de los actos de habla a la intencionalidad

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1 R. Searle: de los actos de habla a la Intencionalidad. Una va/oración fenomenologicolingúistica VICENT MARTÍNEZ GUZMÁN (Universitat Jaume 1, Castellón de la Plana) En este trabajo me propongo exponer mi lectura de algunos elementos de la red conceptual de los actos de habla elaborada por Searle a finales de los años sesenta y su ampliación hasta proponer una teoría de la Inten- cionalidad 1 en los años ochenta que se convierte en fundamento de aque- llos actos de habla (1983, vii). No se escapa el interés fenomenólogico de la investigación si atendemos a la necesidad de indagar una Intencionalidad fundamentante de toda relación organismo-mundo (sic) que. por tanto, fundamente también la relación del hablante con su mundo. Sin embargo. el reconocimiento de las virtudes fenomenólogicas de las propuestas de Searle no impedirá que, desde una «fenomenología lingúistica» que apro- vecha el nombre del mismo Austin de quien Searle toma elementos con- ceptuales para su propia doctrina, se vayan presentando matices críticos a la teoría general dc la Intencionalidad que este óltimo autor elabora. Por otra parte, el hecho de calificar de fenomenología lingúistica al marco de mi investigación, si bien me impide quedarme en la descripción de las «me- ras palabras» y me lleva hacia los fenómenos (fenomenología), no propo- ne otro acceso privilegiado a ellos que el de describir lo que decimos en situaciones de comunicación (lingílistica) (cfr. Cerf, 1966; Ricoeur, 1975. 1977; Wild, 1957, 1963). Por este motivo, mirará con cautela la «metodolo- gía de acceso» a esa Intencionalidad más fundamental que la Intencionali- dad del lenguaje, por si pretendiera escapar a lo que de ella decimos cuando nos entendemos unos con otros. (Cfr. 1-labermas, 1988a, Pp. 121- 123 y 136-149; 1988b. Pp. 123-126, 138-151; Appel, 1987 passim.) 1. Seguiré la convención de Searle (1982, n. 1 y passim; 1983, passim) de escribir con mayúscula la primera letra de Intencionalidad en sentido técnico, para distinguirla de uno de los <‘estados Intencionales» que será la «intención», por ejemplo, de cumplir II ¡la pr(~mc<a. R¿’visu, de FiIosoth,. 3 época, vol. y 1992). núm 7. púg& 67—97- E iInri al (Y ni pinte o sc - M d ri cl

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1 R. Searle: de los actosdehabla a laIntencionalidad. Una va/oración

fenomenologicolingúistica

VICENT MARTÍNEZ GUZMÁN(Universitat Jaume1, Castellónde la Plana)

En estetrabajome propongoexponermi lecturade algunoselementosde la red conceptualde los actosde habla elaboradapor Searlea finalesde los añossesentay suampliaciónhastaproponerunateoría de la Inten-cionalidad 1 en los añosochentaquese convierteenfundamentode aque-llos actosde habla (1983,vii). No se escapael interésfenomenólogicodela investigaciónsi atendemosa la necesidadde indagaruna Intencionalidadfundamentantede toda relación organismo-mundo(sic) que. por tanto,fundamentetambiénla relacióndel hablantecon su mundo. Sin embargo.el reconocimientode las virtudes fenomenólogicasde las propuestasdeSearleno impedirá que,desdeuna«fenomenologíalingúistica» que apro-vecha el nombredel mismo Austin de quien Searletoma elementoscon-ceptualesparasupropia doctrina,se vayanpresentandomaticescríticos ala teoría general dc la Intencionalidadque esteóltimo autorelabora.Porotra parte, el hechode calificar de fenomenologíalingúistica al marcodemi investigación,si bien me impide quedarmeen la descripciónde las «me-raspalabras»y me lleva hacialos fenómenos(fenomenología),no propo-ne otro accesoprivilegiado a ellos que el de describir lo quedecimosensituacionesde comunicación(lingílistica) (cfr. Cerf, 1966; Ricoeur, 1975.1977;Wild, 1957, 1963). Porestemotivo, mirará con cautelala «metodolo-gía de acceso»a esaIntencionalidadmásfundamentalque la Intencionali-dad del lenguaje,por si pretendieraescapara lo que de ella decimoscuandonos entendemosunoscon otros. (Cfr. 1-labermas,1988a,Pp. 121-123 y 136-149; 1988b.Pp. 123-126,138-151;Appel, 1987 passim.)

1. Seguiré la convenciónde Searle(1982, n. 1 y passim;1983, passim)de escribirconmayúsculala primeraletra de Intencionalidaden sentidotécnico,paradistinguirlade uno de los <‘estadosIntencionales»queserála «intención»,porejemplo,de cumplirII ¡la pr(~mc<a.

R¿’visu, de FiIosoth,. 3 época, vol. y 1992). núm 7. púg& 67—97 - E <í iInrial (Y ni pinteo sc - M dri cl

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1. Actos de habla y proposiciones

Es sabido que la doctrinageneralde los actosde habla propuestaporAustin (1962)clasificaba«lo quehacemosal hablar»en el actolocuciona-rio que incluye la significaciónentendidacomo sentidoy referencia,actoilocucionarioy actoperlocucionario.A partir del material presentadoenOxford en 1959 como tesis doctoral, Searle,en 1965, esbozasu propiaclasificacióndel mismo fenómeno«lo que hacemosal hablar»,y en 1969la completasustituyendoel acto locucionariode Austin por el actopropo-sicionalcon sus subactos«referencia»y «predicación».Las insuficienciasque Searleencuentraen la doctrina de Austin las explica en 1968 y aquíempieza,a mi juicio, la elaboraciónde la red conceptualde los actos dehabla que conllevará,mástarde, la investigaciónsobrela Intencionalidad.Pero tambiéncomienzanaquí mis reticenciasa algunoselementosde esared conceptualqueserándecisivosparala última doctrina.

Una emisión (utierance) literal y seriapor parte de un único hablantede laoración <sentence)«Voy a hacerlo»puedeser (podría tener la fuerza de) unapromesa,unapredicción,una amenaza,una advertencia,un enunciado (siate-menOde intención,y asísucesivamente.Pero,con todo, la oraciónno es ambi-gua; tieneunay sólo una significación literal (1968a, p. 142 5.; 1968b,p. 52. convariacionesen la traducción).

De estamanerailustra Searlela distinción austinianaentreacto locu-cionario y actoilocucionario,peroempleandoun aparatoconceptualparala explicaciónque,a mi juicio, distorsionade entradala propuestafeno-menologicolingtiísticaparaurgir supropiaalternativa.Resumomi comen-tario:

1. Es fenomenologícolingúisticamenterelevanteque nos ocupemosdel uso «serio»de las emisionesqueprocedede Austin (1962a,Pp. 21 s..92 n. y 104; 1962c, Pp. 63, 136 n. y 148) opuestoa usos «parasitarios».«faltos de color» o «pálidos»(etiolated)comoseríanrecitarpoemas,actuaren el teatro, practicarla pronunciación,etc.,porqueligan la ejecucióndelas emisionesa las circunstanciasordinariasde emisión, que incluyen losintentos(attempts)de «haceralgo al hablar»,«hacerun actoperlocuciona-rio estándar»y «las condicionesnormalesde referencia».Interpreto queel uso «serio»es el «originario» (the first Word, au pied du len-e, moredownto earth. Austin, 1961a,pp. 118, 178 n.y 185; 1961b,Pp. 119 s., 171 n.y 177),y como tal no tieneunasignificación«aislable»de su contextodecomunicación.

2. Porello me pareceimprocedentequeequipare«significaciónlocu-cionaria»con «significación literal», puesen la literaturafilosófica puede

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hacerpensaren unasignificaciónzeroor naZi context, o unasignificaciónfree-contex4contra la que el mismo Searlereaccionarámás tarde (1978,passim;1980a,vii-x) 2 Tambiéncreoquepuedeconfundirel hechode queSearle diga que la oración no es ambigua, porque refuerza la aludidadescontextualización.Segúnmi interpretación,lo relevanteesel uso de laoración «voy a hacerlo»,estoes,la emisión,el actode hablatotal del que,segúnAustin, si queremosdesmenuzarloparaexplicar el fenómeno«loque hacemosal hablar»en su totalidad,podemoshacerlo,siempreligadoa un contextode comunicación,resaltandosu significaciónen diferentesniveles.A nivel de subactofático, «voy a hacerlo»tiene la significacióndelas convencionesgramaticalesdel españoly el hablantetiene intencióndeseguir esasconvencionesque el oyente ha de conocer.A este nivel eloyentepodría encontrar«ambigiledad»si la oraciónfuera un sinsent.idogramaticalo la dijera con la entonacióninapropiada.Si no cometo esoserrores,el actode hablano tieneningunaambigiledadlocucionariofática~.

Tambiénpuedotenerla intenciónde «precisar»estasignificaciónlocucio-nariofática a un nivel rético, esto es, precisandosu significación como«sentidoy referencia».Así habría de tenerel «sentido»que tiene «voy ahacerlo»en españolcuandose emite en situacionesen que se va a haceralgo, y «yo» y «lo» hande referir adecuadamente(a mí y a lo quevaya ahacer)en las circunstanciasapropiadas.Aquí el oyentepodría encontrarambigúedadlocucionariarética si la referenciao el sentidofueranvacíos,vagos,oscuros...Si no cometo esoserroreshabré alcanzadounasignifica-ción locucionariaque en mi interpretaciónincluye la intención de seguirlas convencionesgramaticalesdel español(significación locucionariaIáti-

2. En Austin (l962a, p. 122; l962c, p. 167) he encontradocomoejemplode «usono literaldel lenguaje»el verbo«insinuar»,perono en relaciónconel actolocucionario,sino precisamente a propósitode la posibilidad de usarla fórmula «al decir fin savingíx yo estabainsinuando...» de forma paralelaal uso ilocucionario«al decir x yo estabaprometiendo (porejemplo) y no ligadode ningunamaneraa la locucióncomoSearlehaceaquí.

3. Esta resumidaexposición de mi lectura de la doctrina generalde los actosdehabla de Austin, sigue los análisisqueinicié en mi tesisdoctoralpresentadaen 1985.Concretamente,los niveles de ambigtiedady significación que aquí voy a referir seinspiranen—aunqueno siguenfielmentea— Forguson(1973).La ineludible referenciaal oyentepara clarificar que se trata de estudiar el fenómeno«lo que hacemosalhablar»en un contextode comunicaciónbuscando‘<entendernos»,esto es, desdelaperspectivadel participante(dieTeilnehmerpenspektive),viene másquesugerida«exigi-da»por [—labermas(al menosen 1988a,cap. V; 19881,,cap.y). Creoquela importanciainternacionaldc Searleen la sistematizaciónde la doctrinade los actosde hablahacequese incluya a Austin entre«los prisionerosdel cognitivismode la semánticaveritati-va», por considerarúnicamentela validez«comocumplimiento de condicionesde ver-dadproposicional»(Habermas,1988a,p. 78; 1988b, p. 81). Precisamenteen estetrabajodoy datosparaconsiderarilegítima la aplicaciónde «actoproposicional»y las conse-cuenciasque paraSearletiene,a la doctrinageneralde los actosde hablade Austin.

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ca) y el usoconsentidoy referenciacorrectos(significacióncomo sentidoy referencia),siempreen las circunstanciasadecuadasde comunicación.No será ninguna significación literal descontextualizada,sino referidasiempreal contextode comunicación.Y desdeel puntode vistalocuciona-rio, el uso de la oraciónno seráni gramaticalmenteambiguo,ni tendráambigiledadde sentidoy referencia,puestoque se habrá <‘precisado»alclarificar sudimensiónrelativaa la verdady falsedad.Sin embargo,tendrá«ambiguedadde fuerza»porquefaltará «explicitar» la dimensiónrelativaal carácterafortunadoo desafortunadode la emisión.Es decir, seguiríasiendoambiguarespectoa si tenía la fuerzade una promesa,una predic-ción, una advertencia,etc., puestoquese había llegado a una «significaciónprecisa»,queno literal Evidentemente,esta segundadimensiónnos en-frentaríaya con la abstracciónacto ilocucionario—si prescindiéramosdela abstracciónacto locucionario—.explicitandola significaciónprecisadalocucionariamentey completandoesa significación locucionaria inicial-menteabstraídacon la fuerzailocucionaria,tal comose manifiestaen loscasosde los ejecutivosexplícitos: «Te advierto quevoy a hacerlo.»Ade-más,se completala referenciaal oyenteen vistadel cual se procurabanoser ambiguo ni fática ni réticamente,porque uno de los efectosdel actoilocucionarioes lacomprensión(uptake)de la fuerza.Estaintrínsecarela-ción a lasituaciónde comunicaciónya desdela significaciónlocucionaria,entiendoquepermite desautorizaruna exposicióncomo «significación li-teral» si, como Searlehace,se explica el acto locucionariodiciendoqueenél «la oración no esambigua;tieneunay sólo unasignificaciónliteral» 1

3. Finalmente,me parece inacertadala expresión«enunciadode in-tención»paraindicar uno de los actosilocucionariosporqueprecisamenteunade las propuestasbásicasde la fenomenologíalinguistica es la fusiónentre«decir»y «hacer»quesuperala «falaciadescriptiva»de considerarcomoúnicafunción del lenguajela «descripción»o «referencia»a hechos(Austin, 1961a,p. 234; 1961b, p. 218; 1962a,p. 3; 1962c,p. 43). HablarcomohaceSearle,de «enunciados»de intención,ciertamenteprefigura sufutura reivindicaciónde estadosmentales(o Intencionales),pero distor-sionala propuestade Austin justamenteporquehacepensarquesi toma-mos estos«enunciados»como «emisionesserias»(sic), llegamosa enten-derlascomo «signosexternosy visiblesde un acto espiritualinterno»,enestecaso,de la intención.De estamanerase dice que la emisiónexternaes un enunciadoverdaderoo falso del actointerno.SegúnAustin, el exce-sode profundidad,y la aparentesolemnidadde estasafirmaciones,allanael caminoa irresponsables(a perjurossi sejura sin la intenciónde cumplir,a bígamossi se dice «sí, quiero»y yase estácasado,a tramposossi se dice

4. En la exposiciónde Austin, Searletambiénutiliza la terminologíaíype-rokendemaneraquepuedeconfundiral lectorcon los mismosargumentosque él mismo criticaea1978,pp. 119s.

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«apuesto»y sehacentrampas,etc.).Poreso,en el marcode la fusión entre«decir»y «hacer»,hacerunapromesa,apostar,jurar, no separala émisióndel acto,sino quees elmismo acto. Y laemisiónno es verdaderani falsa:si no hay compromisodel hablante,es nula,o hechade mala fe, o incom-pleta, o concartasescondidas,o, en general,desafortunada.Por supuestoque«hacerunapromesa»,o «casarse»,es másquepronunciarunaspala-bras (es «comprometerse»conlo que se dice,conla intenciónde comuni-car,con elseguimientode las convenciones,etc.),perono es ningúnenun-ciado que registrealgún acto espiritual (1962a.pp. 9s.; 1962c,PP. SOs.;1961a, p. 236: 1961b,p. 220; cfr. MartínezGuzmán,1986). Y la terminolo-gía «enunciadode intención»mepareceincorrectaparaexplicarla doctri-na austinianapor todos estosmotivos a los quehabremosde volver.

Despuésde estaexposición,de la queme he distanciado,Searleproce-de a criticaría diciendo que «no puedeser completamentegeneral en elsentidode señalardos clasesmutuamenteexclusivasde actos» (1968a,p.143; 1968b,p. 52). Y proponeun ejemplo5en el quesignificacióny fuerzaseconfunden: «Por la presenteprometoquevoy a hacerlo.»En esteejem-plo la descripcióndel acto locucionario—que incluye la significacion—esya una descripción del acto ilocucionario. «El significado de la oracióndeterminaunafuerzailocucionariade susemisiones,de tal maneraquelasemísionesseriasde ella conesesignificadoliteral tendránesafuerzaparti-cular». Por tanto «no haydos actosdiferentes,sino dos etiquetasdiferen-tesparaun mismoacto».La primeraconclusiónde Searlees que la distin-ción de Austin no es completamentegeneral porque al menosalgunosactoslocucionariosson actos ilocucionarios. Mis reflexionesal respectoson las siguientes:1) No vale decirque Austin consideraralas locuciLonesy las ilocucionescomo «clasesmutuamenteexeluyentes»,porqueexpresa-mentedijo que «realizarun acto locucionario es, en general,y eo ipso,realizarun acto ilocucionario»y que«todo actogenuinoes ambascosasala vez» (everygenuinespeech-actis both) (1962a,pp. 98 y 147; 1962c,PP.142 y 194).2) Ya he explicadomásarribaqueesdesafortunadala exposi-ción de Austin recurriendoa la «significación literal» distinta de la «fuer-za», porque sugiereun aislamientode la significación que no se da enAustin. 3) Podríaadmitir queson dos «etiquetas»(labels) diferentesparaun mismo acto. Pero no iría en contra de la distinción de Austin quienconsideraqueson «abstracciones»de un mismo acto. Lo queocurre esque podemosconsiderarlas diferentes«cosas»que hacemosal hablarre-saltandoen nuestradescripciónunosaspectoshaciendo«abstracción»deotros,segúnnuestrointerésdescriptivo.Y lo que es másimportante,loscriterios parahacer la abstracciónde uno u otro aspectotienen que ver

5. En la literaturasobreel tema,al uso realizativode verbosilocucionarioscomoel del ejemplode Searlese le ha llamadoel «casolímite», y, mientrasquea Searleleha llevado a negar los actos locucionarios,a otros autores(p.ej. Cohen. 1974) les hallevado a negarla «fuerzailocucionaria»(cfr. Rabossi,1972).

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con los niveles de ambigliedadque hemosseñaladomás arriba. Es decir,tienenquever con las «condicionesquehacenafortunada»la realizacióndel actototal. Entre éstas,puedocentrarmeen las condicionesconstituti-vas del acto locucionarioseñalandosi se cumpleno no las condicionesgramaticalesdel español (acto locucionariofático),o las condicionesdereferencia(acto locucionariorrético).O puedocentrarmeen las condicio-nesconstitutivasdel actoilocucionario resaltandosi estabaen condicionesde «prometer»,por ejemplo,si lo hice con la intención de cumplir, etc.<ibid., cfr. caps. III y IV; tambiénForguson,op. ciÉ, y Rabossi.op. ciÉ).Podemosabstraerel acto locucionariodel ilocucionario, incluso en loscasosde usode verbosrealizativosexplícitos,porquelascondicionescons-titutivas de cada uno de ellos, de acuerdocon el tipo de sinsentidooambigíledada quepuedandar lugar,son diferentes.

PeroSearlesigueargumentandocontrala distinción austiniananegan-do ahorala posibilidadde distinguir actoslocucionariosde ilocucionariosen todos los casos,porque el recurso explicativo de la diferencia es elmismo: la diferenciaentreel estilodirectoe indirecto.Así, Austin, cuandodistingueentreactofático y rético, dice «El dijo: “Yo estaréallí” [fático]»,«El dijo queestaríaallí [rético].» Y cuandodistingueentrelocucionarioeilocucionario,dice también:«Locución:El me dijo, “no puedeshacereso”,»Ilocución:El protestóen contrade mi intentode hacereso.»Comoquieraqueal informar de un actorético —quees partedel locucionario—usaunverbo ilocucionarioaunquemuy general(«dijo que»),concluyeSearlequeno hay forma de dar un informe de un acto locucionarioqueno incluya«algúnindicadorde fuerzailocucionaria,ningunaemisiónde unaoraciónconsu significaciónes completamenteneutral respectoa la fuerza.Todaemisiónseriay literal contienealgunosindicadoresde fuerzacomo partede su significación, lo cual equivalea decir quetodoacto réticoes un actoilocucionario» (1968a,p.149; 1968b,p. 57). Una vez más mi reflexión esqueera la exposiciónde Searlede la doctrinade Austin, y no la doctrinade éste,la quedistinguía entreuna «significación literal» aparentementeneutralrespectode la fuerza.Y queno habíaqueentenderloscomo clasesmutuamenteexclusivas.El acto genuino es ambascosasa la vez, por esodescribirun acto rético es describir un acto ilocucionario muy general.Pero eso no significa queen la abstracciónde las diferentescondicionesconstitutivasno podamosresaltarcadavez aquellosaspectosqueinteresencomovimosmásarriba.Ademáshaydiferentesnivelesdecompromisodelhablante:describirel acto fático repitiendolas frasestextualesdentro delas comillassólo comprometeal hablanteconel cumplimientode las con-dicionesgramaticales.Describirel acto rético con el estilo indirectocom-prometeal hablanteconel sentidoy la referencia.Lo mismosirve paraladistinción locución,ilocución.Repetir lo queha dichoel hablantelo com-promete sólo a nivel gramaticaly de sentidoy referencia.Usar el estiloindirecto lo comprometeconla fuerzailocucionariade la emisiói~ (Eergu-son, op. ciÉ). Por tanto,a mi juicio, es posiblemantenerla distinción y no

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necesitamosuna distinción adicional. Es unaexposicióninadecuadade ladoctrina de Austin la que lleva a Searlea la necesidadde presentarunaclasificaciónde lo quehacemosal hablarqueseaalternativa.

Peroademásla alternativa,comoes sabido,haceusodel llamadoacto-proposicionaly de la nociónde «contenidoproposicional»que, al reintro-ducir propuestasfregeanas,complicanla doctrina de los actosde hablayla dejanconel peligrodel «mentalismo»que,ami juicio, va a ir aumentan-do en la red conceptualde la explicaciónde la Intencionalidadpor partede Searleapartir precisamentedel uso de estoselementosconceptualespropuestoscomoalternativaa la doctrina de los actosde hablade Austin.Searleinterpretalas abstraccionesde Austin relativasa los aspectoslocu-cionariose ilocucionarioscomoabstraccionesrelativasal aspectoproposi-cional, queseríael que involucra «correspondenciacon los hechos»,y elaspectode la fuerza ilocucionaria.Aquí sí que el acto de expresarla pro-posición seríaneutralrespectode su fuerzailocucionariay seriala abstrac-ción genuinadel acto ilocucionario,porque seríaaquellaporción de laoración que no incluye los indicadoresde fuerzailocucionaria como sepuedesimbolizarpor F(p) (ibid., pp. 156 y 164). Puedo«avisar»,«enun-ciar», «predecir»o «prometer»(actosilocucionarios)«que marcharé>:~(ac-to proposicional,contenidode las ilocuciones,proposición).

Me ratifico en mi propuestade que desde la exposición que Searlehacede la doctrinade Austin hay una seriede confusionesque le llevana anularel acto locucionarioen favor de lo que ahoraya sabemoses elcontenidoproposicionalo proposición.Mis reflexionescríticaslas sistema-tizo ahoraen lassiguientes:1) Piensoquedesdela fenomenologíalingilis-ticocomunicativatal comola concibo,la recuperaciónde «contenidos»o«proposiciones»,separael estudiodel fenómeno«lo quehacemosal ha-blar» de las situacionesoriginariasde comunicación,queeraprecisamentela novedadde la teoría de los actosde habla.Pretender«neutralizar»elcontenidoproposicionalde la promesa,interpretoaustinianamentequeesallanarel camino a perjuros,estafadoresy bígamoscomo vimos másarri-ba, porqueintroduce una excesivadistancia entre las palabrasy «lo quesc dice» o «contenido».La emisiónde la promesano es el registrode uncontenidoespiritual interno (que seríaun ejemplo más de la «falaciades-crtptiva»). sino prometer,a no serqueno se den las condicionesadecua-das, ni el hablantese comprometalo quedebe.Pensarque lo es, llevabaanteriormentea insinuar «estadosmentales»y ahora a separarde esosestadosmentaleslos «contenidosproposicionales».2) La misma objeciónde Searlede que no hay una abstracciónlocucionariagenuina porquesiemprese haceuso de indicadoresde fuerza,se aplica al contenido pro-posicional porque, pese a su capacidadde representaciónsimbólica, el«mododel verbo»de la cláusula-querepresentantedel contenidoproposi-cional, varíasegúnla fuerzailocucionariay por tanto es un indicadordela misma:«prometoquevendré»,pero«te ordenoquevengas»(cfr. 1969a,3.1 y Valdés,1983, p. xxix n.). Y si no se puedesepararno haymotivo para

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sustituirlas locucionespor las proposiciones,dadoque,además,éstastie-nen los problemasde «contenido»que las hacen incompatiblescon unafenomenologíalingúisticocomunicativade los actosde habla.3) Las cláu-sulas-que,si no se analizantodassusposibilidadesy todassusdiferencias,hacenquelos filósofos hablende las «pseudoentidadesy espúreasproposi-ciones»,como «lo quesignifican las oraciones»(Austin, 1961a, Pp. 159 y169; 1961b,PP. 155 y 164). Lascláusulas-quequesiguenalos verbosejecuti-vos no sonsimilaresen todoslos aspectosa los informesdel estilo indirec-to, porqueen el casode los actosde habla«decir» y «hacer»se funden,no se informa del contenidode mi mente(Austin, 1961a,pp. 70s.; 1961b,p. 115). Y si pretendiéramosdividir en partes—como Searlehace—«e-nuncio que»y la frasequeviene después,paraatribuir la verdado false-dado la correspondenciacon los hechossólo a la segundaparte,veríamosque hay muchos casosque no pueden ser divididos aunque la emisiónparececontenerunaespeciede realizativoexplicito: «comparox cony»,«analizox como y» (ibid., pp. 90, 134). Y es que la correspondenciaconlos hechos, esto es, la verdado falsedadhay que evaluarla en todas lasemisiones.Son dimensionesde evaluación o valoración del ajuste de loque decimosconlos hechosquese da en todaslasemisionesproducto delos actosde habla,tanto si prometemoscomo si enunciamos.La «proposi-ción» en el sentido de «significado de las oraciones»es explícitamentenegadapor Austin comocandidataaquese prediquede ella «esverdade-ro» (Austin, 1961a,pp. 118 s.; 1961b,p. 120).

De todas formasprocedeque sigamosestudiandola obra de Searle.una vez explicitado mi marco de lectura crítica, para profundizaren loselementosde su propia red conceptualque darán lugar a su doctrinadela Intencionalidad.De momento,podemosresumirqueel aparatoconcep-tual de los actosde habla elaboradopor Searlesigue en algunosaspectosel de Austin y en otros se separa,con las reticenciasqueya he presentadoa estaseparacióny que estaránpresentesen el resto de estetrabajo. Losconceptoshastaahora mencionadosson: fuerza ilocucionaria, contenidoproposicional,condicionesde fortuna o éxito, ajustecon los hechos,di-mensionesde evaluación.

2. Condiciones,estadosy representación

Searlehaceun importanteesfuerzopor sistematizarlas propuestasdeAustin relativasa algunade las cosasquesonnecesariasparael funciona-miento«afortunado»<happy) de lo quehacemosal hablar.Peroinsisto enque la búsquedapor Austin de estascondicionesestáconcebidacomounareacciónal predominiode los constatativoso enunciadosque describenhechosconverdado falsedad,insertadoen el contrasteentre«lo normati-vo o valorativo»por un ladoy lo «fáctico»por otro, queha de serelimina-do (1962a.pp. l2ss.y 149; 1962c,pp. 53ss.y 196). Esto suponeunanueva

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concepciónde las relacionesentreoraciones,enunciados,verdady signifi-caciónque,al incluir «verdadero»o «falso»en el contextomás amplio decondicionesafortunadaso desafortunadasde lo quehacemosal hablar,losconvierteen dimensionesde valoración (dimensionof assesment)de todolo que hacemosal hablarcuandoatendemossu relación con los hechos,equiparablesa la dimensiónde valoracióndel cumplimientode unapro-mesa, o la obedienciade una orden. De esta manerapasamosa valorar«lo quevale» paracomunicarrelacionandolas guestionesde significacióncon las cuestionesde validez (GiiltigkeiÉ Cfr. Habermas,op. ciÉ, pp. 76 y79). Sin embargo.creo que Searletiene presentetambiénotra noción de«condiciones»de la literatura filosófica de herenciafregeanaque lo hacensusceptiblede queHabermas(ibid.,) lo considereprisionerodel cogniti-vismo de la semánticaveritativa, por el pesoqueen esascondicionestienela unidimensionalidadde la validez del cumplimientode condicionesdeverdadproposicional.No creoque estaacusaciónvalga para mi interpre-tación de la fenomenologíalingúística de Austin, precisamenteporqueintento oponerlaa las propuestasde Searlecriticando las «filtracionesdejerga»(Austin. 1961a,p. 182; 1961b,p. 175),en estecasofregeanas,en lared conceptualcon la que Searleexplica los actos de habla y quese va atransmitira su doctrina de la Intencionalidad.Por esoenfatizo la pluridi-mensionalidadcon quedesdela fenomenologíalingoisticase postulanlascondicionesparala realizaciónafortunadade lo quehacemosal hablar,como opuestaa unamodalidadde la falacia descriptivaqueseríaexagerarla importancia de las condicionesde cumplimientode verdadproposicio-nal. Además,considerouna inadecuadafiltración de jerga fregeanaha-blar de «verdadproposicional»o «proposiciónverdadera»basándomeenlas reticenciasde Austin, señaladasanteriormente.

Puesbien, estasistematizaciónde las condicionesesencialesy necesa-rtasrealizadapor Searle(1969a,3.1) comienzacon lasrelativasa la comu-nicaciónseria y literal que ya hemosvisto, y sigue profundizandoen lascondicionesde contenidoproposicionalqueaíslan (isolate) la proposicióndel resto del acto de habla con la ventaja bienintencionadade que nospodamosconcentraren el acto ilocucionario, pero con la, a mi juicio,paradójicacondiciónde queel modo de la partepredicativade la proposi-ción está influido por la fuerza ilocucionaria de la emisión como ya heejemplificadomás arriba. A continuaciónhabla de unas condicionespre-paratoriasque,junto con otras complementarias,tienen una importancia

6. Las alusionesa Habermaslas debo a las discusionescon el profesorGarcíaMarzá (1989, passim).buenconocedorde los intrincadoscaminoshabermasianos.Enla fase actualde nuestrainvestigación,me temo que1-lahermasseprecipitaen conside-rar a Austin un prisioneromásdel cognitivismo de la semánticaveritativay creo quetambiénel mismo Habermasu-sa excesivamentela jerga de la «proposición».Algunasdiscusioneslas contamosen el Boletín de la SociedadEspañola de Fenomenología,núms.2 y 3.

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relativa paraeste trabajo, y en este contexto habla de la condición desinceridad(en el casode prometer,el hablanteha de tenerla intencióndehacerlo quepromete)y la condiciónesencial(en el mismocasode prome-ter, es que el hablanteha de asumirla obligaciónde realizar un ciertoacto),quenos interesanpor su problematicidad.

Precisamentea partir de la condiciónde sinceridad,Searleformulaporprimeravez la nociónde estadopsicológicoque,pienso,prefigurael futu-ro «modopsicológico»del estadomentalo másexactamenteestadoInten-cional y serelacionacon mis reticenciasanterioresal enunciadoIntencio-naL «Siempreque se especifica algún estadopsicológico en la condiciónde sinceridad,la realizacióndel actocuentasiemprecomo’ unaexpresiónde eseestadopsicológico»(ibid., pp. 65 y 72 s.). Ya hemosvisto en el casode prometer,pero tambiénen el de hacervotos,amenazaro dar palabrade honor(de queA) la realizacióndel actocuentacomounaexpresióndeintención (de hacerA). Lo mismo podemosdecir de aseverar,afirmar,enunciar(quep), cuyarealizacióncuentacomounaexpresiónde creencia(de quep) y dar las gracias,la bienvenidao felicitar cuentacomo unaexpresiónde gratitud o de placer. La red conceptualexplicativa de losactos de hablapareceque seva complicandoporque la ejecuciónde actosde hablase interpretacomo «expresiónde un estadopsicológico»de cre-encia, intención, gratitud o placer según el tipo de acto realizado. En19’75ase insisteen que si pretendemosclasificarunosactosilocucionariosbásicos (por, entre otras, las razonesque explico en la nota6 de estetrabajo),entrelos tipos de diferenciasestá la queconsideralos diferentesestadospsicológicosexpresados,porque«en general,en la realizacióndecualquieracto ilocucionario con un contenidoproposicional,el hablanteexpresaalguna actitud¾estado,etc., de ese contenidoproposicional»(1975a, p. 4; 1975b, p. 47). La señal lingúistica de la expresiónde losestadospsicológicosde los contenidosproposicionaleses la paradojadeMoore: no puedodecir «enuncioquep, pero no creo quep», «prometoquep, perono tengo intenciónde hacerp». En interpretaciónde Searle,

7. La fórmula it countsas es característicade las «reglasconstitutivas»quese opo-nen a las«regulativas»y que Searleforniula a partir de las condicionesenunciadas.Creoque hay unainquietud de Searlepor entenderse,críticamentey no dogmática-mente,con la gramáticagenerativay transformacional(cfr. ibid., pp. 64 y 71; 19711,,1972, 1975c) quelleva a esa preocupaciónpor formular «reglas»de un númeromuypequeñode tipos ilocucionariosbásicos,en el marco del componentesemánticoy nosólo sintáctico.Esto haríaprobablequela estructuraprofundade unaoracióntuvieseunarepresentaciónsimple de su tipo ilocucionario, con lo cual iniciaríamosel caminohaciaunanuevacienciadel lenguajeentrefilósofos, gramáticos,lingtiistas, etc. No sési conel desarrolloqueha tomadola gramáticatransformaeionalen direcciónal cogni-tivisino, Searlesiguecon la misma inquietud.

8. También la propositionalattitude es una «filtración de jergafilosófica»; en estecaso,creo quede Russell (1940).

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«es lingúisticamenteinaceptable[aunque no autocontradictorio]ponerenconjunciónel verboejecutivoexplícitoconla negacióndel estadopsicoló-gico expresado»(ibid.). Parece,pues,que a los elementosconceptualesalcanzadosanteriormentehayqueunir los «estadospsicológicos»expresa-dos en la realizaciónde los actosilocucionarios.

Coherentecon el marcode fenomenologíalinguisticocomunicativaquevengoproponiendo,consideroquese incrementael peligro de «mentalis-mo» anunciadoya en el aislamientodel contenidoproposicional,peroahora en la vertiente de la actitud, estadomental o estadopsicológicoexpresadoen la realización de un acto ilocucionario,al menospor lassiguientesrazones:

1. CiertamenteAustin también reconoceque hay ocasionesen quepodemosdecir que, al menosen parte,ciertasemisionesson «descripcio-nesde mi actitud, estadode ánimo o creencia»(1962a, Pp. 87 Ss.; 1962c,pp. 131 ss.; 1961a,p. 78s.; 1961b,p. 89). Pero recordemosquedistanciarla descripciónde lo descritoes un ejemplo más de falacia descriptiva.Podemosabstraerde lo demásquehacemoscuandodecimos«yo creo»,«yo estoy seguro»o «yo estoy cierto», para concentrarnosen su aspectodescriptivo. Pero de ninguna manerapodemos«aislarlo» de la situacióntotal de comunicación,sólo «en parte»podemosdecir queson descripcio-nesde estadospsicológicos.En rigor fenomenologicocomunicativo,no po-demosaislarni el contenidoproposicional,ni el estadopsicológico,porqueni «yo» mismo tengoun accesopeculiara eseestadopsicológico.El rigorfenomenologicocomunicativome haceresaltar,másque la separación,laíntima unión entre,por ejemplo,una emoción—«estarenojado»—y suexpresión.No hay—psicoanálisisaparte,puestoquerequeriríaotra mane-ra de hablar,— distinción entre «expresión»y «estado» (1961a, p. 108;1961b,p. 112).

2. Tambiénes cierto que es precisamenteAustin quien prefigura la«condiciónde sinceridad»quepostulaSearle,cuandoal señalaralgunadelas cosasque son necesariaspara el funcionamientoafortunadode losactosde habla,reconocequehaycasosen los queel procedimientoparala ejecuciónde los actosde habla «requiereque quieneslo usan tenganciertospensamientoso sentimientos».Si se ejecutael actosin esospensa-mientoso sentimientos(enunciarsin creerlo quese enuncia,prometersintenerla intenciónde cumplir,etc.) se produceun «abuso»de procedimien-to, quehacequeel acto sea«insincero»(1962a,Pp. 16 y 18; 1962c,Pp. 57y 59; IV, passim).Pero tampocoestacondición de sinceridadseparaelrespectivoestadomental(creenciao tenerla intención)del actode hablatotal en la situacióntotal de comunicación.Por lo quedecimosde lo quehacemosen situacionesen queprometemoso expresamoscreenciasresaltacomo fenomenológicamenteoriginario, no que facilito alguna suertedeintrospeccióna mi estadopsicológico(creenciao tenerla intención),sinoque me comprometoa cumplir si digo queprometo,o quecreo lo que

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enuncio,y así lo entiendeel otro participanteen la comunicación,el oyen-te. Los sentimientosy pensamientosque acompañanmis actosde hablaestánoriginariamentepresentescuandoejecutode manera«normal»misactosde habla.«Cuandola cosaestá ellamisma antenosotros(Whentheitem is ilself before us) [añado:seacreencia,deseo,intenciónde cumplir,enojo, etc.],ya no hablamosde signoso síntomas»(vuelvo a añadir:o deregistroso expresionesexternasde actosinternos).Y con esaconfianzame «entiende»mi interlocutor,a quien doy mi autoridadsobrelo quecreoo prometo.Si he fingido o he sido insincero,ejecutode maneradesafortu-nadael acto de habla,y mi interlocutor tiene todo el derechodel mundoa reprocharme.Si puedoengañares precisamenteporquelo originario esel trasfondo(background)generalde no engaño(«no se puedeengañaratodo el mundotodo el tiempo»)(1961a, pp. 82, 99, 103, 106 y 113; 1961b,pp. 92, lOS, 107 s., 110 y 115; 1962b.p. 11; 1962d,p. 49). Por tanto, unavez más, la perspectivadel participante en situacionesde comunicaciónresalta la «intimidad ejecutiva»entre los estadosmentalesy la ejecuciónde los actos de habla. Acentuar la separaciónes, como Searlehace,denuevo,allanar el caminoa perjuros,bígamosy tramposos.

3. Finalmente,tambiénla paradojade Moore es explicableen el mar-co de la fenomenologíalingiiisticocomunicativaquepropongodesdeAus-tin, sin necesidadde aislarlos estadosmentalesimplicados.Austin (1961a,pp. 63s.y ‘7’7; 1961/’, pp. lis, y 88; 1962a,pp. 47ss.y 135; 1962c,pp. 93ss.y 182s.) reconocetres tipos de implicaciónsegúnsi la negacióndel conse-cuenteconstituyeunacontradicción(implicación lógica,entail), si el con-secuentees simplementeuna presuposiciónen el sentido de Strawson(presupposition),o si, comoen el casoque nos ocupa,es unasimple impli-cación (imply) en el sentidoque la negaciónde su consecuenteseria unabsurdo,pero no unaautocontradiccióncomoSearleexplica correctamen-te. Ciertamente,tiene razónMoore y aquíSearle—en que es lingúistica-menteinaceptabledecir «enuncioquehayun gatosobrela estera,pero yono lo creo» O, Si hagoel enunciadoimplico que lo creo, comosi hagouna

9. Aunquesigo utilizando la terminologíade Habermas«perspectivadel participan-te» (di• J¿’ilnehmerper9pektiveypor oposición a la «perspectivadel observador»IdiePerspckrivcdes Beobachters)(l988a, 64: 1988/’. 68). el mismo Haibermashabla a vecesde un «mundosubjetivo»(«comototalidadde laspropiasvivenciasalas que cadacualtiene un accesoprivilegiado y que el hablantepuedemanifestarverazmenteante unpúblico») (1981/’, 11,171), frente al cual siento el mismotipo de reticenciasque estoyargumentandoaquí.No obstantecreo de sumointerésla pretensiónde «veracidad»dela accióncomunicativa,quecreoqueheredala «condicióndesinceridad»de Searleque,a su vez, estamosviendoquese remontaa unade las cosasqueson necesariasparalaejecuciónafortunadade tos actosde hablay, en última instancia,al principio de con-fianza, ambosde Austin.

10 Es interesanteparaunafenomenologíalingaisticadel ‘<yo ejecutivo»(Cfr. Martí-nez Guzmán,1990) que Searleañadaque la paradojade Moore sólo vale en el uso

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promesa implico que tengo intención de cumplir. Pero eso no alude a«estadospsicológicos»distantesde la realizacióndel acto de habla Lotalen la situaciónde comunicación.Alude, como hemosvisto, a queal decirlo que he dicho he adquirido una serie de compromisos,se esperaqueactúede cierta manera,mi relaciónde hablantecon el oyente,etc. Desdela perspectivafenomenologicocomunicativa,el fenómenode estaimplica-ción nos muestraquesi «enuncioqueel gatoestásobrela estera»«impli-co», esto es, «doy a entender»(1 give it ¡o be understood)que lo creo,como si prometo «doy a entender»que lo cumpliré. «Dar a entender»clarifica comunicativamenteel significadode esta implicación que,desdeluego.no necesariamentees la queSearlepretendede que sealingúística-mente inaceptableponeren conjunción el verbo realizativo con la nega-ción del estadopsicológico expresado.Del estadopsicológico no implica-mos nada,sino de lo que de él comunicamos.

Portanto.estamosviendo como Searleprofundiza en la redconceptualexplicativa de los actos de habla desdela crítica a Austín, que supusocomo alternativa la recuperacionde la noción de «contenidoproposicio-nal» y ahora,a partir de la «condiciónde sinceridad»de los actosde habla.supone la clarificación de la noción de «estadopsicológico»prefiguradoya, a mi juicio, en la expresión«enunciadoIntencional»que utilizaba alexponer la doctrina austiniana.Tambiéntiene interésla «condiciónesen-cial» del acto ilocucionario que tiene que ver con el objeto (poMO o pro-posito del acto. Así. el poiní de una orden es un intento de impulsar aloyente a hacerlo, el de una promesaes el compromisode una obligaciónpor partedel hablantey el de unadescripciónes «queseaunarepresenta-cion [verdadera o falsa, correctao incorrecta»de cómoes algo. Lo quemeinteresa resaltar ahora es que vía «condicion esencial»se introduce, demomentocomo point de unadescripcióno aserción,la importantenociónde «representación»(1969a.pp. 60 y Mss.: 1969b,Pp. 68 y 72 ss.; 1975a,p. 2; 1975b,p. 45). Al proponersu taxonomíade los actosilocucionariosalternativa a la de Austin, Searle (1975/’, Pp. 57 s.) consideraen primerlugar la clasede los «representativos»,cuyo «objeto o propósito... es com-prometer al hablante[en diferentes grados] con que algo es el caso,conla verdadproposicionalexpresada».Aquí hay unamuestrade cómo en lanoción dc «condición» ligada a la «fortuna»de la ejecuciónde los actosde habla y al compromisodel hablantede herenciaaustiniana,se ~<filtralajerga» fregeanaque alude a la «verdadproposicional»,como más arribahe advertido. En el mismo artículo, Searleconsideraotra clasede actosilocucionarios que llama «declaraciones»,en los que más claramente se

ejecutivode la primerapersona.Ciertamente,puededecirse«enuncióque p, peronocreíarealmentequep>’. «prometióquep, perono teníarealmentela intenciónde hacerp». Y estoes coherentecon la «inevitableentradaen escenadel yo» en los ejecutivosexplícitos ((Mr. Austin. 1962a,60; 1962 c, 104),

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manifiestaque «decir es hacer» y que, en su interpretación,son casos«dondeel estadode cosasIstateof affairs] representadoen la proposiciónexpresadaes realizadoo llevado a cabopor el dispositivo indicadorde lafuerza ilocucionaria...«dimito», «te excomulgo»,«bautizoeste barco»Al decir «bautizo»quedabautizadoestebarcoy, segúnSearle,se corres-pondeel contenidoproposicionalcon la realidad.Aparte del interés in-trínsecodel tipo de acto de habla,me interesadestacarahorael carácterde «representación»de estadosde cosasqueSearleatribuyeal «contenidoproposicional»de los actosde habla (1975a,pp. lós.; 1975b,Pp. 61 s.).Tan importanteva a serla noción de «representación»queel mismo ar-tículo de clasificaciónde actosilocucionariosqueestamoscomentandolocorrigeposteriomente,sustituyendoladenominaciónde «representativos»por la de «asertivos».La razón ahora (1979a,PP. viii n. 1) es que«todoacto de hablacon un contenidoproposicionales, en algún sentido,unarepresentación».Me temo queeste protagonismode la «representación»sigue mostrandola huella fregeanaque se inició con la recuperacióndelcontenidoproposicionaly quesu generalizaciónes searlianamentecohe-rentepuestoque de unamanerau otra, no sólo los actos ilocucionariosasertivosy declarativostendríanquever con un contenidoproposicionalque«representara»un estadode cosas,sino tambiénlos directivos,conmí-sivosy expresivos(1975a,13 Ss.; 1975b,Pp. 58 ss.).Dicho austinianamentey sin Joscompromisosmentalistasquea mi juicio tienen«estadopsicológi-co», «contenidoproposicional»y «representación»,una vez superadoelpeligro de la falacia descriptivareconociendolo quehacemosal hablar,nohay inconvenienteen reconocerqueentreesoquehacemos,tambiénestála dimensiónde ajustede lo quedecimosa los hechosy a lascosas,la cualtendráunarelevanciau otra segúnla clasede acto ilocucionarioquereali-cemos.De todasformas,hay quedeciren favor de Searlequese esforzarápor acuñarunanoción de representaciónqueya en 1971b (pp. 6 y 11) y1972 (pp. 55 ss.) se distanciaráde la propuestapor Chomsky,porqueésteolvida «la conexiónesencialentrelenguajey comunicación»,y es queenestaépocapiensaque«todo intentode explicar el significadode las ora-cionesha de teneren cuentael papelqueéstasdesempeñanen la comuni-cación,en la ejecuciónde los actosde habla,porqueunaparteesencialdelsignificadode cualquieroraciónes supotencialidadde que se la useparaejecutarun actode habla»(pp. 64 ss.).Por tantounanoción de represen-tacióndiferente de la de Chomsky,pero con concesionesal mentalismo(«el conceptode acciónhumanatienequeserun concepto«mentalista»e

11 Creoquees unainteresanteadaptacióndeuno de los efectosilocucionariosdeAustin (los actos ilocucionariosprovocan cambiosen el curso natural de los sucesos(changesiii the natural courseof eventO (1962a, 117; 1962c,162)) aunquecon los ele-mentos searlianosde «contenidoproposicional»y a partir de ahora«representación»que, comovengoinsistiendo,no son austinianos.

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«introspectivo»,dadoque implica esencialmenteel conceptode intencio-neshumanas»[p. 67]) que,a mi juicio, posteriormentele llevaránprecisa-menteadisminuir esaimportanciade la comunicación.

Tambiénhayquedeciren favor de Searlequeen el marcode la clasifi-caciónde los actosilocucionariosprofundizaen la nociónde ajustede losactosde hablaal mundodel que se habla,desarrollandosu propuestadedistinguir las «diferenciasen la direcciónde ajusteentrelas palabrasy e]mundo» para caracterizarun acto ilocucionario de una u otra manera(1975a,pp. 3s. y 18; 1975b,pp. 45s. y 63). Así, «algunasilocucionestienencomoparte de su objeto ilocucionario el llevar a las palabras...a encajarconel mundo,otrasel llevar al mundoa encajarconlaspalabras»(Searlelo complica, lo que encaja con el mundo en una u otra dirección es el«contenidoproposicional»).Por ejemplo,las asercionesse hande ajustaral mundo(dirección de ajustepalabra-mundo),las promesashande ajus-tar el mundoa sus intenciones(dirección de ajustemundo-palabra).

En resumen,la red conceptualde los actosde hablase puedesintetizaren unas «condicionesde éxito» de los actosde habla quehan dado lugara la postulaciónde «contenidosproposicionales»que«representan»«esta-dos de cosas»y a los =<estadoso actitudes psicológicas»que se tienenrespectode esoscontenidosproposicionalesy que vienen expresadosenlos indicadoresilocucionarios de los actos de habla. Por otra parte, lasclasesde actosilocucionariostienen entresusdiferenciasla del ajustedelas palabras(del contenidoproposicionalparaSearle)al mundo.Todoelloaúndentrode un marcode herenciaaustinianaen el que,si bien tieneunpapelque jugar la «representación»,siguepensándoseque la significaciónhayqueentenderlaen un contextode comunicación.PerohastaaquíSear-le ha hecho, como él mismo dice kantianamente,una «categorización»empírica de los actosilocucionarios. Falta la «deduccióntrascendental»quejustifiquepor qué tenemosesas«categorías»y no otras.Estajustifica-ción, segúnSearle,se ha de efectuaren términos de unaexplicaciónde lanaturalezadela mente(1979a,p. viii) que,me temo, tendrámuchastenta-cionesde «mentalismo».

3. EstadoIntencional e Intencionalidad

Aquellas condicionesde fortuna o de éxito en la realizaciónde losactosde hablaqueveíamosde procedenciaaustiniana,van adquiriendoprotagonismoen la explicaciónde Searley se transformanen condicionesde sai’isjácción. En 1978 se ve estadenominacióna propósitode la críticaa la «significación literal» queno se puededesligar,comoya advertíamosmásarriba, del contextoo trasfondo(background)de supuestosquecons-tituye nuestra«competenciasemántica»(117). Así, las «condicionesdeverdad»de las oracionesindicativasseránel conjuntode condicionesquese han de satisfacerpara considerarverdaderoun enunciado(118). Las

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«condicionesde obediencia»seránel conjuntode condicionesque se hande satisfacerparaconsiderarqueunaoraciónimperativaha sido obedeci-da, las «condicionesde cumplimiento»seránel conjuntode condicionesque se hande satisfacerparaconsiderarqueunaoración desiderativaseha cumplido. Este tipo de condicionespasaa denominarseen general«condicionesdesatisfacción»y en contrade los defensoresde la «significa-ción literal» afirma que estascondicionesde satisfacciónsiemprese danen el trasfondode un conjuntode supuestosqueno permitendesligaresasignificaciónde esetrasfondo:si digo «cierra la puerta»está implícito queestamostú y yo. que hay puertas,que la puertaestáabierta...Searlellegaa expresarloen términosdel conceptode «representación»:las condicio-nesbajo las cualeslas oracionespueden«representarno sonellas mismascompletamenterepresentables.porquese danen el contextode ese tras-fondo de supuestosimplícitos. Aquí aparecepor primeravez la noción deestadoIntencional,a la cual se aplica la mismarelaciónentrecondicionesde satisfaccióny trasfondo.Por «estadoIntencional»entiende«aquellosestadosmentalescomo la creenciay el deseoqueson dirigidos a o queson sobreobjetosy estadosde cosas¡Mate of affoirs/ en el mundo». Portanto se excluyeel «dolor»,por ejemplo,porqueno se dirige a ni es sobrenada(p. 130 y nota).

A continuaciónSearleexplica en el mismo artículo por qué no pode-mos considerara la significación literal libre de contexto, apelandoa laIntencionalidad:pareceque aunquela significación tengauna vertienteconvencional,no podemosaislarladel trasfondodel mundoqueconstituyenuestracompetenciasemántica,por su carácterIntencional.Haciendoelparalelismocon la «forma primaria de la Intencionalidad»que es la per-cepción, Searleexplica que mi experienciavisual, «veo que cl gato estásobre[a estera»,tienela dependenciacontextual(que la hacediferentedeteneresaexperienciavisual por la estimulacióndel nervio óptico) de almenos los siguientessupuestos:supongoque estoy percibiendoel gato yla esteradesdeun cierto punto de vistadondeestá localizadomi cuerpo:supongoque estaexperienciavisual es causalmentedependientedel esta-do de cosasquepercibo;supongoque no estoybocaabajoy no veo cl gatoal revés...Es decir, la Intencionalidadde la experienciavisual determinaráun conjunto de condicionesde satisfacciónsolamenteen el marcode unconjunto de supuestosde trasfondoque no son ellos mismos parte de laexperienciavisual. Por tanto, la dependenciacontextualde la significaciónliteral concebidadesdeel punto de vista de la Intencionalidad,provienede la dependenciacontextualde la Intencionalidadmásprimariacomoesel casode la percepción(1978, Pp. 135 s.).

Ya estamosen el núcleo de la doctrinasearlianade la Intencionalidada la que hemos llegadodesdelas condicionesde satisfacción,su relacióncon la representacióny su ligazón a unos supuestosque constituyen eltrasfondode todasignificación, pero que llegan a la significaciónpor larelaciónconlos supuestosde trasfondoquetienetodaIntencionalidad,tal

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como se ejemplifica en la Intencionalidadprimaria que es la percepción.En 1979aabordala relaciónentreel fenómenomental«Intencionalidad»y el uso del lenguaje.Todavíase hablade la Intencionalidaden términosde «directividad»,pero con la introducción de la noción de «contenido».~<Unestadomental es un estadoIntencionalsi y sólo si la especificacióndcl contenidode eseestado mental requiere la especificaciónde algúnobjeto o estado de cosasque no es idéntico con el contenidomental»(182). Un dolor tiene unacausa,perono un destinatario(target). El amoro el odio, la creenciao el deseotienencausasy destinatariosquepuedeno no coincidir. Los estadosmentalescondirectividadsonestadosIntencio-nalesy los objetosy estadosde cosasa los quese dirigen son los «objetosIntencionales».Me parecefenomenológicamenterelevantela propuestade una relación «interna»(183) entreel «objeto Intencional»y el estadoIntencional(cfr. Montero,1971,pár. 10; 1987,Pp. 327 ss.),perome ratificoen mi desconfianzaa la noción de «contenido»quese ha filtrado desdelajerga del «contenidoproposicional».

Pero no sólo nosencontramosen el núcleode la doctrinasearlianadela Intencionalidad,tambiénnosencontramosen el núcleocentral del pro-blemade la Intencionalidad:¿cuáles la peculiaridadde la Intencionalidadquepara explicar las vivenciasIntencionalesnecesitamosdel objeto comohilo conductor?(Montero, op. ch.). En terminologíade Searle:«¿Quéhayexactamenteen los estadosIntencionalesque los relacionacon susobje-tos?»(1979b,Pp. 183 s.). La respuestade nuestroautorusa la redconcep-tual a la que llegó con la doctrina de los actos de habla y afirma quetambién la descripciónadecuadade actos de habla,por ejemplo el enun-ciadode Tom de que llueve,requierela descripciónde un estadode cosasdiferentedel enunciadomismo: el estadode cosasde queestálloviendo.La razónde que la descripciónde los actosde hablarequierala descrip-ción de los objetoso estadosde cosasesporquelos actosde habla«repre-sentan»objetos o estadosde cosas.A mi juicio, comienzaa complicarse«ontológicamente»la respuesta:«todo acto de habla con un contenidoproposicional.contieneuna representaciónde algún objeto o estadodecosas;y de la misma manera...todos los estadosIntencionalessonrepre-sentacionesde objetosy estadosde cosas»(184). Pasamosde la Intencio-nalidad como «directividad» a la Intencionalidadcoherentecon la redconceptualelaboradaa propósitode los actosde habla,pero tambiénmisreticenciasson coherentescon las quehe ido presentandomientrasexpli-cabaestaredconceptual.Pareceque la «metáforamodernadel contenidoy el continente»que nos deja prisionerosde la conciencia(cfr. Ortega,Obras completas, II, p. 399; Montero, 1987, p. 331: Martínez Guzmán,1990) alargalasombrade Descartesvía Erege.

A pesarde queSearlepasade decirque los actosde habla«represen-tan» a decir que «contienenrepresentaciones»,y pasade decir que losestadosmentales«representan»a decirque «sonrepresentaciones»,reco-noceque«no le gustainvocar»esanociónpor supequeñopoder explicati-

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yo (1979b,p. 184) e incluso que«no es unanoción esencial,pero facilitala exposición»(1982,p. 275). Sin embargo,estamosviendoqueocupaunlugar central desdela segundaversión de la taxonomíade los actos dehablay ahorase convierteen la respuestaal problemacentralde la Inten-cionalidad.Searleaprovechaparanegarque losobjetosIntencionalesten-ganalgún estatusontológicopeculiarque los hagadiferentesde los obje-tos reales.Me parecefenomenológicamentevalioso que afirme que «elobjetoIntencionalde un estadomentales precisamenteel objetoo estadode cosasreal representadopor un estadoIntencional»(1979b,Pp. 185 y189). El objeto Intencional no es ninguna shadowyintermediateentity(1982, p. 267). Si no hay un objeto o estadode cosasreal no hay objetoIntencional,«aunque—y de nuevo,a mi juicio, la complicación—el esta-do mentaltodavíacontieneuna representación»(ibid.). Es precisamenteesteúltimo hechoel quele lleva adistinguir el «contenidorepresentativo»del objeto Intencional,llegandoa afirmar que «los estadosIntencionalesson dirigidos a sus objetospor medio de su contenidorepresentativo[bywayof their representativecontent]».Y todo estoporquese tieneen menteel modelo de las proposicionesqueya criticamos:«Una proposición,po-dríamosdecir,no es el objeto de unacreencia,es el contenidode la creen-cia» (ibid.). La herenciade los contenidosproposicionalespermitehablarde «contenidosde representación»que se interponeno son «medios»,«caminos»o «vías», a través de los cuales los estadosIntencionalessedirigen alos objetosIntencionales.¿Tenemosel peligro de desmitificarelestatutoontológico de los objetosIntencionales,mitificandoel estatutodelos «contenidosrepresentativos»?

De lamismamaneraque,segúnFrege,unadescripcióndefinidarefierea un objeto en virtud de su sentido,pero no refiere al sentido, el estadoIntencionalse dirige aun objeto en virtud de sucontenidorepresentativo,pero no por ello se dirige a esecontenidorepresentativo(1979b). EsteparalelismoqueSearleestablececon Fregetiene la ventajade quepode-mos poner el énfasisen considerarel «contenidorepresentativo»simple-mentecomo el «aspecto»bajo el cual es representado(the aspect underwhich it is representated)el objeto Intencional(ibid., p. 186), de la mismamaneraquepodemosaprovecharfenomenológicamenteelsentidode Fre-ge comoel modoen quese nos da lo designado(die Art desGegebenseinsdes Rezeichneten;elY. Montero, 1976, p. 46). Además,la propuestadeSearletambiéntiene la ventajade quenos permitedarnoscuentade quelos estadosIntencionalesen cuantorepresentanobjetosIntencionales(es-to es,objetosreales),no sonintensiones-con-s,puestoquetienenla exten-sión de estar dirigidos a esos objetos Intencionales:mi creenciade queCésar fue emperadorde Roma es por tanto extensional;aunquelas ora-cionessobreestadosIntencionales,tu enunciadosobremi creenciade queCésar fue emperadorde Roma, son intensionales-con-s12 (1979b,

12. La relaciónentre Intencionalidad-con-ee intensionalidad-con-ses unade las

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J R. Searle:de los actos de habla a la intencionalidad 85

pp. 186ss.). Del mismomodo niegaque las proposicionesseanentidadesintensionales-con-s,en todo casolo sonproposicionessobreproposiciones(1979b,p. 188). La cuestiónde quepuedehaberestadosIntencionalessinobjetoso estadosde cosasque lossatisfaganno muestraqueseanintensio-nales-con-s,sólo muestra,como en el caso de los actosde habla, quenose cumplenlas condicionesde satisfacción—y Searleañade—del conteni-do representativo.Sin embargo,todavía se arrastranlas tentacionesdeidealismopor el aislamientoen que la noción de «contenido»deja a larepresentación,respectode la actividad representadoray el objeto repre-sentado(Montero, op. cit., pp. 48 Ss.).

La Intencionalidad-con-ese muestra como una propiedad básica(ground floar,) de la mente: el modo como la mente capta otras cosas(interpreto,dirigiéndosea ellasy representándolas)(1979b,p. 189).Ade-más hay estadosIntencionalescomo el amor o el odio que representanobjetos(«Juanama a Teresa»)y estadosIntencionalescomo la creenciaquerepresentanestadosde cosas(lasque llamamosmásarribay se llamanen la literaturafilosófica «actitudesproposicionales»).Aunqueen generala amboslos denomine«objetosIntencionales»,insisteen queelestadodecosas«quellueve» no esynobjeto particular.«Si mi creenciade que estálloviendo es correcta,entonceslo que se presentaa mi creenciacomo“objeto Intencional” es lo mismo que lo quepresentaa mi enunciadodeque estálloviendo como condicionesde verdad»(19’79b, 189). Mientrasque lo amadopor Juan es un objeto genuino, Teresa,representadopor«Teresa»,la creencia de Juan de que estálloviendo serácorrecta bajociertas condiciones,y esascondicionesno son un objeto como Teresa,nila creenciade Juanrepresentaesascondicionesde la forma en que«Tere-sa» representaa Teresa. Más bien tas representaen la forma en que elenunciadode que está lloviendo representaesascondiciones.Me parecefenomenológicamenterelevanteque la directividado, si se quiere, la re-presentatividadde la menteal mundo,no establezcauna«corresponden-cia biunívoca»con particulares,sino que se muestrede maneracomplejacon hechoso estadosde cosasquecuandoestánpresentes«satisfacen»ladirectividadde la menteque llamamosIntencionalidad.Tambiénparecefundamentalque los seresque tenemosIntencionalidadnos caracterice-mos porquepodemosimaginarnoso «representar»bajo quécondicioneslos objetosy estadosde cosassatisfaríannuestrasintenciones.Sin embar-go, me veníadesconcertandoelprotagonismoqueiban adquiriendotérmi-nos como «proposición»y «contenidoproposicional»,convertidosahoraen «representación»y «contenidorepresentativo».Comoahora me cíes-conciertael juegoautónomoquese da al «estadoIntencionalcomorepre-

cuestionesfundamentalesadilucidar en la investigaciónquebuscaun diálogoentre lafenomenologíay la filosofía analítica,al menosdesdelasaportacionesde Chisholnien1955. Se puede ver Mohanty (1972, cap. 2), Carr (1975), Mackie (1975) y Smith yMclntyre (1982 cap. 1).

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sentaciónde condicionesde satisfación».Una cosaes queme puedarepre-sentarun estadode cosasquebajo ciertascondicionessatisfaríamis inten-cionesy que si no se da ese estadode cosas,mi Intencionalidadno sesatisfaría,y otra cosaes «representarcondiciones».Me temoqueprecisa-mentetodaestaterminologíaqueha de servir paraexplicarla importanciade la relaciónorganismo-mundo,que es una relación Intencional(1984,passim)«desmundanice»la Intencionalidadmisma con «expresionesin-ventadaspor los filósofos, como “proposición”» (Austin, 1961a, p. 159;1961b,p. 155).

Por tanto,parecequehayun paralelismo(1979b,p. 191 s.) o isomorfis-mo estructural(1981,p. 721) entrelos actosde hablay los estadosInten-cionales,de maneraque la fuerzailocucionariase convierteen el modopsicológico,el contenidoproposicionalen el contenidorepresentativoyambosmantienenlas mismascondicionesde satisfacción(1979b,p. 189;1982,Pp. 263 s.). Asimismo,vemosque tienen las mismas«direccionesdeajuste»:por ejemplo,la direcciónde ajustedel enunciadode quellueve esdirección palabra-mundoy la de la creenciade que llueve es tambiénpalabra-mundo(1982,Pp. 261 s.). Aún más,Searleinsiste en que«un actode hablacon un contenidoproposicionales una expresióndel correspon-dienteestadoIntencionaly el contenidoproposicionaldel acto de hablaes idéntico al contenidorepresentativodel estadoIntencional»(1979b,p.192). Manifestéya mis reticenciasa la cuestiónde la «expresión»de esta-dos mentalesdesdela fenomenologíalingdisticocomunicativaincluso conun análisisde la paradojade Moore. Curiosamente,ahora Searle insisteen que «la expresióndel estadoIntencionalno es un mero acompañante:hayunaconexióninternaen sentidoestrictoentrela ejecucióndel acto dehablay la expresióndel correspondienteestadopsicológico,comomuestrala paradojade Moore (sic)». Conexióninternaratificadaen la condiciónde sinceridad(también ya discutidaanteriormente),de maneraque«cadauno de estos estadosIntencionaleses la condición de sinceridaddel co-rrespondienteacto de habla,porquesu presenciao ausenciadeterminaloque constituye la sinceridad o insinceridaden la ejecución del acto dehabla». Más todavía, pesea todo lo dicho: «En la ejecucióndel acto dehablano haydos cosas—la ejecucióndel acto y la expresióndel corres-pondienteestadopsicológico.Másbienla ejecucióndel actoes eo ipsounaexpresióndel correspondienteestadoIntencionaly el contenidoproposi-cionaldelactoy el estadosonidénticos»(ibid., p. 192; 1982,Pp. 260 y 263).Con ello se profundizaen la justificación de la taxonomíade los actosdehabla(la «deduccióntrascendental»),porquese afirma que«una taxono-mía de los actosde hablaes ya unataxonomíade los estadosIntenciona-les» (ibid., p. 265). No obstante,siguenmis reticenciasa la autonomíaquese concedeal estadoIntencional.

Lo quehay «demás»en los actosde hablaqueen los estadosIntencio-nales lo explica Searlemediantela relaciónya anunciadaentre la repre-sentacióny las condicionesde satisfacción.Todos los serescapacesde

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.1 R. Searle:de los actos de habla a la Iní’cncionalidad 87

Intencionalidad(no sólo los serescapacesde «lenguaje»,sino tambiénlosniñosy los animales[1979b,Pp. 190 y 193e]) tienenla capacidadde rela-cionarsusestadosIntencionalesa los objetosy estadosde cosasdel mun-do. Esto es posibleporque «un sercapazde tenerestadosIntencionalesdebesercapaz de darsecuenta (awareness)de las condicionesbajo lascualessus estadosIntencionalesseríansatisfechos.Un sercapazde tenerdeseosdebesercapazde darsecuentade lo quesatisfaríao frustraríaesosdeseos.«Esto se sigue dcl hecho de que un estadoIntencional es unarepresentacióndc las condicionesde susatisfacción.»Lo cual no significaqueestosseressiempreestaríanacertados,sino que«deberíantener unacomprensión[unders¡andingJde lo queseríacorrecto» (ibid., p. 193). Loque se necesitaría,segúnSearle,parapasarde los estadosIntencionalesala ejecución de actos ilocucionariossería:1) «Medios paraexteriorizar,para hacerpúblicamentereconociblesa los otros, las expresionesde susestadosIntencionales».Desdela clasificaciónde los actosde habladiría-mos que se necesitaríanformasprimitivas de aserciónquecumplieranelpropósitode expresarcreenciasparadar información, formasprimitivasde promesaquecumplieranel propósitode expresarla intenciónde crearexpectativasen los otros... 2) Introducir procedimientosconvencionalespara indicar la «fuerza»de cadaunade las emisiones.Por ejemplo,cual-quier procedimientoconvencionalparaindicar que la emisiónha de tenerla fuerza de un enunciado(el modo indicativo), comprometerápor con-venciónal hablantecon la existenciadel estadode cosasespecificadoenel contenidoproposicionaly, por tanto, daráal oyenterazonesparacreeresa proposición y expresarála creenciadel hablantepor medio de esaproposición.Y lo mismocon las otrasclasesde actosde hablade maneraquesc dé: 1) ~4aexpresióndeliberadade los estadosIntencionales,conelpropósitode hacerque los otrosconozcanque las tenemos»:2) «la ejecu-ción de estosactosparala consecuciónde objetivos ¡aitns] extraíingiiisti-cos,paralosquelosactosilocucionariossirvendemaneraestándar»,y 3) «laintroducciónde procedimientosconvencionalesqueconvencionalicenlosobjetosilocucionarios¡illocutionary poin¡s] que correspondena los dife-rentesobjetivos perlocucionarios¡perlocuúonary aims]» (ibid.. pp. 194s.).

Comoseve. se hanexplicado los estadosIntencionalesusandoel con-cepto de representación,ademásse ha dicho que los enunciadossobrerepresentacionesson intensionales-con-sprecisamenteporque las repre-

sentacionesson Intencionales-con-e.Con ello estamosdentrode unaexpli-cacióncircular,dentrodcl círculo dela Intencionalidad:«Nuestrascaracte-rizaciones,descripcionesy explicacionesde la Intencionalidadno son re-ductivas. sino que presuponenalgunacomprensiónde la Intencionalidad»(ibid., p. 196). Lo cual no quiere decir que no hayauna explicaciónnolingúistica del lenguaje.Recordemosque estábamosempeñadosen unajustificación de la taxonomíade los actos de habladesdeuna explicaciónde la naturalezade la mente(la deduccióntrascendentalde las categoríasque forman las clasesde actosde habla).Ahora podemosdar un análisis

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de los actos lingilísticos básicos sin emplearnocionessemánticas,peroempleandonocionesIntencionales.«La clave de este análisis es que lasnocionesIntencionalesya contienenla noción de supropia satisfacción,ypodemosinjertar nuestrasnocionessemánticasen las nocionesIntenciona-les usandoestanoción no semánticade satisfacciónIntencional»(ibid., p.197). Recordemosquelos serescon Intencionalidadsecaracterizanpor sucapacidadde representarlas condicionesque se habríande dar parasatis-facersusestadosIntencionales,la cual, asuvez, se relacionacon las direc-cionesde ajustequetienentodo estadoIntencionaly todo acto de habla(cfr. 1981, p. 721). A las nocionesde «satisfacción»,«representación»y«direcciónde ajuste» Intencionalesllegamosdesdela filosofía del lengua-je, pero se muestrancomo más básicas(las nociones Intencionalesson«primitivas» [ibid., p. 722]) que la satisfaccióny representaciónlingtiísti-cas,de maneraqueal usarlasparaexplicarla Intencionalidadaprendemosque «la Intencionalidades precisamenteaquellacaracterísticade los esta-dosmentales,humanosu otros,quecapacitana esosestadosa representarotrascosas»(1979b,p. 197).La Intencionalidadde los estadosIntenciona-les es «intrínseca»(1982,p. 273; 1984,passim),mientrasquela de las otrasrepresentacioneses «derivada».La direcciónque hemosseguidoha sido«pedagógica»y por esohemosido del lenguajea la menteque,en nuestrocaso, coincidecon la exposicióncronológicade la propuestade Searle.Pero el análisis lógico va de la menteal lenguaje,y la Intencionalidaddeéste deriva de la Intencionalidadde la mente(1982,p. 260; 1983, Pp. 5 y27, cap.6). Pedagógicamente,la filosofía de la menteseríaunaramade lafilosofía del lenguaje,peroefectivamentees la-filosofía del lenguajela quees unaramade la filosofía de la mente(1979b,p. 190; 1981,p. 720; 1983,p. vii).

Metodológicamente,el análisis Intencionales una extensióndel análi-sis filosófico, porquepermite pasarde las condicionesde satisfaccióndelos actosde hablaa las condicionesde satisfaccióndelos estadosIntencio-nales. En lugar de estudiarla estructuralógica de los actos de habla,estudiamostambiénla estructuralógicade los estadosIntencionales(1981,p. 722). De estamanerase evita unode los erroresdel análisis filosóficoquees«la confusiónde las característicasde los informesde un fenómenocon las característicasdel fenómenosobre el que se informa» (ibid., p.723). Una confusión de este tipo se da entre los queconsideranque losestadosIntcncionales-con-csonintensionales-con-s:ya hemosvisto quelosestadosIntencionalesson extensionalescomose manifiestaen la red con-ceptualexplicativade«direcciónde ajuste»,«representación»y «condicio-nesde satisfacción».Son las oracionessobreestadosIntencionales-con-elas quesonintensionales-con-s.Siemprequeno entendamospor fenome-nologíael «intento de dar caracterizacionesintrospectivas»de la Lebens-welt, sino «el examen de las condicionesde satisfacciónde los estadosIntencionales,podríamosdecir que la fenomenologíaes una rama de la

filosofía analítica...O, alternativamente,..,que la filosofía analíticaes una

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.1. 1<. Searle: de los actos de habla a la Intencionalidad 89

ramade la fenomenología»(ibid., pp. 732 s.). En el primercasola fenome-nología como rama del análisisconceptualanalizaríalas condicionesdesatisfacciónde los estadosIntencionales.En el segundocaso,el análisisconceptualcomo ramade la fenomenologíainvestigaríalas condición desatisfacciónde las palabrasy oraciones.Además,me parecefenomenoló-gicamenterelevanteque se recuperenunas«precondiciones»de lasignifi-cacióny la Intencionalidad,anunciadasen el conceptodetrasfondo(back-ground)en 1978 como vimosal principio de esteparágrafo.Searlerecono-ce,comolo reconocíaa propósitode la significaciónliteral, quelas condi-cionesde satisfacciónde los estadosIntencionalesno se puedenindividuali-zar claramentede maneraatomista.Por ejemplo, decir «X intenta hacerA» para aludir a mi intención de asistir a un Congresode Filosofía, notiene unascondicionesde satisfacciónindividualizadas,sino quese insertaen una red (nnworkj de otros estadoslnt~ncionalescomo «creerque sepuedehacerA», «desearhacerA», «creenciassobrelocalizacionesgeográ-ficas», «deseossobreadquisiciónde billetes», etc., que tienensus propiascondicionesde satisfacción.Peroademásestared liolista se da en un tras-fondode capacidadesmentalesqueno sonni puedenserrepresentaciones.Por ejemplo,mi habilidadparainterpretaremisioneso paramovermeenlos viajes o participaren discusionesfilosóficasno consistecompletamen-te en creencias,deseosu otrasrepresentaciones,sino que forma partedeesossupuestosde fondoquemuestranque la mismared de estadosInten-cionalesno es autosuficiente(self-sufficient)(ibid.).

Pareceque llegamosa un conjuntode proposicionesque,aunqueporsupuestopodríansercreídas,«enel funcionamientorealde mi Intenciona-lidad... [son] hechosque figuran en las diferentesactitudes/stances/queadoptoy en las diferentescapacidadesque ejercito al vérmelascon elmundo ¡in coping with the world/» (ibid.). No necesito representartaleshechosen mis creencias:no necesitorepresentaren creenciasquelas reu-niones filosóficas se hacenen la superficiede la tierra, por ejemplo. Sonhechosque «se muestranpor sí mismos»(theyshowthemselves),en misestadosIntencionalesy en sus condicionesde satisfacción.Por tanto loscontenidosIntencionalesno son autointerpretativos(self-in¡erpreting),hayquesabercómoaplicarlosy estesaber-cómono esél mismo un contenidoIntencional ni tiene carácterrepresentacional(ibid.). Mis reticenciasalprincipio de estetrabajoa interpretarel acto locucionariocomo «emisiónliteral», se puedenreforzar ahora con argumentosdel mismo Searle afavor de ese«trasfondo»de todasignificaciónqueme parecefenomenoló-gicamentefundamental.En 1980b critica el axioma de algunasteoríassemánticasquedefiendenque la significaciónliteral de unaoracióndeter-mina un conjuntode condicionesde verdad.El conjunto de condicionesde verdadsiemprese da sobreun trasfondode prácticasy supuestos(p.228) queno son rasgosdel contenidosemánticosino de los propiosesta-dosIntencionales,incluida la percepción(p. 231 s.). No se escapala impor-tancia fenomenológicade esetrasfondocuyos rasgosse muestranpor si

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mismosen las diferentesactitudesqueadoptoy en las diferentescapacida-des que ejercitoal vérmelascon el mundo,y queconstituyenel marco(¿horizonte?)parapoderinterpretarlos mismoscontenidosIntencionales.Deja abiertala posibilidad(si superamosel escollo de la «introspección»quehemosvisto másarriba)de compararlocon la «actitudnatural»de lasIdeasde Husserl,e incluso conel mundohusserlianode la vida queestásiempreahí (immersc/ionda), como«suelo»(Boden)de todapraxisteoré-ticao extrateorética(Husserliana,VI, p. 145 [25-28];cfr. Habermas,1981a,1, pp. 449ss.; 1981b, 1, Pp. 428 ss.).

A nivel de fundamentaciónpodríamosdecirqueel marcou horizonte,trasfondode todo estadoIntencional,posibilita la interpretaciónde losestadosIntencionalesque se caracterizanpor ser intrínsecamenteInten-cionales.Caracterizarlas creenciascomocreencias,los deseoscomodeseos.etc., es ya atribuirles Intencionalidad.No necesitamos«ejecutar»las cre-enciaso los deseos:las tenemosya dirigiéndosey representandoobjetosy estadosde cosasque los puedensatisfacer,ajustándoseal mundo. Estaes la Intencionalidadprimariaqueda sentidoa la semánticay a la signifi-caciónde los actosde habla.Por estadependenciade unaIntencionalidadfundamentalinsertadaen un trasfondoqueposibilita la interpretacióndela Intencionalidad,cuestionaSearlela «significación literal». Pero faltajustificar la Intencionalidadde la significaciónde la Intencionalidadde lamente.La Intencionalidadde la significación de los actosde hablasí esuna«ejecuciónIntencional»(Intentionalperformance).El actode hablaseejecutao realiza mediantesonidoscon la boca o marcasen el papel. Elpasode la «física»a la «semántica»se debeprecisamenteal estadoInten-cional «intención»,que tienela significaciónde todo actode habla.En laejecucióndel actode hablahayun doblenivel de Intencionalidad:el esta-do Intencionalexpresadoy la intenciónconquese ejecutael acto dehablay que, recordemos,tenía quever con la «fuerza»de la emisión y, a mijuicio, con la comprensióndel oyente de esaintención del hablante.La«intención»con que se ejecutael acto confiere (bestows)la Intencionali-dadal fenómenofísico de los sonidoso las marcasen el papel.La menteimpone la Intencionalidada entidadesque no son intrínsecamenteInten-cionalestrasfiriendolas condicionesde satisfaccióndel estadopsicológicoa la entidad física externa (sic). Condicionesde satisfacciónquevienenespecificadas—recordemos——en la condición esencialdel acto de habla,segúnseaunapromesa,un enunciado,etc.No se puedehacerun enuncia-do sin expresarunacreenciani unapromesasin la intenciónde cumplir.Por tanto la Intencionalidadde la mentea los actos de hablase imponetransfiriendo las condicionesde éxito de los estadospsicológicos a losactosde habla. Por esta razón hayla repetidaconexión internaentrelacondiciónesencialy la condiciónde sinceridadde los actosde habla(1982,pp. 273 s.). La circularidadpositiva de la exposiciónhace queacabemoscomoempezamos:hablandode la imposibilidadde la significaciónestric-tamenteliteral debidoasu dependenciade la Intencionalidadintrínsecay

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£ R, Searlc: de los actos de hablo a la Jn¡encionalidad 91

básicade los estadosIntencionalesqueposibilita la Intencionalidadde laintenciónde la significación.Y todo ello conla misma red conceptualdelos actos de habla convertidosahoraen nocionesde la Intencionalidadintrinstcaque justifica su aplicación a los mismosactosde habla de losquepartimos:condiciónesencial,condicióndesinceridady condicionesdesatisfaccióno de éxito.

4. Conclusionesy línea abierta de investigación

He reconocido, junto a otras aportacionesque he ido señalandocoipofundamentales,la relevanciafenomenólogicade desmitificarla noción de«objeto Intencional»cuandoSearleconsideraqueson «objetos»y «esta-dosde cosas»reales.Sin embargo,desdela alternativasearlianaa Austin,he ido arrastrandomis reticenciasanocionescomo«proposición»,«conte-nido», «representación»,«representaciónde condiciones»y «estadopsico-lógico convertidoen estadoIntencional».También he señaladoalgunosmaticesqueSearleiba proponiendoa la nocióncentralde representación.Es más, en 1982 Searleinsiste en que la cuestión «¿quées un estadoIntencional?»no necesitaserconstruidacomounacuestiónontológica.Loque haceque un estadomental seaIntencionalsonsus propiedadeslógi-cas,no ontológicas.Inclusollega a decir quecuestionarsi sonconfigura-cionesneuronalesdel cerebro,modificacionescartesianasdel egoo ideashumeanas,es irrelevanteparaesaspropiedadeslógicas (p. 265).La reali-zación del contenidorepresentativoy el modo psicológicode un estadoIntencionalson tan irrelevantescomosabersi un actolingílístico es realizadohablandoo escribiendo,enfrancéso alemán,en teletipoo altavoz,etc.Loque importason sus propiedadeslógicasque,comoen el casode las enti-dadeslinguisticas,lesvienen dé ser«representaciones».No hayuna«cosa»quecorrespondaa la palabra«intención»,a no serla misma intención,Yparasaberqué es una intención,como parasaberquées cualquierestadoIntencionalcon unadirecciónde ajuste,sólo necesitamossaber: 1) cuálessonsuscondicionesde satisfacción;2) bajoquéaspectosestascondicionesde satisfacciónestánrepresentadaspor el contenidorepresentativo,y 3)cuál es el modo psicológico—creencia,deseo,intención, etc. (p. 266). Lomismo ocurrecon la proposición:«el enunciadoes idénticocon la proposi-ción, construidacomo enunciado...la creenciaes idénticacon la proposi-ción, construidacomo creída» (p. 268). Incluso llega a decir, como yavimos, que la noción de representación«no es esencial».De hecho lapercepciónes másuna«presentación»queuna«representación»(y en laIntencionalidadperceptivasí se tienen objetivos ontológicos).Además,<tse podríanhacerlasmismasobservaciones<points) en términosde condi-cionesde satisfaccióno condicionesde éxito de los estadosIntencionalessin usarexplícitamentela nociónde representación».Lo queocurrees que«facilita» la exposición(p. 275).Finalmente,también reconoceel carácter

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socialde «muchos»de nuestrosestadosIntencionales,puestoque«requie-ren formasde interacciónsocial,en particularel lenguaje,comounacon-dición necesariade su existencia»(ibid.). El lenguajenos proporcionaunsistemade representaciónquenoscapacitaparatenerestadosIntenciona-les queno podríamostenersin el lenguaje.

Sin embargo,si seguimoseste«rodeo»queestamoshaciendoa la siste-matizaciónde todosestos problemasen el libro de 1983, superamoselmismolibro y en 1986 seguimosencontrandoun protagonismode la «re-presentación»queponeen peligro el aprovechamientode las propuestasde Searleparaunafenomenologíalingílisticocomunicativa.A partir de lared conceptualdesarrollada,Searlemodifica el papel inicial que atribuíaa la «intención»para entenderla significación. Recordemosque en sudoctrina de los actos de hablaaceptabael efecto ilocucionario de com-prensión(uptake)de las intencionesdel hablantepor parte del oyente,situandola explicaciónde la significaciónde las palabrasen el contextode la comunicación.Sin embargo, piensa ahora que, «al menosen unsentidode «significación»,la comunicaciónes derivadade la significación,másqueconstitutivade la misma»(p. 212). Si hagoun dibujo pararepre-sentarel eje del cigúeñalde mi coche quese ha roto en mi viaje a Italiasin saberitaliano,paraquemi dibujo representeese estadode cosas,debohacerloconla «intención»de querepresenteeseestadode cosas(p. 214).En general, la conductaIntencional se relacionacon la representaciónporque tenemosun criterio claro de las condicionesbajo las cuales larepresentacióntieneéxito y de las condicionesbajo lascualesla represen-tación falla (una vez más las «condicionesde satisfacción»).Por tanto,hacenotar Searle,«lasintencionespararepresentarpuedenserespecifica-dasde manerasuficientementeindependientede las intencionesde comu-nicar» (p. 215). Sin embargo,la intenciónde comunicarrequierela repre-sentaciónque se va a comunicar.La conclusiónes que, contrariamentealo quepensabaanteriormente,la intenciónde la significaciónes anteriora la intención de comunicarpor la prioridad de la representaciónen lasignificación(p. 216).En la medidaenquegeneralizamosel objeto(point)ilocucionario «representación»de los actosde hablaasertivosa todaslasclasesde actos de habla,y en la medidaen quepodíamoshacerloporqueconsiderábamosque todo acto de hablatenía un «contenidoproposicio-nal» (p. 219), tendremosahora que las «condicionesesenciales»queha-cíanquedistinguiéramoslos actosde hablapor su diferenteobjetoilocu-cionario determinandiferentesmodosde representación,diferentesmo-dosde relacionarlas emisionesconel mundomediantela noción de «con-dicionesde satisfacción».«Los diferentesobjetosilocucionariossondeter-minadospor las diferentesintencionesque los hablantestienen conside-randolas formasen quesus emisionesrepresentaríanla realidad»(p. 220).Por tanto, ya no se considerala principalidad de la comunicaciónparaentenderla significación. «Representación»y «condicionesde satisfac-ción» se han vuelto a apoderarde la explicaciónde la significación y,

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aunquese mantienela noción de «intención»,no se la consideratanligadaal reconocimientodel oyentede las intencionesdel hablante—comunica-ción— comoa suscondicionesde representarsatisfactoriamente.«La sig-nificación de un enunciadose da de algún modo en sus condicionesdeverdad,la significaciónde unaorden en suscondicionesde obediencia,lade unapersonaen sucumplimiento»(p. 220).

Mi conclusióndeja una línea de investigaciónabiertaen la que,parala elaboraciónde unaforma de hacerfilosofía fenomenologicocomunicati-va herederade un diálogo entrela filosofía analíticay la fenomenología,las aportacionesde Searle al panoramabibliográfico internacionalsonfundamentales.Comofundamentalesson las aportacionesde Haberrnasque,a mi juicio, «tiran» de la fenomenologíaestrictamente«lingílística»,para hacerlamás «comunicativa».Por este motivo, puedoaprovecharlacrítica de Habermasno sólo a una teoría de los actosde hablaquesigaprisionerade la «semánticaveritativista» tal como ya he comentadomásarriba, sino también al último artículo de Searlequeacabamosde ver.Estoy de acuerdoconHabermasen queSearle,pesea partir de Austin,retrocedehacia Frege(Habermas,1988a,p. 121; 1988b,p. 123).Creoquecon el detalladoanálisisquehe realizadode la red conceptualde los actosde hablatransformadaen redconceptualde la Intencionalidadelaboradapor Searlehasta1986,se muestraqueelprotagonismoquevanadquirien-do «proposición»,«contenidoproposicional»,«representación»y «conte-nido representativo»proporcionan«unabasedemasiadoestrechaparaladistinción de las cinco clasesde los actosde hablapropuestas»(ibid., pp.122 y 124). Estaterminologíade corte fregeanoasimila excesivamentelas«condicionesde satisfacción»a las «condicionesde verdad»y. a travésdela «representación»y las «direccionesde ajuste»,se dejan sin atender«otrascondiciones»quehabríande ser fundamentalesparala realizaciónde actosde hablano asertivos,comolos directivos, conmisivos,expresivoso declaraciones.Hay otras dimensionesde validez (Geltungsdimension)quepretendemosal hablar,ademásde satisfacerla verdadde lo quedeci-mos,o inclusoLa veracidadde la actitudproposicionalconquelo decimos.SegúnHabermas,habríaqueconsiderartambiénlas «condicionesnorma-tivas» que,por ejemplo,me daríanautoridadpara haceruna declaracióno dar unaorden (ibid., pp. 122 s., 141 s. y 143 ss.).Por otra parte,respectodel ejemplosearlianodel dibujo querepresentael cigúeñaldel cocheave-riado, quehacedecir a Searlequehay representaciónprevia al lenguaje,~<elintérpreteno podría ver en absolutoqueel dibujo, al imitar un objeto,representaun estadode cosassi no dominaseya unalenguay no supiera,merceda la prácticamisma de esalengua,cómose representalingílística-menteun estadode cosas»(ibid., pp. 141 y 143; cfr. Apel, 1987).

Los aspectosnegativosde mi conclusiónresaltaríanque la vueltadeSearlea Fregeno consiguesuperardel todo la «falaciadescriptiva»denttn-ciadapor Auslin y propuestaprecisamenteparaestudiarquémáshacemosal hablarademásde referir, lo cual llevabaa clarificar las condicionesen

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quepretendemosquevalgalo quedecimos—las dimensionesde validez--queno se restringíana las condicionesde verdad.La defensade estadospsicológicosexpresados,pesea los maticesintroducidospor Searle,seríatambién una muestrade esa falacia descriptiva,porquese buscaríael «refe-rente mentalinterno»expresado«externamente»en lo quedecimos.Alcaer en la «falacia descriptiva» con el uso de términos como «proposi-ción», «contenido»,«representación»y «estadopsicológico»,se va sepa-rando progresivamentede las situacionesde comunicaciónqueestabanala base,precisamente,de la primitiva doctrina de los actosde habla.Aun-que creo fenomenológicamenterelevanteindagar una «Intencionalidadbásica»o fundamentalen las accioneshumanas(la fungierendeIntentiona-lUid de Husserl,reivindicadapor Merleau-Ponty,1945,pp. 17 s.), no veocómo separarladel lenguaje,porquelos sereshumanosya aprendemosareconocernuestrosestadosIntencionalescon el medio público que esnuestrapropia lengua y con los compromisosde la fuerzacon que deci-mos. Tambiéncreoque es unacomplicacióninnecesariael uso de «esta-do» parareferirse a la Intencionalidad,porquepienso queprecisamentelo queaporta la fenomenologíacomunicativacomo característicafunda-mental de las accioneshumanasexplicitada en los actos de habla es la«ejecutividad»que dinamizay hace más«íntima» la relación yo-mundo,de unamaneraquese ve oscurecidapor la terminologíade «estado»(cfr.MartínezGuzmán,1990). Finalmente,pesea mi asunciónde la herenciafenomenológica,adoptouna actitud crítica frente a la comparacióndel«contenidorepresentativo»de Searlecon la significacióncomo «conteni-do» en Husserl(cfr. Habermas,1988a,p. 138; 1988b,p. 140; Dreyfus, 1982,pp. 4ss.;Carr, 198, p. 239, n. 32) por el peligro «idealista»queintroduciríaen la comunicación.

Los aspectospositivosque destacoen Searley queme comprometena seguir en el estudio de sus propuestaspara la línea de investigaciónfenomenologicocomunicativa,empiezancon la posibilidadde profundizardesdeAustin en el uso «serio»del lenguajecomofenómenooriginario dela comunicación,que requeriráde la ampliaciónde las condicionesdefortunade lo quehacemosal hablar, ligado a la búsquedade unarelaciónlenguaje-Intencionalidad.Me parecefundamentalla relación internaquese estableceentrela Intencionalidady los objetosIntencionalesque no sehande entendercon un estatutoontológicopeculiar,sino comoobjetosyestadosde cosas«del mundo». Podríacaberuna noción de «contenidorepresentativo»,peroentendiéndoloestrictamentecomo«aspecto»o «mo-do de darse»del objeto Intencionaly, por tanto,negandoel carácter«in-tensional» de la Intencionalidad.También sería importantela conexióninterna,queSearletambiénseñala,entrela ejecucióndel acto de hablayla expresióndel estadopsicológico,asícomo el carácter«circular»de lasexplicacionesfenomenologicocomunicativas,que me llevarían precisa-mentea considerarcircular la relación«lenguaje-fenómeno»y «lenguaje-Intencionalidad».Sin embargo,precisamenteporquehacemosfenomeno-

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logia y no simplemente«análisisdel lenguaje»,habríaquedistinguir —

como Searlepropone- -entrelas característicasde los fenómenosy lascaracterísticasde los «informes de los fenómenos»,pero siempre, a mijuicio, sin poder salirnosdel lenguaje.Ciertamente,la recuperaciónde lasprecondicionesde la significacióny la Intencionalidad,concebidascornoun trasfondo con unos hechosque «se muestranpor sí mismos», a la«actitud»con la cual nos enfrentamosal mundo,habráquerelacionarlacon la recuperaciónde la Lebenswelthusserlianay su presenciaen todadoctrina de los actos de habla, como Habermasha empezadoa hacer.Evidentemente,la línea de investigaciónsigue abierta.

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