derecho viejo.86 enero 2009

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Derecho Viejo Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 8 Nº 86 Un periódico para leer Enero 2009 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres Aún no sabemos cómo somos hijos de Dios, aún no se ha manifestado lo que seremos; solamente sabemos lo que Él nos dice: Seremos semejantes a Él “Si quieres conocer a Dios, no sólo debes ser igual al Hijo, sino que debes ser el Hijo mismo”. Maestro Eckhart “Quien me ve a mí, ve al Padre” El Ser es uno Jesucristo es la encarnación perfecta del género humano que está por venir. Enseña un nivel más alto de la consciencia, el nivel del Reino de Dios, el de la filiación de Dios, aquel fondo de ser divino que es nuestro ser auténtico. Jesucristo no se considera el único capaz de alcanzar el nivel más alto de consciencia (el del Reino). Cuando hayamos concluido el proceso de nuestra transformación, podre- mos decir con Jesús “Yo y el Padre somos uno”. Esa es la sanación de todo aislamiento y de toda alienación. Jesús era una persona histórica y Cristo el símbolo de nuestra manera del Ser, eterna y transpersonal. Todos somos Cristo y estamos ungidos con esta manera del Ser de Dios. Debemos convertirnos en Cristo, tenemos que caer en la cuenta de que somos Cristo. Cristo es el nombre de una raza nueva. No solamente nos llamamos Hijos de Dios, sino que lo somos. Ya es hora de poner fin a la búsqueda de un salvador de afuera. La salvación está en nosotros. Willigis Jäger No existe otro mundo. No existe más que éste. Dios ha entrado en él y no ha querido salir. Es inútil que pretendamos alcanzarle más allá. Está con nosotros todos los días, desde que el Verbo se hizo carne y eligió morar entre nosotros. Para nosotros no hay nada tan indigesto como la encarnación. Nuestros fieles son teístas y espiritualistas, pero no son cristianos. Creen en la inmortalidad del alma, pero no en la resurrección de los cuerpos. Creen que Jesús es Dios, pero se olvidan por completo de que es hombre. Para ellos, según la conocida canción, “el cielo ha visitado a la tierra”, pero luego se ha marchado tras una visita de compasión, por no decir de condolencia. Para nosotros el cielo está en la tierra. Cristo está con nosotros. A Dios no lo ha conocido nadie, nos dice san Juan. Lo conocemos únicamente cuando conocemos a Cristo, esto es, a Dios en un hombre. Los espiritualistas están ansiosos de dejar este mundo. Dios entra en él. Todos deseamos abandonar esta sucia envoltura corporal. Pero Dios se hace carne. Y no lo podemos encontrar más que en la carne. La espiritualidad es muchas veces una especie de contradanza. Santa Teresa del Niño Jesús quería pasar su cielo haciendo bien en la tierra. Es lo más natural, ya que el cielo está aquí abajo. Si Cristo vive entre nosotros, ¿cómo iba a ambicionar ella estar en otro sitio? Dios ha entrado en nuestro mundo como un pobre. Cuando quiso revelarse, cuando vino a nosotros para manifestarse, para darse a conocer a los suyos, para reconocer cuáles eran los suyos, entró en el mundo como un pobre. Escogió una condición pobre, una familia pobre, un ambiente pobre, y todo esto, no para ocultarse (sería un escándalo) ni para darnos “buen ejemplo” (¡que horror) sino para manifestarse, para que lo pudiéramos conocer. Dios es pobre. No tiene nada para recompensar a los que lo aman. Es amor y no sabe más que amar. Todo lo que puede dar, es enseñarnos a amar como él. Lo único que da es enseñarnos a dar. ¿Quién de nosotros podría soportar la terrible pobreza, la terrible desnudez de Dios? Él es don. Pone en los otros su gozo y su complacencia. No guarda nada para sí. Vive el don. Los que lo aman, tienen que sentirse animados por su amor, “ser fuertes con su fortaleza, dichosos con su alegría, porque no tiene nada más que darles”. Dios nos da miedo. Desconfiamos de sus dones. Se trata de unos dones que actúan en quienes los reciben y les obligan a que den ellos a su vez, a que se hagan pobres a imitación del Dios pródigo y pobre, ¡los dos vicios que un cristiano “prudente” no perdona jamás! La razón por la cual el Verbo de Dios ha venido a ser hombre, y el Hijo de Dios ha venido a ser Hijo del hombre, es para que el hombre, unido al Verbo de Dios y recibiendo la filiación, venga a ser Dios. San Ireneo Con Cristo soy sepultado, y con Cristo debo resucitar, estoy llamado a ser co-heredero de Cristo e Hijo de Dios, llegaré incluso a ser Dios mismo. San Gregorio Nacianceno DIOS C R I S T O Plano de Ilusión Ser Plano de Ilusión Conciencia Crística 1 2 3 DIOS HOMBRE HOMBRE Louis Evely

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Un periodico para pensar. Mensual.Revista de reflexion y espiritualidad pluralista.Meditación - Contemplativa - Reflexión - Filosofía Universal

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  • Derecho Viejo Pgina 1

    DERECHO VIEJOa la evolucin destino de hombre

    Ao 8 N 86 Un peridico para leer Enero 2009

    GLORIA DEI, HOMO VIVENS (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

    Lejos del mundo. Cerca de los hombres

    An no sabemoscmo somos hijos de

    Dios, an no se hamanifestado lo que

    seremos; solamentesabemos lo que

    l nos dice: Seremossemejantes a l

    Si quieres conocera Dios, no slo

    debes ser igual alHijo, sino que debesser el Hijo mismo.

    Maestro Eckhart

    Quien me ve a m, ve al Padre

    El Ser es uno

    Jesucristo es la encarnacin perfecta delgnero humano que est por venir.

    Ensea un nivel ms alto de la consciencia,el nivel del Reino de Dios, el de la filiacin

    de Dios, aquel fondo de ser divinoque es nuestro ser autntico.

    Jesucristo no se considera el nico capaz dealcanzar el nivel ms alto de consciencia (eldel Reino). Cuando hayamos concluido elproceso de nuestra transformacin, podre-mos decir con Jess Yo y el Padre somos

    uno. Esa es la sanacin de todo aislamientoy de toda alienacin.

    Jess era una persona histrica y Cristo elsmbolo de nuestra manera del Ser, eterna ytranspersonal. Todos somos Cristo y estamos

    ungidos con esta manera del Ser de Dios.Debemos convertirnos en Cristo, tenemosque caer en la cuenta de que somos Cristo.

    Cristo es el nombre de una raza nueva.

    No solamente nos llamamos Hijos de Dios,sino que lo somos. Ya es hora de poner fin a

    la bsqueda de un salvador de afuera. Lasalvacin est en nosotros.

    Willigis Jger

    No existe otro mundo. No existe ms que ste. Dios ha entrado en l y no ha querido salir.Es intil que pretendamos alcanzarle ms all. Est con nosotros todos los das,

    desde que el Verbo se hizo carne y eligi morar entre nosotros.Para nosotros no hay nada tan indigesto como la encarnacin. Nuestros fieles son testas y

    espiritualistas, pero no son cristianos. Creen en la inmortalidad del alma, pero no en laresurreccin de los cuerpos. Creen que Jess es Dios, pero se olvidan por completode que es hombre. Para ellos, segn la conocida cancin, el cielo ha visitado a la tierra,

    pero luego se ha marchado tras una visita de compasin, por no decir de condolencia.Para nosotros el cielo est en la tierra. Cristo est con nosotros. A Dios no lo haconocido nadie, nos dice san Juan. Lo conocemos nicamente cuando conocemos a Cristo,

    esto es, a Dios en un hombre.Los espiritualistas estn ansiosos de dejar este mundo. Dios entra en l.

    Todos deseamos abandonar esta sucia envoltura corporal. Pero Dios se hace carne.Y no lo podemos encontrar ms que en la carne.

    La espiritualidad es muchas veces una especie de contradanza.Santa Teresa del Nio Jess quera pasar su cielo haciendo bien en la tierra.

    Es lo ms natural, ya que el cielo est aqu abajo. Si Cristo vive entre nosotros,cmo iba a ambicionar ella estar en otro sitio?

    Dios ha entrado en nuestro mundo como un pobre. Cuando quiso revelarse, cuando vino anosotros para manifestarse, para darse a conocer a los suyos,

    para reconocer cules eran los suyos, entr en el mundo como un pobre.Escogi una condicin pobre, una familia pobre, un ambiente pobre, y todo esto, no para

    ocultarse (sera un escndalo) ni para darnos buen ejemplo (que horror) sino paramanifestarse, para que lo pudiramos conocer.

    Dios es pobre. No tiene nada para recompensar a los que lo aman. Es amor y nosabe ms que amar. Todo lo que puede dar, es ensearnos a amar como l.

    Lo nico que da es ensearnos a dar.Quin de nosotros podra soportar la terrible pobreza, la terrible desnudez de Dios?

    l es don. Pone en los otros su gozo y su complacencia. No guarda nada para s. Vive el don.Los que lo aman, tienen que sentirse animados por su amor, ser fuertes con su fortaleza,

    dichosos con su alegra, porque no tiene nada ms que darles.Dios nos da miedo. Desconfiamos de sus dones. Se trata de unos dones que actan en

    quienes los reciben y les obligan a que den ellos a su vez, a que se hagan pobres a imitacindel Dios prdigo y pobre, los dos vicios que un cristiano prudente no perdona jams!

    La razn por la cual el Verbo de Dios havenido a ser hombre, y el Hijo de Dios ha

    venido a ser Hijo del hombre, es para que elhombre, unido al Verbo de Dios y

    recibiendo la filiacin, venga a ser Dios.San Ireneo

    Con Cristo soy sepultado, y con Cristo deboresucitar, estoy llamado a ser co-herederode Cristo e Hijo de Dios, llegar incluso

    a ser Dios mismo.San Gregorio Nacianceno

    DIOS

    CRISTO

    Plano de Ilusin SerPlano de Ilusin

    ConcienciaCrstica

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    DIOS HOMBRE HOMBRE

    Louis Evely

  • Derecho ViejoPgina 2

    EDITORIAL

    Escribe: Camilo Guerra

    Permanezco... y el Ser se revela

    Pensamiento

    Equipo

    Diseo y DiagramacinDerecho Viejo

    Direccin y CorrespondenciaAlmafuerte 2629

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    Directores:Dr. Camilo Guerra

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    Zona Oeste

    Hablamos siempre de trascender la mente, de ir ms alldel juego planteado por los opuestos; siempre ms all dela ilusin de tiempo y espacio; sin pasado y sin futuro, to-mando consciencia de la unidad definitiva que nunca dejde ser.

    La meditacin nos lleva como si furamos impulsadospor fuerzas desconocidas, no catalogables, no identificables,a travs de gustos y disgustos, de apegos y aversiones.Nos saca de lo conocido y nos deja justo en el umbral delo incognoscible. No hay conocimiento ni experiencia; sa-bemos sin embargo que Dios en algn tramo es abando-nador, pero no sabemos cmo ni en qu forma viviremosese abandono.

    El desapego nos lleva al borde de la indiferencia, al bor-de del nihilismo, en la frontera del cinismo, del desnimo ydel sinsentido... todo est tan cerca!

    Somos. Ya no nos interesa saber quines somos ni qusomos; sabemos que somos. Y sabemos que hay unosolo, del cual soy forma.

    Atrs quedaron las estructuras religiosas, las figuras, lasplegarias... Permanezco y el Ser se revela.

    Para los dems todo esto es imaginacin, paranoia, ob-sesin... importa?

    Me causan gracia mis proyectos, mis misiones, mifuturo, mis avances, mis revelaciones, me ro de misresponsabilidades, y por momentos me provoca agobio

    todo este circo de penitentes, pecadores, arrepentidos, pia-dosos, ayudadores profesionales, paternalismos y apo-yos.

    Lo cierto es que estoy solo y ni siquiera s nada ms queeso; apenas que es una soledad compartida con alguienque es ms yo que yo mismo.

    Dejarse llevar por la vida como un tronco en un ro, sinofrecer resistencias, sin preguntar, sin proyectar, sin senti-do, sin acumulacin, en suma, sin nada que haga intere-sante la vida.

    Pienso en alguna adiccin que no se va y que ya incorpo-ro como parte de m: lo no deseado.

    Quien pierde su vida la salvar y quien desea sal-varla la perder. A qu vida se refiere? No s si querervivir es pretender salvar lo insalvable, no s si dar la vida esno querer vivir. Y lo que es ms an no me preocupa nosaber, no me preocupa estar aqu. No me interesa avanzaro retroceder. Eso es abandonarse en el Ser?

    Si Dios no abandona puedo resucitar? Cmo soy cons-ciente de ser?

    Cuando los gansos vuelan sobre el agua, y se reflejanen el agua, los gansos no intentan proyectar su reflejo yel agua no tiene intencin de retener su imagen.

    Chuang Tzu

    ... hay una revolucin.... que debetener lugar si hemos de salir de la in-terminable serie de angustias, conflic-tos y frustraciones en que estamos en-vueltos. Esta revolucin debe comen-zar, no con teoras o ideas a la postre,intiles, sino con una transformacinradical en la mente misma... Es unarevolucin que debe tener lugar en lamente toda y no solamente en el pen-samiento. Despus de todo, el pensa-miento es un resultado y no la fuente.Debe haber radical transformacin enla fuente y no simple modificacin delresultado. Hoy estamos ocupados enremendar los resultados, los sntomas.

    Queremos alterar las cosas exter-nas sin revolucin interior. Pero la re-volucin interior debe producirse prime-ro, y ella traer el orden en lo externo.

    Cualquier reforma trae mscomplicacin. La crisis est en lamente misma, en la de usted, en suconsciencia, y a menos que respondausted a esa crisis, a ese reto, ustedaumentar de modo consciente o in-consciente la confusin, la desdichay la inmensidad del dolor. Nuestracrisis est en la mente, en nuestraconsciencia y tenemos que respondera ella de manera total.

    Krishnamurti

    Nuestro fracaso en la edificacinde una sociedad que merezca el nom-bre de tal, es principalmente un fra-caso moral. Pero antes de que se pro-duzca una reforma moral, tiene queproducirse una transformacin espi-ritual. Esta es la raz de todas las otrastransformaciones.

    Los problemas externos que ator-mentan al hombre son, en realidad,proyecciones de los problemas in-ternos que fue incapaz de resolveren su corazn y en su mente.

    Paul Brunton

    Y nosotros, con la cara descu-bierta, reflejamos, como en un es-pejo, la gloria del Seor; estamostransformados en esa misma ima-gen cada vez ms gloriosa, comoconviene a la accin de Dios, quees Espritu.

    2 Cor 3,18

    nicocamino

  • Derecho Viejo Pgina 3

    Krishnamurti habla sobre el miedoTenemos que discutir juntos sobre el

    miedo, porque ste forma parte de nues-tra vida, probablemente la parte principal.Cul es la causa del miedo? No el objetoque da origen al miedo, no algo que lapalabra evoca. Comprenden? La palabrapuede causar el miedo, la palabra miedopuede despertarlo, pero cuando no est lapalabra, sino que slo observamos la re-accin llamada miedo, cul es la raz deesa reaccin? Esto requiere muchsimaexploracin, y uno espera que ustedesestn dispuestos a investigarlo.

    El miedo es tiempo. Voy a examinar

    eso. El miedo es un movimiento en el tiem-po. As que primero examinaremos cui-dadosamente qu es el tiempo. Est eltiempo como el sol que sale y se pone; elintervalo entre la salida y la puesta del soles tiempo. Est el tiempo para cubrir ladistancia que hay entre un sitio y otro si-tio; ustedes emplean tiempo para ir desdeaqu hasta sus casas. Esto toma tiempo,ya sea instante u horas. Existe, pues, eltiempo fsico. Toma tiempo aprender unidioma, aprender a manejar un automvil.Si uno quiere llegar a ser un buen pilotode avin, eso requiere tiempo, y as suce-sivamente. Luego, est tambin el tiem-po psicolgico: yo ser, yo llegar a ser.Soy un oficinista, pero un da llegar aser el gerente; soy un ignorante, pero unda ser un iluminado. O sea, soy esto,ser aquello. Eso es tiempo psicolgico.

    Existe el tiempo fsico o cronolgico, yexiste el tiempo psicolgico que dice: Soyesto, pero maana no lo ser. Estoy vivo,pero morir. Tengo quince aos, peromorir un da cuando tenga ochenta. Esees un intervalo enorme. El movimiento deese largo intervalo es tiempo psicolgico.Y tambin est el tiempo como futuro.Tengo un empleo ahora, pero podra per-derlo; hoy rio con mi esposa pero un daambos estaremos unidos y seremos feli-ces. Est, pues, el tiempo como pasado,el tiempo como presente y el tiempo comofuturo. En el ahora estn contenidostodo el pasado y el futuro. Por lo tan-to, el futuro y el pasado existen ahora.Yo soy la consecuencia de todo el pa-sado, el cual se modifica en el presen-te; y el futuro es el presente. A menosque yo origine radicalmente o ms bien,a menos que haga una mutacin en misclulas cerebrales, ser lo que soy ahora.De modo que el presente es el pasado y elfuturo, contenidos en el ahora. Eso estiempo.

    Qu relacin tiene el tiempo con el mie-do? La mayora de los seres humanos sehalla atemorizada, experimenta innumera-

    bles formas de miedo; miedo a la oscuri-dad, miedo de morir, miedo de vivir, mie-do de perder lo que tenemos, miedo anuestra esposa, a nuestro marido. Nos damiedo lo que poseemos, tenemos miedode envejecer y morir. As pues, los sereshumanos en todo el mundo sufren unatremenda ansiedad, la cual forma par-te del miedo: ansiedad de no poder rea-lizarse, de no ser uno mismo, ansiedadacerca de lo que otras personas podranhacerle a uno, etc. Todas esas son for-mas de miedo. Entonces, cul es la re-lacin que hay entre el miedo y el tiem-po? Y podaremos las ramas del miedotomando una rama tras otra, o abordare-mos la raz del miedo? Han comprendidomi pregunta? Puede ser que tema a miesposa, o que tema a la oscuridad, y de-seo que se resuelva esa problema en par-ticular. Pero tambin tengo otros proble-mas de miedo, no es slo un miedo. Ten-go miedo de que mi cerebro se deteriore,miedo de que Dios no me conceda lo queanhelo, a menos que yo concurra a deter-minado templo.

    Cul es, entonces, la relacin entre elmiedo y el tiempo? Y, adems, cul es larelacin del miedo con el pensamiento?Me infunden miedo muchsimas cosas,pero quiero comprender la raz del mie-do, porque si puedo comprenderla, si pue-do ver la cualidad, la naturaleza, la estruc-tura del miedo, entonces ste se acab.Pero si me limito a podar las ramas, elmiedo habr de continuar. Nuestro inte-rs no consiste, pues, en cmo librarnosdel miedo, sa es una de nuestras ideasfalsas. Pero si podemos ahondar pro-fundamente en la naturaleza del mie-do, entonces seremos capaces de librar-nos por completo de l. De modo que, siustedes lo investigan, si se cuestionan yse interrogan a s mismos, podran estarabsolutamente libres del miedo, y enton-ces no habr dioses. Cuando el hombrese ha liberado de toda forma de miedo, nonecesita consuelo, no necesita recompen-sas y no busca nada que lo ayude. El mie-do es la carga que la humanidad ha arras-trado por un milln de aos. As que in-vestigumoslo. Dijimos que el tiempo esun factor del miedo. Existe el recuerdo deun suceso que caus miedo, el cual se haregistrado o grabado en el cerebro. Esagrabacin permanece all y ahora yo ten-go miedo. As pues, el registro recuerdael hecho del miedo, y yo reconozco esemiedo desde el pasado. El conocimientode un incidente pasado que caus miedose graba en el cerebro, como en una cintamagntica. As es como el cerebro tieneconocimiento del miedo. Investguenlo,vean la belleza de ello y entonces vern loque significa. Cuando el miedo surge aho-ra, se introduce la memoria y dice: S, sque eso es miedo. Lo cual implica que elconocimiento mismo se convierte en mie-do. Y la palabra miedo tambin puede con-tribuir al miedo. El conocimiento es, pues,la palabra, y la palabra puede causar mie-do. Entonces, podemos mirar el miedo,observarlo sin el conocimiento de otrosmiedos, de modo tal que haya una per-cepcin del miedo sin el proceso del co-nocimiento?

    El miedo es, pues, el proceso del co-nocimiento como pasado, y ese cono-cimiento es tiempo. De modo que el mie-do es tambin parte del pensamiento: yopodra morir maana, podra perder mitrabajo, soy esto pero llegar a ser aque-llo; todo eso es el movimiento del pensar.El maana es tiempo, y el pensamiento

    dice: Podra perder mi trabajo. El pen-samiento y el tiempo son procesos delconocimiento. Entonces, puede el cere-bro no registrar? Usted me adula y el ce-rebro registra inmediatamente eso. O meinsulta, y el cerebro tambin lo registra.Es como una mquina que est grabandotodo el tiempo. Eso se convierte en nues-tro conocimiento, y desde ese conocimien-to actuamos. Ahora bien, si usted me adulapero el cerebro no lo graba, yo no digo,porque usted me ha adulado, que es ungran amigo mo. Si usted me insulta, esotampoco se graba. Entonces el conoci-miento, que podra generar miedo, no esnecesario. Pero yo debo tener conocimien-to para escribir una carta, para desarro-llar mis actividades. Si soy un contador,debo tener conocimientos. Pero es posi-ble no registrar, no grabar psicolgicamen-te? comprenden? Descubran si esto esposible lo cual significa que el cerebro

    Existe el miedo. El miedo jams est en el ahora;est antes o despus del presente activo. Cuando haymiedo en el presente activo, es eso miedo? Est ah y nohay modo de escapar de l, no hay evasin posible. Ah,en ese momento real, hay atencin total al instante del pe-ligro fsico o psicolgico. Cuando hay atencin com-pleta, no ha miedo. Pero el hecho presente de inatencinengendra miedo; el miedo surge cuando eludimos elhecho, cuando escapamos de l; entonces, el escapemismo es el miedo.

    El miedo con sus mltiples formas culpa, ansiedad,esperanza, desesperacin est ah en cada movimientode la relacin; est ah en toda bsqueda de seguridad,est en lo que llamamos amor y en la adoracin, en laambicin y el xito; est ah en la vida y en la muerte, en las cosas fsicas y en losfactores psicolgicos. Hay miedo en muchsimas formas y en todos los nivelesde nuestra conciencia. La defensa, la resistencia y el rechazo provienen de esemiedo. Miedo a la oscuridad y miedo a la luz, miedo de ir y miedo de venir. El miedoempieza y termina en el deseo de estar seguros: seguridad interna y seguridadexterna, con el anhelo de certidumbre, de permanencia. La continuidad de lapermanencia es buscada en todas las direcciones, en la virtud, en la relacin, en laaccin, en la experiencia, en el conocimiento, en las cosas de fuera y en las de dentro.Nuestro eterno clamor es por encontrar la seguridad y sentirnos a salvo. Estainsistente exigencia es la que da origen al miedo.

    Pero existe la permanencia, ya sea externa o internamente? Quiz podra haberla,hasta cierto punto, externamente, y aun as es precaria: hay guerras, revoluciones,progreso, accidentes, terremotos. Uno debe tener comida, ropa y un techo; es esen-cial y necesario para todos. Aunque la busquemos, ciega o razonablemente, existe,acaso, en lo interno, certidumbre, continuidad o permanencia alguna?. No existe. Elescaparnos de esta realidad es miedo. La incapacidad de enfrentarnos a esta rea-lidad engendra toda forma de esperanza y desesperacin.

    El pensamiento mismo es el origen del miedo. El pensamiento es tiempo. Elpensamiento acerca del maana es placer o dolor; si el maana es placentero, elpensamiento lo perseguir temiendo que termine; si es doloroso, el acto mismo deevitarlo es miedo. Ambos, el placer y el dolor, causan miedo. El tiempo como pensa-miento y el tiempo como sentimiento, engendra miedo. La terminacin del miedoradica en la comprensin respecto del pensamiento, del mecanismo de la memoria yde la experiencia. El pensamiento es todo el proceso de la consciencia, la evidente yla oculta; el pensamiento no es tan slo la cosa sobre la que pensamos, sino el origenmismo del pensamiento. No es tan slo la creencia, el dogma, la idea y la razn, sinoel centro desde el cual estos surgen. Este centro es el origen de todo miedo. Peroexiste la experiencia del miedo, o existe la conciencia acerca de la causa del miedo,de la cual el pensamiento est escapando? La autoproteccin fsica es una cosa sen-sata, normal y sana, pero toda esta forma de autoproteccin interna es resistencia, ysiempre acumula, desarrolla esa fuerza que es el miedo. Pero este miedo internohace de la seguridad externa un problema de clase, prestigio, poder y entonceshay crueldad competitiva.

    Cuando este proceso total de pensamiento, tiempo y miedo es no visto como unaidea o una frmula intelectual, entonces hay una terminacin completa del miedotanto consciente como oculto. La comprensin de nosotros mismos es el desper-tar y la cesacin del miedo.

    Y cuando el miedo cesa, tambin cesa el poder de engendrar ilusin, mitos y visio-nes con su esperanza y su desesperacin, y slo entonces comienza un movimientoque va ms all de la consciencia, la cual es pensamiento y sentimiento. Consiste enel vaciado de los recnditos escondrijos mentales y de los profundamente ocultosanhelos y deseos. Entonces, cuando existe este vaco total, cuando no hay abso-luta y literalmente nada, ni influencias ni valores ni fronteras ni palabras,entonces, en esta completa quietud del tiempo-espacio, existe aquello que esinnominable.

    Krishnamurti

    ha visto esto como un hecho y, en conse-cuencia, se est desprendiendo de sucondicionamiento.

    As pues, el miedo es un movimien-to del tiempo y del pensar, y ese cono-cimiento mismo nos impide ver algonuevo, fresco. Mientras que si unopuede mirar el miedo como si surgie-ra por primera vez, entonces es algopor completo diferente; es una reac-cin, una reaccin fsica y psicolgica.Por consiguiente, el miedo, la raz delmiedo, es el movimiento del tiempo ydel pensar. Pero si comprendemos la na-turaleza y estructura del tiempo, no inte-lectualmente sino de hecho, y tambin ladel pensamiento lo cual implica investi-gar y familiarizarse por completo con elmovimiento del tiempo y del pensar, quees la base del miedo, entonces, debido aque estamos totalmente atentos, esa aten-cin misma consume el miedo.

    Demonios fuertes

  • Derecho ViejoPgina 4

    Buscando el rostro... XIIIEl rostro de la Madre

    Amigos y amigas lectores:Como en aos anteriores, interrumpi-

    mos momentneamente el itinerario tem-tico para referirnos a las celebracionesnatalicias y/o de fin de ao. Ello no signi-fica que nos separemos del tema, sino quelo abordemos desde otra perspectiva. En-tramos en un nuevo ao, esta vez signadopor una crisis global e impensable hastahace algunos meses atrs, que nosinvolucra a todos y afecta a todo el entra-mado social, poltico, econmico, religio-so, cultural, etc.

    Desde esta pers-pectiva, desdeeste caminar enla fragilidadbuscando elrostro..., los

    invito a con-templar elrostro dela Madre.Para ello,me valgo deuna imagen

    o cono bblico-teolgico que hace refe-rencia, en principio, a un lugar territorial,pero cuyas resonancias recorren e impreg-nan el itinerario de la historia de la salva-cin y de nuestra existencia en calidad decristianos, como hijos e hijas de Dios, cuyaimagen llevamos impresa en nuestro ser.

    Re-visitando Beln: en la Biblia Be-ln aparece como el lugar fsico dondenaci el Salvador de la humanidad, el es-perado de las naciones, el Hijo de Dioshecho hombre en el seno pursimo de unavirgen. El anunciado por los profetas, esdescrito as en el cntico inspirado deZacaras, refirindose a la misin de JuanBautista, quien ser su Precursor

    Y t, nio, sers llamado Profeta delAltsimo, porque irs delante del Seorpreparando sus caminos, para hacer co-nocer a su Pueblo la salvacin medianteel perdn de los pecados, gracias a lamisericordiosa ternura de nuestro Dios que

    nos traer del cielo la visita del Sol na-ciente, para iluminar a los que estn enlas tinieblas y en la sombra de la muer-te, y guiar nuestros pasos por el caminode la paz (Lc 1,76-79).

    En esos pasos confluyen tambin losnuestros, que recorren desde hace msde un ao el itinerario emprendido desdela fragilidad en busca del rostro... Don-de, cundo y cmo lo buscamos? Hastaahora lo hemos ido buscando a travs demuchas pistas y aproximaciones. Cada vezque lo tenamos al alcance de la mano,ese rostro se nos escapaba hacia delante,y Dios pareca divertirse con nosotros ju-gando a las escondidas, mostrando yocultando su rostro, como vimos en losartculos anteriores, por el solo juego dela trascendencia.

    Sin embargo, en este tiempo de Ad-viento-Navidad, estamos esperanzados enque se nos va a mostrar. Siguiendo espiri-tualmente el camino recorrido por Maray Jos, nuestro corazn comienza a pal-pitar como intuyendo un encuentro. Algonos dice que todava est en gestacin,en estado embrionario, como la semillaescondida en el surco. En efecto, en elsurco virgen y fecundo de una doncella,preparado desde el origen de los tiempospor el Padre, palpita el rostro escondidodel Nio.

    En el rostro de la Madre, peregrinadesde Nazaret a Beln, convergen nues-tras miradas interrogantes, junto a las delos peregrinos de todos los tiempos y lati-tudes. Finalmente, nuestros pasos se de-tienen ante una gruta, un pesebre, un esta-blo, un espacio fsico y espiritual, real y sim-blico, el lugar bblico del nacimiento:

    En aquella poca apareci un decre-to del emperador Augusto, ordenando quese realizara un censo en todo el mundo.Este primer censo tuvo lugar cuandoQuirino gobernaba la Siria. Y cada unoiba a inscribirse a su ciudad de origen.Jos, que perteneca a la familia de Da-vid, sali de Nazaret, ciudad de Galilea,

    y se dirigi a Beln de Judea, la ciudadde David, para inscribirse con Mara, suesposa, que estaba embarazada. Mientrasse encontraba en Beln, le lleg el tiem-po de ser madre; y Mara dio a luz a suHijo primognito, lo envolvi en paa-les y lo acost en un pesebre, porque nohaba lugar para ellos en el albergue(Lc. 2,1-7).

    Beln simblico: hasta aqu las coor-denadas de tiempo y espacio que sitan aJos y Mara viajando desde Nazaret, re-gin nortea de Galilea, hasta Beln deJudea, al sur de Jerusaln. Pero Beln (queen hebreo significa casa del pan) es algoms para los cristianos y para todos losque peregrinamos, a veces a tropezones,en bsqueda de sentido. Es la gruta, elpesebre o establo donde naci el Nio-Dios, evocado por creyentes y por los queno se confiesan tales.

    Desde entonces, y en cualquier partedel mundo, Beln es sinnimo simplementede nacimiento, de origen de la vida, deternura, de calor hogareo, de afectosencomiables. Beln es sinnimo de paz, deesperanza, de proyectos de vida, de sueosque desafan el horizonte borrascoso.

    Beln es fuego encendido que mitigael fro invernal e ilumina la gruta y la cunadonde patalea un Nio frgil. Beln es eseresplandor de llama que ilumina el rostrode Jos, ya relajado del penoso viaje y dela aventura vivida en bsqueda de refu-gio. Luz de fuego amigo que ilumina losrostros de los pastores, recin llegados delcorazn de la noche donde custodiabansus rebaos, y que contemplan atnitosel signo anunciado por el ngel: encon-trarn un Nio envuelto en paales.

    En modo particular, Beln es la miradaextasiada e interrogante de la Madre cu-yos ojos se detienen en el rostro del pe-queo, tratando de descifrar en sus ras-gos y en sus gestos el misterio escondi-do, que en su fragilidad realiza las prome-sas y da cumplimiento al proyecto de Diospara toda la humanidad. Rostro del Nio

    que es hechura y proyeccin del rostrode la Madre.

    Misterio insondable: la criatura queengendra al Creador, la mujer campesina,pueblerina, elevada a la dignidad que eclip-sa todas las dignidades de los que viven ycorren detrs del poder, de la gloria, delafn de dominio y de lucro a cualquierprecio an a costas de la vida que no les

    pertenece. Misterio de la que ignora supropia grandeza, pero que en su sencillezy frescura supera a las estrellas fabrica-das por los hombres y ensombrece el bri-llo de las famosas que bailan por un sue-o y usurpan en su devaneo el nombrede diosas.

    Beln real y simblico a la vez. Porun lado, todo aqu es fragilidad, debilidad,indefensin... En la Madre, que confams en lo que va a hacer el Seor, que ensus pobres recursos limitados. En el Nio,que encarna en su pequeez, las fragilida-des de los pobres, de los inocentes queno pueden defenderse de la agresin delos prepotentes; de los excluidos, repre-sentados en la piel de los pastores; de losno que cuentan para las sociedades opu-lentas y satisfechas. En Jos, con susmanos callosas, humillndose por no ha-ber podido brindar a Mara y al Nio unlugar ms decoroso para cobijar el misterio.

    Y sin embargo, y esta es la paradojadel misterio insondable escondido en Be-ln, todo aqu trasunta fortaleza, seguri-dad, esperanza, gozo cumplido... Porqueun Nio nos ha nacido... Un Nio po-bre, que nos hace ricos; un Nio frgil,que nos hace fuertes, un Nio pequeo,que nos hace grandes...

    Volver a Beln, sobre todo cuandose est desorientado, cansado, angustia-do, preocupado... es volver a las races.Recordar cuando, dnde y en qu circuns-tancias nos llam el Seor a la aventurade la vida. Es recordar nuestros padres,abuelos y ancestros, los vecinos, los ami-gos, los chicos del barrio, los educado-res, los compaeros de escuela, las per-sonas que con su ejemplo nos animaron acaminar mirando esperanzados el futuro,los que nos contuvieron en los momentosde prueba.

    Volver a Beln, en estos tiempos decrisis es re-comenzar con un s a la exis-tencia, as como es, con todo lo que im-plica. Es asumirnos como somos, connuestros aciertos y errores, con nuestrasalegras y tristezas, con nuestras bsque-das y reencuentros... Es aferrarnos de lamano de Mara que aprieta el Nio en suregazo, para renovar la esperanza y dargracias a Dios y a la vida que me hadado tanto... como dira Violeta Parra.Feliz Navidad y Ao Nuevo 2009!

    Cordialmente.

    Mami

    P. Julio, omv

  • Derecho Viejo Pgina 5

    La afirmacin de que Cristo fue varny, como tal, solamente puede ser repre-sentado por el sexo masculino, me lleva aacercarme tambin a la simbologa delEspritu Santo.

    No parece ningn desatino hablar de lasentraas maternales de Dios para con suPueblo; ese Dios que es "padre y madre" ala vez, como decan Clemente de Alejandra,Juliana de Norwich y otros que leyeron enla Biblia cmo Dios cuidaba, alimentaba,acoga o enseaba a andar a su Pueblo conla ternura de una madre (Os. 11, 1-4; Is.49, 15; 9, 13-14; Pr. 17, 12, etc.).

    Tambin sabemos que, desde las ra-ces filolgicas hebreas, el Espritu Santoest relacionado con lo femenino. Las pa-labras "ruah" (pneuma), "sophia" (sabidu-ra), "shekina" (presencia inmaterial deDios), as lo expresan. Por ello y por otrasrazones simblicas, el Espritu Santo,aliento que es dador de Vida, est ligadosimblicamente a la mujer, de forma di-recta. Pero esta es una aproximacin quela hermenutica cristiana ha ido olvidan-do paulatinamente. Sin embargo, voy amencionar algunos vestigios interesantesque han permanecido en textos, tradicio-nes y representaciones iconogrficas.

    Me refiero a una imagen femenina delEspritu Santo que nos transmiten algu-nas fuentes de la tradicin como, porejemplo, las Constituciones de los Aps-toles y la Didascalia, textos sirios, e in-cluso la iconografa, y cuya interpretacinindiscriminada podra alertarnos sobre lapeligrosidad que encierran ciertas aplica-ciones teolgico-simblicas.

    Dice la Didascalia refirindose a las

    diaconisas: "...porque el obispo os presidecomo prototipo de Dios. E1 dicono estcomo prototipo de Cristo, por tantoqueredlo. La diaconisa sea honrada por vo-sotros como prototipo del Espritu Santo.Los presbteros sean tambin consideradospor vosotros como prototipo de los apsto-les. Las viudas y hurfanos sean considera-dos como prototipo del altar" . Y en las Cons-tituciones Apostlicas, leemos algo similar:"La diaconisa sea honrada por vosotros comoprototipo del Espritu Santo que no hace nidice nada sin el dicono; como tampoco elParclito dice ni hace nada sin Cristo...". Esdecir, en ambos textos se contempla a ladiaconisa significando al Espritu Santo.

    La "femineidad" de la tercera Personade la Trinidad ha quedado mejor conser-vada en la teologa del cristianismo orto-doxo oriental y aparece especialmente ori-ginal en el sirio. As lo constata RosemaryRadford Ruether y creo que su contribu-cin puede sernos muy til para corrobo-rar la idea; leemos: "Si bien el concepto an-drgino de la Trinidad ha sido reprimido enel cristianismo greco-romano, el cristianis-mo sirio contina la tradicin hebrea de laSabidura femenina y la traslada a la imagenfemenina del Espritu Santo. Este EsprituSanto femenino es pensado como madre yfuente nutricia de los cristianos. Est (Ella)ntimamente relacionada con el bautismocomo vientre de re-nacimiento y re-genera-cin, visualizada como alimentando al alma

    renacida. Hay un estrecho paralelismo entreCristo, nacido del vientre de la Virgen Marapor el poder del Espritu Santo, y los cristia-nos renacidos que, del mismo modo, debenser pueblo virgen a travs de la gestacin ypoder de nacimiento del Espritu Santo. Estetipo de imgenes del Espritu Santo comopoder femenino de gestacin, nacimiento yalimentacin, es evidente en las Odas Siriasde Salomn (n. 19). All, Dios es presenta-do como un andrgino que tiene senos ca-paces de derramar leche como una madreque amamanta. El Espritu Santo es el po-der que da la leche al Padre y Ella misma esese seno repleto del Padre. Ella otorga estaleche a los cristianos, regenerndoles de estemodo la vida". El texto es de una gran belle-za y riqueza simblica y teolgica.

    Un tercer ejemplo: encontramos tam-bin esta concepcin dbilmente plasma-da en la iconografa del occidente medie-val. Existe una pintura muy interesante yantigua en la iglesia alemana de Urs-challing; en ella se representa a la Santsi-ma Trinidad: el Padre con barba blanca,el Hijo con barba rubia y el Espritu San-to, entre las dos Personas, representadocomo una mujer. Es decir, parece que laimagen del Espritu, bajo la expresin fe-menina, no ha sido tampoco, de ningunamanera, ajena a la tradicin occidental.

    Ahora bien, toda esta simbologa fe-menina del Espritu Santo, tomada al piede la letra, podra suponer una serie de

    problemas (insalvables?). Prescindamosahora de la dudosa teologa que encierraesta dependencia y sumisin jerrquica deunos miembros de la Trinidad a otros queencontrbamos en las ConstitucionesApostlicas. Pero, puestos a disquisicionesun tanto sibilinas sobre la apropiacin yaplicacin literal de estas imgenes que lle-ga a formular "Cristo fue varn y sola-mente puede ser representado por los va-rones", se ha pensado alguna vez lo quesupondra llevar estas afirmaciones hastalas ltimas consecuencias? Si se exclu-siviza en el varn la posibilidad de signifi-car a Cristo, no habra que hacer lo mis-mo en sentido femenino basndose en lasimgenes del Espritu Santo de la Iglesiaprimitiva y la tradicin ms antigua? Sepodra decir, sin evidente error, que el Es-pritu Santo slo podra ser representadopor las mujeres? Qu supondra el adju-dicar a la mujer las actividades que se atri-buyen al Espritu Santo en la Iglesia,negndoselas a los varones? Posiblemen-te cambiara el pblico de las aulas conci-liares y sinodales; y respecto a la infalibi-lidad? la teologa y la espiritualidad?Cmo se podra justificar el alejamientosistemtico de las mujeres del campo dela predicacin y de la docencia durantetantos siglos?

    La masculinidad de Cristoy la femineidad

    del Espritu SantoEscribe:

    Mara Jos Arana

    Religiosa delSagrado Corazn.Dra. en Teologa y

    Sociloga

    Opuestos que se unen

  • Derecho ViejoPgina 6 Nuestros hermanos los judos

    Las bienaventuranzas, dentro del famosoSermn de la Montaa son consideradas porgran parte del cristianismo como el ncleo fun-damental de la tica de Jess. Sin embargo, muypocos conocen los orgenes judos de las ochobienaventuranzas. Un importante autor hebreo,como es Etan Levine, destaca en una de susobras la importancia que posee este material.

    Transcribo, en primer lugar, las bienaven-turanzas, y posteriormente citar en cada unade ellas los textos judos que constituyen sufuente directa.

    Viendo a la muchedumbre, subi a un mon-te, y cuando se hubo sentado, se le acercaronlos discpulos; y abriendo l su boca les ense-aba, diciendo:

    El origen judo de las bienaventuranzas de JessCuando Jess pronunci estas palabras, en modo alguno abandon su judasmo.

    En realidad, l no predicaba una doctrina desconocida, sino que se colocabaclaramente de parte de una de las dos principales escuelas fariseas.

    Elie Benamozegh (1822-1900). Rabino ortodoxo de Livorno (Italia).Por Mario Javier SabanHistoriador, investigador

    del judasmo.

    El origen judo de la tercera bienaventuranzaBienaventurados los mansos,

    porque ellos poseern la tierraFuentes del judasmo:

    Salmo 37:11 Los mansos poseern la tierra y gozarnde gran paz.

    Salmos 25:12-13 Quin es el hombre que teme a Dios?l le ensear el camino que ha de escoger, gozarl de bienestar, y su descendencia poseer la tierra.

    Isaas 60:21 Y tu pueblo, todos ellos sern justos, parasiempre heredarn la tierra [...].

    El rab Jess para pronunciar la tercera bienaventuran-za se fundament en los siguientes textos del judasmo:Salmo 37:11, Salmos 25:12-13 e Isaas 60:21.

    Bienaventurados los pobres de espri-tu, porque suyo es el Reino de loscielos.

    Bienaventurados los que lloran, porqueellos sern consolados.

    Bienaventurados los mansos, porque ellos po-seern la tierra.

    Bienaventurados los que tienen hambre y sedde justicia, porque ellos sern hartos.

    Bienaventurados los misericordiosos, porqueellos alcanzarn misericordia.

    Bienaventurados los limpios de corazn, por-que ellos vern a Dios.

    Bienaventurados los pacficos, porque ellos se-rn llamados hijos de Dios.

    Bienaventurados los que padecen persecucinpor la justicia, porque suyo es el Reino delos Cielos. (Mateo 5, 1-10)

    El origen judo de la primera bienaventuranzaBienaventurados los pobres de espritu,porque suyo es el Reino de los Cielos

    Fuentes del judasmo:Salmos 41:1-2 Bienaventurado el que piensa en el necesitado y

    el pobre, en el da malo, Dios le librar.Isaas 57:15 Yo habito [dice Dios] en la altura y en la santi-

    dad, pero tambin con el contrito y humilde, para hacerrevivir a los pobres de espritu y reanimar a los corazo-nes contritos.

    Isaas 11:4 No juzgar por vista de ojos, ni argir por odasde odos, sino que juzgar en justicia al pobre, y en equi-dad a los humildes de la tierra.

    Salmos 34:18-19 Est Dios con los de corazn contrito, ysalva a los pobres de espritu...

    El rab Jess, pues, para pronunciar la primera bienaventuran-za, tena en su mente los siguientes textos del judasmo: Salmos41:1-2, Isaas 57:15, Isaas 11:4 y los Salmos 34:18-19.

    El origen judo de la segunda bienaventuranzaBienaventurados los que lloran,porque ellos sern consolados.

    Fuentes del judasmo:Isaas 61:2 [...] para consolar a todos los que llo-

    ran.Isaas 66:13 Como aqul a quien consuela su madre,

    as os consolar Yo a vosotros, y en Jerusalntomaris consuelo.

    Isaas 51:3 Ciertamente consolar Dios a Sin; con-solar todas sus soledades [...].

    El rab Jess, para pronunciar la segunda bienaven-turanza, tena en mente los siguientes textos del judas-mo: Isaas 61:2, 66:13 y 51:3. Adems, podemos encon-trar frases similares dentro de la tradicin oral del judas-mo fariseo. (Las lgrimas de un alma afligida penetran sin

    obstculo al trono de Dios. Bab Metzia, 59. Las lgri-mas son el auxiliar ms eficaz y la condicin ms necesa-ria de toda oracin. Berajot, 30).

    El origen judo de la cuarta bienaventuranzaBienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,

    porque ellos sern hartosFuentes del judasmo:

    Salmo 42:2 Mi alma tiene sed de Dios.Isaas 32:17 Y el resultado de la justicia, ser la paz; y el pro-

    ducto de la rectitud, la tranquilidad y la seguridad para siem-pre.

    Deuteronomio 16:20 Justicia, justicia perseguirs, para quevivas y heredes la tierra que Dios te da...

    Proverbios 21:21 El que sigue la justicia y la misericordia,hallar vida, justicia y gloria.

    Proverbios 15:9 Mas l [Dios] ama a quien sigue la justicia.El rab Jess, para pronunciar la cuarta bienaventuranza, se

    fundament en los siguientes textos del judasmo: Salmo 42:2, Isaas32:17, Deuteronomio 16:20, Proverbios 21:21 y Proverbios 15:9.

    El origen judo de la quintabienaventuranza

    Bienaventurados los misericordiosos,porque ellos alcanzarn misericordia

    Fuentes del judasmo:Salmos 41:1-3 Feliz el que se preocupa del

    pobre! En el da malo, lo librar Dios,Dios lo guardar y le dar vida.Ser bienaventurado en la tierra, y no loentregar a la voluntad de sus enemigos.Dios lo sustentar sobre el lecho del dolory tornars su postracin en mejora.

    El rab Jess, para pronunciar la quinta bienaven-turanza, tena en mente el salmo 41:1-3.

    Con relacin al nombre de Reino delos Cielos, los textos del judasmo en loscuales Jess se fundament son los de:Daniel 2:44 y Daniel 7:14.Daniel 2:44 En el tiempo de esos

    reyes, el Dios de los cielos, sus-citar un Reino que no ser des-truido jams y que no pasar a otropueblo [...].

    Daniel 7:14 [...] y su Reino es unReino eterno que no acabar nun-ca [...].

    Durante siglos se ha sostenido, porparte de la teologa cristiana, que las ochobienaventuranzas de Jess fueron pro-

    ducto de la nueva ley, o que Dios le inspir a Jess unaserie de enseanzas originales. Otros telogos del cris-tianismo llegaron a decir que la construccin de la nove-dad del cristianismo se fundamentaba en un nuevo tipode tica. Despus de la exposicin de las fuentes del ju-dasmo, donde figura el contenido de las ochobienaventuranzas, ya no podemos continuar defendien-do este tipo de argumentaciones.

    En definitiva, he demostrado que todas las fuentes delas bienaventuranzas provienen del judasmo; las races,pues, de las bienaventuranzas del Sermn de la Monta-a son judas. Cada una de ellas proviene de una fuentejuda. Cmo es posible que desde hace veinte siglos lostelogos del cristianismo reiteren que estos conceptos sonuna creacin original que ha dado lugar a una nueva ley?

    Jess, como buen rab, extrajo todas sus enseanzasdel judasmo.

    Extrado de El judasmo de Jess

    El origen judo de la sexta bienaventuranzaBienaventurados los limpios de corazn,

    porque ellos vern a DiosFuentes del judasmo:

    Salmos 24:3-5 Quin subir al monte de Dios?Y quin estar en su lugar santo?El limpio de mano y puro de corazn.El que no ha llevado su alma a cosas vanas.Ni jurado con engao, l recibir la bendicin de Dios,y justicia del Dios de la salvacin.

    Salmo 73:1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel,para los limpios de corazn.

    El rab Jess, para pronunciar la sexta bienaventuranza,se fundament en los siguientes textos del judasmo: Salmos24:3-5 y el Salmo 73:1.

    El origen judo de la sptimabienaventuranza

    Bienaventurados los pacficos, porqueellos sern llamados hijos de Dios

    Fuentes del judasmo:Isaas 57:19 [...] producir fruto de

    sus labios: paz, paz al que est le-jos y al que est cerca, dijo Dios, ylo sanar.

    Por el texto de Levtico 19:2, cada ju-do debe imitar a Dios; como por el textode Isaas 57:19, Dios desea la paz, cadahombre debe desear la paz. Por ese moti-vo el rab Jess admira a los pacficos. Elrab Jess se fundamenta, entonces, enlos siguientes textos del judasmo: Isaas57:19 y el ya nombrado texto de la imitatioDei de la Tor.

    El origen judo de la octava bienaventuranzaBienaventurados los que padecen persecucin por la justicia,

    porque suyo es el Reino de los CielosFuentes del judasmo:

    Isaas 50:6-7 De mis espaldas a los que me golpeaban, y mismejillas a los que me mesaban la barba; no escond mi rostro ainsultos y salivazos. Puesto que Dios habra de ayudarme paraque no fuese insultado, por eso puse mi cara como pedernal, asabiendas de que no quedara avergonzado.

    Vaikr Rab 27 (Tradicin oral del judasmo fariseo) Dios sepone de parte del perseguido slo en el caso aaden de quelos perseguidores y los perseguidos son igual de justos e im-pos? Slo si el perseguidor es un impo y el perseguido es unjusto? No, aunque el perseguidor fuese un justo y el perseguidoun impo o pecador, Dios siempre se pone de parte del ltimo.

    La fuente de la octava bienaventuranza, de donde extrajo la ense-anza el rab galileo, es el texto judo de Isaas 50:6-7 y la tradicinoral del judasmo en Vaikr Rab 27.

  • Derecho Viejo Pgina 7

    1 Cor 12, 12-27

    Enseanzas de PabloEn la Biblia Dios dice: "Dejar confundidos a los que creen que saben mucho!"Dios ha demostrado que la gente de este mundo es tonta, pues cree saberlo todo. En

    realidad, nada saben los sabios, ni los expertos en la Biblia, ni los que creen tener todaslas respuestas. Dios es tan sabio que no per-miti que la gente de este mundo lo conocie-ra mediante el conocimiento humano. En lu-gar de eso, decidi salvar a los que creyeranen el mensaje que anunciamos, an cuandoeste mensaje parezca una tontera.

    Los judos quieren ver milagros para creeren el mensaje que les anunciamos, y los grie-gos quieren or un mensaje que suene razo-nable e inteligente. Sin embargo, nosotrosles anunciamos que Jess es el Mesas, yque muri en la cruz! Para la mayora de losjudos, esto es un insulto; y para los que noson judos, es una tontera. En cambio, paralos que fueron elegidos por Dios, sean ju-dos o no, el poder y la sabidura de Dios sehan manifestado en la muerte del Mesas queDios envi. As que lo que parece una tonte-ra de Dios, es algo mucho ms sabio de loque cualquiera pueda pensar. Podra pensar-se que Dios es dbil, pero en realidad es msfuerte que cualquiera.

    La ignorancia de los sabios

    1 Cor 1, 18-25

    Cuando hablamos de lo que Dios ha hecho por nosotros, no usamos las palabrasque nos dicta la inteligencia humana, sino que usamos el lenguaje espiritual que nosensea el Espritu de Dios.

    Los que no tienen el Espritu de Dios no aceptanlas enseanzas espirituales, pues las consideran unatontera. Y tampoco pueden entenderlas, porque notienen el Espritu de Dios. Los que tienen el Espritude Dios, todo lo examinan y todo lo entienden. Encambio, los que no tienen el Espritu, no pueden exa-minar ni entender a los que s lo tienen. Como dice laBiblia: "Quin sabe lo que piensa el Seor? Quinpuede darle consejos?" Pero nosotros tenemos el Es-pritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo.

    El lenguaje espiritual

    1 Cor 2, 13-16

    La Iglesia de Cristo es como el cuerpohumano. Est compuesto de distintas par-tes, pero es un solo cuerpo. Entre noso-tros, unos son judos y otros no lo son.Algunos son esclavos, y otros son perso-nas libres. Pero todos fuimos bautizadospor el mismo Espritu Santo, para formaruna sola Iglesia y un solo cuerpo. A cadauno de nosotros Dios nos dio el mismoEspritu Santo.

    El cuerpo no est formado por una solaparte, sino por muchas. Si al pie se le ocu-rriera decir: "Yo no soy del cuerpo porqueno soy mano", todos sabemos que no poreso dejara de ser parte del cuerpo. Y si laoreja dijera: "Como yo no soy ojo, no soydel cuerpo", de todos modos seguira sien-do parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fueraojo, no podramos or. Y si todo el cuerpofuera odo, no podramos oler. Pero Diospuso cada parte del cuerpo en donde qui-so ponerla. Una sola parte del cuerpo noes todo el cuerpo. Y aunque las partes delcuerpo pueden ser muchas, el cuerpo es

    Todos somos uno en Cristo

    Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hastael idioma de los ngeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso;soy como una campana desafinada!

    Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer susplanes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios sea capaz de movermontaas.

    Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. Denada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los dems.

    El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.El que ama no es envidioso, ni se cree ms que nadie.No es orgulloso.No es grosero ni egosta.No se enoja por cualquier cosa.No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de

    soportarlo todo.Slo el amor vive para siempre. Llegar el da en que ya nadie hable de parte

    de Dios, ni se hable en idiomas extraos, ni sea necesario conocer los planessecretos de Dios. Las profecas y todo lo que ahora conocemos es imperfecto.Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo dems se acabar.

    El amor verdadero

    1 Cor 13, 1-10

    Alguna vez fui nio. Y mi modo dehablar, mi modo de entender las cosas, ymi manera de pensar eran los de un nio.Pero ahora soy una persona adulta, y todoeso lo he dejado atrs. Ahora conoce-mos a Dios de manera no muy clara,como cuando vemos nuestra imagen re-flejada en un espejo a oscuras. Pero,cuando todo sea perfecto, veremos aDios cara a cara. Ahora lo conozco demanera imperfecta; pero cuando todo seaperfecto, podr conocerlo tan bien comol me conoce a m.

    Hay tres cosas que son permanen-tes: la confianza en Dios, la seguridad deque l cumplir sus promesas, y el amor.De estas tres cosas, la ms importantees el amor.

    Crecer

    1 Cor 13, 11-13

    El primery el ltimo Adn

    1 Cor 15, 45-49

    Si les parece que estamos locos, es porque queremos servir a Dios. Si lesparece que no lo estamos, es para el bien de ustedes. El amor de Cristo dominanuestras vidas. Sabemos que l muri por todos, y por lo tanto todos hemos muer-to. As que, si Cristo muri por nosotros, entonces ya no debemos vivir ms paranosotros mismos, sino para Cristo, que muri y resucit para darnos vida. A partirde ahora, ya no vamos a valorar a los dems desde el punto de vista humano. Yaunque antes valoramos a Cristo as, ya no lo haremos ms. Ahora que estamosunidos a Cristo, somos una nueva creacin. Dios ya no tiene en cuenta nuestraantigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva. Y todoesto viene de Dios.

    2 Cor 5, 13-19

    Una nueva creacin

    La Biblia dice que Dios hizo a Adn,que fue el primer hombre con vida. PeroCristo, a quien podemos llamar el ltimoAdn, es un espritu que da vida. As queprimero lleg a existir lo fsico, y luego loespiritual. El primer hombre fue hechodel polvo de la tierra. El segundo hom-bre vino del cielo. Todos los que vivimosen esta tierra tenemos un cuerpo comoel de Adn, que fue hecho de tierra. To-dos los que viven en el cielo tienen uncuerpo como el de Cristo. Y as comonos parecemos al primer hombre, quefue sacado de la tierra, as tambin nospareceremos a Cristo, que es del cielo.

    En vez de ensearles cosas difciles, les ensecosas sencillas, porque ustedes parecen nios peque-os, que apenas pueden tomar leche y no alimentosfuertes. En aquel entonces no estaban preparados paraentender cosas ms difciles. Y todava no lo estn,pues siguen viviendo como la gente pecadora de este

    mundo. Tienen celos los unos de los otros, y se pelean entre s. Porque cuando unodice: "Yo soy seguidor de Pablo", y otro contesta: "Yo soy seguidor de Apolo", estnactuando como la gente de este mundo. No se dan cuenta de que as se comportan lospecadores?

    (...) As que lo importante no es quin anuncia la noticia, ni quin la ensea. El nicoimportante es Dios, pues l es quien nos hace crecer.

    1 Cor 3, 2-4 ; 7

    Un aprendizaje gradual

    uno solo. El ojo no puede decirle a la mano:"No te necesito". Tampoco la cabeza pue-de decirle a los pies: "No los necesito". Alcontrario, las partes que nos parecen msdbiles, son las que ms necesitamos. Ylas partes que nos parecen menos impor-tantes, son las que vestimos con mayorcuidado. Lo mismo hacemos con las par-tes del cuerpo que preferimos no mostrar.En cambio, con las partes que mostramosno somos tan cuidadosos. Y es que Dioshizo el cuerpo de modo que le demos msimportancia a las partes que consideramosde menos valor. As las partes del cuerpose mantienen unidas y se preocupan lasunas por las otras. Cuando una parte delcuerpo sufre, tambin sufren todas lasdems. Cuando se le da importancia a unaparte del cuerpo, las partes restantes seponen contentas.

    Cada uno de ustedes es parte de laiglesia, y todos juntos forman el cuerpode Cristo.

    Probar todo

  • Derecho ViejoPgina 8

    Cuando camino en la soledad del montepor veredas estrechas y sinuosas, una vezque el silencio ambiental ha penetrado den-tro de m, lo primero que me suele impre-sionar hasta acaparar mi atencin, es elsonido de mis propios pasos.

    Mis pasos en libertad! Mis pasos le-jos de las rutas trilladas por el ajetreo y elvrtigo de las ciudades! A dnde voy?Qu importa! Por qu camino, enton-ces? Porque el camino en solitario ahon-da en m esa actitud de escucha y acogi-da, esa alegra de ser en comunin concuanto me rodea y sale al encuentro. Elcamino en solitario me ayuda a valorar mivida como espacio de gratuidad, aspectoque con frecuencia se olvida.

    Efectivamente. En estos paseos sose-gados no existe meta ni programacin.Slo la conciencia lcida de que ser hom-bre es vivir orientado hacia un ms allinsondable, indomesticable, como don queen cada momento se recibe. Paso a paso,entre los mil detalles incontenibles de laprdiga naturaleza, me ausculto como sedque con ningn amor de criatura se sacia,pero que a todos los necesita. Cmo seme enreda el corazn en cada belleza delcamino! Y cmo, esa misma belleza queme cautiva, me empuja a seguir adelante!Pues las cosas quieren decir Dios, perono lo dicen; nadie puede decirlo sino lmismo (H. Paisac). Y nuestra alma quelleva en s la huella de un amor superior,el hambre de un amor total, sabe lo mara-villoso que alienta en toda criatura, y almismo tiempo, sabe las seales que apun-tan a una meta inalcanzable a sus solasfuerzas.

    Mis pasos en el silencioDescubre qu silencio te rodea. Djale que te penetre, a fin

    de que llegues a ser por ti mismo, cerca de los otros, una pala-bra que brota del silencio de las germinaciones.

    (Marcel Lgaut)

    Sub a la parte superior de m mismoy ms alto an reina el Verbo.Curioso explorador, descend hasta el fondo de m mismoy lo encontr an ms abajo.Mir hacia afuera,y lo encontr mucho ms all de todo lo que es exterior.Mir hacia adentro; pero l es ms ntimo que yo mismo.Y reconoc la verdad de lo que haba ledo:que vivimos en ly que en l tenemos movimiento y el ser. (San Bernardo)

    Sabrosa leccin que nos repite el ca-mino! El ms all que orienta nuestrospasos, nos llama desde el ms ac de to-dos nuestros amores. Y as, el paseo merevela esa brecha del misterio que, porhabitar dentro de m, abre mi ser a lo des-conocido y lo deja abismado sobre unafuente de inagotable novedad que mana ycanta dentro de la criatura contemplada.Quin me habra hablado del misterio, contanta fuerza y claridad, si mis pasos no sehubiesen desenredado de las mil y una ar-gucias de la rutina, la prisa y la eficacia,con sus funestas secuelas de angustia yansiedad?

    Mis pasos me evidencian la felicidaddel movimiento. Movimiento que no esdispersin, sino concentracin del ser entodo aquello que el camino significa: aper-tura, comunin, riesgo... El que no cami-na, ha cegado la fuente del misterio en supropio corazn. El que no ama la aventu-ra y audacia, est condenado a repetirseen la miseria de su aislado consumirse.

    Mejor es darse en la inseguridad de cual-quier ruta hacia horizontes desconocidos,que merodear en torno al hueso rodo dela rutina y los convencionalismos, de loscaminos trillados y las ideas resabidas. Elcaminar nos revela nuestra inalienable vo-cacin de criaturas, que slo llegan a serloen su apertura a todo lo otro. El que noarriesga, ignora para siempre la rique-za de su yo ms universal.

    Al caminar, beso con mis pasos la tie-

    rra. Mis pies, descalzos muchas veces,saben de las asperezas del sendero, lo mis-mo que de la fragancia curativa de lasplantas o del frescor descansante del pa-raje umbro. Besar la tierra con todo miser, en el deslizarse de mis pasos, es comoregresar a las entraas de esta madre an-cestral, que siempre nos rehace; es comoinjertarse en el movimiento de cuanto ger-mina y se reproduce en sus profundida-des maternas; es como reconocerse deu-dor de sus incesantes bendiciones, que re-crean todos y cada uno de nuestros senti-dos exteriores e internos. No es un pisaraltivo, dominador. Es un estar sobre la tie-rra en estado de celebracin y de accinde gracias.

    El sonido rtmico de mis pasos, me de-vuelve el eco de micorazn peregrino,siempre en pos deun amor que siguellamando desdems lejos. Yo doymis pasos al sende-ro y el sendero meda el eco de todo loeterno que vive enm.

    Me hace bienescuchar ese sonido que procede de m,y que a su vez, recibo desde fuera de m,enriquecido por los elementos y confor-maciones del paisaje. El eco de mis pasoses distinto, segn atraviese un paraje abier-to, un tramo de barranco, o un trecho deformacin rocosa. Pero siempre, y entodo caso, son mis propios pasos que sa-ben resonar, armonizndose con lo queles envuelve, arrancando la musicalidaddiferente en cada accidente del camino re-corrido. El eco de mis pasos es todo unsmbolo: el de la gratitud que sabe con-vertir en cancin los dones recibidos.

    En el silencio resuenan mis pasos. Enel silencio se agigantan mis pasos. En elsilencio de la soledad del monte por vere-das estrechas y sinuosas, me percibo am mismo, caminante enamorado de supropio caminar.

    Antonio Lpez BaezaExperiencia con la soledad

    Prefiero la paciencia a la resignacin.Ni es inactividad ni es claudicacin. Esconstancia, insistencia, coherencia. Hayquienes se descomponen si las cosas novan como desean, si no suceden inme-diatamente. La paciencia sabe atender, esuna forma de accin que convive con laespera. La precipitacin no es su camino.Pero no se limita a aguardar: hace venir.

    Son tiempos de urgencias. Y hemosde abordarlas. Claro que hay que hacer.Sin embargo, la accin no es realizar cual-quier cosa de cualquier manera, para sen-tirse activo. Ni es limitarse a constatarqu pasa. Es procurar que ocurra, y deuna determinada forma. Tanto la ansie-dad como la apata son formas de des-consideracin.

    La paciencia no lo da todo por ya pre-figurado o clausurado, aprisionado porla expectativa. Desestima el apresura-miento. Y la pasividad. Es compatible conel elegir, con el preferir. Amanece por lamaduracin de la noche, por la fuerza delda, por su buena labor, no porque cerre-mos o abramos los ojos. No es adecuadoprecipitar el fruto, su fructificacin exigeun determinado trato con el tiempo.

    La paciencia comprende su quehacery lo quiere y lo acompaa. Combate todaprisa, todo miedo y sabe hasta qu puntolate en la plenitud del instante alguna for-ma de eternidad que cabe atisbarse o in-cluso habitarse, como slo un mortal escapaz de hacer. Demorarse en algo, per-manecer en ello, deambular por sus aris-tas y laderas y saber convivir con el asun-to es compartir la propia paciencia de lacosa. Ella se configura poco a poco.Como la vida, que tanto viene como seva. No siempre vemos ni prevemos lo quenos aguarda. Esperamos abiertos a lo im-previsto, esperamos incluso lo inespera-do, que es tanto como desvivirse por vi-vir. Por eso, la paciencia no es un simpleestado de nimo, ni un ingrediente de laactividad. Es una forma suprema de aten-cin, de activa contemplacin, de aque-lla que participa en el brotar o emergerde algo, del otro, de la vida.

    La paciencia acompaa y, a la par,alumbra. No esperemos sentados en elumbral de la puerta el paso de un hechoconcluido, de un hecho tan hecho queresulte un deshecho, un cadver que, enltima instancia, acabara por ser el nues-tro. Terminaramos por ser mirados porlo que decimos ver, agotado nuestro mi-rar. La paciencia nos hace hacer pero sinvoluntad de darlo todo ya por finalizado,por finiquitado, por finado, por muerto.Es la paciencia de no querer dejarlo todoagostado, sin vida. No es reposo, es in-quietud. No slo esperamos, tambinsomos esperados por lo que nos espera.Por eso, la paciencia no consiste en de-tenerse, ni en suponer que todo es indi-ferente respecto de lo que pensamos, de-cimos y hacemos. Ahora que parece pri-

    mar el abordaje, el asalto, el ataque, ahoraque para algunos ser ejecutivo es ser eje-cutor, hay otro modo de accin, sereno,insistente, no el de la mirada que escu-dria sino que penetra en el corazn delo que hay y lo toca sin arrasarlo todo.Una y otra vez procuramos, luchamos yperseguimos lo que no acaba de llegar,pero no cejamos. En definitiva, no se tra-ta de improvisar respuestas de repuesto,ante la incapacidad para soportar lascuestiones abiertas. Temerosos, somoscapaces de precipitar cualquier supues-ta solucin, con tal de no tener que sos-tenernos pacientemente en el problemay vrnoslas con l.

    La paciencia no es indiferencia. Re-sulta desconcertante y magnfico cmoconvive con la pasin, cuando sta noes entendida como una intervencin pun-tual, casual, coyuntural, sino como unestado de intensidad. La insistencia y laenerga ofrecen otras posibilidades y dana la vida un primor y una frescurainclasificables. Me gustan quienes ni sonimpasibles ni se alteran permanentemen-te. Se les ve incidir en las cuestiones y,ms que tomar, esperan dejar o despren-derse de algo. Aunque se despojen de s,necesitamos que no se nos vayan. Suespera nos hace vivir porque vivencreativamente. Por eso, tal vez la justapaciencia quede reservada para la pro-funda humildad del artista capaz de crear,que espera la hora del alumbramiento.

    La paciencia es artfice. As nos lorecuerda Rainer Maria Rilke: Ah nocabe medir por el tiempo. Un ao no tie-ne valor y diez aos nada son. Ser artis-ta es no calcular, no contar, sino madu-rar como el rbol que no apremia su sa-via, mas permanece tranquilo y confia-do bajo las tormentas de la primavera,sin temor a que tras ella tal vez nuncapueda llegar otro verano. A pesar detodo, el verano llega. Pero slo para quie-nes sepan tener paciencia y vivir con ni-mo tan tranquilo, sereno, anchuroso,como si ante ellos se extendiera la eter-nidad. Esto lo aprendo yo cada da. Loaprendo entre sufrimientos, a los que porello quedo agradecido. La paciencia loes todo!....

    Copyright Clarn y La Vanguardia, 2008.

    Elogio de la ticade la paciencia

    Diferente a la resignacin y opuesto a la precipitacin,el obrar paciente ensea a ejercitar al extremo la atencin,

    convive con la pasin y logra, sin arrasarlo todo,que se persevere en la lucha

    por lo anhelado que no acaba de llegar.

    Filsofo-Rector de laUniversidad

    Autnoma deMadrid

    Angel Gabilondo

    Adentro...

  • Derecho Viejo Pgina 9

    Comnmente, los centros de contemplacin estn muyaislados del movimiento humano: sean casas retiradas,sea cualquier estilo de vida entre los bosques o en el de-sierto. A veces, se trata de una vida aislada en defensa dela paz y la espiritualidad. A su vez, desde lejos proyectanel bien para la humanidad, con su propia espiritualidad.Esta manera de vivir y de pensar no est exenta de losmiedos del mundo.

    Puede ser que el monje que vuelve al mundo no sepacomprenderlo; el mundo se le haga anormal y le cuesteenfrentarlo. Puede sentirse muy distante y extrao, por-

    que la espiritualidad no siempre llega a ser completa para ver y comprender al hombrey al mundo desde el Seor. Por algo el ro debe meterse dentro de los desiertos paratransformarlos en los espacios de la vida. La espiritualidad debe encontrar medioscontra el miedo, contra la desesperacin frente a la realidad humana, esa realidad quesobrepasa nuestra capacidad de enfrentarla.

    La Palabra clave de Jess es la Paz, que l nos ofrece en abundancia. Y nos dice:Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. No se inquieten niteman! (Jn 14,27). Debemos dar suficiente importancia a estas palabras, contemplar-las en el contexto de nuestra vida desde el Seor y tambin mirar las crisis del mundodesde la visin de Jess.

    No sabemos enfrentar la realidad del mundo, porque no hemos podido en-frentar nuestra realidad o porque an no la hemos entregado del todo en manosdel Seor. No hemos renunciado del todo.

    El deseo de cambiar la realidad desconoce, con cierta frecuencia, el ritmo delos cambios del Seor. l tiene su ritmo y su manera; no siempre lo que nosotrosllamamos cambio es un cambio real. Nos gusta ver el movimiento que, desgraciada-mente, no siempre implica un crecimiento. La planta crece igual, o quizs mejor en latranquilidad, y nadie piensa que su modo de crecer sea sentirse agitada por los vientos.El verdadero crecimiento espiritual es como el de una planta. Los que saben contem-plarla tambin saben verla. La humanidad est agitada por el viento y perturbada por elruido. Pero tambin puede crecer en esas condiciones, si hay una verdadera visin delcrecimiento desde el Seor.

    Me he encontrado con los que viven en los monasterios, que an no han adquiridoun espritu contemplativo. Tambin he encontrado gente del mundo, frecuentementemuy sencilla, con una vida profundamente mstica, y no tenan grandes maestros nilean muchos libros. El mundo necesita personas contemplativas que vivan en l ysean como huspedes angelicales que vigilen e inspiren a la humanidad.

    Cada hombre es, por su naturaleza, un mstico, pero se ha olvidado de ello, haperdido su inclinacin, como un guila criada entre pollos que ha olvidado las alturasdel vuelo de su espritu. La pregunta es: cmo ayudar al hombre a volver a lo que era?Si el verdadero discpulo de Jess es quien puede llegar a las alturas del espritu,cmo ayudar al hombre a que se encuentre con Jess?

    Si la humanidad descubre la raz mstica en cada persona, en cada comunidad, en elPueblo, encontrar desde el Evangelio el principio de la transformacin real y la uninuniversal. Llegar a descubrir el verdadero pensamiento de Jess, abierto a todas lascivilizaciones y religiones; el pensamiento que unifica, donde l realmente es el centrode todos; en l podremos encontrarnos.

    La Salvacin que viene desde Jess nos hace reencontrarnos con el proyecto delSeor, y sta es la necesidad de cada persona que vive en el mundo. Jess es elProyecto para toda la humanidad. Vivir segn el Evangelio o, mejor dicho, vivir segnJess, quien ilumina cada paso del Espritu y, despus de reencontrar el verdaderoproyecto del Seor, nos conduce a verlo en cada latido de la Vida.

    La humanidad est ansiosa de espiritualidad, est atenta a cada presentimiento de loespiritual y lo busca por distintos caminos. Slo quienes viven segn el Espritu pue-den llegar al corazn, al espritu. Y al compartir entraablemente la realidad con elhermano, darle fuerza para levantarlo. sta es la gracia de Jess.

    Extrado de Porque vern a Dios

    Hoy ms que nunca es urgente queel hombre llegue a encontrarse a smismo y que este encontrarse as mismo no sea una frase litera-ria, sino que responda a un he-cho real, a una experiencia vi-vida. El hombre, al encon-trarse a s mismo, dejade ser un elemento pa-sivo frente a las cir-cunstancias paratransformarse en unelemento activo, din-mico, autnticamentecreador.

    El hombre estconstituido en su cen-tro, en su naturaleza n-tima, esencial, por unafuente inagotable de energa, de inteligen-cia y de amor. Pero esto ordinariamenteno se nos ha enseado, como tampocose nos ha mostrado el camino para vivircentrados en esta fuente. Y es curioso por-que Occidente, que se nutre tanto del Cris-tianismo, uno de cuyos principios funda-mentales es que el hombre tiene un almaespiritual creada a imagen y semejanza deDios, de modo que el fundamento mismodel dogma cristiano consiste en esta afir-macin radical de la naturaleza espiritual delhombre principio que es fuente de toda cla-se de bienes en el hombre, es curioso,digo, que sea precisamente el hombre oc-cidental el que ms alejado est de s mis-mo, de esa fuerza, de esa libertad interiory que ande buscando su verdad y su ple-nitud solamente a travs de estructurasexteriores, a travs de valores que sontodos ellos efmeros, contingentes e ine-vitablemente impermanente.

    Quizs el error del hombre se debeen gran parte a que ha querido ir a Diossin pasar primero por s mismo. El hom-bre occidental ha visto en Dios una reali-dad superior pero externa y no ha descu-bierto que antes necesita acabar de des-cubrirse a s mismo para que su actitudhacia Dios sea una actitud autntica, com-pleta, ntegra. Mientras el hombre opongael mundo de la actividad al mundo espiri-tual; el mundo de la materia al mundo deDios, se encontrar ineludiblemente conque las demandas exteriores, el crecienteritmo de vida, la tecnologa cada vez msexigente del mundo del trabajo, le absor-ben de tal modo toda su actividad, su tiem-po y su inters que lo que l llama Dios orealidades espirituales van quedando cadavez ms alejadas de su centro de inters,en un plano remoto e inaccesible.

    En consecuencia, el hombre se en-cuentra ante una dualidad, ante una dobleopcin posible: o el mundo exterior contodas sus luchas y toda su contingencia,

    o Dios. Pero el hombre se olvidade s mismo, no se ha encontradoa s mismo y hasta que el hom-bre no se encuentre a s mismono tendr ni la capacidad, ni lafortaleza suficiente para mane-jar sus problemas, para decidir-se, para hacer tanto su funcinen el mundo como su entregaa Dios de una manera autnti-ca y completa.

    Buscarse a s mismo, en-contrarse a s mismo es algode lo que se habla mucho pero

    que casi nadie sabe concreta-mente qu es ni cmo se hace.

    Las personas pretenden encontrar-se a s mismas a travs de la accin,

    a travs de la lucha, a travs de losnegocios o a travs de satisfacer sus ne-cesidades en el mundo exterior. Con estolo nico que el hombre consigue es satis-facer momentneamente sus necesidadeselementales ms inmediatas.

    Pero luego aparecen otras necesidadesnuevas que, aunque de por s no sean tanurgentes, se convierten luego de hechoen necesidades apremiantes debido a quela vida va adquiriendo un tono y un estilocada vez ms superficial, de modo que loque al principio no era ms que un lujoacaba por convertirse en una nueva nece-sidad. En consecuencia, el hombre no lle-ga nunca a encontrar una satisfaccincompleta y definitiva, no alcanza su ple-nitud, y no la alcanza porque se le escapael verdadero secreto de la misma que esel encontrarse a s mismo. Y esto no de-pende de las cosas que haga, no dependede que sean muchas o pocas, que seanextraordinarias o no. El secreto est en elmodo cmo hace las cosas, en su dispo-sicin interior al hacerlas, es decir, en esaactitud especial que le permitir dirigirsepaso a paso hacia su propio centro a tra-vs de su misma actividad externa. Mien-tras la persona siga asomada exclusiva-mente al exterior nunca encontrar estarealidad central. Su actitud parcial le im-pide descubrir lo que hay dentro de supropia casa.

    A esta actividad meramente material,mundana, se suele contraponer la actitudde ciertos grupos msticos que rechazanla vida del mundo, que dicen que lo nicoque vale la pena es dedicarse a la contem-placin y al trabajo interior, dejando quelos problemas humanos, los problemassociales y econmicos se arreglen por ssolos; no, de ninguna manera. El hombreha de aprender paralelamente a su tra-bajo exterior, a su accin en el mundo,a descubrir su propio mundo interior,a descubrir quin es l. Y si no llega aesta autorealizacin, a este auto-descubrimiento de s mismo, todo cuantohaga servir solamente para producirle unagotamiento intil, un sacrificio estril desu vida en aras de una productividad o deun progreso que a l personalmente no lehabr conducido a nada de autntico va-lor en s mismo, a nada que pueda darleautntica satisfaccin ni a descubrir elverdadero sentido de la existencia.

    Encontrarse a s mismo, llegar a seru no mismo del todo: creo que sta esla consigna ms urgente del hombreactual. Consigna que por el hecho deser central tiene valor en todos los sen-tidos.

    Extrado de Relajacin y energa

    Necesidad del descubrimientode uno mismo

    Antonio BlayNaci en Barcelona

    en 1924 y muri en lamisma ciudad en 1985.

    La palabra clave de Jesses Paz

    Las enseanzas de Jess sobre el Rei-no fueron expresadas dentro de un mar-co religioso de creencias, y Jess era unobservador y un practicante radical de sureligin. No obstante, el Reino desafamuchas ideas sobre la religin. En primerlugar, reubica a la mente religiosa en unarelacin personal con la verdad. Relacinque comienza con escuchar lo que la ver-dad est diciendo. El simple acto de escu-char sus enseanzas sobre el Reino, ini-cia una respuesta a su pregunta redento-ra, pregunta que a su vez revela la afini-dad entre el maestro y su enseanza. Slo

    por escuchar, por lo tanto, por prestaratencin, estando atentos, nos embarca-mos en la purificacin del corazn. Lasclaras imgenes de Dios y el ego, comien-zan con el silencio necesario para escu-char. Esta simplificacin inexorable evo-lucionar hasta que finalmente desperte-mos al Reino, el lugar del autoco-nocimiento, desde donde Jess poda de-cir que el Padre y yo somos Uno.

    Jess nos demuestra que el Reino noes una abstraccin fuera de la red de rela-ciones. Dios no es una deidad aislada dela imaginacin humana, con quien cada

    Silencio necesario para escucharindividuo tiene una relacin separada.Nuestra relacin personal con Dios estinmersa en la familia de todos los seres.Dios es el fundamento de todo y de cual-quier ser. Cada relacin en nuestra vida,es un aspecto de nuestra total identidad,enraizada en ese fundamento del ser. ElReino es la relacin fundamental detodos los seres conscientes, la simpleunidad de un universo interde-pendiente e infinitamente complejo.

    Laurence Freeman o.s.bExtrado deJess, el maestro interior

    Ladislao Grych

    ... ms adentro

  • Derecho ViejoPgina 10

    Felices los que saben distinguir una montaa de una piedrita, porque evitarnmuchos inconvenientes.

    Felices los que saben rerse de s mismos, porque nunca terminarn dedivertirse.

    Felices los que saben descansar y dormir sin buscar excusas, porque llegarn aser sabios.

    Felices los que saben escuchar y callar, porque aprendern cosasnuevas.

    Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio,porque sern apreciados por quienes los rodean.

    Felices los que estn atentos a las necesidades de los dems sin sentirse indis-pensables, porque sern distribuidores de alegra.

    Felices los que saben mirar con seriedad las pequeas cosas y con tran-quilidad las cosas grandes, porque irn lejos en la vida.

    Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque sucamino ser pleno de sol.

    Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, porque no seturbarn por lo imprevisible.

    Felices ustedes si saben callar y hasta sonrer cuando se les quita la palabra, selos contradice o cuando les pisan los pies, porque el Evangelio comienza apenetrar en su corazn.

    Felices ustedes si son capaces de interpretar siempre con benevolencialas actitudes de los dems, an cuando las apariencias sean contra-rias. Pasarn por ingenuos: es el precio de la caridad.

    Felices sobre todo ustedes, si saben reconocer al Seor en todos los que encuen-tran, entonces habrn hallado la paz y la verdadera sabidura.

    Nuevas bienaventuranzas

    Un cargador de agua tena dos gran-des vasijas que colgaban a los extremosde un palo que l llevaba encima de loshombros. Una de las vasijas tena unagrieta, mientras que la otra era perfectay entregaba el agua completa al final dellargo camino a pie desdeel arroyo hasta la casade su patrn.

    Cuando llegaba, lavasija rota solo conte-na la mitad del agua.Por dos aos comple-tos esto fue as dia-riamente. Desdeluego la vasija per-fecta estaba muyorgullosa de suslogros, perfectapara los fines parala cual fue creada;pero la pobre vasijaagrietada estaba muyavergonzada de su propiaimperfeccin y se senta mi-serable porque solo poda conse-guir la mitad de lo que se supona debahacer.

    Despus de dos aos le habl al agua-dor dicindole: "Estoy avergonzada de mimisma y me quiero disculpar contigo".Por qu? le pregunt el aguador.

    "Porque debido a mis grietas, slopuedes entregar la mitad de mi carga.Debido a mis grietas, solo obtienes la mi-tad del valor de lo que deberas."

    El aguador se sinti muy apesadum-brado por la vasija y con gran compa-sin le dijo: "Cuando regresemos a la

    casa del patrn quiero que notes las be-llsimas flores que crecen a lo largo delcamino.

    As lo hizo y en efecto vio muchsi-mas flores hermosas a todo lo largo, perode todos modos se sinti muy apenada

    porque al final solo lle-vaba la mitad de su

    carga. El aguadorle dijo: "Te distecuenta de que lasflores solo crecenen tu lado del cami-no?; siempre he sa-bido de tus grietas yquise obtener venta-ja de ello: siembrosemillas de flores atodo lo largo del ca-mino por donde tu

    vas y todos los das tlas has regado. Por dos

    aos yo he podido reco-ger estas flores para deco-

    rar el altar de mi Madre. Sinser exactamente como eres, ella

    no hubiera tenido esa belleza sobre sumesa."

    Cada uno de nosotros tiene sus pro-pias grietas. Todos somos vasijas agrie-tadas, pero si le permitimos a Dios utili-zar nuestras grietas para decorar la mesade su Padre......

    "En la gran economa de Dios, nadase desperdicia". "Slo aquel que ensayalo absurdo es capaz de conquistar lo im-posible". Si sabes cules son tus grie-tas, aprovchalas, y no te avergen-ces de ellas.

    La vasija agrietada

    Tres personas iban caminando por unavereda de un bosque: un sabio con famade hacer milagros, un poderoso terrate-niente del lugar y, un poco atrs de ellos yescuchando la conversacin, iba un jo-

    ven estudiante alumno del sabio.Poderoso :"Me han dicho en el pueblo

    que eres una persona muy poderosa, in-clusive puedes hacer milagros".

    Sabio: "Soy una persona vieja y can-sada... cmo crees que yo podra hacermilagros?"

    Poderoso: "Pero me han dicho que sa-nas a los enfermos, haces ver a los cie-gos y vuelves cuerdos a los locos..... esosmilagros slo los puede hacer alguien muypoderoso".

    Sabio: "Te referas a eso? T lo hasdicho, esos milagros slo los puede hacer

    Los verdaderos milagros

    Pequeas enseanzas

    alguien muy poderoso... no un viejo comoyo; esos milagros los hace Dios, yo slopido se conceda un favor para el en-fermo, o para el ciego, todo el quetenga la fe suficiente en Dios puede

    hacer lo mismo".Poderoso: "Yo quiero te-

    ner la misma fe para poderrealizar los milagros que thaces... mustrame un mi-lagro para poder creer en tuDios".

    Sabio: "Esta maana,volvi a salir el sol?"

    Poderoso: "S, claroque s".

    Sabio: "Pues ah tienesun milagro..... el milagro dela luz".

    Poderoso: "No, yo quie-ro ver un VERDADERO

    milagro: oculta el sol, saca agua de unapiedra.... mira hay un conejo herido juntoa la vereda, tcalo y sana sus heridas".

    Sabio: "Quieres un verdadero milagro?No es verdad que tu esposa acaba de dara luz hace algunos das?".

    Poderoso: "S!, fue varn y es mi pri-mognito".

    Sabio: "Ah tienes el segundo milagro....el milagro de la vida".

    Poderoso: "Sabio, t no me entiendes,quiero ver un verdadero milagro..."

    Sabio: "Acaso no estamos en pocade cosecha? No hay trigo y sorgo donde

    El carpinteroUn carpintero ya entrado en aos es-

    taba listo para retirarse. Le dijo a su Jefede sus planes de dejar el negocio de laconstruccin para llevar una vida msplacentera con su esposa y disfrutar desu familia. El Jefe lamentaba ver que subuen empleado dejaba la compaa y lepidi si podra construir una sola casams, como un favor personal. El car-pintero accedi, pero se vea fcilmenteque no estaba poniendo el corazn ensu trabajo.

    Utilizaba materiales de inferior cali-dad y el trabajo era deficiente. Era unadesafortunada manera de terminar sucarrera.

    Cuando el carpintero termin su tra-bajo y su Jefe fue a inspeccionar la casa,el Jefe le extendi al carpintero las llavesde la puerta principal. Esta es tu casa,dijo, es mi regalo para t.

    Qu tragedia! Qu pena! Si solamen-te el carpintero hubiera sabido que esta-ba construyendo su propia casa, la hu-

    biera hecho de manera totalmente dife-rente. Ahora tendra que vivir en la casaque construy "no muy bien" que diga-mos!

    As que est en nosotros. Construi-mos nuestras vidas de manera distra-da, reaccionando cuando deberamosactuar, dispuestos a poner en ello me-nos que lo mejor. En puntos importan-tes, no ponemos lo mejor de nosotrosen nuestro trabajo.

    Entonces con pena vemos la situa-cin que hemos creado y encontramosque estamos viviendo en la casa que he-mos construido. Si lo hubiramos sabi-do antes, la habramos hecho diferente.

    Piensen como si fueran el carpinte-ro. Piensen en su casa. Cada da clava-mos un clavo, levantamos una pared oedificamos un techo. Construyan con sa-bidura. Es la nica vida que podrnconstruir. Inclusive si slo la viven porun da ms, ese da merece ser vividocon gracia y dignidad.

    hace unos meses slo haba tierra?".Poderoso: "S, igual que todos los

    aos".Sabio: "Pues ah tienes el tercer mi-

    lagro...."Poderoso: "Creo que no me he expli-

    cado, lo que yo quiero...." (el sabio lo in-terrumpe).

    Sabio: "Te has explicado bien, yo yahice todo lo que poda hacer por ti.... si loque encontraste no es lo que buscabas,lamento desilusionarte, yo he hecho todolo que poda hacer". Dicho esto, el pode-roso terrateniente se retir muy desilusio-nado por no haber encontrado lo que bus-caba. El sabio y su alumno se quedaronparados en la vereda; cuando el poderosoterrateniente iba muy lejos como para verlo que hacan el sabio y su alumno, el sa-bio se dirigi a la orilla de la vereda, tomal conejo, sopl sobre l y sus heridas que-

    daron curadas; el joven estaba algo des-concertado.

    Joven: "Maestro, te he visto hacer mi-lagros como ste casi todos los das, porqu te negaste a mostrarle uno al caballe-ro? Por qu lo haces ahora que no puedeverlo?".

    Sabio: "Lo que l buscaba no era unmilagro, era un espectculo. Le mostrtres milagros y no pudo verlos.... para serrey primero hay que ser prncipe, para sermaestro primero hay que ser alumno... nopuedes pedir grandes milagros si no hasaprendido a valorar los pequeos milagrosque se te muestran da a da. El da queaprendas a reconocer a Dios en todas laspequeas cosas que ocurren en tu vida,ese da comprenders que no necesitasms milagros que los que Dios te da to-dos los das sin que t se los hayas pe-dido".

    El mundo es lo que es uno

  • Derecho Viejo Pgina 11

    Zeus es conocido no slo por ser el reyde los dioses, sino tambin por sus amoroscon incontables mortales. Una de estas mor-tales fue la reina Alcmena, con la que conci-bi a Hrcules.

    La esposa legtima de Zeus, Hera, enfu-recida con este pequeo que era la pruebaviviente de la constante infidelidad de su es-

    poso, decidi no descansar hasta destruir-lo, y envi dos serpientes para que mataranal recin nacido. Pero este beb no era comoel resto de los mortales: tomando a una ser-piente en cada mano, las estrangul con unafuerza sobrehumana.

    Hrcules fue criado como prncipe deTebas, recibiendo as una educacin privi-legiada. Sin embargo, le aburran los estu-dios, y prefera los deportes como la luchay la caza. Se cuenta que una vez su maestrode msica, Lino, le dio un coscorrn por noprestar atencin en clase. El enfurecido Hr-cules tom la lira y de un solo golpe, lo mat.El prncipe fue exonerado luego por el tri-bunal, que dictamin que haba actuado endefensa propia, ya que el que haba golpea-do primero haba sido Lino. Sus padres sedieron cuenta que el joven necesitaba unaeducacin un tanto ms especial, as que loenviaron a que fuera entrenado por el cen-tauro Quirn, maestro de hroes. Bajo estanueva tutela, Hrcules se volvi muy hbilen las distintas disciplinas heroicas, como lalucha libre, el manejo de la espada, el arco yla lanza. Cuando el prncipe fue mayor deedad, se cas con la princesa Megra, conla cul tuvo tres hijos. Pero Hera, que se-gua odiando al hijo de Zeus, provoc enl un ataque de locura, durante el cul elhroe mat inconscientemente a su mujery a sus hijos. Al despertar del trance, yver horrorizado el crimen que haba co-metido, Hrcules huy a consultar al Or-culo buscando alguna forma para expiarsu culpa. La pitonisa le dijo que deba po-nerse al servicio del rey Euristeo, vecinode Tebas, y realizar las tareas que ste leordenase. Sin embargo, este rey era unfiel seguidor de la diosa Hera, e ide dieztrabajos imposibles de cumplir (a los cu-les se agregaran luego dos ms).

    Primer trabajo: El Len de NemeaComo primer encargo, Hrcules fue

    enviado a matar al len de Nemea, unaferoz bestia cuya piel era tan dura que nin-guna espada o lanza poda atravesarla. Alver que las armas eran intiles contra este

    monstruo, Hrcules lo tom del cuello ylo mat estrangulndolo con sus podero-sos brazos. Con las propias garras del len,el hroe le quit la impenetrable piel y desdeentonces la us siempre como abrigo yarmadura.

    Segundo trabajo: La Hidra de LernaEn la zona pantanosa del lago de Lerna

    viva la Hidra, una enorme serpiente devarias cabezas. Hrcules lleg all en com-paa de su sobrino Yolao. El hroe des-envain su espada y comenz a cortar

    las cabezas de la Hidra. Pero des-cubri sorprendido que por

    cada cabeza que corta-ba, surgan dos nuevasde la herida, as quedecidi cambiar de es-trategia: mientras lcortaba las cabezas delmonstruo, Yolao cau-terizara las heridas conuna antorcha, previ-niendo as el surgi-miento de nuevas ca-bezas. De esta manerapudieron finalmentetriunfar. Antes de par-tir, Hrcules moj susflechas en la sangrevenenosa del mons-truo.

    Tercer Trabajo:La Cierva de Cerinia

    El tercer trabajo era capturar viva a la ciervade Cerinia, un animal sagrado que se carac-terizaba por su hermosa cornamenta de oropuro y una asombrosa agilidad. El proble-ma, sin embargo, no era slo alcanzarla: esteanimal estaba, adems, consagrado aArtemisa, diosa de la caza, por lo que cual-

    quiera que derramase tan slo una gota desu sangre, sufrira el eterno castigo de losdioses. Hrcules persigui a la cierva da ynoche, atravesando diversos pases, por unao entero. Finalmente logr atraparla cuan-do sta tomaba agua, con un flechazo per-fecto que atraves el lugar entre el hueso yel tendn en las patas traseras del animal, deesta manera inmovilizndolo sin derramarsu sangre.Cuarto Trabajo: El Jabal de Erimanto

    Con cada nueva victoria de Hrcules,Euristeo se pona ms inquieto y asustado.La cuarta tarea que le encarg fue la de ca-zar un enorme jabal que causaba estragosen la zona de Erimanto. El hroe logr aco-rralar a la bestia, la derrot y la captur viva,llevndola sobre sus hombros a la corte deEuristeo, donde se celebr un gran banque-te al que el rey, curiosamente, no asisti.

    Quinto Trabajo:Limpiar los establos del rey AugasCuando Hrcules traj a la corte al jabal

    de Erimanto, el enojo de Euristeo super asu miedo: El rey Augias era conocido porposeer el mayor ganado de toda Grecia. Latarea de Hrcules consista en limpiar losestablos de Augias, sucios desde haca va-rias dcadas. Euristeo encarg esta tarea alhroe con el nico fin de hu