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DOCUMENTOS DE TRABAJO Política Pública para Pueblos Rurales 2007-2012 558 Julio Meneses Cazares. Agosto de 2014

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DOCUMENTOS

DE TRABAJO

Política Pública para Pueblos Rurales

2007-2012 558

Julio Meneses Cazares.

Agosto de 2014

Política Pública para Pueblos Rurales 2007-2012

Julio Meneses Cazares.*

Agosto 2014

Fundación Rafael Preciado Hernández A.C.

Documento de Trabajo No. 558

Clasificación temática: Política Publica

RESUMEN

Un resultado trascendente de esta investigación es que la política indigenista instrumentada en la

segunda mitad del siglo XX impuso una visión de desarrollo que lejos de revertir los rezagos

históricos de la población indígena, vulneró su identidad cultural. Contrariamente, el enfoque de

tratar a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos y no objetos de su desarrollo es un

acierto de las administraciones panistas.

*Correo electrónico: [email protected] Las opiniones contenidas en este documento corresponden exclusivamente

al autor y no representan necesariamente el punto de vista de la Fundación Rafael Preciado Hernández A.C.

Índice**

I. INTRODUCCIÓN. ......................................................................................................... 4

II. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN. .......................................................... 6

III. OBJETIVOS. ............................................................................................................... 8

IV. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA. ................................. 9

V. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA. .................................. 10

VI. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS. ......................................................................... 14

VII. PRUEBAS EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LA HIPÓTESIS. ...................... 15

VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. ................................................... 24

IX. BIBLIOGRAFÍA. ...................................................................................................... 26

**

La estructura de este documento de trabajo se ajusta a los requerimientos establecidos en el punto 2.3 del Reglamento para el

Financiamiento Público de las Actividades Específicas que realicen los Partidos Políticos Nacionales como entidades de Interés Público

del Instituto Federal Electoral vigente a partir de octubre de 2005.

4

I. INTRODUCCIÓN.

México se reconoce como un país multicultural conformado por 68 pueblos indígenas, los

cuales dan origen a una diversidad que se caracteriza por el uso de lenguas originarias (68

lenguas y 364 variantes lingüísticas), sentido de pertenencia a una comunidad, cosmovisión

e identidades culturales diversas y sistemas sociales y económicos propios de acuerdo con

sus usos y costumbres.

De acuerdo con los datos del Censo de Población y Vivienda 2010, en el país hay 11.1

millones de personas que viven en un hogar indígena. Sin embargo, cuando se considera el

criterio de la autoadscripción el número aumenta a 15.7 millones de personas que se

consideran indígenas, lo que representa el 14 % de la población total del país, lo que refleja

la enorme dimensión demográfica.

Una realidad lacerante es que a pesar de los esfuerzos gubernamentales, la población

indígena de México continúa viviendo en condiciones de pobreza, marginación,

desigualdad y exclusión. Su condición de vulnerabilidad les hace padecer las mayores

carencias y rezagos en materia de bienestar y acceso a servicios básicos. Por si fuera poco,

desde cualquier abordaje conceptual, como lo ha señalado el CONEVAL, la población

indígena se encuentra en mayor precariedad que las personas no indígenas.

La Constitución consagra los derechos de los pueblos indígenas y establece que la

Federación, los estados y los municipios, para promover la igualdad de oportunidades y

eliminar cualquier práctica discriminatoria, establecerán las instituciones y determinarán las

políticas necesarias para garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas y el

desarrollo integral de sus pueblos y comunidades, las cuales deberán ser diseñadas y

operadas conjuntamente con ellos.

Este precepto constitucional es lo que motiva la realización del presente documento de

trabajo, focalizando su alcance a la esfera federal durante el periodo 2000-2012.

Concretamente el objetivo de este documento de trabajo es demostrar la importancia que

5

tuvo el tema indígena en las administraciones de los Presidentes Vicente Fox Quesada y

Felipe Calderón Hinojosa.

Asimismo, esta investigación dimensiona la importancia y pone en perspectiva los logros

alcanzados en materia indígena, resalta la transición del paradigma de la política pública

indigenista hacia la política pública indígena instrumentado por las administraciones

panistas y desataca la importancia de las reformas hechas al marco jurídico en la materia y

los cambios en la estructura orgánica de las instituciones encargadas de la atención de los

pueblos y comunidades indígenas −creación de la Comisión Nacional para el desarrollo de

los Pueblos Indígenas (CDI) y el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI)−.

Una evidencia irrefutable es que ante las condiciones de vulnerabilidad de la población

indígena, las administraciones panistas dan cuenta de la sensibilidad, responsabilidad y

solidaridad con la que se actuó en la atención a los múltiples problemas de los pueblos y

comunidades indígenas, registrando avances significativos en su bienestar, en sus derechos

humanos y en la revaloración de sus respectivas identidades culturales. Sin lugar a dudas, lo

hecho en estos doce años marca un punto de inflexión en el enfoque y actuar del Estado

mexicano para sentar las bases y propiciar el desarrollo de los indígenas.

Un resultado trascendente de esta investigación es que la política indigenista instrumentada

en la segunda mitad del siglo XX impuso una visión de desarrollo que lejos de revertir los

rezagos históricos de la población indígena, vulneró su identidad cultural. Contrariamente,

el enfoque de tratar a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos y no objetos de su

desarrollo es un acierto de las administraciones panistas.

En este sentido, la instrumentación del Modelo de Desarrollo con Identidad, que orientó el

actuar de la CDI, parte de la idea de que la población indígena tiene derecho a construir su

desarrollo y a mejorar sus condiciones de vida conforme a la identidad y cosmovisión de

cada pueblo, en donde su participación es fundamental para diseñar y operar el quehacer

gubernamental.

6

II. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.

En las administraciones de los Presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón

Hinojosa la atención a los pueblos y comunidades indígenas fue un tema sustantivo de sus

respectivas agendas nacionales, reflejándose en una positiva evolución del marco legal y de

la estructura institucional del país, así como en la implementación de un conjunto de

políticas públicas, programas y acciones de gobierno dirigidos al desarrollo de la población

indígena.

Prueba de lo anterior fueron los alcances en la estructura orgánica y los nombramientos de

los servidores públicos que encabezarían el reto de la atención de los pueblos indígenas:

El Presidente Vicente Fox creó la Oficina de Representación para el Desarrollo de

los Pueblos Indígenas que dependía directamente de la Presidencia de la República,

encabezada por Xóchitl Gálvez Ruiz, que a la postre, junto con el otrora Instituto

Nacional Indigenista, impulsaron la reforma constitucional en materia indígena del

2001 y, posteriormente, la creación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de

los Pueblos Indígenas en 2003.

Por su parte, el Presidente Felipe Calderón, como lo reconoce y lo plasma en su

libro Los retos que enfrentamos, nombró al frente de la Comisión Nacional para el

Desarrollo de los Pueblos Indígenas a Luis H. Álvarez, “uno de los mexicanos más

importantes en la historia política del México contemporáneo, uno de los

constructores fundamentales de nuestra democracia y férreamente comprometido

con los pueblos y comunidades indígenas”. Posteriormente, en 2009 le sucedió

Xavier Abreu Sierra como director general de la Comisión, destacándose por su

claridad de miras y por instrumentar el Modelo de Desarrollo con Identidad.

El estudio y análisis de la política pública indígena en el periodo 2000-2012 es un ejercicio

académico de bastante utilidad que sirve para poner en perspectiva la efectividad de la

acción gubernamental en la materia, de forma que pueda ser aprovechada para comprender

7

las razones y las causas que llevaron a las distintas tomas de decisión, para elaborar

diagnósticos más precisos y estudios prospectivos más profundos, para construir una

política pública más robusta y para ser insumo de un debate público informado, entre

muchas otras.

Asimismo, el estudio y análisis académico del desarrollo de los pueblos y comunidades

indígenas siempre será una prioridad y tendrá justificación plena por el simple hecho de que

son los mexicanos que lamentablemente viven en las condiciones más desfavorables del

país y los que requieren de las oportunidades que proporciona el Estado para salir de la

marginación y del rezago en que se encuentran; consecuentemente, la actuación solidaria y

responsable de la academia es indispensable para generar soluciones viables y efectivas

para la atención de la población indígena.

8

III. OBJETIVOS.

El objetivo general de esta investigación es mostrar los resultados más sobresalientes en la

atención a los pueblos y comunidades indígenas durante las administraciones presidenciales

panistas.

Los objetivos particulares que persigue este documento de trabajo son:

Dimensionar la importancia y poner en perspectiva los logros alcanzados en materia

indígena en el periodo 2000-2012.

Resaltar la transición del paradigma de la política indigenista hacia la política

pública indígena instrumentado por las administraciones panistas.

Desatacar la importancia de las reformas hechas al marco jurídico en la materia y

los cambios en la estructura orgánica de las instituciones encargadas de la atención

de los pueblos y comunidades indígenas.

9

IV. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA.

El planteamiento de esta investigación es el de argumentar que en las administraciones de

los Presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa se realizó un cambio

significativo en la forma de entender la política pública en materia indígena. Se gestaron las

condiciones necesarias para impulsar con el Poder Legislativo una reforma constitucional

en materia indígena y otros cambios importantes en el marco jurídico, además se efectuó

una reestructura orgánica que permitió la creación y modernización de las instituciones que

atienden a la población referida y se emprendió una política pública coherente con la

realidad que viven y respetuosa y pertinente con la identidad y cultura indígena.

De la misma manera de cómo se planteó en Meneses (2012), esta investigación de trabajo

comparte la visión de desarrollo planteada por el PNUD (2011), en el sentido de que la

erradicación de la pobreza, el rezago y la marginación pasa por un proceso en el que se

deben ampliar las libertades humanas. Comparte igualmente el fundamento de que la

integración nacional no radica en la noción de homogeneidad, sino en la aceptación de la

diversidad como característica inherente de la sociedad. En este tenor, suscribe la idea de

que la única homogeneidad que debe buscarse es la igualdad de oportunidades y de

derechos humanos.

En la comprobación de la hipótesis, la presente investigación utiliza información estadística

descriptiva para dar cuenta de la efectividad de la política pública según el mejoramiento en

la calidad de vida de la población indígena. A su vez, se apoya de un conjunto de hechos y

acciones que modificaron el orden jurídico e institucional para determinar la incidencia en

la población objetivo a estudiar. Como se ha señalado, el periodo a estudiar es el 2000-

2012.

10

V. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA.

El marco teórico de esta investigación gira en torno a los conceptos de Buen Vivir,

indigenismo y política pública indígena; diferencias conceptuales importantes para

entender el enfoque de cada una de ellas en la perspectiva de la población indígena y tener

las referencias adecuadas para percibir la valía de la orientación de la política pública en la

materia que instrumentaron los gobiernos panistas. También resulta importante considerar

como referencia los principales preceptos jurídicos que guían la acción gubernamental.

Buen Vivir o Vivir Bien.

De acuerdo con Fischer y Fasol (2013) la expresión Buen Vivir o Vivir Bien corresponde a

una interpretación de un concepto existencial que prácticamente todos los pueblos

indígenas de América Latina y el Caribe comparten y tienen arraigado en su cosmovisión; y

que a los ojos de la cultura occidental puede ser difícil su comprensión y asimilación.

El Buen Vivir es, ante todo, una mirada constructiva hacia el futuro.

Desde esta perspectiva, Fischer y Fasol señalan que el paradigma del Buen Vivir puede

entenderse como una reacción al modelo de desarrollo convencional, el mismo que conduce

“a erradicar la pobreza y el subdesarrollo destruyendo la naturaleza en nombre del

progreso”, a siempre desear más sin considerar los daños colaterales ambientales y sociales,

a no respetar los valores y creencias de los demás. Por ello, nos dicen los autores citados,

no debe sorprender el rechazo de los pueblos indígenas a cierta acción gubernamental

cuando ésta violenta su dimensión cultural.

En este tenor, Fischer y Fasol señalan que contrario a este mal desarrollo, el Buen Vivir

actúa sobre los valores sociales y ambientales, para un futuro más prometedor y más

armonioso; un modo de vida orientado a la “preservación de una tierra viable para todos y

cuyos recursos sean repartidos de manera más equitativa”. Esto es posible gracias a que los

11

pueblos indígenas tienen una organización de base comunitaria y poseen los valores de

solidaridad, reciprocidad y complementariedad.

Indigenismo, política indigenista y política pública indígena.

Para explicar el concepto de indigenismo, Zolla y Zolla Márquez (2011) señalan que una

definición utilizada recurrentemente es la que plasmó el antropólogo Gonzalo Aguirre

Beltrán la cual señala que es “la política aplicada hacia la población indígena por los no

indígenas”.

Agregan que el indigenismo ha cumplido un papel relevante en la elaboración de la

“ideología política utilizada por el poder estatal en la legitimación del Estado

posrevolucionario y en la elaboración de un imaginario social con el que se pretendía dotar

de una identidad común a los habitantes de país”. Asimismo, puede ser considerado como

una “corriente de pensamiento identificable como el pensamiento nacionalista, que orientó

el discurso del Estado desde los años veinte hasta principios de los ochenta”.

Para ilustrar la diferencia entre políticas públicas indigenistas y políticas públicas

indígenas, cito lo dicho por el extitular de la CDI, Xavier Abreu, en la presentación de la

Memoria Documental de la CDI (2012):

“Se decía que la CDI debía dejar de hacer políticas públicas indigenistas para

hacer políticas públicas indígenas; es decir, debíamos hacer políticas en las que

fuera la propia población indígena la que determinara la velocidad y la dirección

de los cambios que requerían para lograr un buen vivir, que correspondiera con

sus creencias y valores”.

Marco legal.

El artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que la

Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos

12

indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio

actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones

sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.

Ese mismo precepto constitucional establece que son comunidades integrantes de un pueblo

indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un

territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.

Reconoce el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación siempre que

aseguren la unidad nacional para decidir sus formas de convivencia y organización social,

económica, política y cultural, así como los derechos al autogobierno, a elegir a sus

autoridades, a aplicar sus propios sistemas normativos, a preservar y enriquecer su cultura e

identidad, a la tierra y a sus recursos naturales y a acceder plenamente a la jurisdicción del

Estado.

Para abatir las carencias y rezagos que afectan a los pueblos y comunidades indígenas, la

Constitución mandata que dichas autoridades, tienen la obligación de impulsar el desarrollo

regional de las zonas indígenas con el propósito de fortalecer las economías locales y

mejorar las condiciones de vida de sus pueblos, mediante acciones coordinadas entre los

tres órdenes de gobierno, con la participación de las comunidades.

Por su parte, la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169

de la Organización Internacional del Trabajo constituyen otro pilar jurídico fundamental

para garantizar los derechos de los indígenas en México, en virtud de que el artículo

primero de la Carta Magna señala que todas la personas gozarán de los derechos humanos

reconocidos en la Constitución y en los tratados internaciones que el Estado Mexicano haya

suscrito.

La Declaración de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas establece que los pueblos

indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho pueden

determinar libremente su condición política y perseguir libremente su desarrollo

económico, social y cultural. Además, los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y

13

reforzar sus propias características políticas, económicas, sociales y culturales, así como sus

sistemas jurídicos; al mismo tiempo que tienen derecho a participar plenamente, si lo

desean, en todos los niveles de adopción de decisiones que afecten a sus derechos, vidas y

destinos.

El Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes

establece que los pueblos indígenas interesados deberán tener el derecho de decidir sus

propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte

a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o

utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo

económico, social y cultural. Asimismo, dichos pueblos deberán participar en la

formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y

regional susceptibles de afectarles directamente.

14

VI. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS.

Esta investigación pretende demostrar que las administraciones de los Presidentes Vicente

Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa fueron sensibles en la atención a los múltiples

problemas de los pueblos y comunidades indígenas, registrando avances significativos en

su bienestar, en sus derechos humanos y en la revaloración de sus respectivas identidades

culturales.

En el periodo 2000-2012 la acción gubernamental en torno a los pueblos y comunidades

indígenas se caracterizó por un profundo respeto a la identidad cultural y por un

compromiso con su desarrollo, de tal suerte que las políticas públicas y programas sociales

privilegiaron la planeación participativa, la capacidad de formular una visión de su entorno

con perspectiva de largo plazo, el derecho a la consulta, la autogestión y la

corresponsabilidad.

En este tenor el presente documento de trabajo plantea las siguientes hipótesis:

Las administraciones panistas impulsaron significativas reformas al marco jurídico

nacional en materia de derechos indígenas en concordancia con los instrumentos

jurídicos internacionales; y realizaron cambios a la estructura orgánica de las

instituciones del Estado mexicano para hacer más eficaz la atención a la población

indígena.

Los programas sociales y las acciones de gobierno aplicados en el periodo arriba

referido incidieron positivamente en el bienestar y calidad de vida de la población

indígena mexicana.

15

VII. PRUEBAS EMPÍRICAS O CUALITATIVAS DE LA

HIPÓTESIS.

Reformas al marco jurídico y a la estructura orgánica de las instituciones del Estado

mexicano para hacer más eficaz la atención a la población indígena.

Se puede establecer que la primera institución pública creada para la atención del tema

indígena, fue el Instituto Nacional Indigenista (INI), cuya Ley de creación se publicó en el

Diario Oficial de la Federación, el 4 de diciembre de 1948. Durante las décadas de 1940 a

1970, el INI guió su quehacer institucional bajo el objetivo de que era necesario integrar a

los indígenas a la cultura nacional, lo que se conoce como enfoque “integracionista”, en el

cual se consideraba que lo deseable era que la población indígena asimilara los patrones

culturales nacionales en detrimento de la cultura de los pueblos y comunidades indígenas.

En este sentido, el objetivo en estos años fue “inducir el cambio cultural de las

comunidades y promover el desarrollo e integración en las regiones interculturales a la vida

económica, social y política de la nación”1.

A partir de 1970 y hasta 1982, se derivaron una serie de políticas encaminadas al desarrollo

de las regiones indígenas, en la cual ya no se expresaba abiertamente la aculturación, y se

asumía que la población indígena tiene derecho a preservar su identidad étnica, pero de

forma velada se establecía que el desarrollo económico regional debía acelerarse en estas

regiones, a fin de que la población indígena “participara en la producción y con ello lograra

participar en la vida nacional”2. Sobre todo, al final de este periodo, se asumía que la

población indígena habitaba en zonas deprimidas, por lo que era indispensable que ellos

participaran en la construcción de las propuestas de desarrollo, aunque se hacía énfasis en

1 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Instituto Nacional Indigenista - Comisión

Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 1948-2012. P. 7. México. 2012.

2 Ibíd. P. 11.

16

que se debería lograr el equilibrio entre el acceso a la modernidad económica y el respeto a

la diversidad cultural.

Consecuencia de lo anterior, fue la creación de programas encaminados al impulso

económico de las regiones indígenas mediante fuertes inversiones en proyectos

supuestamente detonadores de empleo, los cuales, no lograron la apropiación por parte de

la población indígena, la cual era un tanto ajena a sus capacidades y posibilidades de

asimilación.

Durante las administraciones que van de 1983 a 1994, la política indígena establece que

“México es un país plural en lo étnico, en lo cultural y en lo ideológico, por lo que se debe

encontrar el equilibrio integrador entre el acceso a la modernidad económica, el respeto a la

diversidad social y el fortalecimiento de la unidad nacional”3, por lo que se establece como

objetivo del INI el lograr la integración de los indígenas al desarrollo, con respeto a su

identidad cultural y con su participación, y la corrección de la desigualdad que lo frena o

inhibe.

Debido a los sucesos político sociales ocurridos en Chiapas en 1994, la política en materia

indígena de 1995 al año 2000, estuvo caracterizada, en el discurso, por los principios de que

los indígenas de México deben reconocerse y ser reconocidos en la Constitución, por lo que

el objetivo institucional del INI fue “impulsar una nueva relación entre el estado y los

pueblos indígenas y una reforma constitucional, legal y programática”4.

No fue sino hasta la administración del Presidente Vicente Fox, en la primera mitad de su

gestión, que se trabajó de manera intensa para que los derechos de los pueblos y las

comunidades indígenas de México fueran reconocidos en la Constitución y en las leyes del

país, por lo que el objetivo del INI fue impulsar una reforma constitucional en materia

indígena y la creación de una institución federal capaz de impulsar la transversalidad de la

3 Ibíd. P. 21.

4 Ibíd. P. 31.

17

acción pública y el respeto a los derechos indígenas. De lo anterior, desde 2001 se impulsó,

en coordinación con la Oficina de Representación para el Desarrollo de los Pueblos

Indígenas de la Presidencia de la República (ORDPI), la reforma constitucional en materia

indígena.

Resultado de este esfuerzo, fue la publicación el 5 de julio de 2003 del decreto por el que se

expidió la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)

y se abrogó la Ley de creación del Instituto Nacional Indigenista, con lo cual inició el

proceso de construcción de esta nueva institución, a partir de la personalidad jurídica, el

patrimonio y el personal del INI, con atribuciones para la coordinación y la evaluación de la

acción pública que beneficia a pueblos y comunidades indígenas.

En marzo de 2003 se publica la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos

Indígenas, con lo cual se reconoce a las lenguas indígenas como lenguas nacionales y

permite a los pueblos y comunidades indígenas conservar y desarrollar sus lenguas y

transitar hacia un país en el que se reconozca la pluriculturalidad sin discriminación

lingüística5.

Durante estos primeros años de la administración de Vicente Fox, en la Secretaría de

Desarrollo Social se creó el Programa para el desarrollo de los pueblos y las comunidades

indígenas, conocido como Fondo Indígena, para el desarrollo de infraestructura básica,

proyectos productivos y capacitación, y en 2003 se apoyó la creación de la Coordinación

General de Educación Intercultural y Bilingüe en la SEP y de la Coordinación de Salud y

Nutrición de los Pueblos Indígenas, en la Secretaría de Salud.

Una vez creada la CDI, durante el periodo de 2003 a 2006, se establece que el desarrollo

integral y sustentable de los pueblos y comunidades indígenas requiere de la acción

transversal de todas las instituciones, por lo que la CDI establece como su objetivo

5 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Una nueva relación: compromiso con los pueblos

indígenas. Fondo de Cultura Económica. México. 2005.

18

“orientar, coordinar, promover, apoyar, fomentar, dar seguimiento y evaluar los programas,

proyectos, estrategias y acciones públicas para el desarrollo integral y sustentable de los

pueblos y comunidades indígenas, de conformidad con el artículo 2° de la Constitución”6.

En este sentido, la acción institucional en materia indígena dejó de estar a cargo de una sola

dependencia, y se estableció que la CDI concentrara sus esfuerzos en la consolidación de la

nueva institucionalidad y en la promoción de la acción transversal de instituciones federales

y la coordinación con entidades federativas y municipios.

Asimismo, con la creación de la CDI, en 2003 se diseñó y puso en marcha un Sistema de

Consulta Indígena y se realizaron consultas sobre temas específicos. A esto, se agregó en

2004 la creación del Programa de Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos

Indígenas (PIBAI), el Programa Organización Productiva para Mujeres Indígenas (POPMI)

y Fortalecimiento de Capacidades Indígenas (FOCAI), a partir de los recursos que le eran

asignados al Fondo Indígena, operado por SEDESOL en 2002 y 2003.

Asimismo, en 2005, se diseñó y puso en marcha el Programa de Coordinación para el

Apoyo a la Producción Indígena (PROCAPI) en atención a la estrategia de transversalidad

de la institución con el propósito de ampliar la inversión pública en materia de desarrollo

económico y apoyar las iniciativas productivas de las comunidades indígenas.

Adicionalmente, la CDI creó dos proyectos para la prevención y atención de violencia

familiar y sexual y sus consecuencias en la salud de las mujeres indígenas.

Durante la administración del Presidente Felipe Calderón, se estableció que los indígenas

tienen derecho a vivir bien con su propia identidad y con pleno respeto a sus derechos, por

lo que el objetivo institucional fue “promover el Desarrollo con Identidad de los pueblos y

comunidades indígenas de México a partir del impulso al desarrollo humano sustentable, la

consulta y la participación como medios para definir políticas públicas, a la revaloración de

6 CDI 2012. Op. Cit. P. 39.

19

las culturas indígenas y el diálogo intercultural y el respeto y ejercicio de los derechos

indígenas y la armonización legislativa”7.

En el periodo 2000-2012 la acción gubernamental en torno a los pueblos indígenas se

caracterizó por un profundo respeto a la identidad cultural y un compromiso con su

desarrollo, de tal suerte que las políticas públicas y programas sociales privilegiaron la

planeación participativa, la capacidad de formular una visión de futuro, la consulta, la

autogestión y la corresponsabilidad.

En materia de consulta a los pueblos y comunidades indígenas, con la creación de la CDI

durante la administración del Presidente Vicente Fox, en 2003 se realizó a nivel nacional la

Consulta a los Pueblos Indígenas sobre sus Formas y Aspiraciones de Desarrollo, proceso

que involucró 96 eventos, con la participación de 4,269 integrantes de 59 pueblos indígenas

de 28 entidades federativas. Asimismo, en 2004 se inició un proceso importante de

participación indígena mediante la instalación del Consejo Consultivo que ha sesionado

regularmente hasta la fecha.

Entre 2007 y 2012 se renovó la representación indígena tres veces y se realizaron 24

sesiones conforme al programa de trabajo y 4 sesiones extraordinarias. Para 2012, el

Consejo Consultivo de la CDI ya se había consolidado como un órgano de consulta y

vinculación de la institución con los pueblos indígenas y la sociedad. Asimismo, en este

periodo se impulsaron trece consultas, en diversos temas que favorecieron el ejercicio del

derecho a participar y a ser consultados que la Constitución brinda a los pueblos y a las

comunidades indígenas.

Una de las más importantes aportaciones en materia indígena durante la administración del

Presidente Felipe Calderón, se dio en el 2009 con el inicio del “rediseño del modelo de

trabajo institucional para incorporar la planeación y la gestión participativa con enfoque

7 Ibíd. P. 43.

20

territorial como mecanismo para orientar la acción de los programas de la CDI y de otras

instituciones a un Desarrollo con Identidad”8, trabajo que se materializó en 2010 cuando los

Centros Coordinadores para el Desarrollo Indígena (CCDI) iniciaron los trabajos de

diagnóstico y planeación territorial participativa en las 23 entidades federativas.

Entre 2011 y 2012 se llevaron a cabo 155 ejercicios de planeación microrregional, en los

que se trabajó con 812 comunidades indígenas que comprendieron 3,054 localidades de 231

municipios. En estas microrregiones habitan alrededor de 990 mil indígenas susceptibles de

ser beneficiados.

Este Modelo de Desarrollo con Identidad inspirado en la planeación participativa, a partir

de la capacidad de las comunidades indígenas de formular una visión de futuro, y en la cual

se asume la autogestión y la corresponsabilidad como formas de participación activa y

consiente de la población indígena, tenía como uno de elementos centrales la participación

de la población local en la definición de la estrategia de desarrollo y su implementación,

puesto que no hay estrategia de desarrollo legítima, si no participa en su definición la

población que es afectada por la misma y tampoco hay estrategia de desarrollo exitosa que

no tome en cuenta a la población local.

Este es el elemento central del Modelo de Desarrollo con Identidad, en el cual la Comisión

Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) se propuso impulsar una

coalición para el desarrollo en las regiones indígenas del país, convocando a una alianza

entre los distintos órdenes de gobierno, la población indígena y no indígena, actores locales

y las organizaciones sociales y privadas, a fin de alcanzar una mayor eficacia y eficiencia

en la aplicación del presupuesto destinado al desarrollo de las regiones indígenas, ya que se

preveía que una política pública articulada en un territorio determinado tendrá mayor

posibilidad de resolver los problemas sectoriales que las propias políticas sectoriales

actuando de manera independiente.

8 Ibíd. P. 43.

21

El diseño e implementación de esta estrategia de desarrollo regional de largo plazo

coordinada por la CDI, tenía mayores posibilidades de éxito que la acción sectorial por sí

misma, ya que consideraba que la mayoría de los programas presentes en las regiones

podrían complementar acciones, en vez de contraponer esfuerzos.

Asimismo, como parte fundamental de la coalición para el desarrollo, la CDI tuvo como

una de sus principales actividades establecer los mecanismos más apropiados para convocar

e incorporar la participación de las comunidades indígenas a este proceso de planeación y

gestión del territorio que manifestaron una clara conciencia de desarrollo, la cual se puede

definir como aquella actitud en la que la población indígena asume el proceso de

planeación de su desarrollo de manera activa y consciente, congruente con su propia

identidad y en un horizonte de largo plazo, en el que se define la visión de futuro y las

acciones estratégicas en orden de prioridad, y que asume la actitud para gestionar,

participar en la ejecución y dar seguimiento a estas acciones.

Como parte del proceso de planeación es necesario poner en valor los resultados alcanzados

y la identificación de los factores que han dificultado la consecución de los objetivos

propuestos inicialmente, con el fin de mejorar futuras planificaciones. En respuesta a este

requerimiento en el proceso de planeación, la CDI incorporó en la metodología para la

elaboración de los planes microregionales, la generación de indicadores para el seguimiento

y evaluación de los mimos planes.

La información reportada por CONEVAL señala que la carencia por acceso a los servicios

básicos en la vivienda se ha reducido de 2008 a 2012 y en más puntos porcentuales en la

población indígena que entre la población no indígena como se muestra en la siguiente

tabla, lo cual hace evidente el esfuerzo de focalización hacia este segmento de población.

22

Indicadores

Población indígena */ Población no indígena

Carencia por acceso a los servicios

básicos en la vivienda

Carencia por acceso a los servicios

básicos en la vivienda

Medición

(% de la

población

indígena)

(Variación %)

(% de la

población no

indígena)

(Variación %)

2008 46.9 -- 15.9 --

2010 44.7 -2.2 13.3 -2.6

2012 37.2 -7.5 12.6 -0.7

*/ La definición de población indígena considera a la población que vive en un "hogar indígena" más

los hablantes de lengua indígena que viven en hogares no indígenas.

Fuente: CONEVAL. La pobreza en la población indígena de México 2012. Agosto de 2014.

La información reportada por CONEVAL también señala que la carencia por calidad y

espacios de la vivienda se ha reducido de 2008 a 2012 y en más puntos porcentuales en la

población indígena que entre la población no indígena como se muestra en la siguiente

tabla.

Indicadores

Población indígena */ Población no indígena

Carencia por calidad y espacios de la

vivienda

Carencia por calidad y espacios de la

vivienda

Medición

(% de la

población

indígena)

(Variación %)

(% de la

población no

indígena)

(Variación %)

2008 45.4 -- 14.4 --

2010 40.2 -5.2 12.4 -2.0

2012 34.3 -5.9 11.3 -1.1

*/ La definición de población indígena considera a la población que vive en un "hogar indígena" más

los hablantes de lengua indígena que viven en hogares no indígenas.

Fuente: CONEVAL. La pobreza en la población indígena de México 2012. Agosto de 2014.

Dicho, lo anterior, en 2012, México logró que la sociedad aceptara y entendiera mejor la

diferencia cultural y lingüística; también logró contar con un marco jurídico que, si bien es

23

perfectible, reconoce y otorga derechos y competencias a los pueblos y a las comunidades

indígenas como sujetos colectivos y reconoce el valor de las lenguas, culturas y formas de

organización social indígenas. También, cuenta con instrumentos de planeación para que

las diferentes instituciones públicas puedan, en el marco de sus competencias, impulsar un

Modelo de Desarrollo con Identidad.

24

VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

A manera de conclusión podemos afirmar que las administraciones de los Presidentes

Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa arrojan importantes avances en la

atención a la población indígena, quizá el más relevante es la forma de entender e

instrumentar la política pública en materia indígena. Cierto es que los indígenas continúan

viviendo en una lamentable condición de pobreza y marginación, lo que podría empañar la

consideración hacia lo hecho. Sin embargo, se sentaron las bases jurídicas, institucionales y

programáticas para hacer más eficiente y pertinente la política pública en materia indígena.

Las conclusiones que arroja este trabajo de investigación se presentan a continuación:

El enfoque “integracionista” instrumentado en la segunda mitad del siglo XX

impuso una visión de desarrollo que lejos de revertir los rezagos históricos de la

población indígena, menoscabó su identidad cultural. Contrariamente, el enfoque de

tratar a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos y no objetos de su

desarrollo es un acierto de las administraciones panistas.

La transición del paradigma de la política indigenista hacia la política pública

indígena implicó una profunda reforma al marco jurídico que dio pie a la reforma

del texto constitucional en donde se establecen los derechos de los pueblos

indígenas y la manera en que los tres niveles de gobierno habrán de promover la

igualdad de oportunidades y eliminar cualquier práctica discriminatoria.

El compromiso de hacer más efectiva la atención a los pueblos indígenas y erradicar

la relación asimétrica entre Estado mexicano y población indígena, motivó la

creación de: la CDI como una institución capaz de impulsar la transversalidad de la

acción pública y el respeto a los derechos indígenas; así como del INALI para

fortalecer, preservar y desarrollar las lenguas indígenas del país.

25

El Modelo de Desarrollo con Identidad, que orientó el actuar de la CDI, y cuyo

sustento es la idea de que la población indígena tiene derecho a construir su

desarrollo y a mejorar sus condiciones de vida conforme a la identidad y

cosmovisión de cada pueblo, en donde su participación es fundamental para diseñar

y operar el quehacer gubernamental.

En este sentido, rediseño del modelo de trabajo institucional para incorporar la

planeación y la gestión participativa con enfoque territorial como mecanismo para

orientar la acción de los programas de la CDI y de otras instituciones hacia un

Desarrollo con Identidad, es el rumbo más viable alcanzar el desarrollo de los

pueblos indígenas.

26

IX. BIBLIOGRAFÍA.

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Resultados del Programa para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2009-2012. Balance

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Indigenista - Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 1948-2012.

México. 2012.

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Documental. Desarrollo con Identidad para los Pueblos y las Comunidades Indígenas

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Fischer, Valdi y Marc Fasol. Las semillas del “Buen Vivir”. Fondo para el Desarrollo de

los Pueblos Autóctonos de América latina y del Caribe (Fondo Indígena). Ecuador. 2013.

27

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trabajo 448. México. Septiembre 2012.

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http://www.cinu.org.mx/temas/ind/dectxt.htm.

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Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas en México. El reto de la desigualdad de

oportunidades. México. 2010.

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Humano México 2011. Equidad del gasto público: derechos sociales universales con

subsidios focalizados. México, 2011.

Zolla, Carlos y Emiliano Zolla Márquez. Los pueblos indígenas de México. UNAM.

México. 2011.

28

Documentos de Trabajo es una investigación de análisis de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A. C.

a petición del Partido Acción Nacional.

Registro ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor en trámite

Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C.

Ángel Urraza No. 812, Col. Del Valle, C.P. 03100, México, D. F.