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CRÓNICA ESPECIAL

CON MOTIVO DE LAEXHUMACIÓN

DE NUESTRA QUERIDAMADRE FUNDADORA:

Mª Emilia Riquelme y Zayas(Granada, 13 de diciembre de 2007)

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PrimeraReunión en

Granada conel TribunalDiocesano

Para lascausas de los

Santos.

Mª del Prado preparando el hábito y todo lo necesario para la exhumación deNMFundadora

Mª del Prado, Juanita Bautistae Isabel Mª bordanndo ypreparando el ajuar para

NMF.

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os sobrecoge haceros partícipes de este acontecimiento de la exhumación de MªEmilia y resulta difícil poner palabras a todo lo vivido.

El día 12 de diciembre, comenzaron a llegar a la Casa Madre religiosas de Madrid, Barcelona,Pamplona…. para participar en este acontecimiento, único y trascendente en el proceso deBeatificación de Mª Emilia.

Nuestra Madre General, Leonor Gutiérrez, nos fue enseñando todo lo que ya estaba preparadopara este acto. Tuvimos la oportunidad de poder colaborar ultimando detalles. Entre nosotras serespiraba emoción contenida, ya que el momento se acercaba.

N

Urna transparente preparadapara contener su cuerpo.

Ramillete de violetas paraponerlo en sus pies, símbolo dela humildad.

Hábito nuevo para vestir sucuerpo.

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Y llegó el día 13 dediciembre… día de laexhumación. A lo largo dela mañana continuaronllegando otras hermanasdesde distintos lugares quepronto se unieron, dispuestasa colaborar y vivir enprofundidad este encuentro.

El Gobierno General preparóun folleto para ayudarnos aorar en esos momentos. Nossentimos especialmente

unidos en esta corriente de oración, pues sabíamos que todos orábamos con los mismos textos quepreviamente habían sido enviados a todas las casas de la Congregación y laicos afines a nuestrocarisma. Poco antes de las 16’00 hrs comenzaron a llegar todos los que iban a ser testigos yejecutores de este acto.

Materiales que usarán losespecialistas para limpiar y

tratar sus restos. (No hizo faltanada )

Caja osario que se preparó paracontener sus restos. (No se

usó)

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Todas las religiosas que estábamos en la Casa Madre entramos a la Capilla para orar mientras lostestigos, en la sala de trabajo (el comedor grande que está junto a la Capilla) se disponían paracomenzar la exhumación con una oración y las directrices oportunas para llevar a cabo esteobjetivo.

Pasadas las 16’00 hrs se escucharon los primeros martillazos (por el lado opuesto a la lápida) paraderribar la parte del muro que cerraba la sepultura. Esto duró unos 20 minutos, después unpequeño silencio, y a continuación se escuchó el arrastre de la caja mortuoria que se trasladó a lasala de trabajo. Oímos la voz emocionada de nuestras hermanas, testigos en la sala, que entonabanel salmo: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades… alcual nos unimos todas las que estábamos en la Capilla.

Lugar donde estaba el sepulcroque contenía sus restos.

Hueco ya abierto donde estabala caja con sus restos.

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Poco después percibíamos desde la Capilla el sonido producido por el instrumento utilizado paraabrir la caja de zinc que estaba dentro de la caja de madera.

Caja de madera que contenía otra de zinccon los restos de NMF

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Después un prolongado y profundo silencio nos permitió orar y profundizar en los textos deldocumento que se nos había entregado. Pudimos compartir en voz alta la experiencia que el Señornos estaba regalando, aunque todas estábamos casi más pendientes de lo que estaba sucediendo enla sala de trabajo.

Fue una gran sorpresa para todas ver aparecer a Marian Macías “con guantes azules” por la puertalateral de la Capilla para comunicarnos que el cuerpo de nuestra Madre Fundadora estaba entero ymomificado. Todas rompimos en un aplauso ante la noticia. Nos dijo que en ese momento estabanlimpiando su cuerpo y le iban a aplicar una especie de barniz para su conservación. Había quedejarlo secar unas 4 horas y después podríamos pasar a verlo.

Para sorpresa de todos, el cuerpo estaba tan bien conservado que no necesitó tanto tiempo y seaceleró el programa de tiempo previsto. Una vez seco el barniz aplicado, el señor VicarioEpiscopal, D.Manuel Reyes permitió a las demás religiosas pasar a la sala para ver el cuerpo. Alentrar en la sala creció nuestra emoción; resonaban en nuestro corazón las palabras de Mª Emilia,su carisma, su vida totalmente entregada al Señor y a los hermanos, sus virtudes, sus deseos deunidad, de caridad entre todas… su afán misionero de llevar el amor de Jesús a todos loscorazones de los hombres… también nos hacía pensar que sólo Dios es la vida del alma, y este fue elcanto, con su propia letra, que cantamos delante del cuerpo…

Madre Leonor Gutiérrez, ante los restos mortales de nuestra Madre Fundadora, leyó unfragmento de la oración compuesta por Mª Emilia para las bodas de plata de la Congregación: Diosmío, aquí están tus pequeñísimas Misioneras, anonadadas de tanta bondad y misericordia como con nosotrastienes… Hoy, al celebrar los 67 años de la muerte de Mª Emilia, levantamos nuestros corazones a Ti,… Jesús, a Ti, purísima y consoladora Madre… Señor, recibe este montoncito de nadas que con alma, vida y

Caja de zinc bastantedeteriorada donde estaba su

cuerpo momificado

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corazón, se entregan una vez más a Ti Nada queremos, nada pedimos, más que a Ti mismo, Señor, y laprotección de María.

A continuación, D.Manuel Reyes Vicario Episcopal, nos animó y estimuló con sus palabras, a vivirel carisma y virtudes de Mª Emilia en nuestra misión en el mundo de hoy, al servicio de loshermanos que más nos necesitan, con el deseo de que pronto sea beatificada.

Después de esto, salimos de la sala para dejar que pudieran vestirla y colocarla en la urna demetacrilato transparente. Posteriormente fue trasladada a la habitación donde murió 67 añosantes. Al hacer el traslado, las religiosas la acompañamos procesionalmente cantando Ciudadanosdel cielo, moradores de la casa de Dios, caminamos hacia el Padre, en el Señor, por el Espíritu…Caminamoshacia las miríadas de ángeles, a la fiesta universal, a la asamblea de primogénitos inscritos en el cielo…

En la habitación se colocó sobre un catafalco cubierto por una tela azul aterciopelada, la urna conlos restos de Mª Emilia que parecía una virgen dormida. No hubiéramos salido de la habitaciónpero la puerta tenían que cerrarla y sellarla antes de que se disolviese el tribunal.

Antes de cerrar la puerta rompimos a cantar pensamientos, el Himno de las Misioneras…desbordadas de un gozo muy profundo y una alegría esperanzadora de ver pronto a nuestraquerida Mª Emilia como modelo de santidad para todos.

El día 14 de diciembre fue un regalo para poder pasar por el corazón todos los acontecimientosvividos el día anterior. En un principio estaba previsto que el tribunal siguiera trabajando ytratando los restos de Mª Emilia pero “ella no quiso dar trabajo”… ¡y así fue!... todos se fueronfelices la noche del día 13 por haber terminado todo lo que tenían que hacer.

Después del rezo de Laudes, celebramos la Eucaristía presidida por el Padre Eleuterio LópezCuadrado (cmf), ex - vicepostulador de la Causa, gran conocedor de la vida y espiritualidad de MªEmilia; sus palabras, al hablar de ella, reflejan en él un carisma encarnado y un cariño muy especialhacia nuestra Madre. Seguidamente compartió con nosotras el desayuno y posteriormente sereunió con la Postuladora de la Causa y el Consejo General para puntualizar cuestiones sobre laPositio y colaborar en las respuestas para enviar a Roma.

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Después de la comida, Madre Leonor nos invitó a todas las que habíamos estado en la Casa Madreel día de la exhumación a compartir por escrito la experiencia. Se nos entregó un folio con esteencabezamiento: Querida hija, sabes que siempre me ha gustado saber lo que guardas en tu corazón… Ayerfue un día muy especial para todas… seguro visteis con claridad que sólo queda lo que en Dios seafirma…Cuéntame por escrito y comparte con tus hermanas todo lo que viviste ayer, los sentimientos que enti afloraron…

La tarde siguió libre para la oración, la reflexión, el compartir… El Consejo General se desplazóal Padul para ver todo lo que se está preparando para establecer el Oratorio, donde se podránvenerar los restos de Mª Emilia cuando Roma lo apruebe.

En la noche tuvimos la alegría de recibir a otras hermanas de Madrid que vinieron para unirse a laEucaristía de Acción de Gracias por la vida y muerte de Mª Emilia programada para el díasiguiente.

El día 15 de diciembre todas nos levantamos expectantes pues la noche anterior, MadreLeonor nos había anunciado que la meditación la tendríamos en la sala de trabajo para poder verlas cajas mortuorias, el hábito y objetos que acompañaban el cuerpo de nuestra Madre.

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Encontrarnos directamente con todos sus despojos, que son una reliquia para nosotras, fue algoinexplicable. Allí estaban: sus ropas, rosarios, crucifijos, la corona de rosas (de tela), las ramas delas rosas que tuvo a sus pies… y una estampa pequeñita con la imagen del Buen Pastor que MadreAmada había depositado, escrita por su puño y letra, entre la caja de madera y la caja de zinc. Enella se puede leer: + ¡¡¡Santo año nuevo..!!! Todo con Jesús y por Jesús y dispuestas a todo sacrificio.1940. Ripa.

Después de esto, desayunamos con el señor Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, yposteriormente celebramos laEucaristía de Acción de Gracias.Fue un momento especial ya quepudieron estar presentessacerdotes cercanos a lacomunidad y representantes delMEL. Esto fue sorpresa paratodos porque en un principio elprotocolo exigía privacidad en laCelebración.

Os transcribimos la monición deentrada que leyó Madre Leonordespués del canto de entrada:

Hoy nos encontramos todosreunidos para celebrar el memorial de la Pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la Acciónde Gracias por excelencia. Agradecemos la vida y la muerte de la Sierva de Dios, Mª Emilia Riquelme yZayas.

En 1940 la Capilla de esta Casa Madre se vistió de gala, sus hijas,familiares y amigos se reunieron para despedir el cuerpo que haacompañado a la Sierva de Dios en su peregrinación por la tierra alo largo de 93 años.

“Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, es imposible quenazca el fruto” y los frutos los podemos ir descubriendo en lashuellas que ha dejado en la “Pequeña Obra de María”, como ellallamaba a la Congregación, que hoy extiende sus ramas como unárbol fecundo.

Esta Iglesia de Granada ha acompañado el transcurso dela Vida de la Congregación desde el inicio de la Fundación hastahoy, agradecemos a Dios ser Congregación en la Iglesia y para laIglesia.

Hoy la Capilla de esta Casa Madre se vuelve a engalanar,sus hijas y amigos nos reunimos dando gracias al Señor de modo

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especial, por todos los que escuchando la llamada de Dios fueron fieles, y son hoy para nosotros empuje,porque supieron vivir la hondura del Evangelio.

Recordamos cómo la Sierva de Dios en sus últimos momentos de vida no se cansaba de repetir:“Vamos, vamos” Cuando sus hijas le preguntaban ¿a dónde? Contestaba:”Al Cielo” Decía: “Soy toda de Dios;soy católica, apostólica y romana, Dios, Dios, Dios sólo; lo demás basura; única y absolutamente, sólo Dios”.

Hoy ella, nos invita a vivir como “pide nuestro estado, en Dios, a amar mucho a Dios, a pedirle suamor, esto es el cielo en la tierra”.

De la homilía del señor Arzobispo destacamos las siguientespalabras:

La vida de Dios en la Madre Emilia Riquelme engendra lamaternidad y fecundidad sin límites, porque el corazón de Dios notiene límites… Damos gracias a Dios por la vida y la muerte de MªEmilia.

La vida de la Iglesia aparece expresada de una maneraplena en la vida de las consagradas. Es un plus de fecundidad,humanidad y amor.

Nuestra vida de consagrados comporta un cuidado delcorazón, pero no como renuncia… el concepto de renuncia esmarginal… hemos sido elegidos, privilegiados para decir al mundoque Cristo lo es todo: la plenitud.

Es importante que nos vean con la felicidad en la cara,como mujeres bien casadas… que en nuestros rostros resplandezca

la felicidad…

No esperemos a la muerte para vivir el cielo. Lo que hace que el cielo sea cielo hace la presencia vivadel Señor en cada Eucaristía. Señor, basta que estés aquí y esto es el cielo. En cada Eucaristía está el Señor ypor eso podemos cantar el canto de los querubines: Santo, Santo, Santo… y esto sólo lo puede decir quien havisto a Dios. Y es que, a nosotros, nos ha sido dado ver a Dios, con una unión más grande que la de losesposos, porque Cristo se hace Uno con nosotros de tal modo que podemos decir: “Vivo yo, más no yo, es Cristoquien vive en mí”.

En el adviento se nos pide acoger al Señor que viene. Nuestras cualidades y defectos… no importan.Acojamos al Señor, preocupémonos sólo de servir al Señor.

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Nadie tiene el poder de arrebatarnos esa alegría. Que la comunión de todos los santos y también MªEmilia, multipliquen en nosotros esa gracia.

Una vez terminada la Eucaristía, el señor Arzobispo permitió, con su potestad sobre la Diócesiscomo Pastor, poder abrir de nuevo las puertas donde ha quedado depositada nuestra MadreFundadora, para que los sacerdotes y representantes del MEL que participaron en la Eucaristía,pudieran acceder a contemplar sus restos mortales. Después de ésto, la puerta de la habitaciónvolvió a quedar sellada y todos pasamos a celebrar el acontecimiento con un piscolabis preparadopor la comunidad de la Casa Madre.

La mañana culminó en una comida de fiesta, compartida con algunos miembros del MEL. La tardequedaba libre para seguir saboreando tantas vivencias y ayudando en la Casa.

Queremos agradecer profundamente a la comunidad de Granada su acogida, sacrificio y detallesde cariño para todas. Que Dios se lo premie.

Mañana la Casa Madre volverá a su normalidad, aunque relativamente, porque el lunes 17 dediciembre, se iniciarán las obras que están en proyecto para hacer el Oratorio.

Cada una de nosotras regresaremos a nuestros destinos, impacientes por compartir la experienciavivida, muy agradecidas a la Congregación y a nuestras comunidades por haber podido participaren este evento.

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Nuestra querida Amelia Aranda que contanto cariño ha trabajado en el Proceso.

Cruces y Emilia Barbero disfrutando de la comida el día 15 deDiciembre

Disfrutando de la comida el día 15 de Diciembre con losmiembros del MEL de Granada

EUCARISTÍA de acción de gracias, presidida porD.Javier Martínez, Arzobispo de Granada y

concelebrada por sacerdotes amigos.