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REDACCIÓN, DISEÑO, DIAGRAMACIÓN Y EDICIÓN: DIARIO DE LOS DEBATES Congreso Constituyente Democrático Debate ebate ebate ebate ebate Constitucional - 1993 Constitucional - 1993 Constitucional - 1993 Constitucional - 1993 Constitucional - 1993 TOMO II 02-03-93 al 24-03-93 CONGRESO DE LA REPÚBLICA URL: Internet: http://www.congreso.gob.pe URL: Infovía: http://congreso.inf CORREOS ELECTRÓNICOS [email protected] [email protected] [email protected] DIARIO DE LOS DEBATES URL: Internet: http://www.congreso.gob.pe/paracas/publicad.nsf/sesionespleno URL: Infovía: http://congreso.inf/paracas/publicad.nsf/sesionespleno Lima - Perú De conformidad con el artículo 38. ° , inciso g), del Reglamento del Congreso de la República del Perú. Publicación Oficial D I S T R I B U C I Ó N G R A T U I T A - P R O H I B I D A S U V E N T A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN Y DE REGLAMENTO

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  • REDACCIÓN, DISEÑO, DIAGRAMACIÓN Y EDICIÓN:

    DIARIO DE LOS DEBATES

    Congreso Constituyente Democrático

    DDDDDebateebateebateebateebate

    Constitucional - 1993Constitucional - 1993Constitucional - 1993Constitucional - 1993Constitucional - 1993

    TOMO II02-03-93 al 24-03-93

    CONGRESO DE LA REPÚBLICAURL: Internet:

    http://www.congreso.gob.peURL: Infovía:

    http://congreso.inf

    CORREOS ELECTRÓ[email protected]

    [email protected]@congreso.gob.pe

    DIARIO DE LOS DEBATESURL: Internet:

    http://www.congreso.gob.pe/paracas/publicad.nsf/sesionesplenoURL: Infovía:

    http://congreso.inf/paracas/publicad.nsf/sesionespleno

    Lima - Perú

    De conformidad con el artículo 38.°, inciso g),del Reglamento del Congreso de la República del Perú.

    Publicación Oficial

    D I S T R I B U C I Ó N G R A T U I T A - P R O H I B I D A S U V E N T A

    COMISIÓN DE CONSTITUCIÓNY DE REGLAMENTO

    cromero(Este texto no ha sido publicado en el Diario Oficial “El Peruano”, a solicitud del Ministerio de Justicia, ha sido enviado por el Congreso de la República, mediante Oficio Nº 294-2007-2008-DGP/CR, de fecha 27 de diciembre de 2007)

  • Congreso de la RepúblicaMesa Directiva

    2000 – 2001

    Ferrero Costa, Carlos(*)

    Presidente a.i.

    Pease García, Henry

    Segundo Vicepresidente

    Masías Oyanguren, Manuel Alejandro

    Tercer Vicepresidente

    (*) El 5 de diciembre de 2000 asume interinamente la Presidencia del Congreso de la República.

  • Congreso Constituyente DemocráticoMesa Directiva 1992-1993

    Yoshiyama, JaimePresidente

    Torres y Torres Lara, CarlosPrimer Vicepresidente

    Rey Rey, RafaelSegundo Vicepresidente

    Joy Way Rojas, VíctorTercer Vicepresidente

  • Torres y Torres Lara, Carlos (Presidente)

    Chirinos Soto, Enrique (Vicepresidente)

    Matsuda Nishimura, Samuel (Secretario)

    Chávez Cossío, Martha (Relatora)

    Barba Caballero, José

    Cáceres Velásquez, Róger

    Fernández Arce, César(*)

    Ferrero Costa, Carlos

    Flores Nano, Lourdes

    Joy Way Rojas, Víctor

    Marcenaro Frers, Ricardo(**)

    Pease García, Henry

    Olivera Vega, Fernando

    Vílchez Malpica, Pedro

    Carpio Muñoz, Juan Guillermo (Accesitario)

    García Mundaca, Gustavo (Accesitario)

    Moreyra Loredo, Manuel (Accesitario)

    Ortiz de Zevallos Roédel, Gonzalo (Accesitario)

    Sambuceti Pedraglio, Humberto (Accesitario)

    Tord Romero, Luis Enrique (Accesitario)

    Ysisola Farfán, Guillermo (Accesitario)

    Señores congresistas integrantesde la Comisión de

    Constitución y de Reglamento1993

    (*)Hasta el mes de abril.

    (**) Se incorporó a partir del 3 de mayo de 1993, en reemplazo del congresista César Fernández Arce.

  • 649

    COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN Y DE REGLAMENTO

    20.ª SESIÓN(Matinal)

    MARTES 2 DE MARZO DE 1993

    PRESIDENCIA DEL SEÑOR CARLOS TORRES Y TORRESLARA

    SUMARIOSe pasa lista.— Se abre la sesión.— Se aprueba el Acta corres-pondiente a la sesión celebrada el lunes 1.° de marzo de 1993.—Se aprueba, con una adición al primer párrafo y con la supre-sión del segundo párrafo, el artículo 16.° de la Constitución (alque le correspondería el numeral 13.° del nuevo texto), referentea la política nacional de salud.— Se aprueba, con modificacio-nes introducidas en el curso del debate, el artículo 17.° de la Cons-titución (al que le correspondería el numeral 14.° del nuevo tex-to), relativo a la obligación del Estado de combatir y sancionarel tráfico ilícito de drogas.— Se aprueba, manteniéndose sólo elprimer párrafo y con una modificación, el artículo 18.° de la Cons-titución (al que le correspondería el numeral 15.° del nuevo tex-to), que norma lo concerniente a la atención de las necesidadesbásicas de la familia.— Se aprueba, con modificaciones inclui-das en el debate, el artículo 19.° de la Constitución (al que lecorrespondería el numeral 16.° del nuevo texto), por el cual seconsagra el principio de respeto y protección a la persona inca-pacitada.— Se aprueba, sin modificaciones, el artículo 20.° de laConstitución (al que le correspondería el numeral 17.° del nuevotexto), referente al reajuste periódico de las pensiones de los tra-bajadores públicos y privados.— Se levanta la sesión.

    —A las 10:00 horas, bajo la Presidencia del se-ñor Carlos Torres y Torres Lara, actuando de Se-cretario el señor Samuel Matsuda Nishimura, sepasa lista, a la que contestan los señores Enri-que Chirinos Soto, Víctor Joy Way Rojas, CésarFernández Arce, Henry Pease García, Carlos Fe-rrero Costa, Pedro Vílchez Malpica, GuillermoYsisola Farfán (accesitario), Gonzalo Ortiz deZevallos Roédel (accesitario) y Gustavo GarcíaMundaca (accesitario).

    Ausente, la señora Lourdes Flores Nano.

    Iniciada la sesión, se incorporan la señora MarthaChávez Cossío (10:05) y los señores Róger Cáceres

    Velásquez (10:02), Fernando Olivera Vega (11:52)y José Barba Caballero (12:06).

    El señor PRESIDENTE.— Muy buenos días.

    Con el quórum reglamentario, se reabre la sesiónde la Comisión de Constitución y de Reglamento.

    Se pone en consideración de los señores congre-sistas el Acta correspondiente a la sesión ante-rior, celebrada el lunes 1.° de marzo de 1993.

    Si ningún señor congresista formula observacio-nes al Acta, se dará por aprobada. (Pausa). Apro-bada.

  • 650

    Se aprueba, con una adición al primer pá-rrafo y con la supresión del segundo párra-fo, el artículo 16.° de la Constitución (al quele correspondería el numeral 13.° del nue-vo texto), referente a la política nacional

    de salud

    El señor PRESIDENTE.— Estaba en el usode la palabra el señor Ferrero Costa, sobre elCapítulo III, De la Seguridad Social, Salud y Bienes-tar, artículo 13.° del proyecto, artículo 16.° de laConstitución.

    Puede intervenir, señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: De ayer a hoy he perdido elhilo de lo que se estaba discutiendo. No sé si fuecon motivo de la intervención de algún congre-sista que objetaba que se hiciera una menciónespecífica sobre aquellos aspectos que abarca laseguridad social.

    En vista de que no puedo recordar exactamentesi ése era el tema, prefiero no entrar a la discu-sión por el momento.

    El señor PRESIDENTE.— Puede hacer usode la palabra el señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente: Como decía ayer, este artículo no se re-fiere a la seguridad social, sino a la política desalud a través del ministerio respectivo. Me pa-rece que su texto es innecesariamente extenso,por lo cual propongo que tenga un solo párrafocon la redacción siguiente: "El Poder Ejecutivoseñala la política nacional de salud. Controla ysupervisa su aplicación. Fomenta las iniciativasdestinadas a ampliar la cobertura y calidad delos servicios de salud dentro de un régimenpluralista".

    En realidad, constitucionalmente no hace faltadecir lo que se señala en el segundo párrafo. Noobstante, podemos hacer que se oficie a la Comi-sión de Salud, Población y Familia, para que ten-ga presente este párrafo cuando se expida la LeyOrgánica del Ministerio de Salud.

    El señor PRESIDENTE.— Hay una cuestiónprevia para suprimir el segundo párrafo delartículo 16.°, dado que es repetitivo y reglamen-tario en el fondo.

    Tiene la palabra el ingeniero Joy Way Rojas.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Se-ñor Presidente: Exactamente como lo ha plan-teado el doctor Chirinos Soto, creo que es más

    que suficiente el primer párrafo del artículo. Elsegundo párrafo es totalmente reglamentarista,incluso tiene una orientación distinta de lo quepodría ser el manejo actual en materia de salud.Además, desde el punto de vista constitucional,sólo el primer párrafo permite el reconocimien-to de que el Poder Ejecutivo señala la políticanacional de salud.

    En síntesis, apoyo la sugerencia del señor Chi-rinos de eliminar el segundo párrafo.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene el uso de lapalabra el señor Pease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente, tengo dos observaciones puntualessobre el primer párrafo del artículo.

    En primer lugar, cuando se dice que "el Poder Eje-cutivo señala la política nacional de salud [...]", seestá dando como supuesto que no son necesariasuna ley marco o leyes específicas, porque esas dis-posiciones las da el Poder Legislativo. Para corre-gir esta deficiencia, tendría que decirse: "El Esta-do señala [...]". Entiendo que esta función no sólola hace el Poder Ejecutivo, sino que hay normasque también se definen por ley.

    En segundo lugar, para poner énfasis en la formaen la que se prestan los servicios de salud, luegode decirse: "El Estado señala la política nacionalde salud [...]", debe agregarse lo siguiente: "den-tro de un régimen pluralista y descentralizado", ysigue igual el texto del párrafo.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Fernández Arce.

    El señor FERNÁNDEZ ARCE (NM-C90).—Señor Presidente: En mi concepto, hay una ex-presión en el segundo párrafo del artículo quedebe mantenerse porque es importante, que esla siguiente: "[...] y que facilita a todos el accesoigualitario a sus servicios, en calidad adecuada ycon tendencia a la gratuidad [...]".

    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: Me sumo a las palabras deldoctor Fernández Arce, porque la verdad es queen el país quienes tienen acceso a la salud sonlos que tienen dinero, mientras que los pobrescasi no lo tienen. Precisamente por eso se mue-ren más los pobres que los ricos o la gente declase media. Esta situación es evidente.

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    Considero, como algunos, que quizá esta clasede normas no debiera ser estrictamente consti-tucional. Sin embargo, en el Capítulo de la Edu-cación también está presente ese principio y nose eliminará. En ese sentido, creo que estosartículos deben mantenerse sólo en materia deeducación, alimentación y salud, ya que son lostres pilares sobre los cuales el Estado tiene queir más allá de las denominadas reglas del merca-do y otras consideraciones que se pueden hacer.La Constitución debe señalar que se da igualoportunidad a todos de acceder a esos servicios.

    De tal manera que el Estado sí tiene que hacerun esfuerzo en el campo de la salud. No existe elconcepto de "autosalud" para la gente que estáen condiciones infrahumanas, o el Estado la ayu-da en su salud o se muere. No hay ninguna posi-bilidad de que exista otra manera de subsistir.Por eso, el planteamiento del doctor FernándezArce, que comparto, debería permitir que se di-jera: "[...] dentro de un régimen pluralista quefacilita a todos el acceso igualitario a sus servi-cios [...]".

    Tengo otra preocupación, que es más bien de or-den parlamentario. Estamos en la mitad del aná-lisis del Capítulo De la Seguridad Social, Salud yBienestar, pero no hemos visto las propuestas quela Comisión de Salud pueda haber hecho sobreestos temas. No vaya a ser que, después que de-diquemos dos días más a este tema y cuatro díasal Capítulo Del Trabajo y, por tanto, hayamos ter-minado estos puntos, tanto la Comisión de Sa-lud como la de Trabajo nos presenten sendosmemorandos en los que nos digan: "Señores, és-tas son nuestras propuestas".

    Quisiera que en algún momento, y lo planteocomo una cuestión de orden, conozcamos la opi-nión de las comisiones de Salud y de Trabajo so-bre estas materias, porque pudiera ser que in-cluso causáramos un problema si seguimos avan-zando de esta manera.

    Por ejemplo, como miembro de la Comisión deJusticia, si hoy se estuviera discutiendo el temade la justicia, pediría que se considere la opiniónde la citada comisión. ¿Cuál sería la opinión en-tonces tanto de los miembros de la Comisión deSalud como de los de Trabajo?

    El señor PRESIDENTE.— Debo informar quehay una coordinación permanente entre las co-misiones y, por lo tanto, en su momento se reci-birán sus propuestas sobre las distintas mate-rias en debate, con lo cual se harán los ajustescorrespondientes a los artículos que venimosaprobando. Sin embargo, la Comisión de Cons-

    titución y de Reglamento no puede paralizar sulabor porque no lleguen estos aportes. Por eso,desde un principio nos hemos propuesto avan-zar en la medida de lo posible.

    En algunas materias, los interesados han pedidoque se traslade la fecha de discusión; por ejem-plo, hay un pedido del ingeniero Rafael Rey paraque se postergue por una semana el debate deltema de la educación, el cual viene siendo trata-do en la Comisión de Educación, de tal maneraque si hoy llegamos a dicho tema, lo pospondre-mos para otra fecha. Con respecto al campo de lasalud, nos han informado que harán llegar algu-nas ideas, pero todavía no existe una propuestaorgánica.

    Tengamos presente que el texto que venimos re-dactando no es el proyecto definitivo de la Cons-titución, sino un primer documento que tienemucho valor porque, en primer lugar, estará su-jeto a las observaciones de todas las comisionesy, en segundo lugar, será publicado en El Perua-no; además, se recibirán las opiniones de diver-sos sectores políticos, sociales, culturales, etcé-tera. En consecuencia, tendremos que hacer unasegunda vuelta de debate —y quizá también unatercera— para obtener un documento final. Enese sentido tenemos que avanzar.

    Es conveniente resaltar que tanto en materia deeducación como en salud es importante tener encuenta el concepto de subsidio. Si hacemos quela actividad de estos dos campos descanse exclu-sivamente en el Estado, estaremos fomentandouna sociedad, como la que hemos tenido, cuyosintegrantes esperen obtener gratuitamente todo.

    El Estado tiene que ser subsidiario. Tenemos quelograr un país donde los ciudadanos posean losrecursos suficientes para que puedan atender susnecesidades de salud, de educación, de alimenta-ción, y no estar dependiendo de los favores delEstado. Por supuesto, el Estado debe intervenirdonde no exista una economía que satisfaga esasnecesidades, de tal manera que la suya tiene queser una acción de carácter complementario.

    Por ello, me sumo a la idea de que este artículopueda reducirse al primer párrafo y que las pre-cisiones posteriores queden sujetas a la legisla-ción.

    Tiene la palabra el señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: Justamente te-niendo en cuenta su intervención, por lo menoslo que ha dicho en la parte final, me opongo a lasupresión que plantea el señor Chirinos.

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    En el segundo párrafo del artículo, precisamen-te, se reserva al Estado el papel que usted recla-ma para él: ser un director de orquesta que pla-nifique y coordine la atención integral de la sa-lud, considerando los niveles público y privado.

    En lo que corresponde a la salud, evidentemen-te, no todo puede estar a cargo del Estado. Poreso se habla de coordinación y de organismospúblicos y privados, induciendo justamente a loque usted decía: que el Estado no puede asumirplenamente la atención en materia de salud.

    Considero que este artículo es básico en la cons-trucción de la Constitución y no corresponde alespíritu paternalista que advertimos en otras nor-mas. Por el contrario, está dentro de la orienta-ción que Nueva Mayoría-Cambio 90 se ha pro-puesto plasmar en la Constitución.

    Si tuviera que sugerir algo para mejorar la re-dacción del segundo párrafo, concretamente paraacentuar el papel del Estado como director deorquesta, plantearía que se agregue la palabra"supervisa". Es decir, debería decirse: "Es respon-sable de la organización de un sistema nacionaldescentralizado y desconcentrado, que planifica,coordina y supervisa la atención integral de lasalud [...]".

    Repito, es necesario que se persista en el debatede este segundo párrafo del artículo en debate.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra eldoctor Ortiz de Zevallos Roédel.

    El señor ORTIZ DE ZEVALLOS ROÉDEL(R).— Señor Presidente: Estoy totalmente deacuerdo con sus expresiones en el sentido de quela Constitución no debe conferir un carácterpaternalista al Estado, sino dejar en libertad alas personas para que tomen sus iniciativas y queel Estado sólo actué cuando sea absolutamentenecesario hacerlo. Ésa debe ser la filosofía de laCarta Política en todo su curso.

    Muchas gracias.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Pease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente: Por las intervenciones que he escu-chado, me parece preferible mantener el artícu-lo tal como está, reemplazando simplemente eltérmino Poder Ejecutivo por Estado, porque, efec-tivamente, sería mucho más largo el primer pá-rrafo si incluimos conceptos del segundo.

    El doctor Fernández Arce ha señalado un aspec-to fundamental al citar una expresión contenida

    en el segundo párrafo: "[...] facilita a todos el ac-ceso igualitario a sus servicios, en calidad ade-cuada y con tendencia a la gratuidad [...]". Esteconcepto es básico en este campo.

    La salud es una cuestión central y correspondeconsiderarla como una realidad social que nopodemos olvidar. En ese sentido, sugiero mante-ner el artículo tal como está, con la única modifi-cación que señalé al inicio de mi intervención,para ubicar así el rol de la ley.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente, primero haré una observación general.

    Me parece que la mayoría parlamentaria no vie-ne cumpliendo con su oferta electoral que con-siste en una Constitución más simple, menosreglamentarista y sin declaraciones líricas. Por-que no sólo está reiterando todo lo que se pusoen la Constitución de 1979, sino que tambiénviene añadiendo declaraciones que en unos ca-sos son líricas y en otros, peligrosas.

    Acabo de revisar el Acta y he comprobado que enel artículo constitucional respectivo se ha apro-bado un añadido sobre las formas de disoluciónde los matrimonios, que están contempladas porla ley.

    Señor Presidente, si estas causales se encuen-tras señaladas por la ley, ¿para qué se incluyenen la Constitución?, ¿y para qué se da, por pri-mera vez en la historia del Perú, inútilmente,categoría constitucional al divorcio?

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Disculpe, señor Chirinos Soto, peroese aspecto está contenido en el artículo 5.° de laConstitución vigente.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Pero estámal, por las formas. Sólo hay una forma de ma-trimonio.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Disculpe, señor Presidente, pero yome acuerdo perfectamente de la discusión y, portanto, puedo recordársela al doctor Chirinos.

    En un debate muy largo que tuvimos cuando sehabló justamente de las formas tradicionales dematrimonio, se dijo: "Hay las formas tradiciona-les, que varían según las regiones; hay las for-mas religiosas, que varían de religión en religión;y hay una forma civil, establecida por la ley". Detal manera que todo eso...

  • 653

    El señor PRESIDENTE.— Disculpe que lo in-terrumpa, señor Cáceres, pero el punto en deba-te es la reforma o síntesis de la Constitución.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Voy a refe-rirme a ese tema, señor Presidente.

    Yo propongo la supresión del segundo párrafo delartículo 16.°, pero no para que desaparezca de lalegislación sino de la Constitución. Por eso in-cluso he sugerido que dicho texto se envíe a laComisión de Salud para que lo tenga presentecuando se trate la ley orgánica correspondiente.Se trata de un párrafo estatista que el señorCáceres quiere hacer aún más controlista, hacien-do que el Estado supervise libremente.

    El párrafo en mención señala lo siguiente: "Es res-ponsable de la organización de un sistema nacio-nal descentralizado y desconcentrado, que plani-fica y coordina la atención integral de la salud através de los organismos públicos y privados [...]".De manera que, con este texto, los organismosprivados también están sujetos a la planificaciónestatal. Dice, además: "[...] y que facilita a todos elacceso igualitario a sus servicios [...] y con ten-dencia a la gratuidad [...]". Con esta expresiónrecaemos en el espíritu demagógico que en parteinspiró la Constitución anterior, que se refleja alconsignarse la palabra gratuidad como una espe-cie de abracadabra de los problemas sociales, cuan-do no hay nada gratuito en este mundo.

    ¿A quién le cuesta el servicio gratuito? Al Esta-do. ¿El Estado tiene dinero propio? No, señores.¿De dónde obtiene recursos el Estado? De los con-tribuyentes, que son todos los peruanos. Porqueel que imagina que sólo contribuye el que pagaimpuesto a la renta está profundamente equivo-cado. Quien sube a un ómnibus también pagaimpuestos, puesto que la gasolina está afecta atributo. En el Perú se tributa por todo: impuestoa las ventas, impuesto selectivo al consumo, et-cétera. Si no se paga por respirar, es porque to-davía no se les ha ocurrido.

    Entonces, hablar de gratuidad es engañar al pue-blo, porque nada le resulta gratuito al pueblo,pues paga por todo. Por supuesto, las "estadísti-cas" que nos da el señor Ferrero son fantásticas.Dice que mueren más pobres que ricos; obvia-mente, si hay más pobres que ricos. Tambiénentran al colegio más hijos de pobres que de ri-cos.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).— Sise trata de estadísticas en proporción a los ricos,

    estimado doctor Chirinos, le voy a explicar paraque me entienda mejor.

    Si hay diez personas de una posición de clase me-dia o cómoda, una de ellas se muere por proble-mas de salud; pero si hay diez pobres, cinco falle-cen por el mismo factor. La cantidad es la mis-ma, lo que interesa evidenciar es que, proporcio-nalmente, siempre el indigente tiene menos po-sibilidades de curarse.

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señorChirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Muy bien,doctor Ferrero, pero eso demuestra en el fondoque nuestro problema no es poner un letrero quediga gratuito a un servicio público, pues ello esuna mentira.

    Nuestro problema real es la pobreza. Tenemosque darle al pueblo una moneda estable y atraerinversiones para desarrollarnos, así como elevarel nivel de vida de los pobres, no con aumentosnominales de remuneraciones, sino con incre-mentos reales en moneda de valor constante.

    Este problema no se resuelve poniendo en laConstitución declaraciones líricas. Al contrario,ellas conducen únicamente a que se viole la Cons-titución, a que vivamos en un permanente esta-do en el que la Carta Política no se cumple, conlo cual se desprestigia.

    La mayoría parlamentaria hará lo que le parez-ca, para eso es mayoría —aunque observo que esuna mayoría que no se halla cohesionada—. Sinembargo, al hacer lo que crea, está faltando alsolemne compromiso que asumió ante el país yque probablemente le valió los votos que recibió:no hacer una Constitución farragosa, reglamen-tarista y lírica, sino un código escueto con nor-mas que de verdad sean jurídicas. Sólo son nor-mas jurídicas las disposiciones exigibles, lo de-más —lo que en derecho no es exigible— es mú-sica celestial.

    El doctor Fernández Arce conoce este principiomejor que yo; veamos si él aplica las normas líri-cas como juez o nos dice si alguna vez las ha apli-cado. Sencillamente, éstas no se pueden aplicar.

    El señor PRESIDENTE.— En consecuencia,se va a votar los dos párrafos por separado.

    Los señores congresistas que estén a favor demantener el primer párrafo del artículo 16.° talcomo está redactado, se servirán manifestarlo le-vantando la mano. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Aprobado por unanimidad.

  • 654

    Pregunto al señor Pease si insiste en su propuestapara reemplazar el término El Poder Ejecutivopor El Estado.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Sí insis-to, señor Presidente, porque con la actual fraseno se le da lugar a la ley.

    El señor PRESIDENTE.— Los señores con-gresistas que estén a favor de que el artículo 13.°empiece con la siguiente frase: "El Estado señalala política [...]", en lugar de: "El Poder Ejecutivoseñala la política [...]", se servirán manifestarlolevantando la mano. (Votación). Los que esténen contra. (Votación). Aprobado por 8 votos a fa-vor, 2 en contra y una abstención.

    Pasemos a la siguiente votación.

    Los señores congresistas que estén a favor de lacuestión previa planteada por el señor Chirinospara suprimir el segundo párrafo en el nuevotexto, se servirán manifestarlo levantando lamano...

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Disculpe, señor Presidente, una cuestión de or-den.

    Si se hace la consulta de esta forma, ya no seráposible votar la tesis del señor Fernández Arce.

    El señor PRESIDENTE.— No hay ningún pro-blema, señor Ferrero, después votaremos la su-gerencia del doctor Fernández Arce.

    Los señores congresistas que estén a favor de lacuestión previa planteada por el señor ChirinosSoto para suprimir el segundo párrafo del artícu-lo 16.°, se servirán manifestarlo levantando lamano. (Votación). 6 votos (de los señores EnriqueChirinos, Martha Chávez, Víctor Joy Way, SamuelMatsuda, Pedro Vílchez y César Fernández). Losque estén en contra. (Votación). 3 votos (de losseñores Carlos Ferrero, Henry Pease y RógerCáceres). Aprobado por 6 votos a favor y 3 en con-tra.

    A continuación veremos los agregados.

    Tiene el uso de la palabra el señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: Apoyo la propuesta del doctorFernández Arce para que al final del primer pá-rrafo que hemos aprobado, luego de la palabrapluralista, se agregue lo siguiente: "y que facili-ta a todos el acceso igualitario a sus servicios".

    En otras palabras, si bien es cierto hemos su-primido el segundo párrafo, rescatamos la única

    expresión que nos parece indispensable que seincluya en el artículo.

    Cuando el congresista Fernández Arce explicó supropuesta —la cual apoyo— señaló que hay unaobligación del Estado de permitir que quienesno se encuentran en iguales condiciones econó-micas puedan por lo menos estar en situación deigualdad en el acceso a este servicio.

    Hace poco, un representante dijo que se debedejar a la iniciativa de cada persona resolver susproblemas de salud. Ese deseo es imposible decumplir en nuestro país. El médico rural —pa-gado por el Estado y con camioneta proporciona-da por él— tiene que ir a los pueblos andinos aver cuáles son los problemas de salud de los po-bladores de esas zonas, no puede esperar a que,por ejemplo, una persona enferma —que vive enun poblado ubicado a tres mil quinientos metrosde altura— llegue luego de tres días de caminataal hospital de Huancayo para curarse. Eso es im-posible, simplemente no podría llegar a su desti-no.

    El señor PRESIDENTE.— La inclusión quepropone el señor Fernández Arce facilita la re-dacción. Entonces, no habría ninguna dificultaden hacer el agregado. De todas maneras, pode-mos ponerlo a consulta.

    Puede hacer uso de la palabra el señor PeaseGarcía.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente: Obviamente, concuerdo con el agre-gado que propone el doctor Fernández Arce, perocreo que no es suficiente, voy a explicar por qué.

    En materia de salud, no sólo el Estado peruano,sino todos los estados modernos, tienen siemprela capacidad de normar, planificar y coordinar,porque en acciones como campañas contra el có-lera o el SIDA, entre otras. Existen normas con-cretas que obligan a un servicio privado de saludante la aparición de la enfermedad, incluso a de-rivar los casos a determinados centros especiali-zados o a actuar de cierta manera.

    En consecuencia, si no se consigna esta expre-sión, se propenderá a que cada persona haga loque quiera; lo que en determinado momento, enun problema epidémico por ejemplo, puede crearsituaciones mayores que resulten incontrolables.

    En ese sentido, cuando en el segundo párrafo seseñala además esa capacidad de planificar y coor-dinar la atención integral tanto en el sector pú-blico como el privado, entra en correspondenciacon las formas modernas del cuidado de la salud;

  • 655

    por ejemplo, un centro privado tiene que cum-plir las normas estatales de salud, porque la nor-ma es la misma para todos.

    El señor PRESIDENTE.— Doctor Pease, en-tiendo su reflexión, pero la Comisión acaba deaprobar su propuesta para que, en lugar de "ElPoder Ejecutivo, se diga "El Estado señala la po-lítica nacional [...]".

    En consecuencia, se va votar la propuesta del doc-tor Fernández Arce, que consiste en agregar, lue-go de la palabra pluralista, lo siguiente: "y quefacilita a todos el acceso igualitario a sus servi-cios".

    Los señores congresistas que aprueben el agre-gado propuesto por el señor Fernández Arce, seservirán manifestarlo levantando la mano. (Vo-tación). 6 votos (de los Carlos Ferrero, HenryPease, Róger Cáceres, Víctor Joy Way, SamuelMatsuda y César Fernández). Los que estén encontra. (Votación). Un voto (del señor Pedro Víl-chez) y 2 abstenciones (de los señores EnriqueChirinos y Martha Chávez). Aprobado por 6 vo-tos a favor, 1 en contra y 2 abstenciones.

    Tiene la palabra el señor Pease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente, no se ha votado previamente la ex-clusión de la frase El Poder Ejecutivo.

    El señor PRESIDENTE.— Sí se ha votado,señor Pease.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente, tengo una inquie-tud.

    El doctor Fernández Arce hizo una observaciónque conllevaba la necesidad de una rectificaciónde la votación anterior, a la cual no se le ha dadotrámite.

    El señor PRESIDENTE.— No hay ningunaobservación que haya formulado el doctorFernández Arce, sino simplemente pidió una ex-plicación, la cual ya se le ha dado; además, ya seha hecho el agregado correspondiente.

    ¿Tiene una pregunta, señor Joy Way?

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Se-ñor Presidente, ¿cómo quedaría finalmente elprimer párrafo con los agregados?

    El señor PRESIDENTE.— De la siguientemanera: "El Estado señala la política nacional desalud. Controla y supervisa su aplicación. Fomen-

    ta las iniciativas destinadas a ampliar la cober-tura y calidad de los servicios de salud dentro deun régimen pluralista, y que facilita a todos elacceso igualitario a sus servicios".

    —El texto aprobado es el siguiente:

    "Artículo 13.°.— El Estado señala la política na-cional de salud. Controla y supervisa su aplica-ción. Fomenta las iniciativas destinadas a am-pliar la cobertura y calidad de los servicios desalud dentro de un régimen pluralista, y que fa-cilita a todos el acceso igualitario a sus servicios."

    Se aprueba, con modificaciones introduci-das en el curso del debate, el artículo 17.°de la Constitución (al que le corresponde-ría el numeral 14.° del nuevo texto), relati-vo a la obligación del Estado de combatir y

    sancionar el tráfico ilícito de drogas

    El señor PRESIDENTE.— A continuación pa-samos a analizar el artículo 17.°.

    Tiene la palabra el señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente: Este artículo es la madre del cordero delcontrolismo y de todas las desgracias que ha pa-decido el Perú; asimismo, contradice radicalmen-te la política de gobierno del actual Presidentede la República.

    Ayer se dijo que el ex ministro de Economía AbelSalinas, durante su gestión, provocó un alza del500% en los precios de las medicinas. En reali-dad, lo que él hizo fue retirar el dólar MUC enparte, que amparaba la importación de medici-nas. ¿Qué ocurrió con las medicinas que se im-portaron con el famoso dólar MUC? Que, una vezque estuvieron en el país y en vista de su absur-do abaratamiento, eran pasadas por la fronteray se vendían en Arica, en La Paz, en Guayaquil,etcétera. De manera que nosotros proporcioná-bamos medicinas a otros países con dinero delpobre pueblo peruano.

    La corrupción llegó a tal extremo que incluso seexpedían órdenes de importación de medicinascon dólar MUC y se destinaban directamente aGuayaquil, Arica o La Paz, transportándose enel ferrocarril correspondiente.

    Entonces, bajo la gestión del ministro Salinas,debido a esa especie de shock que aplicó el presi-dente García en setiembre de 1988 —usó la pa-labra especie porque no fue un shock bien hecho,pues ni siquiera cortó de raíz la causa de la infla-ción—, subieron los precios de las medicinas. Sedice que se interpuso un recurso de amparo anteel Poder Judicial por esa alza, la cual fue ganada.

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    Pero lo que yo sé es que las medicinas no hanbajado de precio, como también sé que uno delos rasgos de coraje de este gobierno ha consisti-do en devolver la libertad de comercio a las me-dicinas, así como romper el antiguo sistema porel cual sólo había farmacias de acuerdo conparámetros de ubicación establecidos; es decir,ahora hay libertad tanto para las farmacias comopara el comercio de las medicinas.

    De manera que, aunque desgraciadamente lasmedicinas son caras hoy, no es posible que seanmás baratas por las leyes del mercado, sin ex-traer al pueblo peruano la horrorosa cantidad dedinero que costaba su subsidio —el dólar MUC—.

    Se puede decir lo mismo de los productos alimen-ticios, allí está la empresa ENCI. ¿Cuánto le cues-ta al Estado esta empresa si sabemos que el Es-tado no es una entidad aparte? Por eso, se debeformular esta pregunta: ¿Cuánto le cuesta al po-bre pueblo del Perú, que no tiene dinero paracuidar de su salud, la ENCI? ¿Cuánto le ha cos-tado mantener las empresas estatales? Decenasde millones de dólares, por obra y gracia de losburócratas, sobre todo en caso de la ENCI.

    Entonces, estamos frente a un Estado que regla-menta y supervisa la producción, la calidad, eluso y comercio de los productos alimenticios. Sila mayoría parlamentaria acepta el término co-mercio, le estaría dando un mentís al Presidentede la República, que ha eliminado el control delEstado en el comercio de las medicinas.

    Enseguida, el artículo dice: "[...] Combate y san-ciona el tráfico ilícito de drogas". Ni siquiera estafrase es necesaria, pues existe una ley sobre eltráfico de medicinas. Aquí se dice que si el Esta-do no reglamenta la salud, no puede haber unapolítica contra el SIDA.

    Señor Presidente, revisemos la Constitución delos Estados Unidos y veremos que no consigna unalínea que señale que el Estado controla las medi-cinas, pero tiene, a nivel del Ejecutivo, la políticaanti-SIDA más activa del mundo; igualmente, notiene una línea sobre el comercio de la droga, perosí una política teóricamente antidrogas.

    En consecuencia, propongo que el artículo 17.°diga: "El Estado combate y sanciona el tráfico ilí-cito de drogas". Todo lo demás queda eliminado,porque tal como está la norma estamos ante unEstado reglamentarista y supervisor de la pro-ducción, de la calidad, del uso de los productosalimenticios. ¡El Estado me va a decir a mí cómodebo alimentarme! Sería una locura, señor Pre-sidente.

    El señor PRESIDENTE.— Venció su tiempo,señor Chirinos, ¿podría repetir su propuesta, porfavor?

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente, propongo que el artículo 17.° —porquede lo contrario no me libraría de las venganzasde todos los puritanismos— diga: "El Estado com-bate y sanciona el tráfico ilícito de drogas".

    El señor PRESIDENTE.— Puede hacer usode la palabra el señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: El doctor Chirinos,con esa mentalidad liberal a ultranza, que nosha puesto en evidencia en reiteradas ocasiones,arremete en este caso contra algo que para mídebe estar consagrado en la Constitución: la de-fensa de la producción alimentaria. Felizmenteestá presente en la sala el ex presidente de losproductores agrarios del Perú.

    Si el país no va a tener un Estado que acuda endefensa de su producción alimentaria propia, asis-tiremos a la destrucción de ese sector agropecua-rio.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— ¿Me per-mite una interrupción?

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Aquí nodice —ojalá dijera—: "El Estado defiende la pro-ducción de los productos alimenticios", sino: "[...]reglamenta y supervisa [...]". Es decir, ¿el Esta-do se va a meter en qué se cultiva en cada hec-tárea?

    No sé si el señor García Mundaca estará de acuer-do con esa política de reglamentación y supervi-sión, pero no haga usted decir a la Constituciónlo que no dice, congresista Cáceres.

    El señor PRESIDENTE.— Continúe, señorRóger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: Cuando el doctorChirinos admite de alguna manera que el Esta-do debe interesarse por la producción agropecua-ria, en parte está reconsiderando su oposición aultranza en este tema. Por eso, al manifestar queel artículo no sirve para esos fines, en realidadse refiere a otro objetivo. Lo que debería decir,entonces, es que se necesita una mejor reglamen-tación.

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    Creo en la necesidad de mantener este artículo,pero perfeccionado. Para ello propongo el textosiguiente: "El Estado reglamenta y supervisa laproducción, importación —lo cual no está dichocon claridad, siendo el más grave riesgo paranuestra producción nacional—, calidad, uso ycomercio de los productos alimenticios, quími-cos, farmacéuticos y biológicos, asegurando elabastecimiento interno y los intereses de los con-sumidores y los productores agropecuarios e in-dustriales del país. Combate y sanciona el tráfi-co ilícito de drogas. En circunstancias extraordi-narias, el Estado apoya directamente el suminis-tro de alimentos y de medicamentos a la pobla-ción".

    Con la redacción que propongo se mejora el tex-to del artículo 17.°, pues se le da al Estado, justa-mente, los elementos de carácter legal que nece-sita para hacer más efectiva su participación den-tro de la economía con respecto a la producción,importación y distribución de alimentos y de me-dicamentos. Cerrar los ojos ante la trágica reali-dad del Perú en este campo no es una buena so-lución.

    Es más, señor Presidente, en algunos estados li-berales, como el caso de los Estados Unidos —acuyo ejemplo recurre el señor Chirinos Soto—,habiendo una Constitución liberal, existe unapolítica de apoyo a la producción nativa, tanto decarácter industrial como fundamentalmenteagropecuaria. Similar situación ocurre en paísesultraliberales como el Japón y muchos países dela Unión Europea.

    Justamente, en este artículo donde hablamos dealimentos —santo pretexto que tuvo el gobiernoaprista para la existencia del dólar MUC a favorde la importación del alimento barato, trayendoasí abajo a la producción agraria— debemos te-ner una concepción que, al mismo tiempo queatienda los requerimientos alimenticios de lapoblación, permita cautelar las necesidades delos productores y establezcamos, además, la po-sibilidad de que el Estado pueda intervenir sa-biamente.

    No interesan tanto las disposiciones constitucio-nales sino la mentalidad que hará uso de ellas.Con la norma vigente, un Estado liberal puedeconducirse perfectamente y hacer uso de esa dis-posición en forma sabia. Lo que trae abajo al países la política que ejecuta el Estado, más que losdispositivos constitucionales, que franquean detodas maneras caminos que se pudieran usar.

    En conclusión, señor Presidente, me ratifico enla sugerencia que he formulado y me opongo ro-tundamente a la propuesta de carácter diminu-

    tivo que hace el señor Chirinos en el sentido dereducir la intervención del Estado solamente alcaso de las drogas, olvidándose de los alimentosy de los medicamentos, que son esenciales parala subsistencia de la población.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene el uso de lapalabra el señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente, en primer término, una brevedigresión sobre el estilo de debate del colegaChirinos Soto.

    Con frecuencia, cada vez que se presenta un plan-teamiento disconforme con el suyo, él nos dice:"¡Los de la mayoría tienen que ser fieles al pen-samiento del presidente Fujimori!". Muy intere-sante, señores, la mayoría tiene un intérprete deese pensamiento, que es miembro de Renovación.Bueno, así es la vida. No tengo inconveniente enque el señor de Renovación haga sus interpreta-ciones con respecto a las ideas programáticas deNueva Mayoría-Cambio 90; pero, en cualquiercaso, por lo menos es curioso.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Una inte-rrupción, señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Con mucho gusto.

    El señor PRESIDENTE.— Puede hacer usode la interrupción, señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Ahora quelo señala tan frontalmente, debo decir que el se-ñor Fujimori ha suprimido el control del preciode las medicinas y ha establecido su libre comer-cio. De manera que no le he inventado nada alseñor Fujimori ni soy intérprete de su pensamien-to oculto, sino que expongo los hechos de su polí-tica.

    El señor PRESIDENTE.— Continúe, señorFerrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).— Enrealidad, este asunto es anecdótico y por eso nodebemos emplear mucho tiempo al respecto, so-bre todo entre amigos que pueden tratar esto contoda calma.

    Cuando se discutieron por primera vez los dere-chos individuales, hace un mes, dijimos que ladoctrina actual contempla tres tipos de derechosfundamentales: primero, los derechos individua-les a la vida, a la asociación, a la expresión, etcé-tera; segundo, los derechos económicos y socia-les al trabajo, a la salud, a la educación; y, por

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    último, recientemente ha aparecido una tercerageneración de derechos fundamentales, que al-gunos simplemente llaman los derechos de la ter-cera generación, que básicamente son cuatro: ala paz internacional, a la defensa del consumi-dor, a la protección del medio ambiente y a lautilización del espacio.

    ¿Qué ocurrió? Que algunos de estos derechos detercera generación fueron tratados en el debateconstitucional del Pleno, entre otras razones, por-que, accidentalmente, alguien pensó que había-mos olvidado mencionar la protección del medioambiente. En tal sentido, para no causar alarmaen el Plenario, aceptamos que la protección delmedio ambiente quedase como uno de los dere-chos fundamentales individuales, cuando corres-pondería estar en la parte referida a los derechosde tercera generación y en un trato mucho másamplio. Este error puede corregirse todavía.

    Hoy tenemos una segunda situación. El señorChirinos tiene razón, sólo en parte, sobre el temaen debate, pero el doctor Cáceres está equivoca-do. Hoy no se encuentra en discusión el proble-ma de la producción ni del comercio de los pro-ductos, sino el control de la calidad del producto,porque sólo a través de este factor hay vincula-ción con la salud.

    Entonces, vamos a proponer que se apruebe elconcepto de control de calidad, suprimiendo todoaquello que no guarde relación con la salud, comoel comercio y la producción, con cargo a que en elmomento que se vean los derechos de tercera ge-neración se incluyan esos aspectos donde corres-pondan.

    Si la obligación es preocuparse por la producciónagraria, este tema va en la parte de agricultura.Si la preocupación es si debe haber o no libertadde comercio en cuanto a los productos farmacéu-ticos, es —como lo dijo el doctor Chirinos— algoque va fuera del campo de la salud. Pero sí esobligación del Estado velar por que las medici-nas que están tiradas en la avenida Abancay noproduzcan la muerte al día siguiente a aquél quelas consume...

    El señor PRESIDENTE.— Su tiempo se ven-ció, doctor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Permítame terminar la idea, señor Presidente.

    En todo caso, el doctor Fernández Arce me cedeel uso de la palabra.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente, una cuestión de orden: en comisionesno hay cesión del uso de la palabra.

    El señor PRESIDENTE.— Se le concede dosminutos al doctor Ferrero Costa, para que puedaterminar su planteamiento.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Debo señalar que en otras ocasiones se permitióla cesión del uso de la palabra, pero no voy a dis-cutir el tema porque no vale la pena.

    Para terminar, sugiero la siguiente redacción: "ElEstado regula el control de calidad de los pro-ductos alimenticios, químicos, farmacéuticos ybiológicos. Combate y sanciona el tráfico ilícitode drogas". Ésa es la parte central.

    Estoy de acuerdo con que el Estado deje para des-pués la discusión sobre qué hace con la produc-ción, la exportación, etcétera. Pero no podemosdejar escapar el concepto que estaba inherenteacá y que hoy es una norma internacional: es obli-gación del Estado controlar la calidad de los pro-ductos que se venden, principalmente los de ca-rácter farmacéutico.

    El señor PRESIDENTE.— La propuesta deldoctor Ferrero es que el Estado regule en estecampo.

    Tiene la palabra el ingeniero Joy Way.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Gra-cias, señor Presidente.

    Pienso que el artículo 17.° está totalmente desu-bicado, por lo menos dentro de la Constituciónde 1979, por las siguientes razones.

    En primer lugar, estamos en el Título relativo alos Derechos y Deberes Fundamentales de la Per-sona, y aquí simplemente venimos dando una re-glamentación con respecto a cómo debe ser la pro-ducción y su comercialización.

    En segundo lugar, si tuviésemos que tratarlo,tendría que ser en el Título relativo al RégimenEconómico.

    En tercer lugar, éstos son los típicos artículos que—y adelanto algunos argumentos basados en in-vestigaciones de más de dos años y medio quevengo haciendo sobre el tema de salud, cuandofui ministro de Industria—, con el pretexto deque van en apoyo de la salud de los más necesita-dos, buscan única y exclusivamente la convali-dación de monopolios y el fomento de la corrup-ción. Y lo digo enfáticamente porque puedo pre-sentar todas las pruebas que sean necesarias.Esto es sumamente peligroso, especialmente enestas áreas. Preguntemos lo que ha sido CO-NAMAD, el Ministerio de Agricultura o el Mi-

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    nisterio de Salud. Ésos son los monopolios másgrandes, con los cuales he estado luchando y sigoen esa batalla.

    Así que tengamos sumo cuidado con estos artícu-los, que simplemente encubren la consolidaciónde monopolios, como consecuencia de los cualesse sientan las bases de una corrupción generali-zada. En esto voy a ser intransigente, señor Pre-sidente, justamente por el bien del país y de lospobres.

    Si algo ha de quedar en este artículo por una cues-tión estrictamente de ética, debe ser la parte quedice: "El Estado combate y sanciona el tráfico ilí-cito de drogas", para que así no se vaya a decirque estamos quitando también ese concepto y nique se interprete como que estamos propiciandolo contrario.

    Justamente, hablando de los derechos de terce-ra generación y el control de calidad, en realidadson los famosos para-arancelarios. Los para-aran-celarios son exigencias de calidad; quien no lascumple no pasa el visto bueno que da el FDA.Por ejemplo, si no se quiere traer un Tylenol delos Estados Unidos, no hay certificado de controlde calidad ni muestra que lo permita. Así quehay que tener sumo cuidado en este asunto.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Entonces, ¿cómo hace el Estado para impedir quecualquiera fabrique cierto producto que diga quees un medicamento, lo venda y haga daño al con-sumidor? En esa teoría, ¿cómo se lucha contraese problema?

    El señor PRESIDENTE.— Continúe, señorJoy Way.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Muysencillo, como se ha hecho ya: dictando las nor-mas. Se ha establecido que sean las normas inter-nacionales —no las peruanas— las que se empleenpara este efecto, porque en el país también se in-ventaron normas más exigentes que el FDA.

    Se reconoce como normas internacionales lasfarmacopeas de los Estados Unidos, del ReinoUnido, de la Organización de las Naciones Uni-das, de la Organización Mundial de la Salud y depaíses productores acreditados, o que se rigen porlas normas de la OMS. También se acepta comocertificación válida la que emitan los ministerioso instituciones de control de calidad mundialmen-te reconocidos. No tengo por qué volverle a ha-cer controles de calidad en el Perú, para que una

    persona de la última línea de control me diga:"No pasa tal producto".

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, doctor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: Creo que lo últi-mo que acaba de manifestar el señor Joy Waydesvirtúa lo que dijo en un comienzo. Dice que elPerú está determinando que la farmacopea, quelas normas internacionales, etcétera. Pero eso loestá haciendo el Estado en virtud de una autori-zación constitucional, y justamente es merced aeste articulo 17.°, porque no podría intervenir sino tuviese esa autorización.

    En otros países no es necesaria esa autorizaciónconstitucional, en el Perú sí porque, además —yen esto concuerdo con lo que dijo el señor Fe-rrero—, no es cierto que sólo haya que preocu-parse del control de calidad. Existen disposicio-nes dictadas por este gobierno que norman elcomercio, no solamente la calidad de drogas parafines medicinales. Igualmente, hay normas deeste gobierno por las que se subsidia la importa-ción de alimentos extranjeros, medida que va encontra de la producción nacional, justamenteaplicando este artículo.

    En consecuencia, si estas situaciones ocurren ha-biendo este artículo, ¿qué pasaría si no existie-ra? Por eso, debemos mejorar la norma, pero noeliminarla.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir el señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).— Elseñor Joy Way ha reconocido que el control decalidad es un principio que existe, como tambiénque nuestro control de calidad se hará porestándares internacionales, que es ya el procedi-miento. Pero aceptemos el derecho del Estado acontrolar la calidad, ya sea con los estándaresinternacionales que recojamos para aplicarlos ennuestro medio o mediante lo que estime perti-nente, mas no neguemos al Estado este derecho.

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señor JoyWay.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Elcontrol de calidad de muchos de los productos—especialmente alimenticios, farmacéuticos y, engeneral, de consumo humano— está normadobásicamente por la Organización Mundial de laSalud. Entonces, este aspecto es sencillo de re-solver, pues existen normas al respecto; además,son acuerdos entre todos los países. Por tanto,

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    es una norma general que no requiere ningunaexigencia constitucional.

    El señor PRESIDENTE.— Su tiempo se havencido, ingeniero Joy Way.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Ter-mino, señor Presidente.

    Si vamos a tratar algo con respecto al control decalidad y a la defensa del consumidor, lo vere-mos en su momento en el debate de los artículoscorrespondientes al Régimen Económico, dondese incorpora justamente estos aspectos.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra ladoctora Martha Chávez.

    La señora CHÁVEZ COSSÍO (NM-C90).—Señor Presidente: Coincido plenamente con lasexpresiones del señor Víctor Joy Way; además,debo indicar que el tema del control de calidad nosolamente se refiere al producto químico o farma-céutico, sino también a todos los productos o bie-nes y servicios del consumo de la persona.

    Quería recordar que el artículo 80.° de la Consti-tución —que probablemente quede en la nuevaCarta Política— señala lo siguiente: "Son debe-res primordiales del Estado defender la sobera-nía nacional, garantizar la plena vigencia de losderechos humanos, promover el bienestar gene-ral basado en la justicia y en el desarrollo inte-gral y equilibrado del país, y eliminar toda for-ma de explotación del hombre por el hombre ydel hombre por el Estado".

    Es decir, en la parte relativa al Estado se incor-porarán los deberes que le correspondan. El he-cho de que no se incluya una norma como la con-tenida en el artículo 17.° de la Constitución nosignifica que el Estado quede inerme y con losbrazos cruzados para, simplemente, dejar que ensu territorio pase cualquier cosa.

    Creo que estas normas reglamentaristas y abso-lutamente controlistas deben ser eliminadas dela Constitución, porque, como ha señalado bienVíctor Joy Way, no han ayudado en nada a prote-ger a los ciudadanos, como aparentemente se pre-tendía hacer.

    El señor PRESIDENTE.— Entonces, estamosdebatiendo la cuestión previa planteada por eldoctor Chirinos Soto y sustentada por el inge-niero Joy Way, en el sentido de que el artículo17.° sólo debe contener lo siguiente: "Combate ysanciona el tráfico ilícito de drogas".

    Tiene la palabra el señor Ysisola Farfán.

    El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).—Señor Presidente: La parte final del artículo 17.°dice: "[...] Combate y sanciona el tráfico ilícito dedrogas". Yo propongo que se elimine el término"ilícito", porque no hay tráfico lícito. De lo con-trario, podríamos decir también "tráfico ilícito deniños", cuando se sobreentiende que el tráfico deniños es un tráfico ilícito.

    El señor PRESIDENTE.— El problema es quehay tráfico lícito de drogas cuando está autoriza-do para el tratamiento, por ejemplo, de enferme-dades.

    El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).— Eneste caso añadiría sólo la palabra fomenta. Si seincluye la primera frase, propondría señalar tam-bién: "[...] fomenta la producción".

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente, por su intermedio,deseo rectificar al señor Ysisola: no hay tráficolícito ni ilícito de niños, porque hay un artículopor el cual hemos prohibido la trata de sereshumanos.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Pease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente: Creo que en varias de las interven-ciones que se oponen al mantenimiento o al me-joramiento de este artículo se está tirando al niñocon el agua sucia a la bañera. Una Constituciónseñala un marco legal en el cual caben diferen-tes políticas. La política del dólar MUC, por ejem-plo, no se desprende de este artículo, sino fueuna manera de entender el cumplimiento de éstey otros artículos; por cierto, fue una manera equi-vocada, pero no es la única manera de compren-derlo.

    ¿Qué es lo esencial de este artículo? En mi con-cepto, hay dos elementos esenciales.

    El primer elemento ya lo ha señalado el doctorFerrero: "El Estado controla la calidad", lo cualse da sobre todo en el campo de la salud y no esigual al que se aplica en otras áreas. No se puedevender cualquier medicamento y no son suficien-tes las normas internacionales. Los Estados Uni-dos exportan una serie de medicamentos cuyouso prohíbe dentro de su territorio.

    La Constitución de los Estados Unidos, al igualque el orden constitucional del Reino Unido, par-ten de un esquema y de una realidad diferente ala peruana. En estos casos, aparte de la voluntadde los actores, hay una tradición constitucionalque es bastante más precisa. El propio doctor

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    Chirinos, en las primeras sesiones de la Comi-sión, nos hizo una brillante exposición con res-pecto a que las reformas constitucionales teníanque recoger de alguna manera la tradición cons-titucional.

    Señor Presidente, el congresista Chirinos me pideuna interrupción.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Lo que quie-ro destacar, cualquiera que sea la realidad ameri-cana o británica, es que para adoptar tal o cualmedida no se necesita mandato constitucional.Estas normas, como la que estamos viendo, noatienden nuestra tradición constitucional. El Perúnunca tuvo una norma de esta clase hasta que laintrodujo la Carta Política de 1979, texto consti-tucional que la mayoría se ha comprometido acorregir y a podar sus excesos verbales. Precisa-mente, en esta parte hay una serie de excesos ver-bales, que han engendrado una terrible políticacontrolista que castiga al pueblo peruano.

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señorPease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— En todocaso, no es ésa mi opinión ni las intervencionesde los miembros de la Comisión tienen que estarencuadradas en lo que haya pensado en un mo-mento determinado tal agrupación política u otra,que, además, es la única que puede interpretarseen términos de su propia propuesta. Otros mar-cos constitucionales no necesariamente son apli-cables.

    Como decía, en este artículo veo dos elementosbásicos, el primero de los cuales se refiere a lacalidad.

    Estaba indicando que los Estados Unidos tienennormas más restrictivas que las del orden inter-nacional sanitario que se aplican en su país. Re-cuerdo que el señor Uriel García fundamentabacómo es que dicho país exportaba al Perú una se-rie de medicamentos que ellos mismos no permi-tían usar a su población y que tenían consecuen-cias que técnicamente estaban determinadas.

    Por otro lado, en este mismo aspecto, no pode-mos basarnos sólo en la norma internacional.Nosotros tenemos un campo muy rico en todo loque es la medicina tradicional, la cual está mu-cho más adaptada a las posibilidades concretasde la población peruana y que requiere normasespecíficas que establezcan su aplicación o su noaplicación. Tenemos una realidad propia y, por

    lo tanto, necesitamos que la norma controle lacalidad.

    El otro elemento es lo que, entiendo, buscó ellegislador al decir en el artículo 17.°: "El Estadoreglamenta y supervisa la producción, calidad,uso y comercio de los productos alimenticios, quí-micos [...]". Es decir, que haya apoyo y fomento aesta actividad, que es central para la vida y lasalud. No está normando en general la produc-ción agropecuaria, sino señalando la prioridad delproblema alimenticio, al igual que la particulari-dad de la producción de los productos químicos,farmacéuticos, porque es justamente un campoen el cual la pregunta central que tenemos quehacernos es: ¿Nos conformamos simplemente conque el mercado, con las reglas que logre desarro-llar en medio de tal o cual contexto internacio-nal, enfrente el problema? ¿Cómo se enfrenta elproblema de fondo: que las medicinas puedanestar al alcance de las mayorías nacionales?

    El señor PRESIDENTE.— Se venció su tiem-po, señor Pease. Tiene un minuto para concluir.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Por lo tan-to, se puede buscar una mejor precisión, perodebe considerarse estos dos elementos.

    Estoy en contra de los monopolios y he escritoen ese sentido, pero lo cierto es que ellos no sedesprenden mecánicamente de esta ley, sino queson parte de políticas que existieron y que sepueden cuestionar. Pero no se cuestiona dicien-do que el Estado debe intervenir sólo en el con-trol de la calidad, para que entonces funcionende otra manera los monopolios —porque hayotros mecanismos que lo permiten— o simple-mente haya un mercado que no llegue a la ma-yor parte de los habitantes.

    Seamos claros, la mayoría de los peruanos no tie-ne posibilidades de acceder a las medicinas, porlo cual debemos afrontar este problema.

    El señor PRESIDENTE.— La propuesta con-creta es la cuestión previa que se planteó paraque el artículo 17.° establezca: "El Estado com-bate y sanciona el tráfico ilícito de drogas", conla salvedad de que el tema puede revisarse cuan-do entremos en la temática económica.

    Tiene la palabra el señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Para una cuestión de orden, señorPresidente.

    Según el sistema que ha venido utilizando us-ted, ahora primero debe ponerse al voto la re-

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    dacción actual del artículo; si ésta fuera rechaza-da, se vota las alternativas que se han plantea-do, una de las cuales sugiere el señor Chirinos,con la cual estoy en desacuerdo.

    El señor PRESIDENTE.— No es así, señorCáceres, porque ya hemos establecido un meca-nismo: primero se someten a votación las cues-tiones previas, luego se ve la redacción que estáplanteada. En consecuencia, procederemos eneste sentido, tal como lo hemos venido haciendo.

    Los señores congresistas que estén a favor de lacuestión previa planteada por el señor ChirinosSoto en el sentido de mantener este artículo sóloen su última parte, se servirán manifestarlo le-vantando la mano. (Votación). 5 votos (de los se-ñores Enrique Chirinos, Martha Chávez, VíctorJoy Way, Samuel Matsuda y Pedro Vílchez). Losque estén en contra. (Votación). 4 votos (de losseñores Róger Cáceres, César Fernández, CarlosFerrero y Henry Pease). Aprobada por 5 votos afavor y 4 en contra.

    En consecuencia, el texto queda así: "El Estadocombate y sanciona el tráfico ilícito de drogas",con la indicación a Secretaría de que este temase volverá a revisar cuando se trate la parte delrégimen económico.

    Para hacer una precisión, tiene la palabra el se-ñor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: He votado en contra porqueprefería que el control de calidad quedase esta-blecido en este artículo. En todo caso, que se vuel-va a tratar en su momento. Pero la consecuenciaes que desde este momento, hasta cuando el temavuelva a ser visto, quedamos sin control de cali-dad, el cual es otro de los motivos de mi voto encontra.

    El señor PRESIDENTE.— Señor Ferrero, estanorma todavía no es obligatoria, estamos discu-tiendo la Constitución.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente, dejo constancia deque insisto en la redacción que había propuesto,la cual plasmaré en un dictamen en minoría.

    El señor PRESIDENTE.— Muy bien, señorRóger Cáceres.

    Tiene la palabra el doctor Férnández Arce.

    El señor FERNÁNDEZ ARCE (NM-C90).—Señor Presidente, expreso mi respaldo a la posi-ción del doctor Ferrero.

    El señor PRESIDENTE.— Muy bien.

    —El texto aprobado es el siguiente:

    "Artículo 14.°.— El Estado combate y sancionael tráfico ilícito de drogas."

    Se aprueba, manteniéndose sólo el primerpárrafo y con una modificación, el artículo18.° de la Constitución (al que le correspon-dería el numeral 15.° del nuevo texto), quenorma lo concerniente a la atención de las

    necesidades básicas de la familia

    El señor PRESIDENTE.— Continuamos conel artículo 18.° de la Constitución vigente, al quele correspondería el artículo 15.° del nuevo tex-to.

    Puede hacer uso de la palabra el doctor ChirinosSoto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— Señor Pre-sidente: Éste es otro artículo del Estado bene-factor, del welfare state, que está desacreditado yha fracasado en el mundo contemporáneo. Nosólo ha fracasado el comunismo, sino también elsocialismo que preconiza el welfare state.

    En realidad, mi propuesta inicial sería suprimireste artículo. Pero si ha de conservarse algo, quesea solamente el primer párrafo, que dice: "ElEstado atiende preferentemente las necesidadesbásicas de la persona y de su familia en materiade alimentación, vivienda y recreación". El Esta-do atiende todo: la alimentación, la vivienda y larecreación, y estableció los principios para quelas personas gocen de su tiempo libre y se divier-tan cuando se recrean.

    Sigue el artículo: "La ley regula la utilización delsuelo urbano, de acuerdo al bien común y con laparticipación de la comunidad local". Si la leyregula este aspecto, ¿para qué está aquí esta dis-posición?

    El tercer párrafo dice: "El Estado promueve laejecución de programas públicos y privados deurbanización y de vivienda". No se necesita au-torización constitucional para que el Estado pro-mueva esto, tanto así que el señor Belaúnde, sineste mandato, se dedicó a ejecutar programas devivienda durante su primer gobierno, como elcaso de la residencial San Felipe y otros más.

    ¿Cuándo promueve —para usar un verbo predi-lecto entre los constitucionalistas de ayer y dehoy— el Estado? Cuando toma una valerosa de-cisión, como la ha adoptado el gobierno actual—y no tengo inconveniente en reconocerlo— en

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    el caso de la supresión de la ley del control de losalquileres. Precisamente, el Perú no tiene vivien-da por esta norma. Habría que dar garantía cons-titucional a esa supresión y no tonterías. No ofen-do a nadie cuando digo la palabra tonterías por-que, en todo caso, intervine en este artículo.

    Seguidamente, el artículo dice: "El Estado apoyay estimula a las cooperativas, mutuales y en ge-neral las instituciones de crédito hipotecario [...]".Lamentablemente, producida la quiebra de lascooperativas, las mutuales seguirán la mismasuerte, situación que se da en el Perú y en elmundo. ¿Por qué quiebran? Porque con una in-flación de vértigo la gente retira sus depósitos,los intereses no compensan y desaparecen los de-positantes. Por eso entran en iliquidez las insti-tuciones de crédito.

    Sigue el artículo: "[...] Concede alicientes y exo-neraciones tributarias a fin de abaratar la cons-trucción [...]". Ayer había consenso —en todocaso, apoyados por el señor Víctor Joy Way— paraque se suprima el tema de las exoneraciones enla Constitución. ¿Por qué tenemos que concederexoneraciones a la industria de la construcción?,si ella debe ganar dinero como cualquier indus-tria. De hecho, conocemos los casos de construc-tores millonarios que han financiado campañaspresidenciales.

    En el mismo último párrafo se señala: "Crea lascondiciones para el otorgamiento de créditos alargo plazo y bajo interés". Este concepto no esotra cosa que el subsidio del dinero, lo que nosllevó al crédito cero, que fue el gran engaño. Si eldinero vale como veinte y se presta como diez,¿quién paga la diferencia? Alguien la paga, y noes otro que el Estado. ¿Y quién paga por el Esta-do, porque éste no tiene dinero? Los pobres, queson la mayoría de los contribuyentes. Entonces,este artículo encierra casi todas las aberracionesque el Perú ha padecido en los últimos 12 años,como la hiperinflación, el empobrecimiento delpueblo, al que se pretende favorecer.

    En tal sentido, señor Presidente, como cuestiónprevia, propongo que el artículo diga: "El Estadoprocura atender —porque el Estado no atiendenada aquí— las necesidades de las personas y sufamilia en materia de alimentación y vivienda".De la recreación se ocupan los municipios, ¿ovamos a crear un Ministerio de la Recreación?

    Aquí todo se puede escuchar. ¿Está usted a favorde un Ministerio de la Recreación, doctor Cáce-res?

    El señor PRESIDENTE.— Se ha planteadouna cuestión previa para mantener únicamenteel primer párrafo del artículo 18.°, con un solo

    cambio; en lugar de decir: "El Estado atiende pre-ferentemente [...]", debe quedar así: "El Estadoprocura preferentemente [...]".

    Pregunto al doctor Chirinos si, en lugar de "ElEstado [...]", aceptaría que en su propuesta sedijera "La sociedad [...]", porque debemos comen-zar a entender que las responsabilidades socia-les no son solamente del Estado, sino de la co-munidad en general.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— La aceptoperfectamente, señor, porque esos deberes alcan-zan a la sociedad, que somos todos; no al Estado,que es la maquinaria burocrática.

    El señor PRESIDENTE.— En consecuencia,la propuesta, como cuestión previa, es la siguien-te: "La sociedad procura preferentemente resol-ver las necesidades básicas de la persona y de sufamilia en materia de alimentación, vivienda yrecreación".

    Puede hacer uso de la palabra el doctor RógerCáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: Ante todo, tengoque expresar mi disconformidad con el sistemade las cuestiones previas, pues con su empleo nose está cumpliendo con el espíritu y la letra delacuerdo adoptado en el Pleno para que siguiéra-mos como guía el texto de la Constitución. Esdecir, primero se debe votar si el texto vigente semantiene; en caso de no aprobarse, se buscanalternativas.

    Se está dejando de lado el texto vigente con lafórmula de las cuestiones previas. Expreso midesacuerdo con esa conducción, que creo que vaa generar problemas más adelante.

    En segundo lugar, no estoy de acuerdo con lasideas que expresa el señor Chirinos. Él tuvo oca-sión de decir muchas de estas cosas —que ahoraseñala con tanta ira— cuando debatimos la Cons-titución de 1979, pero no lo hizo en ese entonces.

    Presidente, el señor Chirinos me pide una inte-rrupción.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Chirinos Soto.

    El señor CHIRINOS SOTO (R).— En primerlugar, usted no tiene el DIARIO DE LOS DEBATES a lamano, señor Cáceres. En segundo lugar, en 1979no había ocurrido el desastre de los pasados 12años, ni tampoco la hiperinflación. Tengo dere-cho a cambiar de opinión en atención a la reali-

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    dad, porque de lo contrario me sujetaría al pro-verbio según el cual "sólo Dios y los imbéciles nocambian".

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señorRóger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente, disculpe usted queme sonría ante las sugerencias y propuestas delseñor Chirinos, pero creo que la mentalidad delcolega no ha cambiado sustancialmente.

    Sin embargo, ocurre algo muy importante: ni laConstitución ni la ley son fundamentales cuandose trata de hacer obra de bien y buen gobierno,tanto así que él ha dicho que el señor Belaúnde,sin necesidad de este dispositivo constitucional,hizo obra en el sector vivienda, lo cual demuestraque cuando hay buena intención y se desea hacerun buen gobierno la ley puede ser adjetiva.

    Creo que este artículo debe mantenerse dentrode la Constitución, con una redacción distinta queme permito sugerir.

    No debe decir: "El Estado atiende". Evidentemen-te, en eso le doy la razón al doctor Chirinos, puesesa aspiración es excesiva. Pero el Estado es elque debe promover y no la sociedad, sino seríaun concepto vacío y deletéreo. Entonces, la re-dacción sería la siguiente: "Es responsabilidad delEstado promover preferentemente la atención delas necesidades básicas de la persona y de su fa-milia en materia de alimentación, vivienda y re-creación".

    Podríamos constreñirnos solamente a la vivien-da, pero en este caso se necesita incluir la ali-mentación, dado que en el artículo precedentese aprobó la fórmula del doctor Chirinos que eli-minó a la alimentación como preocupación fun-damental del Estado. Por lo menos en este artícu-lo, recurrentemente, debemos mantenerla.

    Por otro lado, creo que en el segundo párrafo debedecirse: "La ley regula la utilización del territo-rio para fines urbanos, de acuerdo al bien comúny con la participación de la comunidad, caute-lando la preservación prioritaria de las áreas quecorresponden a la producción agraria intensiva".

    En el tercer párrafo debe hacerse la siguiente co-rrección: "El Estado promueve la ejecución deprogramas públicos y privados de urbanizacióny de vivienda, cautelando el derecho de la fami-lia a contar con una vivienda decorosa". Es aquídonde recupero el dispositivo que estaba ubica-do erróneamente en el capítulo anterior, que tra-taba de la familia.

    El cuarto párrafo me parece instrumental, es de-cir, son los instrumentos de los que el Estado pue-de valerse para los fines antes señalados. Creoque puede ser perfectamente eliminado.

    Si se van a hacer correcciones en otros aspectosde la Constitución en los que realmente había ex-cesos, mal haría la mayoría en eliminar estos al-cances de carácter social. El hecho de que no nosconectemos con la opinión pública del país no nospermite percatarnos que este Congreso Constitu-yente está siendo rápidamente desprestigiado y,por tanto, terminaremos con un descrédito totalcuando entreguemos una Carta Política que haeliminado los alcances sociales de la actual Cons-titución. Lo digo con plena conciencia. Esto lo sabebien el señor Pease —que estuvo de viaje por elnorte del país— y otros parlamentarios que tie-nen la suerte de viajar. En cambio, nosotros esta-mos presos en Lima, trabajando incluso los vier-nes hasta avanzadas horas de la noche y desde lasprimeras horas del lunes, lo que no nos permitepercatarnos de este descrédito.

    Hacemos muy mal, señor, porque en el balancefinal que hará el electorado quizá tendrá muchopeso el que se diga que esta Constitución ha sidotan reaccionaria que merece el voto en contra dela ciudadanía.

    Señor Presidente, me ratifico en la necesidad deque pulamos los excesos y cuestiones innecesa-rias la Constitución, pero de ninguna manerapodemos ir, como el péndulo, de una Constitu-ción con mentalidad excesivamente paternalistaa una Carta con una mentalidad absolutamentereaccionaria y conservadora. Éste sería un graveerror de la mayoría parlamentaria en el que vamosa incurrir si no nos quedamos donde debemos es-tar: en el justo medio, para cautelar que lo justodebe estar presente en la Constitución, mas nolos excesos.

    El señor PRESIDENTE.— Puede hacer usode la palabra el señor Joy Way.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Se-ñor Presidente: Nuevamente, manifiesto mi co-incidencia con el doctor Chirinos, creo que lafórmula presentada con su sugerencia adicionales la que quedaría como primer y único párrafo.El resto de los párrafos, definitivamente, estádentro de las categorías que hemos venido califi-cando como intervencionistas, asistencialistas, lasque, si son juzgadas por la experiencia, sólo hansignificado apoyo para sustentar leyes o accionespopulistas.

    Yo también le consultaría al doctor Róger Cáceressi la inclusión de este texto en la actual Consti-

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    tución —y creo que también había sido recogidoen la Constitución de 1933— ha significado unamejora social.

    Creo que, por el contrario, estos textos han ser-vido simplemente para que, so pretexto del apo-yo social, grandes grupos obtengan beneficios acosta del Estado. Debemos recoger estas leccio-nes como parte de la enseñanza y de la experien-cia.

    Tratemos de enmendar y evitemos dejar en laConstitución esas anclas a las que, con muchahabilidad, las autoridades de turno se puedenacoger para disponer de leyes y proyectos quepersigan, definitivamente, cualquier objetivo,menos para el que están concebidos.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Una interrupción breve, con su ve-nia, señor Presidente.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— El gobierno del señor Alan García hu-biera llegado a los extremos a los que llegó conesta Constitución o sin ella. Quizás en algo le fa-cilitó el texto vigente de la Constitución para lle-gar a los extremos que se le atribuyen a su go-bierno, pero fue fundamentalmente por su men-talidad política. ¿Influyó mucho la Constituciónactualmente vigente? Reconozco que sí. Por esohay que pulir los excesos de la Carta Política, perono eliminar lo bueno.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Ysisola Farfán.

    El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).—Señor Presidente: Estoy de acuerdo con el pri-mer párrafo. Yo trataría de incluir el siguientepárrafo, que diría: "El Estado promueve, apoya yestimula la atención integral de estas necesida-des básicas a través de organismos públicos yprivados". Con esto complementaríamos el pri-mer párrafo. El resto de párrafos desapareceríade este artículo.

    El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra elseñor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: Es verdad que este artículoestá mal elaborado, porque, como lo han señala-do los colegas que me han antecedido, tiene de-masiados elementos y algunos son realmente im-procedentes, como la mención a una exoneracióntributaria; pero restringirlo, de la forma que su-

    giere algún congresista, puede ser demasiado. Yoconcordaría con la propuesta que ha hecho eldoctor Chirinos Soto, pero le añadiría la promo-ción de la autoconstrucción y de los programasde vivienda en general o alquiler-venta.

    Pero aun así no estaría resuelto el problema. Nosé si los señores congresistas se han percatadode que este artículo es el único de la Constitu-ción en el que se habla del suelo urbano. Hoy elproblema tiene una dimensión más genérica. Lasconstituciones modernas ya no mencionan el sue-lo urbano, sino la integridad del espacio público,que comprende el suelo y los aires, y se dice quela utilización del espacio debe hacerse en fun-ción al interés común. Como expliqué hace diezminutos, lo referente al medio ambiente, a la pazinternacional, a la defensa del consumidor —portanto, al control de la calidad— y al espacio tie-nen que ver con los llamados derechos de terce-ra generación o derechos colectivos.

    Entonces, en realidad no hemos perdido la espe-ranza de que haya un pequeño capítulo de dere-chos colectivos —situado al final— que reúnaestos cuatro o cinco principios. Por eso, no tengoinconveniente en eliminar de este artículo el con-cepto de la utilización del suelo urbano, con car-go a que después sea considerado dentro de losderechos colectivos. Sin embargo, me parece quees importante destacar con esta frase —u otraparcial, como la que puede haber dicho GuillermoYsisola, o la que tengan a bien proponer los con-gresistas— el apoyo que el Estado tiene que darpara promover la autoconstrucción y los progra-mas de vivienda, y eliminar el texto restante.

    Alguien preguntaba hace un momento: ¿Cómose hace para que el Estado promueva? El asuntono es tan complicado. El Estado, por ejemplo, tie-ne terrenos eriazos que son de su propiedad yque no utiliza. Cuando el Estado promueve, cedeesos terrenos para programas de vivienda. ElEstado siempre ha tratado de hacer promoción,a veces con resultados buenos y a veces malos.

    La promoción no es una utopía ni tiene que vercon un lenguaje fantasmal, carente de toda rela-ción con la realidad, sino es la tarea del Estadopor la cual empuja a determinados sectores u ac-tividades en favor de la sociedad. En ese sentido,en el Perú hay una necesidad de que el Estadorealica esta tarea.

    Recuerdo, señor Presidente, por ejemplo, que elEstado tiene un centro de investigaciones, y hacedos años se inició en la Pontificia UniversidadCatólica del Perú un trabajo sobre el adobe, cu-yos resultados fueron satisfactorios.

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    El señor PRESIDENTE.— Señor Ferrero Cos-ta, tiene un minuto adicional.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Gracias.

    En esa investigación se demostró que el adobemejorado puede ser una revolución en la cons-trucción de viviendas en el Ande y particular-mente en la costa. En el Ande no se usa el adobepor el problema de la lluvia, pero en la costa sí.Este adobe mejorado puede ser incluso utilizadoen construcciones de más de dos metros de altu-ra. Cuando el Estado da dinero para esa investi-gación, promueve todo aquello que tiene que vercon la construcción.

    Entonces, la palabra promoción no es algo eté-reo o imposible de ser asido.

    Señor Presidente, el colega Joy Way me pide unainterrupción.

    El señor PRESIDENTE.— Concedida la inte-rrupción, señor Joy Way.

    El señor JOY WAY ROJAS (NM-C90).— Jus-tamente, usted mezcló dos aspectos: lo que yoentendía más con el término promoción y tam-bién lo dicho en el primer ejemplo, que hablabade la cesión de un terreno para que se construyaviviendas. Eso es un subsidio del Estado, unacesión a título gratuito. Esto es lo que queremoseliminar, porque empezaría la discriminacióncuando se determina a quién se regala.

    El señor PRESIDENTE.— Continúe, señorFerrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Con ese criterio, señor Presidente, habría queregresar a Villa El Salvador y botar a todos lospobladores al mar, porque ellos llegaron a esastierras y se apropiaron de ellas considerando queera su única manera de sobrevivir. Ante esa si-tuación, el Estado les dijo: "Quédense allí", por-que no hay otra manera de procurar que este paístenga un mínimo de conflicto social.

    Ésa es la realidad, señor Presidente.

    El señor PRESIDENTE.— Se ha vencido sutiempo, doctor Ferrero.

    Tiene la palabra el señor Pease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— SeñorPresidente: Una vez más, en el debate se expre-sa una posición que bien hacen los norteameri-canos en llamar neoconservadora, porque no tie-

    ne ni siquiera los elementos de la ideologíaneoliberal.

    Efectivamente, en América Latina la denomina-mos más bien neoliberal, pero el liberalismo enla historia siempre tuvo mayores elementos po-sitivos en relación con el acceso a derechos.

    En cambio, la ideología neoconservadora ha sidosiempre aquella que, en nombre de una formali-dad de la igualdad, cierra los ojos y no quiere verque la realidad es brutalmente desigual. No de-sea observar que en el Perú los pueblos han cons-truido su espacio a partir de conceptos que estaConstitución simplemente ha reconocido, comoen el caso del suelo urbano. No quiere mirar quese necesita una acción promotora en materia deurbanización, alimentación y recreación, es sim-plemente esperar a que todo sea resuelto por elmercado. Lo cierto es que la mayor parte de losperuanos no tiene acceso a una vivienda ni a unamínima alimentación, y es muy relativo que lotenga con respecto a la recreación.

    En todo caso, estoy de acuerdo con la propuestadel doctor Cáceres, con la diferencia de que, enmi criterio, lo único que se puede eliminar delúltimo párrafo —simplemente porque es mate-ria de la ley— es lo referente a alicientes y exo-neraciones tributarias. Lo importante es que seapoye y se estimule.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Una interrupción, señor Pease.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Con todogusto, señor Cáceres.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Justamente, he propuesto que el ar-tículo termine con el tercer párrafo, diciendo: "ElEstado promueve la difusión de programas pú-blicos y privados de urbanización de vivienda,cautelando el derecho de la familia a poseer unavivienda decorosa". Que se elimine el cuarto pá-rrafo en su totalidad, porque es instrumental.

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señorPease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Lo queconsidero instrumental es la última parte delcuarto párrafo, porque la manera de promover,de apoyar o de estimular, no es únicamente me-diante las exoneraciones tributarias, que a vecespueden tener efectos contraproducentes.

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    En todo caso, lo que se señala en ese párrafo essimplemente que se estimula a las cooperativas,mutuales y en general a las instituciones de cré-dito hipotecario para vivienda y los programasde autoconstrucción y alquiler-venta.

    El señor Ferrero me solicita una interrupción,con su venia, Presidente.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Ferrero Costa.

    El señor FERRERO COSTA (NM-C90).—Señor Presidente: Omití mencionar la preocu-pación de un congresista para incluir, en lugardel término el Estado, la sociedad.

    Debo señalar que constitucionalmente el térmi-no exigibilidad corresponde al Estado; además,lo que se emplea en todas partes es la expresiónel Estado y no la sociedad. La sociedad es unanoción sociológica y no dos personas concretas.

    En toda nuestra Constitución, cuando se señalaalgo que se puede exigir a alguien, se refiere alEstado, no a la sociedad. Cuando uno quiere exi-girle algo al Estado, sabe donde tocar la puerta.Sin embargo, si alguien quiere exigir algo a lasociedad, ¿ante quién reclama?

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Pero éstano es su intervención, señor Ferrero, pida la pa-labra.

    Señor Presidente, el colega Cáceres me pide unainterrupción.

    El señor PRESIDENTE.— Puede interrum-pir, señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Señor Presidente: Me alegro que elseñor Ferrero coincida con mi repugnancia ins-tintiva a utilizar el término gaseoso y evasivo desociedad. Creo que hay que personificar la res-ponsabilidad en el Estado, ya que es él quien con-duce y gerencia el bien común y la sociedad.

    Por otro lado, quisiera decirle al señor Pease quetodo el último párrafo es instrumental, porqueahora existen cooperativas y mutuales, pero esta-mos yendo a nuevas formas asociativas, como sonlos fondos mutuos, formación de fondos específi-cos de ahorros para estos fines, etcétera. ¿Paraqué constreñirnos a una sola modalidad? En talsentido, es preferible eliminar el último párrafo ydejar la parte que dice: "[...] programas públicos yprivados", que contiene todo el concepto.

    El señor PRESIDENTE.— Prosiga, señorPease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Fondosmutuos o mutuales es lo mismo. Es muy impor-tante rescatar el apoyo a entidades que estánmás cerca de la capacidad del pueblo que losgrandes bancos. Este artículo no es restrictivo ypor eso es fundamental que tenga nivel consti-tucional. Por tanto, lo único que sugiero es queel último párrafo termine en la expresión "al-quiler-venta".

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— Permítame una última interrupción,señor Presidente.

    El señor PRESIDENTE.— Le quedan treintasegundos al doctor Pease García, pero puede in-terrumpir, señor Róger Cáceres.

    El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger(FNTC).— En este momento la ciudadanía tie-ne una repugnancia generalizada por las mutua-les y por las cooperativas, precisamente por laquiebra generalizada de éstas.

    El señor PRESIDENTE.— Continúe, señorPease García.

    El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Me cons-ta que existe una crítica muy fuerte a quieneshan hecho malos manejos en estas entidades, perotambién hay una expresión de nuevas formas decooperativas que están en actividad y que sim-plemente usan la misma noción. El cooperativis-mo tiene un rol que no ha caducado por el hechode que algunas hayan sido mal promovidas porel Estado y peor usadas por sus administrado-res.

    Termino con la observación siguiente, ya que seha hecho referencia al aspecto sociológico.

    El concepto de sociedad es muy rico y amplio,pero sirve muy poco usarlo en una norma consti-tucional porque tiene su referente en el Estado.La sociedad, en este caso, se expresa en el Esta-do. La Constitución establece lo que la sociedadaspira como Estado: qué Estado busca. Por tan-to, la referencia final siempre tiene que ser alEstado.

    El señor PRESIDENTE.— Puede hacer usode la palabra la doctora Martha Chávez.

    La señora CHÁVEZ COSSÍO (NM-C90).—Señor Presidente: Hago una invocación, funda-mentalmente a mi vecino y compañero de banca-da Carlos Ferrero, para que no se utilicen expre-siones que son un poco efectistas y que, además,pueden poner en situación incómoda a las posi-ciones de los demás miembros de la Comisión.

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    Por ejemplo, cuando se dice que tendríamos quearrojar a los pobladores de V