cronicas de mallorea 3 - el señor de los demonios

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  • 8/14/2019 Cronicas de Mallorea 3 - El Seor de los Demonios

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    SERIE

    CRONICAS DE MALLOREAVol. 3

    _____________________________________________________

    EL SEORDE LOS

    DEMONIOS

    __________________________________

    DAVID EDDINGS

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informtico,ni la transmisin bajo cualquier forma o a travs de cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, porfotocopia, por grabacin o por otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares delcopyright.

    Diseo de cubierta: Singular

    Ttulo original: Demon Lord of Karanda (Book 3 of The Malloreon)

    Traduccin: M Eugenia Ciocchini

    1988 by David Eddings

    This translation published by arrangement with Ballantine Books,

    a Divisin of Random House, Inc.

    Editorial Timun Mas, S.A. 1992

    ISBN: 84-413-0275-8 (Obra completa)84-413-0629-X (volumen 38)

    Depsito legal: B. 44372-1996

    Impreso en:

    Litografa Roses, S.A. (2-4-1997)

    Gav (Barcelona)

    Encuadernado en:

    Printer. Industria Grfica, S. A.Sant Vicen dels Horts (Barcelona)

    Printed in Spain

    Edicin Digital Agosto 2004

    Scan, correccin y edicin por Kory

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Para Patrick Janson-Smith, un amigo muy especial,

    del autor, su esposa y el Gordinfln.

    En esta ocasin, quisiera expresar mi agradecimiento a mi esposa, Leigh Eddings,

    por su ayuda, sus aportaciones y su colaboracin desinteresada en esta serie.

    Sin su apoyo, sta no habra sido posible.Aprovecho tambin la oportunidad para agradecer a mi editor, Lester del Rey,

    su paciencia as como sus sugerencias, demasiado numerosas para enumerarlas.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Prlogo

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Una breve historia de Mallorea

    y de las razas que all habitan.

    De Las Crnicas de Angarak,Edicin de la Universidad de Melcene.

    La tradicin sita el lugar de origen de los angaraks en algn punto de la costa sur de laactual Dalasia. Ms all de los confines del tiempo, Torak, dios dragn de Angarak, us elpoder de la piedra Cthrag Yaska para lo que ms adelante se dara en llamar la divisin delmundo. La corteza de la Tierra se abri, dejando salir el magma lquido del interior ypermitiendo que las aguas del ocano del sur formaran el Mar del Este. Este cataclismocontinu durante dcadas antes de que la Tierra llegara, de forma gradual, a su estado actual.

    Como consecuencia de aquel solevantamiento, los alorns y sus aliados se vieron forzadosa retirarse a regiones inexploradas del continente occidental, mientras los angaraks huan a losdesiertos de Mallorea.

    Torak haba sido mutilado y desfigurado por la piedra, que se rebel ante el uso quequiso darle el dios, y los sacerdotes grolims estaban desmoralizados. Fueron los militaresquienes cubrieron el vaco de poder, y cuando por fin los grolims se recobraron, stos ya

    haban establecido un poder de facto en todo Angarak. Despojados de su antiguo gobierno, lossacerdotes establecieron un centro de oposicin en Mal Yaska, cerca del pico ms alto de lacordillera de Karanda.

    Fue entonces cuando Torak intercedi para evitar la inminente guerra civil entre elejrcito y la Iglesia, pero no tom ninguna medida contra el cuartel general de Mal Zeth, sinoque viaj al noroeste de la antigua Mallorea, acompaado por la cuarta parte del puebloangarak, con la intencin de construir la ciudad sagrada de Cthol Mishrak. All permaneci, tanconcentrado en sus esfuerzos por controlar a Cthrag Yaska, que no advirti que la mayor partede la gente comenzaba a dejar a un lado sus preocupaciones para consagrarse a asuntosteolgicos. En Cthol Mishrak, Torak estaba rodeado de un grupo de fanticos dominados porsus tres discpulos: Zedar, Ctuchik y Urvon. Estos tres hombres mantuvieron las antiguasformas de poder en la sociedad de Cthol Mishrak mientras el resto de Angarak cambiaba.

    Cuando la permanente friccin entre la Iglesia y el ejrcito lleg por fin a odos de Torak,ste convoc al alto mando militar y a la jerarqua grolim a Cthol Mishrak y les dio sus rdenessin permitir objeciones. Con la nica excepcin de Mal Yaska y Mal Zeth, todos los pueblos ydistritos deban ser gobernados conjuntamente por los militares y la Iglesia. As fue como la

    jerarqua eclesistica y el alto mando militar dejaron a un lado sus diferencias y regresaron asus particulares enclaves, lo cual permiti a los generales desviar su atencin hacia los demspueblos que vivan en Mallorea.

    Los orgenes de estos pueblos se pierden en la noche legendaria de los tiempos, pero sesabe que tres razas distintas precedieron a los angaraks en el continente: los dalasianos, alsudeste; los karands, al norte, y los melcenes, al este.

    Los karands eran un pueblo guerrero, poco dedicados a los quehaceres culturales. Vivanen ciudades toscas, donde los cerdos eran dueos de las calles cubiertas de lodo. La tradicinlos vincula a los morinds, procedentes del norte de Gar og Nadrak, pues ambas razasadoraban a los demonios.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    A comienzos del segundo milenio, los grupos de bandoleros karands se haban convertidoen un serio problema en la frontera este y el ejrcito angarak abandon Mal Zeth paratrasladarse a la zona oeste del reino karand de Pallia. La ciudad de Rakand, situada en elsudoeste de Pallia, fue saqueada y pasada por el fuego, y sus habitantes tomados prisioneros.

    Llegadas las cosas a este extremo, se tom una de las mayores decisiones en la historiade Angarak. Mientras los grolims se preparaban para una orga de sacrificios humanos, los

    generales se detuvieron. No tenan intencin de tomar toda Pallia, pues las dificultades de lascomunicaciones a larga distancia restaban atractivo a esta idea. Los generales consideraronque era mucho mejor conservar Pallia como un reino subalterno, al cual exigirle tributo, queocupar un territorio despoblado. Los grolims se enfurecieron, pero los jefes del ejrcito semostraron inflexibles. Por fin, ambas partes acordaron pedir la opinin de Torak.

    Como era de esperar, Torak no favoreci la idea del alto mando militar, pues si loskarands se convertan, lo que lograra sera duplicar la congregacin de su Iglesia, comotambin las filas de su ejrcito, lo cual lo preparara para cualquier enfrentamiento futuro conlos reinos del Oeste.

    Todos los hombres que vivan en la extensa Mallorea se inclinarn ante m y meadorarn les dijo a sus reacios misioneros.

    Y para asegurarse de su obediencia, envi a Urvon a Mal Yaska a supervisar la

    conversin de los karands. All Urvon se arrog el mando temporal de la Iglesia malloreana,haciendo gala de un lujo y una ostentacin desconocidos hasta entonces por los ascticosgrolims.

    El ejrcito parti contra Katator, Jenno y Delchin, as como contra Pallia; pero losmisioneros no podan progresar mientras los magos karands conjuraban hordas de demoniospara defender su sociedad. Por fin Urvon viaj a Cthol Mishrak a hablar con Torak. Aunque noexisten datos sobre las medidas tomadas por Torak, lo cierto es que los magos karands prontodescubrieron que los hechizos que solan emplear para convocar a sus demonios habanperdido su eficacia. A partir de entonces, los magos que osaban penetrar en el reino de laoscuridad corran el riesgo de perder su vida y su cultura.

    La conquista de los karands ocup toda la atencin de militares y sacerdotes durante lossiglos siguientes, hasta que la resistencia ces y Karand se convirti en un reino sojuzgado,cuyos habitantes eran considerados inferiores.

    Sin embargo, cuando el ejrcito descendi por el gran ro Magan para enfrentarse alimperio melcene, se encontr con un pueblo superior y ms desarrollado. Despus de variassangrientas batallas en las que los carros de guerra y los elefantes de los melcenesdestruyeron batallones enteros, los angaraks se rindieron. Los generales angaraks comenzaronlas negociaciones para firmar la paz, y ante su asombro, los melcenes enseguida aceptaronnormalizar las relaciones y se ofrecieron a comenzar el comercio de caballos, animales queentonces los angaraks no tenan. Sin embargo, jams aceptaron venderles elefantes.

    El ejrcito entonces se volvi contra Dalasia, que result ser un territorio fcil deconquistar. Los dalasianos eran simples granjeros y pastores, con pocos conocimientos sobreel arte de la guerra. Los angaraks entraron en Dalasia y establecieron un protectorado militar

    que dur diez aos. Al principio, los sacerdotes parecieron conseguir un xito similar. Losdalasianos aceptaron los credos angaraks con sumisin, pero en realidad era un pueblo demsticos, y los angaraks pronto descubrieron que los poderes de sus brujos, de sus videntes yprofetas permanecan intactos. Para colmo, varias copias de los infames evangeliosmalloreanos circulaban clandestinamente entre los dalasianos.

    Con el tiempo, los grolims podran haber conseguido eliminar la religin secreta de losdalasianos, pero antes de hacerlo ocurri un desastre que cambi para siempre la vida de losangaraks. El legendario hechicero Belgarath, acompaado por tres alorns, logr burlar todaslas medidas de seguridad y rob a Cthrag Yaska de la torre de hierro de Torak, en el centromismo de Cthol Mishrak. Aunque fueron perseguidos, lograron escapar al Oeste con la piedrarobada.

    El enfurecido Torak destruy su propia ciudad, orden luego que los murgos, los thulls y

    los nadraks fueran enviados a la costa occidental del Mar del Este y ms de un milln de vidasse perdieron al cruzar el puente de tierra del norte. La sociedad y la cultura angaraks tardaronmucho tiempo en recuperarse.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Tras el xodo y la destruccin de Cthol Mishrak, Torak se volvi prcticamenteinaccesible y se concentr totalmente en varios planes para frenar el creciente poder de losreinos del Oeste. La negligencia del dios permiti que el ejrcito tuviera tiempo de hacerse conel control casi absoluto de Mallorea y de los reinos sojuzgados.

    La precaria paz entre los angaraks y los melcenes continu, rompindose ocasionalmentecon pequeas escaramuzas en que ambos bandos evitaban usar todas sus fuerzas. Con el

    tiempo, las dos naciones establecieron la prctica de enviar a los hijos de los jefes a educarsejunto al jefe del bando contrario, lo cual contribuy a un mejor entendimiento entre ambaspartes, as como a la formacin de un grupo de jvenes cosmopolitas que al final seconvirtieron en la clase gobernante del imperio malloreano.

    Uno de estos jvenes era Kallath, hijo de un distinguido general angarak. Educado enMelcene, regres a Mal Zeth y se convirti en el general ms joven del Estado Mayor. Mstarde volvi a Melcene, se cas con la hija del emperador, y, muerto ste, logr sucederle enel trono en el ao 3830. Bajo la amenaza del ejrcito melcene consigui que lo declararancomandante en jefe de los angaraks, un cargo que antiguamente era hereditario.

    Las relaciones entre Melcene y Angarak eran crticas, pero finalmente la paciencia de losmelcenes se impuso a la brutalidad angarak. A diferencia de otros pueblos, los melcenesestaban gobernados por una burocracia y, con el tiempo, aquella burocracia demostr ser ms

    eficiente que la administracin militar de los angaraks. Para entonces, el cargo de comandanteen jefe haba quedado relegado al olvido y el gobernante de ambos pueblos era simplementeel emperador de Mallorea.

    El culto que rendan a Torak los refinados melcenes sigui siendo superficial. Cumplancon las formalidades, pero los grolims nunca infundan en ellos la despreciable sumisin haciael dios dragn que caracterizaba a los angaraks.

    En el ao 4850, tras varios siglos de reclusin, Torak apareci ante las puertas de MalZeth. Con la cabeza cubierta por una mscara de acero para ocultar su rostro desfigurado,depuso al emperador y se hizo llamar Kal Torak, dios y rey. Luego se dedic a reunir unpoderoso ejrcito con la intencin de derrotar a los reinos del Oeste y dominar el mundoentero.

    Las movilizaciones que siguieron dejaron prcticamente a Mallorea sin hombres fuertes ysanos. Los angaraks y los karands cruzaron el puente de tierra en direccin a Gar og Nadrak,mientras los dalasianos y los melcenes transportaban la flota a travs del Mar del Este rumboal sur de Cthol Murgos. Los malloreanos del norte se unieron a los nadraks, a los thulls y a losmurgos del norte para atacar los reinos de Drasnia y Algaria. El segundo grupo de malloreanosse uni a los murgos del sur y marcharon en direccin al noroeste. El plan de Torak eraatrapar al Oeste entre los dos poderosos ejrcitos.

    Sin embargo, las fuerzas del sur fueron sorprendidas por la peor tormenta de la historiaque asol el Gran Mar Occidental en la primavera del ao 4875. Al calmarse el tiempofinalmente, las tropas quedaron enterradas bajo una capa de nieve de cinco metros, cuyodeshielo no sobrevino hasta principios del verano. Por el momento, no existe ninguna teorarazonable que explique aquella tormenta, aunque est claro que su origen no fue natural.Aunque sea desconocida la causa que la desat, lo cierto es que destruy al ejrcito del sur.Los escasos supervivientes que lograron regresar al este contaron historias increblementeterrorficas.

    Las fuerzas del norte tambin sufrieron varios percances, pero consiguieron sitiar VoMimbre, donde fueron derrotadas por los ejrcitos unidos del Oeste. All Torak fue vencido porel poder de Cthrag Yaska (que los dems llamaban el Orbe de Aldur) y permaneci en comadurante siglos, aunque su discpulo Zedar logr rescatar su cuerpo y trasladarlo a un lugarsecreto.

    Durante los aos que siguieron a esta derrota, la sociedad malloreana comenz afraccionarse en sus pases originales: Melcene, Karanda, Dalasia y las tierras de los angaraks.El imperio se salv con la ascensin de Korzeth como emperador.

    Korzeth contaba apenas catorce aos cuando subi al trono de su anciano padre.

    Engaadas por su juventud, las regiones separatistas declararon su independencia del tronoimperial, pero Korzeth tom drsticas medidas para evitar la revolucin. Pas el resto de suvida montado a caballo y fue el instigador del mayor derramamiento de sangre de la historia,

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    pero cuando acab con su tarea, dej a sus sucesores una Mallorea fuerte y unida. Desdeentonces, los descendientes de Korzeth gobernaron el imperio desde Mal Zeth, con un poderabsoluto e indiscutido.

    La situacin continu igual hasta que el actual emperador, Zakath, ascendi al trono.Hubo un tiempo en que pareca que iba a convertirse en el mejor gobernante de Mallorea y delos reinos occidentales de Angarak, pero pronto comenzaron los problemas.

    Los murgos estaban gobernados por Taur Urgas, un loco ambicioso sin escrpulos queurdi un plan contra el emperador. Nunca se supo en qu consisti aquel plan, pero Zakathdescubri que Taur Urgas era el responsable y jur vengarse. As comenz una cruenta guerra,con la cual Zakath se propona destruir para siempre al demente monarca.

    Pero en medio de esta lucha, el Oeste atac. Tan pronto como los reinos del Oesteenviaron sus tropas para combatir al Este, Belgarion, el joven jefe supremo del Oeste ydescendiente de Belgarath el hechicero, avanz a pie hacia el norte y cruz el puente de tierraen direccin a Mallorea. Lo acompaaban Belgarath y un drasniano, y llevaba consigo laantigua espada de Riva, en cuya empuadura estaba engarzado el Orbe de Aldur, CthragYaska. ste se propona matar a Torak para cumplir una profeca famosa en el Oeste.

    Torak, que estaba despertando de su profundo sueo en las ruinas de la antigua ciudadde Cthol Mishrak, se levant por fin para enfrentarse a su oponente, pero en la lucha Belgarion

    logr vencer al dios con la espada, dejando al clero de Mallorea sumido en el caos y en laconfusin.

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    Primera parte

    Rak Hagga

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    CAPITULO 1

    La primera nevada de la temporada caa blanca y tranquila en el aire quieto y se posabasobre la cubierta del barco. Los copos, grandes y hmedos, se acumulaban sobre el cordaje,convirtiendo las cuerdas alquitranadas en gruesos cables blancos. El mar apareca negro conelevadas olas que se rompan mansamente. Desde popa llegaba el retumbar lento y rtmico deltambor de los remeros malloreanos. El barco avanzaba, los copos de nieve caan sobre loshombros de los marineros y entre los pliegues de sus capas rojas. Los remeros se inclinaban yse levantaban al comps del tambor, y exhalaban nubes de vapor con su aliento en el aire froy hmedo.

    Garion y Seda estaban junto a la baranda, arropados con sus capas, contemplando labrumosa cortina de nieve con expresin sombra.

    Qu maana ms horrible! dijo el hombrecillo con cara de rata, disgustado,

    sacudindose la nieve de los hombros. Garion le respondi con un gruido. Ests de muybuen humor aadi Seda con sarcasmo.

    No tengo razones para sonrer, Seda repuso Garion y volvi a sumirse en lacontemplacin de los tonos negros y blancos de la lbrega maana.

    Belgarath, el hechicero, sali de la cabina de popa, mir la cada de la nieve densa, yalz la capucha de su vieja capa. Luego cruz la resbaladiza cubierta para unirse a ellos juntoa la baranda.

    Seda mir de soslayo al soldado malloreano que haba subido a cubierta detrs delanciano y se haba apoyado sobre la baranda, como por descuido, apenas a unos metros dedistancia.

    Veo que el general Atesca sigue preocupado por tu bienestar dijo sealando al

    hombre que haba seguido los pasos de Belgarath desde que haban zarpado del puerto de RakVerkat.

    Es una estupidez dijo Belgarath mirando al soldado con disgusto. Dnde cree quepuedo ir?

    Garion tuvo una idea sbita. Se inclin hacia adelante y habl en voz baja:Sabes?, podramos irnos. Tenemos un barco, y un barco va a donde lo dirijas, tanto a

    Mallorea como a la costa de Hagga.Es una idea interesante, Belgarath asinti Seda.

    Somos cuatro, abuelo puntualiz Garion. T, ta Pol, Durnik y yo. Estoy seguro deque no nos resultara muy difcil hacernos con el control del barco. Luego podramos cambiar elrumbo y girar hacia Mallorea, sin que Kal Zakath se diera cuenta de que no bamos a Rak

    Hagga. Cuanto ms pensaba en ello, ms le atraa la idea. Luego podramos navegar haciael norte por la costa de Mallorea y desembarcar en alguna cala de las playas de Camat. Sloestaramos a una semana de Ashaba. Incluso podramos llegar all antes que Zandramas.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Una leve sonrisa se dibuj en sus labios. Me encantara que nos encontrara esperndolacuando llegara all.

    Es una idea muy interesante, Belgarath dijo Seda. Podrais hacerlo?

    Belgarath se mes la barba, con aire pensativo, con la vista fija en la nieve que nocesaba de caer.

    Es posible admiti, y se volvi hacia Garion, pero qu crees que deberamos hacer

    con todos estos soldados malloreanos y con la tripulacin del barco una vez que lleguemos a lacosta de Camat? No pensars hundir el barco con toda la tripulacin, como suele hacerZandramas cuando ya no necesita a la gente.

    Por supuesto que no!Me alegro de orlo. Y cmo piensas evitar que corran hasta la siguiente guarnicin

    militar en cuanto los dejemos? No s qu pensars t, pero a m la idea de tener unregimiento de malloreanos pegado a nuestros talones no me hace gracia.

    No haba pensado en eso admiti Garion con una mueca de preocupacin.

    Ya me lo imaginaba. Siempre es conveniente pensar en todas las consecuencias de unaidea antes de ponerla en prctica. De ese modo, se pueden evitar muchas complicacionesfuturas.

    Ya entiendo dijo Garion, algo avergonzado.S que eres muy impaciente, Garion, pero la impaciencia es el peor enemigo de los

    planes bien elaborados.

    No crees que ya es suficiente, abuelo? replic Garion con amargura.

    Adems, es posible que sea necesario que vayamos a Rak Hagga y que nosencontremos con Kal Zakath. Por qu crees que Cyradis iba a delatarnos a los malloreanosdespus de tomarse tantas molestias para que el Libro de las Eras llegara a mis manos? Aqusucede algo ms, y tal vez no debamos cambiar el curso de los acontecimientos hasta quedescubramos qu es.

    La puerta de la cabina se abri y sali el general Atesca, comandante de las fuerzasmalloreanas que ocupaban la isla de Verkat. Atesca haba sido amable y correcto con ellos

    desde el mismo momento en que los entregaron a su custodia. Tambin se haba mostradofirme en sus intenciones de llevarlos personalmente hasta Rak Hagga, para presentarlos a KalZakath. Era un hombre alto, delgado, con uniforme de intenso color rojo, adornado conmltiples medallas y condecoraciones. Andaba con porte erguido y digno, pese a que su nariz,rota haca tiempo, le daba ms el aspecto de un simple pendenciero que de un general delejrcito imperial. Camin por la escurridiza cubierta nevada, sin preocuparse por sus lustrosasbotas.

    Buenos das, caballeros dijo con un rgido saludo militar. Espero que hayisdormido bien.

    Bastante bien respondi Seda.Parece que est nevando observ el general con el tono de quien quiere iniciar una

    conversacin corts.Lo he notado repuso Seda. Cunto tiempo tardaremos en llegar a Rak Hagga?

    Faltan pocas horas para llegar a la costa, Alteza, pero luego restan dos das a lomo decaballos hasta la ciudad.

    Sabes por qu quiere vernos el emperador? pregunt.

    No me lo dijo se limit a responder Atesca, y no consider oportuno preguntrselo.Slo me dijo que deba capturaros y conduciros a Rak Hagga. Si no intentis escapar, seristratados con la mayor cortesa, pero si lo hacis, Su Majestad Imperial me ha ordenadomostrarme firme. Hablaba con tono indiferente y el rostro inexpresivo. Ahora os ruego queme disculpis. Debo atender otros asuntos aadi haciendo una reverencia, luego semarch.

    Es una fuente inagotable de informacin, verdad? seal Seda con sequedad. A lamayora de los melcenes les encanta cotillear, pero a ste hay que arrancarle las palabras a lafuerza.

    Es melcene? pregunt Garion. No lo saba.

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    Seda asinti con un gesto.

    Atesca es un nombre melcene. Kal Zakath tiene algunas ideas curiosas sobre el talentode los aristcratas. A los oficiales angaraks no les gusta la idea, pero no pueden hacer nada alrespecto... si quieren conservar la cabeza en su sitio.

    Garion no estaba demasiado interesado en los detalles de la poltica malloreana, as queignor aquel comentario y volvi al tema que estaban discutiendo antes.

    No entiendo bien tus razones para ir a Rak Hagga, abuelo dijo.Cyradis cree que debe hacer una eleccin respondi el anciano, y que antes de que

    pueda hacerla, deben cumplirse ciertas condiciones. Sospecho que nuestro encuentro con KalZakath podra ser una de esas condiciones.

    T no le creers, verdad?

    He visto cosas ms curiosas, y prefiero tomrmelo con calma cuando estn implicadoslos videntes de Kell.

    No he ledo nada sobre este tipo de encuentros en el Cdice Mrin.

    Yo tampoco, pero existen otras cosas en el mundo adems del Cdice Mrin. Debesrecordar que Cyradis se basa en las profecas de ambos bandos, y si las profecas fueraniguales, ambas seran ciertas. Adems, es probable que Cyradis trabaje con profecas que slo

    conozcan los videntes. Sin embargo, cualquiera que sea la naturaleza de esas condicionesprevias, estoy seguro de que no nos permitir llegar al lugar que ya no existe antes detacharlas todas de su lista.

    No nospermitir?pregunt Seda.

    No subestimes a Cyradis, Seda le advirti Belgarath. Ella es el receptculo de todoel poder de los dalasianos. Eso significa que tal vez pueda hacer cosas que nosotros nopodemos ni imaginar. Mirmoslo desde un punto de vista prctico. Cuando comenzamos conesto, Zandramas nos llevaba seis meses de ventaja y planebamos hacer un viaje largo ytedioso a travs de Cthol Murgos. Sin embargo, no dejaron de interrumpirnos.

    No me lo recuerdes dijo Seda con sarcasmo.

    No es curioso que a pesar de todas esas interrupciones hayamos llegado a la costa

    este del continente antes de lo que esperbamos, y que la ventaja que nos lleva Zandramasahora sea tan slo de unas semanas? Seda parpade y luego entorn los ojos en una muecade perplejidad. Te asombra, verdad? El anciano se arrop con la capa y mir la nieve quecaa a su alrededor. Vamos dentro sugiri. Aqu fuera hace mucho fro.

    Detrs de la costa de Hagga destacaba una cadena de colinas brumosas entre la densacortina de nieve. En la orilla se extendan vastas salinas; las caas doradas se curvaban bajoel peso de la nieve hmeda y pegajosa. Un muelle de madera se extenda desde las salinashasta aguas ms profundas, donde desembarcaron sin dificultades. Al otro lado del muelle, uncamino de carros conduca colina arriba, con las roderas cubiertas por la nieve.

    Mientras cruzaban el muelle en direccin al camino, Sadi, el eunuco, mir hacia arribacon expresin de asombro.

    Parecen alas de hadas dijo con una sonrisa mientras se acariciaba la calva con unamano de largusimos dedos.

    A qu te refieres? pregunt Seda.

    A los copos de nieve. Slo haba visto nevar una vez, durante una visita a un reino delnorte, pero creo que sta es la primera vez que estoy a la intemperie durante una nevada. Noes desagradable, verdad?

    En cuanto tenga ocasin, te compro un trineo dijo Seda con una mirada amarga.

    Perdona, Kheldarrepuso Sadi, asombrado, qu es un trineo?Olvdalo, Sadi suspir Seda. Era slo una broma.

    En la cima de la primera colina, se levantaba una docena de cruces junto al camino. Un

    esqueleto blanquecino cubierto de harapos colgaba de cada cruz, con las cuencas de los ojosllenas de nieve.

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    No puedo evitar preguntarme cul es la razn de todo esto dijo Sadi con diplomacia,sealando la siniestra escena a la vera del camino.

    Poltica, Excelencia se limit a responder Atesca. Su Majestad Imperial intenta quelos murgos odien a su rey. Quiere que comprendan que Urgit es la causa de sus desgracias.

    No logro entender este tipo de medidas dijo Sadi y sacudi la cabeza con expresinde duda en su rostro. Estas atrocidades no pueden hacer que uno se congracie con las

    vctimas. Yo siempre he preferido los sobornos.Los murgos estn acostumbrados a las atrocidades dijo Atasca encogindose de

    hombros, es la nica forma de hacerles entender las cosas.

    Por qu no los habis bajado y enterrado? pregunt Durnik con la cara plida y undeje de rabia en la voz.

    Por economa respondi Atesca con una mirada larga y segura. Una cruz vaca noprueba nada. Si los enterrramos, luego tendramos que reemplazarlos por otros murgos. Esono slo resulta aburrido, sino que, tarde o temprano, uno se queda sin nadie a quien crucificar.En cambio, si dejamos los esqueletos ah, damos una leccin a la gente y ahorramos tiempo.

    Garion hizo todo lo posible para interponerse entre Ce'Nedra y el siniestro espectculodidctico que se alzaba junto al camino. Sin embargo, ella sigui cabalgando con una curiosa

    expresin ausente en el rostro y la vista fija en el vaco. Garion mir rpidamente a Polgaracon un gesto inquisitivo y vio la mueca de preocupacin de la hechicera. Entonces volvi atrsy acerc su caballo al de ella.

    Qu le ocurre? pregunt en un murmullo lleno de nerviosismo.

    No estoy segura, Garion.Es otra depresin? pregunt el joven con un nudo en la boca del estmago.

    No lo creo respondi ella con la mirada ausente y pensativa mientras se pona lacapucha y cubra el rizo blanco de su pelo. Yo la vigilar.

    Qu puedo hacer?

    Qudate cerca de ella e intenta hacerla hablar. Tal vez diga algo que nos d algunapista.

    Ce'Nedra, sin embargo, no respondi a los intentos de conversacin de Garion, y suspalabras durante el resto de aquel fro da no tenan relacin con las preguntas o loscomentarios de su esposo.

    Cuando comenz a caer la noche sobre el paisaje devastado por la guerra de Hagga, elgeneral Atesca hizo una seal de alto y sus soldados se pusieron a montar las tiendas junto auna muralla ennegrecida por el fuego, el ltimo vestigio de un pueblo incendiado.

    Llegaremos a Rak Hagga a ltima hora de la tarde de maana les dijo. Podrispasar la noche en esa tienda grande del centro del campamento. Dentro de un rato, mishombres os llevarn la cena. Ahora, si me disculpis... aadi con una breve inclinacin decabeza, luego dio media vuelta a su caballo y se march a supervisar a sus hombres.

    Cuando los soldados acabaron de montar las tiendas, Garion y sus amigos descabalgaron

    frente a la que les haba indicado Atesca. Seda mir al destacamento que tomaba posicionesalrededor de la tienda.

    Ojala se decidiera de una vez protest Seda, disgustado.

    No te entiendo, prncipe Kheldar dijo Velvet. A quin te refieres?

    A Atesca. Es muy amable, pero al mismo tiempo nos rodea de guardias armados.Las tropas podran estar aqu para protegernos, Kheldar seal ella. Despus de

    todo, estamos en zona de guerra.Por supuesto respondi l con sarcasmo, y las vacas podran volar... si tuvieran

    alas.Qu fascinante observacin!

    Ojala dejaras de hacer eso.

    Hacer qu? dijo ella con una expresin inocente en sus grandes ojos marrones.Olvdalo.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    La comida preparada por los cocineros de Atesca y servida en platos de metal no eranada fuera de lo comn; pero al menos estaba caliente y las raciones eran abundantes. Elinterior de la tienda estaba caldeado por braseros de carbn e iluminado por los doradosreflejos de lmparas de aceite. Los muebles eran de tpico estilo militar mesas, camas ysillas que pueden plegarse y desplegarse en un momento, y cubran las paredes y el sueloalfombras malloreanas teidas de un intenso color rojo.

    Eriond apart su plato y mir alrededor con curiosidad.Parecen tener una notable predileccin por el color rojo, verdad? seal.Creo que les recuerda la sangre respondi Durnik. Les gusta la sangre. Mir con

    frialdad a Toth y le dijo con firmeza: Si has acabado de comer, creo que deberas abandonarla mesa.

    Eso no es muy amable por tu parte, Durnik le reproch Polgara.No intento serlo, Pol. No entiendo por qu tiene que venir con nosotros siendo un

    traidor. Por qu no se marcha con sus amigos?El gigante se levant de la mesa con expresin triste. Levant una mano, como si fuera a

    hacer uno de aquellos raros gestos con que sola comunicarse con el herrero, pero Durnik levolvi la espalda de forma deliberada. El mudo Toth suspir y se sent en un rincn de la

    tienda.Garion dijo Ce'Nedra de pronto mirando a su alrededor con una mueca depreocupacin. Dnde est mi pequeo? El la mir fijamente. Dnde est Geran? repiti con voz firme.

    Ce'Nedra... comenz l.Le oigo llorar. Qu has hecho con l? De repente se puso de pie y comenz a

    recorrer la tienda, tirando de las cortinas que separaban los dormitorios y levantando lasmantas de las camas. Ayudadme! Ayudadme a encontrar a mi beb!

    Garion se acerc a ella y le cogi un brazo.Ce'Nedra...

    No! grit ella. Lo has escondido en alguna parte! Djame!

    La joven reina se solt y fue derribando los muebles en una bsqueda desesperada,mientras sollozaba y balbuca palabras ininteligibles.

    Garion intent agarrarla de nuevo, pero ella dio un gemido y extendi sus dedos hacia lcomo si fueran garras y quisiera sacarle los ojos.

    Ce'Nedra! Para ya!

    Sin hacerle caso, dio media vuelta y huy de la tienda. Garion sali tras ella, pero setop con un soldado malloreano envuelto en una capa roja.

    Vuelve dentro! grit el hombre cerrndole el paso con una lanza.Por encima del hombro del malloreano Garion pudo ver a Ce'Nedra cmo luchaba con

    otro soldado. Sin detenerse a pensarlo, le propin un puetazo en la cara al guardia, que cayhacia atrs. Sin embargo, despus de saltar sobre su cuerpo, Garion se encontr rodeado por

    media docena de hombres.Sultala! le grit a uno de los guardias que sostena el brazo de Ce'Nedra

    cruelmente doblado a la espalda de la joven.Vuelve dentro! grit una voz ronca, y Garion not que lo empujaban paso a paso

    hacia la tienda. El soldado que sostena a Ce'Nedra la alzaba y la empujaba en la mismadireccin. Con un tremendo esfuerzo, Garion recuper el control y comenz a convocar supoder.

    Ya es suficiente! grit Polgara desde la puerta de la tienda. Los soldados sedetuvieron y se miraron unos a otros dubitativos y temerosos, ante la autoridad de la mujerque estaba en el umbral de la puerta. Durnik! dijo Polgara. Ayuda a Garion a entrar aCe'Nedra.

    Garion logr desasirse de los guardias y entre l y el herrero sujetaron a la reina, que seresista violentamente, y la obligaron a entrar en la tienda.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Sadi dijo Polgara mientras Garion y Durnik entraban en la tienda con Ce'Nedra,llevas oret en tu maletn?

    Por supuesto, Polgara respondi el eunuco, pero crees que es lo ms apropiado?Yo, personalmente, me inclinara por el nadalium.

    Me parece que estamos ante algo ms que un simple caso de histeria, Sadi. Quieroalgo fuerte para asegurarme de que no se despertar en cuanto me d la vuelta.

    Lo que t digas, Polgara.Sadi cruz la tienda alfombrada, abri el maletn de piel y extrajo un frasquito con un

    lquido azul. Luego se acerc a la mesa, cogi una taza de agua y mir a Polgara con expresininquisitiva.

    La hechicera hizo una mueca de concentracin.

    Tres gotas decidi, por fin.

    l la mir algo sorprendido, pero luego midi la dosis con todo cuidado.

    Se necesitaron varios minutos de forcejeo para lograr que Ce'Nedra bebiera el contenidode la taza. La joven continu sollozando y resistindose durante unos instantes, pero luego susmovimientos se volvieron cada vez ms dbiles y sus gemidos se calmaron. Por fin cerr losojos con un profundo suspiro y su respiracin se volvi regular.

    Llevmosla a la cama dijo Polgara, acompandola a una de las habitacionesseparadas por cortinas.

    Garion cogi en brazos el menudo cuerpo de su esposa y la sigui.Qu le ocurre, ta Pol? pregunt mientras la dejaba delicadamente sobre la cama.

    No estoy segura respondi Polgara mientras la cubra con una rstica manta desoldado. Necesito tiempo para averiguarlo.

    Qu podemos hacer?Mientras sigamos viajando, poca cosa admiti ella con sinceridad. La

    mantendremos dormida hasta llegar a Rak Hagga. Cuando estemos en una situacin msestable, podr ocuparme de ella. Ahora qudate aqu. Quiero hablar un momento con Sadi.

    Garion se sent a los pies de la cama, preocupado, y cogi con suavidad la mano laxa desu esposa mientras Polgara iba a consultar al eunuco sobre las drogas ms apropiadas para elcaso. Poco despus, la hechicera regres y ech la cortina.

    Tiene prcticamente todo lo que necesito le inform en voz baja. Podr improvisarel resto. Apoy una mano sobre el hombro de Garion y se inclin hacia adelante. Acaba devenir el general Atesca y quiere verte. Creo que no deberas darle demasiadas explicacionessobre la conducta de Ce'Nedra. An no sabemos de cunta informacin dispone Zakath yAtesca le contar todo lo que suceda aqu, as que ten cuidado con lo que dices.

    Garion protest.Aqu no puedes hacer nada, Garion, y all te necesitan. Yo la vigilar.

    Sufre esos ataques a menudo? preguntaba Atesca cuando Garion pas al otro ladode la cortina.

    Es muy nerviosa respondi Seda y a veces las circunstancias la dominan, peroPolgara sabe cmo actuar en estos casos.

    Majestad dijo Atesca volvindose hacia Garion. No me gusta que arremetas contramis soldados.

    l se puso en mi camino, general respondi Garion. De todos modos, no le hehecho mucho dao.

    Es una cuestin de principios, Majestad.

    S asinti Garion, tienes razn. Disclpame ante l, pero aconsjale que no vuelvaa interponerse en mi camino, sobre todo cuando est mi esposa de por medio. No me gustahacerle dao a nadie, pero si es necesario puedo hacer excepciones.

    Atesca le dirigi una mirada llena de odio y Garion le respondi con otra igualmentesiniestra. Mantuvieron la mirada fija durante un largo rato.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Con todo respeto, Majestad dijo Atesca, por fin, no vuelvas a abusar de mihospitalidad.

    Lo har slo si la situacin lo requiere, general.

    Ordenar a mis hombres que preparen una camilla para tu esposa dijo Atesca.Maana, al alba, partiremos. Si la reina est enferma es conveniente que lleguemos a RakHagga lo antes posible.

    Gracias, general respondi Garion.Atesca hizo una fra reverencia y sali de la tienda.

    No crees que has sido un poco brusco, Belgarion? pregunt Sadi. Despus detodo, estamos en manos de Atesca.

    No me gusta su actitud gru Garion y se volvi hacia Belgarath, que lo miraba conuna expresin de reproche. Y bien?

    Yo no he dicho nada.

    No necesitas hacerlo. Puedo or tus pensamientos desde aqu.Entonces, no tendr que aadir nada, verdad?

    El da siguiente amaneci fro y desapacible, pero ya no nevaba. Garion cabalgaba conexpresin preocupada en el rostro junto a la camilla tirada por caballos donde yaca Ce'Nedra.El camino que seguan iba hacia el nordeste y pasaba junto a pueblos incendiados y a ciudadesdevastadas. Las ruinas estaban cubiertas por una gruesa capa de nieve cada el da anterior yen su entorno se vean siniestras cruces y estacas.

    A media tarde llegaron a la cima de una colina y desde all vieron la superficie gris acerodel lago Hagga que se extenda hacia el norte y el este. Sobre la orilla ms prxima, se alzabauna gran ciudad amurallada.

    Rak Hagga dijo Atesca con cierto alivio.

    Descendieron la colina en direccin a la ciudad. Desde el lago soplaba una brisa quehaca ondear sus capas y enredaba las crines de los caballos.

    Muy bien, caballeros dijo Atesca a sus hombres, formemos filas e intentemosparecer verdaderos soldados.

    Los malloreanos formaron sus caballos en una doble hilera y se irguieron en susmonturas.

    Las murallas de Rak Hagga aparecan con grietas y con las almenas desconchadas por lalluvia de flechas con punta de acero que haba cado sobre ellas. Las pesadas puertas,derribadas durante el asalto final a la ciudad, colgaban, rotas y astilladas, de sus oxidadasbisagras de hierro.

    Cuando Atesca gui al grupo al interior de la ciudad, los guardias que custodiaban laentrada se irguieron y saludaron marcialmente. El ruinoso estado de las casas de piedratestimoniaba la dura batalla con que haba terminado la cada de Rak Hagga. A muchas lesfaltaba el techo y sus ventanas tiznadas parecan mirar con perplejidad las calles atestadas de

    escombros. Una cuadrilla de trabajadores murgos, atados con cadenas, quitaban las piedras delas calles cubiertas de lodo bajo la mirada vigilante de un destacamento de soldadosmalloreanos.

    Sabis? dijo Seda, es la primera vez que veo trabajar a los murgos. Ni siquieraimaginaba que supieran hacerlo.

    El cuartel general del ejrcito malloreano en Cthol Murgos era un edificio amarillento,grande y de aspecto imponente, situado en el centro de la ciudad, frente a una amplia plazacubierta de nieve. Una escalera de mrmol, flanqueada por soldados malloreanos vestidos derojo, conduca a la puerta principal.

    Es la antigua residencia del jefe militar de los murgos de Hagga seal Sadi mientrasse acercaban al edificio.

    Has estado aqu antes? pregunt Seda.De joven respondi Sadi. Rak Hagga siempre ha sido el centro neurlgico del

    comercio de esclavos.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Atesca desmont y se volvi hacia uno de los oficiales.

    Capitn dijo, ordena a tus hombres que entren la camilla de la reina y diles quetengan mucho cuidado.

    Mientras los dems desmontaban, varios soldados desataron la camilla de las monturasde los dos caballos que la haban arrastrado hasta all y comenzaron a subir las escaleras traslos pasos del general Atesca.

    Junto a la puerta de entrada aguardaba un hombre de ojos rasgados y aspectoarrogante, vestido con uniforme lujoso, sentado tras una lustrosa mesa. Contra la pared delfondo haba una hilera de sillas ocupadas por oficiales con cara de aburridos.

    Qu os trae por aqu? pregunt con brusquedad el hombre que estaba sentado a lamesa. La cara de Atesca permaneci imperturbable mientras miraba en silencio al oficial. Hepreguntado qu os trae por aqu.

    Han cambiado las reglas, coronel? pregunt Atesca con una voz engaosamenteserena. Ya no es necesario levantarse en presencia de los superiores?

    Estoy demasiado ocupado para ponerme de pie cada vez que aparece un insignificanteoficial melcene de los distritos fronterizos declar el coronel.

    Capitn protest Atesca a su ayudante con tono firme, si este coronel no se levanta

    en dos segundos, crtale la cabeza.S, seor respondi el capitn y desenvain la espada mientras el coronel se pona en

    pie de un salto.Eso est mucho mejor dijo Atesca. Ahora, comencemos otra vez. Por casualidad

    recuerdas cmo se saluda? El coronel hizo un saludo formal, aunque su cara estaba plida.Esplndido, hasta es posible que podamos convertirte en un verdadero soldado. Ahoraescchame: una de las personas que he trado bajo mi custodia, una dama de alta alcurnia,enferm durante el viaje. Quiero que se le prepare una habitacin cmoda y caldeadainmediatamente.

    Pero, seor protest el coronel, no estoy autorizado para hacer eso.

    Todava no guardes la espada, capitn.

    General, el personal de la casa de Su Majestad toma todas las decisiones. Seenfurecern conmigo si yo me excedo en mis funciones.

    Yo se lo explicar a Su Majestad, coronel insisti Atesca. Las circunstancias sonpoco corrientes, pero estoy seguro de que l lo aprobar. El coronel vacil y su indecisin sereflej en su mirada. Hgalo en el acto, coronel! Ahora mismo!

    De inmediato, general respondi el coronel cambiando de actitud. Seguidme lesdijo a los hombres que llevaban la camilla.

    Garion automticamente se puso a seguir la camilla, pero Polgara lo detuvo cogindolede un brazo con firmeza.

    No, Garion, yo ir con ella. Ahora no puedes hacer nada y creo que Zakath querrhablar contigo. Ten cuidado con lo que dices.

    Veo que siguen existiendo fricciones dentro de la sociedad malloreana le dijo Seda algeneral Atesca.

    Angaraks gru Atesca. A veces tienen dificultades para entender el mundomoderno. Ahora, disclpame, prncipe Kheldar. Quiero avisarle a Su Majestad que estis aqu.Se dirigi a una puerta bien pulida al otro extremo de la habitacin e intercambi unaspalabras con un guardia. Luego regres. Han ido a decirle al emperador que estamos aqu.Supongo que os recibir dentro de unos minutos.

    De pronto se acerc a ellos un hombre regordete y calvo, vestido con una tnica pardalisa, aunque obviamente cara, y con una pesada cadena de oro colgando del cuello.

    Atesca, querido amigo salud al general, me dijeron que te haban destinado a RakVerkat.

    Tengo asuntos que tratar con el emperador, Brador. Y qu haces t en Cthol Murgos?Hartarme de esperar respondi el hombre regordete. Hace dos das que aguardo aque me reciba Kal Zakath.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Quin se ocupa de tus asuntos mientras tanto?

    He arreglado las cosas para que funcionen sin m respondi Brador. El informe quetengo para Su Majestad es tan importante que decid traerlo personalmente.

    Qu puede ser tan trascendental como para que el jefe del Departamento de AsuntosInternos abandone las comodidades de Mal Zeth?

    Creo que es hora de que Su Eminencia Imperial deje de divertirse en Cthol Murgos y

    vuelva a la capital.Ten cuidado, Brador repuso Atesca con una pequea sonrisa. Ests sacando a la luz

    tus refinados prejuicios melcenes.

    Las cosas van mal en nuestro pas, Atesca dijo Brador muy serio. Es imprescindibleque hable con el emperador. Podrs hacer que me reciba?

    Lo intentar.

    Gracias, amigo dijo Brador. El destino del imperio depende de que convenza aZakath de que regrese a Mal Zeth.

    General Atesca llam uno de los guardias armados con lanzas que custodiaban lareluciente puerta, Su Majestad os recibir a ti y a tus prisioneros ahora mismo.

    Muy bien respondi Atesca ignorando el desprecio manifiesto en la palabraprisioneros. Se volvi hacia Garion. El emperador debe de estar muy ansioso por verte.Conseguir una audiencia con l suele llevar varias semanas. Entramos?

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    CAPITULO 2

    Kal Zakath, emperador de la extensa Mallorea, recostado sobre un silln con cojinesrojos al fondo del gran saln, vesta una sencilla tnica blanca, sobria y sin adornos. AunqueGarion saba que rondaba los cincuenta aos, no tena canas en el pelo ni arrugas en la cara.Sus ojos, sin embargo, reflejaban una especie de apata, sin el menor vestigio de alegra ointers por la vida. Sobre su regazo ronroneaba una gata atigrada de color marrn claro que,sin abrir los ojos, estiraba alternativamente las patas sobre los muslos del emperador. AunqueKal Zakath estaba vestido con ropas sencillsimas, los guardias apostados junto a las paredesde la sala llevaban petos de acero con incrustaciones de oro.

    Majestad dijo el general Atesca haciendo una gran reverencia, tengo el honor depresentar a Su Majestad al rey Belgarion de Riva.

    Garion hizo una breve inclinacin de cabeza y Zakath le respondi con otra.Debamos habernos conocido mucho antes, Belgarion dijo con una voz tan apagada

    como sus ojos. Tus proezas han conmovido al mundo.

    Las tuyas tampoco se han quedado atrs, Zakath replic Garion, que ya antes deabandonar Rak Verkat haba decidido no usar el absurdo nombre de Kal que el emperadorse haba arrogado a s mismo.

    Ah! exclam Zakath con una leve sonrisa y en un tono que indicaba que habacaptado la sutil irona de Garion. Luego salud con una ligera inclinacin de cabeza a losdems y su atencin por fin se centr en la figura desaliada del abuelo de Garion. Y t, porsupuesto, debes de ser Belgarath observ. Me sorprende que tengas un aspecto tannormal. Los grolims de Mallorea afirman que mides treinta metros, o incluso sesenta, y quetienes cuernos y una cola en forma de horquilla.

    Ahora estoy disfrazado respondi Belgarath con aplomo.Zakath ri, aunque aquel sonido mecnico no pareci reflejar ninguna alegra. Luego

    mir a su alrededor con una mueca de preocupacin.Creo que falta alguien dijo.

    La reina Ce'Nedra enferm durante el viaje, Majestad inform Atesca, y la seoraPolgara est atendindola.

    Es grave?

    Es difcil de asegurarlo en estos momentos, Majestad respondi Sadi con muchaprosopopeya, pero le hemos dado algunas medicinas y tengo mucha confianza en losconocimientos de Polgara.

    Deberas haber mandado a alguien a avisarnos, Belgarion dijo Zakath. Tengo unacurandera en mi squito personal, una mujer dalasiana de gran talento. La enviar deinmediato a la habitacin de la reina. Antes que nada, debemos preocuparnos por la salud de

    tu esposa.Gracias respondi Garion con sinceridad.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Zakath tir de un llamador e intercambi algunas palabras con el criado que respondi asu llamada.

    Por favor, sentaos. No me gustan las formalidades dijo por fin el emperador.

    Mientras los guardias se apresuraban a acercarles sillas, la gata que dorma en el regazode Zakath entreabri los ojos dorados y mir a su alrededor. Luego se levant, arque el lomoy bostez. Entonces salt al suelo, maull, zalamera, y se acerc a olerle los dedos a Eriond.

    Zakath observ con expresin divertida cmo la gata, que obviamente estaba preada,caminaba sobre la alfombra con la altivez de una matrona.Habris notado que mi gata me ha sido infiel otra vez dijo con un burln suspiro de

    resignacin. Ocurre con bastante frecuencia, pero ella no parece sentirse culpable enabsoluto. La gata salt al regazo de Eriond, se acurruc en l y comenz a ronronear,satisfecha. Has crecido, chico le dijo Zakath al joven. Ya te han enseado a hablar?

    He aprendido algunas palabras respondi Eriond con su voz cristalina.

    Conozco a todos los dems... o, al menos, vuestra reputacin dijo Zakath. A Durniklo conoc en las llanuras de Mishrak ac Thull. Como es natural, he odo hablar de la margravinaLiselle, del servicio de inteligencia de Drasnia, y del prncipe Kheldar, que intenta convertirseen el hombre ms rico del mundo. La reverencia con que respondi Velvet no fue tanpomposa como la de Seda. Y aqu, por supuesto, tenemos a Sadi, jefe de los eunucos delpalacio de la reina Salmissra.

    Debo reconocer que estis muy bien informado, Majestad dijo Sadi con su voz decontralto haciendo una elegante reverencia. Has ledo en nosotros como en un libro abierto.

    Mi jefe del servicio de inteligencia hace todo lo posible por mantenerme informado. Talvez no tenga tanto talento como el eminente Javelin, de Boktor, pero se entera de casitodo loque sucede en esta parte del mundo. Tambin me ha hablado de aquel gigante del rincn,aunque an no ha podido averiguar su nombre.

    Se llama Toth le inform Eriond. Es mudo, de modo que nosotros tendremos quehablar por l.

    Por lo visto es dalasiano observ Zakath. Una circunstancia muy curiosa.Garion estaba observando con atencin a aquel hombre. Debajo de su corts y refinada

    apariencia, poda adivinar una mente sutil e indagadora. Las intiles presentaciones no eranuna simple forma de hacerlos sentirse cmodos, como pareca, sino que obedecan a unacausa ms profunda. En cierto modo, Garion senta que Zakath los estaba poniendo a prueba.

    Tienes un squito de lo ms variado, Belgarion dijo el emperador mientras se erguaen su silln, y ests muy lejos de casa. Tengo mucha curiosidad por conocer los motivos detu visita a Cthol Murgos.

    Me temo que se trata de un asunto privado, Zakath.En estas circunstancias, creo que sa no es una respuesta satisfactoria, Belgarion

    replic Zakath algo sorprendido. Podras haber hecho una alianza con Urgit, yo no puedocorrer riesgo alguno.

    Aceptars mi palabra si te digo que no he hecho ninguna alianza?

    No hasta que conozca los motivos de tu visita a Rak Urga. Urgit se march de all atoda prisa con vosotros, segn tengo entendido, y reapareci de forma igualmente sbita enlas llanuras de Morcth, donde l y una joven salvaron a sus tropas de una emboscada que mehaba costado mucho trabajo organizar. Tendrs que admitir que se han sumado una serie deextraas circunstancias.

    No si las miras desde un punto de vista prctico dijo Belgarath. Yo tom la decisinde llevar a Urgit con nosotros. l descubri nuestra identidad y yo no quera tener un ejrcitode murgos pegado a nuestros talones. Los murgos no son muy listos, pero a veces puedenresultar molestos.

    Era tu prisionero? pregunt Zakath, sorprendido.En cierto modo respondi Belgarath encogindose de hombros.

    Podras haber conseguido cualquier favor de mi parte si me lo hubieras entregado riZakath con sarcasmo. Por qu lo dejaste escapar?

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    Ya no lo necesitbamos respondi Garion. Habamos llegado a la orilla del lagoCthaka, as que no era una amenaza para nosotros.

    Tambin han ocurrido otras cosas observ Zakath con una mueca de preocupacin.Urgit siempre ha sido un reconocido cobarde, dominado por el grolim Agachak y por losgenerales de su padre; pero cuando salv a sus tropas de la trampa que yo les habapreparado, no pareca muy asustado, y todos los informes procedentes de Rak Urga indican

    que se est comportando como un verdadero rey. Por casualidad habris tenido algo que vercon ese cambio?

    Supongo que es posible respondi Garion. Urgit y yo mantuvimos variasconversaciones y le dije qu era lo que estaba haciendo mal.

    No creo que lo hayas convertido en un len dijo Zakath con una mirada astutamientras se rascaba la barbilla, pero al menos ya no se comporta como un conejo. Unasonrisa fra se dibuj en los labios del malloreano. En cierto modo, me alegro. Nunca me hagustado cazar conejos. Se cubri los ojos con una mano, aunque la luz de la habitacin noera deslumbradora. Lo que no entiendo es cmo lograsteis sacarlo del palacio Drojim y de laciudad. Tiene varios regimientos de guardias personales.

    Olvidas algo, Zakath respondi Belgarath. Nosotros tenemos ciertos recursos queno estn a disposicin de todo el mundo.

    Te refieres a la hechicera? Se puede confiar en ella?A m se me da bien de vez en cuando.Dicen que tienes cinco mil aos, Belgarath dijo Zakath mirndole fijamente. Es

    cierto?En realidad son siete mil, o tal vez unos pocos ms. Por qu lo preguntas?

    Y en todos esos aos nunca has intentado hacerte poderoso? Podras haberteconvertido en el rey del mundo, sabes?

    Y para qu iba a querer algo as? pregunt Belgarath, divertido.Todos los hombres quieren poder. Forma parte de la naturaleza humana.

    Acaso tu poder te ha hecho feliz?

    Tiene ciertas satisfacciones.Las suficientes para aceptar las dificultades que trae consigo?Yo puedo soportarlas. Al menos estoy en una posicin donde nadie puede decirme lo

    que debo hacer.A m tampoco me lo dicen y no estoy atado a todas esas tediosas responsabilidades.

    Belgarath se incorpor. Muy bien, Zakath, quieres que vayamos al grano? Qu planestienes sobre nosotros?

    An no lo he decidido. El emperador mir a su alrededor. Puedo confiar en que oscomportaris de manera civilizada?

    Qu quieres decir? le pregunt Garion.Aceptar tu palabra de que ninguno de vosotros intentar escapar o actuar con

    violencia. Soy consciente de que t y algunos de tus compaeros tenis ciertas facultadesespeciales y no quiero verme obligado a tomar medidas para contrarrestarlas.

    Tenemos que atender un asunto urgente dijo Garion con cautela, de modo que nopodemos retrasarnos mucho. Sin embargo, por el momento, creo que podremos serrazonables.

    Bien. Ms tarde hablaremos para conocernos mejor. Tengo habitaciones cmodaspreparadas para vosotros y supongo que estars preocupado por tu esposa. Ahora, si medisculpis, tengo que cumplir con una de las tediosas responsabilidades que mencionBelgarath.

    A pesar de ser muy amplia, la casa no era precisamente un palacio. Por lo visto, los

    generales murgos que la haban mandado construir no compartan el refinado gusto de losgobernantes de Urga, de modo que el edificio era ms funcional que vistoso.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Espero que me disculpis dijo Atesca cuando salieron de la sala de audiencias.Estoy obligado a entregar un informe completo sobre diversos asuntos a Su Majestad yregresar inmediatamente a Rak Verkat. Se volvi hacia Garion. Las circunstancias en quenos conocimos no fueron las ms agradables, Majestad dijo, pero espero que no meguardis rencor.

    Luego hizo una envarada reverencia y los dej en manos de un ayudante del emperador.

    Era evidente que el hombre que los conduca a las partes nobles de la casa por un largopasillo cubierto con paneles de madera oscura no era angarak. No tena los ojos rasgados ni laapariencia sombra y arrogante de los hombres de esa raza. Su cara redonda y alegre le dabaaspecto de melcene. Garion record que la mayor parte de los funcionarios malloreanos eranmelcenes.

    Su Majestad me pidi que me asegurara de que vuestras habitaciones no parecieranceldas de una prisin explic el oficial cuando se aproximaban a una puerta con barrotes dehierro. Sin embargo, antes de que tomramos la ciudad, sta era una casa murga y tieneciertas peculiaridades. Vuestras habitaciones estarn en el gineceo, es decir, en la parte queantiguamente ocupaban las mujeres, y ya se sabe que los murgos son muy celosos en laproteccin de sus mujeres. Creo que tiene que ver con su idea de la pureza de la raza.

    En aquellos momentos, Garion no estaba interesado en el sitio donde dormiran. Lo nico

    que le preocupaba era Ce'Nedra.Sabes dnde puedo encontrar a mi esposa? le pregunt al funcionario de cara

    redonda.

    Al final de este pasillo, Majestad respondi el melcene sealando una puerta pintadade azul.

    Gracias. Garion mir a los dems. Volver dentro de un momento dijoadelantndose a ellos.

    La habitacin estaba caldeada y en penumbra, con una luz muy tenue; el suelo, cubiertocon gruesas alfombras malloreanas; las ventanas, altas y estrechas, cubiertas con cortinas desuave terciopelo verde. Ce'Nedra estaba tendida sobre una cama de altos doseles, situadacontra la pared opuesta a la puerta, y Polgara estaba sentada a su lado con expresin

    preocupada.Ha habido algn cambio? pregunt Garion mientras cerraba la puerta con suavidad.

    An no respondi ella.

    Ce'Nedra dorma con la cara plida y los rizos rojos desparramados sobre la almohada.

    Se pondr bien, verdad? pregunt Garion.Estoy segura de que as ser, Garion.

    Junto a la cama haba otra mujer. Llevaba una tnica de color verde claro con capucha,de modo que casi no poda vrsele la cara. De repente, Ce'Nedra murmur algo en un tonoextraamente brusco y movi la cabeza con nerviosismo sobre la almohada. La mujerencapuchada hizo una mueca, preocupada.

    Es sta su voz normal, Polgara? pregunt.No respondi Polgara alzando la cabeza con inquietud, la verdad es que no lo es.

    Crees que la droga que le diste podra alterar su voz?

    No. De hecho, no es lgico que est hablando.

    Ah! dijo la mujer, ya entiendo. Se inclin hacia adelante y apoy con suavidad lapunta de sus dedos sobre los labios de Ce'Nedra. Luego hizo un gesto de asentimiento y retirla mano. Lo que sospechaba.

    Polgara tambin extendi el brazo para tocar la boca de Ce'Nedra. Garion percibi el levemurmullo producido por su poder y la vela que arda a su lado tembl un instante hasta que sullama se convirti en un minsculo punto de luz.

    Debera haberlo imaginado se reproch Polgara.

    Qu ocurre? pregunt Garion, alarmado.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Otra mente est intentando dominar a tu esposa y vencer su voluntad, Majestad dijola mujer encapuchada. Es un arte que a veces practican los grolims. Lo descubrieron porcasualidad durante la tercera era.

    Esta es Andel, Garion dijo Polgara. Zakath la envi para que ayudara a Ce'Nedra.Garion salud a la mujer encapuchada con una ligera inclinacin de cabeza.

    Qu quieres decir exactamente con la palabra dominar? le pregunt.

    T deberas comprenderlo mejor que nadie, Garion repuso Polgara. Recuerdas almurgo Asharak?

    Garion se estremeci al recordar la fuerza de aquella mente que haba intentadocontrolar su conciencia desde su ms tierna infancia.

    Sacadlo de ah rog, echad de su mente a quienquiera que sea.

    Tal vez sea mejor esperar, Garion. No debemos desaprovechar esta oportunidad.No te entiendo.

    Ya lo entenders, cario respondi ella. Se levant de la silla y fue a sentarse en elborde de la cama. Luego apoy ambas manos en las sienes de Ce'Nedra. Garion volvi a or elmismo murmullo y volvieron a temblar las llamas de las velas, como si fueran a apagarse.S que estis ah dijo sin poder contenerse. Ya puedes hablar.

    Con la cara crispada, Ce'Nedra volvi la cabeza de un lado a otro, como si intentaraescapar de las manos que se apoyaban en sus sienes; pero Polgara mantuvo las manos firmescon expresin severa. El rizo blanco de su pelo comenz a resplandecer y la habitacin se llende una extraa oleada de fro que pareca surgir de la misma cama.

    De repente, Ce'Nedra dio un grito estremecedor.Habla! le orden Polgara. No puedes huir a menos que yo te suelte, y no lo har

    hasta que hables.Los ojos de Ce'Nedra se entreabrieron y Garion not que estaban inyectados de odio.

    No os temo, Polgara dijo con voz ronca y un acento extrao.Y yo te temo an menos. Ahora dime quin eres.

    Ya me conoces, Polgara.Tal vez, pero as sabr tu nombre.

    Hubo una larga pausa y Garion not cmo creca la intensidad de las vibraciones delpoder de Polgara.

    Ce'Nedra volvi a gritar, un grito angustioso que hizo estremecer a Garion.Para! grit la voz ronca. Hablar!

    Dime tu nombre insisti Polgara, implacable.

    Soy Zandramas.

    Y qu esperas conseguir con esto?

    Una risa diablica se escap de los labios plidos de Ce'Nedra.

    Ya le he robado el corazn al llevarme a su hijo, Polgara. Ahora le robar tambin lamente. Podra matarla si quisiera, pero una reina muerta puede enterrarse y dejarse atrs. Sinembargo, una reina loca os distraer de la bsqueda del Sardion.

    Puedo hacerte desaparecer con un simple chasquido de mis dedos, Zandramas.

    Y yo puedo reaparecer con la misma rapidez.No eres tan lista como crea insisti Polgara con una sonrisa fra en los labios.

    Realmente crees que te he obligado a confesar tu nombre slo para divertirme? Ignoras elpoder que me has concedido al pronunciarlo? El poder del nombre es el ms elemental detodos. Ahora podr mantenerte fuera de la mente de Ce'Nedra. Pero an hay ms. Porejemplo, s que ests en Ashaba, vagando por las ruinas plagadas de murcilagos de la casade Torak como un miserable fantasma. Una exclamacin de sorpresa reson en la habitacin. Podra decirte ms cosas, Zandramas, pero todo esto empieza a aburrirme. Se irgui sinquitar las manos de las sienes de Ce'Nedra. El rizo blanco se volvi incandescente y el suavemurmullo se convirti en un rugido ensordecedor. Vete! orden. La cara de Ce'Nedra sedesfigur en una expresin de angustia. Un viento helado y penetrante pareci invadir la

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    habitacin mientras las llamas de las velas y los braseros se consuman, hasta que la estanciaqued en penumbra. Fuera! insisti Polgara.

    Un grito agnico brot de los labios de Ce'Nedra que luego pareci escapar de su cuerpoy repetirse en el aire, encima de la cama. Las velas y los braseros se apagaron. Los gritoscomenzaron a apagarse tambin poco a poco, hasta convertirse en un murmulloincreblemente lejano.

    Se ha ido Zandramas? pregunt Garion con voz temblorosa.S respondi Polgara con calma en la profunda oscuridad.Qu vamos a decirle a Ce'Nedra cuando se despierte?

    No recordar nada de lo sucedido. Dile algo impreciso. Ahora enciende una vela.

    Garion busc a tientas y derrib una vela con el codo, pero la ataj antes de que llegaraal suelo. Se senta bastante orgulloso de su agilidad.

    No juegues con ella, Garion. Limtate a encenderla.

    Su tono era tan familiar e indiferente, que Garion se ech a rer y la llama que encendicon su poder vacil y tembl en el extremo de la vela como una dorada carcajada.

    Polgara mir a la risuea llama vacilante y luego cerr los ojos.

    Oh, Garion! suspir, resignada.Garion recorri la habitacin encendiendo las dems velas y los braseros. Las llamasestaban tranquilas, a excepcin de la primera, que continu contonendose como si riera conalegra.

    Polgara se volvi hacia la curandera dalasiana.

    Eres muy perspicaz, Andel dijo. Es difcil descubrir este tipo de cosas a no ser queuno sepa lo que busca.

    La percepcin no fue ma, Polgara respondi Andel. Otra persona me advirti sobrela causa de la enfermedad de Su Majestad.

    Cyradis?

    La curandera asinti con un gesto.

    Las mentes de todos los miembros de nuestra raza estn unidas a la de ella, puessomos instrumentos de la tarea que le ha sido asignada. Su preocupacin por el bienestar dela reina la indujo a intervenir. La mujer encapuchada vacil un instante. La sagradavidente me pidi que intercedas ante tu esposo en el asunto de Toth. El enfado de Durnikcausa un gran dolor al gentil gua, y su dolor es tambin el de ella. Lo que ocurri en Verkattena que suceder, de lo contrario el Nio de la Luz y el Nio de las Tinieblas no podranencontrarse en muchos aos.

    Me imagin que sera algo as asinti Polgara. Dile que defender a Toth anteDurnik.

    Andel inclin la cabeza en un gesto de agradecimiento.

    Garion murmur Ce'Nedra con tono somnoliento, dnde estamos?

    El joven se volvi hacia su esposa con rapidez.Te encuentras bien? pregunt mientras le coga una mano.S respondi ella, slo tengo sueo. Qu ha ocurrido? Dnde estamos?

    Estamos en Rak Hagga. Intercambi una rpida mirada con Polgara y luego se volviotra vez hacia la cama. Slo has sufrido un desmayo dijo con exagerada indiferencia.Cmo te sientes?

    Estoy bien, cario, pero me gustara dormir un poco dijo y cerr los ojos, aunqueenseguida volvi a abrirlos. Garion, qu le pasa a esa vela?

    No te preocupes, cario respondi l dndole un beso en la mejilla, pero la reina yase haba quedado dormida.

    Era ms de medianoche cuando a Garion lo despert un golpe en la puerta.

    Quin es? pregunt sentndose en la cama.Un mensajero del emperador, Majestad respondi una voz al otro lado de la puerta

    . Te ruega que te renas con l en su estudio privado.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Ahora? A medianoche?

    Esas son las rdenes del emperador, Majestad.De acuerdo repuso Garion, mientras apartaba las mantas y se giraba para apoyar los

    pies descalzos sobre el suelo fro. Dame un minuto para vestirme.Por supuesto, Majestad.

    Garion comenz a vestirse, refunfuando, a la luz tenue del brasero. Una vez vestido, selav la cara con agua fra y se pein con los dedos el cabello de color trigueo, intentandodarle un aspecto presentable. En el ltimo momento decidi llevarse la espada de Puo deHierro y se cruz la correa a la espalda.

    Muy bien le dijo al mensajero mientras abra la puerta, vmonos.

    El estudio de Kal Zakath era una habitacin atestada de libros, con varios sillonestapizados en piel, una gran mesa de roble y un fuego chisporroteante en la chimenea. Elemperador, vestido con su tnica blanca de lino, estaba sentado a la mesa y hojeaba unmontn de pergaminos a la luz de una lmpara de aceite.

    Queras verme, Zakath? pregunt Garion al entrar en la habitacin.

    Ah, s, Belgarion! dijo Zakath, dejando a un lado los pergaminos. Gracias porvenir. Tengo entendido que tu esposa se est recuperando.

    Garion asinti con un gesto.Te agradezco mucho que hayas enviado a Andel. Su ayuda fue muy til.

    Me alegro, Belgarion.Zakath estir el brazo y baj la mecha de la lmpara hasta que los rincones de la

    habitacin se llenaron de sombras.Pens que podramos hablar un poco.

    No crees que es un poco tarde?

    Yo no duermo mucho, Belgarion. Un hombre puede perder un tercio de su vidadurmiendo. El da est lleno de distracciones y luces brillantes, pero la noche sombra y serenapermite concentrarse mejor. Sintate, por favor. Garion se desat la correa de la espada y

    apoy el arma contra una estantera. No soy tan peligroso, sabes? dijo el emperador ydirigi una mirada significativa a la espada.

    No la he trado por ti, Zakath respondi Garion con una sonrisa. Es slo unacostumbre. No es el tipo de espada que uno puede dejar por ah.

    No creo que nadie intente robrtela, Belgarion.

    Es imposible robarla, pero no quiero que nadie se haga dao tocndola por accidente.

    Quieres decir que se trata de esa espada?Garion asinti con un gesto.

    Me siento obligado a cuidarla. A menudo resulta una molestia, pero en varias ocasionesme he alegrado de tenerla conmigo.

    Qu ocurri realmente en Cthol Mishrak? pregunt Zakath sin ms. He odo todo

    tipo de historias.Yo tambin dijo Garion con irona. La mayora lo nico que cita bien es los

    nombres. Ni Torak ni yo tuvimos mayor control sobre los hechos. Peleamos y yo le clav laespada en el pecho.

    Y muri? pregunt Zakath, muerto de curiosidad.

    Al final, s.

    Al final?

    Primero vomit fuego y llor llamas. Luego grit.Qu dijo?

    Madre! se limit a responder Garion, que no senta deseos de hablar de eso.

    Qu extraordinario! exclam Zakath. Y qu sucedi con su cuerpo? Yo ordenregistrar todas las ruinas de Cthol Mishrak y no encontr nada.

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    E l s e o r d e l o s d e m o n i o s D a v i d E d d i n g s

    Los dems dioses vinieron a llevrselo. Crees que podramos hablar de otra cosa?Esos recuerdos son dolorosos.

    Pero l era tu enemigo.

    Tambin era un dios, Zakath suspir Garion, y es terrible tener que matar a undios.

    Eres un hombre curiosamente bondadoso, Belgarion. Creo que te respeto ms por eso

    que por tu prodigioso valor.Yo no dira tanto. Estuve aterrorizado todo el tiempo y creo que a Torak le ocurra lo

    mismo Queras hablarme de algo especial?

    Zakath se recost en su silln mientras daba suaves golpecitos con los dedos sobre suslabios apretados.

    Sabes que con el tiempo t y yo acabaremos enfrentndonos, verdad?

    No dijo Garion. Eso no es necesariamente cierto.

    Slo puede haber un rey del mundo.Yo ya tengo bastantes problemas intentando gobernar una pequea isla dijo Garion

    con expresin de tristeza. Nunca he deseado ser el rey del mundo.

    Pero yo s lo he deseado... y an lo deseo.Entonces es probable que tarde o temprano tengamos que enfrentarnos suspirGarion. No creo que el mundo deba ser gobernado por un solo hombre. Si intentas hacerlo,tendr que detenerte.

    Nadie puede detenerme, Belgarion.

    Lo mismo pensaba Torak.

    Eres muy brusco.

    De ese modo evitaremos malentendidos. Yo dira que tienes suficientes problemas entu reino como para intentar invadir el mo o los de mis amigos. Eso por no mencionar el puntomuerto a que han llegado tus acciones aqu, en Cthol Murgos.

    Ests bien informado.

    La reina Porenn es una buena amiga ma y me mantiene informado. Adems, Seda seentera de muchas cosas en el transcurso de sus negocios.

    Seda?Perdona, me refiero al prncipe Kheldar. Seda es una especie de sobrenombre.

    En ciertas cosas nos parecemos mucho, Belgarion dijo Zakath mirndolo fijamente,pero en otras somos muy distintos. Sin embargo, ambos actuamos movidos por la necesidad.A menudo, estamos a merced de hechos de los que no tenemos control.

    Supongo que te refieres a las dos profecas, verdad?

    Yo no creo en las profecas ri Zakath, slo creo en el poder. Pero es curioso quelos dos hayamos tenido que enfrentarnos a problemas similares ltimamente. Hace pocotiempo has tenido que sofocar un levantamiento en Aloria, que, segn tengo entendido, fue

    causado por un grupo de fanticos religiosos. Yo tengo un problema similar en Darshiva. Lareligin es una fuente inagotable de problemas para cualquier gobernante, no crees?

    Casi siempre he logrado solucionar esos problemas.

    Pues has tenido suerte. Torak no era un rey bueno ni gentil y sus sacerdotes grolimsson perversos. Si yo no estuviera ocupado aqu, en Cthol Murgos, creo que me congraciaracon las mil generaciones siguientes haciendo desaparecer a todos los grolims de la faz de latierra.

    Qu te parecera hacer una alianza para eso? pregunt Garion, sonriendo.Zakath solt una risotada, pero pronto su expresin se volvi otra vez sombra.

    El nombre de Zandramas significa algo para ti?

    He odo algunos rumores sobre l dijo Garion intentando eludir la respuesta, sinsaber cunta informacin tena Zakath sobre su presencia en Cthol Murgos.

    Y el de Cthrag Sardius?

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    Tambin lo he odo.

    Ests siendo evasivo, Belgarion repuso Zakath con una mirada firme, y luego serestreg los ojos con cansancio.

    Creo que necesitas dormir dijo Garion.Pronto tendr tiempo para eso, cuando acabe mi trabajo.

    Bien, supongo que no es asunto mo.

    Qu sabes de Mallorea, Belgarion?

    Recibo informes regulares, aunque a veces resultan un poco incoherentes.Me refera a nuestro pasado.

    Me temo que no demasiado. Los historiadores occidentales siempre han intentadonegar la propia existencia de Mallorea.

    La universidad de Melcene tiene los mismos prejuicios con respecto al Oeste observZakath con una sonrisa irnica. En los ltimos siglos, desde la catstrofe de Vo Mimbre, lasociedad malloreana se ha vuelto casi completamente laica. Torak estaba dormido, Ctuchikpracticaba sus perversiones aqu, en Cthol Murgos, y Zedar recorra el mundo como unvagabundo. A propsito, qu le ocurri? Cre que estaba en Cthol Mishrak.

    Y all estaba.Nunca encontramos su cadver.Porque no est muerto.

    No? pregunt Zakath, atnito. Y entonces dnde est?

    Debajo de la ciudad. Belgarath abri la tierra y lo enterr entre las rocas, debajo de lasruinas.

    Vivo?exclam Zakath con voz ahogada.

    Haba razones para ello. Ahora contina con tu historia.Zakath se estremeci, pero enseguida recuper el control de s mismo.

    Con todos ellos fuera de escena, la nica figura religiosa que qued en Mallorea fueUrvon y ste se dedic casi por completo a hacer que su palacio de Mal Yaska pareciera msopulento que el de Mal Zeth. De vez en cuando pronunciaba algn sermn repleto desandeces, pero la mayor parte del tiempo pareca haber olvidado por completo a Torak. Laausencia del dios dragn y de sus discpulos haba acabado con el poder de los grolims.Aunque los sacerdotes hablaban de su regreso y decan que un da el dios durmientedespertara, el recuerdo de Torak se volva cada vez ms borroso. El poder de la Iglesiadisminuy cada vez ms, con lo cual el poder del trono creci de forma proporcional.

    La poltica malloreana parece un tanto turbia observ Garion.Supongo que forma parte de nuestra naturaleza asinti Zakath. De todos modos,

    nuestra sociedad evolucionaba y, aunque sin mayor prisa, estbamos saliendo deloscurantismo. Entonces apareciste t y despertaste a Torak, slo para obligarlo a dormireternamente poco tiempo despus. En ese momento comenzaron nuestros problemas.

    No deberan haber acabado? Eso es lo que yo crea.Me parece que no alcanzas a entender la naturaleza de la religin, Belgarion. Mientras

    Torak estaba all, aunque durmiera, los grolims y los dems fanticos del imperio estabanbastante tranquilos, seguros y cmodos en la creencia de que un da despertara, castigara atodos sus enemigos y devolvera la autoridad absoluta a los sucios y apestosos sacerdotes.Pero cuando t mataste a Torak, acabaste con su sensacin de seguridad. Se vieron obligadosa reconocer que sin Torak no eran nadie. Algunos de ellos se apenaron tanto que se volvieronlocos y otros se sumieron en la ms absoluta desesperacin. Unos pocos, sin embargo,comenzaron a crear una nueva mitologa que reemplazaba todo lo que t habas destruido conun simple golpe de tu espada.

    No fue idea ma dijo Garion.

    Lo que importa son los resultados, Belgarion, no las intenciones. La cuestin es queUrvon se vio obligado a abandonar la bsqueda de la opulencia y dej de regodearse en laadulacin de los parsitos que lo rodeaban para hacerse cargo de las funciones que le

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    correspondan. Durante un tiempo se enfrasc en una actividad frentica. Resucit antiguas yapolilladas profecas y las tergivers hasta hacerlas decir lo que l quera.

    Y qu es eso?

    Intenta convencer a la gente de que un nuevo dios vendr a reinar sobre Angarak, queresucitar Torak o que alguna deidad encarnar su espritu. Incluso tiene un candidato paraeste nuevo dios de Angarak.

    S? Y de quin se trata?Ve a ese nuevo dios cada vez que se mira al espejo respondi Zakath con expresin

    divertida.

    Bromeas!

    Oh, no! Urvon ha estado intentando convencerse a s mismo de que ha sido unsemidis durante siglos. Si no tuviera miedo de marcharse de Mal Yaska, sin duda recorreratoda Mallorea en una carroza de oro. Segn tengo entendido, hay un horrible jorobado queintenta matarlo desde hace siglos... Creo que se trata de uno de los discpulos de Aldur.

    Beldin dijo Garion con un gesto de asentimiento. Lo conozco.

    Es tan malo como dicen?

    Tal vez. No creo que te guste presenciar las cosas que es capaz de hacerle a Urvon, sialguna vez lo coge.

    Le deseo buena caza, pero me temo que Urvon no es mi nico problema. Poco despusde la muerte de Torak empezaron a correr ciertos rumores en Darshiva. Una sacerdotisagrolim llamada Zandramas tambin comenz a predecir la llegada de un nuevo dios.

    No saba que fuera grolim dijo Garion con un deje de sorpresa en la voz.Zakath asinti con un gesto.

    Tiempo atrs, tena muy mala reputacin en Darshiva. Luego se apoder de ella elllamado xtasis de la profeca y Zandramas se transform de repente. Ahora nadie puederesistirse a sus palabras. Cuando habla a las multitudes les infunde un profundo fervor. Susprofecas sobre la llegada de un nuevo dios se han extendido por Darshiva como fuegoimparable y han llegado a Regel, Voresebo y Zamad. Se ha apoderado de casi toda la costa

    norte de Mallorea.Qu tiene que ver el Sardion con todo esto? pregunt Garion.Creo que es la clave de todo este asunto respondi Zakath. Tanto Urvon como

    Zandramas parecen creer que quien lo encuentre y se apodere de l ser el vencedor.Agachak, el jerarca de Rak Urga, opina lo mismo dijo Garion.

    Zakath asinti con un gesto de pesadumbre.

    Supongo que deb imaginrmelo. Un grolim es un grolim, venga de Mallorea o de CtholMurgos.

    Creo que tal vez deberas volver a Mallorea y poner orden.

    No, Belgarion. No pienso abandonar mi campaa en Cthol Murgos.

    Vale la pena todo esto slo por una venganza personal? Zakath lo mir atnito. Spor qu odiabas a Taur Urgas, pero l est muerto y Urgit no se le parece en nada. No puedocreer que vayas a sacrificar todo tu imperio para vengarte de un hombre que ya no puedeenterarse de nada.

    Lo sabes? dijo Zakath con el rostro desencajado. Quin te lo ha dicho?

    Urgit me cont toda la historia.Supongo que con orgullo dijo Zakath con los dientes apretados y la cara plida.

    No exactamente, sino ms bien con pena y desprecio hacia Taur Urgas. l lo odiabaan ms que t.

    Eso es imposible, Belgarion. Si quieres que responda a tu pregunta, s, soy capaz desacrificar todo mi imperio y el mundo entero si fuera necesario, para derramar hasta la ltima

    gota de la sangre de los Urga. No dormir ni descansar en paz hasta haber cumplido con mivenganza y destruir a cualquiera que se interponga en mi camino.

    Dselo, dijo de repente la voz en la mente de Garion.

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    Qu?

    Hazlo, Garion, tiene que saberlo. Debe hacer ciertas cosas y no podr hacerlas hastaque se libere de esta obsesin.

    Zakath lo miraba con curiosidad.Lo siento. Estaba recibiendo instrucciones.

    Instrucciones? De quin?

    No me creeras. Me han dicho que te facilitara cierta informacin. Hizo una profundainspiracin. Urgit no es un murgo dijo sin rodeos.

    Qu dices?

    He dicho que Urgit no es murgo, al menos no del todo. Su madre lo es, por supuesto,pero Taur Urgas no era su padre.

    Mientes!No. Lo descubrimos cuando estbamos en el palacio Drojim, en Rak Urga. Urgit

    tampoco lo saba.No te creo, Belgarion! exclam Zakath con la cara plida, casi gritando.

    Taur Urgas est muerto dijo Garion con voz cansada. Urgit se asegur de ello

    cortndole la cabeza y enterrndolo boca abajo en su tumba. Tambin afirma que mat a cadauno de sus hermanos, los verdaderos hijos de Taur Urgas, para asegurarse de que subira altrono. Creo que no queda una sola gota de sangre Urga en todo el mundo.

    Es un truco dijo Zakath, ceudo. Te has aliado con Urgit y me cuentas esta absurdahistoria para salvar su vida.

    Usa el Orbe, Garion, le orden la voz.

    Cmo?

    Scalo de la empuadura de la espada y cgelo en tu mano derecha. Le ensear aZakath la verdad que necesita saber.

    Si puedo ensearte la verdad, la reconocers? le pregunt Garion al alteradoemperador mientras se pona de pie.

    Qu tengo que ver?Garion se acerc a su espada y abri la fina funda de piel que cubra la empuadura.

    Luego apoy la mano sobre el Orbe, que se desprendi con un chasquido, y se volvi hacia elhombre que estaba del otro lado de la mesa.

    No s bien cmo funciona esto dijo. Me han dicho que Aldur era capaz de hacerlo,pero yo no lo he intentado nunca antes de ahora. Creo que debes mirar aqu aadi, yextendi la mano hasta colocar el Orbe frente al rostro de Zakath.

    Qu es esto?

    Es lo que vosotros llamis Cthrag Yaska respondi Garion. Zakath retrocedi con lacara plida. Si no lo tocas, no te har dao.

    El Orbe, que durante los ltimos meses haba obedecido de mala gana las rdenes de

    Garion de controlarse, comenz a palpitar y brillar en su mano, baando la cara de Zakath enuna luz azul. El emperador alz la mano, como para apartar la piedra.

    No la toques le advirti Garion de nuevo. Limtate a mirar.

    Pero los ojos de Zakath ya estaban fijos en la piedra, cuya luz azul se volva cada vezms intensa. Sus manos se aferraron a la mesa que tena enfrente con tanta fuerza que susnudillos se volvieron blancos. Durante un buen rato contempl la piedra azul e incandescente,y luego, lentamente, solt el borde de la mesa y dej caer las manos sobre los brazos delsilln. Una expresin de angustia se reflej en su rostro.

    No lo saba gimi con lgrimas en los ojos, y he matado a miles de personas pornada.

    Las lgrimas comenzaron a correr libremente por sus mejillas.

    Lo siento, Zakath dijo Garion con calma, bajando la mano. No puedo cambiar loque ya ha ocurrido, pero tenas que saber la verdad.

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    No puedo darte las gracias por esta verdad dijo Zakath mientras sus hombros sesacudan con los sollozos. Vete, Belgarion, y llvate esa maldita piedra fuera de mi vista.

    Garion asinti con compasin y tristeza. Luego volvi a colocar el Orbe en su sitio, cubrila empuadura y levant la espada.

    Lo siento mucho repiti Garion, y se march en silencio de la habitacin, dejando alemperador de la extensa Mallorea solo con su dolor.

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    CAPITULO 3

    De verdad, Garion, me encuentro muy bien protest Ce'Nedra de nuevo.

    Me alegro de orlo.Entonces, me dejas levantarme de la cama.No.

    Eso no es justo llorique ella.

    Quieres un poco ms de t? pregunt l mientras se diriga a la chimenea y hacagirar el brazo de hierro que sostena el hervidor.

    No respondi ella con tono de disgusto. Tiene un olor y un sabor horribles.

    Ta Pol dice que es bueno para ti. Si bebes un poco ms, te dejar levantarte de lacama y sentarte en una silla.

    Garion extrajo unas cucharadas de aromticas hierbas secas de un pote de cermica ylas puso dentro de una taza. Luego levant el hervidor cuidadosamente con un atizador y llen

    la taza de agua hirviendo.Los ojos de Ce'Nedra, que se haban iluminado por un instante, se entornaron de nuevo

    casi inmediatamente.

    Oh!, eres muy listo, Garion dijo con sarcasmo. No me trates como si fuera unania.

    Claro que no asinti l con delicadeza mientras dejaba la taza junto a la cama.Creo que debes dejarlo reposar un rato.

    Por m puede reposar un ao entero, pues no pienso bebrmelo.

    Garion suspir, resignado.Lo siento, Ce'Nedra dijo con verdadera tristeza, pero te equivocas. Ta Pol dice que

    debes beber una taza de esta infusin cada dos horas, y hasta que ella ordene lo contrario,tendrs que hacerlo.

    Y qu pasa si me niego? pregunt ella en tono beligerante.

    Soy ms fuerte que t le record l.

    No te atrevers a obligarme a beber eso dijo ella con los ojos desencajados.

    Odiara tener que hacerlo dijo l con expresin sombra.

    Pero seras capaz, no es cierto? lo acus ella.Probablemente admiti l despus de reflexionar un instante, si ta Pol me lo

    ordenara...De acuerdo apostill ella con una mirada fulminante. Dame ese apestoso t.

    No huele tan mal, Ce'Nedra.

    Entonces por qu no te lo bebes t?Yo no he estado enfermo.

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    Ella procedi a explicarle, con todo lujo de detalles, lo que pensaba de l, de la infusin,de la cama, de la habitacin y de todo el mundo en general. Muchas de las palabras que useran muy explcitas, incluso chocantes, y otras pertenecan a idiomas que l desconoca.

    A qu vienen todos esos gritos? pregunt Polgara al entrar en la habitacin.Odio este brebaje! exclam Ce'Nedra a voz en grito mientras agitaba la taza y

    derramaba la mitad de su contenido.

    Entonces no lo bebas respondi ta Pol con calma.Garion dice que si no lo bebo me obligar a hacerlo.

    sas eran las rdenes de ayerrepuso Polgara, y luego se volvi a mirar a Garion.No te dije que hoy cambiaban?

    No, no. Seguro que no lo hiciste repuso l de igual a igual, sintindose muy orgullosode su tono.

    Lo siento, cario, debo de haberlo olvidado.

    Cundo puedo levantarme? pregunt Ce'Nedra.Polgara la mir sorprendida.

    Cuando quieras, querida dijo. Justamente vena a preguntarte si deseabas unirte a

    nosotros para desayunar.Ce'Nedra se sent en la cama con los ojos echando fuego. Se volvi hacia Garionlentamente y le sac la lengua.

    Muchsimas gracias le dijo Garion a Polgara.

    No seas irnico, cario murmur ella. Ce'Nedra, nadie te dijo cuando eraspequea que sacar la lengua es de muy mala educacin?

    Ah!, s, Polgara respondi la joven reina con una dulce sonrisa, por eso lo hagoslo en ocasiones especiales.

    Me voy a dar un paseo cort Garion sin dirigirse a nadie en particular.

    Luego se fue a la puerta, la abri y se march.

    Das despus, estaba Garion sentado en una de las salitas de la antigua residencia demujeres donde se alojaban. Tena aquella habitacin un aire muy femenino: los mueblestapizados en tonos malva y las finas cortinas de color lavanda. Al otro lado de la ventana,entre las somb