cuentos, visiones y otras palabras
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Cuentos, visiones y
otras palabras
Colección publicada por Hilando C. C.Quinta normal, Santiago, Chile.Poeta Pedro Prado 1681Fono. [email protected]
Primera edición Octubre 2015Santiago de Chile
Fotografías y textos: Yolanda Pimentel
A vecessomos un abismo
e x t e n d i d o s
sobre el pulsode una estrella
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Margarita se quedó mirando el cielo, la abuela le habló de la princesa de la luna, de los viajeros espaciales, muchos sonidos bonitos que ha Margarita le parecieron un paisaje lleno de colores y movimientos. No fue fácil convencer a su perro Tachi, le gustaba dormir por las noches no dársela de aventurero, pero al ver que la niña se hacía un traje espacial con los restos de su lavadora de
juguete, no le quedó más remedio. Era hermoso el universo, la abuela tuvo que visitarlo hacía rato sí, porque la princesa de la luna ya se había ido a vivir a otra galaxia, ahora era escritora de cometas, casi como tatuadora de historias espaciales, casi porque como los cometas se van deshaciendo las historias siempre volvían a ser polvo de estrellas. Para poder visitarla había que transportarse por un agujero negro, pero no era cosa que cualquiera podía hacer, tanto movimiento por ellos había dejado el universo un poco inestable, de paralelismos convergidos en cuánticas posibilidades, así que se había decidido, por cosas de sensatez y sentido común que sólo viajarían los que pudieran responder tres verdades, Margarita que siempre ponía tención las sabía,
cosa de niños.
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Existe un tiempo en el que yo ando, es transparente y flexible. Me levanto, muevo un pensamiento que se hace colores y formas, lo arrastro hasta la tierra y con barro le voy dando materia. Se pasan los soles y las lunas como danza espacial en ese tiempo, pareciera les gustara cantar canción constante, solemne. Altísima melodía de viento y sonido propio, perpetuo, pasible y compasivo que se enternece, se vuelve con otro esta sinfonía en la que arrastro mis ojos por todo el universo, las estrellas me cuentan que aún están vivas, que todo es ilusión, y la forma de barro ya tiene pies y camina, se puso un nombre. No ha pasado más que un respiro, que son diez
latidos de mi corazón.
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En el monasterio habían sermones, habían rutinas, ejercicios, prácticas para la iluminación, y el pequeño monje que ya llevaba varios ciclos en el trámite sintió de repente ganas de certezas, así que se fue a dar vuelta por el mundo, imaginó que se encontraría con ella, la certeza, cuando viera todas las verdades, y se fue haciendo conocido con su trajecito de monje y el cuenco cantor, se le trataba con respeto, pero desconfiado de tanto barullo se escapa de un lugar a otro, les vio dolores a la humanidad, le vio entusiasmos, le vio ingenio e ingenuidad, y ya con tantas caras del prisma, parecía que armarla, la certeza, era tarea imposible, pero tanto hacer sonar el cuenco y mirar a la gente con ganas de verle el alma, le hicieron talado profundo, no fue sorpresa para la vecina cartonera, que le llevaba un poco de su comida todas las mañanas, verlo un día partir sobre una burbuja de colores en dirección al sol “ya habrá sabido” se dijo la
mujer mientras cuchareaba el arroz y las papas.
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Libertad infinita de hacernos a nosotros mismos
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Hay verdades que sólo se pueden conocer cuando la piel se hace áspera, cual tronco de árbol que se ha encontrado con muchos amaneceres. A la mujer lakota que había amamantado siete hijos, que había criado a otros seis, la revelación se le hizo cosa simple. Se dice que una mañana antes del sol, antes que los sonidos despertaran, se escabulló por la montaña, ella la conocía bien así que fue directo a la roca que le vio nacer, largas lunas se sentó en ella a cantarle a las estrellas, estaba agradecida de su existencia y esta vez guardó silencio, es que corazón se vuelve sensato cuando la vida pasa ante los ojos como aleteo de libélula , saberse hecha de tierra le daba consistencia a la mujer que solemne miraba el cielo, respirando pausado, al final se trataba de detenerse en el tiempo, no se le ocurrieron palabras, ni imagen, la hembra empezó a hacerse de otra materia, de tribu morena conoce de cuna saberes valiosos pa mirar sabiéndose río, piedra, agua, viento y la mujer Lakota
vibraba colores que le hacían risas al universo.
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Las voces allá no suenan, bailan, se abrazan
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¿Quién responde las preguntas? Decía el niño al padre. “Las preguntas son esas cosas color vapor humeantes que se hacen de ojos, manos, palabras y ciertos destellos en la frente, un querer agarrar universos entre los dedos, un permitirse horizontes más gigantes, porque es impulso al movimiento, búsqueda de almas curiosas, búsquedas que permiten encuentros” ¿pero quién las responde? Replicaba curioso el niño, el padre ojos azules se puso a mirar el cielo y se anduvo perdiendo entre algunos silencios que le ampliaban el alma, el niño repitió su gesto y un pájaro voló en dirección a las nubes. El niño se afirmó fuertemente de la mano del padre, la luna llena se reflejaba en el lago, “cada uno responde sus propias preguntas” dijo al fin “es un hablar con uno mismo, para
sentir que es abarcable esta inmensidad”.
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Dan ganas de vida de detenerse un momento
hay un pálpitoes tu voz es mi voz.
No logro mirar sin conmoverme
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¿ves eso que se te reúne dentro?Se dice que solo existen perspectivas
espacios y tiempos.Somos un punto flotando en el
universo somos pequeños
increíblemente pequeñosy miramos.
Se dice lo de las perspectivascada organismo con su universo
cada universo un organismo.Me dijeron
que todo estáhecho
de lo mismo las plantas, el sol, la luna, tú, yo
¿se te hace agua el corazón?Yo tengo ganas de abrazarte.
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Cuantas decisiones, pasos, miradas, encuentros necesito para llegar a ti. Lo quiero planear, doblar a la esquina, pasar frente a la frutería sin mirar, 10 pasos por delante al pensar en el apetito venidero, los pasos desanudándose, las manzanas a la mochila. La risa del niño que me distrae del parpadeo del semáforo en verde y espero. Mi vecina a dos metros me saluda y yo me dejo estar “mi mamá está bien gracias, sí trabajando, no estoy tan flaca, es la ropa, que esté bien”. Me gustan los árboles, hay hojas hermosas en el suelo y reúno tres para ti, sé que te gustan mis gestos. Por san antonio hay ruidos que me aturden, me cambio a santo domingo, paso por el paradero de la 505, la micro se detiene y me dan ganas, no sé, me siento a la ventana y una señora al lado mío se queja del anciano que canta un poco ebrio para pedir unas monedas, yo miro al hombre y me entristezco, empatizo con su entrega, miro feo a la señora que se tapa la nariz cuando el hombre pasa por su lado, reviso mis bolsillos, algunas monedas , me levanto y toco el timbre. Estoy cerca de la quinta normal y me parece un buen lugar para dirigir pasos libres, se me cae una moneda por el bolsillo roto, me agacho, sonó cerca la caída pero no se ve y me paralizo antes de soltar
e irme, estoy planeando nuestro
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encuentro fortuito, ¿puede una moneda entorpecernoslas ganas? Me levanto, pero ya no sé para donde caminar, el instinto se me pone flojo, y la moneda sigue tarareando en algún lugar de mi inconsciente, me muevo hacia el parque, sólo para moverme y en la respiración se me suelta la incertidumbre, qué más da si todo es un juego, nacer, tener un nombre, con cometas rodeando nuestro nido, me rio y antes de entrar por el portón magnánimo miro hacia atrás, ahí estás con tu sonrisa cómplice, de encuentro humano, qué más da, es un paso efímero que huele a sueños, y si solo es un juego, entonces juguemos.
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Ver el mundo sentirlo inmensoquerer construirlo
reconstruirloun poco más armónico
los lazos humanosesas emociones
por donde comenzar el rumbo
cuando se quiere vivir todo.
Comprender,habitar,
dejarse ir, olvidarse,
hacerse uno.Buscar en mis genes
el recuerdo del primer reflejo del ojo
reconociéndosefrente al aguafrente al sol
frente al otro
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el espejo y este tránsito
que parece un esculpirse detalles en el tiempo
fragmentos, añoranzas,
juego, sonrisa,
mirada perdida, entregada ya a la suerte del otro.
A veces somos tan frágiles y bonitos, inocentes
creyendo que ponerle nombre al infinitonos da alguna certeza.
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A Torrealba se le había ocurrido esa mañana lo inesperado. Su psicólogo le dijo que hiciera algo nuevo y Torrealba esa mañana quiso no hacer lo que hacia todas las mañanas. Tomó la bicicleta de su hijo, que se había ido a la universidad, y salió andar. No cepilló sus dientes, ni lavó su cara. Se le hacía pesado el pedaleo porque tenía bastante sobrepeso y como que se sintió medio ridículo, la sensación se le hizo más pesada que los kilos y se refugió en una plaza. Se sentó junto a un árbol, la falta de oxígeno lo invitó a tenderse en el pasto. Miró el árbol, sus hojas iban y venían con el viento, eran frágiles, caerían irremediablemente en otoño, pero ahora estaban tan bellas, bailarinas para él, una sensación de apertura creciente en su pecho lo conmovió. Lloró, tenía 50 años, había estudiado ingeniería, se casó, encontró un buen trabajo y se mantuvo en él por más de 20 años, tuvo 3 hijos, dos en la universidad y uno aún en el colegio, se detuvo en el rostro de su hijo menor, quien prefería salir a hacer malabares antes que estudiar para las pruebas. Muchas veces lo castigó para que entendiera que la vida es así y que las cosas se tienen que hacer de una única manera. Torrealba miraba las hojas, recordó la cara de su
hijo y se dio cuenta de algo, pero no podía hacerlo
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lenguaje, no podía darle voz, así que se le fue derechitoa todo el cuerpo. La ciudad empezaba a funcionar poco a poco, las personas pasaban con rostro cansado, sin mirarse entre ellos, con paso acelerado y Torrealba resguardado en el árbol los pudo observar, sorprendido, ¿Esto es la vida? La pregunta le tocó hasta los intestinos y le dieron ganas de vomitar, de sacarse de adentro alguna materia oscura que se le pudo ir quedando de tanto descontento y resignación. A veces es sólo ese darse cuenta, ese pequeño suspiro en el alma, y la vida ha valido la pena.
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La vida anda sin reloglevántate con el sol
y encontrarás tu ritmoy encontrarás tu oficio
mira a la tierra y sus pequeño seresno andan con va y venes
reconocen su potencial y honrancada día el respirar.
La vida anda sin reloglevántate con el sol
y saluda a tu hermana y saluda a tu hermano
al de vientrey al latiente
y si quiere construirreúne la arcilla pa su fin
que es el tuyo porque en el compartirestá la fiesta y el festín
camina descalzosobre la tierra y los charcos
experimentaciónescribe más de una canción
y cántasela al viento
sin esperar que te responda el eco.La verdad es un nombre pa la realidad
pero no le creassi no sabe jugar
tu sonrisasabe más
que cualquier clase magistral.Compártete hazte de todos
sueltay sabrás amar.
La vida anda sin reloglevántate con el sol.
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sin esperar que te responda el eco.La verdad es un nombre pa la realidad
pero no le creassi no sabe jugar
tu sonrisasabe más
que cualquier clase magistral.Compártete hazte de todos
sueltay sabrás amar.
La vida anda sin reloglevántate con el sol.
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Sabes a que huelentus sueños
r e s p i r a
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los cometasno saben cual es
su nombre
por miy por todosmis
compañeros
es solo un juego
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Ahora te toca a ti, gracias por el viaje.
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crear y creer