cualquier excusa - acer adamson

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CUALQUIER EXCUSA

Acer Adamson

Título original: Any Excuse

© Acer Adamson

© De la traducción: Libros Secretos

http://loslibrosecretos.blogspot.com.es/

[email protected]

Traducido por Pato

Corrección: Billy

Formato: Pato

Página del autor: http://www.macleodvalentine.com/index.HTML

Edición: Septiembre 2013

Atención: Este libro es de temática homoerótica y contiene escenas de sexo explícito M/M

El departamento de policía está recompensando a Max por su actuación

heroica más allá del cumplimiento del deber.

Max le ha pedido a Skyler que lo acompañe a la ceremonia de entrega

del galardón, un gran paso en su relación para los dos. Nervioso a causa de

cómo será acogido el modo poco convencional de vestir de Skyler en el

salón del hotel lleno de policías, la prensa y los más altos funcionarios de la

ciudad, Max se llevará una sorpresa más grande de lo que esperaba, y Skyler

no lo defraudará.

—Podría ir sin esfuerzo al salón de belleza cruzando la calle —dijo Skyler con un

pequeño atisbo de una sonrisa en su rostro.

—No seas tonto. —Max pintó otra franja de esmalte rojo en la uña del pulgar de

la mano izquierda de Skyler, cuidando de no mover demasiado el feo hematoma en

esa mano delgada y delicada—. Realmente no me importa echar una mano.

«Cualquier excusa es suficientemente buena para mí si me permite estar cerca de ti».

Skyler chasqueó la lengua, sacudió la cabeza y suspiró. —Qué terrible torpeza de

mi parte, tropezar subiendo las escaleras de esa manera.

—Por lo menos la mano solo está muy amoratada. —Max le sonrió—. Podría

haber sido mucho peor. «Me asustaste como la mierda, en realidad».

Cuando aún estaba dando pinceladas, Skyler deslizó su silla un poco más cerca de

él y sus rodillas se tocaron debajo de la mesa. Max sintió su cara encenderse al

instante. Skyler le sonrió.

«Jesús, eres hermoso». Max lo contempló discretamente, de la misma manera

que haría con un sospechoso en custodia antes de un interrogatorio. Rápidamente y

con indiferencia, una evaluación expeditiva de pequeños detalles y matices sutiles y

característicos, que solo los del tipo “detective” podrían darse cuenta.

El cabello brillante de Skyler, de color negro azabache, estaba sujeto prolijamente

detrás de las orejas, el rostro despejado como siempre. Su maquillaje era ligero y

perfectamente aplicado: los ojos verdes sugerentemente destacados, un brillo rosado

5

en sus mejillas, una insinuación de color vino en sus labios. No llevaba ninguna base de

maquillaje, pero él no la necesitaba. Max todavía no se sobreponía1 a su tez

increíblemente suave y perfecta. Cuando se conocieron, había estado seguro de que

Skyler era una chica solo por eso. Era uno de los afortunados que no tenía que

afeitarse, y a diferencia de la mayoría de los hombres, su cutis no lucía imperfecciones.

Con esa piel, ese rostro y la elegante ropa, Max había estado completamente

persuadido.

Había hecho falta que Skyler pusiera la mano de Max entre sus piernas esa

primera noche cuando estaban bailando, para convencerlo de lo contrario. Fue una

verdadera patada en el trasero.2

A veces, todavía le resultaba difícil de creer.

Y cómo había terminado Max de esta manera, más o menos domesticado,

sentado frente a la mesa de la cocina en la parte trasera de una tienda de ropa,

pintando las uñas de su novio, bueno, a veces él también encontraba estas cosas

difíciles de creer.

«Novio». No había estado realmente en sus planes enamorarse de otro hombre,

pero aquí estaba de todos modos. Max dejó escapar un pequeño suspiro y mojó el

pincel en la botellita.

—Eres muy bueno en esto, Maxwell. —Skyler observaba su trabajo—. Si no te

conociera tan bien, pensaría que has tenido un poco de experiencia.

1 Habla del asombro y la admiración, no se sobrepone al admirable e impresionante cutis de Sky.2 Fue una verdadera conmoción.

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—¿Qué quieres decir con eso de conocerme tan bien? —Max pasó otra pincelada

del Revlon Firecracker3 rojo en una de las uñas—. Una vez tuve una novia con las uñas

muy largas. A ella solía gustarle que se las pinte.

«Espera...

«Espera...».

—Oh, ella lo hacía, ¿no?

—Uh, huh. —Max sonrió, disfrutando un poco ver a Skyler manifestar un ataque

de celos. No tuvo que levantar la vista de su trabajo para saber que este había

arqueado su ceja izquierda.

Skyler apoyó su codo derecho en la mesa. Colocó la barbilla en la palma de su

mano con evidente cuidado de no estropear las uñas recién pintadas. Sonriendo con

exagerada alegría, preguntó: —¿Esto fue cuando todavía pensabas que eras

heterosexual?

Max se rio y terminó el dedo anular, haciendo una pausa de un segundo antes de

pasar a su dedo meñique.

—No —respondió —. Eso fue cuando sabía que era heterosexual.

—Oh, por supuesto. —Skyler sonrió dulcemente. Max estaba bastante seguro de

que no le creyó ni por un segundo. También estaba bastante seguro de que todavía no

había terminado de interrogarlo sobre la chica. Max aclaró tranquilamente su garganta

y siguió trabajando, luchando por reprimir una sonrisa.

3 Esmalte de uñas, producto de belleza de la línea Revlon.

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—Por lo tanto, Maxwell —dijo en el momento justo—. ¿Cómo era ella? Esta novia

tuya con las uñas bien arregladas.

Acabó de pintar el meñique y enroscó la tapa en la botella. Con cuidado levantó

la mano de Skyler para rociar cada uña con un poco de esa “cosa” en lata para secado

rápido, que había pensado inicialmente era laca de pelo. Luego, por si acaso, empezó a

soplar suavemente cada uña.

—Es impresionante, realmente guapa. Alta, rubia, piernas largas y el más bonito

par de tetas que haya visto alguna vez. ―Max desvió su mirada hasta la cara de Skyler

un momento antes de tomar su otra mano y reanudar su trabajo de pintura. Su sonrisa

quería escapar de las comisuras de sus labios, pero logró resistirse y la detuvo―. Linda

muchacha, pero simplemente no era el momento adecuado. «O la persona adecuada».

―Max frunció los labios y sopló sobre otra uña―. Todavía la veo de vez en cuando. No

vive muy lejos de la estación.

Skyler puso su mano sana en la mesa y sus uñas recién pintadas de color rojo

brillante, comenzaron a tamborilear4 en la mesa de formica5. Sus ojos verdes,

inocentes e inofensivos, se ampliaron y su sonrisa parecía decididamente forzada.

Clic-clic-clic-clic.6 ―¿Sigues viéndola?

Max lo miró nuevamente. Jesús, Skyler parecía realmente molesto, pero de una

manera controlada7, en realidad daba un poco de miedo.

4 Tamborilear: repiquetear los dedos sobre una superficie imitando el sonido del tambor. Repicar.5 Formica o fórmica: material recubierto por una de sus caras con una resina artificial, brillante y muy resistente.6 RAE: Onomatopeya: es la imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo o vocablo que imita o recrea el sonido de la cosa o la acción nombrada.

Fue dejado como en el original.7 Refrenada. Reprimida.

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―Bueno, la veo por ahí de vez en cuando ―dijo Max―, pero no la “veo”, de

“verla”. No ahora, de todos modos ―puso su mano sobre la espalda de Skyler y lo

sintió tensarse.

Los delgados dedos pintados de rojo continuaron su irritante repiqueteo sobre la

mesa. ―Lo dices como si hubiera alguna posibilidad de que su antigua intimidad fuese

reanudada. ―La sonrisa de Skyler fue titubeante, el labio inferior tembló tan

brevemente, que solo los ojos altamente entrenados de Max, lo habrían captado.

«Oh, oh... ».

―Oye ―dijo Max, ladeando y elevando la barbilla de Skyler con un dedo. Esos

grandes ojos verdes lo observaron con atención debajo de sus gruesas pestañas negras

y la mirada en ellos hizo temblar a Max. Jesús―. No va a pasar, Sky.

Su labio inferior se estremeció otra vez. ―Pero…

―Sin peros. ―Max ahuecó la barbilla de Skyler, con el pulgar acarició lentamente

la superficie de ese labio tembloroso, y por centésima vez observó, maravillado, que

de su piel no se desprendía ningún rastro de maquillaje. Aún no había logrado

descifrarlo, pero entonces Skyler Trent era más complejo8 y poseía un manto de

misterio mayor que el de cualquier mujer que hubiese conocido alguna vez―. Estoy

contigo, y no voy a ningún lado.

Skyler dejó salir un suspiro estremecido. Se giró para enfrentarlo y finalmente

puso sus manos cautelosamente en los muslos de Max. Los ojos de Skyler se

encontraron con los de Max y éste se encogió de miedo al ver el daño.

«Mierda».

8En el sentido de su carácter y conducta, que no son fáciles de entender.

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―Lo siento, Maxwell ―dijo Skyler después de tomar una respiración profunda―,

pero cuando estas cosas ocurren, no puedo dejar de sentirme confundido. No puedo

entender cómo puedes sentirte atraído por alguien como ella, y luego por alguien

como yo. La gente simplemente no se va a dormir una noche para despertar gay a la

mañana siguiente. Me asusta que esto no sea más que una fase. Que yo sea solo una

novedad.

«Oh, mierda, así que eso es lo que lo está atormentando». Max se encogió de

hombros. ―Creo que siempre he sido gay, yo estaba demasiado confundido y

tremendamente asustado como para permitirme siquiera pensar en ello. Me crie en un

hogar conservador en una familia llena de policías. Simplemente no puedes salir y

decir: “Oye, por cierto, soy Marica”. Y supongo que no me parecía lo suficientemente

importante como para tratar con ello hasta que te conocí. Entonces, no. Tú no eres

una novedad, Sky, solo eres el primer hombre que conocí que lo hizo significativo. No

es que yo sea gay repentinamente por ti, antes realmente nunca importó.

El labio tembloroso se quedó inmóvil y Skyler sonrió, su expresión ahora era

cálida y genuina. Solo otro de sus muchos misterios, la velocidad con la que su enojo se

disipaba, infaliblemente pasajero, aun cuando Max sabía que este era merecido.

Skyler se levantó y se alejó de la mesa, ofreciendo su mano sana a Max. ―Creo

que me gustaría tenerte en el dormitorio en este momento ―dijo en ese tono de

ronroneo que siempre iba directo a la polla de Max. Cuando llegaron a la habitación,

Max se quitó los zapatos y los calcetines, dejando un rastro detrás de él mientras

guiaba a Skyler hacia la cama. Sus dedos soltaron el cinturón de la bata de Sky. No

estaba atado firmemente, como normalmente estaría, sin dudas debido a su lesión. El

nudo se deshizo fácilmente, el satén azul pavo real se separó un poco para

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inmediatamente cerrarse de nuevo. Solo tuvo un breve vistazo de su piel, pero maldita

sea.

Skyler se sentó lentamente en el borde de la cama y lo miró, la bata se abrió de

nuevo. Sin embargo, Max podía ver una estrecha franja de su pecho, y fue suficiente

para que toda la sangre que le quedaba en el cerebro corriera hacia su inevitable

destino al sur. Tragó saliva, de repente el área en la entrepierna de sus pantalones

parecía ridículamente apretada. Skyler lo tocó allí y él se quedó sin aliento.

―¿Q… qué hay de tu mano?

Skyler le dio al bulto de Max un pequeño apretón y le sonrió complacido. ―Yo no

necesito las dos manos para hacer esto. ―Un dedo se arrastró a lo largo de la erección

rápidamente endurecida bajo su pantalón. Max se estremeció e hizo que su polla se

contrajera. Skyler emitió un pequeño ruido de satisfacción y le dio otra ligera presión.

―Oh, Dios ―gimió Max temeroso, y no por primera vez desde que estaba con él,

de que pudiera soltar su carga allí mismo, en sus pantalones. Jesús, Skyler sabía

exactamente cuáles eran los botones calientes de Max, y cuándo y cómo

presionarlos―. Vas a estropear el esmalte de u… uñas.

―Puedes pintarlas de nuevo más tarde ―dijo Skyler y usando los dedos de su

mano sana desabrochó el primer botón de los jeans de Max.

Max sintió que su estómago se tensaba, sus bolas tratando de escalar dentro de

su cuerpo.

Skyler apartó la mano, y con un encogimiento de hombros perdió la bata. Esta se

deslizó formando un abanico alrededor de ese buen, buen culo, exponiéndolo

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totalmente. Como Max, Sky ya estaba duro, esa hermosa y delgada polla

sobresaliendo.

Max trató de pensar en cosas desagradables para no humillarse9 a sí mismo. Miró

hacia abajo y vio una mancha húmeda de color azul oscuro extendiéndose en la

delantera de sus pantalones vaqueros. Eso le pasaba por ir de comando10.

―Dios mío ―dijo Skyler, lamiéndose los labios―. Supongo que será mejor no

perder el tiempo. ―Tomó la corredera de la cremallera entre el pulgar y el dedo índice

de su mano sana y lo bajó lentamente.

Max gimió y se aferró al poste de una de las esquinas de la cama con una mano,

en caso de que sus rodillas decidieran fallar. Él parpadeó, tragó saliva y miró a Skyler

nuevo. ―No va a tardar mucho. ―Fue todo lo que pudo gruñir más allá del nudo en su

garganta y lo seca, grande y torpe que sentía su lengua.

―Mmm, mira eso… ―Skyler canturreó, lamiéndose los labios condenadamente

bonitos mientras levantaba la polla de Max desde los confines de sus pantalones

vaqueros. Esos increíbles ojos verdes se dirigieron hacia arriba, luego sacó esa lengua

suave y húmeda y lamió la cabeza su polla.

―Oh Dios, Sky… ―Max gruñó, agradeciendo estar afianzado al poste de la cama

porque sintió que sus rodillas realmente se habían convertido en gelatina caliente.

Dejó caer la otra mano en la cabeza de Skyler, enredando sus dedos en el suave,

cabello negro. Skyler hizo un pequeño jadeo silencioso y luego Max sintió que su polla

se deslizaba en la boca más húmeda, más suave y cálida jamás conocida por otro

9 Se comprende que el hombre “teme perder su carga demasiado pronto”.10 Ir sin ropa interior.

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mortal. Sintió los dedos de Skyler rodear la base de su pene, dando un lento y firme

apretón.

Max gimió en voz alta, los músculos de sus muslos se retorcían salvajemente y

cada vez estaban más débiles.

Todo fue más rápido desde allí, Skyler chupándolo, lamiéndolo, apretándolo hasta

que no pudo contenerse un segundo más. Los hermosos labios, pintados de color vino,

se cerraron con fuerza alrededor de la cabeza de la polla de Max, haciendo que este se

elevara sobre los dedos de los pies mientras Skyler bebía hasta el último chorro

descargado vigorosamente. Max se derrumbó torpemente sobre la cama con sus jeans

aún atrapados alrededor de los tensos músculos de sus muslos.

Skyler se tumbó con él y rodó sobre su costado enfrentándolo y deslizando

perezosamente su polla dura como una roca a través de su puño.

Max dijo entre jadeos: ―¿Quieres... necesitas un poco de ayuda allí? ―deslizó

una mano por el vientre liso y plano, haciendo una pausa para dejar que sus dedos

juguetearan con los rizos negros cuidadosamente recortados.

Skyler suspiró y sacudió la cabeza. ―No ―dijo, y se estremeció levemente, su

mano ilesa apresurándose sobre su polla―. Dime lo que quieres hacer conmigo una

vez que mi mano esté mejor

―Oh… ―dijo Max con una sonrisa, moviendo una mano para acariciar la cadera

de Skyler y bajando la otra para rozar distraídamente su ahora relajado pene―. Esa es

la pregunta más fácil que me has hecho hasta el momento.

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―¿Y bien? ―Skyler se deslizó un poco más cerca, tan cerca que cuando su puño

hizo un movimiento ascendente, la firme cabeza del su polla golpeó el estómago de

Max.

Max no lo dudó. ―Te quiero desnudo, extendido para mí en la cama, igual que

ahora, acariciándote a ti mismo cuando entre en la habitación, poniéndote duro y listo

para mí. ―Vio las pestañas largas de Skyler aletear, lo escuchó contener la respiración

y sintió el glande caliente de esa polla golpear contra su vientre con el aumento de la

velocidad y la fuerza.

Los labios de Skyler se separaron con un pequeño jadeo agudo, susurró sus

siguientes palabras en forma entrecortada. ―¿ Te gusta ver cómo me toco?

―Oh, sí… ―dijo Max, con la mano en la cadera de Skyler acariciándolo con

arrobamiento―. Entonces, voy a estar allí, frente a la cama, justo entre tus pies,

mirándote mientras me desnudo. Voy a subir encima de ti, cubriendo tu pequeño y

dulce cuerpo con el mío, te besaré tan fuerte que no vas a ser capaz de respirar, y…

―Maxwell… ―Skyler gimió y el temblor profundo en esa voz suave y sedosa

envió una punzada agradable a las bolas de Max. Este se palmeó a sí mismo,

reflexionando sobre la injusticia de que los hombres perdieran, a una edad tan

temprana, la capacidad de recuperar una erección. El breve instante de

ensimismamiento se rompió cuando Skyler lo inmovilizó con su implacable mirada de

ojos verdes, y este supo que estaba a punto de llegar.

* * * *

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―¿Necesitas ayuda ahí dentro? ―Max inclinó la cabeza hacia la izquierda

levantando la barbilla, y deslizó la afeitadora de cinco hojas hasta el cuello. Desvió su

mirada en el espejo del baño para ver la silueta de Skyler en la puerta empañada de la

ducha.

―No, me las arreglo ―dijo Skyler por encima del ruido del agua―. Sin embargo,

es mejor darse prisa o llegarás tarde. Y no olvides, voy a tener que encontrarme

contigo en el banquete. Tengo una prueba de ropa con una clienta en una hora, pero

no debería tomar mucho tiempo. Intenté disuadirla, pero ella estará en la ciudad

únicamente esta noche. Solo me tomará unos pocos minutos, así que debería estar allí

con un montón de tiempo para la entrega de premios. ―El agua se silenció. Skyler

abrió la puerta de la ducha y salió, tomando una toalla del estante.

Max dejó de afeitarse a mitad de su recorrido, admirando su reflejo. Sonrió.

―¿Qué tal si nos saltamos por completo esta fiesta y simplemente nos quedamos en

casa… quiero decir aquí?

―No, te referías a casa ―dijo Skyler con total naturalidad, mientras se secaba

frotándose con la toalla―. No entiendo por qué insistes en mantener ese pequeño y

gris apartamento tuyo si siempre estás aquí de todos modos. ¿Puedes recordar la

última vez que dormiste ahí?

―Claro que me acuerdo. ―Max hizo un sonido burlón y continuó afeitándose―.

Fue el pasado… No... Bien, me acuerdo, fue... Un momento, creo que fue... ―Sacudió

una gota de crema de afeitar de la maquinilla en el lavabo―. No.

―Maxwell, ¿por qué no te decides a mudarte conmigo? Ya te he dicho que no

tiene por qué significar ningún tipo de compromiso ni nada, si es eso lo que te

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preocupa. ―Skyler terminó de secarse, doblando con cuidado la toalla antes de

colgarla en el perchero. Estaba de pie junto a Max en el espejo, frente al otro lavabo.

Max dio una mirada disimulada a Skyler y sonrió. ―Me gustaría poder averiguar

cómo haces eso.

―¿Hacer qué? ―Skyler le dio una mirada de asombro, y tomó su cepillo de

dientes de un contenedor en forma de gato sobre el mostrador.

―Verte tan condenadamente bien todo el tiempo. ―Max le alcanzó la pasta de

dientes, una especie de gel púrpura con pequeñas cosas brillantes, que nunca se le

hubiera ocurrido comprar por sí mismo. Él era un hombre clásico del Colgate Crest11, o

acaso esa basura tricolor si se sentía particularmente aventurero.

Skyler puso una línea brillante de pasta en su cepillo de dientes. ―Nunca te lo

diré. No quiero echar a perder el misterio de mi encanto para ti. Te mantiene alerta

―sonrió con picardía a Max y comenzó a cepillarse los dientes.

―Sabelotodo.

―Mmm… ―acabó de cepillarse los dientes y empezó a arreglarse el cabello.

Max miró su propio pelo en el espejo. Maldita sea, sentía que necesitaba un

corte, pero Skyler lo había convencido de dejarlo crecer un poco. Max era un detective

que vestía de civil, trabajando principalmente encubierto, por lo que no tenía que

adherirse a cualquier tipo de código estricto de aseo personal. De todos modos, ese

había sido el razonamiento de Skyler. Teóricamente, Max podría dejar crecer su

cabello hasta el culo si quería, pero era poco probable que eso sucediera. Después de

11 Marca de pasta de dientes fabricada por Procter & Gamble.

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años de llevar el corte rapado reglamentario, su cabello ahora, apenas tocando el

cuello, ya le molestaba como la mierda.

Pero Skyler dijo que le encantaba. Que se sentía bien cuando jugaba con los

mechones en el cuello de Max mientras bailaban, que era divertido retorcer esas

suaves matas marrones entre los dedos, mientras Max chupaba su polla. Hombre, esa

sí que es una imagen. Max miró hacia su entrepierna. «Buen momento para que

finalmente despiertes, amigo», pensó mientras su polla volvía a la vida. Sacudió la

cabeza riéndose de sí mismo, y se encontró con sus ojos marrones en el espejo. Max

tenía que admitir que se veía bastante bien en estos días, en la mejor forma en sus

treinta y tres años. También tenía que aceptar que su pelo más largo se veía bien, y si a

Skyler le gustaba... bueno, era razón suficiente para él.

―Sí, soy un sabelotodo ―dijo Skyler, pintándose los labios―, y no, no voy a dejar

que te evadas. Múdate conmigo. Es una tontería seguir pagando el alquiler de un lugar

que nunca usas ―dejó el lápiz de labios y tomó un rubor compacto de color melocotón

y comenzó a pasar el polvo a sus mejillas―. A no ser que lo necesites para citas de

mediodía con tu novia del esmalte de uñas que vive cerca de la estación.

―Oh, Jesús… ―Max gruñó, con los hombros caídos, inclinando la barbilla a su

pecho―. Eso es jugar sucio, Skyler. ¿Qué pasa si me gusta tener un lugar privado para

ir después de un día realmente horrible y yo no quiera arrastrar mi mierda a casa por

ti? Has visto cómo puedo estar después de un día duro.

Skyler bajó el polvo compacto y se volvió hacia Max. ―Sí, lo he hecho. También

he visto cómo tu estado de ánimo mejora drásticamente al instante en que entras por

la puerta. ―Con un suspiro de impaciencia, deslizó sus brazos alrededor de la cintura

de Max y lo atrajo hacia sí. Miró hacia arriba y atrapó la mirada de Max―. Sé que no

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estás teniendo una aventura con una antigua novia. Sé que necesitas privacidad a

veces, y puedo lidiar con eso. Más de la mitad de la planta baja de esta casa grande y

vieja no se utiliza. Te construiremos un refugio, un gimnasio, una sala de billar o lo que

sea... solo te quiero aquí conmigo. No me importa si estás de mal humor.

Max sonrió y levantó una ceja. ―Eso de "sin compromisos" era una mierda, ¿no

es así?

Sonriendo, Skyler dijo: ―Sin embargo, sonó bien, ¿no? ―Se puso de puntillas y le

dio un rápido beso en la boca―. Tengo que prepararme para mi cliente, y tú necesitas

estar listo para ir a recibir tu premio. Voy a estar allí mucho antes de la ceremonia, y

podría incluso llegar para la cena si tengo suerte y no tengo demasiados problemas

para conseguir un taxi. ―Skyler se volvió para irse, pero Max le cogió por el brazo.

―¿Qué llevarás puesto?

Skyler miró pensativamente al techo. ―Negro básico, creo ―dijo con una sonrisa

misteriosa―. Algo entallado, pero sexy. Sofisticado, pero no demasiado sencillo.

Clásico y elegante.

El buen humor de Max desapareció de repente. ―Skyler, estoy realmente algo

nerv…

―Lo sé, Maxwell. Sé que es un gran paso para ti. Créeme, yo también tengo

miedo, pero no lo puedes seguir ocultando, y no puedo cambiar lo que soy. Estaremos

bien. ― Rio suavemente y le dio a Max otro beso rápido―. No golpees a nadie esta

vez. No queremos repetir ese contratiempo en la estación de hace un tiempo.

Max sacudió la cabeza con vehemencia. ―De ninguna manera ―dijo, mirando

por encima del hombro sobre el punto donde la botella de cerveza le había cortado

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más tarde, en la pelea del bar―. Aprendí mi lección. Lo juro, no más comportamiento

de cavernícola. Si alguien dice algo ofensivo, simplemente voy a alejarme. Lo prometo.

―Voy a hacerte cumplir eso ―dijo Skyler mientras salía de la habitación.

Sonriendo y negando con la cabeza, Max regresó al espejo, sabiendo

perfectamente que Skyler seguía sin estar convencido.

* * * *

La última vez que Max había estado en el Downtown Hyatt Regency12 había sido

para un evento similar. Solo que en ese momento no había sido el que recibía un

premio y además, había llegado muy, muy borracho. No recordaba mucho del asunto,

y las partes que sus compañeros policías le habían contado más tarde, las había

olvidado muy pronto. Max había prometido comportarse en esta ocasión ya que era el

homenajeado, pero dadas las circunstancias, eso podría no resultar ser fácil de realizar.

Max tomó otro sorbo de Jack y Coca-Cola13 y miró su reloj. Cuarenta minutos y

dos bebidas después estaba un poco más relajado, pero todavía bastante nervioso. Se

sentó en una gran mesa redonda en la parte delantera del salón, junto a los altos

mandos de la ciudad. El Jefe de la Policía, el Jefe de los Bomberos, el Alcalde y un

puñado de políticos que reconoció de aquí y allá, pero no podía recordar sus nombres,

estaban todos actuando como si de repente Max fuese su mejor amigo. Él sonrió

cortésmente mientras otro de los muchos sin nombre pasó para darle una palmada en

12 Nombre del hotel, por eso se deja como en el original.13 “Jack Daniels mixed with Coca-Cola” (bebida hecha de Jack Daniels mezclada con Coca-Cola).

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la espalda y decir: "¡Felicidades, Fielding!" Bebió otro largo trago y miró otra vez el

reloj, casi ahogándose cuando una voz profunda y ronca le habló desde atrás.

―¿Cuál es el problema, Fielding? ¿Cenicienta llega tarde al baile?

«Oh, no. Oh mierda, no». Max cerró los ojos y respiró profundamente pensando

en cosas agradables, conservando la calma o cómo diablos fuera que Skyler lo guiaba

cuando Max estaba a punto de explotar. Expulsó el aire, bebió el resto de su copa, se

levantó lentamente y se dio la vuelta para ver qué imbécil había empezado a

molestarlo.

Podrían haberlo derribado con una pluma, nunca en su vida se había sentido con

las piernas tan débiles. Parpadeó ante el hombre con un traje de tres piezas

confeccionado impecablemente. Skyler le había dicho que iba a vestir de negro, pero

Max había asumido que estarían involucrados tacones de aguja, medias de seda y un

vestido de cóctel. Max parpadeó nuevamente, casi sin poder creer lo que veía.

Se veía impresionante, pero no se parecía mucho a Skyler. Sin maquillaje, nada en

absoluto, y su cabello estaba peinado hacia atrás sin separación en medio, atado en

una coleta en la nuca. Su cuerpo delgado en ese caro traje de diseñador, hacía que

Skyler luciera como recién salido de una pasarela en París o una revista de moda.

Pensaba que se veía sorprendentemente... bueno, masculino, una palabra que Max

nunca hubiera pensado pronunciar en la misma oración junto al nombre de Skyler.

―¿Vas a ofrecerme un asiento? ―preguntó Skyler en un susurro, regresando su

voz a la normalidad―, o simplemente vas a permanecer mirándome boquiabierto toda

la noche?

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―Oh. ―Max lo observó sin decir nada durante unos segundos―. ¡Oh, mierda!

Claro... ―se precipitó a retirar la silla contigua para Skyler y la sostuvo como si se

tratara de una dama.

Skyler le sonrió y se sentó, permitiendo a Max acercar su silla a la mesa.

―Gracias, Maxwell. ―Max sintió que su lengua era diez veces más grande que el

tamaño de su boca, por lo que solo asintió mientras regresaba a su asiento.

Uno de los hombres sentado en el lado opuesto de la mesa de Max, se aclaró la

garganta. ―¿Vas a presentarnos a tu invitado, Maxie?

«Oh Dios, esta noche no se va a acabar». Max se levantó. ―Todo el mundo, si

pudieran prestarme su atención. ―La conversación se detuvo, no solo en su mesa sino

también en las que la rodeaban. Max tragó saliva, convencido de que lo siguiente que

saliera de su boca sería un error monumental, independientemente de lo que fuera.

Respiró profundo, deseando que sus rodillas dejaran de temblar, e hizo un gesto hacia

Skyler―. Me gustaría presentarles a todos ustedes a Skyler Trent. ―Max se detuvo y

volvió a tragar saliva―. Mi novio.

* * * *

Inclinado sobre el lavabo en el baño de caballeros, Max ahuecó las manos y se

echó agua fría en la cara, vio la imagen de Skyler en el espejo cuando se enderezó.

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―¿Estás bien? ―Max asintió mirando alrededor, buscando algo con qué secarse.

Como casi siempre en estos días, el baño solo tenía uno de esos artilugios de secado

automático, y maldición si iba a hacer el idiota poniendo su cara bajo eso.

Skyler introdujo la mano dentro de la chaqueta, sacó un pañuelo del bolsillo

interior y se lo entregó a Max. Este lo tomó y se secó la cara.

―Sí ―dijo con una inclinación de cabeza y un suspiro profundo―. Sí. Es mejor

acabar de una vez, ¿no? Quiero decir, no es el Ejército de lo que estamos hablando

aquí. No es como si me pudieran despedir. ―Él se rio cínicamente y guardó el pañuelo

húmedo en el bolsillo del abrigo―. De ahora en adelante pueden hacer de mi

miserable vida un infierno lleno de mierda, pero no me pueden despedir.

―¿Por qué lo hiciste, Maxwell?

―¿Por qué apareciste aquí viéndote de esa manera? ―Max se apoyó en el

lavatorio, cruzando los brazos sobre su pecho en un abrazo apretado.

Skyler examinó la habitación.

Max siguió su mirada. Estaban solos. Lo miró arqueando una ceja. ―¿Y bien?

―Porque te amo. Pensé que iba a hacer las cosas más fáciles para ti.

―Lo mismo digo.

Skyler sonrió. ―¿Lo hizo?

―¿Si hizo qué?

Skyler rodó los ojos. ―¿Hizo las cosas más fáciles?

22

―Oh, diablos no ―dijo Max, resoplando una risa―. Creo que ellos hubiesen

considerado un beneficio para mí estar con un “tipo” que es más femenino que la

mayoría de las mujeres de hoy en día. Sinceramente, creo que algunos habían llegado

a olvidar el detalle, y otros, tal vez ni se habrían dado cuenta en primer lugar. No es

como si lo hubiera anunciado, ¿sabes? Hoy, contigo apareciendo con ese aspecto y yo

haciendo mi pequeño anuncio… bueno, ahora no hay dudas. El detective Maxwell

Fielding es un indiscutible homo y actualmente todo el mundo lo sabe.

Skyler se echó a reír. ―Sí, pero tú eres mi homo. ―Montando un espectáculo,

revisó la habitación para asegurarse que estaban solos, mientras cerraba la pequeña

distancia entre ambos. Aparentemente satisfecho, Skyler besó a Max, jugando un poco

con la lengua―. En honor a este importante acontecimiento, creo que deberíamos

hacer algo típicamente homosexual y echar un polvo en uno de estos cubículos del

baño.

Fingiendo sorpresa, Max lo tomó de las solapas de la costosa chaqueta negra.

―Oh, ¿así que ahora que estás usando pantalones crees que eres el que manda?

―He estado haciéndolo todo el tiempo ―dijo Skyler mientras Max tiraba de él

más cerca―. Solo he sido muy cuidadoso en no dejar que te dieras cuenta.

―¿Es verdad? ―Max se inclinó para besar los labios de Skyler, prestando

atención a la forma en que sabían sin barra de labios. Seguían siendo igual de suaves,

húmedos y dulces, y de alguna manera eso se trasladó a su polla poniéndose dura

dentro de su pantalón. Se lamió los labios y miró los ojos de Skyler―. Tal vez debería

aceptar tu sugerencia. Tal vez deberíamos hacerlo aquí.

23

Skyler sonrió. ―Y tal vez, deberías tener mayor registro de la realidad, detective.

Tienes un premio que recibir, y no creo que quieras subir al escenario frente a lo más

selecto de la sociedad de nuestra bella ciudad, evidentemente empalmado.

Max soltó la chaqueta de Skyler y se echó a reír. ―¿Empalmado? Nunca he

escuchado ese sucio lenguaje saliendo de tu boca antes, Skyler Allen Trent. Estoy

sorprendido.

―Son los pantalones ―dijo Skyler―. Me hacen sentir tan macho. Tengo este

repentino impulso de escupir, rascarme las pelotas y recitar al azar estadísticas de

béisbol.

―Te amo. ―Max le dio a Skyler un rápido beso en la mejilla y tomó su mano.

―Lo sé ―dijo Skyler mientras era arrastrado.

* * * *

Se podría haber oído caer un alfiler en el sepulcral salón una vez que los aplausos

se aquietaron, luego de que el Jefe de la Policía lo presentó. El jefe contó la historia de

cómo Max había salvado a una joven víctima de secuestro gracias a agotadoras horas y

tenaz trabajo del detective, y luego le entregó una placa de reconocimiento firmada

por el propio Alcalde. Max se ubicó en el centro del escenario detrás del atril de

madera y ajustó el micrófono, esperando que los reporteros sacaran las malditas

cámaras de su cara. Sintió cómo sus mejillas se ponían de seis tonos de rojo y un gran

nudo en la garganta. Encontrando a Skyler, Max se centró en él y respiró profundo.

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―No soy muy bueno haciendo discursos ―dijo apartándose del micrófono

cuando su voz resonó con demasiada potencia y el sonido del acople chilló a través de

los altavoces. Rio tímidamente y sintió aumentar el calor de sus mejillas―. Lo siento.

No quise dañar sus tímpanos. De cualquier manera, solo quiero agradecer a todos por

concederme este honor, pero no me merezco todo el crédito. Una gran cantidad de

policías y horas fueron requeridos para que este caso fuera resuelto, y también debo

admitir que contamos con una importante cuota de suerte. Pero, gracias. Esto significa

mucho para mí. ―Sintiéndose más valiente, Max apartó la mirada de Skyler y exploró

el resto de la multitud. Todos los ojos estaban puestos en él, un mar de rostros. Pensó

en simplemente dar las gracias de nuevo y dejar las cosas así, pero sentía que tenía

que aclararlas públicamente de una vez por todas.

― Supongo que la noticia ha recorrido el salón para este momento, pero para la

gente que no lo sabe o no se ha dado cuenta por sí mismo; soy policía, un maldito

buen policía y soy gay. Si eso es un problema para alguien, bueno, es su problema, no

el mío. Soy el mismo viejo Max de siempre, solo condenadamente más feliz ahora que

he llegado a un acuerdo conmigo mismo. No voy a pedir disculpas por quién o qué soy

y estoy cansado de ser reservado sobre la persona más importante para mí ―miró a

Skyler otra vez y le sonrió―. Señoras y señores, me gustaría presentarles al señor

Skyler Trent: mi amante, mi compañero, mi vida. Este hombre me hace feliz, y eso me

ha hecho una mejor persona y un mejor policía.

Skyler le lanzó un rápido beso y mientras el sudor perlaba el labio superior de

Max, algo bastante inesperado sucedió. En el centro de la habitación un hombre se

puso de pie y comenzó a aplaudir. Para absoluta sorpresa de Max, era Bill Reynolds, el

debilucho y odioso sargento a quien había derribado hacía tantos meses por haber

hecho un comentario despectivo sobre Skyler.25

Cuando Max sonrió y asintió en reconocimiento al hombre, toda la sala estalló en

aplausos.

* * * *

Max cerró la puerta, dando por concluida la noche, riendo entre dientes mientras

seguía a Skyler a la habitación. Él habría pensado que el caro traje estaba hecho de

fuego o de hiedra venenosa por la velocidad con la que Skyler estaba quitándoselo

pieza por pieza. En el momento en que llegaron a la habitación, este había quedado

solo con un bóxer de seda negra, todo lo demás arrojado en un montón sobre el

atiborrado sillón de lectura.

Apoyado en la puerta, Max observó cómo Skyler se dirigió a la cómoda y abrió la

gaveta donde él sabía que guardaba sus prendas íntimas más llamativas y con copiosos

volantes. ―¿Te sientes mejor?

―Casi ―dijo Skyler, hurgando en el cajón hasta que pareció encontrar algo

adecuado. Se dio la vuelta y lo levantó para que Max diera su aprobación, unas

femeninas bragas para hombres de color rosa pálido con una cinta rosada más oscura

en los bordes. ―¿Bien?

26

Max se rio y entró en la habitación, quitándose su propio traje de pingüino.14 ―Te

verías bien hasta en un saco de arpillera. Cualquier cosa que sea cómoda para ti, está

bien para mí.

Skyler sonrió, sacándose el bóxer y sustituyéndolo por la lencería de encaje rosa.

―Tenía miedo de que pudieras preferir que usara la ropa de hombre.

―Bueno, no puedo mentir, pensé que te veías increíble esta noche. ―Max fue

hasta Skyler, colocando las manos en su cadera, sus dedos acariciaron la piel desnuda y

el suave encaje―. Te veías tan guapo, tan sexy y masculino, pero... ―se inclinó y le

mordisqueó su cuello―. Pero ese no era mi Skyler ― deslizó sus manos alrededor para

ahuecar el firme culo, sintiendo el sedoso material de esas bragas pequeñas y sexys―.

Te amo por haber hecho eso por mí, pero no deseo que sientas que tienes que volver a

hacerlo. No, a menos que sea porque quieres. Ya he terminado con la clandestinidad,

Sky, y eso incluye la forma de vestir. Me excito cuando te arreglas para mí. Que se

jodan si no pueden manejarlo.

Skyler rozó con el dorso de la mano el pecho de Max hasta que llegó a su

paquete. Max empujó su polla endurecida en la mano de Skyler y este se rio. ―¿Esa es

tu pistola, o solo estás feliz de verme, detective? ―Skyler sonrió coquetamente, y Max

pensó por un instante que no podía esperar a ver de nuevo el color en esos labios

perfectos, en volver a poner esmalte brillante en sus uñas.

Max sostuvo las muñecas delgadas de Skyler, consciente de la mano herida, y lo

dirigió lentamente hacia atrás, a la cama. ―Está bajo arresto. Tiene derecho a

permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga puede y será…

14 Smoking o esmoquin Traje masculino de etiqueta cuya chaqueta no tiene faldones y que se usa en fiestas u ocasiones importantes.

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Skyler se rio y cayó hacia atrás, sobre el colchón, tirando de Max con él. ―Es tan

bueno tenerte en casa.

Max no podía discutir eso.

Fin

28

Acer Adamson vive en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra con su

pareja y su creciente colección de gatos y peces de agua dulce. Acompañado

de su socio, a Acer le gusta escribir, ver películas, y es un vergonzoso

aficionado a los realitys shows competitivos como America’s Top Model,

Project Runway, y Top Chef. Acer escribe fantasía urbana gay menos ligera,

horror y novelas de ciencia ficción bajo otro seudónimo impresionante. Para

obtener más fascinante información de este tipo, por favor visite su

LiveJournal.