demografía, mercado de trabajo y política de inmigración ... · persiga la simple prohibición y...

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1. INTRODUCCIÓN H asta hace no muchos aæos, Espaæa era un país que exportaba mano de obra en busca de mejores condicio- nes de vida. Sin embargo, durante los œlti- mos quince aæos, las mejores condiciones económicas, su situación geogrÆfica y sus mÆs altos niveles de bienestar social, han convertido a Espaæa en un país en que la in- migración adquiere una importancia consi- derable. Las cifras registradas en el Censo de Población muestran un aumento desde 353.367 extranjeros empadronados en Espa- æa en 1991 hasta 2.673.413 en 2003. Este in- cremento tan vertiginoso de inmigrantes en Espaæa puede hacer a los espaæoles pensar que Østos son demasiados, y que es posible que no haya lugar ni trabajo para ellos vØa- se, por ejemplo, Massó (2003). La inmigración no debe mirarse desde un punto de vista meramente instrumental, y pensar en el inmigrante œnicamente como fuerza de trabajo, o como una posible solución a los problemas demogrÆficos que poco a poco van amenazando al país. Esto podría hacer olvidar que la inmigración no es sólo un factor positivo desde el punto de vista económico, sino que tambiØn lo es desde el punto de vista socio-cultural, pues una inmigración plena- mente integrada supondría que los habitan- tes autóctonos podrían conocer muy diferen- tes culturas, y aprender lo mejor de todas ellas. AdemÆs, de algœn modo puede paliar los problemas económicos que existen en los países de origen de esos inmigrantes, ya que las remesas que reciben esos países constitu- yen una de las partidas mÆs importantes de entrada de divisas, y si ademÆs esas remesas vienen dadas en tØrminos de una moneda fuerte, proporcionan la posibilidad de mejora y subsistencia para los familiares que perma- necen en el país. Una buena política de integración debería partir del inmigrante como persona integral, y unificar todas las condiciones que le rodean, referentes tanto a su país de origen (familia, costumbres, prÆcticas religiosas,), como al país receptor (lengua, trabajo, vivienda,), de modo que el inmigrante se sienta identifi- cado con la sociedad receptora, y así contribu- ya a su desarrollo y participe en la vida eco- nómica, social, cultural y civil. En cambio, parece que las políticas que se llevan a cabo 15 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61 * Universidad de Sevilla. Demografía, mercado de trabajo y política de inmigración en Espaæa MAR˝A VILLENA RODR˝GUEZ, FRANCISCO GÓMEZ GARC˝A *

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1. INTRODUCCIÓN

Hasta hace no muchos años, Españaera un país que exportaba mano deobra en busca de mejores condicio-

nes de vida. Sin embargo, durante los últi-mos quince años, las mejores condicioneseconómicas, su situación geográfica y susmás altos niveles de bienestar social, hanconvertido a España en un país en que la in-migración adquiere una importancia consi-derable. Las cifras registradas en el Censode Población muestran un aumento desde353.367 extranjeros empadronados en Espa-ña en 1991 hasta 2.673.413 en 2003. Este in-cremento tan vertiginoso de inmigrantes enEspaña puede hacer a los españoles pensarque éstos son demasiados, y que es posibleque no haya lugar ni trabajo para ellos �véa-se, por ejemplo, Massó (2003)�.

La inmigración no debe mirarse desde unpunto de vista meramente instrumental, ypensar en el inmigrante únicamente comofuerza de trabajo, o como una posible solucióna los problemas demográficos que poco a poco

van amenazando al país. Esto podría hacerolvidar que la inmigración no es sólo un factorpositivo desde el punto de vista económico,sino que también lo es desde el punto de vistasocio-cultural, pues una inmigración plena-mente integrada supondría que los habitan-tes autóctonos podrían conocer muy diferen-tes culturas, y aprender lo mejor de todasellas. Además, de algún modo puede paliarlos problemas económicos que existen en lospaíses de origen de esos inmigrantes, ya quelas remesas que reciben esos países constitu-yen una de las partidas más importantes deentrada de divisas, y si además esas remesasvienen dadas en términos de una monedafuerte, proporcionan la posibilidad de mejoray subsistencia para los familiares que perma-necen en el país.

Una buena política de integración deberíapartir del inmigrante como persona integral,y unificar todas las condiciones que le rodean,referentes tanto a su país de origen (familia,costumbres, prácticas religiosas,�), como alpaís receptor (lengua, trabajo, vivienda,�),de modo que el inmigrante se sienta identifi-cado con la sociedad receptora, y así contribu-ya a su desarrollo y participe en la vida eco-nómica, social, cultural y civil. En cambio,parece que las políticas que se llevan a cabo

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* Universidad de Sevilla.

Demografía, mercado de trabajoy política de inmigraciónen España

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ,

FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA *

en los países del mundo globalizado van enca-minadas a una «asimilación» del inmigrante,en la que éste tiene que inculturarse en losmodelos de comportamiento de la sociedad deacogida, despojándose de cualquier elementocultural propio, y renunciando a su propiaidentidad.

Pero cualquier política que se quiera llevara cabo ha de respetar las leyes existentes enla región en que se aplique, y en el caso deEspaña, al tratar de definir las políticas deinmigración, hay que hacer frente a una Leyde extranjería que tradicionalmente no hahecho sino establecer restricciones y dificul-tades a esa integración de los inmigrantespretendida. De manera que quizá el proble-ma se inicie en el origen, en la Ley, que pare-ce que más que una coordinación o gestión efi-caz de la entrada de inmigrantes en España,persiga la simple prohibición y control de lamisma, ya que los considera en muchas oca-siones delincuentes (para ver esto, basta leerel nombre de la ley que acompaña a la nuevaLey de extranjería, Ley 11/2003 de 29 de sep-tiembre: «Seguridad ciudadana, violenciadoméstica e integración social de los extran-jeros»). Al inmigrante irregular la Ley no letrata como persona, y no le reconoce los dere-chos fundamentales con los que cuenta cual-quier persona; si es irregular, o ilegal, es sóloporque la Ley los ha creado o definido así. Porlo tanto, para conseguir una verdadera inte-gración de los inmigrantes, lo primero quesería necesario sería una reorientación de laLey de extranjería.

Este artículo incluye un estudio sobre lascorrientes demográficas y el mercado de tra-bajo españoles. Posteriormente pasaremos aestudiar la evolución de la Ley de extranjeríaespañola. Este contenido permitirá finalmen-te aportar unas recomendaciones o conclusio-nes en cuanto a los posibles cambios quepodrían realizarse en las políticas de inmi-gración y en la Ley de extranjería, si lo pre-tendido es realmente la integración de losinmigrantes en España.

2. TENDENCIAS DEMOGRÁFICASDE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

Algunas sociedades europeas, principal-mente sus capitales o grandes áreas metropo-litanas, ya han alcanzado la condición de loque podemos llamar sociedades multicultu-rales. Al examinar la evolución de los datosdemográficos, vemos que la sociedad españo-la está empezando a embarcarse en este pro-ceso de multiculturización. En concreto Espa-ña se encuentra en el primer estadio del ciclomigratorio, en el que la mayor parte de losinmigrantes son jóvenes adultos solteros, ono acompañados por sus parejas o demásfamiliares �Arango (2003)�. Este inicio de lacadena migratoria, en la mayoría de los casoses posteriormente acompañado por otrosinmigrantes derivados, que serán los amigos,familia y conocidos de los primeros.

Este ciclo migratorio ha llegado a Españaun poco más tarde que a otros países de laU.E. como Reino Unido, Holanda, Suecia,Francia, o Luxemburgo. Sin embargo, esteproceso se ha dado mucho más rápida e inten-samente en España; así, de los aproximada-mente 350.000 extranjeros censados en 1991,se ha pasado a más de 1.500.000 en 2001, ylos datos del Padrón municipal de habitantesdel pasado año 2003 recogen casi 2.700.000extranjeros empadronados en España. Ade-más, también ha cambiado drásticamente elorigen de esta inmigración, ya que mientrasen 1996 los extranjeros procedentes de paísescomunitarios suponían el 46% del total, sóloel 22% de los extranjeros empadronados enEspaña en 2003 vienen de dichos países. Entotal, la población extranjera no comunitariaascendió en el último Padrón a 2.085.262 per-sonas, es decir, un 4,9% del total de habitan-tes.

En España, los comportamientos demo-gráficos han sufrido en los últimos años uncambio radical. En los últimos cincuentaaños, la población se ha multiplicado aproxi-madamente por 1,4, sólo una décima por enci-ma de lo que lo ha hecho la de la U.E., y muy

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por debajo del crecimiento recogido a nivelmundial (donde se ha multiplicado por 2,4).La tasa de crecimiento de la población espa-ñola se ha debilitado enormemente desde1976-1980, periodo en que se registró unmáximo en el crecimiento anual de un 1,06%.La demografía española actualmente recogetasas de fecundidad y mortalidad muy bajas,y de envejecimiento e inmigración crecientes.Esto puede plantear futuros problemas si nose reconoce la necesidad de cambios en el sis-tema productivo, y se sigue planteando lainmigración como un problema, más quecomo un fenómeno que puede ser muy positi-vo para el país una vez integrada la poblacióninmigrante �véase Leguina (2002)�.

Numerosos estudios de las proyeccionesfuturas de la población española, concluyenque el envejecimiento acelerado de la pobla-ción, el aumento de la esperanza de vida y labaja tasa de fecundidad, están poniendo enduda la viabilidad del sistema de pensionesmás allá del año 2020. El ratio entre cotizan-tes y pensionistas empieza a debilitarse, yaque las proyecciones realizadas sobre la rela-ción de dependencia prevén cifras poco espe-ranzadoras.

Como ejemplo de estas proyecciones, tene-mos el estudio elaborado por Juan AntonioFernández Cordón (del Instituto de Econo-mía y Geografía, Consejo Superior de Investi-gaciones Científicas) para el servicio de estu-dios La Caixa, en el que realiza proyeccionesdel ratio de dependencia en España, es decir,del cociente entre la población en edad dejubilación (o mayor de 65 años), y la poblaciónen edad de trabajar (entre 15 y 64 años), enbase a tres escenarios. El primero combinauna baja fecundidad (1,5 hijos por mujerhacia 2021) (cuando en el año 2004 estamedia es de 1,2 hijos) y el mantenimiento deun saldo migratorio reducido, equivalente alcupo actual (30.000 anuales) (variante B).Los otros dos escenarios se han formado conla variante de fecundidad más elevada (1,7hijos por mujer hacia 2021), en un caso con unsaldo migratorio reducido equivalente al cupo

actual (30.000 anuales) y en el otro con flujosde entradas más importantes, determinadospor una política migratoria destinada a com-pensar desequilibrios demográficos. Losresultados de dichas proyecciones se obser-van en la tabla 1.

Otras proyecciones son las realizadas porel Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ypor la Comisión Europea. La primera es unpoco más optimista que la segunda, ya queestima que el gasto en pensiones pasaría del8,4% del PIB al 12% en el año 2040, mientrasque la segunda es una proyección más severa,que advierte que el gasto pasará del 9,4% delPIB en 2002 hasta el 17,7% en el año 2050.Así, la Comisión Europea ya advirtió en elaño 2000 de la necesidad de cambios en el sis-tema público de pensiones español, y dijo queel gasto en pensiones llegará a una tasainsostenible en el año 2050. Propone un cam-bio en el sistema de reparto en beneficio delas iniciativas propias de ahorro, ya que deseguir así, el futuro de las pensiones públicasestará en entredicho.

Aparte de los problemas a los que se puedeenfrentar la demografía española en los pró-ximos años en términos de bienestar socialdebido al envejecimiento de la población,existen otro tipo de problemas, referentes almercado de trabajo, que se proyectan tam-bién en numerosos trabajos de investigación(por ejemplo, en el informe realizado por elServicio de Estudios del BBV en 1998, «Pers-pectivas demográficas y la tasa de paro»).Estos trabajos tratan de hacer proyeccionestanto de la población activa, como de la tasade empleo, a partir de distintos supuestos,unos más optimistas, y otros menos. Es decir,tienen en cuenta las distintas proyeccionesdemográficas que pueden darse según índicesde fecundidad más o menos altos, según laedad de jubilación, o según el acceso de lainmigración al mercado de trabajo. Estas pro-yecciones concluyen normalmente un proble-ma para el mercado de trabajo, y es que, en elcorto-medio plazo (año 2015-2020), al repre-sentar gráficamente la oferta y demanda de

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TABLA 1. INDICADORES DE ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN A 1 DE ENERODE CADA AÑO EN TRES ESCENARIOS DE PROYECCIÓN (España 1998-2050)

Fuente: Fernández (1998).

1996 15,5 15,5 15,5 22,6 22,6 22,61997 15,8 15,8 15,8 23,1 23,1 23,11998 16,1 16,1 16,1 23,6 23,6 23,61999 16,5 16,5 16,5 24,1 24,1 24,12000 16,8 16,8 16,8 24,6 24,6 24,62001 17,1 17,1 17,1 25,0 25,0 25,02002 17,4 17,4 17,4 25,5 25,5 25,52003 17,6 17,6 17,6 25,8 25,8 25,82004 17,6 17,6 17,6 25,9 25,8 25,92005 17,5 17,5 17,5 25,7 25,7 25,72006 17,8 17,8 17,8 26,2 26,2 26,22007 17,8 17,8 17,8 26,2 26,2 26,22008 17,9 17,8 17,9 26,4 26,3 26,42009 18,1 18,0 18,1 26,8 26,7 26,82010 18,3 18,2 18,2 27,2 27,1 27,22011 18,5 18,5 18,5 27,7 27,6 27,72012 18,7 18,6 18,6 28,0 27,9 28,02013 18,9 18,8 18,8 28,4 28,3 28,42014 19,2 19,1 19,1 29,0 28,8 29,02015 19,4 19,3 19,3 29,5 29,2 29,52016 19,6 19,4 19,5 29,8 29,5 29,82017 19,7 19,6 19,7 30,2 29,8 30,22018 20,0 19,8 19,9 30,7 30,3 30,72019 20,3 20,0 20,1 31,1 30,7 31,12020 20,5 20,3 20,3 31,5 31,0 31,52021 20,8 20,5 20,6 32,0 31,5 32,02022 21,1 20,8 20,9 32,5 32,0 32,52023 21,5 21,2 21,3 33,2 32,6 33,22024 21,9 21,6 21,7 34,0 33,3 34,02025 22,4 22,0 22,1 34,8 34,0 34,82026 22,8 22,4 22,5 35,7 34,8 35,62027 23,3 22,8 22,9 36,5 35,5 36,42028 23,7 23,2 23,4 37,4 36,3 37,32029 24,3 23,7 23,8 38,4 37,2 38,32030 24,8 24,2 24,4 39,6 38,3 39,42031 25,4 24,7 24,9 40,8 39,3 40,52032 25,9 25,1 25,4 42,0 40,3 41,72033 26,5 25,6 25,9 43,3 41,3 42,92034 27,0 26,1 26,4 44,5 42,4 44,02035 27,6 26,5 26,9 45,8 43,4 45,22036 28,1 27,0 27,4 47,2 44,5 46,42037 28,6 27,4 27,9 48,6 45,6 47,72038 29,2 27,9 28,4 50,0 46,8 49,12039 29,7 28,3 28,9 51,5 47,9 50,42040 30,3 28,7 29,3 53,0 49,0 51,82041 30,9 29,2 29,8 54,6 50,2 53,22042 31,4 29,6 30,3 56,1 51,4 54,62043 31,9 29,9 30,7 57,5 52,3 55,82044 32,3 30,2 31,1 58,8 53,2 56,92045 32,6 30,5 31,3 59,9 53,9 57,72046 32,9 30,7 31,5 60,7 54,4 58,42047 33,1 30,8 31,7 61,3 54,8 58,82048 33,3 30,9 31,7 61,7 55,0 59,02049 33,3 30,9 31,7 61,8 55,0 59,02050 33,3 30,9 31,6 61,8 55,0 58,8

Proporción de 65 o más años (en %) Ratio de dependencia (65+/15-64) (en %)

Año Variante A Variante A Variante B Variante A Variante A Variante B

(1 enero) sin ajuste por con ajuste por sin ajuste por sin ajuste por con ajuste por sin ajuste por

inmigración inmigración inmigración inmigración inmigración inmigración

trabajo, se observa un corte de las dos curvas,es decir, el total de población activa existentea partir de esos años, no será suficiente paracubrir el total de puestos de trabajo. Nisiquiera bajo los supuestos más optimistas defecundidad e inmigración, se retrasa muchoeste pronóstico. Esto puede suponer un granproblema en el crecimiento económico a largoplazo para España, ya que podría no alcanzarel potencial productivo, dejar recursos sin uti-lizar, y comenzar a observar pérdida de com-petitividad en la balanza comercial �véase aeste respecto el trabajo de Melquizo y Sebas-tián (2004).

Este problema de envejecimiento de lapoblación ya está empezando a percibirse enlas pirámides de población españolas, en lasque se ve la importancia que están adquirien-do los tramos de edad superiores. Pero alseparar en estas pirámides poblacionales lapoblación autóctona de la extranjera, se pue-de ver claramente el gran aporte que estaúltima está realizando en los tramos mediosde edad (15 a 50 años).

Las características demográficas de lainmigración dependerán del ciclo económicopor el que esté pasando el país; así, cuando enEspaña hay un periodo de bonanza económi-ca, se observa que vienen muchos más inmi-

grantes y más varones y jóvenes que cuandohay épocas de crisis, que serán momentos deasentamiento e integración de esos inmigran-tes, y de reagrupaciones familiares que equi-librarán la composición entre hombres ymujeres.

La población extranjera tiene índices demasculinidad mayores, y su edad media esinferior a la española. Según los datos delanuario estadístico de 2003 del Ministerio delInterior, su edad media es de 37 años (35 enlos extranjeros no comunitarios y 38 en loscomunitarios), y la de los españoles es de 41años, y hay 137 hombres por cada 100 muje-res entre los extranjeros no comunitarios, 117entre los comunitarios, y 92 entre los españo-les. Es decir, los españoles son seis años másviejos que los extranjeros procedentes de paí-ses no comunitarios. Además, el 70% de losespañoles tiene entre 15 y 64 años, mientrasque este porcentaje es de más del 80% alhablar de extranjeros de países de fuera de laUE.

No obstante, en la base de la pirámide depoblación española, no se perciben cambiossignificativos todavía, ya que estos inmigran-tes aún no están totalmente integrados, yestán todavía en el primer periodo o estadiomigratorio. Debido a las políticas migratorias

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

19REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

TABLA 2. POBLACIÓN EXTRANJERA POR SEXOY GRANDES GRUPOS DE EDAD (2003)

Fuente: Permisos de residencia, Ministerio del Interior, Anuario 2003 y elaboración propia.

tan restrictivas que hay en España, los inmi-grantes no tienen fácil el acceso a la residen-cia legal, ni a la reagrupación familiar, y ésees el motivo por el que de momento no seregistran altos índices de natalidad por partede los inmigrantes �Izquierdo y López deLera (2003)�. Cuando los extranjeros se inte-gren y logren convertir su estancia temporalen España en la permanencia, entonces pen-sarán en formar familias, o en reagrupar asus hijos desde sus países de origen.

Estudiando agregadamente el aportedemográfico de los inmigrantes en el creci-miento de la población en España en los últi-mos diez años, el caudal más importante es elproporcionado por la corriente migratoria, yno el de la reproducción natural. En el perio-do 1991-1995, el 71,6% del aumento total dela población es debido al saldo migratorio, y

en el periodo 1996-2000 este porcentajeasciende nada menos que al 94,5%. Pero lacreciente importancia de la población extran-jera en el aumento anual de población, no essólo debido al saldo migratorio, sino tambiénal crecimiento vegetativo de los mismos, esdecir, a la diferencia entre nacimientos ydefunciones. Caben destacar años como 1996,en que más de la mitad del crecimiento natu-ral de la población española (un 58,69%) fuedebido al de los extranjeros, o 1999 en quegracias a la población extranjera se logrócompensar la disminución de los españolesque había tenido lugar (con un crecimientonatural de población de 11.496 personas fren-te a un decrecimiento de 2.468 personas porparte de los españoles), y 2001, en que suaportación fue también mayoritaria, de un55,92%.

INFORMES Y ESTUDIOS

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TABLA 3. DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN NATIVAY EXTRANJERA

Fuente: Izquierdo, 2003.

Al observar la fecundidad de las mujeresextranjeras, se ve que el número de naci-mientos por madre extranjera dobla el valordel de las españolas; desde 1996, este índiceha superado los dos hijos por término medio,mientras que el de las españolas se queda en1,2 hijos por mujer. De hecho, la cantidad denacimientos por parte de mujeres inmigran-tes pasó de 12.000 en el año 1996 a 24.000 en2000, pero en el año 2001 nacieron más de33.000 niños y en el 2002, 43.500; es decir, laintensidad del aumento a lo largo del periodo1996-2002 ha sido del 267%, y es seguro queeste dato va a seguir este curso, debido almayor asentamiento de la población extran-jera. Pero no sólo hay que tener en cuenta elnúmero de hijos que tienen las mujeresextranjeras en España, sino también los quevienen por reagrupación familiar, y los quetienen esas madres después de habersenacionalizado. El aporte mayor a la inmigra-ción es el constituido por la reagrupaciónfamiliar de los menores que nacieron en elpaís de origen, que tienen posibilidades devenir al país sólo si la política migratoria lofacilita.

La proporción que suponen esos nacimien-tos en el total de nacimientos en España, esaún pequeña, sin embargo mientras en 1996fue de un 3,3%, en 2000 casi se dobló a un6,2%. Ese porcentaje sigue aumentando rápi-damente, de forma que en 2002 pasa a ser un10,4%. Pero algo importante, es el hecho deque el peso que adquieren los nacimientos demadre extranjera sobre el total de nacidosdobla cada año la proporción de poblaciónextranjera sobre el total de habitantes enEspaña (así, en 1996, el porcentaje de extran-jeros respecto de la población total fue un1,6%, y en 2002 un 4,7%). Es decir, la pobla-ción inmigrante, no sólo supone un aportedemográfico importante en cuanto a los tra-mos de edad que incrementan directamente,sino que además, puede ser un buen elemen-to para la recuperación de las tasas de natali-dad que están completamente estancadas enEspaña.

Las proyecciones realizadas sobre el futurodel mercado laboral en España concluyen quesería necesario un gran aporte inmigratoriopara conseguir mantener alta la cantidad depoblación activa �véase de Miguel (2001)� yno llegar a situaciones de descenso de la pro-ducción y competitividad total debido a la nosuficiencia de mano de obra que cubra la ofer-ta de trabajo total. Pero ante este fenómeno,se suele hacer oídos sordos, lo único que preo-cupa es la disminución de ingresos públicosque puede suponer debido al envejecimientode la población, pero el problema económicopuede ser aún mayor, teniendo en cuenta ade-más que las rigideces en el mercado de traba-jo, pueden provocar la aparición de escasecesen la producción mucho antes de que ocurra elproblema descrito. Sólo cambios radicales enlas políticas de inmigración y productividadpodrían atemperar este problema.

Pero si comparamos los datos españolescon los recogidos por Eurostat acerca de lademografía en la UE, se observa que Españaestá muy lejos aún del resto de países. Lamayoría de países tiene unas proporciones depoblación extranjera mucho mayores que lasespañolas en 2000, y aunque estas proporcio-nes están acercándose debido a los ritmos decrecimiento que están adquiriendo los incre-mentos anuales de población extranjera enEspaña, esta última está aún muy distantede la media europea, que se encuentra en tor-no al 8%. Algunos de ellos son países en quese reconoce a la población extranjera como unelemento positivo y necesario para sus mer-cados laborales, y en ellos, la inmigración yaconforma un sector de población muy impor-tante y mucho mejor integrado socialmenteque en España.

Por lo tanto, y como conclusión final deeste epígrafe, se puede decir que la posturaadoptada por las políticas migratorias espa-ñolas está siendo poco acertada si se hacecaso a los pronósticos realizados sobre lapoblación. Cualquier política que se quieraelaborar debería ser formulada sólo a partirdel reconocimiento de los beneficiosos efectos

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

21REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

que la inmigración puede tener sobre lapoblación española, olvidando la obsesión porel aumento que suponen los inmigrantes ile-gales en el gasto público, ya que esto es lo queprovoca que las políticas de inmigración sólose encaminen hacia la expulsión de los mis-mos y las restricciones de entrada al país. Esdecir, desde el momento en que se elaborenunas efectivas políticas de integración de lainmigración, y se quiten tantas trabas comolas que hay al acceso al mercado laboral, y ala reagrupación familiar, será cuando empie-ce a establecerse realmente la familia inmi-grante en España, y cuando dichas familiasdecidan crecer gracias a sus mejores condicio-nes de vida. Este asentamiento familiar porparte de los extranjeros, no sólo supondrá ungran aporte en la tasa de natalidad española,sino que además puede retrasar el momentoen que la oferta de trabajo no sea lo suficien-temente grande como para cubrir la demandadel mismo. Los elaboradores de políticas deinmigración deben darse cuenta de que éstano es un elemento negativo para la sociedad ymucho menos para el mercado laboral espa-ñol, sino que además, puede ser la única solu-ción posible para paliar los efectos negativosque puede suponer el envejecimiento que seprevé en la población española en pocos años.

3. MERCADO DE TRABAJO

Para realizar un estudio del aporte querealizan los inmigrantes en el mercado detrabajo español, habría que empezar por exa-minar diferentes índices laborales. Para elloestudiamos los datos existentes acerca de lastasas de actividad de los inmigrantes, las deparo y las ramas de actividad y tipos de ocu-paciones en que son contratados.

3.1. Tasas de actividad

Para el análisis de las tasas de actividadpodemos usar los datos procedentes del últi-mo Censo de Población elaborado, para el año

2001, y seguir su evolución mediante los datosde la Encuesta de Población Activa de 2003(aunque ésta no aporta datos detallados).

La información del Censo muestra que lapoblación inmigrante tiene una tasa de acti-vidad más elevada que la de los españoles,principalmente en el caso de los varones. En2001, la proporción de extranjeros no comuni-tarios de edades de 16 a 64 años ocupados obuscando empleo fue un 78%, mientras que lade los españoles fue un 68%, y la de losextranjeros comunitarios, tan solo un 61%.Esto se debe a que el principal motivo por elque los inmigrantes no comunitarios acudena España es el laboral, de manera que la tasade actividad de las mujeres inmigrantessuperaba a la de las españolas en más de 11puntos porcentuales, y la de los varones nocomunitarios fue más que 7 puntos mayorque la de los españoles.

Si estudiamos más minuciosamente estosdatos, y diferenciamos las distintas nacionali-dades y los distintos sexos, se observan datosmucho más homogéneos y elevados para elcaso de los hombres que para el de las muje-res. Así, las mujeres procedentes del Centro ySur de América y las europeas no comunita-rias en 2001, tuvieron unas tasas de activi-dad, en torno al 70%, mientras que las quevinieron de África, se quedaron en el 50%, 5puntos por debajo de las de las españolas.

La homogeneidad en la participación labo-ral de los varones se mantiene igualmente alobservar tramos de edad más pequeños, salvoen el tramo de 20 a 24 años en que la tasa deactividad de los españoles fue casi 20 puntosmás baja que la de los procedentes de África,Europa no comunitaria, y Centro y Sur-Amé-rica, y más de 10 puntos inferior a la de losvarones de Asia y el resto del mundo. Asimis-mo, es destacable la presencia de gran hetero-geneidad también en la participación laboralfemenina, en los tramos de edad de 25 a 29, yde 30 a 34 años, en que las mujeres españolaspresentaron en 2001 tasas de actividad máselevadas que las de las demás nacionalidades.

INFORMES Y ESTUDIOS

22 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

Estos datos permiten concluir que losinmigrantes no sólo acceden al mercado detrabajo por sus mayores índices de masculini-dad y menores edades medias, sino que tam-bién tienen una disponibilidad para trabajaren algunos casos mucho mayor que la de losespañoles. Existe la excepción de las mujeresafricanas, que presentan las menores tasasde actividad para cualquier edad, pero al mis-mo tiempo, este grupo de mujeres es muyreducido dentro de la inmigración femenina,y sus datos afectan poco a los resultados deltotal de mujeres inmigrantes.

3.2. Tasas de paro

Los datos recogidos en el Censo de pobla-ción de 2001 permiten ver la diferencia entre

las tasas de paro de la población española yextranjera. Los españoles de más de 16 añostienen una tasa de paro del 14%, mientrasque para los extranjeros, en el mismo año, esde un 17,5%. Si distinguimos entre hombres ymujeres, se observa que la diferencia esmucho más grande en el caso de los hombres(más de cinco puntos), que en el de las muje-res, en el que la diferencia es tan solo demedio punto. Y si observamos las distintasnacionalidades, también hay un aspecto quellama la atención, y es que mientras para loshombres, las tasas de paro son mucho mayo-res entre los inmigrantes que entre los espa-ñoles para cualquier nacionalidad, en el casode las mujeres, sólo las tasas de paro de lasmujeres africanas son las que superan a lasde las españolas.

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

23REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

TABLA 4. TASAS DE ACTIVIDAD DE 16 A 64 AÑOS, POR SEXOY NACIONALIDAD (2001)

Fuente: INE, Censo de Población, 2001.

TABLA 5. TASAS DE PARO POR SEXO Y NACIONALIDAD (2001)

Fuente: INE, Censo de Población, 2001.

Al hacer la comparación de las tasas deparo distinguiendo los distintos tramos deedad, las conclusiones son las mismas, salvopara el caso de los varones entre las edadesde 20 y 24 años, en que las tasas de paro deespañoles y extranjeros se acercan muchomás (y es al mismo tiempo el tramo de edaden que la participación laboral de los inmi-grantes es mucho mayor que la de los españo-les). Las mujeres más jóvenes igualmenteconstituyen una excepción, ya que al tenertambién tasas de actividad mucho menores alas de las extranjeras, tienen a su vez, lasegunda tasa de paro más alta, tras las afri-canas.

3.3. Ramas de actividad

Los últimos datos registrados en las esta-dísticas del Ministerio de Trabajo y AsuntosSociales para el año 2003 recogen unos resul-tados muy similares a los que se han recogidodurante los últimos años acerca de los princi-pales sectores económicos ocupados por losinmigrantes en España. El sector servicios esel que más proporción de inmigrantes afilia-dos a la Seguridad Social tiene, seguido de laconstrucción y el sector agrario, con propor-ciones muy cercanas.

Sin embargo, este orden de proporciones esdiferente al observado para el total de afilia-ción. Entre los extranjeros, tienen menosimportancia los sectores servicios e industriade la que tiene la afiliación española en gene-ral, y se compensa esa menor importancia con

un mayor peso en el sector agrario y el de laconstrucción. De hecho, en 2003, el 61% de losextranjeros afiliados trabajó en el sector ser-vicios, mientras en el total de afiliación, esaproporción fue de un 64,5%, y un 9% deextranjeros se agrupó en el sector industrial,frente a un 16,05% en el total de afiliación.Los datos en el sector agrario y de la cons-trucción fueron un 14,1% para la proporciónde extranjeros en el sector agrario, cuando enel total de la afiliación fue un 7,9%, y un15,8% de extranjeros afiliados al sector de laconstrucción, frente a un 11,4% en el total deafiliación.

Al observar los datos de afiliación distri-buidos según nacionalidad y sector económicoocupado, éstos muestran grandes diferenciasentre las distintas nacionalidades. Así, parael año 2003, un 67,86% de la afiliación totalde los inmigrantes procedentes de AméricaCentral y del Sur es en el sector servicios (ydentro de este sector, se dedicaron principal-mente al servicio doméstico), y en un segundolugar, pero muy alejado del sector servicios,con un 15,93%, se encuentra la afiliación alsector de la construcción. Para los africanos,los principales sectores ocupados son el sectorservicios y el agrario, con unos porcentajesdel 35,79%, y 31,75% respectivamente. Losasiáticos ocupan puestos de trabajo principal-mente en el sector servicios, esta proporciónes de un 77,60%, y muy alejados de ella seencuentran los demás sectores, donde laindustria, con un 10,09%, es el más impor-tante. Por último, los inmigrantes proceden-tes de los países del Este ocupan, con una pro-

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24 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

TABLA 6. AFILIACIÓN EXTRANJERA POR SECTOR ECONÓMICO Y SEXO (2003)

Fuente: MTAS, Anuario de Estadísticas Laborales, 2003.

porción del 50,22%, puestos de trabajo en elsector servicios, tras él se encuentran el sec-tor de la construcción y el agrario, con unosporcentajes del 21,95%, y 16,53% respectiva-mente (datos recogidos del Anuario de Esta-dísticas Laborales de 2003, del Ministerio deTrabajo y Asuntos Sociales).

3.4. Tipos de ocupación

En los datos recogidos en el análisis delmercado de trabajo realizado por la EPA2003, se observa que dentro de las 66 distin-tas ocupaciones registradas, sólo doce de

ellas concentran más del 71% de la poblacióninmigrante ocupada (para la población espa-ñola, este porcentaje es del 27%, y en caso delos inmigrantes procedentes de la UE, es del18%).

Dentro de esas doce ocupaciones, ocho seincluyen en el grupo de la CNO-94 (Clasifica-ción Nacional de Ocupaciones) de «trabajado-res no cualificados», tres de ellas correspondena los obreros cualificados, y una incluye lostrabajadores de los servicios de restauración.Así, la mayoría de estas ocupaciones son entrabajos manuales, que no requieren un nivelalto de formación o cualificación profesional.

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

25REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

TABLA 7. DISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO POR TIPOS DE OCUPACIÓNY NACIONALIDAD, (POBLACIÓN OCUPADA MENOR DE 50 AÑOS).

(Media de los tres primeros trimestres de 2003)

Peones en agricultura y pesca 1,4% 0,6% 6,8% 12,6% 6,7%Empleados domésticosy de limpieza 4,4% 4,0% 20,1% 8,2% 29,4%Peones en la construcción 2,1% 1,3% 9,4% 12,7% 6,8%Trabajadores no cualificadosen comercio 0,4% 0,0% 0,1% 4,8% 0,3%Trabajadores de los serviciosde restauración 3,9% 5,0% 9,4% 5,0% 12,0%Conserje de edificios,limpiacristales y vigilantes 0,7% 0,8% 0,5% 1,8% 1,7%Trabajadores cualificadosen obras de construcción 4,4% 0,5% 0,9% 3,7% 1,5%Peones de las industriasmanufactureras 1,9% 0,5% 0,9% 3,7% 1,5%Peones del transportey descargadores 1,4% 0,5% 0,9% 3,7% 1,5%Trabajadores de acabado deconstrucciones: pintoresy asimilados 3,8% 1,6% 5,6% 5,4% 3,5%Soldadores, chapistas,herreros, etc. 1,8% 1,9% 2,7% 3,3% 1,4%Otros trabajadores nocualificados en otros servicios 0,7% 0,3% 0,5% 1,1% 0,7%Total de las 12 ocupacionesanteriores 26,8% 18,9% 71,1% 76,9% 71,0%Otras ocupaciones 72,2% 81,1% 28,3% 23,1% 29,0%

Subgrupos de ocupaciones Españoles U.E. Europa no UE AfricanosLatino-

americanos

Fuente: Garrido y Toharia, 2004.

Al observar más detalladamente los datos,apreciamos que la ocupación que concentramás trabajadores extranjeros es la de «emple-ados domésticos y otro personal de limpieza»,sobre todo en el caso de los latinoamericanos,con un 29%, y los procedentes de Europa delEste, donde el 20% de los trabajadores seagrupan en esta ocupación. En el caso de losafricanos, este porcentaje es menor, de un8,2%, pues los principales puestos de trabajoocupados por ellos son en la agricultura y laconstrucción. Aún así, todos estos porcentajesson mucho mayores que el correspondientedentro de los trabajadores españoles o los dela UE, que está en torno al 4,5%.

3.5. Niveles educativos

Al estudiar el nivel de estudios de la pobla-ción inmigrante en España, se puede concluiren general, que es igual y a veces superior alde la población española. Según la proceden-cia, estos niveles de estudios difieren bastan-te, así, mientras los inmigrantes procedentesde Europa (tanto de la UE como de los países

del Este) tienen niveles de estudios superio-res a los de los españoles, y los que procedende Latinoamérica los tienen muy cercanos alnivel de estudios medio de los españoles,entre la población africana los niveles deestudios son bastante inferiores a los de losespañoles. Aun así, hay que tener en cuentaque cualquier análisis que se haga acerca delos estudios, sobre todo entre la poblaciónafricana, está muy sesgado, ya que tiene encuenta el nivel de estudios registrado oficial-mente mediante la aportación de un títuloacadémico convalidado. Sucede así, que lostítulos obtenidos por la población africana, noson fácilmente homologados debido al desco-nocimiento del idioma, y eso hace que muchosinmigrantes procedentes de África seanregistrados como analfabetos, o con nivelesde estudios primarios, cuando en la prácticase observa que la mayoría de ellos cuenta conun nivel de estudios superior o al menosmedio.

De este modo observamos que los inmi-grantes procedentes de África son los quemenor nivel de estudios poseen, ya que másdel 60% de la población, no supera los estu-

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26 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

TABLA 8. NIVEL DE ESTUDIOS SEGÚN NACIONALIDAD Y SEXO.(Media de los tres primeros trimestres de 2003)

Fuente: Garrido y Toharia, 2004.

dios primarios, mientras que los procedentesde Europa en general, tienen mayores nivelesde estudios que los españoles, ya que sumanporcentajes de más del 30% de la poblacióncon estudios universitarios o de formaciónprofesional, mientras que entre los españolesestos porcentajes no llegan al 20%. En lapoblación latinoamericana, el nivel de estu-dios predominante es el secundario, al igualque en la española.

3.6. Motivos de la inmigracióne impacto en la sociedad receptora

Para explicar los motivos por los que unapersona toma la decisión de abandonar supaís para ir a vivir a otro, la mayoría de losestudios realizados se apoyan en la teoría delcapital humano. Por ejemplo, el informe rea-lizado por el CES, «La inmigración y el mer-cado de trabajo en España», explica que elextranjero analiza los beneficios futuros quele puede aportar ese traslado, que lo conside-ra como una inversión, y en función de losmismos, decide si emigrar o no. Los principa-les factores que influyen en esa decisión sonlos de carácter socioeconómico, dentro de loscuales están los factores de expulsión (pre-sentes en el país de origen), y los de atracción(en el país de destino).

Entre los factores de expulsión se encuen-tran por ejemplo los bajos niveles de renta deesos países, o las pocas posibilidades de tra-bajo que existan. Los diferenciales de calidadde vida, y bienestar social entre el país origeny el de destino, son también elementos quehacen más atractiva para el inmigrante ladecisión de dejar su país. Y por último seencuentran factores tan importantes como loson las persecuciones que algunos extranje-ros sufren en sus propios países a causa de lasguerras internas e ilegítimas que se dan enellos; estas guerras les hacen huir de sus paí-ses sin casi importarles el coste de su trasla-do al país de destino, o el peligro que puedacorrer en la travesía.

Los factores de atracción son tambiénimportantes en la decisión de emigrar. Losmayores niveles de bienestar, y la posibilidadde encontrar un empleo con un mayor salarioen el país de destino son los principales moti-vos por los que el extranjero elige entre unpaís u otro. Una mayor segmentación delmercado de trabajo aumenta las posibilida-des que ofrece el país de destino; el mercadode trabajo se separa en uno secundario, y otroprimario, y la escasa movilidad entre éstosprovoca la existencia de altas tasas de paro yofertas de trabajo sin cubrir simultáneamen-te. Para poder acceder a trabajos del segmen-to primario es necesario adquirir altos nive-les formativos, pero una vez adquiridos, laspersonas no quieren ocupar trabajos en elsegmento secundario debido a las malas con-diciones del mismo (bajos salarios, estaciona-lidad, temporalidad, pocas posibilidades depromoción,...), y prefieren quedarse en esperade un buen trabajo antes de ocupar otro conpeores condiciones. De este modo, se reduceaún más la movilidad de la población activa,y aumenta la tasa de paro, al mismo tiempoque hay escasez de mano de obra no cualifica-da (como es la que se necesita en el segmentosecundario), y muchas ofertas de trabajo sinocupar.

También son importantes las característi-cas personales del extranjero, tales como laedad y los niveles de educación y conocimien-tos del mismo. Así, se produce una auto-selección del flujo de inmigrantes, de maneraque las personas que deciden emigrar son lasque reúnen una serie de características per-sonales como son una menor edad, ya queésta les permitirá tener un horizonte tempo-ral más amplio para aprovechar los benefi-cios de su inversión, o unos mayores niveleseducativos, que serán los que les permitanconocer las oportunidades de trabajo queofrecen los demás países �véase Carrasco(2003)�.

Por tanto, el extranjero, al entrar en Espa-ña, se encuentra con un mercado de trabajomuy distinto al que hay en su país, ya que el

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

27REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

español, aunque adolece de grandes debilida-des y malas condiciones, es mucho mejor queel existente en los países origen de la inmi-gración. En España, el inmigrante va aencontrarse con unos mayores salarios, mejo-res condiciones laborales, menor explotaciónpor parte del empresario, etc. Pero no es sóloese motivo el que le hace decidir abandonarsu país para venir a España, sino que estáhuyendo a veces de una pobreza absoluta, deuna persecución a causa de guerras internas(debido a la gran inestabilidad política dealgunos países), o de unos muy bajos nivelesde bienestar social en su país. Estos factoreshacen que el extranjero que llega a España,esté dispuesto a hacer cualquier cosa con talde quedarse, de manera que, si la única formapor la que puede residir legalmente en Espa-ña, es aportando su fuerza de trabajo, puesaceptará cualquier ocupación que se le ofrez-ca �Jimeno, Ahn, Blanco y Felgueroso(2003)�.

En España existe una gran segmentaciónen el mercado laboral en comparación con lamayoría de países de la UE. En países comoReino Unido, Irlanda, Alemania, Francia oLuxemburgo, la población inmigrante cuentacon unas tasas de paro más altas que lapoblación autóctona, como ocurre en España,sin embargo, al analizar los tipos de trabajoque ocupan los inmigrantes no se observauna sectorización y tasas de temporalidadtan altas como las que tienen las ocupacionesde los inmigrantes en España �OCDE(2004)�. Aquí los inmigrantes, sin importar elnivel de cualificación que posean, están obli-gados inicialmente a ocupar puestos de tra-bajo en que no haya ningún español capacita-do para ocuparlo; esto hace que finalmente,los puestos de trabajo que ocupan sean losque peores condiciones tienen, con menoressalarios, mayores tasas de temporalidad,menores oportunidades de promoción, mayorexplotación,.., ya que para los mejores pues-tos de trabajo, los que requieren una mayorcualificación, ya existe una gran bolsa de des-empleados españoles dispuestos a ocuparlos.

Se habla mucho en los medios de comuni-cación de los inmigrantes irregulares, y sedice que están provocando un afloramientode la economía sumergida, y que, mientrasobtienen dinero por su trabajo, sin aportarnada en concepto de cotizaciones, sí estánrecibiendo prestaciones sociales, como lassanitarias, ya que son prestaciones universa-les que sólo requieren estar empadronadospara poder beneficiarse de ellas. Pero estoocurre únicamente porque las condicionestan estrictas impuestas por la Ley, y los lar-gos periodos de espera hasta la obtención delpermiso de trabajo y residencia, hacen que elinmigrante no pueda ser contratado legal-mente hasta transcurrido un largo plazo detiempo, de manera que, si quiere sobreviviren España, para obtener dinero de algúnsitio, tiene que trabajar en unas condicionesla mayoría de las veces totalmente infrahu-manas, para aguantar la espera de esos pape-les que le otorgan la condición de «legalidad».Muchas otras veces, el inmigrante no escapaz de encontrar esa oferta de trabajo parala que no existe ningún español dispuesto aocuparla, y entonces, prefiere continuar tra-bajando irregularmente, y con suerte puedellegar a conseguir contacto con alguna mafiaque le proporcione productos ilegales quepoder vender en la calle.

Se habla también a veces del posibleimpacto que pueda tener sobre los salarios laentrada de un gran número de inmigrantesen el mercado de trabajo español1. Al mirar laevolución de los salarios en otros países en losque las corrientes inmigratorias empezaron aestablecerse antes que en España, no seobserva ninguna disminución de los mismos

INFORMES Y ESTUDIOS

28 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

1 En la literatura económica existen numerosos es-tudios que tratan de estimar los efectos de los inmigran-tes sobre el nivel de empleo, las horas de trabajo y lossalarios de la población nativa. Para el caso español, CA-RRASCO, JIMENO y ORTEGA (2004), utilizando diferentesmuestras y procedimientos de estimación, no encuen-tran un efecto significativo de la inmigración sobre lastasas de empleo de los trabajadores nacionales.

como consecuencia de ellas. En España seespera que ocurra igual, ya que, aunque enun principio el inmigrante se ve obligado aocupar puestos de trabajo de baja cualifica-ción y bajos niveles salariales (que son los quepodrían presionar a la baja sobre los salariosnacionales), pasados unos años se podránocupar mejores puestos de trabajo, y conmayores salarios, ya que sus niveles de for-mación se lo permitirán; de este modo, amedio-largo plazo, el nivel de salarios seespera que no varíe como consecuencia de lascorrientes inmigratorias.

Por lo tanto, y como conclusión final deeste apartado, se puede decir que la poblacióninmigrante no sólo no constituye un elemen-to negativo para el mercado de trabajo espa-ñol al incorporarse en él, sino que, si se ges-tionara más eficientemente, y no se le pusie-ran tantas trabas a la hora de conseguir elpermiso de trabajo que le permite firmar uncontrato, podría ser un factor con grandesexternalidades positivas sobre este mismomercado. Cubrirían todas las ofertas de tra-bajo rechazadas por los españoles (principal-mente en el sector servicios y agrario), demanera que en esos sectores se podrían man-tener los niveles de producción sin riesgo auna reducción en los mismos como conse-cuencia de una escasez de mano de obra. Si sepermitiera más rápidamente el acceso de losinmigrantes altamente cualificados a puestosde trabajo de mejores condiciones, sería tam-bién algo positivo, ya que la curva de salariosno sufriría el posible descenso que puede dar-se a corto plazo como consecuencia de unamasiva entrada de trabajadores en los pues-tos de trabajo de menores salarios. Y además,con una menor burocratización y mayor agili-dad de trámites en la obtención de los permi-sos de trabajo, los inmigrantes comenzaríanantes a trabajar legalmente en España, y portanto, a aportar ingresos públicos en forma decotizaciones sociales, y esto permitiría unamayor sostenibilidad del sistema de protec-ción social.

4. ASPECTOS LEGALES

4.1. Evolución de la Ley de Extranjeríaespañola

Con motivo en el cambio de las corrientesmigratorias que tuvo lugar en España en losaños 80 se estableció la primera regulacióndel derecho de extranjería mediante la LeyOrgánica 7/1985, de 1 de julio, sobre derechosy libertades de los extranjeros en España.Esta Ley se elaboró meses antes de la incorpo-ración de España a la UE; los flujos de inmi-gración no eran todavía demasiado grandes,en comparación con países como Alemania,Francia, y Bélgica, pero España decidió elabo-rarla con unas condiciones muy restrictivasrespecto al establecimiento de la poblacióninmigrante en España, pues pensó que éstopodría ser un lacre en su próximo ingreso enla UE, al poder convertirse en un país de pasohacia esos países para los inmigrantes. EstaLey estableció unos criterios de entrada enEspaña prácticamente imposibles de alcan-zar, los permisos de trabajo y residencia erande corta duración y casi inexistentes, no sepreveía la reagrupación familiar, se recorta-ban algunos derechos fundamentales y senegaba a veces a los inmigrantes las presta-ciones sociales que les correspondían por suscotizaciones. La persecución policial y el ries-go a ser expulsado del país era una constanteen la vida de los inmigrantes. Pero, afortuna-damente, los tribunales de justicia, tanto losnacionales (Tribunal Supremo y Constitucio-nal) como el Tribunal Europeo de DerechosHumanos, ampliaron los derechos de los inmi-grantes respecto de los reconocidos legalmen-te, ya que las masivas expulsiones realizadasno tenían los resultados pretendidos, pues elvolumen de flujos de inmigrantes no se veíareducido, y la solución que tomaba el Gobier-no ante este hecho eran las regularizacionesextraordinarias, que son la más visible prue-ba del fracaso de esta regulación.

Tras el reconocimiento de que esta Ley nose ajustaba a los criterios establecidos en el

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

29REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

marco comunitario, y además no conseguíalos fines pretendidos, ya que España se habíaconvertido en tierra de inmigrantes, y eso, noiba a cambiar con una Ley de extranjería tanrestrictiva, se decidió hacer una reforma de lamisma. De este modo surge la Ley Orgánica4/2000 de 11 de enero, sobre derechos y liber-tades de los extranjeros en España y su inte-gración social. Esta nueva Ley dio un giro com-pleto a la 7/1985, ya que en ella se incluíanobjetivos tales como la integración laboral delos inmigrantes en España, o la equiparaciónde derechos entre los españoles y los extran-jeros. Se pretendió la regularización de losinmigrantes que ya estaban establecidos enEspaña, y la creación de unos cupos anualesde inmigrantes de forma que se pudieranintegrar en España y pudieran acceder másfácilmente al mercado de trabajo. También seiba a posibilitar el ejercicio de un derecho fun-damental (reconocido así en nuestra Consti-tución, y en el Convenio Europeo de DerechosHumanos) hasta entonces totalmente invia-ble en España para los inmigrantes, como esel de la reagrupación familiar. Finalmente nose desarrolló el Reglamento que debía haberseguido a esta Ley, ya que el Gobierno (quefue el único grupo parlamentario que nohabía votado a favor de la aprobación de lamisma), justificó el incremento de los flujosinmigratorios que había tenido lugar en losmeses posteriores a la Ley con el «efecto lla-mada» que a su juicio había provocado la mis-ma. En efecto, el país había recibido una grancantidad de inmigrantes tras ese cambio de laLey de extranjería, pero de nuevo esto no fuecon motivo del cambio de la Ley, sino por laconversión de España en país receptor deinmigrantes debido a sus mejores condicionessocio-económicas.

La Ley 8/2000 de 22 de diciembre no hacíaotra cosa que cambiar radicalmente el signode la política inmigratoria seguida por laanterior Ley, estableciendo claras diferenciasentre los inmigrantes regulares o irregulares,y el régimen de derechos que a cada grupo sereconocen (reunión, asociación, huelga, sindi-

cación�), y rompiendo la plena equiparaciónde derechos entre españoles e inmigrantesque reconocía la anterior Ley, que lo hacía sindistinción alguna entre inmigrantes «con» o«sin papeles». Es una Ley que únicamente secentra en el control de los flujos de inmigran-tes, y en el establecimiento de vías de expul-sión de los que se encuentran residiendo ile-galmente en España, cerrando así las posibi-lidades que la anterior Ley les concedía pararegularizar su situación. Esto no ha hechootra cosa que propiciar el desarrollo de nume-rosas mafias que trafican con estas personas,y son el único medio de entrada y regulariza-ción que tienen muchos inmigrantes, debidoa las pocas soluciones que aporta esta Ley�Massó (2003)�.

En la exposición de motivos de esta Ley,además de la gestión de los flujos de inmi-grantes, se encuentra el de la adecuación a lasdirectrices europeas en materia inmigratoria,adoptadas por los jefes de Estado y de Gobier-no de los estados miembros de la UE los días16 y 17 de octubre de 1999 en la cumbre deTampere en 1999 para la creación de un espa-cio de libertad, seguridad y justicia. Pero aúnno se ha dictado normativa comunitaria algu-na que seguir (aunque será poco el tiempo queprevisiblemente habrá que esperar para ello,ya que en el Tratado de Ámsterdam �año1999�, se acordó que en un periodo máximo decinco años se adoptarían medidas de políticade inmigración a nivel europeo), y en cambiosí hay tratados internacionales de derechoshumanos que cualquier Ley de extranjeríaelaborada en España debe respetar.

Otro objetivo que persigue esta reforma esla lucha contra las mafias y el tráfico ilegal depersonas, aunque no se observan cambios sig-nificativos respecto de lo establecido en laanterior Ley en este ámbito, ya que las únicaspolíticas de control que se perciben en estaLey son las dirigidas exclusivamente al pro-pio inmigrante.

Esta Ley, siguiendo el mandato constitu-cional que dice que «los extranjeros gozarán

INFORMES Y ESTUDIOS

30 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 61

en España de las libertades públicas quegarantiza el Título I, en los términos queestablezcan los tratados y la Ley, así como lajurisprudencia al respecto del Tribunal Cons-titucional», ha reconocido los compromisosinternacionales adquiridos por España comopaís de la UE, pero ha añadido, que garantizaun trato justo a los nacionales de terceros paí-ses que residan legalmente en el territorio delos estados miembros de la UE. De este modo,establece una clara distinción entre los queresiden de forma legal en España y los queno, reconociendo una serie de derechos funda-mentales a los primeros, y sólo reconociendola titularidad, pero no el ejercicio de los mis-mos, como ocurre con los derechos de reunión,asociación, huelga y sindicación, para los quese encuentran ilegalmente en España (estopuede provocar dudas sobre su constituciona-lidad, al tener que respetar el ejercicio delcontenido esencial de cualquier derecho conindependencia de la condición legal en que seencuentre el sujeto). También hay que decir,que incluso entre los residentes legales enEspaña, el ejercicio de algunos derechos, aveces pasa por la consecución de algunas con-diciones, como ocurre por ejemplo con el dere-cho a la reagrupación familiar, en que elinmigrante, no sólo tiene que demostrar quecuenta con una vivienda y medios económicossuficientes para atender al reagrupado, sinoque además se le obliga a demostrar que haresidido legalmente en España durante unperiodo mínimo de un año, de manera queincluso al inmigrante residente legal, se lepriva durante el primer año de algo tanimportante como es la convivencia con sufamilia, cuando hubiera bastado con haberexigido la demostración de los medios econó-micos suficientes, si lo que se pretendía real-mente es una reagrupación familiar viableeconómicamente.

La última gran reforma realizada en laLey de extranjería, es la llevada a cabo en2003, Ley 14/2003 de 20 de noviembre a laque se le añade, por tratar fundamentalmen-te sobre la expulsión de los inmigrantes ilega-

les, la Ley Orgánica sobre medidas de seguri-dad ciudadana, violencia doméstica e inte-gración de los extranjeros, de marzo de 2003.Esta reforma se realiza con los propósitos decontrol de los flujos de inmigrantes y la inte-gración de los mismos. Destaca en ella, elreforzamiento de los medios sancionadorespara luchar contra la inmigración ilegal y eltráfico de personas, la habilitación del accesoa la información de las Administracionespúblicas por parte de las Fuerzas y Cuerposde Seguridad, y la habilitación de acceso a lainformación ofrecida por el Padrón Municipala favor de la Dirección General de la Policía,una modificación en las condiciones del dere-cho a la reagrupación familiar y en las posibi-lidades de regularización individual por lavía de arraigo. Esta Ley es, una vez más, elreflejo de una política inmigratoria que sólopersigue el control de la entrada de inmi-grantes en España, y las restricciones a losmismos, más que la real integración social.Es una Ley que recorta aún más los derechosde los inmigrantes establecidos ilegalmenteen España, y que impide casi por completo laposible regularización de los que no han teni-do medios para llegar a España regularmen-te, y han entrado sin haber conseguido pre-viamente el permiso de trabajo necesariopara acceder dignamente al mercado de tra-bajo español y conseguir así una plena inte-gración social.

Respecto a la modificación realizada encuanto a las posibilidades de regularizaciónde una persona que se encuentra residiendoilegalmente en España, la nueva Ley restrin-ge el significado de la vía de arraigo, a losextranjeros que acrediten su permanencia enEspaña durante tres años, en los que concu-rra la situación de arraigo, es decir, la incor-poración real al mercado de trabajo, o los vín-culos familiares con extranjeros residentes oespañoles. De este modo, elimina la posibili-dad que ofrecía la anterior ley 8/2000, deadquisición del permiso de trabajo y residen-cia por parte de los extranjeros que acredita-sen una permanencia continuada en España,

MARÍA VILLENA RODRÍGUEZ y FRANCISCO GÓMEZ GARCÍA

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sin permiso de residencia, durante un periodomínimo de cinco años, y que fue la forma deacceder a la residencia legal para muchosextranjeros en España. El Reglamento que sedesarrolle será el que establecerá finalmentelos requisitos necesarios para el acceso a laresidencia y trabajo por arraigo, y matizará elprocedimiento para regularizar, aunque seatransitoriamente (por medio de un permisode residencia temporal) a inmigrantes queresidan en España de manera ilegal, perotengan un puesto de trabajo.

La reforma respecto al derecho fundamen-tal de la reagrupación familiar también esimportante ya que en primer lugar se eliminael supuesto excepcional de reagrupaciónfamiliar por razones humanitarias, puesabría la posibilidad de obtener excepcional-mente un permiso de trabajo temporal. Res-pecto a los familiares reagrupables, la nuevaLey incluye no sólo a los ascendentes del resi-dente extranjero, sino también a los del cón-yuge reagrupado, si dependen económica-mente del residente legal. Respecto a losrequisitos para la reagrupación, continúa exi-giéndoseles demostrar que cuentan conmedios económicos y vivienda suficiente paraatender a los reagrupados, y que han resididolegalmente en España durante un periodomínimo de un año contando con una autoriza-ción para residir durante al menos otro añomás (privándole así de la convivencia con susfamiliares a lo largo del primer año). Pero, elcambio más significativo en este artículo seencuentra en la exigencia a los reagrupados,incluidos los ascendentes reagrupados, de laobtención de una autorización de trabajo yresidencia independiente de la obtenidamediante la reagrupación, para poder a suvez reagrupar a sus familiares. Este requisitoes muy restrictivo, ya que puede darse el casode que un ascendiente mayor de edad hayasido reagrupado precisamente con motivo desu dependencia económica respecto del hijo, yque, por ser mayor de edad, no consiga unaoferta de trabajo, y finalmente no pueda rea-grupar a su familia (como puede ser, por

ejemplo, su mujer, que no tiene por qué ser lamadre de su hijo, y por lo tanto, éste no podríareagruparla). De manera que se aprueba lareagrupación con motivo de la dependenciaeconómica, pero luego se exige la obtención deun puesto de trabajo para poder a su vez elreagrupado traer a su familia.

Otro nuevo precepto bastante restrictivoincluido en esta Ley es el que permite a laDirección General de la Policía el acceso a losdatos recogidos en el Padrón Municipal dehabitantes. En estos datos están registradosla mayoría de inmigrantes que residen ilegal-mente en España, pues así se ha potenciadosiempre desde la Administración Central,para que estos inmigrantes pudieran teneracceso a las prestaciones sociales, y parapoder tener un mejor conocimiento de la cifrareal de inmigrantes que hay en España. Se dauna incongruencia en este caso, ya que ade-más del acceso a las prestaciones sociales, elempadronamiento sirve como única pruebapara demostrar la residencia en España a lahora de obtener la residencia legal por arrai-go, y ahora, puede servir para que la policíalocalice a inmigrantes que residen ilegalmen-te en España y así poder devolverlos a suspaíses. Esta medida se convierte así en unamedida de coacción al inmigrante, ya queahora éste, por miedo a ser descubierta suresidencia en España y a ser expulsado delpaís, puede no empadronarse, con las conse-cuencias que esto conllevará, ya que habrá unmayor desconocimiento de la cifra real deinmigrantes en España, y no se podrán reali-zar buenas estimaciones del gasto socialnecesario anualmente. Además, por último,es una medida que no respeta el carácter noretroactivo que debe mantener cualquier Ley,ya que en el Padrón, se recogen datos, tantode los inmigrantes que se han empadronadotras la aprobación de la nueva Ley, como delos empadronados con anterioridad a la mis-ma, de manera que, puede perjudicar a estosúltimos, y esto es algo inevitable, ya que elacceso a los datos permitido a la policía, noespecifica que sea únicamente a los de los

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nuevos residentes, y además, sería imposibleestablecer esta separación entre los mismos.

También existen algunos cambios en loreferente a las medidas de expulsión, devolu-ción y retorno contenidos en la Ley Orgánicasobre medidas de seguridad ciudadana, vio-lencia doméstica e integración de los extranje-ros, de marzo de 2003. Estas reformas tam-bién están destinadas fundamentalmente aevitar la inmigración ilegal, y además, al leerel preámbulo de dicha Ley, parece que identi-fica inmigrante con futuro delincuente. Entreellas podemos destacar la imposibilidad desolicitar la residencia legal por parte de unapersona que tiene iniciada una orden deexpulsión (cuando antes esto ocurría sólo enel caso de tener ya resuelta esa orden deexpulsión), ya que no se la admitirán a trámi-te (esto además va en contra de la presunciónde inocencia, ya que la orden de expulsión noestá aún resuelta); tampoco tiene derecho asolicitar la autorización de trabajo y residen-cia cualquier extranjero condenado a unapena privativa de libertad, sea cual fueredicha pena. Por otro lado está la facultad quetiene el juez de sustituir cualquier pena nosuperior a 6 años, sea una pena por un delitograve o leve, por la expulsión (así, un extran-jero en un proceso penal, está prácticamentedestinado en cualquier caso a la expulsión delpaís, en vez de ser esta posibilidad algoextraordinario, se ha convertido en la reglageneral, imposibilitando así la reinserción deese extranjero), de este modo se trata porigual al que ha cometido un delito como pue-de ser un robo con intimidación, que al que hacometido solamente una injuria a una perso-na; en el caso de personas que no han delin-quido, pero que sí han sido detenidas porencontrarse residiendo de manera irregularen España, se establece la orden de devolu-ción a su país, y como habitualmente no hayposibilidad inmediata de viajar al mismo, enel periodo de tiempo transcurrido hasta podersalir del país, se le encierra en un centro deinternamiento, en el que se la trata como a undelincuente, ya que las condiciones de estos

centros son prácticamente como las de lascárceles. Se castiga en esta Ley, el tráfico ile-gal de personas, y se premia al extranjero quedenuncie a la banda traficante que le ha traí-do a España, concediéndole el permiso deresidencia legal, pero no se hace así si el inmi-grante denuncia al empleador que está explo-tándole y pagándole una miseria de salariosin contrato alguno, y así, el inmigrante sesiente desprotegido, ya que no se atreve adenunciar a este explotador, por miedo a serdescubierta su situación de ilegalidad.

Como vemos, la evolución de la Ley deextranjería no hace otra cosa que preocupar-se por poner cada vez más restricciones y con-troles a la entrada de inmigrantes en España,en lugar de tratar de favorecer su integra-ción. Pero los inmigrantes no sólo vienen aEspaña en busca de un mayor bienestarsocial, o por entrar en un país en el que creenque tendrán solucionada la vida; lo hacentambién porque están huyendo de sus países,que en la mayoría de los casos tienen unaextrema pobreza, y continuas guerras y pro-blemas políticos que hacen que gran parte dela población pase años sufriendo para aho-rrar las grandes sumas de dinero que les per-mitirán abandonar su país, aun con el riesgoen muchos casos de perder la vida en la tra-vesía. De manera que por muy estricta quequieran elaborar la Ley, y muchos controlesque quieran establecer sobre la entrada deinmigrantes ilegales, esto no va a hacer otracosa que propiciar el desarrollo de mafias detráfico ilegal de personas, que se convierte enel único medio que tiene el inmigrante paraescapar de sus países.

4.2. Modos de obtención del permisode trabajo y residencia

Las tres formas principales para conseguirun permiso de trabajo y residencia en Espa-ña, han sido, desde la Ley 8/2000: el régimengeneral, el sistema del contingente anual ylas regularizaciones extraordinarias.

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4.2.1. El régimen general

Es el modo en que los inmigrantes en gene-ral pueden acceder al mercado de trabajo espa-ñol, obteniendo previamente la autorización detrabajo y residencia en cualquier momento deltiempo, (aunque existen supuestos en que noexiste la obligación de obtención de esta autori-zación, establecidos en el art. 41 de la Ley4/2000, a los que habría que añadir los extran-jeros a quienes se les haya concedido el estatu-to de refugiado) siempre que cumplan con lascondiciones establecidas a continuación:

1) El inmigrante no comunitario mayor de16 años debe hallarse en su país de origenpara la obtención de su permiso, y será elempleador el que tramitará el mismo ante elMinisterio de Trabajo y Asuntos Sociales concarácter previo a la prestación de serviciospor parte del trabajador.

2) En caso de que la actividad que vaya arealizar el extranjero sea por cuenta ajena, seconsiderará la situación nacional de empleopara la concesión de la autorización. Para lle-var a cabo esta consideración se tendrá encuenta la insuficiencia de trabajadores entodo el territorio nacional, tanto españolescomo comunitarios o extranjeros autorizadospara trabajar, capacitados para el desempeñode la profesión o puesto de trabajo ofertadopor la empresa.

3) No se tendrá en cuenta la situaciónnacional de empleo en los supuestos recogi-dos en los artículos 71, 76, 77 y 79 del Regla-mento, y en los casos de extranjeros proce-dentes de países con Acuerdos Internaciona-les que les exime de esta exigencia, así comolas solicitudes de permisos solicitadas porextranjeros residentes legales en España, oque tengan concedida la exención de visado.

Para la renovación del permiso de trabajo,el trabajador por cuenta ajena, deberádemostrar que la relación laboral inicial con-tinúa, o que ha suscrito una nueva oferta detrabajo, para lo cual deberá acreditar la futu-

ra realización habitual de la actividad laboralen el periodo de vigencia del permiso. En casode renovación de un permiso por cuenta pro-pia, el trabajador deberá demostrar el cum-plimiento de las obligaciones fiscales y deSeguridad Social que le correspondan, asícomo la continuidad del ejercicio de la activi-dad que dio lugar al anterior permiso.

En este régimen, el inmigrante no sóloencuentra la dificultad que aparece a la horade obtener el permiso de trabajo realizandotodos los trámites desde su país por medio delempleador, sino que además, la consideraciónde la situación nacional de empleo, supone enla práctica que el Servicio Público de Empleotiene que examinar la oferta de trabajo que leaporta el empleador, compararla con las posi-bilidades y capacidades de los desempleadosque se encuentran en sus bases de datos, yentregar al empleador un informe que certifi-que que para esa oferta de trabajo, no haynadie disponible. De este modo, lo que ocurrefinalmente en general, es que, el único tipo detrabajo para el que el INEM entrega ese tipode informe es para algunos puestos muy deli-mitados en la agricultura en las zonas rura-les, y para el servicio doméstico en las zonasurbanas. De manera que el inmigrante quepretende entrar en España legalmente tieneque conocer previamente a una familia queesté dispuesta a ocuparle en su casa, parapoder conseguir ese permiso de trabajo. Losdatos concluidos en el primer epígrafe de estetrabajo dicen que en la actualidad la mayorparte de inmigrantes que vienen a Españason varones y jóvenes, de manera que habríaque preguntarse cuáles son las posibilidadesreales que un inmigrante de estas caracterís-ticas tiene para entrar en España por la víalegal. Por otro lado, en 2003 quedaron sinocupar 350.0002 ofertas de trabajo de las que

2 Dato que se incluye en el artículo «¿Trabajos quelos españoles rechazan?», del periódico ABC, del día 8de febrero de 2004. Sin embargo, el MTAS en el Anua-rio de Estadísticas Laborales, 2003, registra tan sólo149.534.

el 70% pertenecía al sector de la hostelería,podemos preguntarnos entonces por qué sesiguen denegando tantas solicitudes de per-misos de trabajo y residencia cada año, porqué el INEM sólo reconoce el servicio domés-tico como el único trabajo que los españolesrechazan y por qué la cifra del contingentepara ese año fue únicamente de 34.157 pues-tos de trabajo de los cuáles sólo 10.575 fueronde carácter estable. Todos estos puestos nohabrían quedado sin cubrir con una políticade inmigración más realista, que hubiesecanalizado cada una de esas ofertas insatisfe-chas, por ejemplo a los cerca de 800.000 inmi-grantes ilegales que hay en España. Lo pri-mero que habría que hacer es reconocer laalta cantidad de puestos de trabajo querechazan los españoles cada año, y dejar deregistrar datos tan distantes de la realidad.Aunque ese tipo de políticas son muy mal vis-tas por la población, y quizá no convenga a losintereses políticos.

4.2.2. El contingente anual

El Gobierno prevé anualmente un cupo demano de obra necesaria para el siguiente año,que no podrá ser cubierto por la poblaciónespañola. Fija así, la cifra correspondiente, ylas características de las ofertas de trabajoofrecidas con indicación del sector profesionala que corresponderá cada una de ellas, parapoder cubrir esas plazas con trabajadoresprocedentes de otros países. Estos extranje-ros no podrán hallarse en España, como esta-bleció la Ley 8/2000 al modificar la anteriorLey, en la que se admitía esta posibilidadcomo una de las incluidas en la normativapara la regularización de las personas queestuviesen residiendo ilegalmente en Espa-ña. Esta Ley, por tanto prefiere que estospuestos de trabajo sean ocupados por perso-nas que entren por primera vez en el país,que por extranjeros, que aunque han resididoilegalmente en España durante un ciertotiempo, quizá cuenten con mejores condicio-nes para ocupar estos puestos de trabajo.

Para la fijación de dicho cupo, se daráaudiencia a las organizaciones sindicales yempresariales más representativas, y al Con-sejo Superior de Política de Inmigración. Perode hecho, las principales limitaciones que tie-ne son la ausencia de transparencia en cuan-to a los métodos usados para la determina-ción del mismo, la no participación por partede los interlocutores sociales, y la falta deconexión y buenos flujos de información entrelas distintas Administraciones Públicas queparticipan en la fijación de este cupo.

El contingente pretende canalizar lacobertura de las necesidades de mano de obrano satisfechas con los trabajadores españoles,mediante la tramitación de dichas ofertas aotros mercados laborales para conseguircubrirlas con nacionales de esos países. Pero,aunque en los diez años de existencia del con-tingente anual, este cupo ha ido creciendogradualmente, aún no representa más del30% de las autorizaciones de trabajo y resi-dencia que se conceden anualmente, a pesarde la gran necesidad de mano de obra extran-jera que tenemos cada año (y esto no deja deser reconocido por el político)3. No cumple así,la función para la que fue creado el contin-gente, ya que ni cubre todas las ofertas de tra-bajo que quedan insatisfechas cada año, sinoque la cifra suele quedarse bastante pordebajo de las necesidades reales del mercadode trabajo, ni consigue un fácil acceso de losinmigrantes a los permisos de trabajo, ya quela mayoría de los puestos ofrecidos son en tra-bajos temporales, y entonces el inmigranteprefiere la vía del régimen general.

4.2.3. Las regularizaciones extraordinarias

Es el último mecanismo de acceso al mer-cado de trabajo con que cuentan los inmi-grantes. Puede resultar paradójico que unasupuesta extraordinaria regularización esté

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3 Véase a este respecto el trabajo de UGARTE (2004).

incluida dentro de las principales formas deconcesión de permisos de trabajo y residenciapara los inmigrantes, pero la realidad es queuna gran proporción de inmigrantes residen-tes legalmente en España, obtuvieron el pri-mer permiso de residencia gracias a estasregularizaciones. De hecho, han tenido lugarcinco regularizaciones de este tipo, en losaños 1986, 1991, 1996 y 2000 (dos regulariza-ciones en este último año).

El Gobierno utiliza esta medida como víarápida de salida ante situaciones en que exis-te un gran número de inmigrantes irregula-res, sin establecer condición alguna para laobtención de la residencia legal, más que lademostración de haber residido en Españadurante un periodo determinado. Así, losinmigrantes que podían acudir a la regulari-zación extraordinaria que tuvo lugar en 2000tras la aprobación de la Ley 8/2000, entre losmeses marzo y julio de ese año, eran los quereunían cualquiera de las condicionessiguientes:

� Inmigrantes que se hubieran hallado enEspaña desde antes del 1 de junio de1999.

� Los que hubiesen sido titulares de unpermiso de residencia o trabajo en lostres años anteriores al 1 de febrero de2000.

� Solicitantes de asilo a los que se hubieradenegado la solicitud antes del 1 defebrero de 2000.

� Solicitantes de algún tipo de permisoantes del 31 de marzo de 2000.

� Familiares de alguno de los anteriores ode residente legal comunitario o no.

En esta regularización fueron presentadas247.598 solicitudes, de las cuales el 66% fue-ron concedidas. De este modo, sólo en el perio-do transcurrido entre los años 2000 y 2002,tras las dos regularizaciones extraordinariasque tuvieron lugar, el número de inmigrantes

residentes legales en España, creció en463.277 personas.

5. REFLEXIONES FINALES

En este trabajo hemos analizado los distin-tos aspectos a que puede afectar la inmigra-ción en España. Así, hemos hecho un análisisde las características demográficas y labora-les de España. Finalmente, hemos analizadola Ley de extranjería, identificando las prin-cipales tendencias que ha seguido la mismadesde su inicio hasta ahora.

En el primer epígrafe, tras la introducción,se llega a la conclusión de que la mayoría delos estudios realizados sobre proyecciones dela población indican que el futuro envejeci-miento de la misma será un lastre que lainmigración está ayudando a suavizar, yaque en los últimos años, ésta está aportandoal crecimiento demográfico más de lo que loestán haciendo los habitantes autóctonos.Además, en este ámbito demográfico, existeun problema añadido, y es, que el sistema dereparto seguido para financiar las prestacio-nes sociales corre un grave peligro si la pobla-ción envejece, como auguran todas las proyec-ciones demográficas realizadas. De maneraque los inmigrantes en España, si se consigueuna plena integración social que les incentivea formar familias dentro del país, supondránun efecto muy beneficioso a nivel demográfi-co.

Igualmente está ocurriendo en el mercadolaboral, donde no sólo el envejecimiento de lapoblación, que cada vez acerca más la curvade oferta y demanda de trabajo debido a lareducción de la población activa, sino ademásla gran segmentación del mercado laboralque existe en España, hacen que el sistemaproductivo español pueda dejar de ser compe-titivo, por una escasez de recursos producti-vos. La segmentación del mercado de trabajoes un problema muy grave que provoca laexistencia simultánea de altas tasas de des-empleo y de ofertas de trabajo insatisfechas.

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Existen muchos tipos de trabajo (sobre todoen el sector servicios), que los españoles noquieren realizar (no porque estos trabajoscuenten con malas condiciones laborales, sinopor la falta de posibilidades de promoción quetienen, o la poca cualificación que requieren)y que, por el contrario, los inmigrantes no tie-nen ningún problema en ocupar, ya que nosólo necesitan ese trabajo para sobrevivirellos mismos, sino que en muchos casos, tie-nen que sobrevivir también sus familias a lasque mandan una gran parte de sus salariosen forma de remesas. Además, muchos de losinmigrantes han entrado en España pormedio de una mafia, a la que deben grandessumas de dinero que tienen que conseguir conel salario de cualquier trabajo que puedanocupar, ya que si no lo hacen, las amenazasde represión en contra de sus familias suelenser muy habituales. Esto es lo que hace que eltrabajador inmigrante esté dispuesto a ocu-par cualquier tipo de trabajo que se le ofrezcaen España, de manera que ese sector deempleo que no desean los españoles, podríaser ocupado por ellos si dejásemos de afirmarque «en España no hay trabajo para los inmi-grantes».

Finalmente, en el análisis de la Ley,hemos observado que por norma general, ellegislador no busca nunca la integración delinmigrante, sino que lo que únicamente pre-tende es ejercer con la misma un control yrestricción cada vez mayores a la entrada deinmigrantes en España, y hace lo posiblepara conseguirlo, llegando a anular el ejerci-cio de algunos derechos fundamentales a losinmigrantes irregulares (casi rozando lainconstitucionalidad) o dificultándoselo a losregulares. Sin embargo, esto no va a evitar laentrada de inmigrantes en España, sino queademás, como cada vez son más los queentran, puesto que los motivos que les hacenabandonar sus países siguen persistiendo, loúnico que consigue dificultando cada vez másel acceso a la regularidad de los mismos, esuna mayor proporción de inmigrantes irregu-lares en España.

No se pueden olvidar las beneficiosasrepercusiones que puede tener la inmigraciónen España, y de esta forma optar por una Leyy unas políticas más abiertas a la inmigración,que busquen la más adecuada y eficaz regula-rización e integración de los inmigrantes irre-gulares (imitando las acciones que se estánllevando a cabo en el resto de países de la UE,como son los sistemas de regularización per-manentes, la buena gestión y adjudicación delas ofertas de empleo, lucha por la agilizaciónburocrática, cursos de adaptación a la culturae idioma, descentralización de algunas funcio-nes a los organismos locales, etc.), y no la sim-ple expulsión de los mismos. Habría queintentar incluir el principio de la solidaridadcomo criterio inicial para elaborar la Ley deextranjería, y dejar de confundir a la pobla-ción española con falsos mensajes acerca de lainmigración. La sociedad española es unasociedad abierta a la personas extranjeras,pero a la que se le ha ido proporcionando unainformación totalmente alejada de la realidad,que muestra al inmigrante como la personaque se acerca en patera a las costas españolas,y que viene para quitarnos nuestros trabajos,y dispuesto a hacer cualquier cosa que le per-mita sobrevivir, incluso si se trata de evadir laLey o delinquir (cuando no sólo no son unosdelincuentes, sino que además normalmenteson víctimas de los abusos recibidos por partede las mafias existentes internacionales y delos grupos organizados de delincuentes de lasque son víctimas). De este modo, la poblaciónespañola ha ido creando una actitud de des-confianza hacia la inmigración, que tienecomo resultado unas grandes dosis de exclu-sión social que dificultan aún más el acerca-miento entre la población autóctona y la inmi-grante y por tanto el conocimiento real de lascaracterísticas y condiciones de la misma.Esta exclusión social sólo podría ser eliminadasi se empieza a establecer políticas de inmi-gración realmente encaminadas a la integra-ción social de los inmigrantes.

Recientemente, parece que se está apos-tando por una política de inmigración más

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razonable. Por ejemplo, se ha devuelto alMinisterio de Trabajo y Asuntos Sociales, lascompetencias en esta materia (que en el ante-rior Gobierno, habían pasado a pertenecer alMinisterio de Interior, ya que esta política sebasó principalmente en el control de fronte-ras). Se pretende además una reducción de laeconomía sumergida. Y también se ha elabo-rado un Reglamento que suaviza de algúnmodo las duras condiciones impuestas por lanueva Ley y que comenzará por una «norma-lización» de los inmigrantes que se encuen-tran residiendo ilegalmente en España ycuentan con una promesa de contrato de tra-bajo, lo cual es un buen comienzo, ya que nin-guna regularización realizada anteriormenteimponía como requisito el contrato de traba-jo, y este es un buen modo de integrar al inmi-grante en el mercado laboral.

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RESUMEN En los años ochenta España ha pasado de ser un país que exportaba mano de obra a otrospaíses a invertir la dirección de estos flujos migratorios. Esta tendencia se ha consolidadoen los años noventa hasta la actualidad. Así, se ha instalado en nuestra sociedad el debatesobre los posibles impactos de esta inmigración sobre la población nativa. Así, este trabajoanaliza las corrientes demográficas y del mercado de trabajo español. En este marco gene-ral, estudiamos la evolución de la Ley de extranjería española para obtener algunas impli-caciones de cara al diseño de nuestra política de inmigración.