definicion de terminos etica y realidad

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UNIVERSIDAD EVANGELICA DE EL SALVADOR FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES “Prof. y Dr. Santiago Echegoyén” TITULO DEL TRABAJO: DEFINICION DE TERMINOS: MORAL, ETICA, REALIDAD. RESENTADO POR: JONATHAN MANUEL DIAZ MONICO CATEDRÁTICO: LIC. SALVADOR LOPEZ ASIGNATURA: ETICA Y REALIDAD CARRERA:

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Page 1: Definicion de Terminos Etica y Realidad

UNIVERSIDAD EVANGELICA DE EL SALVADORFACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

“Prof. y Dr. Santiago Echegoyén”

TITULO DEL TRABAJO:

DEFINICION DE TERMINOS: MORAL, ETICA, REALIDAD.

RESENTADO POR:

JONATHAN MANUEL DIAZ MONICO

CATEDRÁTICO:

LIC. SALVADOR LOPEZ

ASIGNATURA:

ETICA Y REALIDAD

CARRERA:

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

SAN SALVADOR 10 JULIO, 2015

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Moral.

La palabra “ética” proviene del griego, y significa costumbre o hábito. La ética consistiría, pues, en el estudio de las costumbres o comportamientos de un grupo humano o en general de los hombres. Pero hay otro vocablo griego, que también está en el origen de nuestra palabra: que, además de costumbre, significa también morada o lugar habitual; talante o modo de ser, pensar o sentir; moral o moralidad. La palabra moral viene del latín mos, moris que también significa costumbre. Por tanto, etimológicamente, ética y moral significan lo mismo; las dos palabras se refieren a las costumbres, o mejor dicho, a la conducta humana establecida.1

en una época o en una región. Cuando Aristóteles escribe la Ética a Nicómaco se refiere sobre todo a este último significado. De este modo comprendemos que la ética no consiste simplemente en la descripción de los comportamientos, sino que se esfuerza por analizar el talante, carácter, modo de ser y actuar del ser humano, para comprender lo que es bueno o malo, precisamente en cuanto propio del ser humano. No se queda, pues, solamente en el dato externo, en los comportamientos visibles, sino que trata de adentrarse en los caracteres propios de la persona, en su morada interior. Y no se queda tampoco en una descripción de sus actos o de su modo de ser, sino que trata de ofrecer una guía para el comportamiento humano. En este sentido, podemos decir que la ética, contrariamente a la sociología o la etología, no es una ciencia “descriptiva”, sino normativa.

Aristóteles, S. Tomás y otros muchos, utilizaron la referencia al término “bien”, “lo bueno”, contrapuesto a “mal”, “lo malo”. Y así nos referimos frecuentemente a la dimensión moral en el lenguaje coloquial: “ha actuado bien”, “fue un acto bueno”, “es una buena persona”. Bueno/malo puede ser aplicado a un acto, a una actitud, a una persona, a un grupo...

Lo moral se comprende como una dimensión que pertenece al mundo vital, y está compuesta de valores, actitudes, normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano. Lo moral tiene que ver, en primer lugar, con las elecciones libres entre alternativas posibles y con la deliberación racional para la decisión. En tal sentido, la racionalidad y la deliberación racional para la decisión. (Kant decía que nos damos cuenta de que somos libres porque tenemos conciencia moral) “moral” e “inmoral” son calificaciones que solamente pueden merecer los actos humanos en cuanto voluntarios o decididles y por lo tanto, imputables a la responsabilidad del sujeto. Lo moral no es por lo tanto un ámbito de propiedades naturales, ni de entidades metafísicas (como los calores en sí) y el discurso moral no es un discurso teórico acerca de lo que es, o no es, sino un discurso practico acerca de lo que se debe hacer.

La reflexión sobre la moral que vamos a emprender no se habrá de reducir a

1 Gutierrez Saenz Raúl.(1999) Introduccion a la ética. EDITORIAL ESFINGE, MEXICO

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consideraciones de tipo psicológico, social o filosófico. Todos esos elementos pueden entrar como ayudas para comprender mejor el fenómeno de la moralidad. Pero a nosotros nos interesa aquí hacer un estudio de carácter teológico.

Teología significa, en sentido estricto, esfuerzo de comprensión del misterio de Dios a la luz de su propia revelación al hombre. Pero significa también el análisis de cualquier realidad en su relación con Dios. Si antes decía que la moralidad constituye nuestro “objeto material”, ahora podemos especificar su “objeto formal” precisamente constituido por la dimensión teológica de nuestro estudio.

Dios se ha revelado a sí mismo, y ha revelado también su plan de salvación para el hombre. El “quiere que todos los hombres se salven” (1 Tm 2,4). Ahora bien, esa salvación no consiste en adquirir una serie de conocimientos, ni se realiza únicamente en el paso a la vida eterna. La salvación revelada y ofrecida por Dios pasa también a través del vivir, del actuar de cada hombre.

La teología moral habrá de ocuparse por lo tanto de la vida de la persona humana en su relación con Dios y con los demás, a la luz de la revelación de su plan de salvación para el hombre.

Nuestra teología, naturalmente, es “cristiana”. Y esto significa que nosotros sabemos que la revelación y la salvación ofrecida por Dios tiene un nombre: Jesucristo.. En Cristo, Verbo de Dios encarnado, el cristiano encuentra la verdad que ilumina genuinamente su entendimiento para discernir entre el bien y el mal; en El, Hijo de Dios hecho hombre, encuentra el camino para guiar su propia vida por la senda recta que lleva hacia al Padre, y por ello mismo hacia la realidad más auténtica de su propio ser; en El, Redentor del hombre, participa de la misma vida divina, que vivifica todo su humano vivir y alcanza su plenitud en la vida eterna.

Nuestra teología es también “católica”. Es decir, hecha y vivida en comunión con la Iglesia Católica, en sintonía con su doctrina, tanto dogmática como moral. Esa participación en la comunión de la Iglesia constituye el sustrato mismo de la teología, como su “humus”; así como su iluminación y garantía de autenticidad.

Etica.

La palabra ética viene del griego ethos, que significa costumbre. La palabra moralwiene del latín mos, moris que también significa costumbre. Por tanto, etimológicamente, ética y moral significan lo mismo; las dos palabras se refieren a las costumbres, o mejor dicho, a la conducta humana establecida en una época o en una región.2

podemos entender como ética ls ciencia o disciplina filosófica que lleva a cabo el análisis del lenguaje moral y que ha elaborado diferentes teorías y maneras de

2 Gutierrez Saenz Raúl.(1999) Introduccion a la ética. EDITORIAL ESFINGE, MEXICO

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justificar o de fundamentar y de revisar críticamente las pretensiones de validez de los enuciados morales; se puede coincidir en un uso lingüístico no del todo desecostumbrado en filosofía, se puede usar el término ética como sinónimo de “filosofía de lo moral”3La ética no crea la moral. Aun que es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios, normas o reglas de conducta, no es la ética la que, en una comunidad dada, establece esos principios, o normas.La ética se encuentra con una experiencia histórico-social en el terreno de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas ya dadas, y partiendo de ellas trata de establecer la esencia de la moral, su origen, las condiciones objetivas y subjetivas del acto moral.

En los escritos de ética de los filósofos modernos y comtemporaneos se encuentra planteadas dos clases de cuestiones:

A) La cuestión de lo que es bueno para mi como persona y para nosotros como comunidad:

B) La cuestión de lo que es correcto o de lo que es justo en las relaciones con los otros( podríamos decir que incluso y especialmente con otros grupos humanos y culturas diferente)

Hegel y Kant se han ocupado preferentemente de alguna de estas dos clases de cuestiones. Pero también puede considerarse que ambas, tanto las preguntas y las discusiones acerca del bien como las que están centradas en el tema de justicia, pertenecen al campo disciplinario de la ética. En la filosófica de Hegel, no trata de poner la ética contra la moral de manera excluyente, si no de eliminar la confusión y estudiar la relación dialéctica entre ambas. “distinguir para unir” al comienzo de su filosofía del derecho introduce Hegel esta distinción terminológica en los siguientes términos:“ moralidad y eticidad que corrientemente calen como sinónimos, están tomados aquí como esencialmente diferentes ente si. Por otra parte, incluso la representación (lenguaje filosófico) parece discutirlas. El lenguaje kantiano usa con preferencia la expresión moralidad u, en realidad los principios practicos de su filosofía se limitan completamente a este concepto y hacer imposible el punto de vista de la ética, a la que incluso expresamente aniquilan y subvierten. Aunque moralidad y eticidad sean sinónimos según su etimogoliga esto no impide usar estas dos palabras diferentes entre conceptos diferentes4

Hegel marca la diferencia entre la eticidad concreta realizada como una forma de vida y como el ethos de una comunidad, que es lo que había sido tematizado en la filosófica grieda antigua de platon y de aristoteles. Y el concepto moderno de la moralidad como un orden de principios universales, producto de la reflexión de la concienca sobre la ley moral y el deber de la voluntad autónoma que es el punto de vista de la ética Kantiana.

Filósofos contemporáneos (como Paul Ricoueur, Jurgen Habermas, Ronald

3 N. Hoerste, texte zur ethik.4 GWF Hegel, filosofía del derecho “introducción, p. 33

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Dworkin, Richard Rorty, B. WilliAMS, etc.) han retomado la diferencia independientemente de los supuestos sistemáticos de Hegel, entendiendo en general a la moral como la tematización de los principios universales de la moralidad y a la ética como la tematización del ethos histórico particular de cada comunidad.

Dussel comienza su Ética comunitaria constatando que la piedra angular de una ética cristiana es la vida en comunidad. En primera instancia no sorprende que así sea, puesto que la comunidad cristiana es un grupo de personas en relación, tal y cual lo es otro grupo humano. La comunidad cristiana tiene la particularidad de mirar su unidad radical en un punto trascendente, Cristo, en la consumación de la historia. Por así decirlo, nuestra esperanza es vivir en comunión con él y con los otros. Aquí he nombrado un elemento fundamental de la ética, la alteridad, la relación con el otro. Nuestra éticidad se juega en la inter-relación. El tipo de relaciones que establezcamos al vivir estando con los demás es motivo de análisis ético. Plantear una ética de la comunidad cristiana implica asumir creativamente como criterio de comportamiento y juicio ético la estructura ética de ella

Según Hant Kun hay que partir del principio de humanidad, el cual se encuentra presente en casi todas las tradiciones éticas y religiosas del mundo, expuesto del siguiente modo: “todo ser humano ha de recibir un trato humano”. Es decir, que toda persona, sea hombre o mujer, blanco o negro, rico o pobre, niño o viejo, ha de ser tratada humanamente. En el ámbito de las religiones, tal mandato se expresa mediante la llamada regla de Oro: “no hagas a los demás, lo que no quieres para ti”.

r ético para el discurso evangélico, aunque no lo parezca a primera vista, es una sana criticidad. Es cierto que la teología nace del creer, como insistieron San Agustín y San Anselmo, pero no nace de la credulidad. La teología es el proceso por el cual la fe se examina, se cuestiona, para llegar a ser una fe más pura, más madura, más coherente y robusta. Una fe no examinada, o peor, con miedo de examinarse, ¿cómo se le puede llamar fe?

Realidad.

En cierto sentido podríamos decir que todo es real, lo que convertiría dicho conceptoen un concepto vacío de significado: si todo es real, nada es real, puesto que el predicado deja de establecer una diferencia significativa. Sin embargo, en la vida cotidiana aplicamos el término realidad en diversos contextos con clara capacidad de establecer diferencias significativas que ayuden a una mejor comprensión de las cosas con las que nos relacionamos.

Planteándolo de esta manera; podemos pensar, sin ir más lejos, en la advertencia que figura al final de numerosas películas: «cualquier parecido de esta película con situaciones o personajes de la vida real es pura coincidencia», aviso que afirma justo lo contrario que otro que es también frecuente: «esta película se basa

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en hechos reales». Las dos frases sirven para entender los dos enfoques tradicionales en la filosofía al abordar el problema de la realidad: marcar negativamente lo que lo distingue de las cosas no reales por un lado, o destacar aquellas características que permiten definir la realidad.

Quizá el primer enfoque sea el que pueda resultar más interesante para iniciar un fructífero diálogo filosófico sobre este problema. En gran parte, eso es lo que hicieron los primeros filósofos. Para ellos, lo que nos mostraban los sentidos, aquello con lo que manteníamos una relación cotidiana estrecha, no correspondía a lo que el ser realmente es, a la realidad en su sentido más pleno y más profundo. No se trata de dirimir si las apariencias o los sentidos nos engañan, sino más bien de ir algo más allá o más profundo, para desvelar lo que genuinamente existe, la verdadera realidad, o la verdad sin más. En el fondo, todo es agua, decía Tales de Mileto, y lo que aparece ante nuestros sentidos no son sino manifestaciones diversas del agua, en distintos estados de condensación. Buscar la verdad es levantar el velo que oculta la realidad a nuestros sentidos cotidianos. La relación entre apariencia y realidad se convierte así en uno de los ejes que vertebran la reflexión sobre el ser y sobre lo real y la alegoría de la caverna pasa a constituirse en una de las metáforas más fecundas sobre la reflexión filosófica: solo un duro esfuerzo personal permitirá a los seres humanos romper con las cadenas de un mundo de sombras y apariencias para ascender hacia la captación de lo auténticamente real.

Las apariencias pueden ser aquello que nos impide definitivamente acceder a la realidad, pues solo hay apariencias o puede ser el camino de acceso a la realidad: ¿Ocultan las apariencias la realidad o la muestran? No es sencillo contestar esta pregunta. También los griegos oscilaron entre las dos posibles respuestas a esta pregunta. Nadie como los sofistas ejerció una crítica tan radical a nuestra capacidad de acceder a la realidad como algo claramente distinto de nuestra manera de percibirla. El ser humano es la medida de todas las cosas de tal modo que si nos preguntamos si la realidad es un descubrimiento-desvelamiento o una invención-construcción, es esto segundo lo que hay que admitir. Su posición ha tenido seguidores importantes desde entonces, destacando las reflexiones de Nieztsche sobre la condición metafórica de nuestro lenguaje y más recientemente toda una familia filosófica que de un modo u otro defiende lo que podemos llamar el constructivismo epistemológico: la realidad de la que hablamos no pasa de ser un constructo social, fruto de acuerdos provisionales. Si cambiamos de paradigma, según decía Kuhn, posiblemente está cambiando también la realidad.5

5 KUHN, T. (2004). La Estructura de las Revoluciones Científicas. México: Fondo de Cultura Económica.

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Bibliografia.

Gutierrez Saenz Raúl.(1999) Introduccion a la ética. Ed. Esfinge, Mexico.

KUHN, T. (2004). La Estructura de las Revoluciones Científicas. México: ed. Fondo de Cultura Económica.

GWF Hegel,(1968) filosofía del derecho “introducción”. Ed.Claridad, Argentina.

Flecha A. Jose Roman,(2001) Teología Moral Fundamenta, Biblioteca de autores cristianos, Madrid.

Pérez T. Rubén, conferencia teológica, ética y religión.

http://www.mercaba.org/DicTM/TM_etica_sistemas_de.htm