de brujas y hechiceras a curanderas y santiguadoras

19
De brujas y hechiceras a curanderas y santiguadoras: el poder coartado de las mujeres canarias Navegando por la red he descubierto que un reportaje mío que escribí hace más de 15 años, en mi época de “intrépida periodista”, ha sido plagiado y andan algunos tíos por ahí arrogándose el derecho de su autoría con toda la desfachatez y poca vergüenza del mundo. Sólo una web, el Portal Afrikanista, ha tenido el detalle de respetar mi nombre. Publico de nuevo ese artículo en mi blog, no sólo para dejar bien claro quién fue su autora, o sea, yo, sino porque a raíz de un intercambio de mensajes en Facebook, decido recuperar a mis queridas “brujas” de antaño. Así pues, aquí va (literal, tal y como se publicó entonces, sin modificaciones que hoy, sin duda, haría, pero he decidido respetar el original): La construcción androcéntrica de la Historia por parte del sistema patriarcal en el que vivimos ha supuesto un sesgo fundamental en la visión que se ha transmitido de las mujeres a lo largo del

Upload: mayo-eskorbutina

Post on 30-Jan-2016

7 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

De brujas y hechiceras a curanderas y santiguadoras

TRANSCRIPT

Page 1: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

De brujas y hechiceras a curanderas y santiguadoras: el poder coartado de las mujeres canarias

Navegando por la red he descubierto que un reportaje mío

que escribí hace más de 15 años, en mi época de “intrépida

periodista”, ha sido plagiado y andan algunos tíos por ahí

arrogándose el derecho de su autoría con toda la

desfachatez y poca vergüenza del mundo. Sólo una web,

el Portal Afrikanista, ha tenido el detalle de respetar mi

nombre. Publico de nuevo ese artículo en mi blog, no sólo

para dejar bien claro quién fue su autora, o sea, yo, sino

porque a raíz de un intercambio de mensajes en Facebook,

decido recuperar a mis queridas “brujas” de antaño. Así

pues, aquí va (literal, tal y como se publicó entonces, sin

modificaciones que hoy, sin duda, haría, pero he decidido

respetar el original):

 

La construcción androcéntrica de la Historia por parte del

sistema patriarcal en el que vivimos ha supuesto un sesgo

fundamental en la visión que se ha transmitido de las

mujeres a lo largo del tiempo. Las gestas y hazañas que han

ido construyendo el devenir de los pueblos han sido

transmitidas por hombres que han realzado las virtudes de

Page 2: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

sus coetáneos olvidando a la otra mitad de la humanidad.

La presencia de la mujer en la Historia se vio limitada hasta

hace bien poco a hechos tan reprobables como el que

relatamos aquí. Ahora que está tan en boga el resurgir de lo

femenino, nos adentramos en la historia de las brujas y

hechiceras canarias, para descubrir otra visión,

sorprendente, que difiere en grado sumo a la contada por

los estudiosos de la época.

“El escribano de la causa observó que tenía en la espalda

una señal de bruja, a lo que ordenó el gobernador: pues que

es bruxa, denle tormento, pues tiene señal de bruxa. Se

negó, muy valientemente, a declarar. Pero, sometida a un

brutal tormento – el potro, la toca y la polea, con pesos

colgando de sus pies-, acabó confesando los hechos propios

de la acusación que se le hacía: pacto con el demonio, que

se le aparecía en forma de camello garañón y al que besaba

el pie; volar por los aires, echando alhorra sobre los

campos; chupar niños, abriéndole el demonio las puertas;

untarse con un ungüento blanco que hacían con tútano de

perro y sebo y tútano de camella y cabra, y con otro verde

que el diablo les daba.” Lucía de Cabrera (Lanzarote, 1577),

autora de la confesión que cita Francisco Fajardo Spínola,

estudioso del tema, se retractó de la declaración que

obtuvieron los inquisidores a través del tormento alegando

que lo dijo con miedo y fruto de la tortura. Murió poco

después como resultado de ésta.

Page 3: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

La caza de brujas en Canarias no fue tan masiva como en la

vieja Europa, pero sí digna de estudio por las variantes que

introduce. El caso de esta mujer es paradigmático; recoge

en la confesión la mayor parte de las atrocidades de las que

se acusaba a las brujas, pero aderezadas con elementos

culturales propios: el diablo convertido en camello, por

ejemplo o el tuétano y sebo de camella y cabra, animales

propios de la isla.

Las noticias sobre la brujería y hechicería en las Islas

Afortunadas fueron analizadas por muchos estudiosos

partiendo de sus propias creencias y prejuicios. Pese a que

el Archivo Histórico Nacional y el Archivo del Museo Canario

recogen numerosos procesos contra mujeres acusadas de

superstición (amplio epígrafe donde tenían cabida la

brujería y la hechicería), la interpretación dada al fenómeno

lo aleja en ocasiones de la raíz canaria para situar todas las

culpas en las moriscas, esclavas africanas, berberiscas y/o

peninsulares que poblaron las islas después de la conquista.

“(…) fueron estos moriscos de Berbería los que infestaron,

moral y espiritualmente, los hogares de cristianos viejos,

verdaderos adalides de la fe católica. (…) Las moriscas

fueron las que más relajaron y envenenaron el ambiente

social y religioso con sus prácticas, conjuros, ligamentos,

maneras de vivir, etc.” (Sebastián Jiménez Sánchez, 1955).

Y si bien es cierto que la influencia de estos colectivos fue

notable, no podemos olvidar la historia y la tradición mágica

Page 4: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

que tenía lugar en Canarias antes de la llegada de los

conquistadores con su cruz y su espada.

Las crónicas de los historiadores nos han transmitido una

visión de las mujeres aborígenes bastante peculiar. Desde

los oráculos de Tamonante y Tibiabín en Fuerteventura

hasta la combatividad de las mujeres palmeras, nos

encontramos con una gran variedad de relatos que ponen

de manifiesto el significativo papel que desempeñaron las

mujeres en la conquista. La presencia de éstas en los ritos

mágico-religiosos también es destacable, y así nos

encontramos en Gran Canaria con la existencia de las

“maguadas” o “harimaguadas”, lo que nos habla de una

tradición en la que el culto a la fertilidad y los ritos de

purificación están presentes en la vida cotidiana.

En definitiva, en Canarias nos encontramos ante un caso, no

de matriarcado, pues no existía esa desigualdad entre

hombres y mujeres propia de la cultura patriarcal, sino de

matrilineazgo y matrifocalidad. La herencia se transmite de

la madre a los hijos, el derecho de propiedad es de

titularidad femenina, se adora la diosa madre de la

fecundidad y de la tierra (ejemplos arqueológicos como el

ídolo de Tara así parecen confirmarlo), se exalta la

maternidad y la mujer goza de las máximas libertades en el

terreno sexual. Nada obliga a la mujer a guardar fidelidad

conyugal ni existen los mismos conceptos de virginidad,

Page 5: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

castidad, repudio y legitimidad de los hijos que podían tener

los conquistadores.

Después de la conquista y tras el exterminio de gran parte

de la población aborigen, la mezcla de razas fue evidente,

pero aún así pervivieron muchas costumbres y tradiciones,

por las cuales fueron satanizadas muchas mujeres y

acusadas de brujas. Tengamos en cuenta que la conquista

de Canarias finalizó en los inicios de la caza de brujas en

Europa. Y aquí no nos íbamos a quedar atrás.

La misoginia Europea

La ola de terror misógino que asoló fundamentalmente

Europa, aunque también afectó a América (recuérdese si no

a las “brujas de Salem”), durante los siglos XVI, XVII y XVIII

no tiene una fácil explicación, pero demuestra hasta qué

punto los hombres ejercían el poder sobre las mujeres, qué

grado de sadismo sexual y violencia llegaron a emplear en

sus torturas y hasta qué punto el miedo y el odio se

convirtió en el principal acicate de la mayor matanza de

mujeres de la historia, por una causa diferente a la guerra.

Si a eso le añadimos los cambios económicos, políticos y

religiosos (la Reforma y la Contrarreforma) que sufría

Europa ya tenemos preparado el contexto.

Page 6: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

Los aquelarres, los pactos con el diablo, los niños a los que

les chupaban la sangre, las cópulas con el demonio,…

fueron la excusa perfecta para el ensañamiento de los

jueces, inquisidores, torturadores, carceleros,… sobre

mujeres “viejas, pobres, analfabetas, viudas y curanderas”.

Ese quizás fue el mayor delito, ser mujer con esas

características. Se calcula que cien mil mujeres pudieron

haber sido ejecutadas, y si bien entre un 10% y un 20%,

según las poblaciones, de acusados fueron varones, más del

80% fueron de sexo femenino. Pero al margen de las

ejecuciones nos quedan otros cientos de miles de mujeres

(se calcula que más del doble de las ejecutadas)

desterradas, multadas, humilladas y estigmatizadas con el

sambenito de bruja.

El control sobre sus cuerpos, especialmente sobre la

sexualidad, la marginación del mundo productivo y la

desvalorización de sus conocimientos médicos fueron

estrategias empleadas para sumir a las mujeres en la más

absoluta indefensión y soledad frente a terribles

acusaciones. Sin embargo, hoy hemos de agradecer a

aquellas mujeres los conocimientos que nos legaron y la

simiente que sembraron en otras mujeres en la búsqueda

de nuestro poder: el uso de plantas como la belladona, el

cornezuelo, la dedalera,… con fines terapéuticos, la

capacidad de curar y curarnos a nosotras mismas, la

posibilidad de elegir nuestras vivencias sexuales, la libertad

Page 7: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

de asociarnos y la posibilidad de acceder al mundo laboral.

El ansia de libertad e independencia hace tres siglos lo

pagaron muy caro…

Hechicería y brujería: el exterminio del poder

femenino.-

Judíos, portugueses, moriscos, esclavos africanos,

castellanos, andaluces,… toda una mezcla de gentes y

costumbres fue a poblar las islas una vez finalizada la

conquista. Si a eso le añadimos la posterior influencia de

países de América como Venezuela, Cuba o Brasil, fruto de

la emigración de canarios allá nos encontramos con una

tradición curanderil sincrética en la que perviven elementos

aborígenes (quizá los más escasos) con elementos europeos

(cristianos), africanos y latinos. Todo un cocktel explosivo

para unas islas mágicas y estratégicas.

Entre 1499 y 1714 fueron denunciadas por hechicería 1.136

mujeres frente a 109 hombres. El término bruja no aparece

hasta 1529, y aunque no parece establecerse una

delimitación clara entre las brujas y las hechiceras, parece

que hay rasgos de las brujas (volar, chupar las sangre de los

recién nacidos,…) que las hechiceras no los practican.

Aunque ambas prácticas son consideradas maléficas, por

los inquisidores, la hechicería puede tener un carácter

benéfico y curativo, aunque lo más normal es que se utilice

para atraer o conservar el amor de una persona, para

Page 8: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

adivinaciones o curaciones. La brujería, quizás derivado de

la histeria colectiva y misógina que recorría Europa, se la

consideraba instrumento del demonio. Satanás campaba a

sus anchas por la Tierra y las brujas eran sus servidoras.

Claro que, nada más lejos de la realidad.

La mayor parte de las mujeres procesadas por hechicería o

brujería fueron de baja condición social, de mediana edad y

de grupos étnicos marginados, siendo arrancadas muchas

de sus confesiones a través del tormento, con lo cual se

puede afirmar que son los jueces inquisidores los creadores

de la confesión. Si bien se llegó a generar un miedo

colectivo ante las presuntas brujas o hechiceras no se

produjeron explosiones de histeria ni persecuciones

masivas como en la vieja Europa, aunque la Inquisición jugó

un importante papel moderador en este sentido.

En general, tras el delito de superstición se escondían

aquellas prácticas relacionadas con la magia amatoria, la

adivinación o la sanación, aunque en el siglo XVIII la

hechicería se torna más siniestra y se la relaciona con toda

suerte de maleficios. Los supuestos pactos con el diablo

empiezan a proliferar, aunque también podemos encontrar

referencias interesantes desde el siglo XVI. En la visita que

realizamos al Museo Canario en Las Palmas de Gran

Canaria, tuvimos la oportunidad de tener en nuestras

manos cientos de legajos sobre procesos inquisitoriales y

Page 9: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

cuál no sería nuestra sorpresa al comprobar la existencia de

un patrón prefijado en las acusaciones. Si comparamos

procesos distintos vemos que se repiten las mismas:

“menosprecio del sacramento del bautismo, pacto con el

demonio en forma de camello o cabrón negro, chupar la

sangre a bebés, mujer pertinaz que creía en los engaños del

demonio, estropear las cosechas”. Estas acusaciones,

hechas al mismo tiempo contra Lucía de Herrera y Lucía de

Cabrera (dos mujeres diferentes pese a la coincidencia en el

nombre) motivaron la muerte de la segunda víctima de la

tortura, el uno de enero de 1578, siendo enterrada por

mandato del Inquisidor en el hospital donde falleció. Lo

curioso de ambos casos es que en la acusación de chupar la

sangre a un bebé no citan ningún dato de identificación del

bebé ni de su madre, simplemente hablan de “una mujer

parida de 6 días”. “A la hora de media noche poco más o

menos estando las puertas de dicha casa cerradas, una

hacienda en el campo, la dicha Lucía de Cabrera juntándose

con el demonio se fue para la casa (ilegible) el dicho

demonio abrió las puertas del aposento donde la dicha

mujer parida estaba (ilegible) y viendo ocularmente la dicha

mujer que la dicha Lucía le chupara su criatura no pudiendo

menearse a quitársela, le dijo muchas veces con ruegos que

no le chupara su criatura y (ilegible) hasta tanto que

(ilegible) dejósela ya chupado la dicha Lucía de Cabrera”. El

patrón prefijado de acusaciones motivó que muchas de las

confesiones se ajustaran al mismo. Las mujeres presionadas

Page 10: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

por la tortura, el escándalo, el aislamiento social, la falta de

apoyo de su entorno,…declaraban lo que el juez quería

escuchar.

Un elemento importante en la cultura canaria son los bailes

de brujas. Todavía perviven en nuestra geografía lugares

con nombres alusivos a esos supuestos encuentros de

mujeres que danzaban y cantaban por nuestros montes (El

Bailadero en Tenerife, El Llano de las Brujas en La Palma,

…). Las palmadas y las patadas en el suelo formaban parte

de algunos rituales de magia amatoria y de conjuro de

males:

“Con dos de veo

y con cinco de encanto,

la sangre te bebo,

el corazón te parto,

que hagas lo que te mando,

como mando la suela

de mi zapato”

(Y se dan tres patadas en el suelo)

Page 11: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

Las oraciones, producto del sincretismo religioso, son

sumamente utilizadas también para conjurar maleficios,

males de ojo, y también, cómo no, para amarres de parejas.

Las más comunes son a Santa Marta, a San Silvestre o a las

ánimas del purgatorio.

 “Marta, Marta, la que los vientos levanta

la que los Diablos encanta

la que guiso los vinos a los finados, la que quitó los dientes

a los ahorcados

La que desenterró los guessos a los enterrados

La que con Doña María de Padilla trato y conversso

La que los nueve hijos pario y todos nueve se le

desminuyeron…

Asi como esto es verdad, me bayas al coraçon de Bartolomé

Guerra y me le quites tres gotas de sangre donde quiera

que estuviere melo traygas presto corriendo volando donde

yo Margarita estoy assi me lo amarres y amanses y me le

pongas el amor en su coraçon, paraque me quiera, y en su

memoria me tenga que no me pueda olvidar de noche ni de

dia donde quiera que estuviere, para que ninguna mujer

donde quiera que estuviere no tenga sosiega ni pueda

Page 12: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

comer ni dormir sino fuere conmigo ni pueda tener otra

mujer”

(Extraído literalmente de la Colección Bute, “The inquisition

in The Canary Islands”, del proceso a Catalina del Castillo,

hechicera de La Gomera).

Y finalmente, las hierbas, plantas, minerales,… cualquier

elemento que tuviese poder de sanación era utilizado por

las supuestas brujas con fines terapéuticos. Quizás ha sido

este conocimiento el que más ha pervivido en Canarias

hasta la actualidad y el que se ha transmitido de generación

en generación y ha sido aprovechado por nuestras

modernas sanadoras, curanderas y santiguadoras.

La pervivencia de la tradición: curanderas y

santiguadoras.-

Afortunadamente, las islas Canarias aún conservan vivas

algunas tradiciones entre las que destaca la del

curanderismo. En todas nuestras islas nos encontramos con

mujeres con conocimientos en medicina popular, “yerberas”

sabias que identifican las mejores plantas medicinales para

ser aplicadas en las más diversas dolencias. La aplicación

de hierbas y los rezados o santiguados son las técnicas más

empleadas por las “brujitas” modernas, aunque la mayoría

de estas mujeres desechan el término bruja porque lo

Page 13: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

consideran peyorativo. Ese es otro de los triunfos del

sistema patriarcal: el dotar de significado negativo un

término que encierra la sabiduría medicinal de las mujeres.

Dicen que la esencia más pura va en tarro pequeño y

parece ser que en algunas personas también se cumple esa

máxima. Carmencita es una mujer menuda y alegre que

destila bondad por todos sus poros, y una de las mejores

santiguadoras que perviven en la isla de La Palma. Con casi

sesenta años, lleva 17 atendiendo sin apenas descanso, de

la mañana a la noche, a los cientos de pacientes que pasan

por su casa. Hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes o

viejos, del lugar y de fuera, se acercan hasta las puertas

siempre abiertas de esta mujer para ser tratados de

diferentes dolencias. Fundamentalmente, problemas de

estómago, “nervios, stress, hoy en día la gente vive muy

rápido, no se conforma con lo que tiene, hay mucha

ambición, por eso enferman muchos”. Aquí en Canarias, eso

se conoce como las madres descompuestas (para las

mujeres) o el pomo virado (para los hombres). “Yo en

realidad lo más que hago es dar masajitos en la barriga,

aunque también curo erisipela, herpes o culebra,… hay

muchos médicos que me mandan gente”. Como vemos, la

tradición popular convive con la medicina tradicional.

Cuando le preguntamos a Carmencita si no había

encontronazos entre ambas prácticas comenta que “la

mayoría de medicinas se obtienen de plantas, además a

Page 14: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

veces es mucho mejor una buena tacita de ruda que una

pastilla”. Pero también, ella deposita gran parte de la

responsabilidad del cambio y la mejoría en el paciente,

especialmente en los casos de nervios; “un psicólogo o un

psiquiatra te pueden ayudar, pero como no te ayudes tú no

hay mucho que hacer, la mejor ayuda es una misma”.

Aunque Carmencita piensa que esa facultad de sanar nace

con la persona, lo cierto es que ella aprendió de su tía

Juanita, ya fallecida, gran parte de sus conocimientos, “yo

me crié viendo lo que hacía mi tía y ahora yo hago lo mismo

que ella”. Juanita fue otra de las grandes curanderas o

sanadoras de la isla. Hemos podido recoger numerosos

testimonios al respecto, incluyendo el de quien esto escribe,

que pasó por sus manos a la edad de dos añitos para ser

curada de “susto”, un mal muy común al parecer entre la

población infantil canaria. Los síntomas se traducen en

inapetencia, vómitos, mareos, temblores y tristeza.

Volviendo a Carmencita, una de sus peculiaridades es que

no cobra a sus pacientes, ella opina que “si puedes hacer el

bien no hagas el mal, si haces el bien te encuentras más

satisfecha tú, yo me encuentro muy bien cuando doy a los

demás, cuando procuro la sonrisa de un niño o de un

enfermo, para mí ese el mejor regalo”.

Carmencita es un perfecto ejemplo de las ya escasas

curanderas tradicionales. Las mayores nos han ido dejando,

Page 15: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

pero algunas jóvenes intentan retomar esa sabiduría

ancestral. En La Palma también tuvimos la oportunidad de

entrevistar a una de esas mujeres jóvenes que a sus 33

años también practica viejos santiguados:

Para quitar el sol, es decir, la enfermedad debida a la

exposición prolongada a los rayos solares, se pone un paño

doblado sobre la cabeza del paciente y encima una vaso

con agua mientras se hacen cruces en ella y se reza:

 “Sol, sol, vete al sol,

deja a (nombre del paciente) su resplandor.

Hombre santo nómine,

quita el sol y aire si hay.

Así como el mar no está si agua,

ni el monte sin leña,

ni el cielo sin ti,

rosa de Cristo,

coge tus rayos

Page 16: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

y vete de aquí”

(Se tiene que rezar un Credo al terminar y repetir durante 3

días).

 Para quitar el mal de aire, nuestra joven sanadora se sienta

delante de la persona afectada y con una escoba haciendo

la señal de la cruz, va barriendo hacia fuera y rezando:

“Aire yo te barro de las carnes de esta criatura (nombrar las

partes malas) y de todo el cuerpo que tiene esta criatura,

con la escoba que barro la basura, en el nombre del Padre,

del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Salga el mal y entre el

bien”.

(Se tiene que rezar un Padrenuestro 3 veces durante 3

días).

La medicina oficial canaria aún sigue preguntándose cómo

funcionan los santiguados, pero lo cierto es que funcionan.

¿Sugestión? ¿Magia? Lo que sí da resultado y es mucho más

sano en ocasiones que la farmacopea alopática son las

“yerbitas”, es decir, la medicina popular basada en el uso

de hierbas. Y mientras sigan perviviendo en nuestras islas

esas entrañables mujeres seguirán recomendándonos una

tacita de salvia para el mal de aire, unas rodajas de papas

en las sienes para el dolor de cabeza, una infusión de ruda

Page 17: De Brujas y Hechiceras a Curanderas y Santiguadoras

para el empacho, unas hierbas aromáticas (pazote, hierba

buena y naranjo) para el susto,… eso sí, con pequeños

trucos añadidos que no vamos a desvelar para que el

misterio y la magia de las sanadoras siga perviviendo en el

tiempo.