democracia movimientos sociales y ciudadania rv republican a

Upload: jorge-o-b-suarez

Post on 07-Apr-2018

220 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    1/32

    97

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin Revista Republicana ISSN: 1909 - 4450

    Nm. 10, Enero - Junio de 2011, pp. 97-127

    DEMOCRACIA, MOVIMIENTOS SOCIALES Y

    CIUDADANA*

    Jorge Orlando Blanco Surez**

    RESUMEN

    El objetivo de este trabajo es mostrar las ar-ticulaciones entre los conceptos de democra-cia, movimientos sociales y la ciudadana.Estas articulaciones se consideran bsicaspara comprender los procesos de transfor-

    macin poltica en Amrica Latina o en cual-quier sociedad. Partimos de la idea de quelos movimientos sociales son fundamentalescomo escenarios para el desarrollo de la ciu-dadana en cualquier sociedad. Estos esce-narios se han convertido en los motores,(conceptual e histricamente), de cambio so-cial. Cada vez que emerge un movimientosocial en particular, deja una huella que esseguida por otros actores sociales para lu-char por sus propios ideales; solo que esteseguir la huella no es mecnico, sino que

    siempre se resignifica, es marca dejada porel anterior actor social, muchas veces, de he-cho, de forma contradictoria. En ese sentidose considera a los movimientos sociales comolos protagonistas de la historia. Para desa-rrollar este objetivo, se hace un repaso delas distintas perspectivas tericas sobre lademocracia y los movimientos sociales, con-frontando posiciones y buscando articulacio-nes. Este artculo es resultado de unainvestigacin desarrollada en la Universidad

    Distrital, para construir una base terica defundamentacin de la Lnea de investigacindenominada: Democracia, movimientos so-ciales y construccin de sujetos, del grupode Investigacin Amautas, de la Licenciatu-ra en Educacin Bsica con nfasis en Cien-cias Sociales de la Universidad Distrital.

    Palabras clave. democracia, movimientossociales, ciudadana, accin colectiva, cam-bio social, sociedad civil.

    ABSTRACT

    The main objective of this paper, is to showthe articulations between the concepts ofdemocracy, social movements, and citizen-ship. This articulation are considered basicsto understand some process of politics

    transformations in Latin America. We startof idea that the social movements are cen-tral as scenarios to build citizenship in anysociety. This scenarios has became motors,conceptual and historically, to the lot ofprocess of social change; every time thatemerge a particular social movement, let afootprint that is followed for another socialactor to fight for own ideals, every time re-signifying that mark. In that sense, the so-cial movements make the history. To develop

    Fecha de recepcin: 12 de marzo de 2011. Fecha de aceptacin: 29 de abril de 2011.

    * Resultado de investigacin dentro de la Lnea de: Democracia, movimientos sociales y formacinde sujetos polticos, del grupo de investigacin institucionalizado Amautas, de la UniversidadDistrital Francisco Jos de Caldas. Proyecto Hacia la articulacin conceptual de la democracia y losmovimientos sociales como escenarios de formacin de sujetos polticos. Investigacin terminada.

    ** Docente asistente de tiempo completo, Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas, adscrito a laFacultad de Ciencias y Educacin. Miembro del grupo de investigacin Amautas, Pedagogascrticas y formacin de sujetos. Magster en Anlisis de Problemas Polticos, Econmicos e Interna-cionales Contemporneos del I.A.E.D., Universidad Externado de Colombia. Licenciado en Cien-cias Sociales de la Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    2/32

    98

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    this objective, we review some of theoreticperspectives about democracy and socialmovements, every time looking for thejunction and tension. This article is result of

    a research develop into the UniversidadDistrital, to build a therorical base for aresearch line, into a research groupdenominate Amautas.

    Key words: democracy, social movements,historic change, citizenship, civil society,collective action.

    INTRODUCCIN

    La democracia en Amrica Latina ha sido unaeterna promesa, un proyecto inacabado queno termina siquiera de formularse. La ines-tabilidad econmica, poltica y social ha mar-cado nuestros procesos histricos y polticos;grandes cantidades de poblacin han esta-do permanentemente excluidas de la tomade decisiones que las afectan; el Estado ennuestro continente ha permanecido captura-do por un pequeo grupo de lites que loasumen como el medio a travs del cual ca-nalizan y satisfacen sus intereses en detri-

    mento de la ciudadana en general. Lospartidos polticos tradicionales, no han lo-grado integrar a la totalidad de la poblacinde manera participativa y deliberante, lapobreza es una caracterstica de nuestrassociedades; en fin, los regmenes polticos,no han servido para la integracin social ys, en la mayora de ocasiones, para la frag-mentacin y el mantenimiento de unaconflictividad que no logra transformarse yviabilizar soluciones eficaces a la ilegitimi-dad constante del mismo sistema.

    Sin embargo, el proyecto de la democracia,como posibilidad de ordenamiento polticocapaz de articular a sociedades diversas yheterogneas, ha estado presente en la men-te y las acciones de grupos importantes depoblacin. Estos grupos han participado dela construccin de la misma, a escala nacio-nal, regional y local; generando iniciativasde cohesin social y de desarrollo autno-

    mo donde se reconcilien las diferenciastnicas, polticas, culturales y regionales quenos caracterizan y donde la pluralidad en-cuentre un escenario de trmite de las dife-

    rencias. La democracia, en este sentido, siguesiendo nuestro problema, su construccinnuestro proyecto, pero un proyecto al quehay que buscarle las posibilidades efectivasde realizacin y, en este sentido, hay queidentificar y comprender las fuerzas que seenfrentan en el proyecto de su constitucin,las que lo promueven y las que lo niegan y/uobstaculizan, las que se comprometen en elda a da con su materializacin y las que,por su parte, tambin en el da a da, frenanlos avances de la integracin social y propo-

    nen la muerte, la exclusin, diferentes for-mas de violencia o la desintegracin, parabeneficios particulares.

    En tal sentido, el presente documento tienepor fin avanzar en la comprensin de la ma-nera en que desde distintas perspectivas te-ricas se ha pensado la articulacin de losmovimientos sociales y la democracia comoescenario de construccin de ciudadana.Especficamente, lo que buscamos es com-prender cmo ha sido pensado, desde el

    estudio de los movimientos sociales, el pro-blema de la democracia? y viceversa, cmodesde distintas perspectivas tericas sobrela democracia se puede pensar a los movi-mientos sociales? Desde estos doscuestionamientos avanzamos en la compren-sin de los procesos de desarrollo y cons-truccin de actores polticos, es decir, deciudadana.

    En primera instancia se aborda el desarrollodel concepto de democracia en las socieda-

    des occidentales, buscando especficamenteplantear lo problemtico del concepto, des-de distintas pticas, haciendo nfasis en elproblema de la representacin o de larepresentatividad como elemento funda-mental y a veces nico de la democraciamoderna. En segundo lugar se plantea elproblema de la sociedad civil y la ciudada-na como campos de ampliacin o redefinicindel concepto de democracia. Finalmente, se

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    3/32

    99

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    establecen los lugares desde los cuales se hanestablecido vnculos entre el estudio de losmovimientos sociales, la democracia y la ciu-dadana. Para tal fin, se define el concepto

    de movimientos sociales desde las distintasperspectivas desde las que estos han sidoestudiados desde los aos sesenta hasta laactualidad (teora del comportamiento colec-tivo, movilizacin de recursos, modelo deproceso poltico y nuevos movimientos so-ciales).

    Metodolgicamente, partimos del supuestode que los movimientos sociales son actoressociales colectivos que generan alteraciones so-ciales que terminan por producir marcas his-

    tricas que son seguidas por otros grupossociales para orientar sus propias prcticasy para proyectar su propio futuro, siempreresignificando el pasado. En tal sentido, seasume que los movimientos sociales son es-cenarios de produccin de sujetos polticosy, por tanto, de ciudadana; son manifesta-ciones de la pluralidad social, poltica, ideo-lgica y cultural de toda sociedad. Desde unaperspectiva histrica, el documento revisalos discursos de las distintas perspectivassobre democracia y los modos en que, des-

    de estas perspectivas, se ha ledo a los acto-res sociales y la ciudadana. La estructura deltexto parte de una lectura de la democraciacomo discurso que orienta las prcticas pol-ticas de distintos actores sociales; un discur-so que muestra la multiplicidad semntica,as como la complejidad de la misma comoproceso histrico. En un segundo momento,se discuten las relaciones entre la sociedadcivil, la ciudadana y la democracia, buscan-do el enlace conceptual y poltico entre es-tos conceptos, como motores de activacin

    de prcticas polticas. Se presentan all dis-tintas perspectivas sobre estos conceptos,para mostrar la articulacin entre los mis-mos en el desarrollo de los procesos de de-sarrollo de las sociedades contemporneas.Finalmente, se presentan estudios que arti-culan la reflexin sobre los movimientos so-ciales y la democracia. Es all donde msclaridad se hace sobre la idea de los movi-mientos sociales como agentes de la histo-

    ria, teniendo como referente las teoras msrepresentativas de estudio sobre los movi-mientos sociales. Tanto para la presentacinde los discursos sobre la democracia, como

    de los movimientos sociales, lo que se hacees confrontar las distintas perspectivas, ana-lizar sus posiciones ideolgicas, en un inten-to de sntesis terica que permita, por unlado, complejizar las formas en que este con-cepto se ha entendido, as como concluir so-bre los aportes que cada perspectiva ha dadopara la comprensin de la democracia comoproyecto colectivo.

    Esta investigacin es la primera fase de unproyecto ms amplio que le apunta a com-

    prender las dinmicas de desarrollo de lasdemocracias latinoamericanas desde la pers-pectiva del estudio de los actores sociales.A lo que se le apunta es a revisar los proce-sos de constitucin de los actores socialescolectivos como agentes de transformacinsocial en Amrica Latina. Para tal fin, se ha-rn en fases posteriores, estudios de casos,inicialmente sobre Colombia y Venezuela,desde una perspectiva comparada. Las va-riables de estudio de esta investigacin son:1) relaciones entre partidos polticos y mo-

    vimientos sociales en Colombia y Venezue-la; 2) las relaciones entre el desarrollo de lassociedades civiles y los movimientos socia-les, y 3) las experiencias de algunos de losmovimientos sociales como agentes de cons-truccin de ciudadana. Esto se har desdeel rastreo tanto de fuentes secundarias comoprimarias, esto es, desde los modos en queestos problemas han sido planteados en cadapas, as como desde el seguimiento de pren-sa, documentos oficiales de organizacionesy movimientos sociales, as como de parti-

    dos polticos.

    1. LOS DISCURSOS S OBRE LA DE-MOCRACIA

    Para dar inicio a esta discusin, es necesarioplantear que la idea de democracia puedeconcebirse a s misma como un conceptosiempre en elaboracin. Definir, por tanto,

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    4/32

    100

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    qu se entiende por democracia, depende delmomento histrico al que se haga referen-cia, de las formas en que los actores socia-les, en dichos contextos, la asuman y de los

    procesos que lleven a cabo para construirlaen las prcticas sociales.

    El siglo XX, por ejemplo, la emergencia de lasociedad de masas gener un escenario paraque la discusin sobre sus mltiples signifi-cados se ampliara y emergiera en gran partedel globo. Perspectivas elitistas, pluralistas,neoelitistas, comunitaristas1 y hasta socialis-tas2 se disputaron la legitimidad de sus con-cepciones y los regmenes polticos que sobreestas ideas se defendieron y se siguen de-

    fendiendo en la actualidad. Democracia re-presentativa, democracia como sistema,democracia como rgimen3, democracia ra-dical4, democracia participativa y democra-cia deliberativa, entre otras nociones hanalimentado el debate contemporneo sobresu sentido y posibilidad de realizacin. Aestas ideas pueden sumarse aquellas referi-das a espacios de realizacin que desde elsiglo XIX se generaron. As, se ha habladode democracia social, democracia econmi-ca y democracia poltica5. Del mismo modo,

    se puede hablar de perspectivas econmicasy sociolgicas sobre la democracia moder-na; de una democracia antigua y otra mo-

    derna; de modelos republicanos y liberales,socialistas y anarquistas sobre la democra-cia. Incluso hay quienes han planteado, enmedio de tanto debate (pero sin alejarse de

    un elitismo histrico que opone a lderesfrente a representados, a representantes yrepresentados a lites y a masas), abando-nar el concepto y referirse a esta como siste-ma de gobierno representativo6.

    Con todo lo anterior y teniendo en cuentala gran cantidad de postulados alrededorde la idea de democracia, se denota sucentralidad en relacin con la constitucinde un orden social, poltico, econmico ycultural deseable, con independencia de los

    nfasis que se hagan en relacin con la ma-nera en que participen los diferentes acto-res sociales. Unos centran su atencin en elproceso de seleccin de gobernantes den-tro de distintos tipos de lites y el lugar yposicin frente a estos de los gobernados yviceversa (lase elitismo); otros en las ex-presiones organizadas polticamente queinfluyen o buscan influir y en la maneracomo influyen en la toma de decisiones porparte del Estado (lase pluralismo, que noes otra cosa que otra forma de elitismo);

    otros en los diseos institucionales ms ade-cuados para asegurar la estabilidad de lossistemas polticos (perspectiva sociolgica7);

    1 Sobre el desarrollo de las distintas perspectivas sobre la democracia en el mundo moderno, puedeconsultarse: GONZALO, Eduard y REQUEJO, Ferran. Democracia. Razones de un sueo quegenera monstruos. En: CORTINA, Adela. 10 palabras claves en Filosofa poltica. Editorial VerboDivino. Madrid, 1998.

    2 Al respecto de la nocin de democracia socialista ver: GARCA, Antonio. El camino hacia la democraciasocialista. En:Nueva Sociedad. Nm. 6. Mayo-junio de 1973. pgs. 3-14.

    3 Sobre la idea de la democracia como rgimen opuesta a un conjunto de procedimientos, ver:

    CASTORIADIS, Cornelius. Democracia como procedimiento y como Rgimen. En. CASTORIADIS,Cornelius. Ciudadanos sin Brjula. Ediciones Coyoacn. Mxico, 2000. Pgs. 162 y ss.4 MOUFFE, Chantal. Democracia Radical Moderna o postmoderna?.En:Revista Foro. Nm. 24. Septiem-

    bre de 1994. pgs. 13-23.5 Sobre estas distinciones puede verse SARTORI Giovanni. Qu es la democracia? Traduccin de

    Miguel ngel Gonzlez Rodrguez.Ediciones Altamir. Bogot, 1994. pgs. 5 y ss.6 Sobre esta discusin puede verse: MANIN, Bernard (1998). Los principios del gobierno representativo.

    Madrid, Alianza. El texto de Manin es utilizado para presentar el desarrollo histrico del espritudemocrtico moderno por Touraine. Ver: TOURAINE, Alain. Qu es la democracia? Traduccin deHoracio Pons. Fondo de Cultura Econmica. Mxico, 2001. pgs. 116-117.

    7 Sobre estas perspectivas, ver: GONZALO, Eduard y FERRAN, Requejo. Op. cit.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    5/32

    101

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    otros ms harn nfasis en los procesos deconstruccin de ciudadana y procesos deautonomizacin de la sociedad frente alEstado; otros en los procesos comunicativos

    y deliberativos para la construccin de con-sensos y la toma de decisiones (Habermas,por ejemplo); otros en los actores socialesms relevantes, individuos o colectivos; enlos procesos de construccin del intersgeneral frente a los intereses individuales(perspectiva comunitarista); otros en lamanera como la sociedad redistribuye losrecursos (democracia econmica) y as unagran diversidad de perspectivas.

    Esta gran diversidad de posiciones lleva a

    pensar en el carcter ideolgico de la cons-truccin de la democracia, por lo que, lejosde asumir esto como algo negativo, da cuen-ta de la manera como los actores sociales,de acuerdo a su formacin, intereses, nece-sidades, posicin de clase y momento his-trico en que desarrollan sus ideas, hanlogrado dar cuenta del concepto. Es en estesentido que se asume el concepto de demo-cracia como un campo de conflicto que esresuelto de modos distintos, en las prcti-cas sociales, por cada sociedad en cada

    momento histrico.

    As las cosas, cabe precisar que no se ha es-cogido hasta el momento, los tradicionalesesquemas para hablar de la democracia quenormalmente lo asumen desde una perspec-tiva histrica que pretende describir su de-sarrollo desde la antigedad hasta el mundocontemporneo, sino desde el punto de vis-ta que pone nfasis en el plano discursivosobre la democracia, como un conceptosiempre en discusin y replanteamiento. Di-

    ramos entonces que una perspectivafenomenolgica que se interroga por los sen-tidos de dicho concepto es la que gua este

    trabajo. De esta manera, lo que se pretendees dar cuenta de cmo los distintos actoressociales la asumen como un proyecto o unarealidad, alejndonos de las perspectivas ms

    pesimistas sobre la imposibilidad del esta-blecimiento de una democracia verdadera,as como de las ms idealistas que la vencomo sinnimo de un orden social armni-co, sin contradicciones ni conflictos (nadams contrario, de hecho, a lo que podra serla democracia). Del mismo modo, se preten-de un alejamiento de quienes, escusados enun supuesto realismo poltico, la asumencomo el menos malo de los sistemas de go-bierno, con todas sus limitaciones, para le-gitimar su propio poder y el mantenimiento

    de rdenes sociales excluyentes.

    Planteado lo anterior, puede pasarse a defi-nir un campo de discurso un poco ms preci-so sobre la manera en que entenderemos lademocracia en el presente texto. As, de losdebates enunciados anteriormente puede des-tacarse una tensin histrica en el desarro-llo de la democracia. Esta tensin se edifica,sobre su definicin etimolgica (demos: pue-blo; Kratos: poder o, en otras palabras, el po-der del pueblo, por y para el pueblo) y sobre

    las preguntas que de esta definicin se deri-van: Puede el pueblo gobernar? Puede elpueblo autogobernarse? Cuando hablamosde pueblo, A qu nos estamos refiriendo?Y, en un contexto en el que se van a desa-rrollar procesos complejos de inclusin/exclusin, sobre la idea de pueblo, Qu me-canismos son los ms aceptables para que estepoder pueda ser ejercido? En el mundo dela Grecia clsica8, al parecer, el debate care-ca de sentido, pues la idea de pueblo refe-ra a los ciudadanos, hombres libres e iguales

    que participaban, discursivamente y en con-diciones de igualdad bajo el requisito de lalibertad (del mundo de las necesidades), de

    8 Hay que decir que no todos los griegos tenan una visin positiva de la democracia. Para Platn,por ejemplo, esta tena vicios y por eso edific su Repblica. Para Aristteles, este era el peor de lasformas de gobierno o el ms corrupto dentro de la tipologa que construye, pues al considerarla elgobierno de los muchos slo en su provecho, y estos normalmente eran lo peor de la comunidad.Ver: GONZALO, Eduard y REQUEJO, Ferran. Op. cit. Pg. 25.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    6/32

    102

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    las deliberaciones sobre la orientacin de lapolis9. Pero el problema de la definicinetimolgica, usada para la estructuracinpoltica del orden social en el mundo mo-

    derno, choc rpidamente con el problemade la complejidad de las relaciones socialesy la multiplicidad de actores sociales quepodran reconocerse como parte del pueblo.

    Pronto se gener una oposicin en torno alproblema de quines especficamente debangobernar, mediante qu mecanismos; bajoqu principios, y cul era el papel de aque-llos que no participaban directamente de latoma de decisiones dentro del Estado, comoinstitucin desde la cual se deba regir y

    orientar normativamente a la sociedad. So-bre este proceso Alain Touraine muestracmo un elemento central y al mismo tiem-po problemtico (por lo cual no debeasumirse desde su perspectiva como suficien-te, para definir a la democracia moderna) esla idea de soberana popular. Este autormuestra cmo, dentro de una perspectivarepublicana, la idea de soberana popular sir-vi de base para el establecimiento tempra-no de regmenes autoritarios que, sobre elescudo de representar la voluntad general

    de las mayoras, impuso verdaderos regme-nes del terror. El pueblo, entonces, bajo elpretexto de ser reconocido como soberano,

    es usado para legitimar lites en el poder quehablan en su nombre10.

    Ahora bien, esta discusin en el desarrollo

    de la democracia moderna sirvi de basepara la legitimacin progresiva de gobier-nos de lite mediante el establecimiento dediseos institucionales que definan una par-ticipacin pasiva o slo reactiva del pueblodentro del proceso de seleccin de repre-sentantes y con esto, la reduccin de la de-mocracia a ser un sistema de gobiernorepresentativo para usar la expresin deBernard Manin. Se produce con esto un es-cenario en el que la oposicin lite-pueblo(o masa, o mayoras) va a determinar tem-

    pranamente el desarrollo del concepto dedemocracia en la modernidad. Desde lasperspectivas liberales, as como republicanasen el sentido descrito anteriormente, el pue-blo se asume incapaz de gobernar de mane-ra autnoma, pues carece de autonoma, niest en condiciones de ejercitar su razn,pues vive bajo condiciones de dominacin;ni podran constituirse diseos institu-cionales que hicieran posible este poder efec-tivamente soberano del pueblo.

    El desarrollo de la democracia en esta direc-cin va a ser reducido a la constitucin deinstancias mediadoras entre las mayoras y

    9 Sobre la democracia griega y el funcionamiento de la Polis, como espacio pblico de materializa-cin de la democracia, abierto a los hombres libres (del mundo de las necesidades) e iguales puedeleerse: ARENT, Hanna. La condicin Humana. Traduccin de Ramn Gil Novales. Paidos. Barcelo-na, 1993. Pgs. 37-48.

    10 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pg. 118. Lo problemtico de la idea de pueblo y de la relacin de estanocin con la idea de soberana popular fue sentido tambin dentro de nuestro contexto de modotemprano tambin por nuestras lites ms conservadoras. As, en el debate temprano sobre la ideade soberana popular como sustento de la democracia en Colombia, en relacin con el estableci-

    miento de las sociedades democrticas a mediados del siglo XIX, Jos Eusebio Caro (referenciadopor Fernn Gonzlez) planteaba que esta idea era engaosa pues con esta idea se podra referir a latotalidad de la nacin y desde ese punto se le puede reconocer soberano, pero tambin pueblosignificaba la parte ms ignorante y pobre de la poblacin; en ese sentido, el pueblo no es el soberano sino unaparte mnima de l, pero la menos capaz de juzgar y discernir. Por eso, no se poda cuestionar que lassociedades democrticas fueran pueblo: eran una reducida porcin del pueblo de Bogot, pero no el pueblosoberano. De esta manera, la crtica a la idea de soberana popular, as en Colombia como en Europa,va a ser usada para la legitimacin de un gobierno de minoras o lites. Ver: GONZLEZ, Fernn.Soberana popular y crisis del bipartidismo. Entre la poltica tradicional y la poltica moderna.En: AA-VV. Soberana popular y democracia en Colombia. Ediciones Foro Nacional por Colombia-Corporacin Viva la Ciudadana. Bogot 1993? Pgs. 164-165.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    7/32

    103

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    el Estado como escenario de toma de deci-siones de afectacin general. Los partidospolticos se constituyen as como estas ins-tancias dentro de un desarrollo complejo y

    lleno tambin de tensiones y conflictos. Es-tos cobraron tanta importancia que, de he-cho, la misma existencia de la democracia seha llegado a concebir como imposible sin laexistencia de partidos polticos11. Al respec-to del desarrollo de la democracia de partidos,Bernard Manin da cuenta de la forma comoestos remplazan a otras lites (sin dejar lospartidos polticos de estar sujetos a estruc-turas jerrquicas y, por tanto, elitistas) en eldesarrollo del capitalismo.

    Para este autor, el surgimiento de los parti-dos de masas (proceso relacionado con laampliacin del voto y/o el establecimientodel sufragio universal) gener que los vo-tantes yo no eligieran a una persona conoci-da personalmente que, debido a su estatussocial previo, o a su posicin poltica ante-rior, poda aspirar a un lugar en el parlamen-to, sino a un representante de un partidopoltico. Este cambio, contina Manin, aun-que al principio fue visto como una crisis dela representacin (tradicional) por un lado y

    una muestra de un ideal de democratizacin,por otro lado, que posibilitaba la llegada alpoder de cualquier persona, del hombre co-mn, realmente lo que produjo, fue el surgi-miento de un nuevo tipo de lite igualmenteseparada y diferenciada socialmente de susrepresentados: el activista de partido y lossimpatizantes. El surgimiento de los parti-dos de masas, adems, posibilit, segn elautor citado, la constitucin de comunida-des imaginadas ideales, en las que la identi-dad o identificacin entre representantes y

    representados se edifica con base en una di-visin de la sociedad por clase o regin (pormencionar unos casos). Unas comunidades

    imaginadas, en la medida en que unos y otrosestn diferenciados socialmente, y la baseque, se supone, los unifica, no encuentra unademostracin real12.

    No obstante este proceso de configuracinde lites, a travs de partidos dentro delproceso de configuracin de un sistema degobierno representativo a mediados del si-glo XIX y en gran parte del siglo XX, esimportante plantear que la tensin no hadesaparecido. La tensin sigue manifestn-dose (y he ah la importancia del desarro-llo de los actores sociales), cuando diversosactores sociales intentan y a menudo lo-gran constituirse en agentes de transfor-

    macin social, capaces de incidir, no slode manera reactiva o violenta como plan-tean los elitistas tempranos del siglo XX13,en el desarrollo de las sociedades moder-nas, o no slo mediante el trmite de de-mandas a travs de organizaciones socialesno partidistas, como pueden plantear lospluralistas.

    Ahora bien, el progresivo desarrollo de lospartidos polticos sirvi de base material parael establecimiento de la denominada demo-

    cracia representativa. Estos serviran decanales para que sectores de la sociedad su-puestamente unificados y diferenciados (so-cio-econmicamente, o regionalmente o, enla actualidad, tnicamente) disputaran elpoder de Estado, dentro de marcos institu-cionales estables, para desarrollar sus pro-yectos de sociedad con base en proyectosideolgicos tambin unificados y diferencia-dos. Desde otra lectura, estos podran sercalificados como organizaciones polticas di-rigidas a la consecucin, mantenimiento y

    control del poder de Estado que, dentro deun rgimen democrtico, se disputan el po-der a travs de los votos que consiguen me-

    11 TOURAINE, Alain. Op. cit. Este autor llega a firmar que Es casi imposible concebir una democra-cia sin partidos, que estuviera gobernada por mayoras de ideas constantemente cambiantes Pg.140.

    12 MANIN, Bernard. Op. cit. Pgs. 252-258.13 Sobre las distintas formas del elitismo y su desarrollo en el siglo XX, ver: GONZALO, Eduard y

    REQUEJO, Ferrn. Op. cit. Pgs. 44-76.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    8/32

    104

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    diante la movilizacin de programas y pro-puestas diferenciados de sociedad.

    Puntualmente, podra decirse que los parti-

    dos polticos estaran caracterizados por: a)constituir una organizacin interna estable,mediante el establecimiento de estatutos quegarantizan la disciplina de sus militantes ydirigentes; b) la bsqueda de movilizacin yarticulacin social en torno a proyectos di-ferenciados de sociedad; c) la generacin deopinin favorable en torno a sus propias pro-puestas; d) la bsqueda de control del apa-rato de Estado como escenario de toma dedecisiones de afectacin general, mediantela competencia electoral pacfica (en ocasio-

    nes ajena a la violencia, pero se han desarro-llado tambin partidos polticos que optanpor la violencia para el acceso a poder deestado); e) su constitucin como alternativade poder; f) el establecimiento de una estruc-tura jerrquica tambin estable; g) el desa-rrollo de liderazgos capacitados para elcontrol y administracin del aparato de Es-tado (lo que podra denominarse, en trmi-nos de Manin, una burocracia de partido), yh) la movilizacin de electores identificadosde manera permanente o estable con las po-

    lticas del partido (la educacin de lamilitancia y la generacin de simpatas per-manentes o fieles)14.

    Estas organizaciones as, garantizaran larepresentatividad de diversos intereses

    sociales, pues serviran de canales, dentrode una perspectiva liberal un tanto idlica,de mediacin entre las demandas socialesy las polticas de Estado. Los mismos

    aseguraran la estabilidad del sistema de-mocrtico en tanto su organizacin formalgarantizara la estabilidad en el trmite delos conflictos sociales y las demandas so-ciales (al renunciar a la violencia para latoma del poder, como requisito para sulegalidad).

    Estas instituciones y el soporte que le dan ala democracia representativa, no rompen conla tensin generada desde el principio deldesarrollo de la democracia moderna entre

    aquellos que le dan prioridad a la represen-tacin y aquellos que se la otorgan a la sobe-rana popular. De hecho, el mismo desarrollode las distintas formas del elitismo (de iz-quierda y derecha) se escuda en uno o enotro nfasis para legitimar a las lites quetoman las decisiones y que ofrecen a las ma-sas alternaciones, pero sin alternativas15.Mediante estas estructuras de poder, el pa-pel de las masas es avalar o rechazar a laslites en el poder, mediante distintas formasde presin, y estas se alternan en el mismo,

    de acuerdo a los periodos electorales. Lasoberana popular corre as el riesgo de con-vertirse en el instrumento retrico para elmantenimiento del poder (o para el accesoal poder de Estado) por parte de las litespartidistas.

    14 No es ni mi inters ni cabe para los propsitos del presente texto ampliar una discusin sobre lascaractersticas de los partidos polticos, los diferentes sistemas de partidos, y las estructurasinstitucionales sobre las cuales operan y/o construyen sus polticas. Para una ampliacin de estepunto puede leerse: GILHODES, Pierre. Sistema de partidos y Partidos polticos en Colombia.En: Oscar Delgado, Fernn Gonzlez y otros. Modernidad, Democracia y Partidos Polticos. FIDEC-

    FESCOL. Bogot. 1993. Pgs. 69-114; MANIN, Bernard. Op. cit.; WEBER, Max, Economa y sociedad.Un esbozo de sociologa comprensiva. Edicin preparada por Johanes Winckelmann. Traduccin deJos Medina Echavarra, Juan Roura y otros. Fondo de Cultura Econmica. Segunda Edicin de lacuarta en alemn. Bogot, 1977. Tomo II; Pgs. 682-694; 1076-1103.; TOURAINE, Alain. Op. cit.Pgs. 139-143; y, los ya clsicos: DUVERGER, Maurice. Los partidos Polticos. Fondo de CulturaEconmica. Mxico, 1992 y MICHELS, Robert. Los partidos Polticos. Un estudio sociolgico de lastendencias oligrquicas de la democracia moderna. Traduccin de Enrique Molina de Vedia, Amorrottueditores, Buenos Aires, 2003.

    15 El caso de Colombia o Estados Unidos puede servir de referencia para esta idea de las alternacionesen el poder, sin alternativas reales, en trminos de proyectos diferenciados de sociedad. Ver:GILDHOES, Pierre. Op. cit. pgs. 72 y ss.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    9/32

    105

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    De esta manera, aunque los diversos siste-mas de partidos abrieron espacios para lacanalizacin de demandas sociales excluidasdentro de los regmenes ms aristocrticos

    de la democracia de los notables, de finalesdel siglo XVIII y principios del siglo XIX, laestructura de democracia representativa so-portada por estos, no puede considerarsecomo soporte exclusivo de la democraciamoderna, en tanto normalmente se le otor-ga a los sectores subalternos un lugarreactivo o pasivo.

    Es en esta direccin que Touraine proponetres elementos fundamentales para la cons-titucin de una democracia que vaya ms all

    del establecimiento de unos procedimientospara la toma de decisiones por parte del Es-tado y para la seleccin de gobernantes den-tro de las opciones que dan las distintaslites. Touraine plantea la necesidad de larepresentatividad, pero junto con el estableci-miento de lmites al poder de Estado que ga-rantice el respeto de los derechos humanosfundamentales (bajo el supuesto de que so-bre la idea de soberana popular, este puedeconstituirse autoritario o, de hecho, totali-tario, como se evidenci en el siglo XX) y el

    desarrollo de una ciudadana, entendida comovnculo social voluntario de los asociados aun estado nacin. Teniendo como punto dereferencia estos tres elementos, podemospasar a discutir ahora la manera en que es-tos deberan estar articulados a fin de noreducir su margen de accin a lo meramenteprocedimental.

    As, no es suficiente con el respeto de losderechos fundamentales, producto de unaslimitaciones al poder de Estado, y que el

    proceso de seleccin de representantes sehaga con base en su capacidad de convocar

    los deseos, necesidades e intereses de losciudadanos, sino que estos ltimos, ademsdeben contar con marcos de accin que lespermitan construir su propio concepto y pro-

    yeccin de la sociedad que componen, bajolos principios de igualdad, equidad, justiciay libertad. Esto es, los ciudadanos que tie-nen por fin su participacin en la constitu-cin de la sociedad que componen, debenestar formados en la democracia, y su parti-cipacin es algo que debe potenciarse y frentea lo cual, la mayor parte de las institucionessociales, polticas, econmicas y culturalesdeben dirigir sus acciones. Esto en la medi-da en que no hay ciudadanos demcratas sinuna sociedad demcrata que los constituya

    y funde16.

    La democracia, entonces, se constituye en unrgimen tanto ms abierto, cuando mayoresprobabilidades encuentran los actores indi-viduales y colectivos que componen una so-ciedad dada de expresar libremente lasproyecciones que cada uno tiene para la mis-ma sociedad; es tanto ms abierto, cuandoestos actores sociales han sido constituidoshistricamente dentro de marcos de accinequitativos y justos, para expresar los idea-

    les de vida buena que cada actor social cons-truye. De este modo, los procedimientosdemocrticos slo pueden funcionar cuandolos ciudadanos que hacen uso de los proce-dimientos los reconocen como construccio-nes colectivas, ante los cuales los interesesindividuales son base, pero no fin, de su ela-boracin y realizacin.

    Esta perspectiva de la democracia podravincularse con las propuestas de una demo-cracia como rgimen17, la cual cuando no

    encuentra los espacios y bases sociales abier-tos y formados, valga la redundancia, de-

    16 CASTORIADIS, Cornelius. Ciudadanos sin Brjula. Ediciones Coyoacn, Mxico, 2000. Pgs.162 y ss.

    17 En el sentido que le otorga Castoriadis, la democracia, como rgimen, es entendida en oposicin auna democracia meramente procedimental, como el Rgimen de autoinstitucin explcita y lcida delas instituciones deseables por parte de ciudadanos que se reconocen como agentes de dichaautoinstitucin. Ver. Castoriadis, op. cit. Pgs. 168 y ss.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    10/32

    106

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    mocrticamente, slo es posible en la medi-da en que la misma, como valor y fin se con-vierta en proyecto hegemnico capaz deromper con las formas de accin social que

    la impiden o imposibilitan; esto es, cuandolos actores sociales que la han incorporadologran constituirse en puntos de referencialegtimos y legitimantes del rgimen demo-crtico mismo; o, si se quiere, cuando estase convierte en valor fundamental dentro delas relaciones de poder y dentro del orde-namiento poltico. Desde esta perspectivaesbozada, la democracia es concebida comoun proyecto de autonoma individual y co-lectiva. La misma crisis que ha atravesado lademocracia representativa dara cuenta de

    sus lmites para representar la diversidad deintereses, necesidades y conflictos dentro deuna sociedad cada vez ms compleja, bajolos supuestos de la razn como principiobsico de la vida social. Como proyecto deautonoma, se apunta entonces a la bsque-da de un ordenamiento social que permita ala diferencia y a la pluralidad de actoresmanifestar sus proyectos de sociedad demanera libre y autnoma.

    En sus planteamientos sobre la idea de de-

    mocracia radical, Chantal Mouffe18 planteaen esta direccin, que dentro de la moder-nidad pueden evidenciarse dos proyectosclaramente diferenciados. Un proyectoepistemolgico o de autofundacin y un pro-yecto poltico o de autoafirmacin. El pri-mero estara relacionado con el supuestogenerado con el desarrollo cientfico quehabla de un hombre centrado o total que, atravs de su propio conocimiento, puedeconstituirse en perfectible. Lo derivado deesto es la pretensin de construir una socie-

    dad homognea y sin fisuras, que elimina lascontradicciones y conflictos de la sociedadal establecer valores supuestamente univer-sales, producto de la razn. Los sueos deuna sociedad perfecta producto del conoci-miento cientfico condujeron al estableci-miento de regmenes totalitarios, tanto de

    izquierda como de derecha. Y es precisamen-te frente a estos que se establece el proyectopoltico de autoafirmacin, el cual estararelacionado con las diversas luchas demo-

    crticas que han buscado, y buscan an, elreconocimiento de un hombre destotalizadoy descentrado. Este reconocimiento, nutri-do tanto del psicoanlisis como de las teo-ras crticas de la segunda posguerra, piensala autora, permite el establecimiento de ba-ses ms slidas para que una diversidad cre-ciente de actores sociales, que asumenmltiples posturas y posiciones, puedahacerse visible de manera positiva y sea re-conocida legtima por los distintos ordena-mientos polticos dentro de un contexto que

    le apunta a una nueva relacin entre lo par-ticular y lo universal.

    Desde esta perspectiva, se asume un pro-yecto de democracia radical en la que elreconocimiento de la diversidad cultural, degnero, tnica, poltica, social y culturalpueda ser reconocida positivamente comoelemento central de cualquier rgimen quese suponga democrtico. Esto dara cuentade las distintas formas mediante las cualesactores sociales diversos buscan hacerse

    reconocer por parte no slo del Estado, sinode la sociedad en general, para que efecti-vamente la autonoma individual y colecti-va, base fundamental de la democraciadesde esta perspectiva, pueda hacerse rea-lidad. Ahora bien, cul podra ser el esce-nario para el establecimiento de unademocracia radical o una democracia comorgimen? Antes de responder a esta pre-gunta, sera importante dar cuenta de ma-nera un poco ms detallada del momentohistrico de su emergencia y de los proce-

    sos sociales que han impulsado su desarro-llo en las sociedades contemporneas.

    En esta direccin es preciso mencionar cmolas sociedades occidentales han atravesadoen los ltimos 50 aos una dura crisis de susinstituciones y principios fundamentales: la

    18 MOUFFE, Chantal, op. cit. Pgs. 16-19.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    11/32

    107

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    idea de progreso se debilit con sus efectosperversos, manifiestos en la Primera y la Se-gunda Guerra Mundial; el desarrollo de con-flictos sociales crecientes en bsqueda de

    reconocimiento de diferencias no contempla-das dentro de los regmenes polticos ante-riores, tales como las demandas femeninas,las demandas de las culturas minoritarias,los procesos de independencia de los pasesafricanos y el desarrollo creciente de nue-vos movimientos sociales que, con base enidentidades culturales o de gnero o cons-truidos alrededor de proyectos excluidosantes del mundo de lo poltico, edificaronproyectos polticos alternativos en variaspartes del globo. La idea del progreso, fun-

    dada en la supuesta infalibilidad de la razncientfica, de este modo se hace aicos y for-mas de conocimiento diversas comienzan alegitimarse dentro de un espacio que Jona-than Friedman19, denomina como el procesode deshegemonizacin de occidente sumado aotro de deshomogenizacin. Estos procesosdaran cuenta de una crisis de la razn ins-trumental y de todos los proyectos polticossustentados sobre esta. El mismo estableci-miento de los regmenes autoritarios, ascomo de formas de control social cada vez

    ms sofisticadas y efectivas agenciadas den-tro de las democracias capitalistas, denun-ciadas de manera temprana en los aoscincuenta y sesenta20, daran cuenta de unacrisis de sentido de las sociedades occiden-tales y de la misma idea de democracia limi-tada a los espacios institucionales derepresentacin.

    Dentro de este contexto, distintos autoresdesde diversas partes del mundo comen-zaron a cuestionar la legitimidad de la he-

    gemona de occidente en trminos polticos,econmicos, sociales y culturales. Se comen-z a hablar de crisis de la razn cientfica,de la debacle de los meta-relatos que,

    desde la ptica occidental, hacan historiay explicaciones totales de la humanidad; decrisis de la nacin tal y como esta haba sidoentendida, de emergencia de nuevos nacio-nalismos extremos; de la emergencia de nue-vos actores y movimientos sociales queluchaban por su reconocimiento y repre-sentatividad en las esferas polticas, econ-micas, sociales y culturales, entre otrosfenmenos.

    En trminos del desarrollo de la democra-

    cia, este es el contexto de emergencia de losdiscursos pluralistas que hacen nfasis en lasformas de influencia de actores sociales novinculados directamente con la institu-cionalidad estatal; en la influencia de la so-ciedad civil en la toma de decisiones yorientaciones normativas, econmicas, socia-les y culturales por parte del Estado (elemen-tos estos criticados por los neoelitistas quedan cuenta de temas innegociables y de lostremendos impactos de las grandes corpora-ciones y transnacionales sobre la toma de

    decisiones, frente a exiguas influenciasde grupos minoritarios o subalternos). Mo-mento de emergencia tambin un poco msadelante de distintas versiones de comunita-rismo y lecturas diversas sobre la importan-cia de los procesos comunicativos en laconstruccin de consensos para el estableci-miento del inters general21. Momento deemergencia finalmente y en sintona con al-gunos de estos procesos, dentro del contex-to especfico de reconstruccin de Europadespus de la Segunda Guerra Mundial, del

    19 Ver: FRIEDMAN, Jonathan. Identidad cultural y proceso Global. Traduccin de Eduardo Sinnott.Ediciones Amorrortu. Buenos Aires, 2001.

    20 Nos referimos aqu fundamentalmente al desarrollo de la escuela crtica y los planteamientos entreotros de Herbert Marcuse en textos como El hombre unidimensional, entre otros.

    21 Sobre el desarrollo de las teoras pluralistas de la democracia, que emergen en la segunda mitad delsiglo XX, y que se disputan sus posiciones con las teoras econmicas que hacen nfasis en lasdecisiones racionales de los electores y con las perspectivas elitistas y comunicativas, las dosprimeras como perspectivas innovadoras dentro del elitismo, ver: GONZALO, Eduard y REQUEJO,Ferrn. Op. cit. Pgs. 58-95.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    12/32

    108

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    Estado de Bienestar en varios pases occi-dentales y del Estado Desarrollista en Am-rica Latina y el Tercer Mundo.

    Este proceso de transformacin de los reg-menes democrticos durante la segunda mi-tad del siglo XX puede dividirse en dosmomentos. Por un lado, el establecimiento delEstado de Bienestar y su posterior desarro-llo, aunque sirve efectivamente para la recons-truccin de Europa y para el establecimientode sistemas de seguridad social que busca-ban el bienestar general de la poblacin me-diante la participacin central del Estado enla orientacin de la economa, entra en crisispor la manera en que las demandas sociales

    son cooptadas dentro de un modelo de cor-porativismo de Estado. Dentro de este, des-de la mirada de Clauss Offe22, se estableciun campo de lo poltico centrado en el creci-miento y la seguridad, esta ltima entendidaen trminos tanto de seguridad frente a laviolencia, como de seguridad social (serviciospblicos con centralidad de una educacinestatal, estabilidad laboral, servicios socialespara las mayoras, etc.), unidad nacional y ar-ticulacin subordinada de las demandas so-ciales con base en la legitimidad de instancias

    de mediacin tradicionales: partidos polti-cos, sindicatos, agremiaciones de empresarios,entre otras. Por otro lado, este modelo esta-do-cntrico entra en crisis y con esto la ima-gen tradicional de lo poltico tambin, a partirde finales de los aos sesenta y principios delos setenta. Las fronteras entre lo pblico ylo privado se hacen ms fluidas e inestables ycon esto, emergen nuevos temas y actoresdentro del mbito de lo poltico: lo privadose politiza, lo particular tambin. Los nuevosactores son los feministas, los ecologistas, los

    movimientos tnicos, en fin, los nuevos mo-vimientos sociales dentro de una sociedadcivil fragmentada.

    Este proceso de complejizacin de las rela-ciones sociales que ponen a tambalear a las

    instituciones polticas y sociales tradiciona-les, as mismo, puede ser ledo desde dospticas diferentes. Por un lado, al perdersela frontera entre lo pblico y lo privado o al

    ser esta redefinida en el campo de lo polti-co puede ampliarse la democracia, al entraren la arena de las discusiones pblicas nue-vos temas y actores, pero, por el otro, tam-bin se puede leer como un proceso dereprivatizacin de muchos mbitos de la vidasocial.

    Planteemos con mayor claridad lo anterior.Para una lectura crtica, el Estado de bienes-tar es asumido como un modelo de estadosocial burocrtico en el que la sociedad civil

    es copada y cooptada por el Estado. Estaltima institucin y la sociedad poltica seconvierten en los canales de mediacin en-tre lo pblico y lo privado. La sociedad ci-vil, a travs de sus actores privilegiados(sindicatos y agremiaciones de empresariosfundamentalmente) tramita, del mismomodo, mediante una poltica de la influen-cia, pero dentro del contexto de estableci-miento de principios de accin claros ascomo de valores claramente definidos (cre-cimiento y seguridad, si asumimos los plan-

    teamientos de Claus Offe), las demandassociales, dejando por fuera a gran cantidadde actores sociales de esta poltica de la in-fluencia y representacin, tanto dentro delespacio de la sociedad poltica, como del es-pacio de la sociedad civil. Es especficamentedentro de la crisis del Estado social buro-crtico que emergen nuevos actores y, dehecho, posiblemente, gracias a este. Estosnuevos actores cuestionan los lmites a lopoltico establecido por el mismo Estado ysu articulacin con la sociedad civil lo que

    sirve para una redefinicin de lo pblico ylo privado.

    Lo problemtico de este proceso es que lascrticas que podran catalogarse de avanza-da coinciden con el avance del neoliberalismo

    22 Ver: Claus Offe. Partidos Polticos y Nuevos Movimientos Sociales. Traduccin de Juan Gutirrez.Editorial Sistema. Madrid, 1996. pgs. 175 y ss.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    13/32

    109

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    que pretende privatizar los servicios pbli-cos y sociales, con el argumento de que estoseran asuntos privados. As, las exigencias demayor participacin y reconocimiento de las

    demandas sociales no incluidas dentro delmodelo de Estado de Bienestar o social bu-rocrtico se enfrentan a propuestas de unalucha frontal contra el fortalecimiento de lasociedad que haba generado el mismo Esta-do de bienestar. Trminos como flexibilidadlaboral, competitividad, productividad, cre-cimiento sostenido, individualismo, se con-vierten en las banderas sobre las cuales seedifica el modelo neoliberal. As, el Estado,lejos de velar por representar y tramitar losintereses, deseos y necesidades, se deba con-

    vertir, dentro de la perspectiva neoliberal, enel garante de las libertades y la seguridad,pero no entendida en sentido amplio comoera el caso del Estado de bienestar: este lti-mo era un objetivo individual, no poltico, sinoeconmico y por tanto deba estar reguladopor el mercado y no por el Estado. El bienes-tar se privatiza entonces y sale de la esferapoltica, restringida a ser gendarme de la com-petencia y la seguridad entendida en trmi-nos militares y policivos ms que sociales.

    2. SOCIEDAD CIVIL, CIUDADANAY DEMOCRACIA

    Como respuesta a este modelo impulsado engran parte del globo por aquellos que habandefendido el Estado de bienestar (en otrospor sus ms radicales crticos), pero en lamayora de los casos sin el contrapeso de lasinstituciones polticas tradicionales ni de losagentes de la sociedad civil tradicional, segeneran nuevas tensiones sociales y una

    conflictividad creciente. Dentro del modelosocial burocrtico, las luchas sociales eran asu-

    midas como desviaciones producto de frus-traciones sociales (sobre esto volveremos msadelante) y generadas por actores socialesirracionales, o movilizados por creencias gene-

    ralizadas23. No obstante, son crecientes las pers-pectivas que legitiman las acciones socialescolectivas en respuesta a los procesos de re-formas econmicas de tipo neoliberal, comomanifestaciones de una nueva poltica y unasociedad civil que asume su protagonismopara tramitar las demandas sociales yvisibilizar distintos conflictos sociales.

    En pginas anteriores se mencion cmo eldesarrollo de la democracia en la moderni-dad est atravesado por el establecimiento

    de instancias mediadoras entre el Estado yla sociedad: los partidos polticos. Pero tam-bin se hizo alusin a la manera como estainstitucionalidad estara limitada por la pre-tensin del establecimiento o mantenimien-to de la hegemona de las lites en el poder,lo que en la prctica supone el establecimien-to de unas relaciones de dominacin que im-posibilitan el mismo desarrollo autnomo degrandes sectores sociales y su participacinefectiva de estos en la toma de decisionesde afectacin general. La presentacin de

    estos fenmenos no tuvo en cuenta otrosespacios de mediacin que se desarrollantambin en las sociedades modernas que, sinbuscar ser partcipes directos de lainstitucionalidad estatal, buscan la influen-cia en la toma de decisiones por parte de esta.Nos referimos a la sociedad civil. Sea este elmomento, entonces, para ampliar el signifi-cado de esta categora y su relacin con losprocesos de construccin de la democraciacomo rgimen dentro del contexto de crisisde los partidos polticos como instancias

    mediadoras y dentro de la emergencia denuevos actores sociales.

    23 Este es tal vez el concepto fundamental de la teora del comportamiento colectivo que ve a este comoel resultado de tensiones sociales, que generan ambigedades, que conducen al desarrollo de laansiedad; al comportamiento impaciente. El comportamiento colectivo es definido como aquelgenerado por creencias generalizadas que buscan la redefinicin de uno o algunos componentesde la accin social: los instrumentos, las organizaciones, las normas y los valores. Al respecto ver:SMELSER, Neil. Teora del Comportamiento Colectivo. FCE.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    14/32

    110

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    As, podemos observar cmo dentro de unaperspectiva liberal, la sociedad poltica com-puesta por los partidos polticos como ca-nales de trmite de demandas y conflictos

    sociales se encargara deviabilizar proyec-tos de sociedad, mediante el control del apa-rato de Estado a travs de procedimientosdemocrticos. La misma sera el campo dela representacin de la diversidad deintereses, pero dentro de contextos de es-tablecimiento de parmetros y principioshegemnicos (crecimiento y seguridad, siseguimos en esto tambin a Claus Offe). Es-tas circunstancias aseguraran la estabilidadpoltica y social, pues la diversidad no esun problema: se parte de unas perspectivas

    donde el desarrollo es preconcebido, ascomo el mismo hombre con sus intereses,necesidades y deseos. La razn, como basede la poltica, servira de base tambin parala construccin del inters general o pbli-co, el cual sera desarrollado e impulsadopor el Estado. A la sociedad civil, le corres-pondera, dentro de esta perspectiva, la dehacer visibles las demandas sociales, msque polticas, as como de la opinin pbli-ca poltica, como crtica a las decisiones,procedimientos y proyectos agenciados por

    la sociedad poltica y por el Estado. Este esun contexto dominado por actores socialestradicionales: sindicatos y agremiacionesempresariales, fundamentalmente. As, lono tramitado por la sociedad poltica, losera por la sociedad civil, como campo decontrol imparcial desde la sociedad; comocampo de crtica y bsqueda de influenciasobre el poder del Estado. El ideal implci-to dentro de esta mirada es el de una socie-dad poltica que efectivamente pretende laconstruccin del inters general, y el de una

    sociedad civil que busca la eficiencia de estepoder de Estado para garantizar el intersgeneral. Desde esta perspectiva se asume ala sociedad civil como el escenario de pro-duccin de la opinin pblica, producto dela deliberacin libre y autnoma de grupos

    organizados de la sociedad, en bsquedade influencia en la toma de decisiones porparte del poder de Estado.

    Lo anterior, no obstante, desconoce las pro-fundas contradicciones de intereses y lasprofundas desigualdades que dentro de lasociedad civil se encuentran, al estar com-puesta por un heterogneo grupo de orga-nizaciones sociales con posiciones desiguales,en trminos de la estructura de relacionessociales de poder y de produccin, en tr-minos de movilizacin de recursos y posibi-lidades reales de manifestacin y visibilidadpblica, y en trminos de capacidad de afec-tacin de las acciones, propsitos y proyec-

    tos del poder de Estado.

    En esta direccin, ya a principios del sigloXX Antonio Gramsci defini a la sociedadcivil como el campo de produccin de lahegemona, la cual se logra cuando una cla-se (la burguesa o el proletariado, dentrode este esquema interpretativo) se consti-tuye en referente poltico, cultural, norma-tivo e incluso histrico, para la definicinde los horizontes sociales, a partir de lainstalacin de sus valores e ideologa, no

    slo en el campo de las organizaciones einstituciones sociales, en apariencia sepa-radas del Estado, sino en el mismo Esta-do. La sociedad civil que Gramsci muestraes aquella en la que se disputan los senti-dos legtimos e ilegtimos del orden social;aquel lugar donde combaten lgicas con-tradictorias que pretenden el copamientode los intereses generales de la sociedad yel posicionamiento dentro de la sociedadpoltica. As, una clase llega a ser clasehegemnica, cuando sus intereses particu-

    lares son asumidos como intereses pbli-cos y logra copar, tanto a la sociedad civil,como campo de intereses particulares o cor-porativos, como a la sociedad poltica (lospartidos polticos) y al Estado; cuando esEstado24.

    24 GRAMSCI, Antonio. La poltica y el Estado moderno. Planeta-Agostin. 1979.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    15/32

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    16/32

    112

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    ne en cuenta la creciente complejidad queasumen las sociedades contemporneas don-de la poltica de clase es cuestionada al ba-sarse en identidades totalizantes que

    encubren diferencias, desigualdades y dis-tintas formas de explotacin y subordinacinde diversos actores sociales como las muje-res, los movimientos ecologistas, los movi-mientos tnicos, entre otros. La idea,entonces, de movimientos sociales se haceindispensable, no solo para pensar la demo-cracia, sino para pensar en nuevas formas dearticulacin entre la sociedad poltica, la so-ciedad civil y la sociedad en general. Estoen la medida en que desde el espacio de losmovimientos sociales se cuestiona la legiti-

    midad de los partidos polticos, as como denociones liberal-burguesas de la sociedadcivil. Se cuestiona desde el espacio de estosmovimientos, no slo la idea liberal de la de-mocracia, fundada sobre la defensa delindividualismo y las instituciones de repre-sentacin como fundamento necesario y su-ficiente de la democracia, sino la misma idearepublicana, pues por lo que luchan estos alparecer, no es por la soberana popular, sinopor la autonoma dentro de lo que Claus Offedenomina un nuevo paradigma sobre lo po-

    ltico, el cual se enfrentara a otro anterioren la medida en que aquel haca referencia:

    ... a una estructura social compuesta decolectividades relativamente duraderas y re-lativamente diferenciadas, tales como cla-ses, agrupaciones segn el status social,profesin, inters econmico, comunidadesculturales y familias. Por otro lado, co-rrespondera el nuevo paradigma a ungrado ms alto de individuacin y dife-renciacin, es decir, a un tipo de estructu-

    ra social en el que tales colectividades sehan vuelto a la vez menos diferenciadas ymenos duraderas como puntos de referen-cias orientativos28.

    Frente a lo anterior, es necesario aclarar queel autor se refiere al caso europeo exclusiva-

    mente, dentro del contexto de lo que muchoshan denominado como el establecimiento deuna sociedad postindustrial. Una sociedaden la que las identidades tradicionales en-

    tran en crisis producto de una mayor inesta-bilidad de las relaciones sociales, laborales,econmicas y culturales en las que se consti-tuye, progresivamente un sujeto ms mviltambin y con menor capacidad de construirproyectos duraderos y exclusivos en trmi-nos polticos, as como para el desarrollo desu propia subjetividad. Este proceso en Eu-ropa tiene que ser matizado para los contex-tos latinoamericanos, donde es ms bien laemergencia de identidades culturales socia-les ms estables, pero no necesariamente es-

    tticas, como aquellas basadas en la identidadtnica o cultural, lo que no quita compleji-dad al proceso. Las mismas, en un caso y enotro, no obstante, no encuentran escenariosde representacin y reconocimiento dentrode las instituciones polticas tradicionalescomo los partidos polticos, ni dentro de unasociedad civil compuesta por actores socia-les tradicionales como los sindicatos y lasagremiaciones empresariales, por lo quemuchas veces se han visto abocadas a laredefinicin de los mismos partidos

    polticos; al apoyo a terceras fuerzas o a lafundacin de partidos independientes oalternativos; as como tambin han tenidoque destinar sus acciones a la resignificacinde la sociedad civil, a ganar espacios de vi-sibilidad en esta, hegemonizada por actoressociales poderosos.

    El concepto de movimiento social entoncesentra a jugar un papel central en el procesode construccin discursiva y dentro de lasprcticas sociales de la democracia al que

    hemos venido haciendo alusin y el escena-rio de la sociedad civil es central para el es-tudio de la misma como proceso social, noslo desde el punto de vista discursivo, sinode las prcticas sociales. Su definicin noontolgica, sino procesual, es nuestra tareaa continuacin, pensando siempre su relacin

    28 OFFE, Claus. Ob. cit. Pg. 182.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    17/32

    113

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    conflictiva y compleja con las instituciones yactores sociales tradicionales de la moderni-dad. Esto no sin antes dar cuenta de la ma-nera como en el desarrollo de la sociedad

    civil y la democracia se han puesto en dispu-ta tambin concepciones sobre la ciudada-na, como tercer eje alrededor del cual girarnuestro estudio sobre el vnculo entre losmovimientos sociales y la democracia.

    En este sentido, puede darse cuenta de di-versas perspectivas sobre lo que significa serciudadano en el mundo contemporneo ysobre la manera como desde este lugar seresignifica la democracia, particularmentepor el papel que juegan los movimientos so-

    ciales en este proceso de redefinicin de lociudadano, de la democracia y la ciudada-na. Este elemento es clave para compren-der tambin el escenario de los movimientossociales como campos de produccin de dis-cursos diversos (algunos incluso contradic-torios) sobre la democracia.

    Para un acercamiento al concepto, puedeverse entonces cmo su definicin est atra-vesada por los procesos histricos y por lastendencias polticas en cada momento. Joa-

    qun Herrera Flores y Rafael Rodrguez Prie-to afirman, por ejemplo, que ...Para una visinsimplista, ser ciudadano consiste en la adquisi-cin de unas determinadas capacidades de accinpblica en un contexto geogrfico preciso, y, almismo tiempo, estar sometido a (o sentirse privi-legiado por) las leyes que emanan de las institu-ciones que funcionan dentro de los lmites de dichocontexto espacial29.

    Esta es una perspectiva que los autores con-sideran ontolgica, al preguntar por si se

    es o no se es ciudadano, frente a lo cualplantean que no se es ciudadano, sino quese tiene o no se tiene la ciudadana, consi-

    derando a sta como una tcnica para el de-sarrollo y ejercicio de la democracia, la cuales considerada a su vez como la construc-cin de medios adecuados para conseguir el

    autogobierno ciudadano. La ciudadana, pues, seda en determinados contextos espaciales y, a suvez, viene determinada por los ritmos, cauces yprocedimientos que le imponen las diferentes lega-lidades que se dan en dichos contextos30.

    Ahora bien, aunque la ruptura con una con-cepcin ontolgica de la ciudadana que laconcibe como un vnculo jurdico, reducidoal otorgamiento de derechos por parte delos aparatos de Estado de un territorio a al-gunos de sus habitantes, como un don o un

    privilegio que hace a estos ciudadanos conderechos y deberes, presenta un avance, laconcepcin tcnica supone unos procedimien-tos definidos para su ejercicio, lo que consti-tuye tambin un intento de regular elejercicio del poder de institucin de la so-ciedad por parte de los agentes y actores quela componen.

    Desde la perspectiva de la ciudadana comotcnica, entonces, habra que definir los pro-cesos a travs de los cuales esta se adquiere o

    llega a tenerse, aspecto que no es desarrolla-do por los autores citados, pero que podrandesarrollarse teniendo como referencia losprocesos de socializacin y los campos de lavida social en los que se desarrollan los indi-viduos y las colectividades. Ms especfica-mente, habra que decir, teniendo en cuentalos contextos de realizacin o constitucin dela vida poltica de los individuos y los colec-tivos. En este sentido, puede decirse que laciudadana es un aspecto potencial de los su- jetos en tanto actores sociales, dado que la

    vida no est inscrita totalmente en la polticaen el sentido que, por ejemplo, CorneliusCastoriadis le da a este concepto31. Ahora,

    29 HERRERA F, Joaqun y RODRGUEZ P., Rafael. Legalidad: explorando la nueva ciudadana.En: Los campos de Juego de la Ciudadana. Editorial El Viejo Topo, Madrid, 2003, Pg. 45.

    30 Ibd. Pg. 74.31 Castoriadis considera a la poltica como el cuestionamiento explcito y lcido de las instituciones

    establecidas; un cuestionamiento dirigido al establecimiento de las instituciones deseables/imagi-nadas. Ver. CASTORIADIS, Cornelius. Op. cit.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    18/32

    114

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    dado que la ciudadana es el conjunto de acti-vidades articuladas conducentes al gobiernoy autogobierno de los individuos y las socie-dades, sta, podra pensarse, est restringi-

    da a aquellos que participan centralmente dedichas actividades o que dedican gran partede su tiempo a la deliberacin y accin deli-berada y explcita sobre los rdenes socialesdeseables.

    Hay que aclarar que con lo anterior no sequiere decir que nicamente unos actores y/osujetos sociales sean los encargados de ins-taurar o instituir los sentidos legtimos delmundo y los imaginarios sociales aceptados.Cada hombre y cada mujer son a la vez ins-

    tituidos e instituyentes, dentro de los cam-pos de accin y pensamiento que cadasociedad define para s, en la fusin de losprocesos explcitos de institucin o funda-cin, as como en los implcitos de la vidacotidiana. No obstante, cabe plantear cmola ciudadana, dentro de este marco de refe-rencia conceptual y terico, estara restrin-gida a aquellas actividades y procesosexplcitos destinados a interferir en el pro-ceso de fundacin-refundacin-institucin einstitucionalizacin de los significados y las

    prcticas sociales legtimas de regulacinde las relaciones sociales, de los procesos deconstruccin de los sujetos y sus universossimblicos. En esta media, la ciudadana esconcebida como un sistema de relacionessociales que tiene como caracterstica princi-pal la participacin explcita en la estructu-racin de los sistemas sociales y polticos, ascomo econmicos y culturales, que definenlas relaciones sociales, el bien comn, lasinstituciones deseables, las formas de gobier-no y autogobierno y, en fin, lo que podra

    denominarse las formas del poder pblico.Precisando, podra decirse, siguiendo en estotambin a Cornelius Castoriadis, que la exis-tencia de la poltica, como actividad de losciudadanos, es base fundamental de la de-mocracia, entendida como el rgimen en el que

    la esfera pblica se hace verdadera y efectivamentepblica, pertenece a todos, (y) est efectivamenteabierta a la participacin de todos32. Este rgi-men requiere que cada individuo y/o grupo

    social, participe explcita y lcidamente dela autoinstitucin de la sociedad que lo con-tiene, lo que podra denominarse como ejer-cicio de la ciudadana

    Lo anterior supone el reconocimiento y auto-rreconocimiento de cada sujeto con consti-tuyente de cuerpo social que lo contiene;reconocimiento sin el cual no es posible lainteraccin poltica; es decir, no slo de auto-reconocimiento, sino de inter- reconocimien-to entre los sujetos que componen una

    sociedad. Esto en la medida en que, al auto-rreconocerse cada sujeto, como legtimo por-tador de opiniones legtimas para la crticade las instituciones establecidas y la instau-racin de las deseables, obliga, por inter-accin, al reconocimiento en los otros de lamisma condicin.

    As, ms que una tcnica con procedimien-tos definidos, la ciudadana se entiende comoun proceso a travs del cual los sujetos in-corporan positivamente la resistencia a lo

    instituido y asumen su poder instituyente demanera explcita y deliberada, en la medidaen que ven a la sociedad como producto desus acciones e imaginarios individual y co-lectivamente construidos, sin desconocer loinstituido. La ciudadana, en principio abiertaa todos los sujetos sociales, es, en este senti-do, tambin la puerta de entrada a la parti-cipacin en la constitucin y estructuracinde la democracia y los poderes que la sus-tentan, lo cual significa, para las sociedadesmodernas, ser la puerta de entrada para las

    relaciones instituyentes frente a (en oposi-cin a, en conjuncin con) el poder del apa-rato de Estado. La ciudadana, como formade reconocer positivamente las tensiones yconflictos sociales, constituye la agencia cen-tral de construccin de la democracia en lamedida en que su actor, el ciudadano indi-

    32 Ibd.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    19/32

    115

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    lmites adquiere una nacionalidad, y con ello,los derechos que esta da. Este elemento se-ra el determinante de la ciudadana; al me-nos de la ciudadana moderna, ya que:

    A partir de la revolucin francesa, los esta-dos necesitan legitimar su existencia, y paralograrlo recurren a los habitantes de su te-rritorio, diciendo de ellos que componen esaunidad natural la nacin, capaz de pres-tar una base de lealtad al estado. La confi-guracin de los estados nacionales esentonces, un proceso por el que se ajustanentre s un estado y una nacin, formadapor el pueblo. Con lo cual se echa de ver qutan contingente es la formacin de la na-

    cin como la del estado, tan artificial la unacomo la otra33.

    La nacin y el Estado, o, el Estado-nacin,como referente de accin de los hombrespolticamente inscritos; es decir, reconocidosy autorreconocidos como agentes institu-yentes de la sociedad que componen (y quelos compone) es el campo de accin de la ciu-dadana moderna. No obstante, esto slosucede cuando este escenario de poder losreconoce y abre las posibilidades efectivas

    de su participacin en la definicin de losintereses generales y de la proyeccin nor-mativa, econmica, social, cultural e histri-ca de su sociedad.

    En esta direccin, es bien sabido que el de-recho de la ciudadana o los derechos deciudadana han sido un campo de disputas yconflictos durante el desarrollo de las socie-dades modernas. Es slo cuando se estable-ce el Estado democrtico de derecho quecomienza un proceso de ampliacin de la ciu-

    dadana a sectores sociales ms amplios. Esas como el desarrollo de la burguesa sirvepara la constitucin de un campo de refe-rencia de la accin poltica, que empieza aconsiderarse un derecho, en principio, decada hombre (en principio libre y propieta-

    vidual o colectivamente considerado, parti-cipa de la estructuracin de lo legtimo y loilegtimo, dentro de un marco de referenciaabierto a todos, sin presiones ni restriccio-

    nes para la expresin libre de las opinionesde aquellos que constituyen el campodemocrtico.

    Ahora bien, este campo democrtico ha va-riado sustancialmente desde el mundo grie-go hasta la actualidad. Dentro del desarrollode las sociedades modernas, el mismo seinstitucionaliza en el sentido de la forma-lizacin de las posibilidades de accin decada hombre dentro de un espacio polticoy un territorio definidos. En relacin con el

    espacio poltico, este puede dividirse clara-mente en dos: el Estado y la sociedad civil.Si definimos la ciudadana como la posibili-dad de accin libre y autnoma que leapunta a la intervencin dentro de laconfiguracin de los intereses generales,como el discurso y las prcticas del poderconducentes a la intervencin explcita den-tro de los procesos sociales, notamos cmoel espacio privilegiado de toma de decisio-nes es el Estado. Es particularmente en re-lacin con este aparato de poder que se

    define la ciudadana en la modernidad; uncampo que conjuga procesos de estruc-turacin de los sistemas de gobierno de laGrecia clsica, as como de Roma.

    Adela Cortina, en su estudio sobre la evolu-cin del concepto, muestra cmo el ciudada-no no slo es un sujeto poltico en el sentidoen que participa en las deliberaciones polti-cas (herencia del modelo griego), sino queadems le debe lealtad, y se somete a las le-yes y normas del Estado en el cual vive; a

    cambio de esto, recibe proteccin (caracte-rstica del modelo romano de ciudadana).Una tercera caracterstica de este modelo deciudadano, propio de la modernidad, es laimposicin de unos lmites territoriales, porlos cuales el hombre nacido dentro de esos

    33 CORTINA, Adela. Ciudadanos del mundo: Hacia una teora de la ciudadana. Alianza Editorial. Ma-drid, 1997. Pg. 61.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    20/32

    116

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    rio), pero luego tambin de cada mujer, yluego los grupos excluidos demandan tam-bin estos derechos y la representacin y/oreconocimiento de sus intereses, deseos, pro-

    yectos y necesidades.

    Como veamos pginas arriba, el estableci-miento del Estado democrtico de derechoy la democracia moderna supone, paraTouraine, el establecimiento de tres princi-pios de configuracin del poder pblico: laciudadana, la representatividad y lmites alpoder del Estado34. Desde el escenario delEstado-nacin se definen los sujetos que hande reconocerse como ciudadanos, lo queimplica un sistema de inclusiones y exclusio-

    nes. No obstante, la accin poltica, dentrodel proceso de individuacin, pero tambinde configuracin de comunidades polticas,que supone el desarrollo del capitalismo y lamodernidad, va a ser motivo de conflictospara sectores sociales cada vez ms amplios,que buscan su inclusin dentro de los esce-narios de deliberacin y toma de decisionesque contiene el Estado, en tanto ste, ade-ms, posee la fuerza para la aplicabilidad delas mismas. As, si bien es cierto la ciudada-na moderna supone un rgimen de inclu-

    siones y exclusiones, es la bsqueda deinclusin y la pretensin de hacer represen-tables, o al menos visibles, los interesesheterogneos e, incluso, contradictorios dela sociedad, lo que va a ampliar el campo dejuego de la ciudadana. De esta manera, estacondicin se adquiere no slo como fruto dereconocimiento del aparato de Estado, sinocomo producto del desarrollo de los conflic-tos y contradicciones sociales, agenciadospor los excluidos aunque tambin desde losincluidos.

    El discurso y las prcticas de la ciudadanacomo posibilidad de intervencin directa yexplcita en la proyeccin de la sociedady las instituciones deseables, como accin po-

    ltica, se establecen como proyectos siempreabiertos, tanto dentro del aparato de Esta-do, como fuera de l.

    En esta direccin, no es nicamente el apa-rato de Estado el escenario de construccinde lo pblico o del inters general. La socie-dad civil es tambin un escenario poltico dedeliberacin e institucin de la ciudadanaen tanto fruto de la organizacin, definiciny agenciamiento de intereses colectivos, losactores sociales buscan afectar el ordena-miento social y su propia institucionalidadpoltica, econmica y social, desde sus accio-nes y discursos.

    La ciudadana no slo encuentra como mar-co de referencia al Estado, sino a cada unode los movimientos y organizaciones que sir-ven para la definicin de los intereses gene-rales que llegan a serlo, precisamente por supuesta en pblico, su publificacin en las ins-tituciones, organizaciones y movimientos queson capaces de canalizarlas y convertirlas enobjeto de deliberacin poltica dentro delEstado y fuera de l. Fuera de ste, debidoa que, de hecho, el mismo no copa, ni puedecopar la totalidad de las relaciones sociales

    ni la totalidad de los intereses y deseos delos individuos y los colectivos sociales y, eneste sentido, la totalidad de la vida polticade las sociedades contemporneas, ms ancuando su reduccin a la bsqueda de se-guridad lo conduce a un distanciamientocreciente frente a los deseos, necesidades eintereses de las heterogneas mayoras.

    Frente a esto ltimo, Nstor Garca Canclini35,en 1996, llam la atencin sobre el hecho deque la ciudadana no se restringe al espacio

    jurdico-poltico, sino que alcanza dimensio-nes en relacin incluso con la cultura y laeconoma. Este autor comentaba que la ciu-dadana es ms que un derecho reconocidopor los estados en los mbitos mencionados,

    34 TOURAINE, Alain. Qu es la democracia?. Op. cit.35 GARCA C., Nstor: Consumidores y ciudadanos: conflictos culturales de la globalizacin. Editorial

    Grijalbo. Mxico, 1995. Pgs. 17 y ss.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    21/32

    117

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    pues significaba tambin formas de recono-cimiento social y de relaciones sociales en-tre personas que se reconocen iguales muchasveces en la diferencia. La ciudadana, para

    Garca Canclini, es de esta manera, tambinuna estrategia. Desde este planeamiento,

    Reconcebir la ciudadana como estrategiapoltica sirve para abarcar las prcticas emer-gentes no consagradas por el orden jurdi-co, el papel de las subjetividades en larenovacin de la sociedad, y, a la vez, paraentender el lugar relativo de estas prcticasdentro del orden democrtico y buscar nue-vas formas de legitimidad estructuradas enforma duradera en otro tipo de Estado. Su-

    pone tanto reivindicar los derechos de acce-der y pertenecer al sistema poltico como elderecho a participar en la reelaboracin delsistema, definir por tanto aquello en lo cualqueremos ser incluidos36.

    Con la nocin de ciudadana cultural, losvnculos entre la poltica y la cultura se es-trechan; del mismo modo, las reivindicacio-nes sociales amplan su radio de accin ysobrepasan lo meramente econmico, parareivindicar tambin derechos culturales, a la

    diferencia, al territorio, entre otros. Del mis-mo modo, los nuevos movimientos socialesle han dado a las democracias latinoameri-canas formas de interaccin y articulacinsocial que ponen a prueba las tradicionalesfronteras de lo poltico, o mejor, de la polti-ca como el espacio de los estados, los go-biernos y los partidos.

    Vemos, entonces, cmo la ciudadana co-mienza a vivirse y experimentarse de mane-ras cada vez ms complejas dentro de los

    procesos de globalizacin; los movimientossociales contemporneos estn construyen-

    do nuevas formas de integracin, interaccinsocial y ciudadana, desde abajo, que pue-den llevar a nuestras sociedades al estable-cimiento de sistemas democrticos que vayan

    ms all de las retricas electorales de nues-tros dirigentes y de las visiones de la demo-cracia y la ciudadana meramenteinstrumentales, como discursos legitima-dores del orden establecido37. La dimensincultural de los nuevos movimientos sociales,de la democracia y la ciudadana, estudiadapor Garca Canclini, Arturo Escobar, AlainTouraine, entre otros, nos puede dar lucessobre los mecanismos de accin ms efectivospara la constitucin de sistemas democrti-cos participativos en los que las poblaciones,

    las clases y grupos sociales subalterno(a)scobren un papel protagnico en el diseo yconstruccin de sus propias sociedades; delmismo modo, nos permiten ver las posibili-dades de estas formas de organizacin ensu confrontacin con rdenes normaliza-dores y reguladores.

    3. MOVIMIENTOS SOCIALES Y DE-MOCRACIA. LOS AGENTES DELA HISTORIA

    Para el desarrollo de esta ltima discusin,podemos partir de una definicin sintticasobre el singificado de los movimientos so-ciales. Esta definicin es propuesta porMauricio Archila:

    Por movimientos sociales entendemos aque-llas acciones sociales colectivas ms o me-nos permanentes orientadas a enfrentarinjusticias, desigualdades o exclusiones, yque tienden a ser propositivas en contextos

    histricos especficos (...) el terreno del con-flicto en el que se mueven los actores sociales

    36 Ibdem. Pg. 21.37 En este sentido, en Colombia, uno de los principales defensores e impulsores de un tipo de ciuda-

    dana meramente instrumental que busca que esta se convierta en un mecanismo de control social,de autocoaccin y represin social es tal vez el Ex-alcalde de la Ciudad de Bogot, quien reduce laciudadana a lo meramente normativo con fines de competitividad y productividad. Ver: MOCKUS,Antanas. Cultura, Ciudad y Poltica. En: La ciudad observada: violencia, cultura y poltica. YesidCampos e Ismael Ortis. T.M. Editores. Bogot 1998. Pgs. 15 y 16.

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    22/32

    118

    Democracia, movimientos sociales y ciudadana

    Revista Republicana

    es ilimitado y no se reduce a lo socioeco-nmico (...); los movimientos sociales res-ponden a asociaciones voluntarias y, en esesentido, son tambin comunidades imagi-

    nadas. Ambos aspectos denotan un papelproactivo de los movimientos sociales en laconstruccin de la democracia, pues am-plan su base y constituyen una expresinorganizada de la sociedad civil38.

    La lucha de los movimientos sociales frentea injusticias, desigualdades o exclusionespuede ser entendida como una lucha por elreconocimiento de estas condiciones y labsqueda de soluciones por parte de acto-res sociales diversos para la ampliacin de

    la democracia. No obstante esta lectura po-sitiva y que vincula directamente a los mo-vimientos sociales como parte de la sociedadcivil ha atravesado un largo proceso en elque no siempre se les ha juzgado como ac-ciones sociales positivas y para nuestro inte-rs, por y para la democracia. De hecho, lasprimeras lecturas sobre estos, desde unaperspectiva elitista afirmaban que las mismaseran acciones irracionales, producto de frus-traciones sociales ante cambios en las estruc-turas econmicas, polticas y sociales. Dentro

    de estas primeras perspectivas, los canalesinstitucionales eran transgredidos por acto-res sociales con conductas desviadas, msfruto de la impaciencia y frustracin frentea los cambios sociales, que resultado de unproceso de racionalizacin del mundo. Estetipo de conductas colectivas irracionales de-ban ser asumidas como retos para la estabi-lidad de la misma democracia39 . Estosmovimientos, entendidos dentro de una l-gica del comportamiento colectivo, rompancon la estabilidad del sistema y con su racio-

    nalidad interna al no ser capaces de adap-tarse a proceso de cambio, lo que conduca aacciones irracionales.

    Frente a estas perspectivas negativas de losmovimientos sociales, en su estudio sobre eldesarrollo de las teoras sobre los movimien-to sociales Margarita Bonamusa40 planteaque el protagonismo alcanzado en los aossesenta y setenta por estos, se debe a la ma-nera en que estos re-significan la democra-cia, generan proyectos que redefinen, asmismo lo pblico, lo privado y lo poltico.Estos movimientos, afirma la autora, logra-ron poner sobre el tapete nuevas demandasy proyectos frente a una concepcin estan-

    cada de la democracia que la reduca a la re-presentacin y el corporativismo de Estado.Pero tambin, contina Bonamusa, genera-ron reflexiones y conjeturas sobre el porqude su actividad y sus protestas. La primeraaproximacin terica, el modelo clsico, pro-vino de la psicologa del comportamiento co-lectivo. Desde esta se vea a los movimientossociales como producto de las frustracionesindividuales que, al activarse, generabancontagios y pretendan la desestabilizacinde la sociedad. Estas frustraciones genera-

    ban comportamientos irracionales ydestructivos en los individuos y frente a lasociedad; eran concebidos, entonces, comodisfuncionalidades inherentes a la sociedad.

    Progresivamente, particularmente a partir delos finales de los aos sesenta y comienzosde los setenta, de una mirada negativa so-bre los movimientos sociales se pasa a unapositiva en la que se centran los anlisis enlos procesos organizativos (teora de movi-lizacin de recursos), en los procesos

    38 ARCHILA, Mauricio. Vida, pasin y de los movimientos sociales en Colombia. En: ARCHILA,Mauricio y PARDO, Mauricio (eds.) Movimientos sociales, democracia y estado en Colombia. CES-Universidad Nacional de Colombia-ICANH. 2001. Pg. 18.

    39 SMELSER, Neil. Op. cit.40 BONAMUSA, Margarita. Organizacin y estructura de oportunidad poltica. En: Revista An-

    lisis Poltico. Nm. 23. Septiembre-diciembre de 1994. Universidad Nacional de Colombia. Bogo-t. pgs. 60-64. Las referencias a la revista Anlisis poltico fueron extradas de las versionespublicadas en la red, por lo que la paginacin original de la versin impresa puede no coincidircon la referenciada aqu (varias ediciones on-line no tienen la paginacin original).

  • 8/3/2019 Democracia Movimientos Sociales y Ciudadania Rv Republican A

    23/32

    119

    Jorge Orlando Blanco SurezGrupo de Investigacin

    identitarios (nuevos movimientos sociales);en la estructura de oportunidades polticas(modelo de proceso poltico). Varios auto-res destacados por Bonamusa, as como otros

    ms, dan cuenta de la manera como elfuncionalismo juzg las conductas colectivascomo disfuncionales y de cmo desde estasmiradas, dentro de marcos sociales e hist-ricos un tanto distintos, comenzaron a juz-garse como procesos de estructuracin socialdesde racionalidades diversas que aporta-ban al desarrollo de la democracia, en tantovisibilizaban, a partir de sus necesidades,pero tambin de sus intereses, proyectos ydeseos, formas alternativas de accin polti-ca y proyectos polticos diversos tambin41.

    Dentro de este desarrollo, el nfasis en losprocesos organizativos (Teora de la Movili-zacin de recursos) hace hincapi en la ma-nera como se desarrollan distintas formas deracionalidad edificadas necesariamente so-bre la constitucin de organizaciones esta-bles con lderes reconocidos que lograncanalizar y articular las demandas de los in-tegrantes de base, lo que aleja este plantea-miento de la mirada funcionalista. Desde

    aqu se plantea que los movimientos socialesen la medida en que estn guiados por obje-tivos concretos hacen clculos sobre las ac-ciones a desarrollar y los costos y beneficios

    de las mismas, pero desconoce en gran me-dida los procesos polticos dentro de los cua-les las acciones colectivas de estos puedenser posibles o, para precisar, la estructura deoportunidades polticas que hacen posible lamisma constitucin de las organizaciones demovimientos sociales (OMS). Lo anterior,para Margarita Bonamusa, se constituye enuna visin aislacionista de los movimientossociales pues no tienen en cuenta la estruc-tura de relaciones de poder y la estructurasocial dentro de la cual se generan y se de-

    sarrollan. A partir de estas crticas surge elmodelo del Proceso Poltico el cual tiene encuenta estos elementos. De esta manera:

    Las crticas realizadas por el modelo de Pro-ceso Poltico conducen a un desplazamien-to de la preponderancia asumida por el rolque ejercen los recursos materiales y huma-nos y, por ende, la organizacin, y se con-traponen al anlisis de la estructura deoportunidad poltica nacional y su efecto

    41 Varios autores, tanto colombianos como extranjeros, han dado cuenta del trnsito en los anlisissobre los movimientos sociales a nivel mundial y de la manera como estos han afectado las lecturassobre la democracia en las sociedades contemporneas, por lo que aqu se tratar de puntualizarsobre la articulacin entre movimientos sociales y democracia con el fin de sustentar tericamenteel estudio de los movimientos sociales en Colombia y Venezuela. Para un anlisis detallado deestos procesos de cambio de paradigmas en los estudios sobre movimientos sociales, desde lasperspectivas funcionalistas (cercanas, como se dijo, al elitismo democrtico) ver: MNERA RUIZ,Leopoldo. Rupturas y continuidades. Poder y movimiento popular en Colombia 1968-1988. IEPRI-Uni-versidad Nacional de Colombia-CEREC. Bogot, 1998. Pgs. 23-84; ESCOBAR, Arturo (con Sonialvarez y Evelina Dagnino). Lo cultural y lo poltico en los movimientos sociales de AmricaLatina. En: ESCOBAR, Arturo, El Final del Salvaje. Naturaleza, cultura y poltica en la antropologacontempornea. ICANH/CEREC. Santa Fe de Bogot. 1999. Pgs. 133-167; L, COHEN, Jean y ARATO,

    Andrew. Sociedad civil y Teora Poltica. Traduccin de Roberto Reyes Mazzoni. Fondo de CulturaEconmica. Primera edicin en espaol de la tercera en Ingls. Mxico, 2002. (particularmente elcaptulo X de la tercera parte). Pgs. 556-635; OFFE, Claus. Op. cit. Pgs. 163-244; BONAMUSA,Margarita. Op. cit. Pgs. 60-74. TOURAINE, Alain. Op. cit. Pgs. 87-90 y TOURAINE, Alain. Elregreso del actor. Editorial Universitaria de Buenos Aires. Coleccin Problemas del Desarrollo. Tra-duccin de Enrique Fernndez. Buenos Aires. 1987. Para una crtica desde la accin racional o,ms especficamente, desde lo que se ha denominado el individualismo metodolgico, ver:TANAKA, Martn. Elementos para un anlisis de los movimientos sociales. Individualismometodolgico, eleccin racional y movilizacin de recursos.En: Revista Anlisis Poltico. Nm. 25.Mayo-agosto de 1995. Instituto de Estudios Polticos y Relaciones Internacionales. UniversidadNacional de Colombia. Bogot. pgs. 3-25.

  • 8/