cuidado con el desgobierno

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VELAVERDE Escrito por Carlos Bruce / Lunes, 18 de mayo de 2015 Cuidado con el desgobierno Lo sucedido la semana pasada en Arequipa nos muestra que estamos ante un gobierno capaz de llevar al país al borde del abismo por la falta de acción oportuna y eficaz. La escalada de la violencia azuzada por oscuros dirigentes antimineros llegó al extremo de arrinconar al Estado al pisotear impunemente el principio de autoridad y el respeto a la ley. Un escenario sombrío, con ausencia de liderazgo, que amenaza seriamente la gobernabilidad del país. La acción tardía del presidente Humala y su gobierno, luego de un preocupante vacío de poder, no ayudará a revertir el deterioro de la confianza, el desaliento y frustración de los agentes políticos, sociales y económicos del país. Más bien, nos muestra que hay serios problemas en la Casa de Gobierno. Como bebiendo de su propia medicina, el presidente Humala está afrontando, sin éxito, una severa crisis política iniciada en Islay, producto de una desbordada protesta extremista impulsada por seudo dirigentes que rechazan toda inversión minera en su región. El mismo tipo de protesta anti minera que él impulsó en el 2011cuando era el candidato de polo rojo. Hoy, Humala está comprobando en carne propia el peligro que significa ceder ante los reclamos de los elementos radicales que buscan empoderarse a través del caos y el desgobierno sirviendo a intereses oscuros, que no tienen nada que ver con el desarrollo de la región. Un presidente que ha entendido que habiendo policías

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VELAVERDEEscrito por Carlos Bruce / Lunes, 18 de mayo de 2015

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VELAVERDEEscrito por Carlos Bruce / Lunes, 18 de mayo de 2015Cuidado con el desgobierno Lo sucedido la semana pasada en Arequipa nos muestra que estamos ante un gobierno capaz de llevar al pas al borde del abismo por la falta de accin oportuna y eficaz. La escalada de la violencia azuzada por oscuros dirigentes antimineros lleg al extremo de arrinconar al Estado al pisotear impunemente el principio de autoridad y el respeto a la ley. Un escenario sombro, con ausencia de liderazgo, que amenaza seriamente la gobernabilidad del pas.La accin tarda del presidente Humala y su gobierno, luego de un preocupante vaco de poder, no ayudar a revertir el deterioro de la confianza, el desaliento y frustracin de los agentes polticos, sociales y econmicos del pas. Ms bien, nos muestra que hay serios problemas en la Casa de Gobierno.Como bebiendo de su propia medicina, el presidente Humala est afrontando, sin xito, una severa crisis poltica iniciada en Islay, producto de una desbordada protesta extremista impulsada por seudo dirigentes que rechazan toda inversin minera en su regin. El mismo tipo de protesta anti minera que l impuls en el 2011cuando era el candidato de polo rojo.Hoy, Humala est comprobando en carne propia el peligro que significa ceder ante los reclamos de los elementos radicales que buscan empoderarse a travs del caos y el desgobierno sirviendo a intereses oscuros, que no tienen nada que ver con el desarrollo de la regin. Un presidente que ha entendido que habiendo policas asesinados o heridos no era posible acercarse a dialogar con esa clase de dirigentes. As, hemos visto al Estado derrotado por su incapacidad para imponer la ley y el orden, arriesgando la gobernabilidad. Ahora vemos a un gobernante abrumado ante su grave responsabilidad de no arriesgar la gobernabilidad, sin la cual se echara a perder todo lo avanzado. Un riesgo que, lamentablemente, se hace latente ante la falta de liderazgo, de autoridad y de respeto a la ley como se ha visto en Arequipa.El desgobierno que se vivi en Islay la semana pasada, en medio de un incendio que puede convertir en cenizas cualquier proyecto minero, nos demuestra que este gobierno no es capaz de aprender de sus errores y que slo acarrear ms desconfianza, desaliento y frustracin en la poblacin.La falta de autoridad y del imperio de la ley, en medio de la precaria institucionalidad que caracteriza al pas, es una amenaza tremenda contra el Estado de Derecho que no podemos aceptar sin poner en riesgo todo lo hemos avanzado en los ltimos catorce aos. Por ello, es responsabilidad primera del presidente y su gobierno asegurar los elementos bsicos que hacen posible el ejercicio del poder.Con lo que ocurra en Ta Mara se pone en juego ya no slo la continuidad de las inversiones, elemento primordial del crecimiento, sino principalmente el funcionamiento y legitimidad del Estado frente a la comunidad y a las empresas. As, desde Conga hasta Ta Mara, cosechando tempestades, el gobierno enfrenta la responsabilidad de evitar la paralizacin de la economa y asegurar la gobernabilidad.