definición y carácter ordalias

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JUSTIFICACIÓN DE LA ORDALÍA: LA «JUSTICIA INMANENTE» Según las leyes de los pueblos germánicos la tortura, así como las penas corporales, sólo se aplicaba a los hombres que no eran libres o a los libres deshonrados, por haber sido declarados públicamente traidores, desertores o cobardes. Al principio en los reinos germánicos que sustituyeron al Imperio Romano de Occidente se aplicaron códigos legales diferentes a los germanos y a los romanos sometidos. El derecho penal durante la Alta Edad Media en Europa, especialmente entre los siglos IX y XII, era "privado". La autoridad pública no buscaba ni investigaba los crímenes, sino que sólo intervenía a petición del que sufría el agravio, que se convertía en acusador. Este, tras hallar el tribunal apropiado (el que declarase tener jurisdicción sobre ambas partes), "presentaba su acusación, declaraba bajo juramento y llamaba a la otra parte al tribunal para que respondiese". El acusado sólo necesitaba jurar que la acusación era falsa, aunque a veces el tribunal requería el juramento de otros hombres libres que corroboraran el del acusado, aunque no hubieran sido testigos de los hechos. Y ahí se detenía el juicio. Así pues, "el juramento era la prueba más fuerte que la parte acusada podía brindar", aunque también existía la ordalía y el combate judicial. En aquellos casos en que la reputación del acusado era mala y la acusación conllevaba la pena capital, se podía recurrir a la ordalía o juicio de Dios para determinar si decía la verdad. Otra forma de solucionar el pleito era el combate judicial entre acusador y acusado, o entre personas designadas por ellos, lo que también se consideraba una forma de ordalía, ya que se basaba en la idea de que Dios sólo permitiría la victoria de la parte que tenía razón. Estos eran los tres modos de prueba, considerados después "irracionales, primitivos y bárbaros", del proceso penal altomedieval. Se basaba en lo que algunos historiadores han llamado "justicia inmanente": "el supuesto de que la intervención

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Tema muy importante que aborda a lo que son los juicios de Dios. Que se realizaban en la Edad media como forma de justicia.

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Page 1: Definición y Carácter Ordalias

JUSTIFICACIÓN DE LA ORDALÍA: LA «JUSTICIA INMANENTE»

Según las leyes de los pueblos germánicos la tortura, así como

las penas corporales, sólo se aplicaba a los hombres que no eran libres o a los

libres deshonrados, por haber sido declarados públicamente traidores,

desertores o cobardes. Al principio en los reinos germánicos que sustituyeron

al Imperio Romano de Occidente se aplicaron códigos legales diferentes a los

germanos y a los romanos sometidos.

El derecho penal durante la Alta Edad Media en Europa, especialmente entre

los siglos IX y XII, era "privado". La autoridad pública no buscaba ni investigaba

los crímenes, sino que sólo intervenía a petición del que sufría el agravio, que

se convertía en acusador. Este, tras hallar el tribunal apropiado (el que

declarase tener jurisdicción sobre ambas partes), "presentaba su acusación,

declaraba bajo juramento y llamaba a la otra parte al tribunal para que

respondiese". El acusado sólo necesitaba jurar que la acusación era falsa,

aunque a veces el tribunal requería el juramento de otros hombres libres que

corroboraran el del acusado, aunque no hubieran sido testigos de los hechos. Y

ahí se detenía el juicio. Así pues, "el juramento era la prueba más fuerte que la

parte acusada podía brindar", aunque también existía la ordalía y el combate

judicial. En aquellos casos en que la reputación del acusado era mala y la

acusación conllevaba la pena capital, se podía recurrir a la ordalía o juicio de

Dios para determinar si decía la verdad.

Otra forma de solucionar el pleito era el combate judicial entre acusador y

acusado, o entre personas designadas por ellos, lo que también se

consideraba una forma de ordalía, ya que se basaba en la idea de que Dios

sólo permitiría la victoria de la parte que tenía razón. Estos eran los tres modos

de prueba, considerados después "irracionales, primitivos y bárbaros", del

proceso penal altomedieval. Se basaba en lo que algunos historiadores han

llamado "justicia inmanente": "el supuesto de que la intervención divina en el

mundo material era continua, de tal modo que se negaba a permitir que las

injusticias quedasen sin castigo… La gente aceptaba las sentencias de la

ordalía, el juramento y el combate judicial porque creía que eran sentencias de

Dios tanto como prácticas antiguas y aceptadas".

Las Ordalías o Juicios de Dios

Esta práctica era muy común entre los paganos o bárbaros, que sometían a

diferentes pruebas a los acusados de quebrantamiento de las normas o de

pecado, poniendo como intermediario y juez a alguna divinidad.

Page 2: Definición y Carácter Ordalias

Las pruebas generalmente estaban relacionadas con el fuego, siendo las

principales el sostener una barra de hierro candente o meter y mantener las

manos en una hoguera. En ocasiones se obligaba al acusado a permanecer

cierto tiempo debajo del agua. Todos aquellos que sobrevivían o no resultaban

demasiado dañados, era por la intervención de Dios, y entonces eran puestos

de nuevo en libertad y no recibían castigo alguno.

(La prueba del agua)

Estas pruebas, con el paso del tiempo, se fueron clasificando en dos

categorías:

† La vulgar; eran las maneras de justificarse frente a la acusación, inventadas

por las supersticiones del pueblo.

† La canónica; en el juramento prescrito en los cánones, que posteriormente

recibió el nombre de “Juicio de Dios”.

Las pruebas más comunes eran las llamadas pruebas del fuego, que

consistían, en su mayoría, en poner la mano sobre un brasero o andar con los

pies desnudos sobre carbones encendidos.

Otro tipo de pruebas eran las pruebas del hierro candente, para las cuales se

enrojecían al fuego nueve o doce rejas de arado, que el acusado debía sujetar;

o, en otros casos, meter la mano y mantenerla dentro de un guantelete de

hierro al rojo.

La Ordalía o prueba judicial se realizaba en las iglesias. Estas pruebas eran las

siguientes, entre otras muchas y muy variadas:

La prueba caldaria: se echaba agua hirviendo en una caldera puesta al fuego.

Si la acusación era simple, el condenado debía sumergir el brazo en ella hasta

la muñeca, y si, por el contrario, la acusación era por un delito grave, debía

sumergir el brazo hasta el codo. Pasados tres días, se le hacía sacar el brazo

del agua y se comprobaban los daños y la magnitud de las quemaduras

producidas. Según la opinión personal del juez de turno, el acusado era

culpable o no.

El juicio de la Cruz: delante de un altar se colocaban dos personas de pie (los

acusados), inmóviles con los pies juntos y los brazos abiertos en imitación de

un crucificado. Se leía delante de ellos la misa, o salmos, o el Evangelio de la

Pasión. El primero que se movía era considerado culpable.

Page 3: Definición y Carácter Ordalias

(Los acusados habían de permanecer con los brazos en cruz)

El juicio del corsned: esta prueba se realizaba con un pedazo de pan y uno

de queso. Los alimentos eran bendecidos y consagrados; y se les daba a

probar a los acusados. Si el acusado era culpable, sus dientes no lograrían

masticar los alimentos, o sus entrañas serían devoradas por un fuego interior.