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Revista turística del estado de Aguascalientes

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Angélica Jocelyn Soto EspinosaDirector General

Frida Edith Andrade AlemánEditor

Rodrigo Neria CanoJefe de Información

Sebastián Aguirre NoriegaSubjefe de Información

Paulina Ramos Molotla Jefe de Redacción

Fernando Mianda MuñozJefe de Fotografía

César Palma Slavador, Abigail MancillaFotógrafos

Alemao Luna MorenoDiseño

Marlene Fierros ValeroPublicidad y Ventas

Jeanette Alcantar EscorciaSubdirectora de Administración y Finanzas

Cicardi González AldoVinculación Institucional

De ida y vuelta es una publicación mensual de Casa editora Reen-cuentro S.A de C.V. Anacahuita #309, Colonia Delfín Madrigal C.P. 57630. Teléfono 57926450. Fax 55598873 Editor Responsable Frida Edith Andrade Alemán. Número de certificado de reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor 06-2012-102414283000-110. Número de Certifado de Licitud de Título: 14396. Número de certificado de Licitud de Contenido: 08993. Distribuido por la Unión de Voceadores y Expendoderes de Periódicos y Revistas. Locales cerrados CITEM. ISSN. 1413. Tiraje: 20,000. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de Pasos del Vago, sin autorización expresa de los edi-tores. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores.

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Contenido

13 Pasos por un sueño colonial/Aldo Cicardi16 Papel Picado/ César Palma

19 Rincones de cantera rosa/ Jeanette Alcantar

25 Real de Asientos, Pueblo Mágico/ PaulinaRamos30 La catrina tiene padre/ SebastiánAguirre38 Dama de dos aromas/ Jocelyn Soto y Rodrigo Neria40 Tejedores de ocho suertes/ Jeanette Alcan-

tar

48¿Quién recuerda un pueblo viejo?/ Fer-nando Miranda54 Criador de caballos/ Rodrigo Neria

71 Las tres centurias/ Alemao Luna

73Jugarse la vida en el ruedo/ Fernando

Miranda

Escápate

76Tras bambalinas/ Frida Andrade

82 Un lugar oculto en Sierra Laurel/ Abigail Mancilla

80 Una chisma, un incendio/ Abigail Mancilla

Pasos del Vago

Raices

Andariego

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Editorial

Únete a nuestros grupo en facebook: Revista De ida y Vuelta

Sígenos en Twitter: @deidayvuelta

Somos un tipo de viajero distinto porque miramos más profundo. Nuestros pasos son imprecisos, vagos y rinconeros. Podemos seguir varias rutas, nunca gastamos de

más y siempre llegamos a cualquier parte.

En Aguascalientes encontramos lugares para relajarse con bellos atardeceres, como las cabañas en Sierra Escondida. Visitamos un pueblo hundido por sus lágrimas que no le ha quedado más remedio que rezarle a un Cristo roto. Nos reimos de la muerte en los museos. Vimos al fantasma de Don Felipe platicando con el barrendero y al charro con su cantadora en el Jardín de San Marcos. Hablamos con un apasionado criador de caballos y en la noche nos fuimos de farra a la cantina más grande de México.

Durante el viaje visitamos muchos rincones del estado que son poco difundidos pero que gozan de gran atractivo. Conocimos formas de vida distintas, concepciones de la cul-tura variadas y dinámicas sociales y económicas que siguen en transformación y explican el contexto actual en el que se encuentra actualmente el estado de Aguascalientes. Todo se los trajimos.

Nos gusta tallar historias y volverlas letra impresa. Preparamos una mochila ligera para regresarla repleta de información e historias, ya estamos listos para dar un nuevo recorri-do, un viaje que sea de ida y vuelta.

Angélica Jocelyn Soto EspinosaDirectora General

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Pasos por un sueño Pasos por un sueño colonial

Por: Aldo Cicardi

Calor en el autobús y al abrirse las puertas en la central. “Villas de nuestra Señora de la Asunción

de las aguas calientes” se extiende bajo mis pies, como un presagio, abrigada por un intenso sol. Busco algo para sa-ciar una sed ancestral, que me arrastra a cuando todo era agua, un caldo espeso.

La arquitectura crea un efecto casi mági-co (comienzo de una deshidratación que parece alcohólica). Borrachera brumosa que entre espejismos vaporosos arrastra mis pies ya de manera me-cánica. Funciona. El calor baja y ahora la temperatura se torna muy agradable.

Calles con palmeras, una iglesia cada tantos pasos, casas de colores brillosos y chillantes que entran en armonía con el ambiente. Un trazo urbano en el que uno va de calles anchas a pasadizos an-gostos guiado por un capricho externo.

Herencia de un amplio pasado que está inscrito en cada esquina de la ciudad.

En el Barrio de Guadalupe encon-tramos un buen lugar para refrescar el

ánimo: “Don Cano”. Cerveza bien fría mientras en una vieja rockola suena la voz de Juan Luis Guerra cantando las pri-meras estrofas de “quisiera ser un pez”. Ambiente de cantina, tarde de viernes. Mesas largas, como de banquete, que orillan a una socialización agradable.

Don Chente es el más festivo, un hom-bre moreno como de unos sesenta años, con arrugas en la cara que hunden sus ojos azules en una especie de pozo profundo, desde donde su mirada se tiñe de un brillo casi infantil que contagia de alegría.

“Quisiera ser un pez, para tocar mi na-riz en tu pecera”. Pago la cuenta y par-to rumbo al templo de Guadalupe. Raúl, otro de los amigos que conozco en la cantina, se ofrece a llevarme. Una ar-quitectura barroca, con dos campanarios monumentales a cada lado del templo, adornan la fachada con un simbolismo denso, de ese que solían usar las órde-nes Franciscana y Dominica que espar-cieron la religión por toda esta parte del país: santos, flores de Liz, estípites, co-lumnas salomónicas y, por supuesto, la

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“Imágenes que muestran una creatividad desbordada, humor,

simbolismo y colores provenientes como de un sueño ácido”

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virgen de Guadalupe que según explica Raúl no se refiere a la misma virgen mo-rena del Tepeyac, si no a otra homónima.

Tomó un taxi (que aquí son color rojo sangre, casi recordando la pasión taurina que hay en esta ciudad) y me dirijo a la ga-lería y taller “El Obraje”. No estoy tan lejos, así que logro llegar antes de que cierren.

La exposición que alberga es de un gran valor, no sólo artístico, también cultural y de integración social. Presen-ta un panorama de lo que se hace en el país en cuestión de diseño gráfico. Imá-genes que muestran una creatividad des-bordada, humor, simbolismo y colores provenientes como de un sueño ácido.

Marlene, una guía de la galería que se ofrece a darme el recorrido, me ex-plica que otra de las tareas de “El Obra-je” además de la exhibición, es la me-diación entre el público que quiera adquirir obras y los propios artistas.

Esto crea un vínculo con todo aquel que presenta su trabajo aquí, propiciando cola-boraciones a futuro como lo es actualmen-te el proyecto de la compilación “1000 Diseñadores Mexicanos”. Un libro que contendrá los perfiles de mil artistas de di-cho género, junto con una muestra de su trabajo que busca ser distribuido a nivel na-cional y en Estados Unidos y Sudamérica.

La fresca noche de Aguascalientes me re-cibe con agrado al salir. Como un rocío que me funde al sueño colonial en el que se que-dó varada la ciudad. Una exhalación de su perfume y a seguir dando pasos de vago.

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La muerte es un tema recurrente en la mayoría de las culturas del mundo, si no es que en todas. No

es para menos, es el desenlace obligado de todo ser. No obstante, en México la muerte tiene matices que le permiten to-mar formas y colores peculiares, producto de la mezcla europea y prehispánica. Se convierte en un símbolo que oscila entre lo solemne y lo lúdico.

Por un lado la muerte evoca el recuerdo triste de una vida desvanecida, pero ello no impide hacer uso de colores pastel en

el papel picado, en los dulces, en la vesti-menta, etc.

Todas esas representaciones constituyen una de las mayores producciones de arte nacional. La muerte con la tristeza que produce y el recuerdo que hace llorar de felicidad ha dado lugar a grandes murales, lienzos, esculturas, juguetes, música y mi-les de obras más.

El Museo Nacional de la Muerte reune la colección excepcional del grabador Oc-tavio Bajonero Gil. Son aproximadamente

Papel picadoPor: César Palma

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dos mil obras y ninguna es menos intere-sante que otra.

Se presentan en siete salas, cada espacio trabajado con precisión; la iluminación es tenue como cementerio nocturnal, además las paredes franciscanas proporcionan una tranquilidad exquisita para contemplar los juguetes calavéricos. Aunque se abando-nen las salas, los pasillos sirven de pasare-la a la catrina: la calaca Chaplin, la cala-vera Ángel Gabriel, la calaca Modelo, etc. El orden asignado para el recorrido resulta atractivo.

Al principio las figuras tienen tres dimen-siones y texturas, puedes girar en torno a ellos. Desafortudanemente las esculturas están al interior de cajas de cristal. La pro-tección por un instante quita su categoría de juguetes, luego comprendes que es me-jor preservarlas: Hay un féretro custodiado por más calacas. Una esquelética frente al espejo admirando su figura. Esqueletos de niño subidos en la rueda de la fortuna.

Un clérigo temible. Son trabajos irrem-plasables, construidos con esmero, arte-sanías sublimes como las que existen en el imaginario colectivo, las que desearíamos fueran representantes en cualquier sala de arte del mundo.

La mayor parte de la obra está centrada en las obras pictóricas. Desde las estampi-llas o bocetos en papel de cuaderno hasta los grabados históricos del creador de la Catrina, José Guadalupe Posada. También se exponen cuadros en todos los tonos, los trágicos y los graciosos donde “la catrina cagando” es protagonista.

Lo más atractivo de esta parte de la ex-posición es la excelente decoración de

la sala. Predomina el color negro en las paredes contrastado con un rojo intenso que dibuja la catrina de Posada. De pron-to estamos ante un papel picado tamaño museo.

Todo se trata sobre la muerte, el silencio, el aire acondicionado frío, ni siquiera los zapatos rechinan, las obras te observan, siguen tus pasos; la muerte acecha cada rincón; se pasea por todo los rincones con aquel modo aristócrata; se desprende de los cuadros para rodear a los paseantes, sopla detras de la oreja y presume que es La Musa. Esta última sala aunque lúgubre es cómoda. Al finalizar el recorrido extra-ñas la muerte.

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RINCONES DE CAN T ERA ROSAPor: Jeanette Alcantar

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RINCONES DE CAN T ERA ROSAPor: Jeanette Alcantar

El Jardín de San Marcos, rodeado con una veintena de figuras de bronce y plan-tas seniles, refleja un esti-lo de vida antiguo y el co-razón de los hidrocálidos

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El Jardín de San Marcos, localiza-do en el corazón del Barrio del mismo nombre, es resguardado

por dos pares de fortalezas que señalan hacia los puntos cardinales y a su kiosco de hierro fundado en 1891. Este espacio de entretenimiento, con luces multicolo-res, una cúpula verde y una fuente con 20 jarrones, rememora la orquesta de la banda municipal dirigida por el maestro Fernando Soto, quien es recordado por los loca-tarios como una perso-na gentil e inteligente.

Su balaustrada de can-tera rosa al estilo neoclá-sico, construida en 1842 por el goberna-dor Nicolás Condell, se distingue de la fachada estilo barroco churrigueresco, de tres cuerpos, del Templo de San Marcos o de Nuestra Señora Virgen del Carmen, edificada en 1655 por el doctor Manuel Colón de Larreátegui. Desde el centro so-bresale la lujosa torre-campanario y los contrafuertes y botareles que sostienen las paredes.

De los cuatro barrios típicos de Aguasca-lientes - Barrio de la Estación, de la Salud y del Encino-, esta atracción turística se con-

vierte en un icono de la ciudad hidrocálida durante la Feria Nacional de San Marcos.

El barrendero, escultura del pintor José Guadalupe Posada, da la bienvenida a los visitantes con su sombrero y su escoba, mientras que La vendedora de flores tien-de la mano para recibir una moneda. El sereno,El bolerito, El gallero, El maletilla, y El charro y su cantadora reposan en La banca de los pájaros caídos; cobijados por

decenas de especies de árbo-les y plantas, como un fresno de 78 años.

Estos personajes comen-zaron a brillar junto con la remodelación del jardín en

2009, con motivo de la fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes.

La veintena de figuras representan el pa-sado y el estilo de vida de los antiguos po-bladores de San Marcos, el cual, antes de incorporarse como un barrio, sólo contaba con una plazoleta.

Ante la ausencia de un lugar de esparci-miento, el 3 de mayo de 1831 el Ayunta-miento dio un terreno con el objetivo de construir un parque con un asta, bancas rodeadas de rosales y una glorieta central; 16 años después estuvo listo. En 1887 se montaron cuatro fuentes y 90 asientos de hierro, convirtiéndose en un marco natural de 168 metros de largo por 88 de ancho.

Tesoro escondido Desde hace un siglo el fantasma de un

hombre se aparece en la madrugada en el Jardín de San Marcos. Al término de su pa-seo, por el lado norte, se dirige a la iglesia para rezar y desaparecer como el alma.

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A través de generacio-nes, el miedo ha impedido

que algunas personas lo visiten por la noche.

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Por varias generaciones el miedo ha im-pedido que algunas personas lo visiten por la noche.

La leyenda cuenta que en 1851 llegó al “pueblo” un grupo de jaliscienses invitado por Mario Camino, iniciador de la primera Exposición de Agricultura, Artes y Mine-ría, que se llevaba a cabo en el marco de las fiestas Sanmarqueñas. Entre los recién llegados, Felipe Rey González, familiar de Luis González, uno de los primeros colo-nos, se aventuró a hacer fortuna, primero con una tienda de abarrotes, luego con la compra de joyas y oro.

En una casa sobre la calle Flora, por el lado norte, decidió esconder su dinero en una caja. Bajo una oscura noche y con una vela de sebo lo guardó al pie de un fresno del Jardín, la causa fue el vandalis-mo del siglo XIX.

Para vigilar su tesoro invitaba a sus co-nocidos a tomar el fresco, jugar mata tena o sentarse en la balaustrada. Un día sus amigos comenzaron a alburearse y el eno-jo de uno provocó que disparara su pis-tola, hiriera a dos personas y matara a un hombre que corría por la esquina de Flora y Rivera. Don Felipe permaneció sentado hasta que llegó la policía y se lo llevaron preso.

Debido a su estancia en la cárcel y por la angustia de que robaran su fortuna se encomendó a la Virgen del Pueblito, pro-metiendo parte de su “entierro” con una orquesta, cohetes y una misa solemne de tres padres. Por falta de meritos salió libre, su secreto estaba seguro.

Poco a poco dejó de caminar por el Jar-dín de San Marcos, el deterioro físico le quitó el último suspiro para decirle a su

esposa dónde estaban enterradas las mo-nedas.

Don Felipe murió sin cumplir su pro-mesa y desde ese día deambula a la mis-ma hora vigilando su tesoro, se dirige a la puerta de la iglesia y se esfuma como el sereno.

Nadie sabe si la caja sigue cubierta por la tierra o alguien la tiene en sus manos.

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Real de Asientos

Pueblo Mágico

Por: Paulina Ramos

Los rayos del sol calientan cada parte de tu cuerpo expuesta a su contacto.

El aire cálido golpea tu rostro sin agresivi-dad, igual a la caricia de un niño que no mide su fuerza. La gente te observa con la cara de quien sabe que eres visitante, y te sonríe. La vida se detiene en Real de Asientos, ese pueblo mágico abrazado por historia y tradición.

Llegar no es una tarea que requiera mu-cho esfuerzo. Sí, puedes llegar en auto con la certeza que nadie intentará robarte, pero también puedes llegar en transporte públi-co en una de las combis que salen desde el centro de Aguascalientes. El camino es tranquilo, la carretera no tiene tráfico y las vistas son espectaculares.

El pueblo cuenta con un sólo hotel, “Vi-lla del Real”, sin embargo no encontrarás un sólo cuarto disponible en los siguientes dos años: desde hace meses, las habitacio-nes son ocupadas por mineros y construc-tores encargados de las obras de remode-lación visual por parte del estado.

Por fortuna existen sitios para acampar, el contacto con la naturaleza siempre es buena opción, y casas donde te dan hos-pedaje a cambio de la cooperación que gustes. Lugar para dormir no falta, la aven-tura depende de ti.

El pueblo es visualmente pintoresco. Las casas mantienen el mismo tipo de estructu-ra: construcción antigua, pintura desvaída, puertas de madera, ventanas con barrotes y colores en tono pastel.

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La plaza central es amplia y enmarca un viejo kiosco que observa la estatua de un imponente minero, la principal activi-dad económica del sitio desde hace siglos.

En las minas puedes hacer un recorrido guia-do por los lugareños. El acceso es restringido así que sólo podrás acce-der acompañado de un poblador, algo útil pues una mina, a pesar de la seguridad, siempre es riesgosa.

El pasaje por los túneles oscuros y el olor a la tierra impregnándose en la ropa es una experiencia digna de vivir. Por un momen-to no hay más mundo que las rocas a tu alrededor muchos metros bajo tierra.

Un espectáculo completo es la Iglesia de Nuestra Señora de Belén. Más allá de ser un templo religioso, es una edificación

de más de cuatro siglos construida sobre antiguos acueductos subterráneos donde es posible apreciar los restos de mineros

en un paseo acompañado de velas como única fuente de luz.

Dentro de la Iglesia, se encuentra un Cristo traí-do de Barcelona en 1900 armado con osamenta hu-mana que permite su com-pleta movilidad, igual a la de una marioneta sin hilos;

este Cristo sólo sale de la Iglesia en Sema-na Santa y cuenta la leyenda (y los pobla-dores), que en esas fechas se mueve solo.

Por si fuera poco, ahí mismo se encuen-tra la única pinacoteca de Aguscalientes, que cuenta con pinturas del año 1800 do-nadas por viejas familias adineradas de la región, así como con dos versiones origi-nales de los primeros libros impresos en

“Y el olor a la tierra im-pregnándose en la ropa es una experiencia digna de vivir. Por un momento no hay más mundo que las rocas a tu alrededor mu-chos metros bajo tierra”

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el país. Algunas de las pinturas muestran dobleces por la mitad, consecuencia de los intentos de rescate en tiempos de las guerras cristeras.

Al aire libre

El contacto con la naturaleza está a la or-den del día. El pueblo se encuentra rodea-do de montañas que permiten actividades recreativas para toda la familia. Si quieres algo tranquilo, lo ideal es el paseo a caba-llo por los cerros y parques, desde donde se ven unas panorámicas de toda la región hasta Zacatecas.

Ahí mismo, puedes encontrar activida-des más extremas, como el rapel o la ti-rolesa.

Para gustos más místicos, el panteón más antiguo de Aguascalientes abre sus puer-tas a los visitantes quienes admiran los distintos tipos de tumbas, que van desde pequeñas rocas apuntaladas para las fami-lias humildes, hasta mausoleos de cantera rosa con motivos cristianos para las fami-lias acaudaladas.

Los recorridos son largos, ideales para zapatos cómodos, bloqueador solar y go-rra; caminos que te alejan de lo bullicioso de las ciudades y te transmiten a los oríge-nes de nuestro país.

Los días en Real de Asientos son perfec-tos para terminarlos con un helado, una bebida fría o un antojito mexicano en la plaza principal. La vida es tranquila, el pueblo es mágico.

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Lo que debes saber de Real de

Asientos

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Ubicación

Cerca del Cerro de Altamira, 61 km al noreste de la ciudad de Aguasca-

lientes.

Naturaleza

Ambiente semidesértico en cuyo paisaje destacan

las cactáceas.

Nombre Real de Asientos es

Real de Asientos de Nuestra Señora de Belén de los Asien-tos de Ibarra, por la parroquia construida en 1705 por Diego de Ibarra, primer propietario

de la zona en 1548.

ArtesaníasAlfarería tradicio-

nal de barro, presente en numerosas piezas de barro como cántaros, macetas, ollas, jarrones y ceniceros. Trabajos de cantera rosa-

da.

Cementerio de Guadalupe

La construcción más an-tigua de Aguascalientes, si-glo XVIIolían enterrar a los españoles en función a

su nivel social.

El día del minero

Se celebra cada 11 de julio con actividades culturales y recreativas

en la plaza

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ArtesaníasAlfarería tradicio-

nal de barro, presente en numerosas piezas de barro como cántaros, macetas, ollas, jarrones y ceniceros. Trabajos de cantera rosa-

da.

Pinacotepa Parroquial

Colección de retablos de los siglos XVII y XVIII con

un cuadro único en América Latina que representa la cir-

cuncisión del Niño Jesús.

Museo Vivo de Plantas

Colección de más de 1,500 plan-tas de 45 especies, principalmente

agaváceas, cactáceas y crasuláceas, provenientes de decomisos a trafican-tes de especies. En sus instalaciones

existe un agavario, invernadero, cactáreo, herbario y zona de

reproducción.

Comida típica

Dulces de leche y los rollos de guayaba, las

gorditas y el conejo a la chichimeca.

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La catrina tiene padre

Por: Sebastián Aguirre Noriega

Hay imágenes populares que se convierten en símbolos nacio-nales que son más representa-

tivos de la idiosincrasia nacional que los propios símbolos patrios como la bandera

Lo que logró Posadas con este dibujo, fue captar la muy singular relación de los mexicanos con la muerte. Esta relación es natural para todos los seres humanos, no hay cosa mas humana que ser consiente

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Fragmento del mural de Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”

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de nuestra propia mortalidad. Toda cultu-ra tiene y ha tenido una forma de relacio-narse con la mortalidad.

Para los mexicanos esta relación no es obscura ni tenebrosa, al contrario, se dis-tingue por su toque de alegría, de color; y así es la Catrina: una mujer que no da miedo, a pesar de ser un esqueleto, que tiene un toque de colorido, a pesar de ser un dibujo en blanco y negro.

La Catrina no es el único aporte de Po-sadas a la cultura mexicana. Su trabajo como caricaturista en diversa diarios de

la época es muy reconocida por su habi-lidad para criticar a la clase política y a al sociedad mexicana de aquellos años.

La maravilla de la obra de Posada está en su habilidad para plasmar “lo mexica-no” en un dibujo. Para poder comprender la obra de Posadas es necesario pasearse por México, no se puede entender la obra del caricaturista hidrocálido si no se pasea por el país que lo inspiró.

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De nocheUn grupo de motociclistas montados en

sus “choppers” extienden las manos para intentar tocar unas nalgas frondosas; la chica voltea con desdén mientras camina para encontrarse con su grupo de amigas, todas llevan faldas de satín que apenas les cubre un cuarto de muslo. Sus pasos coquetos, que calzan zapatillas de tacón delgado, se dirigen tambaleantes a la lico-rería.

La imagen elegante de las muchachas anclan las miradas maliciosas de varios “regaetoneros” que sueltan piropos atrevi-

Dama de dos aromas

La Fería de San Marcos no es igual de noche

Por: Jocelyn Soto y Rodrigo Neria

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dos para llamar su atención.

Con la botella de alcohol envuelta en una bolsa negra, las mujeres se dirigen a los brazos de los charros para ponerse a bailar en plena plaza pública.

Es de madrugada. Las calles del centro de Aguascalientes están abarrotadas de personas que se surten de cerveza y licor en casi cada esquina. Es la Feria de San Marcos, “la cantina más grande de Méxi-co” como la llaman los hidrocálidos.

No hay detenidos por beber fuera de los establecimientos y no se requiere creden-cial de elector para consumir en bares o licorerías. Están de fiesta.

El andador de la zona de antros es el lu-gar donde se aglomeran los jóvenes fies-teros. Conforme se extingue un día para dejar nacer al otro, el espacio para des-plazarse se reduce y los grupos de amigos tienen que avanzar agarrados de la mano para no perderse.

Luego se apropian de un sitio, desvisten sus botellas, destapan los refrescos y pre-paran bebidas. Platicar es imposible, por lo que con vasos en mano bailan con los residuos musicales que otros pagaron.

Se consume la noche tan rápido como el alcohol. Es la hora en que cada movimien-to cuesta la violación del espacio vital del otro. Los antros quedaron saturados desde las seis de la tarde pero eso no significa que los visitantes se priven de disfrutar.

Las mujeres que fueron sin compañía masculina pronto son abordadas por hom-bres que se escoltan por una extraordinaria valentía generada por el alcohol. Se salu-dan, se invitan bebidas, bailan un poco y si son afortunados encuentran la materia-lización de uno que otro deseo íntimo.

El licor y la música atraen una gran di-versidad de personas. En los andadores más lejanos del bullicio, un grupito de travestis intenta seducir a quienes pasan tambaleantes cerca de ellos. Los efectos embriagantes comienzan a repercutir en las actitudes de los visitantes: son más ale-gres, más gritones, más bailarines, incluso más seguros.

-Bueno, tenemos que movernos. Hay que juntarnos en parejas de dos para no perdernos- grita una mujer a su grupo.

-¡Eh, ven acá, dame una cerveza! - llama un joven a uno de los vendedores de Co-

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rona que cargan en su espalda los conte-nedores de cerveza y deambulan por todo el andador.

Dos “regaetoneros” caminan hacia las calles aledañas y dan tragos largos a una bebida morada. En otro rincón de la feria, un hombre pasa caminando rápidamente con un bolso en las manos.

-¡Mi bolsa, mi bolsa, agárrenlo, se lleva mi bolsa!- grita una mujer mientras corre con sus zapatillas en las manos. -¡Agárren-lo, se lleva mi bolsa!

Pronto aparece una patrulla, detienen a varios regaetoneros. Los policías les dan la orden de poner las manos sobre la nuca y arrodillarse. Gente curiosa se acerca a ver qué es lo que sucede.

Un policía se aleja junto con un joven detenido, le dice algo en voz baja, luego comienza a contar. Cuando el conteo ter-mina el joven corre despavoridamente.

La oscuridad comienza a desvanecerse, policías y paramédicos permanecen aler-tas porque es cuando se requiere más del ejercicio de sus labores.

Poco a poco las calles comienzan a que-dar solas.

De DíaAguascalientes luce limpio pese a que

por la noche en el suelo había botellas, vasos y colillas de cigarro. Un carro barre-dora y muchos barrenderos se encargan no sólo de dejar limpio el lugar para la noche de ese día, sino también para clasificar los-

residuos y sacar provecho del reciclaje.

Los locales de comida abren sus cortinas a las nueve de la mañana, Aguascalientes despierta tranquilo. Las señoras salen a la calle a buscar algo que llevar para desa-

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yunar a casa, no importa si son tacos de colores, tortas de lechón o alguna otra gar-nacha muy propia del estado.

Conforme el día avanza, el calor se in-tensifica. Es la hora de ponerse las gafas oscuras, de comer en lugares con palapa o locales cerrados; de pedir la primer cer-veza del día.

A medio día varias familias salen para entretenerse en los stands concentrados en la expo plaza donde se aglutina la expo industrial y la expo comercial. Las mujeres con sus niños salen a caminar por el par-que del lago donde se rinde un pequeño homenaje a Japón, el país invitado de este año.

En la Isla, zona estratégica de la feria de San Marcos construida específicamente para su celebración, pasean familias com-pletas. En este parque hay eventos y acti-vidades para todos.

“Desde que me casé dejé de ir a la feria en las ncohes. No creo que esté bien que las niñas tomen y se vistan así”

Villa Charra no está completamente sa-turada a pesar de que su costo no supera los 20 pesos. La plaza de toros, en cambio, se llenó desde las cinco de la tarde, una hora antes de que iniciara el espectáculo.

En las gradas, los charros se divierten en grupo. Hombres y mujeres disfrutan por igual las demostraciones. Cuando algún charro hace faenas, todos se alborotan.

Mientras los hombres dejan caer sus sombreros a la arena, una joven mucha-cha lanza su par de botas y suelta tremen-da carcajada.

La función en Villa Charra termina para los espectadores, los protagonistas; los montadores que lograron las suertes, están

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empezando la fiesta. Después de la pre-miación piden que siga tocando la banda mientras bailan con las diferentes mujeres que se acercaron a buscarlos.

Se prenden los faroles, se acaba la tarde y empieza la noche. La música del centro empieza a hacer eco hasta en zonas leja-nas a la feria. Las familias que viven cerca del andador de la zona de antros sacan sus sillas y se acomodan a platicar afuera de sus casas.

Regresan de mirada desdeñosa, tras de ellas, como si nunca se hubieran separado se vuelve a unir su cortejo multivariado de hombres.

Se trata de lo mismo: una noche frenéti-ca de multitudes segmentadas y el baile de

los desconocidos.

-¿Dime en qué otro estado encuentras una fiesta así? , insisten los habitantes hin-chados de orgullo.

Aguascalientes en época de fiesta es una dama de dos aromas: de día huele a rosas de castilla, a niña de su casa; en la noche, esta ciudad brillante, usa perfume costoso y se vuelve la mujer de zapatillas de tacón delgado.

¡Viva la Feria de San Marcos, de meri-to Aguascalientes. Llegantodos los valien-tes... y a empezar el reventón!

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Los números luego de 23 días que duró la 183 edición de la feria de San Marcos

2012

Derrama económica de 4 mil millo-nes de pesos

• alimentos y bebidas, • entretenimiento, • la hotelería,• transporte,• comercio a detalle y, • vestido.

El pabellón dedicado al estado invi-tado, Tamaulipas, recibió la visita de casi más de 220 mil personas

Seguridad

La Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), reportó un total de mil 951 detenidos.

• 1091 por participar en riñas,•• 154 por agresión física y verbal,• • 262 más por ocasionar disturbios,• • 198 por orinar en vía pública.

Para evitar accidentes vehiculares se aplicó el programa alcoholímetro y se aplicaron 16 mil 163 pruebas.

• 456 personas conducían con aliento alcohólico

•• 439 en estado de ebriedad.

Limpieza

La Dirección de Limpia y Aseo Públi-co recolectó:

• 858.39 toneladas de basura, •• 59 Toneladas se reciclarán •

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Tejedores de ocho suertes

Por: Jeanette Alacantar Escorcia

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Como pilar tradicional “vestirse de Charro es vestirse de México”.

Hoy el traje de faena cubre a cada uno de los jinetes.Son las cinco de la tarde y, des-

pués de tres días de competencia, ha ini-ciado la final del Torneo Nacional San Marcos (2012). Los últimos tres equi-pos - Cañón del Huajuco “B” de Nuevo León, Charros Dillar de Zacatecas y Agua Santa “A” de Hidalgo- jugarán a la suer-te charra para coronarse como primer lugar y obtener un premio en efectivo.

Como pilar tradicional “vestirse de Cha-rro es vestirse de México”. Hoy, el traje de faena cubre a cada uno de los jinetes. Con sombrero de palma, trigo o fieltro sin ningún adorno, barboquejo de gamu-za, pantalón con o sin aletón y camisa estilo pachuqueña salen hacia la arena, sobre el camellón, para realizar la prime-ra de las ocho suertes charras: la cala.

Desde una torre amarilla, con fondo mu-sical de la banda de San José de Gracia, los locutores Mario Carreón, Sergio Martínez, Juan Rivera y Jesús González comienzan a narrar las acciones en el campo del de-porte nacional de México: la Charrería. A un lado, los jueces José Hurtado, Isaías Reyes y Juan González anotan los pun-tos obtenidos en cada una de las rondas.

El jinete cabalga a su bestia para reali-zar una punta, la faena más importante. A toda velocidad el animal se frena en un solo tiempo y, apoyado en una pata, gira

sobre su propio eje hacia los dos y me-dios lados; camina 50 metros hacia atrás. La calificación refleja la buena rienda y educación del caballo; la postura de cola y cabeza, mansedumbre, galope, ceja, carrera y estribo no demuestran molestias del mamífero. Buen arranque puntual.

Con un moño colgante de color gris y estilo mariposa, un pantalón café sin bolsas traseras y chaparreras que com-binan con el cinturón y la silla, el cha-rro de la familia Dillar detiene a la yegua bruta que sale del partidero.

Durante la carrera la laza de sus cuar-tos traseros y, tirando desde una altura de 30 metros, amarra la soga en la cabe-za de la montura para chorrearla; poco a poco tiene a la hembra. El cuadrúpe-do está limpio y le pasa la reata a otro compañero. Se maniobran piales de pi-quetes, floreados y de chaquetas para no tener infracciones ni dedos volados.

Mientras se escuchan canciones regio-nales, los presentadores explican las reglas de la competencia y de la siguiente suerte: colas. “Ojalá la greñuda le salga respon-dona”, frase típica para el coleadero, en el cual el charro montado en su cabalgadu-ra espera la salida de un toro, lo pacho-nea y lo saluda con un toque al sombrero. Con tres oportunidades y con el mismo número de jinetes, el zacatecano Miguel Ángel Maldonado (Dillar), sin la ayuda de sus compañeros para no restar puntos, lo agarra de la cola, a la altura de la rodilla, para tirarlo a una distancia de 60 metros.

“El que sabe las teje y el que no nada más las enmaraña”, anuncia Mario Ca-rreón durante el jineteo de toro. La ter-na integrada por Juan Antonio Aceves y Luis Felipe Jiménez (Agua Santa) teje la

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suerte después de montar al toro; junto con sus compañeros encajonan al ani-mal hasta apretarlo y poder sostener su cabeza para sujetarla al cinto del jinete.

Una vez montado se da la indica-ción para abrir la puerta del cajón y se contabiliza el tiempo de apretalamien-to. El bóvido ha dejado de reparar y el charro cuenta, además de un des-canso, con tres minutos para bajarse.

La proeza deportiva de la quinta fae-na convoca a tres participantes lazado-res montados a caballo. Con una corbata roja, toquilla dorada, camisa azul y boti-nes de piel color café sale al ruedo Celso Treviño (Cañón del Huajuco), el ovacio-

nado de la tarde. A la par de dos compa-ñeros laza, piala y derriba al toro blanco hasta tirarse al suelo terroso; ha logrado aumentar la puntuación con tres manga-nas y, desde el graderío, los asistentes lo premian con sombreros, gorras y botas.

La letra de Caminos de Michoacán abre paso a Roberto Delgado de Agua San-ta A, desde el cajón monta a una yegua bruta, a la cual se encajona y se desmon-ta tal y como sucedió en la cuarta suerte.

Para la siguiente, el hidalguense José Luis Samperio, mejor coleador de 2009, florea su reata a cuatro metros de la bar-da perimetral y laza los cuartos delante-ros del equino para derribarlo mediante

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LAS OCHO SUERTES CHARRAS

1. Cala

Demuestra la buena rienda y edu-cación del caballo.

2. Piales

Se laza a la yegua que sale del partidero.

3. Colas

El charro montado en su caballo es-pera la salida del toro para tomarlo de la cola.

4. Jineteo de toro

El charro debe montar al toro hasta que el animal se quede quieto.

5. Terna en el ruedo

Un equipo de tres charros deberá lazar, piar y derribar a un toro.

6. Jineteo de yegua

El charro montará a una yegua bruta.

7. Manganas a pie

Un charro colocado en cualquier parte del ruedo lazará los cuartos delanteros del equino.

8. Paso de la muerte

Un charro montado a pelo en un caballo manso se cambiará a otro.

una mangana (lazar las manos) a caballo.

No han pasado los ocho minu-tos reglamentarios y la calificación de la incidencia es casi perfecta.

El paso de la muerte, proeza deporti-va, es el último tipo de suerte, faena que determinará el rancho ganador. El re-giomontano José Pecina “le brinca a la greñuda” y “parece que se sienta en un sofá”, arma un brinco para cambiarse de un caballo manso a uno bruto. Tras la ca-rrera, arreado por tres charros, Pecina se sujeta del cuadrúpedo de cuello largo y ar-queado, logra dominarlo y desmontarse.

Al paso de tres minutos “le pasó la factu-ra a los jueces” con 22 unidades. De ma-nos del Pua Antonio Castañeda, presidente de la Unión de Asociaciones de Charros de Aguascalientes, el rancho Cañón de Huajuco “B”, con 307 unidades, recibe el premio como campeón del Torneo Na-cional San Marcos 2012, la máxima fies-ta hidrocálida. Los hidalguenses de Agua Santa, con 288, btienen el segundo; y los zacatecanos de Dillar, con 251, el tercero.

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¿Quién recuerda un pueblo viejo?

Por: Fernando Miranda

Había una vez un pueblo que desapareció bajo las aguas. Un manto líquido se-pultó su memoria, sus recuerdos. Los empedrados de sus calles y las torres de su iglesia se perdieron entre el fango de un lago nuevo; artificial. El agua se apoderó

de todos los rincones. Fue llenando las casas de barro y se propagó por los sembradíos. Inundó lo que antes no era suyo. Nada la detuvo. Transparente, se coló por las fisuras hasta transformar la tierra muerta. Se acumuló entre cañones y se adueñó del bajío hidro-cálido. Sació la sed de un pueblo viejo pero lo desterró en el acto. Lo hundió despacio.

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A 44 kilómetros de la ciudad de Aguas-calientes, en la parte noroeste del estado, se localiza el municipio de San José de Gracia. Su territorio se extiende por todo el bajío y se compone en su mayoría por un clima semidesértico. No hay más.

El desierto se expande por va-rios kilómetros a la redonda. Tan sólo se observan cañadas profun-das y tierra seca; yerma. Tal vez por eso se decidió — hace más de 80 años— que aquí se construiría la primera obra hidráulica del país.

Después de los estragos que dejó la gue-rra cristera, el “progreso” llegó a San José de Gracia en forma de una presa que habría de saciar la fe sedienta de pies nómadas.

Un pueblo viejo En 1927, por orden presidencial,

se decretó la construcción de una cortina de concreto de 63 metros de altura que serviría para almacenar 340 millones de metros cúbicos de agua, proveniente de la lluvia y los caudales de los ríos Blanco y

Prieto. Así se formaría el “Primer Distrito de Riego de Almacena-miento de Agua para la irrigación agrícola del bajío del Valle de Aguascalientes” para el abasto de doce mil hectáreas. Sin embar-go, la obra no contem-

plaba el volumen de agua, sería tal que cubriría por completo al pequeño pueblo.

Ubicado a las faldas de la Sierra Fría, el antiguo poblado de San José se interponía en el espacio natural que ha-bría de ocupar la presa “Presidente Plu-

“Incrédulos, los habitantes se ne-garon abandonar su pueblo. No faltó

quien esperó hasta que los niveles del agua subieran para convencerse de la tragedia. Se habían convertido en errantes, de nuevo eran nómadas en

busca de arraigo”

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tarco Elías Calles”, destinada a solucionar los problemas de sequía que aquejaban la región. Para alcanzar la “modernidad” el sacrificio de un pueblo no parecía tan grave, así que en 1928 se suprimió su existencia como cabecera municipal.

Incrédulos, los habitantes se negaron abandonar su pueblo. No faltó quien es-peró hasta que los niveles del agua subie-ran para convencerse de la tragedia. Se habían convertido en errantes, de nue-vo eran nómadas en busca de arraigo.

Las tierras de sus abuelos fueron ex-propiadas por el gobierno y en menos de un año se terminó la construcción de la presa. San José había sido sentenciado a muerte; moriría ahogado en las aguas que bajaban de la sierra.

Para 1930 el pue-blo viejo había sido abandonado por completo y para 1935, cuando la pre-sa alcanzó su máxi-ma capacidad, ya había desaparecido bajo el agua. Aunque más de la mitad de los pobladores origi-nales se alejó de sus tierras, un grupo de exiliados, entre los que destacan Antonio Ventura Medina, Rafael González Gue-rra y Juan García, decidieron fundar un pueblo nuevo. Alrededor de dieciséis fa-milias se asentaron a las orillas de la pre-sa, en lo terrenos ejidales que no fueron cubiertos por el agua. En 1934 la comu-nidad resurgió como San José de Gracia.

Valle de lágrimas La historia del éxodo y desaparición del

primer pueblo constituyen parte innega-ble de la identidad del nuevo. La histo-ria popular cuenta que la presa no sólo se llenó al albergar en su seno el agua que bajaba de los ríos, sino que fue el llanto de sus pobladores el que terminó de llenarla. El valle se cubrió de las lá-grimas que los habitantes derramaron al ver al pueblo viejo ahogarse en el agua.

A ratos todavía se respira la deses-peranza. Al llegar al poblado se observa un sitio que parece temporal, que no ha encontrado su lugar definitivo. Los terre-nos y las casas se dividen por piedras rojas,

una sobre otra, sobrepuestas como barda. Aunque la sequía continúa, ahora la comuni-dad depende por completo de los visitantes que atrae la ac-tividad turística de la región.

El ecoturismo y la religión son los principales atractivos.

A decir de Víctor Hugo Bur-gos Suárez, cronista oficial del pueblo de San José de Gra-

cia, que se ha encargado de reconstruir el pasado del pueblo viejo, a través de los testimonios orales de los habitantes originales las personas son atraídas por la historia trágica del pueblo hundido.

El relato se ha ido relacionandocon otros elementos, como la construc-ción del Santuario del Cristo Roto, que buscan apoyar el desarrollo de una economía turística en la población.

“Las pocas precipitaciones y la sequía, que se ha ex-

tendido por diez años en el valle de Aguascalientes, han disminuido gravemente los niveles de agua de la presa.

Una vez más la forma de vida de los habitantes está

en peligro. “

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Turismo religioso y de aventura Construido en 2006 como for-

ma de reactivar la economía maltrecha del poblado y para detener los altos ín-dices de migración que presentaba el municipio, el Santuario del Cristo Roto es sólo uno de los atractivos que ofre-ce la comunidad. Para su construcción se eligió una de las islas localizadas en el centro de la presa que se originaron por la disminución del nivel del agua.

El recinto alberga una escultura de 28 metros, incluida la base, que representa la imagen religiosa de un Cristo crucifica-do y mutilado. Sin una pierna, un brazo y sin una cruz que le dé soporte, el Cristo se ha convertido en el símbolo del pueblo que fue sacrificado para acabar con la se-quía. La única mano de la escultura apunta en la dirección en la que se encuentra el pueblo: dentro de las entrañas de la presa.

La otra atracción del municipio la consti-tuye el parque Aventura Boca del Túnel que cuenta con infraestructura para la práctica del turismo de aventura: 13 puentes col-gantes, dos tirolesas, ciclismo de montaña, paseos en lancha, etcétera. Se ubica a las

pies de la Sierra Fría, en los caños natura-les que resguardan la cortina de la presa.

De acuerdo con información del Gobierno de Aguascalientes el proyecto ha traído al municipio una derrama eco-nómica de 350 mil pesos mensuales. La mayoría de la población se dedica a pro-porcionar servicios turísticos como paseos en lancha, renta de equipos para deportes acuáticos y venta de alimentos. Sin embar-go, la situación vuelve a tornarse trágica para un pueblo marcado por la desgracia.

Las pocas precipitaciones y la sequía, que se ha extendido por diez años en el valle de Aguascalientes, han dismi-nuido gravemente los niveles de agua de la presa. Una vez más la forma de vida de los habitantes está en peligro.

La presa que hace décadas los expulsó de su tierra ahora está en riesgo. 85 años después de su construcción, los pobla-dores siguen en litigió con el gobierno por el pago de las tierras que tres gene-raciones atrás les fueron arrebatadas. Y mientras tanto, la gente sigue añoran-do al pueblo viejo, ese que hace mucho tiempo desapareció bajo las aguas.

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La ganadora permanece en un co-rral, come su ración diaria de alfal-fa. Cuando termina de masticar se

queda casi inmóvil, sólo su cola se tam-balea como un péndulo. Es muy delgada y su pelaje muy brilloso. Se ve tranquila.

Con un año de antelación, José Manuel prepara a sus caballos para llevarlos al

concurso equino que se lleva a cabo du-rante la feria de San Marcos. El esfuerzo que realiza a dierio le trajo buenos resul-tados: una yegua de su caballeriza ganó el primer lugar en musculatura en la catego-ría de sesenta varas.

José Manuel tiene todo el aspecto de un güero de rancho, su piel es blanca pero con el sol adquiere tintes rojizos. No deja de sonreír: “Es una gran satisfacción haber ganado el primer lugar“.

Una familia se acerca a preguntarle por un caballo blanco que está amarrado a unos metros de ahí y porta un listón que lo identifica como ganador del tercer escaño. “No ese no es el mío. Nosotros ganamos el primer lugar”. Luego se levanta y se aco-moda el pantalón de mezclilla que parece sostener, gracias al cinturón, una promi-nente barriga.

La tradición de criar caballos es una he-rencia de su padre quien se dedicaba a mejorar genéticamente a los caballos por medio de cruzas, así obtiene hijos de pu-ros caballos ganadores. “Esta siempre ha sido mi vida, desde muy pequeño estoy cerca de los caballos. Desde tiempos de mi padre hasta ahora ya hemos ganado muchas carreras. Tenemos pocos anima-les, pero son muy buenos”

Estar en contacto todos los días con sus caballos crea un vínculo muy grande entre él y sus animales. “Te encariñas con todos los caballos porque los ves nacer y crecer, son como un hijo. Cuando destetamos a las crías a los seis meses y después las ven-demos, siento como si me arrancaran el alma.”

El precio de los caballos es muy variable, ya que no sólo depende de la sangre que lleven. También el precio aumenta gracias

Criador de Caballos

Por: Rodrigo Neria

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conocimientos ganados. “Hay quien paga mucha lana por un caballo, por ésta (la ganadora) estoy pidiendo 150 mil pesos, pero hay caballos más caros, de hasta 80 mil dólares. Existen señores que se apasionan tanto que sí los pagan, así como la gente loca que paga hasta diez mil pesos por un perrito”.

Doble vida

Por las mañanas José se levanta, echa un vistazo a sus animales y despierta a sus dos hijos pequeños para irse juntos a la prima-ria donde permanecen encerrados hasta la una de la tarde: ellos estudiado, él haciendo limpieza.

“Soy intendente desde hace 18 años, es mi trabajo de medio día, ya cuando acabo me voy corriendo y ahora sí que me toca co-rral”

El trabajo de intendente es para tener un ingreso extra, no se dedica al campo como muchos de sus conocidos porque ya no es negocio. Necesita dinero para mantener a su familia y sus caballos, en promedio se gasta dos mil pesos diarios en alimento por equino.

“Es muy caro pero da mejores resultados, ya que de su alimentación depende su mus-culatura y velocidad. Además son como hi-jos, me duele en el alma cuando se lastiman porque los caballos son muy cobardes, son como una persona débil, si se golpean hay que hacerles sentir amor porque si no sien-ten aprecio se esconden, hay que acariciar-los y decirles ‘tranquilízate, échale ganas, hablar con ellos para levantarles el ánimo. Soy casi como su psicólogo”

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a las carreras y reuno de ocho años y el otro de cuatro, Se acercan sus dos hijos pe-queños, le piden dinero para ir a comprar comida, José les da cincuenta pesos. “

El grandecito odia a los caballos, no creo que siga con la tradición, pero el pequeño es tremendo, se sube a los caballos, les jala la cola, no les tiene miedo, seguro que el sigue mi camino”

José se distrae, se acerca un hombre ja-lando dos caballos

- Hey Lupillo ¿ya estuvo, cómo les fue?- pregunta Jos

-De la chingada

-¿Por qué, ni uno?

-Pus ni uno

- ¡Qué mal! responde José con una son-risa orgullosa.

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Plaza de las Tres Centurias

Por: Alemao Luna

Una de las características más im-portantes del Estado de Aguas-calientes es su tradición ferroca-

rrilera, la cual data de finales del siglo XIX. Debido a que se construyó ahí una de las principales estaciones de México.

La pequeña estación cobró tal relevan-cia que en 1890 el Ferrocarril Central se propuso unirla con el Golfo de México pasando por San Luis Potosí, con el fin de controlar el tráfico de carga que salía para Veracruz y Tampico, lo cual permitió un mayor avance en la economía del estado, al poder transportar productos más gran-des a los principales mercados del país.

A partir de ello, y por las características privilegiadas de su geografía, agua, clima y laboriosidad de la gente, se decidió esta-blecer en Aguascalientes los Talleres Ge-nerales de Construcción y Reparación de Máquinas y Material Rodante, “La Plaza de las Tres Centurias”.

Esta plaza se ha convertido en un impor-tante espacio turístico, recreativo, cultural y de servicios con una esencia eminente-mente histórica, basada en la tradición fe-rrocarrilera que distingue a Aguascalientes y en donde se puede conocer la arquitec-tura ferrocarrilera de antaño.

La construcción de la “Plaza de las Tres Centurias” se comenzó a construir en 1910 y se inauguró en 1911, fue obra del Ing. Italiano G. Buzzo.

Es de estilo colonial californiano aunque tiene también elementos de influencia his-pánica. Este edificio es un claro ejemplo de la arquitectura ferrocarrilera en el que se emplearon una serie de materiales de construcción prefabricados.

Asimismo, se exponen una serie de tre-nes que nos muestran la belleza e impor-tancia de viajar en estos legendarios trans-portes, como una opción rápida y eficaz.

Gracias a este antiguo proyecto guber-namental, nació la tecnología ferroviaria más avanzada que se tenía en la Republi-ca, siendo los más modernos e importan-tes, tanto por sus dimensiones, como por la diversidad de la maquinaria, herramien-tas y por el número del personal calificado conque que se contaba.

Desde entonces se le conoce como el centro ferrocarrilero de gran trascendencia en México.

“La Plaza de las Tres Centurias” abre de martes a domingo de las 10:00 a las 21:00 hrs. y es un paseo obligado cuando vaya-mos de visita a Aguascalientes, que como podemos ver, no es sólo la Feria de San Marcos o sólo su bellisimo Centro Histó-rico.

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Jugarse la vida en el ruedo

Por: Fernando Miranda

Estás ahí, mirando sin mirar. La euforia te despierta a cada tanto. Destapas una cerveza. Y una más y otra más. Y te su-merges en el sabor amargo del dolor ajeno. No estás solo, no

eres el único que ha venido a admirar cuando la muerte se aparece precedida por navajas. Ves correr los fajos de billetes que circulan escudados en la fe; apoyados por la suerte. Te decides a apostar.

Tú también tienes derecho a enriquecerte con esa muerte.

El gladiador ya está en el ruedo; su contrincante llegará pronto. Ganar o morir. Todavía alcanzas a ver la tierra ensangrentada del encuentro anterior. El locutor anuncia el siguiente combate y te

acomodas en tu asiento. El silencio se apodera del palenque y los contrincantes ocupan su sitio. Ya frente a frente, inicia el duelo…

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Tras bambalinasPor: Frida Andrade

Las mismas manos que hace más de 60 años lanzaban piedras cada miér-coles y viernes a las enormes esferas de fuego, las cuales, se decían, eran las brujas que cruzaban entre los cerros; hoy encienden las chimeneas de las caba-ñas de sus huéspedes. Es el señor Jesús Serna, dueño de la zona conocida como Sierra Escondida en Aguascalientes, creada para la aventura eco turística.

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El propietario es originario del pue-blo de Calvillo, ubicado dentro de Aguascalientes, donde vive con su

esposa, la señora Oliva Bautista. Cada fin de semana se dirigen al lugar que ellos mismos y sus trabajadores adaptaron para los espíritus intrépidos.

Peso por peso

La luz del Sol se desapareció y el señor Jesús Serna se puso su chamarra, pues por las noches el aire envuelve a la sierra. Al lado de la chimenea, dentro de una de sus cabañas, sentado sobre el sillón, recordó como hace 4 años, a partir de un apoyo económico nació su negocio.

-¿Cómo surgió Sierra Escondida?

-Me integré al proyecto que hizo la CONAFOR (Comisión Nacional Forestal). El propósito fue hacer redituable las tierras de las cuales no se podía obtener gran-des beneficios de producción, por ello, se apostó por el turismo. Los predios tenían que ser las fuentes de trabajo para sus due-ños, abría que aprovecharlas para vivir.

-¿De cuánto fue el monto?

-Fue una ayuda de 500 mil pesos, le llamaban fondo perdido, porque no tenía que regresar el dinero, sólo debía compro-bar en qué lo gastaba. Con esto el gobier-no nos encaminó para que después noso-tros creciéramos por nuestra cuenta.

Se trataba de un apoyo denominado peso por peso. Los propietarios tendrían que poner un peso más por el que reci-bían, entonces, las primeras 5 cabañas de las 9 actuales, fueron construidas con un monto de un millón de pesos.

Las cabañas-Teníamos una cabaña, era la más bo-

nita, le decían la cueva. Una vez cuando unos trabajadores iban pasando, vieron la luz encendida de ésta, ellos sabían que no estaba rentada, por eso le avisaron a mi hijo para que fuera a apagarla. Cuando lle-gó ya no estaba prendida.

En otra ocasión, una clienta que también sabía que no estaba ocupada la “cueva” le comentó lo mismo al trabajador que la acompañó a instalarse, otra vez la luz estaba prendida. Ambos lo vieron. Pero cuando éste tomó el camino para venirme a avisar, por un momento volteó, vio y ya estaba apagada.

Tiempo después destruimos esa cabaña.

-¿Llegó a incomodar a un cliente o por qué la destruyeron?

-No, de hecho no tenía nada que ver con fantasmas sino con una cuestión de límites territoriales. Tuvimos problemas con el ve-

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cino, él decía que le estábamos agarrando como 4 ó 5 metros de su terreno.

Normalmente cuando eso pasa, no hay gran complicación porque dejas el pedazo que te pasaste al principio. El problema fue que la cabaña estaba dentro de ese peda-zo, entonces, él quería quedarse con ésta y no tanto con el espacio que ocupaba.

Me iba a meter juicio y en cuanto la tum-bé ya no me dijo nada.

Las cabañas tienen un estilo rústico. Las sillas son de hilo tejido, los sillones de ma-dera, el piso del baño es de piedra. De este último material también se construyeron los bordes con los cuales fueron decoradas las chimeneas. “

Debían de ser tres piedras de 1.30 me-tros por 90 cm y allí iba con mi cintita bus-cando por el cerro. Tratamos de tomar lo requerido del entorno”, comentó el señor Serna. Y así es como inició la travesía para construir este agradable lugar. Así que ya

sabes, cuenta el número de cuates con los que te vas a ir y aparta la cabaña que quieras o incluso puedes pasar un fin en pareja.

¡Inténtalo! no te quedes con las ganas de disfrutar de la emocionante y misteriosa at-mósfera que se vive en Sierra Escondida.

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UN LUGAR OCULTO EN SIERRA

LAURELPor. Abigail Manacilla

En algún punto de las más de 8 mil 400 hectáreas de Sierra Lau-rel, ubicada en el límite entre

Aguascalientes y Jalisco, se encuentra el sitio ideal para dejar atrás el ajetreo de la vida citadina y el ritmo vertigi-noso de una cotidianidad absorbente.

Son las cabañas Sierra Escondida que como su nombre lo indica, se ocultan en el maravilloso estado de Aguascalientes y ofre-cen una gama de peculiares e inigualables experiencias para quien decida vivirlas.

La sensación de paz y libertad es cobija-da por el extenso despliegue de vegetación que se manifiesta ante el visitante. Una mez-cla de tonos cafés, verdes, amarillos y ma-rrones pintan el paisaje que se percibe sin importar el lugar en que se pose la mirada.

Las cabañas Sierra Escondida sur-gen con un propósito claro en la men-te de sus dueños: mostrar la belleza de su estado y brindar un espacio de cal-ma en medio de un ambiente natural.

Hay dos opciones para poder dormir en el sitio. Para los de espíritu aventurero con ganas de recibir las sorpresas de la noche, el lugar cuenta con zonas especiales para acampar al aire libre. Un círculo hecho de piedras (recogidas de la misma sierra) indica el lugar apropiado para dar vida a la fogata.

Es un sitio cómodo a pesar de la in-temperie, el efecto lo logra un pe-queño techo de lámina verde que cu-bre el espacio destinado al fuego y el desnivel con el que está construido.

El diseño y la distribución de los elemen-tos crean un ambiente íntimo y personal, pero además, cumplen una función de vital importancia para preservar la belleza del lugar: evitar los incendios forestales. El cír-culo de piedra que se encuentra en el centro impide que el fuego se expanda en caso de que las llamas quieran salirse de control.

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En este destino eco turístico parecen es-tar preparados para cualquier situación, es por eso que cada una de las casi diez zonas para acampar cuenta con su pro-pio baño, los cuales funcionan con base en un sistema de reciclaje de residuos.

El proceso es sencillo, el material resi-dual (dícese de los restos del organismo) se deposita en un compartimento donde después de un proceso natural se con-vierte en abono que posteriormente es reutilizado. Lo anterior da unos baños 100% amigables con la naturaleza y con cualquier campista que no considere parte de la aventura usar un árbol como escusado y hojas secas como papel.

Las rústicas construcciones están colo-cadas en espacios diseñados por la mis-ma naturaleza del lugar, de un lado se aprecia una cabaña sobre una roca, esta última es de enormes proporciones, y de otro, una choza construida sobre un lago mientras se dibuja su reflejo en el agua.

Sin importar donde se encuentren éstas, lo cierto es que se hallan estratégicamente alejada una de la otra con el fin de dar a cada quien su espacio e intimidad; el habi-tante temporal decidirá como aprovechar-la mejor, con una velada romántica, una cena familiar o una fiesta con los amigos.

Una cabaña en medio de un bosque no es una escena difícil de imaginar; sin embargo, en Sierra Escondida la diferen-cia está en los detalles. Rústico es un buen adjetivo para describir la esencia de estas pequeñas casitas perdidas en medio de la nada, alejadas del caos de la civilización.

Desde el primer momento la imagen resulta agradable a la vista; paredes de ladrillo pintado de color blanco, techo de teja roja, pórtico de pilares que son los troncos de lo que algún día fue un árbol y la puerta es de madera tallada.

En el interior, el comedor es del mis-mo material que la puerta, de frente, una

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chimenea aguarda para ser encendida; la cocina cuenta con todos los utensilios ne-cesarios para que cada quien preparare su propio menú; ya que en medio de la sierra no existe aún el servicio de restaurante, por lo que llevar alimentos para preparar-los resulta una cuestión de supervivencia.

Cada cabaña cuenta con el espacio adecuado para el número de personas a las que espera recibir, dentro de los cuartos se encuentran las camas que ser-virán para reponer las energías gastadas.

A pesar de la aparente sencillez de las cabañas Sierra Escondida destacan deta-lles que no es común encontrar en otros lugares; una piedra de casi metro y me-dio de largo y medio metro de ancho forman la barra de la cocina donde se pueden cortar los alimentos; en el baño el papel y el jabón están colocados en piedras alargadas (tan sólo un poco más grandes que los objetos que contienen), las cuales son incrustadas en la pared.

Se aprecia la creatividad del diseño en los elementos naturales integrados a la construcción, además de esto, las cabañas cuentan fotoceldas para cap-tar la luz solar y convertirla en energía eléctrica para los focos que se encuen-tran en el interior. El cuidado del medio ambiente deja un buen sabor de boca y es un punto a favor de la ecología

No hay señal para los celulares y mu-cho menos internet. Para algunos la so-lución esta al alcance de las manos, el automóvil es un buen apoyo en esos mo-mentos, para los que llegan a pie la ex-periencia de desconectarse por completo del mundo puede transformarse en una sensación de libertad, el novio celoso o

la madre preocupada pueden esperar.

Para divertirse sólo hace falta dis-posición y algo de energía, Sierra Es-condida cuenta con diversas opcio-nes, en este lugar hay para todos.

Los amantes de las emociones extre-mas pueden optar por practicar un poco de rappel en lo alto de la sierra, sus pa-redes rocosas sirven como muro para quienes deseen poner a prueba su re-sistencia al vértigo y liberar adrenalina; para obtener estas sensaciones la tiro-lesa es también una buena alternativa.

Los menos arriesgados prefieren probar en los puentes colgantes. El más temido de éstos tiene una altura de más de ocho me-tros que se alza sobre una especie de ba-rranco y lo cruza de punta a punta con sus más de 15 metros de largo. Para los que temen a las alturas no resulta por ningún motivo una buena opción, pero incluso los valientes pueden sufrir el efecto del viento traicionero que, sin previo aviso, sopla con fuerza y hace el puente de un lado a otro. La sensación pone los pelos de punta.

Para continuar el recorrido: un paseo en lancha. También son ecológicos, por-que los vehículos acuáticos funcionan por medio del principio básico de la físi-ca en el cual se requiere de la aplicación de una fuerza para mover un objeto. En este caso la lancha esta libre de uso de combustible a base de petróleo por lo que son necesarias unas piernas fuertes y el sentido de la orientación para mo-ver y dirigir la el bote, tarea que puede resultar cansada pero 100% divertida.

¡Aventura!, ¡libertad!, descanso y con-tacto con la naturaleza. Tal como su nom-bre lo dice las cabañas Sierra Escondida

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son una experiencia ecoturística que se esconden en el interior de Aguasca-lientes en espera de revelar su belleza a quien llegue en busca de un lugar para dejar atrás el estrés de la ciudad..

Tips de viajero a viajero

- El agua para el sustento de las cabañas y en general, de todo el rancho, se obtiene de su propia presa. Por eso, al abrir la llave del agua, verás que no es del todo cristalina. Puedes utilizar esa agua para co-cinar hirviéndola o llevar agua embotellada para preparar tus comidas

- Botiquín médico: Por si te caes y te raspas las rodillas, lleva contigo algodón, alcohol, banditas… en fin, todo lo necesario para casos como esos. Pastillas para el do-lor de estomago o de cabeza podrían ser de mucha ayuda.

- Lleva ropa abrigadora y un buen par de tenis: es posible que haya frío. Prepá-rate con una chamarra y zapatos cómodos por si se te antoja salir a caminar por los alrededores.

- Víveres propios: compra en la cui-dad los alimentos que necesitarás durante tus días de estancia. En las cabañas con-tarás con una parrilla, una caja de cerillos y gas. Todas las cabañas tienen un asador al aire libre. No olvides los bombones para derretirlos al calor de la fogata.

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La chispa se enciende. El tiempo que dura un parpadeo es suficiente para

que las llamas se propaguen, en minutos el color del paisaje pasa de verde y café pardo a un rojo intenso, es el color del fue-go que se expande sin control. Cuando la destrucción comienza no parece que exis-ta poder humano para detenerla.

Acampar es para muchos una de las ex-periencias que deben vivirse por lo menos una vez en la vida. La idea del contacto con la naturaleza, un bosque frondoso co-bijado por una noche estrellada es siempre tentadora, y claro está que el toque mágico lo dan las suaves y cálidas llamas de una fogata alrededor de la cual se canta o se asan bombones.

La escena puede cautivarnos con sólo imaginarla; sin embargo, un descuido pue-de convertir la diversión en tragedia, hace falta tan únicamente una ligera chispa para hacer arder cientos de hectáreas en un bosque.

Un incendio forestal se produce cuando un área de abundante vegetación reduce sus niveles de humedad y se convierte en un terreno fácilmente inflamable, la carac-terística principal de esté tipo de incendios es que al iniciar se extienden sin control a

Una chispa, un incendio

Por: Abigail Mancilla Gómez

una gran distancia en un corto periodo de tiempo.

Causas y consecuenciasEn la actualidad existen varios factores

que favorecen el incremento de los incen-dios forestales, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas señala en su estrategia del manejo del fuego de dichas áreas que “los efectos del cambio climático está in-cidiendo en la frecuencia y el alcance de los incendios debido a la alteración de fac-tores clave, como: la temperatura, la pre-cipitación, la humedad en el ambiente, el viento, los riesgos de ignición, las cargas de combustibles, la composición de las es-pecies, la estructura de la vegetación y la humedad del suelo”.

El 2011 fue considerado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) como el peor en relación al número de incendios fores-tales y la cantidad de daños ocasionados, el Instituto Nacional de Estadística y Geo-grafía (INEGI) reportó que el año pasado hubo 12 mil 113 incendios forestales que afectaron una superficie de 956,404.80 hectáreas, lo anterior “corresponde a un aumento de casi el 50% de casos de los incendios y un 88% de superficie afectada en relación al 2010”.

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En cuestión de números, miles de metros incendiados podría no decirnos nada, pero en la mayoría de los casos estos se tradu-cen en una perdida considerable de la biodiversidad del lugar, daños irreparables en el suelo, contaminación del aire por la emisión de CO2 (dañino para la salud), y en general, un desequilibrio en el ecosiste-ma de la zona afectada.

Sin embargo, el daño ambiental no es lo único que preocupa ante una situación de incendio forestal, a este se le suman los costos que representa para el gobierno atender el siniestro, así como el riesgo al cual se enfrentan las personas encargadas de controlar el fuego, quienes arriesgan su vida en el intento; las causas comunes de muerte van desde asfixia hasta quemadu-ras de tercer grado.

Cada uno de los elementos menciona-dos representa condiciones propicias para la presencia de incendios destructivos en ecosistemas sensibles al fuego; sin embar-go, el detonante es, en un 95% de los ca-sos, un factor externo, es decir, humano.

Algunas cifras

El último reporte semanal de la Gerencia de Protección contra Incendios Forestales reveló que en lo que va del año se han registrado 3,687 incendios, es decir, casi 700 por mes, 23 por día. Las entidades fe-derativas con mayor número de incendios fueron: México, Chihuahua, Michoacán, Puebla, Jalisco y Oaxaca.

El pasado mes de abril el bosque La Pri-mavera en Jalisco sufrió un incendio que tardó más de 4 días en ser controlado, afecto más de 3 mil hectáreas, participaron 900 brigadistas y es considerado uno de los peores en la historia de dicho estado.

¿Cómo se producen?

Del 95% de incendios que son respon-sabilidad del hombre, la mayoría son ocasionados por descuidos al momento de apagar fogatas, por jugar con cerillos, encender cigarros, o en todo caso, olvida restos de vidrio que con los rayos del sol se convierten en un gran peligro.

A pesar de que muchos bosques podría salvarse si la gente tomará medidas senci-llas medidas preventivas, existe un porcen-taje de estos incendios que son deliberada-mente provocados con fines económicos (para afectar tierras de la competencia en el mercado) o con motivos de venganza. Poco después de iniciar el incendio en La Primavera se descubrió que este había sido provocado.

A pesar de que cada vez más gente re-curre a este acto para saldar cuentas pen-dientes o ganar ventajas competitivas no existe una tipificación para el delito, y por lo tanto tampoco sanciones adecuadas. Por otro lado, a pesar de las campañas del gobierno en colaboración la Conafor no se ha logrado generar una conciencia social sobre la importancia de prevenir este tipo de incendios.

La experiencia de ser iluminado por la luz de una fogata es sin duda inolvidable, como parte de su programa ecoturistico

Aguascalientes cuenta con diversos lu-gares donde se puede llevar a cabo está actividad. Al momento de disfrutar de lo que la naturaleza ofrece se deben tener presente la frase popular “donde hubo fuego, cenizas quedan”, apagar bien las fogatas con agua y tierra, así como reco-ger la basura son acciones sencillas que se traducen en grandes beneficios para biodi-versidad del país.

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Siendo uno de los mayores atractivos turísticos del estado, la Feria de San Marcos recibe poca difusión. Uno

esperaría que al nivel del Festival Interna-cional Cervantino o la Cumbre Tajín, los impulsos por promover las actividades en Aguascalientes debieran ascender para no quedarse atrás como una de las platafor-mas culturales más importantes del país.

La existencia de esta parcela inex-plorada presenta varias lecturas. Lo arrai-gado y tradicional que se ha vuelto la Feria de San Marcos ha generado un público cautivo. Tal vez no sea necesario un gran despliegue de publicidad para atraer a la gente que asiste fiel y sin necesidad de ma-yor empujón.

Sin embargo lo que parece ser la verdadera barrera es un tema que última-mente está de moda. Los toros. Personas a favor y en contra han debatido con gran fuerza a nivel nacional e internacional. Los argumentos son claros: un deporte con una crueldad explícita hacia los animales. Por otro lado dicha expresión cultural re-presenta una tradición en muchos lugares, con un arraigo que constituye dicho ejerci-cio como un símbolo de cohesión e identi-dad.

Difícilmente se puede estar neutral ante un tema cono este, por ello la estrate-gia para promocionar la Feria de San Mar-cos tendrá que ir evolucionando con los años para seguir atrayendo al público que ya gusta de ella mientras crece en pos de alcanzar un nuevo público.

No hacerlo es quedarse en hielo quebradizo. Realmente no sabemos si hoy o mañana, como ya sucedió en Barcelona, las corridas de toros se vuelvan una prác-tica ilegal. Este caso hipotético sería letal para la feria si no se explora la manera de diversificarse sin perder la identidad y el sazón que se ha ganado con el tiempo, mismo que tanto gusta a todos los que asis-ten año tras año.

Parcela inexplorada

y olé.

Aldo Cicardi

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