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cuadernos formativos noviembre 15 azaroa Jesús Rojano Martínez, Salesiano y director de la revista Misión Joven Pastoral egileen tentazioak Franciscoren ustez Tentaciones de los agentes pastorales según Francisco

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Page 1: cuadernos formativos - Inicio · ce que la exhortación apostólica post-sinodal Evangelii Gaudium, publicada en noviembre de 2013, no es un docu-mento papal más entre otros, sino

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Jesús Rojano Martínez, Salesiano y director de la revista Misión Joven

Pastoral egileen tentazioakFranciscoren ustez

Tentaciones de los agentes pastoralessegún Francisco

Page 2: cuadernos formativos - Inicio · ce que la exhortación apostólica post-sinodal Evangelii Gaudium, publicada en noviembre de 2013, no es un docu-mento papal más entre otros, sino

Jesús Rojano Martínez, es sacerdote salesiano y director de la revista de PastoralJuvenil “Misión Joven”. Estudió Magisterio, licenciado en Filosofía y doctorado enTeología Pastoral. Da clase en el Instituto de Pastoral de Madrid y en el CES Don

Bosco de Madrid a alumnos/as de Magisterio y Educación Infantil.

Este Cuaderno formativo recoge el artículo de Jesús Rojano “Tentaciones de losagentes pastorales según Francisco” publicado en la revista Misión Joven en

Septiembre de 2015 (nº 464, 5-13).

Pastoral egileen tentazioak Franciscoren ustezTentaciones de los agentes pastorales según Francisco

SíntesisDesde que el Papa Francisco publicó ennoviembre de 2013 la exhortaciónEvangelii Gaudium (EG), ésta ha idoganando protagonismo y actualidad enla Iglesia universal. Y con toda razón,pues no es un documento más, sino elproyecto pastoral de su pontificado. Enél encontramos un apartado (nn. 76-101)dedicado a Las tentaciones de los agen-tes pastorales. Francisco ofrece ahí unanálisis lúcido y muy incisivo sobre lastentaciones que experimentan los agen-tes pastorales hoy, que impiden la salidamisionera y la conversión pastoral quepide el Papa en la EG.

Jesús Rojano nos presenta el contexto yun resumen de estas “tentaciones de losagentes pastorales”, según las describeel Papa Francisco, hace un breve comen-tario de dicho texto, y nos propone estalectura junto con algunas preguntas paraque revisemos, personal y comunitaria-mente, las tentaciones que están máspresentes en nuestra realidad eclesial yque más dificultan a los agentes de pas-toral ser verdaderos evangelizadores.

LaburpenaFrancisco Aita Santuak 2013ko azaro-an Evangeli Gaudium aholku idazkiaargitaratu zuenetik, berau protagonis-moa eta gaurkotasuna irabazten arida Eliza osoan. Arrazoi guztiz gainera,ez baita beste txosten bat soilik, bereaitasaindutzaren pastoral proiektuabaizik. Bertan Pastoral egileen tenta-zioei eskainitako (nn. 76-101) atalaaurkitzen dugu. Franciscok azterketaargi eta zorrotz bat eskaintzen digu,EGen Aita Santuak eskatzen digunpastoral aldaketa eta misio ekintzaeragozten eta pastoral egileek gaurbizitzen dituzten tentazioez.

Jesus Rojanok, Francisco Aita Santuak“pastoral egileen tentazioak” idaz-kian azaltzen duenaz, textuinguru etalaburpen bat erakusten digu, textuhorren komentario labur bat egiten dueta bere irakurketa, galdera batzueiburuzko berrikustearekin batera egi-tea proposatzen digu, nahiz bakarkanahiz taldeka, gaur egun elizan pasto-ral egileek benetako ebanjelizatzaileizateko dituzten eragozpenez.

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1 C. M. GALLI, La teología pastoral de Aparecida, una de las raíces latinoamericanas de EvangeliiGaudium, en “Gregorianum” 96/1 (2015) 25-50; para esta cita: p. 33.

2 www.celam.org/doc_conferencias/Documento_Conclusivo_Aparecida.pdf.

A estas alturas, todo el mundo recono-ce que la exhortación apostólica post-sinodal Evangelii Gaudium, publicadaen noviembre de 2013, no es un docu-mento papal más entre otros, sino elmanifiesto del proyecto del pontificadorenovador del papa Francisco, que pre-side la Iglesia Católica desde marzo de2013. En el primer párrafo del texto lodice él mismo: “En esta Exhortaciónquiero dirigirme a los fieles cristianos,para invitarlos a una nueva etapa evan-gelizadora marcada por esa alegría, eindicar caminos para la marcha de laIglesia en los próximos años” (EG 1).Insiste en ello en el nº 17: “He optado

por proponer algunas líneas que pue-dan alentar y orientar en toda la Iglesiauna nueva etapa evangelizadora, llenade fervor y dinamismo” (EG 17).

El teólogo argentino Carlos María Galli,uno de los mejores conocedores y tam-bién uno de los dos “teólogos de cabe-cera” de Francisco, ha afirmado en uninteresante artículo en Gregorianumque “con su teología pastoral y elimpulso de la espiritualidad misionera,Francisco desea completar la reformade la Iglesia soñada por el ConcilioVaticano II”1 En ese artículo Gallidemuestra que las principales líneasbásicas de EG proceden del documentode Aparecida2, elaborado por la IglesiaLatinoamericana en su V ConferenciaGeneral en mayo de 2007, un documen-to cuya redacción fue coordinada preci-samente por el entonces cardenal deBuenos Aires, Jorge Mario Bergoglio.

Si no tenemos en cuenta esto, no com-prenderemos bien los números 76-101de EG, que hablan de las tentaciones delos agentes pastorales, y que en mi opi-nión juegan un papel básico en laexhortación EG. Son unos párrafos pen-sados para la revisión y el discernimien-to personal y comunitario de cualquiercomunidad pastoral. Ya desde ahora,nos gustaría recomendar que precisa-mente ese (la revisión y el discerni-miento sincero y profundo, en momen-tos de oración, de retiros, de prepara-ción de la programación anual, inclusoen ejercicios espirituales) sea su uso entodas las comunidades pastorales.

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1. Ebanjelizatzaileen tentazioakTentaciones de los evangeli-zadores

Dice el Evangelio que Jesús fue tentadoinmediatamente antes de comenzar sumisión (Mc 1,12-13; Mt 4,1-11; Lc 4,1-13).Tuvo que evitar las tentaciones de utilizarindebidamente el poder, el uso mágicode la religión y el prestigio. Esas tenta-ciones eran falsos caminos, atajos tram-posos que no encajaban con el proyectomesiánico que Jesús había ido descu-briendo al ponerse en manos del Padre.

El propio Jesús advirtió a sus discípulosque ellos también sufrirían tentaciones,pues “el siervo no es más que su señor”(Jn 15,20). En ese mismo discurso joáni-co de la última cena, Jesús les anuncia:“En el mundo tendréis tribulación. Pero¡ánimo!: yo he vencido al mundo” (Jn16,33). También en el contexto de la últi-ma cena, el Jesús de Lucas dice a los dis-cípulos: ‘”Vosotros sois los que habéisperseverado conmigo en mis pruebas”(Lc 22,28). Las “pruebas” son las tenta-ciones. Supongo también que el lectorya habrá caído en la cuenta de que en elPadrenuestro rezamos: “No nos dejescaer en la tentación”; y no, “líbranos detener tentaciones”.

Los primeros autores cristianos, los lla-mados Padres de la Iglesia, fueron tam-bién conscientes de esa situación deexposición a la tentación. Valga comobotón de muestra este texto de SanIgnacio de Antioquía en su Carta a losMagnesios, X, 2: “Por tanto, poned a un

lado la levadura vil que se habíacorrompido y agriado y echad mano dela nueva levadura, que es Jesucristo.Sed salados en Él, que ninguno entrevosotros se pudra, puesto que seréisprobados en vuestro sabor”.

Pues bien, el papa Francisco dedica losnúmeros 76-101 de Evangelii Gaudiuma describir cómo los agentes pastora-les somos probados en nuestro saboren la actualidad. En dichos númerosdetalla las tentaciones sufridas por loscristianos a la hora de evangelizar almundo de hoy: “Como hijos de estaépoca, todos nos vemos afectados dealgún modo por la cultura globalizadaactual que, sin dejar de mostrarnosvalores y nuevas posibilidades, tam-bién puede limitarnos, condicionarnose incluso enfermarnos” (EG 77).

Según el otro teólogo argentino que esbuen conocedor del papa Francisco,Víctor Manuel Fernández, este temade las tentaciones de los agentes pas-torales es una de las dos notas fuertesde EG: “Una es la necesidad de prestaratención a los agentes pastorales paradarles ánimo en medio de las tentacio-nes actuales. Otra es la preocupaciónpor poner a la Iglesia en salida misio-nera”3. Pues bien, según explica Víctor

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Pastoral egileek jarraitzaile misiolariakizateko lanean, gogoa eta azkartasunagaltzen badute, Elizaren ebanjelizatzeberrikuntza ezingo da aurrera eraman.Ezin daiteke egin ebanjelizatzerik eban-jelizatzaile gogotsu eta gartsu gabe.

3 V. M. FERNANDEZ - P. RODARI, La Iglesia del Papa Francisco. Los desafíos desde EvangeliiGaudium, Madrid, San Pablo, 2014, 46·47.

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Manuel Fernández, si los agentes pas-torales pierden intensidad y entusiasmoen su tarea de ser discípulos misioneros(que es el tema fundamental del docu-mento de Aparecida), la renovaciónevangelizadora de la Iglesia no podrállevarse a cabo. No puede haber evan-gelización sin evangelizadores ilusiona-dos y motivados. Creo que merece lapena citar un texto largo de esta mismaobra de Víctor Manuel Fernández, paraque comprendamos la importancia deci-siva que la EG da al conocimiento ysuperación de las tentaciones de losagentes pastorales:

“En Aparecida se tomó conciencia deun problema que tenemos con la caídadel fervor de los agentes pastorales.Porque hoy vivimos en medio de unaabrumadora oferta de consumo, queofrece modernos móviles, portátiles,blackberrys, accesorios de todo tipo,ropa, mucha variedad de alimentos yde lugares para ir a comer, muchísimasseries de televisión, viajes, playas, etc.Al mismo tiempo, para poder disfrutar,la gente quiere más tiempo libre. Por lotanto, la vida tiende a privatizarse cadavez más, la gente empieza a buscaropciones para aprovechar mejor sutiempo, y opta por lo que le otorguemás gratificaciones a su sensibilidad oa su ego. El efecto de todo esto es unatristeza individualista que brota de uncorazón que tiende a volverse cada vezmás cómodo y avaro. Para recordarnosque por ese camino en realidad no haymás vida, sino menos vida, leemos en

Aparecida: «La vida se acrecienta dán-dola y se debilita en el aislamiento y lacomodidad. De hecho, los que más dis-frutan de la vida son los que dejan laseguridad de la orilla y se apasionan enla misión de comunicar vida a losdemás» (DA 360) […]. No hace faltareducir la actividad ni vivir a la defensi-va para estar fuertes y sanos. Al contra-rio, si la entrega es sincera, generosa yfeliz, Cristo nos hace siempre nuevos,aunque seamos viejos”4.

Este texto pone el dedo en la llagasobre la importancia de las tentacionesdescritas en EG 76-101, y lo hace espe-cialmente cuando cita una frase con-tundente del Documento de Aparecida:“La vida se acrecienta dándola y sedebilita en el aislamiento y la comodi-dad... Si la entrega es sincera, generosay feliz, Cristo nos hace siempre nuevos,aunque seamos viejos”. En efecto, hayuna serie de circunstancias que son sín-tomas claros de una vida pastoralcómoda, aislada y debilitada, que midey disminuye la entrega y diluye por ellola vitalidad de las comunidades pasto-rales. Francisco describe las que sonpara él las seis principales. Veámoslas.E invito al lector a que piense, a medidaque avanza en el texto, en sí mismo:¿Se da en mí esta tentación? ¿Hastaqué punto? También es imprescindiblela lectura directa y completa del textopapal. Espero que este resumen queofrezco aquí no sea excusa u obstáculo,sino ayuda, para que el lector o lectoravaya directamente al texto de EG.

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4 V. M. FERNANDEZ - P. RODARI, La Iglesia del Papa Francisco, 47·48.

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2. Aipaturiko sei tentazioakLas seis tentaciones descritas

2.1. Nortasun krisia eta fede indarrarengaltzeaCrisis de identidad y caída del fervor

Dice Francisco que “hoy se puede advertiren muchos agentes pastorales, incluso enpersonas consagradas, una preocupaciónexacerbada por los espacios personales deautonomía y de distensión, que lleva a vivirlas tareas como un mero apéndice de la vida,como sino fueran parte de la propia identi-dad: individualismo, crisis de identidad ycaída del fervor. Son tres males que se ali-mentan entre sí” (EG 78). Francisco viene adecir que a veces, en vez de llenarnos de feli-cidad, nuestra tarea evangelizadora la vemoscomo un peso insoportable, y necesitamosdescansar o huir de ella continuamente. Lapersona se autoengaña dolorosamente: diceestar muy cansada por su actividad pastoraly que necesita tiempos cada vez másamplios de diversión y de olvidar el trabajopastoral. Pero, en realidad, no trabaja tanto:lo que sucede es que trabaja sin entusiasmoy se siente cada vez más vacía y “fuera desitio”. No quiere descansar: quiere huir, yquizá no se está dando cuenta. En el mundode la educación, por ejemplo, esto sucedeespecialmente con profesores/as que traba-jan con adolescentes.

Francisco dirige una aguda advertencia a losque se refugian en espiritualidades escapis-tas: “Al mismo tiempo, la vida espiritual seconfunde con algunos momentos religiososque brindan cierto alivio pero que no alimen-tan el encuentro con los demás, el compromi-

so en el mundo, la pasión evangeli-zadora” (EG 78). Creo que lo quedenuncia en esta frase ha ocurridocon frecuencia en muchas comuni-dades pastorales, que han idoconstruyendo refugios intimistasalejados de la gente y de los jóve-nes. En ciertas “escuelas de inte-rioridad” ha sucedido y sucede. Noson espiritualidades cristianas,sino New Age, como mucho. Aquítenemos mucho que discernir...

Otra cara de esta tentación es lasiguiente: “Muchos agentes pas-torales desarrollan una especie decomplejo de inferioridad que leslleva a relativizar u ocultar su iden-tidad cristiana y sus convicciones.Se produce entonces un círculovicioso, porque así no son felicescon lo que son y con lo que hacen,no se sienten identificados con sumisión evangelizadora, y estodebilita la entrega. Terminan aho-gando su alegría misionera en unaespecie de obsesión por ser comotodos y por tener lo que poseenlos demás” (EG 79).

Según Francisco, esta tentaciónpuede conducir a desarrollar “enlos agentes pastorales, más alládel estilo espiritual o la línea depensamiento que puedan tener, unrelativismo todavía más peligrosoque el doctrinal. Tiene que ver conlas opciones más profundas y sin-ceras que determinan una formade vida. Este relativismo prácticoes actuar como si Dios no existie-ra, decidir como si los pobres no

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existieran, soñar como si los demás noexistieran, trabajar como si quienes norecibieron el anuncio no existieran.Llama la atención que aun quienes apa-rentemente poseen sólidas conviccio-nes doctrinales y espirituales suelencaer en un estilo de vida que los lleva aaferrarse a seguridades económicas, oa espacios de poder y de gloria humanaque se procuran por cualquier medio,en lugar de dar la vida por los demás enla misión” (EG 80). De nuevo describeFrancisco algo que se ha dado y se da,especialmente en las iglesias occiden-tales. Sabemos hablar bien, hacer gran-des discursos y escribir proyectos edu-cativo-pastorales con grandes objeti-vos y líneas de acción; pero en lasopciones reales, prácticas, nos aferra-mos a seguridades materiales y econó-micas (cuando no otras más inconfesa-bles) y tomamos decisiones “como siDios, los pobres y las demás personasno existieran”.

Francisco acaba la descripción de cadauna de estas seis tentaciones con unafrase-eslogan que nos invita a ponerremedio. En este caso, dice: ¡No nosdejemos robar el entusiasmo misione-ro! (EG 80). “Contra crisis, misión”,recuerdo haber escuchado decir convehemencia hace muchos años a unode los superiores generales salesianosque animaron a la Congregación en losaños del postconcilio, Don EgidioViganò. Pues eso.

2.2. Pastoral nagikeriaAcedia pastoral

“Acedia” equivale a desidia y pereza.Según el Papa, la acedia nos lleva a“escapar de los compromisos”. Dice,por ejemplo, que “cuando más necesi-tamos un dinamismo misionero quelleve sal y luz al mundo, muchos laicossienten el temor de que alguien les invi-te a realizar alguna tarea apostólica, ytratan de escapar de cualquier compro-miso que les pueda quitar su tiempolibre. Hoy se ha vuelto muy difícil, porejemplo, conseguir catequistas capaci-tados para las parroquias y que perse-veren en la tarea durante varios años”(EG 81). ¿A que os suena? Lo mismopodríamos decir de lo que cuestaencontrar buenos/as animadores/aspara nuestros centros juveniles si com-paramos con los que surgían hace unpar de décadas.

Pero, advierte Francisco, esta situacióntambién se manifiesta en “sacerdotesque cuidan obsesivamente su tiempopersonal. Esto frecuentemente se debea que las personas necesitan imperio-samente preservar sus espacios deautonomía, como si una tarea evangeli-zadora fuera un veneno peligroso y nouna alegre respuesta al amor de Diosque nos convoca a la misión y nos vuel-ve plenos y fecundos. Algunos se resis-ten a probar hasta el fondo el gusto dela misión y quedan sumidos en unaacedia paralizante” (EG 81). ¡Cuántoscasos podríamos citar! Personas quetodavía jóvenes se borran del bregar dela misión pastoral y no quieren saber yanada. Cuántas veces oímos la frase:

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“Necesito tiempo para mí”, pero sabe-mos que en realidad se traduce en el99% de los casos como un apartarse delcamino y un decir “ya no puedo más, yaquí me quedo”, como decían aquellosfamosos versos de José Agustín Goy-tisolo en sus Palabras para Julia.

Especialmente lúcido y agudo me pare-ce este párrafo: “El problema no essiempre el exceso de actividades, sinosobre todo las actividades mal vividas,sin las motivaciones adecuadas, sinuna espiritualidad que impregne laacción y la haga deseable. De ahí quelas tareas cansen más de lo razonable,y a veces enfermen. No se trata de un

cansancio feliz, sino tenso, pesado,insatisfecho y, en definitiva, no acepta-do” (EG 82). Sabemos que la falta derevisión serena al terminar una activi-dad contribuye decisivamente a esecansancio tenso e infeliz que “quema”al agente pastoral.

El Papa describe así las diversas causasu orígenes de esa acedia o desganapastoral: “Esta acedia pastoral puedetener diversos orígenes. Algunos caenen ella por sostener proyectos irrealiza-bles y no vivir con ganas lo que buena-mente podrían hacer. Otros, por noaceptar la costosa evolución de los pro-cesos y querer que todo caiga del cielo.Otros, por apegarse a algunos proyec-tos o a sueños de éxitos imaginadospor su vanidad. Otros, por perder elcontacto real con el pueblo, en una des-personalización de la pastoral que llevaa prestar más atención a la organiza-ción que a las personas, y entonces lesentusiasma más la «hoja de ruta» quela ruta misma. Otros caen en la acediapor no saber esperar y querer dominarel ritmo de la vida. El inmediatismoansioso de estos tiempos hace que los

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“Arazoa ez dago beti eginkizun gehiegiizatean, gaizki bizitako ekintzetan bai-zik, beharrezko den gogorik gabe etaekintza gustagarri egingo duen espiri-tualtasunaz kutsatu gabeko ekintzetanbatez ere. Hortik, eginkizunak beharbaino gehiago nekatzea eta gaisotzeaaskotan. Ez da zorioneko neke bat,gogorra, astuna, asetzen ez duena etaoinarrian onartu ezina baizik” (EG 82)

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agentes pastorales no toleren fácilmen-te lo que signifique alguna contradic-ción, un aparente fracaso, una crítica,una cruz” (EG 82).

La descripción de esta tentación acabacon un párrafo duro, pero -si somossinceros con nosotros mismos- muyrealista: “Así se gesta la mayor amena-za, que «es el gris pragmatismo de lavida cotidiana de la Iglesia en el cualaparentemente todo procede con nor-malidad, pero en realidad la fe se vadesgastando y degenerando en mez-quindad» (J. Ratzinger). Se desarrollala psicología de la tumba, que poco apoco convierte a los cristianos enmomias de museo. Desilusionados conla realidad, con la Iglesia o consigomismos, viven la constante tentaciónde apegarse a una tristeza dulzona, sinesperanza, que se apodera del corazóncomo «el más preciado de los elixiresdel demonio» (G. Bernanos). Llamadosa iluminar y a comunicar vida, final-mente se dejan cautivar por cosas quesólo generan oscuridad y cansanciointerior, y que apolillan el dinamismoapostólico” (EG 83). Suena especial-mente fuerte la expresión “psicologíade la tumba”, pero sabemos que haypersonas que en un determinadomomento se quedaron en la cuneta dela vida pastoral y ahí siguen duranteaños: “Ya no queda nada que podamoshacer”, “yo ya no puedo dar más...”Algunos han llamado a esa situación“síndrome de la viuda de Sarepta”,recordando a aquella buena mujer quedice al profeta Elías: “No tengo nada de

pan cocido: sólo tengo un puñado deharina en la tinaja y un poco de aceiteen la orza. Estoy recogiendo dos palos,entraré y lo prepararé para mí y para mihijo, lo comeremos y moriremos”(1Reyes 17,12). A Aquellos que se hanapartado en una cuneta, en una espe-cie de “jubilación pastoral” hasta quellegue la hora de morir, Francisco lesexhorta: “Por todo esto me permitoinsistir: ¡No nos dejemos robar la ale-gría evangelizadora!” (EG 83).

2.3. Ezkortasun antzuaPesimismo estéril

Francisco denuncia también con fuerzala actitud pesimista de muchos agentespastorales, esa “conciencia de derrotaque nos convierte en pesimistas quejo-sos y desencantados con cara de vina-gre” (EG 85), en “profetas de calamida-des” (Juan XXIII). (EG 84). Es muy signi-ficativo que Francisco cite aquí estafamosa expresión de Juan XXIII, pro-nunciada en su discurso de aperturadel Concilio Vaticano II, el 11 de octubrede 1962. Francisco se permite citarlo demodo extenso: “Podemos volver aescuchar las palabras del beato JuanXXIII en aquella admirable jornada del11 de octubre de 1962: Llegan, a veces,a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertasinsinuaciones de algunas personasque, aun en su celo ardiente, carecendel sentido de la discreción y de lamedida. Ellas no ven en los tiemposmodernos sino prevaricación y ruina[...]. Nos parece justo disentir de talesprofetas de calamidades, avezados a

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anunciar siempre infaustos aconteci-mientos, como si el fin de los tiemposestuviese inminente. En el presentemomento histórico, la Providencia nosestá llevando a un nuevo orden de rela-ciones humanas que, por obra mismade los seres humanos pero más aún porencima de sus mismas intenciones, seencaminan al cumplimiento de planessuperiores e inesperados; pues todo,aun las humanas adversidades, aquéllalo dispone para mayor bien de laIglesia” (EG 84). Curiosamente, no esningún secreto que Francisco tambiéncuenta con su propia lista de “profetasde calamidades” que intentan ponerpalos en las ruedas de su proyectorenovador, y que le atacan inmisericor-demente desde sus blogs ultraconser-vadores, con frecuencia cobardementeanónimos. Se trata de nuevo de la clási-ca imagen del enfermo que se revuelvecontra el cirujano que le está curando.

En realidad, la postura permanentemen-te pesimista es profundamente antie-vangélica, porque “la mirada creyentees capaz de reconocer la luz que siem-pre derrama el Espíritu Santo en mediode la oscuridad, sin olvidar que«donde abundó el pecado sobreabun-dó la gracia» (Rm 5,20). Nuestra fe esdesafiada a vislumbrar el vino en quepuede convertirse el agua y a descu-brir el trigo que crece en medio de lacizaña” (EG 84).

Con todo, el Papa es realista, se alejadel optimismo ingenuo y reconoce lasdificultades espirituales que presentael ambiente del mundo actual: “Es cier-to que en algunos lugares se produjo

una «desertificación» espiritual, frutodel proyecto de sociedades que quierenconstruirse sin Dios o que destruyensus raíces cristianas... Pero «precisa-mente a partir de la experiencia de estedesierto, de este vacío, es como pode-mos descubrir nuevamente la alegríade creer, su importancia vital paranosotros, hombres y mujeres. En eldesierto se vuelve a descubrir el valorde lo que es esencial para vivir; así, enel mundo contemporáneo, son muchoslos signos de la sed de Dios, del senti-do último de la vida, a menudo mani-festados de forma implícita o negativa»(Benedicto XVI). En todo caso, allí esta-mos llamados a ser personas-cántarospara dar de beber a los demás. A vecesel cántaro se convierte en una pesadacruz, pero fue precisamente en la cruzdonde, traspasado, el Señor se nosentregó como fuente de agua viva” (EG86). Este párrafo puede resumir muybien la propuesta de solución del Papa:hay mucho desierto espiritual hoy, si;pero, precisamente por eso, no te rin-das y no te resignes a ser tú tambiénarena seca. Sé cántaro con agua, aun-que cueste buscarla y mantenerla fres-ca. ¡Vive contra corriente! O lo que es lomismo: “¡No nos dejemos robar laesperanza!” (EG 86).

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2.4. BakarkeriaIndividualismo

Cree Francisco que “salir de sí mismopara unirse a otros hace bien. En-cerrarse en sí mismo es probar el amar-go veneno de la inmanencia, y la huma-nidad saldrá perdiendo con cadaopción egoísta que hagamos” (EG 87).Sin embargo, “muchos tratan de esca-par de los demás hacia la privacidadcómoda o hacia el reducido círculo delos más íntimos, y renuncian al realis-mo de la dimensión social delEvangelio. Porque, así como algunosquisieran un Cristo puramente espiri-tual, sin carne y sin cruz, también sepretenden relaciones interpersonalessólo mediadas por aparatos sofistica-dos, por pantallas y sistemas que sepuedan encender y apagar a voluntad.Mientras tanto, el Evangelio nos invitasiempre a correr el riesgo del encuentrocon el rostro del otro, con su presenciafísica que interpela, con su dolor y susreclamos, con su alegría que contagiaen un constante cuerpo a cuerpo. Laverdadera fe en el Hijo de Dios hechocarne es inseparable del don de sí, dela pertenencia a la comunidad, del ser-vicio, de la reconciliación con la carnede los otros” (EG 88). Con frecuencia heoído a cristianos/as procedentes deLatinoamérica o África lamentar el esti-lo frío, aislado y solitario de la vida denuestras parroquias urbanas españo-las. Y tienen razón: “Un cristiano solono es cristiano” (Tertuliano). “Un santotriste es un triste santo”, decía a menu-do San Juan Bosco.

Esta tentación se manifiesta en el “ais-lamiento”, en la “tendencia a escapardel compromiso y vida fraterna y comu-nitaria”, en “no aceptar a los demáscomo mediación de Cristo”, en “escon-derse y quitarse de encima a los demás”(EG 91). ¿Cuántos casos conocemos deagentes pastorales de todas las edadesque “se manejan muy bien con los jóve-nes” pero son incapaces de trabajar enequipo y coordinarse con otros anima-dores o educadores? ¿Cuántas accionespastorales interesantes borradas delmapa en cuanto es trasladada la perso-na carismática, pero poco comunitaria,que la puso en marcha?

Por otro lado, algunas nuevas espiri-tualidades intimistas e individualistasactuales transforman en religiosidaddifusa y vaga esta tentación (cf. EG 89-90). Deberíamos estar atentos para nodar, por comodidad, “gato por liebre” anuestros destinatarios, no ofrecer NewAge en vez de Evangelio. No sería el pri-mer caso ni el segundo...

El Papa Francisco es realista: sabe quetrabajar con otros en comunidad (en unequipo de animadores o catequistas,en un claustro de educadores, en ungrupo en que se comparte la fe...) trae aveces la cruz, pero huir de los otros yaislarse es la peor solución. Por esoacaba diciendo: “¡No nos dejemosrobar la comunidad!” (cf. EG 87-92).

Según Francisco, “hace falta ayudar areconocer que el único camino consisteen aprender a encontrarse con losdemás con la actitud adecuada, que esvalorarlos y aceptarlos como compañe-ros de camino, sin resistencias internas.

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Mejor todavía, se trata de aprender a des-cubrir a Jesús en el rostro de los demás,en su voz, en sus reclamos. También esaprender a sufrir en un abrazo con Jesúscrucificado cuando recibimos agresio-nes injustas o ingratitudes, sin cansar-nos jamás de optar por la fraternidad”(EG 91). Francisco es realista: sabe quetrabajar con otros en comunidad (en unequipo de animadores o catequistas,en un claustro de educadores, en ungrupo en que se comparte la fe...) traea veces la cruz, pero huir de los otros yaislarse es la peor solución. Por esoacaba diciendo: “¡No nos dejemosrobar la comunidad!” (cf. EG 87-92).

Me parece interesante destacar que lapreocupación de Francisco por el indivi-dualismo aparece también en su encí-clica ecológica Laudato Si’, precisamen-te cuando menciona que es urgente-mente necesario cambiar nuestro estilode vida: “Siempre es posible volver adesarrollar la capacidad de salir de síhacia el otro. Sin ella no se reconoce alas demás criaturas en su propio valor,no interesa cuidar algo para los demás,no hay capacidad de ponerse límitespara evitar el sufrimiento o el deteriorode lo que nos rodea. La actitud básicade autotranscenderse, rompiendo laconciencia aislada y la autorreferencia-lidad, es la raíz que hace posible todocuidado de los demás y del medioambiente, y que hace brotar la reacciónmoral de considerar el impacto que pro-voca cada acción y cada decisión perso-nal fuera de uno mismo. Cuando somoscapaces de superar el individualismo,realmente se puede desarrollar un esti-

lo de vida alternativo y se vuelve posi-ble un cambio importante en la socie-dad” (LS 208).

2.5. Espiritualtasun mundukoiaMundanidad espiritual

Creo que es una tentación muy presen-te en nuestros ambientes pastorales, ytambién opino que no todos los comen-tarios que he escuchado o leído sobreeste apartado han entendido a fondo loque aquí se denuncia. Dice Franciscoque esta tentación “se esconde detrásde apariencias de religiosidad e inclusode amor a la Iglesia; es buscar, en lugarde la gloria del Señor, la gloria humanay el bienestar personal. Es lo que elSeñor reprochaba a los fariseos... elcuidado de la apariencia” (EG 93).

Se plasma en “ideologías” que suplan-tan al Evangelio de Jesús. Escuchemosla descripción del Papa: esta tentación“se da en dos maneras profundamenteemparentadas. Una es la fascinacióndel gnosticismo, una fe encerrada en elsubjetivismo, donde sólo interesa unadeterminada experiencia o una serie derazonamientos y conocimientos quesupuestamente reconfortan e iluminan,pero en definitiva el sujeto queda clau-surado en su razón o sus sentimientos.La otra es el neopelagianismo autorre-ferencial y prometeico de quienes en elfondo sólo confían en sus propias fuer-zas y se sienten superiores a otros porcumplir determinadas normas o por serinquebrantablemente fieles a ciertoestilo católico propio del pasado. Esuna supuesta seguridad doctrinal o dis-

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ciplinaria que da lugar a un elitismonarcisista y autoritario, donde en lugarde evangelizar lo que se hace es anali-zar y clasificar a los demás, y en lugarde facilitar el acceso a la gracia se gas-tan las energías en controlar” (EG 94).

Llamar neognósticos y neopelagianosa progresistas y conservadores ha sidoun modo irónico (¿jesuítico, si se mepermite recurrir al tópico?) al que harecurrido Francisco para decir queestas posiciones ideologizadas no sontan nuevas como creen los que estánabsorbidos, incluso abducidos, porellas. Los primeros se pasan de avanza-dos y los segundos de conservadores.

Si somos sinceros, cuántas luchas ide-ológicas un tanto estúpidas y parali-zantes hemos vivido entre avanzados yultracatólicos, entre pastoralistas yescolaristas, entre pastoral espiritualis-ta y social, entre cristianos de presen-

cia y de mediación, entre... Pero, enrealidad, ambas posturas, cuando pier-den el equilibrio, se centran en una ide-ología y no en el Evangelio de Jesús. Poreso concluye así: “¡No nos dejemosrobar el Evangelio!” (EG 97). Esta divi-sión entre ultraconservadores y progre-sistas lleva a la siguiente tentación.

2.6. Geure arteko gerlakGuerras entre nosotros

En efecto, debido a estas divisionesinternas, el Papa constata lo siguiente:“Dentro del Pueblo de Dios... ¡cuántasguerras! Cristianos en guerra con otroscristianos que se interponen en su bús-queda de poder, prestigio, placer oseguridad económica. Más que perte-necer a la Iglesia toda, pertenecen a talgrupo que se siente diferente o espe-cial...” (EG 98). Cualquiera que conozcala vida interna de muchas parroquias y

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escuelas cristianas reconocerá que eneste apartado el papa Francisco no seanda por las ramas, sino que da en elclavo en su análisis.

A continuación hace una descripciónmuy dura, pero también muy realista.Se nota que Francisco, que como jesui-ta ha vivido en diversas comunidades, ycomo obispo “pateó” todas las parro-quias y barrios bonaerenses, no habladesde un despacho o desde la teoría,sino desde una gran proximidad a larealidad: “Me duele tanto comprobarcómo en algunas comunidades cristia-nas, y aun entre personas consagradas,consentimos diversas formas de odio,divisiones, calumnias, difamaciones,venganzas, celos, deseos de imponerlas propias ideas a costa de cualquiercosa, y hasta persecuciones que pare-cen una implacable caza de brujas. ¿Aquién vamos a evangelizar con esoscomportamientos?” (EG 100).

En esa pregunta última (¿A quiénvamos a evangelizar con esos compor-tamientos?) está la clave de todo:¡cuánta sangría de fuerzas que sedeberían emplear en la evangelización!Y no será porque Jesús no lo advirtió:“Todo reino dividido contra sí mismoqueda asolado, y toda ciudad o casadividida contra sí misma no podrá sub-sistir” (Mt 12,25). Incluso fue motivo deoración para Él: “Que todos sean uno.Como tú, Padre, en mí y yo en ti, queellos también sean uno en nosotros,para que el mundo crea que tú me hasenviado. Yo les he dado la gloria que túme diste, para que sean uno comonosotros somos uno: yo en ellos y tú en

mí, para que sean perfectamente uno, yel mundo conozca que tú me has envia-do y que los has amado a ellos comome has amado a mí” (Jn 17,21-23).También Pablo advierte a los cristianosgálatas: “Toda la ley alcanza su pleni-tud en este solo precepto: Amarás a tuprójimo como a ti mismo. Pero si osmordéis y os devoráis mutuamente,¡mirad no vayáis mutuamente a destrui-ros!” (Gal 5,14-15).

Y concluye Francisco también aquí conuna viva exhortación: “¡No nos deje-mos robar el ideal del amor fraterno!”(EG 98-101).

3. Ba al dago irtenbiderik?¿Hay solución?

El Papa Francisco ha planteado con estastentaciones problemas muy serios, quesabemos que se han dado y se estándando en muchas comunidades educati-vo-pastorales: parroquias, colegios, cen-tros juveniles, plataformas sociales, gru-pos cristianos diversos... Haríamos muybien en revisarnos personal y comunita-riamente para poner remedio a lo quemás nos esté afectando.

Es verdad que la realidad descritapodría desanimarnos. Por eso no quie-ro concluir sin adelantar que en el últi-mo capítulo de EG, Evangelizadores conEspíritu (nn. 262-288), se apuntan solu-ciones profundas para estas situacio-nes. Y es que Francisco coincide ahí, sincitarlo, con San Pablo: “Donde abundóel pecado, sobreabundó la gracia”(Rom 5,20). Esa frase no solo fue escri-ta para el siglo I, también para el XXI.

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AZTERTU ETA ERANTZUTEKO, NAHIZ BAKARKA NAHIZ ELKARKANEAN:

• Berrikusi aipaturiko tentazioak eta azaldu benetan, nola ikusten dugun hor geureburua eta zergatik iritxi garen horraino.

• Pastoral nagikeriak jota al nago? Pastoral indarra galdu al dut? Zabarkeriak galtzenal nau? Neuretzako denbora gehiegi behar eta bilatzen al dut? Pastoral konprome-zuari ihes egiten al diot? Zergatik gertatu zait hori niri?

• Bakar lana ala elkartea egiten dut?

• Zatikeriak eta elkarren aurkako joerak al daude gure pastoral elkartean? Nolaaurre ematen diegu? Zer egin beharko genuke hori zuzentzeko?

• Gaur eguneko basamortuan, ura gordetzen duen ontzia naiz ala kexatu egiten naizbakarrik? Nola gehitu barruko ur hori...? Lagungarri izango litzaizkigukeen propo-samen zehatz batzuk hauek lirateke....

PARA REFLEXIONAR Y RESPONDER PERSONAL Y COMUNITARIAMENTE:

• Repasar las tentaciones descritas y decir sinceramente en qué medida nos senti-mos reflejados, y por qué hemos llegado ahí.

• ¿Sufro “acedia pastoral” (desgana, pereza)? ¿He perdido tensión pastoral, me dejollevar por la desidia, necesito y busco un excesivo “tiempo para mí”...? ¿Rehúyo elcompromiso pastoral? ¿Por qué se ha dado eso en mí?

• ¿Soy individualista o “construyo comunidad”? Lo noto en que...

• ¿Hay divisiones y enfrentamientos en nuestra comunidad pastoral? ¿Cómo losafrontamos? ¿Qué más deberíamos hacer para solucionarlo?

• ¿Soy cántaro que conserva agua dentro en medio del desierto actual o solo mequejo? ¿Cómo aumentar esa agua interior...? Unas propuestas concretas que nosayudarían son...

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Delegación Diocesana dePastoral con Jóvenes

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