derrida - la estructura el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas

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    .s.

    TEOR IA

    JACQUES DERRIDA':.- . . . . \ . ' .

    .. LA ES1RUCTUM, E L SIGNO YEL ruEGOEN' EL.D I S C U : R S O DE L A s CIENCIAS triJMANAS

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    ._

    P E N S A M IE N T O C R (T IC O /P E N S A M IE N T O U T O P I C O Jacques DerridaColeccion dirigidapor Jose M. Ortega

    38

    LA E SCR IT UR AY LA DIFE R E I \lC IA .

    Traduccion de Patricio Penalver

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    .W &[ fz ] lY[ f { l~@[P@~ EDITORIAL DEL HOMBRE

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    Titulo original: L'Ecriture et la Difference

    Primera edicion: febrero 1989Q Edi tionsdu Seuil, Parts.. 1967 .Q Edicion ell castellano: Editorial Anthropos, 1989Edita: Editorial Anthropos. Promat, S. Coop. Ucla.Via Augusta. 64,08006 Barcelona .ISBN: 84-7658126-2Deposito legal: B . 427-1989 .Irnpresion: Ingraf. Badajoz, 147. BarcelonaImpreso en Espana - Printed in Spail lTodos los dcrcchosrescrvados- Est a publicac ion no puedc scr rcproducida , ni entodo ni en par te ,.ni regis trada. en, 0 transmitida por. un sis tema de recuperac ion .de informacion. en ninguna forma ni por ningun medio, sea mecanico, Iotoqul-mico. electr6nico.magnetico. e lcctrooptico , por Iotocopia , 0cualqui cr o tro, sin elpcrrniso previa par cseri to de 1 :1 editorial. .

    uri conjunto sin otra novedad que uncspaciamiento de la lectura "(Prefacio a Un coup de des)

    ;i,.,i!.!iIIIIj

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    10LA ESTRUCTURA, EL SIGNO Y EL JUEGOEN EL DISCURSO DE LAS CIENCIASHUMANAS

    e

    Presenta mas problema interpre-tar las interpret aciones que inter-pre tar las cosas,

    MONTAIGNE

    Ouizas se ha producido en la historia del concepto de estruc-tura algo que se podria !lamar un acontecirniento si estapalabra no Ilevase consigo una carga de sentido que la exigen-cia estructural --0estrocturalista- t iene precisamente comofuncion reducir 0 someter a sospecha. Digamos no obstante unacontecirniento y tomemos esa palabra can precauciones en-tre comillas. ceua) ~~ria.~ues, ese acontecimiento? Tendrta laJ.9r~~~xteri2.r..,enre.t~D[Ja:a,-.un punta de presencia. a lin origen fijo. Este centro tenia comofUri.d6nnosolci l a " a e orieriiar yequilibrar, organizar la estruc-tura --efectivamente, no se puede pensar una estructura desor-ganizada- sino, sabre todo, la de hacer que el principia deorganizaci6n de la eslructura lirnitase 10 que podriamos llamarel [uego de la estructura. Indudablemente el centro de una

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    estructura, al orientar y organizarLa coherencia del sistema,permite el juego de los elementos en el interior de La formatotal. Y todav!a hoy una estructura privada de todo cen~~o,~p~~ent~!~I~ellsablc:r.rii~ii1_O" .--, ,-----.,. ."

    Sin embargo el centro cierra tambien el jU~gQ_9_~~_~1misnlOa_hn~iFac:~_l?.C?_~ibT~:.~ri cuiintoccntro:es ~1punta donde ya noes posible la sustituci6n de los contenidos, de los elementos, delos tcrminos. En el centro, la permutaci6n a la transformad6nde los elemer;tos (que pueden ser, por otr~_pa~ie, estructu'r

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    to, a una doctrina 0 al nombre de 'un autor. Esta producci6nforma parte, sin duda, de la totalidad de una epoca, la nuestra,pe ro ya desde siempre ernpezo a anunciarse y a trabaiar. Si sequi sier a , sin embargo, a titulo indicative. escoger algunosriornbres propios y evocar a los autores de los discursos enlos que se ha lIegado mas cerca de la Iorrnulacion mas radicalde esa produccion. sin duda habria que citar la crltica nietzs-cheana 9~ la metaftsica, de los conceptos de ser 'y d e vertlad.q u e vienen --aser-s~slit~idos'por"ro5 conceptos de juegc, d einterpretacion-y' d e signo (de signa sin. verdad presente): lacl:itica fretidianacle la presencia a 'Sl, es decir, de la conscieri-cia, d el sujeto, de la identidad consigo, de la proxi midad 0 de'la propiedad de sl: y. mas radlcalmcnte. 1a destruccion heideg-g el'iana d e la rnetajlsica, de 'Ia onto-teolog!a, de la de termina-cion del sci' como presencia, Ahora bien, tcdos estes discursosdest ructor~J__j'_!q90s ~~_aJ1,~!ogos estan atrapados en una espe-cie decirculo. Este drculo es compretamei'Ite p'eci.Iliar .y _ : d ~ s t i -be 1 3 forma de-Ia relacion entrela historia de la metafisica yladesti'ucci6n de la historia de la metalisica: 110 tiene 11ingunsentido pi'esdnal~ de los conceptos de la metaftsica para hacerestremecer a Ia metaffsica; no disponernos de nii igun lengi .. ia]e~de niriguna sintaxis y de ningun [exico-e- que sea ajeno a estahistoria: no podemos enunciar ninguna proposici6n destructivaque no haya tenido ya que deslizarse en la forma, en la 16gicay los postulados implfci tos de aquello mismo que aquellaquerria cuestionar. Par tamar un ejernplo entre tantos otros: escon la ayuda del concepto de signo como se hace estrernecer larne tafisica de la presencia, Pero a partir del momento en que 10que se pretende mostrar asi es, como acabo de sugerir. que nohabra significado trascendenta! a privilegiado, y que el campoo cl juego de significaci6n no tenIa ya, a partir de ahi, limitealgll1o, habria que -pero es justa eso 1 0 que ~o se puedehacer-> rechazar incluso el concepto y la palabra signa, Pues lasignificacion "signo se hacomprendido Y determinado siern-pre, en su sentido. como signo-de, significante que remite a unsignificado, significanle diferente de su significado. Si se borrala diferencia radical entre significante Y significado, es la pal a-bra misrna

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    pod ielo nacer como ciencia en el mbmcn to en que ha podidoefectuarse un descentramiento: en el momenta en que la cul tu-ra curopea -ypar consiguientc [a historia de la metafisica yde sus conceptos- ha sido dislocada, expulsada de su lugar,teniendo entonces que dejar de considerarse como cultura derefercncia Ese momento no es en primer lugar un momentodel discurso [ilosofico 0 cientifico, es t arnbien un momentopolitico, econ6mico, tecnico, etc. Se pucde decir con tad a segu-ridad que no hay nada fortuito en el hecho de que [a crftica deletnocentrismo, condici6n de Ia etnologta, sea sisterna t icamcntee historicarnente contemporanea de la destruccion de la histo-ria de [a metaftsica. Arnbas pertenecen a una sola y misrnaepoca. .Ahora bien, la ctnologia -como toda ciencia- se produceen el elemento del discurso. Y aquel la es en primer lugar unaciencia curopea. que utiliza, aunque sea a reganadientes, losconceptos de la lradici6n. Por consiguiente, [0 quiera 0 no, Yeso no depencle de una decision del etnologo, este acoge en sudiscurso las prcmisas del etnocentrismo en el momento mismoen que 1 0 denuncia. Esta necesidad es .irreductible, no es ~nacontingencia hist6rica; habr la que rneditar sabre Ladas .sus Im~plicaciones. Perojsi nadie puede._ es~ap~r a esa ?ecesldad, ~Inadie es, pues, responsable de ceder a ella, por po~o que sea,eso rio quiere decir q t . i e - _ t o d ~ s _ l i i s ~al1eras de ceder. a .ella ten-gan la rnisma periinencin. La cuah?ad y la _fecundldad de undiscurso sc miden quiz as par el rigor crltico can el que. se

    . piense esa relaci6n con la histor ia de la metafisica y can .l?s.coriceptos heredados. De [0 que ahl se trata es de una relacioncr itica con c11enguaje de las ciencias humanas y de una res pon-sabilidad crltica de l discurso. S .~~:(l.ta de p'lantearexprc:~amcn- .tc y sistcmaticamente el problema d el estatllto. de un discursoque toma de una hercncia _los recursos necesarios para la des-construccion de esa herencia misrna. Problemas de economia yd~estrategia. .Si ahora consideramos a tftulo de ejernplo los tex tos deClaude Levi-Strauss, no es s610 por eI privi legio que actualmen~te se le atribuye a la etnologia entre las ciencias hurnanas, rusiquiera por que se trate de un pensamicnto que pesa fuertemen-te en la coyuntura te6rica contcmporanea. Es sobre todo .por-que en el trabajo de Levi-Strauss ~e ha decla~-ado una ciertaclecci6n, y se ha elaborado una cierta doctnna de ~.anera,precisamente, ma s 0meJlOS exp{(cit~ , en, c.uanto a es~. cnt.lca dellenguajc y en cuanto a esc lenguaje crttrco en las cienctas hu-m;:HI8S.

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    Para seguir ese movimiento" en el texto de Levi-Str-auss.escogemos. como un hila conductor entre ..otros, Ia oposicionnaturaleza-cultura. Pese a todas sus reriovaciones y s~;s - a i s t r < l -ces. esa oposicion es congenita de la fi losofla. Es ineluso masantigua que Platen. Tiene par 1 0 men os la edad de la softstica.A partir de la oposicion phvsislnomos, plivsisltechne , aque lla hasido t raida hasta nosotros a traves de toda una cadena histoti-ca que opone la naturaleza a la ley, a la institucion. al art c,a la tecnica. pero tambien a la libertad. a 10 arbi trar io, a l ahistoria, a la socieda d, al esp lri tu. etc. Ahora bien, desde clinicio de su invest igacion y desde su primer libra (Las estructu-ras elenieiuales del parentesco) Levi-Strauss ha ex p er ine n tacloal misrno tiempo la necesidad de utilizar esa oposir ion y laimposibilidad de pres tar le credito. En Las estructuras ... partede este axiorna 0 de esta defirricion: pertenece a la natura leza1 0 que es universal y espontaneo, y que no depende de ningunacultura particular ni de ninguna norma determinada. Pertcne-ce en cambio a la cultura 10 que depende de un sistema delzormas que regulanla sociedad y que pueden. en consecuencin ,variar de una estructura social a otra. Estas dos definicioncsson de tipo tradicional. Ahara bien. desde las prirncras pag inasde Las estructuras, Lcvi-Srr-auss. que ha ernpezado prestandocredito a esos conceptos, se encuentra con 10 que llama unescandalo, es decir. alga que no tolera ya 1 < 1 oposicion naturale-za-cultura tal como ha sidorecibida. y que parece requerir (I lavez los predicados de la naturaleza y los de la cultura. Est'escandalo es la prohibicion del incesto. La prohibici6n del inces-to es universal; en esc scntido se la podrta llarnar natural:-pero es t ambien una prohibicion. un sistema de nor rna s v deproscripcioncs- y en ese sentido se la pcdria llarnar CU1tUI';1i:Supongarnos. pues, que todo [0 que es universal en el hombrede pen de del orden de la naturaleza .v se caracteriza par laespontaneidad, que todo 10 que esta sometido a una normapertenece a la cultura y presenta los atributos de 10 relative y1 0 particular. Nos vemos entonces confrontados con un heche 0mas bien can un conjunto de hechos que, a la I U l _ de las defini-ciones anteriores. no d istan mucho de aparecer como un escan-dalo: pues la prohibicion del incesto presenta. sin el menorequivoco, e indisolublernente reunidos. los dos caracteres enlos que hemos reconocido los atributos contradictorios de dosordenes excluyentes: aquella prohibicion constituve una regia.pero una regia que, caso unico entre todas las reglas sociaks.posee al mismo tiempo un caracter de universalidad (p. 9).

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    Evidenternente s610 hay escandalo en el interior de un siste-..._-.~-.-.. . . ..rn.~ de conceptos que preste credito a la diferencia entre natu-raleza y cultura. Al iniciar su obra can el factum de la prohibi-ci6n del incesto, Levi-Strauss se instala , pues, en el punto enque esa diferencia, que se ha dado siernpre par obvia, se encuen-tra borrada 0 puesta en cuestion. Pues desde el momento enque la prohibicion del incesto no se deja ya pensar dentro de laoposicion naturaleza/cultura, ya no se puede decir que sea unheche escandaloso, un nucleo de opacidad en el interior de unared de significaciones transparentes: no es un escandalo conque uno se encueritte, 0 e n el que se caiga dentro del campo delos conceptos tradicionales: es 10que escapa a esos conceptos yciertarnenie los precede y probablemente como su condiciondePQ~i~!.P9.ad.?~pod~[iA~.~ir:_qu~~~~~_e_~9~_a_1a.~~I1.c_~ptualidadIiloscfica queIorrna ' sistema con la oposici6n naturaleza/ciilfu-ra se ha heche para dejar ' e n " l a ' i m p e n s a a . 6 10' q u e la haceposible, a saber, el origen de la prohibicion del incesto.... Evoco'deniasiad(;r~pidam~nte este ejernplo, que es s610 unejemplo entre tantos otros, pero que perrnite ya poner de rna-nifiesto que el lenguaje lleva_en_M_IT.!.i_~~~nece~idad_9~_supropia ~~ca-:-Ahbra bien, esta crftica puede llevarse a 'cabo d eacuerdo can dos vias y dos estilos. En el momento en que sehacen sentir los trmlfesaehYa oposici6n riaturaleza/cultura, sepuede querer someter a cuesti6n sistematica y rigurosamentela historia de estes conceptos. Es un primer gesto ..Un cuestio-narni ento de ese tipo, sistematico e historico, no serla ni ungesto filologico ni un gesto filos6fico en el sentido clasico deestas palabras. Inquietarse por los conceptos fundadores detoda la historia de la fllosolla. des-constituirlos, no es hacerprofesion de Iilologo 0 de historiador clasico de la filosofta. Es,sin duda, y a pesar de las apariencias, la manera mas audaz deesbozar un paso Iuera de La filosofta. La salida fuera de la .Ii losol la es mucho mas dificil de pensar de 10que generalmen-te imaginan aquellos que creen haberla llevado a cabo desdehace tiempo con una elegante desenvoltura, y que en ~eneralestan hundidos en la metaffsica por todo el cuerpo del discursoque pretenden haber desprendido de ella.La otra elecci6n -y creo que es la que corresponde mas alest ilo de Levi-Strauss- consistirfa , para evitar 10que pudieratener de esteri lizante el primer gesto, dentro del orden deldcscubrimiento empirico, en conservar, denunciando aqui yalia sus lfmites, todos esos viejos conceptos: como instrurnen-tos que pueden servir todavia. No se les presta ya ningun valor

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    de verdad, ni ninguna significaci6n rigurosa, se estarfa dispues-to a abandonarIos ocasionalmente si parecen mas c6modosorros instrurnentos. Mientras tanto, se explota su eficacia rela-tiva y se los utiliza para destruir la antigua maquina a la queaquellos pertenecen y de la que el los misrnos son piezas, Es asicomo se critica 'el lenguaje de Jas ciencias humanas. Levi-Strauss piensa ast poder separar el metoda de la verdad., losinstrurnentos del metoda y las significaciones objetivas enfoca.das por media de este. Casi se podria decir que esa es la prime-ra afirmaci6n de Levi-Strauss; en todo caso, son las primeraspa labras de Las estructuras ... ., Se empieza a cornprender quela distinci6n entre estado de naturaJeza y estado de sociedad(hoy prefer iriamos decir: estado de naturaleza y estado de cul-tura}, a falta de una significaci6n hist6rica aceptable, presentaun valor que justifica plenamente su utilizaci6n por parte de lasociologia moderna, como un instrumento de rnetodo,Levi-Strauss se rnantendra siempre fiel a esa doble inten-cion: conservar como instrumento aquel lo cuyo valor de verdadcritica.

    Par ul1a parte, efect ivamente, seguira discutiendo el valor dela oposicion naturaleza/cultura. Mas de trece anos despues deLas estructuras . .. , El pensamiento salvaje se hace eco fielmentedel texto que acabo de leer: La oposici6n entre naturaleza ycultura, en la que hemos insistido en otro tiempo, nos parecehoy que ofrece sobre todo un valor rnetodologico. Y este valormetodologico no est a afectado par el no-valor ontologico, cabriadecir si no se desconfiase aquf de esa nocion: "No bastarfa conhaber reabsorbido unas humanidades particulates en una hu-manidad general; esta primera empresa es el punto de partidade otras ... que incumben a las ciencias exactas y naturales:reintegrar la cultura en la naturaleza , y finalmente, la vida enel conjunto de sus condiciones Ilsico-qulrnicas (p. 327).Por otra parte, siempre en El pensamiento salvaie, presentaLevi-Strauss bajo el nombre de bricolage 10 que se podriallarnar el discurso de este metoda. EI bricoleur es aquel queutiliza "los medias de a bordo", es decir, los instrumentos queencueritra a su disposici6n alrededor suyo, que estan ya ahf,que no habian sido concebidos especial mente can vistas a laoperacion para la que se hace que sin-an, y a la que se losintenta adaptar por medio de tanteos, no dudando en cambiar-los cada vez que parezca necesario hacerlo, 0 en ensayar convarios a la vez, incluso si su origen y su forma son heterogeneos.etc. Hay, pues, una critica del lenguaje en la forma del brico-

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    lage e incluso se ha poclido dccir que el br icolage era cllenguaje crftico rnisrno, singularmcnte el de la crltica liter aria:pienso aquf en cl texto de G. Genettc, Estructuralismo v crtticaliteraria, publicado en hornenaje a Levi-Strauss en L'Ar~, y dan-de sc dice que el ana lisis 'del bricolagc podia ser aplicadocasi palabr a par palabra a la crir ica, y mas especial mente a,,13 critica literaria (Recogido en Figures, ed. du Seui l , p. 145).

    Si se lla m a bricolage a Ia nccesida d de tamar prestadoslos propios conceptos del lex to de una herenci a mas 0 menoscoherente a arruinada, se debe decir que torlo discurso es br i-coleur. EI ingeniero, que Levi-Strauss oponc al bricoleur.tendria, por su parte, que canstruir la totalidad de su lenguaje,sintax is y lexica, En esc scnt ido el ingenicro es un mite: unsujeto que serla el origen absolutode Sll propio discurso y que10 construiria "en todas sus piezas serla cl creador del verbo,cl verba mismo, La. idea de un ingcniero que hubiese roto cantodo br icolagc es, pues, una idea teologica: y como Levi-Strauss nos dice en otro lugar que el bricolage es mitopoeti-co, todo permite apostar que el ingenicro cs un milo producidopar el bricoleur Desdc el moment? en que sc deja de creeren un iDge_[liero d_e_~s~ y en un ~.E~c:.~!:..~q_9.!:!_~_I9.D-1~

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    Efectivamente, el estudio de los-mites plantea un proble-ma metcdologico por la circunst ancia de no poder conformarseal principia cartesiano de dividir la dificul tad en tantas parteseuantas se requiera para rcsolverla. Nu cxiste, en el analisismlt ico, un verdadero terrnino, no existe unidad secreta algunsque se pueda aprehender al cabo del trabajo de descomposici6n.Los teruas se desdoblan hasta el infinito. Cuando cree uno quelos ha desenredado unos de otros y que los rnantiene separados,es 5610 para constatar que vue lvcn a soldarse. en respuesta asol icitaciones de afinidades imprevistas. POl' consiguiente, .Iaunidad del mito es 5610 tendencial y proyect iva, no refleja nun-ca un estado 0 un m o m e n t a del mito. Fen6meno imaginarioiinplicado P O I : _ ~ l . .esf!!~r.~.~e.iflteq~r~-n! ' s l _ i p a p e i es '(Tcfedar---un-a forma sintetica al mito, e impedir que sc d i sue lva enla-COTi[f.tsionae' los contraries. Se pcdrta decir, 'pues, que IiicieiiCi3 de los mitos es una anaclastica, tomando cste antiguoterrnino en el sentido amplio autorizado por la etimologla, yque adrnite en su definicion el estudio de los rayos reflejadosjunto con el de los rayos rotos. Pero, a difereneia de la reOexi?n[i losofica. que pretende rernontarse hasta su fuente,las reflexio-nes de las que se trata aqui eonciernen a rayos privados decualquier foco que no sea virtual ... Al qucrer imitar el movi-miento espontaneo del pcnsamiento mit.ico, nuestra empresa,tarnbien ella demasiado breve y demasiado larga, ha debidoplegarse a sus exigeilcias y respet.ar s~ rilmo: Asl,.este librasobre los mitos es, a su manera, un rm to. AfIrmaclon que serepite un poco mas adelante (p. 20): "Como los mites mismos,por su parte, descansan en c6digos de segundo orden (dado quelos codigos de primer orden son aquellos en los que consl;t~ ellenguaje), este libro ofreceria entonces el esbo~o. ~e un cO,dlgode tercer orden, destin ado a asegurar la traducibf lidad recipro-ca de varies mites. Par ese motivo no seria equivoeado consi-derarlo un mito: de alguna.manera, el mite de la mitologta._.E.~p_o[_medi~~_ es~_~~~en

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    hacia la Obertura en La crude y 1 0 cocido, donde aparcce real-men te que si ese pas tu lado es dab le es porq ue se Ira ta aqui deun lenguaje sabre el lenguaje. Las criticas que nos reprocha-sen no habcr proccdido ,1 un invcntario cxhaust ivo de los mitessudamerica nos antes de analizarlos. comctcrian un grave COIl-tra-sentido acerca de la na tura leza y el papel de estos documen-tos. EI conjunto de los mitos de una poblacion pertenece alorden del discurso. A menos que la poblacion se cxtinga ffsica-mente 0 moralmente, este corijunto no es nunca un conjuntoccrrado. Valdrfa 1 0 rnisrno, pues, rcprocharle a un linguists quecscriba [a grarnatica de una lengua sin haber rcgistrado latotalidad de los actos de habla que se han pronunciado desdeque existe esa lengua, y sin conocer los intercarnbios verbalesque tendra n lugar durante el tiempo en que aquella ex ista: Laexperiencia prueba 9ue un nurnero irrisorio de frases le per-mite al linguista elaborar una grarnatica de la lengua que estu-dia. E incluso una grarnat ica parcial, 0un csbozo de gra mat i-ca, representan adquisiciones preciosas si se trata de lenguasdesconocidas. La sintaxis, para rnanilestarse. no espera a quehaya podido inventar iarse una serie te6ricamcnte ilimitada deacontecimientos, puesto que aquella consiste en el cuerpo dereglas que prcsidenel engendramienlo de esos ncnntecirnientos.Ahara bien, es realmente de una siritaxis de la mitologfa suda-mericana de 1 0 que hemos pretendido haeer el esbozo. Si nue-vas textos llcgan a enriquecer el discurso mltico, esa sera laocasion para controlar 0 rnodi f icar la manera como se hanformulado ciertas leycs gramatic

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    t ica de la bistaricidad, aunque pareee que se ha introdueidobast ante tarde en la filosolta, ha sido requer ida en esta siernprepar media de la determinaci6n del ser como presencia. Can 0sin etimologfa, y a pesar del antagonismo clasico que oponeesas significaciones en todo el pensamiento clasico, se podriamostrar que el concepto de episteme ha reclarnado siempre elde istoria, en la medida en que la historia es siernpre la unidadde un deven ir, como trad icion de la verdad 0 desarrollo de laciencia orientado hacia la apropiacion de la verdad en In pre-sencia y en la presencia a sf. hacia el saber en la consciencia desf. La historia se ha pensado siernpre como el movimiento deuna reasunci6ri de la historia. como derivacion entre dos pre-serici as. Pero si bien es legitimo sospechar.de ese concepto dehistoria, al re'duclrlo sin PT~~'t~'~'~xpresamen_te~,.p.r.C!b)e!llC'.que estoy senalando aqui, se corre el riesgo de recaer en unahistoricismo de forma clasica, es decir, en un momenta deler-minado de la historia de Ia metafisica_._I?.Lme p _ a r e c ~ ~ q ! I < L e saf_o..!:!TIalicl,

    La sobreabundancia del significante, su caracter suplemen-ta rio , depende, pues, de una finitud, es decir, de una falta quedebe ser suplida. . '.. -. Se cornprende entonces par que el concepto de juego es

    importante en LeviStrauss. Las referencias a todo tipo de jue-go, especialmenle en la ruleta, son muy frecuentes, en particu-lar en SLlS COl1versaciones, Raza e historia, El pensamiento salva-[e. Pcro esa referencia .al juego se encuentra siempre condicio-nada'par'una tension.. Tension con la historia, en. primer lugar, Problema clasico.yell torno

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    formaciones Iacticas, Ia histor ia (por ejernplo en Rara e histo-ria). Pero, de acuerdo con un gesto que fue tarnbien el deRous-.,seau o de Husserl , debeapar tar todos los hechos en ~i" 'mo-menta ~n que pretende volver a aprchen~er.. b especificidadesencial ~~.~~ae?tr,t:ct.ura. AI. igualque R:o~s.~e?_I,1t..t)enLql.lcpC!1~ar siernpre el origen de una estructura nueva sobre Ia basedel modelo de la ca tasrrofe ~trasto~no d e la na tura leza en lanaturaleza, interrupcion natural del encadenamiento natural_~~par