del colegio de caciques al colegio de granada

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Bulletin de l'Institut français d'études andines ISSN: 0303-7495 [email protected] Institut Français d'Études Andines Organismo Internacional Alaperrine Bouyer, Monique Del Colegio de caciques al Colegio de Granada: la educación problemática de un noble descendiente de los Incas Bulletin de l'Institut français d'études andines, vol. 30, núm. 3, 2001 Institut Français d'Études Andines Lima, Organismo Internacional Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12630306 Comment citer Numéro complet Plus d'informations de cet article Site Web du journal dans redalyc.org Système d'Information Scientifique Réseau de revues scientifiques de l'Amérique latine, les Caraïbes, l'Espagne et le Portugal Projet académique sans but lucratif, développé sous l'initiative pour l'accès ouverte

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Monique ALAPERRINE BOUYER

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  • Bulletin de l'Institut franais d'tudes andinesISSN: [email protected] Franais d'tudes AndinesOrganismo Internacional

    Alaperrine Bouyer, MoniqueDel Colegio de caciques al Colegio de Granada: la educacin problemtica de un noble descendiente

    de los IncasBulletin de l'Institut franais d'tudes andines, vol. 30, nm. 3, 2001

    Institut Franais d'tudes AndinesLima, Organismo Internacional

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12630306

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  • 501LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCASBull. Inst. fr. tudes andines2001, 30 (3): 501-525

    DEL COLEGIO DE CACIQUES AL COLEGIO DEGRANADA: LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN

    NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    Monique ALAPERRINE BOUYER*

    ResumenEn 1792 Carlos IV funda de forma algo prematura con el fin de controlar el descontento

    creciente de los criollos, un colegio en Espaa para educar a los nobles americanos. La cdula noexcluye a los nobles indgenas. Uno de ellos, D. Bartolom Mesa Tupac Yupanqui, solicita unabeca para su primo Don Santiago Phelipe Camilo Tpac Yupanqui, beca que no le otorga el virrey.Sus diligencias y sus disimulaciones, su terquedad as como los falsos argumentos del virreydejan ver la atmsfera de recproca suspicin de aquella sociedad peruana todava marcada porla rebelin indgena de 1780, al mismo tiempo que revela la ndole de la palabra real.Palabras claves: Educacin, nobles americanos, colegio de Granada, Incas (descendientes delos), Ilustracin, reivindicaciones indgenas.

    DU COLLGE DES CACIQUES AU COLLGE DE GRENADE : LDUCATIONPROBLMATIQUE DUN DESCENDANT DES INCAS

    RsumEn 1792 Charles IV, fonde de manire prmature et afin de contenir le mcontentement

    croissant des croles, un collge en Espagne pour les nobles amricains. Le dcret nexclut pasles nobles indignes et lun deux, D. Bartolom Mesa Tupac Yupanqui, homme cultiv et actif,sollicite linscription de son cousin Don Santiago Phelipe Camilo Tupac Yupanqui dont lacandidature nest pas retenue. Ses dmarches et ses dissimulations, son opinitret ainsi que lesfaux arguments du vice-roi laissent percevoir le climat de suspicion rciproque qui rgnait dansla socit pruvienne encore marque par la rvolte indienne de 1780, en mme temps que servle la vritable nature de la parole royale.Mots cls : ducation, nobles amricains, collge de Grenade, Incas (descendant des),Illustration, revendications indignes.

    FROM THE COLLEGE OF CACIQUES TO THE COLLEGE OF GRANADA: THEPROBLEMATICAL EDUCATION OF A NOBLE DESCENDANT OF THE INCAS

    AbstractIn 1792, Charles IV founded a college in Spain for educating noble Americans. This

    somewhat premature move aimed at curbing the growing discontent of the criollos. The royal

    * Universit Paris III, Sorbonne Nouvelle: 13 rue de Santeuil, 75005 Paris. E-mail: [email protected]

  • 502 Monique ALAPERRINE BOUYER

    decree did not exclude indigenous nobles. One of them, D. Bartolome Mesa Tupac Yupanqui,asked for a scholarship for his cousin, D. Santiago Phelipe Camilo Tupac Yupanqui. Howeverthis scholarship was not granted by the Viceroy. The further actions carried out by D. Bartolomeas well as the facts which he concealed, his stubbornness in fighting out his cause as well as thefalse arguments used by the Viceroy, illustrate the atmosphere of reciprocal suspicion thatcharacterised contemporary Peruvian society still under the effects of the indigenous rebellionof 1780. At the same time it makes manifest the dubious nature of the royal intentions.Key words: Education, American nobles, the college of Granada, Incas (descendants of)enlightenment, indigenous claims.

    La educacin de los sbditos americanos fue para la Corona espaola objeto deconstantes preocupaciones que dieron lugar a mltiples cdulas. Relativamente prontose fundaron universidades y colegios mayores con vistas a la formacin de las lites y,mal que bien en el Per de principios del XVII, dos colegios destinados a los hijos decaciques que no podan mezclarse con los nobles peninsulares y criollos. Los jesuitasse encargaron de ellos desde 1619 hasta su expulsin bajo el gobierno del virreyAmat, reinando Carlos III al mismo tiempo que asuman la educacin de buena partede las lites espaolas y criollas.

    Los Borbones, en su empresa de reorganizacin de la administracin de lascolonias tambin se preocuparon por la educacin y formacin de las lites americanas.La labor pedaggica de los jesuitas, largamente considerada como la mejor, fuecriticada. La ilustracin penetr en Amrica y las ideas nuevas llevadas por el viento quesoplaba desde Amrica del Norte y desde Francia se hicieron camino a pesar de lacensura.

    En 1792 Carlos IV, aconsejado por el conde de Floridablanca y habiendoobservado que nada importa tanto como la universal difusin de las luces, y que deningn modo puede sta asegurarse sino perfeccionando el sistema de conocimientoshumanos en la generacin creciente y en las que la han de suceder, fundaba un colegioen Espaa para la educacin exclusiva de los nobles americanos sin distincin,estableciendo unas constituciones de 47 artculos (A.G.I., Indiferente general 1620) (1).

    Los primeros estudios sobre este colegio fueron en 1962-1963 los de RichardKonetzke y del padre Olaechea Labayen. El primero haba publicado, ya diez aos antes,una parte de las constituciones; en cuanto al segundo, ofrece una sntesis de losdocumentos contenidos en tres legajos del Archivo de Indias de Sevilla, aadiendo unapndice documental sobre el establecimiento del colegio y la reproduccin entera dela real cdula de 1792. Ms tarde, Jos Luis Barea Ferrer toc el tema en un trabajo sobreel palacio de Carlos V en 1793 (1977-1978), esencialmente desde un punto de vista dela historia militar y del monumento. Mara Lourdes Daz Trechuelo (1972), Marie LaureRieu Millan (1982) y Mara Magdalena Guerrero Cano (1996-1997) tambin lo tocaronsiguiendo las pistas de los criollos americanos que vinieron a Espaa al colegio deGranada, cumpliendo con los requisitos de la cdula real.

    (1) Esta real cdula con las constituciones ha sido publicada por el padre Olaechea Labayen,1963. Tambin por Eguiguren, s.f.: 339, y en parte por Konetzke, 1953, vol. III.

  • 503LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    Todos estos estudios se centran esencialmente en los nobles criollos para quienesel proyecto haba sido elaborado en prioridad, dando poco espacio, o ninguno, a los otrosnobles americanos: los indios descendientes de los incas que desde una real cdula de1545 gozaban de ttulos y privilegios de nobleza. Sin embargo, la posible candidaturaa fines del siglo XVIII de esta nobleza que intentaba a duras penas conservar susprerrogativas, presenta un inters ya que permite ver qu lugar las lites indgenaspudieron ocupar en el ambiente de las reformas educativas.

    1. DE LOS SEMINARIOS DE NOBLES AL COLEGIO DE NOBLESAMERICANOS DE GRANADAEl proyecto de crear un colegio especial para los nobles americanos result del

    fracaso de otro: el de atraer a Espaa a los hijos de la aristocracia de ultramar que se sentapostergada en las funciones administrativas y militares y cuyo descontento ya eramanifiesto. La uniformidad de la enseanza practicada durante dos siglos particularmentepor la Compaa, de insigne reputacin, pero tambin por otras rdenes religiosas, entodas las provincias de la monarqua espaola, haba mantenido esta lite en la ilusinde una igualdad de oportunidades y derechos con los peninsulares a pretender altospuestos, al mismo tiempo que la pedagoga se iba quedando invariable y uniforme(Gonzalbo Aizpuru, 1989: 229).

    Un seminario de nobles haba sido creado por Felipe V en 1725 en Madrid,destinado a la educacin de la nobleza espaola en las cuatro carreras: eclesistica,militar, de gobierno y de justicia, y ms tarde otro en Valencia, los dos dirigidos por losjesuitas al principio. Carlos III, aconsejado por el futuro conde de Floridablanca quisoatraer all a los nobles americanos. Muy pocos se manifestaron, ni aun cuando se lesreserv una cuota de cuarenta plazas (2) . Juan B. Olaechea nota que buena parte de losfondos econmicos de este colegio provenan de Amrica y que por tanto era justo quelos americanos gozasen de la educacin que en l se dispensaba. La nobleza americanasin embargo no pareci compartir esta opinin. Entonces Carlos IV dio un paso ms, en1792, con la creacin del Colegio Mayor para Nobles Americanos de Granada(Olaechea Labayen, 1963: 212-213).

    Los seminarios de nobles dispensaban bajo Carlos III y Carlos IV una enseanzamoderna dando cada vez ms espacio a las llamadas ciencias tiles adems de las letrasy de una filosofa ms abierta, como lo atestiguan ciertos certmenes que fueronpublicados (3). Algunos nobles indios haban sido alumnos del Seminario de Nobles deMadrid, al parecer obedeciendo los mismos designios reales de control que los alejaban

    (2) Una nota de Jos Galvez al conde de Floridablanca (11/8/1784) dice: que de no sealarseun nmero de plazas har poco o ningn efecto en Indias porque all saven que siempre han sidoadmitidos los pocos que han venido al colegio (Indiferente general 1619).

    (3) Certamen oratorio-potico, en el qual los seores colegiales del seminario de nobles deSan Ignacio con los alumnos de las escuelas que la ciudad de Valencia instituy en dichoseminario Valencia, 1745, o Felipe WARD, Certamen pblico de los tratados de matemticas,geometra sublime y mecnica que en el Real Seminario de Nobles tendr el caballero seminarista D.Felipe Ward..

  • 504 Monique ALAPERRINE BOUYER

    de Amrica. Entre ellos don Manuel y don Dionisio Uchu Inca Tpac Yupanqui, hijosde don Domingo Uchu Inca Tpac Yupanqui, alfrez de la compaa de Infantera delPresidio del Callao. ste vino a Espaa con sus dos hijos de orden de S.M. comunicadaal virrey que fue del Per don manuel de Amat, posiblemente en 1767, ya que undocumento de enero de 1768 (A.G.I., Indiferente general 1613, fol. 6) le concede unapensin sin permitir a uno ni a otro su regresso a la Amrica por dictarlo ass laprudencia y la poltica, lo que supone una fuerte sospecha de rebelin. No tenemos otraprecisin a su respecto sino que se le mand pasar de aquellos a estos reynos cuio viajeverific con la mayor resignacin y conformidad (A.G.I., Indiferente General 1613)(4). Cabe suponer que perteneciera a lo que John Rowe llama la fase preparativa deltercer ciclo de rebeliones (1954: 22). Mucho ms tarde, don Dionisio sera uno de loscinco suplentes elegidos en Cdiz para representar el Per en las Cortes, all sedistinguira por sus discursos extremistas y en favor de los indgenas. Fue un ardientedefensor de la supresin del tributo, pidi que las prebendas fuesen reservadas a losnaturales y expuso delante de los diputados una visin muy negativa de la Conquista(Rieu Millan, 1990: 75, 110, 121, 165).

    Sin embargo algunos nobles indios podan pretender de su propia voluntad unaplaza en estos seminarios. La posibilidad de compartir una misma enseanza con losnobles peninsulares o criollos era para ellos la oportunidad de afirmar la igualdad quevenan reivindicando desde los principios de la conquista y esto poda atraer a los quese consideraban injustamente abatidos, como se nota en el caso de Doa MaraJoaquina Inca que en una de sus numerosas solicitudes pide dinero para que su maridovaya a Espaa con su hijo para que su Magestad lo ponga en el seminario o en dondesea ms de su real agrado (A.G.I., Mexico 2346). El caso es que slo consigui unabeca en el colegio de San Juan de Letrn en Mxico, colegio fundado para mestizos. Alparecer Doa Mara Joachina no ofreca ningn peligro para la corona espaola, y comocareca de los necesarios recursos econmicos no poda mandar sus hijos a Espaaaunque lo anhelaba.

    2. UN PROYECTO POLTICO DEL DESPOTISMO ILUSTRADOLas razones que da el rey por la ereccin de un colegio reservado exclusivamente

    a los nobles americanos son que:por su cercana, [le] proporcione mayor facilidad de certificar[se] de sumrito para emplearlos, as en Espaa como en Amrica, en todas lascarreras a que se hagan acreedores con su aplicacin y conducta.Se trataba pues de instaurar una paridad entre nobles americanos y nobles

    peninsulares en la medida en que, segn este proyecto, el flujo de altos funcionarios yano se hara en sentido nico: los peninsulares siendo los que iban a Amrica adesempear altos cargos, sino que los americanos en adelante vendran a Espaa a lomismo. El proyecto presentado por un capuchino, fray Josef de Montealegre al condede Floridablanca, permita desarmar el descontento de la aristocracia americana:

    (4) Solicitud de Don Manuel y Don Dionisio Uchu Ynca a la muerte de su padre en 1784.

  • 505LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    manifestando que el medio ms suave y conducente a conservar fieleslos dominios de Indias era establecer en Espaa un Colegio Mayor deNobles Americanos con la promesa de conferir a sus individuos en cadaAudiencia una toga, en cada Cabildo un canonicato y en cada regimientouna compaa (5)El rey aprob este proyecto excepto la destinacin de los alumnos al salir del

    colegio, le pareci ms prudente que no volvieran a su tierra (6). Ms que puro productode la Ilustracin, el Colegio Mayor de Nobles Americanos era pues una medida polticade prevencin, que llevaba tiempo germinando entre los consejeros reales. En efecto,en un consejo extraordinario presidido por Aranda en 1768, los fiscales entre los cualesestaba Jos Moino, el futuro conde de Floridablanca, haban informado ya al rey sobrela necesidad de prevenir el espritu de rebelin (Barea Ferrer, 1977-1978: 34).

    Urge en el da ms, atraer a los americanos por causa de estudios aEspaa formando un establecimiento honroso y lucido con este fin; darlesen la tropa un nmero determinado de plazas; tener algn regimiento denaturales de aquellos pases dentro de la Pennsula, y guardar la polticade enviar siempre espaoles a Indias con los principales cargos Sin embargo la idea tard veinticuatro aos en tomar la forma de un real decreto.

    3. UN PROYECTO QUE NO CUAJEste colegio o seminario estara en Granada, ciudad elegida por su situacin

    geogrfica y la templanza de su clima. Su financiacin, al principio, se sacara del fondode Temporalidades para luego estar a cargo de las familias americanas. Se eligi comolugar el palacio de Carlos V en la Alhambra pero este palacio, todava sin acabar,supona muchas obras costosas y mientras se realizasen, el colegio estara en el antiguocolegio de Santa Catalina que tambin necesitaba refeccin.

    En realidad, el decreto sali de manera muy prematura y cuando llegaron losprimeros jvenes nada estaba previsto para acogerlos. Unos que haban salido del Pertuvieron un viaje lleno de vicisitudes debidas a una tempestad y a la piratera inglesa ytuvieron que contentarse con soluciones improvisadas que incluso tardaron en encontrarse(7). Las obras, la financiacin, son los obstculos que se mencionan para explicar elfracaso del colegio de Nobles Americanos de Granada que nunca lleg a funcionar, perodetrs de los pretextos econmicos muchas veces se esconden otros motivos mspolticos: entre los documentos de Sevilla un informe de 1794 dice que la ciudad deMlaga, solicitada para acoger a los estudiantes se neg a hacerlo, y el mismo

    (5) A.G.I., Indiferente general, 1620, publicado por Olaechea Labayen, 1963: 219. Olaechearelaciona la fecha de la representacin del capuchino 25 de octubre de 1789, con la revolucinfrancesa.

    (6) El caso de Don Antonio Villavicencio (el protomrtir de la Independencia de Colombia)que sus padres enviaron a estudiar en el colegio de Nobles Americanos, dara luego razn al rey.

    (7) Han llegado estos jvenes en noviembre del ao pasado despus de haber padecido la mslamentable suerte en su navegacin y perdido quanto trahan en la Fragata de comercio el Aquilesapresada por los enemigos (A.G.I., Indiferente general 1620).

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    documento alude a otro informe anterior de un ministro del Consejo y Cmara deCastilla que se opona lacnica y claramente al proyecto sin argumentar (A.G.I.,Indiferente General 1621). Esto evidencia la oposicin de toda una parte de la clasepoltica espaola al respecto, debida a la imagen negativa que se tena en Espaa de loscriollos (Lavall, 1993). En abril de 1795 se puso un trmino a las admisionesdecidiendo que los jvenes se repartiran en los diferentes colegios de Granada. Perodesde 1793, incluso antes, como vamos a verlo con la solicitud de don Camilo TpacYupanqui, los jvenes americanos haban estado mobilizados.

    Los americanos, en efecto, haban reaccionado rpidamente a favor de esteproyecto tanto ms cuanto que el rey ofreca dos becas de gracia para cada reino. Lacdula se public en el Per en dos nmeros del Mercurio Peruano del 26 y 30 de agostode 1792.

    Desgraciadamente no queda una lista completa de los jvenes que se fueron aEspaa, slo constan las solicitudes de los que pedan una beca y de algunos que al llegarse encontraron sin colegio. Hubo jvenes a quienes sus padres mandaron a Granada,costeando el viaje, sin pretender una beca. Poco rastro queda de ellos. Por otra parte, lasbecas no se otorgaron a los ms necesitados sino que, siendo consideradas como un favorpersonal del rey, fueron solicitadas en prioridad por los ms altos y ms influyentespersonajes.

    Las condiciones de admisin eran: ser noble, sin excluir a los hijos de caciquesy nobles indios, lo que instauraba una vez ms oficial y tericamente una igualdad entreunos y otros, igualdad constantemente reivindicada por los indios y que les era denegadaen la realidad por los criollos y la administracin colonial. Los alumnos deban tenerentre doce y diez y ocho aos y estar instruidos en latinidad. Los candidatos tenan laobligacin de probar ante el virrey su nobleza y la limpieza de sangre de sus padres yabuelos por copias legalizadas de ejecutorias de hidalgua ganadas en tribunal competentecon el cumplimiento dado por las justicias de los pueblos respectivos. Tambin se lesexiga ser robustos y estar en perfecta salud.

    En cuanto a las becas, se dispuso que se costearan enteramente la habilitaciny pasaje a Espaa de los dos primeros jvenes que vinieran de cada uno de losvirreinatos, por cuenta de los fondos del colegio, regulndose por las fechas de lapresentacin de los memoriales la prioridad de las pretensiones, y en caso depresentarse varios en un mismo da decidir la suerte.

    Los estudios constaran, al principio, de las ciencias preliminares o auxiliares dela futura profesin, un examen permitira admitir a los colegiales al estudio de lateologa, de la jurisprudencia, de la poltica o del arte militar para que nadie sin culpasuya pueda dejar de hacer progresos rpidos en su carrera.

    En resumidas cuentas se trataba de dar a cada uno la misma oportunidad de logrargraduarse en las mejores condiciones fuese cual fuere su nivel de conocimientos a sullegada. Se nota pues por parte del rey en estas constituciones una reiterada preocupacinpor la igualdad de sus sbditos nobles. Adems se ensearan las lenguas vivas msusuales en Europa, la equitacin y el baile, salvo para los telogos, y se insiste en lanecesidad de relacionar las diferentes ciencias entre s, que los jvenes entiendan suencadenamiento, ideas stas que se haban desarrollado en la segunda parte del siglo

  • 507LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    XVII (vase Sor Juana Ins de la Cruz, Respuesta a Sor Filotea de la Cruz). No hay msprecisiones sobre las ciencias que se ensearan all, pero como ya las Matemticas, laFsica experimental, la Historia y la Nutica, ciencias tiles se enseaban en elseminario de nobles de Madrid, parece implcito que tambin los colegiales de Granadahaban de gozar de estos adelantos pedaggicos de la poca.

    Los catedrticos seran nombrados por el rey, los estudios duraran diez aos. Asmismo se definen los vestidos (uniformes al estilo de la Corte), la comida, (abundante,sana, sin delicadeza pero con mucho aseo) y el buen trato de los alumnos, todo cuantocontribua a la imagen de un establecimiento honroso y lucido tal como lo habapreconizado el capuchino Montealegre.

    Entre los que pretendieron una beca en el Per estaba un noble indio: don CamiloFelipe Tpac Yupanqui, tambin llamado don Felipe Santiago Camilo Tpac Inca cuyapeticin fue presentada por su primo don Bartolom Mesa Tpac Yupanqui. Su casoparece digno de ser comentado, ya que a travs de l se perciben varios aspectos de lasociedad colonial de este fin de siglo XVIII, de las redes de poder y de las relacionesentre indios y criollos.

    4. ENTRE EL REY Y EL VIRREY: LA NOBLEZA INDIAEn 1767 la Nacin indiana del Per (8), por la persona de sus dos procuradores,

    D. Alberto Chosop y D. Joseph Santiago Ruiz, obsequiaba al virrey Amat la publicacinde la Real cdula despachada en 11 de septiembre de 1766 por Carlos III

    mandando a los virreyes, audiencias, gobernadores, arzobispos y obisposde las Indias cuiden con particular atencin de que sean admitidos en lasReligiones, educados en los colegios, y promovidos segn su mrito ycapacidad a las dignidades eclesisticas y oficios pblicos.El virrey Amat promulg esta cdula en Lima, en junio de 1767, y algunos

    ejemplares fueron tirados entonces. La nacin indianapide y suplica se le conceda licencia para reimprimir a su costa losmencionados despachos, y para que se tiren de ellos, igualmente que delbando publicado, las copias que fueren suficientes a hacer en todo elReyno notoria la Benignidad del Rey, la justificacin de V.E. y nuestradebida gratitud.Tal obsequio muestra la preocupacin de la lite indgena por dar a conocer esta

    cdula real que repeta dos cdulas anteriores: una de 1691 y otra de 1725 que si en esacorte se expidieron, en estas Indias jamas se publicaron (9).

    (8) Agradezco a Csar Itier el haberme comunicado el documento que est en el Archivo dela Biblioteca Americana de B. Mitre, Buenos Aires.

    (9) Representacin verdadera y exclamacin rendida y lamentable que toda la Nacin Indianahace a la Majestad del Seor Rey de las Espaas y Emperador de las Indias, el Seor Don FernandoVI pidiendo los atienda y remedie, sacndolos del afrentoso vituperio y oprobio en que estn dedoscientos aos publicado por Bernales Ballesteros, 1969: 30.

  • 508 Monique ALAPERRINE BOUYER

    La repeticin de las cdulas basta por s sola como prueba de que no se cumplany por tanto se puede considerar dicho obsequio como un acto poltico que recordara alvirrey sus deberes para con la educacin e integracin de la nacin indiana y la necesidadde informar todo el reino al respecto para que logre efecto.

    Cuando en 1792 Carlos IV por otra cdula real crea el seminario de noblesamericanos de Granada los indios atentos a sus derechos no desconocen el punton 2:

    Se admitirn como colegiales los hijos y descendientes de puros EspaolesNobles, nacidos en las Indias, y los de Ministros Togados, Intendentes yOficiales Militares naturales de aquellos dominios, sin excluir los hijosde caciques, e indios nobles, ni los mestizos Nobles, esto es, de IndioNoble y Espaola, o de Espaol Noble e India Noble, conforme al mritoy servicios particulares que sus padres hubieren hecho al Estado.Tampoco se desentienden de las condiciones de obtencin de las becas.La cdula real, anunciada en el Mercurio Peruano del 23 de agosto de 1792, fue

    publicada en dos entregas: una en el nmero 171 del 26 de agosto y la otra al dasiguiente. Don Bartolom Mesa Inca Yupanqui que se ha enterado del artculo n 8, elcual concede becas a los dos primeros jvenes que se alisten en cada reino y del n 9 queotorga la prioridad por las fechas de la presentacin de los memoriales, no espera nisiquiera la entrega siguiente y viene a presentar una solicitud en nombre de su primo,don Felipe Camilo Tpac Yupanqui, cacique de San Gernimo (provincia de Jauja).Toma la precaucin de hacer escribir arriba y a la derecha del documento lo siguiente:Se present con cargo oy veinte y siete de agosto de noventa y dos a las diez del dacon firma de Sanchez Fernndez. En su solicitud dice que habindose enterado de lamerced real y hallndose con un primo en quien concurren todos los requisitos queexigen los objetos que se proponen por el soberano no puede menos que interponer esterecurso a fin de que el citado primo sea colocado entre aquellos dos primeros jvenestambin declara que el joven fue alumno del colegio del Prncipe donde estudi lasprimeras letras tan perfectamente que logr aprovacin no slo de todos sus maestrossi tambin del Rector que lo certifica y que actualmente est en el Real Convictorio deSan Carlos.

    Dos certificados de dos mdicos al parecer eminentes: uno es don MarianoAguilar, Dcano de la facultad y el otro don Thoms Ortigoso, cirujano del hospital deSan Andrs, dicen haber reconocido a don Felipe Camilo Tupayupanqui, colegial delreal convictorio de San Carlos y dan fe de su robustez y buena salud, uno fechado en26 de agosto y otro en 27. Estos dos certificados obedecen al 5 artculo de la cdula real.

    Otro certificado confirma que:Don CamiloTpacyupanqui ha seguido en sobredicho colegio [SantoToms] el estudio de la phylosopha en todas sus partes habiendo completadosu curso con suficiente aprovechamiento a que dio prueba en un actopblico que sustent por la maana y por la tarde a presencia de losmaestros y estudiantes de las escuelas y casas de estudios de esta ciudadhaciendo cada uno sus rplicas correspondientes a que dio el sustentante

  • 509LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    la devida satisfaccin con aplauso del concurso y crdito de su habilidady deseo de su aprovechamiento y para que conste donde le convenga estettulo di la presente firma de mi nombre en el sobredicho colegio delanglico doctor Santo Toms de Lima del orden de Predicadores entreinta de abril de 1792. Fray Cipriano Cavallero, Maestro Rector.

    5. DON BARTOLOM MESA TPAC YUPANQUIDon Bartolom Mesa se presenta como del comercio de esta ciudad (10). No

    cabe duda de que es un hombre bien introducido; si no, cmo explicar que hayaobtenido tan rpidamente los certificados? En otros documentos (A.G.I., Secretara deguerra 7104 expediente 27) (11) declara ser descendiente del gran Tpac Yupanquiy del conquistador Alonso de Mesa. Cabe recordar que, al final del siglo XVIII, al mismotiempo que se sigue desarrollando entre los criollos un fuerte sentimiento americanista,se exalta el pasado inca y sus grandezas. El Diario Erudito y El mercurio Peruano hacen,en varios artculos, el elogio de los peruanos exaltando particularmente al gran TpacYupanqui y marcando una continuidad entre los tiempos precoloniales y la actualidad,por tanto, poder declararse descendiente del famoso Inca no carece de inters en el tratocon los criollos (12).

    Parece don Bartolom Mesa tener vnculos con la Universidad de San Marcos,en particular con el convictorio carolino, al que se refiere varias veces, y con el colegiode caciques. En 1790 costea la publicacin de un Lamento mtrico general (Eguiguren,s.f., 294) que se haba compuesto para las excequias del rey Carlos III en agosto del aoanterior. Despus de una octava en nombre de la Universidad, el real Colegio de SanCarlos llora la muerte del rey: De Carlos el Colegio, llora a Carlos. Esta publicacinsali con la aprobacin del Dr D. Joseph Baquijano y Carrillo, profesor de ambosderechos de la Universidad de San Marcos, conocido por sus sentimientos americanistasy ms tarde por su marcada inclinacin por las ideas emancipadoras. El mismo ao de1790 tambin apareci don Bartolom Mesa como comisario de la Nacin Indica en lasfiestas de la Real proclamacin de Carlos IV e hizo publicar, otra vez a su costa, laspoesas que se compusieron en tan feliz motivo para acompaar los cuatro carros y lamscara con que dicha nacin lo celebr. La publicacin concluye con unas dcimas,Un apasionado de don Bartolom Mesa (Medina, 1904, tomo III: 205). Otra impresincon el ttulo de: El sol en el medio da lleva su retrato grabado en cobre (Medina,1904, tomo III: 210). En noviembre de 1792 un decreto del virrey a propsito de un autode la junta de aplicaciones de Temporalidades, que atae al colegio de caciques delCercado de Lima, menciona a don Bartolom Mesa y al seor Fiscal Protector como

    (10) En la publicacin del Lamento mtrico se presenta como comerciante almacenista(Eguiguren, s.f.: 286).

    (11) Pide grado de coronel de las milicias de infantera de Naturales de Lima en 1795 y declaraser 5 nieto de Don Alonso Tito Atauchi hijo del emperador Huayna Cpac.

    (12) En lo que toca a la continuidad de los reyes del Per, vase Rowe, 1955: 6-7. Vasetambin, sobre la relacin entre criollos e indios a partir de la rebelin de Tpac Amaru, Mendez, 1993:25 y 31.

  • 510 Monique ALAPERRINE BOUYER

    personas consultadas al respecto, lo que comprueba el estatus relativamente prominentede aqul y sus vnculos con el colegio del Prncipe (Revista Inca I, 1923: 853). Sinembargo no queda huella de l como alumno de dicho colegio.

    Con todo, en 1795, siendo teniente, pidi grado de Coronel de milicias deInfantera de Naturales de Lima (A.G.I., Secretaria de guerra, 7104) lo que le fue negadocon pretexto de que:

    Mesa aunque se llame y sea comerciante, es un mercader en la prctica,que vende gneros en su tienda y sera una cosa muy rara que condecoradocon un grado a quien V.M. distingue tanto, se viese despus detrs de sumostrador abatido baxando piezas de efectos y varendolas a la voluntaddel negro, del zambo y del mulato que van a comprarle. En cuya atencinjuzga Aviles que no se ha de conceder a Mesa la gracia que pretende, Gilpiensa lo mismo Con estos argumentos de desprecio, se niegan a otorgarle el grado superior que entre

    los comerciantes era tan codiciado como signo de pertenencia a las lites (OPhelan, 1995:82). Tambin le reprochan sus pocas proezas militares, aadiendo que si l obtuviese elgrado que pide, muchos caciques ms meritantes podran reclamarlo (13).

    Estos documentos aunque fragmentarios permiten esbozar el retrato de un nobledescendiente de los incas, que a fines del XVIII se reivindica como tal (14), y como talfrecuenta una parte de la nobleza criolla, la ms ilustrada, tal vez la ms opuesta al podervirreinal. Es un hombre culto, orgulloso, rico, activo, que tiene contactos con diversossectores de la sociedad limea, particularmente el de los letrados y de la universidad,muy posiblemente conoci y trat con don Joseph Baquijano y Carrillo, insigne figurade San Marcos que haba sido Protector de los Naturales. Padece sin embargo de laacostumbrada discriminacin. Si su nombre aparece, es amputado de la parte inca, enpublicaciones panegricas que l mismo costea. Por lo visto, no cuenta con apoyos enla esfera gubernamental.

    La candidatura de don Felipe Camilo Tpac Yupanqui permite pues algunasreflexiones sobre las relaciones entre lites criollas y lites indgenas en el Per a finesdel siglo XVIII. Desgraciadamente es la nica de que disponemos: no hay otra solicitudde indios nobles para una beca del seminario de Nobles Americanos entre los documentosdisponibles hasta la fecha. Al parecer no hubo otra. En realidad eran relativamente pocoslos descendientes de Moctezuma y de los incas en edad de concurrir. Pero la cdula realno exclua a los hijos de caciques, ms numerosos y, segn los documentos, no sepresent ninguno.

    Lo que se percibe a primera vista es que los nobles indgenas quedaban atentosa las cdulas reales, ms confiados en el lejano monarca que en los diferentes virreyes

    (13) A.G.I., Gil , aunque sorprende, no poda ser otro que el entonces virrey fr. Gil de Taboadaque sola firmar muchos documentos oficiales de esta forma lacnica.

    (14) Su tatarabuelo Alonso de Mesa, fue uno de los contados conquistadores que se casaroncon indias. Su mujer legtima fue doa Catalina Guaco Ocllo y declara en su testamento querer reposara su lado en el convento de la Merced (1587) (Archivo Nacional de Santiago de Chile, Fondo jesuitadel Per, vol. 372).

  • 511LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    que no cumplan y deseosos de alcanzar la mejor educacin posible para sus hijos yparientes.

    La precaucin de don Bartolom Mesa que consiste en precisar fecha y hora confirma del funcionario en el documento se puede relacionar con la de los dos procuradoresde la nacin india al publicar, sin reparar en gastos, la cdula real: son actos dedesconfianza.

    6. EL ARBITRIO DEL VIRREY DISCRIMINACIN O JUSTICIA?Ahora bien, tal desconfianza se justificaba, ya que se puede leer al margen de la

    solicitud de don Bartolom la decisin del virrey: Lima y agosto 29 de 1792, respectode hallarse destinados los jvenes que deven dirigirse al nuevo colegio que el suplicanteexpresa, no ha lugar lo que solicita.

    En realidad los dos jvenes designados por el virrey fueron: 1) don DomingoEncalada y Zevallos hijo del conde de la Dehesa, pariente del oidor don AmbrosioCerdn, aceptado el 20 de marzo de 1793, si bien no fue l quien obtuvo finalmente labeca, y 2) don Pedro Cayetano Fernndez Maldonado, hijo del cnsul ms antiguo delReal Tribunal del Consulado de Lima, tambin pariente del oidor, aceptado comobecario el 7 de noviembre de 1793. Como se ve, las decisiones fueron tomadas ms deun ao despus de la mencin tan cuidadosamente hecha al margen de la solicitud de donBartolom Mesa 27 de agosto de 1792, lo cual pone de manifiesto que se pas poralto la fecha de su presentacin porque de antemano sta se rechazaba y el virrey nootorgaba ninguna importancia a dicha mencin. Hasta se puede dudar de la veracidadde la fecha del 29 de agosto de la decisin negativa.

    Cabe aadir que otro documento del mismo expediente y firma, fechado enmarzo de 1794, dice lo siguiente:

    Don Ambrosio Cerdn, ministro togado de la Real Audiencia de Limase determin a enviar sus dos hijos don Dionisio y don Ambrosio ad(ic)ho colegio [de Granada] habiendo obtenido para uno de ellos una delas dos becas de gracia creadas por S.M. a beneficio de aquellosnaturales No se precisa en qu circunstancias se cambi la destinacin de la primera beca.

    Basta con notar que quien se benefici de este cambio, si ya no era el pariente, era elpropio hijo del oidor, uno de los personajes ms importantes del Per, espaol ilustrado,miembro de la Sociedad de Amigos o Amantes del Pas, presidente algn tiempo de ella,miembro de la Real Academia espaola de Historia (Eguiguren, s.f., 704), muy cercanode Baquijano Carrillo y de Rodrguez de Mendoza, y cuyos hijos estudiaron en elconvictorio carolino. Tambin es de subrayar que su memorial haba sido apoyado porel virrey en una carta a don Pedro de Acua, encargado de estos asuntos (A.G.I.,Indiferente General, 1620 carta fechada en 26 de octubre de 1793) (15).

    (15) Cabe notar que adems Don Ambrosio Cerdn beneficiaba del apoyo de un to oidor deAsturias y de un hermano de ste, capitn de la guardia real. Su abuelo Don Simn Portero haba sidomiembro del Consejo Supremo de Castilla y su padre oidor.

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    En realidad la oportunidad que se ofreca a los nobles americanos deba ser, enla mente de los dirigentes, exclusivamente la de los criollos que se considerabansuperiores a los indios. Don Bartolom Mesa lo saba perfectamente y por esto intentrecurrir al Rey. En una carta fechada en Madrid a 7 de mayo de 1793 que, por su tonoy contenido, parece digna de ser reproducida aqu, protesta de la manera siguiente(A.G.I., Indiferente General, 1621) (16):

    Don Bartolom de Mesa Tpac Yupanqui Inca teniente de una de lascompaas del Regimiento de Milicias de Naturales de la ciudad de Limaa los R. P. de V.M. con la mayor veneracin expone: que habindosedignado V.M. crear en la ciudad de Granada un colegio de nobles americanospor su R(ea)l cdula de 15 de enero de 1792 con el objeto de promovery mejorar la educacin civil y literaria de la juventud de aquellos dominiosremotos e Yslas Filipinas para que as pueda servir tilmente a la Yglesia,la Magistratura, la Milicia y los empleos polticos; crey ser la ocasinms oportuna y favorable de aprovechar las felices disposiciones de suPrimo Santiago Phelipe Camilo Tpac Yupanqui, el qual despus de haberaprendido las primeras letras y la latinidad con general aprobacin de susmaestros en el colegio del Prncipe se dedic al estudio de la Filosofia,completando su curso en el Real Convictorio de San Carlos y dando enun acto pblico que defendi las pruebas ms sealadas de su aplicaciny aprovechamiento.Sin embargo de estos tiles progresos no poda mirar con indiferencia elexponente la ventajosa proporcin que se le ofreca para substituir a losantiguos conocimientos de una filosofa caprichosa y llena de sutilezasvanas los buenos y slidos principios de los Estudios modernos que porconsecuencia de la ilustracin general han transformado felizmente todoel sistema de la literatura. Movido de tan Digno y laudable zelo luegoque se dio al pblico el contenido de la d(ic)ha cdula en los MercuriosPeruanos de 26 y 30 de agosto del mismo ao que a este propio intentoacompaa, ocurri en 27 del propio mes al vuestro virrey del Per y enconformidad de los articulos 4 y 5 de la cdula de ereccin pretendiuna de las dos plazas destinadas para el distrito de aquel virreynatoacompaando a este efecto las adjuntas certificaciones sealadas con losn 1 y 2 por las quales constan los adelantamientos de su primo en elestudio de la Filososfia y su buena salud y temperamento robusto. Y sibien omiti exhibir los documentos justificativos de su Nobleza fue porhallarse presentados de antemano en el superior gobierno quando entren el colegio del Prncipe y por ser notoria su ilustre calidad.Estas slidas consideraciones unidas a la particular circunstancia de habersido el primero que se adelant a participar de las ventajas del nuevoestablecimiento literario, le ofrecan desde luego una lisonjera esperanza

    (16) Lo subrayado en cursiva es mo y corresponde a los puntos de la argumentacin que serndesarrollados.

  • 513LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    de ser atendida su solicitud y obtenida para su Primo la gracia a que lecontemplaba acrehedor. Pero no pens as el virrey de Lima, porqueerigindose en rbitro y dispensador de tales nombramientos contra loexpresadamente mandado, decret en 29 de d(ic)ho mes de agosto elmemorial declarando no haber lugar a la pretensin del exponente respectoa hallarse destinguidos los jvenes que deban dirigirse al nuevo colegio,como lo acredita el mismo memorial y Decreto original que acompaacon el n 3.No pudo menos de sorprender al exponente semejante novedad inesperadapues habiendo determinado V.M. en el artculo 9 de la Real cdula citada,que la prioridad de las pretensiones se regulase por la fechas de lapresentacin de los memoriales y en caso de presentarse varios en unmismo da, decidiese la suerte, pareca que por todas razones deba alcanzarla preferencia su Primo no habiendo concurrido otros pretendientes entoncessegn acredita la Fe de presentacin del memorial indicado con el n 3y resultar tambin de la combinacin de las fechas as de los memorialespresentados por los jvenes agraciados en las Plazas, como de las que sehallen en las certificaciones con que los acompaaran. Y por lo mismose convence el reprensible exceso del virrey en haberse dispensado a suarbitrio de la observancia de un orden y regla tan equitativa y prudenteque remueve toda odiosa desigualdad y acepcin de personas opuesta alos sanos principios de poltica y buen gobierno.Esta indiscreta facilidad de sacrificar la mente y letra de la soberanaresolucin de V.M. a las miras oficiosas de la autoridad o del favor, nopuede ser ni ms contraria a las sabias intensiones de un gobierno zelosoe ilustrado, ni ms funesta para el establecimiento mismo en el tiempoque importa ms la severa y escrupulosa observancia de las reglas, si seha de organizar y consolidar con la perfeccin y firmeza conveniente. Nose ocultan a la superior penetracin de V.M. los males que proceden detan viciosa raz, pues al paso que en los primeros principios se da unejemplo pernicioso de desorden y escndalo por condescendencias ajenasde la circunspeccin de un Ministro en que deposita V.M. toda su confianza,se desvanece sucesivamente la idea de veneracin y respecto con quedeben ser consideradas las reglas y las leyes santas y saludables de unestablecimiento pblico que tiene tanto influxo en el honor y progreso delas Letras, en la educacin de las primeras clases del Estado y en laprosperidad comn.Ni son de inferior orden los perjuicios gravsimos del escandaloso trastornoque acaba de indicarse, si se examinan los sabios fines de la nueva ybenfica institucin con que V.M. ha querido consultar la felicidad yadelantamientos de unos vasallos que le merecen todo amor y cuidado aproporcin de su inmensa distancia del trono. Porque al observar establecidauna desigualdad opuesta diametralmente a las miras y prudentes designios

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    de V.M. y sustituidos los ttulos del poder, el favor, la amistad y otrossemejantes proscritos por la razn y por las leyes a los justos y sencillosde la precedencia del tiempo o de la suerte, cmo no se han de entibiary desaparecer de todo punto los estmulos eficaces de la juventud estudiosaque tantas ventajas proporciona al Estado y a las familias considerndoseprivada de un derecho concedido indistintamente a los individuos de laclase distinguida, pero viciado y convertido a fines siniestros por ciertasdeferencias y respetos personales dignos de severa censura? Para evitarpues tan peligrosos males de que el exponente ha tenido la desgracia deser la primera vctima: Suplica a V.M. que en consideracin a los hechosy razones expuestas, se digne declarar a favor de su Primo Don FelipeCamilo Tupa Yupanqui las preferencias en la obtencin de una de las dosplazas referidas del nuevo colegio de Granada, dando por nulos en casonecesario los nombramientos acordados por el virrey, a quien se hagaentender el desagrado que ha causado a V.M. tan extraa y calificadacontravencin, y mandando expedir las rdenes correspondientes paraque con arreglo al captulo 8 de la Real cdula de ereccin se costee delos fondos del colegio su habilitacin y embarque. Y quando V.M. notenga a bien acceder a esta justa solicitud, dgnese a lo menos agraciarlecon una de las dos plazas que se reserv por el captulo 26 para conferirlasa los que mereciesen ser distinguidos con tan honroso testimonio de susoberana piedad y benevolencia: que en ello recibir V.M.Madrid 7 de mayo de 1793 en virtud de poder: Francisco Ximenez SarmientoLo que primero llama la atencin en esta carta del defraudado don Bartolom

    Mesa, es que recurra y se dirija al rey por medio de un apoderado en Madrid y no porla va acostumbrada, lo que se entiende visto el contenido de la carta. No era el primeroen hacerlo, pero tener un apoderado en Madrid supona dinero y buenas relaciones. Sevale esta vez de su grado militar y no de comerciante como lo haba hecho en su solicitudprimera. El tono indignado es de denuncia violenta de la actitud del virrey (reprensibleexceso, viciosa raz, odiosa desigualdad) a quien acusa radicalmente de desobediencia.Se vuelve a veces aleccionador cuando contempla las consecuencias morales en lajuventud de tales desvos de la ley, y particularmente audaz al terminar cuando oponesu justa solicitud al eventual rechazo del rey. Aqu se trata de una solicitud personal,pero la violencia del tono deja traslucir una posible rebelin de ms amplitud. Se percibetodo el orgullo, la conciencia de pertenecer a la clase distinguida, pero al mismotiempo la aparente ingenuidad del descendiente de los incas. Ignoraba los vnculos deloidor con la aristocracia peninsular? Pensaba realmente que el rey anulara la decisindel virrey?

    Es obvio que la esperanza era grande: por primera vez en el Per la Coronapareca colocar de veras a los nobles indgenas en un pie de igualdad con los otros nobles

    (17) Fray Antonio Garro, en su Representacin habla de 200 pesos y de los abusos de losapoderados en Madrid (Medina, 1904, t. III: 547-548).

  • 515LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    americanos ya que hasta entonces lo ms que se haba podido hacer era crear doscolegios de caciques o reservarles una tercera o cuarta parte de los seminarios, siendostos tericamente destinados a los pobres. En una sociedad donde la preeminencia eratan importante, los nobles indgenas estaban a menudo confrontados a la humillacin deverse colocados con los pobres o los hurfanos (18). Si ya en el siglo XVIII las puertasde las universidades no les estaban cerradas, siempre era con la debida separacin yno aparece ningn nombre indgena en las listas de alumnos que se conservan. Ahorase trataba de un proyecto de educacin en Espaa, cerca de la soada proteccin real queen sus cdulas no estableca distincin entre criollos e indgenas; haba que aprovecharla situacin, cogerse a la palabra.

    7. DON BARTOLOM MESA INCA YUPANQUI, INDIO ILUSTRADONo deja de llamar la atencin del lector la soltura y la lgica de don Bartolom

    Mesa en su carta. Sigue una pauta que le permite, despus de presentarse y exponer elobjeto de su solicitud, hacer alarde de sus conocimientos, oponiendo lo antiguo a lomoderno, refirindose en trminos jurdicos a una lectura precisa de la cdula. Continaacusando violentamente al virrey ahora en trminos de moral y acaba con una splica.Todo en el estilo altanero de quien slo pide justicia. Tambin es interesante reparar enla penetracin de las ideas de la Ilustracin en el discurso del solicitante. Sus asercionessobre el proyecto real corresponden con el planteamiento de un Toribio Rodrguez deMendoza, Rector de San Carlos a partir de 1785 y gran reformador de los estudios delconvictorio. Es evidente que don Bartolom, cuando evoca una filosofa caprichosa yllena de sutilezas vanas se refiere a la filosofa aristotlica, calificada de despticapor don Toribio (Eguiguren, s.f., Informe de D. Toribio Rodriguez Mendoza : 718),que se sigui enseando exclusivamente durante los dos siglos de dominacin espaola,puesto que segn Eguiguren fue slo a partir de 1767 cuando el pensamiento deAristteles dej de ser el nico enseado en San Marcos (Eguiguren, s.f.: 306). Cuandohabla de los buenos y slidos principios de los Estudios modernos se refiere alpredominio de la razn sobre la tradicin, consabido tema de debate de la poca. DonBartolom Mesa Tpac Yupanqui adopta aqu las ideas ms modernas sobre laeducacin, ideas que en esos aos no eran admitidas por todos, ni mucho menos, en elPer, sino ms bien combatidas por el poder eclesistico y que tampoco convencan atodos los oidores de la Audiencia de Lima, ideas en fin que el nuevo Rector del realconvictorio de San Carlos se esforzaba en incorporar a su plan de estudios paulatinamentefrente a una sociedad limea muy apegada a la tradicin. Una persona, sin embargo,apoyaba al Rector en estos esfuerzos: don Ambrosio Cerdn a quien don Bartolomacusa, implcitamente en su carta, de colusin con el virrey.

    Este indio noble, que parece tan enterado de lo que se haca en el colegio faro dela corte virreinal y sobre todo tan apegado a nombrarlo, formara parte de la minora

    (18) Un ejemplo es el sitio sealado por el cabildo a los alumnos del colegio del Prncipe paraasistir a las fiestas y corridas de toros: lo nico que se propuso, no sin dificultad, al Rector fue compartircon separacin la esquina atribuida a los Hurfanos (las otras esquinas estaban atribuidas al colegioque fue de San Martn, o sea al convictorio de San Carlos, al de Santo Toribio, y al comisario de lostoros) (Inca I, 1923: 849).

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    culta, que tena acceso a lecturas prohibidas (19) venidas de Europa, una minorasusceptible de complot. En 1809 aparece su nombre entre los arrestados de unasospechada conspiracin en Lima (Eguiguren, s.f.: 884) aunque no entre los reos(Eguiguren, 1957) (20). Su calidad de representante de los indios en Lima parece estaral origen del incidente ya que no aparece ninguna acusacin directa. Sin embargo elproceso revela que algunos de los supuestos subversivos trataban con l. De momento,en 1793, su alegato contra el virrey, para ganarse la comprensin del monarca ilustrado,retoma los conceptos de razn, de progreso, de prosperidad comn por el bien delEstado, gracias a la educacin. Cabe tener en cuenta que la educacin superior y laenseanza de las ciencias tiles era una de las reivindicaciones recurrentes de losindgenas.

    En el discurso de don Bartolom Mesa, el convictorio de San Carlos ocupa unlugar preeminente pero sin embargo de estos tiles progresos mejor todava le pareceel colegio de Granada, opinin que comparten con l peninsulares y criollos en Amrica,ya que don Ambrosio Cerdn amigo de Rodrguez de Mendoza (Vargas Ugarte, 1970:88) y muy implicado en la evolucin de San Carlos, tambin quiere mandar a sus doshijos a Espaa. Sin embargo, en el convictorio carolino se estudiaban ya todas lasciencias tiles incluida la Nautica (21). Se impona la idea de que en Espaa los maestroseran mejores, la enseanza ms adaptada a la formacin de los futuros altos funcionariosy tal vez se contemplaba la posibilidad de poder reformar mejor la enseanza en el Pera raz de esta (22) experiencia.

    Ahora bien, si tiene razn don Bartolom Mesa en lo que toca al arbitrio delvirrey, merece la pena examinar sus argumentos. Son de doble ndole: la injusticia deque fue vctima su primo que, segn l, cumpla todos los requisitos para lograr una delas dos becas, y las consecuencias morales y polticas que acarrea la no obediencia a lapalabra real, lo que equivale a denunciar la arbitrariedad y la colusin de la persona delvirrey. Estos argumentos se desarrollan a partir del no respeto de la prioridad.

    8. DON FELIPE SANTIAGO INCA TPAC YUPANQUI, ALUMNO DELCOLEGIO DEL PRNCIPEVarios documentos del Archivo General de la Nacin adems de los que fueron

    publicados en la revista Inca permiten seguir algunos pasos de este descendiente de losincas. En primer lugar es cierto que don Felipe Tpac Yupanqui fue alumno del colegiode caciques del Cercado ya que su ingreso consta en el registro de dicho colegio (23)

    (19) Montesquieu, Marmontel, Raynal, la enciclopedia, fueron prohibidos, recogidos yquemados por real orden de 1785 (Medina, 1904, introduccin XC, retomado en Eguiguren, s.f.:158).

    (20) Slo aparece mencionado como formando parte de una red de sospechosos (t. II: 150).Agradezco a Joelle Chassin haberme comunicado este texto.

    (21) Se deduce por lo menos del ya citado Lamento mtrico. Vase nota 9.(22) En 1795 Rodrguez de Mendoza pidi la reforma de los estudios de matemticas y de

    historia eclesistica en el Real convictorio (Eguiguren, s.f.: 884).(23) Este libro fue publicado en la revista Inca en 1923 sin nombre del transcriptor ni

    localizacin y dicho documento que pudo pertenecer al ramo de Temporalidades del AGN se extravi.

  • 517LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    donde se puede leer el 7 de marzo de 1780: Felipe Santiago Tpac Yupanqui caciquede San Geronimo, entr pero seis meses despus se lee que se fue a convalecer. Noqueda huella de que haya vuelto, es posible que sea una simple omisin, pero, en general,por esas fechas se solan apuntar salidas y vueltas.

    El colegio del Prncipe haba sido fundado en el Cercado de Lima por el virreyEsquilache como consecuencia de la campaa de extirpacin de idolatras que se habainiciado a principios del siglo XVII en el Per. Los jesuitas se encargaron de la direcciny de la educacin que se dispensaba a los hijos de caciques y nobles. Lo hicieron mscon vistas a su conversin, de la que dependa la de los indios del comn, que a alzarlosa la altura de los espaoles y criollos que formaban la lite de la sociedad colonial. Sibien al principio los alumnos pudieron seguir clases de gramtica hubo un momento enque decayeron las condiciones de enseanza de los indios. Despus de la expulsin dela Compaa, sigui funcionando el colegio y conoci entonces una serie de reformasque correspondan a las inquietudes de la poca. Hubo una revalorizacin de los estudioscon la creacin de una y luego otra aula de latinidad, enseanza de la Historia, y mscontactos con la Universidad. Bartolom Mesa parece ms bien valorar el que su primohaya sido alumno all, por lo menos no lo calla, lo que no significa forzosamente que elcolegio tuviera buena reputacin, puesto que necesitaba para su primo un certificadoelogioso que el Rector Bordanave le conceda fcilmente.

    Normalmente los alumnos del colegio del Prncipe no podan entrar antes decumplir los doce aos (existen casos donde se dice claramente que el alumno fuerechazado por no tener la edad requerida. Sin embargo hubo algunas excepciones, enrealidad muy pocas en el espacio de casi dos siglos: uno que entr muy tierno otro quefue nombrado colegial en 1797 limitndose la gracia hasta que entre en edad de diezaos y otro que entr en 1799 a los nueve aos). Ninguna consideracin particularacompaa la entrada de don Felipe Camilo Tpac Yupanqui. Sin embargo, si consideramosque excepcionalmente pudo ingresar a los nueve aos, en 1792 tendra veintiuno a lomnimo. El lmite de edad era de diez y ocho para pretender entrar en el colegio deNobles Americanos de Granada: si bien se omiti exhibir los documentos justificativosde su Nobleza, no fue porque ya los haba presentado al superior gobierno o por lanotoriedad de su nobleza como lo afirma su altivo primo, sino porque tales documentosconstaban de su partida de bautismo y por lo tanto lo eliminaban inmediatamente.

    Otro elemento es la presentacin de los certificados mdicos, dos documentospermiten sospechar que sean de conveniencia: el registro del colegio que declara suausencia para convalecer a los seis meses de entrar y una declaracin del Rector Juande Bordanave en 1790, segn la que Felipe Santiago Camilo Tupayupanqui cacique deSan Geronimo de Atunjauja, recibido en 1780, ha estado enfermizo y a aprendido a leerescribir y contar, la gramtica, est estudiando Artes en Santo Toms los que empezpor abril de 1789 acabar por el mes de mayo de este ao y se dar parte a este juzgadocuando tenga las conclusiones de todas artes (A.G.N., Temporalidades, colegios,legajo 171). Esta declaracin no precisa dnde aprendi a leer, escribir y contar etc., aunsi sobreentiende que fue en el colegio del Prncipe, el cual tena todo inters en contarentre sus alumnos al brillante inca. La mencin de su estado enfermizo puede estar aqupara justificar la ausencia de notas y apreciaciones en los cuadernos del colegio. Como

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    se colige de los trminos en que va escrita, se trata de una declaracin del Rector anteun juzgado. El licenciado Juan de Bordanave haba sido acusado de una psimaadministracin del colegio, de dejadez en la educacin de los colegiales, de falsificacinde las cuentas, etc.: una visita del fiscal en 1791 revela que el colegio careca de todo,que las habitaciones estaban llenas de inmundicias que los colegiales dorman en unospellejos y otros cargos graves como el de reservar el Rector para su propio servicio losdos esclavos del establecimiento (A.G.N., Temporalidades, colegios, legajo 171).

    Lo interesante es que slo dos alumnos declaran a favor de Juan de Bordanavemientras que todos los dems y sus padres coinciden en denunciar una situacininsoportable, en particular la inadecuacin entre lo que declaraba el Rector y la realidad,precisamente en lo que se refera a vestidos (usados, heredados inmediatamente delcompaero muerto sin considerar medidas ni tamaos, o simplemente ninguno). De losdos testimonios, el primero es el de Santiago Tupayupanqui que declara haber recibidocinco vestidos (los otros dicen haber recibido uno en cinco aos) haber sido bienalimentado y bien cuidado (A.G.N., Temporalidades, colegios, legajo 171). Pero es eltestimonio de alguien que ha dejado el colegio, por lo menos desde hace dos aos y muyposiblemente diez.

    Juan de Bordanave adems de Rector del colegio de caciques era cannigo de lacatedral y catedrtico de Retrica en San Marcos, por tanto un personage que poda serinfluyente. Sus problemas empezaron en 1790 y concluyeron con su obligada demisindel rectorado en enero de 1795, despus de un largo pleito, lo que permite pensar quesu culpabilidad qued realmente manifiesta, dada la posicin social que ocupaba. Esteperodo coincide en gran parte con la solicitud de don Bartolom Mesa en nombre desu primo para lograr una beca en el seminario de Nobles Americanos de Granada.

    Es muy verosmil que el testimonio de don Santiago Felipe Tupayupanqui a favorde don Juan de Bordanave que resulta tan disonante de los otros haya sido deconveniencia y que don Bartolom de Mesa pensara aprovechar la relacin al parecercordial, si no es ms, con el Rector para apoyar su solicitud.

    Por otra parte don Bartolom insiste una y otra vez, en que su primo estestudiando en el convictorio de San Carlos, insinuando que all se gradu, pero tanto elcertificado de fray Cipriano Cavallero como la declaracin de don Juan de Bordanavedicen que estudi filosofa en Santo Toms, colegio de los Predicadores de menosprestigio y menos al da que el convictorio de San Carlos.

    Un discurso pronunciado por los diputados americanos en Cdiz contra elartculo 22 del proyecto de constitucin, publicado por Eguiguren, aclara lo que ataea la educacin de las diferentes castas en Lima:

    Para los estudios mayores hay a ms del seminario de Santo Toribio, elcolegio de San Carlos, cuyos estudiantes estn uniformados; No se admitenen ellos a las castas pero s a todos los que son reputados por blancos;Hay tambin varios colegios y universidades pontificias pertenecientes alas rdenes religiosas, en los que se ensean la Filosofa y Teologa alos jvenes de toda clase, color y nacimiento, los cuales no seanuniformados.

  • 519LA EDUCACIN PROBLEMTICA DE UN NOBLE DESCENDIENTE DE LOS INCAS

    Esto corrobora que don Camilo Santiago haya seguido sus estudios en SantoToms y no en San Carlos como lo insina su primo. Sin embargo las fechas de mayosu examen y agosto la solicitud permiten la hipotsis de que haya seguido allotras clases despus de lograr su ttulo en el colegio dominicano, siendo reputado porblanco por su nobleza y tal vez su riqueza. Este colegio fue fundado por el virrey Amaten 1770, reuniendo en l los dos colegios largo tiempo rivales de San Martn y de SanFelipe y San Marcos. En 1822 se le incorpor el del Prncipe, mezclando as la noblezaamericana sin distincin (Gua poltica eclesistica y militar del Per para el ao 1841Lima 1841). En 1792 todava haba separacin. Quedan por estudiar los vnculos queexistan entonces entre el convictorio de San Carlos y el colegio del Prncipe, pero esposible que desde entonces caminara la idea de integrar a los nobles indios instruidosal real convictorio, en este caso don Bartolom Mesa pudo participar del intentointroduciendo a su primo. El caso es que en San Carlos se educaba de la manera msmoderna lo mejor de la sociedad limea y esto era lo que a l le importaba.

    9. LA PRECEDENCIA ESPEJO DE UNA DOLOROSA INFERIORIDADTodos estos detalles ponen de relieve el afn de reconocimiento y de igualdad que

    tenan los indios nobles, y las dificultades que eran las suyas aun si mantenan relacionescon los criollos, para hacerles competencia. Lo que tambin es digno de reparo en estacarta al rey es que en ningn momento insina que el hecho de ser indio haya podidoperjudicar a su primo, al contrario razona como si los descendientes de los incas fuesenobviamente iguales a los nobles criollos y espaoles, como si el sueo del Inca Garcilasofuese realidad. Lo interesante es que esta manera altanera y absoluta de negar laposibilidad de cualquier diferencia, encuentra su justificacin en el discurso oficial dela Corona.

    El disimulo, la mentira que se perciben en el caso de don Bartolom Mesa suelenser las armas de los dominados. Ahora bien, tampoco del lado de los dominantes sejugaba limpio. Oficialmente desde el decreto real de 1767 se consideraba a los noblesindios hbiles para gozar los empleos eclesisticos o seculares, gubernativos, polticosy de guerra que piden limpieza de sangre y que se acostumbraban conferir a los nobleshijos dalgos de Castilla... (Auto de noviembre de 1770, Inca I, 1923: 862). Pero en elPer los frenos a la aplicacin de esta ley podan ms que la real palabra. La rebelin deTpac Amaru acababa de confortar la desconfianza hacia estos nobles. En 1797, porejemplo, se le niega al cacique Cevallos la confirmacin del empleo de Sargento mayorde Naturales por haberse suprimido estas milicias y no considerarse convenienteinstruir en el manejo de arma y evoluciones a los Yndios (A.G.I., Secretara de guerra,7124, exp. 47), lo que contradice el decreto de 1767 y las constituciones de 1792 delseminario de Nobles Americanos de Granada que no excluyen a los Indios de la carreramilitar. Por tanto se entiende que don Bartolom Mesa se dirija al rey como ltimorecurso y lo haga oponiendo sistemticamente la benignidad, el digno y laudable celo,las sabias intensiones de un gobierno zeloso e ilustrado, las leyes santas y saludables,la nueva y benfica institucin, los prudentes designios del rey al reprensible exceso,la desigualdad, el desorden, el escndalo, el favor, la amistad, propios del virrey.

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    Naturalmente el mayor argumento que tiene es la prioridad en el tiempo con quepresent su solicitud. Con l quiere borrar las objeciones que con razn se le podanoponer. Pero hay ms: esta prioridad otorgada al que llegue primero, la precedencia deltiempo o de la suerte le parecen la condicin de la verdadera igualdad, la que descartalas amistades, el favor y todas clases de colusiones dentro del mbito criollo, y la verdades que esta nueva decisin, de ser aplicada, hubiera sido una verdadera revolucin.

    As, aun sin denunciar directamente la discriminacin de que son vctimas losindios, su alegato remite constantemente a la nocin de igualdad, de derecho concedidoindistintamente a una nobleza u otra.

    Una de las humillaciones que sufran los nobles indgenas era precisamente la deser tratados de indios lo que les poda confundir con los indios del comn a quienesellos mismos despreciaban. No perder los privilegios concedidos era la mayorpreocupacin de los caciques y nobles descendientes de los incas, particularmente en esapoca y cabe decir que incluso stos consideraban a aqullos como gente ordinaria (24).

    Un buen ejemplo es el de Doa Mara Joaquina Ynca que, en los aos 90,multiplicaba en la corte de Mxico las gestiones para lograr una pensin y ser tratadacon los honores y respeto debidos a su linaje que, segn ella demuestra, remontabatambin al gran Tpac Yupanqui. El voluminoso expediente remite reiteradamente a losderechos y privilegios otorgados por Carlos V a los descendientes de los incas en 1545(C.D.I.H.I: 300-305): tratamiento de personas Reales, escudo de armas, solios lafacultad de vestir el insigne toysn de oro, como blasn el ms distinguido en lasmonarquas de Europa con la que en todos los dominios representan la misma Realpersona y dems franquezas que creyeron conducir al descargo de su real conciencia,unin de entrambas coronas, buen gobierno paz y quietud de esos y aquellos dominiosEl tono orgulloso, a veces hasta irrespetuoso, es bastante parecido al de don BartolomMesa. Su solicitud revela que si bien en el siglo XVII, los abuelos de Doa Joaquinapidieron la confirmacin de estos derechos (autos de 1639 y 1652 en Lima), nadie sepreocup por hacerlo en el siglo XVIII hasta la fecha, y tales derechos y privilegios sonjuzgados exorbitantes en 1800 por la Audiencia y el virrey (A.G.I., Mxico 2346) deNueva Espaa, en particular el que otorgaba a estos nobles la posibilidad de formar unReal Acuerdo con dos oidores en caso de discrepancia con el virrey, o sea la posibilidadde contravenir a sus decisiones. Otro elemento digno de mencionar en este expedientees que en las partidas de matrimonio y bautismo de sus hijos Da Joaquina se diceespaola (A.G.I., Mxico 2346, fol. 92) (25).

    La nocin de precedencia con su cortejo de humillaciones, tan importante enaquella Lima colonial que viva al ritmo de numerosas fiestas pblicas, era la que regatodas las relaciones, imperaba en la imagen que cada uno de los grupos sociales tena

    (24) En el voluminoso expediente de D(o)a Mara Joaquina Inca una reclamacin de susantepasados en 1656 por haber sido convocados a la mita completan su argumento de esta forma:Adems de que no se ajusta el que no compreendindose en d(ic)ho bando los caciques gobernadoresque es gente ordinaria, los que son de mayor privilegio como los suplicantes sean compreendidos enel d(ic)ho bando (A.G.I., Mexico 2346, superior gobierno 1796).

    (25) En la partida de matrimonio la palabra espaola est claramente escrita y en la debautismo de su hijo fue aadida, supuestamente a peticin suya.

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    de s mismo. La participacin en ellas de stos reflejaba su posicin en la jararqua. Enla Representacion verdaderaen 1750, fr. Antonio Garro, en nombre de los indios,lamenta que en la fiesta que tuvo lugar en Lima en 1748, les haya cabido en ellas elltimo lugar, como siempre les cabe en todo. A las fiestas slo se poda asistir desdeun sitio atribuido segn su rango. (Bernales in Historia y cultura,1969: 24)

    La importancia del traje era enorme para distinguir los grupos sociales y tnicos,y en particular en los colegios mayores. El discurso de los diputados a Cortes ya citadodespus de mostrar que los colegios que aceptaban a los indios castas y morenos nousaban uniformes concluye diciendo:

    de lo que se deduce en primer lugar que toda la distincin y preminenciaque se observa entre los estudiantes blancos sobre los de diversas clasesque componen esta ciudad, slo se funde en el trage. Esta es una distincinpoltica.. Precedencia de los nobles indios sobre los caciques, de los nobles criollos sobre

    los nobles indios, de los peninsulares sobre los criollos... en una ciudad cuyo palacio degobierno era asediado cotidianamente por una multitud de solicitantes.

    As, cuando el Mercurio Peruano public el decreto real que fundaba el colegiode nobles americanos de Granada, lo acompa de un comentario ms que entusistico,calificando la decisin real de monumento ms glorioso que inmortalize el felizReynado del Augusto Carlos IV ya que Se olvidar hasta el nombre de esta odiosarivalidad que en perjuicio y deshonor del Estado pretende encontrar diferencia entre loshijos de un mismo Padre. Aluda esencialmente, claro, a la rivalidad entre criollosy peninsulares.

    Tal vez estos motivos de orgullo para unos y de vejacin para otros expliquenciertas reacciones de unos y otros a lo largo de los siglos coloniales en lo que a educacinatae.

    Los colegios de caciques fueron creados para educar las lites indgenas, erancolegios reales que ostentaban las armas reales junto con la mascapaicha en susfachadas (Dean, 1999: 152); se les concedi un uniforme (Alaperrine-Bouyer, 1999),compromiso entre la indumentaria espaola y la indgena, uniforme que pudieronconservar a duras penas contra el aviso del Real Acuerdo que sigui la partida deEsquilache; tenan derecho a ocupar un lugar distinguido en las fiestas pblicas pero setard mucho en concederles una esquina de la plaza que debieron compartir conseparacin con los nios expsitos (26). Adems la administracin de los jesuitas pocoa poco introdujo alumnos criollos y peninsulares tanto en el colegio del Cuzco como enel del Cercado de Lima. Los nobles indios protestaron claramente contra esta mezcla quedecan ser en perjuicio de sus hijos (AGI, Lima, 169; de la Puente Brunke, 1998;Alaperrine-Bouyer, por publicar):

    siendo ass que slo esto tienen en este reyno por grandea y consuelonuestro, merced de tanta ymportancia

    (26) Vase supra, nota 18.

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    Ms tarde, cuando Carlos III quiso atraer a los nobles criollos a Espaadestinndoles 40 plazas en el seminario de nobles de Madrid (Olaechea Labayen, 1963:213), los americanos no se precipitaron y muy pocos vinieron, no disputaron las plazasa los indios, pero cuando Carlos IV fund prematuramente el colegio de NoblesAmericanos de Granada, entonces s que hubo muchas solicitudes, la disputa yexclusin que conocemos.

    Lo que llama la atencin es que en los diferentes casos se trata de privilegio:cuando los caciques decan que slo tenan los colegios por grandeza y consuelo nohablaban de otra cosa que de privilegio, el que los distingua de los indios del comn yles acercaba a los otros nobles que tenan sus colegios uniformados. Los hijos de criollosadems de humillarles y tratarles mal, negaban por su sola presencia este privilegio.Cuando los nobles criollos se negaban a mandar a sus hijos a Madrid, teman la mismadiscriminacin por parte de los peninsulares pero cuando se les aseguraba la exclusividaden la tentativa de Granada, entonces s que all vean un privilegio concedido a su clasey no pretendan que los indios nobles lo compartieran. Mezclarse con el otro, en unaexperiencia que pone en juego las capacidades intelectuales, pide una imagen positivade s mismo que los criollos no devolvan a los indios en su tierra ni los peninsulares alos criollos. La posible pretensin de don Felipe Tpac Yupanqui a fines del siglo XVIIImarca una evolucin: desde haca unas dcadas la enseanza superior ya no se cerrabaa los indios nobles, se haba creado oficialmente una aula de latinidad en los colegiosde caciques y entonces eran ellos los que se introducan en los colegios mayores. DonFelipe, completa los estudios en Santo Toms y hasta, tal vez, logra inmiscuirse en SanCarlos. Las ideas de la ilustracin permitan dar estos pasos. Si estaba dispuesto amarcharse a Espaa, era aparentemente porque pensaba que all los estudios seranmejores pero tambin porque se trataba de medirse con los nobles criollos con la varade la beca de gracia, y tal vez porque creyera en la proteccin del Rey, en la sinceridadde la palabra real que oficialmente no estableca diferencia entre sus vasallos.

    Pero tambin cabe preguntarse: Crea realmente su inteligente primo en laposibilidad de ganar contra el virrey y la aristocracia criolla? Ya ms de cuarenta aosantes, La Representacin que el hermano Calixto de San Joseph Tpac Inga (Medina,1904: 542 a 553) remiti directamente al rey, a costa de riesgos y peligros, an de lapropia vida (Medina, 1904: 546) despus de un largo viaje clandestino, llevaba lamisma idea que la psima condicin de la Nacin india se deba slo a la tirana de losvirreyes y sus funcionarios. No haba servido de leccin el infeliz desenlace de laaventura de este lejano pariente de don Bartolom que conoci la prisin y el destierro?o slo quera ste manifestarse en una especie de desafo, afirmar su pretensin a laigualdad de todos los nobles americanos indios y criollos, recordar a la faz del mundolos olvidados privilegios de los descendientes de los Incas?

    10. CONCLUSINEl proyecto del colegio de nobles americanos de Granada que no lleg a

    funcionar y precisamente porque no lleg a funcionar, adems de poner demanifiesto la existencia paralela de diferentes redes de poder: la de los criollos y la delos indios ricos que compiten desigualmente, evidencia el juego entre los diferentes

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    discursos coloniales. El del rey, destinado a los criollos, que con pretexto de launiversal difusin de las luces promete la igualdad a todos sus nobles sbditos quepretendan un puesto de altas responsabilidades con tal que den prueba de sus mritos ycapacidades, es un discurso equitativo y generoso que disimula la desconfianza,verdadero objeto de la fundacin del colegio. En realidad oculta el proyecto poltico deun despota ilustrado que quiere controlar mejor una aristocracia frustrada en susesperanzas y mejorar la administracin de las colonias en provecho de la metrpoli. Loque se lee y deduce de los 47 artculos es la voluntad de equiparar los estudios, de dara cada uno la oportunidad de salir con un puesto honroso y por tanto de satisfacer elorgullo herido de los criollos, pero lo que no se dice sino de manera ambigua es laimposibilidad en que estarin luego las futuras lites de ejercer en sus propios pases.

    Cuando se dirige a los nobles indios, el rey les garantiza la igualdad con los otrosnobles. Ha sido el discurso de la Corona, desde los principios de la colonia, un discursode proteccin que garantiza una buena educacin a los nobles y caciques y se ha idorepitiendo en mltiples cdulas a lo largo de los siglos de colonizacin. Los privilegiosotorgados por Carlos V a los descendientes de los incas en 1545, como lo hemos vistoles fueron confirmados varias veces, pero no queda rastro de que formaran jams un RealAcuerdo para contrarrestar las decisiones de un virrey. En el siglo XVIII, otras repetidascdulas les aseguran su integracin en los colegios y seminarios y su derecho a ocupar,ellos tambin, puestos honrosos, y lo que se deduce de las constituciones del colegio deGranada es que no se les puede excluir de ninguna carrera. La realidad resulta ser muydistinta. Y el real discurso parece cerrarse como un crculo que dejara fuera estarealidad, como si bastara su enunciacin al famoso descargo de la real conciencia.

    Sin embargo los nobles indios parecen seguir creyendo en la palabra de laCorona, en la infalibilidad y el amor de un monarca ecunime y justo, acusando a losvirreyes de no cumplir las leyes. El pretexto de la lejana del rey sirve a las dos partes:al rey para quitarse toda responsabilidad, a los indios para seguir creyendo que sonmenos desvalidos de lo que parece. Esta fe simulada o real les permite seguir pidiendoprivilegios, pensiones, honores, y manifestando con altivez su nobleza. A fines del sigloXVIII, a pesar de todo no se han doblegado. El discurso del noble indio sigue siendo eldel entonces prohibido Inca Garcilaso en su reivindicacin de igualdad. Pero al mismotiempo es tambin el discurso de mentiras y disimulaciones de los dominados. DonBartolom Mesa Inca Yupanqui a este respecto es ejemplar.

    Referencias citadas

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