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Ventana de Tiempo (Poemas)Diego Marín ConcreTas

Ediciones Instituto Distrital de Cultura de BarranquillaSERIE DE POESIA -BIBLIOTECA MIGUEL RASCH ISLAISBN 958-96069

Dirección Editorial:Harold Ballesteros

Cubierta:José Luis Rojas

Pintura de la cubierta:"Ventana de Suba" de Juan A. Roda

Diagramación:artes integradas idc

Fuente utilizada:Palatino. 12 ptos

Impreso y encuadernado por:Antares Editores S.A.Santafé de Bogotá

Primera Edición:Diciembre de 1996ISBN

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PROLOGO

PAMELA FLORES

LA ETERNIDAD DEL INSTANTE

La vocación del escritor es una vocación insensata. Insensata ytemeraria a la vez, el escritor la vive como una suerte de condenairrevocable y elegida, asumiendo un destino que es, simultánea-mente, su miseria y su única salvación. El trabajo del escritor esincómodo, inspira desconfianza, aísla porque pone de presente lacondición de soledad y desamparo a la que los seres humanosestamos avocados, pero que nos empeñamos en escamotearinsertándonos en la tibieza de comodidades fáciles. El trabajo delescritor es marginal porque el descontento fundamental queexperimenta ante el mundo lo obliga a habitar una orilla que noes la de todos, a la que sólo se acercan otros seres como él paraquienes la experiencia de la vida es también una angustia, unsueño que, a veces, se transforma en pesadilla y, sobre todo, unaduda, una pregunta pertinaz que lo lanza a un exilio voluntario

y definitivo.

Paradójicamente, este salto al vacío es también la única lucidezposible. Festín de carencias y limitaciones, el mundo no es unlugar en donde fácilmente podamos sentimos a gusto. Elescritor lo sabe, lo intuye, lo vive, lo razona y lo sufre; los otros,lo ignoran o fingen hacer lo. El escritor es el ser que continua ytercamente pone el dedo en la llaga; es también, el único llamadoa la redención, el único capaz de construir un mundo en dondela vida cobre sentido, en donde las ausencias de este lado setransformen en posibilidad y en donde las soledades de todos seencuentren y comulguen bajo el amparo de la palabra.

Estas consideraciones acerca del hecho de escribir que ahoraregresan a mí a raíz de la lectura del libro Ventana de Tiempo deDiego Marín, hacen que ya no parezca necesario sino inevitableliberar de la clandestinidad -a la que su autor los ha

g

condenado- estos poemas, escritos ensu mayoría entre 1975 y

1985, que nos revelan ese otro que somos y que la cotidianidad

se esfuerza, a veces, con inusitada eficacia, en desconocer. Estos

textos nombran el vértigo que nos devora, la ausencia que nos

espanta, el silencio que nos dice, la palabra que nos traiciona o

nos descubre, la máscara que es nuestro verdadero rostro en el

universo de lo poético, allí en donde la condición humana se

reconoce en su propia miseria, pero también se sorprende ante

su olvidada capacidad de asombro, su ansia de infinito, su deseo.

Ventana de Tiempo es un texto secreto, íntimo, en el cual el

hablante se sitúa ante sí mismo, se dice, se desdobla, se inventa

un oyente que no existe, recrea para sí un ámbito en donde la

soledad es irreductible, el diálogo, monólogo y el yo, la única

certeza, se despliega en un tiempo que es el de la memoria, la

nostalgia o el sueño ,acaso el único tiempo posible, Es también un

texto de comunión porque el secreto del poema es un secreto a

voces, reconocimiento y desconocimiento a la vez, invención delo que ya se sabe, vuelta a lo que no existe, certeza de realidades

inaprensibles, pero evidentes.

Tránsito por la conciencia, en estos textos no hay la construcción

de un espacio concreto en donde se despliegue el poema: ni

bosques, ni mares, ni ciudades; hay sí, esa zona inasible de donde

surge el deseo, la necesidad de ser otro y el mismo, habitada por

sombras, temores, esquivos sueños, sospechosos olvidos. La

infancia, por ejemplo, que se revela en los poemas no es lainfancia que fue y que se pretende recuperar mediante la palabra,es más bien, esa infancia primordial que es nuestro otro yo, o

parte de él, la que se despliega más en el presente de nuestras

nostalgias que en los recuerdos del pasado.

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"ya no soy el niño que acaricia, desesperado,los bordes de su sombra en los jardinesde la madrugada. .." (en Carta de Ciud.7(~anlÍ1

"Debes recordar el olor de los techosen diciembre, cuando la última siluetaabandona la casa, y la libertades otro señuelo del dolor" (en Niño elevando una Cometa)

Es también, una infancia más soñada que vivida, o mejor, vividaen la imaginación poética y, por tanto, permanen te o, al menos,recuperable. Inscrita en el universo de 10 ficticio, su centro noestá en el pasado sino en el siempre transitable universo de las

palabras:

"A veces leo, en páginas de sombras,la historia de un velero que partió de mi infanciahacia las aguas vegetalesde un mar que todo lo sabe," (en El Pirata)

Pero esa infancia que habita al interior del narrador como ficciónque resguarda de la vida no es sino una de las versiones demáscaras-fantasmas que crea el poeta. Está también la máscaradel yo al interior del cual se dan cita delirios, ausencias ymiserias, del yo que se reconoce en su "recia afición a ladesdicha", del yo desencarnado del mundo pues no es de allí dedonde surgen sus fantasmas sino del interior de sí mismo, detiempos que están fuera del tiempo, de las "celadas de la memoria";del yo cuyo centro se dispersa en esa multiplicidad de voces quereconocen con trágica visión la esencial soledad de la condiciónhumana, condición que pierde su posibilidad de disimulo al noingresar en la esfera del otro, hombres u objetos que nos liberende la conciencia de nuestra propia fragmentación, que nos

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"Expuesto al silencio como un pájaro transparente

detenido en el invisible enramaje de la tarde

sin más argumento que un sonido rencoroso

tramitándote un pasaje hacia las sombras

tú, mi protagonista, dispones

los minuciosos materiales del sueño." (en Protagonista)

"la ilusión de muerte que los cuerpos atesoran;el trueno triste de los trémulos personajesque me habitan sin paciencia" (en Pasiones)

Ambito de soledad irreductible, el otro o no existe o no es posible

alcanzarlo. Aún las múltiples voces del yo terminan disolvién-

dose en la única posibilidad: el reconocimiento del yo o el

reconocimiento del desconocimiento de los otros.

"Te lo digo sin odio, que casi les tengo cariño,

y hasta me duele despedirme de ellos,

pero estoy llegando a la orilla de mí mismo

y, desde aquí, saludo con la mano

a mis personajes que se marchan,

que se marchan para siempre". (en Mi Gente)

"Se acostumbra uno, en el tedio espeso de los días,

a dialogar con infatigables ángeles de silencio.

Vicios de quien ha vivido selva adentro,..."

Y, al final, o al principio del tiempo, en cualquiera de los

laberintos de la conciencia, las palabras. Palabra-redención,

espejo que devuelve la imagen que no vimos nunca, soledad que

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comulga, la palabra poética es un intento por recuperar elnombre que nos inserta en el mundo. Pero no hay nombre. Elmundo, el otro, están irremediablemente del otro lado. El yo sedespliega hacia sí mismo sin encontrar la palabra que lo ingreseen la otra esfera:

"Conozco cuartosque huelen a sombrasy sé de corredoresde amor fugitivo,pero nada me nombra" (en Tocata y Fuga)

En la poesía de la costa, es inusual este tránsito por la conciencia,este recorrido por un tiempo que no está hecho de ayeres ni dehoras sino de sombras y carencias que constituyen lo que nohemos sido y, por tanto, lo que somos inexorablemente. Si elnarrador de estos poemas no abandona la otra orilla es parainvitarnos con mayor eficacia a recorrer nuestra propia soledad;con secreta angustia, al reconocimiento de nuestro deseo; conperversa lucidez, a la certeza de que tampoco nosotros tenemosun nombre. Triunfo de la palabra poética, la miseria de nuestrafinitud, de nuestra incapacidad de ser, encuentra en Ventana deTiempo un sentido, ya que, aunque estos poemas de Diego Marínnos lanzan al abismo, consiguen, simultáneamente, por labelleza de sus imágenes, trasladarnos a ese instante en el que laeternidad es una certeza, en el que el infinito es posible porquepodemos ser todos los que somos, fundidos no ya con un nombresino con ese ser implacable que nos habita en silencio.

Barranquilla, noviembre de 1996

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"Pero nada medoblegaba. Nada podíaconmigo, con mi vocación de ser río.Me internaron seis meses en unsanatorio, y me dieron de baja conuna carta del director. El muchachono está loco, decía, apenas me parece

un poco poeta y hay que dejarlo porq.ue eso no tiene remedio. Benditomédico. Sí, eso soy yo: un poco poeta,un grávido río "

José Eustasio Rivera I

Correspondencia

"¿De qué me valdrán estas páginasdescontentas? El libro, el voto, novaldrá más de lo que tú vales. Nadieha dicho que se salve el almaescribiendo. Escribes, escribes, y tu

alma está ya perdida".

Italo Calvino,El caballero inexistente

A mis padres,a mis hermanos

ENTRE VIVIR Y no, elijo tus ojos.Lo demás son rutinarias simetrías:cánceres, de mi vida los despojos,razones de domésticas filosofías.

Entre morir y sÍ, elijo tus labios,tus cejas, el olor de tu sombra,la noche de tus silencios sabios:el sabor de la vida que te nombra.

Porque caen imperios, nacen guerrasel astrónomo sueña su otra luna,el mercenario es dueño de otras tierras;

Pero en el otro lado de la escena,de tantas, tantas líneas queda una:queda el amor .silente del poema.

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UNIVERSIDAD---~ : BI8Lfú1

UN ALACRAN se agazapa en mi pecho,y atenaza sin piedad las arteriasde mi corazón huérfano.N o sé, en verdad, quién lo dejó ahí:demonios de otros tiempos, quizá,oscuros capitanes que gobiernanlos barcos piratas de la infancia.Alacrán, quién te dejó ahí?En lugar tan frágilcomo urna de vidrioo campana de lluvia.Alacrán, criatura de mis desvelos,no sé cuándo te irás,no sé cómo he podidodormirme con tus suertosoPero, amor, ábreme túla flor de mis silenciosy arráncame del pechoeste alacrán de los infiernos.

OFRENDA

ESTA QUE oyeses tu voz,que te habladesde mí.Lo demás es silencio,o demasiada palabra.Es decir, lo mismo.Cuando tu vozse escribees mía;cuando mi vozse escuchaes tuya.y si la hoja preguntaalojo que la mirael porqué de su brillo,el ojo y la hojatambién son lo mismo.La sombra está dicha,el tiempo está escrito;pero decimos "sombra"y el tiempocomienza a escribimos.

Una boca tampoco esnada, pero un beso,o el recuerdo de un beso,amenazan convertirla en rosa.

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En el tiempola boca y la rosatambién son 10 mismo.Si esto es 10 otrotú puedes ser yo,yo puedo ser túy, cuando 10 seamos,jugaremos a ser otro.La brisa hila nubesde distintos cielos,pero en la memoriauna sola es la brisa,uno solo es el cielo.La mano, ligera, trazaun signo en el aire;frente al mar ese gestoes nostalgia que vuela.Este verso es como esa mano,que vuela y nos uneen un signo en el aire.Esta que oyeses tu voz,que te hablaa través de mi palabra.Cuando se escribees mía;cuando se escucha es tuya.

~

APARICION

DE NIÑo soñé un caballo blanco,y al patio humedecido iba a buscarlo;ahora sueño aquel niño soñador,y el caballo aquí llega galopando.

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ARLEQUINEL

DELINQUE, EN la tarde cerrada,un albur de ventanas abiertas;umbral de fugas, ecode sonatas dispersas;zócalo de la enredadera.En esa pausa de la maderase asoma un arlequín soñoliento;no es rostro de mi desacuerdo,pero quizá miento.Así que doy a su cara empolvadael vano maquillaje del recuerdo:las máscaras de la nada,del tiempo los vanos conciertos.Arlequín recoge sus extremidadesy se ovilla como un interrogantey yo, en mis rotos desiertos,lo nombro rey de las soledades,de mi tristeza Caballero Andante.Inclinado a la tarde,geometría de colores;tras el tiempo que ardesus líricas ilusiones,Arlequín desfallece.Lo compadezco con rabia:no he debido citarlo, parece,a este azar de las ventanas,pero nos nutre la misma savia:troncos de igual desencanto,aves sin luz de la mañana

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volando en la tarde del canto.Ahora me mira, me mira y lo miro:caímos en la misma celada,sus ojos son mi otro destino;su boca, mi verdad cansada.Dulce hermandad del silencioque me asusta sentir y despierto;cuando corro la cortina del tiempoMi amigo Arlequín ha muerto.

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INFORME

SÉPASE DE estas grávidas regiones,donde trágicos agricultoressiembran el invierno; nótesesu húmeda violencia empapandoel cuero negro de la noche.

.1.1

TE DIGO que conozco sus silencios de espuma,y ya no soporto más que venga cada poemacon sus mismos desiertos convenidosy sus cicatrices de sueños a la moda.Te lo digo porque hasta aquí llegué:no más estrellas pariendo vacíos universales,ya basta de roturas y desperdicios

precipitándo~epor sonoros socavonesde la angustiaque, a la larga, son sólo palabras.Palabras. Y punto.Se cansa uno -te cuento- de estos actoresde segunda, malqueridos de la noche cósmica,sin más oficio que el de contemplarseen los falsos espejos de la palabrería.Después de escuchar los queda el almadesnuda, aunque ellos crean que está vestida,porque esa, justamente, es su tareade líricos insomnes que beben hasta la saciedaden el pozo de sus vanidades.Te digo que me sé de memoria las grietasde sus atardeceres, la yerta frutade sus cuerpos enlazados, el asombrode su incapacidad para asombrarsecon lá otra vuelta del corazón andante,el antifaz salino de su ausencia de mar,el impúdico carnaval de sus melancolíasy la alta noche de sus más bajas mentiras.

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Te lo digo sin odio, que casi les tengo cari~o,y hasta me duele despedirme de ellos,pero estoy llegando a la orilla de mí mismoy, desde aquí, saludo con la manoa mis personajes que se marchan,que se marchan para siempre.

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A Diana Isabel

DEBES RECORDAR el olor de los techosen diciembre, cuando la última siluetaabandona la casa, y la libertades otro señuelo del dolor.Debes recordar el sonido de tus pasossobre las tejas oblicuas, la cometapicando sus rosáceos bocados de cielo,el humo que, en los montes,clausura la tarde.Debes romper la brisacon tu solitaria autoridadde general-niño; palmoteando el aire.de norte a sur, plácido,como los goleros en las agujas del sol.Debes escuchar las vocesde los adultos, esos ausentes,como quien oye un fragor subterráneoen la boca de un túnel,o se adormece en las profundasmelodías del mar.Debes mirar, desde una claraboya,los asuntos de la casa:el carnaval claroscuro que la familiaorganiza sin consultarte,la equívoca distribución del bien,el peso del mal.Debes fingir la alegría de tus ojos,ocultar las grietas que ya te surcan

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el rostro, o llorar con vergüenzala impavidez de las baldosas.Debes elegir tu galería de miedos.y sé preciso. El monstruo que dibujanlas vetas de la madera,no es el metódico pavorde una guerra en la madrugada.Debes vadear los ríosque van al pasado,dibujar los círculosdel viaje hacia ti mismo,como quien cumple los rigoresde un melancólico oficio.Debes saber que sólo la cometasabe los límites de tus dominios,y que en el balanceo de pesadumbrede las cayenas, está la razónde un poder que apenas presientes.Debes aprender un lenguajede estrellas y flores

y hormigas y pájarosy frutas y maresy reinos y lealtadesy amor y llanto.y debes, niño, bajar de ese techo,

porque aquí abajote espera la vida.

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La Eternidad del InstantePor Pamela Flores 7

4 -4; 3 -3 19Medicina Casera 23Ofrenda 27Aparición 31El Arlequín 35Informe 39Mi Gente 43Niño elevando una Cometa 47Paseos 51Pasiones 55Penúltima Despedida 59Poética 63La Muerte de Marcel Proust 67Purga 73Quijotada 77Soldado de Sueño 81El Aguafiestas 85Septetos 89Sombras Ilustres , 93Taedium vitae 97Telón de Fondo 101Tocata y Fuga 105Tejedor de Perlas 109Carta de Ciudadanía 113Los Inciertos 117Luna de octubre 121

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Recuerdos de otros seres 125Soneto violeta 129Por si acaso 133Fe sucinta 137Sortilegio 141De doble filo 145Mano que miro 149Emisario """.""""'" 153Protagonista 157Pesquisa 161El Pirata 165Oficio ' 169

Ripioso tú 173Autorretrato al Carbón 177Así las Cosas 181Póstumas Algarabías 185En el Cine 189Pudores 193Salvador mío 197La Lucha de otra Noche 201Herencia 205Ventana de Tiempo 209

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