cuento, leyenda, mito

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Contiene 1 ejemplo de:Cuento, leyenda, mito, fabula, novela, poema y ensayo

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El gato con botasAutor: Charles Perrault

El gato con botas Haba una vez un molinero pobre que cuando muri slo pudo dejar a sus hijos por herencia el molino, un asno y un gato. En el reparto el molino fue para el mayor, el asno para el segundo y el gato para el ms pequeo. ste ltimo se lament de su suerte en cuanto supo cul era su parte.

- Y ahora qu har? Mis hermanos trabajarn juntos y harn fortuna, pero yo slo tengo un pobre gato.

El gato, que no andaba muy lejos, le contest:

- No os preocupis mi seor, estoy seguro de que os ser ms valioso de lo que pensis.

- Ah s? Cmo?, dijo el amo incrdulo

- Dadme un par de botas y un saco y os lo demostrar.

El amo no acababa de creer del todo en sus palabras, pero como saba que era un gato astuto le dio lo que peda.

El gato fue al monte, llen el saco de salvado y de trampas y se hizo el muerto junto a l. Inmediatamente cay un conejo en el saco y el gato puso rumbo hacia el palacio del Rey.

- Buenos das majestad, os traigo en nombre de mi amo el marqus de Carabs - pues ste fue el nombre que primero se le ocurri - este conejo.

- Muchas gracias gato, dadle las gracias tambin al seor Marqus de mi parte.

Al da siguiente el gato caz dos perdices y de nuevo fue a ofrecrselas al Rey, quien le dio una propina en agradecimiento.

Los das fueron pasando y el gato continu durante meses llevando lo que cazaba al Rey de parte del Marqus de Carabs.

Un da se enter de que el monarca iba a salir al ro junto con su hija la princesa y le dijo a su amo:

- Haced lo que os digo amo. Acudid al ro y baaos en el lugar que os diga. Yo me encargar del resto.

El amo le hizo caso y cuando pas junto al ro la carroza del Rey, el gato comenz a gritar diciendo que el marqus se ahogaba. Al verlo, el Rey orden a sus guardias que lo salvaran y el gato aprovech para contarle al Rey que unos forajidos haban robado la ropa del marqus mientras se baaba. El Rey, en agradecimiento por los regalos que haba recibido de su parte mand rpidamente que le llevaran su traje ms hermoso. Con l puesto, el marqus resultaba especialmente hermoso y la princesa no tard en darse cuenta de ello. De modo que el Rey lo invit a subir a su carroza para dar un paseo.

El gato se coloc por delante de ellos y en cuanto vio a un par de campesinos segando corri hacia ellos.

- Buenas gentes que segis, si no decs al Rey que el prado que estis segando pertenece al seor Marqus de Carabs, os harn picadillo como carne de pastel.

Los campesinos hicieron caso y cuando el Rey pas junto a ellos y les pregunt de quin era aqul prado, contestaron que del Marqus de Carabs.

Siguieron camino adelante y se cruzaron con otro par de campesinos a los que se acerc el gato.

- Buenas gentes que segis, si no decs al Rey que todos estos trigales pertenecen al seor Marqus de Carabs, os harn picadillo como carne de pastel.

Y en cuanto el Rey pregunt a los segadores, respondieron sin dudar que aquellos campos tambin eran del marqus.

CEl gato con botasontinuaron su paseo y se encontraron con un majestuoso castillo. El gato saba que su dueo era un ogro as que fue a hablar con el.

- He odo que tenis el don de convertiros en cualquier animal que deseis. Es eso cierto?

- Pues claro. Veris cmo me convierto en len

Y el ogro lo hizo. El pobre gato se asust mucho, pero sigui adelante con su hbil plan.

- Ya veo que estn en lo cierto. Pero seguro que no sis capaces de convertiros en un animal muy pequeo como un ratn.

- Ah no? Mirad esto!

El ogro cumpli su palabra y se convirti en un ratn, pero entonces el gato fue ms rpido, lo caz de un zarpazo y se lo comi.

As, cuando el Rey y el Marqus llegaron hasta el castillo no haba ni rastro del ogro y el gato pudo decir que se encontraban en el estupendo castillo del Marqus de Carabs.

El Rey qued fascinado ante tanto esplendor y acab pensando que se trataba del candidato perfecto para casarse con su hija.

El Marqus y la princesa se casaron felizmente y el gato slo volvi a cazar ratones para entretenerse.

Mito las Moiras

Las Moirasson deidades que personifican el concepto del destino. En la antigedad se crea que cada ser humano tena su propiaMoiraodestino.Estas tenan como funcin asignarle a cada uno su propia suerte y maldicin, regulando as la vida de cualquier mortal.

Se dice que las Moiras son hijas deZeus y Temis. Son tres hermanas: Cloto(rueca), que era la mas joven y la que hilaba.Lquesis(pluma), que teja el destino. Ytropos(balanza), la mayor y la que cortaba los hilos. Ellas 3 tenan que asegurar que el destino de cada uno se cumpliera, incluyendo el de los dioses. Deben asistir al nacimiento de cada persona, hilar y predecir su destino.

Estas deidades se asociaban en la antigedad al nacimiento, pues se deca que en ese momento, las Moiras decidan todo lo que iban a vivir durante su vida y cuando iban a morir. Luego evolucion a las 3 Moiras mencionadas y que la vida era determinada por hilos:Blancos o doradospara los momentos en la vida defelicidad, y de lananegralos momentos dedolor.

Fabula el Pastor mentiroso

Estaba un pastor de ovejas junto con su rebao, el cual comenz a gritar con todas sus fuerzas: "Auxilio! Auxilio! El lobo viene por mis ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos sus quehaceres, acuden al llamado del joven, para darse cuenta que no es mas que una chanza pesada.

El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo, volvi. Sin embargo, nuevamente no era mas que una burla. Luego grit de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo estaba atacando, sin embargo el pueblo no crey en sus gritos, por lo que la fiera termin devorndose el rebao.

Moraleja: Mentimos y mentimos, y perdemos la confianza que los dems tienen en nosotros. Cuando digamos la verdad, no nos creern.

LEYENDA LA MANO PELUDA

Esta historia es una de las leyendas ms antiguas. Los abuelos y padres se la solan contar a sus nietos e hijos cuando ellos se levantaban a mitad de la noche:

La historia cuenta que debajo de cada cama haba un acceso desde el inframundo, en donde sala la mano peluda, lista para atacar. La mano peluda tena las siguientes caractersticas: Como dice su nombre, tena una gran cantidad de cabello color negro, uas largas y muy filosas las cuales en la punta de cada una posea un veneno mortal, la mano era el doble del tamao normal de una mano adulta y principalmente, la mano no posea de cuerpo, una vez comenzada la mueca, estaba cortada sin sellado, por este motivo se poda ver sangre, carne viva y el hueso.

Si los nios bajaban de sus camas, la mano peluda, los agarrara, los rasguara con sus largas uas y los arrastrara hacia abajo de la cama para llevarlos al inframundo, donde sera el alimento para el resto de los inmortales de ese lugar. Si el nio llegaba a escapar tras ser rasguado con sus uas venenosas, tenan que curar de inmediato estas heridas ya que podra morir si pasaba ms de un da con ellas.

Las dos gloriasdePedro Antonio de Alarcn

Un da que el clebre pintor flamenco Pedro Pablo Rubens andaba recorriendo los templos de Madrid acompaado de sus afamados discpulos, penetr en la iglesia de un humilde convento, cuyo nombre no designa la tradicin.Poco o nada encontr que admirar el ilustre artista en aquel pobre y desmantelado templo, y ya se marchaba renegando, como sola, del mal gusto de los frailes de Castilla la Nueva, cuando repar en cierto cuadro medio oculto en las sombras de fesima capilla; acercse a l, y lanz una exclamacin de asombro.Sus discpulos le rodearon al momento, preguntndole:- Qu habis encontrado, maestro?- Mirad! -dijo Rubens sealando, por toda contestacin, al lienzo que tena delante.Los jvenes quedaron tan maravillados como el autor del "Descendimiento".Representaba aquel cuadro la "Muerte de un religioso". Era ste muy joven, y de una belleza que ni la penitencia ni la agona haban podido eclipsar, y hallbase tendido sobre los ladrillos de su celda, velados ya los ojos por la muerte, con una mano extendida sobre una calavera, y estrechando con la otra, a su corazn, un crucifijo de madera y cobre.En el fondo del lienzo se vea pintado otro cuadro, que figuraba estar colgado cerca del lecho de que se supona haber salido el religioso para morir con ms humildad sobre la dura tierra.Aquel segundo cuadro representaba a una difunta, joven y hermosa, tendida en el atad entre fnebres cirios y negras y suntuosas colgaduras....Nadie hubiera podido mirar estas dos escenas, contenida la una en la otra, sin comprender que se explicaban y completaban recprocamente. Un amor desgraciado, una esperanza muerta, un desencanto de la vida, un olvido eterno del mundo: he aqu el poema misterioso que se deduca de los dos ascticos dramas que encerraba aquel lienzo.Por lo dems, el color, el dibujo, la composicin, todo revelaba un genio de primer orden.- Maestro, de quin puede ser esta magnfica obra? -preguntaron a Rubens sus discpulos, que ya haban alcanzado el cuadro.- En este ngulo ha habido un nombre escrito (respondi el maestro); pero hace muy pocos meses que ha sido borrado. En cuanto a la pintura, no tiene arriba de treinta aos, ni menos de veinte.- Pero el autor....- El autor, segn el mrito del cuadro, pudiera ser Velazquez, Zurbarn, Ribera, o el joven Murillo, de quien tan prendado estoy.... Pero Velazquez no siente de este modo. Tampoco es Zurbarn, si atiendo al color y a la manera de ver el asunto. Menos an debe atribuirse a Murillo ni a Ribera: aqul es ms tierno, y ste es ms sombro; y, adems, ese estilo no pertenece ni a la escuela del uno ni a la del otro. En resumen: yo no conozco al autor de este cuadro, y hasta jurara que no he visto jams obras suyas. Voy ms lejos: creo que el pintor desconocido, y acaso ya muerto, que ha legado al mundo tal maravilla, no perteneci a ninguna escuela, ni ha pintado ms cuadro que ste, ni hubiera podido pintar otro que se le acercara en mrito.... sta es una obra de pura inspiracin, un asunto "propio", un reflejo del alma, un pedazo de la vida.... Pero.... Qu idea! Queris saber quin ha pintado ese cuadro? Pues lo ha pintado ese mismo muerto que veis en l!- Eh! Maestro.... Vos os burlis!- No: yo me entiendo....- Pero cmo concebs que un difunto haya podido pintar su agona?- Concibiendo que un vivo pueda adivinar o representar su muerte! Adems, vosotros sabis que profesar "de veras" en ciertas rdenes religiosas es morir.- Ah! Creis vos?...- Creo que aquella mujer que est de cuerpo presente en el fondo del cuadro era el alma y la vida de este fraile que agoniza contra el suelo; creo que, cuando ella muri, l se crey tambin muerto, y muri efectivamente para el mundo; creo, en fin, que esta obra, ms que el ltimo instante de su hroe o de su autor (que indudablemente son una misma persona), representa la profesin de un joven desengaado de alegras terrenales....- De modo que puede vivir todava?...- S, seor, que puede vivir! Y como la cosa tiene fecha, tal vez su espritu se habr serenado y hasta regocijado, y el desconocido artista sea ahora un viejo muy gordo y muy alegre.... Por todo lo cual hay que buscarlo! Y, sobre todo, necesitamos averiguar si lleg a pintar ms obras.... Seguidme.Y as diciendo, Rubens se dirigi a un fraile que rezaba en otra capilla y le pregunt con su desenfado habitual:- Queris decirle al Padre Prior que deseo hablarle de parte del Rey?El fraile, que era hombre de alguna edad, se levant trabajosamente, y respondi con voz humilde y quebrantada:- Qu me queris? Yo soy el Prior.- Perdonad, padre mo, que interrumpa vuestras oraciones (replic Rubens). Pudierais decirme quin es el autor de este cuadro?- De ese cuadro? (exclam el religioso.) Qu pensara V. de m si le contestase que no me acuerdo?- Cmo? Lo sabais, y habis podido olvidarlo?- S, hijo mo, lo he olvidado completamente.- Pues, padre... (dijo Rubens en sn de burla procaz), tenis muy mala memoria!El Prior volvi a arrodillarse sin hacerle caso.- Vengo en nombre del Rey! -grit el soberbio y mimado flamenco.- Qu ms queris, hermano mo? -murmur el fraile, levantando lentamente la cabeza.- Compraros este cuadro!- Ese cuadro no se vende.- Pues bien: decidme dnde encontrar a su autor....Su Majestad desear conocerlo, y yo necesito abrazarlo, felicitarlo..., demostrarle mi admiracin y mi cario....- Todo eso es tambin irrealizable....Su autor no est ya en el mundo.- Ha muerto! -exclam Rubens con desesperacin.- El maestro deca bien! (pronunci uno de los jvenes.) Ese cuadro est pintado por un difunto....- Ha muerto!... (repiti Rubens.) Y nadie lo ha conocido! Y se ha olvidado su nombre! Su nombre, que debi ser inmortal! Su nombre, que hubiera eclipsado el mo! S; "el mo"..., padre.... (aadi el artista con noble orgullo.) Porque habis de saber que yo soy Pedro Pablo Rubens!A este nombre, glorioso en todo el universo, y que ningn hombre consagrado a Dios desconoca ya, por ir unido a cien cuadros msticos, verdaderas maravillas del arte, el rostro plido del Prior se enrojeci sbitamente, y sus abatidos ojos se clavaron en el semblante del extranjero con tanta veneracin como sorpresa.- Ah! Me conocais! (exclam Rubens con infantil satisfaccin.) Me alegro en el alma! As seris menos fraile conmigo! Conque... vamos! Me vendis el cuadro?- Peds un imposible! -respondi el Prior.- Pues bien: sabis de alguna otra obra de ese malogrado genio? No podris recordar su nombre? Queris decirme cundo muri?- Me habis comprendido mal.... (replic el fraile.)--Os he dicho que el autor de esa pintura no pertenece al mundo; pero esto no significa precisamente que haya muerto....- Oh! Vive! vive! (exclamaron todos los pintores.) Haced que lo conozcamos!- Para qu? El infeliz ha renunciado a todo lo de la tierra! Nada tiene que ver con los hombres!... nada!...--Os suplico, por tanto, que lo dejis morir en paz.- Oh! (dijo Rubens con exaltacin.) Eso no puede ser, padre mo! Cuando Dios enciende en un alma el fuego sagrado del genio, no es para que esa alma se consuma en la soledad, sino para que cumpla su misin sublime de iluminar el alma de los dems hombres. Nombradme el monasterio en que se oculta el grande artista, y yo ir a buscarlo y lo devolver al siglo! Oh! Cunta gloria le espera!- Pero... y si la rehusa? -pregunt el Prior tmidamente.- Si la rehusa acudir al Papa, con cuya amistad me honro, y el Papa lo convencer mejor que yo.- El Papa! -exclam el Prior.- S, padre; el Papa! -repiti Rubens.- Ved por lo que no os dira el nombre de ese pintor aunque lo recordase! Ved por lo que no os dir a qu convento se ha refugiado!- Pues bien, padre, el Rey y el Papa os obligarn decirlo! (respondi Rubens exasperado.) -Yo me encargo de que as suceda.- Oh! No lo haris! (exclam el fraile.) Harais muy mal, seor Rubens! Llevaos el cuadro si queris; pero dejad tranquilo al que descansa. Os hablo en nombre de Dios! S! Yo he conocido, yo he amado, yo he consolado, yo he redimido, yo he salvado de entre las olas de las pasiones y las desdichas, nufrago y agonizante, a ese grande hombre, como vos decis, a ese infortunado y ciego mortal, como yo le llamo; olvidado ayer de Dios y de s mismo, hoy cercano a la suprema felicidad!... La gloria!... Conocis alguna mayor que aqulla a que l aspira? Con qu derecho queris resucitar en su alma los fuegos fatuos de las vanidades de la tierra, cuando arde en su corazn la pira inextinguible de la caridad? Creis que ese hombre, antes de dejar el mundo, antes de renunciar a las riquezas, a la fama, al poder, a la juventud, al amor, a todo lo que desvanece a las criaturas, no habr sostenido ruda batalla con su corazn? No adivinis los desengaos y amarguras que lo llevaran al conocimiento de la mentira de las cosas humanas? Y queris volverlo a la pelea cuando ya ha triunfado?- Pero eso es renunciar a la inmortalidad! -grit Rubens.- Eso es aspirar a ella!- Y con qu derecho os interponis vos entre ese hombre y el mundo? Dejad que le hable, y l decidir!- Lo hago con el derecho de un hermano mayor, de un maestro, de un padre; que todo esto soy para l.... Lo hago en el nombre de Dios, os vuelvo a decir! Respetadlo..., para bien de vuestra alma.Y, as diciendo, el religioso cubri su cabeza con la capucha y se alej a lo largo del templo.- Vmonos -dijo Rubens. Yo s lo que me toca hacer.- Maestro! (exclam uno de los discpulos, que durante la anterior conversacin haba estado mirando alternativamente al lienzo y al religioso.) No creis, como yo, que ese viejo frailuco se parece muchsimo al joven que se muere en este cuadro?- Calla! Pues es verdad! -exclamaron todos.- Restad las arrugas y las barbas, y sumad los treinta aos que manifiesta la pintura, y resultar que el maestro tena razn cuando deca que ese religioso muerto era a un mismo tiempo retrato y obra de un religioso vivo. Ahora bien: Dios me confunda si ese religioso vivo no es el Padre Prior!Entretanto Rubens, sombro, avergonzado y enternecido profundamente, vea alejarse al anciano, el cual lo salud cruzando los brazos sobre el pecho poco antes de desaparecer.- l era, s!... (balbuce el artista.) Oh!... Vamonos.... (aadi volvindose a sus discpulos.) Ese hombre tena razn! Su gloria vale ms que la ma! Dejmoslo morir en paz!Y dirigiendo una ltima mirada al lienzo que tanto le haba sorprendido, sali del templo y se dirigi a Palacio, donde lo honraban SS. MM. tenindole a la mesa.

Tres das despus volvi Rubens, enteramente solo, a aquella humilde capilla, deseoso de contemplar de nuevo la maravillosa pintura, y aun de hablar otra vez con su presunto autor.Pero el cuadro no estaba ya en su sitio.En cambio se encontr con que en la nave principal del templo haba un atad en el suelo, rodeado de toda la comunidad, que salmodiaba el Oficio de difuntos....Acercse a mirar el rostro del muerto, y vi que era el Padre Prior.- Gran pintor fu!... (dijo Rubens, luego que la sorpresa y el dolor hubieron cedido lugar a otros sentimientos.)Ahora es cuando ms se parece a su obra!Madrid, 1858.

POEMA Pegasos, lindos pegasos

Yo conoc siendo nio,la alegra de dar vueltassobreun corcel colorado,en una noche de fiesta.En el aire polvorientochispeaban las candelas,y la noche azul ardatodasembrada de estrellas.Alegras infantilesque cuestan una monedade cobre, lindos pegasos,caballitos de madera!Autor: Antonio Machado

ENSAYO POR QU TENEMOS RELIGIN?

Resumen

El fenmeno religioso se ha considerado y explicado desde muchos puntos de vista. Algunos lo han explicado desde el propio matiz religioso, como la necesidad producto de un mandato divino, y por lo tanto, sin necesidad de justificacin. En tanto, otras personas, en oposicin a ese punto, la han explicado como producto y smbolo de ignorancia, incluso como un reflejo de debilidad y fragilidad mental.

Planteamiento

La religin se ha explicado de muchas maneras. Se habla de ella a partir de sus orgenes histricos, como fenmeno antropolgico, como fenmeno social. Generalmente estos puntos de vista no estn exentos de pasiones: desde los telogos que toman como punto de partida la revelacin bblica y a partir de ah justifican la existencia del mundo, hasta puntos radicalmente opuestos como los del positivismo, que considera a la religin como el estado intelectual ms primitivo de explicarse el mundo.

Pero ms all de estas polmicas, tenemos frente a nosotros una pregunta mucho ms profunda: Por qu tenemos religin?

Ese por qu lo podemos dilucidar a travs de los conocimientos que nos proporciona la psicologa. El ser humano es un ser limitado. Si suponemos al hombre (como especie, es decir, como hombre y mujer) en su estado ms primitivo, cuando ha satisfecho sus necesidades vitales y no corre ningn peligro, una noche observando la inmensidad de la bveda celeste, se hace consciente de lo pequeo que es en relacin al infinito. Piensa en los miembros del clan que murieron durante una cacera, por una enfermedad o por alguna enfermedad o cataclismo. Piensa en los fuertes animales a los que persigue o que lo persiguen. Se hace consciente de que es limitado y endeble. Este sentimiento es la angustia csmica: la angustia ante lo infinito.

En este estado de angustia, el ser humano busca una explicacin a su limitacin, entender el por qu siendo un animal tan dbil, tan en desventaja, se encuentra en este mundo. Quiere saber cul es su finalidad. Ante su finitud y las dudas sobre el sentido de su vida, le surge otra necesidad: la trascendencia. La trascendencia es la idea de que el ser humano tendr una continuidad en su existencia, que todo aquello que hace no se pierde y acaba con la muerte.

Los nios son, entre los seres humanos, los ms frgiles y desvalidos. El nio tiene la necesidad de ser atendido y comprendido por aquellos que los rodean, por los adultos. Y a la vez, el nio se aferra a esas entidades superiores, sus padres y los ancianos del clan, de quienes recibe la proteccin y el conocimiento. El ser humano adulto comprende que al igual que el nio tiene en sus padres una entidad superior y protectora, tambin l requiere la proteccin de una entidad superior. En muchos casos se pens a estas entidades con la misma estructura y jerarqua de la relacin familiar: Un gran guerrero de la tribu, y la matrona del clan, despus de su muerte, permanecen y trascienden: protegen al clan, propician la cacera, los defienden de otros clanes y tambin siguen siendo objeto su sus pasiones: sienten ira, que manifiestas en el rayo, el temblor o la tempestad; tambin se alegran y dan la lluvia y la fertilidad. Son divinidades propias de cada clan, de cada grupo, de cada nacin.

Esta necesidad de aferrarse a una entidad superior y exclusiva es lo que origina el fenmeno religioso. Este fenmeno ha tenido matices diversos en cada poca y zona geogrfica, cada una ha tenido su propia cosmologa, su sistema de creencias, su jerarqua de dioses y sus rituales; y ante la diversidad de dioses, tambin se piensa en que el propio, el de cada grupo es superior o nico, y ha dictado un sistema de verdades que deben ser reconocidas por el resto de la humanidad. El hombre actual tiene esa misma necesidad de aferrarse a una entidad superior y exclusiva, que le d sentido a su vida y al mundo que le rodea. Por ello nos encontramos frente al sentido absolutista que se le da a las religiones, al horscopo, a la brujera o a la ciencia misma, cada una de ellas como un sistema de verdades absolutas e irrefutables, al que se deben doblegar el resto de creencias hasta su desaparicin.

Conclusin

La religin es una necesidad del ser humano que surge desde el momento mismo en que toma conciencia de su finitud y su debilidad. Esta necesidad de una entidad superior que explique el mundo que le rodea y el sentido de su vida y su trascendencia, no es caracterstica nicamente del hombre antiguo. El hombre moderno sigue teniendo la necesidad de aferrarse a un sistema de creencias y a una entidad superior que le proporcione un sistema de creencias y verdades absolutas que den sentido al mundo y a su trascendencia. La religin, el horscopo, la ufologa y la ciencia, son algunos de los sistemas de creencias a los que se aferra el hombre contemporneo.

Bibliografa.

Antaki, Ikram. Religin. Editorial Joaqun Mortiz. Mxico, 2007.James, William. Las variedades de la experiencia religiosa. Ed. Pennsula. 2. Ed., Madrid, 1994.