descartes, estudio sobre sus meditaciones
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ESTUDIO SOBRE LAS MEDITACIONES METAFÍSICAS DE DESCA RTES
No son capítulos que aborden cuestiones previas: es el ejercicio de un pensamiento
riguroso que se despliega desde el principio hasta el final sacando toda su fuerza de sus
propios recursos. El pensamiento con tal de que esté bien dirigido puede pensarlo todo y
con verdad, puede reencontrar ese mundo del que al principio se había alejado a través
de la duda metódica, y reconstruirlo de modo que sea transparente para la inteligencia.
Descartes pide a sus lectores: * Despegarse lo más posible de los sentidos
• Liberar la mente de todo tipo de prejuicios
• Esfuerzo reflexivo para que nada interfiera
• Leer todas las meditaciones en el orden dado porque
constituyen un encadenamiento de razones que se
apoyan unas en otras según el orden deductivo. Lo
que precede sirve para demostrar lo que sigue.
• Advierte que la meditación no es nada místico, es la
expresión de un pensamiento y su actividad.
Primera Meditación Se trata de tomar por falso lo que sólo era dudoso. Se trata de una duda libre y
voluntaria: para dudar así, hay que quererlo. Duda radical porque ataca a los principios.
Hay que volver a pensarlo todo desde las raíces evitando la precipitación, respondiendo
a la pregunta: ¿de dónde procede el saber que poseo?
a) Lo sensible: Desde Aristóteles el conocimiento sensible es el principio sobre el
que se funda el conocimiento de la Naturaleza. Es lo que más real y firme parece.
Descartes empieza por dudar de ello.
b) La locura y el sueño: La locura puede llevar a dudar, pero nosotros buscamos
una racionalidad superior, no una pérdida patológica de la realidad. El sueño,
experiencia común, hace que nos preguntemos: ¿qué prueba que lo que
llamamos realidad no sea un sueño? Nuestra creencia espontánea no se apoya en
nada evidente.
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Así: LA NEGACIÓN DE LO SENSIBLE DEJA AL DESCUBIERTO LO QUE
RESISTE A ESA SUPRESIÓN DE LO SENSIBLE.
c) Las verdades racionales: Poseemos la representación de la “naturaleza
corpórea en general”; podemos dudar de que haya cuerpos, pero todo lo que la
conciencia se representa como exterior a ella, no puede representárselo más que
como un cuerpo y éste con cierta extensión y esas cosas extensas tienen figura,
longitud y número, están en alguna parte (espacio), duran (tiempo). Todo esto es
verdad hasta en la imaginación, permanece aunque nada exista, es idéntico en el
sueño y en la realidad sensible. Estas verdades parecen resistir a la duda, son
más firmes que la realidad sensible. Duerma o no, tres y dos son cinco.
d) Hipótesis del genio maligno: Desarrollada en los apuntes.
En esta primera Meditación, Descartes se lo carga todo: conocimiento sensible,
imposibilidad de distinguir el sueño de la locura, verdades matemáticas, veracidad de
Dios.
Segunda Meditación
Punto de partida: busco algo, como Arquímedes, un punto de apoyo para levantar el
mundo. Persuadido de que no hay nada, soy yo quien está persuadido, luego yo soy:
primera verdad. ¿Y qué soy? Creía que un hombre con todos sus componentes y
funciones, es decir, un cuerpo delimitado por una figura y ocupando un lugar en el
espacio. Pero suponiendo que el genio astuto me engañe respecto a esta percepción, lo
único que queda en pie es el pensamiento, el único atributo que me pertenece, que no
puede separarse de mí. Yo soy mientras esté pensando.
Soy una cosa que piensa, duda, entiende, afirma, niega, quiere, no quiere, imagina
y siente. El contenido de estos verbos puede que sean apariencias, pero todos forman
parte de mi pensamiento y, como tales, son inseparables de mí.
Existencia de los cuerpos: imaginemos un trozo de cera recién salida del panal, tiene
un olor, si la hago sonar, un sonido, una apariencia, un color, un sabor… pero la cera no
es ese conjunto de cualidades secundarias; los sentidos no la captan en su ser. Si la
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acercamos al fuego se derretirá y no quedará nada de ella. Es el entendimiento quien la
capta, quien la sigue y la persigue a través de su transformación. Ocurra lo que ocurra
con el trozo de cera, hasta volatilizarse en el universo, lo que el entendimiento concibe
respecto a todas las posibles transformaciones de la cera, es la extensión.
Los físicos hoy saben que no hay cualidades inherentes a la materia que permanezcan en
los cambios, pero Descartes es el único que ha formado la idea que las excluye por
completo.
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La tercera Meditación la estudiaremos con detalle. En la cuarta Meditación Descartes
nos habla de lo verdadero y de lo falso, y tras haber demostrado la existencia de Dios,
afirma que no puede ser engañador. En la quinta compara el conocimiento de las
matemáticas con el conocimiento de Dios a partir de las ideas claras y distintas;
desarrolla el argumento ontológico basado en la idea de perfección, y en la sexta se
centra en el conocimiento de las cosas materiales y en el estudio del hombre como
compuesto de dos sustancias, la pensante y la extensa así como en la independencia de
ambas.