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SÍNODO ARQUIDIOCESANO

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Datos abiertos de la Consulta a los Agentes de Pastoral

A partir de noviembre del año 2017, se realizó una Consulta al Pueblo de Dios,

en particular a los agentes de Pastoral más vinculados a la vida interna de la Iglesia de Buenos Aires. Los resultados fueron publi-cados en el Boletín Eclesiástico Nº 591, del mes de mayo del 2018.

la relación con Cristo (el vínculo de la Fe) y la mirada sobre la Iglesia de Buenos Aires (la pertenencia eclesial /comunitaria y la dimensión misionera). Las respuestas con mayor valoración posi-tiva se vincularon con:• las acciones pastorales que provocan un encuentro personal con Cristo (entre otras a través de la Palabra de Dios y de la partici-pación en los sacramentos).• las acciones pastorales que provocan el encuentro con los hermanos que sufren (la caridad).• la experiencia comunitaria que se da en los Santuarios (pertenencia eclesial). También se manifestaron claramente los desafíos en los cuales hay que trabajar más, como ser:• la pastoral en los ámbitos educativos (co-legios y universidades).• la incidencia de los valores cristianos en la construcción social y política.• la presencia y el aprovechamiento de los

medios de comunicación social. Un aspecto interesante de la Consulta fue-ron las cuatro preguntas “abiertas” donde se deja al consultado la libertad de escribir su aporte personal, fuera de la consigna de ele-gir entre algunas opciones preestablecidas.

personal con Cristo, la experiencia comu-nitaria y las áreas o tareas pastorales ne-cesarias para renovar la misión en nuestra Arquidiócesis. Compartimos las respuestas que fueron tabuladas por equipos de lectura y síntesis, siguiendo un “cuaderno de códigos” como referencia, capacitados previamente por profesionales de consultorías privadas.

Resultados parciales. Muestra sobre 3.000 casos.


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1. El Encuentro con Cristo“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el en-cuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.” Benedicto XVI, citado en Evangelii gaudium, 7.

Las respuestas se agruparon casi en partes iguales a tres consignas: Jesús da sentido a la vida gracias a una relación “personal” con Él (29 %), porque orienta la vida con un sentido (33%) y porque se reciben de Él valores y dones que la

el encuentro con Cristo da sentido porque ofrece caminos de conversión y cambio de vida para mejor (6%) y ayuda a una mejor vinculación y relación con el prójimo (3%).

¿Haber encontrado a Jesús le da sentido a tu vida? (Si: 91 % - Poco/Nada/No: 6,8 %)¿Por qué?


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b. La persona de Jesús y el sentido que ofrece a la vida (33 %)

Principalmente en tres dimensiones: * Je-sús como camino (23%), lo cual deja en cla-ro la importancia en la “memoria popular” religiosa de la autoproclamación de Jesús “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Se

como “los del camino” expresión propia de los comienzos de la Iglesia. * Jesús como compañía (22%) o compañero de camino (con Él uno no está solo). * La relación con Cristo (19%) da sentido simplemente porque se lo percibe como una presencia real con el que se puede “estar”.Es de destacar que hay respuestas que se pueden agrupar bajo la enseñanza clásica del “amar, conocer y seguir a Jesús” (en por-

-mente el camino de la fe, y que otras de las imágenes destacadas para hablar del en-cuentro con Él es la del Buen Pastor.

Las respuestas vinculadas a Jesús como dador de sentido se concen-

directa: Jesús da sentido a mi vida (35%). Otros respondieron dando al-gunas referencias de qué entienden al decir esto, en estrecha vinculación con la vida cotidiana (13%), como una opción de vida (12%), y como una ayu-da a vivir mejor. Es interesante que un gran porcentaje de consultados entienda la relación con Cristo como algo que incide directamente en la vida de todos los días y abre a un hori-zonte de sentido.Completan las respuestas las agru-padas en torno a la persona de Jesús como guía y como una presencia que se experimenta.


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c. Valores de sentido que se reciben de Jesús (27 %)

d. Conversión y relación con el prójimo (6% y 3%)

Estas respuestas apuntan a destacar los valores que se reciben como regalos a partir de la relación personal con Jesús. Valores, dones, virtudes teologales, fru-tos del Espíritu…, que se reconocen im-portantes para una vida feliz.Se destacan con porcentajes semejantes (en torno al 10%) el Amor, la Esperanza y

Él aún en medio del dolor; la experiencia de plenitud y de seguridad. También se mencionan otras como la serenidad, la bondad, la ternura y la misericordia.Este abanico de valores permite descu-

sentido a partir del encuentro personal con Jesús. Es un “plus” que regala y ofrece la Fe en Cristo.

Conversión

Estos dos conjuntos de respuestas son muy pequeños en porcentajes, pero es intere-

los procesos de conversión y la posibilidad de un “cambio” en distintos momento y etapas de la vida, como también en las relaciones con los demás y con los que sufren, comprometiéndose con sus necesidades.


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b. Comunidad abierta (19 %)

c. Lugar de pertenencia (14 %)

La pertenencia cordial a una comu-nidad se describe “abierta” cuando se experimentan actitudes que ayu-dan a la integración personal (31%) y a vivir en comunión (27%), siendo estas justamente las más destaca-das. En un tiempo de fragmentación, violencia y división se valoran alta-mente estas actitudes. En la misma línea aparecen con porcentajes semejantes el acom-pañamiento (13%), la cercanía (12%) y la receptividad (11%). Completa la lista con un porcentaje menor la ex-periencia de encontrar cariño en las comunidades abiertas y receptivas.

Sentirse parte de una comunidad

de una vida de fe que debe desplegar-se en comunidad (57%) y como “una experiencia eclesial necesaria” (29%). La iglesia no se entiende sin comuni-dad. La vida de fe reclama una expe-riencia comunitaria de la misma.

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comunidad de amor (14%).


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2. La pertenencia comunitaria y eclesial¿Te sentís parte de una comunidad o grupo de Iglesia?(parroquia, movimiento, santuario, congregación, grupo de acción solidaria, etc.)(Siempre: 56 % - A veces: 31 % - Nunca/casi nunca: 10 %)¿Por qué?

Las respuestas se pueden agrupar en dos grandes grupos: valoraciones positivas (69%) y valoraciones negativas (31%) de las comunidades eclesiales en general. La va-

podían incluir a muchas de las expresiones compartidas. Las vemos en particular:

Valoraciones positivasa. Lugar de participación (22%)

Quienes dijeron que se sienten parte de una comunidad eclesial porque la experi-mentan como lugar de participación, des-tacan diversas actividades que permiten desplegar ese compromiso participativo: actividades comunitarias diversas (32%), apostolado y evangelización en comuni-dad (18%), servicios pastorales de misión, caridad y celebración de la fe (17%), per-

(13%), y el compromiso con los hermanos entre ellos, los más necesitados. Se subra-ya también el lugar destacado que tiene al sacerdote como animador y guía de la comunidad. Esto hace bien para sentirse parte de ella.


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Valoraciones negativas

f. Sin participación (13%)

g. Comunidad cerrada (7%)

Los que directamente respondieron que no participan sin dar los motivos, se expresan de distinta manera diciendo que no lo hacen “en las comunidades” (43%), en “espacios” eclesiales (29%) o en sus actividades ordinarias (28%).

Entre las experiencias negativas que no permiten sentirse parte de una co-munidad eclesial se destacan las de falta de apertura (61%) entendiendo que en ella no se encuentran actitudes de integración, cercanía, receptivi-dad y comunión (cfr. diagrama a.); y la constatación de una falta de compro-miso (39%), en general y en particular en el área pastoral y en la social. Lo

-ne sólo de acuerdo a la no integración de nuevos miembros, sino también a la falta de salida para el encuentro con otros.


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j. Sin participación (13%)

Los que directamente respondieron que no participan sin dar los moti-vos, se expresan de distinta mane-ra diciendo que no lo hacen “en las comunidades” (43%), en “espacios” eclesiales (29%) o en sus activida-des ordinarias (28%).

Hay quienes esperan de una comunidad eclesial que ayude a lo esencial: ser un espacio de encuentro con Dios; pero no lo encuentran.Se cuestionan fundamentalmente dos dimensiones: las celebraciones sacra-mentales descuidadas (86%) y la cate-quesis sin la profundidad y seriedad esperada (14%). Hay un pequeño grupo que reclama también más espacios de oración comunitaria (sin llegar al 1%).

j. No ayudan al encuentro con Dios (1%)


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b. Otras cuestiones para mencionar

Es interesante constatar que, si bien la pre-gunta invitaba a proponer ámbitos, áreas o espacios pastorales, sin embargo en ambas consignas cerca del 40% respondió propo-niendo actitudes, tanto personales como misioneras. Esto da a entender que nues-tros agentes de pastoral conciben que más allá de las propuestas, acciones o planes pastorales sugeridos, lo que importa en la evangelización es el modo de relación y vínculo con los interlocutores. Esta es una acentuación muy clara en las enseñanzas del papa Francisco, algo que fuimos cono-ciendo en Buenos Aires en sus tiempos de Arzobispo con el llamado a acentuar un modo o estilo de ser Iglesia.Las actitudes personales mencionadas como importantes, fueron: testimonio per-sonal, coordinar esfuerzos, entusiasmo, va-lentía, cercanía, discipulado y se subraya en esto la importancia del testimonio de los sacerdotes.Entre las actitudes misioneras se destacan: salir al encuentro, Iglesia en salida, Iglesia que acompaña, “hacer lío”, no confrontar sino escuchar, estar junto a los otros y bus-car la oveja perdida. En cuanto a los ámbitos y desafíos mencio-nados se pueden agrupar en dos grandes dimensiones: los pastorales y los de inci-

dencia socio-cultural.Entre los pastorales se destacan la impor-tancia de la formación catequística, la for-mación teológica, la pastoral educativa, y la pastoral en los Hospitales; indicando tam-bién la importancia de priorizar las perso-nas sobre las estructuras.En cuanto al aporte evangelizador en la construcción social se mencionan la im-portancia de la evangelización de la cultura, el aporte hacia el bien común (en lo políti-co-social), la integración de las familias en sus distintas composiciones, la integración de los homosexuales, la educación sexual, y un mayor compromiso con los pobres y los que sufren.Entre las propuestas concretas se mencio-na la importancia del Sínodo arquidiocesa-no convocado por el Arzobispo, favorecer el crecimiento de las vocaciones no solo con-sagradas sino también laicales, reformar las estructuras pastorales para hacer más ágil la misión evangelizadora y dar más es-pacios para una mayor participación, des-plegar el ministerio del diaconado perma-nente, actuar de modo transparente frente a los pecados de la Iglesia y mejorar el uso de las redes sociales y los medios de comuni-cación en la tarea evangelizadora.


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3. Aportes concretos para la misión evangelizadora Las preguntas abiertas 3 y 4 buscaban conocer algunas propuestas concretas para hacer más fecunda la tarea evangelizadora en Buenos Aires. Las consignas fueron las siguientes:• ¿Agregarías otro ámbito que consideras importante para la misión de la Iglesia en Buenos Aires?• Otras cuestiones que quieras mencionar

Estas preguntas solo fueron respondidas por el 35-40% de los consultados, mientras que las primeras lo hicieron cerca del 80%. Esto indica que a la hora de proponer ac-ciones concretas más allá de las presentadas en la Consulta, costó hacerlo.Presentamos una síntesis de ambas respuestas, ya que el conjunto de propuestas presentadas pudieron tabularse con el mismo esquema de referencia.

a. Otros ámbitos importantes para la misión de la Iglesia en Buenos Aires


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h. Falta de credibilidad (7%)

Una de las razones más mencionadas por las cuales se toma distancia de una comunidad de pertenencia es su falta de credibilidad: no vivir lo que se predi-

la falta de comunión (33%) y solidaridad (7%), y la falta de compromiso con la pro-pia tarea: limitaciones pastorales (14%), actividades cerradas (9%) o alejadas de la realidad (10%).

i. Comunidades poco atractivas (3%)

Las razones de algunos de tomar dis-tancia de las comunidades eclesiales tienen que ver con el atractivo que ofrecen. El interés por la participación debe tener en cuenta actitudes que se reclaman como prioritarias que, sin ellas, deslucen el atractivo de perte-necer: la falta de cordialidad (45%) y los malos tratos (7%) y la falta de par-ticipación en la elaboración y toma de las decisiones (13%). Esto hace que al-gunos juzguen las acciones y la toma de decisiones como “oscuras” (3%) y la imagen en la que se expresa es la del “templo cerrado” (0%). Aquí se destaca la importancia del rol del párroco y lo que se espera de él. El sacerdote forma parte del “atractivo” de una comunidad en especial a tra-vés de sus actitudes. Se les cuestiona ser distantes (29%) y “aburridos” en sus mensajes u homilías (3%).


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d. Lugar de amor (9%)

e. Lugar de fe (5%)

Sentirse parte de una comunidad

“lugar de amor”. Se destacan las res--

munidad como una familia (38%) en la imagen de ser casa de todos (33%). Los vínculos de ayuda (11%) y apoyo (14%) mutuos siguen expresando la importancia de ser una “familia”. Esta experiencia de ser familia hace que algunos sientan la comunidad como un lugar de salvación (4%).

La pertenencia comunitaria se valora también por ser una expe-riencia valiosa para crecer en la fe (28%). Esto se expresa a través de distintas acciones que se pueden desplegar en una comunidad: el en-cuentro con el amor de Dios (36%), la oración personal y comunitaria (14%) y poder desarrollar el víncu-lo que existe entre la vida de fe y el compromiso con los hermanos (22%).

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