cuadernos tecnico 37

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    T C N I C O SC U A D E R N O S

    Desde el corazn de las Rocosas/Perdido en el Planeta Tierra Reportaje:Refugio en las Rocosas Tcnica y prctica: Aseguramiento en glaciar Material ltima hora Agenda

    Fro Profundo: cimas vrgenes en el Campo de Hielo Norte, Pablo Besser

    Las Tres Torres, Jonathan Trango

    El Hielo del Fin del Mundo, Hilo Moreno

    Hielo en Gredos, Ral Lora

    A fondo:Arneses ultraligeros de Arcteryx

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    Distribuido por Megasport

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    SUMARIO

    Los contenidos de esta publicacin no pueden ser reproducidos, almacenados o transmitidos en manera alguna ni por ningn medio, ni parcialni totalmente sin el consentimiento del editor. Las opiniones vertidas por los autores de los artculos que conforman esta publicacin no tienenque ser necesariamente compartidas por el director ni por el equipo de Barrabes Internet

    Impresin realizada en papelreciclado.

    EQUIPO

    La publicidad incluida en esta publicacin no debe ser considerada una recomendacin de Cuadernos Tcnicos a sus suscriptores.Cuadernos Tcnicos es ajeno al contenido de los anuncios; su exactitud y/o veracidad es responsabilidad exclusiva de anunciantes y empresaspublicitarias.

    N 37 Marzo - Abril 2008

    Agenda 6

    Opinin

    Reportaje

    Resea 42

    A fondo

    Tcnica y prctica 60

    Material 68

    ltima hora 70

    Tirada de 15.000 ejemplares.Distribucin Gratuita

    Director:Jorge Chueca [email protected]

    Redaccin:Equipo Cuadernos Tcnicos

    Diseo, maquetacin eilustraciones:Jos Ricarte Fillola

    Producto y asesora tcnica:Fernando Toms

    Publicidad:[email protected] 76 80 43

    Suscripciones y distribucin:Jess [email protected]

    Atencin al Cliente:

    Tfno. 902 14 [email protected]

    Asesora legal:Carmen Cavero Espaol

    Logstica:Laura Gracia Glaria

    Equipo Editorial Barrabs:[email protected]

    Han colaborado en este nmero:Xavi Fan, Jess Calleja, PabloBesser, Camilo Rada, Nicols vonGraevenitz, Mauricio Rojas, Jona-than Trango, Antonio Urbaneja,Hilo Moreno, Jos Mijares, RalLora, Jos Carlos Iglesias, EquipoCuadernos Tcnicos

    Imprime:Roto Print SADep. Legal: Z-553-2002ISSN 1696-7917

    Barrabes Internet S.L.U.Parque Tecnolgico Walqa

    N-330, km 56622197 Cuarte(Huesca)

    La escalada y el alpinismo son potencial-mente peligrosos y dainos. Cualquierpersona que escala habitualmente espersonalmente responsable de aprenderlas tcnicas adecuadas y asume todos losriesgos y la responsabilidad completapor cualquier dao o herida, incluidala muerte, que pueda resultar de la acti-

    vidad.

    Foto de portada:Jonathan Trango en las Torres del Paine

    DESDE EL CORAZN DE LAS ROCOSAS

    PERDIDO EN EL PLANETA TIERRA

    8

    9

    HIELO EN GREDOS

    ASEGURAMIENTO EN GLACIAR

    FRO PROFUNDO: CIMAS VRGENES EN EL CAMPO DE HIELO NORTE

    LAS TRES TORRES: ANDALUCES EN EL PAINE

    EL HIELO DEL FIN DEL MUNDO

    DE REFUGIOS POR LAS ROCOSAS

    10

    18

    26

    ARNS ARCTERYX ULTRALIGERO

    WALKIES XTRA DE FLYTALK Y XTR 446

    50

    56

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    C U A D E R N O S T C N I C O S

    EDITORIAL

    Homenaje a PatagoniaEste nmero de Cuadernos Tcnicos es un pequeo homenajea las tierras de Patagonia, y a los seres que en ellas se adentran.Hay muy pocos lugares en el mundo que puedan compararsecon estas montaas australes, cerca del fin del mundo, en la l-tima frontera. Sobran descripciones acerca de lo que all puedeverse y encontrarse, as que no las haremos.

    Pero el que esta tierra sea tan conocida, no deja de ser algo para-djico. Porque siendo como es un territorio relativamente pequeo,encajonado entre dos ocanos, situado entre dos pases como Chiley Argentina -con lugares habitados dentro de ella y en sus alrededo-res-, y con montaas y paredes mticas entre todos los alpinistas delplaneta desde hace dcadas, sigue ocultando grandes secretos en suinterior, y sus paredes estn mucho menos machacadas de vas queotras de menor entidad que son objeto de numerosos asaltos por ex-pediciones y cordadas procedentes de todo el mundo.

    Buena prueba de ello la tenemos en el reportaje Fro Profundo, enel que un grupo de montaeros chilenos del Club Alemn Andino nosnarran sus aventuras y descubrimientos por el campo de hielo norte.Es un lugar cercano a sitios habitados, pequeo. No estamos hablan-

    do del Himalaya, o la Antrtida. Pues bien, desde hace un tiempo,cada invierno, ellos se internan en este Big Wall horizontal de hie-lo, y se dedican a ascender alguna que otra cima virgen Podramosimaginarnos que en los Pirineos todava quedara algn tresmil sinascender? Pues all podemos encontrar montaas que s lo estn. Pro-tegidas por inmensidades heladas y muy fracturadas -que hacen queaproximaciones de 25 kilmetros puedan llevar das y das-; azotadaspor los tremendos vientos patagnicos; con borrascas como la que elgrupo chileno sufri que les hizo permanecer 8 das consecutivos!dentro de un igl, estas cumbres apenas han sido ascendidas. Incluso

    algunas no lo han sido nunca. Algo parecido ocurre con sus paredes ymontaas. Existen bastantes rutas y vas, pero desde luego no tantascomo su entidad merece. Podramos recordar cmo el pasado octu-bre, una expedicin ligera de Pea Guara consegua una nueva rutaal Cerro Adela, vecino al Cerro Torre. Al intentar confirmar si erauna nueva va o no, se supo que, en realidad, no slo era una nuevava, sino que el Cerro Adela es escasamente ascendido, y que quizshubieran pasado unos cuantos aos desde la ltima vez. Esto es algoque tambin caracteriza a la Patagonia, y que es parte de su encantoe idiosincrasia: la falta de informacin.

    Pero desde hace muy poquito, los mejores escaladores y alpinistasdel hemisferio norte, tanto europeos como americanos, han toma-do la zona como su lugar habitual de hibernacin. La repercusinmeditica de sus actividades y aperturas est siendo muy amplia, yPatagonia est de moda entre los grandes.

    Un viejo amigo de Barrabs, argentino, que vive entre el Chalten yMendoza, nos confesaba el ao pasado, con su inconfundible acento,que si Argentina y Chile fueran pases anglosajones, stas seranlas paredes y montaas ms concurridas, famosas y mediticas del

    mundo. Pero no es as, y aunque son muy conocidas, slo ahora em-piezan a estar en la verdadera divisin que se merecen.

    Os dejamos con estos reportajes que, como decamos, son nuestropequeo homenaje a la Patagonia, y a todos aquellos que se atreven adesafiar sus vientos, borrascas, hielos y paredes, creando sus propioscaminos all por las tierras del fin del mundo.

    Jorge Chueca Blasco

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    CURSO DE ALPINISMOFecha:20 al 23 de marzo de 2008Lugar:Guadarrama y GredosOrganiza:Espacio-accinCurso completo para adquirir los conocimientos y aprender las tc-nicas necesarias que te permitan realizar actividades de alpinismode dificultad fcil a moderada.

    Ms informacin:www.espacioaccion.es

    GASHERBRUM. CICLO DE PELCULAS DE ESCALADAJOSEP MARA RODSFecha:25 de marzo de 2008Lugar:BarcelonaEn el saln de actos del Centre Excursionista de Grcia. Entradagratuita.

    Ms informacin:www.cegracia.cat

    3 PRUEBA COPA DE ESPAA DE ESQU DE MONTAAFecha:30 de marzo de 2008Lugar:Astn (Huesca)ltima prueba, por equipos, de la Copa de Espaa de esqu demontaa.

    Ms informacin:www.clubmontanaguardiacivil.comXVIII MARCHA SENDERISTA COMUNIDAD DE CALATAYUD,COMUNEROSFecha:30 de marzo de 2008Lugar:Torralba de RibotaOrganiza:Comuneros CalatayudIncluida en la tercera copa de Aragn y puntuable para la Liga deandadas

    Ms informacin:www.comuneroscalatayud.com

    3 PRUEBA DE LA COPA DEL MUNDO POR EQUIPOS DEESQU DE TRAVESAFecha:5 de abril de 2008

    Lugar:Bornio (Italia)Organiza:ISCMPrueba de la copa del mundo por equipos

    CURSO DE PRIMEROS AUXILIOS EN MONTAAFecha:5 y 6 de abril de 2008Lugar:Cercedilla, MadridOrganiza:Todo VerticalAvanzado, Curso de primeros auxilios y tcnicas de asistenciaurgente en montaa y zonas aisladas de difcil acceso. Destinado aguas de montaa, tcnicos deportivos, personal sanitario, param-dicos, socorristas, monitores deportivos, personal de empresas de

    deporte de naturaleza y turismo activo, pisters, personal que realizasu actividad en zonas de montaa, proteccin civil, bomberos, etc.

    Ms informacin:www.todovertical.com

    K25, TRAIL DE LA CALDERONAFecha:6 de abril de 2008Lugar:Serra (Valencia)Organiza:CxM ValenciaK25, Trail de la Calderona, carrera por montaa que discurre por elparque natural de la Serra Calderona

    Ms informacin:serra2008.k25.net

    3 PRUEBA COPA DEL MUNDO INDIVIDUAL DE ESQU DETRAVESAFecha:12 de abril de 2008Lugar:Dolomiti di Brenta (Italia)Tercera prueba de la copa del mundo, organizada por la ISMC

    CAMPUS DE ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA EN ALTURAFecha:12 de abril de 2008Lugar:Rasos de Peguera i Gallina Pelada (Bergued)Organiza:Can CaralleuEspecialmente indicado para corredores de carreras por montaa.

    Ms informacin:www.claror.cat/cancaralleu.htm

    1 PRUEBA DE LA COPA DEL MUNDO DE BLOQUEFecha:18 de abril de 2008Lugar:may (Austria)Comienza la copa del mundo de bloque.

    Ms informacin: www.ifsc-clmibing.org

    CARRERA POR MONTAA CAMAAS-PICO PALOMERAFecha:20 de abril de 2008Lugar:Camaas (Termal)Organiza:Club de montaa el EspinoPrimera prueba de la Copa de Espaa de carreras por montaa.

    Recorrido que transcurre a travs de monte abierto, barrancos y en-cinares, y que culmina con la ascensin a la cima ms emblemticade la comarca, el Pico Palomera

    Ms informacin:www.fedme.es

    2 PRUEBA DE LA COPA DEL MUNDO DE BLOQUEFecha:27 de abril de 2008Lugar:La Reunion (Francia)Organiza:IFSC

    Ms informacin:www.ifsc-climbing.com

    AGENDA

    NUEVO CATLOGO 2008

    lfono 902 14 8000 (lunes a viernes de 9h a 14h y de 16h a 20h)

    mail: [email protected]

    eb: www.barrabes.com/profesionales

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    y deportes de aventura

    FotocedidaporTindai.Formacin,

    PrevencinySeguridadenAltura

    Tel.902

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    s

    Solictalo!

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    Opinin

    Mientras sigo la desesperante situacin dela nieve (y de precipitacin en general, cla-ro) en las cordilleras ibricas a travs de lapgina del tiempo de www.barrabes.com, me

    es imposible no pasmarme ante el contraste extremo de la situacinque vivimos en este rincn del mundo. Hace unos das que aqu enCrested Butte ya hemos entrado en la Fase 2 de cobertura de nieve.La Fase 1 se complet cuando la nieve cubri el primer piso de lascasas. Ahora ya vamos a por el segundo piso y a este paso, cuandoel invierno termine, quizs tendremos que aadir una fase ms a esteinvierno histrico.

    No es mi intencin restregaros por la cara este inapelable capricho de

    la naturaleza del que yo no tengo la culpa. Se trata una lotera univer-sal y esta vez nos ha tocado a nosotros, otro ao les tocar a otros.Lo que de verdad me motiva a escribir estas lneas no es ms que elmorbo que la mayora de amantes de la montaa sentimos por losfenmenos meteorolgicos extremos. Espero que me comprendis.

    Si bien admitir que este sitio posee una propensin natural a acumu-lar nieve, este ao se ha pasado de rosca. Llevamos 9 metros de nieveprecipitada hasta la fecha, y slo estamos a finales de febrero.

    Todava recuerdo perfectamente cuando antes de que empezara a ne-var de verdad este invierno, ingenuamente hice planes para ir de viajeunas semanas a Tailandia a media temporada, y aprovechar para po-

    nerme al da con el dentista (Tailandia es reputada por sus excelentesy econmicos servicios odontolgicos). Pues bien, en estos momentostodo parece apuntar a que el dentista tendr que esperar. Me resultadifcil, si no imposible, imaginarme all tumbado bajo una palmera enuna playa paradisaca, recobrndome de la resaca producto del ltimoimplante dental, mientras mis amigos se estn poniendo ciegos deesquiar en nieve polvo, en la que es la temporada ms monumentalde los ltimos tiempos. Prefiero seguir masticando con unos dientesde menos.

    An as, eso no quiere decir que la vida en nuestro pueblo sepultadosea de pura felicidad blanca. Despus de que nevase 28 das de los31 que tiene enero, la euforia inicial se ha diluido un tanto en el conti-nuo centrifugado gris y blanco. Puede que sea por la falta de rayos ul-

    travioleta, por el dolor en las lumbares de darle tanto a la pala o porqueel cuerpo nota el cansancio de tanto esquiar, pero por primera vez enlos 24 aos que llevo aqu he odo a amigos, todos ellos empedernidosdel esqu y de la nieve, murmurar en voz baja que quizs ya tenemossuficiente nieve. Algo impensable cuando proviene de la codiciosamente de un adicto a la nieve polvo!!

    Pero en las ltimas dos semanas hemos tenido algn que otro da desol que ha cambiado nuestra actitud. Los pjaros que no han muertocongelados han empezado a cantar con ms fuerza, y los tejados delas casas han empezado a avalanchar cosa fina con las temperaturasms altas. No anunciar la primavera prematuramente pues tenemosnieve para largos meses, pero por fin el sol luce y gana un poco mas

    de calor cada da, cargando los paneles solares de nuestros cuerposcon su energa vital. Ahora slo queda disfrutar plenamente de estemagnfico espectculo de la naturaleza.

    Xavi Fanwww.xavierfanephoto.com

    Cuando el blanco

    es el nico color

    Desde el corazn de las Rocosas

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    Opinin

    Hola amigos, antes que nada quiero desde estas lneas recordar des-de lo ms profundo de mis sentimientos a Sir Edmund Hillary. Seguroque se estar reencarnado de nuevo, pues sin duda su espritu desdela escalada al Everest quedo ligado inexorablemente al valle del SoluKumbu, y sus gentes, los sherpas, y para estos l tendr que reen-carnarse de nuevo. Hillary no ha muerto, slo esta en transicin a sunueva vida. Fue el primero en escalar el Everest, pero sobre todo hasido la persona que ms ha ayudado a este magnifico pueblo, y l sque se involucr al mximo en que la raza sherpa progresara y supieraorganizar y administrar sus recursos, que son sin duda el turismo demontaa, convirtiendo al pueblo sherpa en dueo de su destino.Me siento obligado a dar mi opinin sobre todo lo que esta ocurriendoen torno al Everest. Es slo mi punto de vista y no quiero que nadiese de por aludido por una opinin personal, pero creo que es buenoopinar desde diferentes frentes, en mi caso el de una persona que haescalado el Everest empleando oxigeno desde el collado sur (8.000m), pues de otra manera para m seria imposible, y supongo que estoydentro de ese 99% que lo hacemos as. Ya me gustara a m haberlo

    escalado sin l, pero slo est al alcance de los que nacieron conesa virtud de poder hacerlo sin ayuda del preciado gas, pero que pordesgracia para el resto de los mortales es imposible, y lo digo desdela seguridad, de haberme entrenado hasta el limite, haber ledo todo loescrito sobre altitud, y sin embargo me fue imposible Soy humano!Se habla del cambio climtico en la zona, de la basura, de la ticade escalar el Everest con oxigeno, del peligro de GLOF (un tsunamiinterior que destrozara el valle del Kumbu matando a parte del pue-blo sherpa), y surgen voces (pocas) que piden prohibir la escalada alEverest. En fin, se emplea mucho esa palabra que tanto nos gustaa los occidentales: prohibir. Cmo nos gusta ser expertos en todo,y cuando nos viene en gana decir prohibir. Pero quienes somosnosotros para prohibir al pueblo sherpa nada? Quin nos da esa po-testad? estamos en tiempo de las colonias?, Pobrecitos los sherpas,como son del tercer mundo les tenemos que decir lo que tienen quehacer porque son entupidos, y lo mejor es cerrar su fuente de ingresosque es el Everest, y estarn mejor sembrando patatas y retrocediendoa tiempos pasados. Que mana tenemos los del primer mundo de darrdenes, asustarles con nuestros estudios cientficos inapelables, ytomar decisiones sin consultarles en ningn momento. De un plumazoqueremos enviarles a la ruina economa, sin encontrar soluciones. Ylo peor del caso es que las voces que se alzan, son las han escaladoel Everest, y es el momento de cerrarlo a los dems (como ya tengola cima, justo ahora hay que prohibirlo a los dems). Pues no seores,no estoy de acuerdo en nada.Es cierto que hay muchas cosas que cambiar en la montaa ms altadel mundo, y poco a poco se estn cambiando. Yo ascend el Everest

    en el ao 2005, pero me sorprendi que no haba tanta basura en elcampo base, yo me esperaba mucha ms, y s vi una clara concienciade controlar los desperdicios: para ello hay que realizar un depositode 4000 $ para traer de vuelta la basura, lo que obliga a no dejarmierda, el retorno de todos los cilindros de oxigeno, que previamentete cuentan en Nanche Bazar las autoridades, e incluso los desperdi-cios orgnicos, es decir, nuestra caca, se viene en bidones. Todo elmundo que all estbamos cumplamos las estrictas reglas, y el campobase era agradable en este sentido, aunque bien es cierto que en loscampamentos de altura la cosa no est tan regulada, pero al menoslas expediciones estn concienciadas.

    No se puede prohibir escalar esta montaa,es elEverest!Nadie se atreve ni siquiera a co-mentar prohibir escalar el Mont Blanc,uy no,que est en el primer mundo!, o el Aconcagua,sin duda una de las montaas mas masificadadel plantea, o el Mckinley, por dios que es EEUU!, pero en el Everesttodos a opinar, y a cerrar el negocio a los sherpas que son del tercermundo Cunto cinismo!Hay muchos montaeros que quieren cumplir ese sueo, ascenderal Everest con o sin oxigeno, organizados, o a su bola, y de estosretos, viven un gran numero de sherpas, esa raza tan voluntariosa,fuerte, noble, que llegan a dar su vida para que nosotros alcancemosnuestros sueo. Han conseguido organizarse, tener un buen nivel devida, ir poco a poco eliminado carencias, conseguir una buena redde escuelas y hospitales, y adems son los ms concienciados enmantener la sostenibilidad del entorno, de l dependen. Aunque bienes cierto que no es suficiente, necesitan ayuda, nuestra ayuda bienenfocada, bien dirigida, necesitan que les enseemos nuestros avan-

    ces tecnolgicos, drenemos sus lagos que aumentan el tamao y lapresin del agua por el cambio climtico global del planeta, cuyos cul-pables somos principalmente los que vivimos en el primer mundo. Sepueda aliviar esa presin con tecnologa, y como dice el sabio de AngTshering (presidente de la asociacin de alpinismo de Nepal), apro-vechemos esa liberacin de agua a presin para producir electricidadpara el valle del Solu Kumbu. Seria una solucin perfecta.Esto no es una fantasa, ya se esta haciendo desde hace aos, con re-sultados increbles, llegando a eliminar el peligro por completo, comoes el caso por citar alguno del glaciar de Trambau en el valle delRolwaling, donde se instal primeramente un sistema de alerta paraavisar con tiempo a los habitantes del valle en caso de colapso de lamorrena que sujeta el lago, y despus consiguieron aliviar la presincon una pequea inversin en tecnologa, eliminando por completocualquier riesgo de rotura.Lo que hace falta es ayudarles un poco mas, pero con informacin,tecnologa y algo de aporte econmico, pero nunca, prohibiendo laescalada al Everest, eso seria llevarles irremediablemente a la ruina,nosotros no somos nadie para prohibir nada al pueblo sherpa, deje-mos que ellos sean dueos de su destino.Sir Edmund Hillary lo entendi muy bien, el pueblo sherpa le vene-ra, l s ayud a los sherpas a progresar y evolucionar: fue el artficedel aeropuerto de Lukla, construy con sus propias manos la primeraescuela del valle del Kumbu, despus vinieron otras, y muchos msproyectos. l no quera prohibiciones, buscaba soluciones, y os re-cuerdo que el cambio climtico que es el que ha trado los principalesproblemas a estas montaas del Himalaya es producto de la conducta

    del primer mundo, as que lo mejor es que nos miremos el ombligo.Desde aqu, gracias a los sherpas, por su sufrido trabajo en la sombra,que hace posible que en mayor o menor medida los que hemos subidoa su cima se lo debamos a ellos, pero luego no salen en las fotos, na-die se acuerda de ellos cuando damos conferencias, nosotros somoshroes, y ellos no existen. Odio la palabra prohibicin, especialmentecuando se habla de mis amigos los sherpas.

    Jess CallejaPS: vuelvo a repetir que es solo mi opinin, y no quiero que nadie sede por aludido.

    Perdido en el planeta Tierra

    Everest y sussherpas

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    REPORTAJE

    FRIO PROFUNDO

    EN PATAGONIATexto:Pablo Besser Jirkal. Club Alemn AndinoFotos:Pablo Besser, Camilo Rada, Nicols von Graevenitz, Mauricio Rojas

    La Mquina del Tiempo.Cimas vrgenes y territorios inexplorados en el invierno austral

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    Frio profundo en Patagonia

    HAY ZONAS EN LA PATAGONIA MS REMOTAS QUE MUCHAS DE LAS ZONAS MS REMOTAS

    DEL PLANETA. AUNQUE ESTN RELATIVAMENTE CERCA DE LUGARES CIVILIZADOS, SON DEACCESO MUY DIFCIL, Y ESTO HACE QUE SIGAN PRCTICAMENTE SIN EXPLORAR Y VRGENES.

    CAMILORADA, MAURICIOROJAS, NICOLSVONGRAEVENITZYPABLOBESSERTIENENLACOS-TUMBREDECOLECCIONARINVIERNOSPATAGNICOS. ALGUNOSDEELLOS, EN2.004 REALIZARONLAPRIMERAINVERNALALCERROSANLORENZO. EN2.005, LAPRIMERAINVERNALALCERROBALMACEDA. Y EN 2.006, LA PRIMERA TRAVESA INVERNAL DEL CAMPO DE HIELO NORTE.

    ALREALIZARESTALTIMA, SEQUEDARONCONGANASDECONTINUAREXPLORANDOESAZONADE TANTAS POSIBILIDADES. AS QUE EL PASADO JULIO VOLVIERONALL: 36 DAS. 1 PRIMERACIMAABSOLUTA, VARIASPRIMERASINVERNALES. 8 DASDENTRODEUNIGLPORLATEMPESTAD.EXPEDICINFROPROFUNDO, NUNCAMEJORDICHO. ESTEGRUPODELCLUBALEMNANDINONOSVUELVEADEMOSTRARQUEELMUNDOESINMENSOPARAELQUEABANDONALOSCAMINOSTRILLADOS, YQUEELPLANETAANGUARDAMUCHOSSECRETOS, PARAELQUESEATREVAADESCUBRIRLOS.

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    12/72C U A D E R N O S T C N I C O S12

    Frio profundo en PatagoniaREPORTAJE

    El tiempo, algo que no deja de correr y con su pasar, slo queda mspatente lo poco que nos queda.

    Ya hace aos, 17 para ser exactos, que me inici en la maravilla de lamontaa. Pero cada uno de esos das dedicados al monte, estn an enmi memoria, como islas solitarias, entre tantos otros das ya olvidados.Cada ascensin o pared permanece en la memoria, no as los das an-

    tes y despus, meros interludios de lo verdaderamente trascendente.

    Ya en el 94, con el monte Fitz-Roy, en Patagonia, se abri la puerta delos proyectos grandes. Habamos crecido. Pero fue el 95, al participaren el proyecto del alemn Arded Fuchs, intentando cruzar el Hielo Pa-tagnico Sur en forma completa, cuando se abri una puerta que no secerrara: el montaismo de exploracin. Luego de esa experiencia nacila ambicin de hacerlo por vez primera, requiriendo un doloroso fracasoel ao siguiente y el xito total el verano del 98 tras 98 das de pelea.

    Esos 400 kilmetros de hielo y mesetas heladas, nos marcaron a fuego.Cual droga que exige consumo, haba que volver, ao tras ao.

    Pero quedaba algo pendiente, cruzar el otro Hielo Patagnico, el Norte.Y como efecto colateral, completar el Grand Slam patagnico, cruzarambos hielos.

    Por marzo del 2004, como es ya habitual, llegan a mi hogar amigosinvitados por maliciosos e-mails en los que, cual vendedor de viajes,se los invita a exticos parajes, a algn nuevo proyecto patagnico.Solo algunos enganchan, los ms afectados por la mstica patagnica.Ocurri ese ao que la llamada sera para el invierno, la curiosidad deexperimentar esa fecha, la promesa de fros das sin viento y cielo des-pejado, atraa a los incautos. Pero yo deseaba ir al hielo norte, ms nomis amigos.

    Partimos en julio del 2004 en camioneta hasta el pueblo de cochrane,2000 kilmetros al sur de Santiago, en la regin de Aysen, corazn de laPatagonia. Desebamos subir el Monte San Lorenzo, hacer la primerainvernal y ms an desebamos la travesa integral de sus cumbres,un recorrido de ms de 15 kilmetros de arista a 3600 metros de altura,algo monstruoso para las dimensiones de las montaas de la Patago-

    nia. Al final, en 18 das de expedicin despachamos el cerro, por la vanormal de Agostini, alcanzando la cumbre, luego de tener que vivaquearbajo el hongo cumbrero, en una pequea cueva, a -30C, calentandolos pies con botellas toda la noche.

    Pero el hongo se entreg, y lo mismo su cumbre. Desde lo alto se veaque todo estaba nevado: la Pampa argentina, los fiordos chilenos, am-bos hielos patagnicos fundidos en un solo manto blanco; gracias a lamaravilla del invierno era como retroceder a la era glaciar. El cerro nosregal 3 das de sol impresionantes.

    Pareca que el invierno prometa. Pero la travesa integral del San Lo-renzo quedo pendiente. As, otro ao ms y los llamados se repiten,como se repite el deseo frustrado de ir al hielo norte. No tenamos tantotiempo, as que mejor intentamos el monte Balmaceda, en invierno.

    El comienzo de Julio de 2005 nos encontrara navegando en zodiacdesde Puerto Natales, rumbo al Seno de Ultima Esperaza, XII reginde Chile, para alcanzar la Laguna Azul, donde partiramos. Muchos dasdespus, luego de porteos interminables, lagos congelados y bosquesnevados en los que slo el coigue le daba el toque verde a la selva, alser el nico rbol patagnico que no pierde sus hojas. Estbamos enel patio trasero del Monte, pues lo rodeamos por el oeste. Por uno de

    los sectores ms prstinos de toda la Patagonia, pues no es terreno ha-bitualmente visitado. As, alcanzamos un paso caracterstico del cerro,el Paso de la Gallina, en donde instalamos un campamento con unainmejorable vista de todo el macizo de la cordillera del Paine.

    Al otro da, mediante un recorrido glaciar tradicional, alcanzaramos lacumbre del Balmaceda en un da tan espectacular como fro; desde sucumbre, una meseta plana, se apreciaba todo el Seno de ltima Espe-ranza, as como los ltimos glaciares del Hielo Patagnico Sur, glacia-res Balmaceda, Geike y Tyndall. El fro de la cumbre era insoportable, ynos oblig a descender rpidamente.

    Cual maquina del tiempo, nuevamente el invierno nos retrocedi a la eraglaciar, congelando el viento y el paso de los aos. Fue la primera inver-nal y el 4 ascenso, por la ruta original, que en invierno se presentabaexactamente igual a cuando, hace 45 aos atrs, fue subido por vez

    primera. As concluy otra aventura, pero no la que yo mas deseaba.

    Hasta que llego el ao 2006. Tena 5 semanas de tiempo disponible,esta vez seria el Hielo Norte. Se reclutaron dos veteranos del Balmace-da y otras aventuras, Francisco Urzua y Nicols Von Graevenitz, y par-timos. Una semana de transportes, otra de porteos y bajada del hielo,dos para recorrerlo y una para subir alguna montaa, se era nuestroprograma.

    No haba miedo, ya las travesas son algo natural, y su ritmo calculado yprogramado me inspiraba seguridad. Llegamos a Coyhaique, capital dela XI regin y tras fallar el barco que nos llevara, solo quedo la opcinarea de llegar el punto de partida, la Laguna San Rafael. Sin duda elvuelo en la avioneta, posiblemente ms vieja que yo, fue el momento demayor riesgo de la expedicin, pero llegamos.

    Una semana pas entre porteos, subir la comida y equipo, bordeandoel glaciar San Rafael, que no era nada fcil, y otra ms soportando in-terminables grietas y das tan fros como hmedos: con los cortos dasdel invierno y la falta total del sol potente de verano, nada se secaba ytodo era agua y fro.

    Pese a ser invierno, el manto de nieve no haba llegado. As, tras 18das, a punto de tirar todo por la borda y regresar, en un emotivo daque lo decidira todo, la ltima grieta del glaciar fue transpuesta, y slocontinuaba la meseta patagnica, interminable, o por lo menos 50 ki-lmetros de avance limpio. Los 5 das que siguieron, cual maquinasde tiro, slo fueron avanzar con los skis y las pulkas, orientados por elGPS y la brjula ya que el white-out no nos dejaba ver nada, ni siquieranuestra sombra, tan slo entre las nubes se dejaba ver cielo azul enocasiones. En esos das cay toda la nieve de ese invierno, haba lle-gado el verdadero invierno. Tanto tiempo de espera para estar aqu y

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    Frio profundo en PatagoniaREPORTAJE

    slo la ingratitud climtica como respuesta. Sin embargo una noche, alos pies del nacimento del glaciar Colonia, cay un fro intenso durantela noche y las nubes se fueron, quedando slo el despejado firmamentosobre nosotros. Amanecimos con -30C.

    Tras varias horas de descongelar y liberar de la garra del hielo nuestro

    equipo, dejamos la comodidad de la carpa e iniciamos el ascenso alportezuelo Colonia. 5 horas de fuerte pendiente nos llevaron a la mese-ta superior. Dejamos los trineos, nos abrazamos y jubilosos sabamosque estbamos haciendo la primera invernal norte a sur del Hielo Norte.Nicols me recuerda que con sta, adems completaba mi Grand Slam.Lagrimas en los ojos no llegaron: slo una vez, al abortar la expedicindel 96 al hielo sur, el dolor y frustracin de fracasar me cal hondo. Estavez era una madura alegra.

    Qu hace que uno quiera volver y volver, los mismos rboles, los mis-mos cielos patagnicos, el mismo psimo clima, el mismo fro? Serel hbito, la costumbre? No lo creo: cada experiencia patagnica es unacto creativo en donde hay que elegir los amigos, decidir el objetivo, cal-cular los riesgos que se quieren asumir y cuales no se desea enfrentar,conscientemente elegir un proyecto donde ests seguro que regresaraso uno donde te jugaras el pellejoTal vez ese poder decidir, otorgadopor la familiaridad de conocer en profundo una regin sea una de lasrazones. Slo un profundo amor a una regin puede motivar tanto. .

    Al otro lado del Paso Colonia, que es un alto portezuelo que cruza elinexplorado Cordn Aisen -cadena en sentido diagonal que divide endos el Hielo Norte, quedando al sur una extensa y continua mesetaque desciende suavemente hacia el sur, para terminar en el OcanoPacifico a travs del glaciar Steffen-, nos tom otros 8 das ms bajar,debiendo, eso s, sortear otro mar de grietas que al final nos oblig adejar gran parte del equipo.

    Regresamos al verde tras 35 da, ms delgados y livianos que cuandoentramos, pero tambin ms compenetrados con la regin. Tal vez unode los gustos de repetir, ao tras ao, actividades en una misma regin,an en una tan grande como la Patagonia entera, es la intimidad quese obtiene: cada cerro o cordillera la conocemos y no por un mapa, sinodesde diversos ngulos. En cada cumbre volvemos ver el amigo San

    Lorenzo a un costado, el Paine por el otro, el San Valentn a nuestrasespaldas. Como saludar a viejos amigos.

    El regreso, tan azaroso como la partida, nos fue permitido gracias apobladores del lugar que nos hicieron un espacio en su pequeo botey tras algunas azarosas horas de navegacin nocturna, alcanzamos elpoblado de Caleta Tortel y desde ah a la civilizacin. La entrada al cam-po nos tom ms de lo que esperbamos, razn por la cual dejamos desubir montaas y eso quedaba pendiente. Hasta el otro invierno.

    El invierno del 2007, decidimos regresar a nuestro terreno de juego unpoco ms tarde con el fin de alcanzar la regin ya con el manto de nieveestablecido, as la segunda semana de julio arribamos nuevamente enun Coyhaique muy nevado, tal como esperbamos.Nos quedaba un extenso sector del Hielo Norte, por su costado este,que no conocamos, donde de norte a sur se recorre el monte San Va-

    lentn, el ms alto de toda la Patagonia, el cerro Hyades, con solo dosascensos hace ms de 35 aos, el Cerro Largo, inescalado an, el difcilcerro Cachet, el Arenales, Pared norte y Sur. Nuestros esfuerzos seranpara el sector norte; dejando de lado el conocido San Valentn, iramospor el Hyades y el Cerro Largo.

    Nos juntamos nuevamente algunos veteranos, Mauricio Rojas, conquien cruzamos el Hielo Sur, Nicols Von Graevenitz, partner de losltimos dos inviernos y Camilo Rada, tambin otro patagnico.

    Desebamos entrar directo, y lo ms sencillo es el acceso por el LagoLeones, hoy en da el mas habitual para acceder al San Valentn. Perola salida era terma de debate: si salir por el glaciar Nef, o bien ms alsur, el Colonia u otro.

    Al final la falta de informacin, que aun a los locales nos afecta, nosdecant por el Glaciar Nef. Llegamos el 9 de julio al valle Leones, dondeal estar todo tan nevado se complic mucho el acceso. Es ya conocidapor nosotros la renuencia de los arrieros locales a usar sus animalesdurante el periodo invernal, as que con dificultad llegamos al lago, quems tarde cruzaramos en un zodiac, bajo la sorprendida mirada delarriero local, que no haba ingresado nunca en invierno al sector, pesea vivir ah.

    Luego de 3 das de porteos alcanzamos el campamento Heim, al piedel glaciar, y tras un par de das de tormenta, ingresamos al glaciarLeones inferior en un precioso da de sol, que slo dur hasta la tarde,que nos alcanz al pie del Paso Cristal, punto de entrada a la mesetapropiamente tal del Hielo Norte. La tormenta volvi y lo hizo por 8 dasconsecutivos. El tiempo se nos fue, o ms bien la conciencia del tiem-po, dentro de un igl construido con slidos bloques, que con el pasarde los das se fue ampliando a ms dependencias: bodega, zona debao, repisas, todo lo que el ocio sugiere. El tiempo de espera es algoya conocido en estas aventuras, siendo la lectura o la conversacin losnicos elementos que traen algo de cordura.

    Al fin cedi la maldad y proseguimos, y en una jornada heroica, se logrsubir al plateau, debiendo los jvenes del grupo, Nico y Camilo, hacerel doble de porteos, pero el esfuerzo se premi y al da siguiente avan-

    zamos por 12 kilmetros rumbo sur hasta llegar a los pies del cerroHyades.

    El 29 de julio salimos de noche en pos del Hyades, slo 2 veces habasido ascendido, ya hace 35 aos, por grupos neozelandeses. Con es-qus avanzamos bastante, terminando el ascenso a pie, llegando a unahermosa cumbre de hongos de hielo, pero con una meseta somital planaextensa que permita observar en 360 toda la maravilla de la Patagoniainvernal, desde el Pacfico y sus fiordos hasta la Pampa argentina, ellago General Carrera, el san Valentn al norte, el San Lorenzo a nues-tras espaldas: no estbamos solos, viejos conocidos otra vez. La bajadafue vertiginosa disfrutando de una nieve perfecta, solo las grietas en elglaciar nos obligaban a encordarnos, mermando la experiencia.

    Proseguimos a la maana siguiente, rumbo al Cerro Largo, distanteunos 10 kilmetros al sur, en el comienzo del glaciar Nef. El mal tiempo

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    Frio profundo en Patagonia

    llego brutalmente y la salida de las carpas fuero en medio de un venda-val pico. Todo el da marchamos encordados los 4, forrados de pies acabeza con doble proteccin contra el fro, pero igual se formaba peri-dicamente una capa de hielo bajo las chaquetas de goretex, hasta queal fin dimos alto y nos abocamos a armar el campamento. Ni siquierapensamos en montar las carpas, sino que fabricamos en 4 agotadoras

    horas un igloo aun ms grande y cmodo que el anterior. En su interior,ya no exista tormenta: slo paz y silencio.

    Dos das despus el viento cedi y salimos en busca una cumbre cer-cana, ubicada al norte del cerro Largo, el Pico Naranja, que haba sidosubido en los 80. Al final del da alcanzamos su cumbre, usando sola-mente esqus, disfrutando de un atardecer rojo intenso, con el sol hun-dindose en el Pacfico mientras, por ms de dos horas, nos dedicamosa esquiar regresando al campamento, contentos de un da glorioso.

    Al da siguiente, salieron temprano Camilo y Nicols por el Cerro Largo.ste estaba an sin ascensin, con slo un intento de los neozelande-ses del 69. Llegaron luego de varias horas a la base, pues estaba muyretirado del igloo, hacindole el honor al nombre ya que es un cerroestirado en sentido norte a sur, con su cumbre principal al medio, queslo por el flanco nor-este presenta un acceso, que requiri de toda latcnica de los muchachos.

    Parti la ruta por unas bandas de hielo y hongos hasta alcanzar un no-torio extraplomo de hielo glaciar, de unos 14 metros y sus respetables30c de inclinacin extraplomada, que dejaron a Camilo imposibilitadode avanzar en libre, requiriendo todo el stock de tornillos de hielo, paratras un par de horas subir, metro a metro, la pared, continuando por laruta por otra serie de hongos y chimeneas de hielo que al final llevabana un filo vertiginoso que conduca a la cumbre.

    Despus de 8 horas de accin, pudieron por fin descansar un poco enla cumbre, registrando todo. El resto de la tarde y gran parte de la noche

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    Frio profundo en PatagoniaREPORTAJE

    les cost para poder regresar al igloo, tras varios rpeles y desescala-das, y luego un notable descenso en esqus. Los felicitamos al llega aligloo, donde los habamos estado esperando.

    Al da siguiente salimos en plan liviano, regresando por nuestros pasos,rumbo al norte unos 11 kilmetros, hasta llegar al pie del cerro Turret,que en un par de horas ascendimos, disfrutando de un vista preciosadel San Valentn y el nacimiento del glaciar San Rafael.

    Despus proseguimos esquiando por varias pendientes y filos de nievehasta llegar al filo norte del cerro Escuela, presuntamente subido enlos 80, que tambin despachamos sin ms miramientos, pero el dahaba cambiado, las nubes se trasformaron en enormes lenticulares y elviento del Pacfico llegaba cada vez mas intenso. Vena mal tiempo, asque regresamos, haciendo parte del recorrido de noche, limitndonos aseguir la cinta de plata dejada por nuestro paso temprano ese da.

    Dos das despus, emprendimos la bajada, siguiendo el curso del gla-ciar Nef, de recorrido muy fcil, demasiado a veces, que me haca pen-

    sar que algo malo se traa entre manos, ya que nuca las bajadas oaccesos a los hielos patagnicos son sencillos. Pero esta vez no habamaldad, y todo evolucion a la perfeccin, alcanzando en dos das elvalle lateral, donde muere el glaciar Nef que conduce al Valle del RoSoler, que recorrimos cargados como brutos, hasta alcanzar las orillasdel lago Plomo, donde fuimos recogidos por un botero al da siguientede haber llegado ah.

    Ese mismo da, alcanzamos Coyhaique y rpidamente regresamos anuestros hogares. Pero antes cumplimos con la tradicin y fuimos acomer un Lomo a Lo Pobre, enorme plato carnvoro, al restaurante delos Bomberos en Coyhaique: en nuestra larga espera en el igloo noshabamos propuesto cumplir esto cual promesa sagrada.

    As, una vez ms el invierno patagnico nos cobij y tambin nos mal-trat, pero al final slo queda en la memoria los pocos das de condicio-nes perfectas que nos regal esta tierra. Seguro que tambin los tendrel siguiente explorador, pero antes tendr que sufrir lo suficiente paramerecerlos.

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    REPORTAJE

    Andaluces a las Torres del PaineLas Tres TorresTexto: Jonathan TrangoFotos: Jonathan Trango y Antonio Urbaneja

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    Las Tres Torres

    JONATHAN TRANGOYANTONIO URBANEJA SON LOS ARTFICES DEL PROYECTOANDALUZ TORRES DEL PAINE, QUE PRETENDA A SCENDER LA S 3 TORRES EN LAMISMATEMPORADA, ALGOCONSEGUIDOPORCONTA DSIMA SCORDADASHA STAELMOMENTO. PEROADEMS, PRETENDANREALIZARLA S3 TORRESENLIBRE, SINUSODELARTIFICIAL, LOQUELESSUPONDRASERLASEGUNDACORDADAENCONSEGUIRLO.

    NO

    SLO

    LO

    CONSIGUIERON

    A

    PRINCIPIOS

    DE

    FEBRERO

    DE

    ESTE

    A O

    ,Y

    EN

    LIBRE

    ,SINO

    QUEADEMSESTUVIERONMUYAPUNTODECONSEGUIR LOAVISTA, CONTANSOLO2PEGUESENELLARGODECISIVODELABONNINGTON-WHILLA NS, (7AOBLIGADO...).

    Y POR SI FUERA POCO, ALGO INCREBLE: EN LA SEGUNDA ESCA LA DA, JONATHAN SEREVENTLARODILLA, ROMPINDOSEELMENISCO. PEROESTONOLEIMPIDICOMPLETARLAESCA LA DADELATERCERATORRE.

    OS DEJAMOS CON LA CRNICA QUE ELLOS MISMOS HA N ESCRITO SOBRE TANAZAROSOSDAS:

    Torre norteVa Monzhino 400m, 6a+.

    26.1.08: 11 horas ida y vuelta desde campo base

    Torre centralVa Bonnington-Whillans 7a+, 650m..

    28.1.08: 23 horas ida y vuelta desde campo base

    Torre surVa Espigolo norte 6c, 900m..

    7.2.08: 20 horas ida y vuelta desde campo base

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    Las Tres TorresREPORTAJE

    Durante la noche el viento se calm; era el da 4 de febrero. Las estre-

    llas estaban fuera y decidimos lanzar un intento. Desayunamos rpidoy salimos para arriba: Urba cargando con mochila pesada, y yo sin mo-chila. Aun as mi ritmo era lento debido a un dolor fuerte en la rodilladerecha.

    No puede ser -pienso- llevo ya 6 das de descanso total en el cam-po base, este dolor ya tendra que haber desaparecido. Decido ignorar-lo y seguir tal vez pasar en unos minutos y no es nada, pero pareceque la magia no existe. 15 minutos ms tarde ya estoy arrastrando lapierna, y despus de 15 minutos ms, calambres de dolor intenso meobligan a parar. Descanso un poco y lo intento de nuevo, pero el dolores intenso. He andado slo 30 minutos, y hasta la pared faltan todava3 horas y media.

    En este momento entend que mi lesin era grave, que no se curara enpocos das, y que estaba arriesgndome a un dao permanente, y que apesar de toda la voluntad del mundo no poda seguir andando.

    Eran las 5:30 de la maana, el da amaneci bueno y alrededor mo, enel valle del Silencio, quietas y majestuosas, estaban unas de las monta-as mas bonitas de la tierra, pero yo me sent en una piedra y llor. Misueo de escalar las tres Torres del Paine acababa de romperse delantede mis ojos. Sin poder andar no iba a poder escalar y aunque nos que-daban 30 das para tan slo una cumbre ms, yo saba que para m laexpedicin se haba terminado.

    Me sent ah y dej a las lgrimas salir; luego han llegaron los gritos,la rabia y casi el romper los bastones sobre las piedras. En mi diarioescrib GAME IS FUCKING OVER! (hablbamos mucho ingls en

    el campo base).

    10 das antes, volbamos desde Santiago de Chile a Punta Arenas, justo

    por encima de todos los Andes australes y el da estaba totalmente des-pejado. El vuelo era el ms bonito e impresionante que haba hecho enmi vida y los dems pasajeros no entendieron que le pasaba a este loco(yo), todo emocionado, que no quedaba quieto e iba pasando de un ladoal otro del avin una y otra vez pero yo lo tena claro: haba buentiempo y no poda perder ni un minuto; y as lo hicimos.

    Desde el aeropuerto de Punta Arenas, tras 24 horas de vuelos y aero-puertos, cogimos directamente el bus a Puerto Natales, donde llegamosa las 21:40. No haba tiempo que perder, yo fui a buscar los croquis ybencina mientras Urba entraba al supermercado y haca todo lo posiblepara comprar comida para 35 das en 15 minutos, hasta que le echaronde ah y cerraron. Ya os podis imaginar que falt de todo, pero habapara sobrevivir como una semana, y vali la pena.

    A las 7:00 de la maana ya estbamos en el bus que se dirige al ParqueNacional Torres del Paine. All arreglamos el premiso de escalada y em-pezamos la aproximacin. A las 22:00, reventados, llegamos al campa-mento Japons, nuestro campo base. Montar la tienda, cena y a dormir.

    Pusimos el despertador a las 4:00, pero despertamos a las 7:30, en planandaluz. Desayuno, eleccin de material lo ms ligero posible y paraarriba a paso ligero!! A las 12:00 llegamos al collado entre la Torre Nor-te y la Torre Central, ya despus de unos largos y mucho ensamble. Elviento sopla fuerte pero el da est bueno, as que sigo tirando a por loslargos clave de la va. Solo 6a+, pero el fro de la sombra y la exposicinal viento hacen serios estos largos, y en un paso delicado una rfagafuerte casi me arranca de la pared. Despus seguimos en ensamble enun terreno difcil de encontrar, llegamos al bloque somital, lo escalamos

    ya felices y a las 14:00 del 26 de enero pisamos la cumbre de la Torre

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    Las Tres Torres

    Norte del Paine, en un empujn desde Mlaga non stopjejejejerealizando de este modo la primera ascensin andaluza a una de estashermosas cumbres.

    Rapelamos la va y luego empezamos a descender los horribles 1200mde desnivel de pedrera empinada, suelta e interminable hacia el campobase; ah donde empec a sentir algo raro en la rodilla.

    El da siguiente era -por fin!- de descanso ufff y que bien vienedespus de estos 4 das locos. Era un da para no hacer nada, y motivar-nos ms para el siguiente objetivo. La rodilla me molest un poco pero

    lo ignor, especialmente cuando llegaron unos escaladores al campa-mento y nos avisaron de que para el da siguiente daban buen tiempo.

    Ya podis imaginar que el nico da de descanso se nos hizo corto, peroa las 2:00 despertamos y a las 3:00 ya estbamos en marcha. El da ama-neci con bastante viento pero totalmente despejado y sin duda vala lapena un intento serio.A las 7:00 estbamos ya en el col, slo para ver que haba una cordadapor el primer largo de la va, y que parece que van lentos al principiopensamos adelantarles, pero luego nos dimos cuenta de que habamosolvidado el croquis abajo, as que nada paciencia y a aguantar unpoco el fro que produce el viento constante.

    Nuestro estilo consiste en ir lo ms ligero posible. Para vas de casi1000m en la Patagonia solemos llevar 2 litros de agua entre los dos, pies

    de gato tcnicos y curvados, no hay calcetines, no hay plumferos, nohay sacos de vivaque, no hay extras, no hay reservas. Suelo decir quecuando escalas en este estilo es mejor que falte que no que sobre. Laclave es no parar, escalar rpido y permanecer siempre caliente.

    Por eso, ir por detrs de una cordada lenta no era el plan, y pasamos mu-cho fro en los largos ratos de espera pero bueno el da era para dis-frutar de una de las mejores vas de la tierra y eso es lo que hicimos.

    Por la noche el dolor aument y el da siguiente casi no poda andar,pero no me import, mi sensacin era buena. Habamos hecho 2 torresen tres das, y nada del mundo poda bajar mi animo. El campamentojapons estaba lleno de escaladores, muchos de ellos haban cumplidocon sus objetivos en los anteriores das y el ambiente era buensimo.Era un da en el que todo era positivo, todo el mundo contaba historiasy batallas, rindose y sintindose bien.

    Los escaladores locales explican a todos el uso de la palabra Huevnen el vocabulario chileno: puede ser algo bueno como Qu pasa hue-vn?, pero si se dice con cierta rabia se convierte en una palabrota:

    Eres un huevon!. Luego, si eres Ahuevonado significa que ereshuevn para siempre y Huevada significa una cosa, por ejemplo: P-same esta huevada, huevn. Y para terminar tambin existe el verboAhueviar, que significa hacer huevadas. Pero sin duda, lo peor que tepuede caer es ser Wea y esto quiere decir que eres un huevn bientonto y para siempre!Por la noche el escalador californiano Steve Schneider saca una bote-lla de whiskey nos emborrachamos enseguida y celebramos hasta lamadrugada.

    En los siguientes das la Patagonia nos hace recordar por lo que es fa-mosa: lluvia, nubes y rfagas de viento que superan los 100kph, y quehacen que Tarifa parezca un sitio sin viento ninguno. Nosotros segui-mos descansando en el campo base pidiendo comida de todos los quelo dejan. En estos das manda el ajedrez, la lectura y las conversaciones

    sobre todas las cosas que existen, pero la mala noticia es que parece quemi rodilla no se recupera y parece algo ms serio de lo que pens.

    En una de las noches sueo que estoy en Mlaga de vuelta sin hacer latercera torre. El sueo era ms vivo que nunca, e incluso cuando desper-t en la tienda todava me cost varios minutos entender donde estaba yrelajarme: menos mal que sigo aqu todava hay tiempo para escalarla Torre Sur.

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    Las Tres TorresREPORTAJE

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    Las Tres Torres

    Cuando cont el sueo a la gente en el campamento, cada uno contque suele tener tambin sueos muy reales. Contamos los sueos unrato largo hasta que uno de los locales entr en la conversacin diciendoque esto est ms que conocido hay algo aqu que hace que en laPatagonia los sueos sean ms vivos que nunca!!

    El mal tiempo dur 6 das, pero a las 4:00 de la maana del da 4 defebrero el viento se calm y decidimos hacer un intento a nuestro ltimoy difcil objetivo.

    Empezamos a andar, pero al poco tiempo me empez a doler hasta no

    poder avanzar ms, y al final me vi obligado a dar la vuelta y cojearhasta el campo base. Saba que para m la cosa se haba terminado. Todoel da lo pas deprimido en la tienda sin hablar con nadie pensando enla operacin que me esperaba, en todo el tiempo que iba a perder. Lanica cosa que me reconfortaba era que al da siguiente bajara a PuertoNatales y por fin podra hablar por telfono con Luz, mi mujer.

    Ms tarde Urba y yo hablamos de la opcin de que, tal vez, podraunirse a otra cordada para aprovechar el tiempo que quedaba, pero todoempez a cambiar cuando llegaron unos escaladores nuevos al campa-mento avisando de que venan 24 horas de buen tiempo, el mircoles oel jueves; ventana corta pero buena, y justo despus decae la presin yentra la tormenta.

    Por la noche poco a poco me volv a motivar, pens joder ya estoy

    aqu, no estoy muerto, no estoy sin pierna y por lo visto puedo escalarigual de bien. El nico problema es llegar a la pared y eso se puedeintentar solucionar, as que habl con Urba y planteamos una nuevaestrategia que present dos novedades:

    La primera es que Urba tendra que portear todo el material hasta labase de la pared, para que yo pudiera cargar la rodilla lo mnimo posi-ble. Para eso hizo dos porteos de 4 horas el da anterior al intento (deverdad este to es un makina!).

    La segunda novedad era repartir la aproximacin, as que el martes porla tarde sal hacia arriba a mi ritmo de tortuga, con los dos bastones,cojo y sin mochila. Lento lento, al final llegu a la cueva donde bamosa vivaquear para atacar el da siguiente. Pero la Patagonia no se dejaengaar fcilmente. A mitad de noche comenz la ventisca, la lluvia y

    la nieve caan horizontales, y al cabo de unos minutos estbamos total-mente empapados y obligados a recoger el material a mitad de nochey a volver al campo base en el medio de la tormenta y con un vientoincreblemente fuerte. La Patagonia me avisa: Si quieres hacer la TorreSur, tendrs que empezar desde abajo!

    El mircoles acaba siendo tormentoso, pero a ltima hora despeja yempieza una noche tranquila. Parece que ha llegado la ventana.

    Despert ms temprano de lo normal, desayun rpido y sal mientrasUrba sigui durmiendo para no tener que soportar mi ritmo lento. Otravez estoy sin mochila, con los bastones y cojo, y tambin he tomado unantiinflamatorio fuerte. Poco a poco avanzo, haciendo descansos, lentolento pero constante. A mitad de camino me encuentro con Urba, segui-mos a paso lento, cruzamos las placas de granito, el glaciar, la pedrera,y a las 7:00 nos plantamos a pie de pared; la parte difcil est hechapienso: nada del mundo me baja de aqu sin la cumbre.

    Empezamos a escalar en la sombra y con temperatura bajo cero, perocon motivacin incomparable. La primera parte de la va es en roca ma-lsima y con muchsimos bloques sueltos, y ah es donde se encuentranlos largos ms difciles y delicados.En el segundo largo pasamos un susto cuando Urba agarra un bloquetamao armario que se desprende enseguida: cae como una bomba yrompe el silencio del valle con un ruido enorme. Pero, en general lacosa va bien fluida, despus de todo, estamos acostumbrados a la in-cluso peor roca de Sierra Nevada!!

    Escalamos todo en libre y a vista, incluso el quinto largo que representa

    una dificultad de 6c+ en roca desplomada y muy rota. Ser una de las

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    Las Tres Torres

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    REPORTAJE

    muy pocas veces de la historia que este largo se haya liberado.

    A las 12:00 estamos en el hombro, a medio camino. No hay viento perolas nubes van aumentando y sin duda la cosa no pinta bien.

    Ah empezamos a correr de verdad, nunca en mi vida he escalado tanrpido. Tardamos menos de 40 segundos en las reuniones, y no habla-mos, solo volamos parriba, pero en la Patagonia nada se regala, y a200m de la cumbre el viento aumenta, las cumbres se cubren de nubes,y empieza a nevar. Era un momento clave.

    Todos los escaladores saben que el peligro de la Patagonia es que lastormentas son tan fuertes que pueden dejarte atrapado en la montaa sinni poder rapelar puesto que, en ese momento, estbamos en lo alto de800 metros verticales sobre probablemente la Torre ms expuesta delPaine. La decisin no fue nada fcil.

    Urba me avisa de que tiene miedo; yo tambin lo tena. Todava haytiempo le digo mientras salgo otra vez lanzado. Dos largos ms y ter-minamos las dificultades, el viento no cesa pero yo tena una gran de-terminacin 20 minutos en ensamble nos ponen sobre la cumbre realde la Torre Sur, justo a las 14:30, con viento fuerte y cielo cubierto denubes. Ah nos emocionamos de verdad y gritamos de alegra.

    La Patagonia se nos haba puesto dura, a prueba, y en esta cumbre esdonde aprobamos, y eso fue un sentimiento incomparable. Fotos rpi-

    das y empezamos a rapelar los 900 metros verticales de la va que ha-bamos escalado en tan solo 7 horas y media. A las 18:00 estbamos devuelta a pie de pared, en donde me esperaba el doloroso y largo camino

    al campo base, pero no me import. Pase lo que pase, haba valido lapena! Tom otro fuerte antiinflamatorio y empec a bajar. La mayoradel camino lo realic andando para atrs, porque me dola menos. Pocoa poco, lo consegu, y a las 23:00 llegu de vuelta al campamento Japo-ns El sueo se haba hecho realidad! En 13 das habamos escaladolas tres Torres del Paine, casi totalmente en libre y a vista.

    Qu es lo que hay en el Alpinismo que nos hace sacrificar tanto paraconseguirlo? Arriesgar a tener daos permanentes, y a pesar de elloquerer seguir posibilidades de lesionarte hacerte dao e inclusomatarte posibilidades de no ver ms a tus seres queridos?

    Debe de ser algo fuerte para que valga todo esto, porque no somos ton-tos y somos concientes lo que arriesgamos. Para m el Alpinismo es lapura aventura que deja memorias tan fuertes que estn cicatrizadas enti para siempre, para todo tu vida. En cierto modo, estas montaas sonparte de ti para siempre.

    Dos das ms tarde bajbamos del campamento Japons camino a Puer-to Natales. Recuerdo que estuve feliz; cojo, pero feliz jejeje sentuna de esas felicidades puras, que me hizo bailar de alegra, reirme sinrazn ninguna. Era una alegra tan pura y fuerte que nada la poda tocar.Recuerdo que en 2004 despus haber escalado el Fitz Roy viv los mis-mos momentos, y ahora tena la suerte de volver a vivirlo otra vez.

    Dicen que si comes un Calafate (autctono fruto del bosque) volvers a

    la Patagonia. As que, slo para estar seguros, un da recogimos muchosde ellos.

    Y nos los comimos todos.

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    Las Tres Torres

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    REPORTAJE

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    Hielos del fin del Mundo

    Astronautas en el bosqueEse trece de diciembre, sin embargo, es diferente. Dos individuos car-gados hasta las trancas, sucios y desnutridos se acercan a sus tierras.Caminan con botas de plstico parecidas a las de un astronauta; a susespaldas llevan esqus y dems hierros y, en sus ojos, el brillo de alguienque lleva un mes en el hielo y no ha visto ser humano alguno.

    El intercambio de palabras es breve:- De dnde vienen?- De San Rafael.

    El colono, hombre de pocas palabras, muda su gesto en una mueca in-comprensible.

    - Pasen indica.

    Junto a la cocina, y al calor del mate, se inicia el relato de tan larga tra-vesa. La historia de una aventura que haba comenzado 25 das atrs.

    O, en realidad, mucho antes...

    Preparativos:regreso al hieloEl Campo de Hielo Norte se ha convertido en una especie de obsesinpara Jos Mijares, mi compaero. Por muchos motivos se trata de unsitio nico. En primer lugar es, de entre todas las grandes masas de hielodel planeta, la ms cercana al Ecuador: un lugar apenas pisado por elhombre, de difcil acceso y sobre el que existe muy poca informacin.Si uno observa alguno de los nefastos mapas que lo representan en-contrar continuamente las siglas SVE (sin visin estereoscpica): estosignifica que debido a la capa de nubes que cubre la zona constante-mente, la visin desde el aire no ha permitido trazar de forma fidedignalas curvas de nivel que indican el relieve. En el Campo de Hielo Norte,al igual que en el Sur (su hermano mayor), las borrascas que vienen delPacfico se detienen sobre el hielo, y al enfriarse por la baja temperaturadel mismo, descargan sus precipitaciones, a menudo durante semanasenteras.

    Para disear un recorrido e interpretar la geografa del terreno hemoscontado con la ayuda del expedicionario chileno Pablo Besser, granconocedor de los Campos de Hielo. Pablo nos cedi amablemente nu-merosas fotos satelitales, as como las coordenadas de los lugares mssignificativos y diversos datos sobre lo que podramos encontrar.

    El resto de la preparacin ha sido obra de mi compaero Jos Mijares,que ha pasado meses ocupado con correos electrnicos, conversacionestelefnicas y la bsqueda de informacin de este lugar donde tan pocasexpediciones se han aventurado. Por otra parte, la burocracia chilena,conocida no precisamente por su agilidad, ha sido una de las barrerasms difciles de franquear: Ha hecho falta obtener permisos y ms per-misos y, para ello, hemos tenido que adquirir telfonos satlites, radiosy radiobalizas. Mi compaero se ha encargado de gestionarlo todo, puescuenta con experiencia en la zona: el ao pasado hizo su primera ex-

    pedicin al Campo de Hielo, con nimo de reconocer el terreno y, juntoa Jos Antonio Fernndez, cruz el Campo de Hielo norte de Este aOeste, sentando las bases para esta ltima y definitiva travesa.

    Texto:Hilo MorenoFotos:Hilo Moreno y Jos Mijares

    Travesa del Campo deHielo Patagnico Norte

    Como todas las tardes, Werlinda

    toma mate junto a su marido en

    la cabaa de madera.

    Llevan quince aos en ese

    lugar, no tienen electricidad niagua corriente.

    Se hacen llamar colonos o

    nuevos pobladores. Pasan la

    mayor parte del ao solos;

    apenas reciben, muy de vez

    en cuando, alguna visita desus hijos que viven en Caleta

    Tortel, una aldea a tres horas

    de navegacin y una jornada a

    caballo.

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    Hielos del fin del Mundo

    Antecedentes y estrategia:

    tras los pasos de Eric ShiptonDecidimos entrar al Campo de Hielo por la Laguna de San Rafael, pues-to que es la entrada ms al norte que se conoce, adems de ser el accesoclsico desde que uno de los primeros exploradores de la zona, el Brit-nico Eric Shipton, lo utilizara en el verano austral de 1963/64.Shipton se adentr ms de setenta kilmetros en el Campo de hielo Nor-te a lo largo de 38 jornadas, antes de salir por el ventisquero Colonia.Hay que recordar que uno de los miembros de esta expedicin pionerafue el espaol Miguel Gmez.

    A la altura de la lengua glaciar por la que el ingls y los dems expe-dicionarios salieron del hielo, el Campo Norte queda cerrado por unabarrera de ms de 3000 metros de altura: se trata del Cordn de Aisn,una cordillera que atraviesa el Hielo en sentido transversal, dificultan-do su cruce. La pequea puerta hacia el sur es el Collado Colonia, unarriesgado paso de montaa a la sombra del Cerro Arenales y clave deesta travesa, ya que ofrece la manera de cruzar el cordn de Aisn msaccesible encontrada hasta la fecha.

    El cruce Norte-Sur del Hielo Norte cuenta con muy pocas repeticionesy, analizando las expediciones que lo han recorrido, llama la atencin

    la cantidad de das que se emplean en recorrer distancias en aparienciacortas. Y es que en el Campo de Hielo el mal tiempo es la norma. Ade-

    REPORTAJE

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    Hielos del fin del Mundo

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    Photo by Frode Sandbech

    ms, la textura de la nieve (generalmente hmeda) es inadecuada parala progresin y el arrastre de los trineos, y los accesos son pocos, largosy complicados. Nuestra travesa pretenda partir desde la Laguna desan Rafael, remontar luego el Collado Colonia, y finalmente descen-der hasta el lugar donde viven unos colonos, al pie del Glaciar Steffen.Los colonos, suponamos, podran conseguirnos un bote que nos llevasehasta la poblacin ms cercana: Caleta Tortel.

    En definitiva, la travesa recorre la lnea Norte-Sur clsica del Campode Hielo Norte, y slo ha sido completada, segn nuestra informacin,por cinco expediciones, de las cuales ninguna es espaola.

    Decidimos utilizar tres pulkas ligeras (pequeos trineos) para el arrastre

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    Hielos del fin del Mundo

    y, sobre ellas, mochilas estancas de gran capacidad; en total llevaramosunos 70 kg por cabeza. Tras darle mil vueltas, resolvimos acometer latravesa con esqus de backcountry con escamas en la suela (para poderremontar pendientes con ellos puestos) y combinarlos con fijaciones ybotas de Telemark. Es un equipo ligero y rpido en nieve mientras quela bota, a la que se pueden ajustar crampones, permite progresar en hie-lo duro y laderas de mucha inclinacin, lo que con otro tipo de calzadoms blando hubiera resultado imposible. Como ms tarde comprobara-mos, la eleccin no pudo ser ms acertada.

    Segn nuestra estrategia, para acceder al hielo portearamos primero

    todos los petates hasta la rimaya - la grieta que separa el glaciar de lasmorrenas rocosas laterales. La tctica supone, como observ ReinholdMessner cuando estuvo aqu el ao pasado para realizar el cruce E-O,una especie de Big Wall horizontal.

    La travesa:25 das sobre hieloTuvimos suerte y los das de los porteos fueron los nicos buenos de unmes horrible.

    Cay algo de lluvia, pero por lo dems los das permanecieron despeja-dos, lo que nos permiti calzarnos los esqus el da 27 de noviembre, elnoveno de la expedicin. Eso s, antes tuvimos que permanecer el da de

    mi cumpleaos encerrados en la tienda en medio de la ventisca.

    Pese a ir esquiando y arrastrando las pulkas, el mtodo del porteo con-tinu siendo nuestra manera de proceder en el ascenso al plateau heladodesde el Oeste pues, hasta encontrarnos bien metidos en el Campo deHielo y poder girar rumbo Sur, el terreno est minado de grietas; en-contrar el camino dentro de ese laberinto de hielo es muy trabajoso.Adems, como es habitual al ganar altura, a partir de ese momento eltiempo ya no perdon hasta el final del viaje.

    REPORTAJE

    La navegacin rumbo Sur, a partir del dcimo tercer da de expedicin,se desarroll, desde el primer momento hasta el cruce del collado, den-tro de una nube. Tuvimos que ingenirnoslas con un comps nuticopara poder seguir un rumbo constante.

    Progresbamos en condiciones de completo whiteout (visibilidad cero)donde las perspectivas se confunden, y los lmites entre cielo y tierra depierden. Si a esto le sumamos lluvia y viento constantes, el panoramapuede llevar a la desesperacin. Los das pasaban en una atmsfera on-rica, en la que la nica realidad pareca tener lugar dentro de la tienda:apelmazar la nieve, levantar la tienda, secar mallas y calcetines al calor

    del hornillo, cenar, charlar y dormir. ramos autmatas en un mundode hielo.

    As fueron pasando los das hasta ponernos debajo de dnde, segn elGPS, suponamos que deba de estar el Collado Colonia. Por la nocheescuchamos caer las avalanchas; haba dejado de llover y el barmetroestaba subiendo. Esa noche, en una salida nocturna de la tienda, pudever la Cruz del Sur. Todo pareca indicar que los Dioses estaban connosotros y, en el da ms importante, nos iban a conceder algo de visi-bilidad.

    El paso, la tormenta,y el campo EnduranceAs fue: amaneci despejado. Recibimos al Sol con ansiedad y alegra,recogiendo el campamento ms despacio de lo recomendable, paraaprovechar hasta el ltimo rayo que pudiera secar nuestro equipo.

    Con cierta calma emprendimos el ascenso: 700 metros de desnivel bajoseracs y restos de avalanchas. Pero, an as, el mayor problema resultser el tiempo, que volvi a cambiar: la visibilidad se perdi de nuevocuando estbamos a 300 metros del collado. Continuamos avanzandoen silencio, considerando la bajada del collado como nuestra salvacin.

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    Hielos del fin del Mundo

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    Hielos del fin del Mundo

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    interior del cuerpo calienta la sangre ms fra que llegade las patas, antes de que sta vuelva al tronco delanimal. Pero tambin se defienden bien del calorgracias a su forma de caminar de puntillas, lo quereduce la superficie de contacto con el ardiente suelo.El pie humano, en cambio, no est tan desarrollado.Pero nuestra tecnologa puede ayudarnos a supliresa carencia evolutiva. As ha surgido el calzadoGORE-TEX. Gracias a la regulacin de la temperatura,se adapta a las ms diversas condiciones climatolgicas.Cuando hace calor permite evacuar fcilmente el sudory los pies se mantienen secos. Si hace mal tiempo, elcalzado GORE-TEXimpide que penetren el fro o lahumedad. En otras palabras, el calzado GORE-TEXregula el clima de tus pies. Para que puedas dejar tus

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    Hay dos cosas sobre este paso que nos haban repetido hasta la sacie-dad: la primera, que su inclinacin roza el lmite de lo esquiable, y lasegunda, que slo se ha de acometer en condiciones de buena visibili-dad. Verdades como puos.

    Para cuando llegamos a lo que suponamos que era el collado, se habadesencadenado una autentica ventisca patagnica. Calados y entume-cidos, no conseguamos encontrar la bajada. Mientras, la ventisca au-mentaba, haciendo la progresin penosa. Continuamos por una medialadera y las pulkas, que hasta ese momento se haban portado comoinseparables compaeras, comenzaron a rebelarse, precipitndose pen-

    diente abajo y amenazando con empujarnos a nosotros detrs. La raznes que habamos optado por unirlas a nuestros arneses con cordino, envez de utilizar un brancal metlico y rgido, como es habitual en la ma-yora de las expediciones polares. La situacin se tornaba cada vez mstensa, al mismo ritmo que arreciaba la ventisca. En un momento dado,Jos se vio obligado a abandonar parte del equipo, pues el peso de lapulka era excesivo, imposible de controlar en aquella pendiente. Trasun intento de dilogo que el viento hizo imposible, decidimos montarel campamento.

    Plantamos la tienda en pleno collado, a 2200 metros, posiblemente en ellugar ms ventoso de todo el Campo de Hielo Norte. Por suerte, encon-tramos una hondonada entre una grieta y el faralln de roca y la sonda-mos, pues no sabamos si aquello poda ser un puente de nieve sobreuna grieta, que en tal caso cedera con nuestro. Pareca firme, y all

    mismo levantamos la tienda. Bautizamos el lugar como CampamentoEndurance, y nos replegamos teniendo muy claro que no saldramosde all hasta que el tiempo cambiase de verdad, ya fuera al cabo de unda o de una semana: tenamos comida de sobra. Antes de meternosen el saco y encender el hornillo de gasolina para secarnos (el mejormomento del da), Jos decidi volver a salir en plena ventisca a buscarsu petate, que contena la mitad de los vveres. Tras veinte o treintaminutos de espera, que yo aprovech para asegurar firmemente la tien-da frente al fuerte viento, mi compaero estaba de vuelta con todas sus

    posesiones. Por fin, tras veinte horas sin echarnos nada al estmago, nosarrastramos al interior del Endurance a disfrutar de una cena caliente.Sin embargo, no estbamos seguros de que la tienda, expuesta al vientopor completo, aguantase. Las paredes se curvaban contra nuestros cuer-pos, las horas pasaban y al da siguiente la visibilidad segua siendonula: un da ms de inactividad.

    En este tipo de expediciones la mentalidad frente al tiempo ha de serdiferente a la del escalador. En das que para el montaero seran malos,en estas travesas se ha de salir y avanzar como sea. Apalancarse en latienda puede traer malas consecuencias, pues una borrasca puede per-

    manecer en el Campo de Hielo Norte durante semanas. En nuestro plan-teamiento, habamos decidido salir todos los das, hiciese el tiempo quehiciese, dado que cada kilmetro avanzado supona una batalla ganada.Pero ese da en el collado, las cosas eran diferentes: necesitbamos verel inicio del descenso.

    Por suerte, el tercer da en el Endurance amaneci ligeramente despeja-do durante el tiempo suficiente para desmontar el campamento e iniciarel descenso. La ltima parte del Hielo Patagnico Norte se abra antenosotros. Pero la felicidad dura poco, y pronto volvimos a sumergirnosen el whiteout. Pese a todo, habamos tenido el tiempo justo para salirde la zona de peligro. Volvemos al comps y a la navegacin en ese marde nubes y hielo. Desde este punto, nos esperaba una suave bajada hastael glaciar Steffen. A partir de ese momento, seran las grietas el ltimoobstculo a vencer: era el ocho de diciembre, da numero 20 de expedi-

    cin, y empezbamos a vislumbrar el final de la travesa.

    En las entraas del monstruoLas grietas representan, sin duda, el gran riesgo en las travesas porglaciares.En una de ellas, cercana a nuestro recorrido, perdi la vida el guarda ygua suizo Franco Della Torre, una de las personas que ms veces se ha-ba internado en el Campo de Hielo Norte, incluyendo alguna incursin

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    Hielos del fin del Mundo

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    en solitario. Hace apenas un ao cay en una grieta y muri, dejando asu compaero frente a un dramtico descenso en solitario, buscando envano ayuda, en un lugar donde un rescate es prcticamente imposible.

    Sobre el terreno, y sintiendo en nuestras carnes el carcter salvaje yvirgen del lugar, nos ramos conscientes de encontrarnos en una situa-cin similar. Al acabar la travesa, Jos me confesara cmo aguzaba lavista al pasar sobre la oscuridad de cada grieta, imaginando entrever elcuerpo de Franco. Un mes en el hielo puede hacer volar mucho la ima-ginacin.Tuvimos algo de suerte y a los pocos das el tiempo nos ayudun poco. Debido a la menor altitud, ahora llova en vez de nevar y, aun-

    que lo haca sin parar, al menos disponamos de relativa visibilidad, loque es fundamental dada la cantidad de grietas que se abran en nuestrocamino. La progresin encordados con esqus y pulkas en un laberintode hielo puede ser trabajosa. Adems acarrear el trineo, tirar de l ybajarlo de cada resalte del terreno resulta extenuante. Para llevar laspulkas de un lado a otro de las grieta tuvimos que emplear en algunoscasos polipastos y en otros, simplemente nuestra fuerza bruta. Todo esteesfuerzo, unido al estrs continuo que supone recorrer durante muchosdas un campo de minas, acaba siendo agotador.

    Pese a todo, los das fueron pasando y, tras cruzar cientos de grietas entodas direcciones, nos situamos sobre el glaciar Steffens, con la pers-pectiva de cruzarlo y descender junto a la rimaya hasta el lugar donde,segn habamos odo, se encontraban los pobladores.

    La llegada a puertoEl da 24 de expedicin (12 de diciembre), tras dejar un depsito yabandonar algo de material, nos quitamos los esqus y cruzamos en sen-tido transversal los dos kilmetros de hielo vivo que nos separaban detierra, bajo una lluvia constante. Aquella noche montamos campamentopor primera vez junto a la roca.Llovi durante toda la noche, hasta que el agua comenz a formar ros

    por la superficie del glaciar. Uno de ellos, para nuestra desgracia y sinsaber cmo, pasaba exactamente por mitad de nuestra tienda, en la quese form una charca donde nadaba mi saco. De maana, el viento ape-nas nos dej recoger el campamento: nos pusimos nuestras ropas cala-das y volvimos a cruzar el ancho del glaciar en busca del depsito quehabamos dejado: un ltimo viaje de ida y vuelta, y finalmente estba-mos fuera del hielo. Slo quedaba bajar: dos personas, cuatro bultos yunos cien kilos de equipo. Decidimos dejar otro depsito e iniciamos eldescenso. Esa noche clavaramos la tienda en la hierba por primera vezen veinticinco das.

    A la maana siguiente emprenderamos lo que considerbamos el pe-nltimo da de expedicin, puesto que tarde o temprano habra que re-tornar a por el ltimo depsito.Caminando con nuestras botas de Telemark con el barro del bosquehasta las rodillas, vimos una cabaa de madera en la lejana. Y un hom-bre con cara de llevar mucho tiempo sin ver a nadie sali a nuestroencuentro.

    EplogoEl humo asciende rpidamente por la chimenea de la cabaa. En la coci-na, las ltimas ascuas calientan nuestros cuerpos y secan todo el equipocolgado por el humilde techo.

    Don Efran apura el mate tras nuestro relato, nos dice que somos los

    nicos en bajar por el ventisquero este ao. Es hombre de pocas pala-bras. Echa un ltimo tronco a la cocina y procede a irse a la cama juntocon su mujer. Debe acostarse temprano pues maana nos ayudar consus caballos a recoger el ltimo depsito que an est en el glaciar.

    Cuatro das ms tarde, caminando, en bote, a caballo, y finalmente enbarco a motor llegbamos a nuestro primer ncleo habitado:Caleta Tortel.

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    De Refugios en las RocosaTexto y fotos: Xavi Fan

    RESEA

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    De refugios en las Rocosas

    El modelo del refugio americano viene a caer entreel de un refugio libre y el de un refugio guardado denuestro continente.

    Si bien hay excepciones a la regla, los refugiosacostumbran a ser tan cmodos y acogedores comoun refugio guardado y estn equipados con cocina,utensilios para cocinar, luz, lea cortada para hacer

    fuegos, libros, juegos, etc.

    Sin embargo no hay guarda () Es un sistema basadoen la responsabilidad y civismo del montaero, y loms extrao de todo es que aqu funciona. En todoslos aos que llevo cuidando el Friends Hut nuncame he encontrado con huellas de vandalismo osiquiera de maltrato: como mucho, alguien que hadejado una botella vaca por pereza o descuido.

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    De refugios en las RocosasRESEA

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    De refugios en las Rocosas

    El refugio americano comparte en principio el mismo propsito que suhomlogo europeo: ofrecer proteccin de los elementos al montaeropara gozar de la montaa en todas sus dimensiones, pero ah se acabael asunto. Tanto la experiencia de ir de refugios cmo la mentalidad dequienes los usan, acostumbran a ser diferentes.

    Lo primero que hice cuando llegu a Crested Butte para trabajar en laestacin de esqu, fue investigar dos cosas: la primera, si poda compraraceite de oliva en el supermercado local; y la segunda, si haba refugiosde montaa en la zona.

    Cuando me enter de la existencia de ambos me qued tranquilo. Sabaque poda hacer tortillas de patata de las de verdad y tambin que podaexplorar apartados rincones de la montaa invernal sin tener que recu-rrir a elaboradas tcnicas de supervivencia. Los refugios de siempre hanjugado una parte integral en mi vida.

    De joven, en mi otra vida en los Pirineos, haba sido guarda duran-te cuatro aos del refugio de Certascan, en el Pirineo leridano. Param, aquella fue una de las experiencias formativas mas importantes yentraables de mi vida. Y ahora aqu, en otra cordillera distante peroigualmente magnfica, estoy involucrado en la gestin de otro refugio

    igualmente querido, igualmente especial y repleto de vivencias peroa la americana.

    Todo marchaba sobre ruedas en el Friends Hut -el refugio de los ami-gos-. El pavo de 3kg se estaba cociendo en sus propios jugos en el hornoy los 8 colegas que habamos venido hasta aqu a pasar las Navidades,estbamos abriendo un apetito de ogro esquiando unas palas de nievevirgen inmediatas al refugio.

    Desde all arriba el refugio, situado sobre un promontorio justo en ellmite superior del bosque, con su chimenea humeante, sus placas so-

    lares y su rstica y compacta arquitectura de madera, se antojaba comoun clido oasis en medio de la vastedad fra y blanca de la montaainvernal, como un reducto perfecto en el que pasar las Navidades conun buen grupo de amigos. Lejos del frenes consumista de las fiestas na-videas y de las masas que durante esas fechas invaden nuestra pequeapoblacin en las Rocosas.

    La historia de este refugio que se halla a medio camino entre las pobla-ciones de Aspen y Crested Butte, justo bajo la espina dorsal del macizode las Elk Mountains, es dramtica y fascinante. Fue un magnfico dade mayo de 1980 en el que dos avionetas, una que haba partido deAspen y la otra de Crested Butte, colisionaron en pleno vuelo cuando,en el mismo y exacto momento, superaban el East Maroon Pass, unode los grandes puertos (3600mt) que conectan las dos poblaciones demontaa.

    Los 11 ocupantes de ambas avionetas, la mayora de ellos montaeros,perecieron en el acto. A raz de tan improbable tragedia, un grupo deamigos y familiares de ambos lados se unieron y de all naci la idea deconstruir un refugio de montaa en homenaje a las vctimas.

    Despus de superar el largo proceso de formalizar permisos de cons-truccin con las entidades estatales, de decidir su ubicacin en conjun-cin con el Forest Service y de recaudar fondos suficientes, el Refugiode los Amigos se irgui en 1984 y desde entonces que ha servido comobase y escape para miles montaeros que acuden a esta remota zona enbusca de nieve polvo, paz y comunin con la naturaleza.

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    De refugios en las Rocosas

    El refugio, que slo est disponi-ble durante los meses invernales(una de las exigencias del ForestService para mantener una estruc-tura en tierras pblicas), est hoyen da cuidado y suministrado porun comit de 11 (cmo el n devctimas) individuos que conjun-

    tamente actan como cuidadores.

    Despus de muchos aos de visi-tar el refugio y de colaborar en lastareas de trabajo, en 1999 fui in-vitado a formar parte del comitde los once, convirtiendo uno demis sueos en realidad: trabajarcomo lo haba hecho muchos aosantes ya en el Pirineo, en la gratatarea de mantener un refugio demontaa.

    No se trata de la habitual posicinde guarda tpica de los refugiosalpinos y pirenaicos en la que stehabita en el local ofreciendo ser-vicio de comidas y bebidas a sushuspedes.

    El modelo del refugio americanoviene a caer entre el de un refugiolibre y el de un refugio guardadode nuestro continente. Si bien hayexcepciones a la regla, los refu-gios acostumbran a ser tan cmo-dos y acogedores como un refugioguardado y estn equipados concocina, utensilios para cocinar,luz, lea cortada para hacer fue-gos, libros, juegos, etc.

    Sin embargo no hay guarda y soloes posible su uso mediante previareserva a travs de la organizacinque se haga cargo de ste. La ca-pacidad de los refugios acostum-bra a ser pequea: el Friends Hut,por ejemplo, slo tiene 8 plazas,y los mayores refugios rondan las

    20 plazas: realmente pequeos so-bretodo si se les compara con losmonstruos de ms de 200 plazasde los Alpes. Si un grupo de ami-gos quiere reservar todo el refugiopueden hacerlo si as lo desean,pudiendo as aadir intimidad a laexperiencia. Eso es lo que hicimosnosotros durante las navidades ylo que hace una buena parte de losusuarios de los refugios america-nos.

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    De refugios en las Rocosas

    Es un sistema basado en la responsabilidad y civismo del montaero,y lo mas extrao de todo es que aqu funciona. En todos los aos quellevo cuidando el Friends Hut nunca me he encontrado con huellas devandalismo o siquiera de maltrato: como mucho, alguien que ha dejadouna botella vaca por pereza o descuido. No quiero pecar de pesimistapero creo que este sistema difcilmente funcionara en nuestro pas. Enpocas semanas seguro que solo quedaran las cuatro paredes y la basurahara presencia en todos los rincones.

    En invierno, llegar hasta el Friends Hut es toda una aventura por simismo. Son casi 18 kilmetros sobre un trazado que muy gradualmenteasciende mil metros de desnivel por un amplio valle de origen glaciar.

    Hay llanos interminables, hay oscuros bosques de duendes y luminososbosques de abedul, hay zonas arrasadas por los aludes, y frecuentemen-te hay nieve profunda en la que trabajosamente tenemos que abrir traza.Pero cuando por fin llegas all no hay mejor sensacin en el mundo.Enciendes el fuego en la estufa de lea, te pones las pantuflas (s, lashay para todos!!), pones agua a calentar para hacerte un caf o un t ysi te apetece pones un poco de msica (tambin hay un potente estreoconectado al suministro de las placas solares).

    Este ao, adems de las navidades, slo he subido un par de veces, yen general ha subido mucha menos gente de la normal, principalmenteporque ha sido un ao de mucha nieve y el peligro de aludes hace queel recorrido sea un tanto delicado, y complica las cosas cuando tocaesquiar el magnfico terreno que rodea el refugio, una de las principales

    razones por las que la gente lo utiliza. Normalmente y durante el invier-no, hacemos turnos entre los miembros del comit para subir a efectuarlas tareas de mantenimiento.

    Esta temporada, por ejemplo, hemos tenido que palear la entrada delrefugio y el tejado varias veces debido a las enormes acumulaciones denieve, que incluso llegaron a sepultar las placas solares. Pero la mayorparte del trabajo tiene lugar durante el verano, cuando se puede llegar

    mas fcilmente hasta el refugio siguiendo una pista forestal (aunquetodava son dos horas a pie).

    Entonces todos, los de Aspen y de Crested Butte, nos juntamos en loque es una gran fiesta y cortamos las toneladas de lea necesarias paracalentar el lugar durante el invierno, cargamos las bombonas de propa-no a la espalda, que pesan un huevo, deshollinamos la chimenea, hace-mos una limpieza a fondo del refugio y del retrete (tarea esta ltima quese delega al miembro mas reciente del comit) y ya de noche hacemosuna gran hoguera y alrededor de ella, con el aullido de los coyotes defondo, contamos historias y pagamos tributo a aquellos quienes murie-ron en el terrible accidente, y a los miembros del comit que tambinhan perecido a travs de los aos.

    Anque el Friends Hut es un refugio independiente, desde sus comien-zos ha formado parte del 10th Mountain Division Hut Association-la Asociacin de refugios de la 10 Brigada de Montaa-, una entidadsin afn de lucro que gestiona el sistema de refugios mas extenso deNorteamrica. Los 31 refugios que funcionan bajo su amparo se hallantodos en las Rocosas centrales de Colorado, permitiendo enlazar sobreesqus (recordad que todos estn cerrados en verano) las poblaciones deCrested Butte, Aspen y Vail.

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    De refugios en las Rocosas

    Los orgenes de esta ejemplar organizacin se remontan a los lejanosdas de la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de soldados perte-necientes a la 10 Brigada de Montaa del Ejercito Americano -cuyabase principal de entreno haba sido en las montaas de Colorado, y quese hizo famosa por sus campaas contra las fuerzas nazis en los Alpes-,volvieron a sus montaas de origen con un montn de nuevas ideas querecogieron durante sus andanzas europeas.

    Como ejemplo, Aspen, la cosmopolita estacin de esqu, fue resultadode la inspiracin que Friedl Pfeifer, un soldado de la 10th MountainDivision encontr en las estaciones de esqu alpinas. Y fue Fritz Be-nedict, otro de estos hombres, quien impresionado por los numerososrefugios ya existentes en los Alpes, fund el sistema de refugios de 10thMountain a principios de los 80.

    En principio el sistema de refugios se inaugur como homenaje a todosaquellos soldados que lucharon en la 10 brigada, y fueron algunas delas familias de estos soldados las que subvencionaron los primeros re-fugios del sistema.

    Otro grupo (6) de refugios que tambin se ampara y utiliza el sistema

    de reservas de la pgina (www.huts.org/index.html) del 10th Mountain,

    son los Braun Huts, todos ellos situados en excelente terreno de esqu

    en la vertiente norte de las Elk Mountains, y a los que se les considera

    como los mas antiguos de Colorado, ya que datan de all por 1.940.

    Los refugios del 10th Mountain vienen a ser el estereotipo del refugioamericano. Cmo ocurre con la gran mayora de ellos, estos raramentese sitan por encima del lmite superior del bosque -aunque hay quetener en cuenta que ste raya los 3400mt en Colorado-, a diferencia de

    los refugios pirenaicos y alpinos, que frecuentemente se ubican en atre-vidos y a veces precarios emplazamientos a merced de los elementos.

    Sus accesos, por regla general, no ofrecen grandes dificultades tcni-cas, aunque s que pueden exigir buenos conocimientos de orientaciny navegacin, principalmente a causa de las extensas masas forestalesque cubren las faldas de las Rocosas y que hay que atravesar para llegarhasta ellos.

    En muchos casos los refugios son asequibles incluso sobre esqus defondo o raquetas de nieve, aunque una vez en el refugio esto supondruna limitacin a la hora de efectuar ascensiones a las cimas circun-dantes, o para esquiar la abundante y deliciosa nieve polvo que suelecubrirlas. An as, algunas de mis mejores memorias pertenecen a misexpediciones ultraligeras al Friends Hut, o a alguna de las travesas de

    Crested Butte a Aspen que hemos hecho con esqus de fondo, (ya habllargo y tendido sobre ello en un reportaje en los Cuadernos Tcnicos n

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    De refugios en las Rocosas

    24: Fondo salvaje: esqu de travesa minimalista. No es lo mejor parahacer virajes en nieve polv