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    Introduccin1

    Las manifestaciones contra la guerra del 15 de febrero de 2003 (15-F) supu-sieron, por lo que sabemos, el evento de protesta de carcter internacional msgrande jams registrado en la historia hasta el momento. Se celebraron mani-festaciones en ms de 600 ciudades de 60 pases diferentes, en las que, de acuer-do con las diferentes estimaciones recogidas en los medios de comunicacin, par-ticiparon entre 10 y 30 millones de personas2. Esta jornada internacional contrala guerra marc un momento lgido de una oleada de movilizaciones por lapaz sin precedentes desde las protestas contra la guerra del Vietnam.

    La movilizacin fue fruto de un nico llamamiento global3, que desenca-den la constitucin de diversas plataformas y redes de mbito nacional com-puestas por organizaciones vinculadas al movimiento de justicia global, orga-nizaciones pacifistas y de otros movimientos sociales. Los intensos contactosentre estas redes produjeron una unificacin de los mensajes y eslganes que se

    escucharan en los diversos puntos del planeta en los que se celebraron actosde protesta (No en nuestro nombre, No ms sangre por petrleo, etc.).Esta dimensin organizativa confiere a la jornada de protesta un carcter trans-nacional sin precedentes en este tipo de movilizaciones.

    En cada pas, las plataformas convocantes establecieron alianzas con dis-tintos actores de su entorno social y poltico. As, en Madrid, la convocatoriacorri a cargo del Foro Social de Madrid (integrado por organizaciones sindi-cales, pacifistas, ecologistas, de solidaridad con pases en desarrollo, ONG de

    desarrollo, partidos de izquierda, etc.), y cont con el apoyo, entre otros, delPSOE, de IU y de los sindicatos mayoritarios. La adhesin del PSOE y de unnutrido conjunto de actores y otras personalidades del mundo de la cultura

    90 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    1. Agradezco los comentarios de los evaluadores annimos de esta revista.2. Walgrave y Verhust 2003; Chrisafis y otros, 2003; Graebner, 2003.3. La iniciativa se plante durante la celebracin del Foro Social Europeo de Florencia, en

    noviembre de 2002, siendo asumida en enero de 2003 por el Foro Social Mundial de Porto

    Alegre

    Sumario

    Introduccin

    Enfoque analtico y relevancia terica

    Los datos: la encuesta IPPS en Espaa

    La movilizacin contra la guerray el perfil poltico de los participantes

    Rasgos sociodemogrficosde los participantes del 15-F

    Perfil actitudinal de los participantesen el 15-F

    Perfil conductual de los participantesen el 15-F

    A modo de sntesisMotivaciones para manifestarsecontra la guerra

    Conclusiones: implicaciones electoralesdel 15-F

    Bibliografia

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    (organizados en torno a la Plataforma Cultura contra la Guerra) elev, en losdas previos a la manifestacin, las expectativas de participacin de los orga-nizadores hasta 100.000 personas. Estimaciones que se veran ampliamente

    superadas con la presencia de 660.000 personas (1 milln segn los partici-pantes), por lo que constituy una de las manifestaciones ms grandes jamscelebrada a favor de la paz4.

    Este trabajo es fruto de una investigacin ms amplia, denominadaInternational Peace Protest Survey(IPPS), en el marco de la cual se llev a cabouna encuesta durante la celebracin de las principales manifestaciones en sietepases europeos (Reino Unido, Alemania, Espaa, Italia, Suiza, Holanda yBlgica) y en Estados Unidos. Sin negar el carcter transnacional de la movili-

    zacin, los resultados preliminares de tipo comparado sealan la influencia delcontexto poltico (y organizativo) domstico, tanto en el volumen de partici-pantes como en sus rasgos sociopolticos y sus motivaciones para salir a lascalles. En concreto, en los pases en los que los gobiernos mantenan una claraposicin a favor de la intervencin, las movilizaciones fueron ms concurridas(como Reino Unido, Italia o Espaa, vase la tabla A.1 del anexo). En estospases, junto a los sentimientos y opiniones contrarias a la guerra, el compo-nente de crtica a la actuacin de los gobiernos fue un factor trascendente demovilizacin. En este sentido, en el caso de Espaa, no se puede entender elcarcter multitudinario de la jornada de protesta sin considerar la visibilidadmeditica que confieren a la convocatoria el apoyo del PSOE y de personalidadesdel mundo de la cultura. La dimensin de oposicin al Gobierno (cuyos repre-sentantes lanzan a sus seguidores un mensaje contrario a la participacin en lamanifestacin indicando el carcter de oportunismo poltico de la oposicin)actu como un desincentivo para que los amplios sectores de votantes del PPopuestos a la guerra se sumaran a la manifestacin. No obstante, como se mues-tra ms adelante, un sector relativamente amplio de stos optara por participar

    en la jornada contra la guerra. Podemos pensar que su posicin moral superel desincentivo que plantea la lealtad al Gobierno del partido por el que vota-ron. Del mismo modo, la naturaleza de reprobacin al Gobierno actu comoun incentivo (adicional) para la movilizacin de sectores ms o menos vincu-lados electoralmente al PSOE y a IU. En este sentido, las protestas contra laguerra de Irak se insertan dentro de un ciclo creciente de movilizacin doms-tica (con referentes en las movilizaciones contra las reformas educativas, la refor-ma laboral, el trasvase del Ebro, la presidencia de la UE, el Prestige, etc.)5.

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 91

    4. En Espaa, se celebraron al menos 26 manifestaciones, slo las seis ms multitudinariasreunieron a 1,5 millones de personas, de acuerdo con las estimaciones policiales (El Pas,16 de febrero 2003). De acuerdo con el barmetro del CIS de abril de 2003, un 25% de losespaoles (mayores de 16 aos) haban participado en algn acto de protesta contra la inter-vencin militar.

    5. De cuerdo con una encuesta postelectoral de 2004 (Demoscopia, Estudio n. 174005), un20% de los espaoles haba participado en alguna manifestacin, incluidas las realizadasen protesta por la invasin de Irak. Con una muestra representativa de 2.929 espaoles

    mayores de edad, la encuesta fue financiada por un consorcio de investigadores dirigidos

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    Desde este planteamiento inicial, este trabajo analiza los distintos perfilespolticos de los manifestantes en Madrid (Espaa) y sus distintas motivacio-nes para movilizarse. Enprimerlugar, se divide a los manifestantes en distin-

    tos grupos, de acuerdo con el comportamiento electoral pasado, para, en segun-do lugar, trazar su perfil sociodemogrfico y poltico. En tercerlugar, se analizanlas motivaciones aducidas para participar en la manifestacin y la opinin res-pecto a la actuacin que debera seguir el Gobierno respecto a la entonces inmi-nente invasin de Irak. Por ltimo, a partir del anlisis del cambio en las orien-taciones del voto de los participantes, se evala el impacto potencial del temade la guerra de Irak en las elecciones de marzo de 2004.

    Enfoque analtico y relevancia tericaEl trabajo adopta un enfoque emprico fundamentalmente descriptivo desde unaperspectiva terica doble. Por un lado, el examen de los datos se inserta den-tro de los enfoques analticos de la participacin poltica y, en concreto, de lasteoras de la participacin no convencional de tipo psicosocial, que enfatizanla influencia de los recursos personales (especialmente los cognitivos), las acti-tudes y el contexto institucional a la hora de explicar las pautas de accin de losindividuos (Verba y otros, 1978)6. Los estudios ms recientes dentro de estalnea de investigacin sealan la existencia de tendencias de transformacinen las actitudes y en los comportamientos polticos de los ciudadanos en lassociedades democrticas7. El descenso de la afiliacin partidista y el aumentode la pertenencia a organizaciones sociales, el proceso de desalineamiento elec-toral8 o la extensin del repertorio de la participacin (a las formas no con-vencionales), seran algunas de las manifestaciones empricas de este proceso

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    por Richard Gunther, Jos Ramn Montero y Mariano Torcal, y pertenecientes a la OhioState University, Universidad Autnoma de Madrid, Universidad Autnoma de Barcelona,Universitat Pompeu Fabra, Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto de EstudiosSociales de Andaluca-Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.

    6. En la literatura clsica, encontramos tres tipos de explicaciones de la participacin polticano convencional que podemos considerar complementarias. Por un lado, el modelo socio-econmico (Barnes y Kaase, 1979) enfatiza la importancia de la edad, el sexo y el nivel deeducacin como las variables explicativas ms importantes de la participacin en protestas.Otra lnea de investigacin seala la importancia explicativa de los factores sociopolticos (ideo-

    loga, afinidad partidista, inters por la poltica, pertenencia a organizaciones sociales, etc.).Habitualmente, ser progresista (de izquierdas), estar interesado por la poltica y pertenecera organizaciones sociales, son condicionantes que aumentan las probabilidades de partici-pacin no convencional. Por su parte, la literatura sobre movimientos sociales ha enfatiza-do la incidencia de motivaciones del contexto poltico (las oportunidades polticas) y elpapel de las estructuras organizativas en la naturaleza de la movilizacin (teora de la movi-lizacin de recursos).

    7. Vanse, entre otros, Norris (2000), Klingemann y Fuchs (1995) y Dalton (1996).8. En los estudios electorales, se habla de un proceso de desalineamiento (dealigment), tanto psi-

    cosocial (prdida de influencia de la identificacin partidista sobre el voto) como sociol-

    gico (prdida de influencia de la identificacin de clase).

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    trarse con las manifestaciones contra el terrorismo como las registradas conmotivo del asesinato de Miguel ngel Blanco en 1997 o los atentados del11-M en 200413. Aunque las manifestaciones del 15-F no se ajustan del todo a

    este tipo de movilizaciones, podemos considerar que poseen una dimensinemocional importante vinculada a los sentimientos de solidaridad con las vc-timas civiles o de injusticia ante la naturaleza del proceso de toma de decisionesal margen de la ONU, en contra de la opinin pblica, etc. Parece razonablepensar que la existencia de este componente moral (con una dimensin emocionalfuerte que transciende afiliaciones polticas y grupos sociales) podra haberextendido la base de los participantes potenciales a amplios sectores sociales.

    La segunda faceta terica de este trabajo se refiere a la comprensin de la rela-

    cin entre la protesta social y la participacin electoral y, en concreto, a losefectos electorales de la protesta; cuestin sta a la que la literatura (tanto en elcampo de los movimientos sociales como del comportamiento electoral) haprestado una atencin insuficiente14. En la medida en que se produce el men-cionado proceso de desalineamiento poltico, en la explicacin del comporta-miento electoral ganan relevancia factores explicativos contextuales, como lapercepcin de los ciudadanos de la coyuntura econmica, las cualidades de loscandidatos o la posicin de los partidos ante los temas (issues) ms salientespara la opinin pblica. El componente contingente de estas variables explicarala mayor volatilidad del voto entre un electorado cada vez ms sofisticado yque se comporta con mayor autonoma frente a los partidos y a los gobiernos.En concreto, la importancia del llamado voto temtico permite establecer unaconexin directa entre la participacin en protestas sobre cuestiones concre-tas y el comportamiento electoral15.

    En este sentido, este trabajo tambin se plantea como objetivo explorar elpotencial de dicho tipo de investigaciones empricas centradas en los partici-pantes en eventos especficos como estrategia metodolgica para generar cono-

    cimiento sobre los efectos electorales de la protesta social16. La naturaleza mul-titudinaria de la manifestacin del 15-F y la relevancia de la problemtica enlas elecciones de 2004 ofrecen una oportunidad sin precedentes para este tipode indagaciones.

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    13. En el primer caso, el eslogan Basta Ya refleja esa politizacin de los sentimientos de losafectados por el asesinato, as como su bajo perfil partidista (Van Aelst y Walgrave, 2001: 478).No obstante, cabe sealar la tendencia reciente hacia una mayor confrontacin partidista en

    las manifestaciones contra el terrorismo en Espaa.14. La incidencia electoral de la protesta en el mbito de la poltica local es mucho ms clara(vase, por ejemplo, Jimnez 2005, para el caso de la protesta ambiental)

    15. El establecimiento de esta conexin es, al mismo tiempo, congruente con la interpretacinde la protesta social como un mecanismo de participacin habitual en las democracias repre-sentativas, ms que como un sntoma de desafeccin democrtica o un elemento de dis-funcionalidad.

    16. En este sentido, aunque utilizando encuestas convencionales, una lnea de investigacinimportante es la realizada por Verba y otros (1990), quienes han sealado la importanciade la protesta a la hora de mostrar a los responsables polticos la existencia de pblicos e

    issuessalientes.

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    Los datos: la encuesta IPPS en Espaa

    Como hemos mencionado, los datos analizados corresponden a la muestraespaola de la encuesta International Peace Protest Survey, realizada en las prin-

    cipales manifestaciones de diversos pases europeos y EEUU, utilizando unmismo cuestionario, traducido y con pequeas adaptaciones al contextonacional, para ser autocumplimentado y devuelto por correo. En Espaa, laencuesta se realiz entre los participantes durante la manifestacin del 15-Fen Madrid. En total, se distribuyeron 1.200 cuestionarios17, siendo devueltos452 cuestionarios vlidos. La tasa de respuesta (38%) se situ dentro de nues-tras expectativas. Encuestar a los participantes en manifestaciones es una tc-nica relativamente novedosa, por lo que debemos detenernos brevemente en

    su descripcin, sealando las estrategias seguidas para asegurar la representa-tividad de la muestra respecto al universo de manifestantes.Los cuestionarios fueron distribuidos durante las manifestaciones siguien-

    do un mismo mtodo de encuestacin, previamente utilizado con xito eninvestigaciones similares en Blgica (vase Van Aelst y Walgrave, 2001, y Norris,Walgrave y Van Aelst, 2005)18.

    Este tipo de encuestas tienen que hacer frente a dos problemas especficosque pueden afectar seriamente a su representatividad: la distribucin no homo-

    gnea de los participantes en el espacio de la manifestacin19

    y el sesgo intro-ducido por el procedimiento seguido de autocumplimentacin y devolucin pos-tal. En cuanto al primero, los entrevistadores siguieron un protocolo, conobjeto de distribuir los cuestionarios de la manera ms homognea posible a lolargo de todo el espacio ocupado por la manifestacin20. Para controlar el posi-ble sesgo introducido por el procedimiento de administracin (autocumpli-mentado y devolucin postal), en algunas manifestaciones, aunque no en elcaso de Madrid, se realizaron tambin un nmero reducido (100) adicional

    de entrevistas cara a cara (in situ), con el objetivo de comprobar la represen-tatividad de la muestra postal. Los resultados de esta comparacin, sealan

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 95

    17. Labor en la que particip un equipo de ms de 20 voluntarios, a los que agradezco su cola-boracin desinteresada.

    18. La metodologa desarrollada por Walgrave y sus colaboradores recoge tambin la propues-ta desarrollada por Favre, Mayer y Fillieule ( 1997) para garantizar las mismas posibilidadespara todos los participantes de ser entrevistados. La codificacin de las encuestas se realiz

    de manera centralizada, minimizando los problemas de integracin de las distintas muestras.Para obtener ms informacin sobre la investigacin y el procedimiento de encuestacin, vaseWalgrave y Verhust (2003) o la pgina web del proyecto (http://webhost.ua.ac.be/m2p/IPPS/intro.htm), donde adems se puede consultar el cuestionario utilizado.

    19. Los manifestantes suelen agruparse por bloques segn un orden establecido por los con-vocantes, alrededor de pancartas, etc.

    20. Una vez iniciada la marcha, los entrevistadores se situaron a lo largo de todo el espacio ocu-pado por los manifestantes e iniciaron el reparto seleccionando una persona cada diez segnavanzaba la manifestacin. Todos los entrevistadores seguan una misma estrategia a la horade invitar a los manifestantes a aceptar el cuestionario, rellenarlo y devolverlo por correo

    (cada cuestionario inclua un sobre con franqueo en destino).

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    como principal sesgo, el (an) mayor nivel de estudios de los manifestantesque depositaron la encuesta en el buzn de correos.

    De esta manera, podemos pensar que las muestras postales son bastante

    representativas del universo de manifestantes, aunque posiblemente los nive-les de estudios bajos estn infrarrepresentados. Como se comprobar en lassiguientes pginas, la congruencia de los resultados obtenidos con los obteni-dos en investigaciones sobre comportamiento poltico no convencional, basadosen encuestas para la poblacin en general, aumenta la confianza sobre la repre-sentatividad de nuestra muestra. La riqueza de la informacin obtenida a tra-vs de este mtodo, relativamente econmico, le confiere un alto valor aadidofrente a otras estrategias de encuestacin.

    La movilizacin contra la guerra y el perfil poltico de los participantes

    La manifestacin del 15-F se inserta dentro de las movilizaciones pacifistas enlas que tradicionalmente los sectores progresistas han desempeado un papelprotagonista. No obstante, el pacifismo no es un valor moral exclusivo de laizquierda. Como refleja, por ejemplo, el posicionamiento contrario a la guerradel Vaticano, los sectores ms religiosos, con frecuencia tambin ms conser-vadores, pueden igualmente defender los valores de la paz. De hecho, el alto por-centaje de ciudadanos que se mostraron contrarios a la intervencin militaren Irak, sugiere la presencia del pacifismo como un valor consolidado en lacultura poltica dominante de los espaoles, que recorrera transversalmentelas distintas posiciones ideolgicas21. En este sentido, la existencia de un dis-curso que considera la guerra injusta e inmoral, la preocupacin por el dao ala poblacin civil, as como la sensacin generalizada de que los gobernantes noestaban teniendo en cuenta la opinin de la mayora de los espaoles, son ele-mentos que amplan el potencial de movilizacin a grandes sectores de la socie-

    dad, y que, a priori, actuaran a favor de una mayor diversidad entre los par-ticipantes (con lo que aumentara su representatividad respecto al conjunto dela poblacin). Al mismo tiempo, la explicacin de las decisiones de manifestarseo no de estos sectores puede considerarse altamente condicionada por el con-texto poltico en el que se producen los procesos de movilizacin. Como se haindicado, en Espaa, la manifestacin convocada por organizaciones sociales(dentro de la convocatoria del movimiento altermundista) adquiere un carc-ter de confrontacin poltica entre la derecha en el Gobierno y la oposicin

    de izquierdas (del PSOE, de IU y de los sindicatos). Sin duda, esta coyunturapoltica ampli el volumen de participacin y explica el xito de las moviliza-

    96 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    21. En los meses previos a la intervencin militar en Irak, los sondeos de opinin reflejan unaoposicin mayoritaria, casi unnime, contraria la guerra. El barmetro del CIS de febrerode 2004 (estudio n. 2.481), la guerra de Irak aparece como el tercer problema principal deEspaa (con un 27,5% detrs del paro, 69%, y el terrorismo 47,9%). En el mismo son-deo, un 70% de la poblacin se mostraba nada de acuerdo con la (inminente) interven-

    cin militar, un 21% poco de acuerdo, y slo un 5% estaba de acuerdo o bastante de acuerdo.

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    ciones22, pero, al mismo tiempo, favoreci una mayor homogeneidad poltica

    de los asistentes (Walgrave y otros, en preparacin).Efectivamente, como puede observarse en la tabla 1, con datos sobre com-

    portamiento electoral pasado, la manifestacin del 15-F moviliz fundamen-talmente a votantes de partidos de izquierdas: un 42% de los participanteshaba votado al PSOE y un 20% a IU. No obstante, aunque de manera mino-ritaria (10%), encontramos votantes de derechas. Igualmente, cabe destacar lapresencia de abstencionistas. En concreto, un 16% puede considerarse comoabstencionistas polticos, ya que votaron en blanco o no votaron por no creer

    en la democracia representativa o considerar que ninguna de las candidaturasreflejaba sus intereses.

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 97

    22. Aunque, sin duda, el factor movilizador crtico fue la labor de difusin de los medios decomunicacin. Una breve revisin de las noticias en prensa y televisin basta para com-probar la ampla difusin que la convocatoria tuvo durante los das previos. Tambin refle-

    jara la desigual atencin segn las afinidades polticas de los medios. Esta desigualdad enel tratamiento meditico del evento es un indicador de la importancia del componente

    poltico frente al emocional (moral) en el proceso de movilizacin.

    Tabla 1. Distribucin porcentual de los participantes en el 15-F de acuerdo con suconducta electoral reciente (y recuerdo de voto) y su ndice de representatividad enrelacin con los resultados en las elecciones generales de 2000.

    Resultados en las eleccionesgenerales de 2002 ndice deIPPS-Spain (% sobre el electorado) representatividad (a)N % vlido

    PP 44 10,0 29,5 0,34PSOE 186 42,3 22,6 1,87IU 88 20,0 3,6 5,56

    Otros 13 3,0 10,6 0,28Blanco / abstencin poltica* 71 16,1 33,6**No vot (por edad / de viaje) 38 8,6TOTAL 440 100,0 100,0Vot (NC) 10

    Perdidos 2

    N 452

    (a) El ndice de representatividad es la razn entre el porcentaje recuerdo de voto en la encues-ta y el porcentaje de votantes en las elecciones generales de 2000.* Los abstencionistas polticos son aquellos manifestantes que justifican su abstencin sealan-do la ausencia de partidos que reflejen sus intereses o no creer en la democracia representativa.** Incluye los votos en blanco, nulos y la abstencin

    Fuente: ISSP 2003-Spain y Ministerio del Interior (http://www.elecciones.mir.es/).

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    El sesgo partidista de los participantes en la manifestacin se puede esti-mar mejor utilizando como criterio de representatividad los resultados electo-rales de las elecciones generales de 2000. Pese a los problemas de validez de

    este ndice23

    , resulta posible hablar de una clara sobrerrepresentacin de votan-tes de IU (con una presencia cinco veces superior a su peso electoral) y delPSOE, mientras que tanto los votantes de PP y de otros partidos, estuvieroninfrarrepresentados. Igualmente, aunque no hemos calculado el ndice de repre-sentatividad para los abstencionistas, los datos sugieren que estaban infrarre-presentados en la manifestacin.

    En breve, estos resultados indican dos rasgos bsicos del comportamientoelectoral de los asistentes a la manifestacin. En primer lugar, encontramos

    tantos votantes o ms que entre la poblacin en general, lo que refuerza lainterpretacin de la participacin en manifestaciones como una ampliacindel repertorio poltico de los ciudadanos, ms que como una alternativa al votoen las democracias representativas. En segundo lugar, los datos sealan la impor-tancia de las afinidades partidistas en la configuracin del mapa poltico de losmanifestantes. Pese a la amplia opinin mayoritaria de los espaoles contrariaa la intervencin militar en Irak, fueron los ciudadanos ms cercanos a los dospartidos de la oposicin los que participaron masivamente en la jornada deprotesta. Podemos pensar en al menos dos argumentos que explican esta mayorpresencia de los votantes de izquierda. Como hemos mencionado, el compo-nente de crtica al Gobierno no slo nima al electorado de la oposicin, sinoque tambin inhibe a los votantes del PP, de tal manera que la lealtad a su par-tido acta como freno a la participacin. Por otro lado, tambin se puede argu-mentar que los sectores conservadores no participan de la experiencia de movi-lizacin a favor de la paz en la misma medida que la izquierda24. Es decir, pesea la existencia de un proceso de normalizacin de la protesta, la ideologa (yla socializacin poltica) son factores relevantes para explicar la participacin

    en protestas, al menos en este tipo de manifestaciones. No obstante, una inter-pretacin del 15-F centrada exclusivamente en la dimensin de la confronta-cin entre el Gobierno y la oposicin resultara excesivamente simplista. Lapresencia de un porcentaje significativo de votantes del PP y de abstencionis-tas polticos indica la confluencia en las calles de las ciudades espaolas de sec-tores sociales con distintos perfiles polticos y motivaciones diversas.

    De acuerdo con estos resultados relativos a la conducta electoral pasada,podemos diferenciar cuatro sectores o tipos de manifestantes: (1) votantes del

    PP, (2) votantes del PSOE, (3) votantes de IU y (4) abstencionistas polticos.En los siguientes apartados, trazamos el perfil de estos sectores (y del conjun-

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    23. Estamos comparando resultados para todo el territorio con la conducta expresada por mani-festantes en Madrid.

    24. Ya sea, en el caso de los adultos, en torno a las movilizaciones contra la entrada de Espaaen la OTAN o, entre las generaciones ms jvenes, en relacin con la oposicin a la mili(y la objecin). Sobre el impacto cultural de la protesta pacifista en Espaa, vase Prat,

    2003.

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    to de manifestantes) en funcin de una seleccin de indicadores de tipo socio-demogrfico, de actitudes y de comportamiento poltico, tradicionalmenteutilizados en los estudios sobre participacin poltica.

    Rasgos sociodemogrficos de los participantes del 15-F

    El inters que gua este anlisis no se centra tanto en la identificacin de lasdesigualdades en trminos sociodemogrficos de los manifestantes respecto ala poblacin en general, como en la caracterizacin de los diversos sectores queconfluyen en la manifestacin. No obstante, el contraste con la poblacin engeneral nos ofrece una imagen global de los rasgos de los participantes a par-

    tir de la que caracterizar sus componentes. En concreto utilizamos los ndicesde representatividad relativos a las tres variables sociodemogrficas tradicio-nalmente utilizadas en los estudios del modelo socioeconmico de la partici-pacin: el sexo, la edad y el nivel educativo25.

    Los ndices de representatividad sealan que los participantes no se dife-rencian de la poblacin en general por la mayor o menor presencia de mujeres.Como hemos sealado, en el terreno de las desigualdades de gnero es dondems se ha avanzado en el proceso de normalizacin de la protesta. En cuantoa la edad, los ndices indican la mayor presencia de los grupos de edad inter-medios (los adultos jvenes y adultos, entre 25 y 64 aos), siendo especial-mente escasa la presencia relativa de mayores de 65 aos. Por ltimo, el niveleducativo se mantiene como la mayor fuente de desigualdad de los partici-pantes respecto a la poblacin en general26. Estos resultados indican que losmanifestantes del 15-F constituyen un grupo sociodemogrfico relativamentehomogneo y que no representa al conjunto de la poblacin. Como muestra latabla 2, dentro de esta homogeneidad sociodemogrfica apenas existen peque-as variaciones entre distintos sectores polticos que hemos identificado.

    As, las diferencias en funcin del sexo o del nivel de estudios son pequeas(o no resultan significativas). Es decir, los participantes dentro de los cuatrosectores identificados poseen un mismo nivel medio de estudios que, comohemos sealado, es muy alto (estudios universitarios)27. Slo, en trminos deedad media, podemos afirmar que el sector de votantes del PP se diferencia

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    25. Vase la tabla A.2 en el anexo. Estos resultados son congruentes con estudios sobre la desi-

    gualdad en diferentes formas de participacin en Espaa (Barreiro, 2004) y con el trabajorealizado por Canzos y Gayo (2003) sobre participacin en actos de protesta contra la gue-rra de Irak, ambos basados en encuestas del CIS.

    26. Se confirma el nivel de estudios como uno de los principales lmites al proceso de norma-lizacin de la protesta anteriormente mencionado, siendo ms significativa su incidenciaconforme aumentan los recursos cognitivos que requieren las distintas formas de partici-pacin poltica. Como hemos sealado, el procedimiento de encuestacin (cuestionariopostal autocumplimentado) puede haber introducido un sesgo precisamente a favor de estossectores.

    27. Este sesgo se habr visto acentuado por el procedimiento de encuestacin mediante cues-

    tionario autocumplimentado a devolver por correo.

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    resultados obtenidos generalmente por los estudios de participacin polticano convencional (Dalton, 1996; Barreiro, 2004). La comparacin entre los

    distintos sectores arroja mayor variabilidad y permite diferenciarlos en mayormedida que en funcin de las variables sociodemogrficas.

    Los manifestantes se ubican predominantemente en la parte izquierda delespectro ideolgico30, situndose, como cabra esperar, los votantes del PP enlas posiciones ms hacia la derecha y los de IU, ms a la izquierda. En cuantoal inters por la poltica, el contraste de medias indica un mayor inters entrelos votantes de izquierdas (PSOE y IU) e inferior a la media entre los sectoresde abstencionistas polticos y de votantes del PP31. Respecto a estos dos ltimos

    grupos, cabe realizar una interpretacin distinta para cada caso. Mientras que,

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 101

    30. La media en la escala ideolgica se sita muy a la izquierda, en el 2,6 (habitualmente, sesita alrededor del 4-5). En todos los casos, adems, se ubican a la izquierda respecto delconjunto de votantes de los distintos partidos y de los abstencionistas.

    31. Respecto a las diferencias de cada grupo con el conjunto de electores, cabe sealar el menorinters relativo de los votantes del PSOE en el total del electorado. En su conjunto, encuanto a su inters por la poltica, los votantes del PSOE suelen parecerse ms a los votan-tes del PP que a los de IU, mientras que, entre los participantes, se acercan ms a los elec-

    tores de IU.

    Tabla 3. Perfil sociopoltico de los participantes de acuerdo con su conducta electoral.Posiciones medias.

    Proximidad

    Ubicacin Inters por Satisfaccin movimientoideolgica la poltica democracia Religiosidad altermundista(1) (2) (3) (4) (5)

    Total 2,6 2,2 2,7 2,5 3,2PP 4,8* 2,6* 2,4* 2* 3,5*

    PSOE 2,3* 2,0* 2,5* 2,5 3,3

    IU 2,1* 2,0* 2,9* 2,7* 2,9*

    Otros 2,7 2,0 3,0 2,6 3,0Blanco / abstencin poltica 2,6 2,6* 3,0* 2,7* 3,1

    No vot (por edad / de viaje) 2,8 2,2 2,9 2,6 3,5*

    N(vlido) 395 450 440 426 428

    * Diferencias de medias significativas (nivel de confianza del 95%).(1) Escala de 0 a 10 (donde 0 es extrema izquierda y 10, extrema derecha).(2) Escala de 1 a 5 (donde 1 es muy interesado y 5 nada interesado).(3) Escala de 1 a 4 (donde 1 es totalmente satisfecho y 4 nada satisfecho).(4) Escala de 1 a 3 (donde 1 es catlico practicante, 2 catlico no-practicante y 3 no cre-yente).(5) Escala de 1 a 4 (donde 1 es activista, 2 sociopasivo / participante en manifestaciones con-tra la globalizacin neoliberal, 3 simpatizante y 4 nada identificado con el movimiento).Fuente: IPPS2003-Spain.

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    para los ltimos, el desinters por la poltica se explicara por el conservadu-rismo, en el caso de los abstencionistas polticos estaramos ante una expre-sin ms de rechazo a la poltica dominada por actores (partidos polticos) con

    los que no se identifican e instituciones de democracia representativa ante lasque se muestran disconformes. Esta interpretacin parece respaldada por lasdivergencias en las puntuaciones medias de ambos sectores en relacin con elindicador de satisfaccin con la democracia. El sector ms cercano al PP coin-cide aqu con los votantes del PSOE en su actitud menos crtica que la mediade los participantes. Por el contrario, la abstencin poltica y los votantes deIU engloban a los sectores sociales que expresan una mayor insatisfaccin conel funcionamiento de la democracia32.

    Respecto a la religiosidad, los votantes de IU y la abstencin poltica coin-ciden en su laicidad frente a la mayor proporcin de catlicos (y catlicos prac-ticantes) entre los votantes del PP. stos son tambin los participantes que mslejos se sitan respecto al movimiento de justicia global. En este sentido, denuevo el sector de votantes de IU aparece en la posicin opuesta, con una pun-tuacin media que los sita significativamente como el sector ms cercano almovimiento.

    Perfil conductual de los participantes en el 15-FEn este apartado, atendemos a dos variables habitualmente asociadas con laparticipacin en la protesta: la experiencia previa en actos similares y la perte-nencia a organizaciones. En primer lugar, la tabla 4 caracteriza a los distintossectores polticos de acuerdo con los valores de cuatro indicadores de partici-pacin en manifestaciones: (1) porcentaje de participantes en manifestacionespacifistas previas; (2) porcentaje de asistentes para los que el 15-F supuso suprimera experiencia (en los cinco ltimos aos); (3) porcentaje de participan-

    tes experimentados (con ms de cinco manifestaciones en lo ltimos cincoaos), y (4) nmero de tipos distintos de manifestaciones en las que han par-ticipado.

    En trminos generales, los resultados indican que todos los asistentesposeen un perfil poltico no-convencional alto. Un 43% de los participantesdeclara haber participado previamente en manifestaciones pacifistas. Un 25%puede ser considerado como manifestante experimentado frente al 20% departicipantes noveles. Dentro de este perfil general, y aunque los contrastes

    no llegan a ser significativos estadsticamente, el sector de votantes del PPse diferencia por la menor experiencia de sus integrantes. Con todo, un 36%afirma haber participado previamente en manifestaciones de tipo pacifista(el porcentaje ms bajo de todos los participantes). Para un 25% la mani-festacin del 15-F signific su primera experiencia de este tipo, y slo un

    102 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    32. Estas diferencias entre los manifestantes son congruentes con las que las encuestas arrojan

    para el conjunto de la poblacin.

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    14% ha participado en ms de cinco. En el extremo opuesto, los votantes

    de otros partidos y, en especial, de IU poseen historiales de protesta msamplios.

    Las diferencias en trminos de participacin en tipos distintos de mani-festaciones tambin sitan a los votantes del PP y de IU en los extremos opues-tos. La experiencia de los votantes conservadores se centra en manifestacionesrelacionadas con demandas sociolaborales (39% por debajo del porcentaje del51% para el total de la muestra), y destacan especialmente por ser el grupocon un mayor porcentaje de participacin en manifestaciones contra el terro-

    rismo (un 16% frente al 10% del total). Por su parte, los votantes del PSOE yde IU se distinguen por su mayor experiencia en manifestaciones de tipo socio-laboral: un 66% y un 64%, respectivamente, afirman haber participado eneste tipo de manifestaciones. Los votantes de IU destacan adems por ofrecerlos porcentajes ms altos respecto a todas las manifestaciones (salvo las con-traras al terrorismo). En suma, los resultados sealan a los votantes de IUcomo los ms prximos a la actividad de la protesta de los llamados nuevosmovimientos sociales, mientras que los votantes de los partidos mayoritarios

    se centran en las reivindicaciones clsicas, siendo las protestas contra el terro-

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 103

    Tabla 4. Experiencia poltica de los participantes de acuerdo con su conducta electoral.

    Porcentaje Nmero (medio)de participacin de tipos

    previa en distintos demanifestaciones Porcentaje de Porcentaje de manifestacionespacifistas primerizos experimentados (1)

    Total 42,5 20,5 26,0 2,1PP 36,4 25,0 13,6** 1,4*

    PSOE 38,7 18,0 27,3 2,0

    IU 51,1 19,5 32,2 2,5*

    Otros 61,5 16,7 41,7 2,1Blanco / abstencin poltica 40,8 24,3 24,3 2,2

    No vot (por edad / de viaje) 44,7 23,7 18,4 1,8

    N 440 434 440

    * Diferencias de medias significativas (nivel de confianza del 95%).** Variaciones de casilla significativas (por encima o por debajo de la frecuencia esperada; nivelde confianza del 95%).(1) De 0 a 11 tipos; incluye pacifistas, contra el racismo, solidaridad con los pases en desarro-llo, DDHH, temas sociolaborales, medioambientales, contra la globalizacin, por los derechosde las mujeres, regionales, contra el terrorismo, otras. Originalmente, se codificaron 10 cate-goras a las que posteriormente se aadi, a partir de la recodificacin de otras, la opcin con-tra el terrorismo.Fuente: IPPS2003-Spain.

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    rismo (con un componente emocional y, a priori, apartidista ms alto)33 laexperiencia de participacin no-convencional ms comn entre los ms con-servadores.

    La actividad en asociaciones aporta informacin adicional para completarel perfil conductual de los distintos sectores que participaron en el 15-F. Comopuede observarse en la tabla 5, el porcentaje total de miembros de asociacioneses muy elevado: uno de cada dos pertenece al menos a una asociacin34. Sinembargo, slo un 7% es miembro de organizaciones pacifistas. Este bajo por-centaje no es de extraar si consideramos que slo un 1% de la poblacin engeneral pertenece a este tipo de asociaciones35, e indica que el movimientopacifista en Espaa descansa organizativamente en estructuras de otros movi-mientos como el ecologista, las asociaciones de derechos humanos, ayuda aldesarrollo, etc. Un resultado destacable es que el porcentaje de afiliacin de

    los votantes del PP a este tipo de asociaciones se sita en la media, por delan-te de los participantes ms cercanos al PSOE, lo que confirma la naturalezatranspartidista de los valores vinculados a la paz. No obstante, son los parti-

    104 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    33. Como hemos mencionado, se tratara del tipo de manifestaciones en las que se apreciamejor el proceso de normalizacin del perfil del participante en protestas.

    34. Muy superior a la media de la poblacin en general, lo que confirma la fuerte relacin exis-tente entre capital social y participacin poltica no convencional.

    35. Vase, por ejemplo, el estudio n. 2.450 del CIS.

    Tabla 5. Participacin en asociaciones de los participantes de acuerdo con su conductaelectoral*.

    Porcentaje de Nmero (medio)

    miembros Porcentaje de de tipos distintosde asociaciones miembros de organizacionespacifistas de asociaciones (1)

    Total 6,8 54,6 1,7PP 7,0 58,1 1,8PSOE 4,5 54,4 1,6IU 8,3 62,8 2,2Otros 15,4 46,2 1,4Blanco/ abstencin poltica 8,8 48,6 1,7No vot (por edad / de viaje) 7,9 47,4 1,5N 440 442 440

    * Ninguno de los indicadores arroja diferencias estadsticamente significativas.(1) Valores medios en la escala de 0 a 14 tipos, que incluye las siguientes categoras: religiosa /parroquial, antirracista / pro inmigrantes, sindicato / profesional, partido poltico, deportiva /recreativa, ecologista, educativa / APA, vecinal, asistencial, antiglobalizacin, ONG desarrollo,pro derechos humanos, pacifistas y otras.Fuente: IPPS2003-Spain.

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    dos ms a la izquierda, IU y otros (entre los que figuran Los Verdes), los queengloban a un mayor porcentaje de miembros de este tipo de organizaciones.

    Los dos indicadores restantes, pertenencia a asociaciones (en general) y afi-

    liacin mltiple (de acuerdo con distintos tipos de asociaciones), aportan algu-nas diferencias adicionales relevantes, aunque no son estadsticamente signi-ficativas. En relacin con el porcentaje de manifestantes que pertenecen aasociaciones, podemos destacar el porcentaje inferior a la media total de miem-bros de organizaciones pacifistas entre los votantes del PSOE. Los resultadostambin distinguen a los votantes de IU seguidos de los votantes del PP comolos sectores ms frecuentemente vinculados a organizaciones sociales y conmayor afiliacin mltiple36. La diferencia entre los votantes de IU y del PP

    radica precisamente en los tipos de organizaciones a los que pertenecen.Utilizando como referente los porcentajes totales de participacin en cada unode los distintos tipos de asociaciones, los votantes del PP destacan por su mayorafiliacin a organizaciones de tipo religioso (16% frente al 7% del total), ONGde desarrollo (32% frente al 23% del total) y asistenciales (14% frente al 10%total). Los votantes del PSOE se caracterizan por una presencia superior a lamedia en sindicatos, partidos polticos y asociaciones vecinales. Por su parte, losvotantes de IU destacan por su vinculacin a los sindicatos y a grupos de inte-rs pblico, habitualmente soporte organizativo de los nuevos movimientossociales. Los votantes de otros partidos destacan por su participacin en aso-ciaciones educativas, ONG de desarrollo, grupos pro derechos humanos ypacifistas. Por ltimo, los englobados en el sector de abstencionistas polticospresentan un porcentaje de pertenencia a organizaciones antirracistas y ecolo-gistas superior al resto.

    A modo de sntesis

    Los resultados anteriores permiten establecer el perfil sociopoltico de los prin-cipales sectores en los que hemos clasificado a los participantes en el 15-F deacuerdo con sus afinidades partidistas (conducta electoral pasada). Las dife-rencias entre estos sectores vienen marcadas, ms que por factores sociode-mogrficos, por sus diferentes actitudes y comportamientos polticos. As, elsector de votantes del PPse diferencia, en trminos sociodemogrficos, por unaedad media inferior. En trminos de sus actitudes polticas, por situarse ideo-lgicamente en el centro (o ms a la derecha que el resto de los grupos), por

    un menor inters por la poltica y por una mayor satisfaccin con el funcio-namiento de la democracia. Tambin se caracterizan por su mayor catolicis-mo y su mayor distancia respecto al movimiento de justicia global. En trmi-nos de comportamiento poltico, se distinguen por una relativa menorexperiencia en protestas, siendo su participacin relativamente alta en las mani-

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 105

    36. Estas diferencias (menor afiliacin pacifista entre votantes del PSOE y mayor nivel de aso-

    ciacionismo entre los votantes de IU) rozan los lmites estadsticos de significatividad.

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    festaciones contra el terrorismo. Por ltimo, tambin se caracterizan por unnivel de activismo cvico (alto) similar a los dems grupos, orientado prefe-rentemente a los sectores asociativos donde la Iglesia est presente. Si tuvira-

    mos que buscar una etiqueta para este grupo, podramos utilizar la de jvenesdemcratas cristianos.El grupo de votantes del PSOEse diferencia, en trminos demogrficos,

    por tener una edad media superior. En trminos de actitudes, se caracteriza porubicarse a la izquierda de la media de los manifestantes, as como por conjugarel inters por la poltica con la satisfaccin con la democracia. En cuanto a sucomportamiento poltico, muestra un nivel de experiencia algo superior porlo que se refiere a participacin en protestas (siendo ms frecuente su partici-

    pacin en manifestaciones motivadas por reivindicaciones tradicionalmentevinculadas al conflicto de clase); sin embargo, en cuanto a participacin enasociaciones, el porcentaje parece algo menor que la media, estando orientadasu participacin a organizaciones tradicionales (como partidos polticos, sin-dicatos y asociaciones de vecinos). Podran ser etiquetados como socialde-mcratas clsicos.

    El sector de votantes de IUaparece como el grupo ms a la izquierda en elespectro ideolgico y el que mejor se ajusta al fenmeno del cinismo poltico(inters por la poltica y crtico con el funcionamiento de la democracia). Secaracterizan, adems, por su laicidad y cercana al movimiento de justicia glo-bal. Acumulan la mayor experiencia en participacin no convencional y acti-vidad cvica, especialmente en el sector de los llamados nuevos movimientossociales. En comparacin con el resto, podramos referirnos a ellos comorepresentantes de la izquierda alternativa o, tambin, como el ncleo de lossectores crticos politizados37.

    Por ltimo, el grupo de abstencionistas polticosse distingue por cierta mayorfeminizacin. En trminos de actitudes polticas, reflejaran, mejor que nin-

    gn otro sector, el desencanto con la democracia y la individualizacin de laprctica poltica (menor inters por la poltica e insatisfaccin con el funcio-namiento de la democracia). Son predominantemente laicos y simpatizantesdel movimiento de justicia global. Su nivel de participacin no convencionaly de actividad asociativa es relativamente inferior a los anteriores (aunque supe-raran a los votantes del PP en actividad no convencional). Podamos llamar-los los desencantados, que, quizs, frente a la apata poltica, han optado porformas individualizadas de expresin poltica.

    106 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    37. Como seala Norris (1999: 259) sobre la base de diversos estudios empricos, los ciudada-nos ms cnicos presentan un perfil activo no convencional ms alto. El cinismo polticotambin ha sido asociado a los votantes de opciones polticas que persistentemente pier-den las elecciones. En concreto, la autora estadounidense seala que el cinismo es ms altoen pases que producen perdedores en elecciones sucesivas, por ejemplo, en sistemas gober-nados por uno o varios partidos predominantes que se enfrentan a oposiciones fragmenta-

    das (Norris, 1999: 234).

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    Motivaciones para manifestarse contra la guerra

    Una vez trazado el mapa de los perfiles sociopolticos de los manifestantes con-tra la guerra, cabe preguntarse en qu medida coinciden o difieren en cuanto

    a sus razones para manifestarse y las opiniones sobre la estrategia que deberaseguir el Gobierno espaol ante la crisis de Irak. Nuestro cuestionario incluauna pregunta abierta acerca de las razones por las que los encuestados habandecidido participar en la manifestacin. El primer resultado, quizs el ms des-tacable, es el alto porcentaje de respuesta obtenido: un 98%38. El grfico 1

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 107

    38. Este alto porcentaje puede ser interpretado como un indicador del alto grado de motiva-cin de los encuestados. La forma de administrar el cuestionario, que permite a los encues-

    tados cumplimentarlo en casa, posiblemente ha favorecido esta tasa de respuesta.

    Grfico 1. Razones (subjetivas) para participar en la manifestacin del 15-F contra la guerrade Irak (porcentajes de fila).Casos vlidos: 441. Respuesta mltiple (% de casos).Cierre a la pregunta abierta por qu decidi participar en esta manifestacin?.Fuente: IPPS2003-Spain.

    Pacifismo 34,3

    21

    20,7

    16,8

    15,2

    13,3

    12,8

    10

    8,4

    6,5

    4,4

    4

    3

    Crtica posicin del Gobierno espaol

    Desacuerdo con las razones esgrimidas

    Guerra injusta / doble rasero

    Estilo autoritario, restriccionesa la democracia

    Ilegalidad internacional

    Solidaridad con iraques / civiles

    Participar / responsabilidad poltica

    Crtica al Gobierno EEUU / Bush

    Testimonio personal

    Antiimperialismo / anticapitalismo

    Crtica poder mundial hegemnico

    Otras

    0 10 20 30 40

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    como las que expresan opiniones antiimperialistas o anticapitalistas (4%),as como posturas contrarias al poder militar hegemnico (4%), son menosfrecuentes. Por ltimo, hay dos discursos que aluden a motivaciones de tipoindividual, como el deseo de expresar su posicin en un acto pblico (6,5%)o considerarlo como una responsabilidad ciudadana (10%)43.

    Aunque, las diversas motivaciones suelen aparecer combinadas, se apre-cian variaciones relevantes entre los cuatro sectores polticos de los asistentesa la manifestacin. La tabla 6 presenta los porcentajes de las razones men-cionadas en primer lugar, agrupadas en estos tres tipos: razones morales, razo-nes de crtica poltica y razones que sealan la importancia de la participa-cin44.

    As, tal como cabra esperar, el porcentaje de votantes del PP que aluden

    a razones de tipo moral (la oposicin a la guerra y el carcter injusto de la inter-vencin, la existencia de vctimas inocentes, etc.) es significativamente supe-rior. Al mismo tiempo, las motivaciones de tipo poltico y, en concreto, lasreferencias directas al Gobierno, son poco frecuentes en comparacin conlas expresadas por los votantes del PSOE e IU. Por su parte, los abstencionis-tas polticos se diferencian significativamente por sealar con ms frecuencia elvalor de la participacin, ya sea como medio de expresar sus opiniones o comoejercicio de responsabilidad poltica. La relativa menor importancia de la dimen-

    sin de crtica al Gobierno entre los votantes del PP tambin se refleja de mane-ra significativa en el menor porcentaje de encuestados que se muestran com-pletamente insatisfechos con los esfuerzos realizados por el gabinete de Aznar

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 109

    43. Ejemplos: Porque creo que es lo nico que puedo hacer contra la guerra; Para expresaractivamente mi opinin; Necesidad de comprobar que somos capaces de unirnos a favorde un ideal; No quiero quedarme impasible ante una decisin tan contraria a mis prin-cipios.

    44. Los resultados pormenorizados pueden verse en la tabla A.3. del anexo.

    Tabla 6. Primera razn para participar en el 15-F de acuerdo con los sectores polticos(% de columna).

    PP PSOE IU Abstencin poltica Total

    Motivos morales 76,7* 58,2 54,0 51,5 58,2Crtica autoridades polticas 11,6* 33,0 36,8 26,5 30,3

    La participacin como razn 9,3 6,0* 9,2 17,6* 9,2

    Otros 2,3 2,7 0,0 4,4 2,4

    Total 100 100 100 100 100

    Casos vlidos: 384V de Cramer, 135 (Sig. aprox. 0,013).

    * Variaciones de casilla significativas (por encima o por debajo de la frecuencia esperada; nivelde confianza del 95%).Fuente: IPPS2003-Spain.

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    para evitar el guerra: 70% frente a porcentajes superiores al 90% entre losencuestados pertenecientes a los dems sectores45.

    Conclusiones: implicaciones electorales del 15-FPese a la opinin mayoritaria contraria a la guerra de Irak, no todos los secto-res sociales expresaron esta opinin en las calles. En trminos sociodemogrficos,los sectores con niveles de educacin ms bajos no estn representados. Desdela perspectiva de las actitudes polticas, la afinidad partidista y el nivel de com-petencia poltica tambin establece un factor importante que distingue a losmanifestantes del resto de la poblacin. Una gran parte del electorado con-

    servador y los sectores polticamente ms apticos estuvieron ausentes. Dentrode cierta homogeneidad sociopoltica de los participantes (nivel alto de estudios,inters por la poltica de activismo poltico), hemos distinguido cuatro sectoresque se diferencian, fundamentalmente, en trminos de actitudes y comporta-mientos polticos: nuevas generaciones de demcratas cristianos vinculadoselectoralmente al PP, sectores socialdemcratas clsicos (votantes del PSOE), cr-ticos politizados, cercanos a IU y, por ltimo, el sector de abstencionistas pol-ticos. Cada uno de estos sectores tambin pueden diferenciarse en cuanto a lasrazones subjetivas que motivan su participacin. En lneas generales, las moti-vaciones de tipo moral son ms frecuentes entre los conservadores, mientrasque las razones de tipo poltico son relativamente ms frecuentes entre losvotantes de los partidos de izquierda, con un contenido ideolgico ms radi-cal entre los votantes de IU. Por ltimo, los abstencionistas polticos responden,por encima de la media, a motivaciones polticas de carcter ms personal paraexplicar su participacin.

    Estos resultados sintonizan con los estudios que sealan que el proceso denormalizacin de la protesta es ms cierto en cuanto a la mayor participacin

    de la mujer y, con matices, la edad de los participantes, mientras que el niveleducativo se mantiene como un factor predictivo crucial. Tambin indicanque las actitudes polticas, expresadas, por ejemplo, en niveles de participa-cin cvica o inters por la poltica, desempean un papel importante paraexplicar el recurso a la protesta. El perfil del manifestante como polticamenteactivo, votante en igual o mayor proporcin que la poblacin en general, apoyala interpretacin del aumento de la contestacin social como una extensinde los canales de participacin en la democracia, ms que como un elemento

    disfuncional o un sntoma de desafeccin democrtica.El aumento de ciudadanos contestarios es congruente con la existencia deun proceso de individualizacin de la poltica, especialmente entre un sector (cre-ciente) de ciudadanos polticamente competentes, dispuestos a movilizarsepolticamente en relacin con un nmero creciente de temas. La presencia

    110 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    45. La correlacin entre sectores y esta variable es significativa con un coeficiente (V de Cramer)

    de 0,205 (Sig. aprox. 0,000).

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    entre los manifestantes del 15-F de un sector de votantes del PP, pese a la natu-raleza de oposicin al Gobierno de la protesta, puede ser interpretada comoun indicador de la incidencia potencial de este proceso en el debilitamiento

    de la identificacin partidista en las decisiones de comportamiento poltico delos ciudadanos.En este sentido, y a la luz de los resultados obtenidos, cabe preguntarse,

    por ltimo, acerca de las consecuencias electorales del conflicto de Irak y, con-cretamente, en qu medida incidi en la intencin de voto de los distintos sec-tores de participantes en el 15-F. En pocas ocasiones un tema de esta naturalezaha estado tan presente en una campaa electoral. La guerra de Irak fue un temacentral en la campaa electoral de las elecciones generales del 14 de marzo y

    ha desempeado un papel fundamental en las decisiones de los electores y, a lapostre, en la derrota electoral del PP. De acuerdo con la encuesta postelecto-ral elaborada por Demoscopia en abril de 2004, la guerra fue el segundo temasealado con ms frecuencia como el ms importante de la campaa electo-ral, por encima de los atentados del 11-M46. En otra pregunta del mismo estu-dio, un 18% de los encuestados afirma que la actuacin del Gobierno en elconflicto de Irak influy mucho o bastante en su voto. En la medida en queel 15-F supuso un evento crtico en la conformacin de las actitudes de losparticipantes (y del conjunto de la poblacin), que consolid el tema de laguerra en la agenda electoral e influy en las decisiones posteriores de los votan-tes, nuestra encuesta ofrece una oportunidad excepcional para indagar en las con-secuencias electorales de la protesta47.

    La tabla 7 ofrece los resultados de la intencin de voto de los manifestan-tes segn su conducta electoral previa. Los resultados muestran como el sec-tor de los votantes del PSOE confirmaba su voto en mayor medida que ningunaotra opcin. Adems, el PSOE era la fuerza poltica que resultaba ms benefi-ciada por los trasvases de voto entre el resto de los sectores presentes en la mani-

    festacin. Un 31% de los votantes del PP y un 52% de los que no votaron(por edad o por estar de viaje) afirmaban su intencin de votar al PSOE. Inclusoun 17% de los votantes de IU expresaron su intencin de votar al PSOE, mien-tras que el flujo en la direccin contraria es menor (un 6%); es decir, ya seapunta un saldo positivo para el PSOE en la transferencia de votos entre losdos principales partidos de izquierda.

    Pero, en qu medida los resultados electorales de marzo de 2004 confirmanestas tendencias? La tabla 8 compara las variaciones en puntos porcentuales

    entre la conducta electoral pasada y la intencin de voto respecto a los tresprincipales partidos y una categora adicional que englobara al resto de lascandidaturas, con las diferencias reales que se produjeron en las elecciones

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 111

    46. En concreto, un 22,1% de los encuestados seal el terrorismo y un 21%, la guerra de Irak,mientras que, por ejemplo, el atentado del 11-M slo es considerado como el ms impor-tante por un 8,3% de los encuestados (Demoscopia, estudio n. 174005).

    47. Para una contextualizacin de los resultados de las elecciones de 2004, vase Santamara,

    2004.

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    generales de 2000 y 2004. Como puede observarse, entre las actitudes de losmanifestantes del 15-F, ya se reflejaban algunas de las tendencias de cambiode voto que condujeron a los resultados electorales de 2004.

    Llama la atencin que los cambios coinciden en gran medida para los casosde los partidos que cuentan con una representacin amplia entre los manifes-tantes48. El crecimiento del voto socialista y el estancamiento de IU estn ya pre-

    sentes en los resultados de la encuesta durante la manifestacin del 15-F. Entrelos manifestantes, el voto del PP pas del 10% al 1,4%, es decir perdi 8,6puntos. En la realidad, esa cada se redujo a 1,6 puntos. Si tenemos en cuen-ta la infrarrepresentacin de votantes de este partido a favor de los que se sit-an en posiciones ms al centro-izquierda, es posible sealar la prdida de votosdentro de este sector especfico como uno de los principales focos de trasvasede votos conservadores hacia las filas socialistas.

    Consideramos que la coincidencia entre la tendencia de cambio en la orien-

    tacin del voto apuntada en la encuesta entre los manifestantes y los resultadosde las elecciones generales un ao ms tarde no es causal, sino que refleja unatendencia observable a nivel general en las encuestas de opinin. Los datossobre intencin de voto entre los manifestantes del 15-F son congruentes con

    112 Papers 81, 2006 Manuel Jimnez

    48. De nuevo, hay que tener en cuenta que la encuesta no es representativa para el mbito esta-tal, dada la sobrerrepresentacin de residentes en la Comunidad de Madrid, con un pano-rama de partidos diferente de otras zonas de Espaa, donde se cuenta con la amplia implan-

    tacin.

    Tabla 7. Intencin de voto en las prximas elecciones generales de acuerdo con laconducta electoral previa.

    Intencin de voto

    Blanco/ninguno/

    Recuerdo voto PP PSOE IU Otros no votara No sabe NC NPP 13,6 31,8 4,5 0,0 9,1 38,6 2,3 44PSOE 0,0 88,2 5,9 1,1 0,0 4,3 0,5 186IU 0,0 17,0 63,6 6,8 0,0 12,5 0,0 88Otros 0,0 23,1 23,1 23,1 0,0 30,8 0,0 13

    Blanco / abstencin poltica 0,0 16,9 8,5 8,5 23,9 33,8 8,5 71No vot (por edad / de viaje) 0,0 52,6 13,2 2,6 7,9 21,1 2,6 38

    Total 1,4 51,8 18,9 4,1 5,5 16,4 2,0 440N 6 228 83 18 24 72 9 440

    Casos vlidos: 440Fuente: IPPS2003-Spain.

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    los arrojados en la serie temporal de sondeos de opinin del CIS, que seala-ron las mejores expectativas de voto socialista precisamente en este momento,en un escenario electoral que volvera a cristalizar en las elecciones de marzo(vase Santamara, 2004).

    En este sentido, no resulta exagerado afirmar que la manifestacin del15-F signific un evento poltico de gran trascendencia electoral. No slo fueuna expresin de la oposicin a la guerra, sino que tambin apunta un cam-bio de fondo en la posicin de los espaoles frente al Gobierno con conse-

    cuencias electorales que se desvelaran decisivas en el contexto de las eleccionesgenerales. En la manifestacin, estuvieron representados los sectores que, amodo de masa crtica, determinarn, con sus opciones electorales, el cambio deGobierno en las elecciones del 14 de marzo de 2004. Tres tendencias de estecambio pueden observarse en las actitudes de los participantes en el 15-F. En

    primer lugar, se observa una tendencia de prdida de apoyo entre un sectorconcreto de votantes del PP, que hemos descrito como jvenes democristia-nos. stos tienden a justificar su participacin en trminos de motivaciones

    morales, que parecen ejercer un poder superior a la presin de la lealtad alGobierno por el que votaron. De hecho, representan el sector con una mayorvolatilidad en su intencin de voto. En segundo lugar, la orientacin de la inten-cin del voto de los abstencionistas polticos, tambin sugiere un cambio impor-tante, indicando su inclinacin por el PSOE (y, en menor medida, IU). Entercerlugar, se produce un trasvase de votos entre los dos partidos de izquier-das, favorable, en trminos relativos, para los socialistas.

    Estos resultados sugieren que las investigaciones basadas en encuestas a los

    participantes en eventos de protesta no slo contribuyen a nuestro conoci-miento del comportamiento poltico no convencional, sino que tambin, en uncontexto de creciente importancia electoral del voto temtico y en la medidaque las protestas contribuyen a la visibilidad poltica de los distintos temas,ofrecen un instrumento eficaz para estudiar su incidencia en el comporta-miento electoral.

    El perfil sociodemogrfico y poltico de los manifestantes contra la guerra de Irak Papers 81, 2006 113

    Tabla 8. Comparacin del cambio en el voto entre los manifestantes y los resultadosde las elecciones generales de 2004. Diferencias en puntos porcentuales.

    PP PSOE IU Otros

    Intencin-recuerdo entre los manifestantes(encuesta IPPS-Spain) 8,6 9,5 1,1 1,1Resultados oficiales 2004-2000* 1,6 9,1 0,1 0,3

    Fuente: IPPS2003-Spain y Ministerio del Interior (http://www.elecciones.mir.es/).* Diferencias de los porcentajes relativos al conjunto de electores (y no votos vlidos a candi-daturas).

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    Tabla A.3. Razones dadas para participar en la manifestacin del 15-F* segn conductaelectoral previa.

    PP PSOE IU Otros Blanco / No vot

    Razones por las que participa abstencin (por edad /en la manifestacin poltica de viaje) TotalPacifismo 39,5 31,3 35,6 46,2 36,8 30,6 34,3

    Crtica posicin del Gobierno espaol 14,0 23,1 31,0 23,1 8,8 16,7 21,0

    Desacuerdo con las razones esgrimidas 16,3 23,6 19,5 7,7 17,6 25,0 20,7

    Guerra injusta / doble rasero 25,6 17,6 19,5 7,7 13,2 5,6 16,8

    Estilo autoritario,restricciones a la democracia 11,6 17,6 12,6 15,4 14,7 13,9 15,2

    Ilegalidad internacional 20,9 18,7 8,0 7,7 5,9 5,6 13,3

    Solidaridad con iraques / civiles 16,3 12,1 11,5 15,4 8,8 22,2 12,8

    Participar / responsabilidad poltica 11,6 6,0 9,2 15,4 13,2 22,2 10,0

    Crtica al Gobierno EEUU/ Bush 7,0 8,8 12,6 7,7 5,9 2,8 8,4

    Testimonio personal 2,3 4,9 4,6 7,7 14,7 8,3 6,5

    Antiimperialismo / anticapitalismo 0,0 2,2 9,2 0,0 5,9 8,3 4,4

    Crtica poder mundial hegemnico 0,0 4,4 4,6 15,4 1,5 5,6 4,0Otras 2,3 4,4 0,0 0,0 4,4 2,8 3,0

    167,4 174,7 178,2 169,2 151,5 169,4 170,4

    Casos vlidos: 440 Respuesta mltiple.Cierre a la pregunta abierta Por qu decidi participar en esta manifestacin?.Fuente: IPPS2003-Spain.

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