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I. El Neoevolucionismo
El neoevolucionismo cultural, ha sido una de las bases teóricas que más se han
utilizado en los últimos treinta años para explicar la diversidad cultural de pueblos.
Los neoevolucionistas piensan que el progreso cultural, social y del hombre ha
venido a través de las mejoras en la obtención de energía: Cuando cazan
animales en los bosques, cuando aprenden a ser agricultores y labradores,
entonces crecen, sus hijos comienzan a ser más altos y fuertes. Todo se resume
en la búsqueda y captación de la energía. Autores como Marvin Harris van más
allá del concepto de energía y dicen que el hombre realmente lo que va buscando
es la proteína y que gracias a esta evoluciona.
El neoevolucionismo surgió en la década de 1930. Se desarrolló ampliamente en
el período posterior a la Segunda Guerra Mundial y se incorporó a la antropología,
así como a las demás ciencias sociales y humanas, en la década de 1960.
“Después de la Segunda Guerra Mundial, un número cada vez mayor de
antropólogos estaban insatisfechos con el antievolucionismo y la ausencia de
generalizaciones y explicaciones causales, características de la primera mitad del
siglo. Bajo la influencia de Leslie White, se realizó un esfuerzo general para volver
a examinar las obras de los evolucionistas del siglo XIX como Lewis Henry
Morgan, para corregir sus errores etnográficos e identificar su contribución positiva
al desarrollo de una ciencia de la cultura. White fue pionero al postular que la
dirección global de la evolución cultural estaba determinada, en buena medida, por
las cantidades de energía que podían ser captadas y puestas en funcionamiento
per cápita y por año.”1
Sus teorías se basan en la evidencia empírica de campo como la arqueología, la
paleontología y la historiografía. Los defensores dicen que el neoevolucionismo es
objetivo y simplemente descriptivo, eliminando cualquier referencia a un sistema
moral o cultural de los valores.
1 Marvin Harris, Antropología Cultural, 3ra Edición, pp. 183 – 184.
Mientras que el viejo evolucionismo social, es decir el pensamiento de Charles
Darwin, Herbert Spencer y Lewis Henry Morgan, del siglo 19, explicó cómo la
cultura se desarrolla dando principios generales de su proceso evolutivo, luego
dicho evolucionismo social fue desestimado por el particularismo histórico de
Franz Boas y posteriormente M. Harris en el siglo 20. Fueron los pensadores
neoevolucionistas quienes trajeron de vuelta el pensamiento evolucionista y lo
actualizaron para que sea aceptable en la antropología contemporánea.
El neoevolucionismo descarta muchas de las ideas del evolucionismo social
clásica, a saber, la de progreso social, tan dominante en las teorías relacionadas
con la evolución. Entonces si el neoevolucionismo descarta al determinismo e
introduce la probabilidad, con el argumento de que los accidentes y conexión
tendrán mucho impacto en el proceso de evolución social. También es compatible
con la historia contra factual, preguntando '¿qué pasaría si?' y teniendo en cuenta
los diferentes caminos posibles que la evolución social puede (o podría haber)
tomadas, y de este modo permite que el hecho de que diferentes culturas pueden
desarrollarse en varias maneras, algunas saltarse etapas enteras, otras han
pasado a través. El neoevolucionismo subraya la importancia de la evidencia
empírica. Mientras que el antiguo evolucionismo del siglo 19 utilizaba el juicio de
valor y los supuestos para la interpretación de los datos; el neoevolucionismo se
basó en información cuantificable para analizar el proceso de la evolución cultural.
II. Julian H. Steward (1902 – 1972)
Fue un antropólogo y arqueólogo estadounidense creador de lo que él mismo
denominó el método de la ecología cultural.
Nacido en Washington, D.C., no mostró un interés especial por la antropología
hasta que tuvo dieciséis años e ingresó en el Deep Springs College de Sierra
Nevada (Estados Unidos) entidad encargada de la formación de nuevos políticos.
En este ambiente entró en contacto con las tribus indígenas Shoshone y Paiute,
las cuales despertaron su interés por la antropología.
Inició sus estudios en dicha disciplina en la Universidad de Berkeley en 1925,
graduándose en 1929 con un estudio sobre los payasos ceremoniales entre los
indios americanos. En 1935 Steward comenzó a participar en el Bureau of Indian
Affairs desde el que consiguió importantes reformas para esta comunidad y realizó
trabajos arqueológicos tanto en Norteamérica como en Sudamérica.
Su principal aporte a la antropología la constituyen sus estudios de revisión de la
teoría de la evolución bajo el modelo de la ecología cultural y de la evolución
multilineal presentados en su obra Theory of Culture Change: The Methodology of
Multilinear Evolution (1955).
Se casó con Jane Cannon en 1934, con la cual realizo una serie de estudios e
investigaciones de este tipo. Murió de una enfermedad circulatoria en 1972, época
en que trabajaba en la Universidad de Illinois.
II.I. Steward y la concepción de lo Superorgánico.
En Steward, la palabra clave es adaptación. Para Steward, el ser humano se
adapta más rápidamente a través de la cultura, entidad superorgánica, concepto
de Kroeber, que a través de adapactación la cultura se ajusta a su realidad
siguiendo los principios de evolución orgánica.
“Lo superorgánico es la aplicación de los principios de la evolución orgánica al
crecimiento cultural”2
Además de su papel como maestro y administrador, Steward es más recordado
por su método y la teoría de la ecología cultural. Durante las tres primeras
décadas del siglo XX, la antropología americana sospechaba de generalizaciones
y, a menudo dispuestos a sacar conclusiones más amplias de las monografías
meticulosamente detalladas que los antropólogos producen. Steward es notable
por la antropología alejándose de este enfoque más particularista. Su teoría de la
evolución cultural "multilineal" examinó la forma en que las sociedades adaptadas
a su entorno.
Este enfoque fue más matizada que la teoría de la de Leslie White "evolución
universal", que fue influido por pensadores como Lewis Henry Morgan. El interés
de Steward en la evolución de la sociedad también lo llevó a examinar los
2 Julian Steward, Alfred Kroeber, 1era edición, pp. 48
procesos de modernización. Fue uno de los primeros antropólogos para examinar
la forma en que los niveles nacionales y locales de la sociedad se relacionan entre
sí. Puso en duda la posibilidad de crear una teoría social que abarcaba toda la
evolución de la humanidad; sin embargo, también argumentó que los antropólogos
no se limitan a la descripción de, culturas específicas existentes.
Steward cree que es posible crear teorías que analizan, cultura común típica y
representante de épocas o regiones específicas como los factores decisivos para
determinar el desarrollo de una cultura determinada, se refirió a la tecnología y la
economía, al tiempo que señaló que hay factores secundarios, como los sistemas
políticos, ideologías y religiones. Estos factores empujan la evolución de una
sociedad dada en varias direcciones al mismo tiempo.
El principal objetivo de Steward es llegar a determinar el desarrollo cultural de
culturas específicas, y no el de la cultura en general, como lo hacían los
evolucionistas que buscaban las reglas de desarrollo y evolución universal. Según
él, existen secuencias en cada cultura, que responden a cierta regularidad, cuyos
principios explicativos tienen que descubrirse empíricamente a partir de la relación
básica que establece el hombre con su medio ambiente, el cual posibilita, prohíbe
o caracteriza el desarrollo de elementos culturales adaptativos al entorno, y
funcionales a dicha cultura. Con todo esto Steward pretendía agrupar y conciliar
dos principios básicos de su época, que eran el estudio de “las culturas” y no el de
“la cultura”, y su preocupación evolucionista, que había sido relegada al margen
por los antropólogos, debido al exclusivo interés histórico culturalista, o el enfoque
estrictamente económico (materialista).
El enfoque evolucionista multilineal de Steward se organiza en torno a modelos
paralelos de desarrollo, los cuales consideran tipos culturales válidos para
diferentes culturas, caracterizados por ser compuestos de elementos culturales
seleccionados más que de culturas como totalidades; sus elementos culturales
son seleccionados en relación a un problema y a un marco de referencia; porque
los elementos culturales seleccionados deben tener las mismas relaciones
funcionales en cada cultura adaptándose al tipo. La validez que le otorga Steward
a esos tipos culturales está dada por tratarse de adaptaciones culturales al
entorno, al ambiente, representando cada uno un nivel de integración socio-
cultural. Él ve en el hombre una capacidad adaptativa mucho más rápida que
cualquier otro organismo vivo, gracias a la cultura (y no a través de su organismo),
la cual es una entidad superorgánica. Si bien este autor le otorga una gran
importancia al entorno físico en la construcción cultural, no es determinista, ya que
a partir de la cultura y el ambiente físico se genera una mediación que desemboca
en particularidades culturales, de las cuales surgen evoluciones culturales
adecuadas, sin descartar la dinámica cultural, y algunas difusiones posibles (por
migraciones), que permiten a dicha comunidad un desempeño favorable. Esto
último no significa volver a los antiguos enfoques difusionistas, sino ampliar la
capacidad de investigación incorporando ciertos elementos que habían sido
olvidados.
Steward ve la tecnología como uno de los fenómenos más importantes para la
adaptación de una cultura, y es aquí donde se acentúa este método ecológico
cultural. El método posee 3 aspectos fundamentales:
- Primero, se debe analizar el método de producción en el entorno.
- Segundo, se debe analizar el modelo de comportamiento humano.
- Tercero, entender la relación de las técnicas de producción con los otros
elementos de la cultura.
Este método es esencialmente empírico, debido a que acentúa el grado en que las
actividades productivas influyen en una cultura.
Julian Haynes Steward es considerado como un importante contribuyente al
campo de la antropología y como un actor importante en la progresión del campo y
la innovación. Él es quizás mejor conocido por sus escritos sobre sus experiencias
Gran Cuenca entre los años de 1918 y 1943, donde publicó un número
impresionante de papeles y ha alcanzado importantes logros en su carrera
(Clemmer 1999: ix). Mientras que la carrera de Steward era una diversa y en
evolución, fue generalmente conocido y elogiado por su análisis sistemático y
enfoque empírico en el campo de la antropología, así como su contribución a la
creación del campo de la "ecología cultural". Impresionante carrera de Steward y
educación extensa, combinada con una personalidad muy completo y polifacético
le hacen destacan participante y como catalizador significativo en la expansión
continua y la progresión del campo de la Antropología.
White, Leslie
“Es la energía la que en el fondo hace continuar el proceso cultural”3
Cultura es una clase de fenómenos, aquellas cosas y hechos que dependen del
ejercicio de una facultad mental a la que se llama “simbolización”. La cultura
consiste en objetos materiales, actos, creencias, actitudes que funcionan dentro
de contextos caracterizados por el uso de símbolos. Una de sus grandes
características es la transmisibilidad con ayuda de medios no biológicos. La
cultura se transmite por medio de mecanismos sociales, o sea, es una forma de
herencia social. La cultura es un sistema organizado en el cual podemos ver
subdivisiones o aspectos. Los principales son tres: tecnológico, sociológico e
ideológico. El sistema tecnológico está compuesto por los instrumentos materiales
mecánicos, físicos y químicos, junto con las técnicas de su uso. El sistema
sociológico está compuesto por relaciones interpersonales expresadas por pautas
de conducta, tanto colectiva como individual; y se encuentran sistemas sociales,
familiares, económicos, éticos, políticos, militares, eclesiásticos, ocupacionales y
profesionales, recreativos, etc. El sistema ideológico está compuesto por ideas,
creencias, conocimientos, expresados en lenguaje articulado u otra forma
simbólica. Cada una de estas categorías se hallan relacionadas entre sí, cada una
de ellas reacciona sobre las otras y es a su vez afectadas por ellas.
El papel principal está a cargo del sistema tecnológico, porque el hombre como
especie animal depende de los medios materiales y mecánicos de ajuste que
emplea para adaptarse al medio natural circundante. Los sistemas sociales son
secundarios respecto a los sistemas tecnológicos. La tecnología es la variable
independiente, el sistema social la variable dependiente. Los sistemas ideológicos 3 Leslie White, La Ciencia de la Cultura, 2da edición, pp. 335
son organizaciones de creencias en las que la experiencia humana encuentra su
interpretación. Pero la experiencia y sus interpretaciones están poderosamente
condicionadas por las tecnologías. Un sistema cultural lo podemos imaginar como
formado por una serie de tres estratos horizontales: la capa tecnológica en el
fondo, la filosofía arriba y el estrato sociológico en la posición media. Estas
posiciones expresan el papel que cada uno de ellos desempeña en el proceso
cultural. El factor tecnológico es el determinante en un sistema cultural
considerado como un todo. La tecnología es el medio mecánico de articulación
que une estos dos sistemas materiales, cosmos y hombre.
La cultura es un medio para mantener el proceso de vida de la especie humana.
Es un mecanismo destinado a proveer al hombre con medios de subsistencia,
protección ofensa y defensa, regulación social, ajuste cósmico y recreación. Pero
para satisfacer estas necesidades del hombre se requiere energía. De allí que la
función primordial de la cultura sea la de embridar y dominar la energía a fin de
que pueda ser puesta a trabajar al servicio del hombre. Con ayuda de
instrumentos tecnológicos la energía es dominada y puesta a trabajar. La energía
en sí misma carece de significado; para que tenga sentido en los sistemas
culturales debe ser encausada, dirigida y gobernada. La cantidad de alimentos,
ropa u otros productos obtenidos mediante el consumo de una determinada
cantidad de energía será proporcional a la eficiencia en los medios tecnológicos
usados para poner a trabajarla energía.
En cualquier sistema cultural se pueden distinguir tres factores:
- La cantidad de energía aprovechada anualmente per cápita.
- La eficiencia de los medios tecnológicos con los cuales la energía es
encauzada y puesta a trabajar.
- La magnitud de la producción de bienes y servicios que satisfacen
necesidades humanas.
“El grado de desarrollo cultural es determinado por la cantidad de energía
aprovechada per cápita y por la eficiencia de los medios tecnológicos con los
cuales es puesta a trabajar”4
La primera fuente de energía explorada fue la energía del organismo humano.
Esta energía al ser muy poca no servía de mucho para las sociedades, es por eso
que estas tempranas culturas de la humanidad eran sencillas. Ningún sistema
cultural, activado únicamente por la energía humana, puede alcanzar un mayor
grado de desarrollo. El fuego, agua, y viento fueron utilizados como fuente de
energía solo hasta un punto muy limitado e insignificante durante los primeros
miles de años.
Otra energía que trajo bastantes beneficios fue la de las plantas y animales. Los
recursos de energía para hacer progresar la cultura resultaron acrecentados por el
aumento en el dominio sobre estas fuerzas de la naturaleza. Métodos de cultivo
permitieron aumentar el rendimiento por unidad de energía humana o labor hecha
por el hombre. De igual manera, la domesticación de animales aumentó también
los recursos de energía para hacer progresar la cultura. Con la ayuda de la
domesticación, un pueblo podía vivir de sus rebaños y manadas sin disminuir para
nada el número de las cabezas, hasta lo podía aumentar.
Esto claramente se reflejó en el progreso del desarrollo cultural, ya que, las
evidencias arqueológicas así lo muestran. Una gran cantidad de civilizaciones
alrededor del mundo entraron rápidamente en existencia gracias a esa producción
de energía. Los progresos se notan en las todas las artes, como lo son: ingeniería,
arquitectura, cerámicas, textiles, metalurgia, astronomía, matemáticas y medicina.
Después de este periodo de acelerado crecimiento, las culturas se asentaron y
tuvieron una época de “asimilación” que duró aproximadamente desde el año 1000
a. c. hasta el 1700 d. c., en la que hubo pocos cambios con respecto a los
métodos de obtención de energía, pero se seguían haciendo avances. Hasta que
entraron en juego el carbón, petróleo y gas. Con grandes depósitos de estos
4 Leslie White, La Ciencia de la Cultura, 2da edición, pp.345
materiales, rápidamente aumentó la cantidad de energía disponible para hacer
progresar la cultura. Pasó lo mismo que en el aumento de energía en la fase
anterior, aumentaron las artes, ciencias y demás aspectos relevantes en la
sociedad alcanzando niveles sumamente importantes. Y después del auge vino de
nuevo la calma; hasta que la energía atómica hizo su aparición para ser un
método sin necesidad del sol para su desarrollo.
Otra forma en que se puede medir la eficacia en el desarrollo de la energía es en
sus herramientas, ya que depende de manera intrínseca este fenómeno. Por un
lado el desarrollo cultural depende de la cantidad de energía que se obtiene, y por
otro, la eficacia que tienen las herramientas para proveer esa energía. Así que, el
grado de desarrollo cultural varía en proporción directa con la eficiencia de las
herramientas empleadas, permaneciendo constantes los demás factores. El
progreso cultural es afectado en consecuencia, tanto a merced a un
perfeccionamiento de las herramientas como a aumentos de la cantidad de
energía aprovechada. Pero aun así, el perfeccionamiento de cualquier herramienta
o máquina llega muy cerca de un límite o directamente lo alcanza. Pero no hay
que dejar de ver que las herramientas son un mero utensilio, están en segundo
plano, mientras que la cantidad de energía es lo primordial.
El sistema social de un pueblo es determinado en su base por el uso de medios
tecnológicos de subsistencia y de ataque y defensa. Los sistemas sociales de los
pueblos primitivos era cambiante debido a su hábitat, pero los sistemas sociales
fundados sobre una base de energía humana son de un tipo común. A medida que
progresaba la tecnología agrícola, mayor número de gente podía ser sacada de
los campos y puesta a trabajar en otras tareas. De este modo la sociedad se
dividió en líneas ocupacionales. Ello condujo a otros desarrollos sociales, como lo
sería el surgimiento del Estado para organizar así a las grandes masas de
personas que se aglomeraban en los pueblos y ciudades. Aunado a esto, se dio la
división de clases, porque las riquezas ya se formaban dependiendo de la
procedencia de las personas (clanes) y su tipo de actividad en la sociedad. Esto
ocasionó que la lucha por esas riquezas fuera natural, provocando las guerras.
Las guerras reorganizan los sistemas sociales en: los vencedores, que son unos
pocos poderosos y los vencidos, que son la gran mayoría de la gente
(campesinos, siervos y esclavos).
Marvin Harris (1927 – 2001)
Marvin Harris (Brooklyn 18 de agosto de 1927- Florida 25 de octubre de 2001) fue
un antropólogo estadounidense conocido por ser el creador y figura principal
del materialismo cultural, corriente teórica que trata de explicar las diferencias y
similitudes socioculturales dando prioridad a las condiciones materiales de la
existencia humana. Estudió en el Erasmus Hall High School donde conoció a su
esposa Madeline con la que tuvo una hija. Sirvió en el ejército de EE. UU.
Asignado a una unidad anfibia entre 1945 y 1947. Estudió en la Universidad de
Columbia donde dio clases entre 1953 y 1980, siendo presidente de su
departamento de antropología de 1966 a 1969. Realizó trabajos de campo en
Brasil, Ecuador, Mozambique, India y East Harlem, Nueva York.
Harris fue introducido en la antropología en unos cursos semestrales impartidos
por Charles Wagley en la tradición de Franz Boas en la Universidad de Columbia.
Realizó su tesis doctoral a cargo su mentor, Charles Wagley, en Brasil y se
doctoró en 1953. Sus investigaciones en ese país dieron lugar a su obra Town and
Country in Brazil (1958). Mientras continuaba sus estudios en 1953-54 fue
consejero de investigación para el Ministerio de Educación en Río de Janeiro.
Volvió a Brasil en 1962 para dirigir el programa de estudios de verano Columbia-
Cornell-Harvard-Illinois sobre los pueblos pesqueros de Arembepe. En 1960 había
dirigido este programa de estudio en Chimborazo, Ecuador.
Durante 1956-1957 realizó trabajo de campo en Mozambique, por entonces bajo
dominio portugués. Su investigación puso de manifiesto el sistema de trabajo
forzado que los portugueses imponían a los nativos, lo cual denunció en su
obra Portugal's African Wards (1958).
En 1981 se unió al Departamento de Antropología de la Universidad de
Florida como profesor y se retiró en 2000. Harris también ocupó la presidencia de
la General Anthropology Division de la American Anthropological Association
(AAA). En 1991 en reconocimiento a sus logros académicos dio la
conferencia Distinguished Lecture de la AAA.
En 1980 dejó la universidad de Columbia y su hogar en Leonia, New Jersey y se
trasladó a Gainesville, Florida. Allí siguió impartiendo clases, escribiendo libros y
practicando sus habilidades en planificación arquitectónica y carpintería. Durante
muchos años Harris y su esposa Madeline veranearon en la costa de Maine. Murió
a los 74 años en Gainesville.
Materialismo Cultural
El Materialismo cultural es un paradigma antropológico basado, pero no limitado
por el pensamiento materialista dialéctico. El término materialismo cultural, usado
por primera vez por Marvin Harris en su libro The Rise of Anthropological Theory
(1968), se deriva de dos palabras: "Cultura" (estructura social, lenguaje, leyes,
religión, política, arte, ciencia, supersticiones, etc.) y "Materialismo" (la materia, en
lugar del intelecto o de la espiritualidad, es fundamental para la realidad).
Harris desarrolló el materialismo cultural con ideas prestadas de doctrinas
antropológicas existentes, especialmente de las perspectivas teóricas de Marx, es
decir el materialismo dialéctico, sumado al influjo teórico de White y Steward han
conducido a la aparición del punto de vista conocido como materialismo cultural.
Se trata de una estrategia de investigación que sostiene que la tarea primaria de la
antropología es dar explicaciones causales a las diferencias y similitudes en el
pensamiento y el comportamiento que se encuentran entre los grupos humanos.
Como los materialistas dialécticos, los materialistas culturales sostienen que esta
tarea puede ser llevada a cabo mejor estudiando las limitaciones materiales a las
que está sujeta la existencia humana. Estas limitaciones surgen de la necesidad
de producir alimentos, cobijo, herramientas y máquinas, y de reproducir las
poblaciones humanas dentro de unos límites establecidos por la biología y el
medio ambiente. Estas limitaciones o condiciones se llaman materiales para
distinguirlas de las limitaciones o condiciones impuestas por ideas y otros
aspectos mentales o espirituales de la vida humana, como los valores, la religión y
el arte.
“Para los materialistas culturales, las causas más probables de variación en los
aspectos mentales o espirituales de la vida humana son las variaciones en las
limitaciones materiales que afectan a la forma en que las personas se enfrentan
con los problemas de satisfacer las necesidades básicas en un hábitat particular.”5
Los materialistas culturales difieren de los materialistas dialécticos principalmente
en su rechazo de la noción de que la antropología debe convertirse en parte de un
movimiento político destinado a destruir el capitalismo y a favorecer los intereses
del proletariado. Los materialistas culturales tienen en cuenta una diversidad de
motivaciones políticas entre antropólogos unidos por un compromiso común en el
desarrollo de una ciencia de la cultura. Además, los materialistas culturales
rechazan la noción de que todos los cambios culturales importantes están
provocados porque entran en juego contradicciones dialécticas, afirmando que
buena parte de la evolución cultural ha sido provocada por la acumulación gradual
de rasgos útiles a través de un proceso de prueba y error.
El materialismo cultural retiene y amplía los tres niveles maxistas del modelo
Cultural: Infraestructura, Estructura y Superestructura:
- Infraestructura -- población, necesidades biológicas básicas, y recursos
(trabajo, equipo, tecnología, etc.).
- Estructura -- patrón de organización (gobierno, educación, reglamento
de producción, etc.).
- Superestructura -- instituciones sociales (leyes, religión, política, arte,
ciencia, supersticiones, valores, emociones, tradiciones, etc.).
5 Marvin Harris, Antropología Cultural, 3ra edición, pp.183 - 184
El materialismo cultural mantiene que la infraestructura tiene influencia sobre la
estructura, mientras que la estructura ejerce poca influencia sobre la
infraestructura. El materialismo dialectico, por otra parte, sostiene que la
infraestructura y la estructura se influencian una a la otra.
“El principio de primacía de la infraestructura defiende que la probabilidad de que
las innovaciones que surgen en el sector infraestructural sean preservadas y
propagadas es tanto mayor cuanto más potencian la eficiencia de los procesos
productivos y reproductivos que sustentan la salud y el bienestar y que satisfacen
necesidades y pulsiones biopsicológicas básicas en el hombre.”6
Las innovaciones de tipo adaptativo (esto es, que incrementan la eficiencia de la
producción y la reproducción) tienen grandes posibilidades de ser seleccionadas,
incluso aunque se dé una incompatibilidad pronunciada (contradicción) entre ellas
y aspectos preexistentes de los sectores estructural y supraestructural. Además, la
resolución de cualquier incompatibilidad profunda entre una innovación
infraestructural adaptativa y las características preexistentes de los demás
sectores conllevará probablemente cambios sustanciales en estos sectores. En
cambio, las innovaciones de tipo estructural o supraestructural serán
probablemente desechadas si se produce una incompatibilidad profunda entre
ellas y la infraestructura; es decir, si reducen la eficiencia de los procesos
productivos y reproductivos que sustentan la salud y el bienestar y satisfacen
necesidades y pulsiones biopsicológicas básicas en el hombre.
6 Marvin Harris, Materialismo Cultural, 3ra edición, pp. 196.
Conclusiones:
- La ecología cultural se define, entonces, como una herramienta
metodológica para comprobar cómo la adaptación de una cultura a su
entorno puede ocasionar cambios. Es decir, determinar si adaptaciones
similares ocurren en entornos similares, considerando los tipos
culturales como constelaciones de características centrales que surgen
de adaptaciones ambientales y que representan niveles similares de
integración. La comparación en este sentido se presenta como bastante
útil para determinar regularidades en términos de niveles y adaptaciones
similares. Se debe recurrir, a la biología, antropología física, ecología,
botánica, etnología, antropología, etnografía, geografía y muchas otras
disciplinas, según sea el objeto de estudio y los objetivos planteados.
- ¿Qué es para White la cultura? El aprovechamiento y control de la
energía para un crecimiento tecnológico y ponerlo en función de la
utilidad humana, es decir, la dominación medio ambiental.
- El materialismo cultural busca explicar la organización cultural, la
ideología y el simbolismo dentro de un marco materialista
(Infraestructura/estructura/superestructura). Los materialistas culturales
creen que la sociedad se desarrolla sobre la base de ensayo y error. Si
algo no es beneficioso para la habilidad de la sociedad de producir y/o
reproducir, o hace que la producción y/o reproducción excedan los
límites aceptables, desaparecerá de un todo de la sociedad.
Referencias bibliográficas:
- HARRIS, Marvin. Antropología Cultural. 3ra edición, Harper and Row.
Buenos Aires. 1983.
- HARRIS, Marvin. El Materialismo Cultural. 3ra edición, Alianza Editorial,
Buenos Aires. 1994.
- HARRIS, Marvin. El desarrollo de la teoría Antropológica: Una Historia
de la Teorías de la Cultura. 1ra edición española, Editorial Paidós.
Madrid. 1968.
- STEWARD, Julian H. Alfred Kroeber. 1era edición, Columbia University
Press. New York. 1973.
- WHITE, Leslie. La Ciencia de la Cultura: Un estudio sobre el hombre y la
civilización.2da edición, Editorial Paidós. Madrid. 1982.