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Bol Pediatr 1990; 31: 183 - 197 a 1. Eizaguirre De chuparse el dedo a la búsqueda del elixir de la eterna juventud E. SANCHEZ VILLARES* El crecimiento somático es un proce- so biológico de naturaleza fundamental- mente cuantitativa y carácter contínuo, desde la fecundación hasta el fin de la adolescencia. Su ritmo es cambiante en los diferentes períodos de la infancia: etapas de extraordinaria velocidad, ace- leración, estabilidad, lentificación y final detención. Cuando concluye, da lugar a amplias variaciones dentro de la norma- lidad. La longitud y talla son indicadores útiles para valorar la interacción entre la herencia, medio ambiente y conducta. Hasta hace algo más de un siglo, en los países industrializados, el ciclo vital de los que alcanzaban los 75 años -los menos-, se podía descomponer en tres períodos de igual duración. La talla defi- nitiva no se alcanzaba hasta los 25 años -juventud-o Se mantenía de los 25 a los 50 años -adultez o madurez-o De los 50 a los 75 descendía, con pérdida de 10 cm. por término medio -vejez o ancia- nía-o En la actualidad, la talla adulta supe- ra en 10-15 cm. a la de nuestros antepa- sados, y se alcanza a los 18 años. Se conserva hasta los 60. A partir de esta edad disminuye, con pérdida más esca- sa. En otras palabras: la maduración es más precoz e intensa, la talla se mantie- ne más de la mitad de la vida, el enveje- cimiento es más tardío y de menor grado (l). Estos logros son paralelos a los del incremento de esperanza media de vida y mejor calidad de la misma. Pero no han bastado -ni bastarán- para cejar en la búsqueda del elixir de la eterna juventud, de algo que demore y reduzca los efectos del envejecimiento. En estas consideraciones en torno a la juventud sumarizo algunos aspectos, de los que deseo tratar con mayor amplitud en otro trabajo. Las materias a tener en cuenta ahora son estas: 1. Las hormonas gastrointestinales en el creci- miento feto-neonatal y del lactante. 2. Aceleración secular del crecimiento en el niño y joven adulto. 3. Efectos de la hormona de crecimiento humano en el anciano varón. LAS HORMONAS GASTROINTESTINALES EN EL CRECIMIENTO FETO-NEONATAL y DEL LACTANTE El organismo humano alcanza su ritmo más intenso de crecimiento en el período intrauterino. Un recién nacido varón -con 3.500 gr. de peso y 50 cm. de longitud- es 3.000 veces mayor y 800 millones de veces más pesado que el huevo del que procede. Está compuesto de unos 25 billones de células (2). De ellas, unos 10 billones son el número de neuronas post-mitóticas con que veni- mos al mundo (3). Después del nacimiento, se pierde esta velocidad de crecimiento, pero, aún así, es muy intensa en el lactante: en doce meses triplica el peso y gana 25 cm. Para subvenir a este ritmo se requie- re un aporte de calorías y nutrientes 'Catedrático Emérito. F de iVJedicina. Universidad de Valladolid. Conferencia pronunciada en el 111 Memorial Profesor "Guillermo Arce».

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Page 1: Dechuparse eldedo a la búsqueda delelixirdela eternajuventud€¦ · En la actualidad, la talla adulta supe ra en 10-15cm. a la de nuestros antepa sados, y se alcanza a los 18 años

Bol Pediatr 1990; 31: 183 - 197

a 1. Eizaguirre

De chuparse el dedo a la búsqueda del elixir de la eterna juventud

E. SANCHEZ VILLARES*

El crecimiento somático es un proce­so biológico de naturaleza fundamental­mente cuantitativa y carácter contínuo,desde la fecundación hasta el fin de laadolescencia. Su ritmo es cambiante enlos diferentes períodos de la infancia:etapas de extraordinaria velocidad, ace­leración, estabilidad, lentificación y finaldetención. Cuando concluye, da lugar aamplias variaciones dentro de la norma­lidad.

La longitud y talla son indicadoresútiles para valorar la interacción entre laherencia, medio ambiente y conducta.Hasta hace algo más de un siglo, en lospaíses industrializados, el ciclo vital delos que alcanzaban los 75 años -losmenos-, se podía descomponer en tresperíodos de igual duración. La talla defi­nitiva no se alcanzaba hasta los 25 años-juventud-o Se mantenía de los 25 a los50 años -adultez o madurez-o De los 50a los 75 descendía, con pérdida de 10cm. por término medio -vejez o ancia­nía-o

En la actualidad, la talla adulta supe­ra en 10-15 cm. a la de nuestros antepa­sados, y se alcanza a los 18 años. Seconserva hasta los 60. A partir de estaedad disminuye, con pérdida más esca­sa. En otras palabras: la maduración esmás precoz e intensa, la talla se mantie­ne más de la mitad de la vida, el enveje­cimiento es más tardío y de menorgrado (l).

Estos logros son paralelos a los delincremento de esperanza media de viday mejor calidad de la misma. Pero no

han bastado -ni bastarán- para cejar enla búsqueda del elixir de la eternajuventud, de algo que demore y reduzcalos efectos del envejecimiento.

En estas consideraciones en torno ala juventud sumarizo algunos aspectos,de los que deseo tratar con mayoramplitud en otro trabajo. Las materias atener en cuenta ahora son estas: 1. Lashormonas gastrointestinales en el creci­miento feto-neonatal y del lactante. 2.Aceleración secular del crecimiento enel niño y joven adulto. 3. Efectos de lahormona de crecimiento humano en elanciano varón.

LAS HORMONAS GASTROINTESTINALES EN

EL CRECIMIENTO FETO-NEONATAL y DEL

LACTANTE

El organismo humano alcanza suritmo más intenso de crecimiento en elperíodo intrauterino. Un recién nacidovarón -con 3.500 gr. de peso y 50 cm.de longitud- es 3.000 veces mayor y 800millones de veces más pesado que elhuevo del que procede. Está compuestode unos 25 billones de células (2). Deellas, unos 10 billones son el número deneuronas post-mitóticas con que veni­mos al mundo (3).

Después del nacimiento, se pierdeesta velocidad de crecimiento, pero, aúnasí, es muy intensa en el lactante: endoce meses triplica el peso y gana 25cm. Para subvenir a este ritmo se requie­re un aporte de calorías y nutrientes

'Catedrático Emérito. F de iVJedicina. Universidad de Valladolid.Conferencia pronunciada en el 111 Memorial Profesor "Guillermo Arce».

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184 E. SANCHEZ VILLARES

muy superior al de otras edades y queel tracto gastrointestinal (t.g.i.) realice enadecuadas condiciones sus funcionesdigestivas, abs011ivas y endocrinas. Cen­tramos la atención en las últimas.

Las hormonas secretadas en el t.g.i.ejercen efectos importantes en la diges­tión, metabolismo de los nutrientes inge­ridos y en las emociones y conducta. Lagastrina (e), producida en la porcióndistal del estómago, activa la digestiónestimulando la motilidad y la secrecióndel jugo gástrico. La colecistocinina(CCC) se secreta en la porción proximaldel intestino delgado. Inhibe la evacua­ción gástrica favoreciendo así la diges­tión y absorción, estimula la liberaciónde la bilis almacenada en la vesículabiliar y la secreción de enzimas pancreá­ticos. La secretina (S), producida en elmismo área, estimula la secreción pan­creática de bicarbonato, que neutralizael jugo gástrico.

Se ha demostrado en los últimosaños que estos polipéptidos funcionanademás como hormonas del crecimientodel t.g.i., favoreciendo el aumento engrosor de la mucosa del tubo digestivo.

La somatostatina (SM), originaria­mente identificada en el hipotálamo, sesecreta también en células de! estómagoy porción proximal del intestino delga­do. Ejerce efecto inhibidor sobre las fun­ciones digestivas: disminuye la motili­dad, bloquea la secreción de ácido clor­hídrico, la evacuación biliar de la vesícu­la y la absorción de nutrientes. Inclusoinhibe la liberación de la e y CCC, porlo que contrarresta la acción de las mis­mas sobre el crecimiento del t.g.i.

El sistema nervioso vegetativo con­trola esta actividad endocrina. El para­simpático promueve la liberación de lashormonas que refuerzan la digestión. Elsimpático ejerce el efecto contrario.

Los estímulos que desencadenan laproducción de estas hormonas procedende la ingesta de alimentos: dister:sión de

la pared, presencia de nutrientes, acidez,etc., que elevan también la glicemia,promueven la actividad del parasimpáti­ca -y la secreción de e, CCC y S, queincrementan a su vez la secreción deinsulina-, facilitando los mecanismosanabólicos que contribuyen al creci­miento y almacenamiento de nutrientespara su utilización posterior. La SM inhi­be tanto la captación de nutrientes comosu almacenamiento.

La sensación de bienestar y somno­lencia durante la digestión tienen parcialorigen en el t.g.i. La inyección de CCC aratas inhibe la ingestión y promueve elpatrón electroencefalográfico del sueño.La sección del vago elimina este efecto,por lo que se sugiere que la informaciónse transmite por vía neural del tubodigestivo al cerebro.

En el período de crecimiento rápidode! lactante, la mayoría de los nutrientesse utilizan en los procesos anabólicos yla función de las hormonas del t.g.i. esfundamental. A su conocimiento, en estay otras situaciones, han contribuido lostrabajos de K. Uvhas-Moberg, A. Lucas yA. Aynsly-Green. Seguimos de cerca a laprimera de estas autoras (4).

En los recién nacidos, los valores dee son de cinco a diez veces superiores alos del adulto. No se justifican por la ali­mentación, que en los primeros días esescasa. Dichas tasas revelan que el t.g.i.del neonato se halla suficientementedesarrollado y que dispone de mecanis­mos endocrinos activos para propiciarsu intenso anabolismo. Estos mecanis­mos pueden ser de dos tipos: 1. Estimu­lación en el feto de la función g.i. 2.Efectos de la succión.

1. La ecografía revela que durante elprimer trimestre de la gestación haymovimientos ocasionales de deglución eingesta de líquido amniótico O.a.). Con­tiene, entre otras sustancias, factor decrecimiento epidérmico (FCE) y e, queestimulan la maduración del t.g.i. delfeto.

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 185

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FIG. 1. Niveles de colecistocinina (CCC) enun lactante, antes de la lactación a los 10,30y 60 minutos (Tomado de Uvnas-Moberg, 4).

Se ha comprobado que el primerpico tiene lugar de igual forma por elchupeteo. Es decir, que los efectos fisio­lógicos y psicológicos de la succión son

equiparables al chupeteo. En los lactan­tes alimentados por catéter nasal, conigual aporte calórico, crecen más rápida­mente los que usan chupete.

La activación de la eee facilita elefecto sedante y la somnolencia (Fig. 1),al que contribuyen los movimientosrepetidos y sincrónicos.

Aquí se halla la justificación del sub­título de esta revisión. Chuparse el dedoes una actividad natural inherente al serhumano. Se inicia en el feto y prosiguedespués del parto. Durante el primeraño de vida, se calcula que el tiempo desucción es de alrededor de cuatro horas.Así se practicaba en los pueblos primiti­vos, que succionaban cada hora de día yde noche. La reducción que en los hora­rios imprime la sociedad actual, la com­pensa el lactante chupando el dedo.

Por estas razones, si se guardan losdebidos cuidados higiénicos, el chupete-sustituto del dedo-, no ha de proscri­birse, sino fomentarse. Los que lo recha­zan puede que, desde que nacen, sean«naturalistas" (7). La prolongación de suuso más allá de lo deseable, se debecasi siempre a carencia o escasa recepti­bilidad a estímulos psico-afectivos queoriginen sensaciones tan placenterascomo las de origen bucal en el primeraño.

La SUCClon y el chupeteo elevan lastasas de e. Los efectos de esta hormonasobre el crecimiento de la mucosa intes­tinal se demuestran por las manifestacio­nes opuestas de la antrectomía -atrofia­y el síndrome de Zbllinger-Ellison-hipertrofia- (8,9) (Fig. 2). Este efectotiene lugar sobre todo el t.g.i. (exceptoesófago y el propio antro pilórico), lavesícula biliar y el pancreas, y no actúasobre el hígado ni otros órganos extrain­testinales. Se debe a la interacción consu receptor en el órgano diana, y no afactores secundarios liberados en res­puesta a la e (lO).

603010

TIEMPO DESPUES DE LALACTACION (MINUTOS)

OANTESDE LA

LACTACION

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Widstrbm, Winberg y Uvnas-Moberg(6) detectaron que la ingesta de La. vaseguida de la secreción de e fetal, 5M yácido gástrico. Todo hace pensar que suliberación en la vida intrauterina tienecronología parecida a la del períodopostprandial del neonato.

2. En el recién nacido, la succióneleva las tasas de e y de otras hormonasde!" t.g.i., a través de estímulos sensoria­les de origen bucal que activan el vago.La determinación simultánea de losniveles plasmáticos de e, eee e insulinapermite apreciar que en el curso de suliberación hay dos picos. El primeroparece depender del vago. El segundo,de la presencia de alimentos en estóma­go e intestino, por probable aumento dela actividad vagal inducida por el refuer­zo de la succión.

J. Mulvihil ha demostrado en conejosque la ligadura del esófago bloquea eldesarrollo del tubo digestivo. La intro­ducción de La. establece el crecimiento(5).

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186 E. SANCHEZ VILLARES

/Tumor

productorde gastrina

FIG. 2. Efecto trójlco de la gastrina (G) en la mucosa intestinal. A la izquierda: atrofia delintestino en toda su longitud después de una antrectomía. A la derecha: hipertrofia de lamucosa por exceso de G en un tumor pancreático (8,9).

FIG. 3. JYl;/lexión en el crecimiento en los esco­lares de Stuttgart durante la J y JJ GuerraMundialy recuperación posterior.

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Al margen de lo anecdótico, es indu­dable que en los últimos años se haabierto un campo de investigación fasci­nante para los pediatras. ¡Que no sechupen el dedo!

Se necesitan investigaciones posterio­res para aclarar el efecto trófico y anti­trófico de otras hormonas: cee, s, SM,enteroglucagón y glucagón, polipéptidointestinal vasoactivo y bombesina. Igualse puede decir de la influencia en laregulación del crecimiento intestinalnormal de las poliaminas de los alimen­tos: putrescina, espermina y espermidi­na. y de la denominada «nutrición local"-efecto de la presencia de nutrientes enel intestino y su absorción que se sospe­cha induzca un efecto hormonal indirec­to, que a su vez daría lugar al efecto tró­fico (9).

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 187

TABLA 1.DATOS COMPARATIVOS DE LOS NIÑOS TALLA­

DOS EN BÉLGICA (842) y EN CASTILLA Y LEaN(985).

Nií'íos 3 + 11,7 + 0,843,5 + 13,8 + 0,98

12 + 10,3 + 0,7312,5 + 12,1 + 0,86

Niñas 3 + 10,5 + 0,753,5 + 14,9 + 1,08

12 + 16,3 + 1,1512,5 +19,6 + 1,40

En colaboración con M. Aleixandre(3), estudiamos la aceleración del creci­miento en el período de 1965 a 1984, delos niños de ambos sexos, entre 3 a 18años, de Castilla y León (e. y L.). Losniños de e. y L. de 3 a 12 años, con res­pecto a los estudiados en Bélgica porQuetelet en 1842 (14), crecieron en la

TABLA lI.EVOLUCION DEL PESO EN LOS RECLUTAS DE CA~TI­

LLA y LEaN, PAIS VASCO, GAIJCIA y ESPAÑA EN ELPERIODO 1%5-1984. (MEDIA ARITMÉTICA EN KG.)

ACELERACION SECULAR DEL CRECIMIENTO EN

EL NIÑO Y JOVEN ADULTO

El fenómeno de la aceleración secu­lar del crecimiento -secular trend-, seobserva en los países industrializadosdesde finales del S. XIX -quizá antes-, yprosigue en la actualidad en algunos. Seevidencia en el niño, adolescente yadulto por cambios en la cronología delcrecimiento en forma, tamaño y compo­sición corporal, lo que comporta modifi­caciones en peso (P), talla (T), períme­tro torácico (PO, maduración ósea (MO)y edad de menarquia (EM).

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170~18o.iiOS

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SEXO EDAD INCREMENTO(AÑOS) 1842-1985 (CM)

ACEl.ERACION PORDÉCADA (CM)

AÑO CASTIl.LA y l.EON PAIS VASCO GAl.ICIA ESPAÑA

FIG. 4. A la izquierda: injlexión de la 11 Gue- 1965 65,2 69,4 66,5 65,1rra Mundial en la talla de los niños de Oslo, 1966 65,4 69,5 66,7 65,3de 8 a 13 años. A la derecha: influencia 1967 65,4 69,8 66,7 65,5sobre el peso en las mismas circunstancias y 1968 65,5 69,7 66,5 65,7período de tiempo. 1969 65,6 70,0 66,7 65,8

Para cada país hay diferencias de1970 65,2 69,4 66,4 65,41971 63,8 67,8 64,9 64,2

expreslOn en su inicio, intensidad, 1972 63,7 68,0 64,9 64,3logros y límites. No es contínuo ni rever- 1973 65,6 69,9 66,7 65,8sible. Se detectan etapas de retroceso y 1974 65,2 69,0 66,4 65,7desaceleración en circunstancias adver- 1975 65,4 68,8 66,6 65,8sas: guerras, hambres colectivas, grandes 1976 65,5 68,9 66,8 66,0calamidades, etc., con recuperación 1977 65,5 68,6 67,0 66,0cuando cesan las causas originarias. A 1978 65,7 68,8' 67,0 66,5este respecto, son demostrativas las grá- 1979 65,9 68,6 67,3 66,3ficas de crecimiento en talla de los niños 1980 66,0 68,6 67,0 66,5de Stuttgalt (11), de 1910 a 1955 (Fig. 3) 1981 68,5' 68,0 66,9 66,5Y Oslo (12), de 1920 a 1980 Cfig. 4), en 1982 65,9 67,6 67,0 66,4donde se observa la tendencia, ritmo e 1983 65,8 67,6 67,0 66,4inflexiones de la I y II Guerra Mundial. 1984 66,2 67,8 67,0 66,7

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188 E. SANCHEZ VILLARES

TABLA III.EVOLUCION DE LA TALLA EN LOS RECLUTAS DECASTILLA Y LEaN, PAIS VASCO, GALlCIA y ESPA­ÑA EN EL PERIODO 1965-1984. (MEDIA ARITMÉ-

TICA EN CM.)

Aí10 Castilla y León País Vasco Galicia Espafla

1965 166,9 170,7 166,6 167,71966 167,1 170,8 168,2' 167,81967 167,2 171,7 166,9 168,11968 167,4 171,1 167,2 168,21969 167,6 171,0 167,1 168,31970 167,4 170,7 167,1 168,11971 166,7 169,8 166,8 167,41972 167,3 170,1 166,7 167,91973 168,8 171,4 168,2 169,31974 168,9 171,6 168,1 169,41975 169,3 171,7 168,6 169,81976 169,7 17í,9 169,0 170,11977 170 172,1 169,3 170,41978 170,3 172,3 169,7 170,81979 170,6 172,4 169,8 170,91980 170,9 172,7 170,2 171,31981 171,0 172,9 170,3 171,41982 171,3 173,0 170,6 171,71983 171,4 172,8 170,9 171,91984 171,7 173,4 171,3 172

forma que se recoge en la Tabla I, refi­riendo sólo las edades extremas (Fig. 5).

En el período de quince años, de1970 a 1985, el incremento para losniños en edad escolar de nuestro mediofue de 3,01 cm.; en niñas, de 3,52 cm.En peso, respectivamente, de 3,66 kg. Y3,39 kg.

En 1984, los niños de C. y L., entre 6y 12 años, mostraban mínimas diferen­cias en peso cuando se compararon conla muestra de PAIDOS'84 (15). La mediaaritmética de la talla de nuestrosniños/as era ligeramente superior a par­tir de los 7 años.

Nuestros datos recogidos en estudiotransversal, comparados con los de M.Hernández y col. (Fundación B. Orbe­gozo, Bilbao) (16), que se obtuvieronpor método longitudinal mixto, mostrabanlos siguientes resultados. Práctica supelpo-

sición en varones de la media aritméticade la talla integrada y ±2 DS, con los per­centiles 50, 3 Y 97. Con el peso sucedíaigual hasta los diez años; a paltir de estaedad, había diferencias sobre todo en lospercentiles extremos. En niñas, los resulta­dos eran muy parecidos. Estos hallazgoshan sido corroborados por A. Arranz, enuna muestra de 3.100 niños/as de C. y L.,con un elTor de 0,9% para la prevalenciadel percentil 50 (17).

En el referido trabajo valoramos elP.T. y Pt. de los mozos de los reempla­zos de 1965 a 1984 de todas las regionesantropodemográficas (18). Incluimosaquí los de P. y T. de Castilla y León,País Vasco, Galicia y media de España(Tab. II y III). Y para el mismo períodode tiempo, los porcentajes por subgru­pos de P. y T. de España (Tabs. IV y V).

1. En España, la aceleración del cre­cimiento en la población recluta (TablaVI) comienza más tarde que en los paí­ses del noroeste de Europa (19). En 1860tenían una media de 165,0 cm. En 1980,los reclutas de Francia tallaban 174,0 cm.y los de Suecia y Holanda, 180 cm (l).

2. De 1965 a 1984, en todas lasregiones antropodemográficas se apreciaun claro incremento de la talla (Fig. 6),con aumento del porcentaje de las tallasaltas y disminución de las bajas (Fig. 7).Se mantienen las diferencias con algu­nos países. En Holanda, en 1860, el por­centaje de reclutas de menos de 165,0cm. era de un 50%; en 1970, de menosdel 1% (l). En España, en el mismo añoera del 28,9%. En 1988, del 9%.

3. Existen diferencias regionales. En1965 y 1985, los reclutas con talla mediamás alta son los del País Vasco. Los másbajos, los de Galicia. Pero la distancia seha acortado. La aceleración en el PaísVasco, en este período, fue de 2,8 cm. yen Galicia de 4,7 cm. Para España, lamedia fue de 4,8 cm. En la Tabla VIIfiguran los valores absolutos de estastallas y el último conocido de España.

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 189

TABLA IV.DISTRIBUCION PORCENTUAL DEL PESO EN LOS RECLUTAS DE ESPAÑA EN EL PERIODO DE 1965-1984.

INTERVALO DE 5 KG. EN LA MEDIA ARITMÉTICA DE MENOS 50 KG. A 80 KG. O MAS.

AÑO X <50 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-90 80 O MAS

1965 65,1 1,6 6,5 17,2 27,4 22,2 14,4 6,3 4,71966 65,3 1,4 6,2 17,4 27,6 21,5 14,3 6,5 5,11967 65,5 1,4 6,2 16,3 26,8 22,4 14,5 6,7 5,71968 65,7 1,1 6,4 16,1 26,6 22,0 14,8 7,0 6,01969 65,8 1,2 5,7 15,5 27,2 22,8 14,7 6,9 6,01970 65,4 1,1 6,1 15,2 26,6 22,6 14,9 7,0 6,51971 64,2 1,9 7,6 19,6 26,0 21,3 12,4 6,0 5,21972 64,3 1,9 7,8 19,3 26,2 21,1 12,5 6,1 5,11973 65,8 0,7 5,4 14,6 26,2 23,1 16,0 7,5 6,71974 65,7 1,0 5,9 14,8 25,8 22,7 15,7 7,2 6,91975 65,8 1,0 5,6 14,9 25,4 22,7 15,8 7,4 7,21976 66,0 0,9 5,4 14,6 25,1 22,8 15,9 7,8 7,51977 66,0 1,0 5,6 14,5 24,8 22,4 15,8 8,1 7,81978 66,5 0,7 5,0 13,9 24,9 22,5 16,2 8,5 8,31979 66,3 1,0 5,4 13,7 24,4 22,4 16,1 8,3 8,71980 66,5 2,0 5.4 13,6 24,0 22,1 16,1 9,0 8,91981 68,3 1,0 5,6 13,8 24,3 22,1 16,3 8,2 8,71982 66,4 1,0 5,6 13,7 24,2 21,9 16,3 8,2 9,11983 66,4 1,1 5,7 13,6 23,5 21,5 17,1 8,3 9,21984 66,7 1,5 5,5 13,2 22,6 21,9 17,3 8,6 9,8

TABLA v.DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LA TALLA EN LOS RECLUTAS DE ESPAÑA EN EL PERIODO DE 1965-

1984. INTERVALO DE 5 CM. EN LA MEDIA ARITMÉTICA DE MENOS 150 CM. A 185 CM. O MAS.

A\O X <150 150·154 155·159 160-164 165·169 170·174 175·190 180-184 185 YMAS

1965 167,7 0,4 1,8 8,4 22,8 31,1 22,8 9,5 2,7 0,51966 167,8 0,4 1,7 8,2 23,4 29,9 23,3 9,9 2,7 0,51967 168,1 0,4 1,6 ·7,7 21,9 30,9 23,5 10,5 2,9 0,61968 168,2 0,3 1,6 7,4 21,5 30,5 24,5 10,7 3,2 0,31969 168,3 0,3 1,5 7,3 21,4 30,4 24,2 11,1 3,3 0,51970 168,1 0,4 1,3 6,8 20,4 30,3 24,9 11,6 3,5 0,81971 167,4 0,4 1,8 8,2 22,0 31,5 22,7 10,1 2,7 0,61972 167,9 0,3 1,5 5,0 24,0 31,2 23,5 10,8 3,0 0,71973 169,3 0,1 4,4 18,3 30,1 27,4 14,0 4,5 1,21974 169,4 0,2 0,8 4,6 16,7 29,2 27,7 14,6 4,9 1,31975 169,8 0,2 0,7 4,1 15,5 28,5 28,5 15,7 5,3 1,51976 170,1 0,1 0,6 3,8 14,5 28,1 28,7 16,6 6,0 1,61977 170,4 0,1 0,5 3,5 13,8 27,4 29,2 17,4 6,3 1,81978 170,8 0,0 0,1 3,1 13,0 26,8 29,7 18,4 6,9 2,01979 170,9 0,1 0,4 2,9 12,3 26,0 30,1 18,9 7,2 2,11980 171,3 0,1 0,4 2,6 11,3 24,9 30,4 20,1 7,8 2,41981 171,4 0,1 0,4 2,5 10,8 24,5 30,8 20,2 8,2 2,51982 171,7 0,1 0,3 2,2 10,0 23,7 31,2 21,0 8,8 2,71983 171,9 0,1 0,2 2,3 9,5 23,0 31,8 21,3 9,0 2,81984 172,1 0,1 0,3 2,0 9,1 22,4 31,7 21,8 9,4 3,2

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190

15\

1\0

11.5

135

130

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120

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110

105

100

95

90

TAUA (Cm)

E. SANCHEZ VILLARES

"tlVRACm.

175

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'66

tJl.t:lJA :+4EOIA ARnMI:I/CA

REEMP1.AZOS 9$-1t&;

3 4 '5 6 7 ~ 9 10 11 12

EDAD (oilos)

FIG. 5. Comparación de las tallas medias deQuetelet en niFíos/as en 1842, con las deniños/as de Castilla y León, en 1984.

4. De seguir este ritmo, es previsibleque la talla media de los reclutas espa­ñoles hacia el año 2010 sea de 178 cm.Los de 1988 -último publicado por elINE-, fue de 173,1 cm. a los 18 años. Ala misma edad, los jóvenes en percentil50 de las Tablas de M. Hernández y col.(15) medían 175,6 cm.

5. El peso medio de los reclutas de1965 a 1984 se incrementó en 1,6 Kg.Cifra que, en igual cuantía, perdieron losdel País Vasco. Los de Galicia ganaron0,5 kg. La media de España, de 1984 a1988 -último dato publicado- bajó de

16 &>676869 7l'121.lX ~77'7879 .'2e3~"'Aos'1%5 1970 1975 meo

FIG. 6. Evolución en el País Vasco, &paFla,Castilla y León y Gallcia de la talla de losmozos de los reemplazos de 1965 a 1984.

66,7 a 66,0 kg. Es posible que el jovenespañol de 2010 sea más esbelto, pesan­do alrededor de los 65 kg.

6. En las gráficas de los reclutas de1965 a 1984, se aprecia un hecho llama­tivo CFig. 6). La tendencia ascendente detalla se interrumpe en 1969, con unainflexión negativa que alcanza su máxi­mo en 1971. Recuperada en 1973, prosi­guen los incrementos hasta donde tene­mos datos, 1988. La muesca o hendidura-gap- afecta a todos los parámetros yregiones. Su morfología es parecida a laque se observó en niños y jóvenes de

TABLA VI.ACELERACION DEL CRECIMIENTO ESTATURAL DEL RECLUTA DE ESPAÑA 0903-1988)

PERIODO INTERVALO TALLAS VARlACION DÉCADA(años) (cm.) (cm.) (on.)

1903-30 27 163,6-163,2 -0,4 -0,011930-55 25 163,2-165,3 +2,1 +0,841955-65 10 165,3-167,7 +2,4 +2,41965-75 10 167,7-169,8 +2,1 +2,11975-85 10 169,8-172,3 +2,5 +2,5198588 3 172,3-173,1 +0,8

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 191

de algún efecto retardado que se hubie­ra producido 19 años antes -explosionesnucleares, radiaciones atómicas, etc-o Lamorfología del gap es análoga a la quese registra en todas las edades en losaños de restricciones bélicas.

~-''J6S

Seguimos sin saber interpretarlo. Nospreguntamos si el fenómeno fue circuns­crito a España, o pudo tener extensiónmás amplia.

En un trabajo anterior (9), expresa­mos nuestra disconformidad con lanueva reglamentación sobre alistamien­to. De acuerdo con la Ley 19/1984, del 8de junio, del Servicio Militar (BOE nº140/84) y el Reglamento de la Ley deServicio Militar (R.D. 611/86, de 21 demarzo, BOE nº 79/86), la inscripcióntiene lugar a los 17 años. A esa edad, los

TABLA VII.ACELERACION DEL CI,FCIMIENTO ESTATURAL EN EL PERIODO 1965-1985 EN ESPAÑA Y EN LAS

I,EGIONES CON MAS ALTA Y BAJA TALLA (MEDIA ARITMÉTICA EN CM,)

""ISO 155 160 165 170 17'; 180 185 >185 e

FIG. 7. Evolución en E,pCl7'ía, de 1965 a 1984,de los grupos porcentuales de talla. De menosde 150,0 cm. a más de 185,0 cm. a interva­los de 4 cm.

ESPAÑA PAIS VASCO GALlCIA

1965 167,7 170,7 166,61985 172,5 173,5 171,3

Diferencias +4,8 +2,8 +4,71988 173,1

Stuttgart y Oslo, en las dos guerras mun­diales. Desde que notificamos estehallazgo, en 1985, seguimos sin encon­trarle explicación. Hemos discutido suexistencia y características con demógra­fas, estadísticos, economistas, sociólo­gos, biólogos y funcionarios de las Cajasde Reclutas y del INE. Se pensó enalgún error de método, en cambio tem­poral de la edad de medición de losreclutas o en circunstancias ambientalesadversas. Pero nada de ello se eviden­ció. Los jóvenes españoles de 1961 a1971, se tallaban a los 19 años, teníannutrición y condiciones de vida favora­bles y con algún retraso seguían loscambios culturales del Mayo parisino de1968. No parece plausible, la hipótesis

interesados deben anotar en las fichasque les proporcionan, el P.T. y Pt. -eninspiración y espiración-o El alistamientotiene lugar a los 18 y la incorporación alos 19 años. Sólo se talla a los que aduz­can como motivo de exclusión tallasinferiores a 1,55 cm. o más de 2,0 !TI. ElINE no publicó datos de 1986. De 1987y 1988 sólo recogió las medias de Espa­ña, obtenid~s para P.T. y Pt. a partir deun 75% de los datos del reemplazo en laEstadística del Reclutamiento y Reempla­zo de los Ejércitos.

La falta de fiabilidad de los datosaportados por los inscritos puede quede lugar a la pérdida de un indicadorvaliosísimo de salud, que permitía obte­ner información a lo largo del tiempo y

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192 E. SANCHEZ VILLARES

hasta los 25-27 años no se alcanzaba latalla definitiva, dato confirmaelo porQuetelet (22).

En Villavieja ele Yeltes (Salamanca),el pueblo elonele nací, fueron publicaelaslas tallas ele los mozos de los reempla­zos ele 1890 a 1904, en una obra ele sumédico titular (23). La media para eseperíoelo ele eelael, a la eelael ele 19-20años, era de 158,7 cm. La talla definitivase alcanzaba hacia los 22 años, conganancia de 1,5 cm. por año. La tallameelia ele mis paisanos ele principios desiglo sobrepasaba en poco a 163 cm.Gracias a la recogida de estos elatos de1905 a 1985, labor llevada a cabo por D.Manuel Santos Calelerero (24), con lacolaboración elel alcalde D. Tomás Mar­chán Vaquero, se pueele conocer elimportante cambio que ha tenielo lugar(Tabla VIII).

FIG. 8. Medición de los reclutas de Weimar(J 779): El anotador es j. W Goethe. Originalen el Goethe Museum, Weimar (20).

Se evielencia que los mozos ele 1985han ganado 12,9 cm. con respecto a losde 1895 (Fig. 9) Y que toelavía en tallameelia nos llevan 2,5 cm. los reclutas eleEspaña. Esperemos seguir acortanelo elis­tancias. En ello influyen la compleja ymultifactorial etiología elel secular trend,proceso al que elefinió R. Tojo ele micro-

Willerme, en su Mémoire sur la taille evolución genética y adaptación fenotí-de l'homme en France (21), señala que pica (25).

TABLA VIII.TALLA DE LOS MOZOS DE LOS REEMPLAZOS DE 1895 A 1985 DE VlLLAVlE]A DE YELTES (CM.)

su comparación con los de otros países.He aquí tres muestras de lo que hasignificaelo. :: . (

En este grabado se recoge la medi­ción ele los reclutas ele Weimar ele 1779,al servicio elel Duque Karl August (Fig.8). El anotador es ].W. Goethe que llegóa ser Director elel Departamento eleGuerra y Caminos (20).

AÑOS MOZOS TALLA TALLA TALLAMINIMA MAXIrv!A MEDIA

1895 17 136,5 164,1 156,91905 160,61915 14 149,5 170,0 160,81924' 25 147,6 168,6 160,41935 19 152,5 172,8 164,41945 26 151,5 172,8 163,51955 26 156,0 171,0 163,81965 12 154,4 175,0 163,71975 23 160,0 179,0 168,81985 15 153,5 178,0 169,8

• Figura el año 1924 porque se carece en el Ayuntamiento de datos de 1925 a 1932.

DIFERENCIA

+3,7+0,2-0,4+4,0-0,9+0,3-0,1+5,1+1,0

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 193

1750,---------------------------------

1700 -!-----------------------------11---.;--

m m 1650 -!--------------------='_--

1600

1550

IANOS 1905 - 19851

flc;, 9. Aceleración del crecimiento en los mozos de los reemplazos de 1895 a 1985, de Villavie­.la de Yeltes. Por diver:ms motivos, no se dispone de los datos de 1906, 1925-32Y 1939-1941.

EfECTOS DE LA HOR¡VIONA DE CRECIMIENTO

HUMANO EN EL ANCIANO VARaN

Hay varias razones que hacen queme interese por el período involutivoelel crecimiento. Soy un pediatra de"edad avanzada". La población infantilha descendido a expensas de los mayo­res, que pueden representar, en el año2001, el 15% de la población total. Larelación entre la organización infantil yla desintegración del envejecimientoabren horizontes al diagnóstico y trata­miento (26). Suscitó en mí algunas refle­xiones la lectura de un trabajo, al quenos referiremos enseguida.

La terminología es confusa, sobretoelo si se le ponen límites cronológicos.El Diccionario de la Real Academia de laLengua (27) hace sinónima la vejez de lasenectud, a la que define como ,<el pe­ríodo de la vida que comunmenteempieza a los 60 años". Esto, cuando yaen 1934, S. Ramón y Cajal escribía: "si lavida media ha llegado a los 40 ó 45años, no parece temerario fijar en los 70ó 75 la iniciación de la senectud" (28).¿Qué límites pondríamos ahora, en quela vida media de la mujer española esde 78 años o más? ¿Y cuando hay geren­tólogos que preveen que la vida mediaalcanzará pronto los 100 años, e inclusollegará a los 200? (29).

Para evitar ambigüedades y eufemis­mos compasivos, Grande Covián habla apartir de los 65 años de "edad avanzada"(30). Vejez y ancianía expresan adecua­damente el fenómeno fisiológico delenvejecimiento. Conviene reservar el tér­mino de senilidad, para cuando sesuman procesos patológicos. No megusta el de "tercera edad" por artificiosoy cierto tufillo administrativo-burocrático.

J. Marías dice que en la edad avanza­da se es la misma persona, pero instala­da de una manera nueva en la vida, connuevos enfoques y carencias y con nue­vas perfecciones y descubrimientos (31).También ha escrito, refiriéndose a cier­tas profesiones, sobre todo superiorescon algún elemento creador, que sepasa la raya de los setenta años comoun estímulo para intensificar la actividady, en muchos casos, se cruza la de losochenta sin pestañear (32).

Este preámbulo viene a cuenta deltrabajo de Rudman y col., E"//ects olHuman Growth Hormone In lVlan Over60 Years Old (33). Resumo su conteni­do. Se determinaron los valores de lGF-la un conjunto de 21 varones sanos, de61 a 81 años. A un grupo de 12, contasas inferiores a 350 U/l, durante seismeses, se les administró durante medioaño, tres días por semana, por vía sub-

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cLitánea, una dosis aproximada de 0,03mg/kg. de GH humana biosintética.

Se obtuvieron los siguientes resulta­dos: elevación de la lGF-l a valores de500 a 1500 U/l, ganancia de un 8,8% demasa magra, descenso del 14,4% de lamasa grasa, incremento de la densidadde las vértebras lumbares en una mediadel 1,6%, aumento en un 7,1% delengrosamiento de la piel. No hubo nin­gún cambio significativo en el grupo de8 ancianos sin tratar.

Los autores se hacen interesantespreguntas que no podemos recogeraquí, y sugieren seguir investigandosobre los efectos de la GH, en personasde edad avanzada. En la misma revista,aparece un. editorial de M. Lee Vance(34), que discute aspectos éticos, calidadde la mejoría alcanzada, elevados costesfinancieros y eventuales efectos secun­darios. Mantiene que el uso de GH, enpersonas sanas adultas o de edad avan­zada, con déficit de esta hormona, noestá indicada ni ahora ni en un futuroinmediato.

Resumidos los aspectos técnicos,deseo referirme al revuelo despertadopor este riguroso trabajo y lo que elmismo revela. Publicado el 5 de julio de1990, tres días más tarde, el correspon­sal de ABC en N. York (35), titulaba asíuna crónica, "Conmoción por los efectosrejuvenecedores de una hormona". Laspersonas tratadas manifiestan haberexperimentado un cambio espectacular,tanto en la vitalidad física, como en laeuforia psicológica. Uno de ellos, R.Bensing, de 72 años, protesta de que lagente camina demasiado despacio por lacalle. La revista Time del 16 de julio(36), en su reportaje Gatting a shot ofYouth, proporciona una rigurosa infor­mación. Alude a la posibilidad de ries­gos: diabetes, artritis, hipertensión arte­rial y otros efectos colaterales en casode sobredosis. La avalancha de referen­cias en la prensa fue abrumadora. Citosólo tres más.

El Independiente del 22 de julio (37),inserta el punto de vista de ].L. Sainz delos Terreros, con esta cabecera: "El elixirde la eterna juventud".

].M. Carrascal, en ABC del 24 de julio(38), alude a que todos los tratados sesentían mucho más ágiles y dinámicos,llegando a compararse con un super­man; piensa que muy malos tendríanque ser los efectos secundarios paracontrarrestar el deseo de rejuvenecer enseis o quince años. Y aunque fuerangraves, algunos/as pensarían que mere­cería la pena.

En el número del 6 de agosto de1990, Tiempo (39) dedicaba la portadaa una pareja de jóvenes muy agraciados,con este título, en un gran alarde tipo­gráfico: "La hormona que rejuvenece yaestá en España". En letras algo máspequeñas -sólo algo- dice cómo actúa,qué efectos tiene, cuánto cuesta e inclu­ye el testimonio en exclusiva de los pro­tagonistas y médicos. Rudman comenta"me llaman voluntarios de todo elmundo». Se incluyen fotografías de losenvases comerciales, marcas, costos, etc.Algunos de los encuestados 0.L. Sampe­dro, ].L. Villalonga) manifiestan su radi­cal oposición al uso en sí mismos.

La historia viene de muy atrás. Labúsqueda de la piedra filosofal y del eli­xir de la eterna juventud es tan antiguacomo la historia del hombre. Goetheinmortalizó el viejo mito de Fausto.Metchnikof, Nobel de Medicina, defen­dió una teoría de la senilitud, que sirvióde base para proponer a los mayoresque tomaran grandes cantidades deleche agria, kéfir y yogurth. Sergio Voro­noff (1866-1951) transplantó a personasmayores de ambos sexos, testes y ova­rios de chimpancé. Los tratados afirma­ban sentirse más ágiles, briosos y robus­tos, con aumento de la retentiva, capaci­dad de trabajo mental y físico. S. Ramóny Cajal (28), de quien son estas palabras,escribía: "representa un progreso positi-

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DE CHUPARSE EL DEDO A LA BUSQUEDA DEL ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD 195

va, si no para evitar el naufragio total,para prolongar algunos años una senec­tud activa y socialmente útil». Pasó eltiempo. Se desvanecieron las esperan­zas. Surgieron otras: el Cerouital y losefectos beneficiosos de un balneariorumano. y así... hasta Rudman.

Las expectativas que originaron Voro­noff y Aslaan no van a ser nada compa­radas con las que pueden ponerse enmarcha a propósito de la GH. Bastafijarse con lo sucedido en la infancia.Las indicaciones rigurosas en el trata­miento de la talla baja patológica de losniños y autorizadas para su uso en Espa­ña, las han concretado en forma impe­cable C. Luzuriaga y ]. Freijanes, en unreciente trabajo (40). También se refie­ren las indicaciones no autorizadas, peroque la Comisión creada al efecto, puedeestudiar individualizadamente. Son cua­tro las primeras y seis las segundas.

¿Se siguieron criterios científicos parasu utilización médica? Rotundamente,no; salvo por los endocrinólogos com­petentes. Martínez López y col. (41)revisan los 1.388 niños en que estaba envigor su dispensación en Ambulatoriosde la Comunidad de Madrid. Los diag­nósticos formulados eran 63; algunosdisparatados: límites bajos basales, creci­miento standard menor P.3, percentilmenor/igual 1. La tasa interrogacionalvaría de 7,2 a 32,6 por 10.000 h.

Este deprimente análisis revela pro­funda ignorancia, ausencia de rigor, pro­clividad a dejarse llevar por las modas,consumismo y presiones de una socie­dad en donde están enfrentadas la bio­logía y la cultura (19).

¿Cuál ha sido la respuesta de lasociedad, ante el obligado reajuste queintenta reducir el abuso? He -aquí untitular de prensa (42): El Ministerio deSalud su::,pende tratamientos con hormo­na de crecimiento. Un padre manifiesta

que para costear el tratamiento de suhijo tendría que vender el piso y elcoche. ¿Cuál era su problema, cuando laComisión denegó seguir con GH?: "défi­cit pondero-estatural inespecífico».

Pensemos en lo que sería abrir lamano en los mayores de 65 años. EnEspaña eran, en 1981, 4.300.000. En el2001, superarán los 6.000.000. Se hacenecesario informar con objetividad. Elenvejecimiento es un proceso muy com­plejo. La masa magra, grasa, piel y hue­sos son sólo palte de lo que en el orga­nismo involuciona con los años. A partirde cierta edad, tiene lugar la pérdida dealrededor de 50.000 neuronas por día,del conjunto de los 10 billones quetenemos al nacer. El descenso en núme­ro significa mucho menos que el mante­nimiento de las miles de sinapsis, queestán activamente implicadas en el pro­ceso de integración central. Sucede igualen el niño, que puede compensar lareducción cuantitativa neuronal con laestimulación psicoafectiva y sensorial.

Paul Casals ha escrito: »En mi últimocumpleaños, cumplí 93 años. Desdeluego, esto no es ser joven. Pero la edades algo relativo. Si continúas trabajandoy te abstraes en la belleza del mundoque te rodea, la edad no necesita nece­sariamente envejecer. Al menos en senti­do ordinario» (43).

El elixir de la juventud lo lleva -ono- cada uno dentro. La herencia, elmedio ambiente y la conducta condicio­nan la mayor o menor longevidad. Si delo que se trata es de añadir vida a losaños y no años a la vida, su disfrute aedad avanzada -como en la juventud omadurez-, depende de nosotros mis­mos. Los demás pueden contribuir areducirlo o aumentarlo. Para esto último,nada mejor que pensar, sentir y actuarcomo P. Picasso, cuando dijo "no se esjoven, se llega a ser joven con los años».

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196 E. SANCHEZ VILLARES

BIBLIOGRAFIA

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