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  • Cuentos para prevenir 2Dirigido a nios y nias de entre 6 y 12 aos

    para prevenir el consumo de drogas a travs de la educacin emocional

    Confederacin Espaola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos

  • ndiceIntroduccin .......................................................................................5

    La suerte de Rita ...............................................................................11

    La subasta infantil ..........................................................................47

    A la luz del sol...................................................................................73

    El vualo de la tarntula...............................................................101

    Autores:Clara Redondo (La suerte de rita, El vuelo de la tarantula)Chema Gmez de Lora (La subasta infantil)Esperanza Fabregat (A la luz del sol)Victoriano CamasIlustraciones:El Rubencio Coordinan:Pedro RascnFernando MartnPetra ngeles PalaciosPablo GortzarEdita:CEAPAPuerta del Sol, 4 6 A28013 MadridPrimera edicin:Noviembre 2009Maquetacin:Diseo ChacnImprime: ROELMA, S.L.L.JUNTA DIRECTIVA DE CEAPAPedro Rascn Macas, Fernando Martn Martnez, Jos Pascual Molinero Casinos, Jos Antonio Puerta Fernndez, Sara Ins Vega Nez, Petra ngeles Palacios Cuesta,Jos Luis Pazos Jimnez, Antonio Lpez Martn, Valle Vallano Bueno, Encarnacin Salvador Muoz, Manuel Gonzlez Erencia, Jess Antonio Fernndez Corrales, Adelma Mndez Henrquez, Juan Antonio Vilches Vzquez, Jess M Snchez Herrero, M Beln Garca Rodrguez, Manuela Ocaa Martn, Nuria Buscat Cancho, Francisco Montas Pamplona y Jess Salido Navarro

    CEAPA ha sido declarada entidad de Utilidad Pblica el 25 de Julio de 1995

  • INTRODUCCIN

    Animados por la buena acogida de Cuentos para prevenir, pre-sentamos ahora Cuentos para prevenir II, una nueva publica-cin con la que pretendemos seguir aportando recursos a pa-dres*, madres, profesorado y adultos en general interesadosen trabajar con nios y nias entre 6 y 12 aos la prevencindel consumo de drogas a travs de la educacin emocional.

    Como es sabido, innumerables estudios demuestran que es-tablecer en el hogar un clima caracterizado por su calidez, enel que prevalecen una alta implicacin, las buenas relacionesafectivas y un patrn de comunicacin fluido y armnico entresus miembros, es de vital importancia para prevenir el consumode drogas y otros problemas asociados (violencia, conductas

    * Aunque frecuentemente ser utilizado el masculino y el femenino simultneamente o el neutro, enocasiones para que la lectura sea ms cmoda hemos utilizado los trminos padres, alumnos, hijos, etc.en estos casos se deber entender que es en sentido genrico, si no se indica lo contrario.

  • emptico y construir una red de vnculos afectivos entrehijos/as con sus padres y madres. En un mundo meditico yvirtual, los cuentos surgen como una oportunidad de goce,para hacernos pensar, sentir y estremecernos. Nos revelan pro-fundidades que van ms all de su valor literario. Amplannuestra identidad, nuestro mundo interior y nos ayudan a des-cubrirnos, reconocernos y reconocer a los dems. En definitiva,los cuentos ayudan a:

    Identificar correctamente las diferentes emociones y senti-mientos, tanto las propias como las de los dems.

    Desarrollar el pensamiento emocional o la capacidad de re-flexionar sobre el mundo emocional.

    Comprender la funcin y utilidad de todas y cada una de lasemociones.

    Diferenciar entre emociones que nos ayudan a sentirnos bieny aquellas que nos hacen sentir mal.

    antisociales, disfunciones emocionales) entre los nios y nias.Y la clave para conseguir esto radica en una buena educacinemocional en la familia, esto es, en saber identificar, expresary regular las propias emociones y, slo despus, las de los otros.

    Esto supone una labor difcil y compleja, muchas veces porquelos padres y madres tienen dificultades para hacerlo con suspropios sentimientos, a veces porque no saben identificar lasde sus hijos, y en otras ocasiones son los nios quienes no soncapaces de hacerlo. Sea como fuere, los cuentos constituyenuna forma eficaz de educar emocionalmente de una forma sa-ludable, divertida y creativa.

    En efecto, el cuento, esa antigua y mgica frmula, sigue siendouna de las mejores llaves para abrir las puertas del reino de lasemociones y los sentimientos, un maravilloso instrumentopara promover el encuentro, para fomentar el acercamiento

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  • En el cuento titulado Cuatro vientos, el tema tratado es cmole afecta al protagonista, David, la muerte de Pedro, el padrede su amigo Sebas. En este caso se muestra la importancia deque ayudemos a nuestros hijos a identificar y expresar la tris-teza y la pena que estas situaciones les provocan, a no huir deellas ni ocultarlas; pero tambin a ensearles que tampocodeben confundirse con otras emociones relacionadas (miedo,temor, angustia porque alguien an ms querido tambinpueda morir), porque esto puede traer peores consecuencias.

    Por ltimo, sealar que este texto mantiene la misma estruc-tura del volumen anterior, as, al final de cada relato se adjuntauna batera de preguntas que facilitan el dilogo y permitenprofundizar en la reflexin sobre sus contenidos. Es nuestrodeseo que os sirvan para seguir disfrutando junto a vuestroshijos e hijas de una vida ms saludable y plena de emociones.

    Ayudar a la expresin adecuada de las emociones saludableso positivas y a regular aquellas inadecuadas o negativas.

    Potenciar la empata y la creatividad.

    En esta publicacin reunimos cuatro nuevos cuentos que pre-tenden ayudar a los progenitores a guiar a sus hijos e hijascuando viven emociones y sentimientos negativos (tristeza,pesimismo, estrs y timidez). Los relatos estn escritos deforma sencilla para que los padres puedan transmitirlos fcil-mente a sus hijos. Por ejemplo, en El repartidor de alegra, nosmuestra la importancia de que padres y madres enseen a sushijos que ser optimista o pesimista depende de la forma enque sentimos, pensamos y actuamos ante lo que nos sucedey, especialmente, en aquellas situaciones penosas, adversas ofrustrantes.

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  • La suertede Rita

    Clara Redondo

  • Genial! Seremos ricos y nos podremos comprar el piso esetan chulo que vimos en el barrio de Pitimin dijo su madre,entusiasmada.

    Ricos? Un piso en el barrio de Pitimin? Dnde est esesitio? Me tengo que ir de este barrio? Se han vuelto locosmis padres? Todas estas preguntas se hizo Rita en unadcima de segundo. Las piernas le empezaron a temblarcomo espaguetis y se qued paralizada detrs de la puerta,nerviosa por si escuchaba algo ms.

    Y ya, de paso, dejamos de trabajar y nos hacemos elviajecito ese que queramos a la Conchinchina, qu teparece? continu l, abriendo los brazos como si echara avolar.

    S, s, eso, y otro a los Mares del Sur dijo ella tambinmuy cantarina.

    Rita es una nia normal a la que le gustan las cosas poconormales, como hacer la coleccin de cromos de Indira, lavampira, o ser profesora de un montn de muecos queordena de mayor a menor en su habitacin. La vida de Ritatambin es normal: ir al colegio todos los das y no parar encasa los fines de semana. Que si teatros, que si cines, que simerendolas en casa de los amigos. Ya veis, una vida normal.

    Pero todo cambi la noche en que Rita oy una conversacinmisteriosa entre su padre y su madre. Estaban los dospreparando la cena, l cocinando y ella de pinche, cuando Rita,que pasaba por ah de casualidad, escuch detrs de la puerta:

    Ya vers, nuestra vida va a cambiar. Me ha dicho Lucas, elfrutero, que va a tocar la lotera que vende la Paquita el jueves.Que tiene un presentimiento muy grande, as que cuandosalga de trabajar ese da a las ocho, me voy rpido para all y lecompro un dcimo dijo su padre.

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  • El padre la agarr de la cintura y se pusieron a bailar y a rer,en plan pelcula de amor, sin darse cuenta de que Ritaestaba ah delante, como un pasmarote, con cara de habervisto a un len.

  • viviendo en un barrio con chalets por todas partes ycoches lujosos que paseaban por las calles despacio

    con los cristales oscuros. En su chalet habra unaenorme piscina con el dibujo de un delfn azul

    en el fondo y ella estara rodeada desirvientas que le obedeceran sin rechistar a

    todo lo que ella pidiera. Era as el barriode Pitimin? Seguro que s. Pero en eselugar no estaba la panadera del seor

    Joaqun, la frutera de Lucas, la mercerade Loli, el bar de Ramn, el puesto de

    lotera de la Paquita All no estaba Adrin,su amigo del alma, ni David, Gema, Marieta

    y Raquel, su panda de amigos. Qu iba ahacer all sin todos ellos? Le empez a subir un

    calor insoportable y de un tirn se quit la mantade encima y se sent en la cama como los indios.

    Pero, hija, qu haces ah? dijo su madre soltndosede su padre, que se haba animado y segua con elritmo en el cuerpo, como si le hubieran dadocuerda.

    Del susto que tena, Rita no supo qu decir.Tendra que haberles preguntado questaban tramando, qu significaba eso deque seran ricos y que iban a cambiar devida, dnde estaba el dichoso barrio dePitimin Pero no le sali ms que unhilillo de voz: Me duele la tripa. Me quieroir a la cama.

    Cuando su madre la tap con la manta y le diolas buenas noches, la cabeza de Rita empez afuncionar como un motor de frmula uno. Se imagin

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  • con la cabeza en otro sitio, nerviosa y sin atender a lo que laprofe explicaba. No haca ms que imaginarse viviendo enotro barrio, sin sus amigos, y entonces le entraban ganas dellorar.

    Por la noche se fue pronto a la cama, pero daba vueltas y msvueltas. Y de tantas vueltas que le dio tambin a la cabeza, depronto se le ocurri una idea. Era una idea un poco loca, asque pens que lo mejor sera consultarlo con la panda al dasiguiente.

    Desayun rpido y cinco minutos despus ya estabapreparada para irse al colegio.

    Qu barbaridad, Rita, no te haba visto nunca tan activa porla maana. Parece que vas a apagar un fuego, como tu padrele dijo su madre con un poquito de guasa.

    No se poda dormir. Pero por qu se les haba ocurrido unaidea tal mala. Para qu quera ella tener una piscina privadasi le gustaba tanto ir con la panda a la piscina municipal? Fueuna noche larga para Rita. No poda dejar de pensar en cmosera su vida cuando ella y sus padres fueran ricos y setuvieran que ir a vivir muy lejos de all. Era tarde cuando sequed dormida hecha un ovillo sobre la almohada.

    A la maana siguiente, a su madre le cost mucho que suhija se levantara de la cama. Y es que Rita tena una nube grisdentro su cabeza y mucho dolor en la frente, y no haca msque acordarse de lo que haba escuchado la noche anteriordetrs de la puerta. No pudo apenas desayunar, pues suestmago estaba hinchado como un pez globo y, despus dedespedirse de su madre, se fue caminando despacio hacia elcole. All no le fue mejor. Pareca que le haban desenchufadoy que se haba quedado sin energa. Y as se pas todo el da,

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  • Nada, nada, que me voy al cole.

    De camino, pas por el puesto de lotera de la Paquita, y allestaba colgado el enorme carteln que deca:

    Sorteo para maana jueves 29/10/2009Premio Especial al Dcimo de: 2.940.000

    Hoy vamos a repartir aqu muchos millones

    Al llegar al colegio, les dijo a los de la panda que se reunierancon ella en el recreo, que tena que contarles algo muyimportante. Para que se fueran enterando, Rita les mando aescondidas varias pelotillas de papel con este mensaje:

    A mis padres les va a tocar la lotera y nos tendremos que ir del barrio. S.O.S.

    Por cierto, que sepis que el padre de Rita es bombero, y losbomberos, esas personas que apagan incendios y rescatananimalitos de los tejados, hacen turnos de veinticuatro horas.Y ese da l entrara a trabajar a las ocho de la tarde y saldra alas ocho de la tarde del da siguiente.

    Y pap?

    Est durmiendo un poco ms, que ya sabes que entra atrabajar esta tarde a las ocho.

    S, ya s que entra a las ocho y que maana sale a las ocho enpunto claro que lo s, susurr Rita como hacen los policasde las pelis cuando saben dnde estn escondidos losladrones. Saba muy bien a qu hora sala su padre porque eraun dato clave para sus planes.

    Qu dices, hija?

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  • padres, y todos estuvieron de acuerdo en que eso no podaser. Nadie poda deshacer a la pandilla por unos simplesmillones de euros. Luego les cont la idea que se le habaocurrido por la noche, y les pareci el mejor plan para evitarque se fuese a vivir lejos de all. Como fuera, tenan queimpedir que su padre comprara ese billete de lotera.

    Cuando termin el recreo, ya se haban repartido qu misintendra cada uno. Cmo disfrutaron durante todo el daplaneando el golpe. Todos menos Rita, claro, que era laafectada y que tema que, si fallaba el plan, su vida iba acambiar para siempre.

    Al llegar a casa, hizo como si no pasara nada. Los deberes, laducha, la cena Y se meti prontsimo en la cama, deseandoque llegara ya por fin la maana siguiente: a las ocho de latarde de este da, llevaran a cabo su plan.

    Cuando la profe los mand al patio, todos los amigos salieroncorriendo como si les hubieran puesto un petardo en eltrasero. Ya reunidos, Rita les cont los planes que tenan sus

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  • Bueno, pero ven pronto, ya sabes que tu padre sale ahora detrabajar y llega cansado y con ganas de cenar e irse a la cama.

    S, s, adis, mam.

    Ocho menos cuarto: lleg puntual a la plaza donde habanquedado. Tambin ellos fueron puntuales. Rita traa el nmerode telfono del Parque de bomberos donde trabajaba su padre.Adrin ya se haba ido a la casa de la Paquita con una misinmuy especial. Gema traa un montn de monedas para llamardesde la cabina. David y Marieta se encargaran de hablar con laPaquita. Y Raquel, que iba a clases de teatro y saba poner vocesdiferentes, hara la llamada de telfono.

    Rita y los dems estuvieron todo el rato mandndosepelotillas con mensajes para que no fallara nada por la tarde.A las ocho menos cuarto tenan una misin importante quecumplir.

    Mam, tengo que salir un momento a la calle. Ya he hecholos deberes dijo Rita a las siete y media.

    Ya? Con lo tardona que eres. T ests muy rara, hija. Algote pasa. Adnde vas a estas horas?

    Que no me pasa nada, mam, no te pongas pesada. Es quetenemos que entregar un trabajo maana y hemos quedadolos de la panda para terminarlo. Voy ah a la plaza yenseguida vuelvo.

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  • Vamos, hombre, djese de moneras y vengan para ac, queestoy nerviosa, s, muy muy nerviosa se adelant Raquelmuy avispada.

    Ahora vamos, seora.

    Raquel se tap la boca porque le daba la risa, pero antes deexplotar en carcajadas pudo decir:

    Aqu les espero.

    Parque de bomberos, dgame.

    Sin duda, era el padre de Rita.

    Hola, seor. Llamo porque mi gatita se ha subido al tejadode mi casa y no la puedo bajar. Y es que si no le doy sumedicina, se me va a morir dijo Raquel con un pauelo en laboca y fingiendo la voz de una seora mayor muy preocupada.

    Quin llama, por favor?

    Soy Paquita, la de la lotera. Vivo en la calle de las Trolas,nmero 6.

    Bueno, vamos para all, no se ponga nerviosa, Paquita. Quvoz ms rara tiene. Por cierto, despus del trabajo yo me iba apasar por all para

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  • El padre de Rita, que estaba a punto de acabar su jornada detrabajo, no tuvo ms remedio que volver a ponerse el traje debombero, pues el deber es el deber. Pens que menudofastidio, pero que seguro que le daba tiempo a bajar deltejado a la gata. Despus acompaara a la Paquita a sutienda para comprar el dcimo de lotera. l y suscompaeros se metieron en el camin y pusieron la sirenapara llegar cuanto antes: no podan permitir que le pasaranada malo a la linda Simona.

    En ese instante, David y Marieta se fueron corriendo a dondela Paquita. Le contaron muy alarmados que haban visto aSimona, su gata, en el tejado de la pequea casa baja en laque viva y que no haca ms que maullar, la pobre. Desdeluego, esa era la peor noticia que le podan dar. Todo elmundo en el barrio sabe que Paquita, que vive sola y no tienehijos, cuida de Simona como si fuera un miembro ms de lafamilia. Los de la panda pasaban muchas veces por delante desu casa y solo tenan que agacharse y chascar los dedos paraque la gata se les acercase y se dejara acariciar en el lomo.

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  • La Paquita lleg primero y los bomberos detrs, y estostomaron posiciones para rescatar a la gata, que desde eltejado los observaba curiosa. Mi Simona, mi pobre Simona,no haca ms que decir la mujer.

    Mientras tanto, Adrin se las haba arreglado para, un buenrato antes, pasarse por la casa de doa Paquita. Solo tuvo quechascar los dedos y al instante estaba Simona dejndoseacariciar. As estuvieron un rato los dos hasta que Adrinescuch a lo lejos la sirena de los bomberos. Entonces, abriuna de las cuatro latas de sardinas en escabeche que habacogido de la despensa de su casa. Con buena puntera, lanzuna sardinilla al tejado y el gato tard una milsima desegundo en encaramarse all arriba.

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  • Y es que ya se sabe lo intrpidos queson los gatos en las alturas. Notienen miedo a malgastar seis de lassiete vidas que tienen.

    Los bomberos tardaron un buen ratoen coger al animal, que se paseabapor la cornisa recogiendo lassardinillas que Adrin le tiraba aqu yall sin que nadie le viera.

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  • Mientras la madre preparaba la cena,el padre le cont toda la aventura.

    Mientras tanto, Rita miraba desde una esquina, disimulandola alegra de que su padre estuviera tan entretenido ahsubido a la escalera y de que las agujas del reloj corrieranveloces: la Paquita cerraba a las nueve de la noche, y ya eranlas nueve menos veinte. Todo estaba saliendo a la perfeccin.

    Menudo susto me has dado, minina ma, dijo la seoraPaquita cuando por fin tuvo a Simona entre los brazos. Elachuchn de Paquita a la gata dur dos o tres minutos. Elmerecido aplauso para los bomberos dur otros tres o cuatro.Que estos bajaran la escalera y se secaran el sudor les llevcinco o seis. Total, que cuando el padre de Rita mir el reloj,eran las nueve de la noche. Ya no era hora de comprar ningnbillete de lotera. Adems, cmo le iba a decir a la seoraPaquita que abriera la tienda en ese momento tan especial

    Rita y su padre llegaron juntos a casa y, al entrar, la niarespir contenta porque todo estaba como siempre, nadahaba cambiado.

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  • puntuales en la plaza, Raquel con la boca tapada hacindosepasar por la Paquita, Adrin tirando sardinillas al tejado ydecidi que ese dinero que le haba tocado a su padre se logastara en invitar a la panda a una gran merendola con cineincluido. Y si le sobraba algo, le hara un regalo a la Paquita,por haberle hecho el favor de hacer rica a otra familia que noera la suya.

    Lo peor de todo es que no me ha dado tiempo a comprar elbillete de lotera, ese que nos iba a tocar Aunque continu hablando tengo una buena noticia: me ha tocadoun dinerillo en la Bonoloto de ayer.

    Al or esto, Rita se atragant con el agua que estababebiendo.

    Cmo? se le adelant la madre.

    Pero lo siento, cario, no nos da para irnos a Pitimin dijocon una inmensa sonrisa picarona. Solo da para uncaprichito, que le podemos regalar a Rita. Qu te parece,hija?

    Rita suspir aliviada. Menudo susto le acababa de dar supadre. Entonces, record toda la aventura, sus amigos

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  • PREGUNTAS ORIENTATIVAS SOBRE EL CUENTO

    Qu emociones aparecen en el cuento? Cul es la ms importante?

    Qu le pasa a Rita cuando escucha la conversacin de suspadres? Cmo le afecta, qu siente?

    Por qu no quiere mudarse a otro barrio?

    Qu hubieses hecho en su lugar?

    Sufrimos estrs cuando nos vemos sometidos a situacionesde tensin o malestar que se prolongan en el tiempo, o apare-cen acontecimientos inesperados que alteran nuestra vida co-tidiana, y no somos capaces de afrontar de una manera ade-

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  • La posibilidad de mudarse de casa y de barrio hace que Rita sesienta inquieta, nerviosa, tensa y acalorada. Esos, entre otros,son sntomas asociados al estrs que, a nivel fsico, suelen serdolor de cabeza o cuello, molestias estomacales, problemas paraconciliar el sueo, pesadillas, alteraciones en su conducta ali-mentaria, etc. Mientras que, a nivel emociona genera ansiedad,preocupaciones intensas, miedos nuevos o recurrentes, etc.

    En la mayora de los casos, estas situaciones estresantes puedenresolverse hablando con el nio o nia; sin embargo, en mu-chas ocasiones, les cuesta expresar lo que les pasa, por eso losadultos debemos persistir en que se comuniquen con nosotros.As lo intenta la madre de Rita, cuando le pregunta varias vecesqu le ocurre, aunque la pequea, por su carcter particular,prefiere mantener su silencio, y de esta forma, como vemosen el cuento, slo consigue pasar una mala noche.

    cuada. Entonces, terminan por desbordarnos y afectan de modonegativo a nuestra salud y bienestar. El estrs influye de ma-nera negativa en la salud emocional de la familia, de modo es-pecial en los nios y nias, dado que ellos tienen menos re-cursos y capacidades para hacerles frente. Por eso, slo si tantopadres como madres saben cmo detectar a tiempo estas si-tuaciones y hacen un esfuerzo por comprender sus causas,podrn ayudar y evitar los efectos que provocan en la saludemocional de sus hijos y en el bienestar comn de la familia.

    Las causas que pueden desencadenar estrs en el mbito dela familia son muchas y diversas (enfermedades graves o pr-didas de seres queridos, divorcios, conflictos entre padres e hi-jos, desempleo, malos tratos, etc.), siendo una de las principales,y que ms afecta a los hijos, el cambio de domicilio, tal y comosucede en este cuento.

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  • Tambin es importante saber que las reacciones de los hijosvaran en funcin de la edad y de las caractersticas personales,siendo lo ms determinante que tengan ms o menos recursossuficientes para afrontar de modo adecuado situaciones tanadversas como el cambio de su entorno y mundo de relaciones.Cuando no los tienen, lo normal es que aparezcan conductasextraas o anmalas (retraimiento, tendencia a la soledad,cambios repentinos de humor y comportamiento, etc.) antelas cuales los adultos debern estar atentos para detectarlas atiempo y ayudar a que no desemboquen en males peores. Lamadre parece darse cuenta de que Rita acta de forma extraaa lo habitual en ella (hace los deberes ms rpido de lo normal,se comporta de modo misterioso), pero no insiste lo suficientecomo para descubrir qu est tramando y, lo que es ms im-portante, por qu lo hace.

    En cualquier caso, siempre que se vaya a producir un cambiode domicilio, conviene que los padres preparen a los hijos y lesayudan a comprender la nueva situacin, deben hablar conellos con tranquilidad y con tiempo sobre los motivos del cam-bio. Hay que tener en cuenta que a partir de los cinco o seisaos, los nios ya se preocupan por el futuro y les interesasaber cmo les va a afectar el cambio, estarn inquietos porsaber cmo ser su nueva vida. El barrio de Pitimin, piensaRita, puede que sea ms lujoso que el suyo pero all no estabanla panadera del seor Joaqun ni Adrin, su amigo del alma,ni David, Gema, Marieta y Raquel, su panda de amigos. Quiba a hacer all sin todos ellos?... Vemos, pues, que el cambiode domicilio conlleva, en gran nmero de ocasiones, cambiode amistades, algo que Rita no cree poder superar. Por eso noquiere irse de su casa y har todo lo que est en su mano paraimpedirlo.

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  • En conclusin, este cuento nos ensea que ante cualquier cam-bio en la vida familiar, es bueno que los padres y madres actende una manera adecuada con sus hijos: que los informen contranquilidad y tiempo suficiente, hacindoles partcipes de lasituacin y compartiendo la decisin, escuchando y teniendoen cuenta sus opiniones y criterios. De no ser as, la situacinafectar de modo negativo en los nios y en el bienestar ge-neral de toda la familia.

    A veces los nios creen tener recursos para afrontar el estrs,pero puede que no sean los ms adecuados. Eso le ocurre enparte a Rita. Su plan muestra que tiene recursos ms que so-brados para afrontar el estrs y ansiedad que le genera la po-sibilidad de cambiarse de casa. El asunto termina bien y al finalconsigue que su padre no compre el billete de lotera, pero esarriesgado, atrevido y podra haber tenido consecuencias ne-gativas para ella y sus amigos si algo hubiese fallado. Adems,como vemos en el cuento, de nada le hubiese servido tan bri-llante plan de ser ms cuantioso el premio que gana su padreen la bonoloto. Y es que no siempre podemos controlar lo quesucede a nuestro alrededor. En definitiva, quiz ese chasco leayude a Rita a aprender que lo mejor en estas situaciones esatreverse a hablar con sus padres de lo que significa para ellael cambio de casa y de barrio.

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  • La subastainfantilChema Gmez de Lora

  • Sabas que muchos hermanos gemelos hacen cosasopuestas? Una bucea de lado a lado del mar y la otra aborreceel agua salada. Uno harta a sus abuelos a besos y su hermanoidntico se aleja kilmetros para no saludar ni a las hormigas.

    Me llamo Isabel y mi hermana, Belisa (ha girado las slabas demi nombre). Somos tan gemelas que si a ella le molestan laspecas del brazo izquierdo, a m las de la pierna derecha.Cuando ella tiene insomnio en el Polo Sur, yo no consigodormir en Islandia.

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  • Que se burlaran de m era un suplicio. Toms, un nio de mipueblo apodado Nubenegra, para demostrar que le gustaba mihermana, ridiculizaba mis trenzas, mis vestidos de colores y serea de los retratos que yo pintaba en clase de plstica.

    Esa que has dibujado quin es? preguntaba l.

    La profe contestaba yo cabizbaja.

    Mi timidez, a los nueve aos, era preocupante y Belisa, encambio, suba al escenario en las fiestas, contaba chistes ansiendo tartamuda, y daba saltos mortales delante decualquiera.

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  • que pasearan junto al ro. Qu difcil que no se escaparan delos prismticos! Las retrataba de colores mucho ms vivosque mi voz. A veces slo lograba esbozar las piernas de unanciano con bastn, o la boca y los ojos de una seora quesilbaba entre los rboles.

    A Belisa le daba mucha pena que, por culpa de mi timidez,me recluyera en casa y no enseara mis dibujos a nadie. Poreso decidi llevarlos a la subasta infantil. El siguiente sbado,aunque llova, los puso en el portaequipajes de su bicicleta yse present en la plaza mayor. Me la imaginaba mostrandomis lminas, sealando con el dedo a un nio del pblico yluego a otro.

    Ah dan 20, quin da ms?, 25 esa nia. Muy bien, 30 estdispuesto a donar el chico alto

    Pues parece una morsa resfriada.

    Las carcajadas de ese chico eran tan irritantes que anaparecen en mis pesadillas.

    Cuando ya no poda ms, me encerraba el fin de semanaentero en el desvn. Desde mi ventana buscaba personas

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  • Me cont que Toms Nubenegra haba comprado uno de losretratos.

    Pensar que los has hecho t dije.

    No contest sin mirarme,

    Toms sabe-be de-de quin son.

    Lo de Nubenegra era muy extrao. No me estara mintiendoBelisa? Decid acudir a la siguiente subasta sin avisarla. Saldetrs de mi hermana en mi vieja bici y, cuando le toc subiral escenario, me escond detrs de los soportales. Vayasorpresa ms triste me llev! El pblico no pujaba ni uncntimo por mi obra.

    Y a la alcaldesa golpeando con la maza: 30 a la una, 30 a lasdos era muy divertido fantasear que mi arte gustaba.

    Belisa volvi completamente empapada, sac de su bolsillomuchas monedas y dijo:

    Ha si-si-doo un xi-to-to.

    - 55 -

  • Qu va, yo pinto fatal respondi Belisa.

    Empec a llorar. Tena ganas de pegar a alguien, sobre todo aToms. Pero no me atrev y regres a casa toda rabiosa. Por elcamino reconoc que ese nio tena razn: mi hermana no erala culpable de mi tozudez. Por qu no pintar mis dibujos acielo abierto?

    Mi-mi-rad el dibujo-jo de este nio-o jugando en el par-que-que Quin da da cin-cin-co? Y dos? Os lo puedo-dodejar en uno se desgaitaba Belisa.

    Es bonito, pero est sin terminar dijo la hija del cartero. Yo no voy a pagar por un dibujo en que solo sale medio nioy un baln.

    Belisa le dijo a Toms:

    Pobre Isabel, cmo le digo que no he vendido ni una solalmina? El otro da tampoco quisieron ninguna.

    Tu hermana es un poco cobarde, por qu no se atreve asubastarlos ella misma? o que contestaba Nubenegra.Seguro que los tuyos son ms bonitos.

    - 56 -

  • El ltimo sbado de mes, la plaza mayor estaba rebosante denios, a todos les brillaban monedas en las manos.Anunciaron nuestra presencia:

    Y ahora las hermanas Isabel y Belisa presentan sus retratosen colores contrarios.

    Me temblaba la voz y trataba de no mirar al suelo. Podrasoportarlo si soltaban alguna risa?

    Cinco-co quin da-da cinco-co? me sala la voz como ami hermana.

    Yo, diez grit un nio negro.

    Cuando volvi Belisa, me dijo:

    Te-te vas a hacer ri-ri-ca. Hoy me han da-do-do ms de-decien monedas.

    No me mientas, lo s todo contest yo.

    Confes que la haba espiado. Le dije que lo mejor sera bajaral parque a pintar juntas: nos haramos retratos una a la otra.As ella me ayudara a superar la timidez y yo le ensearatrucos para dibujar mejor. Yo coloreara su rostro con tonosclidos y ella el mo con colores fros.

    Adems, la prxima vez, subir al escenario a subastar dije muy segura de mi decisin.

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  • A la de una, a la de dos y a la de tres sentenci su madrecon el martillo.

    Me lo llevo yo, que tengo 20 monedas dijo otro de ojossaltones.

    Cuarentaaaa cant Nubenegra muy contento guiandoel ojo a mi hermana.

    Cincuentaaaa replic ms fuerte el hijo de la alcaldesa.

  • Y yo 200 se oy de pronto.

    Era Nubenegra.

    Entonces se hizo un gran silencio. Nunca se haba alcanzadoesa cifra en una subasta infantil. Suspiros, ojos agrandados,manos sobre las cabezas.

    200 a la una, 200 a las dos y

    Pare, pare, alcaldesa grit Nubenegra.

    Y con sus ojos encendidos de rabia aadi:

    Que no hablo de dinero... Yo dara doscientos cromos repespor ese dibujo de Isabel, que es mucho ms feo que el deBelisa.

    No hay derecho, no me ha dado tiempo a subir la puja. Esoes tongo protest Toms muy enfadado.

    50 monedas por el retrato de Belisa! No lo poda creer. YNubenegra haba pujado por mi cuadro. Adems, sinburlarse!

    Cuando empec a subastar el dibujo que me haba hecho mihermana, estaba tranquila. De pronto no senta vergenzaalguna.

    Quin da 20 por este esplndido cuadro en azules ymorados? dije. Muy bien, t te animas, Carolina. Seguroque alguien da ms porque es maravilloso. Ya veo, ese chicode ah da 25 monedas. Qu guay! nimo, suban, suban lapuja

    Yo doy 30 levant la mano Luis Juan.

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  • No interrumpi mi hermana, prefiero que se lo lleveve Luis Juan-an por 30.

    Y, cuando Belisa empez a sacar la lengua y a poner lasmanos en forma de abanicos para mofarse de Toms, yo ledije:

    No lo hagas, que la burla duele.

    Y me abrac feliz a mi hermana mientras recibamosaplausos sin parar.

    Se oyeron algunas risitas. Eran Tormentero, el vecino deToms, y Chubascosa, una de sus medioamigas. Pero yo memord los labios y pens:

    Aguanta, Isabel. Solo son Nubenegra y los suyos.

    Le vas a dar doscientos cromos repes a Belisa por elretrato que me ha pintado? exclam mirndole a los ojos ysin pestaear.

    Ese garabato churretoso lo has hecho t gritNubenegra, es tu autorretrato.

    Silencio dijo la alcaldesa aqu no estn permitidos losinsultos. Y ahora tendrs que pagar a Belisa doscientasmonedas autnticas por su lien...

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  • PREGUNTAS ORIENTATIVAS SOBRE EL CUENTO

    Qu emociones aparecen en el cuento? Cul es la ms importante?

    Cmo se siente Isabel cuando Nubenegra se re de ella?

    Por qu Isabel se encierra en el desvn?

    Por qu llora Belisa?

    Qu le pasa a Isabel cuando se atreve a salir al escenario y asubastar el dibujo de su hermana?

    La timidez es una emocin negativa que causa malestar y su-frimiento en nuestros hijos/as y puede constituir una seria di-ficultad para su salud emocional y el posterior desarrollo de supersonalidad. Por ello es de suma importancia que padres y

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  • a encerrarse en el desvn y a no salir de su casa. Casi sin darsecuenta, este malestar se transforma poco a poco en un pro-blema que afecta a otros mbitos de su vida: por ejemplo, noquiere montar en bicicleta ni hablar en pblico porque no sabehacerlo tan bien como su hermana Belisa. As, Isabel corre seriopeligro de convertirse en una persona aislada, retrada, con unnivel de autocrtica muy grande y, en definitiva, que viva enun estado de permanente sufrimiento.

    La felicidad y bienestar de nuestros hijos depende en gran me-dida de que sepan superar su timidez, y para ello los progenitoresdebemos ayudarles a superarla, por ejemplo, ensendoles a:

    Ser conscientes del problema de su timidez y a reconocerlo.Es el primer paso para mejorar y cambiar. Conviene queaprendan a no temer a hablarlo con nosotros y ayudarles aanalizar el modo en que les afecta.

    madres sepamos detectar cules son las causas, los sntomas ylos efectos que pueden generar en los pequeos para as ayudara que la afronten y la superen de la forma ms saludable.

    Lo primero que debemos saber es que la timidez constituyeuna emocin compleja que engloba diferentes dimensiones,tales como la introversin, la inhibicin de ciertas conductas,la ansiedad social, el miedo o temor, la inseguridad, la dificultadpara relacionarse con los dems, el retraimiento, la suspicacia,etc. Est, pues, directamente relacionada con la autoestima o,mejor dicho, con la baja autoestima: la valoracin negativa so-bre uno mismo y creencia de que tenemos pocas y malas cua-lidades, capacidades y modos de sentir o de pensar sobre loque somos y hacemos.

    Isabel se siente mal porque Nubenegra se re por cmo viste,por sus dibujos, se siente ridcula, y esto le conduce a aislarse,

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  • ayuda a Belisa a estar satisfecha con cmo dibuja, y Belisa ayudaa Isabel a superar su miedo a hablar en pblico.

    Este cuento nos muestra los problemas que puede acarrear latimidez excesiva en nuestros hijos e hijas. Los padres debenestimular la confianza del nio en s mismo, ayudarle en estetipo de problemas y proporcionarle mtodos para que no afectede modo negativo en la construccin de su autoestima. Es pre-ciso superar la timidez en la infancia, antes de que se vean li-mitadas las opciones del nio y quede determinado definiti-vamente el curso de su vida.

    No aislarse, a que procuren salir y relacionarse con la gente.

    Ponerles metas y animar a cumplirlas, por ejemplo comohace Isabel cuando proyecta salir a montar en bicicleta a pesarde que no lo hace perfecto.

    Aceptarse tal cual son, a quererse, valorarse y respetarse, por-que de esa forma los dems tambin les respetarn.

    No idealizar a los dems pensando que son mejores (comole pasa a Isabel con Belisa cuando admira su soltura hablandoen pblico). Todos somos capaces, slo tenemos que superarla timidez para demostrarlo.

    En definitiva, nadie es perfecto en todo lo que hace, pero spodemos aprender de los dems cuando nos ayudamos mu-tuamente; sta es una de las enseanzas del cuento: Isabel

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  • A la luzdel solEsperanza Fabregat

  • ninguno de sus inventos y ya ni siquiera sale de casa paraintentarlo. No se cambia de ropa por las maanas y casi nohabla.

    Mario camina hacia su habitacin. Las persianas del pasilloestn bajadas y tiene que tantear la pared hasta llegar a supuerta. Da la luz al entrar y se queda muy quieto mirando eledredn amarillo, las cortinas con coches y el cojn rojo quehay sobre la cama. Se lo regal la abuela hace un par de aos,cuando todava se llevaba bien con su madre. Luego dejaronde hablarse y Mario no la ha vuelto a ver. Respira hondo,apaga la luz y, con el rayito que an entra por una rendija dela persiana, se pone el pijama y se acuesta.

    Por la maana, su madre va a despertarlo y le pide que selevante a desayunar. Es sbado. Podra hacerse el remoln yquedarse un rato ms en la cama pero no quiere que ella seenfade.

    Mario no sabe qu contestar. Cada nio de clase ha elegidouna profesin: todos saben lo que quieren ser de mayores.Mario no. Hay tres futbolistas, dos maestros, una pianista yun montn de cantantes, pero Mario no responde. Tiene quehacer una redaccin para el martes sobre lo que quiere ser demayor y no tiene ni idea. Sale del colegio con la espaldaencorvada. La mochila pesa cien kilos y le cuesta caminarhacia casa.

    En la calle hay mucho sol y todo brilla pero, al abrir la puerta,la casa est medio a oscuras. Mario se acuerda de la tormentade arena de dos aos atrs, cuando todo se llen de polvo ydurante un par de semanas le picaron los ojos. Ahora no haypolvo pero a Mario le pican los ojos cada vez que entra por lapuerta y ve a toda la familia con cara de pena. Su hermanaLidia llora todo el rato porque su novio se ha marchado aHungra a trabajar; su padre lleva das sin afeitarse y el pijamatiene dos manchas de caf. Hace meses que no vende

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  • En la mesa de la cocina hay tostadas, mermelada roja ymantequilla. Huele a cumpleaos, a da de navidad, a tiendade chucheras. Nadie habla y el olor dulzn va desapareciendo.Suena el timbre y Mario sale a abrir.

  • Se pone sobre las puntas de los pies para llegar a la mirilla dela puerta y ve, pequeito, deformado por la lente, al cartero.Abre y el hombre pregunta por Lidia. Trae un paquete que lachica abre sobre la mesa de la cocina. Dentro hay una carta,una flor de tela y una horquilla de colores. Lidia sonre, subecorriendo a su cuarto y, desde la cocina, todos oyen cmolevanta la persiana. En pocos minutos, baja vestida con unablusa roja sobre la que ha prendido la flor. Se ha recogido elpelo con la horquilla que le ha enviado su novio desdeHungra. Bebe un ltimo sorbo de caf y les cuenta que se vaa dar un paseo. Cuando vuelve, casi a la hora de comer, traecon ella a una amiga con la que se ha encontrado en la calle.Hace semanas que no se ven y han decidido pasar el dajuntas. Su madre les pregunta si se quedan a comer y ambassonren y dicen que s.

    Durante toda la tarde se oyen las risas de las chicas en lahabitacin del fondo y, cuando Mario mira hacia el pasillo, ve

    que el sol hace dibujos en el suelo. Coge sus coches y juega amoverlos por las baldosas sin pisar las partes ms claras, lasque el sol est iluminando. Su padre pasa camino del bao, enpijama, y tropieza con uno de los coches. Mira a Mario conmala cara y aparta los juguetes con la punta de la zapatilla.Mario los recoge todos y va a cenar a la cocina. La amiga ya seha ido pero Lidia sigue sonriendo, con su flor y su horquilla.Cada poquito, saca del bolsillo la carta que le ha entregado elcartero y la relee. Cuando Mario se despide para ir a la cama,Lidia le hace cosquillas, lo besa y le desea felices sueos.

    Mario se tumba boca arriba en la cama y piensa en la cara desu madre y en la forma en que arrastra los pies cuando camina.Sabe que est triste porque la abuela y ella no se hablan. Ypiensa tambin en la cara de Lidia cuando abri la carta de sunovio. Entonces se le ocurre una idea. Se levanta de la cama,saca su cuaderno, un bolgrafo, y escribe una carta.

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  • - 80 -

    Al despertar, Mario va hasta la cocina y desayuna. Laspersianas siguen medio bajadas. Su padre tiene ya cuatromanchas de caf en el pijama y cuando lo besa se raspa la caracon la barba. Pasa toda la maana jugando con sus coches enel pasillo y un par de veces se cuela en la habitacin de Lidia,donde suena msica. Siguiendo los caminos de sombra delpasillo, Mario llega con los coches al saln. Su padre y sumadre estn en la mesa redonda, con un libro cada uno.

    Tienen los ojos medio cerrados, como si hicieran un esfuerzopara leer, y Mario piensa que, si subieran las persianas, veranmucho mejor y no tendran que poner esa cara tan rara. Perono se lo dice. Vuelve al pasillo y a sus coches hasta la hora decomer. Cuando estn todos sentados a la mesa, se fija en laforma en que su madre arrastra los pies y entonces seacuerda de su carta. Corre hasta la habitacin, coge el sobre,lo esconde en un bolsillo y sale de casa corriendo.

  • - 82 -

    Bajo un rato al parque dice al salir.

    Echa la carta en el buzn y se acerca hasta el parque a jugarcon sus amigos. En el parabrisas de un coche ve un anunciode colores. Se acerca, lo mira, y lo mete en su bolsillo. Un ratodespus vuelve a casa.

    Oye dice en alto. Voy a bajar un momentito a ver si hayalgo en el buzn.

    No bajes, Mario, que los domingos no hay reparto.

    Es que ayer no lo miramos. Y estoy esperando una carta se inventa.

    Su madre se encoge de hombros y camina hacia la cocina, aver qu se le ocurre para la cena.

    Mario baja los escalones de dos en dos. Mete la llave en lacerradura del buzn, respira hondo y la gira. Dentro hay unsobre pequeo, escrito a mano. Sube hasta casa corriendo yentra en la cocina.

    Mam casi grita,hay una carta para ti.

  • - 85 -- 84 -

    Cuando Mario se mete en la cama su madre entra a contarle uncuento. Enciende la luz de la mesilla y, al acabar, se despide sinapagarla. Mario est deseando que se vaya y, en cuanto lo hace,se levanta, saca el anuncio del bolsillo y lo mete en un sobre.Por la maana le cuesta levantarse pero se da prisa para bajar albuzn antes de que salga su padre. En el pasillo huele atostadas. Es lunes, pero huele a tostadas. Se viste a toda prisa ybaja sin hacer ruido, sin que nadie se d cuenta.

    Mario coge su mochila con una mano, como si no pesara nada,y se la echa al hombro. Camino del colegio piensa que an noha contestado la pregunta de la profesora y la mochila empiezaa pesarle ms. Cuando llega, lleva la espalda encorvada. Laprofesora le pregunta qu le pasa y a Mario casi se le saltan laslgrimas.

    An no s qu quiero ser le dice.

    Ella gira el sobre para ver el remite. No tiene remite peroviene a su nombre. Con la punta de un cuchillo lo abre. Solohay una hoja, escrita con tinta azul.

    Es de la abuela dice . Cada vez escribe peor, la pobre,que parece la letra de un nio.

    Mario ve cmo su madre mueve los ojos siguiendo losrenglones manuscritos. Antes de dar la vuelta a la hoja yasonre.

    Maana la llamar, para charlar un rato.

    Entonces se acerca a la ventana, levanta la persiana y vuelve aleer la carta entera. La deja sobre la mesa y se pone a prepararla cena. Hace tallarines con mucho tomate, como a Mario legustan.

  • En pijama, de mala gana, su padre sale de casa sin cerrar lapuerta. A los pocos minutos sube canturreando. En la manotrae un recorte de prensa, parece un anuncio.

    Qu raro dice.

    Qu, cario? le pregunta su mujer.

    Alguien me ha enviado una carta pero dentro solo hay unanuncio. Es de una exposicin de inventores Vuelve a mirarla hoja. Viene un telfono. Voy a llamar a ver si puedo llevarmis cosas.

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    Bueno, Mario, no te preocupes. Ya lo descubrirs.Pero entonces no podr hacer la redaccin para maana.

    La profesora se encoge de hombros y le dice que la haga sobrecualquier profesin, que lo importante es que sepa explicarlopor escrito.

    Pero Mario piensa que eso sera hacer trampa.

    Terminan las clases y Mario vuelve a casa. Al entrar al portalmira por la rejilla del buzn y ve que an no han recogido lascartas. Sube a casa corriendo.

    Pap grita, que hay carta en el buzn pero yo no llevollaves.

  • Pasa un rato largo y, cuando vuelve, Mario casi no loreconoce. Se ha afeitado y lleva la camisa de cuadros que leregalaron el da del padre. Mario le dice que est muy guapoy su padre lo coge en brazos y lo besa. Huele a colonia. Con lamano libre, levanta la persiana y deja que la luz inunde elpasillo.

    Mario va hacia el saln. Todas las persianas estn abiertas y laluz le hace cerrar los ojos, pero el saln est casi a oscuras. Sesienta en el sof y piensa en su redaccin para el dasiguiente.

  • Es que Mario duda. Es que no s qu quiero ser demayor. Tengo que hacer una redaccin y no s qu poner Casi se le saltan las lgrimas.

    Piensa en algo que te guste hacer, cario, algo que te hagafeliz.

    Mario sonre. Se levanta del sof, sube las persianas, sesienta en la mesa redonda del fondo y saca de su mochila elcuaderno y los lpices. Abre por la pgina que empez aescribir el viernes:

    Su madre le habla desde la puerta.

    Qu te pasa, cario? Pareces triste.

    Es que tengo que hacer una redaccin para maana y no scmo hacerla.

    Puedo ayudarte?

  • PREGUNTAS ORIENTATIVAS SOBRE EL CUENTO

    Qu emociones aparecen en el cuento? Cul es la ms importante?

    Por qu a Mario le pesa tanto la mochila?

    Por qu su casa est casi a oscuras y tienen las persianas bajadas?

    Por qu el padre de Mario no se cambia de ropa?

    Por qu Vernica, la madre de Mario, arrastra los piescuando camina?

    Quin muestra una actitud ms optimista en la familia de Mario?

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  • vas, y gracias a eso les resulta ms fcil mantener un estadoemocional equilibrado y saludable.

    Mario, a diferencia de sus compaeros de clase, no tiene claroqu quiere ser de mayor, y eso le lleva a sentir que no sercapaz de hacer la redaccin encargada por la profesora. Poreso sale del colegio con la espalda encorvada, siente que lamochila pesa cien kilos y le cuesta caminar hacia casa. Debemostener en cuenta que para realizar con xito cualquier tarea otrabajo, adems de aptitud y motivacin para llevarlo a cabo,se requiere un nivel razonable de optimismo. La disposicinoptimista ayuda a confiar en las propias capacidades, a ponerempeo y no rendirse ante las dificultades que aparecen cadada y, como consecuencia, a conservar un sentimiento de con-fianza y seguridad en uno mismo. Y esto, muchas veces, tieneque ver con nuestra capacidad para reaccionar de modo apro-piado ante las situaciones problemticas, adversas, frustrantes

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    Ser optimista o pesimista depende de la forma en que senti-mos, pensamos y actuamos ante lo que nos sucede y, espe-cialmente, en aquellas situaciones penosas, adversas o frus-trantes. Las personas pesimistas piensan que los problemas ydificultades son permanentes e inamovibles, no creen que esten su mano cambiar o solucionar lo que les pasa y tienden a laautoinculpacin, al abatimiento, al desnimo y la desesperanza.Cuando esta espiral de emociones negativas y pesimismo seprolonga en el tiempo suele derivar en problemas ms gravescomo la baja autoestima o los estados depresivos, de los queresulta difcil salir.

    Los optimistas, por el contrario, piensan que no todo lo negativoque les sucede depende de ellos, tampoco sienten que los pro-blemas durarn siempre ni tienen porqu extenderse al restode sus vidas. Es ms, saben que incluso de los peores momen-tos, de los errores o fracasos se pueden aprender cosas positi-

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  • nicativo e incluso irascible (por eso mira a Mario con mala caracuando tropieza con sus juguetes). Con este modo de procederno slo empeora su situacin sino que se convierte en un malejemplo para sus hijos e hijas.

    Por su lado, Vernica, la madre, deja que pase el tiempo sinarreglar sus diferencias con la abuela, y eso le genera malestar,tristeza, y prefiere ir por la casa arrastrando los pies antes queadoptar una postura activa y solucionar el asunto. Con eso noslo se siente triste e infeliz, sino que contagia ese malestaren Mario.

    Y es que las personas pesimistas, adems de ser infelices, con-tagian emocionalmente a los que tienen al lado. No hay queolvidar que los nios y nias aprenden a ser optimistas o pesi-mistas en funcin de cmo reaccionan los adultos de su en-torno inmediato ante los problemas que se les presentan. Es

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    o negativas. Algo que requiere empeo, esfuerzo, una actitudactiva.

    Justo lo que no hacen su hermana, su madre ni su padre: lostres atraviesan situaciones penosas pero, en lugar de esforzarsepor remediarlas, reaccionan de un modo pasivo, optan porbajar las persianas y vivir entre sombras. La metfora de la luzy la sombra resulta muy acertada porque refleja que ser opti-mista o pesimista depende de cmo se afrontan las adversida-des: el pesimista prefiere la oscuridad, el optimista deja queentre la luz del sol.

    El padre de Mario no consigue vender sus inventos, se da porvencido, no cree en sus posibilidades, pierde la confianza en smismo y deja de buscar recursos que le ayuden a superar la si-tuacin. Por eso se abandona, descuida su aspecto y su higiene,no se cambia de pijama, no se afeita, se muestra poco comu-

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  • la angustia asociada al negativismo y al pesimismo. Las des-dichas son menos si aprendemos a compartirlas, si las damosa conocer y recibimos el aliento de los que nos rodean.

    Un clima familiar de unin, afecto y, sobre todo, una comu-nicacin fluida entre padres, madres e hijos/as favorece losvnculos en el hogar y facilita que se formulen interpretacio-nes provechosas que alivian el estrs generado por las cala-midades. Estas actitudes y hbitos de acompaar y escucharde modo activo y emptico, proveen a los ms pequeos deconsuelo y seguridad, les ayuda a defenderse de la ansiedady a resistir el abatimiento que producen las adversidades olas dificultades.

    Tambin ayuda recordar o evocar escenas pasadas en las quefuimos capaces de solventar las dificultades, los escollos, etc.parecidas a las que ahora se dan.

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    la familia, y ms en concreto los padres y madres, quienes ejer-cen el papel ms importante en la construccin de la autoes-tima de los hijos/as. Y no al revs, como sucede en el cuento,que es Mario quien muestra una actitud ms positiva y enseaa ser optimistas a su padre y a su madre.

    Resumimos a continuacin algunas estrategias bsicas quelos padres y madres pueden emplear para fomentar el opti-mismo tanto en ellos mismos como en sus hijos e hijas antesituaciones penosas o adversas:

    Reconocer y expresar los sentimientos y emociones negativasde un modo cabal, sin exagerar ni haciendo excesivo nfasis,pero no ocultndolas. As los hijos e hijas aprenden tambina expresarlas cuando las sienten. Desahogarse y dar palabraa estas emociones penosas es una forma eficaz y saludablede organizar los pensamientos derivados de ellas y de aliviar

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  • Otra estrategia consiste en restar trascendencia o gravedad ala situacin, hecho o asunto que genera el sentimiento o emo-cin negativa. Es lo que intentan la profesora y la madre deMario cuando le proponen que lo importante es escribir la re-daccin, aunque no sepa de verdad qu quiere ser de mayor.

    En definitiva, este cuento nos ensea que mejorar el nimopositivo e inducir optimismo es un objetivo en el que padresy madres deben invertir todos los esfuerzos que estn en susmanos para que los hijos aprendan y desarrollen un estilo devida saludable que les conduzca a ser ms felices y autnomos.

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    El vuelo dela tarntula

    Clara Redondo

  • Lunes, 6 diciembre

    No quiero pensar en nada.

    Desde mi terraza se ve todo Madrid. Tejados y ms tejados. Elhospital de Carabanchel al fondo a la izquierda y el aeropuertode Cuatro Vientos a la derecha. Cuando llegamos a vivir aquhace tres aos, yo tena siete, y me pasaba las horas muertasmirando cmo las avionetas y los helicpteros volaban a lo lejoshasta que se perdan entre los edificios para aterrizar. Hoy es elda del desfile de las Fuerzas Armadas, y desde la terraza se venun montn de aviones de caza que van dejando detrs una rayade humo azul y rojo.

  • cabeza, porque me pongo a pensar en mis padres. No quieroque se mueran. No s cmo puede ser, pero no quiero que semueran nunca. Cuando me entra el miedo por las noches,pienso en otra cosa y ya est, la idea se disuelve y se cuela pordebajo de la puerta, hacia la luz encendida del saln dondeellos estn viendo la tele. Me gusta ver esa rendija de luz; esoquiere decir que todo est normal.

    No quiero pensar en nada. Pero esos helicpteros merecuerdan a mi amigo Sebas. Justo un da como hoy, el aopasado, nos lo encontramos en el portal, a l y a sus padres, Soly Pedro. Pedro estaba muy delgado y plido, ms bien de coloramarillo, y se sostena apenas con una muleta. Que le dolanmucho los huesos, les deca a mis padres. Despus me explicmi madre que estaba muy enfermo, cncer de huesos, y sinquerer me imagin su esqueleto desmenuzado como si fueraharina. Yo le miraba hablar y pensaba si llegara a ver el desfilede aviones del ao siguiente.

    Hace dos das que Pedro se ha muerto. He salido a la terraza yme he acordado de aquel da. Ya no volver a ver ningn avinvolando sobre la ciudad. No voy a darle ms vueltas a la

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  • Martes, 7 diciembre

    Sebas ha ido hoy al colegio. Cuando he llegado alpatio, l estaba rodeado sobre todo de chicas, queimagino que le estaran diciendo que lo sentan ytal. Yo no he querido meterme en el mogolln, asque me he ido a clase. Cuando ha llegado l, lonico que me ha salido ha sido un qu tal, to

    Mi madre me ha preguntado hoy varias veces que por qu nosubo a decirle algo a Sebas. No quiero verle, no s qu le puedodecir. Le pregunto cmo est? Ya s que est mal. Le digo quesi quiere jugar a la DS? Cmo va a querer jugar, no creo quetenga ganas.

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  • atreven a subirse a nada. l, Sebas y yo nos montamos encasi todas las atracciones. Pero la que ms nos gust fue latarntula, una especie de montaa rusa que daba msvueltas que yo qu s. Dios, qu vrtigo ms increble. Cadavez que el cochecito llegaba a lo alto y, a punto de caer enpicado, Pedro nos deca a voces a volar, chicoooos! y lostres empezbamos a gritar a todo gritar hasta quellegbamos al siguiente alto, y as hasta que nos bajbamosdel cochecito, mareados y afnicos. Los tres mosqueterosnos llamaban mis padres y Sol, que se quedaban abajomirando con la boca abierta la juerga que nos traamos.Desde que nos montamos en la primera atraccin, anosotros nos dio la risa floja y no paramos de rer hasta quenos despedimos en el portal de nuestra casa. Joer, qu biennos lo pasamos.

    Ver a Sol me ha hecho sentirme peor. Era como si yo pesarauna tonelada. Todo me recordaba que los ojos de Pedro ya no

    que me ha sonado raro, pero es que no saba qu decir. La que shabl ayer bien fue Adela, la de Ingls, que nos dio la noticia ynos dijo que tenamos que darle mucho cario para que sesintiera mejor. Eso de darle cario es difcil. Solo se me haocurrido cogerle del hombro cuando hemos salido al patio ysentarme con l en la valla de la entrada. Sebas es el mismo detodos los das. Me imaginaba que iba a estar llorando todo elrato. Estaba algo parado, eso s, y no quiso jugar al baloncesto,pero sin llorar, que es como me imagino que estara yo si semuriera mi padre, llorando todo el da y sin querer salir de casa.

    A la salida ha llegado Sol, y tambin se ha formado un corrillode gente a su alrededor. No iba de negro como las viudas quesalen por la tele, llevaba un vaquero y una camiseta verde conun ramo de flores dibujado en el centro. Es la misma camisetaque llevaba cuando el ao pasado nos fuimos todos a pasar elda al Parque de Atracciones. Menudo da. Menos mal queestaba Pedro, porque mis padres son unos caguetas y no se

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  • volveran a ver esto o lo otro. No s, el chorro de la fuente,el campo de baloncesto, cualquier cosa me parecaimportante.

    Mam, no s qu me pasa le he dicho nada msentrar. Tengo como una piedra en el estmago que nome deja respirar bien.

    Yo s s lo que te pasa, David. Ests triste porque se hamuerto Pedro me ha dicho ella mientras me coga de lacara y me miraba a los ojos. Y yo tambin estoy triste.Sabes qu creo? Que te vendra bien subir un ratito a casade Sebas. Me ha dicho Sol que vayas cuando quieras, queseguro que a l le sienta genial estar contigo.

    Y eso hice. Mientras suba las escaleras me temblaban laspiernas, no saba qu les iba a decir cuando me abrieran la

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    puerta. Pensaba que Sol estara sentada en un rincn a oscuras,y Sebas, metido en su habitacin. He estado a punto de bajarmecorriendo a casa, pero por fin he llamado al timbre. Sol me haabierto la puerta con una sonrisa en los labios. David, qualegra. Y me ha dado un achuchn.

    En la casa haba mucha luz. Ola bien, y todo estaba muy ordenado,como si no hubiera pasado nada. Estaban los padres de Sol, queme han dicho: Hola, David. Yo me he quedado en silencio y hebajado los ojos al suelo. No saba qu contestar. Al momento haaparecido Sebas por el pasillo y tampoco he sabido qu decir. Mequed petrificado como una momia sin poder hablar. Menos malque Sol ha salido en mi auxilio: Te encuentras mal, David?. Nome salan las palabras, pero me haban dejado de temblar laspiernas y senta flojera. As que no s ni cmo me ha salido por laboca: Me da mucha pena que Pedro se haya muerto. Pareca quelo haba dicho otro que no fuera yo.

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    O a la abuela en la cocina y Sebas se sent al lado de suabuelo. Mientras se tomaba el t que la abuela habapreparado, Sol me ha contado que la enfermedad de Pedrohaba sido muy larga, que ya saban que se iba a morir, y queles haba dado tiempo a prepararse para ese momento. Y meha dicho tambin que, durante todos los das de sus vidas,Sebas, ella, la familia y los amigos iban a tener un momentopara recordar a Pedro. As es como l iba a estar siemprepresente y acompandoles, a travs del recuerdo.

    A ver, cmo te gustara a ti acordarte de Pedro? me hapreguntado Sol.

    Me lo puso fcil, porque enseguida se me vino ala cabeza aquel da de la tarntula.

  • Pues en el Parque de Atracciones, claro.

    Te acuerdas de la tarntula? se anim Sebas. Pasmuchsimo miedo, pero menos mal que estaba mi padre. Teacuerdas de lo que nos deca?

    S. A volar, chicoooos!.

    Los tres nos hemos echado a rer y nos hemos acordado deun montn de cosas ms que nos pasaron aquel da. Luego,Sebas y yo hemos jugado a la DS un buen rato, que es lo quems nos gusta hacer cuando nos juntamos.

    No s cmo explicarlo, pero me he venido a casa como si seme hubiera abierto dentro una botella de refresco dulce ycon burbujas. De momento, y para acabar el da mejor decomo lo empec, voy a tener mi recuerdo para Pedro: me voya montar en todas las atracciones en las que nos subimosaquel da y espero quedarme dormido con la risa floja.

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  • PREGUNTAS ORIENTATIVAS SOBRE EL CUENTO

    Qu emociones aparecen en el cuento? Cules son las ms importantes?

    Cmo le afecta a David la muerte de Pedro? Cules son sussentimientos y sus pensamientos?

    Cmo consigue David superar el miedo que le provoca ima-ginar que sus padres tambin pueden morir?

    Por qu le resulta tan difcil a David expresar qu siente ycmo lo siente a su amigo Sebas y a su madre Sol?

    Por qu a David le sorprende/desconcierta la actitud y elmodo de actuar de Sebas y de su madre, Sol,

    tras la muerte de Pedro?

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  • sus familiares les explican que Pedro tiene una enfermedadmuy grave y que su muerte est prxima. No obstante, siguesiendo de suma importancia que los padres estn cerca deellos y apoyarles, y nunca dar por supuesto que como ya noson tan nios, estn capacitados para aceptar y superar solosla muerte de un ser cercano.

    La tristeza, la pena, es la principal emocin que sentimos antela prdida irrecuperable de un ser querido, siendo muy im-portante que los padres ayuden a que los hijos aprendan asentirla y expresarla, que no la oculten ni huyan de ella o laconfundan con otras emociones, porque esto puede traer pe-ores consecuencias. Por ejemplo, como le pasa a David, quetiene dificultades para expresar la tristeza y el dolor que sientepor la prdida de Pedro y se bloquea, intenta hablar pero no lesalen las palabras, cuando quiere decirle algo a Sebas. No essano que estos estados de bloqueo emocional se prolonguen

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    Qu le ocurre a David cuando recuerda experiencias y situa-ciones felices vividas con Pedro y con Sebas?

    No es fcil abordar el tema de la muerte con nuestros hijos ehijas; de hecho, slo lo hacemos cuando no hay ms remedio,cuando la situacin lo impone: cuando fallece (o lo va a hacerde forma inminente) algn familiar o ser querido de la familiao del entorno prximo.

    A partir de los 6 7 aos, los nios y nias saben que la muertees permanente y real, y a medida que crecen y se hacen ado-lescentes van desarrollando sus capacidades y adquiriendoms y mejores recursos para asimilarla. Por tanto, a partir deestas edades lo ms acertado y saludable es que los padres in-formen de modo apropiado y hagan partcipes a sus hijos e hi-jas de la situacin, sin ocultarles ni apartarlos de la realidadque se est viviendo. As lo hacen con Sebas y David, cuando

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  • es justo lo que le sucede a David: siente miedo y angustia antela idea de que sus padres, al igual que el padre de su amigo Se-bas, fallezcan un da. Las emociones y sentimientos que estaposibilidad-fantasa despierta son muy intensas para l, tantoque presiente que si les hace mucho caso, le desbordarn y noser capaz de manejarlas, as que opta por callarlas y apartarlasde su mente. David no puede evitar que aparezcan, pero con-sigue desactivar su efecto negativo empleando una estrategiade auto-control cognitivo: las borra de su mente y piensa enotra cosa, en el rayo de luz que pasa por debajo de la puerta.Este tipo de estrategias son de gran utilidad y eficacia y cuandolos hijos no las conocen o saben manejarlas, son los padresquienes deben aportarlas a los ms pequeos y ensear a quelas empleen por s mismos.

    Otro aspecto a tener muy en cuenta es la influencia que ejerceel contexto social, cultural y meditico respecto a lo que se

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    mucho tiempo, debiendo estar los padres atentos a detectarlosy proporcionando a los hijos e hijas apoyo afectivo, compren-sin y nimo para que muestren sus sentimientos y sean ca-paces de superar los miedos que esto conlleva (como hace lamadre de David cuando, ante los conflictos y resistencias queste muestra para estar con Sebas, le anima, sin imposiciones,a que lo haga). Hay, por tanto, que acompaar de forma activapero respetando el ritmo y la forma de reaccin emocional decada nio o nia.

    Adems de la tristeza, la muerte tambin puede provocar ennuestros hijos e hijas reacciones emocionales de miedo y an-gustia al descubrir que la muerte no es algo slo ajeno, que lesucede slo a los otros, sino que le puede tocar a l mismo o asus seres ms queridos. Por ejemplo, si ha fallecido el padrede un amigo cercano, los nios suelen vivir con excesiva an-gustia el hecho de que sus padres puedan morir tambin. Eso

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  • David imaginaba: no es que no sientan dolor, pena, ni tampocoque no echen en falta a Pedro, sino que han asimilado el golpepoco a poco. Conviene que los padres estn atentos a estosaspectos y que ayuden a que sus hijos conozcan que hay di-versas formas de vivir la muerte, que no todos reaccionamosde la misma manera y que, adems, estas maneras no tienenporqu coincidir con lo que dictan los cnones socioculturalesestablecen o muestran los medios de comunicacin de masas,sobre todo la televisin.

    Por ltimo, los progenitores deben ensear a sus hijos quelas personas fallecidas permanecen vivas en nuestra memoriay que siempre resulta de mucha ayuda que recuerden imge-nes, situaciones o ancdotas agradables y felices vividas condichas personas. Si esto, adems, se hace en grupo, en familia,conseguimos que los nios se sientan partcipes de la situa-cin, que se los trata como unos ms. As sucede en el cuento

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    debe sentir, pensar, decir o hacer cuando alguno de nuestrosseres queridos muere. Los nios y nias tienen interiorizadasmuchas creencias, ideas preconcebidas de la muerte, de cmodebe vivirse, de cmo hay que actuar, etc. que provienen de lacultura (tradicin, costumbres) y de los agentes e institucionessociales (educacin, religin, medios de comunicacin), pu-diendo ser causa de confusin y desconcierto el hecho de queesto no sea as. En el cuento, David se siente extraado porqueni su amigo Sebas ni su madre acten y se muestren como,para l, sera lo esperable tras la muerte de Paco. Ni Sebas ni,sobre todo, Sol, estn tristes o destrozados, no lloran todo eltiempo; tampoco han cambiado su forma de vida cotidiana, nisu manera de vestir; tampoco estn recluidos en su casaDavid slo se aclara cuando Sol le cuenta que no estn tantristes porque han tenido tiempo para hacerse a la idea de lamuerte de Pedro y han podido despedirse de l. Eso le ayuda aentender por qu ni ella ni Sebas estn tan afectados como

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  • cuando Sol, junto a Sebas y sus abuelos, proponen a Davidque busque una imagen o escena positiva y agradable pararecordar a Pedro, algo que le ayuda a aprender que hay otrosmodos de vivir la prdida de un ser querido, no slo con tris-teza, miedo y angustia.

    En definitiva, en este cuento encontramos algunas propuestastiles sobre cmo los padres pueden abordar el tema de lamuerte con sus hijos para ayudarles a asimilar la muerte delser querido de la mejor manera posible. La clave est en acom-paar de forma activa a los hijos, estando atentos a sus estadosde nimo, atendiendo a sus necesidades y demandas explcitas(lo que nos piden de modo claro) pero tambin, y sobre todo,detectando y ayudando a que afloren aquellas emociones queno verbalizan y quedan ocultas, silenciadas, las que contienen,reprimen, las que no se atreven o no pueden expresar.

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    PUBLICACIONES DECEAPA

    LISTADO DEFEDERACIONES Y

    CONFEDERACIONES

  • Revista Padres y Madres de AlumnosPublicacin bimensual, con una tirada de 12.300 ejemplares, que incluye en sus pginas informacin de interspara padres y madres sobre temas educativos, sociales, familiares y trata todas aquellas cuestiones relacio-nadas con los derechos de la infancia.

    Temas de Escuela de Padres y MadresCarpeta Uno 1. La televisin 2. Educacin especial e integracin escolar 3. Defensa de la Escuela Pblica 4. Las escuelas de padres y madres 5. Educacin para el ocio y el tiempo libre 6. Los padres y madres ante los temas transversales 7. Educar para la toleranciaCarpeta Dos 8. Educacin, participacin y democracia 9. Infancia y educacin infantil10. Educacin sexual11. Tcnicas para la dinamizacin de APAs12. Sociologa de la educacin13. Educacin para el consumo14. Orientacin y tutoraCarpeta Tres15. Los centros educativos y su entorno16. Juegos y juguetes17. Prevencin de las drogodependencias18. Las actividades extraescolares19. Planificacin de actividades y programas20. La familia: espacio de convivencia y socializacin21. Educacin no Sexista22. Ante el racismo: la educacin intercultural

    Coleccin Cursos 1. Las APAs, la participacin y la gestin de los centros educativos 10. La prevencin de las drogodependencias: Nuevos retos y perspectivas 13. La educacin sexual, un marco para hablar de los afectos14. Construyendo salud. Promocin de habilidades parentales15. Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres16. Construyendo Salud. Promocin de habilidades parentales. Manual para el monitor o la monitora17. Aprendiendo en familia. Prevencin del conflicto familiar en el marco de la igualdad de oportunidades18. Educacin Sexual desde la familia. Infantil y Primaria19. Educacin Sexual desde la familia. Secundaria20. Construyendo un mundo mejor con nuestros hijos e hijas.

    Manual para monitores o monitoras

  • 7. El alcohol en casa 8. Las APAs ante el alcohol y otras drogas 9. La alimentacin en edad escolar10. Tareas domsticas: hacia un modelo de responsabilidades compartidas11. La educacin desde las familias monoparentales12. La gestin democrtica de centros educativos para padres y madres13. Orientacin profesional desde la familia. Construyendo alternativas no tradicionales14. Las drogas en la E.S.O.: propuestas educativas para madres y padres15. Prevencin del sida en los nios y los adolescentes. Gua para padres y madres16. La tutora, un marco para la prevencin en secundaria17. Ocio y escuela. mbitos de intervencin para las asociaciones de padres y madres18. Apuntes de educacin sexual. Sobre la sexualidad de nios y nias con discapacidad19. Las dificultades de vivir una vida apresurada.

    Reflexiones en torno a nuestro uso del tiempo20. Los padres y madres ante las drogas. Propuestas educativas21. La escuela en el medio rural22. Educar en la corresponsabilidad. Propuesta para la familia y la escuela23. Cmo elaborar un plan de mediacin en un centro educativo?

    Gua para su desarrollo con el apoyo del APA24. Cmo pueden ayudar las familias a resolver los conflictos en los centros educativos?25. Madres y padres coeducamos en la escuela. Responsable de coeducacin en los centros educativos26. Educar para prevenir el consumo de drogas de los hijos e hijas

    Coleccin Aprende y Educa 1. Hablamos de sexualidad con nuestros hijos e hijas? 2. Educamos igual a nuestros hijos e hijas? 3. Cmo elegir los juguetes? 4. Saben usar Internet o los videojuegos? 5. Por qu es tan importante la educacin infantil? 6. Es adecuada la alimentacin en los centros escolares? 7. Ests preparado para cuando tus hijos o hijas se encuentren con las drogas?

    Coleccin Experiencias 1. Primer Concurso de Experiencias Educativas 2. Segundo Concurso de Experiencias Educativas 3. Tercer Concurso de Experiencias Educativas 4. Cuarto Concurso de Experiencias Educativas 5. Quinto Concurso de Experiencias Educativas 6. Sexto Concurso de Experiencias Educativas 7. Actividades realizadas por las APAs para prevenir el consumo de drogas 8. Sptimo Concurso de Experiencias Educativas 9. Octavo Concurso de Experiencias Educativas

    21. Construyendo un mundo mejor con nuestros hijos e hijas. Manual para padres y madres

    22. Habilidades de comunicacin familiar. Ampliacin del programa Construyendo Salud

    23. Coeducacin. Prevencin de la violencia contra las mujeres y las nias24. Educacin para el consumo.

    Materiales para trabajar el consumo desde la perspectiva de gnero25. Habilidades para trabajar con grupos e impartir cursos de formacin26. Programa de formacin de formadores sobre educacin afectivo-sexual y prevencin de VIH-SIDA di-

    rigido a familias y APAs. Educacin Sexual desde la Familia. Manual para el monitor o la monitora27. Educacin Sexual desde la Familia. Manual para el alumno o la alumna28. Adolescencia y familia. Cmo mejorar la relacin con los hijos e hijas adolescentes y prevenir el con-

    sumo de drogas. Manual para el monitor o monitora29. Adolescencia y familia. Cmo mejorar la relacin con los hijos e hijas adolescentes y prevenir el con-

    sumo de drogas. Manual para el alumno o alumna30. Educacin emocional desde la familia. Manual para el monitor o monitora31. Educacin emocional desde la familia. Manual para el alumno o alumna32. Educacin para el consumo. Manual para el monitor o monitora33. Educacin para el consumo. Manual para el alumno o alumna34. Educacin en Valores. Materiales de formacin para familias sobre Educacin para la Paz y el Desarro-

    llo. Manual para el monitor o monitora35. Educacin en Valores. Materiales de formacin para familias sobre Educacin para la Paz y el Desarrollo.

    Manual para el alumno o alumna

    Coleccin Informes 1. El reparto del trabajo domstico en la familia. La socializacin en las diferencias de gnero 2. Nuevos consumos juveniles de drogas. Aportaciones desde el papel de intermediacin social de las

    apas 3. Manual de legislacin educativa. Instrumento de trabajo de las APAs y consejeros escolares de la es-

    cuela pblica 4. Los padres y madres ante el consumo de alcohol de los jvenes 5. Los padres y madres ante la prevencin de conductas problemticas en la adolescencia 6. Los estilos educativos de las familias espaolas y el consumo de drogas en la adolescencia 7. La participacin de las familias en la escuela pblica.

    Las asociaciones de madres y padres del alumnado

    Coleccin Herramientas 1. La tutora, un marco para las relaciones familia-centro educativo 2. Los comedores escolares 3. Cmo poner en marcha escuelas de padres y madres 4. La financiacin de las APAs. De dnde sale el dinero? 5. Educacin fsica y deporte en la edad escolar 6. La violencia contra las nias: el abuso sexual

  • Otros ttulos La escuela que incluye las diferencias, excluye las desigualdades. Congreso de CEAPA sobre necesi-

    dades educativas especiales (CEAPA/Edit. Popular. 1996) 50 aos de Derechos Humanos? Gua para padres y madres comprometidos Educacin para la salud: la alimentacin y la nutricin en edad escolar El papel de la familia y las APAs ante los problemas del medio ambiente Cmo promover la participacin de las mujeres y las familias inmigrantes en la escuela? Recomendaciones para mejorar la alimentacin de la familia Manual del Consejero Escolar Alcohol. Cannabis Television y familia. Recomendaciones Manual de APAS. Democracia participativa Construyendo sexualidades, o cmo educar la sexualidad de las hijas y los hijos Cmo erradicar la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Gua para el monitor

    de actividades deportivas Cmo podemos ayudar los padres y madres a erradicar la violencia y el racismo en el deporte Y t, te apuntas a romper con el machismo? El finde Cuentos para prevenir

    FAPA ALBACETEC/ Zapateros, 4 4 Planta02001 AlbaceteTel: 967 21 11 27Fax: 967 21 26 36Web: www.albafapa.comEmail: [email protected]

    FAPA ALICANTE Gabriel MirC/ Redovn, 603014 AlicanteTel: 96 525 26 00Fax: 96 591 63 36Web: www.fapagabrielmiro.esEmail: [email protected]

    FAPACE ALMERIAC/ Arcipreste de Hita, 2604006 AlmeraTel: 950 22 09 71Fax: 950 22 28 31Web: www.fapacealmeria.orgEmail: [email protected].

    FAPA ARAGN (FAPAR)San Antonio Abad, 38 (Antiguo C.P.Rosa Arj)50010 ZaragozaTel: 976 32 14 30976 46 04 16Web: www.fapar.orgEmail: [email protected]

    FAPA ASTURIASPlaza del Riego, 1 1 E33003 OviedoTel: 98 522 04 86Fax: 98 522 90 97Web: www.fapamv.comEmail: [email protected]

    FAMPA VILAApdo. de Correos, 6005080 vilaTel: 920 25 27 10Web: www.fampa.orgEmail: [email protected]

    COAPA BALEARSGremio Tintoreros, 2Polgono Son Castell07009 Palma de MallorcaTel: 971 20 84 84Fax: 971 75 18 63Web: www.fapamallorca.orgEmail: [email protected]

    FAPA BENAHOAREC/ Doctor Santos Abreu, 4838700 Santa Cruz de la PalmaTel: 922 42 06 90Fax: 922 41 36 00Web: fapabenahoare.comEmail: [email protected]

    FAPA BURGOSApdo. de Correos, 56209080 BurgosTel: 947 22 28 58Fax: 947 22 78 99Email: [email protected]

    FEDAPA CDIZColegio Adolfo de CastroC/ Guadalmesi, s/n11012 CdizTel: 956285985Fax: 956285989Web: www.fedapacadiz.orgEmail: [email protected]

    FAPA CANTABRIAC/ Cisneros, 74 Desp. 339007 SantanderTel: 942 23 94 63Fax: 942 23 99 00Email: [email protected]

    FAPA CASTELLNCarrer Mestre Caballero, 212004 CastellnTel: 964 25 42 16Fax: 964 25 03 60Web: www.fapacastello.comEmail: [email protected]

    FAPA CATALUA FAPACC/ Cartagena, 245 tico08025 BarcelonaTel: 93 435 76 86Fax: 93 433 03 61Web: www.fapac.netEmail: [email protected]

    FAPAES CATALUAPere Verges, 1 8-1408020 BarcelonaTel: 93 278 21 43Fax: 93 278 12 97Web: www.fapaes.netEmail: [email protected]

    FAPA CEUTAPlaza Rafael Gibert, 27Residencia de la Juventud, 2PlantaTel: 956518850Fax: 956512479Web: www.fapaceuta.orgEmail: [email protected]

    Federaciones y Confederaciones que integran CEAPACEAPA es una Confederacin de mbito estatal que est integrada por Federaciones y Confederaciones

    de mbitos provincial y autonmico. A continuacin ofrecemos un directorio de las organizaciones

    provinciales, regionales y autonmicas de APAs de la Escuela Pblica.

  • FAPA CIUDAD REALC/ Pozo Concejo, 813004 Ciudad RealTel: 926 22 67 29Fax: 926 22 67 29Web: www.fapaciudadreal.comEmail: [email protected]

    FAPA CRDOBA goraC/ Doa Berenguela, 214006 CrdobaTel: 957 40 06 42Fax: 957 40 06 42Web: www.fapacordoba.orgEmail:[email protected]

    FAPA CUENCAAvda. Repblica Argentina, 10, 2dcha.16004 Cuenca16004 CuencaTel: 969 21 31 50Fax: 969 21 31 50Email: [email protected]

    FREAPA EXTREMADURAApdo. de Correos, 50806080 BadajozTel: 924 24 04 53Fax: 924 24 02 01Web: www.freapa.comEmail: [email protected]

    FIMAPA FUERTEVENTURAC/ Pino, s/n Barrio Majada MarcialCentro de Educacin Ocupacional35600 Puerto del Rosario (Fuerte-ventura)Tel: 928 850 245Fax: 928 850 245Email: [email protected]

    CONFAPA GALICIAApdo. de Correos, 62015080 La CoruaTel: 981 20 20 02Fax: 981 20 19 62Web: www.confapagalicia.esEmail: [email protected]

    FAPA GOMERAGarca, 838830 Agulo-GomeraTel: 922 14 61 08Fax: 922 14 61 08Email: [email protected]

    FAPA GRAN CANARIA GaldsAvda. 1 de Mayo, 22, 1 dcha.35002 Las Palmas de Gran Cana-riaTel: 928 38 20 72Fax: 928 36 19 03Web: www.fapagaldos.orgEmail: [email protected]

    FAPA GRANADA AlhambraCamino de Santa Juliana s/n18007 GranadaTel: 958 13 83 09Fax: 958 13 17 64Web: www.fapagranada.orgEmail: [email protected]

    FAPA GUADALAJARAEdificio IES Aguas VivasAvda. de Beleia, 919005 GuadalajaraTel: 949 88 11 06Fax: 949 88 11 12Email: [email protected]

    FAPA HIERROApdo. de Correos, 3638911 Frontera - El HierroTel: 922 55 00 10Fax: 922 55 14 70Email: [email protected]

    FAPA JAN Los OlivosApdo. de Correos, 12923700 LinaresTel: 953 65 06 25Fax: 953 69 71 99Web: www.fapajaen.orgEmail: [email protected]

    FAPA LANZAROTEJos Antonio, 86, 2B35500 Arrecife de LanzaroteTel: 928 80 00 89Fax: 928 80 20 44Web: www.fapalanzarote.infoEmail: [email protected]

    FELAMPA LEN Sierra PambleyC/ Francisco Fernndez Dez, 2824009 LenTel: 987212320Fax: 987212320Web: www.felampa.orgEmail: [email protected]

    FAPA MADRID Francisco Giner de los Ros deMadridPuerta del Sol, 4, 6 D28013 MadridTel: 91 534 58 9591 553 97 73Fax: 91 535 05 95Web: www.fapaginerdelosrios.esEmail: [email protected]

    FDAPA MLAGAC/ Hoyo Higuern, 3CEIP Flix Rodrguez de la Fuente29009 MlagaTel: 952 042 623Fax: 952 042 671Web: www.fdapamalaga.orgEmail: [email protected]

    FAPA REGIN DE MURCIA JuanGonzlezC/ Puente Tocinos1 Travesa-Bajos Comerciales30006 MurciaTel: 968 23 91 13Fax: 968 24 15 16Web: www.faparm.comEmail: [email protected]

    FAPA NAVARRA HerrikoaJuan M. Guelbenzu, 38 bajo31005 PamplonaTel: 948 24 50 41Fax: 948 24 50 41Web: www.herrikoa.netEmail: [email protected]

    FAPA PALENCIAC/ Obispo Nicols Castellanos, 10,534001 PalenciaTel: 979 74 15 28Fax: 979 74 15 28Email: [email protected]

    FAPA RIOJAC/ Calvo Sotelo, 3 3 Dcha.26003 LogrooTel: 941 24 84 80Fax: 941 24 84 80Web: http://www.faparioja.esEmail: [email protected]

    FAPA SALAMANCAApdo. de Correos, 28137080 SalamancaTel: 923 12 35 17Fax: 923 22 36 55Email: [email protected]

    FEDAMPA SEGOVIAApdo. de Correos 58140080 SegoviaTel: 921 44 45 87Fax: 921 44 45 87Email:[email protected]

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    FAPA TENERIFE (FITAPA)Col. E.E. Hno. PedroCarretera del Rosario km. 438010 Santa Cruz de TenerifeTel: 922 66 25 25Fax: 922 65 12 12Web: www.fitapa.esEmail: [email protected]

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    FAPA VALENCIAC/ Denia, 6, puertas 1 Y 246006 ValenciaTel: 96 373 98 11Fax: 96 333 00 77Web: www.fapa-valencia.orgEmail: [email protected]

    FAPA VALLADOLIDAvda. Ramn Pradera,16 Bajo-Local,347009 ValladolidTel: 983 343 519Fax: 983 343 519Web: http://fapava.org/Email: [email protected]

    FAPA ZAMORAArapiles s/n49012 ZamoraTel: 980 52 47 01Fax: 980 52 47 01Web: www.fapazamora.esEmail: [email protected]

  • CODAPA(Andaluca)Avda. de Madrid, 5, 318012 GranadaTel: 958 20 46 52Fax: 958 20 99 78Web: www.codapa.orgEmail: [email protected]

    CONFEDERACIN DE APAS GONZALO ANAYA(Comunidad Valenciana)Pasaje de la Sangre, 5, Puerta 2, despacho 1146002 ValenciaTel: 96 352 96 07Fax: 96 394 37 97Web: www.gonzaloanaya.comEmail: [email protected]

    COVAPAC/ Redovn, 603014 AlicanteTel: 96 525 26 00Fax: 96 591 63 36Web: www.covapa.esEmail: [email protected]

    CONFAPACAL(Castilla y Len)Avda. Ramn Pradera,16 Bajo-Local,347009 ValladolidTel: 983 337 058Fax: 983 337 058Email: [email protected]

    CONFAPA MIGUEL DE CERVANTES(Castilla-La Mancha)C/ Zarza, 6, 1A45003 ToledoTel: 925 28 40 52925 28 45 47Fax: 925 28 45 46Email: [email protected]

    CONFAPACANARIASAv. 1 de Mayo, 22, 1 dcha35002 Las Palmas de Gran CanariaTel: 928 38 20 72Fax: 928 36 19 03Web: www.confapacanarias.netEmail: [email protected]

    OTRAS CONFEDERACIONES DE FEDERACIONES DE CEAPA