de “muestrario de palabras”- julio-agosto 2017- año iv- nº
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De “Muestrario de Palabras”- Julio-Agosto 2017- Año IV- Nº 01-Reedición
La revista
Miradas
memorias
tango
clásicos
de viajes
personajes
cuenteando
el reportaje
mitos
el invitado
conozcamos a
poesías
cuentos
NUESTRO IDEARIO
Sin academicismos, con nuestra desnuda maravilla ante el universo humano (épocas,
geografías, pueblos, dirigencias y dirigidos, miserias y excelencias), los invitamos a recorrer el mundo y sus manifestaciones literarias, con ojos de lector, narrador, poeta, amigo.
Grupo Muestrario de Palabras
**Este número de “Palabras al Sol” es una recopilación y compaginación de artículos de los tres o cuatro
años en que la revista fue publicada online y por grupos cerrados (2007-2010). Habrá artículos cuyos
autores no siguen con nosotros pero que quisimos recordar como parte del alma de la revista.
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Revista en pdf ISBN: en trámite Año IV- Nº 01 [email protected] Julio-Agosto 2017
El material editado goza de todos los Derechos Reservados.
La administración confía en la autoría del material que aquí
se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los
mismos.
La revista Julio-agosto 2017-Número recopilatorio
*Comité de Redacción,
compaginación y corrección:
Blanca Barojiana
Elisabet Cincotta
Emilio Medina Muñoz
Ana Lucía Montoya
Rendón
Liliana Varela
--ºº--
*Edición de este número:
Liliana Varela
--ºº--
*Dirigir comentarios,
sugerencias, críticas a: [email protected]
*Colaboran en este número
de reedición:
Yossi May
Graciela Holfeltz
Jorge Luis Estrella *
Carlos Adalberto
Fernández*
Carlos Alberto
Roldán
Issa Martínez
Llongueras
*q.e.p.d.
*Las imágenes editadas son propiedad de Ana Lucía
Montoya Rendón, artista plástica colombiana
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miradas
Hechos, lugares, situaciones, gentes,
vistos con mirada de artista, en
confianza.
MEGALÓMANO
Me di cuenta hoy, ahora precisamente, que
soy un megalómano. Levantarme a las tres y media de la madrugada, es decir, a mitad de la noche para escribir algo más o menos importante, incluso nada importante, con el único objetivo de agregar al lado de la firma “Soy Megalómano”. La verdad es que lamentablemente no tengo conmigo los diccionarios debido a las restricciones de seguridad de las compañías aéreas. Todo el tiempo te dicen que no lleves nada peligroso y yo recuerdo que diccionarios y otras yerbas de esa forma eran peligrosas y hasta recomendaban quemar libros para cuidar no sólo la salud sino la vida misma, pues de tener por ejemplo un libro que te explicaba las ideas de Marx, Lenin, Mao tse tung, Perón, Castro y otros de menor valía podía costarte entre que te rompan los huesos hasta la vida. ¿Para qué todo esto? para decir que no sé cuál es el término correcto. De todas maneras, si el término correcto es por ejemplo Tarado, mejor que otro lo corrija.
Ya ahora puedo decir que estoy escribiendo en Miami Lakes y si termino esto antes de salir de viaje, esta localidad acompañará mi firma. No dudo que llegará la hora y verán solo Miami Lakes y la fecha, o Santa Bárbara y la fecha, o cualquier otra localidad y la fecha y automáticamente los estimados, valientes y nada perezosos lectores identificarán, otro artículo del gurí turista e.d. Yossi May. No se asusten que al fin y al cabo soy una persona comprensiva y no los llenaré de artículos relacionados a los lugares que anduve, pero una pequeña reseña para que aprecien de lo que se salvan. La primera vez que estuve en EEUU o USA o Bushland fue en 1992 , también entonces el presidente era Bush y también entonces había una cuestión en Irak. No quería hablar de política entonces pondré el acento en el costo de venir. Aprecié que el costo de los pasajes no ha cambiado en mucho pero el costo de venir está más o menos al doble por esa cuestión de que las tasas de seguridad, las tasas por combustible, las tasas de aeropuerto son las cosas que aumentaron o se agregaron. La segunda vez que vine a Lakeland , Bushland o USA fue en 1995 que pasé por Salt Lake City que está tan lejos de aquí que me permito pensar que es el país de los lagos. En el actual viaje se salvaron que les cuente que me quedé sin crema de afeitar, en el aeropuerto de Madrid consideraron que es peligroso, pero no así en el de Tel Aviv donde embarqué. Entonces, ¿es peligroso o no lo es? (como dije antes libros y diccionarios no llevaba por las dudas) También se salvaron de que les cuente la influencia que tuvieron para mí la construcción del túnel Paraná-Santa Fe o el Complejo Zárate- Brazo Largo. Un poco se pueden imaginar leyendo sobre el MERCOSUR, que sin ellos las posibilidades reales de su desarrollo serían cercanas a cero. De todas maneras nuestro Fiat Palio de Tango Rent A Car los ha cruzado valientemente conducido por nosotros. Si bien Avigdor está siempre a la misma distancia de Buenos Aires, un viaje de 17 horas se convierte en un viaje de 6 a 8 horas, depende del chofer. También se salvaron de que les cuente las peripecias para llegar el 14 de setiembre al encuentro en café literario Marlene. Era viernes de noche en Buenos Aires, momento crítico para conseguir taxi, como si de pronto todos los taxistas fuesen judíos y festejaran el kabalat shabat. Si agregamos a eso que llovía realmente nos consideramos felices, al ver llegar un taxi vacío y el taxista, ante mi increíble pregunta de "¿desocupado, señor?" contesta: "suba rápido antes de que lo haga otro desesperado pasajero." subimos y tomó por la calle córdoba considero yo para hacer más largo el viaje (me dijeron que eso hacen los taxistas, aunque yo siempre creí que lo más tonto para un taxista es hacer viajes largos) y nos encontramos con la calle cerrada, debido a una manifestación de los muchachos de Quebracho.
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Nos dice el taxista, ante nuestra curiosa pregunta, que no sabe cuál es la razón, seguramente de mantenimiento, ya que, si de tanto en tanto, no los sacan a la calle los muchachos se oxidan. Me hizo recordar las manifestaciones violentas de los muchachos ortodoxos en Israel: de tanto en tanto, descubren alguna profanación de sábado digna de romper vidrieras, quemar tachos de basura, tirar piedras a los policías y obviamente imposibilitar el tráfico. Y no lo podrán creer, pero llegamos justo a la hora que pensamos llegar. Seguramente salimos como dos horas antes de lo necesario. Como sea, aún sigo escribiendo y gozando de mis vacaciones, ya estoy en Key West o Cayo Hueso para nosotros los latinos un bello y tranquilo lugar, el punto más sureño, según los americanos de USA, a 90 millas de Cuba. Hoy, tirado en la playa casi vacía, parece que no es época de turismo, aprecié cada tanto pasan volando dos f15 o f16 como si cuidasen que yo no me cruce a nado. Ya no gozo tanto para decir la verdad, por suerte, llegué aquí al final de mis vacaciones. Brindarme el placer de escuchar la radio de la provincia de Cienfuegos me llenó bastante de culpas por no estar trabajando y aportando a los esfuerzos comunes. Debo confesar que me convertí en burgués antes de mi tiempo emotivo, veré como lo corrijo en el futuro, mientras tanto estoy terriblemente molesto con el hotel que tiene la conexión inalámbrica demasiado baja y no le permite a mi toyota, perdón Toshiba último modelo comunicarse y mandar esta nota a mis impacientes lectores.
Yossi May, Cayo Hueso, 2 10 2007 6 de la mañana
Crece niña colombiana-
Ana Lucía Montoya Rendón
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Memorias y balances
Hay momentos, circunstancias, en que la memoria irrumpe, sin contemplaciones: "La vida exige un balance".
Generalmente da Pérdidas.
Jorge Luis Estrella*
q.e.p.d.
FINALES TERRIBLES
Estábamos en una de las reuniones literarias que dirigía Ricardo Rubio los sábados en la Parroquia de la calle Albariño y Emilse Anzoátegui se encontraba entre Zoraida y yo aunque, en realidad, su espíritu y su inteligencia se esparcían en todo el ámbito y más allá. Su oído, a mi derecha se ofrecía como un receptor mágico y me tentó, (la tentación a emitir opiniones es una tirana) me tentó a comentar algo acerca de lo que había leído Zoraida. Comencé justamente por este nombre, lo escuchó la portadora del mismo y, mientras Emilse sonreía no sabiendo lo que yo iba a decir, Zoraida intervino y se gestó una situación volátil de esas que no pueden ser analizadas. No sé quién dijo algo ni si yo mismo algo dije, sólo sé que mi comentario quedó flotando antes de ser expresado y se perdió en la nada. Hace poco publiqué un libro de poentos (poemas- cuentos), la mayoría con un final violento, terrible, con torrentes de sangre salpicando las páginas, lo que obligó a Laura Haimovichi, la autora del prólogo, a decir que esos poentos eran negros, negrísimos. Cuando Zoraida terminó de leer su primer cuento, Ricardo le hizo notar la violencia que explotaba al final de casi todos sus trabajos.
La narradora, entonces, nos leyó un relato ambientado en la época de la represión ilegal que concluía sin ningún feroz estallido. En una casa grande, uno de sus ocupantes cree ver a una guerrillera escurriéndose en las sombras y su miedo es seguido de risa cuando comprueba que se trata de una compañera de estudios de otro de los ocupantes de la casa. Un tiempo después, saluda amablemente a alguien que resulta ser un ladrón. Termina el relato cuando el personaje piensa en mudarse a un lugar que no se preste a estos engorrosos malentendidos. Mientras Ricardo le decía a Zoraida que ese final no le había parecido tan bueno como otros suyos, un estallido de violencia irracional amanecía en mi cerebro imaginando un final terrible para este relato. Poco después, cuando quise transmitirle a Emilse, a su oído acogedor, la imagen que me había surgido fue que se produjo la volátil situación. Lo que yo iba a decir era que Zoraida había escrito un buen relato pero, aunque el final respeta el hecho real del que se nutrió, yo me imaginaba otro. X cree ver en uno de los patios de su casa a una guerrillera que resulta ser una chica que estudia con su hermano. Mientras todos se ríen distendidos, el jefe del operativo de represión dice: “Ya la tenemos. Chupen a todos los de la casa”. Los del Servicio de Inteligencia también han confundido a esa chica con la guerrillera que buscan.
Esa tarde, cuando ya nos levantábamos para regresar a nuestros hogares, se largó un aguacero que estuvo a punto de inundar la biblioteca en la que estábamos reunidos. Luego, en el colectivo que tomamos Emilse y yo, ni me acordé del tema del final del cuento, hablamos de la estupidez humana o algo así. Al momento de bajar ella, se largó otro chaparrón y le insistí en que se llevara mi paraguas dado que yo tenía una campera con capucha impermeable. Por fin, aceptó. Espero me lo devuelva. Cuando llegué a mi barrio no llovía pero todo el mundo había muerto de SIDA.
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tango
Personajes del tango…
por
Graciela Holfeltz
Pianista, director y compositor.
Nació en Villa Crespo el 2 de Diciembre de 1905. Su
padre (flautista aficionado) desde muy niño le dio
clases de solfeo y antes de los nueve años aprendió a
tocar de oído el violín. Luego fue enviado a un
conservatorio de barrio donde percibe que su verdadero
instrumento en realidad era el piano.
Por cuestiones económicas deja de estudiar y con 14
años trabaja en una imprenta. Se inicia
profesionalmente a los 15 años con un trío, en un café
del barrio: "La cueva del Chancho”, y también
participaba como pianista del café Domínguez.
Comienza a componer a los 15 años sus primeros
tangos; cuentan con una estructura simple, hasta que
llega "Recuerdo" escrito en 1924. Tocó con Pedro
Maffia, pasó por varios conjuntos, entre ellos los de
Daniel Álvarez, Roberto Firpo y Miguel Caló. En
agosto de 1939 se presentó con su definitiva agrupación
en el café El Nacional de la calle Corrientes, lo cual
marca una etapa fundamental en toda la música del
tango.
Compuso "La Yumba", la grabó en 1946, aunque
ya la tocaba desde hacía unos años. Después de
una enfermedad, "El maestro" murió en 1995 a la edad
de 89 años, en la ciudad de Buenos Aires.
No siempre existió el idilio que la juventud actual siente por el tango. Si bien ahora podemos gozar de versiones melódicas, eléctricas, intimistas y hasta sinfónicas en las voces de muchos rockeros de ley, en tiempos pasados este romance era poco atrayente y hasta impensado.
y hasta impensado.
Sin embargo, yo he vivido otra historia. Mi familia –sobre todo mis padres- fue integralmente devota del dos por cuatro tanto a la hora de cantarlo como de bailarlo en fiestas y clubes de barrio donde nos reuníamos, ya sea para los carnavales, las peñas u otros encuentros comunitarios donde el motivo real era juntarse y divertirse con gente querida más allá de las efemérides convencionales.
Tanto por elección propia o por sugerencias ajenas, me recuerdo acurrucada frente al sempiterno Wincofón escuchando en discos de pasta a Floreal Ruiz, Echagüe, Fiorentino. Y después, en
Sin embargo, yo he vivido otra historia. Mi familia –sobre todo mis padres- fue integralmente devota del dos por cuatro tanto a la hora de cantarlo como de bailarlo en fiestas y clubes de barrio donde nos reuníamos, ya sea para los carnavales, las peñas u otros encuentros comunitarios donde el motivo real era juntarse y divertirse con gente querida más allá de las efemérides convencionales.
Tanto por elección propia o por sugerencias ajenas, me recuerdo acurrucada frente al sempiterno Wincofón escuchando en discos de pasta a Floreal Ruiz, Echagüe, Fiorentino. Y después, en vinilo, al incuestionable Varón del Tango, Julio Sosa y su pésima versión de Cambalache en el Disco de Oro que casi quedó transparente de tanto ser castigado, vuelta a vuelta, sobre el Lado 1 y el Lado 2.
Pero yo era un bicho raro. Nadie, -en aquellas épocas donde las respectivas huestes de Los Beatles y Los Rollings se enfrentaban como en un superclásico, y miles de jóvenes desmechados padecían horas de cola para ver Woodstock- hubiera podido entender que, por culpa del tango Caminito, una muchacha (más ojos de papel que Margarita) odiara con toda su alma al tiempo porque lo había borrado.
Cosas que nos marcan para siempre. Con semejante revolución hormonal asistiendo a recitales, guitarreando en fogones interminables, durmiéndose con la radio debajo de la almohada, era dificultoso hablar de Manzi, Cátulo o Discépolo.
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Hasta que Piazolla metió la cola, y la Tana su voz irresistible. Y la larga noche oscura en nuestra tierra que regó el mundo de hijos con su nostalgia de barrio. Y las ganas de volver, y el dolor de quedarse. La tristeza renacida de las cosas propias. Las esquinas, los bares, la canción porteña. Y entonces entendimos, integramos, valoramos la existencia de aquellos compositores que miraron con benevolencia nuestras búsquedas y aguardaron pacientes nuestro regreso.
Como en aquella acertada respuesta de Osvaldo Pugliese a un periodista que, francamente preocupado, le dijo:
-Pero, Maestro, la juventud no quiere saber nada con el tango. Y el autor de La Yumba, retrucó:
-No te preocupes, pibe. El tango los espera a la vuelta de la esquina.
Recuerdo
Letra de Eduardo Moreno Música de Osvaldo Pugliese
Ayer cantaron poetas y lloraron las orquestas,
en las suaves noches del ambiente del placer
donde la bohemia y la frágil juventud
aprisionadas a un encanto de mujer
se marchitaron en el bar del Barrio Sud
muriendo de ilusión, muriendo su canción...
Mujer, de mi poema mejor;
mujer, yo nunca tuve un amor.
Perdón si eres mi gloria ideal;
perdón, serás mi verso inicial.
Y la voz en el bar siempre apagó;
motivo sin par nunca más se oyó.
Embriagada Mimí, que llegó de París,
siguiendo tus pasos la gloria se fue
de aquellos muchachos del viejo café.
Quedó su nombre grabado por la mano del pasado
en la vieja mesa del café del Barrio Sud.
Donde anoche mismo un sombra del ayer
por el recuerdo de su frágil juventud
y por la culpa de un olvido de mujer
durmióse sin querer en el Café Concert.
Estribillo
Mujer, de mi poema mejor
mujer, yo nunca tuve un amor
perdón, si eras mi gloria ideal
perdón, serás mi verso inicial.
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clásicos
Grandes que vale la pena
conocer y/o recordar
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
Nació en Barcelona en el año 1928. Hijo de una familia burguesa , se crio en un ambiente de neto corte intelectual.
Su madre murió en un bombardeo franquista. Con el correr del tiempo, José le puso a su hija el nombre de su madre en demostración del gran afecto que sentía por ella.
Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona, pero los termina en la de Madrid.
Residió en el Colegio Mayor Nuestra Señora de Guadalupe, allí conoció a otros poetas de su generación que vivían en Madrid, entre ellos a José Ángel Valente y José Manuel Caballero Bonald.
Fue uno de literatos más importantes de la generación de los 50. Junto a Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma conforman la llamada escuela poética de Barcelona.
Autor de una de las más originales y ricas obras poéticas de la literatura española contemporánea, sus poemas conjugan la veta lírica y elegíaca con la ironía y el sarcasmo, y el sentimiento amoroso con una visión crítica y política del mundo contemporáneo.
Maestro de la poesía libre que, para él, era la “menos libre de todas si está bien hecha”. Y bien hecha significa “con música interna”.
Su obra comprende: El retorno; Salmos al viento, 1958;
Claridad, 1961; Algo sucede, 1968; Bajo tolerancia, 1974; Taller
de arquitectura, 1977; Del tiempo y del olvido, 1977; Los pasos
del cazador, 1980; Sobre las circunstancias, 1983; Final de un
adiós, 1984; A veces gran amor, 1991; La noche le es propicia, y
Las horas quemadas, 1996.
Fue el introductor de Lezama Lima en España, y antólogo de la
poesía cubana. Traductor de Pavese, Quasimodo y Pasolini, y de
varios poetas catalanes (Salvador Espriu y Joan Vinyoli).
El 13 de abril, en su último cumpleaños, le había dicho a sus
amigos: "Si tuviera que volver a vivir todo lo que he vivido,
preferiría no volver a vivirlo".
Tras meses de depresión, se arrojó desde una ventana de su
casa en marzo de 1999. Su cuerpo cayó sobre el asfalto de la
calle María Cubí. Un repartidor de pizzas que pasaba por allí
fue el único testigo del suceso. Dijeron que un niño, su nieto,
lloraba. Ese niño era una de las debilidades del escritor. Es su
único, nieto, el hijo de Julia, la del poema que Paco Ibáñez
inmortalizó en numerosos recitales. Tenía 70
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EL OFICIO DEL POETA
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.
La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.
Palabras para Julia Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada. Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente. Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos. Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo. La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos. Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
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De viajes
Conozcamos mágicos lugares
de la mano de amigos que nos
invitan a "viajar" con la
imaginación...
Salobreña -España-, es un bellísimo pueblo blanco de cal y soles
que se encarama a duras penas por la falda de una montaña, al
encuentro de un castillo de factura árabe y en muy buen estado de
conservación.
Después de visitar las alturas en Salobreña, cambiamos a las entrañas de la tierra, en otro bello contraste de la naturaleza. La visita a las Cuevas de Nerja, pone contrapunto a la visita anterior. Estas Cuevas, se descubrieron por tres muchachos que en sus juegos, acertaron con una abertura en la montaña y que les condujo a esta gran maravilla, en la cual, aun se continua la labor de investigación y apertura de nuevas salas. Su dimensión, es impresionante. En la primera sala, se estaba acondicionando lo necesario, para dar un gran concierto. Grandes ramos de flores y una escultura a los descubridores, dan paso a la entrada a esta Cueva. Dentro de la Cueva, no dejaban filmar. Como yo soy un detractor de normas, hice las fotos, pero sin flash, naturalmente.
No solo tiene Nerja, la Cueva; Tiene más cosas.
Ahora es un pueblo grande, hermoso diría yo. Bien urbanizado y con buena comunicación con Málaga y Granada.
Tiene una playita no muy grande y un paseo marítimo, lleno de restaurantes, puestos de helados y de ropa barata. Por ahí aparece un trencillo, que recorre la población, mientras su conductor, hace de guía y te cuenta miles de historias interesantes. Piiiiiii, piiiii, ya viene el trencillo!! Dejamos atrás Pampaneira. Gracias a la pericia del conductor del autobús, al tomar curvas en pendiente, llegamos a Trévelez.Es un pueblo dividido en tres partes; bueno, son tres pueblos separados entre sí, por una corta distancia y encaramados en la misma ladera de la montaña. Cómo es la historia: Hace ya tiempo, tres hermanos (de procedencia de Velez, Málaga) llegaron al lugar y pensaron asentarse en él. Para evitar las disputas familiares, idearon el plan de hacer tres "barrios-pueblo", con un mismo nombre. Si ellos eran tres, pues TRE y si eran de Velez, velo ahí, TREVELEZ.
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Las primeras imágenes, corresponden con los jardines exteriores de La Alhambra. También son muy dignos de destacar, pues ya muestran la belleza que vamos a disfrutar. Trataré de editar el mayor número de fotografías posible; ¿cuál dejar en el olvido? difícil tarea tengo. Como ya he indicado, comienza nuestra visita por la parte exterior, hasta llegar a una puerta lateral, por la cual pasaremos nosotros. Otros grupos de visitantes, pasan por otras puertas, para evitar que las personas formen un gran grupo. Después de un largo paseo por los jardines, una vez en el interior del recinto de la Alhambra, aparece a nuestra vista, la puerta del Palacio de Carlos V. Fue llamado Casa Real nueva. Fue mandado construir por el emperador, para emular la belleza de la obra de los musulmanes (al mismo tiempo, pretendía que fuese un lugar habitable) Exteriormente, tiene forma cúbica y de perfecta circunferencia en su interior. Realmente hay un contraste enorme entre la fragilidad de la obra musulmana y la fuerza del vigor de las piedras que lo forman. Estas obras tan grandes, no se hacían en unos pocos años; se necesitaban algunas generaciones y mucho dinero, para llevarlas a cabo. Las obras de este Palacio, se comenzaron por Pedro Machuca, discípulo de Miguel Ángel, en el año 1527. La parte alta del edificio de ha terminado de cubrir, hace relativamente poco tiempo. Solo se ha terminado la primera planta, aunque en su origen se pensó en algunas plantas más. Diferentes estilos lo moldean. Desde el almohadillado de la fachada, los frontones sobre sus puertas, las recias columnas jónicas y los hermosos medallones con figuras mitológicas, hacen de este Palacio inconcluso, una verdadera belleza del arte del buril y el mazo. Hoy se le da utilidad, como de la Alhambra y de Bellas Artes. Su bello patio encolumnado, se utiliza en conciertos del festival de Música y Danza. A la vuelta de Trévelez, pasamos por Lanjarón. Es un pueblo con calles típicas de Andalucía. En alguna de las fachadas de las viviendas se conservan hornacinas dedicadas a la exposición de Santos o Vírgenes. Hay pilares con agua, que en otras épocas se empleaban en dar de beber a las caballerías. Ahora están en desuso o dan agua al caminante sediento. Hay un castillo árabe, construido por los almorávides entre los siglos XII y XII. Cumplía la función de vigilancia y servía de refugio a la población. Son verdaderos artistas trabajando el mimbre. La Virgen de la Encarnación, desde su iglesia, vigila a cada uno de sus habitantes, para que no les pase nada y para que sean buenos. He dejado aparte el balneario. Un gran edificio de ladrillos de un estilo mudéjar más actual, da cobijo a este caro servicio de consuelo corporal. Del interior, no hay fotos: cobran por entrar y dicen que de fotos, ¡nanai!. La recepción si la vi; una verdadera maravilla en mármol. Me remojare cuando llueva.
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personajes
Fascinantes
historias de vida,
para descubrir…
Ehrich Weiss nació el 24 de marzo de 1874 ; era hijo de Samuel
Weiss, un rabino de Budapest, Hungría y, diecisiete años más tarde
inmortalizaría el nombre de Harry Houdini para la posteridad.
A los nueve años Ehrich huyó de casa. Se unió a un pequeño circo en su
pueblo natal. A la edad de once años, trabajó como aprendiz de
cerrajería. En abril de 1891, a los diecisiete años de edad dejó su
empleo en una fábrica de corbatas y comenzó su carrera como
ilusionista. Logró la proeza de escapar de cuerdas atadas a su alrededor
en cualquier forma imaginable (a tal punto que ofreció una recompensa a quién pudiera atarlo de manera que él no pudiera escapar). Su ídolo
fue el ilusionista francés Jean Eugene Robert-Houdin y fue a partir
de su nombre "Robert-Houdin" que Houdini improvisó su propio
nombre agregando una "i".
Conoció a Beatrice Rahner , quién en 1894 se convirtió en Bessie
Houdini.
En Londres, sorprendió a los oficiales de Scotland Yard, liberándose de esposas "a prueba de
escape". Prácticamente del día a la noche, se transformó de un modesto artista, que ganaba 18
dólares por semana, en una celebridad con honorarios de 1,800 dólares por semana.
Durante la Primera Guerra Mundial, Houdini ofreció sus servicios al gobierno de los Estados
Unidos, haciendo presentaciones en campamentos.
A pesar de que Houdini ganó su reputación mundial como escapista, la magia estaba más cerca de
su corazón. Fue en 1924 que combinó su trabajo en escapismo con la magia y las ilusiones. Viajó
por los Estados Unidos presentando "The Houdini Mystery Show".
Luego de la muerte de su querida madre, Harry Houdini se dedicó a desenmascarar a los falsos
espiritistas y a todo tipo de “mediums”.
Un día de octubre de 1926 unos estudiantes universitarios se
dirigieron a Houdini mientras descansaba tras haber
terminado uno de sus espectáculos. Uno de ellos le retó a
recibir unos cuantos golpes en el abdomen, para comprobar si
su resistencia física era tan legendaria como se decía. El mago
aceptó sin miedo. Sin embargo, antes de que pudiera
prepararse adecuadamente, recibió un primer fuerte puñetazo,
al que siguieron varios más. Aunque aguantó como buen actor,
había sufrido rotura de apéndice sin saberlo.
Siguió trabajando varios días a pesar de los fuertes dolores y
fiebre. Fue hospitalizado. Le dijo a su hermano Arden:
“ Estoy cansado de luchar, creo que esta cosa me va a vencer”
En la madrugada del 31 de octubre de 1926, el día de Halloween, Houdini fallecía a sus 52 años. Los
médicos emitieron un informe en el que indicaban una peritonitis como causa de la muerte. Su
apéndice tal vez llevaba días inflamados antes del incidente con los estudiantes.
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Algunos de sus famosos números: Metamorfosis – Uno de los escapes clásicos que se asocian con Houdini es La Metamorfosis, que tanto en la época como en el futuro inspiraría múltiples variantes. El ilusionista era atado e introducido dentro de un saco, a su vez dentro de un baúl, todo ello era atado y sujetado con candados. Entonces una ayudante subía encima del baúl, levantaba una cortina y 3, 2, 1… Al instante siguiente la cortina bajaba mostrando a un Houdini liberado en el lugar que ocupaba la ayudante. Entonces se abría el baúl y se desataban todas las cuerdas del saco para mostrar a la asistente dentro de la caja: ambos se habían intercambiado o metamorfoseado con el mejor arte de la magia. Este número sigue siendo espectacular hoy en día cuando se ejecuta con presteza y habilidad. Se cree que Houdini ejecutó este número más de diez mil veces en toda su carrera. Cámara de Tortura China :un enorme «acuario» donde era sumergido, colgado boca abajo por los pies, y de donde escapaba al cabo de unos interminables minutos. Lo último que veían los espectadores, antes de que una cortina lo tapara, era la aterrada cara de Houdini, sumergido, golpeando el cristal.
*Se suele considerar a Houdini el mejor escapista de todos los tiempos y también precursor de
muchas de las hazañas y retos de este tipo.
Escapó de cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, todo tipo de esposas, barriles, cajas, baúles,
bidones, bolsas, sacas, ataúdes, jaulas y habitaciones cerradas. También se dice que escapó de
«un monstruo marino», probablemente un calamar gigante o ballena, de cuyas tripas
consiguió salir airoso. El público que le veía deseaba a la vez que triunfara y que fallara; la
sensación de peligro inminente era poderosa en cada uno de sus números.
Algunos de sus escapes que se convirtieron en clásicos, como el de la camisas de fuerza (para
el que se inspiró en un manicomio), los realizaba a la vista de todos, otros los hacía en secreto
tras una discreta cortina, donde sus ayudantes no podían entrar, pero tampoco nadie del
público ver sus técnicas secretas. En algunos tardaba unos pocos minutos, en los más
complejos llegó a tardar más de una hora.
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cuenteando
¿Quién escribe el cuento?
Hace pocos días terminé un cuento con un golpe de efecto, dando a conocer, en la última oración, la muerte de un personaje. Ya sabía que estaba muerto, me dijeron unos. Cuando vi la placa, dijeron otros. Pero carajo ¿por qué nadie me avisó que el muerto ya era público, si sólo yo lo vi muerto, en la página anterior? ¿Quién dio a los lectores el derecho de leer a su modo, a cambiarme el cuento?
El cuento. Digámoslo de un modo menos literario, más analítico de los meandros del subconsciente del autor. Es evidente que el autor quería ocultar la muerte para develar como derrota lo que todos suponían -y les gustaba suponer- como un triunfo. Hay actos gloriosos que resultan finalmente estupideces, más aún cuando la sorpresa golpea en pleno festejo. En los cuentos hay personajes que fallecen, pero, como las ánimas de Rulfo, siguen disimulados entre los vivos y en la mente del autor. Esta ánima no quería hacer el ridículo, como más dar algo de lástima, cómo se metió con ese grandote. Pero de ahí a gobernar la pluma del escritor hasta hacerle poner una placa recordatoria de un hecho memorable, cuando todos la interpretaron como señalando una muerte... Evidentemente nuestro escritor colaboró inconscientemente. ¿Le tembló el pulso al final? ¿No quiso ser culpable de someter al escarnio a un pobre muchachito con ensueños de fama? ¿Es que los personajes no saben que son carne de linotipo?¿Quién los autoriza a bajar línea editorial? Hace poco pensé un cuento acerca de un moribundo que no muere y su familia. El padre sería el moribundo, en conflicto no deseado con sus familiares. "¡Esta agonía me está matando!" era la frase lema. Pero no andaba, los personajes parecían maniquíes. Hasta que le di al hijo menor el rol del enfermo. Fue impresionante: la hermana mayor tomó las riendas, el padre se hizo autista, el cuento salió sólo. Después de este episodio decidí, siguiendo a Rulfo: buscar el personaje. "De pronto, aparece y surge, uno lo va siguiendo, uno va tras él. En la medida en que el personaje adquiere vida, uno puede, por caminos que uno desconoce pero que, estando vivo, lo conducen a uno a una realidad, o a una irrealidad, si se quiere. Al mismo tiempo se logra crear lo que se puede decir, lo que, al final, parece que sucedió, o pudo haber sucedido, o pudo suceder pero nunca ha sucedido." Total, como dice O'Connor, " En la mayoría de los buenos cuentos es la personalidad del personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente, existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de otra manera. Si se parte de un personaje real estamos en camino de que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué. En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá. Cada uno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.
Para cerrar, un consejo de Eduardo J. Carletti:
"El escritor jamás debería dejarse llevar por sus necesidades de expresión: el diálogo pertenece al personaje, no al autor."
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El reportaje
Preguntas y Respuestas para
conocer a excelentes personas…
CHARLA CON ANDRÉS ALDAO
En cualquier lugar de este sur del sur y por la
gracia de la imaginación y la virtualidad, una
mesa, bodegón, un tango melodía, de fondo una
callecita de vereda angosta y varias pebetas, de
esas de mi barrio, que canturrean despacito a su
paso, estamos con Andrés Aldao, escritor,
soñador del Obelisco, pasional tango en una
especie de charla cercana en la lejanía.
*¿Qué significa Buenos Aires para Andrés Aldao?.
Mucho; tanto; todo... Es la ciudad en que nací. La ciudad
que me arrancaron en carne viva. El empedrado. La
infancia y la juventud. La novia de cemento. Las
evocaciones... gratas o amargas. Los amigos, el don de la
amistad. El “idioma de los argentinos”, acertada expresión
de Arlt. El tango, música, letra y milonga. El barrio patria
chica, Caballito. El equipito de fútbol, Ferro. La
amistad con algunos de sus hombres de letras, Simpson y
Orgambide. Los símbolos de la urbe “húmeda, atroz e
irrepetible”: Riachuelo, Obelisco, el Nacional, el Marzzotto
y Tango Bar. La cuna rea y culta. Los viejos, estampa de la
inmigración. En Buenos Aires transcurrió mi vida. Sí,
significa mucho; tanto; todo...
*El exilio, ¿por qué?. ¿Qué sensación da el exilio
en el escritor?
El exilio fue el precio de mi militancia social.
Fui detenido el 1º de noviembre de 1974 a consecuencia
de una delación. Pasé un año en la cárcel y para poder
salir debí optar por el exilio posible. No pude remontarlo...
Por razones económicas, edad, trabajo, sin padrinos
“pelaos” a la vista, debí anclar. El exilio lejos de mi patria
me agrisó la vida. Durante veinte años “sólo una sombra
serás”. En 1995, como lo simbolizo en “la Huida”, el primer
relato salido de mi pluma, explico ese súbito despertar,
esa necesidad imperativa de salvarme escribiendo
Andrés aldao
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Sólo evocando los lazos con el pasado, con la gente que quedó atrás y habiendo mantenido
intacta mis raíces culturales, el idioma y las pasiones de mi vida, salí a flote, y pude vociferar, con
Amelita Baltar: renaceré renaceré renaceré...
Treinta y dos años de exilio y toda mi obra es melancolía y amor a la urbe y su gente...
*Ale Aspis, personaje de tu novela “Las aventura y desventuras de Ale Aspis”, ¿cuándo nace y por qué?. En los primeros meses de 2005 escribí un relato titulado Los censores de la UdEF, una especie
de “comedia loca” con gags y situaciones hilarantes que, no obstante, revelaban y ponían en la
picota elementos de la realidad literaria argentina. Allí se imbricaron la fantasía, parte de la
realidad y la “bronca” sempiterna que le tengo a determinados mitos y prohombres de la
literatura, a la crítica literaria tendenciosa y a ciertas editoriales sanguijuelas. Por lo tanto, Ale
Aspis es personaje de ficción y un poco mi alter ego. Nace por casualidad y necesidad, es decir,
causalidad... Ale Aspis me debía representar, simbolizar...
*Tomar textos de algunos autores al comenzar cada capítulo encierra una
decisión de tu parte, ¿cuál fue?
Es verdad, es una decisión premeditada: expresar mi devoción hacia escritores que son parte de
mi acervo literario y humano, que me formaron como escritor y ser pensante autodidacta
dejándome elementos imborrables: los rioplatenses Arlt, Onetti, Soriano, los excelsos de la
novela negra americana, Raymond Chandler y Dashiell Hammett, y autores como Bukowski,
Stephen King, Juan Marsé, y nuestro prodigioso filósofo y poeta Enrique Santos Discépolo.
Aunque, además, los textos copetes tienen vinculación con el tema del capítulo. En realidad
imposible apretar en un párrafo a toda la grey...
*Las aventuras y desventuras…” se leen con avidez, uno termina amando a ese
Ale que al final nos deja desarmados sin fuerzas, queriéndole dar ánimo. Andrés
cuando lo escribías, ¿qué sensaciones ibas alimentando?
Ale Aspis se fue convirtiendo, a medida que escribía los capítulos, en una alegoría labrada y
rioplatense de Espartaco, Robinson y Quijote, un luchador solitario que enfrenta la adversidad,
la hipocresía de los “notables”, de malandrines y fulleros, de la canalla burocrática, remedo
kafkiano de los funcionarios chorlitos, o los “custodios del orden”, tragacometas y coimeros... Ale
es un alter ego literario de algunos de mis actos como ser humano, y otros de los que no fui
protagonista pero estaría dispuesto, gustoso, a concretarlos. Ale no hace nada que su creador no
protagonizó. O hubiese querido...
*Los lectores quizá deseen conseguir la novela, ¿ cómo pueden hacerlo?
Si la quieren leer en la pantalla de la PC, tengo la versión en PDF y otra en Word, completas las
dos. Si desean el libro en papel, tendrán que esperar la nueva edición. La publicación en Internet
la estoy haciendo en mi blog Los escritos de Andrés Aldao:
www.escritosdeandresaldao.blogspot.com
*Volvés a Buenos Aires con cierta regularidad, ¿cuesta la vuelta, cuesta la
despedida?
Volver a Buenos Aires es una peregrinación, un esfuerzo, un reencuentro, y a veces una
decepción, dolorosa e inevitable. El exilio cobra sus diezmos, uno no es el mismo, la vida ha
cambiado y soy el extranjero, el que viene a ocupar el lugar de los nativos. Y las despedidas
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siempre son desgarro, una repetición que renueva el acto del exilio, el extrañamiento, la soledad, la melancolía. *Si la gente quiere saber de vos ¿dónde te encuentra en internet? Puede entrar a la revista Artesanías Literarias, www.artesanias. argentina.co.il o www.escritosdeandresaldao.blogspot.com *Andrés, quizás quieras ofrecernos algunas breves palabras. Ante todo, agradecer a la gente de Palabras al Sol, a Liliana Varela y a Elisabet Cincotta, por
esta entrevista que, confieso, es la primera que se me hace desde que me he convertido en
escribidor. Siento que hay en el mundo literario colegas que perciben mi obra, curiosas por
saber algo de mi vida y transmitirlas a su público, el público que lee y aprecia los escritos de
los “no consagrados”, de los que en resumidas cuentas son los relegados de la sociedad que
censura y ningunea a los escritores que no pertenecen al círculo elitista. Pero el internet les ha
quebrado la arrogancia, los hace prescindibles, y nosotros, los “proletarios” del lápiz, les
hemos hecho un magnífico corte de manga. No vendemos doscientos libros, pues regalamos la
mitad. Aunque por el modo virtual podemos llegar, y llegamos, a miles de lectores que nos
leen y nos disfrutan. Y a ustedes, colegas, muchas gracias por estar y ser como son.
Andrés, gracias por permitirme estar este rato con vos, ya viene nuestro
pucherito de gallina y un buen tinto para cerrar esta charla.
¡¡Gracias!!
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Mitos y creencias de los pueblos
De pequeña, recuerdo haber visto en la casa de mi abuela una
estatuilla extraña que, según decían los mayores, tenía la habilidad de
fumar un cigarrillo si éste se le ponía encendido en la abertura que
hacía las veces de boca; todo el mundo estaba asombrado de aquel
milagro incluyéndome por supuesto.
Esa figura regordeta poseía muchísimas bolsas que colgaban de su
espalda y cuyo contenido consistía en granos de arroz, de maíz, semillas
de toda clase, hojas de té e incluso trozos de tela, algodón y hasta dinero
entre otras cosas aún más extrañas.
Lógicamente estaba prohibido sacar o vaciar el contenido de esas bolsas
ya que ello acarrearía miseria e infortunios al lugar donde se encontrase
dicha estatuilla.
Con el tiempo descubrí que ese hombrecito de aspecto regordete, que
llamaban coloquialmente “Equeco”, era el Dios Andino de la
abundancia.
El Ekeko es un muñeco de terracota que puede presentarse en varios
tamaños, (aunque generalmente tiene unos 20 cms de altura).
Representa a un hombre con las típicas vestiduras de la región andina
que se extiende desde el centro de Perú hasta el noroeste de la
Argentina. De su cuerpo cuelgan pequeñas bolsitas, que a modo de
alforjas contienen cereales, tabaco y billetes enrollados que funcionan
como exvotos para propiciar la adquisición de bienes materiales. El
poseedor del Ekeko puede agregar nuevos exvotos en miniatura que se
colgarán de la estatuilla o se ubicarán a su lado, representando aquello
que se desea obtener.
Su fama de fumador es bien conocida en el mundo andino, y para que
surta efecto , es necesario que el Ekeko no haya sido comprado por el
usuario sino que éste lo haya recibido como regalo (e incluso lo haya
sustraído). Se cree que así como este personaje puede cumplir con los
deseos de sus dueños rápidamente, también puede quitárselos con la
misma velocidad, por ello el significado del cigarrillo está en el humo
que representa la vida que se consume a pasos acelerados mientras
tenemos abundancia (o no).
El Ekeko carga, en su robusto cuerpo de barrigudo hombrecito de
brazos extendidos y repletos de alforjas, las modestas esperanzas de la
gente de pueblo: una bolsita de harina, otra de arroz, una casa en
miniatura, un colchón y una montura (y otros tantos enseres que sus
dueños confían conseguir por su mediación). Los entendidos dicen que
esos símbolos representan las primitivas necesidades de los hombres,
como el comer, el buen dormir, el abrigo de cuatro paredes, mientras
que la montura presagia la compañía de una mula para acortar el
camino.
Para lograr los favores solicitados, hay que hacer "fumar" al Ekeko en el
momento en que se pone el objeto. A tal fin, la figura presenta una
oquedad en la zona donde debería estar la boca, y es allí donde debe
colocarse un cigarrillo encendido. Si el deseo o pedido es aceptado, del
cigarrillo saldrá humo como si realmente el Ekeko fumara.
La leyenda del Ekeko data de tiempos prehispánicos. Cuentan los nativos que allá en el Altiplano boliviano vivía un hombre aymara llamado Iqiqu, que además de ser generoso y alegre, emanaba armonía, sabiduría y tranquilidad. Pero con la llegada de los blancos, se acabó esa felicidad, ya que Iqiqu fue perseguido. Los blancos lo apresaron y fue muerto y descuartizado, poniendo las diferentes partes de su cuerpo en distintos lugares, para que no pudiera volver a nacer. La leyenda toma un cariz político contemporáneo al contar que cuando se reúnan todas las partes del cuerpo del Ekeko, entonces el pueblo aymara renacerá junto con él.
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Si bien es un Dios adorado en varios países del Antiplano (su tradicional figura artesanal arrastra bolsitas
de simbólicos presentes de Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina y Chile) el origen del Ekeko no es claro y ni
siquiera la misma tradición oral de los pueblos coincide en una versión definitiva.
● Para los Collas era el Dios hogareño de la fortuna y la prosperidad al cual se invocaba a menudo.
● Para los Aymaras era el hijo bastardo de wiracocha, al que llamaban hake-aku "hombre de harina"
● Existen sin embargo esculturas y cerámicas que sugieren su veneración desde la propia Tiwanaku.
La Paz, conocida también como Chuqiyapu Marka, es poseedora de múltiples tradiciones y fiestas
andinas heredadas de la colonia y la república. Una de esas tradiciones es la FERIA DE LA ALASITA que
desde antes de la colonia se celebraba en honor del diminuto ídolo llamado Ekeko.
Se inicia cada 24 de enero y permanece por dos semanas. Su mayor característica es la exposición de
miniaturas elaboradas por los artesanos especializados en hojalatería, yeso, confección de ropa, comida,
pastas, madera y otros.
Se llega a esa fecha debido a los siguientes acontecimientos:
● Durante la colonia se mantuvo esta celebración en los estratos populares. Luego del cerco de La Paz
( 1781 ) el Gobernador Intendente Sebastián Segurola que había logrado liberar la ciudad del asedio del
caudillo indio Tupak Katari estableció la fiesta un 24 de enero en acción de gracias a la Virgen de La Paz.
Desde entonces se mandó a los indios de La Paz que trajesen objetos pequeños que se cambiaban primero
por piedras, luego por botones y posteriormente por dinero.
● Años después las autoridades locales institucionalizaron la procesión de la virgen cada 24 de enero
y la consiguiente feria de artesanías. Los anales refieren una fiesta fastuosa, al extremo de que los propios
curas y familias opulentas solicitaron aminorar tal derroche y suprimir las danzas de los originarios, por
cuestión de "decencia" (el Ekeko era, también, deidad de la fertilidad y del erotismo; incluso en sus
orígenes estaba desnudo pero luego del período colonial aparece vestido y sonriente).
La apariencia urbana del Ekeko lo hace parte del mundo mestizo, donde el saco al estilo europeo se
complementa con el pantalón hasta el tobillo del antiguo poncho aymara, el lluchu y las abarcas.
De allí en adelante la religión católica y las creencias andinas volvieron a juntarse para dar origen a otra
fiesta de rasgos mestizos y su feria. De allí que la
Alasita (palabra derivada de Alasita, “comprame pues”, variación a su vez del verbo Althaña, comprar) sea
la expresión de la religiosidad católica del pueblo.
Las Alasitas son miniaturas de toda clase de cosas que una persona desea obtener.
● Una alasita muy común la constituyen los pequeños billetes.
● Las Alasitas pueden resultar muy específicas, por ejemplo: si uno desea viajar, compra una
pequeña maleta; si uno quiere comprarse un coche, compra un cochecito; si un campesino desea buena
cosecha, compra una alasita de un saco de granos de cereales; si una familia quiere tener siempre comida,
compra una alasita de bolsita de arroz .Es increíble la diversidad de alasitas que se venden, y el detalle con
que están hechas.
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La columna del invitado
Carlos Alberto Roldán
Un lugar de escritura El escritor virtual no es un tigre de papel
Las listas de poesía en castellano han sido desde la fundación de La Blinda Rosada, allá por el año 1997, el lugar de puesta a pruebas de la propia escritura de buena parte de los escritores en ciernes. Cuando el narcisismo no enceguecía hasta impedir la necesaria lectura de los otros, éstos desvelaban sus escrituras para entregar sus secretos y darle, al lector perspicaz, bases para enriquecer la propia, para saltar incluso el cordón dentro del cual ciertas temáticas se encerraban, y abrirle todo un campo infinito a su exploración. La escritura de los otros era una rica incitación a entrar en el viaje explorador de esas proposiciones. El cotejo, lejos de intimidar, daba más fuerzas. Las listas, crecidas aluvionalmente desde el año 2000, juntaron para el conocimiento, la discusión, la amistad y los portazos, a mucho escritor solitario cuya obra jamás, de otra manera, hubiera conocido la luz pública. En algunos casos, los escritores virtuales fueron asombrados por el encono de escritores de origen libresco: se les reprochaba, y muchas veces con razón, la publicación de obras sin la correspondiente revisión previa, plagadas de errores tipográficos y gramaticales, desconocedoras de demasiadas cosas o “crudas”, apresuradas y triviales, demodées, anquilosadas en estereotipias, etc. Al respecto cabrían dos reflexiones: ser, por el medio de publicación, descalificados, no merece ningún atenuante y es, simplemente, imbécil. Así escribieran en una pantallita mágica, los escritores tienen derecho a hacer su propia práctica como y según les convenga. No hay por qué pagar el impuesto a las editoriales de pagar por ediciones primeras consagradas a ser un simple obsequio –a veces, sin lectura- a los pares del colectivo poético. Y segundo, tenemos la absoluta certeza, al leer a algunos de ellos, que la publicación en papel no es garantía de nada, sino un medio en el cual se puede dar a conocer cualquiera, pesos mediante. Tal vez convenga conceder la observación de que, al no filtrar nada la mayoría de las listas de escritores, surgen a consideración pública obras que hubieran merecido alguna relectura por parte de su autor. Y claro, como contrapartida, algún escritor de la virtualidad nos preguntaría si hemos leído mucha cosa publicada en papel en los últimos años. Es cierto, sin embargo, que los administradores y moderadores de las listas y foros de escritura literaria, prefiriendo el lugar simpático e igualitario de la difusión sin peros, no censuran, no impiden y hasta solicitan a todo amateur de la literatura que se calce pantalones largos y se largue a superar temores y escribir como si lo hubiera hecho toda su vida. Quiero referirme no al riesgo de descalificación de la práctica literaria en internet que esto conlleva, sino a una virtud que, esperaría, se convirtiera en eje de pensamiento o de discusión en
Profesor de Lengua y Literatura, periodista y poeta argentino. Su obra está dispersa a lo largo y ancho de la red. Es creador junto con Susana Santamarina, del espectáculo de Lecturas Literarias “Vientos Contrarios” que se lleva a cabo los segundos sábados de cada mes en la provincia de Buenos Aires. Además es moderador y fundador de la lista literaria “Utopoesía” de importancia internacional. Su libro “Poesíada” ha sido editado en 2007.
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en adelante. Que iniciara, si no la hubo ya, alguna inquietud en el sentido que señala. El hecho de que no haya pautas previas ni admonitorias en las listas debería favorecer literaturas novedosas, cuestionadoras, prácticas alejadas de las librescas y desmerecedoras de la avidez editorial. No me explico aún cómo, el sector de creación tan reciente que se está aún constituyendo, no reúne a escritores más osados, menos adaptados, más irritantes que el grupo tan civilizado que constituimos. Cómo es, por favor, que contamos con tan pocos asesinos seriales entre nosotros, los poetas de la virtualidad, y hay tantos, como uno mismo, pajarracos de corral que no osamos a ninguna estridencia, ruptura o amanecer. ¿O es que este espacio nuevo es solamente para generar nuevos domésticos y pagadores escritores de papel? Y que quede claro que soy parte del mismo orden cuestionado…
“Las tengo, las quiero gozar”
Ana Lucía Montoya Rendón
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Conozcamos A
Una sección para conocer grandes
artistas y excelentes personas
De profundos registros es la voz poética de Marial, muestra de ello son los más de quince poemarios editados e inéditos. Escritora de gran versatilidad que abarca distintos géneros, como la novela y el ensayo, incluidas también diversas publicaciones de literatura infantil. Pocas personas conozco con la espiritualidad de Marial Lázzaro, comprometida, principalmente, con la esencia humana sin razas ni géneros, con el amor en su esencia universal. De ahí quizá ese maridaje de su voz poética con el espíritu, con la naturaleza, con los elementos… Leer a Marial es salvar la fe, apreciar o rescatar la esencia femenina complacida de ser, sumergirse en la ternura de la madre y sus dolores, reencontrarse en el camino en el que el amor es más que la pasión y, la pasión, más, mucho más que la unión de la carne. Si tuviera que resumir la esencia de las letras de Marial, diría que sus características principales son: la luz y el amor.
María Luisa Lázzaro LoCasto (Caracas, 1950), desde los 17 años vive en
Mérida (Venezuela), es catedrática, Titular de la Escuela de Letras, Facultad
de Humanidades y Educación, de la Universidad de Los Andes (ULA) y
Magíster en Literatura Iberoamericana. Su vocación desde muy joven han
sido las letras a pesar de haberse iniciado en una carrera científica. Durante
siete años fue Docente e Investigadora de la Cátedra de Histología de la
Facultad de Medicina (ULA, Mérida). Es Licenciada en Bioanálisis (1971) y
Licenciada en Letras (1977). Autora de varios poemas que ha musicalizado
(Atrincherada, Llueve amor, No duermas ahora, y Licor de amor), canciones
que han sido interpretadas por la autora en distintos escenarios como el Aula
Magna y Teatro César Rengifo, entre otros. Atrincherada, participó en el
"XIII Festival de la Voz Universitaria de Mérida" (1999), siendo ganadora
del 1er lugar Luz Yamelín Rivero, su intérprete. Fue seleccionada como
"Canción Inédita" en el "XIII Festival Nacional de la Voz Universitaria"
(Universidad de Carabobo, Valencia, 2000). La autora ha sido galardonada
con varios premios literarios entre ellos el de Poesía Alfonsina Storni
(Buenos Aires, 1978).
YO, MAGDALENA Lloro sus pies, Abrazándolos con mi cabellos y mi boca. Asciendo cada peroné y tibia, cada fémur. Sollozo las ingles, el vientre, el estómago, el pecho, el mentón, la frente. Extiendo mis brazos al largo de los suyos intentando el infinito. Mis manos se hacen sus manos, mis dedos sus falanges.
Mis labios rozan sus labios, se abren a su pan y su vino, muriendo en él nueva. Fundidos carne con carne.
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Poemas recopilados
Este amor
Ese amor
que ha creado quimeras por demás
tiene hoy de sobra mucho.
Frutas, miel, sutiles estrellas que
de sobra
van por una senda en pausa, esa
desconcertada nostalgia
que sola se guarda en el desván de los
aburrimientos.
Miradas que sobran, tiene. Y el ayer
transparentándose
entre la cadencia fuerte de lo que reaparece.
El de la melodía ida, que amor
ese, asustado, que se va
con su piel, sus ikebanas de furia triste, sus
disfraces. Protegido
por una palabra dulce, que extraño
que la bruma lo proteja
también. Y que amor
este amor
que llega
entre lo verdadero que busca volver
con la exactitud
de lo profundo y lo necesario.
Delicias filiales
A Alberto Cruz Casanova
Deliciosamente ladeas la cabeza
sacudiendo las mil gotas
que destila tu melena.
Deliciosamente arrugas la nariz
cuando rehuyes la ardiente claridad de la mañana.
Deliciosamente sonríes,
transparente,
y sostienes sobre las manos
saltimbanqui
tu esbeltísima silueta.
Deliciosamente te lanzas
en picado sobre mi vida
para contarme la tuya
enroscado en mi regazo
como feto-garrapata metro ochenta.
Deliciosamente te miro,
inundada de gozo,
y comento, pitonisa,
que muy pronto llegará
quien me arrebate
toda esta sobredosis
de delicias.
MABEL BELLANTE MILENA CASANOVA
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STELLA MARIS TABORO BLANCA BAROJIANA
Sólo pude
Como un viento generoso,
sin dudas, ni impaciencia,
hubiese alzado las semillas,
de aquel árbol del sendero estrecho,
para hundirlas en el suelo casi escarchado,
en la tarde con voces de niños jugando,
antes que el coqueteo , de las estrellas en lo alto,
distraiga el sueño de un sembrador frustrado.
Como un picaflor, hubiese quedado prendido
en el corazón de una campanilla .
Pero en un húmedo recodo de tu cuello lujurioso,
sin dudas ,ni impaciencia,
cuando el coqueteo de las estrellas embriagaba a
nuestras sombras,
tan sólo pude prender en tu cuello una rosa roja
exuberante,
como rojizos amaneceres .
De noche se dicen cosas
que no se dicen de día.
Y yo quisiera decirte
muy bajito: reina mía,
vente conmigo a Granada,
vente conmigo a Sevilla,
que yo alzaré a tu vera
un jardín de maravilla.
De mirtos y de laureles, de
jazmines y de rosas, para
que pisen tus plantas
las veredas más hermosas,
para que se alcen tus ojos
más altos que las estrellas,
y en viéndolos refulgir
de ti se enamoren ellas.
Vente a la Alhambra almendrada,
que allí está mi corazón,
que para alegrar tu oído
se convertirá en bordón.
De noche se dicen cosas
que no se dicen de día,
pero vino la alborada,
la calle se amanecía,
y la canción se arrullaba
y en el río se dormía.
De noche se dicen cosas...
*Sueño Tricolor- Ana Lucía Montoya Rendón
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BEATRIZ MARTINELLI ELISABET CINCOTTA
No necesitaré
acomodo sosegadamente cada rincón
remueve un instante será difícil decir adiós
las palabras escondidas en cofres para que no
escapen
no sea me oculten lo evidente
saldré sin vigilar
llenos los ojos de tus miradas no necesitaré
nada más
para morir un poco.
Un ramillete de violetas
Buenos Aires está gris / húmeda, recuerdo que
se cuela por los poros.
Tu mano toma la mía, cruzamos la avenida.
Afuera de nosotros llueve.
El florista nos ofrece un ramillete de violetas,
cancelamos la corrida, tus ojos celestes me
penetran.
Un libro, unas flores y ambos silenciosos
presintiendo. La calle nos invade. Afuera de
nosotros hace frío.
Subimos las escaleras tu brazo juega con mi
mente, mariposas aletean dentro mío. Ya no
llueve.
Me acurruco bajo el toldo, miro la vidriera
espejada, me devuelve una imagen cúmulo de
añoranzas, una calle de paraguas, charcos y
luces mojadas, más atrás una lágrima camina
por la acera.
Buenos Aires está gris / húmeda, su mano
melancólica toma el hueco de la mía, nos
perdemos por su anchura... una remembranza
inunda mi piel y mis sentidos.
Adentro mío llueve.
*Desnudo Rosa- Ana Lucía Montoya Rendón
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Cuentos RECOPILADOS
CARLOS ADALBERTO FERNÁNDEZ
LA DEUDA
Falta para la aurora, para mi encuentro con Bedoya. La noche está húmeda, pringosa. Noche agorera de
muertes desangradas en grietas resecas que se hunden en el infierno. O de espectros insomnes,
deambulando en busca. De qué, digo, qué carajo hago aquí, yo, Toribio Antunez, otrora guapo, ya casi
pretérito. Los cuervos de la noche esperan, negro sobre negro, mi cuota de muertos, o mi propia muerte, que
ya es hora.
¡Cucarachas! En esta cueva hedionda, acompañan mi inevitable descenso al ocaso.
Lejos quedó el tiempo del joven de cuchillo inhóspito, sacerdote ceremonial del requiem porque sí, porque
éste o yo, entoncs yo, mi fama ondeando en esquinas, bailongos, piringundines. Ya entonces Manuel Bedoya
era mi referencia, le contaba las muertes, le evaluaba los gestos, lo esperaba -el momento de la búsqueda
pausada de la carne del otro, de la sangre escondida, del último suspiro y la mirada incrédula y final-. No se
dió. No había apuro. Alguna vez no íbamos a encontrar.
Después crecí. Hice de mi destreza -o mi suerte- un oficio.No fue lo mismo matar por encargo del político de
turno, del aristócrata, del poderoso haciéndose camino sobre muertes encargadas.
Matar sin odio te seca el alma, es ser verdugo, no juez, ni hay requiem. Pero era mi oficio, había que parar la
olla.
Recorrer los senderos, buscar los escondites del enemigo solapado. O en la guarida, entre cucarachas y
hedores, atento al afelpado paso del peligro. O el andar firme y seguro de Bedoya, buscándome. Quince
noches encontrándolo. Quince madrugadas buscando luego el refugio del sueño y el olvido.
Ya ni oficio me queda. Solo una fama incierta, folklórica. Tal vez compasión, de donde conseguir para grapas
y changas. Y esperar a Bedoya, quién diría, a nuestra edad, encontrarnos en este tugurio infame.
Con el primer rayo de sol se asoman los pasos de Bedoya.
-- ¿Llego tarde?-, pregunta, por decir algo.
-- No. Es la hora.
Bedoya, con lentitud ceremonial, desenvaina su cuchillo, le evalúa el brillo y lo coloca sobre ls mesa, al lado
del mío.
-- Sin novedad -le digo, mientras levanto mi cuchillo-. Quince días, Bedoya; es la deuda.
-- Sí, quince días. Aproveche ahora, que ya le tomo el turno. Vaya y arregle lo suyo, Antunez. Y cuando me
entere de otra changa de sereno, le informo.
-- Le agradezco, Bedoya. Que tenga buen día. Ya nos vamos a encontrar.
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JORGE LUIS ESTRELLA
EL OLIVO
En un territorio que comprendía una manzana vivía toda la familia de mi padre, incluídos nosotros.
Nos había tocado en el reparto dos habitaciones: una que servía de cocina y sala de estar y otra, en
diagonal, a doscientos metros , donde dormíamos mis padres, mi hermana, mi hermano y yo. A escasos
centímetros de nuestra cocina se levantaba el tronco de un inmenso olivo cuyas ramas se extendían
hasta el último confín del territorio. Un colibrí y una abeja contaban historias antiguas entre las ramas
del olivo. Las aceitunas caían mansamente sobre los nísperos, las achiras, los mandarinos, los laureles,
el cantero de boj, las baldosas de geometría mágica, la revista erótica que leía mi abuelo, el gallinero de
los huevos de oro, el tero ciego, las canillas, la batea donde nacían los mosquitos, la carpintería donde
mi padre torneaba peones de ajedrez, la panza de mi tía, la epilepsia de mi otra tía, los bigotes y los
versos de mi abuela, el portland gris del pasillo, la soledad descascarada del tiempo, la ropa tendida por
mi madre, el triciclo dormido, el caballito de mar y el caballito de madera. Las aceitunas caían, nosotros
las levantábamos y le hacíamos unos tajitos antes de ponerlas en lejía. De las innumerables ramas del
olivo colgaban los ajusticiados del crimen de Lincoln, la cabeza de Acha, las horas del invierno, los
surubíes del Paraná, unas notas del Himno que cantara Mariquita Sánchez, la tristeza de mis padres, los
fantasmas culposos de mi masturbación, las agujas de tejer de mi abuela, el grito de los vededores
ambulantes, las bombachas de Marilyn Monroe, los senos de mi madre, la luna, la jaula donde el único
zorzal leía el Parnaso Argentino y trescientos siete prostitutas. Pero no sólo de tronco y ramas está
hecho un árbol. Las raíces del olivo crecieron con los días, crecieron con las tardes, crecieron con las
noches, crecieron hasta levantar terrones, prímulas, senderos de hormigas, el portland del pasillo,
trípodes, monedas caídas, hojas desesperadas, ilusiones perdidas, vigas, otras vigas, más vigas, sillones,
botellas, caños, tuberías. Hubo que cortar el olivo, serrucharlo, para lo cual se llamó a todos los
leñadores disponibles del cuento de Caperucita. Costó mucho trabajo destruir lo que la energía vegetal
había construído pero, una tarde, varios días después del incendio del aserradero vecino, comprendí
que ya casi nada quedaba del olivo. A los ajusticiados del crimen de Lincoln los metieron en un libro de
historia encuadernado en cuero de Yacaré, a la cabeza de Acha la enterraron y hoy nadie se acuerda de
ella ni de quién era Acha. A las horas del invierno las gastaron, a los surubíes se los comieron, a las
notas del Himno las cantaron, a la tristeza de mis padres las dejaron como estaba, los fantasmas de mi
masturbación desaparecieron, las agujas de mi abuela, el grito de los vendedores y las bombachas de
Marilyn Monroe fueron a remate. Con los senos de mi madre no recuerdo qué pasó. La luna quedó para
mi abuelo pero luego de su fallecimiento fue dividida entre mis tías en partes proporcionales. El zorzal,
la jaula y el Parnaso Argentino murieron de nostalgia. Trescientos seis prostitutas se mudaron a los
naranjos de las calles de Jerez. Sólo una me miró largamente, unió su mano izquierda a mi derecha y
caminó a mi lado desde entonces.
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PALABRAS de palabras al sol…
Este número ha sido sólo una ínfima recopilación de los casi cuatro años que estuvo
circulando la Revista “Palabras al Sol” formato digital.
Ha quedado muchísimo material fuera, material que esperamos ir entregando de a
poco para que no se pierda todo el esfuerzo y el trabajo hecho.
Palabras nació en el imaginario de un grupo de amigos de una lista de yahoo de
literatura; hoy día la tecnología y el progresó superó ampliamente el alcance que
poseían estos formatos digitales.
Después de varios años pensamos en retomar el trabajo, porque más que trabajo, es
un placer.
Quedaron artífices en el camino de la vida: Carlos Adalberto Fernández, Jorge Luis
Estrella, Raquel Teppich. Pero seguimos y pensamos hacerlo durante mucho tiempo
o hasta que ustedes dejen de leernos.
Agradezco a la comisión de la revista 2017: Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia),
Blanca Barojiana (España), Emilio Medina Muñoz (España), Elisabet Cincotta
(Argentina) y Liliana Varela (Argentina)
Y sigamos editando!
Feliz Retorno!
Liliana Varela