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narrativa Alba Guerrero I II III IV Cuéntame Las leyes de la espiritualidad: interpretación de una estudiante

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  • n a r r a t i v a

    Alba Guerrero

    III

    IIIIV

    CuéntameLas leyes de la espiritualidad:

    interpretación de una estudiante

  • Cuéntame

  • CuéntameLas leyes de la espiritualidad:

    interpretación de una estudiante

    Alba Guerrero

    Centro de Creación LiterariaTecnológico de Monterrey

  • © Tecnológico de Monterrey Centro de Creación Literaria Felipe Montes, director

    © Alba Miriam Guerrero Martínez, 2013

    Erika del Ángel Esquivel, edición y diseño

    Todos los derechos reservados conforme a la ley.

  • Índice

    Prólogo 7

    Capítulo IPrimera ley de la espiritualidad 9

    Capítulo IISegunda ley de la espiritualidad 15

    Capítulo IIITercera ley de la espiritualidad 20

    Capítulo IVCuarta ley de la espiritualidad 24

    Epílogo 27

  • A mi familia, por siempre aguantarme

  • 7

    Prólogo

    Esta no es una historia rara o fantástica o fuera de común… es una historia humana, con defectos, derrotas, errores y, sobre todo, con muchas faltas de ortografía y pésima redacción.

    La verdad, no quiero escribir sobre el amor, soy la menos in-dicada para hablar de ello pero, ¿acaso hay otro sentimiento que nos lleve a cometer tantos errores como lo hace el amor?

    O definitivamente eso no es amor... ya no se sabe.Para esto expondré las reglas o leyes de la espiritualidad,

    que serán una combinación de los últimos pensamientos a las historias dolorosas que pasamos y que, al final, y a pesar de todo, sucedem.

    Esta muy personal interpretación que hago de las leyes de la espiritualidad tiene su origen en la India y son cuatro; en un capítulo expondré cada una de ellas y como ejemplo describiré experiencias, citas y sucesos personales sobre ellas.

    Espero sinceramente que les gusten y que, así como a mí me han ayudado, a ustedes lectores tambióen les ayude a encontrar la paz en sus interiores.

  • I

    La persona que llega es la persona correcta

  • 9

    Capítulo IPrimera ley de la espiritualidad

    La persona que llega es la persona correcta, es decir, nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos ro-dean y que interactúan con nosotros están allí por alguna razón, ya sea para hacernos aprender o para ayudarnos a avanzar en situaciones complicadas.

    ¿Quién no ha tenido un amigo al que uno molesta levemente?El amigo que siempre está ahí para alegrarte el día molestán-

    dolo con bromas incoherentes y sin sentido, al que no le importa que bromees con él porque sabe que es una las maneras en las que puede estar contigo y divertirse un rato.

    Bueno ese eras tú. Eras como mi mejor amigo, bromeaba un poco contigo y

    después nos poníamos serios y hablábamos de cosas profundas, más personales e importantes o de los planes del futuro, pero nunca te vi como una algo más, nunca... hasta que...

    Hablar contigo era como hablar conmigo misma, pero que alguien más respondiera a mis diálogos y pensamientos, era agradable tenerte ahí, realmente disfrutaba las tardes juntos ha-ciendo nada y hablando de todo.

    Fue hasta esa tarde de septiembre en la que me dijiste que querías conocerme más, que si podíamos intentar ser más que amigos, que te gustaba mucho la forma en la que me expresaba y dirigía, que me admirabas y… bueno, todas esas sandeces de palabras que dicen las personas cuando tratan de impresionar a otras…

    ¡Ja, acepté!

  • 10

    Y es que yo igual lo venía pensando ya desde atrás que la relación que teníamos era algo más que amistad, pero tampoco era algo más.

    En fin, una vez que acepté ser más que amigos todo fue demasiado rápido… fue demasiado intenso, definimos la reglas del juego en ese momento en frases como: “no quiero que no sea formal”, “quiero que no sientas presiones”, ”no creas que quiero otra cosa”. En fin, todo eso que se dice, ¿no?

    Ahora reflexiono que quizá acepté por las razones equi-vocadas; honestamente ni me gustabas, pero quise darme la oportunidad, darte una oportunidad, al final me enamoré de ti: de tus ideales, de tus metas y sueños, creo que es imposible no enamorarse de la expresión de las personas en general cuando cuentan sus sueños.

    Y de pronto así como fuiste primero un gran amigo, lue-go te convertiste en mi gran amor y, al final, fuiste también la más grande de mis decepciones, nunca pensé que alguien como tú, que significaba tanto en mi vida, me haría algo como lo que hiciste… simplemente fue trágico y doloroso.

    En fin, después pensaba: ¿era lo que quería en realidad?, ¿lo que necesitaba?, ¿es lo que quiero?

    Aún no tengo respuestas a estas preguntas... creo que es cuestión de madurar.

    La vida me dio la oportunidad de conocerte, de ayudarte y de sentir con intensidad. La verdad nunca fue difícil tenerte cari-ño y de quererte, como ya he dicho, eras mi amigo y yo tu amiga sincera, pero lo echaste a perder.

    Esta ley de la espiritualidad de “todos llegan a tu vida por algo” toma un significado diferente cuando te pasan tales decepcio-nes amorosas. La vida cambia y entiendes que no fue en vano el sufrimiento y que es mejor tomarlo como algún tipo de aprendi-zaje para poder continuar con esta vida.

    Alguien me dijo una vez: “creo que las cosas malas le pasan a la gente buena, para que aprendan, y que puedan ser aún mejores personas”, ahora esta frase la tomé como mi religión.

  • 11

    Las cosas que tu crees como crueles y dolorosas no pueden estar tan mal, después de todo, lo que no te mata te hace más fuerte, ¿no?

    Por eso le deseo bien a aquel amigo, que me enseñó mu-chas cosas, que me hizo madurar en algunas otras, que me hizo entender que no te puedes fiar de nadie, que, como dicen por ahí, “no confíes en nadie, porque hasta en la oscuridad tu propia sombra te abandona”.

    Bueno, a lo mejor eso ya está medio exagerado, pero como yo siempre había confiado en las personas y, una de ess personas, de las más importantes de mi vida, me decepcionó, por eso ex-preso tal emoción.

    Y bueno, he reflexionado también que eso nos pasa a los niños tec, que estamos en una burbujita desde que estamos en el jardín de niños, nos conocemos los mismos y hablamos entre los mismos, es una sociedad muy cerrada y confiamos en noso-tros; pero luego llegamos a la universidad y conocemos a otras personas: foráneos, extranjeros o de ámbitos ajenos al nuestro y queremos seguir tratándolos igual, confiar igual y damos mu-cho recibiendo poco; y aclaro, hablo sólo sobre las amistades, no sobre aspectos económicos.

    Soy ese tipo de persona en la que puedes confiar, y yo confío igual, afortunadamente (o lamentablemente) hasta que conocí a este amigo nunca había tenido ningún problema con ello, yo vivía mi vida en paz.

    Ahora sí que como dice Juanga: “hasta que te conocí, vi la vida con dolor, no te miento fui feliz, pero con muy poco amor”, no sé escribir libros…

    Pasé una etapa muy fea de mi vida, espero nunca sentirme como en esos momentos, supongo que así se siente un corazón roto y con la confianza traicionada.

    Las decepciones también suceden con las amistades normales, esas que sientes como la verdadera amistad, casi como si fuera una hermandad.

  • 12

    Otra pregunta: ¿Quién no ha tenido esa amiga a la que quie-res como tu hermana, o un amigo al que ves y te provoca llorar y contarle tus amarguras… de esas que igual son tontas, pero para ti significan el mundo?

    Siempre he creído que para una buena amistad se necesita, entre muchas otras cosas, la empatía y la tolerancia, pero ¿hasta dónde?

    Ese es otro cuestionamiento que me ha surgido en los últi-mos meses, ¿hasta dónde te puedes dejar impresionar o afectar por la situación sentimental, económica, política y/o social de un amigo?

    Bueno recurriendo a diversas fuentes secundarias (tv, revis-tas, facebook, twitter), y largas conversaciones con mi familia, el razonamiento final fue: no te involucres tanto, al final, como dicen en frases random de twitter: “Deja ir a personas que sólo llegan para compartir problemas. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente”. (Anónimo)

    No digo que no existan personas que merecen de tu aten-ción, confianza y empatía, de tu sensibilidad y de tus apapachos, simplemente te vas dando cuenta de que eres importante y de que es un poder exclusivo, muy tuyo, que no puedes —di debes— dárselo a cualquiera, sólo a los que importan y, vuelvo a lo mis-mo, no puedes confiar en todos.

    Empiezas a clasificar las amistades, a calificar a las personas y, aunque no quieras, no lo puedes evitar, porque te han lasti-mado y no quieres que vuelva a suceder; ¿será también esa cosa tenebrosa catalogada como madurez?

    Y ya que nos ponemos filosóficos: ¿el ser humano es bueno o malo?, ¿nace o se hace?

    Decía Rosseau: “el hombre es bueno por naturaleza”, pero ¿será cierto?, en contraparte, Hobbes decía que: “el hombre es un lobo para otro hombre”, es decir, que siempre estamos en competencia, que es la naturaleza de la esencia humana.

    Son conceptos muy personales y dependerán de la manera y la forma en que ven y vivan ustedes la vida.

    En lo personal creo que si le enseñas a un niño las cosas buenas, lo valores y los buenos principios, crecerá con amor y, por lo tanto, verá en el prójimo una oportunidad de trascender y vivir.

  • 13

    Por el contrario, si dejas un niño siendo infeliz, creciendo en un ambiente rudo y cruel, lo que obtendrás será una persona que esté a la defensiva y viendo a los demás siempre como una amenaza.

    Apoyo a Rosseau en esta filosofía, la vida te hace malo y frío hasta cierto punto, ¡oh, querida amiga, llamada madurez! ¿O acaso la estoy confundiendo?

    La gente que llega, llega por algo; ya sea para dejarte este tipo de pensamientos, para revalorarte como persona, para desafiar tus creencias y remodelarlas, para así poder sobrevivir en un círculo o en una sociedad.

    La naturaleza del hombre frente a las experiencias, buenas o malas, es agradecerlas y decirles: “gracias, me has enseñado a crecer como persona”; no justifica el mal que te puedan llegar a hacer, pero sí es una forma positiva de ver las experiencias desagradables.

  • II

    Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido

  • 15

    Capítulo IISegunda ley de la espiritualidad

    Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido, es decir, nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante.

    No existe el: “si hubiera hecho tal cosa habría sucedido tal otra...”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así para que aprendiéramos esa lección y sigamos adelante.

    Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

    Esta ley puede tener diversos significados, todo dependerá de las cosas que has vivido, puede que te identifiques con las histo-rias, pensamientos que te describa a continuación o puede que lo interpretes de otra manera, de todas maneras ve siempre el lado positivo de las cosas, no te tomes nada muy personal y deja ir a los que te hacen daño.

    Verdaderamente me gusta mucho esta ley, sobre todo donde te explican que puede ser que tu ego el que se resista a creer que pu-diste haber hecho las cosas de otra manera, que alguna situación pudo salir mejor si hubieras manejado las circunstancias de otra

  • 16

    manera y que no estuvieras en donde estás si hubieras tomado una decisión distinta; pero no es así; las cosas que suceden, que nos suceden, tuvieron que ser por algo, y no me quiero poner muy religiosa en esta parte, sólo quiero creer que todo es a causa de un plan divino, es sobre tu destino.

    Relaciono mucho esta ley con la situación de mis padres, quizás porque no tengo suficiente vida hecha como para comprenderla en base a mis experiencias, pero veo a mis papás y siento que a veces se reprochan no haber hecho las cosas diferentes, quizá haber puesto a sus hijos a otras escuelas o no haber hecho tal o cual cosa.

    Sin embargo, otro aspecto que también veo es que salen ade-lante y que aplican muy bien esta ley sin siquiera saberla (porque son muy lógicas y son la clave para ser feliz).

    Contaré su historia, no es extraordinaria, pero siempre la tengo en mi mente y la mayor parte del tiempo trato de guiarme con su ejemplo de vida y de relación, va:

    Mis papás tenían 15 años cuando se conocieron en Monclo-va, Coahuila, eran muy chicos, inocentes y llenos de ideales. Mi mamá siempre cuenta que desde que lo conoció supo que era el amor de su vida y que nunca lo dejaría y, mi papá, cuenta que desde el momento en que la vio se condenó (en broma, siempre dicen lo mismo).

    Cuando cumplieron 18 años de edad, fue un momento im-portante en que las decisiones fuertes se tuvieron que tomar, “¿qué quiero estudiar?, ¿estudiamos en Monclova o en Monte-rrey? ¿Nos casamos?”

    Y, a los 18 años, se casaron y decidieron seguir estudiando la Universidad en Monterrey.

    Bueno, para entender un poco lo que sigue, explicaré un poco su historia previa: ambos vienen de una familia muy gran-de; en el aspecto económico se veían tristemente sin apoyo, pero eso no los detuvo, se mudaron a Monterrey con la herencia del bisabuelo de mi mamá y consiguieron un pequeño departa-mento, compraron algunos muebles y sacaron sus matrículas

  • 17

    para la Universidad Autónoma de Nuevo León, mi mamá para contaduría y mi papá para ingeniero civil.

    Durante los años universitarios se mantuvieron como pudie-ron, trabajando en medios turnos. Ellos fueron los ejemplos para sus hermanos y, así como ellos llegaron a Monterrey, varios de sus familiares hicieron lo mismo, sin dinero, y mi papá los sacó adelante a todos, sin peros ni reproches, siempre pensando en “la familia… es la familia”.

    Mi papá ahora cuenta que sin esas presiones que formaron su carácter, no sabría qué estaría haciendo hoy. Al terminar sus respectivas carreras nació mi hermano mayor, un incentivo más para salir adelante, después llegué yo y un año más tarde mi her-mano pequeño, entre tanto, también nació el otro hijo de mi papá, pero no piensen mal, el otro hijo es la constructora que él fundó hace ya más de una década.

    Y así se fue formando nuestra familia, así mis papás fueron madurando y creciendo como personas, siempre teniendo pre-sente al amor fraternal y el “echale pa’delante”, “no te rindas”, y el tan típico dicho de mi papá: “Dios proveerá”.

    He aprendido, por su experiencia, lo fuerte que puede lle-gar a ser una persona, lo significativo que es tener siempre a alguien a tu lado que te apoye moralmente y emocionalmente, y que todo lo que pasa nos pasa por algo, para dejar nuestra senda y que muchos aprendan y sepan andar por ella.

    Siempre han sido mi inspiración porque son el claro ejemplo de lo que esta ley implica:

    Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra men-te y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

    Ellos siempre han visto las situaciones difíciles como una forma de superarse y, sobre todo, de amarse, porque para noso-tros todo lo hacen con amor.

  • 18

    En la escuela también apliqué esta ley, y es que cada semestre esto se pone más difícil y cada vez que se termina un semes-tre piensas “el próximo será mejor, seguramente los bloques que veamos serán más interesantes, a lo mejor me dedico más a eso. Empezaré a estudiar desde el primer día, seré otra persona, ni mis amigos me van a reconocer. Ya no saldé los fines… bueno sólo el viernes… igual y el sábado también, pero ya no veré se-ries o saldré hasta acabar con todo lo que tenga pendiente”, y la primera semana pasa; tal vez la segunda y alcance hasta la ter-cera, pero llegan los exámenes del primer parcial y todo lindo, calificaciones excelentes y vuelves a pensar: “no estuvo tan mal, ¿no?, pero me perdí de la fiesta de Juana, el cumple de Pancho… creo que puedo manejar esto y salir más. Estudiar”.

    Pasan los días, llegan las trágicas calificaciones del segun-do parcial y quieres volver a ser el personaje utópico del primer parcial pero no puedes, ya estás demasiado enviciado con los pla-ceres de la vida; y luego llega el tercer parcial, para estas alturas ya estás cansado, te consuelas diciendo: “bueno, y si no hubiera salido tanto me hubiera vuelto loco, igual no importa, me divertí mucho”, y llega el cuarto miniparcial y ahí sí te vuelves loco, no sales, te casas con los libros, ¡oh esos libros tan celosos!, llegan los finales y te das cuenta que esta historia ya la conoces, que fue la misma del semestre pasado y… antepasado.

    Te preguntas: ¿cuándo será el día en que madures y toques fondo, para volver a sentirte de nuevo capaz y vivo?

    Recibes las crudas noticias y las manejas como siempre. Lle-gan y se van los veranos y sigues adelante.

    No es que me haya pasado, pero puede pasar, uno nunca sabe… esas cosas que le pasan al primo de un amigo, oh, sí… como las hemorroides.

    En fin así pasa, y así duele, quizás esto te hace más fuerte para el futuro y te prepara para otro tipo de noticias.

  • III

    En cualquier momento que comience es el momento correcto

  • 20

    Capítulo IIITercera ley de la espiritualidad

    En cualquier momento que comience es el momento correcto. Es decir, todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni des-pués. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando sucederá.

    Este capítulo será sobre el amor, el dulce y meloso amor. Aquí va la pregunta: ¿quién no se ha pasado al menos una noche pensan-do, por qué no a mi, dónde está el ser que amaré y que me amará por siempre?, ¿estará viendo la misma luna que yo?, mientras escuchas canciones de Arjona o alguna tontería así.

    Bueno, en fin, este tema está un mucho muy platicado, pero aún así no nos cansamos de hablar de ello.

    A veces es un tema en el que nos sentimos solos y perdidos, y tratamos de pedir consejos pero nadie nos lo sabe dar ni explicar, o si nos explican no estamos satisfechos con tales dichos.

    Si me dieran un peso por cuántas veces a la semana me lle-gan a contar los amigos o amigas sobre sus infortunios amorosos probablemente sería… tendría 10 pesos... a lo que me refiero es que somos muchos los que sufrimos por amor, los que esperamos “sin esperar”.

    Lo que les digo siempre a mis amigos sobre estos asuntos es que no se preocupen, ya llegará la persona afortunada, aquel quien pueda ver en ti la razón de enamorarse, claro que todos queremos saber que nuestro amor verdadero es realmente el ver-dadero y vivir feliz por siempre, pero no hay que clavarse, no tie-ne ningún caso, se debe tener en cuenta también el famoso dicho

  • 21

    de “el que no habla Dios no lo oye”, tampoco andes por la vida sin arreglarte o siendo mala persona con todos, no, por ahí no va la cosa, tú también debes poner un poco de esfuerzo, al menos siendo agradable para los demás y aquí viene otro dicho: “sonríe, nunca sabes quién se enamorará de tu sonrisa”.

    Pero luego pienso, y ¿quién soy yo para dar esos consejos?, y después me contesto, ¡pero si eres la máster de la soltería!

    En fin, nunca me había afectado tanto el no tener novio, es muy interesante saber que probablemente batallaré mucho en ese departamento de mi vida.

    Mentiré si digo que nunca me he sentido sola, o que no ne-cesito de alguien para ser feliz. La verdad es que está en nuestra naturaleza, en nuestro ser y no lo podemos ocultar, pero sí diré que mi felicidad no depende de nadie y de nada, pero que si ten-go uno o dos amigos cerca la vida es más llevadera.

    Muchas veces, a nosotras las médicas siempre nos han dicho que es la peor de las profesiones para una mujer, que no tendremos pareja, que por lo tanto no nos casaremos y en consecuencia no tendremos hijos y terminaremos muriendo solas y abandonadas.

    Sí… eso siempre nos lo dicen, nunca falta ese tema en las reuniones de los estudiantes de Medicina.

    Pero eso nos han enseñado siempre, creo que nuestra me-jor arma para responder ante estas agresiones a nuestra moral es decir: ya llegará el que tenga que llegar, todo comienza cuan-do tenga que comenzar.

    Y así, cuando no esperas nada, no te desilusionas de nada tampoco, porque al final nunca lo habías considerado.

    Por ello, cuando llegue el amor, te darás cuenta que en ver-dad es el amor, y no se estarán confundiendo con la friendzone y esas historias deprimentes de la televisión y el internet.

    Al principio, es decir, cuando era emisita (así nos dicen a los EMIS 1), no me importaba para nada eso de vivir sola y dedicar-me a mi carrera, de ser una excelente médica y que ese sería mi premio, lo demás solo vendría y, si acaso no era así, mi carrera era lo que me importaba.

  • 22

    Después me di cuenta que así no eran las cosas, que nunca me imaginé lo sola que te puedes llegar a sentir en un auditorio con 40 personas, todos aparentando ser “tus amigos”, o con tu familia que saben “lo que es estar en la universidad” y con sus típicos comentarios “yo ya pasé por lo que tú estás pasando” o “no eres la primera ni la última”, o la más chocante, “tú quisiste esa carrera”.

    En esos momentos en el que te sientes sola es cuando reflexiones y, sobre todo, reparas en que los únicos que te pueden llegar a entender son tus propios compañeros, pero lo cierto es que nadie tiene el tiempo de escucharte, o no te lo quieren dar, o tú no quieres invertir tiempo para explicarte.

    Ante estos momentos de desesperanza y ansiedad, te sugie-ro respirar profundo y, como una muy buena amiga siempre me dice: “no te preocupes y mejor ocúpate”, has lo que tienes que ha-cer y si sobra el tiempo date un gustito, un auto-apapacho como leer algo que te apasione con la música de tu preferencia.

    Yo sé que si no estás acostumbrado o no te interesa va a ser difícil, pero es muy relajante porque te enfocas en otros proble-mas, los de los personajes, y dejas al menos por un momento los tuyos y después puedes pensar mejor.

  • IV

    Cuando algo termina, termina,simplemente así

  • 24

    Capítulo IVCuarta ley de la espiritualidad

    Cuando algo termina, termina. Simplemente así. Es decir, si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

    Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.

    Esta ley se explica sola, así como es: lo que termina, termina. Se complementa perfectamente con la segunda ley, precisa-

    mente donde dice que nada pasa por que sí; sobre todo en donde nos menciona que aunque nuestro ego y mente se quieran resis-tir, las situaciones que nos acontecen son las únicas que pudieron haber pasado.

    Así comprendemos y avanzamos, procurando que no vuel-van a suceder las cosas que salieron mal y sobre todo las que nos hicieron sentir mal. Después de que llegan a su fin, debemos de analizar el aprendizaje obtenido y partir de esa línea.

    Hay mucha gente que se aferra a las cosas, situaciones y emociones que ya pasaron. Entiendo que es también natural en el ser humano tener ese sentimiento de culpa y de repasar las cosas una y otra vez, pero no toda la vida te puedes culpar de las cosas que salieron mal.

    Y la pregunta: ¿quién no tiene esa amiga o amigo que te cuenta de las cosas que pasaron años atrás como si hubieran pasado ayer? Tú, como amigo, los escuchas, pero lo importante aquí es identificar qué aprendió de esa experiencia y dárselas a conocer, quizás ni ellos saben qué fue lo que hicieron bien o mal, y estos son los tan famosísimos “ciclos sin concluir”.

  • 25

    Simplemente es difícil olvidar el pasado de golpe, se necesita tiempo y sentarte a pensar las cosas y decidir si quieres seguir adelante o estancarte en esos pensamientos, y aunque esté súper choteado, ese es el primer paso: la aceptación. Y después de esto lo demás será más fácil, más sencillo, es más, te aseguro que lo demás solo llega, pero lo que si es bien difícil es aceptar que se acabó.

    Si quieres una opinión más estructurada, a continuación te presento un ejercicio sencillo y difícil a la vez, todo depende de la situación que estás intentando superar:

    Primeramente debes de identificar la situación que te tiene en ese círculo y que te hace sentir que no puedes progresar.

    Después es importante manejar los sentimientos que te traen los recuerdos de las situaciones, o al menos identificar qué es lo que sientes: alegría, tristeza, incertidumbre, confusión, etc…

    Posteriormente, tienes que aprender a olvidar y no lo con-fundas con “huir” o “abandonar”, simplemente es aprender a vivir con esto, a ser diferente, a aplicar la enseñanza que te ha dejado la situación.

    Finalmente, debes continuar y crecer.No es nada fácil, muchos se quedan en la primera fase, otros

    no quieren avanzar a la tercera. Pero es lo que nos define como personas, lo que define nuestra inteligencia emocional

    Ahora, si tú eres el amigo que se desahoga intenta dejarlo todo, decir todo lo que pienses, no te limites y dilo, al final acepta una retroalimentación, tú decides qué tomas y qué dejas, pero es necesario saber lo que otras personas creen que se deba hacer, verlo desde otro punto de vista.

    Si tú eres el que escucha, deja que tu amigo se descargue, da un buen consejo, el más sincero, sin faltar al respeto y sin juzgar. Lo último que puede necesitar ese amigo es ser juzgado. Final-mente, tú también aprende a diferenciar que esos problemas son los de tus amigos y no tuyos, y como dije anteriormente, habrá amigos que necesiten más comprensión y más tiempo, y de otros que debes alejarte.

  • 26

    Estos últimos son aquellos que siguen en su etapa de nega-ción y tú, como buen amigo, puedes decirle: “suficiente, necesitas dejar ir esa situación” y alejarte. Habrá algunos que consideren este tipo de decisiones como una traición o condicionamiento a la amistad, pero recuerda, el importante en tu vida eres tú y nadie más, ellos, como tus amigos, deben entender eso también, que ellos no son los protagonistas de tu historia.

    Las amistades terminan, los intereses cambian y es válido, quédate con los buenos recuerdos y olvida los malos. A veces ex-trañamos solo los momentos y no a las personas que los generan.

  • 27

    Epílogo

    La verdad fue una experiencia divertida escribir este libro y po-ner en orden los últimos pensamientos que he tenido durante el semestre, no sé si terminó siendo para usted una guía de autoa-yuda, o de superación personal. Para mí así lo fue.

    Como ya pudieron leer, tuve algunos problemas, quizás no graves ni fuertes, aunque para mí sí lo fueron; todo fue demasia-do intenso, quizás ni siquiera usted se relacione con mis historias, o con mis enseñanzas, pero ojalá y alguna de las citas y frases que puse en este libro lo puedan ayudar de alguna forma como lo hicieron conmigo.

    Fue muy gratificante llevar el curso de escritura creativa du-rante el semestre, fue una clase en donde escuchaba otras cosas y con diferentes personas, aunque mis amigos estuvieron conmigo en esta clase.

    No sé si aprendí a escribir, bueno se supone que sí sé…No sé si aprendí a escribir un texto literario o cosas de ese

    tipo, pero aquí está, supongo que de alguna manera sí supe hacer algo divertido.

    Lo que sí sé es que reafirmé o, mejor dicho, lo que sí sé es que revivió en mí las ganas de escuchar otros temas, otras ideas, de preguntar y reflexionar.

    Es muy normal perderse en la rutina de la escuela, casa, tra-bajo y biblioteca. Y hablar por años con la misma gente sobre las mismas cosas es simplemente agotador, llega un punto que no sabes en qué momento comenzó todo y cómo has terminado en donde estás.

    Estas reflexiones introspectivas que nos ponían a hacer en clase, me ayudaron a volver a las bases, a pensar y también cuestionar lo que estaba haciendo, y está bien, está interesante cuestionarte todo esto, y que al final terminas en lo mismo.

  • 28

    Pero ahora refrescaste la memoria y te das cuenta que a pesar de todos los sacrificios, de todos los obstáculos y demás, es lo que querías y lo que quieres.

    Este libro me ayudó bastante, me ayudó a darle luz a un mo-mento oscuro en mi vida, lo más fuerte que he vivido lo padecí en estos últimos seis meses; gracias a esta introspección me di cuenta de los errores y las posibilidades de hacer mejor las cosas.

    Ojalá y te animes a hacer este ejercicio, te sugiero que escri-bas un libro, un cuento, un cómic o lo que tú desees, pero escribe, así la vida se hace sencilla, probablemente se solucionen algunas de tus inquietudes.

    Me despido con un poema para que te inspires y corras por un lápiz y un papel y te pongas a escribir:

    Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,porque nunca me diste ni esperanza fallida,ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

    porque veo al final de mi rudo caminoque yo fui el arquitecto de mi propio destino;

    que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

    ...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

    Hallé sin duda largas las noches de mis penas;mas no me prometiste tan sólo noches buenas;y en cambio tuve algunas santamente serenas...

    Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

    En pazAmado Nervo

  • 29

    Nota para los corredores:

    Sobre el libro: Y al final sientes que siempre estuvo ahí y que pue-de continuar, pero ha terminado. Como cuando terminas una carrera que te ha tomado mucho tiempo en prepararla, ese mo-mento cuando llegas a la meta y piensas en la persona o el motivo que te ha inspirado a terminar esa carrera, mi motivo siempre serán ustedes, mi familia.

  • La edición de Cuéntame, de Alba Guerrero, se realizó en octubre de 2013 por AZUL Casa Editora del Tecnológico de Monterrey,

    en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Se usó tipografía Minion Pro.