crónicas de alguien que quiso ser amada

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Mairim Soledad González

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Mairim Soledad González

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Mairim Soledad González

Crónicas de alguien que

quiso ser amada

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Mairim Soledad González

Mairim

Soled

ad G

onzález

Nació en Caracas – Venezuela el 12 de abril de 1988,

graduada en el Colegio Universitario de Caracas en la

carrera de turismo y ahora estudiante de Comunicación

Social en la Universidad Católica Santa Rosa.

Actualmente vive con sus padres en un poblado muy

cerca de Caracas, es la menor de 5 hermanos, es

coordinadora de una agencia de eventos, campamentos

vacacionales para jóvenes y niños. Animadora, redactora y

periodista deportivo en la página web LA BOLA,

coordinadora general y productora de UCSAR RADIO

WEB, aspirante a ser guionista y productora de cine,

locutora certificada de deportes; joven escritora con ya 8

obras publicadas, insiste con el tema dramático y finales

para nada felices.

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Mairim Soledad González

NOTA AL LECTOR

quí estamos de nuevo, en una nueva etapa. Si, dejé atrás la fantasía, los

vampiros, los ángeles, los genios. Decidí escribir sobre romance, hablar sobre

situaciones reales que le puede suceder a cualquiera. Espero de todo corazón

que aprecien y les guste esta nueva historia.

Agradezco a cada lector que aún está conmigo desde el inicio, podrán ver la

evolución y el cambio, pero no se inquieten, sigo siendo yo, no me odien si mato algún

personaje que queramos, son recursos necesarios para el desenvolvimiento de la

historia, también necesito hacerlos llorar un poco.

Alexca, amiga, millones de gracias por el eterno apoyo, eres mi control de

calidad, por ti sé que voy en buen camino, eres mi medidor de emociones (jajaja) a

todos y a cada uno de ustedes, gracias.

A

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Mairim Soledad González

Sinopsis

veces cuando escuchaba las historias de mis amigas de estar con su novio a pesar de

saber que las engañaban, que las agredían, siempre me pregunté ¿por qué siguen allí?

No lo había entendido hasta ahora, era pura y sencilla estupidez. Verlo desde fuera es

de fácil juicio, le encontramos la solución inmediata, y si, todas sabemos lo que debemos hacer,

la cuestión está en que realmente no lo queremos hacer por la única razón de que no queremos

estar solas y nos conformamos con esos momentos felices que nos regala esa relación.

¿Justificable? No, para nada.

A

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Mairim Soledad González

“Los AMORES que más duran son los AMORES IMPOSIBLES”

Anónimo

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Mairim Soledad González

Prefacio

ola, mi nombre es Stephanie Díaz, vivo en el Doral – Florida, tengo 30 años

de edad, nací en Venezuela, tengo 3 hermanos mayores, 2 hombres y una

mujer para ser exactos, tenemos más de 15 años viviendo en Estados

Unidos, salimos de nuestro país prácticamente huyendo por la situación político-económica; nada

que no hayan visto por los noticieros. La idea de escribir todo esto, es con la intensión de que en un

futuro muy lejano, ya cuando deje de existir en este mundo, alguien pueda leer esto y decir “que

estúpida es esta mujer” y de esta manera no me pueda herir; es una forma de desahogo, supongo

que todos tenemos historias que contar, y muchas de ellas no las contamos precisamente por

vergüenza o porque consideramos que no merecen ser contadas.

AMOR, palabra y sentimiento que ha acabado con más de uno, en realidad no ha

sido el amor propiamente dicho, sino la falta de suerte en el asunto y el no saber manejar las cosas;

yo no he escapado a esa situación. Muchas personas culpan los cuentos de hadas y a Disney por

hacernos creer que existen los príncipes azules, lo curioso es de donde proviene el termino (pueden

investigarlo). Desde niñas se nos siembra la idea que debemos estar acompañadas por un hombre,

jugamos a las muñecas como si fueran nuestras hijas, nos crían con un modelo anticuado de que

debemos formar familia, atender a nuestros hijos y a nuestros esposos ¿y si el modelo de crianza

fuera distinto? ¿habría menos mujeres decepcionadas en materia sentimental? Quizás, habría que

aplicar el experimento.

Como les comenté, yo no he escapado de las innumerables decepciones amorosas, si,

innumerables es porque han sido muchas y cuando hablo de que tenemos muchas historias que

contar, es lo que vengo a reflejar acá, sobre todo el hecho de que no nos sentimos orgullosos al

contarla. Por favor no me juzguen al leer estas líneas, probablemente más de uno se sentirá

identificado, asumiendo que no sólo sean mujeres quienes me lean, si eres chico, por favor nunca

hagas pasar a una mujer por esto a pesar de que lo merezca.

H

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Mairim Soledad González

1

i adaptación a la vida americana la verdad no me costó demasiado, lo

difícil fue celebrar mis 15 años lejos de mi familia y mis amigos.

Recuerdo al chico que llamó mi atención en el high school, su nombre era

Jimmy, supongo que aún sigue siendo Jimmy, luego de la graduación no supe nada más de él, nunca

tuvimos nada, fue un amor distante y fugaz. Mi paso por el high school me dejó muchas amistades

que hoy día atesoro con el alma, Jack y Alina son dos más resaltantes, mis mejores amigos, 15 años

de amistad, fácil de decir…

En realidad esta historia no trata sobre mis años de adolescente, es lo más irrelevante

del caso; todo se remonta a mi segundo año en la universidad, como era de esperarse, estudié junto

a Alina y Jack, decidimos prepararnos como Administradores de empresas, siempre nos vimos

como seres importantes, pero nuestro intelecto no era tan desarrollado como para estudiar medicina

y ganar el premio Nobel descubriendo la cura de alguna enfermedad, así que decidimos inscribirnos

en la Universidad Internacional de Florida, plagada de latinos y descendientes, Alina era

Colombiana con abuelos italianos y Jack hijo de mexicanos, éramos un equipo bastante peculiar,

además que (modestia aparte) éramos (somos) bien parecidos, guapos, sexis (ego en peligro de

ascenso descontrolado).

Adquirí un empleo como mesera en el restaurante del hotel SUN BEACH en Miami

Beach, era divertido, elegante y estirado, iban tipos interesantes que dejaban muy buena propina,

encajé rápidamente en el equipo, mi jefe era una adoración, realmente dulce, un buen sujeto

-¿A qué hora termina tu turno hoy?_ me preguntó Jack por teléfono

-A las 7, pero quiero ir a casa, Jack

-¡No seas aburrida! Es viernes por la noche. Quiero llevarlas a un lugar que conocí la

semana pasada con Michelle, queda muy cerca de tu trabajo

M

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Mairim Soledad González

-Jack es que…

-¡Steph!_lograba ser muy insistente. Hice silencio ante su suplica_ Paso por ti a las 7

con Alina, Max y Michelle_ colgué la llamada con una breve sonrisa, adoraba a Jack, me hacía reír,

lo seguro de esa noche, es que la pasaría muy bien.

Se hicieron las 7.00pm y Jack estuvo en la puerta del hotel como prometió, mis

amigos y yo teníamos esa particularidad, éramos muy puntuales. La verdad no iba arreglada para la

ocasión, sin embargo no era propio de mí ir desarreglada, me gustaba la moda

-¿Otra noche de joda, eh?_ dije al montarme en el asiento trasero de su auto. Todos

sonrieron. Jack arrancó, la verdad fue más cerca de lo que pensaba. Era un bar-restaurante llamado

BLUE SEA, el interior era impresionante, había música de fondo, nada escandaloso, bastante

agradable

-Vamos afuera, tiene una vista asombrosa_ nos invitó Jack.

No mentía cuando decía que la vista exterior era fabulosa, daba a la playa, había un

bar: una barra larga y unas cuantas mesas rellenando la terraza. Turísticamente hablando,

bastante llamativo y atractivo el lugar.

Tomamos una mesa cerca de la baranda, rápidamente nos atendió una mesera

bastante agraciada, de unos 25 años, cara de niña, amable

-Buenas noches, bienvenidos a BLUE SEA. ¿Qué les puedo ofrecer?

-¡Oh! 2 cervezas Pilsen, 1 light, una cuba libre y un vino tinto, ¿me equivoco?_ le

pregunté a mis amigos, sabía su menú de memoria, además, también era mesera, sabía cómo

era el trabajo. Todos asintieron_ Esa será nuestra orden, por favor. Adicional, una jarra de

agua con hielo

-En seguida regreso_ la chica sonriente se marchó. En menos de 3 minutos la vi venir

de regreso con una bandeja cargada con nuestro pedido, fue entonces cuando algo a sus

espaldas llamó mi atención, un hombre, por supuesto; rubio, tez blanca, ojos claros, apuesto,

¡muy apuesto!, estaba detrás de la barra, pero no lucía como bartender, lo miré unos largos

segundos embobada

-¡STEPHANIE!_ Alina llamó mi atención

-¿Qué?

-¿En qué andas pensando?

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-Nada importante_ sabía que ocultaba algo, vio hacia mi frente y dio con el hombre

en cuestión, sólo me sonrió pícaramente, afortunadamente fue la única en notarlo; le sonreí

de vuelta.

Pasamos una buena noche, muy divertida, entre risas y anécdotas de Max y Jack,

realmente amaba estar con ellos. En ocasiones desviaba la mirada a observar al sujeto de la barra.

Me levanté al baño la primera vez, quedaba detrás de la barra, la verdad no tenía ganas de ir al

baño, pero quería verlo de cerca para cerciorarme que fuera real y si, era real, se veía 10mil veces

mejor de cerca.

Existe una teoría con respecto a la cerveza y las mujeres, si vas una vez al baño,

luego no pararás de ir, esa teoría es muy cierta. 10 cervezas más tarde, fui a paso acelerado al baño

junto a Alina, los efectos del alcohol estaban presentes, pero no eran escandalosos, el sujeto de la

barra no estaba, me decepcioné, caminé más rápido hacia el baño, tenía muchas ganas de orinar

-¿Por qué no te le acercas y hablas con él?_ me preguntó Alina al darnos cuenta que

no estaba el hombre allí. Voltee a verla

-Sabes que no haré tal cosa

-Si lo sé, te orinarías encima_ reímos a carcajadas. Abrí la puerta del baño con

fuerza, pesaba, sentí que pegó contra algo, me asusté, retrocedí unos pasos. Una mano masculina

abrió la puerta desde su interior

<<Ok ¡era el baño de hombres!>>

-¡Lo siento mucho!_ fue entonces cuando se dejó ver el hombre detrás de la puerta

<<¡Mierda!>>

-El baño de chicas es al lado_ dijo EL SUJETO asomando una breve sonrisa

-Disculpa, que vergüenza, no me fijé. ¿Estás bien?

-Pierde cuidado, sólo me tropezaste con la puerta_ comenzó a alejarse_ ten más

cuidado para la próxima_ voltee a ver a Alina, tenía los ojos abiertos de forma exagerada, cuando

encontramos nuestras miradas reventamos en risas, entramos al baño de damas rápidamente.

Extraños esa sensación de los 21, extraño tener 21 años.

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odos los días de camino al trabajo echaba el ojo hacia el restaurante en

búsqueda del tipo lindo, no tuve éxito, siempre estaba cerrado, supongo que

era nocturno. El miércoles al acabar mi turno, salí muy cansada, debía

estudiar para un examen al día siguiente, tomé el autobús, me senté sintiendo un gran alivio, había

trabajado de pie toda la tarde, fue entonces cuando vi a través de la ventana al sujeto del restaurante

de la otra noche, estaba entrando al local, por poco atravieso el cristal de la ventana de la euforia, el

momento fue muy breve, el autobús me distanció del lugar rápidamente.

-Vamos mañana al bar del hombre sexi, ¿sí?_ le dije a Alina por chat esa noche

mientras hablábamos tonterías

-Te gusta de verdad el tipo, ¿eh?

-¿A quién no?_ reí ante mi comentario, apuesto a que ella también

-Está bien, vamos.

La noche siguiente si me fui preparada en cuanto a vestuario, mucho mejor que la

noche pasada, le pedí a Alina que me esperara en el bar. Estaba nerviosa, ansiosa, al pasar la puerta

del restaurante mi ansiedad aumentó, mis manos comenzaron a sudar, Alina me había escrito un

mensaje diciéndome que me esperaba en la terraza, salí en su búsqueda, estaba sentada en la barra

<<Muy astuta>>

Sonreí al verla, me hizo señas para que viera al sujeto, suspiré al verlo

T

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-¡Hola! ¿Tenías que sentarte justo en la barra?

-Sabes que si_ me senté a su lado tratando de no ver al hombre que estaba en una

esquina conversando con un cliente, entonces notó que yo estaba allí, se acercó, el corazón se me

iba a salir

-Veo que tu amiga ya llegó_ le dijo a Alina con una pequeña sonrisa_ ¿qué les

ofrezco?_ quedé muda, apuesto a que tenía expresión de tonta

-Para ella una cerveza light, para mí un vino tinto… por favor_ le dijo Alina

sonriendo

-Bien ¡enseguida!_ fue hasta el refrigerador a sacar la cerveza y sirvió el vino con

elegancia en una copa de cristal_ aquí tienen

-Gracias…_ alcancé a decir con una sonrisa tímida. Miré a Alina negando con la

cabeza una vez que el chico se alejó de nosotras

-No te veía así desde Jimmy del High School

-¿Me culpas?_ dije señalando con la vista al sujeto que continuaba conversando con

el mismo cliente

-¿Qué edad crees que tenga?

-No lo sé ¿28?_ dije viéndolo de arriba abajo. Volteó hacia mí, desvié la mirada

rápidamente. Terminé mi cerveza bastante rápido, quería que viniera a servirme otra, no demoró en

acercarse

-¿Otra cerveza?

-Si, por favor_ miré a Alina un momento, luego volví la vista hacía él, se acercó con

mi cerveza_ ¿El local es nuevo?_ dejé salir, Alina me miró con curiosidad, la primera cerveza me

había dado valor de hablar

-Ehm… no, la verdad no, tiene algunos años_ hizo una pausa poniéndose cómodo_

fue lo primero que hizo mi padre al llegar a Estados Unidos de nuevo hace 11 años

-¿De dónde son tus padres? ¿No eres de aquí?

-Sí, nací aquí en Estados Unidos, mis padres son holandeses_ hizo una nueva pausa,

entré en pánico, ya no sabía que más preguntarle para mantenerlo allí_ ¿Y ustedes? ¿Son de por

aquí?

-Ella vive en el Doral, yo vivo aquí en Miami Beach_ intervino Alina_ Steph trabaja

en el SUN BEACH como mesera del restaurante

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-¿Ah sí? Y yo necesitando meseras…_ rio un poco, me contagió con su sonrisa_ Mi

nombre es James, mucho gusto

-Stephanie, ella es Alina_ estrechamos nuestras manos sobre la barra, al sentir el

contacto con su mano sentí un hueco en el estómago_ ¿Entonces eres el dueño? Pensé que eras

empleado

-Suele suceder_ sonrió de nuevo

-Me agrada el lugar, sobre todo esta área. Vendré más seguido, creo que lo haré mi

lugar favorito

-Con gusto te atenderemos_ hizo un silencio y buscó alguna información en su

cerebro_ me hacen falta amigos por acá_ Alina me pateó, sólo sonreí

-¡Me tengo que ir!_ dijo repentinamente Alina, la miré con rareza

-¿Que sucede?

-Mamá se quedó fuera, dejó las llaves dentro de casa_ hizo una pausa dejando

escapar una sonrisa_ siempre le he dicho que debemos dejar una llave fuera

-¿Y tu papá?_ sabía lo que quería hacer con esa excusa improvisada

-Sabes que está fuera de la ciudad

-Vamos entonces. James, por favor la cuenta_ me volvió a patear, voltee a verla con

sarcasmo, luego voltee hacia James sonriendo de forma fingida. James se alejó hacia la caja

registradora

-¿Eres estúpida?

-No me voy a quedar sola con él

-No están solos, hay mucha gente aquí

-Sabes lo que quiero decir

-Si te preocupa de que hablar con él, creo que lo tienes cubierto, las cervezas te han

dado valor

-No me voy a quedar Alina_ estaba logrando cabrearme. Pagué la cuenta

rápidamente

-Las espero pronto…_ me levanté del asiento despidiéndome con la mano derecha al

aire

-Que tonta eres Stephanie_ dijo Alina saliendo del local de James

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-Es posible

-Vamos, te llevo a casa_ no me gustaba viajar con Alina porque ella tenía una FZ16,

para los que no saben de estas cosas, es una moto, le temía a las motos; siempre pensé que era muy

grande para ella, su madre también lo pensaba, pero fue su padre quien se la regaló en su

cumpleaños pasado.

Los fines de semana eran particulares en casa, desde siempre, inclusive viviendo en

Venezuela; los fines de semana eran para pasarlos en familia, era una de nuestras tradiciones. Mi

hermano Franco tenía ya dos años viviendo en Fort Lauderdale con mi cuñada y mi sobrina

Kimberly.

Mamá era fanática a la cocina y más aún cuando se trataba de cocinarle a sus nietos y

a sus hijos, la verdad se me ha hecho difícil la idea de alejarme de mis padres, son mi todo, soy la

consentida de casa, era la menor y sin mis hermanos viviendo con nosotros. Adoro a mi familia,

hermanos, cuñados, sobrinos, abuelos nunca tuve, nunca los conocí.

Mi hermano y su familia irían a casa, mamá me mandó a Walmart por unas cosas que

necesitábamos para el asado, me fui en el auto de papá, era mi lugar favorito para ir de compras.

Afortunadamente no había mucha gente ese sábado, compré bastante rápido. Al ir de vuelta al

estacionamiento, me encontré con un auto que me obstruía el paso hacia el asiento del piloto

<<¡Hijo de puta! ANIMAL>>

Solté las bolsas en el suelo de la rabia, me coloqué las manos en la cintura mirando

hacia los lados. Intenté pasar por el lugar súper estrecho, pero no servía de nada, le di un leve golpe

al otro auto, se encendió la alarma, me asusté un poco

-Ya muevo el carro, no es necesario que lo golpees_ voltee hacia atrás, era una voz

masculina

-Me obstru…_ se cortó mi reclamo. Él también se sorprendió al verme

-Mil disculpas, hola_ sonreí al verlo, iba con una mujer mayor, su madre quizás

-Hola James

-Ya lo muevo para que puedas salir

-Debes poner más atención, James_ la señora la reprendió_ yo no solo le hubiera

dado un golpe hija, lo hubiera rayado_ me guiñó el ojo, sonreí ante su gesto

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Mairim Soledad González

-Ella es mi madre_ dijo James abriendo su coche_ ella es una cliente del restaurante,

aunque nunca la he visto de ese lado, sólo del lado del bar_ dijo sonriendo

-Un placer señora, mi nombre es Stephanie

-Marjolein Karsten_ me extendió su mano elegantemente. James movió su auto

-De nuevo disculpas

-Pierde cuidado_ dije agachando la cabeza para poder verlo

-Te espero por el bar_ se despidió arrancando a velocidad media. Quedé paralizada

en el medio del estacionamiento como una tonta. Tomé las bolsas, abrí mi coche y me fui a casa.

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a noche de ese sábado la tenía libre en el trabajo, miraba tv acostada en mi

cama, eran las 6 de la tarde, mi mente se paseaba por lo que había sucedido

en la mañana con James en el estacionamiento, me hizo gracia. Vi la hora de

nuevo en mi celular, Jack había salido de la ciudad por asuntos familiares, Alina estaba resfriada y

de repente me levanté y me di una ducha, me vestí, le pedí el auto a papá y salí hacia Miami Beach,

si, son muy inteligentes, iba a ver a James. Me estacione, apagué el motor y pensé si en realidad

debía entrar, no demoré demasiado pensándolo, sabía que debía entrar, ya había viajado hasta allí.

Entré, el lado del restaurante estaba bastante concurrido, atravesé el lugar,

esquivando las mesas, a los comensales y algunos meseros, vi a James a través de la puerta de

cristal que da hacia la terraza, sonreí al verlo, agarré el pomo de la puerta, inhalé y salí a la terraza

yendo directo a la barra, me vio acercarme, sonrió de inmediato

-Stephanie ¿cierto?

-Hola James_ me senté en una de las bancas de la barra

-¿Vienes sola hoy?

-Si_ hizo una mueca algo extraña, entre risa e impresión_ estaba cerca y decidí venir

por unos tragos

-Y me agrada que hayas decidido venir_ sonrió de nuevo. Si alguien pudiera hacer

una caricatura del momento, podría muchos corazones a mí alrededor_ ¿Cerveza light?

<<¡Recuerda lo que bebo!>>

-Por favor…_ no demoró en traerla

L

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-Oye, siento mucho lo de esta mañana

-¿Lo del estacionamiento? No pasa nada, me alegra que fueras tú el del otro auto_ se

avergonzó un poco, creo que no debí haber dicho tal cosa_ Quiero decir, me alivia que fueras tú y

no otro sujeto, iba a ser un momento muy incómodo, estaba dispuesta a pelear_ rio a carcajadas,

supongo que me imaginó peleando_ ¿a qué le encuentras gracia?

-Nada, sólo te imaginé peleando conmigo. Posiblemente eso hubiera sucedido si no

me conocieras

-Es cierto_ reí también_ tu madre es muy simpática, me cayó muy bien

-Es muy social, todo lo contrario a mi padre, es un cascarrabias_ sonrió ante la idea.

Lo observé unos segundos en silencio, era perfecto, su mirada azul era distinta a cualquier otra que

hubiera visto antes, era limpia, sincera_ ¿a qué te dedicas Stephanie?

-Ehm…_ me tomó fuera de si_ soy estudiante de segundo año de Administración de

Empresas en la Universidad Internacional de Florida

-Chica de negocios ¿eh?_ hizo una pausa_ ¿siempre has vivido en Miami?

-No, soy venezolana, tengo 7 años y medio aquí

-Tu amiga también es latina ¿cierto?

-Sí, es colombiana

-Um… pude notarlo. En realidad Miami está lleno de latinos, no sé por qué aun me

extraña_ sonreí pensando ¿le interesa Alina? ¿por qué me preguntó por ella? Pensamientos

paranoicos_ ¿Y tú a que te dedicas? Además de ser el dueño de esto… ¿qué has hecho por tu vida?

-¿Qué he hecho por mi vida?_ repitió en voz baja con expresión graciosa_ No

siempre fui así, no siempre tuve dinero. Mis padres vinieron de Holanda antes de que yo o mi

hermana naciéramos, llegaron sin nada, mi madre trabajaba de conserje en un edificio y mi padre

trabajaba en una estación de gasolina, así crecí, trabajando, la verdad nunca nos faltó nada, mis

padres se encargaban de eso. Crecí y busqué mis propios medios para hacer dinero, fui a Holanda a

formarme, hice algo de dinero allá y regresé, mi padre había montado un pequeño restaurante, yo

decidí ampliarlo a mi regreso a Estados Unidos.

Conversar con James me resultaba relajante, me olvidaba de todo lo demás mientras

escuchaba sus anécdotas. Fueron pasando los días y las semanas y yo continúe yendo a visitarlo al

menos dos veces por semana, sonreía apenas lo divisada cuando atravesaba la puerta de cristal que

daba hacia la terraza, él también lo hacía, me recibía con entusiasmo. En ocasiones me detenía a

pesar

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Mairim Soledad González

<<¿Soy demasiado obvia yendo tan seguido? ¿Estoy siendo acosadora?>>

Una noche me desvelé pensando en esto ¿Qué tonto no? Necesitaba olvidarme de

James unos días, necesitaba poner atención a los deberes de la universidad, estaba en exámenes

finales, creo que era momento de cesar las visitas al restaurante.

Una semana más tarde, entre 4 exámenes finales, cientos de libros de aritmética que

me estaban enloqueciendo y dos noches sin dormir, me dispuse ir a trabajar al hotel; no recuerdo

haber ido a trabajar con tanto cansancio y pesadez como esa oportunidad.

Entré a la cocina y bebí una taza enorme de café mientras me tomaba un breve

descanso

-Steph, hay que atender la mesa 4, es tu turno_ entró Shannon cargada con tres platos

sucios a la cocina

-¡En seguida voy!_ dije con entusiasmo fingido. Alisé mi falda con el delantal

puesto, tomé la libreta, la jarra de agua de cristal, abrí una sonrisa en mi rostro y salí hacia la mesa

4, era un caballero que pude ver a la distancia, estaba de espaldas_ Buenas noches caballero,

bienvenido…_ quedé en silencio_ ¿James?_ se me resbaló la jarra de agua, por fortuna no hice un

desastre. James sonrió ante el hecho

-¿Estás bien?_ dijo ayudándome con la jarra

-Si… si… ¿Qué haces aquí?

-Vine a comer_ hizo silencio con una expresión graciosa_ si, lo sé, tengo mi propio

restaurante, quería comer algo distinto_ yo continuaba viéndolo con incredulidad, estaba nerviosa

(si lo sé, eso era obvio)

-¿De-se-as agua?_ dije de forma entre cortada, decidí atenderlo

-Me alegra que me atendieras tú, vine con esa intención_ ¡aumento de pulsaciones a

nivel descontrolado! Me tomó la mano libre y me acercó a él_ la verdad pedí que te llamaran_ dijo

en voz baja, lo miré a los ojos ¿Qué tramaba? Miré hacia la puerta de la cocina, allí estaba Shannon

parada con Celia y Rubén, sonriendo, les divertía mucho la escena que James y yo

protagonizábamos en ese momento

-Sigo sin entender, James

-Quiero atún blanco cuscús, vegetales rostizados y una copa de vino blanco_ anoté

de repente. James continuaba sonriendo, voltee hacia la cocina y “ellos” también reían, puse los

ojos en blanco

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-¿Deseas postre?

-Depende…

-¿Depende de qué?

-¿De la hora en que termines tu turno?_ ¡latidos en aumento peligroso una vez más!

-Ok James, necesito que me expliques que se supone que está pasando aquí_ fruncí el

ceño

-Solo vine por mi cliente favorita, tengo semanas sin saber de ella ni verla, me he

sentido solo en el trabajo_ sonreí abiertamente

-Ahm… supongo que persigues a tus clientes, ¿eh?

-Sólo a mis favoritos_ guiñó el ojo de forma graciosa

-No puedo acompañarte al restaurante hoy, estoy exhausta, he tenido días terribles,

estoy en exámenes finales, no he dormido en dos días, a duras penas estoy trabajando hoy

-Es una lástima…_ dijo bebiendo un sorbo de su vaso de agua_ ¿A qué hora terminas

tu turno?

-En una hora_ respondí sin pensar

-Tráeme un helado de mantecado. ¿Tienen helado, no?

-¡Sí! Es decir… sí, claro

-Bien, te esperaré

-James…

-Te llevaré a casa, sé que no tienes auto y la verdad luces cansada, no te dejaré tomar

el bus así_ allí vienen los latidos desenfrenados de nuevo, quedé muda

<<¡Stephanie di algo, maldita sea!>>

-No es necesario, puedo irme en taxi

-De ninguna manera, ya vine hasta acá por ti, no pretendo irme sin ti_ sonreí

abiertamente de nuevo_ Ahora, anda por mi comida, estoy hambriento, si no me quejaré de la

atención_ reí negando con la cabeza

-Enseguida…caballero…_ me alejé de él

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Mairim Soledad González

Wallace (el chef del restaurante) le preparó el plato a James mientras yo atendía otras

mesas, me hice la dura y no voltee a verlo, sólo lo hacía una vez llegaba a la puerta de la cocina, de

esta forma no podía darse cuenta que lo miraba; chequeaba su móvil

-Su orden está lista_ dije sorprendiéndolo por la espalda, le coloqué el plato con

suma delicadeza en frente de él, le serví un poco más de vino

-Mmm… se ve bien_ dijo colocándose la servilleta de tela en las piernas

-El chef se esmeró, dije que era para un crítico de la prensa gastronómica_ sonreí con

expresión traviesa, James me siguió el juego. Lo vi comer desde la cocina, su expresión era neutra

aunque parecía disfrutar de la comida_ ¿qué tal?

-Muy bueno

-¿Te traigo el postre?

-Por favor…

-Puedo sugerirte el pie de limón, es mi favorito de aquí_ pensó unos segundos

-Está bien, que sea pie de limón_ le llevé su orden. Los últimos 15 minutos de mi

guardia se hicieron eternos, miraba el reloj cada 2 minutos, mi mente y yo sonreíamos por la

presencia de James, por el motivo de su visita, en ese momento mi cabeza fantaseaba con James,

casándome, teniendo una casa en frente de la playa (jajaja). Le llevé la cuenta, pagó con su tarjeta

de crédito en caja_ esto es para ti_ me entregó un billete de 100 dólares

-James, no, es mucho dinero

-Te lo ganaste

-No. Voy a cambiarme, ya mi turno terminó, ya nos podemos ir

-¿Puede hacer que me reciba la propina?_ le dijo a Clementine, la cajera, ella sonrió

-No metas a Clementine en esto, guarda tu dinero, en seguida regreso_ me alejé de él

con una gran sonrisa en el rostro, sabía que lo había dejado confundido, en realidad no podía recibir

esa absurda cantidad de dinero por una propina, es más de lo que pagó por su comida. Me cambié a

la velocidad de la luz, traté de embellecerme en el tocador con lo poco que tenía en mi bolso, pero

nada exagerado para que no lo notara.

Salí hacia el exterior del restaurante, no vi a James en el lobby, debía estar fuera y así

fue, me esperaba en su coche

-Vaya que eres terca, ¿eh?

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Mairim Soledad González

-Y tu un acosador…_ rio a carcajadas y encendió el motor, echando el carro a andar

-El pie de limón estaba muy bueno, dudé en aceptarlo

-¿Por qué?

-No confío en los postres

-¿No confías en los postres?

-Sólo como los que ya conozco, los de mi restaurante y los de mi madre

-Sigo sin comprender…

-Todos tienen maneras distintas de hacerlo y no todos me gustan, el helado siempre

sabrá igual donde sea

-Interesante teoría, ¡ja!_ hice una pausa_ ¿y hoy por qué no estás en tu restaurante?

-Papá está hoy, hoy no es un día fuerte, puede sobrevivir sin mí, debía buscar a mi

cliente favorita_ me hizo sonreír de nuevo_ ¿Cuándo terminas los exámenes?

-Esta semana, ya entro de vacaciones de invierno, así que podré ir a visitarte de

nuevo con frecuencia, me alegra saber que me extrañaste todo este tiempo

-A poco tú no me extrañaste a mí

-Ehm… no, en absoluto_ voltee a verlo de reojo, solté una carcajada.

Llegamos a la entrada de mi edificio, el camino había terminado, vaya que la había

pasado excelente en esos 15 minutos

-Sana y salva en casa_ dijo con mirada dulce pero divertida

-Gracias James

-Gracias a ti. Espero verte pronto por el bar, las cervezas light esperan por ti_ sonrió

levemente

-Guárdalas para mí, pronto voy por ellas_ bajé de su auto, cerré la puerta y me asomé

por la ventanilla_ cuídate de vuelta, gracias de nuevo

-Así será, descansa_ arrancó dejando una estela corta. Lo único que podía era

sonreír, abrí mi bolso para buscar las llaves del edificio, fue cuando se cayó un billete con un clic y

una nota pegados

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Mairim Soledad González

Será entonces obligado que me recibas la propina

Atte. Cliente satisfecho

<<James… (jajaja)>>

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Mairim Soledad González

4

ames me había dado muchísimo en lo que pensar en los próximos días. Le conté

a Alina lo que había sucedido con él, no lo podía creer, en realidad si me lo

contaran a mí tampoco lo creería

-¡Stephanie!_ me llamaron a la distancia mientras salía de la universidad, era una voz

masculina, voltee era Jason, un muchacho que estaba en mi clase de gerencia administrativa

-Hola Jason…

-¿Que harás esta noche?_ fruncí el ceño

-Tengo planes, ¿por qué?

-Oh, nada en particular, quería invitarte al cine_ me sorprendió, no lo voy a negar

-Lo siento… ¿podemos dejarlo para después?

-Sí, claro

-Adiós_ hubo un deje de decepción en él. Esa noche iría a ver a James, no podía

llegar con un sujeto, quizá eso colocaría en peligro mi posible relación con él, podría mal interpretar

las cosas (sí, estoy dando por hecho que tendremos algo, ya lo dije anteriormente, me proyecté con

él casada con una casa en la playa, ya lo dije jajaja)

Fui a casa a darme una ducha, menos mal tenía el día libre en el trabajo, era un

viernes perfecto entonces para ir a ver a James y tomarme unas cervezas

-¿Vas a salir?

-Sí, regresaré tarde, voy a tomarme unas cervezas al bar del amigo que te comenté

-¿El que te trajo la otra noche?

-El mismo que viste y calza

J

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Mairim Soledad González

Mi mamá era curiosa, pero no demasiado, nunca se entrometía en mis cosas,

tampoco fui de ese tipo de hijas que le dio dolores de cabeza.

Salí a Miami Beach algo nerviosa, decidí irme en taxi, así iría más rápido y directo,

estaba ansiosa por ver a James, ya habían pasado 3 días desde que fue a mi trabajo. Entré a su

restaurante, estaba bastante concurrido, pocas mesas quedaban disponibles. Saludé con una sonrisa

amable a una de sus meseras, ya comenzaba a ser reconocida en el lugar. Atravesé el restaurante

hasta llegar a la puerta de la terraza que daba al bar, como era costumbre, inhalé profundo y la abrí

para encontrarme con James, y sí, allí estaba en la barra

-Vengo por mis cervezas ligeras_ le dije de cerca de forma inesperada para él, estaba

concentrado con unas facturas en la caja. Sonrió al verme

-Hasta que viniste…

-¿Me invitas una cerveza?

-¡Claro!_ me senté en mi esquina de la barra acostumbrada, me llevó la cerveza en

seguida

-Día movido, ¿eh?

-El día más duro de trabajar

-Los fines de semana son una locura en Miami en general_ lo llamaron del otro lado

de la barra

-Dame un segundo_ fue a atender a una de las meseras con una cuenta. La barra

comenzaba a llenarse. James estaba ocupado, mientras, bebía mi cerveza con lentitud y consultaba

mi celular para emplear mi tiempo en algo_ Aquí tienes_ me sirvió otra cerveza sin pedirlo

-Gracias_ dije sonriendo con desgano

-Disculpa que te deje sola

-Pierde cuidado, entiendo perfectamente

-¿Ya estás de vacaciones?

-Afortunadamente si_ lo volvieron a llamar; lo vi unos segundos mientras trabajaba

de forma agitada, el bartender estaba liado con unos pedidos, James con la cajera, nadie atendía los

pedidos de las mesas. Me tomé de un solo trago toda la cerveza, tomé mi cartera y pasé

arbitrariamente al otro lado de la barra, me recogí el cabello y dejé mis cosas a un lado_ Buenas

noches ¿cuál es su pedido?_ le pregunté a un señor mayor, que parecía de mucho dinero que estaba

sentado en la barra

-Atención nueva. Me agrada_ sonrió con antipatía_ whisky doble sin hielo_ voltee

hacia el bartender, me miraba como lo que era, una extraña, no necesité decirle nada, me señaló el

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Mairim Soledad González

whisky que tomaba el señor con la vista, le sonreí en agradecimiento. Le serví el whisky al señor en

cuestión

-Tenga, disculpe la demora_ voltee hacia James, sentía una mirada sobre mí, y sí, me

estaba observando sorprendido, me encogí de hombros con gracia. Serví unos cuantos tragos más

ayudando al bartender, las cosas fluyeron un poco más, James se aproximó a mí

-Gracias…_ me dijo en el oído desde mi espalda, se me erizó la piel

-Algo debe justificar esos 100 dólares que aparecieron en mi cartera_ sonrió

abiertamente.

Allí estuve, trabajando con James, ayudándolo en esa noche ardua de trabajo, era

divertido

-¿Quién eres tú?_ me dijo una mujer desde la barra con pose de leona enfadada

-Stephanie. ¿En qué le puedo ayudar?

-¿Dónde está James?

-Debe estar en el depósito_ ya la mujer comenzaba a fastidiarme

-¿Eres nueva?

-Hola Jessica_ la saludó el bartender_ ella es amiga de James, nos está ayudando_ no

dije absolutamente nada, no estaba entendiendo

<<¿Su hermana?>>

-¡Amor!_ salió James del depósito

<<¿Amor?>>

-No sabía que tenías amigas tan colaboradoras_ James pareció no prestarle atención

al comentario de la tal Jessica

-Ella es Stephanie. Stephanie, ella es Jessica_ le tendí la mano derecha, no me la

recibió_ ha sido una noche de locos

-Pensé que tu hermana o tu madre estarían aquí ayudándote

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Mairim Soledad González

-Es la boda de Patrick

<<¿No es la hermana? Oh, oh…>>

Rubia, delgada, estirada, ropa de diseñador posiblemente (no sabía mucho del

asunto)

-Si lo sé, por eso estoy aquí ¿Hasta qué hora planeas quedarte trabajando hoy?

-No lo sé, la madrugada, quizás

-¿Cuándo vas a tener tiempo para tu novia, James?_ había escuchado suficiente, me

retiré de la conversación, atendí unos nuevos pedidos de forma mecánica, ya se me había borrado la

sonrisa entusiasta. La mujer en cuestión se fue sin darme cuenta, seguí ayudando a James inclusive

sin dirigirle la palabra, en ocasiones cruzábamos miradas incómodas.

El bar y el restaurante se fueron quedando solos, ya eran las 3.56 am, estaba agotada

-Creo que ya es hora de irme, ya no te queda mucha gente

-Claro, claro. Espera un segundo_ se fue corriendo y regresó en seguida con un sobre

blanco en las manos_ toma

-¿Qué es esto?_ abrí el sobre. Era dinero, se lo devolví, no lo aceptó, lo dejé encima

de la barra

-Stephanie por favor, trabajaste duro esta noche, es tu paga_ me fastidió un poco

-No lo hice por dinero, lo hice por ayudarte, no tienes que pagarme

-Pe…

-No todo se trata de dinero, James_ lo interrumpí_ los amigos de verdad somos así_

tomé mi cartera_ buenas noches James, adiós Danny, adiós Sarah_ me despedía del bartender y una

de las meseras

-¡Espera!_ James me detuvo_ yo te llevo a casa

-No es necesario

-Danny cierra_ Danny asintió. James corrió detrás de la barra y tomó su chaqueta.

Sonreí un poco saliendo a toda prisa del restaurante antes que se diera cuenta. Caminé por la

avenida en búsqueda de taxi, la calle estaba solitaria. Una bocina me sobresaltó, era él_ súbete

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Mairim Soledad González

-James, puedo llegar sola a casa

-Iré a tu lado así no quieras; si te subes a un taxi, iré detrás del taxi hasta que llegues

a casa_ suspiré poniendo los ojos en blanco, lo miré con mal humor fingido. Como niña mal criada

me monté en su coche una vez más.

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Mairim Soledad González

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o, no hice una escena de celos ni para por el estilo, ¿para qué? Yo fui la que me

confundí y entendí mal a James y tal vez exageré al pensar que le gustaba

<<Niña inocente…>>

El primer impulso que tuve al llegar a casa fue escribirle a Jason, no demoró en contestar a

pesar de la hora

-Hola…

-¿Te desperté?

-Si ¿y esa sorpresa?

-Oh, discúlpame, no quería despertarte, podemos conversar por la mañana, sólo tenía

insomnio y buscaba con quien charlar un poco

-Me agrada que me escribas, Stephanie, a pesar que sean las 4.30am

-Pensaba en tu invitación a salir

-¿Qué pensabas sobre eso?

-Como la tuve que rechazar, me dispongo a invitarte yo_ se hizo un silencio breve pero

incómodo para mí, no estaba acostumbrada a invitar a salir a ningún hombre, mi nivel de seguridad no daba

para tanto. Por mi cabeza pasaban cientos de cosas

<<¿Y si me rechaza?>>

<<¡Estúpida!>>

N

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Mairim Soledad González

-Interesante…

<<¿INTERESANTE? ¿Eso es todo lo que tiene este imbécil para decirme?>>

Tomé aire profundo, no respondí, lo dejé en visto

-…No pensé que fueras de las chicas que invita a salir_ continué callada_ Eso me gusta

mucho_ liberé de forma exagerada el aire que había inhalado_ Vamos mañana por un helado

-Ingenioso…_ dije de forma sarcástica

-Me agrada tu entusiasmo. Me abrumas

-No trates de superarme en sarcasmo. Creo que has dicho mucho que te agradan las cosas

que digo

-Digamos que me agradas mucho_ reí ante su comentario. Había logrado sacarme a James de

la mente un buen tiempo, terminamos nuestro pequeño chat a las 5.00am. Estaba muerta del cansancio.

Jason y yo nos reunimos en el mall de Miami Beach para pasear y comer algo de helado

como había dicho en el chat la madrugada anterior. Jason era diferente para mí, nunca me había detenido a

observarlo a pesar de sus evidentes dotes, era increíblemente alto, rubio, cabello al descuido, ojos azules, era

surfista hasta donde sabía; me sentía bien con él, ejercía una atracción sobre mí. Vibró mi celular

¿Vendrás hoy?

Si, era James, sonreí al ver su mensaje

-Jason, ¿quieres ir por unas cervezas?_ su expresión fue divertida como si le hubiese hablado

de lo mejor de la tarde

-¡Desde luego!_ dijo con entusiasmo_ Guardas muchas sorpresas… Me agrada…

-Ya dudo que es lo que te agrada o no_ ambos reímos

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Mairim Soledad González

Estaba de un humor fabuloso esa tarde, como ya había dicho, me gustaba estar con Jason, la

estábamos pasando muy bien, al menos yo. Al llegar al restaurante de James sentí algo de nervios, lo único

que realmente esperaba era no encontrarme con la novia, ella no me agradó.

Como era costumbre, James manifestaba alegría al verme entrar, esta vez no fue la excepción

-Recibiste mi mensaje por lo visto

-Sí y aquí estoy_ ambos sonreímos_ Te presento a Jason. Jason él es mi amigo James, es el

dueño del local_ la expresión de James cambió un poco, no supe identificar su reacción, Jason permaneció

igual, ambos estrecharon sus manos_ La verdad no tenía planeado pasar hoy por aquí, era mi día de descanso

-Pero la invité a salir, comimos un helado y terminamos aquí_ dijo de buen humor Jason

-¿Salen?_ fue una pregunta incomoda de James, no supe que responder

-Eso espero…_ respondió Jason. Me avergoncé un poco, sólo sonreí.

Pasamos el rato conversando los tres, perdí la cuenta cuantas cervezas nos bebimos Jason y

yo. Vi el reloj y ya eran las 9.30pm, debía regresar a casa, aún estaba cansada, no había podido descansar lo

suficiente. Jason me acompañó, me estaba durmiendo en el taxi, terminé con mi cabeza sobre su hombro,

desperté cuando llegamos a mi edificio, él me despertó

-Llegamos_ me dijo en voz baja, me sobresalté. Él sonrió. Bajamos del taxi rápidamente

-Discúlpame, no quise dormirme en tu hombro_ rio de forma divertida

-No incomoda en absoluto. Me agrada que te duermas sobre mí_ me avergonzó aún más su

comentario, sólo reí a carcajadas ante ello

-Gracias por la cita, estuvo divertida_ dije alejándome de él hacia la puerta de mi edificio,

deseaba evitar ese momento incómodo que no sabes si el tipo te va a besar o no

-Yo también la pasé bien. Espero que se repita pronto_ yo continué alejándome a paso extra

lento sonriendo

-Es probable. ME AGRADA la idea_ ambos reímos como tontos_ adiós…_ me despedí con

la mano en el aire y me di la vuelta. De pronto sentí sus pasos apresurados hacia mí, voltee y lo tenía encima,

me tomó bruscamente y me besó sorpresivamente, quedé en puntillas pegada a su cuerpo, se hizo un hueco

en mi estómago, me gustaba ese chico, ese fue el momento para saberlo

-Sé que es muy pronto para preguntarlo, pero deseo hacerlo_ dijo despegándose un poco

luego de un beso apasionado, sólo lo miré expectante_ ¿Quieres ser mi novia?

-Si…_ lo besé de vuelta. Pasamos alrededor de 5 minutos allí besándonos, no quería

despegarme de él, el deseo sexual se estaba haciendo presente, saben a lo que me refiero_ Creo que es hora

de irme_ dije separándonos una vez más

-Si lo se… Debes descansar_ me liberó de sus brazos, quedando como una tonta en el aire.

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Mairim Soledad González

Pasaron los días, las semanas y los meses, 3 para ser exactos, mi relación con Jason iba muy

bien, ya había conocido a sus padres y a su hermano menor, eran muy AGRADABLES, mis padres también

lo habían conocido, como les dije, todo iba muy bien. Continué visitando a James en el restaurante bastante

seguido, en muchas oportunidades lo ayudaba en la barra o a atender mesas, su novia continuaba siendo

pesada, era evidente que no me quería en absoluto. También había tenido la oportunidad de conocer a su

padre, a su hermana y a sus sobrinos. Adoraba mi amistad con ellos, su madre era súper especial conmigo,

siempre me dejaba saludos con James.

Era una época que sentía que no me faltaba nada, la recuerdo muy bien, sonrío al recordarla.

Al entrar en el 4 mes con Jason, las cosas comenzaron a ponerse tensas, extrañas, ya no eran complemente

AGRADABLES, ya no eran frecuentes nuestras salidas

-¡Jason!_ lo intercepté en el pasillo mientras colocaba unas cosas en su casillero, estaba con

sus amigos_ Hola chicos_ todos sonrieron_ Lo siento chicos, pero me voy a robar a Jason_ lo halé por una

mano y me lo llevé caminando

-¿Que sucede?_ dijo al sentarnos en una de las bancas del jardín de la universidad

-Eso quiero saber yo

-No entiendo…

-Jason, llevas días extraño. No quiero quedar como mujer paranoica, pero evidentemente las

cosas están cambiando, quiero saber que sucede_ tomó aire profundamente y lo exhaló viendo hacia el

horizonte, era una señal de que algo si sucedía_ ¿Y bien…?

-No me siento igual contigo, Stephanie

-¿A qué te refieres con eso?

-Ya no es lo mismo… creo que es mejor que terminemos_ sentí como si me arrancaran el

corazón de un jalón

-Ok, si eso es lo que quieres, está bien_ me levanté de la banca y me alejé de él

-¡Stephanie espera!_ me tomó por el brazo, se lo arrebaté con delicadeza

-¿Hay algo más?_ lo miré a los ojos, me miraba extrañado, supongo que esperaba que

estuviera histérica o llorando

-Ehm, no… Sólo quería decirte que no quería lastimarte

-Algo inevitable, Jason. Nos vemos_ dije dándome vuelta y echándome a andar a paso

rápido. Contuve las lágrimas todo lo que pude hasta llegar a casa, entré a mi cuarto y cerré la puerta

rápidamente y fue cuando rompí a llorar. Me habían botado y yo me había enganchado con él.

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Mairim Soledad González

6

stuve deprimida varios días, en realidad muchos, Alina iba a visitarme a casa, no

quería salir, sólo iba a clases, a trabajar y algunas veces iba a visitar a James, eran

escasas las veces en realidad. No pensé que me sentiría tan mal por Jason, me era

difícil verlo en la universidad. Los demás no ayudaban la verdad; la gente lamentaba nuestra ruptura,

siempre nos relacionaban. Jason siempre buscaba de hablar conmigo, yo lo evitaba, no quería tocar ese lado

nuestro, ya quería dejarlo en el pasado.

Fueron pasando los meses y las cosas fueron regresando a la normalidad, fui superando a

Jason, las cosas se llevaban mejor, comencé a salir de nuevo, James agradeció el hecho, ya podía visitarlo a

menudo. Terminó con Jessica de forma inesperada, aunque a decir verdad, yo ya lo esperaba, era intensa y

asfixiante, no me gustaba para él. Jason me buscaba, en más de una oportunidad tuvimos conversaciones

tormentosas; al igual que ustedes, siempre hice hipótesis de por qué terminó nuestra relación, y la teoría más

viable y obvia era otra mujer, al parecer no estaba tan equivocada, apareció un día con novia nueva, trató de

hablar conmigo sobre el tema, yo simplemente le respondía que no quería hablar más de ello, ya no valía la

pena.

James al cabo de 5 meses empezó a salir con una chica latina, una odontóloga, se llamaba

Leslie, tampoco escapé de su odio, pero el de ella era más evidente, más grosero, así que evité ir al bar de

James mientras ella estuviera, siempre le avisaba a James cuando iría, así él podría decirme si estaba o no,

decía que era completamente innecesario, que yo era bienvenida siempre. Comencé a ayudarlo con la

contabilidad y administración del restaurante y así fueron pasando 2 años de mi vida hasta que llegó el

momento de graduarme en la universidad. Fue un día bastante movido, mi madre lloraba de orgullo al igual

que mi padre, fue bastante reconfortante graduarse en la universidad. La celebración fue en el bar de James,

me organizó una fiesta en complicidad con mi mamá y Alina, fueron mis amigos, mis padres y la familia de

James, más feliz no me podía sentir, estaba rodeada de la gente que quería, y si, Jason estaba allí, su

presencia continuaba incomodándome, pero había sabido llevarlo adelante sin que se notara.

Esa noche James no quiso que tomara cerveza, me hizo muchos cocteles de Cuba Libre,

hubo kareoke, supe que estaba lo suficientemente “alegre” cuando decidí subir al pequeño escenario que

había cerca de las barandas de la terraza, fue bastante divertido ¿Que sucedió después de eso? La verdad no

lo recuerdo, mamá me contó que le di un puñetazo a Jason y le dije muchas cosas, fue entonces cuando

decidieron llevarme a casa, estaba muy avergonzada

-Alina, ¿Qué sucedió con Jason?

E

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Mairim Soledad González

-Le diste su merecido…_ rio a través de la bocina

-¿Lo golpee muy fuerte?

-Le rompiste la nariz_ sentí un hueco desagradable en el estomago

-Esto es culpa de James…

-¿De James?

-Él me emborrachó_ soltó una carcajada

-Sólo necesitabas la oportunidad para soltar lo que en realidad sentías_ hizo una pausa_ no

pensé que aun sintieras algo

-Jason no me importa, la verdad que no, pero me hirió; supongo que eso siempre va a estar

allí

-Lo positivo es que nadie lo notó, ni siquiera James

-Menos mal, así el oso es menor. Supongo que le debo una disculpa a Jason

-¡NO! Nada de disculpas, Stephanie

-Tengo que hacerlo. Independientemente de que lo mereciera o no, no fue lo correcto

-Siempre tan correcta_ hizo una pausa resoplando_ haz lo que tu conciencia te dicte y lo que

te deje dormir por las noches_ colgué la llamada con Alina y busqué entre los contactos a Jason, dudé en

llamarlo, hasta que me armé de valor y lo hice. Repicó tres veces

-¿Stephanie?

-Hola Jason…_ suspiré

-¿Estás bien?

-Con algo de resaca y vergüenza_ hice una pequeña pausa_ Jason, discúlpame por golpearte

anoche. No tengo idea que te dije, pero lo más seguro hayan sido cosas que siempre quise decirte, por ellas

no me voy a disculpar, sólo por el golpe

-¡Ja! Siempre adoré eso de ti

-¿Qué?

-Tu carácter. Supongo que lo merecía, no me molesta. Nunca quise herirte

-Pero lo hiciste.

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Mairim Soledad González

Pasó un año más, salí con un par de chicos, el más resaltante se llamaba Frank, un imbécil

con todas sus líneas, se atrevió a golpearme en una discusión que tuvimos por James, un día que pidió mi

ayuda en el bar, tenía una emergencia familiar y no tenía a nadie con quien dejarlo, tuve que cancelar mi cita

con Frank, evidentemente lo dejé de ver y lo denuncié a la policía, estuvo 4 meses en la cárcel y tiene medida

cautelar, no se me puede acercar.

Repica mi celular, lo busqué dormitada en mi cama, era James

-¿Si?

-¿Dormías?

-¿Qué hora es?

-8.00am

-Es domingo, puedo dormir hasta lo hora que quiera_ reímos_ ¿Qué sucede grandulón?

-Sé que es domingo y que amas los domingos porque puedes levantarte a la hora que quieras

y no haces nada

-¿Entonces qué haces llamándome?

-Deja la hostilidad. ¿Quieres venir a ayudarme con unos papeles al restaurante?

-¿Hoy domingo?_ la verdad era extraño, James abría el restaurante a la 1pm los domingos_

Ok, en una hora estoy allá

-Te espero entonces_ colgué la llamada, me levanté a darme una ducha tibia rápida,

desayuné, mis padres no estaban en casa, habían ido a visitar a mi hermano Franco y su familia a Nueva

York. Desayuné un sándwich y me fui a Miami Beach. James me esperaba en la entrada, me abrió la puerta

dándome paso, dentro había muy poco movimiento, saludé a su chef Jossie a la distancia, iba entrando a la

cocina y fuimos directo a la barra del bar

-¿Por qué no vamos a tu oficina?

-Prefiero el aire del mar para trabajar_ dijo sonriente mientras sacaba una carpeta con

papeles y me dio una cerveza ligera helada.

Sacamos algunas cuentas, logré resolverle un enredo financiero, su contador era un desastre

a decir verdad

-Ya está hecho. Ya tu capital coincide con todo lo demás

-¿Qué haría yo sin ti?

-Probablemente le estarías pagando mucho dinero a otro contador

-He tratado de pagarte a ti

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Mairim Soledad González

-Ya hemos hablado del tema de mi paga. Me gusta esto de cerveza gratis_ sonreí

abiertamente, él me siguió la corriente

-Y a mí me gusta pagarte de esa manera porque es una garantía de que siempre vendrás…_

se acercó un poco a mi

-No podrás deshacerte de mí tan fácil, holandés

-Eso espero…_ nos miramos a los ojos, eso me intimidó un poco, odiaba cuando lo hacía,

tomé un sorbo de cerveza con una sonrisa nerviosa dibujada en el rostro. Quitó el cabello que cubría mi cara

y lo colocó detrás de mi oreja, mi respiración se detuvo en ese momento. Tomó mi rostro entre sus manos y

me besó; mis hombros cayeron, llevé mis manos a las de él. Si hubiese podido ambientar musicalmente el

momento, colocaría algo así como “Gravity” de Sara Bareilles. No lo esperaba venir, el corazón se me

disparó, tenía la piel erizada. Fue un beso perfecto, lento, sentido. Separamos nuestros labios y juntó nuestras

frentes, ambos respirábamos de forma acelerada, yo no quise abrir los ojos, nadie dijo nada

-Por favor no me sueltes, o caeré de la banqueta_ él rio, decidí abrir los ojos, me encontré

con sus ojos azules, ¡Dios mío! ¿Estaba soñando? Un retorcijón de estómago me dijo que no lo estaba, esos

segundos que nuestras miradas estuvieron fijas sentí tantas cosas, hasta que una se apoderó de mí, pánico_

Lo siento, me tengo que ir_ lo esquivé, tomé mis cosas y salí del restaurante

-¡STEPHANIE! ¡ESPERA!_ sólo corrí lo más rápido que pude para escaparme de él, pasó

un taxi y lo tomé antes que me alcanzara. Fui a casa de Alina, no podía ir a la mía, podría aparecerse allí.

Toqué su puerta, afortunadamente ella abrió, yo estaba temblando, llorosa

-¿Qué sucedió?

-James me besó_ la abracé

-¿Pero abusó de ti?

-No, no, nada de eso, no me hizo nada malo… solo besarme

-No entiendo… ¿no fue lo que siempre quisiste?

-Sí, y me di cuenta de que tengo miedo, mucho miedo

-Oh, niña tonta

James me llamó incansablemente, cientos de mensajes, no contesté ninguno y así pasaron los

meses. ¿Por qué tenía tanto miedo? No lo sé, aun no tengo respuesta para ello.

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Mairim Soledad González

7

aturalmente James dejó de buscarme. Pasaron 9 meses sin verlo, sin hablarle, sin

saber nada de él, le había pedido a Alina que no fuera. Todo esto se había vuelto tan

difícil de manejar para mí, sabía que en cualquier momento debía verlo de nuevo y

tener esa conversación de la que estaba huyendo.

Toqué el timbre dudosa, estaba muy nerviosa. Quería salir corriendo, nadie salía, era mejor

marcharse, me di la vuelta

-Stephanie_ voltee exaltada

-Hola…_ sonreí nerviosa parada en el medio de la acera_ ¡Sorpresa!_ James sonrió ante mi

falso comentario

-Pasa_ dudé unos segundos hacerlo. Me dirigí a la puerta y me abrazó por sorpresa_ No

sabes cuánto te extrañé

-Ya lo veo_ el corazón se me disparó

-Mi padre está en el restaurante y mamá está de compras

-No lo pregunté

-No fue necesario. Podemos hablar con tranquilidad, sé por qué estás aquí_ lo miré a los

ojos_ ¿Por qué no contestaste mis llamadas?

-¿Por qué me besaste?

-Quería hacerlo

-Yo también quería desaparecer para ti

-No lo entiendo

N

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Mairim Soledad González

-Yo tampoco nunca entendí lo que sucedió, éramos amigos, James. Los amigos no se besan,

no sienten estas cosas entre sí

-¿Éramos? ¿Tan mal estamos?

-Entré en pánico, ¿ok? No era algo que esperaba, nunca. Leslie, ¿Qué había de ella? No la

tomaste en cuenta. A pesar que no la quiera en absoluto, ella no merece que la engañes

-Leslie y yo ya no estamos juntos

-¡Oh!_ eso no lo esperaba en absoluto

-¿Quieres que te diga la verdad?

-Por favor…

-Tú sabias el status de mi relación con Leslie_ hizo una pausa pensando en lo que iba a

decir_ La verdad de todo esto es que siempre quise besarte, siempre te quise más que una amiga pero nunca

pude o tuve el valor de acercarme demasiado a ti. Terminé mi relación al día siguiente que te besé; nunca

pensé que reaccionarías así, estaba desesperado, no sabía que más hacer para hablar contigo, pero

simplemente decidiste desaparecer, y lo entendí_ quedé muda_ ¿Stephanie?_ los ojos se me fueron llenando

de lágrimas sin avisar_ ¡Oh no!_ James corrió hacia mí, tomó mi mentón y alzó mi rostro para verme a los

ojos

-Yo siempre quise ese beso, siempre te quise, y ahora que sucedió no sé qué hacer, tengo

miedo_ no dijo absolutamente nada, sólo me miraba a los ojos y sin esperarlo, una vez más me besó, me

abrazó por la cintura juntándonos aún más, adoraba la sensación al sentirlo allí, besarlo, su sabor, su olor.

Dejé de pensar, quitó mi franela con cuidado, yo quité su cinturón, nos fuimos desvistiendo mutuamente

hasta quedar piel con piel, la temperatura ardía, respiró en mi nuca y mi piel se erizó; éramos perfectos

juntos, nuestros cuerpos se entendían, era deseo puro.

-Stephanie, hay algo que no te he dicho, y debo hacerlo_ voltee a verlo cubriendo mi cuerpo

con la manta que me había dado, estábamos en la alfombra de la sala frente a la chimenea. No me gustaba

ese preámbulo

- ¿Que sucede?

-Estoy saliendo con alguien hace 3 meses_ y allí estaba de nuevo ese maldito agujero

-¿Saliendo? Um…_ me levanté de inmediato y comencé a vestirme sin decir nada más

-Stephanie, debemos hablarlo_ lo miré con ira

-¿Hablarlo James? ¿Qué se supone que vamos a hablar? ¿La dejarás por mí?_ me esquivó la

mirada

-No es tan sencillo, no quiero herirlas a ninguna de las dos

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Mairim Soledad González

-Uno de los tres debe padecerlo, en este caso soy yo_ tomé mis cosas de mala gana y abrí a

puerta, James trataba de colocarse los jeans

-Stephanie, por favor_ me detuvo

-James suéltame, no hagamos una escena de esto, por favor

-No quiero que te vayas de nuevo

-Todo esto es una locura, está dañado. Fue un error confesarnos cosas. Por favor déjame ir_

me soltó. Me alejé de él unos pasos, me detuve y suspiré_ No desapareceré, pero dame espacio y tiempo.

Pasaron un par de semanas, la verdad me sentía fatal, no sabía con qué comparar la

sensación, creo que nunca me había sentido tan mal. En esta oportunidad era difícil, extra difícil porque

James y yo éramos amigos, por eso no podía alejarme del todo de él, era exageradamente complicado, dolía

horrores pensar en el asunto.

Tomé mi celular y abrí el chat, vi el nombre de James entre los últimos mensajes

-Estoy de vuelta_ no recibí respuesta a pesar que leyó el mensaje; decidí no escribirle más, el

ignorarme me ponía rabiosa, odiaba que hicieran eso.

Mamá sirvió la cena temprano, decidí ayudarla, sonó el intercomunicador, ella fue a

contestar, de pronto desapareció de la cocina, no le presté atención al asunto, estaba concentrada haciendo

los frijoles

-Eso huele bien_ brinqué del susto

-¿Qué haces aquí?

-Me escribiste, pensé que podía venir a verte

-Eres un idiota_ ambos sonreímos

-Ven aquí_ corrí a abrazarlo

-¡Oh! Momento cariñoso_ pasó por un lado mi mamá en tono burlón

-¿Me invitan a cenar?

-Creo que sería de mala educación si te dijéramos que no, James_ le dijo mi mamá

-El mal educado es él que se invitó solo_ todos sonreímos

-Eres bienvenido siempre en nuestra mesa. No le prestes atención a esta niña amargada_

terminamos de cocinar la cena, James nos ayudó un poco, sólo de catador; papá llegó a casa justo para cenar.

Es de los mejores recuerdos que tengo entre nosotros.

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Mairim Soledad González

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veces cuando escuchaba las historias de mis amigas de estar con su novio a pesar

de saber que las engañaban, que las agredían, siempre me pregunté ¿por qué siguen

allí? No lo había entendido hasta ahora, era pura y sencilla estupidez. Verlo desde

fuera es de fácil juicio, le encontramos la solución inmediata, y si, todas sabemos lo que debemos hacer, la

cuestión está en que realmente no lo queremos hacer por la única razón de que no queremos estar solas y nos

conformamos con esos momentos felices que nos regala esa relación. ¿Justificable? No, para nada. ¿Qué

estoy tratando de decir con esto? ¿Qué empecé una relación affair1 con James? Si, si lo hice. ¿Cuánto duró?

Unos cuantos años.

Los fines de semana siempre iba a ayudar a James en el restaurante, ya lo había tomado

como una costumbre. Muy temprano de un sábado, salí a desayunar con James; había hecho grandes

esfuerzos por no hacer notoria nuestra relación, sobre todo ante nuestros padres, aunque a pesar de eso, mi

madre no era estúpida, ella debía sospechar algo, siempre fue extrañamente especial con James, sin embargo

no tengo idea que supondrá de nosotros, no creo que sea agradable pensar en que se están cogiendo a la hija.

Mientras desayunábamos James coincidió con unos amigos que había tenido la oportunidad de conocer en el

restaurante hace varios años atrás, era gente muy agradable, tenía mucho tiempo sin verlos

-¿James, Stephanie?

-¿Terry? ¡Vaya sorpresa!_ James se levantó, Samantha venía con una carriola, dentro iba un

bebé hermoso de unos 8 meses

-Terry, que gusto, tiempo sin verlos_ los saludé a ambos

-¿Cuando volvieron a Miami?

-Sólo vinimos a visitar a los padres de Samantha y para que el bebé conociera Miami

-¿Y el restaurante?

-Creciendo

A

Affair1: algo muy íntimo y rápido, se refiere es una relación sexual "casual"

Page 40: Crónicas de alguien que quiso ser amada

Mairim Soledad González

-Me alegra. ¿Y tu carrera, Stephanie?

-Trabajo para una cuenta de compañías, también ayudo a James con sus cosas_ James se

distrajo jugando con el bebé y conversando con Samantha, Terry se sentó conmigo en la mesa

-A James siempre le han gustado los niños, ¿no?_ sonreí y asentí_ ¿Y ustedes cuando

planean tener los suyos?_ me ahogué con el café que bebía_ ¡STEPHANIE! ¿Estás bien?

-Sí, si… no fue nada

Fue en ese momento que me di cuenta de cómo nos veían los demás, era sólo un espejismo.

¿Qué pasaría si Grace se enterara de todo esto? El sentimiento de culpa estaba allí de nuevo. El común

denominador de las parejas de James, es que eran locas, celópatas, posesivas. Grace no lo era, era amable, yo

percibía algo contra mí, pero era muy astuta para ocultarlo, me prefería cerca, eso me asustaba un poco.

Tener que fingir, era lo más difícil de todo, verla a los ojos y actuar como si nada, ver a James quererla; mi

amistad con su familia hacia todo más difícil, me invitaban a sus reuniones y por supuesto ella estaba allí.

La señora Marjolein me invitó a su cumpleaños 63, no podía negarme, pero no podía llegar

sola, no quería quedar en una esquina viendo a Grace y a James una vez más, decidí invitar a Bruce Temple,

un idiota que estaba detrás de mi desde hace mucho, pero por precisamente idiota tanto él como yo por estar

detrás de James, nunca le presté atención, decidí usarlo para esa noche. Nadie me esperaba con él, el rostro

de James se transformó al verlo, nunca lo había visto tan enojado, era divertido. Mientras bailábamos

alocadamente y de forma estúpida en el medio del jardín, Lucas, el sobrino menor de James me echó un vaso

de Coca-cola sobre el vestido sin querer, el pobre estaba apenado

-Discúlpame Steph, por favor…

-Lucas… ¡Lucas! Escúchame, está bien, estas cosas suceden, no pasa nada, mi vestido es

negro_ le di un beso en la mejilla, se ruborizó_ voy a limpiarme al baño, no te preocupes_ me fui al baño de

planta baja, me abrieron la puerta de repente mientras limpiaba las manchas en el vestido en el lavamanos

-¿Estás bien?

-Sí, sólo es refresco

-¿Por qué no me dijiste nada de Bruce?_ voltee a verlo

-¿Tenía que hacerlo?_ continué limpiando mi vestido, reía por dentro. Me tomó bruscamente

por el brazo y me puso de frente a él

-¡MALDITA SEA STEPHANIE!_ retrocedí un poco ante su grito ahogado, sólo lo miré_

Eres mía, mía…_ fruncí el ceño, no esperaba eso, estaba exasperado, no dije nada. Me voltee y tiré la toalla

con la que me estaba limpiando sobre el excusado, tomé mi cartera y fui hacia la puerta del baño_ ¿No vas a

decir nada?

-¿Quieres que diga algo? ¿O quieres que le diga a Bruce que se vaya?

-Di algo, por favor

Page 41: Crónicas de alguien que quiso ser amada

Mairim Soledad González

-Eso que estás sintiendo ahora, lo siento todos los malditos días, James. No soy de tu

propiedad_ hice una pausa_ eso es todo lo que tengo para decir. Me voy

-Stephanie espera

-¿Puedes dejar de detenerme siempre? Estás fuera de control, este no es lugar ni el momento.

Déjame ir_ me soltó

Y sí, me marché, salí unos pocos meses con Bruce, pero no resultó, descubrí que no era tan

idiota como pensaba, pero definitivamente nuestros planes de vida no coincidían, se mudó a Chicago.

Un año más tarde mientras trabajaba en la oficina de James en el restaurante, estaba

concentrada en números, abrieron la puerta sutilmente

-Hola Stephanie

-Hola Grace

-Vine a buscar una chequera nueva de James, debo llevársela al club

-Debe estar en ese cajón_ continué con lo mío, decidí ignorarla, como casi siempre

-¡OH DIOS MIO!

-¿Qué sucede? ¿Estás bien?_ tenía lágrimas en los ojos, me levanté de mi asiento, ella

temblaba, sacó una cajita negra

-¿Sabías algo de esto? ¡STEPHANIE, ME VA A PEDIR MATRIMONIO!_ estalló su

emoción y me abrazó, quedé petrificada, liberé unas lágrimas y sonreí hipócritamente. James entró en la

oficina

-¿Qué sucede? ¿Por qué lloran?

-Amor, lo siento, no quería entrometerme, fue casualidad

-¿De qué me hablas?_ le mostró la cajita con el anillo. James me vio

-La ocasión no es para nada romántica, supongo que esto lo hace más divertido para contarlo

luego_ hizo una pequeña pausa entre su emoción_ ¡Claro que quiero casarme contigo!_ lo besó

-Felicidades

-Stephanie, debes ser nuestra madrina. Eres la mejor amiga de James_ sonreí débilmente y

liberé unas lágrimas más.

Page 42: Crónicas de alguien que quiso ser amada

Mairim Soledad González

Epílogo

an tenido la oportunidad de ver como se compromete la persona que amas con

alguien más? ¿Han tenido la oportunidad de ver como se casa la persona que

amas con alguien más? ¿Han tenido la oportunidad de ser su madrina de bodas?

¿O soy yo la única persona que atraviesa este tipo de cosas? Sentí quebrarme por dentro. Tomé una botella

de vodka, tiré el dinero sobre la barra y salí del restaurante, subí a mi auto y conduje a casa. Corrí hasta la

entrada, mis lágrimas se negaban a contenerse, cerré la puerta de un tirón y me recosté de ella a llorar. Alina

fue mi típico recurso, ella era la única que sabía todo, quería llorar con alguien. Vino a casa de inmediato.

James me llenó de mensajes y llamadas que no quise responder, hasta que Alina decidió responder una de

sus llamadas, le hizo saber que no quería hablar con él

-¿Debo negarme a ser la madrina de la boda?

-No lo se

-¡Alina! Se supone que debes ayudarme con esto

-Oye, oye, yo no tengo nada que ver con lo que te hizo, o lo que te hiciste tu misma. No has

querido escuchar. Lamento decirte que debes enfrentar esto con carácter, esto es karma. Es tu decisión si

quieres ir

-Pero su familia…

-Entonces ve…

James trató de hablar conmigo, lo ignoré, sólo le hablaba en público, evitaba a toda costa

quedarnos a solas, no fui más al restaurante a ayudarlo. La boda sería en un mes, supongo que la premura

sería de Grace, fue entonces cuando pensé en mí

-¿Aló, Grace?

-Hola Stephanie

¿H

Page 43: Crónicas de alguien que quiso ser amada

Mairim Soledad González

-¿Podemos hablar?

-Si claro. Ven a casa_ no dudé en hacerlo. Toqué el intercomunicador con mi típica duda,

ella abrió enseguida_ Hola Stephanie, ¿qué te trae por aquí? ¿Qué es eso tan urgente?

-Trataré de ser breve

-No seré la madrina de la boda, lo siento

-Pero ¿Qué sucedió? ¿Y James?

-Tengo que salir del país por trabajo, lo siento

-Está bien. ¿James lo sabe?

-No, aun no. Voy a hacerlo justo ahora_ dejé la casa de Grace y fui a la de James, abrió su

padre

-Hola Stephanie, ya llamo a James. Por favor pasa

-Eh, no señor James. Esperaré aquí fuera

-No seas tonta, pasa, fuera hace frío

-Lo esperaré aquí, no se preocupe. Y gracias_ le sonreí amablemente. James abrió la puerta

aparatosamente, yo estaba parada en la acera

-Steph…

-Sólo vengo a decirte que no seré tu madrina de bodas y está de más decirte que lo nuestro se

acabó_ me eché a andar. Corrió detrás de mí y una vez más me detuvo. Lo miré a los ojos fijamente, me

liberó, seguí caminando hasta llegar a mi auto.

No hubo mensajes ni llamadas, ¿en realidad todo había acabado? Me sentía vacía, pero me

sentía en paz, sentía mucho peso menos sobre mí, la bebida se había convertido en una compañera nueva y

frecuente, Alina venía a visitarme periódicamente, se preocupaba por mí, tenía miedo que James apareciera

en casa a buscarme, no quería verlo más, pero no lo hizo a pesar que muy, pero muy en el fondo si quería

que lo hiciera.

Llegó el día de la boda, yo decidí TRATAR de ignorar la fecha, trabajé desde casa como

cada fin de semana, salí a comprar algunos víveres, me había puesto comelona en las últimas semanas. Invité

a Alina a una noche de películas en casa con comida y cerveza, sabía que no se resistiría, pero al menos así

no pasaría ese día sola.

Sonó la puerta bruscamente mientras veíamos Avengers 2, me levanté a abrir, tocaban

insistentemente, apenas abrí, me echaron la puerta encima

Page 44: Crónicas de alguien que quiso ser amada

Mairim Soledad González

-¿DÓNDE ESTÁ JAMES?_ era Grace, su maquillaje estaba corrido, lucía desesperada,

furiosa

-James no está aquí. ¿Qué demonios te sucede?

-¡JAMES SE QUE ESTÁS AQUÍ! SAL Y DAME LA CARA

-Puedes dejar de gritar, estás en mi casa. Te dije que James no está aquí

-PERRA CUALQUIERA_ me bofeteó

-¡Hey!_ Alina se interpuso entre ambas_ no se te ocurra volverla a tocar o llamo a la policía

-Sabía que no estarías de viaje, no soportabas el hecho que James se casara conmigo. ¿Qué le

dijiste para que me plantara?_ quedé petrificada

-No he hablado con él desde hace semanas

-Y esperas que te crea

-Si ella te dice que no ha hablado con él, es así

-¿Cuantas relaciones acabaste? Esta es la tercera, ¿no? ¿Qué se siente que nunca te elija?

¿Por qué nunca se quedó contigo?

-¡Fuera de aquí!_ Alina la echó

-Alina, déjala, tiene razón. Y te pido perdón Grace, nunca quise dañarte, no era personal

-¿Perdón? Hubiese matado por lograr esa mirada que siempre James te tenía. Los dos no

valen nada. Menos mal lo vi antes de cometer el error de casarme con él_ se marchó

-¿Estás bien?_ me preguntó Alina

-Sí. Voy a buscar a James, debo asegurarme que esté bien

-¿O quieres saber por qué dejó plantada a su prometida?

-Ambos_ me coloqué una chaqueta, tomé las llaves del auto y fui al único lugar donde podría

estar, en el apartamento que compró para los dos en la West Avenue de la Vietnam Way. Al llegar al

apartamento dudé en abrir con mis llaves o tocar la puerta. Decidí abrir y allí estaba, sólo lo miré_ ¿Por qué

haces todo esto?

-No podía casarme con Grace. ¿Sabes cuánto tiempo llevaba ese anillo en ese cajón? Más de

6 meses, nunca tuve el valor ni las ganas de pedirle matrimonio, lo compré porque mi madre quería que lo

hiciera.

-Supongo que decepcionaste a muchos hoy

-La sabré superar, ellos también_ hizo una pausa_ ¿Sabes que decepción no puedo borrarme

de la mente?_ negué con la cabeza_ la tuya, esa mirada triste y decepcionada que me arrojas cada que te

detengo, por eso te deje ir, por eso no te busqué, por eso no me casé

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Mairim Soledad González

-¿No te casaste por mi culpa?

-En parte. Fue más por mí. Entendí muchas cosas muy tarde y lastimé a dos increíbles

mujeres en el camino

-Grace sabía lo nuestro, fue a buscarte a mi apartamento hace un rato

-Lo lamento, no debió ser agradable

-No, no lo fue. Pero dijo cosas muy ciertas, cosas que quería preguntarte personalmente_

frunció el ceño_ ¿Por qué nunca me elegiste a mí? ¿Solo fui algo sexual para ti?

-Oh Stephanie, no. Para nada. No digas eso

-¿Entonces?

-Cobardía, Steph

-Siempre me pregunté por qué tuviste que alterar todo entre nosotros. Destruiste todo y yo lo

permití, todo por amarte_ sonrió al escuchar lo último

-¿Me amas?

-Sí, siempre ha sido así_ sonrió y trato de acercarse a mi_ No, quédate donde estás. Amarte

no quiere decir que acepto estar contigo, ya no más James. Esto se quebró, ya no te quiero en mi vida. Te

amo, pero no te quiero en mi vida. Con el tiempo olvidaremos todo esto y nos olvidaremos mutuamente

-Yo nunca te voy a olvidar, Stephanie. Y respondo lo que viniste a averiguar; dejé a Grace

pensando en ti, porque también te amo, dejé a Jessica porque te amo, dejé a Leslie porque te amo, siempre

fue así, por eso siempre me sentí vacío en otras relaciones, estar contigo me llenaba, me hacía feliz_ hizo una

pausa_ pero lo vi tarde

-Adiós James

-Adiós Stephanie_ dejé mis llaves sobre la mesa, abrí la puerta y me marché