Seminario de Filosofía Teórica 19 de mayo de 2016

Catalina BadawyCuestionario: Encarnación, Michel Henry.

1 ¿En qué consiste la distinción que realiza Henry entre carne y cuerpo?

Michael Henry comienza su Introducción distinguiendo los términos carne, que de comienzo lo describe simplemente como un cuerpo perteneciente a los seres vivos, y cuerpo, como material del que se ocupa la física cuántica, como también la química y la biología.

Yendo de fondo a la distinción entre estos dos términos, la diferencia clave que habría está en que el cuerpo como carne se experimenta a sí mismo. Este participa en la encarnación, la cual consiste en el hecho de tener carne, de ser carne. Y es así como se tiene conciencia de si mismo, se experimenta, siente lo que le rodea. Cada persona experimenta de forma inmediata su cuerpo, experimenta el mundo que lo rodea. En primer lugar se experimenta a sí mismo, el esfuerzo físico o el placer, el beber agua, por ejemplo.

En cambio, el cuerpo inerte sería algo semejante al que se puede construir utilizando los procesos materiales extraídos de él, organizándolos y combinándolos según las leyes de la física. No experimenta nada. Es así como carne y cuerpo se oponen, la carne es susceptible de sentir el cuerpo exterior a sí, de tocar así como de ser tocado por él.

2. ¿Cómo se enfrentan con la idea cristiana de encarnación el Logos griego y el judaísmo?

Para el dogma cristiano, la tesis crucial es la salvación del cuerpo, la encarnación de Dios para salvar a los hombres de la muerte del cuerpo material, la inmortalidad del hombre descansa en la resurrección del cuerpo. Esta tesis los griegos y judíos la encuentran absurda.

Para los griegos el Logos despliega su esencia allende el mundo sensible y todo lo que le pertenece. Es así como el hombre, al ser provisto de Logos, contempla un inteligible puro, una esencia intemporal de un universo inteligible, posee a su vez un alma, pero depende de lo sensible, por lo cual está condenado a la descomposición y a la muerte, es un ser perecedero. Solo al alejarse el alma del mundo se puede unir al noûs eterno y contemplar eternamente lo Inteligible.

Por otro lado, los judíos no compartían esta concepción dualista de alma y cuerpo de los griegos. El hombre es una unidad unitaria, donde no hay jerarquía entre dos sustancias distintas ni resulta de su síntesis. Su distancia al pensamiento cristiano radica en que el

judaísmo ve al mundo separado de Dios, el cuerpo terrestre es miserable y está condenado a la muerte. La salvación se da por la voluntad todo poderosa de Dios quien nos conserva la esperanza. Por lo tanto el hecho de que Dios sea lejano e invisible se le opone que se convierta en carne a propósito para sufrir el suplicio de una muerte que es reservada para los malvados. Sería absurdo que un hombre pretenda ser Dios.

3. ¿Qué aspecto de la encarnación refuerzan los Padres de la Iglesia al combatir las herejías?

Los padres de la Iglesia son grandes pensadores que se dedicarán a la reflexión intelectual de la salvación del hombre. Buscan resaltar la realidad del cuerpo de Cristo, quien al hacerse carne, tenía un cuerpo real, una carne real semejante a la nuestra. Su fin es ver al cuerpo de Cristo como condición de identificación del hombre con Dios en contra a los pensamientos de quienes veían el cuerpo de Cristo como sólo aparente, rechazando la condición humana.

4. ¿Qué problemas se suscitan con la explicación de la distinción de propiedades en la Persona de Cristo?

El gran problema con el que los pensadores se encuentran está en la distinción de las propiedades en la Persona de Cristo, al ser una sola y misma persona, esta relación Dios/hombre. El que si Dios puede hacerse hombre bajo la forma del Verbo que se hace carne en una sola y misma persona.

Esta unión de dos naturalezas debe ser la de sus propiedades, de dos series de propiedades, unas pertenecientes a Dios, otras al hombre.

5. ¿Cuáles son las tres explicaciones de la Encarnación del Verbo y sus consecuencias o derivaciones?

La primera de las tres explicaciones de la Encarnación del Verbo y sus consecuencias o derivaciones es que el Verbo de ha hecho carne para revelarse a los hombres. El devenir visible del Verbo en un cuerpo visible, sería el comienzo de su revelación. Entonces, la primera dificultad es que, al manifestarse a los hombres, nada comprobaría que tal carne, Cristo, es del Verbo.

La segunda viene de las palabras de San Juan. Al decir que “se ha hecho carne”, por una parte se trata de carne y no de cuerpo y que no ha revestido el aspecto de esta carne. No se trata de forma, aspecto y apariencia, sino que de realidad.

Tertuliano también, en el contexto, se pregunta acerca de qué clase de carne podría ser Cristo y de dónde viene. Que se trate de una carne como la nuestra, significaría una carne formada del limo de la tierra. Según Juan, la carne del Verbo no procede del limo de la tierra, sino del Verbo mismo, se ha hecho carne de él mismo, en él mismo y por él mismo.

Entonces, la revelación de Dios en su Verbo es el hecho del Verbo mismo y la carne es la revelación del Verbo, la del Verbo que ella lleva consigo.

6. A la luz de estas explicaciones ¿Cuál sería el concepto de carne que él maneja tanto en el hombre como en Cristo?

La Archi-inteligibilidad. El modo de revelación diferente, lo que se revela es de un modo distinto de aquél por el que el mundo deviene visible, lo que revela se compone de realidades invisibles en ese mundo, apercibidas por el pensamiento. Es una auto-generación en calidad de auto-revelación en su Verbo.

Al experimentarse, sufrirse, padecerse y soportarse a sí mismo, gozando de sí según impresiones renacientes, es susceptible de sentir el cuerpo exterior a sí, de tocar así como de ser tocado por él, pero además, adviene en ella una Ipseidad que le es así consustancial. Ipseidad designa el hecho de ser sí mismo, el hecho de ser un Sí.

El primer Sí Viviente generado por la Vida como aquello en lo que ella se experimenta y se revela a sí misma en ese Sí que es por ello su auto-revelación.