados al exilio, si no se volvan alSeor de corazn. Pero ni el pueblo ni sus gobernantes hicieron caso a la palabra del Seor, y aquellosanuncios se cumplieron. El ejrcito de Nabucodonosor, rey de Babilonia, siti la ciudad santa, y esta nopudo resistir al asedio. Los invasores entraron en Jerusaln, la saquearon, incendiaron el templo, sellevaron sus tesoros y vasos sagrados, y deportaron al sector ms representativo de la poblacin (2 R25.121). El Salmo 74.49 describe con hondo dramatismo aquella catstrofe:

    Tus enemigos cantan victoria en tu santuario;han puesto sus banderas extranjerassobre el portal de la entrada!Cual si fueran leadoresen medio de un bosque espeso,a golpe de hacha y martillo,destrozaron los ornamentos de madera.Prendieron fuego a tu santuario;deshonraron tu propio temploderrumbndolo hasta el suelo!Decidieron destruirnos del todo;quemaron todos los lugares del pasdonde nos reunamos para adorarte!Ya no vemos nuestros smbolos sagrados;ya no hay ningn profeta,y ni siquiera sabemos lo que esto durar.

    El exilio. Comparado con la historia de Israel en su conjunto, el perodo del exilio fue relativamentebreve: unos sesenta aos desde la primera deportacin (2 R 25.1821) hasta el edicto de Ciro (2 Cr36.2223). Sin embargo, fue uno de los ms ricos y fecundos en la historia de la salvacin. Losisraelitas meditaron sobre la catstrofe que les haba acontecido, y esperaron con impaciencia que elSeor volviera a intervenir una vez ms en favor de su pueblo (cf. Sal 137).

    Una vez que se cumpli el trmino fijado por Dios (cf. Jer 29.10), los exiliados escucharon la vozde los profetas que les anunciaban el fin del cautiverio y una pronta liberacin (cf. Is 4055).

    Cuando cay Jerusaln, el rey Nabucodonosor estaba en el apogeo de su gloria. Pero a su pas deballegarle el momento de estar tambin sometido a grandes naciones y reyes poderosos (Jer 27.7). Losprimeros indicios de la declinacin de Babilonia se sintieron hacia el 546 a.C., cuando apareci en elescenario del Prximo Oriente Antiguo un nuevo protagonista: Ciro, el rey de los persas. Entonces los

  • exiliados pudieron esperar su liberacin y el fin de la catstrofe (cf. Is 4055). Esta se realiz en el ao539 a.C., con la cada de Babilonia.

    La vuelta del exilio. El edicto de Cirodel que la Biblia conserva dos versiones (Esd 1.24; 6.35)autoriz a los deportados el regreso a Palestina. Este retorno fue paulatino. La primera caravana derepatriados lleg a Jud al mando de Sesbasar (Esd 1.511), que era una especie de alto comisario delimperio persa. Pero Sesbasar desapareci pronto de la escena y en lugar de l apareci Zorobabel. Lareedificacin del templo, que haba empezado Zorobabel con mucho entusiasmo, se vio obstaculizadapor las hostilidades de los samaritanos; pero estimulado por los profetas Hageo y Zacaras, Zorobabelpuso de nuevo manos a la obra y en el ao 515 a.C. el templo qued terminado.

    A partir del edicto de Ciro fueron llegando a Jerusaln sucesivas caravanas de repatriados. Muchosotros judos, en cambio, prefirieron quedarse en la dispora, donde haban prosperado econmicamente,llegando a desempear, algunas veces, cargos de importancia como funcionarios del imperio persa (cf.Neh 2.1).

    Con el paso del tiempo, la situacin poltica, social y religiosa de Judea se fue deteriorando cadavez ms. Entre los factores que contribuyeron a ese proceso hay que mencionar las dificultadeseconmicas, las divisiones en el interior de la comunidad y, muy particularmente, la hostilidad de lossamaritanos.

    Nehemas, que a pesar de ser judo era un alto dignatario en la corte del rey Artajerjes I, se enterde que la ciudad de Jerusaln an se encontraba casi en ruinas y con sus puertas quemadas. Entoncessolicit y obtuvo ser nombrado gobernador de Jud para acudir en ayuda del pueblo. Su valenta yfirmeza superaron todas las dificultades, y en muy poco tiempo se restauraron los muros de la ciudad.Luego se dedic a repoblar la ciudad santa, que estaba casi desierta, y tom severas medidas paradefender a los ms desvalidos y para reprimir algunos abusos (Neh 5.112), siendo l mismo el primeroen dar el ejemplo (Neh 5.1419). Un tiempo despus volvi por segunda vez a Jerusaln y complet lareforma que haba iniciado (Neh 10).

    Esdras, sacerdote y escriba que tambin haba estado en Babilonia, desempe un papel igualmenteimportante en esta accin reformadora.

    La dispora. Como ya lo hemos recordado, muchos deportados a Babilonia, siguiendo los consejosde Jeremas (29.47), se dedicaron al cultivo de la tierra y a otras actividades rentables, y as lograronconstituir en el exilio colonias muy florecientes. Por eso, cuando Ciro autoriz el regreso, renunciaron avolver a Palestina.

    Ms tarde a estas colonias judas en territorio extranjero, se fueron sumando muchas otras,formadas por las olas sucesivas de judos que emigraban de Palestina para probar fortuna en el exterior.De este modo, en el siglo I a.C., muchos emigrados judos o los descendientes de ellos estabandiseminados por todas las regiones del mar Mediterrneo. Al conjunto de estas comunidades judas sele da el nombre de dispora, palabra de origen griego que significa dispersin (cf. Stg 1.1; 1 P1.1).

    Por la influencia de estas comunidades de la dispora, numerosos paganos se convirtieron almonotesmo judo. Algunos aceptaban solo algunos preceptos, y estos convertidos se llamabantemerosos de Dios. Otros, ms fervorosos, se sometan por completo a la ley mosaica y franqueabanla ltima etapa, sometindose a la circuncisin. Estos formaban el grupo de los proslitos. SegnHechos de los Apstoles, los primeros misioneros cristianos encontraron por todas partes proslitos ytemerosos de Dios (cf. Hch 2.11; 10.2; 13.16,43).

  • El perodo intertestamentario. Entre el ltimo de los libros del Antiguo Testamento y los escritosms antiguos del Nuevo, transcurre un perodo llamado intertestamentario. Para comprender mejoresta etapa es necesario recordar que en ella Israel vivi ms que nunca de una promesa. La promesahecha a Abraham, renovada a Moiss bajo la forma de alianza, luego a David, y recordadaconstantemente por los profetas, era el aliciente que mantena viva la esperanza del pueblo.

    Esta esperanza persisti bajo distintas formas a travs de las vicisitudes de su historia, renaciendocada vez renovada y tendida siempre hacia el futuro. A partir de las pruebas del exilio y de ladesaparicin de la realeza, ella estuvo centrada, sobre todo, en la figura del Mesas, el nuevo David.

    Los que esperaban al Mesas tendan a representarse su reinado bajo aspectos puramente terrestres,como la conquista y la dominacin de los pueblos paganos que tantas veces haban oprimido a Israel.

    En este sentido se reinterpretaban los antiguos anuncios profticos, como este de Ams:El da viene en que levantar la cada choza de David. Tapar sus brechas, levantar sus ruinas y lareconstruir tal como fue en los tiempos pasados, para que lo que quede de Edom y de toda nacin que me hapertenecido vuelva a ser posesin de Israel. El Seor ha dado su palabra, y la cumplir.

    (Am 9.1112 DHH3)Esta perspectiva era la ms corriente, aunque no exclusiva, en tiempos de Jess.Al lado de ella encontramos la llamada corriente apocalptica. El adjetivo apocalptico viene

    de apoklypsis, palabra griega que significa revelacin. Todo apocalipsis, en efecto, es unarevelacin sobre el sentido profundo de la historia humana. Porque en la historia se realiza unmisterioso designio de Dios, que solo puede darlo a conocer la revelacin divina. Segn este plan, al finde los tiempos Dios va a triunfar sobre el mal y a enjugar las lgrimas de sus fieles (cf. Ap 21.4). Peromientras llega el fin, el mal despliega todo su poder y persigue al pueblo de Dios, hasta el punto deinfligir una muerte violenta a muchos creyentes. En este contexto, el apocalipsis quiere dar una palabrade consuelo, de aliento y de esperanza al pueblo de Dios perseguido.

    La lectura de estos escritos es apasionante pero difcil. En parte, por las constantes alusioneshistricas que se encuentran en ellos, y que requieren un buen conocimiento de las circunstancias enque se redactaron esos escritos. Y an ms, por el empleo del gnero apocalptico, es decir, de unaforma literaria que se caracteriza, sobre todo, por el constante recurso al lenguaje simblico.

    El Nuevo Testamento. Despus de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, Diosenvi a su Hijo Jesucristosu Palabra eterna, que ilumina a todos los seres humanospara que todoaquel que cree en l no muera, sino que tenga vida eterna (Jn 3.16).

    Una vez bautizado por Juan (Mc 1.911), Jess volvi a Galilea y comenz a anunciar la buenanoticia de Dios (Mc 1.1415). Reuni a su alrededor un grupo de discpulos, para que lo acompaarany para mandarlos a anunciar el mensaje (Mc 3.14). Los evangelios, sin embargo, nos muestran que losdiscpulos estuvieron muy lejos de entender, desde el comienzo, quin era en realidad aquel con quienconvivan tan ntimamente (Mc 8.1421). Pero Jess les anunci que el Paracletoel Espritu de laverdadles hara conocer toda la verdad (Jn 14.26; 15.26; 16.13). Este anuncio se cumpli el da dePentecosts, cuando la comunidad reunida en oracin recibi la luz y la fuerza del Espritu Santo (Hch2.14).

    Estos primeros discpulos, que fueron desde el comienzo testigos presenciales de lo que Jesshizo y ense, recibieron de l el encargo de anunciar el mensaje (Lc 1.2), y con el poder del EsprituSanto (Hch 1.8) dieron testimonio de lo que haban visto y experimentado: Porque lo hemos visto y lohemos tocado con nuestras manos (1 Jn 1.1).

  • Los que creyeron en la buena noticia, a su vez, formaron comunidades cuyos miembros seguanfirmes en lo que los apstoles les enseaban, y compartan lo que tenan, y oraban y se reunan parapartir el pan (Hch 2.42). Y en la vida de estas comunidades fueron surgiendo los escritos del NuevoTestamento.

    Aqu es importante tener en cuenta que el orden de los libros en el canon del Nuevo Testamento nocorresponde al orden cronolgico en que se redactaron los libros.

    Entre los escritos ms antiguos estn las cartas paulinas. El apstol, en efecto, anunciaba elevangelio de viva voz (cf. Hch 13.16; 14.1; 17.22). Pero a veces, estando lejos de alguna de las iglesiasfundadas por l, se vio en la necesidad de comunicarse con ella, para instruirla ms en la fe, paraanimarla a perseverar en el buen camino, o para corregir alguna desviacin (cf., por ejemplo, Gl 1.69).As nacieron sus cartas, escritas para hacer frente a los problemas de ndole diversa que surgan, sobretodo, de la rapidez y amplitud con que se difunda la fe cristiana.

    Aunque los materiales utilizados por los evangelistas han sido transmitidos por los que desde elcomienzo fueron testigos presenciales (Lc 1.1), la redaccin de los Evangelios, tal como han llegadohasta nosotros, es posterior a las cartas paulinas.

    Cada uno de estos cuatro evangelios quiere responder a la pregunta que se hace todo el que seencuentra con Cristo. Esta pregunta ya se la haba hecho Pablo en el camino de Damasco, cuando dijo:Quin eres, Seor? (Hch 9.5). Y tambin se la hicieron los apstoles, dominados por el miedo,cuando vieron la tempestad calmada a una sola orden de Jess: Quin ser este, que hasta el viento yel mar le obedecen? (Mc 4.41).

    Marcos pone de relieve la realidad humana de Jess, pero destaca al mismo tiempo su misteriosatrascendencia. Llevndonos de pregunta en pregunta, de respuesta en respuesta, de revelacin enrevelacin, nos conduce en forma progresiva de la humanidad de Cristo a su divinidad, hacindonosdescubrir en el carpintero, hijo de Mara (6.3), primero al Mesas Hijo de David (8.29) y luego alHijo de Dios (15.39).

    En un relato ms extenso que el de Marcos, Mateo presenta a Jesshijo de Abraham e hijo deDavid (1.1)como el Mesas que lleva a su cumplimiento todas las esperanzas de Israel y lassobrepasa a todas. Apoyndose constantemente en las profecas del Antiguo Testamento, muestra cmoJess las realiza plenamente, pero de una manera que el pueblo judo de su tiempo ni siquiera alcanz asospechar: Todo esto sucedi para que se cumpliera lo que el Seor haba dicho por medio delprofeta (1.22; cf. 2.17; 4.14; 8.17; 26.56).

    Lucas destaca, sobre todo, la misin de Jesucristo como Salvador universal (cf. 2.2932). Es elevangelio proclamado por el ngel de Beln: Les traigo una buena noticia, que ser motivo de granalegra para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un Salvador, que es el Mesas, el Seor(2.1011). En las parbolas de la misericordia divina, Lucas anota que la alegra de la salvacin no sloresuena en la tierra, sino que regocija tambin al cielo y a los ngeles (15.7,10); la vuelta del hijoprdigo a la casa de su padre se festeja con jbilo (15.2224), y el gozo del perdn y de la salvacinllega tambin a la casa de Zaqueo, que recibi a Jess con alegra (19.6).

    Se le ha llamado al Evangelio de Juan evangelio espiritual, debido a la profundidad con que hasabido penetrar en el misterio de Cristo. Jess es la Luz del mundo, el Pan de vida, el Camino, laVerdad y la Vida, la Resurreccin y la Vid verdadera. l es la Palabra eterna del Padre, que existadesde el principio y que se hizo carnees decir, hombre en el pleno sentido de la palabray

  • acamp entre nosotros (Jn 1.14, NBE). l es la manifestacin suprema del amor de Dios, que novino a condenar sino a salvar. Pero tambin exige de sus seguidores una opcin fundamental:Tambin ustedes quieren irse? Seor, a quin podemos ir? Tus palabras son palabras de vidaeterna (6.67,68).

    Adems de las cartas paulinas, el Nuevo Testamento incluye otras cartas apostlicas, que llevan losnombres de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el hermano de Santiago. En su mayor parte, estas cartas nose dirigen a personas o a comunidades particulares, sino a grupos ms amplios (cf., por ejemplo, 1 P1.1). En ellas se reflejan las dificultades que debieron afrontar los primeros cristianos en medio de lahostilidad de los paganos. Debemos agregar aqu la Epstola a los Hebreos, considerada ms como unsermn de exhortacin que invita a los cristianos a permanecer fieles en la fe de Jesucristo, en medio deuna situacin adversa.

    Por ltimo, el libro del Apocalipsispalabra griega que significa Revelacinanuncia el triunfofinal del Seor. Se designa el da de este triunfo final de Cristo como el de las Bodas del Cordero:

    Alegrmonos, llenmonos de gozo y dmosle gloria,porque ha llegado el momentode las bodas del Cordero.

    (Ap 19.7)Por eso, el Apocalipsis proclama con jbilo:

    Felices los que han sido invitadosa la fiesta de bodas del Cordero.

    (Ap 19.9)Con esta bienaventuranza llega a su trmino el libro del Apocalipsis, cuyas palabras finales son un

    canto nupcial: Ven!, dice la esposa del Cordero, y ella escucha una voz que le responde: S, vengopronto (Ap 22.17, 20 DHH3).

    ConclusinEl Dios que se revela en la Biblia ha intervenido en la historia humana para hacer de ella una

    historia santa. Los acontecimientos del Antiguo Testamento anunciaban, prefiguraban y realizabanparcialmente lo que en el Nuevo Testamento llegara a su pleno cumplimiento. Si la Pascua de Cristotrae al mundo la plenitud de la salvacin, la pascua de Moiss fue la aurora de nuestra salvacin. Laliberacin del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto preanunciaba asimismo la liberacin de todala humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. Este mismo movimiento de la historiacontina, se prolonga y se expande en la vida de la Iglesia, que escucha, vive y anuncia la Palabra hastalos confines de la tierra (cf. Hch 1.8).

    Libros recomendadosPara profundizar en la lectura

    Dietrich, Susana de. Los designios de Dios. Trad. del francs por F. Rived. Mxico: Publicaciones El Faro,S. A. y CUPSA, 1952.

    Rhodes, Arnold B. Los actos portentosos de Dios. Trad. del ingls por Jorge Lara-Braud y Miriam D. deLloreda. Richmond: C. L. C. Press, 1964.

    Obras afines

    NBE Nueva Biblia Espaola

  • Barclay, William. Introduccin a la Biblia. Trad. del ingls por Juanleandro Garza. Mxico: CUPSA,1987.

    Charpentier, Etienne. Para leer el Antiguo Testamento. Trad. del francs por Nicols Darrical. Estella:Editorial Verbo Divino, 1984.

    Charpentier, Etienne. Para leer la Biblia. Cuadernos Bblicos 1. Trad. del francs por Nicols Darrical.Estella: Editorial Verbo Divino, 1985.

    Equipo Cahiers Evangile. Primeros pasos por la Biblia. Cuadernos Bblicos 35. Trad. del francs porNicols Darrical. Estella: Editorial Verbo Divino, 1984.

    Pietrantonio, Ricardo. Itinerario Bblico. 1 Antiguo Testamento. Buenos Aires: Ediciones La Aurora, 1985.Sauer, Erich. La aurora de la redencin del mundo. Trad. del ingls por Ernesto Trenchard. Madrid:

    Literatura Bblica, 1967.

    LA POESA BBLICAArmando J. Levoratti

    Los textos poticos de la BibliaDesde el punto de vista literario, la Biblia presenta una notable variedad de lenguajes o gneros

    literarios. Hay textos narrativos, cdigos legislativos, dichos sapienciales, parbolas, profecas, cartas yescritos apocalpticos. Muchos de esos textos estn escritos en prosa, pero otrosbastantenumerososson textos poticos.

    A veces se trata de un himno intercalado en una narracin, como los cnticos de Moiss (Ex 15.121), Dbora (Jue 5.131), Ana (1 S 2.110), David (2 S 1.1727) y Jons (Jon 2.210). Otras veces ellenguaje potico comprende todo un libro (como en el Cantar de los Cantares) o la mayor parte de l(como en el libro de Job). Tambin los profetas fueron grandes poetas, y lo mismo hay que decir de lossalmistas, que no encontraron medio ms adecuado para dialogar con Dios que el lenguaje de la poesa.

    En el Nuevo Testamento no hay tantos poemas como en el Antiguo, pero de ningn modo estnausentes. En l se encuentran himnos y cnticos, cuya configuracin rtmica y formal se destaca sobreel trasfondo del discurso en prosa que les sirve de contexto. De ello dan testimonio el cntico de Mara(Lc 1.4655), el de Zacaras (Lc 1.6779), el del anciano Simen (Lc 2.2832) y los himnoscristolgicos que aparecen aqu y all en las cartas paulinas (Flp 2.611; Col 1.1520; Ef 1.314).Tambin hay palabras de Jess que tienen un ritmo muy particular, como el reproche que les dirigi aquienes haban rechazado todas las invitaciones de Dios:Tocamos la flauta,pero ustedes no bailaron;cantamos canciones tristes,pero ustedes no lloraron.

    (Mt 11.17)Por ltimo, cabe mencionar los himnos y doxologas del Apocalipsis, que nos traen un eco de los

    cnticos litrgicos de la iglesia primitiva (cf., por ejemplo, Ap 5.910; 11.1718; 12.1012; 15.34).Dada la abundancia de textos poticos que contiene la Biblia, es muy difcil comprender a fondo su

    mensaje sin una cierta sensibilidad para apreciar el lenguaje de la poesa. De ah la conveniencia (omejor dicho, la necesidad) de que los lectores de la Biblia tengan algn conocimiento de la poticahebrea. Esta necesidad es an mayor cuando se trata de traducir las Escrituras, porque al traductor lecompete la misin de traducir poticamente los textos poticos.

  • Biblia y poesaUn poema es un conjunto estructurado de frases que son, a su vez, portadoras de significados. Dada

    la ndole semntica del lenguaje, las palabras y las frases significan algo.1 Pero la significacin quedanotablemente reforzada cuando se emplea con acierto el lenguaje potico. Los poetas se permitenconstrucciones gramaticales muchas veces audaces; alteran el orden de las palabras, las unen de formainesperada o sorprendente, y utilizan figuras literarias que resultaran extraas o chocantes en el hablade todos los das. As, mediante la asociacin armnica del sonido, del ritmo y de la idea, la poesalogra expresar significados que otras formas de discurso no alcanzan a transmitir.

    Hay que notar, sin embargo, que la poesa en la Biblia no es un fin sino un medio. Los poetas de laBiblia no cultivaron el arte por el arte. Es verdad que los profetas se expresaron poticamente y que lossalmistas oraban poticamente. Pero el lenguaje potico cumple aqu una funcin instrumental. Loesencial es el mensaje que el profeta anuncia y la plegaria que el salmista dirige al Seor.

    Plan de la exposicinLa siguiente exposicin se divide en dos partes. A fin de familiarizarnos con el lenguaje potico en

    general, indicaremos en primer lugar algunas caractersticas de la potica tradicional espaola. Luego,en la segunda parte, expondremos los principales rasgos que definen la potica bblica.

    El discurso potico en la poesa espaolaAnoche cuando dormaso bendita ilusin!que una colmena tenadentro de mi corazn;y las doradas abejasiban fabricando en l,con las amarguras viejas,blanca cera y dulce miel.

    Al leer esta estrofa del gran poeta espaol Antonio Machado, percibimos de inmediato que sulenguaje no es el que solemos usar en la conversacin corriente. Es verdad que las palabras son lasmismas que empleamos todos los das para hablar con los dems. Pero esas palabras estn dispuestasde modo inusitado: no se emplean con la finalidad puramente prctica de comunicar una idea, unsentimiento o un deseo, sino que el poeta ha hecho mucho ms: ha compuesto un poema, es decir, hadispuesto las palabras de tal manera que el mensaje potico resulta inseparable del lenguaje que loexpresa. El intento de expresar esto mismo de otra manera, y hasta un simple cambio en las palabras,haran que el mensaje potico perdiera en todo o en parte su poder de sugestin. O dicho msbrevemente: El mensaje potico no puede comunicarse por un medio distinto del poema mismo.

    Esta forma de discurso suele caracterizarse como discurso potico.

    1 La semntica (del griego semainein, significar) es la rama de la lingstica que se ocupa del significado de laspalabras. El adjetivo semntico se aplica al lenguaje en cuanto que es portador de significados. El valorsemntico de una palabra es su significado; un cambio semntico es un cambio de sentido. Por extensin, eltrmino se aplica a cualquier clase de signos, y entonces se habla del valor semntico del gesto o seal que seutiliza para transmitir un mensaje y ponerse en comunicacin con otras personas.

  • Lo ideal sera proponer una definicin que nos revelara desde el comienzo la esencia de la poesa.Pero una de las paradojas del fenmeno potico es que no se deja encerrar en una frmula definitiva,aceptable para todos. En realidad, cada generacin modifica hasta cierto punto el concepto de poesa yle confiere un matiz particular. Hay en el hecho potico algo de misterio, y aunque no podemosdefinirlo con exactitud, lo sentimos y gozamos como una especie de milagro en algunos poemas.

    De todos modos, lo cierto es que el discurso potico no est sujeto nicamente a las reglasgenerales de la gramtica, sino que presenta, adems, una serie de rasgos particulares. Lo importante esadquirir una cierta familiaridad con esa forma de lenguaje, y para ello es conveniente identificar loselementos formales ms caractersticos de la poesa espaola.

    1. Los mrgenes: Al fijar los ojos en el texto escrito de un poema, lo primero que salta a la vista sonlos amplios mrgenes que se extienden a derecha e izquierda. Esto permite distinguir a simple vista untexto potico de un discurso en prosa. Los escritos en prosa tienen mrgenes estrechos; los espacios enblanco son ms bien reducidos, y la escritura ocupa prcticamente toda la pgina. Los textos poticos,en cambio, estn distribuidos en versos.

    2. Los versos: Son unidades mtricas y rtmicas que se organizan en series. Cuando esas unidadesson todas iguales (es decir, cuando tienen el mismo nmero de slabas), la versificacin se llamaregular; cuando no son iguales, la versificacin es irregular, fluctuante o libre.

    Fnicamente, los versos se distinguen porque van entre dos pausas; grficamente, porque cada unoocupa una lnea distinta.

    Los versos dividen el discurso en intervalos simtricos, un poco como el msico lo hace con loscompases. Adems, en ellos se distribuyen determinados elementos fnicos (acentos, pausas, rimas,etc.), que suelen distribuirse en un orden determinado, formando las agrupaciones llamadas estrofas.2

    2

    Con cierta frecuencia, los versos se combinan en grupos que se repiten de manera uniforme a lo largo detodo el poema. Estas combinaciones mtricas se llaman estrofas. Teniendo en cuenta la variedad de lascombinaciones posibles, los tipos de estrofa son potencialmente indefinidos. Como ejemplo de esta estructurapotica pueden mencionarse las coplas de pie cortado, que se emplean poco en la actualidad pero que seusaron mucho en la literatura espaola de los siglos XV y XVI. Su forma ms frecuente era la de seis versos (unpar de octoslabos y un tetraslabo), con rimas situadas en puntos fijos: el primero con el cuarto, el segundocon el quinto y el tercero con el sexto. Las ms famosas son, sin duda, las Coplas de Jorge Manrique por lamuerte de su padre, escritas hacia el 1474. A ellas pertenecen las estrofas siguientes:

    Recuerde el alma dormida,avive el seso y despiertecontemplandocmo se pasa la vida,cmo se viene la muerte,tan callandoNuestras vidas son los rosque van a dar a la marque es el morir;all van los seorosderechos a se acabary consumir.

  • As, el efecto potico no depende exclusivamente de las ideas expresadas en el poema, sino tambin, ya veces en forma preponderante, de la capacidad de sugestin propia del lenguaje.

    3. El metro: En la estrofa de Antonio Machado, todos los versos tienen la misma cantidad deslabas; as, por ejemplo:y las do-ra-das a-be-jas 8 slabascon las a-mar-gu-ras vie- jas 8 slabas

    Esto quiere decir que el poeta se ha impuesto una restriccin particular. En lugar de expresarsecomo lo hacemos en la conversacin ordinaria, ha escrito su poema en versos octoslabos, y si uno delos versos tuviera una slaba de ms o de menos, el hecho sera percibido de inmediato como un error ocomo una violacin de la regla.

    4. La rima: Esta es otra de las caractersticas que llaman la atencin cuando se leen los versos deMachado que figuran al comienzo.

    Rima es la igualdad o semejanza de sonidos en que acaban dos o ms versos a partir de la ltimavocal acentuada, de manera que corazn rima con ilusin y abejas con viejas. En estos casos, se tratade rimas consonantes, porque todos los sonidos son iguales a partir del ltimo acento. Si lacoincidencia de los sonidos es parcial, porque solamente las vocales son iguales, se habla de rimasasonantes (por ejemplo, claramaana).

    La rima cumple a veces una funcin eufnica,3 pero no es necesariamente un mero ornamentosonoro. Hay casos, por el contrario, en que la reiteracin del mismo sonido adquiere una notable fuerzaemotiva, como puede apreciarse en la primera lira4 del Cntico de San Juan de la Cruz:Adnde te escondiste,Amado, y me dejaste con gemido?Como el ciervo huiste,habindome herido;sal tras ti clamando, y eras ido.

    La palabra gemido, al final del segundo verso, presenta el timbre -ido cargado de un sentimiento dedolor. Luego, a corta distancia, la palabra herido rima con ella, y la semejanza sonora hace que tambinesta palabra quede impregnada de una tonalidad emotiva. Esa carga se refuerza al final de la estrofa, enla frase y eras ido, que resuena con un tono de lamento.

    Aunque es uno de los rasgos ms constantes en la poesa castellana tradicional, la rima no perteneceesencialmente al lenguaje potico. Era desconocida en la poesa antigua (hebrea, griega y latina), y lospoetas contemporneos prescinden con frecuencia de ella, empleando, en cambio, el llamado versolibre o suelto. De ah la necesidad de establecer una distincin entre la poesa propiamente dicha y lamera utilizacin de ciertos artificios formales como el verso y la rima. Ms que en el virtuosismo

    3 La eufona es el efecto acstico agradable producido por la acertada combinacin de los sonidos en unapalabra o en una frase. A ella se opone la cacofona, que es la repeticin o el encuentro de varios sonidos conun efecto acstico desagradable (v. gr., Dales las lilas a las nias).4 La lira es una estrofa formada por versos endecaslabos (de once slabas) que se combinan con heptaslabos(de siete slabas). El nmero de versos puede variar de cuatro a siete, pero la forma ms comn es la de cincoversos, con rimas situadas en puntos fijos: aBabC. Garcilaso de la Vega la us por primera vez en su clebreCancin a la Flor de Gnido, y ms tarde otros poetas, de un modo especial Fray Luis de Len y San Juan de laCruz, la volvieron a utilizar con singular maestra. El nombre proviene del primer verso de la cancin deGarcilaso: Si de mi baja lira

  • verbal, la verdadera poesa radica en la eleccin de un tema apropiado y en el pleno aprovechamientodel poder sugestivo y evocador de las palabras.

    5. El ritmo: es otra de las cualidades del lenguaje potico. Hay muchos poemas correctos en cuantoal metro y la rima, pero que resultan inspidos y deslucidos por carecer del ritmo adecuado.

    El ritmo, para ser perceptible, necesita un sustrato sensorial que transcurra en el tiempo. Un sonidouniforme, sostenido durante mucho tiempo, nunca es rtmico. S lo es, en cambio, la gota de agua quecae a intervalos regulares. Pero si esos intervalos son muy espaciados, si falta la periodicidad, el ritmodesaparece.

    Para comprender la naturaleza del ritmo potico, es necesario tener en cuenta lo que se ha dado enllamar la forma lineal del mensaje lingstico. Esta forma deriva, en ltimo anlisis, del carctervocal del lenguaje. Como no se pueden emitir dos sonidos distintos al mismo tiempo (por ejemplo, /t/ y/d/), los enunciados verbales se desarrollan segn el curso irreversible del tiempo, y el odo los percibecomo una sucesin. As, el signo sal tiene los mismos fonemas que el signo las, pero el orden en queestn dispuestos los fonemas hace que tengan valores semnticos distintos.

    El lenguaje puede producir un efecto rtmico porque est compuesto de slabas marcadas y nomarcadas. En algunas lenguas (como en el griego y el latn clsicos), lo que contaba era la duracin delas slabas, es decir, la distincin de slabas breves y largas. En la potica castellana, en cambio, laorganizacin rtmica del verso se basa en la diferenciacin de slabas acentuadas y no acentuadas.Marcadas son las slabas sobre las que recae el acento; no marcadas, las que carecen de l. El ritmoacentual resulta de la contraposicin entre las slabas tnicas y las slabas tonas.5

    Es notoria la capacidad del ritmo verbal para producir efectos poticos. Tal capacidad se pone demanifiesto, de un modo especial, en esos poemitas hechos con palabras y grupos de sonidos casidesprovistos de sentido, pero que poseen una sonoridad particular. Las coplas populares y las cancionesinfantiles ofrecen buenos ejemplos, que los poetas imitan a veces. Vanse, a modo de ilustracin, lossiguientes versos de Garca Lorca:Nana, nio, nanadel caballo grandeque no quiso el agua.

    En estos versos, el efecto potico no depende del significado de las palabras y de las frases, sino dela musicalidad y el ritmo de los sonidos. Estas posibilidades musicales del verso estn ligadas a laprosodia de la lengua, es decir, a los rasgos fnicos y a la sonoridad propia de cada idioma. Pero losrasgos prosdicos son difcilmente transferibles de una lengua a otra, porque cada idioma tiene supropia musicalidad. De ah que el intento de traducir textos poticos choque muchas veces condificultades casi insuperables. El contenido de un poema puede pasar de una lengua a otra; en cambio,es casi imposible trasvasar con la misma eficacia todos los rasgos formales constitutivos del lenguajepotico.6

    6. Poesa y versificacin: Como ya lo hemos sugerido repetidamente, la mera utilizacin del versono basta para hacer poesa en el verdadero sentido de esta palabra. La poesa supone, adems delverso y de otros artificios formales, cualidades como la armona y musicalidad del lenguaje, el vueloimaginativo y una emotividad ms o menos intensa. En un autntico poema hay adems otros

    5 Como se ver ms adelante, el ritmo acentual caracteriza tambin a la potica hebrea.6 Acerca de los problemas que plantea la traduccin de los textos poticos, vase Traduccin de la Biblia 2/2(1992) 111.

  • elementos que contribuyen a producir el efecto potico; son las metforas, las imgenes y el acierto enla eleccin y disposicin de las palabras, sin olvidar el contenido del poema. Solamente la armnicacombinacin de todos estos elementos puede dar como resultado una genuina realizacin esttica.

    Las indicaciones anteriores pueden ayudarnos a comprender mejor el lenguaje potico. Esimportante notar, sin embargo, que las reglas de la composicin potica, y aun el concepto mismo depoesa, varan en las distintas culturas. Al abordar el estudio de la potica hebrea es muy importantetener en cuenta este principio.

    La potica hebreaCon estos presupuestos, podemos preguntarnos ahora cules son los elementos caractersticos de la

    potica hebrea.1. La rima: No es un rasgo distintivo de la poesa bblica. Sin embargo, a veces se encuentran

    pasajes como el de Is 1.21: ek hayet lezon quiri ne eman.7La terminacin de todas estas palabras en -a acentuada se debe, en parte, a que la palabra quiri

    (ciudad) es femenina y, por eso, para la forma verbal hayet y para el participio adjetival ne emanrigen las reglas de la concordancia. Pero las otras dos palabras ( ek y lezon) tienen la mismaterminacin, y esta coincidencia no parece casual. Tal vez habra que pensar que el profeta haacumulado intencionalmente las rimas con una finalidad estilstica. Sin embargo, tal acumulacin no esun rasgo caracterstico de todos los poemas hebreos, sino de este poema en particular. De ah lanecesidad de examinar en cada pasaje potico la existencia o la ausencia de rimas.

    2. El ritmo: Aunque no conocemos en todos sus detalles la pronunciacin del hebreo antiguo, puedeestablecerse con suficiente certeza que la potica hebrea era acentual, es decir, este lenguaje poticoatribuye gran importancia al ritmo que resulta de la acentuacin de las slabas. Como factor constitutivose fija el acento tnico, que se distribuye entre las pausas y los cortes. El texto hebreo del Salmo 2.1 dauna idea de cmo se reparten los acentos para producir un efecto rtmico:Lmma ragsh goym u le ummm yegh rq8

    Cada hemistiquio consta de tres acentos, y esta misma acentuacin se mantiene a lo largo de casitodo el salmo.

    En pocas recientes se han hecho importantes estudios acerca de la funcin del ritmo en la poticahebrea. Como estas investigaciones requieren un profundo conocimiento del hebreo bblico, remitimospara su profundizacin a las obras especializadas que se mencionan en la bibliografa.

    3. El paralelismo de los miembros (parallelismus membrorum): Segn la mayor parte de los que sehan ocupado de la potica hebrea, este es su rasgo distintivo ms notable. En virtud de esta forma deparalelismo, la expresin potica ms elemental est constituida por dos frases paralelas (aunque aveces tambin pueden ser tres), que se corresponden mutuamente por su forma y su contenido y seequilibran como los platillos de una balanza. De este modo, la idea no se expresa toda de una vez, sino,por as decirlo, en dos tiempos sucesivos. Por ejemplo:

    El malvado cree que Dios se olvida,que se tapa la cara y que nunca ve nada.

    (Sal 10.11)

    7 Cmo se ha prostituido la ciudad fiel!8 Por qu se alborotan los pueblos y las naciones hacen planes sin sentido?

  • El buey reconoce a su dueoy el asno el establo de su amo.

    (Is 1.3)Tu palabra es una lmpara a mis piesy una luz en mi camino.

    (Sal 119.105)A partir de estos ejemplos, resulta ms fcil examinar con mayor detenimiento el paralelismo de los

    miembros.Al conjunto formado por las dos mitades paralelas se lo suele llamar estico (del griego stijos, que

    significa lnea) y tambin, ms precisamente, monostiquio. Cada mitad es un hemistiquio, de maneraque la unidad potica elemental puede ser representada con el grfico siguiente:

    En general, se suelen distinguir tres formas de paralelismo: el sinnimo, el antittico y el sinttico.(a) El paralelismo sinnimo consiste en expresar dos veces la misma idea con palabras distintas,

    como en el Salmo 15.1:Seor, quin puede residir en tu santuario?,quin puede habitar en tu santo monte?

    O bien:Alaben al Seor desde el cielo!Alaben al Seor desde lo alto!

    (Sal 148.1)Albenlo con toques de trompeta!Albenlo con arpa y salterio!

    (Sal 150.3)(b) El paralelismo antittico se establece por la oposicin o el contraste de dos ideas o de dos

    imgenes poticas; por ejemplo, el Salmo 37.22:Los que el Seor bendice heredarn la tierra,pero los que l maldice sern destruidos.

    En esta forma de paralelismo, los contrastes son a veces bien marcados (como en el ejemploprecedente); otras veces, el segundo hemistiquio no expresa exactamente la idea contraria, sino queinvierte con cierta libertad la idea propuesta. En tales casos, la anttesis expresa una posibilidad deoposicin entre muchas otras, dando as lugar a innumerables posibilidades de variacin, como enProverbios 14.15:

    El imprudente cree todo lo que le dicen;el prudente se fija por dnde anda.

    Vanse tambin los ejemplos siguientes (Pr 10.27):Las riquezas mal habidas no son de provecho,pero la honradez libra de la muerte.El Seor no deja con hambre al que es bueno,pero impide al malvado calmar su apetito.Poco trabajo, pobreza;mucho trabajo, riqueza.Cosechar en el verano es de sabios;dormirse en la cosecha es de descarados.Sobre el hombre bueno llueven bendiciones,pero al malvado lo ahoga la violencia.Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones;

  • al malvado, muy pronto se le olvida.9

    Una forma particular de paralelismo antittico es el de los proverbios formuladoscomparativamente. El procedimiento consiste en comparar dos cosas y en declarar que una es superiora otra, lo cual es una forma de contraponerlas:

    Ms vale comer verduras con amor,que carne de res con odio.

    (Pr 15.17)Vale ms lo poco ganado honradamente,que lo mucho ganado en forma injusta.

    (Pr 16.8)Ms vale comer pan duro y vivir en pazque tener muchas fiestas y vivir peleando.

    (Pr 17.1)Ms vale ser pobre y honrado,que necio y calumniador.

    (Pr 19.1)Ms vale vivir en el borde de la azotea,que en una amplia mansin con una mujer pendenciera.

    (Pr 21.9)(c) El llamado paralelismo sinttico abarca una extensa gama de relaciones entre el primer

    hemistiquio y el segundo. El segundo miembro no repite, aunque sea modulndolo, lo expresado en elprimero, ni tampoco dice lo contrario. Lo caracterstico es que contina la idea enunciada, las ms delas veces con una gradacin que da lugar a una idea nueva. As el segundo miembro completa, explicao termina de expresar el pensamiento enunciado en el primero, avanzando en la misma direccin.Obviamente, esta prolongacin puede hacerse en varias direcciones posibles. Por ejemplo:

    Oh Dios, t eres santo en tus acciones;qu dios hay tan grande como t?

    (Sal 77.13)El Seor es mi pastor;nada me falta.

    (Sal 23.1)Tenan hambre y sed,estaban a punto de morir!

    (Sal 107.5)Como ya hemos indicado, los hemistiquios pueden relacionarse de muy distintas maneras. Mandato

    y motivacin, accin y consecuencia, enunciado y explicacin, son algunas de las formas posibles.Vanse, a modo de ejemplo, los pasajes siguientes:

    Mandato y motivacin:Aclamen al Seor, hombres buenos;en labios de los buenos, la alabanza es hermosa.

    (Sal 33.1) Accin y consecuencia:

    Pero en su angustia clamaron al Seor,y l los libr de la afliccin.

    9 Casi el 90% de los proverbios reunidos en Pr 1015 son de estilo antittico.

  • (Sal 107.6, 13, 19, 28) Enunciado y explicacin:

    A Dios clamo con fuerte vozpara que l me escuche.

    (Sal 77.1)La complementacin de ambos hemistiquios, tpica del paralelismo sinttico, se pone de manifiesto

    una vez ms en las sentencias pertenecientes a la serie como, que establece comparaciones de laespecie ms variada:

    Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos,es el perezoso para aquel que lo enva.

    (Pr 10.26)10

    Nubes y viento y nada de lluvia,es quien presume de dar y nunca da nada.

    (Pr 25.14)Como ciudad sin muralla y expuesta al peligro,as es quien no sabe dominar sus impulsos.

    (Pr 25.28)Como el perro vuelve a su vmito,vuelve el necio a su insensatez.

    (Pr 26.11, BJR)Bao de plata sobre olla de barroson las palabras suaves que llevan mala intencin.

    (Pr 26.23)Dentro de este contexto hay que mencionar tambin la progresin del tipo cunto ms!: Si algo

    es vlido para una cosa pequea, mucho ms lo ser para una cosa mayor, y viceversa.Si a la vista del Seor estn la muerte y el sepulcro,con mayor razn los pensamientos de los hombres!

    (Pr 15.11)A veces, el paralelismo sinttico presenta una forma particular, que consiste en desarrollar la idea

    repitiendo algunas palabras del verso anterior. Entonces se suele hablar de paralelismo progresivo,como en el caso del Salmo 145.18:

    El Seor est cerca de los que le invocan,de los que le invocan con sinceridad.

    Otro bello ejemplo de paralelismo progresivo se encuentra en el Salmo 93.34 (NBE):Levantan los ros, Seor,levantan los ros su voz,levantan los ros su fragor;ms que la voz de aguas caudalosas,ms potente que el oleaje del mar,ms potente en el cielo es el Seor.

    Libros recomendadosFglister, Notker. La oracin slmica. Estella: Editorial Verbo Divino, 1970.Schkel, Luis Alonso. Hermenutica de la Palabra-II: Interpretacin literaria de textos bblicos. Madrid:

    Ediciones Cristiandad, 1987. La primera parte del libro, Potica hebrea. Historia y procedimientos

    10 Traduccin ma.

  • pp. 17228, es un excelente manual para estudiar la poesa del Antiguo Testamento en el idiomaoriginal.

    Segunda parte:El contextode la Biblia

    EL CONTEXTO HISTRICODEL ANTIGUO TESTAMENTO

    Samuel PagnEl Antiguo Testamento se form en el devenir de la historia del pueblo de Israel.1 Su mensaje hace

    referencia a acontecimientos concretos y a relatos histricos. Sin embargo, su objetivo es presentar eltestimonio de la fe de un pueblo. La finalidad de los escritos bblicos no es hacer un recuento detalladode los sucesos de Israel sino preservar, afirmar y celebrar la fe de esa comunidad.2

    Aunque la escritura en Israel se desarroll formalmente durante la constitucin de la monarqua (ca.1030 a.C.; vase Tabla cronolgica), los recuerdos de pocas anteriores se mantenan y transmitan deforma oral, de generacin en generacin. Esos relatos orales los redactaron posteriormente diferentespersonas y grupos del pueblo, para preservar las narraciones que le daban razn de ser, y paracontribuir a la identidad nacional y al desarrollo teolgico de la comunidad.3

    El comienzo: la historia primitiva ( 2400 a.C.)La primera seccin del libro de Gnesis (caps. 111).4 se denomina comnmente como la historia

    primitiva o primigenia, y presenta un panorama amplio de la humanidad, desde la creacin delmundo hasta Abraham. El objetivo es poner de manifiesto la condicin humana en la Tierra. Aunque alser humano le corresponde un sitial de honor por ser creado parecido a Dios mismo (1.27),.5 sudesobediencia permiti la entrada del sufrimiento y la muerte en la historia. La actitud de Adn, Eva,Can y sus descendientes, y las naciones que quisieron edificar una ciudad y una torre que llegue hastael cielo (11.4), afect adversamente los lazos de fraternidad entre los seres humanos y, adems,interrumpi la comunin entre stos y Dios. En ese marco teolgico va a desarrollarse la historia de lasalvacin; es decir, los relatos que destacan las intervenciones de Dios en la historia de su pueblo.

    1 Las siguientes obras han sido consultadas para la confeccin de este captulo: John Bright, La Historia deIsrael, Bilbao: Descle de Brouwer, 19873; Martin Noth, Historia de Israel, Barcelona: Garriga, 1966; SiegfriedHerrmann, Historia de Israel, Salamanca: Sgueme, 1985.2 Werner H. Schmidt, Introduccin al Antiguo Testamento, Salamanca: Sgueme, 1983, p. 23; Gerhard von Rad,Teologa del Antiguo Testamento I, Salamanca: Ediciones Sgueme, 1972, pp. 2527, 148149.ca. circa, aproximadamente3 Schmidt, pp. 2631.4 G. von Rad, pp. 184217.5 Las citas bblicas se harn de acuerdo con el texto de la Biblia Dios Habla Hoy, Edicin de Estudio, (Miami: SBU,1994).

  • Los patriarcas (22001700 a.C.)En la segunda seccin del libro de Gnesis (caps. 1250) se presentan los orgenes del pueblo de

    Israel. El relato comienza con Abraham, Isaac y Jacob; contina con la historia de los hijos de Jacob(Israel)Jos y sus hermanos; prosigue con la emigracin de Jacob y su familia a Egipto, y finalizacon la vida de los descendientes de Jacob (Israel) en ese pas. En la Biblia, la historia del pueblo deDios comienza esencialmente con los relatos de los patriarcas y matriarcas de Israel.

    Los antecesores de Abraham fueron grupos arameos (Gn 25.20; 28.5; 31.171820,24; Dt 26.5) queen el curso del tiempo se desplazaron desde el desierto hacia la tierra frtil. En la memoria del pueblode Israel se recordaba que sus antepasados haban emigrado desde Mesopotamia hasta Canan: de Ur yHarn (Gn 11.2731) a Palestina.

    Aunque los detalles histricos de ese peregrinar son difciles de precisar, ese perodo puedeubicarse entre los siglos XX-XVIII a.C. Esos siglos fueron testigos de migraciones masivas en elPrximo Oriente Antiguo, particularmente hacia Canan.

    De acuerdo con los relatos del Gnesis, los patriarcas eran lderes de grupos seminmadas quedetenan sus caravanas en diversos lugares santos, para recibir manifestaciones de Dios.Posteriormente, alrededor de esos lugares se asentaron los patriarcas: Abraham en Hebrn (Gn 13.18;23.19); Isaac al sur, en Beerseba (Gn 26.23); y Jacob en Penuel y Mahanaim (Gn 32.2, 30), al este delJordn, y cerca de Siquem y Betel, al oeste del Jordn (Gn 28.1019; 33.1520; 35.1).

    Es difcil describir plenamente la fe de los patriarcas. Quiz consistiera en un tipo especial dereligin familiar o tribal, a cuyo dios se le conoca como el Dios de los padres, o Dios de Abraham,Isaac y Jacob (Israel) (Gn 31.29, 42, 53; 46.1). El Dios de los patriarcas no estaba ligado a ningnsantuario; se manifestaba al lder familiar o tribal, y le prometa orientacin, proteccin, descendencia yposesin de la tierra (Gn 12.7; 28.15, 20). Algunos aspectos culturales que se incluyen en los relatospatriarcales tienen paralelo con leyes extrabblicas antiguas como el cdigo de Hamurabi (ca. 1750a.C.).6

    El libro de Gnesis destaca las relaciones de parentesco de los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacobse presentan en una secuencia de generaciones. Isaac, el hijo de Abraham y Sara, engendr dos hijos deRebeca: Esa y Jacob. Jacob, que se identifica tambin como Israel, fue el padre de doce hijos, dequienes posteriormente, segn el relato bblico, surgirn las doce tribus de Israel. A travs de Josuno de los hijos de Israelel grupo lleg a Egipto, desde donde seran liberados por Moiss.

    Desde la poca de Jos (ca. siglo XVII a.C.) hasta la de Moiss (ca. siglo XIII a.C.), no se tienenamplios conocimientos sobre el pueblo de Israel y sus antepasados. Durante esos casi cuatrocientosaos, la situacin poltica y social del Prximo Oriente Antiguo vari considerablemente. Los egipcioscomenzaron un perodo de prosperidad y renacimiento, luego de derrotar y expulsar a los hicsos,pueblo semita que haba llegado del desierto. Durante todo este tiempo, Palestina dependapolticamente de Egipto. En el Mediterrneo no haba ningn poder poltico que diera cohesin a lazona. Mesopotamia estaba dividida: la parte meridional, regida por los