de jaén a cochabamba y vuelta jaen a cochabamba.pdf · 2. de jaén a cochabamba y vuelta del...

16
Foro Social de Jaén De Jaén a Cochabamba y vuelta www.nodo50.org/forosocialjaen [email protected]

Upload: others

Post on 10-Jan-2020

14 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Foro Social de Jaén

De Jaén a Cochabamba y vuelta

www.nodo50.org/[email protected]

Foro Social de Jaén

Crónica I (18 de abril) Saludos desde las alturas Las personas del Foro Social de Jaén hemos protagonizado una épica primera jornada en la ciudad de la eterna primavera. Después de un tremendo viaje de diez horas, de una espera para trasbordo de seis horas en Santa Cruz, y de otro largo periplo hasta que por fin, pasadas veinticuatro horas desde que partimos de Jaén, nos vimos en nuestro deseado destino, hemos optado, conforme a nuestro carácter díscolo y cabezota, por des-oír cualesquiera recomendaciones que hubiéramos reci-bido durante el largo periodo de preparación anterior al viaje: hemos consignado maletas en el hotel y sin haber más que cabeceado algunos ratos de vuelo, sin ver la habitación (ni la ducha ni la cama que en ella se encuen-tran), hemos salido a explorar la ciudad de la mano de Regis, nuestro anfitrión y agente de una generosidad y paciencia infinitas; sin protector solar, sin repelente de mosquitos, sin dormir, comiendo de todo y a todas horas… su-biendo a 2900 metros de altura "de la mano de Cristo", y así has-ta ahora en que son las nueve de la noche hora local mientras escribimos esto y vo-sotros dormís a pierna suelta. Hemos efec-tuado la inscripción correctamente en Ti-quipaya, y a propósito del evento en cuestión poco más se puede contar hoy porque has-ta mañana no comien-za; si acaso, solamente, dar cuenta de que se espera llegar a las veinte mil inscripciones y que varios presiden-tes han confirmado ya su asistencia. O sea que el evento promete. También, por cierto, estará Manolo Monereo, a quien hemos encontrado en el aeropuerto de Santa Cruz acompañado de François Houtart. Acaso lo más interesante fuera informar de la visión que en un primer vistazo hemos podido fabricarnos de la ciudad de Cochabamba, y de toda la primera jor-nada, empezando por el mismo viaje: la comunidad boli-viana nos resulta en cierto modo cercana a cada uno de nosotros, de los que vivimos en Jaén, tierra de destino de muchos de sus miembros en su lucha por fabricarse una vida mejor y un futuro más prometedor. La interacción que tengamos con ellos será variable, pero a todos nos afecta puesto que son nuestros vecinos, amigos, amantes, em-pleados, clientes, etc. Pero son los que están en nuestra tierra. Nosotros, de los que muchos hemos batallado por dignificar no sólo las condiciones de estancia provisional sino también el re-conocimiento (en la mayor parte de los sentidos posibles) de los inmigrantes en general, no he-mos dejado de ser en cierto modo los receptores de ese complejo de aportaciones que se nos aviene. Esta vez, hemos hecho un viaje en sentido contrario: hemos volado en un avión mastodóntico acompañado de quinientos bo-livianos que partían de todos los puntos de la geografía

española para visitar a sus familias; hemos compartido asientos, algunas palabras y hemos sido espectadores de la emoción con la que un emigrante aterriza en su sue-lo o atropella, torre de maletas en mano, a cuanto tenga por delante sin más horizonte de visión ante sus ojos que el de los rostros descompuestos de alegría de sus fami-liares. Y es que Bolivia es un país harto empobrecido, y en particular Cochabamba lo es y lo parece en grado sumo. Aquí las desigualdades sociales son extremas y omnipresentes. No se hallan ocultas, no requieren de un ejercicio voluntario para sufrir un estremecimiento y una compasión colectivos; está presente en todos los rinco-nes, en todas las calles, en las laderas de las carreteras, en los semáforos. Los indígenas han buscado una salida en la urbe a su falta de perspectivas, y han hallado un

abanico de posibili-dades tan amplio que abarca desde la men-dicidad hasta el lavado informal de coches de ricos pasando por la venta ambulante de todo tipo de produc-tos. La miseria más lamentable y horrenda ha sido el destino de estas gentes durante demasiado tiempo. Por eso hace falta un Evo, por dignificar, por convertir en sujetos preferentes a quienes no tienen nada, por recuperar las posibili-dades de la vida en el

campo y de la vida según las costumbres de quienes la viven; por encauzar los beneficios de los recursos natu-rales hacia programas sociales, por crear otro horizon-te posible, que ante todo es eso, un horizonte, porque la realidad de los pobres en Cochabamba es hoy dura, demasiado dura, y la vida en general dentro de la ciu-dad, sucia y un tanto vertiginosa, parece poco edifican-te. Frente a todo eso están los de arriba, y lo sabemos bien porque también hemos estado con ellos, comiendo en la residencia de una universidad privada que se alza como un oasis en medio de un cinturón de miseria, de paupérrimas viviendas a la orilla de caminos infames en un barrio donde el acceso al agua es sencillamente una utopía. Lo sabemos también porque en las cafeterías he-mos visto guardias de seguridad privados que protegen a lo que está un poco más adentro de esos márgenes. Y los servicios municipales tampoco deslumbran por aquí, en concreto los del transporte, uno de los cuales (líneas de furgonetas que transportan personas) es gestionado por un sindicato, lo cual tampoco deja de ser interesante. Por eso hace falta un Evo y algo más que un Evo: una estructura municipal configurada desde la base. Por otra parte, también nos ha impresionado que en los carteles de publicidad todos sean blanquitos, rubios y con poco en común con lo que es el común de los

bolivianos. En concreto, a Ana le ha chocado, al bajar

2

De Jaén a Cochabamba y vuelta

del avión, un panel de la compañía nacional de teléfonos móviles con tres mujeres exuberantes que podrían ser de cualquier lugar y que, por lo tanto, no eran de ninguno; y ello justo al bajar de un avión asistido por unas azafatas claramente “identificables“ y de una belleza envidiable. Suponemos que la soberanía que aspire a ser realmente amplia deberá contemplar también esos aspectos. Y aunque quedarán más detalles por relatar, el último por hoy es el fundamental de los pájaros de Olga, una búsqueda constante de ejemplares que nos va ab-

Cochabamba, día II (19 de abril) Hoy por fin hemos tomado el contacto deseado con una Conferencia Mundial que durante todo el día ha terminado de prepararse. Durante todo el día se han es-tado montando los chiringuitos y stands, se han presen-tado y constituido los grupos y se han preparado para iniciar los trabajos por la tarde y, sobre todo, en el día de mañana. El trío de comunes ha repartido su asistencia en los grupos de “agricultura y soberanía alimentaria”, “causas estructurales del cambio climático”, “migrantes climáticos”, “estrategias de acción” y “bosques”. En ellos se han desarrollado las primeras exposiciones y aporta-ciones a las conclusiones y hemos podido tomar contacto con conceptos, datos, buenos materiales que ya haremos circular y con personajes ilustres de la talla de Leonilda Zurita, la dirigente de las mujeres cocaleras. Es consi-derable la presencia de la Vía Campesina, una “marea verde” uniformada con gorras y pañuelos, repartida por la mayoría de los grupos de trabajo con buenos represen-tantes, ponentes y numeroso público. La organización del evento es admirable, con una aportación impresionante de recursos, por parte del gobierno y de los municipios, a dispo-sición de los partici-pantes, y un cuerpo enorme de volun-tarios que hacen que todo funcione al dedillo y con una facilidad pasmosa. Los precios de co-midas y puestos de venta son populares para facilitar el uso y disfrute de los parti-cipantes autóctonos y del entorno latino-americano, que son la aplastante ma-yoría. En el otro as-pecto, se encuentra la operación de “lim-pieza” llevada a cabo por el gobierno en todos los sentidos. Se ha adecentado el entorno sumamente precario del municipio de Tiquipa-ya, donde se celebra el evento, y se ha intentado mejorar el aspecto de la ciudad y garantizar la seguridad de los visitantes a través del incremento de la presencia policial y el control de los que viven más allá todavía de todos los márgenes esnifando productos tóxicos en la calle.

Por la tarde, tras abandonar nuestros talleres, hemos querido dirigirnos a una ponencia “de alto nivel” (lo cual se dejaba notar a través del control policial que nos hemos visto obligados a pasar –no obstante, bas-tante amable-) en la que participaban altos cargos del gobierno boliviano explicando los logros de la gestión del gobierno de Evo Morales en su primer mandato. Lamen-tablemente, hemos llegado tarde y nos hemos perdido las exposiciones del ministro de economía, que ha disertado sobre la visión ecológica del modelo económico diseñado en la Constitución Política del Estado (CPE), y del presi-dente ejecutivo de YPFB. Pero hemos podido escuchar la intervención de un responsable del ministerio de exterio-res, que ha hablado sobre la situación de los emigrantes bolivianos, o sea, del tema del que hablábamos ayer. Y ha sido muy interesante comprobar cómo el gobierno ha cambiado de raíz la sensibilidad hacia este colectivo, re-conociendo su carácter precario e irregular y legislando (también en la CPE) para superar su invisibilidad tanto en las políticas públicas como en el imaginario social. También ha señalado, además de una buena serie de

medidas concretas, el aspecto simbólico que supone el ejem-plo de Evo, que fue emigrante en el norte argentino comiendo cáscaras para poder subsistir. Debéis saber tam-bién que hemos sido entrevistados para una agencia italiana de noticias, así que pronto seremos jaeneros universales. Si encon-tramos algún rastro de mención de nues-tra existencia y pre-sencia, os la haremos llegar. Nada más por hoy. Mañana a primera

hora es la inauguración oficial (por fin) que abrirá el presi-dente boliviano y a la que intentaremos asistir, si nos deja el gentío que se agolpará y colapsará presumiblemente el recinto. Ya os contaremos si conseguimos la gesta.

Más abrazos de Ana, Fran y Olga desde aquí tan lejos

sorbiendo a todos y que ha empezado hoy a dar algunos resultados: el colibrí es el gran logro del día, pero aún quedan muchos, incluyendo los que puedan derivarse de la visita a algún parque nacional de por aquí en los alre-dedores. Un fuerte abrazo desde tan lejos y hasta la próxima crónica.

Ana, Fran y Olga desde Cochabamba.

3

Foro Social de Jaén

Crónica tercera (20 de abril) ¡Pues claro que hemos conseguido asistir a la inauguración! Ante la tremenda asistencia, la organiza-ción del evento trasladó la celebración del acto al estadio de Tiquipaya, con lo que ha habido sitio para que todos los participantes disfrutaran de una experiencia segura-mente inolvidable. Para nosotros lo ha sido, desde luego;

sometidos a una espeluznante violencia solar, hemos dis-frutado a pesar de todo de la ocasión única de asistir a una ceremonia de respeto y devoción a la Pachamama, protagonizada por representantes de las autoridades in-dígenas de los cinco continentes, y a un discurso de Evo Morales que se ha extendido durante casi una hora, un discurso profundamente anticapitalista, cargado de hu-mor y de homenaje a las tradiciones que enlazan con la filosofía y los principios del “Buen Vivir”. Estos dos elementos, por otra parte (el anticapi-talismo y el “buen vivir”), son lugares comunes en casi to-das las intervenciones principales de la esta conferencia. Y es que prácticamente es unánime la idea de que los problemas climáticos atañen a cuestiones más radicales que el compromiso por la reducción de emisiones u otras cuestiones meramente técnicas, cuestiones que plantean la necesidad de un cambio radical de modelo productivo, de relaciones internacionales y de dinámicas de consumo y modos de vida. Se trata de rehuir las llamadas “falsas soluciones”, las que se imponen desde arriba según la lógica del mercado y que en lugar de arreglar problemas lo que hacen es engrosar las cuentas de unos pocos y perjudicar a los muchos, una lógica que instrumentaliza cualquier cosa, y por supuesto también los recursos na-turales además de a los seres humanos. Y como alter-nativa, ahí está lo que es propio de unas culturas, atomi-zadas actualmente, que tienen un conocimiento propio y un modo distinto de producir y entender el bienestar y las necesidades básicas. Por ahí ha ido el discurso de Evo por la mañana, a su manera, a través de una expo-sición de objetos indígenas comparados (en cuanto a su organicidad con la Naturaleza) con sus equivalentes en la industria capitalista. Pero también por ahí ha ido, a su manera, más teórica, la otra gran intervención que hemos seguido por la tarde: la del vicepresidente, el otro compo-nente del tándem indesligable. Así que esa ha sido la dedicación del día de hoy. Ha sido para nosotros un privilegio enorme, claro que ago-tador también, sobre todo por el asfixiante calor tanto del exterior como del interior en un auditorio abarrotado para ver y escuchar a García Linera. De paso hemos compro-

bado que la hoja de coca, que está por todos lados, no es una solución mágica para la fatiga, aunque sí ayuda (…). ¿Qué lección debemos extraer? Quizá la necesi-dad de trabajar, elaborar y practicar el concepto del “buen vivir” en nuestros territorios, un concepto ni abstracto ni folklórico necesariamente, sino universalizable como alter-nativa al modelo actual, fomentando todas sus implicacio-nes, tan conservadoras como revolucionarias (tan como es todo esto que se mueve aquí y se promueve desde aquí) a través de redes que se postulen mediante iniciativas tan trascendentes como el “buen comer”, por ejemplo. De vuelta al hotel, en el autobús (en un viaje in-cómodo dado que la organización, sin hacerle reproches, se ha visto desbordada por la impresionante participación) he estado hablando con un campesino común y corriente que ha venido desde la región de Oruro. Me ha descrito la situación de la gente del campo comparando un antes y un después de la victoria del MAS, cómo ha mejorado, cómo se ha dignificado, y cómo incluso, muchos de aquellos de los que en otras crónicas hablábamos que habían abando-nado el campo en dirección a las ciudades, comienzan a retornar ante la recuperación de perspectivas en el mundo rural. Es una feliz noticia. Yo le he transmitido mis felici-taciones por todo ello y por ser un pueblo, el boliviano, con un amor propio tal como para haber dado lugar a un proceso como el que tienen en marcha. Que siga. Verdaderamente, esta cumbre está sirviendo para lanzar y promocionar, aquí e internacionalmen-te, a Evo Morales, algo por lo que será criticado y será desacreditada la misma conferencia. Desde luego el gobierno está haciendo sobrados méritos por proyectar esta imagen con un muy buen e inteligente diseño de un evento que no hay que olvidar que fue convocado por él mismo como líder de una réplica al fracaso y al cinismo

de las potencias que mandan y bloquean las alternati-vas a un modelo en bancarrota. Lo importante es que las ideas e iniciativas que aquí se postulan se extiendan y contaminen (si se permite este término descarado) al mundo entero. Los que estamos aquí, disfrutando de este privilegio, procuraremos encargarnos de potenciar esta contaminación a nuestra vuelta como ya intentamos ha-cerlo a través de estas breves crónicas.

Otra abrazo más, en orden alfabético inverso hoy, de Olga, Fran y Ana.

4

De Jaén a Cochabamba y vuelta

Cuarto día en Cochabamba (21 de abril)Saludos otra vezAl parecer ha trascendido de manera notable la reducción que la prensa internacional ha hecho de la Cumbre a un titular infame. Esta mañana hemos desayunado con ese disgusto, y ya después hemos podido ver otras noticias aparecidas en prensa a este respecto. Nos parece la-mentable que la trascendencia, la altura y la significación de esta conferencia se vea reducida, en su relato me-

diático, a un titular sensacionalista. Ayer conté que Evo había lanzado un discurso cargado de humor, y dentro de lo que a la mayoría de las veinte mil personas allí congre-gadas les pareció una broma, en un contexto determina-do, Evo Morales aludió al engorde de pollos con hormo-nas femeninas, diciendo que, siendo eso así, provocaría “desviaciones en el ser de los hombres”. Posteriormente sostuvo que, por culpa de los transgénicos, a diferencia de los bolivianos, empezando por él mismo y su mata de pelo, los europeos eran “todos calvos”. No sé si eso es digno de resaltar en una noticia periodística pues no es digno de ser tomado como la aserción seria de un presi-dente de gobierno. Lo que sí es seguro es que da lugar a un titular fácil y a una desviación de la atención de los contenidos de una cumbre y de un discurso mucho más ricos, que por supuesto interesa ignorar y tapar. Más allá de que los términos sean más o menos acertados y las palabras más o menos oportunas, lo que se pone de ma-nifiesto es la catadura de una prensa que no es ni mucho menos incapaz de captar y distinguir las socarronerías de lo que de verdad es el hilo de un discurso completo, sino que es tan terriblemente malintencionada como para des-informar y engañar con todo propósito. Eso no es nada nuevo en absoluto, pero vivirlo de esta manera es mucho más sangrante, cuando día a día se asiste a los ricos trabajos, se experimenta el significado de un proceso de cambio que, al menos, aquí se está promocionando ha-cia el mundo entero, y al mirar la prensa de tu país se descubre que la resonancia que tiene todo esto no es más que esa mierda. Lo que Evo hizo fue contraponer dos modelos de producción y consumo, ese fuel el hilo de un discurso que, por lo demás, llevamos grabado por completo para que los escuchéis. No sé si alguien puede pensar que Evo (junto con todo su cuerpo de asesores) es tan idiota como para decir seriamente a todo el planeta que los indígenas tie-

nen mucho pelo porque comen mejor o que la homose-xualidad se deriva de los pollos engordados artificialmen-te. Pero sí sé que interesa proyectar la imagen de esa presunta idiotez, de reducir todo un proceso a un presi-dente inepto. Esa es una mecánica colonial típica para desacreditar algo que pone en cuestión los fundamentos de una relación asimétrica y de dominio. Y es perfec-tamente comprensible la ofensa que se pueda sentir a través de esas reseñas periodísticas, pero las cosas no suelen estar dentro de contexto en la prensa que nos ha tocado en nuestro país. Eso no siempre lo vivenciamos, pero este es uno de los casos en que sí. Y lo que yo os aseguro es que aquí esa cues-tión no ha tenido la más mínima trascendencia, porque estamos en un ambiente más o menos serio, en un es-pacio, digamos, que liberado de esa falta de respeto a la que nuestros medios nos someten. Esta mañana, apro-vechándome de mi condición de supuesto periodista he asistido a una conferencia de prensa del presidente. Para mí, esa ha vuelto a ser una experiencia enorme. Y a ningún periodista se le ha ocurrido preguntar por ese tema, sino que se ha hablado de propuestas ha-cia el futuro, de cuestiones perentorias, de conceptos que necesitan ser explicados, del significado de esta cumbre y de sus diferencias con la de Copenhague y su justifica-ción a partir de ella; del nuevo rumbo que con la defensa de la Madre Tierra y todo lo que esta implica, se le está abriendo a una izquierda desnortada durante demasiado tiempo. Por otra parte, Olga y Ana han estado escuchan-do a otro ilustre como Leonardo Boff, en una exposición sobre “derechos de la Madre Tierra”, en la que ha aboga-do por la consideración novedosa de esta como sujeto de derechos (el XXI es el siglo de los derechos de la Tierra), superando la parcial visión antropocéntrica; con todo ello

ha intentado dotar de un marco teórico a la propuesta de creación de un Tribunal de Justicia Climático, sinteti-zando la visión científica y la tradicional, de los pueblos originarios, sobre la Tierra. Por la tarde, hemos asistido un evento autoges-tionado, un taller titulado “Políticas de soberanía alimen-taria para contrarrestar los efectos del cambio climático”,

5

Foro Social de Jaén

en el que han intervenido una experta brasileña en dere-cho a la alimentación, un biólogo boliviano y, por último, María, representante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas indígenas originarias de Bolivia-Bartolina Sisa. La primera reflexionó sobre el derecho humano a la alimentación segura y los obstáculos que a esta impone el modelo de desarrollo agroindustrial im-perante, que, por otra parte, es el responsable de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernade-ro. Siguiendo este hilo, el biólogo ha informado sobre los

efectos del cambio climático en Bolivia y la injusticia de que su pueblo se haga cargo del esfuerzo que supone sobrevivir en esta situación, abogando por una retribu-ción por parte de los países desarrollados y responsables del deterioro atmosférico. La última, ha expuesto cómo desde su comunidad se practica la soberanía alimenta-ria, sembrando de forma natural y consumiendo de forma responsable y sana, contrarrestando así la agricultura industrial y sus efectos nocivos para la tierra y para la salud (por cierto, también ha hablado del engorde de los pollos). Y después hemos vuelto ya hacia el hotel, cuan-do ya estaba terminando de desarrollarse la culminación de los grupos de trabajo en los plenarios en los que se exponía y concretaban las propuestas tras la fase de de-bate. Esto es lo realmente importante y trascendente de esta cumbre. Procuraremos hacernos con los documen-tos Mañana termina ya esta historia, y lo hará por la tarde con una ceremonia de clausura en la que volverá a participar Evo y quizá otros presidentes invitados, como Hugo Chávez. Nada más por hoy. Seguimos bien, con un poco de pena porque esto se vaya acabando, aunque todavía no ha acabado y seguiremos, pues, en contacto.

Olga, Fran y Ana, más bolivianos que ayer pero menos que mañana

“La quinta” (22 de abril) Pues esto se ha acabado, queridos compañe-ros. Oficialmente aún queda un acto para mañana: el inicio en Cochabamba de un programa nacional de re-forestación que da la oportunidad a los participantes en la Conferencia de dejar un árbol plantado en Bolivia, lo cual no es poco sugerente. Nosotros no estaremos ahí de todas formas porque ya habíamos planeado una visita al Parque Nacional de Tunari, que promete regalarnos un paseo por un paraíso tropical y un episodio más, el epi-sodio principal seguramente, del rastreo de aves liderado por Olga y secundado por todos, que ya avanza de forma satisfactoria como algunos ya sabréis. Pero esta tarde se ha celebrado el acto de clau-sura de la Conferencia. Un acto multitudinario en el es-tadio Félix Capriles de Cochabamba, al que han asisti-do no sabría decir cuántas personas, pero sí que varias decenas de miles que han sido parte de un hito verda-deramente histórico. Así lo sentimos y así nos sentimos nosotros, testigos y participantes de un suceso que está o debería estar llamado a marcar un antes y un después. Porque de aquí ha salido una declaración verdadera-mente densa, llena de propuestas y objetivos contra el cambio climático, que tendremos que estudiar y valorar con detenimiento; una declaración que verdaderamente es de los pueblos, porque es el fruto del debate y las aportaciones de todos los participantes en los grupos de trabajo a lo largo de varias semanas de preparación, pero sobre todo en estos días de la cumbre. Es un documento así elaborado, y en absoluto es algo así como un dic-tado lanzado desde tal o cual gobierno, por mucho que el gobierno boliviano y sus propuestas sean realmente un núcleo fundamental de todo ello. Una conclusión es indiscutible: el capitalismo, responsable de la crisis eco-lógica como de todas las demás crisis, está incapacitado

para ofrecer soluciones viables a la emergencia climática desde su propia lógica, y por lo tanto se hace necesaria una superación del mismo que tenga como principio la salida de la Naturaleza y sus bienes del ámbito de las mercancías destinadas al lucro de unos pocos. Bueno, el contenido completo ya lo miráis con detenimiento, que os lo adjuntamos al correo, más que nada para que podáis verlo por si acaso a la prensa no se le ocurre hacerse eco de eso. Pero el acto ha sido algo más, también: toda una puesta en escena y exhibición de fuerza de los procesos de cambio radical que se están sucediendo en América Latina y del respaldo y protagonismo popular con el que cuentan. Esta Conferencia ha sido la de los excluídos en Copenhague, la de los países y gobiernos ninguneados y la de los movimientos y personas que denunciaron la farsa en la calle durante esos días y acabaron apalea-dos. Este ha sido el foro para todos ellos, para elaborar propuestas que puedan defender estos países con el respaldo y la participación de los movimientos sociales. Aquí han estado unos pocos gobiernos mezclados con la gente y hablándose con ellos cara a cara, han estado los “pueblos originarios” en la que creo que será la ma-yor promoción internacional que hayan tenido nunca, y han estado los pueblos de todo el mundo participando, aprendiendo y disfrutando. Qué distancia tan abismal separa Cochabamba de Copenhague, ¿no? Los que allí eran ninguneados aquí eran protagonistas; los allí repri-midos aquí han sido, hemos sido, asistentes a una fiesta histórica. Por eso pensamos que esto marca un cambio, un antes y un después, porque quienes plantean una al-ternativa han sacado músculo y han escenificado lo que dista el trabajo alegre de la mezquindad y la represión. Por las imágenes podréis haceros una idea de la magni-

6

De Jaén a Cochabamba y vuelta

tud del asunto. Han estado presentes en el acto, y han inter-venido, por un lado, representantes de movimientos de los cinco continentes, y por otro lado, por parte de los gobiernos, Hugo Chávez, el vicepresidente de Cuba y

un representante nicaragüense. Hoy también he podido aprovecharme de mi condición de periodista furtivo para colarme a unos pocos metros de distancia del escenario, conseguiros buenas fotos y vivir ese momento de cerca,

muy cerca. Y también han estado los protagonistas de to-dos los días, los diversos pueblos indígenas de los nueve departamentos de Bolivia, que han contribuido a crear un clima único con sus danzas tradicionales, a lo que se ha sumado también la actuación de varios grupos de música andina como los famosos Kjarkas y los Kalamarkas. El acto se ha culminado con la canción “Somos más” sonan-do por todos los altavoces del estadio, lo que homenajea a todos esos bolivianos que creen y apuestan por este proceso, pero de paso, también, ejercitaba un alarde de la realidad que se estaba conteniendo en ese escenario abarrotado y apasionado. Esa pasión la hemos vivido nosotros con toda intensidad, y no podemos más que estar agradecidos y orgullosos por haber participado de este momento, de ver cómo se viven las cosas en Bolivia y en el Abya Yala que dicen por aquí, pero también de pertenecer a una izquier-da del otro lado del charco que con estar aquí presente sigue creciendo cualitativamente (afortunadamente para nosotros tres, esta vez, creciendo a través de nosotros tres como enviados y medios para que se sepa eso de lo que no se habla). Podéis estar, pues, tan orgullosos como estamos nosotros.

Un fuerte abrazo de Ana, Olga y Fran. Hasta ya mismo.

EPÍLOGO COCHABAMBINO Habíamos dejado el relato a medias cuando el día de la clausura cumplimos la tarea de enviar las cróni-cas de lo que fue, o de cómo estuvimos en, la Conferen-cia Mundial de los Pueblos sobre cambio climático y De-rechos de la Madre Tierra. Y es que nuestra experiencia boliviana, claro, no se agotaba en el espacio del recinto del evento ni había comenzado el día que se daba inicio al mismo. Asimismo, tampoco se agotaba en el tiempo el día que este concluía. Por eso y porque quizá ya la experiencia está algo más asentada y reflexionada, pero también porque nos habéis transmitido vuestro disfrute de las cinco crónicas cochabambinas, es por lo que igual es pertinente hacer una especie de crónica extraordina-ria, a modo de epílogo que sirva para satisfacer un poco todas esas razones. Pues para empezar, llegamos por fin a Jaén después de un largo viaje de dieciocho horas desde que salimos de Cochabamba. El avión que nos transportaba desde Santa Cruz no era esta vez el de las alegrías por el reencuentro de la ida; ahora estaba salpicado de lá-grimas por la renovada separación temporal de las fami-lias, de los hijos de las madres que han conseguido una oportunidad propia para convertirla en la de ellos, o en la que suponen que será la de ellos y también, por qué no, la propia. Todo ese sacrificio, ese drama cotidiano de los pre-embarques para vuelos que salen a diario cargados con cientos de personas, debiera tener su recompensa. Cuál sea esta es una cosa que se materializará tanto en el territorio de destino como en el de origen; debiéramos velar entonces quienes compartimos destino-en común porque la posibilidad se realice. Algunos de los que han protagonizado este viaje lo hacen, algunos de los que en su territorio ponen su granito de arena para que las

ilusiones que laten y dan fuerza para afrontar esos trau-mas hagan patente su razón de ser; esos que han tejido las redes que nos han dado cobijo en Cochabamba, con Margarita y demás amigos de Regis. Este, también en nuestra última jornada cochabambina, junto con su espo-sa Daisy, volvió a hacer de particular y familiar cicerone. Así mismo, así pues, en un barrio cualquiera de una ciu-dad cualquiera como es la de Jaén, se han creado víncu-los previos que conectan no sólo moléculas vivientes en espacios situados próximamente, sino que son capaces de cruzar todo un océano y disponer las condiciones para que los de acá viajemos desde casa hasta sentirnos aco-gidos a miles de kilómetros de distancia. Así el mundo se acerca, se estrecha, testimonial o germinalmente, quizá más bien esto último. Desde luego estas son formas de solidaridad y comunidad cuya fertilidad no tiene límites fronterizos ni geográficos. Hablamos aquí de alternativas tan pequeñas y a la vez tan trascendentes. Así son las

7

Foro Social de Jaén

conexiones entre Bolivia y Jaén, por ejemplo, entre las gentes comunes y corrientes de ambos puntos que se acaban tocando una semana de abril como la que se pasó. Y pasó muy rápido para ese segmento de los fo-reros jaeneros trasladados a Cochabamba. Aún se hace difícil asimilar lo que hemos recorrido en apenas ocho días de aventura. Pero desde luego que esto lo ha sido: una auténtica aventura plasmada en varios episodios de entre los cuales nunca olvidaremos el del viaje a Villa Tunari, anunciado en la anterior y penúltima crónica: el finalmente frustrado intento de paseo por los selváticos parques Machina y Carrasco en busca de los pájaros de Olga y alguna cosa más, algún otro bicho de esos que son indeseables para algunos de los que no son Olga. En ese desplazamiento tuvimos la ocasión de conocer bastante de la idiosincrasia de un pueblo-al-volante, y también del carácter de las vías de transporte en un país como el boliviano, unas vías que nos hicieron vibrar (en todos los sentidos), por sus deficiencias achacables a la falta de desarrollo tanto como a un complicado carácter geográfico. No es nada fácil conectar ciudades de im-portancia comercial decisiva a través de terrenos como ese; y además, iniciativas a favor de esa mejora pondrán sobre la mesa posibles contradicciones a las que nece-sariamente tendrá que enfrentarse el gobierno boliviano, entre el discurso de los derechos de la Pachamama y la necesidad de vertebración y desarrollo del país, que re-quiere de una mejora y ampliación de vías que de hecho se está acometiendo, y cuya profundización se proyecta bajo el título de “Gran Revolución Vial”, un tanto grandi-locuente al oído pero que denota un objetivo realmente ambicioso y problemático.

El viernes, pues, nos fuimos hacia la selva. Ese día comimos en un chiringuito de Villa Tunari con una magnífica carne de monte y también de pollo; esto fue lo único del paquete turístico que pudimos disfrutar, aparte de algunas frutas tropicales riquísimas y las impresionan-tes vistas que fugazmente se dejaban ver a través de la ventanilla del coche loco, ya que nos cayó una tormenta tropical de órdago, no pudimos visitar los parques y casi nos da un patatús a los que éramos más miedicas (esto es, una vez más, a todos los que no son Olga). Pues bien, ese municipio de la provincia del Chapare, la zona coca-lera más emblemática, donde se hicieron Evo Morales y otros dirigentes campesinos indígenas de la actualidad, es el punto de partida de una carretera en proyecto que conectará los departamentos de Cochabamba y Beni a través de una vía de 300 kilómetros de longitud, es decir, menos de la mitad de la distancia que hay que recorrer en

la actualidad haciendo un recorrido tal que así: (>), como nos lo describió nuestro amigo Regis. Esta obra, que por lo demás es una vieja reivindicación de las federaciones campesinas, afectaría a un Parque Nacional y a la co-munidad indígena que allí habita y que ya ha mostrado su oposición. Hechos como este (no principalmente pero en una línea parecida) alimentaban en la Conferencia de Cochabamba a la llamada “mesa 18 o mesa popular”, un grupo de trabajo extraoficial y externo a la cumbre (com-puesta, como es sabido, por diecisiete mesas) aunque celebrado con todas las garantías en las inmediaciones de la misma, que denunciaba los “megaproyectos” del go-bierno y su supuesto “seguimiento del modelo extractivis-ta”. Podría haber sido interesante acercarse por ella para ver qué se cocía, pero la verdad es que había ya bastan-tes eventos ineludibles en la Conferencia. Más atención le dedicaron los medios de la derecha, obviamente, por eso de aprovechar la oposición al gobierno, aunque los mismos organizadores de esa mesa “atópica” intentaron cerrar las puertas en lo posible a una instrumentalización más profunda de brazos políticos de esa derecha, brazos como el de una diputada frenética que acudió y agredió a un participante cuando no se le siguió el juego en el que ella había planeado participar. Las conclusiones de este grupo, que no fueron incluidas en el “Acuerdo final de los Pueblos” le serán presentadas en persona al presiden-te en una reunión programada. Este tipo de cuestiones debiera ser considerado serenamente, pues se trata de hecho de contradicciones con las que, como decíamos, tendrá que lidiar el MAS de alguna manera, dadas las necesidades productivas del país. De algo así, que es insoslayable y propio de todo proceso real, podrá acaso depender la posibilidad de ofrecer un modelo definido y extensible de lo que sea eso de “vivir bien”. Habrá que hablar en serio.

Continuando nuestra historia: el último día, el sábado, estuvimos “a la buena vida” en el sentido que nos es más familiar, que en este caso corresponde a esa vida que permite vivirse al turista del primer mundo “en el tercero” (si es que este término sigue teniendo alguna vigencia todavía, que puede que sí). Después de reco-ger de la agencia turística la parte del dinero que nos correspondía por no haber podido visitar los parques, nos citamos nuevamente con Regis y Daisy, para gastarnos parte de ese monto invitándonos los cinco a un merecido homenaje en uno de los restaurantes recomendados, cu-riosamente llamado de la misma forma que el paraje sel-vático donde almorzamos, medio ateridos, el día anterior: Tunari. En un ambiente no tan espectacular pero sí más

8

De Jaén a Cochabamba y vuelta

relajado y cálido que el del otro Tunari, degustamos bue-nos platos cochabambinos, entre ellos el anhelado por Fran desde que tuvo noticias de su existencia: el pique macho. El pollo lo consumieron las señoras de la dele-gación, claro, pues en esa semana dicho ali-mento se había con-vertido en una seria amenaza para según qué cosas. El pique macho, por el contra-rio, alude en su nom-bre al carácter que se supone a aquel indi-viduo que sea capaz de engullir un plato de ese calibre. Fran, que puede ser a veces pretencioso pero que tiene cierto sentido de la realidad en la consi-deración de sí mismo y de su virilidad, pidió consecuentemente medio. Lo que no po-día prever es que iba a ser capaz de comerse poco más de la mitad de ese medio, con lo que su hombría quedó pública, definitiva y justificadamente en entredicho. Bromas aparte, esta cuestión conduce a otro punto, que es el del destino que le había sido reservado a esas sobras: acabar en la bolsa de plástico que para la ocasión llevaba guardada un niño de no más de ocho años que se acercó a la mesa preguntando si podía llevarse un poco de lo que nos había sobrado. Claro que podía lle-várselo y lo hizo cuando le dimos el consentimiento que esperaba, llenando metódicamente una pequeña bolsita en la que volcó todo el contenido del plato salvo los pi-mientos, que no le hacían chiste. Pero hizo algo más: invitarnos a una representación in-teractiva de la es-cisión de dos mun-dos: el de quien se afana en terminar su plato más allá de todos sus límites y el de quien viene calladamente a por los restos de ese exceso. Aquel crío que se acercó, bol-sa en mano y res-petuosamente, a un grupo de extranje-ros “con plata”, ha-bía puesto en esce-na, él solito, todo el teatro de la miseria y la injusticia. Como también lo ponían, a su manera, los niños cleferos (esnifadores de pegamento) en la noche de la clausura. En ella, cientos de jóvenes de todos los países, participantes en la Conferencia, habían tomado la calle convirtiéndola en una fiesta improvisada e incon-trolable, y esos muchachos, deshechos y desechados, se abrían su hueco entre la multitud “opulenta”, escapando

al control al que la policía los había sometido a propósito del evento. Intentando sacar algo en una noche prome-tedora. Tan distinta para ellos, seguramente, a todas las que se suceden día a día en la ribera de un río cocham-

broso, en ese mismo sitio donde, tendidas el sol y custodiadas por un perro sucio, pulgoso y agotado, les esperan las toallas de playa que poseen por todo lecho. Todas las noches iguales, bajo los efectos de esa por-quería aniquiladora de cuerpos, de sueños y proyectos de un futu-ro inasible o sencilla-mente ya descartado; cuando el presente mismo es un infierno expresado en las mi-radas y dibujado en los ríos de podredum-bre y heces fluyendo

junto al muro que protege las flamantes canchas de tierra batida donde las pijas, los sábados, se broncean jugando al tenis. Tanto el crío de la mesa como el de la clefa, tie-nen un tronco común aún desde la relativa diversidad de sus modos de vida; y ambos se dirigen a uno, se dirigen al cielo con un toque de atención radical que trasciende la apelación concreta hacia el individuo cualquiera: “¿me da un poquito de comida?” “deme un bolivianito”. Son ex-presiones con las que se intenta comunicar una necesi-dad primaria e inmediata cuya satisfacción se requiere de quien se identifica como posible dador (o “víctima” en su caso). Pero el significado íntimo, profundo y real que sub-yace a esas formulaciones concretas y variables es una

interpelación moral, una pregunta que hay que obligarse a responder una vez que se plantea: ¿Por qué tengo yo que vivir como vivo? Lo que estos críos representan es un lugar funda-cional para la ética y un llamado a la responsabilidad po-lítica. Por qué tengo yo que vivir como vivo, a lo que puede añadirse, para no hacer caer en se-dantes fatalismos: en un país rico en recursos naturales. Este añadido es el que saca a relucir

la dimensión del sometimiento en el orden internacional capitalista, y los papeles correspondientes que en el inte-rior de un país sometido, cuyos recursos están a disposi-ción de intereses tan ajenos, les toca desempeñar a cada cual, en este caso, a los más. Lo interesante es que los más aquí se van convirtiendo en los MAS, o en sujetos ac-

9

Foro Social de Jaéntivos o base social beneficiaria de un proceso de cambio real que reorienta radicalmente la dirección del país, su situación en el orden internacional y los valores que rigen la política, tanto en el marco normativo básico (la nueva Constitución) como en el de las realizaciones materiali-zadas o programadas. Vamos, que esa interpelación se recoge, se asume, por ejemplo, cuando los hidrocarburos se protegen y los beneficios que reporta su explotación se dirigen a políticas como la extensión de la escolaridad, la atención sanitaria, las pensiones de vejez (otro sector terriblemente estragado, como pudimos comprobar), las obras públicas o la reducción de la pobreza extrema. Eso es responder a demandas radicales y poner las cosas en su sitio, ponerlas en otro horizonte; un concepto distinto de todo lo anterior que, por lo demás, no se trata de una generosa concesión gubernamental sino de un cambio de modelo sostenido en fuertes movimientos sociales que han abanderado esas reivindicaciones desde antes de que el MAS se hiciera con el gobierno. Y que han sido, con ellas, la razón de que se hiciera con él y de que lo consolide. Así pasó en nuestra querida Cochabamba con la histórica “guerra del agua”, hace ahora justamente diez años, o pasó algo después con la “guerra del gas”. Am-bos recursos están hoy pro-tegidos. Los que, por su parte, no están en los mo-vimientos sociales ni en nin-gún lugar más que en ese limbo indeseable (o infierno) que arriba se describía, son, por igual, objeto de atención de las políticas sociales en marcha. En fin, que aquel campesino de Oruro que en el “micro” (autobús) nos ha-bló una tarde de su mundo rural y se fue sabiendo que los jornaleros del sur de Es-paña también están jodidos; esas familias que habitan en áridos descampados, en precarias construcciones cuya fachada decoran con enormes mensajes de apoyo a Evo; esos indígenas tantas veces humillados en algunas ciudades y víctimas del racismo congénito de la derecha resentida porque ya no puede seguir mandando a base de pisotones. La gente sencilla, común y corriente, en de-finitiva, siente que son los suyos los que están gobernan-do, con ellos y para ellos, que este es su tiempo, y eso los llena de orgullo y autoestima. No se trata de idealizar nada, pero ese sentimiento de esperanza y fortaleza es real y palmario, sencillamente excepcional, y no está tan falto de fundamento. A propósito de lo anterior, viene a cuento un pa-saje, muy extendido y utilizado, de Leonardo Boff, quien también estuviera participando en la Conferencia de Co-chabamba, como habéis tenido ocasión de saber por las crónicas. Habla un poco, en otros términos y en un poe-ma de hace casi treinta años, de algo de lo que decíamos que se está desarrollando por allí, de cómo el pan empie-za, despacito, a re-endulzarse en Bolivia.

De madrugada, como todas las mañanas “Niños y perros disputan alrededor del basurero. Revuelven y revuelven, Sacan y meten

Los restos de comida en la basura. Niños y perros comparten el pan enmohecido en la basura. En un mundo perro, sin corazón, Ésta es la forma encontrada por Dios para atender la oración de los miserables pequeños hambrientos: ¡el pan nuestro de cada día dánosle hoyAquel día, no, Aquella semana El pan de nuestra mesa No era el mismo. Era amargo, Lleno de las blasfemias de los pobres que para Dios son súplicas. Y volvió a ser dulce y bueno Sólo cuando lo repartimos Con aquellos hambrientos Niños y perros.

Por otra parte, la convocatoria misma de esta Conferencia Mundial sobre cambio climático marca tam-bién un cambio de rumbo significativo, porque plantea,

convocado en el mismo escenario de Copenha-gue, un polo alternativo a la tendencia que siguen los gobiernos dominantes del mundo en su abordaje de los problemas climáticos, y una dotación de voz a quienes no la tienen: a los apaleados y detenidos en aquella cumbre y a los paí-ses ninguneados, que son los más perjudicados por el cambio climático y, además, por sus causas. Y un dato reseñable: la asistencia de presidentes a la conferen-cia ha sido menor de la que

se esperaba en principio, mientras que la de participantes inscritos ha duplicado lo que lo más ambiciosos estaban esperando: de veinte mil que se aguardaban apuntando alto, una cifra nada desdeñable, resultó que se apunta-ron unas treinta y cinco mil almas, desbordando todas las expectativas y provocando algunos problemas logísticos, de alojamiento, transporte y demás. Y eso que muchos europeos se quedaron sin poder asistir por culpa de la nube volcánica. Hay quienes, un poco cínicamente, han intentado hacer ver en esto una falta de organización por parte de unas autoridades bolivianas que no habrían es-tado a la altura de sus pretensiones. Pero lo cierto es que difícilmente podría haberse previsto una participación tan masiva, y en ese éxito desbordante podrían centrarse las miradas quedándose con eso. Quizá se pueda decir con suficiente criterio que ha sido una conferencia mundial de los pueblos que ha parido un acuerdo de los pueblos. En fin, hablábamos hace ya de la excelente co-mida que tomamos aquel día los cinco en el restaurante Tunari. Después partimos a una ruta por los alrededores de la ciudad de Cochabamba: a la represa de Angostura, a Clixa, y a otros municipios de cuyo nombre ya lamento no acordarme, pueblos rurales en los que conviven re-sidencias de adobe con auténticas mansiones y coches enormes, algo que se debe en gran medida, según nos contaron nuestros anfitriones, a alguna presencia del

10

De Jaén a Cochabamba y vuelta

narcotráfico por aquella zona. Otro de los retos que hay abiertos en el país. Posteriormente, y tras intercambiar algunos re-galos, nos despedimos de nuestros anfitriones y cálidos acompañantes, aunque de Regis no lo haríamos defini-tivamente hasta el día siguiente, puesto que su genero-

sidad no se había agotado y aún nos reservaba el de-talle de llevarnos hasta el aeropuerto el día de nuestra marcha. Y ahí es donde acaba pues, en el aeropuerto, este relato donde lo que sigue a este final es lo que pone comienzo arriba.

Cochabamba-Jaén, primavera de 2010

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra

ACUERDO DE LOS PUEBLOS Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futu-ro de la humanidad está en peligro. De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos con-duciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. En-tre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferen-tes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catas-tróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dra-mática el número de ham-brientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas. Las corporaciones y los go-biernos de los países deno-minados “más desarrolla-dos”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discu-tir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.

Confrontamos la crisis terminal del modelo ci-vilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y des-trucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.

El sistema capitalis-ta nos ha impuesto una lógi-ca de competencia, progre-so y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercan-cía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas

ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los de-rechos de los pueblos, la muerte y la vida misma. Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son. El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumu-lación y el control de territorios y recursos naturales, re-primiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.

La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida. Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la natu-

raleza y entre los seres hu-manos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.

Planteamos a los pueblos del mundo la recu-peración, revalorización y fortalecimiento de los cono-cimientos, sabidurías y prác-ticas ancestrales de los Pue-blos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, in-terdependiente, complemen-taria y espiritual.

Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema ba-sado en los principios de:

* armonía y equilibrio entre todos y con todo

* complementariedad, solidaridad, y equidad* bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierrarespeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Dere-chos Humanos

11

Foro Social de Jaén

* reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene * eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo * paz entre los pueblos y con la Madre Tierra. El modelo que propugnamos no es de desarro-llo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades funda-mentales de su población, pero de ninguna manera pue-den continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar. En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30% la capacidad del planeta para regene-rarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra se necesitarían 2 pla-netas para el 2030.

En un siste-ma interdependiente del cual los seres hu-manos somos uno de sus componentes no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequili-brio en todo el sistema. Para garantizar los de-rechos humanos y res-tablecer la armonía con la naturaleza es nece-sario reconocer y apli-car efectivamente los derechos de la Madre Tierra. Para ello pro-ponemos el proyecto adjunto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:

* Derecho a la vida y a existir;* Derecho a ser respetada;* Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vita-les libre de alteraciones humanas;* Derecho a mantener su identidad e integridad como se-res diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;* Derecho al agua como fuente de vida;* Derecho al aire limpio;* Derecho a la salud integral;* Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;* Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funciona-miento vital y saludable.* Derecho a una restauración plena y pronta por las vio-laciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.

La visión compartida es estabilizar las concen-

traciones de gases de efecto invernadero para hacer efectivo el Artículo 2 de la Convención Marco de las Na-ciones Unidas sobre Cambio Climático que determina “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interfe-rencias antropogénicas peligrosas para el sistema climá-tico”. Nuestra visión es, sobre la base del principio de las responsabilidades históricas comunes pero diferencia-das, exigir que los países desarrollados se comprometan con metas cuantificadas de reducción de emisiones que permitan retornar las concentraciones de gases de efec-to invernadero en la atmósfera a 300 ppm y así, limitar el incremento de la temperatura media global a un nivel

máximo de 1°C.

Enfatizando la necesi-dad de acción urgente para lograr esta visión, y con el apoyo de los pueblos, movimientos y países, los países desarrollados deberán comprometerse con metas ambiciosas de reducción de emisio-nes que permitan al-canzar objetivos a cor-to plazo, manteniendo nuestra visión a favor del equilibrio del sis-tema climático de la Tierra, de acuerdo al objetivo último de la Convención.

La “visión compar-tida” para la “Acción Cooperativa a Largo Plazo” no debe redu-cirse en la negociación de cambio climático a definir el límite en el incremento de la tem-peratura y la concen-tración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que debe comprender de

manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la na-turaleza. Los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, asumiendo su responsabilidad his-tórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda cli-mática en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático. En este marco exigimos a los países desarrollados que:

* Restablezcan a los países en desarrollo el espacio at-mosférico que está ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la descolonización de la atmósfera mediante la reducción y absorción de sus emisiones. * Asuman los costos y las necesidades de transferencia

12

De Jaén a Cochabamba y vuelta

de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido. * Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climático que han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de mi-gración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países. * Asuman la deuda de adaptación relacionadas a los im-pactos del cambio climático en los países en desarrollo proveyendo los medios para prevenir, minimizar y aten-der los daños que surgen de sus excesivas emisiones.Honren estas deudas como parte de una deuda mayor con la Madre Tierra adoptando y aplicando la Declara-ción Universal de los Derechos de la Madre Tierra en las Naciones Unidas.

El enfoque debe ser no solamente de compen-sación económica, sino principalmente de justicia restau-rativa – es decir restituyendo la integridad a las personas y a los miembros que forman una comunidad de vida en la Tierra.

Deploramos el intento de un grupo de países de anular el Protocolo de Kioto el único instrumento legal-mente vinculante específico para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrolla-dos.

Advert i -mos al mundo que no obstante estar obligados legal-mente las emisio-nes de los países desarrollados en lugar de reducir, crecieron en un 11,2% entre 1990 y 2007. Estados Unidos a causa del consumo ilimi-tado aumentó sus emisiones de GEI en 16,8% durante el periodo 1990 al 2007, emitiendo como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio del Tercer Mundo, y más de 20 veces las emi-siones de un habitante de África Subsahariana.

Rechazamos de manera absoluta el ilegitimo “Entendimiento de Copenhague”, que permite a estos países desarrollados ofertar reducciones insuficientes de gases de efecto invernadero, basadas en compromisos voluntarios e individuales, que violan la integridad am-biental de la Madre Tierra conduciéndonos a un aumento de alrededor de 4ºC.

La próxima Conferencia sobre Cambio Climáti-co a realizarse a fines de año en México debe aprobar la enmienda al Protocolo de Kioto, para el segundo período de compromisos a iniciarse en 2013 a 2017 en el cual los

países desarrollados deben comprometer reducciones domésticas significativas de al menos el 50% respecto al año base de 1990 sin incluir mercados de carbono u otros sistemas de desviación que enmascaran el incum-plimiento de las reducciones reales de emisiones de ga-ses de efecto invernadero.

Requerimos establecer primero una meta para el conjunto de los países desarrollados para luego reali-zar la asignación individual para cada país desarrollado en el marco de una comparación de esfuerzos entre cada uno de ellos, manteniendo así el sistema del Protocolo de Kioto para las reducciones de las emisiones. Los Estados Unidos de América, en su carácter de único país de la Tierra del Anexo 1 que no ratificó el Protocolo de Kioto tiene una responsabilidad significativa ante todos los pueblos del mundo por cuanto debe rati-ficar el Protocolo de Kioto y comprometerse a respetar y dar cumplimiento a los objetivos de reducción de emisio-nes a escala de toda su economía.

Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climático y re-chazamos la noción de adaptación al cambio climático

entendida como la resignación a los impactos pro-vocados por las emisiones históri-cas de los países desa r ro l l ados , quienes deben adaptar sus es-tilos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. Nos vemos forza-dos a enfrentar los impactos del cambio climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una impo-sición, y además como herramienta

que sirva para contrarrestarlos, demostrando que es po-sible vivir en armonía bajo un modelo de vida distinto.

Es necesario construir un Fondo de Adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climá-tico como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equi-tativa por nuestros Estados. Bajo este Fondo se debe valorar: los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resar-cimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos cli-máticos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien. El “Entendimiento de Copenhague” impuesto

13

Foro Social de Jaén

sobre los países en desarrollo por algunos Estados, más allá de ofertar recursos insuficientes, pretende en si mis-mo dividir y enfrentar a los pueblos y pretende extorsio-nar a los países en desarrollo condicionando el acceso a recursos de adaptación a cambio de medidas de mitiga-ción. Adicionalmente se establece como inaceptable que en los procesos de negociación internacional se intente categorizar a los países en desarrollo por su vulnerabili-dad al cambio climático, generando disputas, desigualda-des y segregaciones entre ellos.

El inmenso desafío que enfrentamos como hu-manidad para detener el calentamiento global y enfriar el planeta sólo se logrará llevando adelante una profunda transformación en la agricultura hacia un modelo susten-table de producción agrícola campesino e indígena/origi-nario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio cli-mático y aseguren la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de alimentos, ga-rantizando, a través de una producción en armonía con la Madre Tierra, local y culturalmente apropiada, el acceso de los pueblos a alimentos suficientes, variados y nutriti-vos en complementación con la Madre Tierra y profundi-zando la producción autónoma (participativa, comunitaria y compartida) de cada nación y pueblo.

El Cambio Climático ya está produciendo pro-fundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro.

El agronegocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globaliza-da y su lógica de producción de alimentos para el merca-do y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políticas no ha-cen más que profundizar la crisis climática e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los Tratados de Libre Comercio y Acuerdos de Asociación y toda forma de aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos ac-tuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombustibles, ge-oingeniería, nanotecnología, tecnología Terminator y si-milares) que únicamente agudizarán la crisis actual.

Al mismo tiempo denunciamos como este mode-lo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la Soberanía Alimentaria y profundizando la crisis socioambiental.

Exigimos reconocer el derecho de todos los pueblos, los seres vivos y la Madre Tierra a acceder y gozar del agua y apoyamos la propuesta del Gobierno de Bolivia para reconocer al agua como un Derecho Hu-mano Fundamental.

La definición de bosque utilizada en las negocia-ciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual incluye plantaciones, es inaceptable. Los monocultivos no son bosques. Por lo

tanto, exigimos una definición para fines de negociación que reconozca los bosques nativos y la selva y la diversi-dad de los ecosistemas de la tierra.

La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente recono-cida, implementada e integrada en las negociaciones de cambio climático. La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios considerando espe-cialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comu-nidades campesinas y tradicionales. Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e in-formado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.

Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimien-to de los bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometi-das por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets). Demandamos a los países a dete-ner las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de bosques nati-vos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, im-plementando semillas forestales, frutales y de flora au-tóctona. Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y que se detenga urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas.

Exigimos a los Estados que reconozcan, respe-ten y garanticen la efectiva aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y los derechos de los Pueblos Indígenas, en particular la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, entre otros instru-mentos pertinentes, en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para resolver los desafíos planteados por el cambio climático. En especial, demandamos a los Estados a que reconozcan jurídicamente la preexistencia del derecho sobre nuestros territorios, tierras y recursos naturales para posibilitar y fortalecer nuestras formas tra-dicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático.

Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimien-to previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio cli-mático. En la actualidad la degradación medioambiental

14

De Jaén a Cochabamba y vuelta

y el cambio climático alcanzarán niveles críticos, siendo una de las principales consecuencias la migración inter-na así como internacional. Según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las pro-yecciones para el año 2050 son de 200 a 1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones de-rivadas del cambio climático. Los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre los migrantes climáticos, acogiéndolos en sus territorios y reconocien-do sus derechos fundamentales, a través de la firma de convenios internacionales que contemplen la definición de migrante climático para que todos los Estados acaten sus determinaciones.

Constituir un Tribunal Internacional de Concien-cia para denunciar, hacer visible, documentar, juzgar y sancionar las violaciones de los derechos de los(s) m i g r a n t e s , refugiados(as) y desplazados en los países de origen, trán-sito y destino, ident i f i cando claramente las responsabilida-des de los Esta-dos, compañías y otros actores.

El fi-nanciamiento actual destina-do a los países en desarrollo para cambio climático y la propuesta del Entendimiento de Copenha-gue son ínfi-mos. Los paí-ses desarrollados deben comprometer un financiamiento anual nuevo, adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo y de fuente pública, de al menos 6% de su PIB para en-frentar el cambio climático en los países en desarrollo. Esto es viable tomando en cuenta que gastan un mon-to similar en defensa nacional y destinaron 5 veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su vo-luntad política. Este financiamiento debe ser directo, sin condicionamiento y no vulnerar la soberanía nacional ni la autodeterminación de las comunidades y grupos más afectados.

En vista de la ineficiencia del mecanismo actual, en la Conferencia de México se debe establecer un nue-vo mecanismo de financiamiento que funcione bajo la au-toridad de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio Climático rindiendo cuentas a la misma, con una representación significativa de los países en desarrollo para garantizar el cumplimiento de los compromisos de financiamiento de los países Anexo 1.

Se ha constatado que los países desarrollados

incrementaron sus emisiones en el periodo 1990 – 2007, no obstante haber manifestado que la reducción se vería sustancialmente coadyuvada con mecanismos de mer-cado. El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea, devasta la tierra, el agua e incluso la vida misma.

La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es frágil e inseguro ante la especulación y la apa-rición de agentes intermediarios, por lo tanto, sería una total irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra. Consideramos inadmisible que las negocia-ciones en curso pretendan la creación de nuevos me-

canismos que amplíen y pro-muevan el mer-cado de carbo-no toda vez que los mecanismos existentes nun-ca resolvieron el problema del Cambio Climá-tico ni se trans-formaron en acciones reales y directas en la reducción de gases de efecto invernadero.

Es impres-cindible exigir el cumplimento de los compro-misos asumidos por los países desarrol lados

en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático respecto al desarrollo y transferencia de tecnología, así como rechazar la “vitrina tecnológi-ca” propuesta por países desarrollados que solamente comercializan la tecnología. Es fundamental establecer los lineamientos para crear un mecanismo multilateral y multidisciplinario para el control participativo, la gestión y la evaluación continua del intercambio de tecnologías. Estas tecnologías deben ser útiles, limpias, y socialmente adecuadas. De igual manera es fundamental el estable-cimiento de un fondo de financiamiento e inventario de tecnologías apropiadas y liberadas de derechos de pro-piedad intelectual, en particular, de patentes que deben pasar de monopolios privados a ser de dominio público, de libre accesibilidad y bajo costo.

El conocimiento es universal, y por ningún moti-vo puede ser objeto de propiedad privada y de utilización privativa, como tampoco sus aplicaciones en forma de tecnologías. Es deber de los países desarrollados com-partir su tecnología con países en desarrollo, crear cen-tros de investigación para la creación de tecnologías e innovaciones propias, así como defender e impulsar su desarrollo y aplicación para el vivir bien. El mundo debe

15

Foro Social de Jaén

recuperar, aprender, reaprender los principios y enfoques del legado ancestral de sus pueblos originarios para detener la destrucción del planeta, así como los conoci-mientos y prácticas ancestrales y recuperación de la es-piritualidad en la reinserción del vivir bien juntamente con la Madre Tierra.

Considerando la falta de voluntad política de los países desarrollados para cumplir de manera efectiva sus compromisos y obligaciones asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, y frente a la inexistencia de una instancia legal internacional que prevenga y sancione to-dos aquellos delitos y crímenes climáticos y ambienta-les que atenten contra los derechos de la Madre Tierra y la humanidad, demandamos la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental que ten-ga la capacidad jurídica vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, las Empresas y personas que por acción u omisión contaminen y provoquen el cambio climático. Respaldar a los Estados que presenten deman-das en la Corte Internacional de Justicia contra los paí-ses desarrollados que no cumplen con sus compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto incluyendo sus compromisos de reducción de gases de efecto inver-nadero. Instamos a los pueblos a proponer y promover una profunda reforma de la Organización de las Nacio-nes Unidas (ONU), para que todos sus Estados miem-bros cumplan las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.

El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en la Conferencia de

las Partes de Copenhague. Esta decisión nos compete a todos los pueblos. Por eso es necesaria la realización de un Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popu-lar, sobre el cambio Climático en el cuál todos seamos consultados sobre: el nivel de reducciones de emisiones que deben hacer los países desarrollados y las empre-sas transnacionales; el financiamiento que deben pro-veer los países desarrollados; la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática; la necesidad de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra y; la necesidad de cambiar el actual sistema capitalista.

El proceso del Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular será fruto de un proceso de preparación que asegure el desarrollo exitoso del mismo.

Con el fin de coordinar nuestro accionar in-ternacional e implementar los resultados del presente “Acuerdo de los Pueblos” llamamos a construir un Movi-miento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que se basará en los principios de complementariedad y respeto a la diversidad de origen y visiones de sus integrantes, constituyéndose en un espacio amplio y democrático de coordinación y articulación de acciones a nivel mundial. Con tal propósito, adoptamos el plan de acción mundial adjunto para que en México los países desarrollados del Anexo 1 respeten el marco legal vigente y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % y se asuman las diferentes propuestas contenidas en este Acuerdo.

Finalmente, acordamos realizar la 2ª Conferen-cia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en el 2011 como parte de este proceso de construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra y para reaccionar frente a los resultados de la Conferencia de Cambio Climático que se realizará a fines de año en Cancún, México.

16