derecho viejo.84 noviembre 2008

16
Derecho Viejo Página 1 a la evolución destino de hombre Año 7 Nº 84 Un periódico para leer Noviembre 2008 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres “La cruz no fue una desgracia que cayó sobre Jesús, sino una meta alcanzada por Él”. “La soledad es la consciencia del yo sin actividad”. Krishnamurti El hombre pide auxilio “Simón, lo humano da gritos aún en los buenos. Y huma- namente hablando no se equivocan al gritar. Les he arranca- do de sus casas, familias, intereses y vinieron pensando que significaría otra cosa seguirme. Vuestro grito de ahora, vues- tro interno grito, un día se calmará, y entonces se entenderá que fue una cosa hermosa haber venido entre neblinas y fan- go, entre polvo y temperaturas extremas, perseguidos, sedien- tos, cansados, hambrientos, detrás del maestro perseguido, odiado, calumniado... y más, y más todavía falta. Entonces todo les va a parecer hermoso, porque vuestro pensamiento será diverso y todo lo veréis bajo otra luz. Y me bendeciréis por haberos conducido por mis caminos difíciles...” (Quiere vivir) “El les respondió: ‘¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?’. Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobre- vino una gran calma”. (Mt 8,26) Seguir a Jesús es una gran aventura. Sabemos que siem- pre parte desde nuestra realidad, pero no vemos hasta dón- de llegaremos con Él. Es un camino de permanente cambio. Nada es casual ni tampoco sin sentido, pero no según nues- tro modo de pensar. Existe otra visión que comprende me- jor nuestra vida. Podemos asustarnos al ver cómo se mueven los funda- mentos de nuestra existencia; pero es justamente el tiempo en el que Jesús está reconstruyendo el fundamento del Se- ñor que necesita nuestra vida. Es muy difícil entregar nuestro yo, renunciar a nosotros mismos para que Él obre libremente. Sólo llegamos a esta vivencia por la gracia del Señor. Y tardamos mucho en vivir el verdadero perdón, que abre las puertas hacia la paz y la libertad de la Vida. Ladislao Grych “Porque verán a Dios” “Si por la mañana al levan- tarte, besas con amor tu cru- cifijo y prometes a nuestro Señor que llevarás tu cruz a lo largo de toda la jornada; si durante la meditación, tie- nes la cruz en las manos y propones inmolarte en el al- tar de sacrificio de Jesucris- to; si para reanimar tu fervor, alargas de vez en cuando la mano al crucifijo; si lo estre- chas fuertemente contra ella en los momentos de angus- tia, de pena, de lucha, de ten- tación; si al partir para el des- empeño de alguna obra bue- na, le adoras, recordando que es el mismo Jesucristo a quien vas a socorrer en la persona de los pobres y de los pequeños; si al practicar ¿Qué significa creer en un Dios vivo? alguna austeridad, besas las llagas divinas, que son las fuentes de vida de la Iglesia y los manantiales de nues- tra purificación; si al ano- checer vas a postrarte a sus pies para darle cuenta de tu jornada, de tu orgullo ante los abajamientos, de tus va- nidades ante las humillacio- nes, de tu cobardía ante sus trabajos, de tu pereza ante el sudor de sangre que chorrea de su cuerpo divino, de tu egoísmo ante su amor infini- to, de tu impaciencia, de tus desdenes, de tu falta de cari- dad ante sus prolongadas es- peras...; me parece muy di- fícil que tu crucifijo no pase a ser para ti un ami- go y un confidente”. M. Valtorta “DERECHO VIEJO”

Upload: power30

Post on 05-Nov-2015

7 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Un periodico para pensar. Mensual.Revista de reflexion y espiritualidad pluralista.Meditación - Contemplativa - Reflexión - Filosofía Universal

TRANSCRIPT

  • Derecho Viejo Pgina 1

    a la evolucin destino de hombre

    Ao 7 N 84 Un peridico para leer Noviembre 2008

    GLORIA DEI, HOMO VIVENS (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

    Lejos del mundo. Cerca de los hombres

    La cruz no fue una

    desgracia que cay

    sobre Jess, sino

    una meta alcanzada

    por l.

    La soledad es la

    consciencia del yo

    sin actividad.

    Krishnamurti

    El hombre pide auxilio

    Simn, lo humano da gritos an en los buenos. Y huma-namente hablando no se equivocan al gritar. Les he arranca-do de sus casas, familias, intereses y vinieron pensando quesignificara otra cosa seguirme. Vuestro grito de ahora, vues-tro interno grito, un da se calmar, y entonces se entenderque fue una cosa hermosa haber venido entre neblinas y fan-go, entre polvo y temperaturas extremas, perseguidos, sedien-tos, cansados, hambrientos, detrs del maestro perseguido,odiado, calumniado... y ms, y ms todava falta. Entoncestodo les va a parecer hermoso, porque vuestro pensamientoser diverso y todo lo veris bajo otra luz. Y me bendecirispor haberos conducido por mis caminos difciles...

    (Quiere vivir)

    El les respondi: Por qu tienen miedo, hombres depoca fe?. Y levantndose, increp al viento y al mar, y sobre-vino una gran calma. (Mt 8,26)

    Seguir a Jess es una gran aventura. Sabemos que siem-pre parte desde nuestra realidad, pero no vemos hasta dn-de llegaremos con l. Es un camino de permanente cambio.Nada es casual ni tampoco sin sentido, pero no segn nues-tro modo de pensar. Existe otra visin que comprende me-jor nuestra vida.

    Podemos asustarnos al ver cmo se mueven los funda-mentos de nuestra existencia; pero es justamente el tiempoen el que Jess est reconstruyendo el fundamento del Se-or que necesita nuestra vida.

    Es muy difcil entregar nuestro yo, renunciar a nosotrosmismos para que l obre libremente. Slo llegamos a estavivencia por la gracia del Seor. Y tardamos mucho en vivirel verdadero perdn, que abre las puertas hacia la paz y lalibertad de la Vida.

    Ladislao GrychPorque vern a Dios

    Si por la maana al levan-tarte, besas con amor tu cru-cifijo y prometes a nuestroSeor que llevars tu cruz alo largo de toda la jornada;si durante la meditacin, tie-nes la cruz en las manos ypropones inmolarte en el al-tar de sacrificio de Jesucris-to; si para reanimar tu fervor,alargas de vez en cuando lamano al crucifijo; si lo estre-chas fuertemente contra ellaen los momentos de angus-tia, de pena, de lucha, de ten-tacin; si al partir para el des-empeo de alguna obra bue-na, le adoras, recordandoque es el mismo Jesucristo aquien vas a socorrer en lapersona de los pobres y delos pequeos; si al practicar

    Qu significa creer en un Dios vivo?

    alguna austeridad, besas lasllagas divinas, que son lasfuentes de vida de la Iglesiay los manantiales de nues-tra purificacin; si al ano-checer vas a postrarte a suspies para darle cuenta de tujornada, de tu orgullo antelos abajamientos, de tus va-nidades ante las humillacio-nes, de tu cobarda ante sustrabajos, de tu pereza ante elsudor de sangre que chorreade su cuerpo divino, de tuegosmo ante su amor infini-to, de tu impaciencia, de tusdesdenes, de tu falta de cari-dad ante sus prolongadas es-peras...; me parece muy di-fcil que tu crucifijo nopase a ser para ti un ami-go y un confidente.

    M. Valtorta

    DERECHO VIEJO

  • Derecho ViejoPgina 2

    EDITORIAL

    Escribe: Camilo Guerra

    Equipo

    Diseo y DiagramacinDerecho Viejo

    Direccin y CorrespondenciaAlmafuerte 2629

    (CP. 1712) CastelarProv. Buenos Aires - Argentina

    Tel: 4627-8486 / 4629-6086E-mail: [email protected] Web:www.derecho-viejo.com.ar

    Directores:Dr. Camilo Guerra

    Dr. Sebastin Guerra

    Secretario de RedaccinProf. Lic. Federico Guerra

    La necesidadde redencin

    Pensamiento

    Columnistas invitadosMons. Ral R. Trotz

    Rvdo. Hermano Eugenio MagdalenoPadre Julio, omv

    En estas direcciones puede retirar Derecho ViejoCapital Federal

    Librera Claretiana- Lima 1360 - Rodriguez Pea 898Aroz 2968Librera Marista - Callao 224Librera Patria Grande - Rivadavia 6369Librera La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918Cobla Electricidad - Av. Gaona 1623, Caballito - Av. Nazca 2732Maxikiosco - Lacarra 808

    Mar del PlataJos Cupertino - Catamarca 1645

    Librera Don Bosco- Belgrano 4802

    Gran Buenos Aires

    Librera Guadalquivir Religiones - Rodrguez Pea 744Centro Mdico Versalles - Juan B. Justo 9350Consultorios Mdicos - Matheu 2139El Jardn de los ngeles - Av. Corrientes 1680 1 PisoDiettica Alice - Balbn 3715Librera El Trbol - Av. Chiclana 4242Librera y juguetera Chon - Av. Alvarez Jonte 4692

    NeuqunMorgana Libros - Av. Arrayanes 262Loc. 8 - Villa La Angostura

    TandilCobla Electricidad- Tel.: 022-93-453311 -Av. Del Valle esq. Lisandro de la TorrePeluquera La casita de Any - Constitucin 912

    CastelarCobla Electricidad - Av. Arias 3437 -Librera La Recova - Martn Irigoyen 430Video Time - Almafuerte 2411Nva. Librera Alemana - Bm. Mitre 2466Librera La Cueva - I. Arias 2354 -Mercera y Lencera Zoe - Santa Rosa 2011Librera Castelar - Av. I. Arias 2378Kiosko Betty - Salcedo 2099

    HurlinghamDiettica La Pradera - Jauretche 943Regalera Alimey - Jauretche 1490Cobla Electricidad - Av. Jauretche 933

    MornLibrera Claretiana - San Martn 379Almacn El Barquito - Belgrano 308Librera Nuevo Mundo - Brown 1482Casa Franceschino - Bme. Mitre 822

    San Antonio de PaduaConsul. Odontolgico Dr. Jorge MerloLambar esq. LimayElectricidad Padua - Belgrano 295Kiosco Hortensia - Lambar 1630Librera Sin orillas - Noguera 311 Loc. 4Farmacia Comastri - Zrate 260Atelier Iluminacin - Noguera 265

    Acassuso:Berazategui:Berazategui:

    Caseros:Florencio Varela:Gral. Rodriguez:

    Ituzaing:Ituzaing:La Plata:

    L. de Zamora:L. del Mirador:

    Luis Guilln:Lujn:Merlo:

    Moreno:Olivos:

    Pilar:Quilmes Oeste:

    Ramos Meja:Ramos Meja:

    San Fernando:San Isidro:San Justo:

    San Miguel:Valentn AlsinaVilla Ballester:

    Villa Domnico:

    Bonafide - Manzone 817Ortopedia Hctor Cazorla - Calle 101 N 588Ciber.com - Calle 29 N 4965Librera La Cueva - Av. San Martn 2651Biblioteca D.F. Sarmiento - Espaa esq. BoccussiSytel Servicio Tcnico TV/Audio - Moreno 865Librera Santa Teresita - Zufriategui 830, Loc. 22, Gal. CentenarioDiettica Los Girasoles - Soler 54Librera Claretiana - Calle 51 N 819Librera Claretiana - H. Irigoyen 8833Casa Lpez - Av. San Martn 3566Santera de Schoenstatt - Jos Hernandez 251Kiosco Marianito - Lorenzo Casei esq. MontevideoParque Gas - Av. San Martn 2435Librera Hadas - Asconape 139Biblioteca Popular de Olivos - Maip 2901Masajes Teraputicos - Tucumn 669Taller de Creaciones Populares - Avda. Calchaqu 1027Centro Yoga Shamballa - Pueyrredn 56Diettica Hogar Verde - Pueyrredn 54Librera Claretiana - Constitucin 938La diettica de San Isidro - Cosme Beccar 229Librera Claretiana - Ignacio Arieta 3045Librera San Francisco - Sarmiento 1468Diettica Olga - Ricardo Balbn 612Papelera comercial Fabi - Lamadrid 1793Almacn Jorge - Oyuela 701

    Podemos aceptar la nocin de culpa,podemos enrolarnos en la lnea de laevolucin, pero lo que no podemos ha-cer es negar, de ninguna manera ni deninguna forma, que dentro del hombrealgo anda mal.

    El relato de la cizaa y del trigo surgeinclume como el mejor tratado de psi-cologa espiritual escrito en todos lostiempos.

    Algo anda mal dentro nuestro; exis-ten fuerzas contrapuestas que se anulanrecprocamente: Veo el bien que quie-ro realizar, y hago el mal que no quie-ro hacer; sin embargo Dios me amacomo soy; es decir, Dios se ama a smismo en m, que soy su manifestacin.

    El ojo por el cual Dios me ve es elmismo ojo por el cual yo lo veo a l.Culpa o evolucin? Tiene sentido gas-tar energa en conceptualizar lo que semuestra con evidencia extrema en la ex-periencia?

    Sin m no pueden hacer nada. N-tese que no dice pueden hacer poco,ni tampoco dice con mucho esfuerzoharn algo; es categrico: Cosas msgrandes que yo harn, porque yo voyal Padre..., ...pero sin m no pue-

    den hacer nada.Tal vez tengamos que realizar una in-

    mersin en nosotros mismos, cada vezms y ms profunda, sin pretenderintelectualizar lo que vamos viviendo.Jesucristo no viene a fundar religionesnuevas, ni tampoco a abolir las existen-tes: viene a cumplir con la promesadel Padre, viene a redimir... de quforma? Ni ms ni menos que rescatn-donos del no-ser, mediante la donacinde s mismo.

    Es complicado si lo queremos expli-car racionalmente; simple y sencillo sidejamos que el Ser se nos brinde. Lamxima posibilidad del hombre, su reali-zacin, es recibir al Ser.

    Tendramos, tal vez, que entrenarnosen no pensar, en no imaginar y sobretodo en no hacer (todo esto en lo espiri-tual o en lo profundo). Dejar que Diosse exprese en nosotros.

    Dnde qued la culpa o la evolucin?No gastemos energas en demostrar lo

    indemostrable, en analizar lo que es in-divisible... lo que surge es eternidad.

    ... que te conozcan a ti, Padre, y alque enviaste, tu Hijo.

    Dios no es Justo

    Los contemporneos de Jess debieron experimentar extraeza y preocupacin antelas palabras y los gestos de Jess y la nueva justicia de su Dios, de quien esperabanque llegase a reinar. Lo expresa bien este zurcido de textos evanglicos:

    Dios no es Justo!Hace salir el solsobre el que tiene fe y el que no la tiene (Mt 5,45)

    Dios no es justo!Prepara un banquete al hijo prdigoy no hace nada especial por el hijo fiel (Lc 15,29).

    Dios no es Justo!El obrero de ltima hora recibe la misma pagaque el que ha sido contratado a las nueve (Mt 20,10)

    Dios no es justo!Regaa a aquel que le devuelve el talento que haba recibidosin haberlo hecho fructificar (Mt 25,28).

    Dios no es justo!Abandona noventa y nueve ovejaspara correr tras la descarriada (Mt 18,12)

    Dios no es justo!Abre el cielo a las prostitutasy hace entrar en primer lugar a los ladrones (Lc 23,43)

    Dios no es justo!En relacin conmigo... olvida mis infidelidadesy se acuerda slo de mi amor...

    Dios no es justo!A nuestra manera, afortunadamente...

    El Dios de la experiencia filial de Jesses un Dios buscador del hombre. No nosama segn nuestros mritos; nos amasegn su corazn con amor gratuito eincondicional. El Dios de Jess cree, amay espera en este mundo suyo y nuestro;se fija en nosotros y quiere llevar ade-lante su plan de salvacin y liberacin.Crea futuro en la historia y confiere es-peranza a los hombres y, mediante ellos,a esta pobre tierra nuestra. Su ms pro-fundo misterio no es la solitariedad, sinola comunin; no es la independencia, sinola relacin de amor. Ha creado este mun-do para la felicidad, no para el llanto. Estabsolutamente prximo a nosotros. Nosama incondicionalmente. Ser cristianoes creer en el amor de Dios manifestadoen nuestros corazones por el Espritu,sentirse amado por el Padre y el Hijo.

    Por Bonfiacio Fernndez

  • Derecho Viejo Pgina 3

    Por Jiddu Krishnamurti

    A menudo me preguntan: cul es la finalidad de la vida?A pesar de tanto absurdo, conservo una certeza que me acom-

    paa desde mi encuentro con Dios en la adoracin, cuando eraun joven fraile capuchino. De modo que temblando, con la inte-ligencia escandalizada, pero con la conviccin del corazn y dela fe, respondo: la finalidad es aprender a amar.

    Amar consiste en que cuando t, el otro, eres feliz, entoncesyo soy feliz tambin. Y cuando t, el otro, eres desgraciado osufres, entonces yo tambin lo paso mal. Es tan simple comoeso. Entonces digo: la vida es un poco de tiempo ofrecido a unaslibertades para que, si quieres, aprendes a amar, con la certezade que habr que luchar contra el mal.

    Sentido de la creacin: que el amor responda al amor. Si noexistiera ese punto culminante en el que de pronto dos libertadespueden consagrarse y amarse, toda la creacin sera absurda.

    Extrado Dios mo... por qu?

    Por qu vivir?Por Abb Pierre

    Tiempo y eternidadTodo tiene su tiempo

    Existere significa salirse.El mundo no es otra cosa, pues,que el Principio originario quese ha salido, tomando forma.De ah que todo lo que veamossea una manifestacin de Dios.Nosotros mismos somos mani-festacin de Dios, igual que lasplantas y los animales. Lo esigualmente lo que llamamosel mal; tambin es el mal ma-nifestacin de Dios. Dios yCreacin se dan siempre jun-tos; pero nuestros ojos estncegados y no lo pueden ver, ynuestra razn es limitada y nopuede comprenderlo.

    Por Willigis Jger

    Nuestro verdadero proble-ma no es el morir, sino nues-tro apego a una forma deter-minada, a esta concreta formaactual nuestra. A dnde va lavida cuando desaparece? Aningn lugar. Y no viene deningn lugar, puesto que estpresente de forma a-temporalcuando entra en la vida. Diossurge en el rbol como rbol,en la persona como persona yen la galaxia como galaxia. Enel ocaso Dios es el ocaso, y deesta forma el fin en realidades el comienzo, es la consu-macin de Dios, la evolucinde Dios. Dios tambin se re-vela como el morir. Dios es lapotencia formadora de todaforma, porque Dios nuncaexiste sin forma.

    Estamos viviendo simult-neamente en el tiempo y en laeternidad. El tiempo es produ-cido por nuestra razn, la a-temporalidad es nuestra natu-raleza ms profunda. Imagine-mos una regla graduada. Enuna cara hay divisiones, la otracara es lisa. nicamente desdeel interior de la regla se puedenexperimentar ambas caras, perodesde fuera, slo podemos verprimero una cara y luego la otra.No podemos pensar la eterni-dad, porque solamente es posi-ble imaginar una sucesin de pe-rodos de tiempo. No podemospensar la carencia de espacio,porque nuestra mente tan slopuede concebir el espacio den-tro de otro espacio.

    samientos, actos, sentimientos yticas del pasado, porque esto esestancamiento, y por ello cauti-verio para la vida. Cortad las ata-duras del pasado como el lea-dor corta y abre su camino a tra-vs de espesa floresta, a fin dehallar libre espacio y fresca bri-sa. El pasado siempre ata, porglorioso, por bien fundado, porfructfero que haya podido ser,y el hombre que quiere ser libredebe mirar eternamente haciaadelante.

    Si queris caminar y cons-truir y crear al amparo de lo eter-no, no debis traer el pasado yentremezclarlo con el presente,mas debis invitar al futuro y deeste modo pondris este futuro

    en conflicto con el presente.Porque vuestra mente y vues-

    tro corazn estn atados por lastradiciones y creencias, por loslibros sagrados del pasado, porlas obscuras sombras de los tem-plos y recordados dioses, es porlo que no comprendis ni en elpresente ni en el futuro. El tiem-po tal como el hombre lo concibeest separndoos de vuestra meta.

    Por lo tanto, al reducir eltiempo a la nada debis vivir demanera tal que os hagis losamos del futuro para que esefuturo se convierta en el presen-te. Las gentes se complacen enpensar en s mismas como sien-do glorificadas en el porvenir obien gustan de descansar en loslaureles de lo que hayan podidoser en el pasado. Qu consola-dora idea! La creencia en vues-

    Para los que han descubiertola Verdad y alcanzado la plenarealizacin de la Vida, que es Fe-licidad y Liberacin, el tiempoy sus complicaciones han cesa-do. Pero los que todava se en-cuentran sujetos al yugo de la ex-periencia estn limitados por elpasado, el presente y el futuro.

    Vosotros, los que querisdescubrir la Verdad, que es ab-soluta e infinita, debis daroscuenta del hecho de que sois elproducto del pasado, y por ende,el resultado de vuestra propiacreacin. Estis ahora aducien-do de vuestro propio interior lo

    que habis sembrado en el pasa-do; y como el hombre es el pro-ducto del pasado, puede deter-minar su futuro por los actos desu presente. El maana dependedel hoy, y por eso el hoy deter-mina el maana. Al dominar elfuturo os converts en sus amos.Trais el futuro hasta el presente.

    Cada uno de los humanos estatado por las tradiciones, temo-res, engaos, creencias y mora-lidades del pasado. Si estisconstantemente mirando haciaatrs nunca descubriris la Ver-dad. El descubrimiento de laVerdad eterna est siempre antevosotros. Si verdaderamentecomprendis esto, no os adheri-ris al pasado, no estaris siem-pre condicionados por los pen-

    tra futura y lejana grandeza noos ayudar a laborar en la vidadel inmediato presente, sobretodo cuando tengis que hacergrandes esfuerzos y cuando hayaconfusin en vuestras mentes ycorazones.

    Yo no ambicion ser grandeen el distante futuro, ms bienansi ser feliz en el presente, yoquise ser libre en el presente, ne-

    cesit estar ms all de laslimitaciones del tiempo.Por eso invit al futuro avenir hacia el presente yde all que haya conquis-tado el futuro.

    No vivis en el futuroni en las muertas cosasde ayer, vivid ms bien enel inmediato presente,con la comprensin deque vosotros sois el pro-ducto del pasado y que por

    vuestros actos de hoy podrisdominar el maana y de esta ma-nera llegaris a ser dueos del tiem-po, de la evolucin y por consi-guiente, de la perfeccin.

    Entonces viviris en msgrande intensidad, cada segun-do ser contado y cada momen-to ser de valor. Pero vosotrosestis temerosos de un presentesemejante, vosotros prefers es-tar condicionados por el pasadoporque tenis miedo del futuro.Pero el futuro no es temible paralos que van por el camino de lacomprensin. Si queris alcanzarla plena realizacin de la vida de-bis invitar el futuro hacia el pre-sente, creando con ello una luchadentro de vosotros mismos.

    A travs del contentamientono hallaris la felicidad, sino unestado de estancamiento. Si que-ris conocer la verdadera felici-dad, es en ese interior dondedebe existir primeramente elconflicto, el que har salir haciael exterior de vosotros mismosla preciosa flor de la Vida.

    Dejad el pasado a un ladocon todas sus glorias, sus belle-zas y sus cosas terribles, con sustradiciones remotas y todavaimperantes, con sus moralida-des, porque ahogan la vida, ymirad hacia el interior de vues-tra propia mente y vuestro cora-zn para descubrir lo que antevosotros tenis para el futuro.Puesto que sois el producto delpasado y puesto que tambinpodis dominar el futuro, el fu-turo viene as a ser el presente, yvosotros viviris en ese presente.

    Extrado deLa obtencin de la verdad

    El principio originario divino carece de tiempo y de espacio;por eso no lo podemos pensar. Podemos atribuirle un nombre:divinidad, lo Numinoso, vaco, etc. De esta forma nombramoslo que no podemos comprender. Tenemos que dividir lo inefableen partes si queremos pensarlo. Si decimos claro, implicamos tam-bin oscuro, si decimos yo, tambin implicamos el t que nopronunciamos. Con cualquier declaracin positiva excluimos lodems. A partir de lo expuesto se ha ido desarrollando la llamadateologa negativa: Nos dice de Dios nicamente lo que El noes. Decir Dios es bueno limita a Dios. Con la limitacin se leconvierte en un ser humano sometido a la polaridad de la existen-cia terrenal. Trminos tales como Vaco, Dios, Divinidad, indicanque la Realidad ltima an no se ha manifestado en una for-ma. Es decir, esa cara de la regla sigue estando sindivisiones. Si Dios entra en la forma, entraen una existencia, y esa es tan po-lar, como lo son los seres huma-nos.

    Maximiliano PjkovichMediador Privado

    Esmeralda 980 2 A (C1007ABL)Ciudad de Buenos Aires, Repblica Argentina

    Mail: mediadores privados @mediadores privados.com.ar

    Web: www.mediadoresprivados.com.ar

    Tel: (54-11) 4312-2597 4516-0572Cel: (54-11) 1540 376099

    Lo que pasa y lo que no pasa

  • Derecho ViejoPgina 4

    Una de las cosas que con ms alegrahemos ido recibiendo del Seor es habercomprendido la necesidad de poder per-manecer inmviles en su presencia paralograr, as, hacer el camino con los hom-bres. Y, para lograr permanecer inmvilesante l, el mismo Seor nos ha mostradoel camino de la contemplacin. Somosbien conscientes de que nada de lo quehagamos posee el valor que Dios quieredarle dentro de su plan de salvacin, si noest puesto en presencia del mismo Dios.Es ms, nosotros hemos comprendidoque nuestra vida debe ser una constantecontemplacin de Dios, de tal manera quepodamos aportar al mundo y al hombrede hoy aquello que ms necesita. Pensa-mos que hay hombres y mujeres que sonmaravillosos pensadores cristianos y quetienen una misin muy encomiable quedesempear de parte de Dios. Pero sabe-mos tambin que nosotros no hemos sidollamados a desempear esa misin.

    Para nosotros, la misin que nos haconfiado el Seor es la de ser testigos,entre los pequeos, de ese Dios vivo,Padre, Hijo y Espritu Santo con el quequeremos vivir en una relacin muy es-trecha que no podemos conseguir sinoen la contemplacin del mismo Dios. Enella y a travs de ella, el Seor va to-mando vida, se encarna en nuestro pro-pio vivir y es momento cuando compren-demos realmente que el Seor es amor,aunque nuestro conocimiento no sea ra-cional. Y es a partir de esa contempla-cin cuando podemos llegar a poseer aDios de tal manera que nadie podrdiscutrnoslo ni arrebatrnoslo.

    Este afn de contemplacin de Diosnos lleva a despojarnos de todo para po-der llenarnos del Dios vivo y poder, as,hablar de l a los hombres que encontre-mos en nuestro diario vivir y hacerlo conlimpieza de corazn.

    Queremos, en este contemplar sincesar a Dios, que sea l mismo quienlimpie nuestro corazn y nuestro espri-tu para que se cumplan en nosotros aque-llas palabras del salmo: todo ser quealienta, alabe al Seor. Por ello, pro-curamos hacer esta contemplacin en lams absoluta soledad (aunque en muchosmomentos estemos todos los hermanosreunidos en oracin) y sin nada ms quela Palabra de Dios en nuestras manos. Esel Seor quien nos llama a abandonartodo para estar a solas con l, y desea-mos que su palabra sea nuestra nica guaen todo momento de contemplacin. Yen este tiempo, no queremos hacer o pro-gramar qu hemos de hacer. Sabemos queel Espritu del Seor nos llevar a haceraquello que ms necesite nuestro espri-tu. Por ello, siguiendo el ejemplo de tan-tos hermanos maestros en la contempla-cin de Dios, nos sentimos libres paraandar, dormir, reposar, hablar, recitar sal-mos o canciones o, simplemente, escu-char la voz del Seor que llega a noso-tros y permanecer en esa escucha aun-que, quizs, no llegue el Seor a expresar-nos nada en particular.

    Sabemos que la vida en el Seor vapor delante de nosotros y, por ello, notenemos especial inters en tomarnos enserio nuestra contemplacin. Simple-mente deseamos ponernos en la presen-cia del Seor y dejar que l haga en no-sotros lo que quiera.

    Quiz pueda parecer que esta contem-placin adolece de ser pasiva, pero he-mos descubierto que es profundamentecreativa, pues consiste en dejar que Diosvaya creando en nosotros aquello que ldesea que haya en nuestro corazn.

    Nuestra aportacin consiste, precisa-mente, en replegar nuestros pensamien-tos y abrir las puertas de nuestro coraznpara que el Seor lo inunde de El mis-mo. Y por eso permanecemos en silenciomuchas veces, para as poder recibir lavisita del Seor y enriquecernos con supresencia.

    Muchos se han preguntado cmo esposible contemplar al Seor viviendo enel corazn de una ciudad. Nosotros re-cordamos aquel pasaje en el que Jessdijo a la mujer samaritana: Llega lahora ya estamos en ella en que losadoradores verdaderos adorarn alPadre en espritu y verdad (Jn 4,23).Por eso, vivimos en el convencimientode que la oracin est en el interior decada uno de nosotros, porque somos tem-plos vivos donde vive Dios (2 Cor 6,19-20) segn la promesa del mismo Jess (Jn14,23). Con esto no queremos decir queno nos reunimos en el templo cuando loshermanos se renen para, juntos, alabaral Seor y Padre de todos. Nos reunimoslos hermanos, y con todos los hombresque aman al Seor en toda ocasin, espe-cialmente para celebrar el Da del Seor.Lo que queremos indicar es que hacemosnuestra la exhortacin de Pablo: Oradsin cesar (1 Tes 5,17).

    Cmo puedo yo estar lejos de aquela quien amo? Si realmente amamos al Se-or y el amor del Seor vive en nosotros,cmo podemos estar lejos de l mien-tras estamos haciendo cualquier otracosa? Y si bien es verdad que todo traba-jo es oracin, tambin lo es que es ora-cin si somos conscientes en cada mo-mento de que es el Seor quien vive yrealiza en y con nosotros ese trabajo.Pero, qu pocas veces nos pasa eso! Detodas formas no es ste el sentido de loque estbamos diciendo.

    Ese orar sin cesar que nos dice Pablose refiere, precisamente, a alcanzar lacontemplacin del Seor, mientras reali-zamos a fondo lo que tenemos que haceren cada momento. Si de verdad amamoso, cuando de verdad amamos, nos es im-posible separar la vida, la respiracin...de la oracin. sta es, ante todo y sobretodo, unin con el Seor y en ella no te-

    nemos necesidad de palabra alguna. Comodos enamorados; nos contentamos conabrazar al Seor sin necesidad de decirlems. Ninguna palabra podra encerrartodo lo que, en esos momentos, ansadecir nuestro corazn.

    Teresa de Jess sola decir que orares tratar con Dios como con un amigo.Pensamos que lo ms importante es es-cuchar la voz del otro, de dios, que vie-ne a m. Y Dios vive tambin en el cora-zn de cada hombre. Por eso, en esaoracin incesante, estamos tambinabiertos a escuchar la voz del Seor quese nos manifiesta a travs de cualquierhermano.

    Pero caminamos, sobre todo, comoperegrinos en la bsqueda incesante dela oracin del corazn. Queremos iraprendiendo a separar nuestros corazo-nes de todas las dems funciones de nues-tra vida. Que nuestro corazn permanez-ca en todo momento en la presencia delSeor, aunque nuestra mente est hacien-do cualquier cosa. Y, para ello, hemos

    PorAlberto Rambla Mihalaret

    Contemplen al Dios vivo

    hallado un camino de un valor incalcula-ble y que nos ense, en primer lugar, Elperegrino ruso y, despus, aprendimosbebiendo de la sabidura de la Filocalia:la oracin de Jess. Queremos que nues-tro propio corazn vibre y ejerza sus fun-ciones al ritmo del Nombre de Jess ynuestro espritu encuentre todas las puer-tas abiertas en el abandono al Seor. As,sabemos que lograremos estar siempre ensu presencia.

    Sabemos que esto no lo alcanzaremosmientras no hayamos logrado el estadode desprendimiento que Dios quiere denosotros. Pero, porque sabemos que nues-tra vida es una peregrinacin constantehasta el Seor, caminamos con la seguri-dad de que estamos siendo fieles al Seorque nos llam a este camino.

    Extrado dePeregrinos de la intimidad con Dios

    S que llegar, inevitablemente.Mas, cmo llegar?Con qu cara me presentar,si es que he de tener alguna cara?No s a quin he servidoni tuve un proyecto propio.He vivido atendiendo a las llamadas.Hice lo que me pedan.Nunca me busqu a m mismo.Siempre estuveen funcin de alguna cosa.Siempre me pregunt,sin saber darme respuesta,qu habra ms all de m.Y al llegar cansadode preguntar y no saber,descubro con espantoque lo que haba eras T,Dios mo; s, T.Y veo que, sin saberlo,simplemente realizabatu designio misterioso.Oh, inefable gozo:he estado siempreen la palma de tu mano!

    Leonardo Boff

    Yo no quiero ser millonarioni ser el Lder,

    ni ser el Primer Ministro.

    Ni aspiro a puestos pblicosni corro detrsde las condecoraciones.

    Yo no tengo propiedadesni libreta de cheques,

    y sin Seguros de Vidaestoy seguro

    como un nio dormidoen los brazos de su madre...

    Confe Israel en el Seor(y no en los lderes)

    Ernesto CardenalPoesa completa.Tomo 1Editora Patria Grande

    Ms all de m No tenga soberbiami corazn

    Adoradores verdaderos

  • Derecho Viejo Pgina 5

    Una vez un sacerdote estaba dando unrecorrido por la Iglesia al medioda... alpasar por el altar decidi quedarse cercapara ver quien haba venido a rezar.En ese momento se abri la puerta, elsacerdote frunci el entrecejo al ver a unhombre acercndose por el pasillo;el hombre estaba sin afeitarse desde hacevarios das, vesta una camisa rasgada,tena el abrigo gastado cuyos bordes sehaban comenzado a deshilachar.

    El hombre se arrodill, inclin la ca-beza, luego se levant y se fue.

    Durante los siguientes das el mis-mo hombre, siempre al medioda, esta-ba en la Iglesia cargando una maleta...se arrodillaba brevemente y luego vol-va a salir.

    El sacerdote, un poco temeroso, em-pez a sospechar que se tratase de un la-drn, por lo que un da se puso en la puer-ta de la Iglesia y cuando el hombre sedispona a salir le pregunt: Qu ha-ces aqu?.

    El hombre dijo que trabajaba cerca ytena media hora libre para el almuerzoy aprovechaba ese momento para rezar,Slo me quedo unos instantes, sabe,porque la fbrica queda un poco lejos,as que slo me arrodillo y digo: Se-or, slo vine nuevamente para con-tarte cun feliz me haces cuando meliberas de mis pecados... no s muybien rezar, pero pienso en Ti todoslos das... as que Jess, este es Juan

    reportndose.El Padre, sintindose un tonto, le dijo

    a Juan que estaba bien y que era bienve-nido a la Iglesia cuando quisiera. El sa-cerdote se arrodill ante el altar, sintiderretirse su corazn con el gran calordel amor y encontr a Jess. Mientras l-grimas corran por sus mejillas, en su co-razn repeta la plegaria de Juan:

    SOLO VINE PARA DECIRTE, SE-OR, CUAN FELIZ FUI DESDE QUETE ENCONTRE A TRAVES DE MISSEMEJANTES Y ME LIBERASTE DEMIS PECADOS... NO SE MUY BIENCOMO REZAR, PERO PIENSO EN TITODOS LOS DIAS... ASI QUE JESUS,SOY YO REPORTANDOME.

    Cierto da el sacerdote not que elviejo Juan no haba venido. Los das si-guieron pasando sin que Juan volviesepara rezar. Continuaba ausente, por loque el Padre comenz a preocuparse,hasta que un da fue a la fbrica a pre-guntar por l; all le dijeron que l es-taba enfermo, que pese a que los mdi-cos estaban muy preocupados por suestado, todava crean que tena unachance de sobrevivir.

    La semana que Juan estuvo en el hos-pital trajo muchos cambios, l sonreatodo el tiempo y su alegra era contagio-sa. La enfermera jefe no poda entenderpor qu Juan estaba tan feliz, ya que nun-ca haba recibido ni flores, ni tarjetas, nivisitas. El sacerdote se acerc al lecho

    de Juan con la enfermera y esta le dijo,mientras Juan escuchaba: Ningn ami-go ha venido a visitarlo, l no tiene adnde recurrir. Sorprendido, el viejoJuan dijo con una sonrisa: La en-fermera est equivocada... pero ellano puede saber que TODOS LOSDIAS, desde que llegu aqu, a ME-DIODIA, un querido amigo mo vie-ne, se sienta aqu en la cama, meagarra de las manos, se inclina so-bre m y me dice:

    SOLO VINE PARA DECIR-TE, JUAN, CUAN FELIZ FUIDESDE QUE ENCONTRE TUAMISTAD Y TE LIBERE DETUS PECADOS. SIEMPRE MEGUSTO OIR TUS PLEGARIAS,PIENSO EN TI CADA DIA... ASIQUE JUAN, ESTE ES JESUSREPORTANDOSE.

    P.D. Ahora, cada da, no podemos per-der la oportunidad de decirle a Jess:Aqu estoy REPORTANDOME....

    Es curioso como podemos enviarcuentos y bromas a travs del correo elec-trnico... las cuales se esparcen comoun fuego voraz, pero cuando envias men-sajes de Dios, lo pensamos dos vecesantes de compartirlos con otros.

    Es curioso como la lujuria, cruda,vulgar y obscena pasa libremente a tra-vs del ciberespacio, pero la discusinpblica de Jess es suprimida en las es-

    cuelas y en el lugar de trabajo.ES CURIOSO, VERDAD?Ms curioso es todava cmo alguien

    puede estar tan encendido por Cristo el

    domingo, pero ser un cristiano invisible elresto de la semana.

    Es curioso que cuando termines deleer este mensaje, no lo vas a enviar amuchos de los que estn en tu lista dedirecciones, porque no ests seguro delo que ellos piensan al respecto. De loque ellos vayan a pensar de TI. No tedetengas, envaselos.

    Es curioso como me preocupo mspor lo que la gente piense de m que porlo que Dios pueda pensar de m.

    Que tengas un da feliz... lleno de ben-diciones.

    Fuente: Internet

    Soy yo, reportndomeSer mirados

  • Derecho ViejoPgina 6

    Uno de los que estaban all le dijo a Jess:-Maestro, ordnale a mi hermano que me d la parte de la herencia que me dej

    nuestro padre.Jess le respondi:-A m no me corresponde resolver el

    pleito entre t y tu hermano.Mir entonces a los que estaban all y

    les dijo: "No vivan siempre deseando te-ner ms y ms! No por ser dueos de mu-chas cosas se vive una vida larga y feliz".

    Y en seguida Jess les puso este ejem-plo:

    "Las tierras de un hombre muy rico ha-ban dado una gran cosecha. Era tanto loque se haba recogido, que el rico no sabadnde guardar los granos. Pero despusde pensarlo dijo: Ya s lo que har. Des-truir mis viejos graneros y mandar aconstruir unos mucho ms grandes. Allguardar lo que he cosechado y todo loque tengo. Despus me dir: Ya tienessuficiente para vivir muchos aos! Come,bebe, divirtete y disfruta de la vida lo msque puedas!

    Pero Dios le dijo: "Qu tonto eres!Esta misma noche vas a morir, y otros dis-frutarn de todo esto que has guardado".

    As les pasa a todos los que amontonan riquezas para s mismos. Creen que sonricos, pero ante Dios en realidad son pobres.

    El rico tonto

    Despus Jess les dijo a sus discpulos:"No se pasen la vida preocupndose de qu van a comer, qu van a beber, o qu

    ropa van a ponerse. La vida no consiste slo en comer, ni el cuerpo existe slo paraque lo vistan.

    Miren a los cuervos: no siembran, ni cosechan, ni tienen graneros para guardarlas semillas. Sin embargo, Dios les da de comer. Recuerden que ustedes son msimportantes que las aves!

    Creen ustedes que por preocuparse mucho vivirn un da ms? Si no puedenconseguir ni siquiera esto, por qu se preocupan por las dems cosas?

    Aprendan de las flores del campo: no trabajan para hacerse sus vestidos; sinembargo, les aseguro que ni el rey Salomn, con todas sus riquezas, se visti tanbien como ellas.

    Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, no harmucho ms por ustedes? Veo que todava no han aprendido a confiar en Dios!

    No se desesperen preguntndose qu van a comer, o qu van a beber. Slo losque no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe quetodo eso lo necesitan.

    Lo ms importante es que reconozcan a Dios como nico rey. Todo lo dems, lse lo dar a su debido tiempo.

    Las preocupaciones

    "Yo he venido para encender fuego en el mundo, y cmo me gustara que yaestuviera ardiendo! Pero primero tengo que pasar por una prueba muy difcil, y sufromucho hasta que llegue ese momento. Creen ustedes que vine para establecer la paz

    en este mundo? No! Yo no vine a eso. Vine a causar divisin. En unafamilia de cinco, tres estarn en contra de los otros dos. El padre y el hijose pelearn, la madre y la hija harn lo mismo, y la suegra y la nuera sernenemigas.

    Advertencia

    Lc 12, 13-21

    Lc 12, 22-31

    Lc 12, 49-53

    Mientras Jess hablaba, lleg una mujer y le grit:-Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamant!Pero Jess le respondi:-Dichosa ms bien la gente que escucha el mensaje de Dios, y lo

    obedece!

    Para quin es la bendicin?

    Lc 11, 27-28

    "Nadie enciende una lmpara para esconderla o para ponerla debajo de uncajn. Todo lo contrario: se pone en un lugar alto, para que alumbre atodos los que entran en la casa. Los ojos de una persona son como unalmpara que alumbra su cuerpo. Por eso, si miran con ojos sinceros yamables, la luz entrar en su vida. Pero si sus ojos son envidiosos y orgu-

    llosos, vivirn en completa oscuridad. As que, tengan cuidado; no dejen que se apa-gue la luz de su vida. Si todo su cuerpo est iluminado, sin que haya ninguna parteoscura, entonces la vida de ustedes alumbrar en todos lados, como cuando unalmpara los ilumina con su luz.

    La luz del cuerpo

    Lc 11, 33-36

    Cuando iban por el camino, alguien le dijo a Jess:-Te seguir a cualquier sitio que vayas.Jess le contest:-Las zorras tienen sus cuevas y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre,

    no tengo ni siquiera un sitio donde descansar.Despus Jess le dijo a otro:-Sgueme!Pero l respondi:-Seor, primero djame ir a enterrar a mi padre.Jess le dijo:-Lo importante es que t vayas ahora mismo a anunciar las buenas noticias del

    reino de Dios. Deja que los muertos entierren a sus muertos!Luego vino otra persona y le dijo a Jess:-Seor, quiero seguirte, pero primero djame ir a despedirme de mi familia.Jess le dijo:-No se puede pertenecer al reino de Dios y hacer lo mismo que hace un mal

    agricultor. Al que se pone a arar el terreno y vuelve la vista atrs, los surcos le salentorcidos.

    Los que queran seguir a Jess

    Lc 9, 57-62

    La madre y los hermanos de Jess fueron a verlo, pero no podan llegar hasta dondel estaba porque mucha gente lo rodeaba. Entonces alguien le dijo a Jess:

    -Tu madre y tus hermanos estn afuera, y quieren hablar contigo.Jess contest:-Mi madre y mis hermanos son todos aquellos que escuchan y obedecen el mensaje

    de Dios.Lc 8, 19-21

    La madre y los hermanos

    Jess tambin les dijo:"No se conviertan en jueces de los dems, y Dios no los juzgar a ustedes. No

    sean duros con los dems, y Dios no ser duro con ustedes. Perdonen a los demsy Dios los perdonar a ustedes. Denles a otros lo necesario, y Dios les dar a ustedeslo que necesiten. En verdad, Dios les dar la misma medida que den a los dems. Sidan trigo, recibirn una bolsa llena de trigo, bien apretada y repleta, sin que tenganque ir a buscarla".

    Jess tambin les puso esta comparacin:"Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos caeran en el mismo hueco.

    El alumno no sabe ms que su maestro, pero cuando termine sus estudios sabr lomismo que l.

    "Por qu te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchascosas malas que haces t? Es como si te fijaras que en el ojo de alguien hay unabasurita, y no te dieras cuenta de que en el tuyo hay una rama. Cmo te atreves adecirle al otro: "Djame sacarte la basurita que tienes en el ojo", si t tienes una ramaen el tuyo? Hipcrita! Saca primero la rama que tienes en tu ojo, y as podrs verbien para sacar la basurita que est en el ojo del otro". Lc 6, 37-42

    No juzguen a los dems

    Enseanzas de Lucas

    Jess estaba en el templo y vio cmo algunos ricos ponan dinero en las cajas de lasofrendas. Tambin vio a una viuda que ech dos moneditas de muy poco valor. Enton-ces Jess dijo a sus discpulos:

    -Les aseguro que esta viuda pobre dio ms que todos los ricos. Porque todos ellosdieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tena para vivir.

    Lc 21, 1-4

    La ofrenda de la viuda pobre

    Iniciados

  • Derecho Viejo Pgina 7Desde lejos nos ensean

    El mito de EsculapioCoronis, hija del rey de Tesalia, fue

    seducida por el dios Apolo, y qued em-barazada. Poco tiempo despus, sin em-bargo, la princesa se cas con un prnci-pe mortal, lo cul provoc una enormetristeza en Apolo. Artemisa, hermana ge-mela del dios, molesta de que una mortalrechazase a su querido hermano, mat deun certero flechazo a Coronis. Apolo lle-g demasiado tarde para salvar a su ama-da, pero s pudo salvar a su hijo, realizan-do la primer operacin de cesrea de lahistoria.

    El nio, que fue llamado Esculapio, fueenviado con el centauro Quirn, famosomaestro de hroes, para que recibiese lamejor educacin posible.

    Esculapio creci fuerte e inteligen-te, y de todas las enseanzas de Quirn,se interes especialmente en la medici-na. Con el tiempo, el semi-dios supera su maestro y lleg a ser el mejor m-dico de su tiempo. Su ta Atenea, diosade la sabidura, le regal un frasco consangre de la Medusa Gorgona. Esta san-gre, en las manos equivocadas, se con-verta en un potentsimo veneno, mien-tras que en las correctas se transfor-maba en un elixir de curacin tan fuer-te que poda incluso revivir a los muer-tos.

    Al llegar a la madurez, Esculapio sedespidi de su maestro Quirn y se dedi-c a viajar por toda Grecia ayudando a lagente que lo necesitaba. Cur a miles deenfermos, fund varios centros mdicosen los distintos santuarios de su padre, ycapacit a muchos hombres y mujeres enel sagrado arte de la medicina. Todo siem-pre bajo la atenta mirada de Apolo, queobservaba orgulloso las obras de su hijo.Esculapio lleg incluso a viajar en la ex-pedicin de Jasn y los argonautas enbusca del vellocino de oro. Aos ms tar-de sus hijos serviran tambin como m-dicos del ejrcito griego en la famosa gue-

    rra de Troya.Un da se acerc a Esculapio una mu-

    jer que llevaba en brazos el cadver de su

    hijita. Con el rostro baado en lgrimas, lamujer suplic a Esculapio que curase a lapequea.

    Lo siento, respondi Esculapio,pero la muerte no es una enfermedad.Lucho con ella todos los das, as que laconozco demasiado bien. Vete en paz, tuhija ya no sufre ms.

    Pero nada de lo que dijo Esculapio pudoconvencer a la desconsolada madre. Fueentonces que el hijo de Apolo record lasangre mgica que le haba regaladoAtenea. Con la mgica ayuda de esa san-gre, Esculapio devolvi la vida a la peque-a.

    Observando la situacin desde el Olim-

    po, la Muerte encar con preocupacin algran Zeus:

    Me estn arrebatando a mis sbdi-tos! El hijo de Apolo est jugando con lasleyes del cosmos... y debe ser castiga-do!.

    Apolo, que estaba presente, tom lapalabra e intercedi a favor de su hijo: Laintencin de Esculapio es honorable.Acaso vamos a castigar a un hombre porapiadarse de su prjimo? Adems, laMuerte no debe preocuparse, porque elsbdito que le ha sido arrebatado volvera su reino cuando le llegue de nuevo lahora.

    Zeus, en su posicin de juez supremo,decidi finalmente castigar a Esculapiopara que sirviera de ejemplo al resto delos mortales: no se puede jugar con lasleyes del cosmos. En el momento en quela nia despert de nuevo a la vida, el cie-lo se oscureci y relmpagos comenza-

    Escribe:Federico Guerra

    ron a iluminar la tierra. Un poderoso rayocay repentinamente, alcanzandoEsculapio y matndolo ante la mirada ate-rrorizada de la muchedumbre.

    No mucho tiempo despus, sin embar-go, Zeus termin arrepintindose de su de-cisin, y se apiad del alma caritativa deEsculapio. Levantando su espritu de lassombras, el rey de los dioses le insufleternidad: Esculapio fue elevado as alOlimpo como el nuevo dios de la medici-na.

    La naturaleza de la muerte

    Kisagotami era una joven que se cascon un hombre muy rico, del cul tuvoun hijo. Sin embargo, el pequeo muricuando tena apenas algunos meses, yKisagotami enloqueci del dolor.

    Llevando en brazos el cuerpo de suhijo, comenz a caminar por las calles pi-diendo a la gente algn remedio que de-volviese la vida al pequeo. La mayora laignor. Pero un hombre sabio, al verla ensemejante condicin, le dijo: Deberaacercarse a ese maestro que llamanBuddha. l seguramente tiene el remedioque necesita. Siguiendo el consejo,Kisagotami fue a ver a Buddha, y le supli-c que le diera el remedio para devolverla vida a su hijo.

    Buddha le pidi que primero le trajeraalgunas semillas de mostaza de una casadonde no hubiese pasado la muerte. Lle-vando el pequeo cuerpo en brazos,Kisagotami fue de casa en casa, buscan-do las semillas de mostaza. Todos esta-ban dispuestos a ayudarla, pero no pudo

    La historia de KisagotamiEn su poca, Buda fue conocido como "el gran mdico", porque busca-ba erradicar desde su raz el sufrimiento humano. Esta pequea historianos muestra una aproximacin al eterno dilema de la muerte desde la

    mirada de una cultura diferente a la nuestra.

    Esculapio (nombre latino del diosgriego Asclepio) fue una figura muyimportante en la antigua Grecia. Va-rias ciudades griegas tenan tem-plos dedicados a este dios, a loscules acuda gente de todas lasclases sociales a pedir sanacinpara sus enfermedades. A veces lossacerdotes de Esculapio recomen-daban a los enfermos descansaruna noche en el templo para que,en sueos, los dioses aconsejasenel remedio adecuado de acuerdo ala enfermedad. Estos sueos eranprontamente "interpretados" por lospropios sacerdotes que, con susimportantes conocimientos de me-dicina, curaban de esta manera alos fieles.

    Generalmente, los que se alivia-ban ofrecan un gallo en sacrificiocomo agradecimiento al dios. Deesta costumbre parte la ancdotaplatnica de la muerte de Scrates,cuya ltima peticin fue recordarlea un amigo que pagase de su par-te un gallo a Esculapio.

    El mdico griego no slo busca-ba curar la enfermedad, sino que,primero y principal, buscaba ense-ar a vivir una vida sana. Todavahoy honramos el legado griego querecibi nuestra medicina utilizandocomo smbolo de la misma el bas-tn de Esculapio (un bastn en elque est enroscada una serpien-te) y los que se reciben de mdicostodava hacen el famoso juramen-to hipocrtico (supuestamente com-puesto por Hipcrates, padre his-trico de la medicina, en el siglo Va.C.), en el que el nuevo mdico secompromete a obrar siempre en be-neficio de sus pacientes.

    Resulta curioso encontrar en lamitologa griega un hroe comoEsculapio, que no pelea con mons-truos o derrota grandes ejrcitos deenemigos. La gran lucha de Escu-lapio no es contra un terrorficomonstruo, sino contra la raz mis-ma del miedo humano: la muerte.

    De acuerdo a la mitologa grie-

    ga, cuando una persona mora, lonico que quedaba de ella era susombra. Esa sombra estaba conde-nada a vagar para siempre en elmundo de los muertos, el Hades.Sabemos por el comentario de lasombra de Aquiles en la Odisea (esmejor ser el ms pobre de los cam-pesinos por un da en el mundo delos vivos, que ser rey por toda laeternidad en el mundo de los muer-tos) que el Hades no era un lugardemasiado agradable para vivir. Elnico tipo de inmortalidad a la quepoda aspirar el hombre mortal eravivir a travs de sus hijos y de sureputacin.

    La historia de Esculapio es unahistoria muy humana: es la historiade todo hombre que ve morir a lapersona que tiene al lado y es ata-cado por un profundo sentimientode impotencia y de miedo al saber-se el prximo.

    Vencer a la muerte no es resu-citar la carne. Este fue el grave errorde Esculapio. El cosmos es, parael griego, el orden perfecto. Tratarde superar este orden es pecar deorgullo o vanidad (hbris), vale de-cir, de desmesura: el mismo peca-do que conden a Belerofonte acaer de Pegaso en su audaz subi-da al Olimpo, y a Icaro por acercar-se demasiado al sol. Una vez ms,la mesura se presenta como el idealmximo del griego: conocer los pro-pios lmites es tambin conocer elorden del cosmos.

    Existe una versin de este mitoen la cul no es una madre preocu-pada, sino un poderoso rey el quepide a Esculapio que resucite a suhijo muerto. Esculapio se niega,pero cede finalmente cuando el reyle ofrece una enorme recompensade oro. Zeus, entonces, mata aEsculapio por vender de una ma-nera tan desvergonzada su integri-dad.

    encontrar una sola casa donde no hubiesefallecido algn familiar. Entonces se diocuenta que su familia no era la nica quehaba sufrido la muerte, y que, de hecho,haba ms gente muerta que gente viva.Tan pronto se dio cuenta de esto, su acti-tud cambi: ya no estaba ms apegada alcuerpo muerto de su hijo, al cul terminenterrando en el cementerio.

    Volvi finalmente a donde estabaBuddha esperndola. Le dijo que no habapodido encontrar ninguna casa donde lamuerte no hubiera pasado. Buddha le res-pondi: Te das cuenta, Gotami? Pensasteque eras la nica persona que haba perdi-do un hijo. Como ya has visto, la muertellega a todos los seres vivos; antes de quesus deseos estn satisfechos, la muertelos lleva...

    Al escuchar estas palabras, Kisagotamicomprendi la impermanencia, insubstan-cialidad e insatisfaccin de la realidad enla que haba estado viviendo, y alcanz laIluminacin.

  • Derecho ViejoPgina 8

    En plena crisis del ao 2000los obispos argentinos en un do-cumento nos recordaban quenunca fuimos los mejores,tampoco los peores. Creo queesta frase sintetiza claramenteuna actitud recurrente entre no-sotros y que muestra una de lascausas por las que nos cuesta ha-cer una autocrtica que nos im-pida repetir errores y as avanzaren la vida

    En mi experiencia cotidianaes muy frecuente escuchar es-tos saltos de la euforia a lanegatividad y viceversa.

    En varias ocasiones escu-chando frases que a mi me pare-can que en su negatividad noexpresaban adecuadamente toda

    nuestra realidad acud al ejemplode que en los ltimos cincuentaaos nuestro pas ha generado aalguien que se destac en el mun-do, y siempre digo a mi interlocu-tor que lo desafo a que me citecualquier disciplina de carctermundial, deportiva, artstica, cien-tfica, etc., en lo que no encontre-mos a algn argentino que se des-tac en esa actividad.

    Me parece importante expre-sar que yo no creo en la casuali-dad y mucho menos cuando setrata de un fenmeno tan gene-ralizado.

    Para que este fenmeno se de,es fundamental que exista un cal-do de cultivo extensivo que per-mite que surjan esta personalida-des, en nuestro pas todava, apesar de la crisis, hay una granestabilidad familiar y lo que esms importante todas las encues-tas muestra el aprecio que el ar-gentino medio siente por la vidafamiliar, existen universidadescon muy buen nivel educativo,pblicas y privadas, etc.

    Pero frente a esta realidad, hoy

    El mundo del revs

    Escribe: Mons.Ral R. Trotz

    aparece con una ferocidad pre-ocupante acontecimientos quemuestran un deterioro social ytico que no puede encontrarnosindiferentes.

    Al fenmeno de la inseguri-dad que viene azotando al pasen los ltimos aos con la secuelade secuestros y asesinatos, hoytodos los elementos indican queen nuestro pas se han instaladolos carteles de la droga.

    Esta situacin indica un altogrado de participacin de muchaspersonas e inclusive de organis-mos de seguridad que no puedenignorar lo que est sucediendo y sifuera as sera todava ms grave.

    Suponer que esto ocurre sinla complicidad de las autoridadesy un caldo de cultivo de la socie-dad, no slo sera una tremendaingenuidad sino que a la largapuede convertirse en complici-dad por accin u omisin.

    Las personas que hasta aho-ra aparecen implicadas no perte-necen a clases sociales margina-les, sino que son empresarios declase media alta.

    Sin impunidad y complicida-des en la concepcin de lo ticopor parte de un amplio sectorsocial de nuestro pas esto nun-ca hubiera ocurrido, no quererver esto y suponer que son he-chos aislados sera muy grave eirresponsable de nuestra parte.

    As como creo que sin uncampo de cultivo en la sociedadno hubiesen surgido tan impor-tantes personalidades, lo mismocreo de tanta delincuencia.

    En los ltimos das otro acon-tecimiento ha inundado el cam-po de los medios de comunica-cin y en la divertida comidillade muchas tertulias de amigos.

    Con ocasin de la unin civilde un conocido modisto se armun show religioso. Me pareceimportante subrayar que estaopinin valdra igual si se tratarade una pareja de heterosexualescomo Dios manda, como dirasabiamente mi abuelita.

    Como todo el mundo ya sabela ceremonia religiosa, segnme dijeron con un altar y un in-menso crucifijo, se realiz en unlugar donde cualquiera est en-terado que habitualmente muchaspersonas tienen relaciones pro-pias de la intimidad del amor en-tre un hombre y una mujer, y estosucede no exactamente en estecontexto.

    La persona que se hizo cargodel acto utiliz ornamentos conque la Iglesia Catlica viste a susministros consagrados para laceremonia que es el culmen y lafuente de toda la vida cristiana.

    En ningn momento se aclar

    debidamente que esta persona noera sacerdote, para confusin deno pocas personas.

    Y en el decir de un vendedorambulante como si esto fuerapoco la presidenta del organis-mo nacional que depende de laPresidencia de la Nacin y cuyafuncin es luchar contra la discri-minacin ocup un lugar destaca-do en este show.

    Imposible encontrar en cual-quier otro estamento social ocultural mayor burla a la fe queprofesamos muchos argentinosy merecemos el respeto de losque no la comparten.

    Si alguien lo asocia al tangoCambalache en mis conviccionesqueda corto, porque adems demostrar una degradacin de ladignidad humana, por las reper-cusiones que tuvo tambin seconvierte, como lo que hicimosnotar anteriormente, en un signoalarmante de la actitud de un gru-po por ahora minoritario que pre-tende imponer sus criterios a todala sociedad.

    No querer ver esta situacinme parece preocupante, no re-accionar y decir basta me pare-ce alarmante.

    Tengo la absoluta conviccinde que nuestro pas tienesobradas reservas intelectuales ymorales para no empantanarse enesta crisis de valores y reaccio-nar con la suficiente firmeza paraque entre nosotros sigan surgien-do hombres y mujeres que hon-ran la condicin humana y mues-tran lo mejor de nosotros a todala humanidad.

    Como si esto fuera poco...

  • Derecho Viejo Pgina 9

    La Iglesia es hoy todava demasiadoframente legalista; se ha hecho intole-rante, no est al servicio del mundo, seha encerrado en s misma, se defiende,hasta ha desarrollado, a veces, un com-plejo de persecucin. Es poco madre; noatrae. Es poco perdonadora. Hay exce-so de leyes y de preceptos. Hay excesode dogmatismo. Ha apretado demasiadolas consciencias por defender la unidad.(Ciertamente Cristo nos suplic encare-cidamente, antes de su muerte, que guar-dsemos la unidad; pero a qu unidadl se refera? A la unidad en que todospiensan lo mismo porque a nadie le espermitido pensar diferente? A la unidaden que nadie comete herejas porque na-die se atreve a pensar? Se refera a launidad inflexible que hasta ahora hemostenido? O se refera ms bien a una uni-dad bsica en que el principal aglutinan-te es la fe en Jesucristo vivida en el amora los hermanos y no unos preceptosdisciplinares y unas frmulas de fe quemuchas veces ms que unirnos a la Igle-sia nos hacen resentir su autoridad?) Aveces siente uno que entre los dogmas yla ley, el alma de un catlico est enca-denada. La Iglesia ha defendido con de-masiado celo la honra de Dios, y hadejado a Dios sin honra.

    A quin puede atraer una Iglesia as?En estos tiempos en que la angustia es laprincipal enfermedad de la humanidad,lo que hace falta es una Iglesia Madre,una Iglesia acogedora, una Iglesia humil-de, una Iglesia pobre, una Iglesia com-prensiva de las miserias, no slo de lahumanidad, sino de cada hombre en par-ticular. Hace falta que la Iglesia vuelva aser la gran familia que Jess quiso quefuese. Por encima de la ley impersonal,tiene que estar siempre la atencin perso-nal. Hoy da, que tanto hincapi se haceen sociologa sobre la importancia y el va-lor de la persona como fundamento detodo orden social, nos gustara mucho vera una Iglesia que se preocupa ms por

    cada una de las personas, y que hace ex-cepcin, todas las excepciones que hayaque hacer, para salvar a la persona. UnaIglesia que, como buena Madre, impon-ga menos cosas bajo pecado con amena-za de castigo. Una vez ms decimos ques hacen falta leyes, pero no unamos tan-to la ley, o la transgresin de la ley, conel castigo, y mucho menos con un casti-go tan intolerable como es la pena delinfierno. En una familia, cuando alguienobra mal, se le amonesta, se le castiga,hasta se le pega, pero no se expulsa anadie, ni se mata a nadie. Las entraasde un padre y de una madre no tienen esecastigo para ninguno de sus hijos. Y, encambio, en la Iglesia, se da este castigocon una facilidad que aterra. Admitimosque el hombre que ha obrado mal, recibasu castigo. Pero se nos hace muy difcilde creer que el hombre que ha sido, di-gamos, normalmente malo y quin nolo es!, el que ha sido dbil en su carne,el que ha sido quisquilloso con sus her-manos, el que ha sido un poco irrespon-sable en la vida, reciba el ms horriblede los castigos, del ms bueno de los pa-dres. Qu impresin tan buena me cau-s, y cmo se me ensanch el corazn,cuando por primera vez le en una revis-ta, que en algunas parroquias, a gentesque estaban mal casadas porque poruna razn u otra haban visto roto su pri-mer matrimonio, se les administraba elsacramento de la comunin. Dije para m:Esa s es una Iglesia maternal; esa s esuna Iglesia que comprende el coraznhumano! Por qu no admitir a la Euca-rista a aquel que ama sinceramente aCristo, y que sencillamente no tuvo fuer-zas para aguantar los impulsos de su co-razn joven, y no pudo vivir solitario? Ytodava es ms claro el caso de la mujerque necesariamente tiene que buscar unpadre para sus hijos abandonados. Ne-garle a alguien as la Eucarista, privarlode Cristo que es consolador de los afligi-dos, y el que dijo: Sin m nada posis

    hacer es, sencillamente, un crimen, esun abuso de autoridad, es una mala in-terpretacin de la ley.

    Hay pecados que nos apartan de Cris-to porque van directamente contra l, ocontra sus hermanos menores que son loque l ms dentro lleva en su corazn.Pero hay pecados que no van directa-mente contra Cristo ni contra nuestroshermanos, y que nicamente son peca-do, porque as lo han determinado en le-yes positivas los jerarcas. Equiparar es-tos pecados a aquellos es confundirlotodo y hacer que acabe uno no sabiendoqu es lo bueno y qu es lo malo. Pormuchos aos fue pecado grave (esta-mos totalmente seguros de que Dios noest de acuerdo con los moralistas) el noir a misa en domingo o el comer carnelos viernes. Hoy no es pecado grave ni loprimero (porque se puede ir en sbado),ni lo segundo. No nos imaginamos a na-die en el infierno por haber hecho cosasque hoy hacemos nosotros con toda tran-quilidad. El que va contra estas leyes se-cundarias no va directamente contra Cris-to: y menos cuando estas leyes se hanconvertido en algo arbitrario a lo largode los aos. Si hay un poco de diligenciapor parte de la autoridad, estas leyes pue-den ser cambiadas. Pero pasan los aosy uno ve que no cambian. A los que de-linquen contra tales leyes no hay dere-cho a privarles de Cristo. Cerramos estetema con aquella sentencia paulina quetiene tanta fuerza como todas las otrasque se nos puedan citar en defensa delcumplimiento literal de la ley: El queama al prjimo ha cumplido la ley.

    S. Freixedo sjExtrado de Mi Iglesia duerme

    La simplicidad solamente puedeexistir en la verdad. Hay que rechazaresa hipocresa que se da con demasiadafrecuencia. Ceder a la tentacin carnal,que es una fuerza vital extremadamentepoderosa, es algo que puede ocurrirle atodo el mundo, pero para un sacerdoteo un fraile es muy distinto, y el hechode no elegir y de llevar una doble vidapuede determinar, en algunos casos, queciertas mujeres sufran durante decenios.

    Al mismo tiempo, hay que evitar losjuicios y las generalizaciones de cual-quier tipo. Conozco a sacerdotes queviven en concubinato con una mujer ala que aman desde hace aos y que lle-van bien la situacin. Continan sien-do buenos sacerdotes. Esto plantea a laIglesia la cuestin crucial del matrimo-nio de los sacerdotes y de la ordena-cin de los hombres casados.

    En lo que me concierne, si me hu-biese casado o comprometido en unarelacin afectiva particular, nunca ha-bra podido hacer lo que he hecho. Mivocacin exiga una disponibilidad to-tal. Por otra parte, estoy convencido deque es necesario que existan en la Igle-sia sacerdotes casados, lo mismo que

    Una Iglesiamenos legalista

    Casi sin exagerar podramos decir que el ochenta por ciento de la Iglesia estconstituido por mujeres. Y sin embargo, la mujer en la Iglesia no corta ni pin-cha. Puede dedicarse a la educacin, a la catequesis, a las obras de caridad,pero que la mujer participe en las decisiones pastorales jams! Si hasta tenemostelogos-varones que han escrito tratados sobre la maternidad...

    Hoy por hoy parecera impensable que la mujer ocupe en la Iglesia un lugar derelevancia. Quizs sea un tema pendiente para el siglo que viene. Pero no habrque repensar slo el lugar de la mujer: habr que repensar toda la Iglesia, institu-cin varonil con nombre femenino...

    Quizs no lo veamos nosotros. Quizs an estemos en paales. Pueden pasartantas cosas todava! Hay tantas cosas que dependen de condicionamientos cultu-rales.

    El mensaje de Jess es muy simple: Amen a Dios, amen al prjimo. De ahsurge el respeto por lo difernte, lo distinto, lo diverso. Qu pasar de aqu a unsiglo? Slo Dios lo sabe.

    Qu telogo se hubiera animado hace un siglo a afirmar que Dios no slo esPadre, sino que tambin es Madre? Y sin embargo eso mismo fue dicho por unPapa en 1978. Juan Pablo I, el del papado de los treinta y tres das. Y hoy estar enel cielo, en el regazo de Dios-mam, rindose y a veces sufriendo de nuestrateologa y de nuestro derecho cannico.

    Luis FarinelloExtrado de Palabras en puerta

    Celibato y matrimoniode los sacerdotes

    sacerdotes clibes que puedan consa-grarse por completo a la plegaria y alos dems.

    Jess escogi apstoles casados,como Pedro, y apstoles solteros quesin duda continuaron sindolo, comoJuan. La Iglesia mantuvo esta doblevocacin durante siglos antes de impo-ner el celibato a los sacerdotes, comoya era el caso para los obispos. Hoy enda se ordena a hombres casados no so-lamente en la Iglesia ortodoxa, sino tam-bin en la Iglesia catlica, entre losmaronitas o los coptos, que pueden es-coger entre matrimonio o celibato.

    Puesto que la Iglesia catlica permitedesde hace siglos que estas comunida-des orientales ordenen a sacerdotes ca-sados, no acabo de entender por qumotivo Juan Pablo II afirm que estabafuera de lugar volver a considerar eltema del celibato para el resto de la Igle-sia catlica. No tiene sentido. De estemodo sin duda podra resolverse en par-te la crisis de vocaciones y la penuriade los sacerdotes, y adems estoy con-vencido de que las vocaciones al celi-bato seguiran siendo las mismas.

    Por Abb Pierre

    Femenino

    El celibato comorenuncia al poder

    La vida conyugal es un noble com-promiso en el que se da necesariamen-te un intercambio. Con todos los ma-tices, en este compromiso definitivoofrezco voluntariamente y por amorunas atribuciones sobre m y sobre mivida; y recibo tambin atribuciones so-bre la vida de otra persona. Mis bieneseconmicos, mi autonoma de movi-miento, mi conducta con otras muje-res u hombres, mis relaciones con lafamilia de mi pareja, mi misma profe-sin, quedan incluidos o afectados eneste compromiso y viceversa, en elcompromiso de mi pareja. Con un tr-mino inadecuado pero evocador, el ca-sado ofrece a su pareja unos derechossobre s, y recibe de ella unos dere-chos sobre su persona. El adjetivo mi(mi marido, mi mujer) subraya lin-gsticamente esta mutua y volunta-ria posesin. El clibe es aquel queno posee a nadie ni es posedo, paraexpropiarse por Cristo y por la comu-nidad. El celibato por el Reino es ca-paz de introducir as en las relacioneshumanas, marcadas frecuentementepor la posesividad, un tipo de amistady de afecto cuya gracia especfica se-ra la de ser liberadora por ser gratui-ta.

    Pero tambin aqu anida un riesgo:una libertad que lleve consigo una faltade compromiso real con nada ni connadie; un amor de baja intensidad queno se implique profundamente en eldestino de nadie.

    Mons. Juan M. Uriarte GoiricelayaObispo de San Sebastin, desde 2000

    Para pensar

  • Derecho ViejoPgina 10

    En la tradicin cristiana, la figura dela Madre se encuentra en la Iglesia. Enel primitivo escrito cristiano El pastorde Hermas, la Iglesia aparece en la for-ma de una anciana. Cuando se le pre-gunta por qu aparece en la forma deuna anciana, la respuesta es: Porquefue creada lo primero de todo. Es an-ciana a este respecto, y en atencin aella fue hecho el mundo (El pastor deHermas 2,24). Es necesario ver a la Igle-sia en este aspecto csmico. La Iglesiacomo institucin histrica tiene un ori-gen muy reciente y ocupa una parte muypequea del mundo. Pero la Iglesia ens misma es la Madre eterna; es el as-pecto creado del Espritu increado. Enatencin a ella fue hecho el mundo. Elmundo en un sentido real es la mani-festacin de Dios. El que es ser infini-to, inmutable en s mismo, se revela, seexpresa en la naturaleza finita y cam-biante del mundo. La Palabra eterna, enla que los arquetipos de todos los se-res creados existen eternamente, semanifiesta en el tiempo. Toda la crea-cin, desde el tomo ms pequeo has-ta la estrella ms lejana, es una mani-festacin en el espacio y en el tiempo,en la multiplicidad y en el cambio deese Uno que no cambia. El Espritu in-manente en la naturaleza desde el prin-cipio recibe estas semillas de la pala-bra en su seno y las da a luz en la crea-cin. Desde el comienzo de la materia,pasando por todas las etapas de la evo-lucin, del crecimiento orgnico y de laconciencia, el Espritu est estructu-rando estas formas, moldendolas consu poder inherente.

    Este espritu acta en el hombre or-ganizando los elementos qumicos quecomponen su cuerpo, creando las clu-las, desarrollando los nervios, los ms-culos y las glndulas, estructurando losrganos del tacto y del gusto, del olfato,de la vista y del odo y, finalmente, lle-vando a este organismo complejo, pormedio de una elaborada estructura delcerebro, a la conciencia. Con la concien-cia, la Naturaleza, la Madre, despierta aun nuevo modo de existencia y comien-za a descubrir, a ser consciente de su sig-nificado y destino. Durante millones deaos el Espritu est operando a travsde la Naturaleza, respondiendo a la ac-cin de la Palabra, la Persona Csmica,el Purusha, que se une a su esposa, suSakti, para alumbrar esta palabra. A me-dida que la conciencia crece en el hom-bre, la Naturaleza se hace consciente delpoder inmanente que hay en ella y nacela Iglesia.

    La Iglesia es el hombre que se haceconsciente de su destino como hijo deDios. En la perspectiva bblica, Adn esel Hombre, creado a imagen y semejan-za de Dios y llamado a ser hijo de Dios.Cuando Adn peca, yerra en su vocacin;no responde al Espritu y vuelve a caeren su naturaleza limitada y sujeta al tiem-po. El movimiento hacia adelante de laevolucin desde la materia, pasando porla vida y la conciencia a la vida eterna enel Espritu, est programado. Pero al mis-mo tiempo comienza el misterio de laredencin. Un nuevo poder del Espritu,el Sakti, entra dentro de la creacin ycomienza a devolver al hombre a la vida

    del Espritu. Este es el comienzo de la Igle-sia, la humanidad sacada del pecado porel poder del Espritu y respondiendo a lapalabra de Dios. En este sentido, la Igle-sia est presente en la humanidad desde elcomienzo de la historia. Siempre que elhombre se despierta a la conciencia y seconoce a s mismo en su concienciaintuitiva bsica como abierto al misteriotrascendente de la existencia, el poder delEspritu est en l arrastrndole a la vidaeterna. La presencia del Espritu en estesentido puede hallarse en todas las reli-giones de la humanidad. Por todas partes,en el rito y en el sacrificio, en la doctrinay en el sacramento, en la oracin y el cul-to, hay una presencia del Espritu quearrastra al hombre a Dios, una respuestaa la palabra de Dios, que trata de unir a lahumanidad consigo misma; en otras pala-bras, una presencia de la Iglesia. Necesi-tamos recuperar esta comprensin de laIglesia universal, la Iglesia que fue creadaantes de todo... y en atencin a la cual fuehecho el mundo.

    No es slo el conjunto de la humani-dad, sino el conjunto de la creacin, loque constituye el cuerpo de la Iglesia. Lamateria fue creada desde el principio conuna tendencia innata hacia la vida y a laconciencia. La conciencia humana fuecreada desde el principio con una tenden-cia innata hacia la conciencia final y per-fecta del Espritu. El mismo Espritu es-taba presente en la materia, en la vida yen el hombre, atrayndole desde el prin-cipio hacia s. En Jess este movimientode materia y conciencia hacia la vida delEspritu alcanz su culminacin. En l laconciencia divina tom posesin de laconciencia humana y tanto cuerpocomo alma, materia y conciencia, fue-ron transformados. En l el matrimoniode Dios y del Hombre, de la Naturaleza ydel Espritu, de Purusha y de Prakriti,qued consumado.

    Pero esta consumacin de la unin deDios con el hombre en jess afecta nece-sariamente a toda la creacin. Fue estaconsumacin por la que toda la creacinestuvo gimiendo, como dice san Pablo,desde el principio. Toda la creacin esuna unidad orgnica, de la misma ma-nera que el Hombre lo es tambin. Yla resurreccin de Jess se convierte encabeza de este todo csmico, y toda lacreacin se hace su Cuerpo, y este Cuer-po de la creacin, redimido de las fuer-zas del pecado y de la divisin, es lo queconstituye la Iglesia. Todo lo sometibajo sus pies dice san Pablo, y a l lohizo, por encima de todo, cabeza de laiglesia, que es su cuerpo, el complemen-to del que llena totalmente el universo(Ef 1,22-23). La Iglesia es el Pleroma, laplenitud, la consumacin de todas lascosas, el trmino de todo el procesoevolucionista. El Purusha divino ha to-mado posesin del Prakriti, la Naturale-za, y la ha llenado con su presencia. Enotras palabras, la Naturaleza ha sido to-talmente penetrada por la conciencia yel Hombre y la Naturaleza se ha hechouna con el Espritu eterno. La resurrec-cin revela as el plan de toda la crea-cin. Lo cumplido en Jess por su muer-te sacrificial y su renacimiento a la vidaeterna es lo que est destinado a sucederen todos los hombres y en toda la crea-cin. Todos somos miembros de esta hu-

    manidad cada y redimida, y cada uno denosotros lleva en s las seales de la ca-da, del pecado, del sufrimiento y de lamuerte. Y cada uno de nosotros est lla-mado a superar el pecado, el sufrimientoy la muerte para entrar en la nueva vidade la resurreccin. El primer hombre,Adn, fue un ser animado, se nos dice;el ltimo Adn es un Espritu de vida(1Cor 15,45). La Palabra se hizo carne(Jn 1,14), el Espritu divino penetr enlo profundo de la materia, de la vida y dela conciencia, hasta el centro del pecadoy del sufrimiento humanos y levant aeste mundo cado a una nueva vida y auna nueva conciencia que estaba en l.As la Iglesia est presente en toda lacreacin y en toda la humanidad; es latransformacin de Dios, la manifesta-cin del ser infinito y eterno en el cursodel tiempo, del cambio y de la historia,no como una simple presencia esttica,sino como un poder dinmico, que cam-bia el curso de la historia y transforma elmundo.

    Pero si la Iglesia tiene esta dimen-sin csmica, este carcter universal, esal mismo tiempo una institucin hist-rica. Ello est de acuerdo con la tradi-cin bblica, que si bien mira hacia laconsumacin final de la creacin y delhombre, al mismo tiempo ve este granmito enraizado en un tiempo y en unespacio histricos. Jess, que es el Se-or csmico y Salvador universal, es ala vez el hombre que fue crucificadobajo Poncio Pilato. De la misma ma-nera, la Iglesia, que es la consumacindel mundo y de la historia, tiene su co-mienzo en la historia. La Biblia contem-pla el plan de Dios, que abarca a toda lahumanidad desde el primer Adn al se-gundo; pero lo contempla tambin comoactuando en la historia particular de unpueblo y llegando a su culminacin enun momento particular. Jess llegaanunciando la venida del reino de Dios:Se acerca el reino de Dios (Mc 1,15),y prepara a un grupo de discpulos aquienes se confa este misterio delreino de Dios. Sern el ncleo del pue-blo de Dios, la nueva humanidad,que nace a travs de su muerte y re-surreccin. En pentecosts comienzaa existir esta nueva sociedad; el Esp-ritu desciende y transforma a los dis-cpulos por su poder y presencia. Co-mienza una nueva era, en que estepoder del Espritu se derramar sobreel mundo y la humanidad se congre-gar en el reino de Dios. Tal es la mi-sin de la Iglesia en la tierra, ser tes-tigo, o ms bien encarnacin, del po-der del Espritu que acta como leva-dura en la creacin que la lleva a sucumplimiento en el reino de Dios.

    Pero una vez que la Iglesia entra en elmundo, queda sometida a todas las vici-situdes del tiempo y del cambio. Este esel albur que corren todas las religiones.El espritu, que inspir la religin, quees la presencia de Dios mismo, se oscu-rece por los pecados y las debilidadeshumanas. Cuando contemplamos las igle-sias cristianas de hoy y recordamos suhistoria, se nos presenta ms como do-cumento del pecado humano que de lagracia divina. Si sabemos mirar en pro-

    fundidad, veremos que el Espritu de Diosest siempre presente, cambiando la vidade las personas, movindolas a amar y aservir, efectuando a menudo cambios ra-dicales en la sociedad e inspirando a lagente con ideales de sacrificio, con vi-siones de la verdad y con el fuego de laexperiencia mstica. Pero la otra cara, noslo del pecado, sino de las limitacioneshumanas, de la ceguera cultural, sobretodo la cerrazn de mente y de fanatis-mo, es demasiado evidente para tener quehablar de ella. Si hemos de revivir el mitode la Iglesia hoy da, debemos encontrarnuevas formas de expresin. Se ha de des-cubrir su significado universal, su rela-cin con todas las formas y tradicionesreligiosas de la humanidad, su importan-cia para el mundo en el que vivimos. Estareviviscencia del mito de la Iglesia estya teniendo lugar, pero tiene que reco-rrer todava un largo camino. Sobre todo,tenemos que descubrir la fuente de lasdeformaciones que han afligido a todaslas iglesias y las han conducido a la si-tuacin presente.

    Debemos considerar ante todo las li-mitaciones culturales del cristianismo.Fue producto de una cultura semita, quetena un horizonte muy estrecho. Israelcreci en el pequeo mundo del OrienteMedio, limitando con Egipto por un ladoy con Babilonia por el otro. Ms tarde leenriquecieron las influencias de Persia yde Grecia; pero su visin, aunque pro-funda, qued muy limitada. No tena co-nocimiento de las culturas de la India yde China ni del resto del mundo, y seimagin que todos los que estaban fuerade Israel carecan del conocimiento deDios, lo mismo que los griegos se imagi-naron que todos los no griegos eran br-baros. Su visin en el tiempo era tam-bin muy limitada, ya que no se extendams all de cinco mil aos antes de Cris-to, e imaginaba que estaba viviendo enla ltima poca del mundo.

    Desde este medio y con estas limita-ciones apareci la Iglesia cristiana en elmundo grecorromano. Los griegos apor-taron su genio para la filosofa y los ro-manos el suyo para la ley, y la teologa yla organizacin de la Iglesia fueron cons-truidas con estos medios. Todo esto dio,ciertamente, a la Iglesia una teologa pro-funda y una organizacin poderosa, perotambin le impuso graves limitaciones.La filosofa griega era una filosofa ra-cional; y aunque Platn la enriqueci conlas ideas de una sabidura intuitiva, locierto es que se hizo sentir cada vez msel desarrollo del pensamiento racionallgico y del sistema cientfico caracte-rsticos del hombre occidental. La Igle-sia qued, pues, dominada por ese siste-ma de pensamiento racional, que es la

    El mito de la Iglesia

    BedeGriffiths

    OSB(1906-1993)

    De la superficie...

  • Derecho Viejo Pgina 11

    causa del desequilibrio del mundo occi-dental, si bien debemos reconocer quenunca se perdi del todo la penetracinimaginativa ni la sabidura intuitiva de latradicin bblica. El resultado de todo ellofue que la Iglesia estuvo obsesionada porla necesidad de construir frmulas lgi-cas y sistemas racionales para expresarsu fe. Cuando estas frmulas o dogmasquedaron reforzadas por el sistema legalde Roma, apareci la Inquisicin y se in-tent imponer este sistema doctrinal porla fuerza. La Reforma fue una revuelta con-tra este sistema legal racional y trat de libe-rar a la Iglesia por el retorno a la Biblia; perootra vez la mente occidental introdujo susfrmulas lgicas, y cada iglesia pretendiser la nica que profesaba la fe verdadera.El resultado es que la Iglesia consta hoy deinnumerables sectas, cada una de las cualesdeclara representar la verdadera fe y denun-cia a las dems como herticas. El mo-vimiento ecumnico ha tratado de supe-rar estas divisiones y volver a la unidadde la Iglesia; pero si no abandona la bs-queda de frmulas doctrinales y siste-mas legales, si no recobra la sabiduraintuitiva de la Biblia y del hombre an-tiguo, hay poca esperanza de xito.

    Es precisamente aqu donde el en-cuentro con el pensamiento oriental, consu base intuitiva, es crucial. El cristia-nismo no puede crecer hoy como religinsi no abandona su cultura occidental, consu carcter masculino y racional, y apren-de la comprensin intuitiva y femeninade Oriente. La supresin de las mujeresen la Iglesia es slo uno de los muchossignos de este dominio masculino. Ellono significa, naturalmente, que se hayande abandonar los valores reales de la cien-cia y de la razn, del pensamiento lgicoy sistemtico. La razn se ha de casarcon la intuicin; tiene que aprender asometerse a las intuiciones ms profun-das del Espritu. Estas intuiciones pro-ceden, de la presencia del Espritu en loprofundo del alma. Son expresin de unacreciente autopercepcin, de un conoci-miento integral no de la mente y de larazn solas, sino de todo el hombre, cuer-po, alma y espritu. La fe misma es unafuncin no de la mente racional, sino dela intuitiva. No consiste, como el hom-bre occidental ha credo a menudo, enun asentimiento a las proposiciones l-gicas, sino en una captacin del miste-rio de la verdad como un todo. La men-te intuitiva, recurdese, no analiza, sinoque capta la totalidad; o, ms bien, se abreal todo y le deja que tome posesin. Asla fe se abre al misterio de Dios, a la ver-dad infalible, y le deja que tome pose-sin del alma. Para el cristiano, pues, lafe es una apertura al misterio de Dios enCristo a travs del mito de Cristo. El mitoapela a la imaginacin, al corazn, ytransforma la persona. Ms tarde puedevenir la razn a distinguir los diferentesaspectos del mito y relacionarlos entres; pero siempre se ha de retornar al mis-terio, a la realidad, que tanto mito comorazn tratan de expresar.

    La reunin de las iglesias cristianasslo puede venir, pues, por el redescu-brimiento del misterio de Cristo en to-das sus dimensiones; y esto significa quedebe relacionarse con toda la historia dela humanidad y de la creacin. Y slo ven-dr cuando hayamos aprendido a descu-

    brir la presencia de este misterio, esto es,de la Iglesia, en todas las religiones de lahumanidad. Toda religin genuina es tes-tigo de algn aspecto del misterio divino,encarnado en sus mitos y rituales, en suscostumbres y tradiciones, en su oraciny experiencia mstica; y cada una tienealgo que dar a la Iglesia universal. La ce-rrazn de miras que ha dividido a las igle-sias cristianas ha dividido tambin a la re-ligin cristiana de otras religiones. Hoytenemos que abrirnos a la verdad de to-das las religiones. Cada religin debe apren-der a discernir su verdad esencial y a re-chazar sus limitaciones culturales e hist-ricas. Esto puede ser una experiencia do-lorosa, un rechazo de los innumerableselementos de la religin que han crecidocon su desarrollo histrico y cultural yque con frecuencia la han identificado conla religin misma. Sin embargo, sta pa-rece ser la nica senda abierta a la huma-nidad de hoy. Lo que se opone a ello es lamentalidad dominante del mundo occiden-tal. Es la hora de la prueba del hombreoccidental. Continuar construyendo sumundo cientfico con el poder nuclear quelleva a la devastacin de la tierra? Oaprender a arrepentirse, a echar marchaatrs, a redescubrir la fuente de la vida, lasabidura de la Madre Tierra, que es tam-bin la sabidura de Oriente?

    La Iglesia debe aprender tambin elsecreto de esta sabidura intuitiva. Aun-que el misterio de Cristo est siemprepresente en la Iglesia y ella vive de estasu secreta presencia, sin embargo, lasestructuras doctrinales y sacramentalesde la Iglesia son producto de la menteoccidental, sea del catolicismo romano,de la ortodoxia griega, del anglicanismo,el luteranismo o el calvinismo, o de lasdiversas iglesias protestantes de Inglate-rra y de Amrica. Todas ellas son desa-rrollos del misterio de Cristo hechos porla mente occidental. Ni el papado, ni elepiscopado, ni cualquier otro sistema degobierno de la Iglesia est basado en elNuevo Testamento. Son obra del geniogriego y romano que edifica sobre la basedel Nuevo Testamento. Jess mismo nodio ningn sistema de gobierno a la Igle-sia. La fund sobre doce discpulos pararepresentar al nuevo Israel, al nuevo pue-blo de Dios; y, segn la tradicin ms an-tigua, dio a Pedro, como la Roca(Cephas), la posicin de liderazgo en ella;le dio tambin, segn todos los relatos,los ritos sacramentales del bautismo y dela Eucarista. Pero aparte de esto, todo lodej a la gua del Espritu Santo, que ha-ba de conducir a los discpulos a la ver-dad. Todo lo levantado sobre esta base,todos los sistemas doctrinales,sacramentales y legales, son obra del pen-samiento occidental, guiado, sin duda,por el Espritu Santo en grado diverso,pero a la postre condicionado por circuns-tancias histricas.

    El hecho de que Roma llegara a serel centro de la cristiandad es un acci-dente de la historia, y el Obispo deRoma slo ha adquirido la posicinpresente despus de muchos siglos. Sepuede sostener que esta evolucin fueprovidencial; pero no hay razn paracreer que la estructura presente del pa-pado sea permanente, o que la Iglesiano pueda adquirir una nueva estructu-ra en el contexto de la historia futura.

    En el mismo sentido, el episcopadocomo sistema de gobierno se fue estable-ciendo slo de forma gradual, y no hayrazn para afirmar que la estructura pre-sente sea en su forma romana, griega,anglicana o luterana haya de permane-cer siempre. Todas las estructuraseclesiales estn sujetas a la ley del cre-cimiento histrico.

    En el mismo sentido, las estructurasdoctrinales creadas por la mentalidad oc-cidental sobre las bases de la fe de losapstoles estn todas ellas condiciona-das histricamente y llevan la marca delas limitaciones de la mente occidental.Es cierto que los pueblos de Asia nuncaaceptarn el cristianismo en su formapresente. Cinco siglos y ms de activi-dad misionera han demostrado la inutili-dad del intento. El cristianismo siguesiendo para los orientales una religinextranjera, moldeada por el pensamien-to occidental.

    Debemos ir ms all de todas es-tas estructuras histricas y recuperarel mito original del cristianismo, laverdad viva revelada en el Nuevo Tes-tamento. Pero esto no lo puede hacersolamente la mente occidental. Tenemosque abrirnos a la revelacin del miste-rio divino que tuvo lugar en Asia, en elhinduismo y el budismo, en el taosmo,confucionismo y sintosmo. Ni podemosdesechar la sabidura intuitiva de pue-blos ms primitivos, los aborgenes aus-tralianos, los habitantes de la Polinesia,los bosquimanos de Africa, los indiosamericanos, los esquimales. En todo elmundo el Espritu supremo ha dejadoseales de su presencia. El misterio cris-tiano es el misterio de la presencia deDios en el hombre, y no podemos des-preciar ningn signo de esa presencia.Incluso el ateo y el agnstico puedendar testimonio de este misterio. Ates-mo y agnosticismo significan el recha-zo de ciertas imgenes y conceptos deDios o de la Verdad, que estn condi-cionados histricamente, y por consi-guiente, son inadecuados. El atesmo esun desafo a la religin a purificar susimgenes y conceptos y a acercarse msa la verdad del misterio divino.

    Debemos recordar siempre que elmisterio divino, la Verdad ltima, siem-pre escapa a nuestra concepcin. Losgrandes mitos del mundo revelan aspec-tos diferentes de este misterio, segn lapenetracin imaginativa de los diferen-tes pueblos. En Jess, el mito adquiriun relieve histrico particular consigna-do en el Nuevo Testamento y mantenidoen la Iglesia. Pero el mito es capaz siem-pre de nuevas formas de comprensin amedida que la mente humana reflexionasobre l. La mente occidental le ha dadouna estructura legal y racional particu-lar. Pero la mente oriental y el pensamien-to intuitivo primitivo de todo el mundohan podido descubrir nuevos niveles ensu hondo significado. Y no hay duda deque el talante occidental moderno, libe-rado de los grilletes del modelomecanicista del universo, es capaz de re-descubrir el significado del mito. Laconstruccin de la Iglesia como manifes-tacin en la historia de la presencia deDios en el hombre es, pues, la obra de

    toda la humanidad. El hind, el budista, elmusulmn, el humanista, el filsofo, elcientfico, todos tienen algo que dar y algoque recibir. El cristiano, cualquiera que seala Iglesia a que pertenezca, no puede re-clamar el monopolio de la verdad. Vamosperegrinando en busca de la verdad, de larealidad, de la consumacin final. Perohemos de reconocer que esta verdad es-capar siempre a nuestra comprensin. Nila ciencia, ni la filosofa ni la teologa po-drn nunca abarcar la verdad. Ningunapoesa, arte o institucin humana puedenencarnarla nunca. Los grandes mitos sonslo reflejos en la imaginacin humana deese misterio trascendente. Incluso el mitode Cristo sigue perteneciendo al mundode los signos; y tenemos que ir ms alldel mito hasta el misterio mismo, por en-cima de la palabra y el pensamiento, de lavida y de la muerte. Pues el misterio lti-mo slo puede ser conocido a travs delpaso de la muerte. Estis muertos es-cribi san Pablo, y vuestra vida est ocultacon Cristo en Dios; cuando Cristo en nues-tra vida aparezca, os presentaris con len gloria (Col 3,3).

    Jess dej a sus discpulos con la ex-pectacin de que aparecera de nuevo yllevara a este mundo a la consumacin.En esta situacin vivimos todos. En nin-gn tiempo de la historia del mundo haestado ms cerca de la destruccin queen el momento presente. Hay fuerzaspresentes en el mundo que son capacesde destruir toda vida en este planeta, ylos que controlan estas fuerzas estn porencima de todo control. Quiz cambieel mundo occidental, o al menos hayael suficiente nmero de personas queinicien en l un cambio, que sufran unametanoia, un cambio de corazn, y denotro rumbo al mundo, llevando a caboel maridaje de Oriente y Occidente. Perola meta final no puede tampoco ser sta.Nuestro destino no est en este mundo,y hemos de prepararnos para ir ms allde la muerte. Tenemos que morir a estemundo y a todo lo que hay en l, es de-cir, a todo lo que cambia y pasa en estemundo, para encontrar la realidad queno cambia o pasa. Tenemos, sobre todo,que trascender las palabras, las imge-nes y los conceptos. Ninguna visinimaginativa ni marco conceptual seadecuan a la gran realidad. Cuando Cris-to aparezca en gloria, no lo har en nin-guna forma terrena o en ninguna otraforma posible de concebir. Porque aho-ra vemos confusamente en un espejo,mientras entonces veremos cara a cara(1Cor 13,12). Y slo apareceremos engloria cuando hayamos muerto a no-sotros mismos y nos hayamos converti-do en una creacin nueva (Gl 6,15).Slo entonces encontraremos la pleni-tud de la verdad y de la realidad, que estambin la plenitud de la sabidura, delconocimiento y la plenitud de la bien-aventuranza y del amor. Slo entoncestendr lugar el matrimonio final deOriente y Occidente, del hombre y dela mujer, de la materia y de la mente,del tiempo y de la eternidad.

    Extrado deEl matrimonio de Oriente y Occidente

    El mito de la Iglesia... hacia lo profundo

  • Derecho ViejoPgina 12

    Buscando el rostro... XILa identificacin de Cristo - I

    Amables lectores/as:Un poco ms de paciencia.

    Estamos llegando a la meta denuestro propsito. Hasta aqu las

    aproximaciones o pistasrecorridas para penetrar en elmisterio del rostro humano:

    la imagen, la huella,el sacramento. Ahora vamos a

    considerar la relacin del rostrohumano con Cristo, tal como senos revela en el gran fresco del

    juicio final en el evangeliode san Mateo (25,31-46).

    Para ello, los invito a realizar un viajeimaginario hasta la Capilla Sixtina (lopodemos hacer va internet); ubicarnosen la famosa sala (sede histrica de Con-cilios, audiencias y reuniones trascenden-tes) y contemplar el maravilloso frescode Miguel ngel, precisamente sobre eljuicio final, inspirado quizs en el relatoevanglico de Mateo. Desde all, con esteplstico teln de fondo, trasladarnos aGalilea y evangelio en mano escucharde los labios de Jess Maestro, sus pala-bras narradas por Mateo en el captulo25 (vv. 31-41).

    Ahora, les propongo casi literalmente,en dos artculos, las consideraciones fi-nales de Bruno Chen, autor que nos haacompaado a lo largo de todo este iti-nerario, tomadas de su librito-ensayo Lahuella de una mirada (trad. de La traced`un visage). Con ello, como lo expre-s al comienzo de esta serie de artculossobre el rostro, pretendo rendir un ho-menaje pstumo a este responsable ycriterioso columnista del peridico fran-cs La Croix.

    En la tarde de tu vida te juzgarnpor el amor. s. Juan de la Cruz

    Esta descripcin del juicio final no con-cierne slo a un futuro lejano; inviertelos papeles de la historia presente. En suprimera encclica, Juan Pablo II lo subra-yaba: Esta escena escatolgica debeaplicarse siempre a la historia del hom-bre, debe ser siempre la medida de losactos humanos; es como el esquema esen-cial de un examen de conciencia paracada uno y para todos (Redemptorhominis 16). Tenemos ah un escenariogrfico del juicio final, una escenificacinelocuente del fin de la historia que juzgaal presente, una especie de profeca tica.

    La importancia de este texto nunca sersobreestimada, pues si no constituye elsumario del evangelio (Roger Mehl), nodeja de ser su ltimo testamento. NuncaMateo haba ido tan lejos en la intenciny la extensin del mensaje evanglico.En esta escena grandiosa y apocalpticavivimos un precipitado de la historia: lasentencia futura versa sobre las accionespasadas que conciernen al presente de losoyentes. El juicio deduce lo definitivo deacciones concretas y sucesivas. En todocaso, la escenificacin es solemne. Asis-timos a un verdadero proceso con pre-sentacin del tribunal y de las personasinteresadas, instruccin del juicio, pro-clamacin y ejecucin de la sentencia.Pero el texto no confa su mensaje sinopresionado por tres preguntas: 1) Quines el juez?; 2) Quin es juzgado?; 3)Sobre qu versa el juicio?

    1) El juez: es presentado primerobajo los rasgos del hijo del h