(Escrito por Diego Vallareaux

Por demasiado tiempo, demasiado, fuiste mi sueo ms lejano.

Te miraba desde lejos, desde muy lejos, e imaginaba ese da en que te encontrara en mi camino.

Estaba seguro que eso ocurrira, que el punto de cruce iba a producirse tarde o temprano, que estaba predestinado, que el conocerte no fue mera casualidad.

Fueron tantas veces en que la angustia me sofocaba, en donde el corazn quiso escapar de mi pecho, pero pude seguir, pude continuar, porque te amaba tanto que cualquier otra cosa no tena demasiada importancia en mi vida.

Fue tan extrao todo y tan injusto. Te mir por un instante, fue como que alguien hizo que me enfocara en ti, slo en ti.

T estabas comprando ropa en ese shopping y yo comenc a disfrutar de tus gestos, tus sonrisas, tu forma de moverte; pero t jams volteaste a verme, no tuve esa suerte.

De repente recib una llamada mi telfono celular y tuve que contestar, al terminar de hablar, t ya no estabas, habas desaparecido de ese lugar.

En ese momento sent que haba perdido algo y que tal vez jams podra recuperarlo. Obviamente, no saba siquiera tu nombre.

Fue un momento muy extrao, muy mgico.

Me acerqu al lugar donde estaba uno de los vendedores y pagu lo que yo haba comprado, y al irme, me volv y le pregunt al vendedor que me haba atendido si conoca a esa mujer. Aclaro que lo hice sin ninguna clase de esperanza, pero misteriosamente me contesto que s, que era compradora habitual y que se llamaba, Joana.

Bueno, no puedo negar que en ese momento sent que volva mi corazn a latir, que respiraba de nuevo. El vendedor fue muy amable y debido a eso, me atrev a preguntarle ms. Antes que nada, si ella tena alguna relacin con alguien, a lo cual me contest que no, que estaba sola por el momento.

Entonces esta persona me dio el enlace de Facebook de Joana.

Haba un solo inconveniente, Joana, se iba del pas ese mismo da. Se marchaba a Espaa, por cuestiones de trabajo.

Se imaginarn que todo iba bien hasta enterarme de eso.

Al llegar a mi casa no supe que hacer, estaba demasiado lejos de mis posibilidades viajar hasta ese lugar del mundo, en el caso que conquistara a esta mujer que haba clavado una daga de amor, en lo profundo de mi corazn.

De todas maneras encend mi notebook, acced a Facebook y busqu a Joana. Al entrar a Facebook, slo pude ver la imagen de portada y la de perfil, pero en ninguna de las dos estaba su rostro, y todo lo dems estaba bloqueado; slo podan ver sus publicaciones y sus fotografas, las personas que tena como amigos. Obviamente le envi solicitud de amistad inmediatamente.

Los das pasaron, casi parecan eternos, y Joana no aceptaba mi solicitud, pero a la semana me apareci la notificacin que me haba aceptado como amigo, y eso fue un gran alivio.

Pude al fin conocerla un poco ms, pude ver fotos con una mirada tan especial que me encandilaba, que me encegueca, como ese da que la vi por primera vez.

El problema de todo esto era la distancia que me separaba y el impedimento de no tener posibilidad alguna de acercarme de forma directa a ella.

Por este motivo, me mantuve alejado y slo colocaba algn "Me gusta" en algunas de sus publicaciones. Trataba de acercarme, pero a la vez me mantena muy lejos.

El tiempo fue pasando: das, semanas, meses. Yo no saba que hacer, si conocerla y que ella me conozca, o dejar todo a un lado y olvidarla definitivamente.

Y como esta clase de sentimiento no se puede frenar, un da (al ao de conocerla) decid enviarle un mensaje por el chat de Facebook al verla conectada. Lo que escrib fue muy sencillo: "Hola, mi nombre es Alejandro".

Al minuto, recib la respuesta de Joana: "Hola, Alejandro. Un gusto conocerte". Creo que no hace falta que les diga el impacto que eso produjo en m.

A partir de all nos fuimos conociendo, compartiendo ideas, opiniones. Al mes ella quiso efectuar una videollamada, es decir, una conversacin a travs de una cmara web, en donde ambos podamos vernos las caras y escucharnos en tiempo real.

Sin dudas fue muy especial ese momento y hubo una buena conexin entre ambos, tenamos muchas cosas en comn y esa energa entre dos seres que parecen ser colocados uno para otro, en este misterioso universo.

Llego un punto en donde ambos necesitbamos ms que eso, en que buscbamos un contacto fsico.

Yo le coment que no tena posibilidades de obtener tanto dinero para viajar a Espaa, pero hubo algo dentro mo que me incitaba a estar cerca de ella, y sobretodo, ahora que despus de tanto tiempo, ambos nos ambamos.

Ya no era la mujer de mis sueos, era la mujer a la cual amaba de forma concreta.

Decid entonces deshacerme de casi todas mis cosas materiales, para obtener ese dinero que necesitaba para viajar. Lo bueno de esto es que ella tena trabajo para ofrecerme en la empresa de su padre, precisamente Joana, era la encargada de manejar la empresa. Eso fue una gran ayuda para decidirme a dejar todo aqu, e irme de mi pas.

El da haba llegado, me desped de amigos, de mi familia, y part hacia el aeropuerto de Ezeiza en la provincia de Buenos Aires desde mi Rosario natal, para tomar el vuelo a Espaa.

Sin dudas el vuelo fue demasiado alto, tan alto... que Joana nunca pudo conocerme en persona.