decidía

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Karl Tonatiuh Teutli Guzmán. “Decidía” Justo cuando voy a resignarme a no encontrar un sonido molesto, cuando decido que ese trabajo no será realizado y me voy haciendo a la idea de la relatividad de ser cumplido en un contexto escolar, ya saben, “qué tanto es tantito”. Ahí está, una cosa con alas zumbando por la oscuridad, por la decidía de no pararse a prender la luz, ahora es una molestia completamente hábil para evitar mis intentos de callarla. Y entonces sólo me queda la opción de utilizar mi sábana contra escudo para afrontar tan constante fastidio. Ya dentro de mi guarida bien improvisada comienzo a cerrar los ojos, pero ahí está, sé que no ha podido meterse por debajo de la cobija y sin embargo eso no evita que lo siga escuchando, ahora no como zumbido, se presenta como un recuerdo mientras más me hundo en la oscuridad de estar por debajo de una tela de algodón. Ahora el sonido va dejando su lugar a algo aún más molesto, los recuerdos que de la nada regresan para atormentar el sueño, como si lo atarán para que no pudiera llegar a completarse antes que ellos logren dar toda un escarmiento por lo que hice y por lo que dejé de hacer. Vienen y se activan todas las preocupaciones, el pecho comienza a sentirse presionado, la culpa y el arrepentimiento se unen para hacer un hoyo dentro del cuerpo por donde pudieran salir, pero su idea nunca será el escapar, sólo quiere picar una y otra vez el pecho con la intención de herir, de raspar la pared sin nunca llegar a abrirla. Zumban en los ojos, zumban en la nariz, zumban en mi lengua. Todos esos ruidos, que no son más que voces de entes que estuvieron en mi camino, han logrado aprender a penetrar en más de uno de mis sentidos. Uno sencillamente no sabe prepararse para las embestidas de ideas que llegan cuando se piensa que está en el más profundo de los silencios, no sabe cómo responderles, como encontrarlos con la vista cuando todo lo que está alrededor está lleno de un negro inmenso que, más que distraer y aliviar el pensamiento, lo hunden de una forma abrumadora, lo acosan hasta que la garganta por donde respira más de una alegría se cierra de un solo golpe. Todo por no haber prendido la luz, todo por no haber encendido el ordenador y ponerme a escribir sobre un ruido molesto, todo por pensar que un mosquito zumbando por su naturaleza puede lograr

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Karl Tonatiuh Teutli Guzmn.DecidaJusto cuando voy a resignarme a no encontrar un sonido molesto, cuando decido que ese trabajo no ser realizado y me voy haciendo a la idea de la relatividad de ser cumplido en un contexto escolar, ya saben, qu tanto es tantito. Ah est, una cosa con alas zumbando por la oscuridad, por la decida de no pararse a prender la luz, ahora es una molestia completamente hbil para evitar mis intentos de callarla. Y entonces slo me queda la opcin de utilizar mi sbana contra escudo para afrontar tan constante fastidio. Ya dentro de mi guarida bien improvisada comienzo a cerrar los ojos, pero ah est, s que no ha podido meterse por debajo de la cobija y sin embargo eso no evita que lo siga escuchando, ahora no como zumbido, se presenta como un recuerdo mientras ms me hundo en la oscuridad de estar por debajo de una tela de algodn.Ahora el sonido va dejando su lugar a algo an ms molesto, los recuerdos que de la nada regresan para atormentar el sueo, como si lo atarn para que no pudiera llegar a completarse antes que ellos logren dar toda un escarmiento por lo que hice y por lo que dej de hacer. Vienen y se activan todas las preocupaciones, el pecho comienza a sentirse presionado, la culpa y el arrepentimiento se unen para hacer un hoyo dentro del cuerpo por donde pudieran salir, pero su idea nunca ser el escapar, slo quiere picar una y otra vez el pecho con la intencin de herir, de raspar la pared sin nunca llegar a abrirla. Zumban en los ojos, zumban en la nariz, zumban en mi lengua. Todos esos ruidos, que no son ms que voces de entes que estuvieron en mi camino, han logrado aprender a penetrar en ms de uno de mis sentidos. Uno sencillamente no sabe prepararse para las embestidas de ideas que llegan cuando se piensa que est en el ms profundo de los silencios, no sabe cmo responderles, como encontrarlos con la vista cuando todo lo que est alrededor est lleno de un negro inmenso que, ms que distraer y aliviar el pensamiento, lo hunden de una forma abrumadora, lo acosan hasta que la garganta por donde respira ms de una alegra se cierra de un solo golpe.Todo por no haber prendido la luz, todo por no haber encendido el ordenador y ponerme a escribir sobre un ruido molesto, todo por pensar que un mosquito zumbando por su naturaleza puede lograr molestarme, todo por no querer hablar cuando haba luz y ruido y condenarme a que me hablen cuando est oscuro y con nulo sonido a mi alrededor.