daniel morán. la participación plebeya durante las guerras de independencia

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    Nuevo Mundo MundosNuevosDebates, 2011

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    Daniel Morn

    La historiografa de la revolucin.La participacin plebeya durante lasguerras de independencia en el Per yel Ro de la Plata

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    Daniel Morn, La historiografa de la revolucin. La participacin plebeya durante las guerras de independencia

    en el Per y el Ro de la Plata , Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En lnea], Debates, 2011, Puesto en lnea el 30 mai

    2011. URL : http://nuevomundo.revues.org/61404

    DOI : en curso de atribucin

    Editor : EHESS

    http://nuevomundo.revues.org

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    La historiografa de la revolucin. Laparticipacin plebeya durante las guerras

    de independencia en el Per y el Ro de laPlata

    Introduccin1 Las celebraciones de los bicentenarios de las independencias en Amrica Latina han abierto la

    posibilidad de examinar las mltiples perspectivas de anlisis de los hechos revolucionarios,

    a la luz de las contribuciones recientes1. En esa tendencia, esta investigacin busca advertircmo las distintas historiografas han abordado el tema de la participacin plebeya en elproceso de las guerras de independencia en el Per y el Ro de la Plata. Especficamente,centramos nuestro estudio en la participacin militar y poltica de los grupos populares en elciclo revolucionario iniciado en 1808 hasta la definitiva consolidacin de la independencia de

    Amrica Latina en los campos de Junn y Ayacucho en 1824. Para tal efecto nuestro trabajoreflexiona, en un primer momento, los prolegmenos de esta renovacin historiogrfica enel contexto del sesquicentenario y las dcadas de los 70 y 80, para concentrarse despusen el meollo de la investigacin; el examen sistemtico de los estudios recientes sobre laparticipacin de los sectores subalternos en la revolucin y las guerras de independencia, tanto

    en los centros de poder como en los espacios regionales2.2 La hiptesis principal de este balance sostiene que las clases populares tuvieron un papel

    central en la configuracin poltica de la sociedad peruana y rioplatense durante el ciclorevolucionario. Y que dicha colaboracin antes de perseguir ideales patriotas o realistas,formas republicanas o monrquicas de gobierno, defendi intereses locales y tnicos de laplebe, incluso, indgenas, negros y castas, manejaron diversas alternativas polticas al negociar

    su intervencin activa en la revolucin.3 Estas alternativas e intereses divergentes suponen reconocer tambin las especificidades decada sociedad y las relaciones establecidas entre ellas. Mientras Lima era el centro polticodel poder de donde se irradiaba toda la fuerza del dominio colonial, Buenos Aires mantuvohasta 1776, fecha de la creacin del virreinato del Ro de la Plata, una posicin perifrica y

    en cierta forma subordinada al virreinato peruano3. Esta realidad, centro y periferia, control yflexibilidad, conllevara a explicar los parmetros de la fuerte intervencin estatal establecidaen el Per y las normativas un poco ms flexibles en la capital portea. Indudablemente, esteinflujo impacta en la cotidianidad social, poltica, econmica y cultural de estas sociedades

    sudamericanas4. La crisis hispana de 1808 y toda la experiencia de las Cortes de Cdiz enAmrica, incluso antes las invasiones inglesas de 1806 y 1807, para el caso rioplatense, no

    hacen sino acelerar un proceso de transformaciones an inditas que ocasionaran una nuevaconfiguracin poltica, estableciendo lo que Francois-Xavier Guerra denominara como la

    lucha recurrente entre capitales realistas y capitales revolucionarias5. Todo ello no implic unacaracterizacin monoltica de las sociedades, los actores sociales y los intereses de los mismos,sino, por el contrario, la lectura que hacemos en este balance historiogrfico de la participacinplebeya en las guerras de independencia nos muestra las complejas particularidades deestos sectores populares, sus relaciones mutuas y contradictorias, y adems la participacinrevolucionaria, mediada o contrarrevolucionaria, que tuvieron incluso dentro de su propia reade poder y espacio de influencia social y poltica.

    Los prolegmenos: El sesquicentenario y la historia socialde los 70 y 80

    4 La conmemoracin del sesquicentenario del proceso de independencia en Per y Argentinaplante nuevas inquietudes y problemas de investigacin que motivaron el debate acadmico

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    y una reevaluacin de los fundamentos medulares de la historiografa precedente. Si bien en elsiglo XIX los estudios de las guerras de independencia haban priorizado el anlisis militar ypoltico en donde la funcin providencial de los grandes hombres en la historia explicaba eldesenlace de los acontecimientos revolucionarios6, la historiografa de la primera parte del XX,con rezagos de la anterior tendencia de corte positivista, sum a este argumento la indagacindel papel protagnico de los hroes, prceres e idelogos de la emancipacin en la formacin

    de la conciencia e identidad nacional7/ Estas historiografas si en algunos casos sealaron el

    papel del pueblo en la revolucin no llegaron, sin embargo, a desarrollar un anlisis metdicodel mismo y mucho menos a escudriar la agenda y relevante participacin poltica popular.

    5 Contra estos planteamientos cuya tesis principal sostena una independencia concebida comofruto de un proceso de maduracin interna en donde las elites polticas contando con elapoyo de los grupos subalternos tomaron conciencia irreversible de la separacin, la nuevahistoria en Per y la corriente denominada renovacin en Argentina, en el contexto de lossesquicentenarios, sealaron al proceso de independencia como efecto de las crisis de lasmonarquas ibricas8. Dentro de esta perspectiva, en 1972 Heraclio Bonilla en Per desat unaintensa polmica acadmica al subrayar que la independencia fue concedida por las armas delos ejrcitos de San Martn y Bolvar antes que conseguida por el mpetu revolucionario de losperuanos9. En el mismo ao, Tulio Halpern Donghi, en Revolucin y guerra, observ que la

    crisis hispana y los conflictos desatados por la revolucin en Amrica ocasionaron la fuertemilitarizacin de la sociedad portea y dentro de este fenmeno la inclusin poltica de la plebe

    configurando as un nuevo equilibrio de poder en Buenos Aires en pleno ciclo revolucionario10.6 Estos estudios sentaron las bases de una nueva reevaluacin de las guerras de independencia

    y de la participacin de los sectores subalternos vistos desde la historia social y de losmovimientos sociales. En Per, un primer grupo, desde una perspectiva nacionalista y tomandolos aportes de Ral Rivera Serna sobre las guerrillas del centro, insisti, en contraste conlas tesis de Bonilla, en destacar el desempeo central de las guerrillas y montoneras comoprueba de la decisin del sector indgena por la independencia. 11 Incluso, en 1973 JorgeBasadre adverta la serie de hechos desatados en el norte peruano a partir de 1820 mostrandocmo muchos pueblos del interior proclamaron la independencia antes que Lima. Adems,

    sostendra que de haber triunfado la revolucin del Cuzco en 1814: habra surgido unPer nacional, sin interferencia desde afuera y con una base mestiza, indgena, criolla y

    provinciana12.7 En la historiografa argentina de los 70 y 80, a parte de los trabajos de Tulio Halpern,

    no contamos con investigaciones relacionados al papel de la plebe en la revolucin, salvoalgunos estudios generales de Pilar Gonzles Bernaldo sobre las sociabilidades y el impactode la revolucin francesa en el Buenos Aires revolucionario13 y de Marta Goldberg sobre

    la poblacin negra-mulata en el mismo espacio porteo.14 En cambio en Per, a la visinnacionalista se contrapuso una historiografa de corte social preocupada en advertir eldesempeo de los grupos populares en los procesos de los movimientos sociales. Estatendencia se reflej claramente en los trabajos de Hunefeldt sobre la participacin de negros,

    indgenas y milicianos, los estudios de Alberto Flores Galindo sobre la aristocracia y plebede Lima, los de Scarlett OPhelan sobre las rebeliones indgenas, mestizas y criollas delsiglo XVIII y parte del XIX, as como las reflexiones de Peter Guardino sobre el significadoparticular de la independencia en las guerrillas y montoneras en la etapa final de la guerraindependentista. Un primer punto de relacin entre estos autores estuvo circunscrito en la

    preponderancia de la intervencin popular en la revolucin. Tanto Hunefeldt como FloresGalindo destacan el papel clave de negros, pardos y morenos en los diversos episodios de laguerra. Insisten los autores en indicar que los afrodescendientes manejaron segn sus interesesdiversas alternativas polticas reflejadas en ciertos privilegios que los colocaron muchasme veces por encima de los grupos indgenas.15 Por ejemplo, no pagaron la contribucinmilitar exigida a las castas y en varias ocasiones fueron absueltos de condena a pesar de

    haber propiciado motines y rebeliones contra el gobierno colonial.16

    Esta preeminencia enla composicin social de los negros en el espacio de la costa se complementa con el fuerte

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    influjo de los grupos indios en las zonas andinas. OPhelan ha probado la intensa participacinindgena en las ms de 140 revueltas y rebeliones desarrolladas en el espacio peruano-boliviano entre 1700 y 1814. Incluso, ha podido advertir ciertas conexiones entre el bajo yel alto Per a partir de la presencia de ciertos personajes criollos, mestizos e indgenas en

    varios movimientos de aquellos aos.17 Por su parte, Guardino y Flores Galindo, han destacadoque el conocimiento del espacio geogrfico de los grupos populares y la gran capacidadnumrica dentro de las fuerzas realistas y patriotas les permiti negociar su intervencin en las

    guerras de independencia. Y esa negociacin supuso manejar diversas alternativas, complejasy ambiguas, entre estos sectores y los grupos de poder. Guardino seal que la independencia yla propia guerra que estos grupos populares libraban fueron percibidas desde su ptica tnica,local y regional, en contraste con las percepciones excluyentes y de conjunto de las elitescriollas y espaolas18. Flores Galindo enfatiz el caso de la sierra central en donde al lado delos soldados aparece la tropa irregular, aquellos grupos armados vinculados a las autoridadeslocales, mostrando la incorporacin de la poblacin indgena en la guerra19. No obstante,esta intervencin popular fue controlada por las fuerzas patriotas con el objetivo de evitar unarevolucin social, llegando a movilizar para ello a indios contra indios.

    8 Esta ltima idea se relaciona con el segundo punto que discute esta historiografa de carctersocial: los conflictos sociales internos de los propios grupos subalternos. Para los autores

    la sociedad negra tuvo como caracterstica central la heterogeneidad y la fragmentacinsocial impidiendo as acciones conjuntas entre sus miembros y propiciando, por el contrario,conflictos internos entre los grupos populares20. Por ello, Flores Galindo sostendra que lasrelaciones entre negros e indios fueron irreconciliables y que la violencia fue el resultadode estos enfrentamientos. El gobierno colonial desarroll intensamente estas diferencias deintereses y contraposiciones con el objetivo de eliminar cualquier signo de insurreccinpopular capaz de poner en peligro la supremaca de las elites polticas 21. A pesar de estaconstatacin, Hunefeldt, Galindo y OPhelan insisten adems en prestarle mucha atencinal carcter localista sin perspectiva nacional de los movimientos sociales populares. Porejemplo, Flores Galindo indic que las acciones de los montoneros si bien mostraron unestilo popular terminaron convirtindose en maniobras de rasgos individualistas y sin inters

    de representar intervenciones colectivas22. Para Hunefeldt: Eran culturas, razas e interesesen abierto conflicto, sin una clara supremaca y por tanto sin lneas directrices para toda lasociedad, capaces de convertirse en 1815 en una voz unificadora por la reforma constitucional,

    mucho menos por la independencia23. Ms an Scarlett OPhelan probara que a los conflictosinternos se sum las alianzas coyunturales y complejas de las elites y los grupos indios,y fundamentalmente, el componente regionalista de las rebeliones y la poca inclinacin avislumbrar la escala y los intereses continentales24.

    9 Todas estas premisas volvieron a retomarse y profundizarse en las investigaciones que seemprendieron en la dcada de los 90 y en la historiografa reciente tanto en Per comoen Argentina. El argumento central de los trabajos hasta aqu estudiados sostiene que laparticipacin popular en la guerra y en la esfera poltica debera ser entendida a partir de

    anlisis particular y vinculante de los actores sociales del ciclo revolucionario. Adems, dela necesidad de incluir el papel y las alternativas polticas de los sectores subalternos enlos diversos espacios regionales y las repercusiones que estas ocasionaron defendiendo susintereses en la arena de la lucha militar, ideolgica y poltica.

    La revolucin desde el interior en la historiografa reciente

    10 El Ro de la Plata y el Per representan dos casos tipo para entender la renovacin en losestudios de la revolucin desde las regiones. Por ejemplo, Ral Fradkin en un libro recientesintetiz los pormenores de esta nueva mirada a la historia de las clases populares:

    Si las facciones elitistas estaban aprendiendo a utilizar los tumultos y la movilizacin de grupossubalternos para resolver sus disputas, los sectores subalternos tambin estaban haciendo suspropios aprendizajes. Y si hacan falta tal diversidad de engaos, promesas y dinero resulta quela adhesin deba ser conseguida y no resultaba simplemente de relaciones de obediencia, que era

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    preciso contar con una trama de mediadores y articuladores sociales y que los sectores subalternosexperimentaron la necesidad creciente que los grupos elitistas tenan de ellos25.

    11 Fradkin percibe que la participacin popular no fue, como sostuvo la historiografa tradicional,una simple marcha de individuos autmatas, sin direccin propia, carente de sentido polticoy arrojado totalmente a los vaivenes polticos e intereses particulares de los grupos de poder.Por el contrario, la renovada tendencia de la historiografa en Argentina, Per y toda AmricaLatina incide en advertir el determinante desempeo de los grupos subalternos en el ciclo

    revolucionario, en los diversos escenarios de las guerras de independencia y en la relacinestrecha que mantuvieron con la elite revolucionaria, llegando a negociar su adhesin a larevolucin.

    12 En el caso del interior argentino, Beatriz Bragoni ha indagado la poltica plebeya en Mendoza,Ana Frega la participacin popular en la revolucin artiguista de la banda oriental, Sara Matay Gustavo Paz las relaciones de la elite y la plebe en Salta y Jujuy, y Silvia Ratto el papelde los indios de las zonas de frontera de la Pampa, la Patagonia y el Chaco. Por su parte, enPer Charles Walker y David Garrett han analizado al sector indio del comn y a la noblezaindgena en el Cuzco, Sarah Chambers y Susy Snchez la participacin popular y miliciana enArequipa, Mark Turner, Waldemar Espinoza y Nuria Sala I Vila las intervenciones indias ymestizas en Ancash, Cajamarca y el sur andino, respectivamente, mientras que Cecilia Mndez

    y Heraclio Bonilla han discutido la importancia de la rebelin de los iquichanos en Ayacucho.Estos estudios recientes han sostenido algunos argumentos sugerentes que es til sealar ydebatir: el papel central de la plebe en la revolucin, la composicin social de los protagonistas,las relaciones conflictivas entre las elites y la plebe, las discrepancias polticas al interior delos propios sectores populares, las percepciones y los significados particulares que los grupossubalternos de dieron a su realidad social, el papel de los intermediarios polticos negociandola intervencin popular en la revolucin y la incesante recurrencia de los historiadores a losarchivos judiciales como una fuente fundamental para pensar la participacin popular.

    13 Precisamente, esta ltima idea es una de las novedades de esta historiografa que a travsde las causas criminales, expedientes judiciales y sumarios militares pretende aprehendermejor la participacin de los actores populares en el ciclo revolucionario. Bragoni para la

    regin de Cuyo ha trabajado esta fuente judicial al analizar la rebelin de negros y soldadosde los cuarteles urbanos de Mendoza en mayo de 1812. La autora sostiene que este tipo defuente permite una reinterpretacin diferente de la revolucin y del papel de los sectoressubalternos al captar las formas en que la revolucin y la guerra fueron pensadas y vividaspor lo negros, pardos y mulatos involucrados sbitamente al mundo poltico 26. Sara Mata yGustavo Paz tambin han indagado los movimientos insurreccionales en Salta, Jujuy y losandes del sur recurriendo a este tipo de documentacin: Una va interesante de indagacinreside en la lectura detenida de los expedientes judiciales originados por los mltiples,y cada vez ms frecuentes reclamos efectuados antes las autoridades espaolas27. En elPer, las investigaciones de Charles Walker y Sarah Chambers sobre el Cuzco y Arequipa,respectivamente, se han apoyado bsicamente en esta clase de archivos. Walker indic que en

    la coyuntura de la independencia se produjo la combinacin de lucha y negociacin polticaentre el Estado y la sociedad indgena en donde estos ltimos utilizaron diversos medios

    para defender sus derechos28. Entre esos medios la recurrencia a los tribunales para ventilarsus disputas represent una estrategia clave en donde los grupos indios negociaron con elEstado ciertas prerrogativas e intereses sociales como la autonoma indgena, los recursoseconmicos y, en cierta manera, su inclusin en la esfera poltica29. Tal es el caso tambin delos estudios de Chambers que a travs de las causas criminales y eclesisticas vislumbra lapaulatina conformacin de la cultura popular y la activa participacin de la plebe en las guerras

    de independencia y los inicios de la repblica en Arequipa30.14 El anlisis sistemtico de esta clase particular de fuente incide en sostener el papel central

    de los grupos populares en la revolucin, su composicin social y, adems, las relaciones

    conflictivas entre la elite y la plebe. Bragoni mostr la fuerte militarizacin y politizacin dela sociedad cuyana (integrada por las elites locales, los sectores medios y la plebe) iniciada

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    con la revolucin de mayo, su consolidacin con la formacin del Ejrcito Unido de los Andesa partir de 1814-15, y el fuerte influjo del poder y la negociacin plebeya en aquel perodo

    de crisis poltica31. Por su parte, en la banda oriental, Ana Frega insisti en advertir que lamovilizacin de los infelices, conformados por negros, indios y criollos, necesaria para la

    conformacin de los ejrcitos, fue vista con recelo por las minoras dominantes32. Por ello,las elites buscaron controlar aquella movilizacin a travs de ciertos mecanismos de presiny negociacin poltica. Las alianzas entre los grupos sociales tuvieron necesariamente una

    cuota de exclusin e inclusin coyuntural y fueron construidas en el proceso mismo de lalucha revolucionaria. En Salta y Jujuy, Sara Mata ha indicado que sectores muy amplios dela poblacin [principalmente grupos afrodescendientes, mestizos, indgenas y criollos pobres]aspiraron, a travs de la movilizacin y la guerra, alcanzar significativos cambios en suscondiciones de vida y en su participacin poltica y social33. Sin embargo, Gustavo Paz noha dejado de incidir en que esta fuerte politizacin en las regiones devino en un miedo a larevolucin popular y una creciente y constante atmosfera de conflicto entre estos sectores

    plebeyos y las elites polticas34. Ms an las prerrogativas obtenidas por los guachos de Gemesal participar en la revolucin conllevaron a que despus de la cada del lder se hiciera difcil

    la reorganizacin del espacio del norte argentino35. Recin en 1825 las elites locales pudierondesmovilizar a los sectores populares y arrogarse haber domado a los gauchos y restaurado

    el orden en Salta y Jujuy.15 En Arequipa, Chambers ha mostrado cmo entre la independencia y los inicios de la

    repblica las tensiones entre las elites y los sectores plebeyos aumentaron y la recurrencia allitigio judicial para resolver sus disputas se convirti en una rutina. Las propias autoridadesrepublicanas se volvieron ms represivas que sus antecesoras coloniales. An as el reclamopopular permiti que la plebe y el amplio grupo mestizo estuvieran inmersos en la arena de la

    lucha poltica y pudieran negociar su intervencin en las revoluciones36. La misma experienciaconstitucional de Cdiz, en apreciacin de Nuria Sala I Vila, abri en los andes peruanosespacios para la participacin indgena en el control de los ayuntamientos o gobiernos localessin que esto estuviera libre de conflictos y alianzas entre los distintos grupos tnicos 37. Esteprotagonismo y conflicto social fue advertido tambin por Walker para la regin de Cuzco.

    El autor considera que los indios tuvieron conciencia poltica, influyeron en los movimientossociales y negociaron las condiciones de su participacin38. Incluso, percibe que los sectoressubalternos integrados tambin por la sociedad negra y mestiza asumieron diversas formas de

    gobierno alternativo39. Y, si al final las rebeliones fueron sofocadas y derrotadas, esto fue elresultado de la ausencia de un grupo efectivo que pudiera movilizar la sociedad rural y por

    las propias divisiones sociales internas40.16 Este argumento se ha podido percibir en la rebelin de los indios de Iquicha en Ayacucho

    y en las reacciones de los indgenas de Cajamarca ante la exclusin poltica de las elitescriollas de Trujillo y Lima. Para Cecilia Mndez las guerras de independencia convertidasen guerras civiles muestran el conflicto de intereses de los actores sociales y, a la vez, las

    diversas alternativas polticas que estos manejaron en la revolucin41. En ese sentido, la

    rebelin monarquista de Huanta aglutin a diversos grupos sociales plebeyos enfrentados endonde el papel central de los lderes locales indios y criollos permiti que los campesinosiquichanos pudieran negociar su participacin en la guerra y en la esfera del poder poltico 42.Entonces, la movilizacin campesina, a partir de alianzas coyunturales y operativas, ofrecibeneficios a los sujetos dinmicos de la rebelin, y activ el surgimiento de una concienciapoltica en el campesinado indgena peruano que reconfigurara el mbito del poder y susconsecuencias prcticas en el mundo social43. No obstante, en apreciacin de Bonilla, esta tesisde la conciencia poltica popular debera calibrar mejor el influjo de los intereses divergentesde los actores sociales plebeyos, espaoles y criollos, y la permanencia an de una estructura

    de carcter colonial en las relaciones sociales y en las esferas del poder 44. Algo similarpudo observarse en Cajamarca cuando los lderes indios irrumpieron en la escena poltica

    protestando contra la evidente poltica excluyente de los grupos criollos al negarles el derechoa la representacin y la participacin en el nuevo estado45. Incluso, Susy Snchez ha probado

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    el surgimiento de identidades polticas diferenciadas, contradictorias y fragmentadas en lasregiones de Trujillo y Arequipa en donde el poder de las milicias, la plebe y las elites regionalesjug un rol importante en las guerras de independencia. Esta constatacin podra explicar lasdiferencias regionales y por qu el norte declar la independencia antes que Lima, y el sur

    termin convertido en el baluarte de la defensa del rgimen espaol46.17 Pero no solamente puede entenderse los movimientos sociales en el ciclo revolucionario a

    partir del anlisis de las elites y los grupos populares como sectores diferenciados y en abierto

    conflicto. Es importante reflexionar sobre el papel clave de los intermediarios polticos ylderes locales que pudieron conectar en alianzas, tal vez efmeras pero reales, a estos gruposcontrapuestos. La historiografa reciente ha evidenciado mltiples casos de estos agentespolticos en toda Amrica Latina, y el espacio rioplatense y peruano no poda ser la excepcin.En la Banda Oriental, Ana Frega seal que lo realmente novedoso de la relacin entre Artigasy los infelices estuvo en que: Lejos de ejercer un control indiscutible, la autoridad de Artigassobre las tropas orientales [] estaba condicionada al cumplimiento de los compromisoscontrados en la lucha47. Ms an: la movilizacin militar abri caminos de libertad a partirde alternativas y posibilidades de negociacin que esclavos, libertos, indios y criollos pobresestablecieron con los caudillos de la revolucin, en otras palabras, el proyecto artiguista,dependa del peso de las alianzas48. Sara Mata ha advertido este mismo argumento en el caso

    de Salta y Jujuy en donde en plena revolucin y lucha contra la avanzada realista el lder delos gauchos Martn Miguel de Gemes tuvo que negociar la participacin de sus milicianos yjefes locales como condicin central para acumular, controlar y manejar todo el poder military poltico que pudo adquirir en esa coyuntura revolucionaria49. No fue entonces una filiacindesinteresada y patritica, las circunstancias de la guerra y el manejo poltico, a travs deconcesiones diversas, permitieron que Gemes pudiera movilizar a los gauchos por ms desiete aos que dur la guerra de recursos librada con las fuerzas contrarrevolucionarias50. Laszonas de frontera tambin evidenciaron este tipo de caractersticas, Silvia Ratto indic que enaquellos espacios los diversos grupos indios y criollos mantuvieron vinculaciones entre s tantopor relaciones de alianzas como de conflicto, resultando fundamental, en ese sentido, el papelde los jefes tnicos aprovechando la diversidad de alternativas que la guerra y la revolucin

    haba generado en esas reas51. Entonces, era claro que las alianzas no se hacan en apoyoa tendencias polticas que tuviese poco significado en los lderes indios, sino que stas sedefinan por las relaciones personales que existan con algunos personajes hispano criollos

    que, a su vez, ofrecan a los caciques beneficios por la alianza52.18 Estas premisas de la importancia de los intermediarios polticos en las guerras de

    independencia lo notamos claramente en el mbito regional peruano. David Garrett aldetenerse en el anlisis de la nobleza indgena del Cusco pudo advertir como estos incas noblesparticiparon tanto en la rebelin de Tpac Amaru II, de los hermanos Angulo y en la etapafinal de la guerra de independencia, como intermediarios polticos capaces de movilizar alos indgenas para defender la monarqua o, en otras ocasiones, la nueva repblica53. Cmoafirm tambin Waldemar Espinoza para el rea de Cajamarca en donde los lderes indios,

    en representacin del sector indgena, lucharon ideolgica y militarmente contra las elitescriollas con el objetivo de lograr su insercin poltica en la nueva repblica54. Algo parecidoa lo sealado por Chambers para el caso de Arequipa y el torrente de luchas polticas endonde los jefes locales mantuvieron conexiones tanto con la elite como con los plebeyosde la ciudad55. Incluso, lo indicado porWalker de que los caudillos en el Cuzco y el SurAndino contaron con la ayuda de una red amplia de idelogos e intermediarios culturalesque influyeron sobre el Estado y la propia sociedad56. O, lo indicado por Turner, para el casode los indios del Callejn de Huaylas, en donde: los campesinos, a travs de los alcaldes ylos mediadores legales, hicieron frente a los marcos discursivos dominantes [] en formas

    localmente significativas57.19 Estas mediaciones polticas entre las elites y la plebe deban evidenciar adems los distintos

    y divergentes imaginarios, representaciones y significados que los actores sociales tuvieronen el proceso de las guerras de independencia. Para Sara Mata la dinmica impuesta por

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    la guerra en los andes del sur: contribuy a la construccin de una identidad poltica ensujetos generalmente considerados pasivos o movilizados por razones de inters particular58.Por ello, los paisanos en armas otorgaron significados y representaron a la patria y a lalibertad de distinta forma que las elites revolucionarias59. En Cajamarca, por ejemplo, seproduce en los tribunales el debate andino-criollo en torno a la idea de comunidad detierras e independencia. Esta discusin devel la intencin de los indios de ampliar susdominios apelando al contexto de cambios que supuso la revolucin. Adems, dej entrever el

    significado que estos grupos indgenas dieron al trmino libertade independencia, totalmenteopuesto al uso otorgado por los grupos criollos60. Estos ltimos indicaran que los indios habanmal entendido la implicancia de estos conceptos, mantenindolos as en los escalones ms

    inferiores de la pirmide social61. En la regin de Ancash, Turner sugiri que los sectoresindios se consideraron ciudadanos de la nacin desde una ptica distinta a las representacioneshechas por las elites criollas. As, lo peruano adquiri un significado diferente en elimaginario indgena, ms an stos interpretaron el proyecto nacional republicano en formasque San Martn y la elite criolla peruana no se habran imaginado62. Este argumento derepresentaciones y significados divergentes apreciado en la regin de Ancash se asemejaa lo ya indicado por Peter Guardino para las guerrillas y montoneras de la sierra central.Turner entonces insiste en subrayar que los indios republicanos y sus jefes locales si bien no

    formaron un Estado independiente tampoco acataron sumisos los designios de los funcionariosprovinciales. Los campesinos de Huaylas y sus autoridades enfrentaban y usaban al Estado

    cada vez que era posible63.20 Por lo tanto, la revolucin en las regiones de Amrica Latina, especialmente en el Ro de

    la Plata y el Per, supuso una serie de caractersticas y circunstancias determinadas. Enprimer lugar, la comprobacin del papel central de la plebe en el ciclo revolucionario y laconformacin heterognea y compleja de su estructura social que muchas veces integr nosolamente al denominado populacho, la chusma o el bajo pueblo, sino, adems a criollospobres, sectores medios y grupos mestizos. Tales fueron los casos de los iquichanos enAyacucho, de las luchas en la sierra de Cajamarca, la impronta social en Cuzco y Arequipa,y las relaciones de los grupos milicianos plebeyos en Salta, Jujuy y las zonas de frontera.

    En segundo lugar, esta composicin social heterognea conllev al surgimiento de interesesdiferenciados y contrapuestos tanto entre las elites y la plebe como dentro de cada uno de estossectores sociales. Los conflictos y las divergencias polticas en los andes del sur, en la zonade la sierra peruana, en el norte argentino y en la banda oriental, y el carcter localizado ycoyuntural de las alianzas entre los grupos sociales, explicaran las derrotas y el fracaso deun posible movimiento serio de revolucin e independencia entre los sectores populares. Lasdiferencias tnicas y los conflictos internos jugaron un rol clave en la configuracin polticade los estados en revolucin, marcando desde el inicio de esta guerra nuevos imaginarios,representaciones y significados de la realidad, de los grupos sociales y del contexto social ypoltico en cada uno de estos espacios. Finalmente, aquellos significados y representacionesdisimiles de las elites y la plebe debieron establecer conexiones y negociar, a travs del manejo

    de los agentes o intermediarios polticos, su intervencin en la revolucin y en connivenciacon las diversas alternativas polticas en juego.

    La revolucin desde los centros de poder en los estudiosrecientes

    21 Si en los espacios regionales se puso en evidencia la participacin popular en la revolucin,el examen de la intervencin de indios, negros y castas en las capitales y centros de podersupone tambin la necesidad de comprender aquella realidad y las posibles conexiones queestablecieran con las reas del interior. La historiografa al estudiar Lima y Buenos Aires haevidenciado relaciones y variantes comunes: otra vez la intervencin poltica fundamental dela plebe, su composicin heterognea, las alianzas interesadas y efmeras, las divergenciasinternas, el papel de los agentes polticos que median entre estos grupos sociales enfrentados,y los distintos significados atribuidos a los imaginarios y las representaciones de los sectores

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    sociales. La capital bonaerense ha sido analizada en profundidad por Gabriel Di Meglio, RalFradkin, Fabin Herrero y Carmen Bernand, mientras que la ciudad de Lima, a parte de lostrabajos ya indicados de Flores Galindo y Hunefeldt, se han agregado recientemente los deCarlos Aguirre, Jess Cosamaln, Gustavo Montoya y Heraclio Bonilla.

    22 Esta historiografa parte de la premisa de que en las capitales la mayor fuerza de los gruposmilicianos estuvo conformada por los integrantes de la sociedad negra o afrodescendientes.Carlos Aguirre ha desarrollado una amplia investigacin en donde comprueba que los negros,

    morenos y pardos en Lima representaron en la coyuntura de la independencia el componentems importante de los ejrcitos realistas y patriotas64. Incluso, Gustavo Montoya pudo advertirque durante el protectorado de San Martn en el Per, los cuerpos cvicos estuvieron integradosampliamente por las castas, pardos y esclavos65. Esta peculiar composicin social ha llevado aque Heraclio Bonilla sugiera que la nica manera de comprender cabalmente la participacinde los sectores populares reside en estudiar a los negros y a los indgenas cmo gruposparticulares que establecen relaciones conjuntas y, a la vez, mantienen abiertos conflictos eintereses divergentes66. Por ello, Gabriel Di Meglio indic que la plebe en Buenos Aires fueun grupo heterogneo de blancos pobres, negros, pardos, trigueos e indios, mal denominadoscomo chusma,populacho, vulgo o bajo pueblo, que ingresaron al escenario de la revolucinpor las necesidades de la guerra y los intereses polticos que pretendan adquirir67.

    23 Estos intereses ocasionaron que la plebe participara en diversos motines, rebeliones einsurgencias y, tambin, ensayara otras vas de resistencia a la autoridad poltica. GabrielDi Meglio considera que la participacin de la plebe en la poltica portea se materializen las celebraciones pblicas, la intervencin para dirimir conflictos entre las facciones queaparecieron dentro de los revolucionarios, los motines militares protagonizados por plebeyos

    en el ejrcito y la milicia68. Entonces, los grupos populares con las armas en la mano yapelando al respeto de sus derechos milicianos pudieron desafiar la autoridad y el poderen Buenos Aires. Tales son los casos estudiados por Di Meglio cmo el levantamiento desargentos, cabos y soldados del cuerpo de pardos y morenos de la milicia de la capitaldesarrollado en febrero de 1819, el motn de las trenzas de 1811 y el conato de levantamientoentre la compaa de pardos y morenos en 181369. Igualmente, las intervenciones populares en

    las jornadas del 5 y 6 de abril de 1811, del 23 de septiembre del mismo ao y los de julio yoctubre de 181270. Este argumento ha sido percibido tambin por Ral Fradkin cuando analizel ciclo tumultuario desarrollado en Buenos Aires desde las invasiones inglesas en 1806-07 ylos inicios del rgimen rosista71. Adems, en las investigaciones de Fabin Herrero, sobre losmovimientos de pueblo en la dcada revolucionaria donde la plebe armada movindose en lava pblica mostrara el entramado poltico del poder en Buenos Aires72. O, en los estudios deCarmen Bernand, en donde los negros y los pardos, los olvidados de la revolucin, adquirieronen pleno ciclo rebelde un protagonismo poltico y militar antes impensable por las propias

    autoridades de gobierno73.24 En Lima, a parte de la participacin de los cuerpos cvicos como agentes de control social

    en el perodo del protectorado74, Carlos Aguirre ha sealado que una rebelin de esclavos

    en Lima durante el siglo XIX no slo no fue posible sino que adems, probablemente, no eranecesaria, pues los negros utilizaron otras medios cotidianos de confrontacin para aliviarsu condicin social como el cimarronaje o fuga, la contienda judicial, el mecanismo de losesclavos jornaleros y la compra de la libertad75. Incluso, la elite limea auspici el desarrollo

    de conductas individuales y poco inclinadas a la accin colectiva76. Esta idea se asemejaa lo sealado por Flores Galindo y Hunefeldt al advertir la fragmentacin y los conflictosinternos de los negros libres y negros esclavos, y la tradicional segmentacin tnica y losinterese comerciales divergentes al interior de las mismas clases populares 77. No obstante,Jess Cosamaln ha sugerido que estas relaciones no fueron nicamente de conflicto, sinoque existieron adems intereses comunes entre indios y negros que pusieron a prueba la

    rgida y excluyente estructura social sostenida por las elites78. Ante esta realidad, los grupos

    de poder en Lima buscaron romper con la conformacin y la movilizacin plebeya. Comoha observado Aguirre y, en un estudio reciente Hunefeldt, esta desmovilizacin de la plebe

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    debe ponderar tambin las distintas posibilidades que tuvieron los negros y los indios departicipar en la esfera poltica79. Por ejemplo, en el caso de la poblacin negra no slo elconflicto armado signific la alternativa, sino, especialmente, la contienda judicial y la comprade libertad o la fuga. En Buenos Aires, Magdalena Candioti ha observado que muchas familias

    de negros esclavos utilizaron la va de la lucha judicial para defender sus derechos de libertad80.Sin embargo, Silvia Mallo advirti que si bien los negros esclavos adoptaron sus propiastcticas de adaptacin, es indiscutible que la libertad estaba ms cerca en sus conciencias

    que en la realidad y no era libertad vinculada a la igualdad 81. An as el anlisis de losarchivos judiciales y los expedientes y sumarios militares, muy utilizados por esta renovadahistoriografa, ofrecen, como en el caso de las regiones, una documentacin especial paracaptar en profundidad el papel de los sectores plebeyos en la revolucin.

    25 Es imprescindible, adems, advertir que en estas alianzas y relaciones conflictivas, losintereses de las elites y la plebe fueron mediadas por la participacin de los intermediariospolticos y lderes locales. Ral Fradkin al analizar la conspiracin de los sargentos acaecida enla frontera de Buenos Aires y Santa Fe en 1816 fue explcito al sealar que dicha conjugacinsupona un quiebre de las lealtades verticales en funcin de otras horizontales, en dondequedaba claro que la acelerada politizacin de los sectores populares a partir de la revolucinconllev a que la lealtad y la obediencia deban ser negociadas y los oficiales deban contener

    y canalizar las expectativas de sus soldados y suboficiales82. As, la conspiracin deja advertirque sargentos y soldados: estaban lejos de ser meros actores pasivos en estas relaciones,que de algn modo podan incidir en las estrategias de sus superiores y que, al menos porun momento, pudieron pensar en desplegar un estrategia poltica y militar propia83. Adems,en apreciacin de Di Meglio, la utilizacin de las redes administrativas, particularmente lainfluencia de los alcaldes de barrio en las distintas zonas urbanas, fue tambin fundamental

    para impulsar la intervencin del bajo pueblo84. O, como sucedi en el motn de las trenzasde 1811, estudiado por el mismo autor, en donde sargentos, cabos y soldados, sin intervencinde los oficiales se amotinaron defendiendo sus derechos como fieles ciudadanos libres y nocomo tropa de lnea85. El propio gobierno revolucionario en sus acciones armadas auspicioconstantemente la intervencin de la plebe en la revolucin bajo el mando de los caudillos

    militares, ejemplo de ello, como indic Bernand, lo encontramos en la rebelin de los orillerosde abril de 1811 y en las mltiples luchas emprendidas por el Ejrcito Unido de los Andes86.Incluso, en los movimientos de pueblo de junio de 1816 y octubre de 1820, Fabin Herrero haobservado cmo en la misma lucha revolucionaria se van erigiendo lderes e intermediariospolticos, como los ya indicados por Di Meglio, Fradkin y Bernand, que logran movilizar al

    pueblo y participar conjuntamente en las acciones87.26 Esta realidad qued patente tambin cuando el propio Fradkin, al analizar el accionar de la

    montonera dirigida por Cipriano Bentez en el pueblo de Navarro en la frontera oeste deBuenos Aires en 1826, mostr cmo este paisano de la campaa bonaerense pudo convencer,negociar y movilizar a amplios sectores de las clases populares de participar poltica ymilitarmente en un accin armada. Sin que esto supusiera una relacin vertical entre el lder

    y su contingente, sino, por el contrario, una praxis pactada entre los diversos actores socialesinmersos en el conflicto88. Heraclio Bonilla indic este mismo argumento en el anlisis delespacio peruano en donde los lderes de las guerrillas no tuvieron una sola posicin monolticafrente a la independencia, sino que esta se modific de acuerdo a los acontecimientos militaresy polticos y al propio temor causado en las instancias de poder, por el mpetu desenfrenadoy peligroso de las fuerzas indias en la guerra. Los sectores populares pudieron en esasinstancias, con esas mediaciones y con las armas en la mano, conseguir ciertas prerrogativas y

    autonoma en funcin de sus propios intereses89. Esta misma situacin pudo advertirse en laconformacin de los cuerpos cvicos en donde los jefes milicianos establecieron relaciones conlos oficiales, la tropa y la propia elite criolla y patriota con el objetivo de movilizar a los grupospopulares en las luchas civiles y en la esfera del poder poltico90. Por ello, Gustavo Montoya

    afirmara que los cvicos representaron la expresin poltica ms acabada de la p articipacinpopular en la independencia91.

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    27 En sntesis, cmo habamos sealado para el mbito regional, los centros de poder aglutinarona un conglomerado heterogneo de sectores sociales con objetivos e intereses divergentes. Y,si en el rea rural, las intervenciones de la plebe y la elite tuvieron caracteres localizados,en Lima y Buenos Aires el espectro y las motivaciones resultaron albergando interesesnacionales e incluso continentales. La visin era ms amplia, pero no por eso ms igualitariae incluyente. Al igual que en las zonas del interior, las capitales lucharon por el predominio yla legitimidad poltica, claro que lo hicieron en perspectiva de conjunto, buscando dominar el

    interior y, principalmente, cualquier insubordinacin popular que echara por tierra el proyectorevolucionario e independentista. Estas similitudes y diferencias de las regiones y las capitalespolticas deberan conectarse en un anlisis razonado de las implicancias que estas realidadesrelacionadas ocasionaran en la nueva configuracin del poder y la sociedad en toda AmricaLatina.

    A modo de conclusin: Balance y perspectiva comparada

    28 De los argumentos sealados en esta revisin historiogrfica, en concordancia con la tesis deChust y Serrano para todo el mbito de Amrica Latina, ha quedado claro que en la realidad delPer y el Ro de la Plata, las clases populares intervinieron y se movilizaron bajo un prisma nonecesariamente patritico o realista, sino por intereses concretos pertenecientes a sus grupos

    y etnias92. Esta premisa sugiere, adems, invertir esa imagen maniquea y subordinada, sinintervencin poltica de la plebe, que la historiografa tradicional haba creado en la esferaacadmica y en la conciencia colectiva de la sociedad. Entonces, a partir de los aportesrecientes e incluso de la historiografa del sesquicentenario, indios, negros y castas han cobradovisibilidad e importancia en el desarrollo de las guerras de independencia.

    29 En la actualidad la participacin popular en el ciclo revolucionario, en los casos aquanalizados, advierte: a) la fuerte militarizacin y politizacin de las sociedades y los grupospopulares en la guerra y la revolucin; b) presencia de estos grupos plebeyos en la luchamilitar en filas patriotas y realistas; c) intervencin poltica negociada del pueblo gracias ala fuerte capacidad de movilizacin y apoyo a las fuerzas en conflicto; d) papel central delos lderes populares e intermediarios polticos con los lderes criollos o grupos enfrentados

    para pactar su inclusin en la guerra; e) la necesidad de los mediadores polticos de negociardentro de los propios grupos subalternos la asistencia de estos en la lucha armada; f) lapercepcin de que las alianzas entre criollos y sectores populares fueron coyunturales ymostraron intereses divergentes; g) la existencia de fragmentacin interna dentro de lasociedad indgena y la sociedad negra, incluso, del enfrentamiento de intereses entre estosgrupos sociales; h) los significados atribuidos por la plebe a trminos polticos como patria,libertad e independencia resultaron totalmente opuestos a los dados por los sectores criolloso peninsulares; i) la importancia de los espacios regionales y la funcin clave de la sociedadrural en la configuracin del poder poltico tanto a nivel local como nacional; j) la insercinde la plebe en la milicia, montoneras o guerrillas como medio inmediato para conseguirprerrogativas y satisfacer intereses de grupo; k) la lucha de indgenas y negros en los tribunales

    judiciales, la compra de libertad de los esclavos o la huida del poder del amo, como medios deresistencia y desfogue social, no necesariamente utilizando la confrontacin armada; y, l) lacomprobacin de mltiples alternativas de gobierno imaginadas por los sectores populares queno necesariamente deban de ser monrquicas o republicanas.

    30 A partir de estas evidencias sostenidas por la historiografa reciente en Per y Argentinapodemos concluir que los sectores populares se constituyeron en un actor social y polticocentral en la realidad de ambos espacios de Amrica del Sur durante el proceso deindependencia. En ese sentido, creemos que en el contexto de las conmemoraciones de losbicentenarios la historiografa especializada no solamente debe recoger, analizar y debatirestas tesis propuestas. Sino debe tambin focalizar su atencin en ir descentralizando elconocimiento histrico referido a la revolucin y profundizar ms los puntos neurlgicos yproblemticos, que supondra una nueva agenda de investigacin, en donde el anlisis deconjunto, comparado y vinculante arrojaran nuevas luces sobre la experiencia de las guerrasde independencia y el papel que cumplieron los diversos actores sociales.

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    Notas

    1 Vase: Bandieri, Susana (comp.),La historia econmica y los procesos de independencia en la Amricahispana, Buenos Aires, Prometeo y Asociacin Argentina de Historia Econmica, 2010; Guardia,Sara Beatriz (ed.), Las mujeres en la independencia de Amrica Latina, Lima, USMP-UNESCO-CEMHAL, 2010; Bragoni, Beatriz y Sara Mata (comps.),Entre la colonia y la repblica. Insurgencias,rebeliones y cultura poltica en Amrica del Sur, Buenos Aires, Prometeo, 2009; Fernndez Sebastin,Javier (ed.), Diccionario poltico y social del mundo iberoamericano. Conceptos polticos en la erade las revoluciones, 1750-1850, Madrid, Fundacin Carolina, Sociedad Estatal de ConmemoracionesCulturales, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, 2009; Palacios, Marco (coord.), Lasindependencias hispanoamericanas. Interpretaciones 200 aos despus, Bogot, Editorial Norma, 2009;y, Chust, Manuel y Jos A. Serrano (eds.),Debates sobre las independencias iberoamericanas, Madrid,Iberoamericana Vervuert-Estudios AHILA de Historia Latinoamericana, 3, 2007.

    2 Este balance, debido a la amplitud de las investigaciones recientes, se concentra principalmente enla historiografa de autores latinoamericanos, norteamericanos traducidos al castellano y espaoles quehan trabajado la temtica de la intervencin de la plebe en la independencia del Per y Argentina. Sinembargo, es til mencionar las contribuciones realizadas, por ejemplo, en Francia por americanistas comoGenevive Verdo, Soberana del pueblo o de los pueblos? La doble cara de la soberana durante larevolucin de la independencia (1810-1820),Andes, Salta, n 13, 2002, p. 145-172; de la misma autora,

    L indpendance argentine entre cits et nation (1808-1821), Pars, Publications de La Sorbonne, 2006;

    y, La guerre constituante: Ro de la Plata, 1810-1821, Revista de Indias, Madrid, vol. LXIX, n 246,p. 17-44. Incluso, algunos investigadores sudamericanos han estudiado en Francia y han realizado susprincipales contribuciones en sus respectivas tesis doctorales como Ortemberg, Pablo, Rituel et pouvoir:sens et usages des liturgies civiques. De la Vice-royaut du Prou lore de la Rpublique (Lima,1735-1828), Pars, cole des Hautes tudes en Sciences Sociales, Tesis de doctorado en Historia, 2008,t. 1 y 2; y, Rabinovich, Alejandro, "La socit guerrire. Pratiques, discours et valeurs militaires au Ro dela Plata, 1806-1852", Pars, cole des Hautes tudes en Sciences Sociales, Tesis de doctorado en Historia,2010. Un anlisis ms amplio de estos ltimos trabajos sobrepasa el objetivo central de este artculo.Igualmente, hemos preferido no incluir en el estudio central nuestras propias investigaciones: Morn,Daniel y Mara Aguirre, La educacin popular en los tiempos de la independencia, Lima, ColeccinHistoria de la Prensa Peruana, n 3; y, Morn, Daniel, Ni indios ni negros. Discurso poltico y exclusinsocial en el proceso de independencia, 1808-1814,Desde el Sur, Lima, n 2, p. 353-380, porque creemosque sera mejor que otros especialistas reflexionen sobre ellos.

    3 Vase: Fisher, John, El Per borbnico, 1750-1824, Lima, IEP, 2000; Halpern Donghi, Tulio,Revolucin y guerra. Formacin de una elite dirigente en la Argentina criolla, Buenos Aires, Siglo XXIEditores Argentina, 2009; Lynch, John, Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Barcelona,Ariel, 2009; y, Gelman, Jorge, El proceso econmico, en Gelman, Jorge(dir.), Argentina. Crisisimperial e independencia, 1808-1830, Coleccin Amrica Latina en la Historia Contempornea, Lima,Fundacin MAPFRE-Taurus, 2010, t. 1, pp. 143-191.

    4 Consltese: Myers, Jorge, Una revolucin en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad dela elite portea, 1800-1860, en, Devoto, Fernando y Marta Madero (dir.),Historia de la vida privadaen la Argentina. De la colonia a 1870, Buenos Aires, Taurus, 1999, t. 1, p. 110-145; Di Stefano,Roberto, La cultura, en, Gelman, Jorge(dir.),Argentina. Crisis imperial e independencia, 1808-1830,Coleccin Amrica Latina en la Historia Contempornea, Lima, Fundacin MAPFRE-Taurus, 2010, t.1, p. 243-299; y, Chambers, Sarah, De sbditos a ciudadanos: honor, gnero y poltica en Arequipa(1780-1854), Lima, Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Per, 2003.

    5 Guerra, Francois-Xavier, Voces del pueblo. Redes de comunicacin y orgenes de la opinin en elmundo hispnico (1808-1814),Revista de Indias, Madrid, n 225, 2002, p. 357-384.

    6 Al respecto vase: Paz Soldn, Mariano Felipe, Historia del Per independiente, Lima, Imprentay Estereotipia de Carlos Paz Soldn, 1868; Mendiburu, Manuel, Diccionario Histrico-biogrfico del

    Per.Parte primera que corresponde a la poca de dominacin espaola, Lima, Imprenta de J. FranciscoSols, 1874; Mitre, Bartolom, Historia de San Martn y de la emancipacin sud-americana, BuenosAires, Flix Lajuaneeditor, 1889; y, Lpez, Vicente Fidel,Historia de la Repblica Argentina. Su origen,su evolucin y su desarrollo poltico, Buenos Aires, Kraft, 1913 [1883].

    7 Destacan: Basadre, Jorge,La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Per, Lima, ImprentaA. J. Rivas Berrio, 1929; Legua y Martnez, Los guerrilleros peruanos, en,La Prensa, Lima, 28 de

    julio, 1921; Puente Candamo, Jos A. de la,Notas sobre las causas de la independencia del Per, Lima,Librera Studium, 1970; Porras Barrenechea, Ral,Los idelogos de la emancipacin, Lima, EditorialMilla Batres, 1974;Levene, Ricardo,Ensayo histrico sobre la revolucin de mayo y Mariano Moreno,

    Buenos Aires, Peuser, 1960; y, Beltrn, scar,Historia del periodismo Argentino: Pensamiento y obrade los forjadores de la patria, Buenos Aires,1943.

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    8 Halpern Donghi, Tulio,Reforma y disolucin de los imperios ibricos, 1750-1850, Madrid, AlianzaEditorial, 1985.

    9 Bonilla, Heraclio, Metfora y realidad de la independencia en el Per, Lima, Fondo Editorial delPedaggico San Marcos, 2007 [1972], p. 39-73.

    10 Halperin Donghi, Tulio, "Militarizacin revolucionaria en Buenos Aires, 1806-1815", en, HalperinDonghi, Tulio (comp.),El ocaso del orden colonial en Amrica, Buenos Aires, Editorial Sudamericana,1978, p. 121-158.

    11 Rivera Serna, Ral,Los guerrilleros del centro en la emancipacin peruana, Lima, 1958; Vergara,Gustavo,Montonerasy guerrillas en la etapa de la emancipacin del Per, 1820-1825, Lima, 1973;Beltrn, Ezequiel,Las guerrillas de Yauyos en la emancipacin del Per, 1820-1824, Lima, 1977; y,Temple, Ella Dunbar, La accin patritica del pueblo en la emancipacin. Guerrillas y montoneras,en, Coleccin Documental de la Independencia del Per, 1971-1976, t. 5.

    12 Basadre, Jorge,El azar en la historia y sus lmites, Lima, P.L. Villanueva, 1973, p. 146.

    13 Gonzlez Bernaldo de Quirs, Pilar, La revolucin francesa y la emergencia de nuevas prcticas dela poltica. La irrupcin de la sociabilidad poltica en el Ro de la Plata revolucionario (1810-1815),

    Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, Buenos Aires, 1991, n 3, p. 7-27; y, Produccin de una nueva legitimidad: Ejrcito y sociedades patriticas en Buenos Airesentre 1810 y 1813, en, AAVV.,Imagen y recepcin de la revolucin francesa en la Argentina, BuenosAires, GEL, 1990.

    14 Goldberg, Marta, La poblacin negra-mulata de la ciudad de Buenos Aires, 1810-1840,Desarrollo

    Econmico, Buenos Aires, n 61, 1976, p. 75-99.15 Hunefeldt, Christine, Cimarrones, bandoleros y milicianos: 1821,Histrica, Lima, n III, Vol. 2,1979; Hunefeldt, Christine, Los negros de Lima: 1800-1830,Histrica,Lima, n II, Vol. 2, 1979; FloresGalindo, Alberto, Independencia y clases sociales, en, Flores Galindo, Alberto (comp.),Independencia

    y revolucin, 1780-1840, Lima, INC, 1987, t. 1, p. 121-144; y, Flores Galindo, Alberto,Aristocracia yplebe: Lima, 1760-1830, Lima, Mosca Azul, 1984.

    16 Hunefeldt, Christine, Cimarrones, bandoleros y milicianos, p. 72, 81-82; y, Flores Galindo,Alberto,Aristocraciay plebe: Lima, 1760-1830, Lima, Mosca Azul, 1984.

    17 O Phelan Godoy, Scarlett, El mito de la independencia concedida: los programas polticos delsiglo XVIII y del temprano XIX en el Per y el Alto Per (1730-1814), en, Flores Galindo, Alberto(comp.),Independencia y revolucin, 1780-1840, Lima, INC, t. 2, p. 154-160.

    18 Guardino, Peter, Las guerrillas y la independencia peruana: un ensayo de interpretacin, Pasadoy Presente, Lima, n 2-3, 1989, p. 115-116.

    19 Flores Galindo, Alberto, Soldados y montoneros, en, Buscando un inca: Identidad y utopa enlos andes, Obras Completas, Lima, Sur Casa de Estudios del Socialismo, t. 3, vol. 1, (2005) [1983],p. 224-225.

    20 Hunefeldt, Christine, Los negros de Lima, p. 51; y, Flores Galindo, Alberto, Independencia yclases sociales, p. 141.

    21 Flores Galindo, Alberto, Independencia y clases sociales, p. 142-144.

    22 Flores Galindo, Alberto, Soldados y montoneros, p. 232, 230.

    23 Hunefeldt, Christine, Los indios y la constitucin de 1812,Allpanchis, Cuzco, n 11-12, p. 52.

    24 O Phelan Godoy, Scarlett, El mito de la independencia concedida, p. 168-172, 199.

    25 Fradkin, Ral, Cultura poltica y accin colectiva en Buenos Aires (1806-1829): Un ejercicio deexploracin, en, Fradkin, Ral (ed.), Y el pueblo dnde est? Contribuciones para una historia popular

    de la revolucin de independencia en el Ro de la Plata, Buenos Aires, Prometeo, 2008, p. 26.26 Bragoni, Beatriz, Esclavos, libertos y soldados: La cultura poltica plebeya en Cuyo durante larevolucin, en, Fradkin, Ral (ed.), Y el pueblo dnde est?..., p. 110.

    27 Sara Mata, Insurreccin e independencia. La provincia de Salta y Los Andes del Sur, en, Fradkin,Ral (ed.), Y el pueblo dnde est?..., p. 184; y, Paz, Gustavo, La hora del Cabildo: Jujuy y su defensade los derechos del pueblo en 1811, en, Herrero, Fabin (comp.),Revolucin. Poltica e ideas en el Rode la Plata durante la dcada de 1810, Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2004, p. 149-165.

    28 Walker, Charles, De Tpac Amaru a Gamarra. Cuzco y la formacin del Per republicano,1780-1840, Cuzco, Centro Bartolom de Las Casas, 1999, p. 155, 276-277.

    29 Walker, Charles, El crimen en la poca del gran miedo: Los indios y el Estado en el sur andino,1780-1820, en, Walker, Charles,Dilogos con el Per. Ensayos de historia, Lima, Fondo Editorial delPedaggico San Marcos, p. 186, 203-208.

    30 Chambers, Sarah,De sbditos a ciudadanos, p. 11-13.31 Bragoni, Beatriz, Esclavos, libertos y soldados, p. 134-136; y, Bragoni, Beatriz, Esclavosinsurrectos en tiempos de revolucin (Cuyo, 1812), en, Mallo, Silvia e Ignacio Telesca (eds.), Negros

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    Nuevo Mundo Mundos Nuevos

    de la patria Los afrodescendientes en las luchas por la independencia en el antiguo virreinato del Ro

    de la Plata, Buenos Aires, Editorial SB, p. 122-126.

    32 Frega, Ana, Los infelices y el carcter popular de la revolucin artiguista, en, Fradkin, Ral (ed.),Y el pueblo dnde est?..., pp. 151-152.

    33 Mata, Sara, Insurreccin e independencia, p. 180.

    34 Paz, Gustavo, La hora del Cabildo, p. 149-165; y, Paz. Gustavo, El orden es el desorden.Guerra y movilizacin campesina en la campaa de Jujuy, 1815-1821, en, Fradkin, Ral y Jorge Gelman(comps.), Desafos al orden. Poltica y sociedades rurales durante la revolucin de independencia,Rosario, Prohistoria Ediciones, pp. 83-101.

    35 Paz, Gustavo, Reordenando la campaa: La restauracin del orden en Salta y Jujuy, 1822-1825, en,Fradkin, Ral (ed.),Yel pueblo dnde est?..., p. 211-216.

    36 Chambers, Sarah,De sbditos a ciudadanos, p. 46-53.

    37 Sala I Vila, Nria, Y se armo el tote tole. Tributo indgena y movimientos sociales en el virreinatodel Per, 1784-1814, Lima, IER Jos Mara Arguedas, 1996, p. 191-225, 261-264; y, Sala I Vila, Nria,La Constitucin de Cdiz y su impacto en el gobierno de las comunidades indgenas en el virreinato delPer,Boletn Americanista, Barcelona, n 42-43, 1992, p. 51, 62-69.

    38 Walker, Charles,De Tpac Amaru a Gamarra, p. 113-155.

    39 Walker, Charles,De Tpac Amaru a Gamarra, p. 151.

    40 Walker, Charles,De Tpac Amaru a Gamarra, p. 150-153.

    41 Mndez, Cecilia, Los campesinos, la independencia y la iniciacin de la repblica. El caso de losiquichanos realistas: Ayacucho 1825-1828, en, Urbano, Henrique (comp.) y Mirko Lauer (ed.),Podery violencia en los Andes, Cuzco, Centro Bartolom de Las Casas, p. 165-169.

    42 Mndez, Cecilia, The Plebeian Republic. The Huanta rebellion and the making of the Peruvian state,1820-1850, Duke University Press, 2005, p. 111-153.

    43 Mndez, Cecilia, The Plebeian Republic, p. 34-51.

    44 Bonilla, Heraclio,Metfora y realidad de la independencia, p. 138-145, 149.

    45 Espinoza Soriano, Waldemar, Reaccin de los indgenas de Cajamarca frente a la independencia deTrujillo y Lima. 1821-1822,Investigaciones Sociales, Lima, n 18, 2007, p. 180-185, 191-192.

    46 Snchez, Susy, Norte y sur: Las milicias de Arequipa y Trujillo y la construccin de las diferenciasregionales en el Per (1780-1815), en Mazzeo, Cristina (ed.), Las relaciones de poder en el Per.

    Estado, regiones e identidades locales, siglo XVII-XIX, Lima, PUCP, 2011.

    47 Frega, Ana, Los infelices y el carcter popular, p. 154-155.48 Frega, Ana, `La patria me hizo libre. Aproximacin a la condicin de los esclavos durante lasguerras de independencia en la banda oriental, en, Mallo, Silvia e Ignacio Telesca (eds.), Negros dela patria, p. 172-174, 183.

    49 Mata, Sara, Insurreccin e independencia, p. 191.

    50 Mata, Sara,Los gauchos de Gemes. Guerras de independencia y conflicto social , Buenos Aires,Editorial Sudamericana, 2008, p. 87-118.

    51 Ratto, Silvia, Los indios y la revolucin en el Ro de la Plata. El proceso independentista entreindgenas soberanos de Pampa y Chaco, en, Bragoni, Beatriz y Sara Mata (comps.),Entre la colonia

    y la repblica. Insurgencias, rebeliones y cultura poltica en Amrica del Sur, Buenos Aires, Prometeo,

    p. 145, 165-167.

    52 Ratto, Silvia, Revolucin en las pampas? Diplomacia y malones entre los indgenas de Pampa y

    Patagonia, en, Fradkin, Ral (ed.), Y el pueblo dnde est?..., p. 252.53 Garrett, David, Sombras del imperio. La nobleza indgena del Cuzco, 1750-1825, Lima, IEP, 2009,p. 333-404. OPhelan ha estudiado la inclusin de carcter restringido y condicional de indios noblesy del comn, negros y castas de color, en la guerra y la escena poltica del rea andina durante lasguerras de independencia insistiendo en que dicha insercin fue negociada con las elites criollas y losnuevos poderes del naciente Estado republicano. Vase: OPhelan, Scarlett, Una inclusin condicional:Indios nobles, indios del comn, esclavos y castas de color entre la rebelin de Tpac Amaru y laIndependencia, en, Bragoni, Beatriz y Sara Mata (comps.),Entre la colonia y la repblica, p. 75-94.

    54 Espinoza Soriano, Waldemar, Reaccin de los indgenas, p. 192-194.

    55 Chambers, Sarah,De sbditos a ciudadanos, p. 245.

    56 Walker, Charles,De Tpac Amaru a Gamarra, p. 283.

    57 Turner, Mark,Republicanos Andinos, Lima, CBC-IEP, 2006, p. 249.

    58 Mata, Sara, Negros y esclavos en la guerra por la independencia. Salta, 1810-1821, en, Mallo, Silviae Ignacio Telesca (eds.), Negros de la patria, p. 131.

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    59 Mata, Sara, Paisanaje, insurreccin y guerra de independencia. El conflicto social en Salta,1814-1821, en, FRADKIN, Ral y Jorge GELMAN (comps.),Desafos al orden, p. 61-82.

    60 Espinoza Soriano, Waldemar, Reaccin de los indgenas, p. 192-194, 198.

    61 Espinoza Soriano, Waldemar, Reaccin de los indgenas, p. 217-218.

    62 Turner, Mark,Republicanos Andinos, p. 51-52, 249.

    63 Turner, Mark,Republicanos Andinos, p. 54-56.

    64 Aguirre, Carlos,Breve historia de la esclavitud en el Per. Una herida que no deja de sangrar, Lima,

    Fondo Editorial del Congreso del Per, 2005; y Aguirre, Carlos, Agentes de su propia libertad. Losesclavos de Lima y la desintegracin de la esclavitud, 1821-1854, Lima, PUCP, 1993.

    65 Montoya, Gustavo,La independencia del Per y el fantasma de la revolucin, Lima, IEP-IFEA, 2002,p. 126.

    66 Bonilla, Heraclio,Metfora y realidad de la independencia, p. 80.

    67 Di Meglio, Gabriel, Viva el bajo pueblo!: La plebe urbana de Buenos Aires y la poltica entre larevolucin de Mayo y el rosismo (1810-1829), Buenos Aires, Prometeo, 2007, p. 15-20, 42; y, Di Meglio,Gabriel, Milicia y poltica en la ciudad de Buenos Aires durante la guerra de independencia, 1810-1820,en, Chust, Manuel y Juan Marchena (eds.), Las armas de la nacin Independencia y ciudadana en

    Hispanoamrica (1750-1850), Madrid, Iberoamericana-Vervuert, p. 137-142.

    68 Di Meglio, Gabriel, Viva el bajo pueblo!..., p. 97-122. Por su parte, Fabin Harari ha propuesto queel Cuerpo de Patricios, la organizacin miliciana ms importante que dirigi la revolucin, debera ser

    considerado como un partido poltico (sujeto conciente), que a travs de alianzas coyunturales aglutinotanto a los hacendados en armas como a las diversas clases de la sociedad rioplatense. Vase: Harari,Fabin, Hacendados en armas. El Cuerpo de Patricios, de las invasiones inglesas a la revolucin(1806-1810), Buenos Aires, Ediciones R y R, 2009.

    69 Di Meglio, Gabriel, Las palabras de Manul. La plebe portea y la poltica en los aosrevolucionarios, en, Fradkin, Ral (ed.), Y el pueblo dnde est?..., p. 79, 75-82.

    70 Di Meglio, Gabriel, Las palabras de Manul, p. 84-89.

    71 Fradkin, Ral, Cultura poltica y accin colectiva, p. 27-30.

    72 Herrero, Fabin,Movimientos de pueblo. La poltica en Buenos Aires luego de 1810, Buenos Aires,Ediciones Cooperativas, 2007, p. 9-10.

    73 Bernand, Carmen, Los olvidados de la revolucin: el Rio de la Plata y sus negros, NuevoMundo Mundos Nuevos, Coloquios, 2010, [En lnea], Puesto en lnea el 07 enero 2010. URL: http://nuevomundo.revues.org/58416. Consultado el 10 mayo 2011; y, Bernand, Carmen, De lo tnico a lopopular: circulaciones, mezclas, rupturas, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Debates, 2006, [En lnea],Puesto en lnea el 18 enero 2006. URL: http://nuevomundo.revues.org/1318. Consultado el 10 mayo2011.

    74 Montoya, Gustavo,La independencia del Per, p. 118-122, 126

    75 Aguirre, Carlos,Breve historia de la esclavitud, p. 127-157, 99-100.

    76 Aguirre, Carlos,Agentes de su propia libertad

    77 Bonilla, Heraclio,Metfora y realidad de la independencia, p. 80.

    78 Cosamaln, Jess, Amistades peligrosas: Matrimonios indgenas y espacios de convivenciainterracial (Lima 1795-1820), en, OPhelan Godoy, Scarlett (comp.),El Per en el siglo XVIII. La eraborbnica, Lima, PUCP, p. 349, 352-358.

    79 Hunefeldt, Christine, Esclavitud, percepciones raciales y lo poltico: la poblacin negra en la

    era independentista en Hispanoamrica, en, Bonilla, Heraclio (ed.), Indios, negros y mestizos en laindependencia, Bogot, Grupo Editorial Planeta-Universidad Nacional de Colombia, 2010.

    80 Candioti, Magdalena, Altaneros y libertinos: La condicin legal de los afroporteos ysus transformaciones en el Buenos Aires posrevolucionario (1810-1820), en, XXVIII Congreso

    Internacional de la Asociacin de Estudios Latinoamericanos: Repensando las desigualdades, Rode Janeiro, 2009.

    81 Mallo, Silvia, Libertad y esclavitud en el Ro de la Plata: Entre el discurso y la realidad, en, Mallo,Silvia e Ignacio Telesca (eds.), Negros de la patria, p. 82-83.

    82 Fradkin, Ral, La conspiracin de los sargentos. Tensiones polticas y sociales en la frontera deBuenos Aires y Santa Fe en 1816, en, Bragoni, Beatriz y Sara Mata (comps.), Entre la colonia y larepblica, p. 176, 190.

    83 Fradkin, Ral, La conspiracin de los sargentos, p. 190-192.

    84 Di Meglio, Gabriel, Viva el bajo pueblo!..., p. 309-310.

    85 Di Meglio, Gabriel, Milicia y poltica, p. 141.

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    86 Bernand, Carmen, Los olvidados de la revolucin

    87 Herrero, Fabin,Movimientos de pueblo, p. 194-211.

    88 Fradkin, Ral,La historia de una montonera. Bandolerismo y caudillismo en Buenos Aires, 1826,Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina.

    89 Bonilla, Heraclio,Metfora y realidad de la independencia, p. 123, 129-130.

    90 Montoya, Gustavo,La independencia del Per, p. 118-137.

    91 Montoya, Gustavo,La independencia del Per, p. 118.

    92 Chust, Manuel y Jos A. Serrano (eds.), Presentacin. Guerras, monarquas e independencia de laAmrica espaola,Ayer, Madrid, n 74, 2009, p. 18-19.

    Para citar este artculo

    Referencia electrnicaDaniel Morn, La historiografa de la revolucin. La participacin plebeya durante las guerras deindependencia en el Per y el Ro de la Plata , Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En lnea], Debates,2011, Puesto en lnea el 30 mai 2011. URL : http://nuevomundo.revues.org/61404

    @apropos

    Daniel Morn

    CONICET-Instituto Ravignani, Universidad de Buenos Aires. IDAES-Universidad Nacional de SanMartn, Argentina. [email protected]

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    Resumen / Abstract

    Este trabajo busca advertir el estado actual de la historiografa sobre los sectores subalternosdurante las guerras de independencia en el Per y el Ro de la Plata. Un anlisis comparado deestos espacios nos permite sostener que las clases populares participaron decisivamente en elproceso revolucionario, concibieron diversas alternativas polticas de gobierno y negociaronactivamente su intervencin en la configuracin del poder, la autoridad y la legitimidadpoltica.

    Palabras claves : sectores populares,siglo XIX,guerras de independencia,historiografa,Per,Rode la Plata

    This work seeks to warn the current state of the historiography on the junior sectors during

    the wars of independence Peru and the Ro de la Plata. A comparative analysis of these spacesallows us to sustain the popular classes decisively involved in the revolutionary process,devised various alternative policies of Government and actively negotiated its intervention inthe configuration of power, authority and political legitimacy.

    Keywords : 19th century,historiography,Peru,popular sectors,Rio de la Plata,wars of independenceLicence portant sur le document : Tous droits rservs

    mailto:[email protected]