criticismo kantiano
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Breve descripción fundamental de las lineas generales del criticismo en la crítica de la razón pura. Por Gonzalo Quevedo.TRANSCRIPT
Criticismo kantiano.
Una introducción a la “Crítica de la razón pura” de Emanuel Kant.
En el siguiente escrito tomaremos y desarrollaremos los lineamientos generales de la
obra “La Crítica de la Razón Pura”. A partir de ellos trataremos de, siguiendo los
propósitos generales de la obra, aclarar el sentido del criticismo elaborado por Kant
mediante la consideración y aclaración de los distintos focos de sus consideraciones y
problemáticas.
Procederemos en un comienzo extrayendo una serie de presupuestos generales que
yacen a la base de toda su meditación e investigación.
Primero de todo, hay que aclarar que el tratamiento interno que hace Kant de las
diferentes áreas o regiones del conocimiento humano requiere siempre la acción
histórica de fundar una disciplina científica. Kant es quién por primera vez va fundar
distintas disciplinas que traten sobre la facultad de la razón.
La preocupación de Kant es por el valor del conocimiento en general (o la ciencia en
general). Esta preocupación da por resultado una meditación que, a modo de
investigación, se va a ocupar de determinar todo lo referido al conocimiento en general
sobre las bases firmes de principios y fundamentos.
Kant, al comenzar a investigar la capacidad de conocer, va a distinguir dos modos
básicos de este conocer del hombre: por la experiencia o sin ella (lo que antes de él dio
como resultado el debate “empirismo” vs. “racionalismo”).
Frente a esta circunstancia, Kant va a llamar al conocer que no necesita de ninguna
experiencia conocimiento a priori. Y va a tomar este modo de conocer como objeto de
estudio.
Kant al proponer este modo de conocer como el objeto de su investigación no es que va
dejar de lado todo conocimiento que provenga de la experiencia, sino que va a
investigar y va a demostrar cómo todo conocimiento empírico tiene como condición de
posibilidad (condicionamientos que lo hacen posible) conocimientos a priori.
A partir de esta breve consideración, toda investigación del entendimiento va proceder a
destacar en sus rasgos generales: 1) la división y distinción que se practica y puede
practicarse sobre los conceptos y 2) el orden y surgimiento de las condiciones de
posibilidad que versan sobre las funciones de los conceptos (que observamos en las
manifestaciones discursivas).
De este modo la meditación kantiana va amplificar la investigación, bien hacia lo
específico (determinado las especies de cosas), en la división que al dividir distingue los
conceptos referidos a las cosas, o bien hacia las generalidades, en la aclaración que
explica como funcionan y se ordenan los conceptos a partir de sus diferentes modos de
ser (categorías).
La meditación kantiana sobre lo más general que refiere al conocimiento se piensa a sí
misma como sigue:
Aún en los más altos grados de generalidad (carácter universal de los conocimientos)
hay que pensar algo como condición de posibilidad del conocimiento en general.
¿Qué es este algo? Un entendimiento.
El entendimiento entendido por él tiene como rasgo más general la función de
aprehender los fenómenos.
A este entendimiento que aprehende fenómenos Kant lo llama razón.
Ahora bien, al considerar esta facultad de razón en su investigación, él va a notar que las
operaciones de las facultades de este entendimiento, y ciertos contenidos producto de
éstas mismas facultades, están mezclados de manera algo confusa.
Kant va a pensar que la condición confusa de estos contenidos y operaciones dentro de
la facultad de los conocimientos existe por no tener presente, quien conoce (nosotros en
totalidad, y cada uno de nosotros), sus propios modos de conocer los objetos.
Así, los modos de conocer los objetos mediante el conocimiento (somos siempre
nosotros los que conocemos) van a organizarse en tanto que se especifiquen por medio
de distinciones todos los modos de conocer humanos (juzgar, querer, creer, pensar,
representarse, percibir, inteligir, intuir, etc.).
Para nosotros que investigamos como Kant los modos de conocer, estos nos van a ser
accesibles en algo muy cercano. El modo más sencillo que tenemos para acceder a los
modos de conocer, si seguimos el pensamiento de Kant, son los juicios.
Los modos de conocer se realizan en los juicios.
Ahora bien, una vez establecidos estos principios, principios por los que se rige la
investigación de Kant, vamos a atender a la distinción principal (o más general) de los
conocimientos.
Aquí vimos que estos pueden darse de dos modos: por la experiencia o sin ella.
Cada uno de estos modos de conocer de la facultad de la razón, si los modos de conocer
se realizan en los juicios, dan por resultado entonces dos tipos de juicios: juicios a priori
(independientes de la experiencia) y juicios a posteriori (dependientes de la
experiencia).
Al hecho de llevar a cabo todas estas distinciones Kant lo piensa como sigue: la
meditación sobre los juicios de la facultad de la razón da a conocer o devela una
investigación determinada sobre una cierta región temática – “región temática”:
conjunto relacional de cosas sobre la que puedo decir y afirmar ciertas otras cosas-- que
necesita unos lineamientos y objetivos determinados que la fundamenten como ciencia.
Los lineamientos y objetivos determinados que fundamentan esta investigación como
ciencia son aquellos por los cuales esta ciencia ha de servir como medio (o instrumento)
de organización y depuración del entendimiento. Así, la ciencia que se constituye como
investigación depuradora de la facultad de razón es crítica de la razón
Sin embargo, esta ciencia de la razón, que opera como una crítica de la misma, no tiene
por objeto a la razón en general y todos sus conocimientos, sino sólo una porción de
ellos: los que son puros.
La pureza, en tanto que se atiene al entendimiento y a la facultad de la razón, se refiere
como determinación principal de aquella región de la razón que es independiente de la
experiencia y regula sobre ella.
Ahora bien, al conocimiento fruto de esta ciencia que se llama “crítica de la razón pura”
y Kant le adjudica un carácter trascendental “…puesto que se avoca a nuestro modo de
conocer los objetos y no a los objetos en sí mismos”1.
1 Emanuel Kant, Crítica de la Razón Pura, trad. Manuel García Morente y Manuel Fernández Núñez, México, Porrua, 1998, p.17.
Así, en la meditación kantiana, la ciencia que investiga la razón pura viene a llamarse
“crítica de la razón pura”.
Asimismo, aquello que como conocimiento provenga de las investigaciones de esta
ciencia, constituye el sistema de todos los principios de la razón pura; sistema que se
llama “filosofía trascendental”.
La filosofía trascendental pertenece a la metafísica como ciencia.
La investigación kantiana sobre el conocimiento humano funda por primera vez algo así
como una ciencia que se encarga de investigar la capacidad que hace posible dicho
conocimiento: una crítica de la razón pura.
Esta crítica de la razón pura va a ser la ciencia más general que se encarga de investigar
la razón del hombre pero en tanto que se la considera libre de toda experiencia y
conformadora de la misma.