cuatro tareas misioneras

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pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8

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Abordamos en esta ocasión las cuatro tareas que desarrolló nuestro Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal.

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Page 1: Cuatro Tareas Misioneras

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo

último de la tierra. Hechos 1:8

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SEGUNDA ENTREGA EL MINISTERIO DE

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Durante su ministerio terrenal, vemos a nuestro amado Señor Jesucristo Predicando, Enseñando, Sanando y Echando fuera demonios. Es por eso que analizaremos la forma en que Él realizaba estas cuatro tareas, para posteriormente reproducirlas por el Espíritu Santo de Dios. Es fundamental que le permita a nuestro Amado Padre Celestial derramar revelación, poder y vida por medio de su Palabra.

1. JESÚS PREDICABA: “Arrepentíos porque el Reino de los Cielos se ha

acercado” Mateo 4:17

= Primero. Veamos las implicaciones del Reino: - Es dirigido por un Rey llamado Jesucristo - Está en proceso de expansión. El Reino se ha acercado - Hay leyes y verdades que rigen, inspiran y sostienen el Reino

= Segundo. El diseño original del hombre. - El hombre originalmente fue formado, diseñado y establecido en la tierra para establecer el Reino de Dios. Desde el principio el hombre era parte de ése Reino Poderoso y sobrenatural. - El hombre a causa del pecado, la rebelión y por medio de mentiras, fue llevado cautivo al

reino de las tinieblas, sujeto a la potestad de satanás.

Page 3: Cuatro Tareas Misioneras

- Debemos ver al arrepentimiento como el requisito necesario para entrar al Reino de Dios. Debemos arrepentirnos sinceramente de haber consentido en vivir fuera de nuestro diseño original: fuera del reino de Dios. - Para esto apareció Jesucristo el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (1ª Juan 3:8). Nuestro Señor Jesucristo vino a destruir, desbaratar, desarticular, derribar el poder e influencia que satanas tenía sobre nuestra vida y es capaz de llevarnos nuevamente al diseño original; llevarnos a vivir en su Reino. - Debe haber arrepentimiento (metanoéo cambio de mente, de pensamiento, de valores), para poder regresar a nuestra posición original de hijos en el Reino de Dios. - Somos transformados (Romanos 12:2) y renovados (Efesiós 4:22-24); para poder disfrutar de nuestra herencia e ir y libertar al mayor número de personas que continúan en esclavitud.

=Tercero. Debemos enfocar el mensaje de nuestra predicación. - Llenos de la unción del Espíritu Santo, debemos enfocarnos en predicar el año

agradable del Señor: Tiempo de jubileo, tiempo de restitución, tiempo de liberación de cargas. Tiempo de libertad. Tiempo de cancelación de deudas. Tiempo de sanidad. Tiempo del favor de Dios (Lucas 4:18-19).

- Predicación es una labor itinerante que demanda fuerza y determinación: Predicar se traduce de kerússo, que significa proclamar públicamente y con ímpetu las verdades divinas. El Señor Jesús se trasladaba de un lugar a otro para anunciar el evangelio del Reino de Dios. (Lucas 4:42-44). En todo momento debemos asegurarnos que el mensaje que las personas escuchan es algo nuevo e impactante. Debemos de buscar constantemente nuevos campos para predicar.

- Predicar implica manifestar las señales del Reino de Dios (Marcos 1:38-39). Para esto, es necesario predicar con fe, autoridad y seguridad, ya que por medio de esto también se despertará la fe de los oyentes provocando la manifestación del Poder de Dios a favor de los necesitados.

- También en las casas se puede desarrollar la labor de predicar el evangelio y la manifestación del Poder de Dios (Marcos 2:2). Debemos aprender a reconocer y aprovechar las oportunidades que nos permitan predicar las buenas nuevas del Reino de Dios.

- Predicar, tiene que ver con anunciar y proclamar buenas noticias de parte de nuestro amado Padre Celestial. Es por eso necesario que consideremos las siguientes indicaciones a la hora de predicar el evangelio del Reino. o Imprima en sus Palabras Entusiasmo, Valor y Vigor. o Procure promover y desatar la fe en los demás en la Palabra y Verdad de Dios.

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o Tenga presente que nuestro trabajo es trastornar el reino de las Tinieblas (Hechos 17:6)

o No olvide activar, soltar y poner al alcance de los demás los regalos de nuestro Padre, por medio de Jesucristo.

o Confrontar la incredulidad y reprenda con sabiduría la dureza del corazón de los oyentes. Dé lugar al Espíritu Santo para que haga su obra. (Marcos 16:14)

o Que su prioridad sea anunciar Noticias Nuevas y Poderosas. No permita que su mensaje sea seco, viejo, incompatible o sin vida. Permita que su palabra sea constantemente refrescado por cosas nuevas del Espíritu Santo.

o Anime y Motive a las personas a tomar retos y decisiones extremas conforme a la Palabra de Dios, sabiendo que el Todopoderoso honrará su fe y vivificará sus obras.

Así como nuestro Señor Jesucristo Predicaba, también nosotros habremos de levantarnos con valor y determinación para anunciar: Que el Reino de los Cielos se ha acercado, con manifestaciones del poder del Espíritu de nuestro Dios.

2. JESÚS ENSEÑABA: “La gente se admiraba de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene

autoridad y no como los escribas” Mateo 7:28-29. Primero. Debemos considerar que la labor de enseñanza demanda carácter, orden, conocimiento, disciplina y sobre todo revelación del Espíritu Santo. Por tanto, para poder desarrollar esta vital tarea, cada uno de nosotros debemos estar dispuestos a leer, estudiar, meditar y aplicar en nuestra vida las promesas, principios y mandamientos contenidos en la Biblia. Por eso, la realización de nuestro “Diario Espiritual” es indispensable como herramienta para acceder a la sabiduría, inteligencia y revelación de los dichos de la Boca de nuestro Dios.

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Segundo. Es fundamental que entendamos lo que conlleva la labor de enseñanza: a) La enseñanza traducida de la palabra griega didásko, significa: dar a conocer

doctrina, instruir con meticulosidad los principios, mandamientos, valores y la cultura del Reino de Dios, basados en las Sagradas Escrituras.

b) Cada persona que enseña debe tomar responsabilidad y cuidado de las cosas que comparte a otros como mensaje de Dios. (1ª Timoteo 4:15-16). Es necesario que sus palabras vayan acompañadas de experiencia personal en el cumplimiento y obediencia de lo que predica.

c) La enseñanza debe ser impartida por los especialistas, los expertos, los adiestrados. La Palabra de Dios los define como sabios y maestros (Eclesiastés 12:11), quienes toman autoridad para conducir a las personas con toda seguridad, durante el proceso de su transformación.

d) Enseñar como quien tiene autoridad, implica no solo el conocimiento; sino sobre todo, la comprobación de la efectividad de los principios impartidos.

Tercero. La enseñanza que impartía el Señor Jesús, tenía la particularidad de ser clara, sencilla, accesible para todos y sobre todo práctica. Por tanto debemos dejar de lado los conceptos rebuscados y religiosos, que lo único que hacen es apartar el oído de los sencillos. Así que dispóngase a invertir tiempo y paciencia para impartir la enseñanza; Así también planee con cuidado el proceso de seguimiento que aplicará a las personas interesadas.

- Principios fundamentales para abordar a las personas: o Conéctese con la gente, mostrándose amable, atento, accesible y sincero. o Dé lugar al amor de Dios por las personas, manifestando un sincero deseo de

ayudar. o Permita la interacción respetuosa e inteligente. Aprenda a conducir los

comentarios hacia el tema de la enseñanza. o Identifíquese con las personas, tome en cuenta la situación en la que se

encuentran y procure hallar la aplicación práctica de la enseñanza a sus vidas. No con legalismo, sino con objetividad.

- A la hora de la enseñanza: o Piense con cuidado en sus primeras frases para abordar el tema de la

enseñanza o Vaya directamente al grano. Enfrente sin rodeos el punto que necesita tratar. o Cautive la atención de las personas sin que se sientan obligados a escuchar. o Explique la importancia del o de los temas que estará tratando.

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o Aprenda a realizar comparaciones entre los acontecimientos de la vida y alguna verdad espiritual

o Aplique los dichos de sabiduría de la Biblia. o Utilice historias ilustrativas, que conlleven la verdad espiritual en sí mismas. o Es posible usar alegorías y otras figuras literarias.

- Busque siempre una aplicación práctica conforme al mensaje o Formule preguntas interesantes o Lance desafíos prácticos. Motivemos a la acción. Provoquemos un movimiento

de voluntades y de personas.

3. JESÚS SANABA: “Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían

dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó”. Mateo 4:24

En Primer Lugar. Es necesario e importante entender que es la compasión lo que mueve el corazón de nuestro Dios para desatar la sanidad sobre las personas. Compasión se traduce de la palabra splanjnízomai que significa sentir dolor o espasmos en las entrañas, ser movido a misericordia. (Mateo 14:14). En otras palabras, cuando el Todopoderoso mira y considera el dolor y sufrimiento de las personas y al

mismo tiempo mira el sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario, entonces desata la sanidad. Por tanto:

- Miremos a las personas con compasión, no con lástima. (Mateo 9:35-36) o Evitemos a toda costa dejarnos atrapar por la conmiseración o la lástima.

Aunque el significado de estas dos palabras está ligado con la compasión, en realidad tienen una connotación negativa, pues somos obligados a ver y considerar la condición actual de la persona enferma y somos atrapados en un sentimiento que nos cautiva, paraliza y neutraliza. Nos duele, pero somos incapaces de accionar con determinación. Somos llevados a la aceptación y resignación.

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En Segundo lugar. Debemos entender que el fundamento de nuestra sanidad está contenida en Isaías 53:4,5 de donde se desprenden los siguientes principios:

- Jesucristo llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores - Fue azotado, herido y abatido - La raíz de las enfermedades son la rebelión, el pecado, la violencia, las

contiendas, los celos, la amargura y todo lo que atenta contra la paz.

En Tercer lugar. Considere que la sanidad no es lo más importante; sino más bien que las personas entren al Reino de Dios y Cambien de mentalidad y de estilo de vida. En 1ª Pedro 2:21-24 encontramos manifestado el propósito del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo y los pasos que debemos dar hacia una vida plena de bendiciones:

- Somos llamados aún por medio de las enfermedades. - Debemos seguir el ejemplo de nuestro Salvador. (sin pecado y sin engaño en su

boca) - No responder maldición con maldición - No amenazar en medio los padecimientos - Encomendar nuestra causa al Juez justo - Debemos morir al pecado para poder vivir para la justicia. - Por su herida ya fuimos sanados.

En Cuarto lugar. En Eclesiastés 22:9 nos dice que: “El ojo misericordioso será bendito…” Esto significa que debemos permitir que el Espíritu Santo nos enseñe a ver con compasión y misericordia a las personas que se encuentran en enfermedad. Esta acción de “mirar con misericordia”, nos habilitará no solo para ser sensibles al dolor y sufrimiento de los demás; sino que además traerá la revelación y dirección de Dios para sanar a las personas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

- Considere las diversas formas en que nuestro Señor Jesucristo desató la sanidad sobre las personas: o Escupiendo en la tierra y haciendo lodo y colocándolo en los ojos o Solo diciendo: “quiero, sé limpio” o Tocando a las personas o Dando la orden “levántate…” o Escupiendo en la lengua o Metiendo los dedos en las orejas o Pidiendo que extendiera la mano en medio de las personas o Enviándolos a presentarse ante los ministros o Cuando las personas en fe tocaban su manto

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- Cada uno de nosotros debemos aprender decir como nuestro Maestro (Juan 5:14). “Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”. Esto significa que debemos establecer mandamientos y principios para las personas que han recibido sanidad, para que retengan dicha sanidad.

4. JESÚS ECHABA FUERA DEMONIOS: Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó

fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; Mateo 8:16 = Primero. No pierda de vista que la acción de “echar fuera demonios”, tiene que ver con: declarar la ilegalidad de las operaciones demoniacas en las vidas de las personas. Esta ilegalidad se hace manifiesta en el momento en que las personas se arrepienten y deciden entrar al Reino de Dios por medio de Jesucristo. Esto implica que: - Renunciamos al poder y autoridad de

satanas, del pecado y de la muerte, por medio de lo cual éramos controlados y dominados. - Ahora, entronamos a Jesucristo como

nuestro Rey, Salvador y Dueño absoluto de nuestra vida. Recibimos por fe el perdón de nuestros pecados. - Pasamos del reino de las tinieblas a la

luz de Jesucristo. (Colosenses 1:13-14) - Somos sellados con el Espíritu Santo

de la Promesa (Efesios 1:13) y se decreta nuestra liberación, pues donde está el

Espíritu de Dios, allí hay libertad. (2ª Corintios 3:16,17) - Al conocer la Palabra de Verdad, somos libertados por nuestro Señor Jesucristo.

(Juan 8:31-36).

= Segundo. Es fundamental entender cuál fue la obra de nuestro Señor Jesucristo sobre el reino de las tinieblas:

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- La predicación del evangelio del Reino de Dios, nos lleva a “Destruir, o deshacer en el nombre de Jesucristo todas las obras del diablo”. (1ª Juan 3:8).

- Anuló el acta de los decretos, que había contra nosotros y nos era contraria. (Colosenses 2:14).

- Despojando a los Principados y potestades, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. (Colosenses 2:15).

- Jesucristo nos ha dado poder, potestad sobre toda fuerza del enemigo. (Lucas 10:19).

= Tercero. El Espíritu Santo nos guiará para aprender a desmantelar las fortalezas demoniacas. El Señor Jesucristo enseñó en Lucas 11:20-22, el proceso que precede a la liberación o acción de echar fuera demonios:

- Por el Dedo de Dios se echan fuera los demonios. La sentencia de liberación viene directo del Trono y Autoridad de nuestro Padre Celestial.

- El hombre fuerte, armado, resguarda lo que considera de su propiedad. o El maligno ha establecido fortalezas mentales (argumentos) para asegurarse

que el endemoniado no escape de su poder. o Las fortalezas mentales es lo primero que debemos derribar con argumentos

legales de la Palabra de Dios a favor de la persona afectada. o Los demonios tratarán de aferrarse a sus argumentos legales e incluso

tratarán de engañar y manipular el proceso de la liberación. Por eso es necesario declarar y decretar la derrota de satanas y sus demonios establecida en la Palabra de Dios.

- Es necesario que aparezca uno más fuerte que él. Tomen en cuenta y considere que nuestro poder viene de Jesucristo y de una vida en santidad. o Debemos asegurarnos de caminar con todos los elementos de la armadura de

Dios, aplicados sobre nuestra vida. o No subestime el poder de la santidad, la fe, la alabanza, la adoración a Dios,

el fluir del Espíritu en lenguas, las acciones y decretos proféticos. - Y vence y ata al hombre fuerte. Debemos aprender por el Espíritu Santo a ser

determinantes para neutralizar rápidamente a nuestros adversarios. o Átelos y amordácelos, ordéneles callar. o Ordene a los ángeles del Señor derribar, arruinar y destruir los altares,

ofrendas, cánticos, música o cualquier fuente de poder de donde se alimentan los demonios.

o Cancele las líneas espirituales de comunicación y ayuda que traten de usar los demonios, a nivel del primer cielo o segundo cielo (bóveda celeste).

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o Quebrante en el nombre de Jesucristo toda maldición o derecho legal o derramamiento de sangre o invocación a los demonios que abrió puertas de maldad.

o Desate el juicio decretado por Dios contra los demonios o Ate y neutralice todo espíritu humano (brujos, hechiceros, siervos de satanas)

que estén interviniendo contra la liberación de la persona. o Ordene el desalojo, expulse con autoridad, eche fuera los demonios y envíelos

a cárceles de oscuridad en el Tártaro (lo más profundo del abismo) y para que sean reservados hasta el jucio.

- Entonces le quita las armas en que confía. Pactos (internos, ancestrales, generacionales), hechizos, mentiras, artimañas, vicios, maldiciones, inmoralidad, temores, complejos, culpas, etc.

- Repartir el botín: liberación, salvación, bendiciones, una nueva oportunidad, etc.

CONCLUSIÓN. Sabemos que a los que aman a Dios, Todas las cosas les ayudan para bien. (Romanos 8:28). Por tanto, debemos tomar una postura correcta como Hijos de Dios que conocen y caminan en el propósito que nuestro Padre Eterno preparó para nosotros. Jesucristo dijo: “Y las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia” (Marcos 16:18). Así que, tomemos valor, osadía y autoridad para ejecutar estas cuatro tareas siguiendo el ejemplo de nuestro amado Salvador y bajo la guianza del Espíritu Santo, pues está ya determinada nuestra victoria y el completo respaldo de nuestro Dios. Recuerde lo que dice la Palabra: “Para esto apareció el Hijo de Dios (Jesucristo), Para deshacer las obras del diablo. (1ª Juan 3:8). Ahora, nos tocará a nosotros como hijos de Dios, deshacer, desbaratar, arruinar, trastornar y poner fin a las obras de las tinieblas

en el nombre de Jesucristo.

Vamos “Generación Misionera”, prepárate para cumplir con tu destino profético y apostólico.

Shalom.

Pastor y Profeta Juan Carlos Santiago.