cuerpo

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 2 Presentación H emos crecido con timidez. La danza contemporánea en las uni- versidades tiene la edad adolescente de quien se sorprende ante su potencial; de quien mira hacia atrás y no sabe a qué horas cambió de piel y, menos aún, en qué momento el acercamiento a la expresividad del cuerpo se volvió pasión. De la práctica amateur a la reexión académica, la Universidad Jorge T adeo Lozano cumple más de 15 años realizando el Festival Universitario de Danza Contemporánea. Hoy, hacemos parte integral del escenario nacional de la danza, hemos sido acogidos por bailarines, coreógrafos y muchos otros entusiastas que gravitan alrededor de este arte sensorial y uido, quienes también nos han reconocido por generar conocimiento, aanzar vasos comunicantes, incentivar la formación y ay udar a integrar –parafraseando a Ana Milena Navarro– el archipiélago de esfuerzos dan- císticos que se mueven en Bogotá y otros lugares de nuestra geografía. Aunque se gestó en el Centro de Arte y Cultura de la Tadeo, es un Festival de todos; hemos logrado la participación de las principa- les universidades del país y motivado el interés por un movimiento en el que priman los torsos, los talones, la respiración, las pantorrillas, el diafragma, el ritmo y sobre todo la mística que se deriva de la armonía entre la mente y el cuerpo. La danza contemporánea es el estímulo que han aprovechado estudiantes, docentes y profesionales para alcanzar y/o recuperar el equilibrio entre lo material y lo espiritual, la razón y la imaginación, la sensibilidad y el pensamiento. No olvidemos las palabras de Pina Bausch “No es tan importante saber cómo nos movemos, como saber qué es lo que nos mueve.” El Festival nace en 1996 casi paralelo al programa de la ASAB –en esa época era el único pregrado en danza contemporánea del país– y poco a poco nos fuimos adaptando a la realidad del medio universitario: un espacio con muchas posibilidades pero precario en escenarios y pre- supuesto. Con “¡templanza!” como exclamaría Álvaro Restrepo ante la adversidad, nos ajustamos a las limitaciones y sembramos una semilla en cada universidad que nos fue conociendo, hicimos presentaciones en escenarios no convencionales, tocamos puertas en entidades públicas y privadas con las que fuimos estableciendo alianzas y patrocinios y, así, le fuimos dando credibilidad a un sueño que comenzó con cinco gru- pos universitarios y hoy es un fenómeno que cuenta con un promedio de cincuenta universidades colombianas, invitados internacionales y el reconocimiento de un público que se acerca por curiosidad y se queda por convicción.

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cuerpo, corporeidad

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  • 2PresentacinH

    emos crecido con timidez. La danza contempornea en las uni-versidades tiene la edad adolescente de quien se sorprende ante su potencial; de quien mira hacia atrs y no sabe a qu horas cambi de piel y, menos an, en qu momento el acercamiento a la expresividad del cuerpo se volvi pasin.

    De la prctica amateur a la reflexin acadmica, la Universidad Jorge Tadeo Lozano cumple ms de 15 aos realizando el Festival Universitario de Danza Contempornea. Hoy, hacemos parte integral del escenario nacional de la danza, hemos sido acogidos por bailarines, coregrafos y muchos otros entusiastas que gravitan alrededor de este arte sensorial y fluido, quienes tambin nos han reconocido por generar conocimiento, afianzar vasos comunicantes, incentivar la formacin y ayudar a integrar parafraseando a Ana Milena Navarro el archipilago de esfuerzos dan-csticos que se mueven en Bogot y otros lugares de nuestra geografa.

    Aunque se gest en el Centro de Arte y Cultura de la Tadeo, es un Festival de todos; hemos logrado la participacin de las principa-les universidades del pas y motivado el inters por un movimiento en el que priman los torsos, los talones, la respiracin, las pantorrillas, el diafragma, el ritmo y sobre todo la mstica que se deriva de la armona entre la mente y el cuerpo. La danza contempornea es el estmulo que han aprovechado estudiantes, docentes y profesionales para alcanzar y/o recuperar el equilibrio entre lo material y lo espiritual, la razn y la imaginacin, la sensibilidad y el pensamiento. No olvidemos las palabras de Pina Bausch No es tan importante saber cmo nos movemos, como saber qu es lo que nos mueve.

    El Festival nace en 1996 casi paralelo al programa de la ASAB en esa poca era el nico pregrado en danza contempornea del pas y poco a poco nos fuimos adaptando a la realidad del medio universitario: un espacio con muchas posibilidades pero precario en escenarios y pre-supuesto. Con templanza! como exclamara lvaro Restrepo ante la adversidad, nos ajustamos a las limitaciones y sembramos una semilla en cada universidad que nos fue conociendo, hicimos presentaciones en escenarios no convencionales, tocamos puertas en entidades pblicas y privadas con las que fuimos estableciendo alianzas y patrocinios y, as, le fuimos dando credibilidad a un sueo que comenz con cinco gru-pos universitarios y hoy es un fenmeno que cuenta con un promedio de cincuenta universidades colombianas, invitados internacionales y el reconocimiento de un pblico que se acerca por curiosidad y se queda por conviccin.

  • 3El movimiento dancstico en la Universidad ha permitido que ms de dos mil quinientos estudiantes, de todas las carreras, hayan tomado conciencia de su cuerpo, lo que se traduce en mujeres y hombres respe-tuosos de su propia corporalidad, del espacio que ocupan los dems y con las capacidades de autoconocimiento y autocontrol indispensables para una vida ms equilibrada. Asimismo, ha multiplicado las posibilida-des de los bailarines que antes eran empricos, o venan con formacin del exterior, pero que ahora encuentran un lugar idneo para desarrollar sus proyectos de dramaturgia y coreografa, mostrar sus obras y reflexio-nar al respecto desde la academia.

    Surge, entonces, una necesidad por pensar la danza, por construir conocimiento a partir de esta prctica artstica, por lo que en el 2010 desde el Departamento de Humanidades de la Tadeo se emprende un proyecto de investigacin llamado: Hacia una cartografa del cuerpo en el arte contemporneo, que rene diversas disciplinas como la esttica y la semiologa, entre otras con el nimo de responder a inquietudes acadmicas, disear estudios de postgrado sobre cuerpo y danza, prin-cipalmente, contribuir a la transformacin de la sociedad por una ms ldica, armoniosa y creativa, y colaborar para que se reconozca lo cultu-ral como transversal a todas las reas del conocimiento.

    Mente, cuerpo y danza son los elementos primarios para construir propuestas escenogrficas, dramatrgicas y coreogrficas que no son otra cosa que un lenguaje artstico tan particular y profundo a nivel humano que invitamos a escribir salvo dos excepciones a personas que se dedican a la danza contempornea y se han constituido en parte esencial de su crecimiento, de su desarrollo esttico y de la re-flexin acadmica que acompaa esta prctica vital. Por esta razn he-mos querido, desde la experiencia de las personas que la practican, la estudian, la ensean, la piensan y la enriquecen de diversas formas, entregar a nuestros lectores un documento textual y grfico que sea tambin contemporneo.

    Como siempre pasa, lo aqu publicado dista mucho de ser una tota-lidad, por lo que anticipamos una disculpa a todos aquellos que queda-ron afuera de estas pginas por razones de espacio, de tiempo o porque fuimos vctimas de nuestro propio invento: creamos un Comit Editorial tan riguroso que de casi cincuenta artculos que se recibieron publica-mos solo veinte.

  • 4Las personas que han hecho posible este movimiento son innumera-bles; imposible mencionarlas a todas sin correr el riesgo de dejar a alguien por fuera, pero nuestros agradecimientos van para todos los que segura-mente encontrarn su nombre en El Centro de Documentacin Audiovi-sual donde se estn recopilando y seleccionando fotografas y videos que sern divulgados, para su consulta, en la pgina web de la Plataforma Universitaria de Danza: www.plataformauniversitariadedanza.net.

    Agradecemos, tambin, el apoyo institucional que, como co-equi-peros, hemos recibido de las dems universidades participantes, del Mi-nisterio de Cultura, del Instituto Distrital de las Artes (IDARTES), de la Asociacin Colombiana de Universidades (ASCUN) y de la Secretara de Educacin del Distrito. Con esta ltima entidad, por ejemplo, acogimos el Festival Artstico Escolar en las universidades, dando, as, pasos con-ducentes para transmitir nuestra enriquecedora experiencia a nivel de primaria y secundaria para los futuros estudiantes de educacin superior en Colombia.

    Gracias tambin a la Tadeo. A los estudiantes de diseo grfico que han concursado, ao tras ao, por realizar el afiche y la imagen del Fes-tival; a los estudiantes de publicidad por las campaas publicitarias que han ideado; a los estudiantes de arte que han motivado interesantes tra-bajos con y sobre el cuerpo; a todos los funcionarios que han prestado su tiempo y su creatividad en la obtencin de espacios y la agilizacin de trmites administrativos y financieros sin los cuales no hubiramos podido sobrevivir; a las directivas por reconocer la dimensin y las po-sibilidades de la danza contempornea en la Universidad, al Centro de Arte y Cultura por su apoyo incondicional y al Departamento de Publi-caciones por esta Revista que ms que un producto editorial parece un montaje coreogrfico.

    Se advierte, de antemano, que casi la totalidad de las fotos utilizadas en esta edicin fueron escogidas exclusivamente como parte integral del diseo. A los editores les pareci que aquellas entregadas por los autores, salvo la cartula de Luis Carlos Celis y las ilustraciones de Felipe Camacho Otero para el artculo de lvaro Fuentes, eran tan dismiles en calidad y unidad visual que optaron por privilegiar el valor esttico de la imagen, por encima de cualquier otro tipo de consideracin.

    Estas pginas son, estimado lector, una mirada holstica a la danza contempornea y, dentro de este contexto, al cuerpo y la Universidad para seguir difundiendo las posibilidades del cuerpo en el sistema edu-cativo colombiano. Constituyen tambin un testimonio de que lo que ms cuesta trabajo trae consigo recompensas an ms gratificantes y significativas, adems: lo danzado no nos lo quita nadie!

    Maria Cristina VergaraDirectora, Plataforma Universitaria de Danza

    Centro de Arte y Cultura, Universidad Jorge Tadeo Lozano

  • RECTORDigenes Campos Romero (E)

    VICERRECTOR ACADMICODigenes Campos Romero

    VICERRECTOR ADMINISTRATIVO Y FINANCIEROHenry Jaramillo Meja

    DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, ARTES Y DISEOAlberto Saldarriaga Roa

    DIRECTOR DE PUBLICACIONES (E)Jaime Melo Castiblanco

    COMIT EDITORIAL Y DE CONSULTAJuliana AtuestaMaripaz BonnetClaudia De GreiffZoad HumarAlicia LlorenteFabio Lozano UribeAlejandro Ramrez LakovskyMargarita RoaMara Cristina Vergara

    EDITORFabio Lozano Uribe

    ARTE, DISEO Y DIAGRAMACINLaura Pez Castaeda

    FOTOGRAFAZoad Humar

    REVISIN DE TEXTOSViviana Zuluaga Zuluaga

    ASISTENTE DEL EDITORMary Lidia Molina

    COORDINACIN ADMINISTRATIVAHenry Colmenares Melgarejo

    Bogot D.C. Colombia

    Calle 22 No 3-30 Piso 5

    PBX: 2427030 3360066 Exts. 1150/1151

    www.utadeo.edu.co

    E-mail: [email protected] 77 Ao 2012 ISSN 0120-5250

    COLABORAN EN ESTE NMERO

    Juliana Atuesta, Felipe Camacho Otero, Isabel Cuesta, Rodrigo Estrada, Jenny Fonseca, lvaro Fuentes, Consuelo Giraldo, Mnica Gontovnik, Zoad Humar, Elosa Jaramillo, Nadia Lartigue, Ana Milena Navarro, Zoitsa Noriega, Laisvie Andrea Ochoa, Natalia Orozco, Eduardo Oramas, Ral Parra, lvaro Restrepo, Juliana Reyes, Margarita Roa, Coque Salcedo, Carlos Eduardo Sanabria y Mara Cristina Vergara.

    AGRADECIMIENTOS

    Ana Carolina vila, Alejandro Crdenas, Leyla Castillo, Gisela Castro, Henrry Ibargen, Andrs Lagos, Carlos Latorre, Claudia Mallarino, Carlos Ramrez, Marta Ruiz, Jos Luis Tahua, Lina Mara Villegas y Sheyla Yurivilca.

    COLOFNA la memoria de Felipe Duque Rueda ( 2012)

    DISTRIBUCINSandra Guzmn

    FOTOMECNICA E IMPRESINPanamericana Formas e Impresos S.A.

    EDITOR FUNDADORPedro Acosta Borrero ( 2000)

    PORTADA, FOTOGRAFIA DE LA PORTADA Y COLOFNLuis Carlos Celis

    Revista La Tadeo es una publicacin acadmica y no tiene fines de lucro.

    Revista La Tadeo aspira a dar permanente respuesta al reto creativo y de iniciativa acadmica que se inici con la Expedicin Botnica y que sirve de faro a nuestra Universidad. Sus pginas estn abiertas a las diversas corrientes ideolgicas del nuevo milenio, sin que las opiniones expresadas por los colaboradores reflejen necesaria-mente las de la Revista, que desea ser ctedra libre constante, con la condicin sine qua non de la calidad literaria e intelectual. Por tratarse de una publicacin institucional, dar obvia preferencia a los artculos surgidos en la Universidad y acoger los de autores y entidades que compartan la temtica especfica de cada edicin.

    5

  • 6CONTENIDOPRESENTACINMARA CRISTINA VERGARA

    Arqueologa (potica) de un cuerpoLVARO RESTREPO

    LAS POSIBILIDADESUn ser innombrable. Una reflexin sobre el proceso de creacin colectiva e interdisciplinar de la obra InvestidurasJENNY FONSECA TOVAR

    Ilusin, presente, contacto. Terreno de juego en la creacin de A y BMARGARITA ROA VARGAS

    Tejedores de sentidoJULIANA REYES

    Debate con vino, ron o jugo de maracuyNADIA LARTIGUE ZASLAVSKY

    Fragmentos del libro: El dramaturgista y la deconstruccin en la danzaLVARO FUENTES MEDRANO

    LOS PARMETROSCrtica para la danza: entre la luz, la flaqueza, el afecto y los francotiradoresRODRIGO ESTRADA

    Entre bailarines y bailadores. De cmo las danzas tradicionales se vuelven contemporneasELOSA JARAMILLO ARANGO

    Improvisar o qu ha podido pasar?NATALIA OROZCO

    1517

    63

    2

    25

    71

    9

    35

    79

    41

    51

    61

  • 7LAS ASIMILACIONESExperiencias en torno a la improvisacinEDUARDO ORAMAS

    Tres reflexiones sobre la danza contempornea como experiencia de alteridad en la institucin educativaCONSUELO GIRALDO

    Danza integrada: entre el desenfoque y el zoomLAISVIE ANDREA OCHOA GAEVSKA

    LAS INTERMITENCIASTres relatos sobre la geografa de un cuerpo en movimientoISABEL CUESTA

    De lo disciplinar a lo liminal del cuerpoCOQUE SALCEDO

    Olvido y recuperacin del cuerpoCARLOS EDUARDO SANABRIA

    LOS AMATEURS PROFESIONALESFestival Universitario de Danza ContemporneaRAL PARRA GAITN

    NUESTRAS CONSTRUCCIONESHacer historia de la danza en Colombia?JULIANA ATUESTA

    Danza contempornea en Bogot, un archipilago de compromisosANA MILENA NAVARRO

    Cuestin de identidad: una reflexin en torno a la danza y el performance (conversacin que no termina)MNICA GONTOVNIK

    Expresiones antropofgicas para un canibalismo sin sentidoZOITSA NORIEGA

    858795

    103

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    139

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    189

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    111

    137

    171

  • 8Grupo: Academia de Artes Guerrero.

    Obra: Cuatro momentos para

    Vivaldi. Direccin: Natalia Reyes. (Foto:

    Zoad Humar)

  • 9Arqueologa (potica) de un cuerpo1

    lvaro Restrepo

    Mi cuerpo era el de un nio frgil, sensitivo, y temeroso del peligro. La educacin que recib y que escribi en mi piel sus dogmas y preceptos, tanto en la escuela como en el hogar paterno, lo hicieron an ms frgil e inseguro. Los deportes, el juego rudo y la violencia implcita en el entrenamiento que busca convertir al nio en hombre, siem-pre me atemorizaron. Saba intuitivamente que existan otros caminos para esculpir el

    carcter: el cario, la dulzura, el trato delicado y digno, la amistad, la camaradera, la autoridad conquistada a fuerza de respeto mutuo, la inteligencia, la sensatez. En mi cabeza encontr un re-fugio para sobrevivir y para evitar el sufrimiento: para sacarle el cuerpo al cuerpo. En ese entonces no saba que la cabeza y sus regiones tambin eran el cuerpo.

    En el centro de adiestramiento que llambamos colegio, tambin la cabeza era el epicentro de la nocin de vida que buscaban inculcarnos. Una mezcla perversa del pragmatismo norteameri-

    cano ms descarnado y de la doble moral catlica, impregnaba el sentido de la educacin que in-tentaba adiestrar varones provenientes en su mayora de las clases privilegiadas para que asu-

    mieran un da el relevo en la conduccin del pas, pensando y sintiendo como norteamericanos y confiando ciegamente en la omnipotencia de la razn y del dinero como motores del cosmos.

    El cuerpo, la educacin del cuerpo, se limitaba al aprendizaje de rutinas gimnsticas mecnicas y a prcticas deportivas convencionales. La destreza mental deba acompaar a la fsica, espe-

    cialmente en el campo de las matemticas, que en esos aos empezaban a ser modernas y que en este centro educativo eran una verdadera obsesin y, para m, una tortura. Quien fuera torpe

    con la mente para las matemticas y torpe con el cuerpo para el ftbol, estaba condenado a la extincin o a la condicin de minusvlido.

    1 Texto ledo por lvaro Restrepo como conferencista invitado al evento creAccin, miradas mltiples, realizado por la Facultad de Ciencias Humanas, Arte y Diseo, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. (Nota del editor)

  • 10

    Mi padre crea honesta y, sobretodo, firmemente que sta

    era la mejor orientacin para for-jar un hombre capaz de enfrentar y

    de doblegar al mundo. En el ambiente familiar, como prolongacin del escolar,

    tambin era una obsesin la construccin del carcter a travs de una disciplina por

    momentos basada en la intimidacin y el cas-tigo fsico.

    Recuerda mi cuerpo que el primer da de colegio, cuando apenas contaba con seis aos de edad, una

    monja enardecida me revent la boca y la nariz por-que no haba entendido una instruccin suya en ingls.

    Llorando me suplic despus que no se lo dijera a nadie, mientras me limpiaba arrepentida la sangre. Este episodio,

    que narro no para suscitar la compasin sino para contextuali-zar el inicio del viaje de mi memoria corporal, marc de ma-

    nera indeleble mi comprensin de lo que la verdadera educacin debe ser. Mi cuerpo recuerda con vvida

    rabia y agona este momento y creo que des-de entonces se dio a la tarea, sin saberlo, de encontrar otro lenguaje para nombrar la vida.

    Tambin recuerda este cuerpo con una in-tensidad alucinada y trmula, una actividad

    con la que quiso mi padre hacerme compae-ro de sus aficiones: la caza. Muchos domin-

    gos de mi infancia y temprana adolescencia lo acompa a regaadientes a unas intermi-

    nables caceras por los pramos de las goteras de Bogot. Recuerda mi cuerpo el momento

    del despertar en la madrugada, el agua fra de la ducha, el viaje hacia el pramo pasando

    por el frente de la penitenciara de La Pico-ta, el fro, la niebla y la llovizna pertinaz que

    acompaaban las caminatas a travs de estos desiertos helados de una belleza singular, que

    en esos aos yo no poda percibir. Recuerda tambin la sangre tibia, de las perdices y de

    las liebres, que empapaba mis pantalones.

    Quien fuera torpe con la mente para las

    matemticas y torpe con el cuerpo para el ftbol,

    estaba condenado a la extincin o a la condicin

    de minusvlido.

    Compaa: Danza Comn. Obra: Arrebato. Creacin colectiva. (Foto: Zoad Humar)

  • 11

    Nunca pude, por mucho que lo inten-t, compartir el placer que a mi padre le

    causaba este deporte/hobby. No puedo negar el prodigio que era ver a los perros cazadores

    recorriendo el terreno, buscando frenticos a sus presas, deteniendo en seco su carrera y acechndolas

    en cmara lenta con elctrica precisin, hasta obligarlas a levantar el vuelo hacia la muerte. Pero mi cuerpo per-

    ciba todo esto como violencia pura e innecesaria. Cuando no se caza para sobrevivir, no se justifica esta actividad como

    diversin. Sin embargo, creo que el hecho de caminar en silencio durante horas detrs de mi padre, cargando las perdices y las lie-

    bres muertas, rematndolas cuando quedaban malheridas, escalando montaas y sumergindome en pantanos helados, molde de cierta for-

    ma mi voluntad y disciplin algunas regiones de mi cuerpo y de mi espritu.

    Afortunadamente, en medio de este riguroso aprendizaje existi en mi in-fancia, de manera paralela e intermitente, un oasis de espiritualidad autntica, de

    relacin con el arte y con su diosa mayor, la msica. La figura de mi ta abuela Mara Cristina (Maruja) de Len de Luna quien resida en Cartagena, la ciudad de mis ances-

    tros, encarn este oasis. Maruja, pianista, organista, gestora cultural, amiga de poetas y escritores, beata, primera Reina de los Estudiantes de Bolvar en 1922 por su simpata,

    cultura e inteligencia (no por su belleza exterior) fue quien despert y revel mi inclinacin hacia el arte. De ella recib mis primeras lecciones de piano, instrumento que estudi con fervor durante nueve aos, en una relacin intensa y conflictiva, que culmin a los dieciocho, con la decisin de venderlo para buscar caminos en Europa. Las vacaciones escolares al lado de Maruja las conservo en la memoria como los perodos ms hermosos y plenos de mi infancia, tal vez porque su dulzura y profundidad contrastaban con el rigor de la frula paterna y de la inclemente educacin benedictina.

    Produccin: IDARTES. Obra: Carmina Burana. Direccin: Juan Carlos Agudelo. Coreografa: Jairo Lastre. (Foto: Zoad Humar)

  • 12

    Cartagena de Indias tambin se convirti para m en un lugar mtico del cual yo senta que me haban arrancado para educarme en la ca-

    pital, a pesar de haber visto la luz por primera vez y por accidente en la ciudad de mi abuelo paterno, Medelln. Cartagena y Maruja unidas

    eran sinnimos de mi felicidad de nio retenido en Bogot, una ciudad que nunca pude sentir como ma. Mi cuerpo recuerda la tibia lumino-

    sidad de los despertares en Cartagena, en una cama con toldillo, el olor del pan siempre blando, los hedores de la ciudad marina, la caricia de la brisa y el furor de las tormentas tropicales. Haba descubierto la

    poesa en Cartagena y all se qued mi corazn.

    En esos aos descubr tambin, tanto en la lectura como en la es-critura, mi pasin por la palabra. Las angustias de la adolescencia, las vicisitudes del crecimiento y de la construccin de una personalidad,

    encontraron un refugio en la literatura y sobretodo en la poesa. Al ter-minar el colegio, sumido en una gran desorientacin vocacional ante

    la poca ayuda que la educacin tradicional proporciona al joven para auto-descubrir sus predisposiciones y talentos, decid estudiar Filosofa

    y Letras.

    Yo tambin necesitaba ocuparme de mis fantasmas

    y dolores, fue entonces, a los 24 aos, cuando por primera vez supe que de mi cuello colgaba algo ms

    que un vehculo para transportar mi cabeza de un lugar a otro.

    LExplose. Obra: En otra parte. Direccin: Tino Fernndez.

    Dramaturgia: Juliana Reyes. (Foto: Zoad Humar)

  • 13

    Encontr el amor o mejor la libertad de amar. Y cuando hablo

    del amor, hablo sobretodo del auto-respeto y de la aceptacin

    de los lmites y de las posibilidades intrnsecas en

    todo hombre.

    Quera escribir. O mejor quera expresarme y pens que dedicara mis das a la literatura. Pero al cabo de un par de aos de estudio en la Universidad de los Andes, me di cuenta de que mi camino era otro, de que me estaba volvien-do an ms cabezn y de que mi Ser necesita-ba otros canales para decir la vida. An en ese entonces no sospechaba que mi cuerpo era el camino para emprender ese rescate.

    En ese entonces tuve un encuentro mara-villoso en el Urab antioqueo con un ser que cambiara el curso de mis das: el sacerdote sa-lesiano Javier de Nicol, apstol de los nios de la calle, quien con su entrega visionaria y generosa me hizo comprender el sentido de la solidaridad y la fraternidad, en un pas donde cada da se vuelven ms extraos estos voca-blos. Durante dos aos trabaj en diferentes reas del proyecto del Padre Nicol y fue a tra-vs del contacto con estos nios guerreros que apareci mi inclinacin hacia el teatro. Primero lo percib como una herramienta pedaggica por medio de la cual podra ayudar a estos mu-chachos a exorcizar muchos de sus fantasmas y dolores. Luego me di cuenta de que yo tam-bin necesitaba ocuparme de los mos y fue entonces, a los 24 aos, cuando por primera vez supe que de mi cuello colgaba algo ms que un vehculo para transportar mi cabeza de un lugar a otro.

    Una condiscpula ma, la actriz Rosario Jara-millo, quien haba tenido contacto desde nia con la danza, fue la primera persona que de-tect las posibilidades latentes en mi cuerpo. Fue ella quien me habl por primera vez, en-tre muchas otras cosas, del empeine y del arco de mis pies prefabricados para la danza, de mi elasticidad natural, de la energa que debe salir de la punta de los dedos y proyectarse como rayos lser en el espacio, de las posiciones b-sicas y las reglas doradas de la anatoma y la kinesiologa. Rosario despert mi cuerpo y, a partir de este despertar, se sucedieron una se-rie de acontecimientos, mgicamente encade-nados, que me llevaron a dejarlo todo por la danza y emprender la aventura de esculpir un cuerpo, a una edad en que muchos pensaron que haba perdido el juicio.

    Danza Comn. Obra: Los albinos. Direccin: Sofa Meja.

    (Foto: Zoad Humar)

  • 14

    Mi encuentro con la gran bailarina y core-grafa Jennifer Muller, quien vino a bailar a Bogot, y que por un afortunado extravo de un elemento esce-nogrfico tuvo que montar una obra de emer-gencia, hizo que yo tuviera contacto, por primera vez, con una compaa profesional del ms alto nivel mundial. Jennifer escogi cinco extras en la escuela de teatro que yo fre-cuentaba y recuerdo que llor de alegra cuando descubr, viendo a sus ngeles danzar, que ste era el lenguaje que mi cuerpo anestesiado y amordazado haba estado buscando, sin saberlo, durante tantos aos de vacilacin y angustia. Luego vendra un perodo frentico de despertar, recuperacin sensorial e inicia-cin con mi primera maestra la argentina Cuca Taburelli. Y al cabo de dos aos, Nueva York donde permanec casi seis aos y donde confirm de manera irreversible, mi vocacin y mi pasin.

    All tuve el privilegio, que no me canso de agradecer a la vida, de estudiar con grandes figuras de la dan-za mundial: la descomunal Martha Graham, en cuya escuela permanec cinco aos, Merce Cunningham, Anna Sokolow, la misma Jennifer Muller, y quien fue-ra mi maestro y compaero decisivo, el sur coreano Cho Kyoo-Hyun, a quien conoc en la escuela de Graham. Nueva York me dio todo lo que puede ofrecer a un bailarn y a un artista. La meca de las mecas, me revel dimensiones del mundo y de la vida que slo all pueden ser percibidas. Nueva York est indisolublemente ligada a ese perodo de mi vida que yo no dudo en calificar de resurreccin/insurreccin. All fui feliz pero, sobre todo, all comenc verdaderamente a ser. Como Ser Huma-no y como artista. Encontr el amor o mejor la libertad de amar. Y cuando hablo del amor, hablo sobretodo del auto-respeto y de la aceptacin de los lmites y de las posibilidades in-trnsecas en todo hombre.

    A partir de entonces se inicia una nueva era. Mi cuerpo encuen-tra su voz y el artista su camino.

    Bailarn y coregrafo. En 1986 fund su propia compaa, Athanor Danza, presentando sus obras en ms de 50 pases

    de Amrica, Asia y frica. En 1992 fue nombrado subdirector del Instituto Colombiano de Cultura y en 1993 Director de la Academia

    Superior de Artes de Bogot (ASAB). Desde 1995 vive y trabaja en Carta-gena de Indias, donde fund en 1997 El Colegio del Cuerpo, con la bailarina,

    coregrafa y pedagoga Marie France Delieuvin. Ha recibido diferentes distin-ciones y premios, entre los cuales cabe mencionar: Gran Premio Pegasus Mobil Oil, Hamburgo 1992 por su obra Rebis; Premio Nacional de Periodismo Simn Bolvar 2007; Ttulo Honoris Causa Licenciatura en Educacin Bsica en Danza de la Universidad de Antioquia.

    lvaro Restrepo

    LExplose. Obra: Martini Blues Cabaret. Direccin: Tino Fernndez. Dramaturgia: Juliana Reyes. (Foto: Zoad Humar)