Me acuerdo muy bien de todo, la fecha, la hora, lo que estaba haciendo, todo exactamente como pas. Era un lunes por la maana y yo estaba trabajando en mi panadera como lo haca todos los das hbiles de la semana. Se hicieron cerca de las 9:40 a.m y mi hijo pasaba a buscar sus facturas para irse a la escuela que era donde l desayunaba junto con su ta que era maestra. l busc las facturas como siempre pero yo ese da sent un mal presentimiento entonces le di un abrazo como si fuese la ltima vez que lo vera. Su escuela quedaba bastante lejos de la panadera pero a l no le importaba caminar porque le encantaba cruzarse a sus amigos y vecinos que se encontraba en el camino. Era un nene lleno de vida, alegra y tambin era muy simptico, adems le iba muy bien en la escuela, siempre me haca sentir muy orgullosa de l, cada vez que me acuerdo de mi hijo se me llenan los ojos de lagrimas, lo extrao tanto. Eran alrededor de las 9:50 a.m de esa misma maana cuando escuch a lo lejos un ruido muy fuerte, por lo que decid salir a la calle para ver qu era lo que suceda, la gente que pasaba por ah tenia diferentes versiones sobre lo que estaba pasando, algunos decan que haba sido un choque y otros que fue una bomba, yo no poda creer lo que se estaba diciendo, por lo tanto me acerque hacia el lugar donde se hizo l ruido y vi un edificio hecho escombros, todo estaba lleno de polvo, la gente lloraba y gritaba demasiado, era algo totalmente escalofriante. Inmediatamente me acorde que mi hijo pasaba por esa calle de camino a la escuela, no saba cmo empezar a buscarlo, empec a gritar su nombre mientras corra hacia su escuela para ver si no estaba ah, y no, no estaba en la escuela, pero tampoco lo haba visto en el camino, volv al edificio derrumbado y le preguntaba a la gente si no haba visto a un nene de pelo castao, de ms o menos un metro sesenta de alto y lo describ lo mejor que pude, pero nadie me prestaba atencin, todos buscaban a alguien. Pareca que el tiempo pasaba muy rpido, cuando me quise acordar ya era la una de la tarde y todava no tena ni una idea de dnde podra estar mi hijo. Hasta que vi a un bombero y le pregunt si l poda ayudarme, pero me dijo que deba ocuparse de la gente herida, tambin me dijo que si tena algn pariente desaparecido me recomendaba que lo buscara en los hospitales de la zona, y eso mismo fue lo que hice, si mal no recuerdo busque en los cinco hospitales ms cercanos pero no encontr nada, revolv cielo y tierra para encontrar alguna seal de mi hijo. Cuando termin de recorrer los hospitales, comisarias y sanatorios cercanos ya era de noche, pase por la panadera para ver si mi hijo no haba ido ah luego de todo el caos por el que estaba pasando la ciudad y ms que nada los ciudadanos que estaban sper desesperados, no poda creer que esto haya pasado en mi pas. Esa misma noche mientras recorra las calles para ver si encontraba a mi hijo, me puse a escuchar la radio, todos hablaban sobre esto y escuch que haba sido un atentado contra AMIA, qued muy sorprendida, me dije a mi misma que era imposible, quin y cmo alguien iba a atentar contra nuestro pas, igual yo no tena tiempo para saber sobre el culpable, solo me importaba mi hijo. Vi mucha gente sentada en los cordones de las veredas llorando por sus desaparecidos o por seres queridos que murieron ese da, gente que ya se haba cansado de buscar, algunos ya no tenan esperanzas. Yo no pude parar de buscar, si l estaba muerto o vivo ya no importaba, lo que importaba era saber qu pas con l, encontrar su cuerpo, poder llorarlo, poder darle la despedida que tanto se mereca, yo jams perdera la fe y la esperanza, yo saba que lo iba a encontrar y as fue, lo encontr, en realidad lo encontraron al da siguiente dos hombres que removan los escombros, apenas me enter de que haban encontrado a un nio de caractersticas como las de mi hijo fui corriendo desesperada, no me importo que paso en l camino, y si, era mi hijo, estaba muerto, nada puede explicar el dolor que sent en ese momento. Abrace el cuerpo ya sin vida de mi hijo y lo sent muy frio, estaba plido, no poda creer lo que paso, quera morirme pero saba que tena que ser fuerte por l, sea donde sea que haya estado hubiera deseado que yo fuera fuerte, entonces tuve que superar su muerte, aunque por dentro me preguntaba Por qu l? , Cmo puede ser que hasta hace un da lo tena conmigo y vea su sonrisa? Qu hizo para qu le pase eso? Para ninguna de mis preguntas exista una respuesta, haba que aceptar lo que sucedi. Qu iba a ser demasiado difcil para m? Eso era obvio pero no poda rendirme. Ahora ya paso el tiempo y no se sabe quien fue el culpable de lo que paso, murieron 86 personas, entre ellas mi hijo, que para algunos es un nmero ms, pero para m no, y hoy estoy contando esta historia recordando que ese 18 de julio de 1994 en el atentado de AMIA mi hijo muri, y parte de m tambin muri junto a l.