cristologÍa bÍblica sergio armstrong cox · garcía martínez, florentino, (1998) "los...

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1 CRISTOLOGÍA BÍBLICA Sergio Armstrong Cox 1. ¿ES POSIBLE CONOCER A JESÚS? 1.1. Fuentes para conocer a Jesús 1.1.1. Autores greco-romanos 1.1.2. Testimonios judíos 1.1.3. Fuentes cristianas 1.2. El Jesús histórico a partir de los evangelios canónicos 1.2.1. El problema 1.2.2. Criterios de verificación histórica 1.2.2.1. Criterios primarios 1.2.2.2. Criterios secundarios (o dudosos) 1.2.3. Límites de la verificación histórica 2. LA ÉPOCA DE JESÚS 2.1. Geografía económica 2.2. Las instituciones políticas 2.3. Las instituciones religiosas 2.4. La sociedad judía 2.5. Los grupos religioso-políticos 2.6. Vida cotidiana en Galilea 3. LA MEJOR NOTICIA 3.1. Los inicios 3.2. La Buena Noticia 3.2.1. Introducción 3.2.2. Presente y futuro del Reinado de Dios 3.2.3. ¿Se equivocó Jesús? 3.3. Dios está aquí. El Reinado de Dios en hechos y palabras 3.3.1. Los hechos del Reinado de Dios 3.3.1.1. Los milagros de Jesús 3.3.1.2. Los criterios del Reinado de Dios 3.3.2. Las palabras del Reinado de Dios: las parábolas 3.4. Las cosas tienen que cambiar. Fe y conversión 3.4.1. ¿Qué son la fe y conversión? 3.4.2. Un don inmerecido 3.4.3. Ponerse al servicio del proyecto de Dios 3.5. El Dios de la vida 3.5.1. Introducción 3.5.2. Una experiencia clave 3.5.3. La oración de Jesús 3.5.4. Dios es Padre 3.5.5. El Dios de la vida

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Page 1: CRISTOLOGÍA BÍBLICA Sergio Armstrong Cox · García Martínez, Florentino, (1998) "Los manuscritos de Qumrán y el Judaísmo", en. revista Reseña Bíblica, Verbo Divino, Estella

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CRISTOLOGÍA BÍBLICA

Sergio Armstrong Cox

1. ¿ES POSIBLE CONOCER A JESÚS?1.1. Fuentes para conocer a Jesús

1.1.1. Autores greco-romanos1.1.2. Testimonios judíos1.1.3. Fuentes cristianas

1.2. El Jesús histórico a partir de los evangelios canónicos1.2.1. El problema1.2.2. Criterios de verificación histórica

1.2.2.1. Criterios primarios1.2.2.2. Criterios secundarios (o dudosos)

1.2.3. Límites de la verificación histórica

2. LA ÉPOCA DE JESÚS2.1. Geografía económica 2.2. Las instituciones políticas2.3. Las instituciones religiosas 2.4. La sociedad judía2.5. Los grupos religioso-políticos 2.6. Vida cotidiana en Galilea

3. LA MEJOR NOTICIA3.1. Los inicios3.2. La Buena Noticia

3.2.1. Introducción3.2.2. Presente y futuro del Reinado de Dios3.2.3. ¿Se equivocó Jesús?

3.3. Dios está aquí. El Reinado de Dios en hechos y palabras3.3.1. Los hechos del Reinado de Dios

3.3.1.1. Los milagros de Jesús 3.3.1.2. Los criterios del Reinado de Dios

3.3.2. Las palabras del Reinado de Dios: las parábolas3.4. Las cosas tienen que cambiar. Fe y conversión

3.4.1. ¿Qué son la fe y conversión?3.4.2. Un don inmerecido3.4.3. Ponerse al servicio del proyecto de Dios

3.5. El Dios de la vida3.5.1. Introducción3.5.2. Una experiencia clave3.5.3. La oración de Jesús3.5.4. Dios es Padre3.5.5. El Dios de la vida

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3.6. La familia de Dios3.6.1. Discípulos y adherentes locales3.6.2. Marginalidad3.6.3. Anunciando el Reino de Dios3.6.4. Formando la "Familia de Dios"

4. EL AMOR DE DIOS HASTA EL EXTREMO. LA PASCUA DE JESÚS4.1. La muerte de Jesús

4.1.1. Introducción4.1.2. Los que condenaron a Jesús y sus motivos4.1.3. Jesús frente a su muerte

4.2. La resurrección de Jesús4.2.1. Dios ha resucitado a Jesús4.2.2. ¿En qué consiste la resurrección de Jesús?4.2.3. Dios le ha dado la razón a Jesús y le ha hecho justicia4.2.4. La pascua de Jesús y el dolor humanoApéndice: Diversas posiciones sobre la tumba vacía y las apariciones

5. LA DIVINIDAD DE JESÚS Y LA IMAGEN CRISTIANA DE DIOS5.1. La divinidad de Jesús5.2. La divinidad del Espíritu Santo5.3. El Dios TrinitarioApéndice: Los títulos cristológicos

a) Mesías o Cristob) Hijo del hombrec) Señord) Hijo de Dios

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1. ¿ES POSIBLE CONOCER A JESÚS?

Cada cierto tiempo aparecen voces en algunos medios de comunicación e internet que sostienenque Jesús no existió y que fue un invento de los cristianos. Ningún especialista serio cuestiona hoy laexistencia de Jesús; pero no está demás dar un vistazo a lo que nos dicen las fuentes históricas sobre él.Hacemos una revisión de las más antiguas e importantes.

En un segundo momento nos detenemos en los evangelios canónicos. Como han sido yaestudiados en el curso anterior nos detendremos en la metodología que se utiliza para obtener de ellosinformaciones históricas fiables que nos permitan un panorama global de la persona, pensamiento yactuación de Jesús.

1.1. Fuentes para conocer a Jesús

1.1.1. Autores greco-romanos

a) Tácito 1:

En Annales (15,44,2-5), escrita entre el 115 y el 120 se lee lo siguiente:

“Todos los esfuerzos y generosidad del emperador fueron insuficientes para desvanecer el rumorsiniestro de que él había ordenado el incendio. Para disipar esta creencia y culpar a otros,martirizándolos, Nerón acusó a los cristianos, que el pueblo odiaba por sus abominaciones. El Cristo,del que ellos tomaban el nombre, había sido ejecutado durante el reinado de Tiberio, bajo laprocuradoría de Poncio Pilato. Esta maligna superstición, reprimida por algún tiempo, se reavivó denuevo, y no sólo en la Judea, donde se originó el mal, sino hasta en Roma, donde encuentra refugiotodo lo que es malsano y corrompido. En consecuencia, algunos cristianos, conducidos ante eltribunal, fueron convictos, no tanto de haber causado el incendio como de odio al género humano.Envueltos en pieles de animales fueron despedazados por los perros, crucificados o quemados vivos, yalgunos sirvieron de antorchas encendidas durante la noche. Nerón ofreció sus jardines para esteespectáculo, y hubo carreras de carros, en las que el emperador se mezcló con la gente vestido deauriga. Y he aquí que estos criminales, que merecían castigos ejemplares, despertaron un sentimientode compasión, porque pareció que no eran sacrificados por el bien común, sino para satisfacer lacrueldad del tirano”.

Puede observarse la escasa simpatía que Tácito siente hacia los cristianos ("malignasuperstición"); sin embargo, los considera inocentes del incendio de Roma. Esta clara la existencia deJesús y su condena por Pilatos.

1 Cornelio Tacitus nació en torno al 55 o 56 y murió el año 120. Fue miembro de la aristocracia senatorial, y recorrió elescalafón típico de los altos cargos (entre otros fue procónsul de Asia) y adquirió fama sobre todo por sus dos obras dehistoria: "Historias" (hacia el 105/110) y Anales (hacia el 116/117) (Theissen y Merz 2004, 102).

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b) Suetonio 2

En “De vita Caesarum”, escrito en el 121, se lee:

“(Claudius) Judaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expulit” (Claudio expulsó deRoma a los judíos que continuamente hacían tumultuo habiéndoles impulsado Cresto).

Suetonio no tiene conocimientos correctos sobre Jesús. Piensa que fue un judío alborotador deRoma. Sin embargo, utiliza una fuente antigua no cristiana, que quizás interpretó mal.

c) Plinio el Joven 3

Este gobernador de Bitinia consulta al emperador Trajano (entre los años 111-113) por loscriterios con que se debe perseguir judicialmente a los cristianos.

Como puede verse, a principios del siglo II se sabe que en el origen del nuevo culto de loscristianos está el judío Cristo, condenado a la crucifixión bajo Tiberio por el prefecto romano PoncioPilatos.

1.1.2. Testimonios judíos

a) Flavio Josefo.

En su libro “Antiguedades judías” (20, 200), escrito cerca del 93, nos dice:

“...entonces convocó (el sumo sacerdote Anás, el joven) a los judíos del sanedrín y trajo ante ellos aun hombre llamado Santiago, hermano de Jesús, que era llamado Cristo, y a algunos otros, con laacusación de haber transgredido la ley, y los entregó para que fueran lapidados.”

Más complejo de evaluar es el conocido texto de Antiguedades judías 18,63-64:

“Por aquel tiempo vivió Jesús, hombre sabio, si es que conviene llamarlo hombre; en efecto, realizabaobras extraordinarias, enseñaba a los hombres que acogen con gozo la verdad y convenció a muchos amuchos judíos y griegos. Él era el Cristo. Y después que Pilatos, por acusación de los mayoresresponsables de nuestro pueblo, lo condenó a la cruz, no desfallecieron los que desde el principio lohabían amado. En efecto, se les apareció al tercer día nuevamente con vida, habiendo dicho estascosas y otras muchísimas maravillas los divinos profetas sobre él. Y todavía hasta hoy no hadesaparecido la tribu de los cristianos que toma de él el nombre.”

Casi todos los especialistas consideran que se trata de una interpolación cristiana, ya que esosupondría a un Flavio Josefo cristiano, ausente en sus otras obras.

2 Nació en torno al 70 y murió el 130. Procedía de la orden ecuestre. Llegó a alcanzar altos puestos de tipoadministrativo, lo que le dio acceso a los archivos e informaciones necesarias para escribir la historia de 12emperadores (De vita Caesarum), desde César hasta Domiciano.

3 Nació el 61 y murió hacia el 120.Asumió como gobernador cerca del 111.

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b) Literatura rabínica

En la literatura rabínica, en el Talmud, tratado Sanedrín (43a) se afirma lo siguiente:

“Pero se recuerda: 'El viernes, la tarde del parasceve fue empalado Jesús el Nazareno y el pregonerosalió delante de él durante cuarenta días: “Él sale para ser lapidado, por haber practicado la magia,haber instigado a Israel (a la idolatría) y haberlo extraviado. Quien sepa algo en disculpa suya, vengay lo traiga 'como disculpa'”. Pero no encontraron ninguna disculpa y lo empalaron, 'el viernes' y latarde de parasceve”

c) Otras

Celso, filósofo de la segunda mitad del siglo II, en su obra polémica contra los cristianos“Doctrina veráz” de la que nos quedan los pasajes citados por Orígenes en su “Contra Celso” dealrededor del año 178, menciona rumores infamantes, probablemente de origen judío, sobre elnacimiento de Jesús. Dice Orígenes:

“Celso introduce luego la figura imaginaria de un judío, que se dirige precisamente a Jesús y lo acusade muchas cosas (…), y en primer lugar lo acusa 'de haber inventado la historia de su nacimiento deuna virgen'; le reprocha además 'ser natural de una aldea de Judea y de haber tenido por madre a unapobre indígena que se ganaba la vida hilando. Añade que 'la madre fue repudiada por su maridoartesano de profesión, por haber sido acusada de adulterio'; dice luego que, 'expulsada por su maridoy vagabundeando de manera miserable, dio a luz a escondidas a Jesús'”. Más adelante, se dice queMaría fue preñada por un soldado llamado Panthera” (1,18 y 32).

1.1.3. Fuentes cristianas

a) Cartas paulinas

Son los escritos cristianos más antiguos, pero ofrecen poca información y dispersa, aunquesignificativa.

- Tenemos la memoria tradicional de la última cena (1 Cor 11,23-25):

"(23) Porque yo recibí del Señor lo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fueentregado, tomó pan, (24) y después de dar gracias, lo partió y dijo: 'Este es mi cuerpo que se da porustedes; hagan esto en recuerdo mío.' (25) Asimismo también la copa después de cenar diciendo: 'Esta copa es la Nueva Alianza en misangre. Cuantas veces la bebieran, háganlo en recuerdo mío."

- La prohibición del divorcio (1 Cor 7,10-11):

"(10) En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe delmarido, (11) mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido,y que el marido no despida a su mujer."

- La norma para los predicadores del Evangelio (1 Cor 9,14):

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"Del mismo modo, también el Señor ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan delEvangelio."

- El mandamiento del amor a los enemigos (Rm 12,14):

"(14) Bendigan a los que los persiguen, no los maldigan.(...) (20) Antes al contrario: si tu enemigotiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber (...)"

- Sobre el origen de Jesús (Rm 1,3-4):

" (3) acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, (4) constituido Hijo de Dios conpoder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro(...)"

- Sobre la muerte de Jesús (1 Cor 2,7-8):

"7 (...) hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antesde los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo - pues de haberlaconocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria."

- Sobre la muerte, resurrección y apariciones de Jesús (1 Cor 15,3-8):

"(3) Porque les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestrospecados, según las Escrituras; (4) que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;(5) que se apareció a Cefas y luego a los Doce; (6) después se apareció a más de quinientos hermanosa la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.(7) Luego se apareció a Santiago;más tarde, a todos los apóstoles. (8) Y en último término se me apareció también a mí, como a unabortivo."

Estos pocos testimonios se combinan con otros tantos silencios: nada dice Pablo sobre el Jesústaumaturgo y exorcista, faltan las parábolas, las controversias con los fariseos y escribas a propósito dela Ley, no está el bautismo de Jesús y la misión en Galilea; faltan los detalles de la pasión de Jesús.

El anuncio sobre el Reino de Dios ha sido sustituido por el de la pascua de Jesús como la granacción salvadora de Dios. La identidad divina de Jesús se revela en el acontecimiento de su muerte yresurrección, el acontecimiento escatológico, decisivo para la salvación de la humanidad.

b) Evangelios canónicos

Los cuatro evangelios canónicos son la fuente más importante de conocimiento de Jesús. A ellosnos referiremos en el apartado siguiente.

c) Evangelios apócrifos

Todos los evangelios apócrifos nos hablan de Jesús; sin embargo, son todos tardíos, y a veces

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sus presentaciones son tan fantasiosas que no vale la pena tomarlas en cuenta 4. Pueden leerse enSantos 1988. Los evangelios gnósticos en Piñero, Monserrat y García 1999.

La excepción la constituye el Evangelio de Tomás.

d) Evangelio de Tomás

En Nag Hammadi se encontró una traducción al copto de esta obra, que conocíamos porreferencia de algunos Padres de la Iglesia y por fragmentos de ciertos papiros de Oxirrinco. Laescritura del manuscrito copto es del siglo IV, pero la de los fragmentos en griego es de alrededor del150 d.C.

El EvT es una colección de dichos de Jesús: sentencias, diálogos y parábolas. La compilaciónfinal es de cerca del 140 d.C. y tiene clara tendencia gnóstica. Sin embargo, hay dichos que puedenser bastante antiguos y algunos pueden pertenecer a Jesús. Se discute si el EvT depende de losSinópticos o si se ha utilizado una tradición anterior a ellos. Hay quienes ven una vinculación entrealgunos dichos y la “fuente Q”, pero está lejos de ser probada.

Alrededor de la mitad de los 114 dichos (logia) tienen paralelos con los dichos canónicos denuestros evangelios sinópticos. Por ejemplo:

20: “Dijeron los discípulos a Jesús: ‘Dinos a qué se parece el reino de los cielos’. Les dijo: ‘Se parecea un grano de mostaza, que es (ciertamente) la más exigua de todas las semillas, pero cuando cae entierra de labor hace brotar un tallo (y) se convierte en cobijo para los pájaros del cielo.’”

26: “Dijo Jesús: ‘La paja en el ojo de tu hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no laves. Cuando hayas sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano’”.

Otros dichos son del mismo tipo que algunos canónicos, aunque su contenido resulta nuevo.Es el caso de algunos logia que podrían ser una mezcla de varios de los que encontramos en losSinópticos:

39: “Dijo Jesús: ‘Los fariseos y los escribas recibieron las llaves del conocimiento y las hanescondido: ni ellos entraron, ni dejaron entrar a los que querían. Pero vosotros sed cautos como lasserpientes y sencillos como las palomas.’”

47: “Dijo Jesús: ‘No es posible que un hombre monte dos caballos y tense dos arcos; no es posible queun esclavo sirva a dos señores, sino que más bien honrará a uno y despreciará al otro. A ningúnhombre le apetece —después de haber bebido vino añejo— tomar vino nuevo; no se echa vino nuevoen odres viejos, no sea que éstos se rompan, y no se echa vino añejo en odre nuevo para que éste no leeche a perder. No se pone un remiendo viejo en un vestido nuevo, pues se produciría un rasgón’”.

Un tercio de los dichos son de un carácter claramente gnóstico:

1: “Y dijo: ‘Quien encuentre el sentido de estas palabras no gustará la muerte’”.

4 Se puede encontrar un panorama general en Armstrong 2008, 271-304.

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18: “Dijeron los discípulos a Jesús: ‘Dinos cómo va a ser nuestro fin’. Respondió Jesús: ‘¿Es quehabéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el principio,allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el principio: él conocerá el fin y nogustará la muerte’”.

114: “Simón Pedro les dijo: ‘¡Que se aleje María de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de lavida’. Dijo Jesús: ‘Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se conviertaen un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará enel reino del cielo’”.

Es probable que el EvT utilice una tradición o fuente independiente de los Sinópticos, ya quelos dichos siguen siempre un orden diferente al de ellos y existe una completa ausencia sus elementosredaccionales característicos. En todo caso, los especialistas están divididos y no parece vislumbrarseun pronto acuerdo.

Los temas principales del EvT son: el conocimiento de la verdadera identidad de Jesús(dichos: 13,15, 19, 28, 66, 77); el conocimiento de sí mismo y el rechazo del mundo (3, 5, 21, etc.) y lasuperación de la religiosidad ordinaria (14, 27, 53, etc.).

El origen del texto copto no es claro. Se tiende a atribuir la traducción a una communidad demonjes egipcios cercana a Nag Hammadi, pero ello no es seguro. El cristianismo egipcio del siglo IVera todavía muy variado y había amplios círculos intelectuales de laicos, que podían también haberrealizado la traducción y el copiado.

1.2. El Jesús histórico a partir de los evangelios canónicos 5

1.2.1. El problema

El estudio crítico de los evangelios puede producir una profunda decepción. La lectura“espiritual” y “pastoral” de los evangelios, sin elementos críticos, deja a menudo la sensación de uncontacto directo con Jesús y su ambiente. Sin embargo, después de lo visto en el semestre anterior,esa impresión parece esfumarse.

En efecto, el estudio de la tradición oral y de los géneros literarios en que ella cristaliza deja laimpresión de una Iglesia Primitiva bastante creativa, que ha ido adaptando a sus intereses y necesidadeslas palabras y hechos de Jesús. El estudio de las fuentes, permite constatar con bastante claridad cómoel mensaje de Jesús se ha ido transformando al pasar por las redacciones sucesivas de Mc a Mt o de Q aLc, por poner un ejemplo. Finalmente, cada evangelista en su trabajo redaccional, al recopilar materialtradicional, se ha mostrado como un verdadero autor que ofrece una determinada síntesis (o unadeterminada imagen de Jesús) en función de preocupaciones particulares relacionadas con la vida desus destinatarios.

Después de haber creído que se estaba ante el mismo Jesús, ahora aparecen una multitud deintermediarios. Entre nosotros y Jesús se interpone la Iglesia. ¿Hasta qué punto ella ha sido fiel al5 Meier, John P., Un judío marginal. Nueva visión del histórico, tomo I (“Las raíces del problema y de la persona”),

Verbo Divino, Estella, 2004, pp. 183-209

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transmitirnos el mensaje y la obra de Jesús? Ahora sabemos que los evangelios son “narracionesteológicas”. Esto significa que junto con comunicarnos hechos históricos nos comunican el sentido deesos hechos para el “hoy” de la comunidad cristiana. Tal comunicación del sentido se realiza a menudoagrupando hechos que originalmente fueron diferentes, simplificando un acontecimiento, agregandoalgo a una sentencia de Jesús, etc. La “narración teológica” no pretende la exactitud narrativa denuestros actuales libros de historia.

Ante estos problemas, muchos, ayer y hoy, prefieren adoptar la “política de la avestruz”. Enalgunos esta actitud significa una vuelta al fundamentalismo; esto es, a considerar todo lo que serelata en los evangelios como histórico sin hacer distinciones. Se vuelve a lo “seguro”, sin meterse enlos problemas del estudio bíblico. Otros ponen “entre paréntesis” el problema histórico y se centransolamente en una lectura de los evangelios como obra literaria que tiene un significado existencial:lo importante es el mensaje de los evangelios para nuestra vida actual y no si lo que se relata sucedió ono.

Ambas posturas ven en la exégesis crítica una amenaza para una lectura espiritual de losevangelios que alimente la oración y la vida cristiana. Ante esta amenaza se pretende salvar lo másimportante: la relación vital con Jesucristo.

Sin embargo, cabe preguntarse, ¿puede nuestra fe prescindir de la pregunta por la historia?¿No se basa nuestra fe en un “hecho histórico”: la entrada de Dios en nuestra historia por Jesucristo?¿No es Jesús precisamente alguien de nuestra historia y no un personaje ficticio de una obra literaria?¿Se puede sostener el mensaje salvador universal de Cristo (kerigma) sin su fundamento en el Jesús dela historia? ¿Qué fe es esa que no admite reflexionar seriamente sobre sus fundamentos?

El problema histórico es ineludible para nosotros los creyentes. Como dice el Conc. Vat II:Dios se ha revelado en la historia mediante hechos y palabras, y esa revelación ha llegado a su cumbrecon Jesucristo 6.

La preocupación por el estudio histórico de los evangelios y su correspondiente método (el“metodo histórico-crítico”7) llevan bastante tiempo en la Iglesia. Surgido este último durante el sigloXVIII, ha pasado desde el optimismo y pesimismo extremos hasta un moderado optimismo. Hoy en díael balance es bastante positivo 8: es posible reconstruir en líneas gruesas el ambiente de Jesús, suanuncio, sus actitudes fundamentales, la relación con sus discípulos, las causas de su muerte, sucondena y el primer anuncio de Jesús resucitado por la Primera Comunidad 9.

La distinción entre lo histórico y lo teológico no obstaculiza sino que enriquece la lecturaespiritual y pastoral 10. Permite apreciar no sólo lo que Jesús dijo e hizo (en los casos en que ello esposible) sino de qué manera esos dichos y hechos constituyeron una “buena noticia” para las distintascomunidades en sus diversos ambientes. Reconstruir la evolución de un texto (mirada “diacrónica”),

6 Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación (Dei Verbum), nn. 2 y 4.7 Por “método histórico-crítico” se entiende el uso combinado de la “crítica de las fuentes”, la “historia de las formas” y

la “historia de la redacción”, con los criterios de verificación histórica que veremos más adelante. 8 Ver documento de la Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 1993. EB N° 1285-12909 Una buena síntesis de los resultados se puede ver en Bartolomé, Juan José. 1995. El Evangelio y Jesús de Nazaret,

CCS, Madrid, pp. 113 y ss (“Apunte biográfico de Jesús de Nazaret”).10 Aunque en un primer momento parece que así fuera.

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por ejemplo, el de las Bienaventuranzas, no sólo permite una comprensión más precisa de las palabrasde Jesús sino también de la actualización de esas palabras en Q, en Lc y en Mt. No se trata de dejar delado dichas actualizaciones sino de no confundirlas. Cada uno de estos pasos es inspirado: todoscontienen una palabra de Dios para nosotros. Podemos ahora tener una lectura más rica, que abra másposibilidades de enriquecimiento espiritual y pastoral.

La determinación de lo que es histórico y de lo que no lo es, o del grado de historicidad de untexto, por parte del historiador-teólogo no es fácil. Los especialistas son hijos de un ambiente, de unacultura. Siempre hay visiones pre-concebidas. Para disminuir el riesgo de error (o de encontrar en lostextos lo que uno quiere encontrar) se ha inventado un conjunto de “instrumentos” o“presunciones”, que veremos a continuación. Generalmente no basta la aplicación de uno de estoscriterios sino que es necesario recurrir al uso combinado de varios de ellos. La aplicación de losmismos no puede ser “mecánica”: siempre será necesario un cierto “tino” o intuición en el especialista.Más que una técnica se trata de un fino arte.

1.2.2. Criterios de verificación histórica

1.2.2.1. Criterios primarios

a) El criterio de dificultad 11

El criterio de “dificultad” o “contradicción” considera probablemente históricos los dichos yhechos de Jesús que habrían desconcertado o creado dificultades a la Iglesia primitiva.

Lo esencial de este criterio es que difícilmente la Iglesia primitiva se habría dado el trabajo decrear un material susceptible de dejarla en una posición difícil o debilitada en sus disputas con susoponentes. Por el contrario, el material embarazoso sobre Jesús tiende a ser suprimido o suavizado enetapas posteriores de la tradición evangélica.

Un buen ejemplo es el bautismo de Jesús. El que es considerado por la Iglesia primitiva comoun Mesías superior y sin pecado es bautizado por un supuesto inferior suyo, Juan Bautista queproclamaba “un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados”.

Que este hecho incomodó a los evangelistas es un hecho evidente: Después de que Marcos lotrata de forma muy breve (Mc 1,4-11), Mateo introduce un diálogo entre el bautista y Jesús antes delbautismo en el que el Bautista confiesa abiertamente su indignidad para bautizar a su superior y sóloaccede a hacerlo cuando Jesús se lo ordena alegando la necesidad de cumplir el plan salvador de Dios(Mt 3,13-17). En la misma línea tratan el asunto Lucas y Juan.

Otro caso similar es la afirmación de Jesús de que no conoce el día ni la hora finales, cuandolos evangelios lo presentan como el Hijo que puede predecir los sucesos del fin de los tiempos, incluidasu propia venida sobre las nubes del cielo. Casi en la conclusión del discurso escatológico de Mc 13dice Jesús: En cuanto al día y la hora, nadie los sabe, ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo elPadre” (Mc 13,32). No es extraño que algunos manuscritos de este evangelio eliminen “ni el Hijo”.Lucas omite el dicho.

11 Basado en Meier 2004 A, 183-198.

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Como todos los criterios que presento aquí éste tiene sus límites. En primer lugar, sonrelativamente pocos los casos en que se puede usar, por lo que una presentación del Jesús históricobasado sólo en él nos dejaría una imagen muy reducida y fragmentaria del Señor. Puede pasar tambiénque haya dichos o hechos de Jesús que a nosotros nos parezcan escandalosos y que para la Iglesiaprimitiva no lo fueran.

b) El criterio de discontinuidad

El criterio de discontinuidad (llamado también de disimilitud, de originalidad o deirreductibilidad dual) considera probablemente históricos aquellos dichos y hechos de Jesús que nopueden derivarse del Judaísmo de la época ni de la Iglesia primitiva posterior a Él.

Algunos ejemplos son la radical prohibición de todo juramento (Mt 5,34-37), su rechazo delayuno voluntario para sus discípulos (Mc 2,18-22) y su total prohibición del repudio (Mc 10,2-12).

Este criterio es de una gran ayuda, pero debe combinarse con otros. Si se aplica de modoabsoluto nos puede proporcionar la imagen de un Jesús disociado del Judaísmo y de la Comunidadprimitiva.

c) El criterio de testimonio múltiple

El criterio del testimonio múltiple considera probablemente históricos los dichos y hechos deJesús que se encuentran en más de una fuente literaria independiente o en más de una forma o géneroliterario.

La aplicación de este criterio presupone todo lo visto en la crítica de las fuentes de losevangelios sinópticos. Un error bastante frecuente es el de afirmar que un dicho o hecho es históricoporque se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas, sin caer en la cuenta de que se trata de un dato queMateo y Lucas tomaron de Marcos. Se trataría aquí de una sola fuente y no de tres.

Un claro ejemplo es el anuncio del Reinado de Dios por Jesús. Se encuentra en Marcos, Q,Pablo y Juan. Está en más de una forma o género literario: parábola, apotegma de controversia, historiade milagro y dicho profético.

Como los demás, este criterio tiene sus límites: un dicho perteneciente a Jesús puede estar sóloen una fuente, o bien, un hecho inventado puede haber calzado tan bien con las necesidades de lacomunidad que puede haberse creado al comienzo de la tradición oral y por lo mismo haber pasado amás de una fuente. Por lo mismo criterio debe ser combinado en lo posible con los otros.

d) El criterio de coherencia

El criterio de coherencia (o congruencia o conformidad) sólo puede entrar en juego después dehaber aislado cierta cantidad de material histórico mediante la aplicación de los criterios anteriores.

Sostiene que los dichos o hechos de Jesús que encajan bien con el conjunto del mensaje yactuación del Señor, acreditados por los otros criterios, tienen posibilidad de ser históricos.

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Por ejemplos, dichos concernientes al Reinado de Dios o las disputas con adversarios sobre laobservancia de la Ley.

Se trata de un criterio útil porque permite aumentar el material ya reunido; sin embargo, tiene elriesgo de considerar como de Jesús dichos inventados por discípulos que sean muy parecidos a los delMaestro. Debe tenerse en cuenta también de que Jesús, como a todos los maestros de su tiempo, sedeleitaba con afirmaciones paradójicas, que buscaban hacer pensar y favorecer la memorización de suauditores.

e) El criterio de rechazo y ejecución

El criterio relativo al rechazo y a la ejecución de Jesús difiere notablemente de los cuatroprimeros criterios. No indica directamente si un determinado dicho o hecho de Jesús es auténtico. Loque hace es guiar nuestra atención hacia el hecho histórico de que Jesús encontró un violento final amanos de funcionarios judíos y romanos, y luego nos pregunta qué palabras y hechos históricos deJesús pueden explicar su muerte y crucifixión como “rey de los judíos”.

El Jesús histórico, sin ser un revolucionario o un agitador político, amenazó, molestó e irritó amucha gente: desde los intérpretes de la Ley hasta la aristocracia sacerdotal, pasando por el prefectoromano, que finalmente lo procesó y crucificó. Un Jesús cuyas palabras y hechos no encontraranrechazo, sobre todo entre los poderosos, no es el Jesús histórico.

1.2.2.2. Criterios secundarios (o dudosos)

a) Criterio de huellas del arameo

Según algunos autores las huellas de vocabulario, estructura de las frases, ritmo y rima arameosen la versión griega de los dichos de Jesús son signos de la autenticidad de tal o cual dicho.

Aparentemente se trata de un criterio que parece científico, ya que Jesús hablaba arameo. Sinembargo, tiene serios problemas. Los primeros cristianos tenían como lengua el arameo, al igual queJesús. Todavía más: cristianos de lengua aramea siguieron existiendo en Palestina durante todo el sigloprimero. Es presumible que, si los cristianos de otras partes del mundo mediterráneo desarrollaron y aveces crearon palabras de Jesús, los judeo-cristianos de lengua aramea hicieran lo mismo.

En el mejor de los casos este criterio puede reforzar lo conseguido por la aplicación de loscriterios primarios.

b) Criterio del ambiente palestino

El criterio del ambiente palestino afirma que los dichos de Jesús que reflejan costumbres,creencias, procedimientos judiciales, prácticas comerciales y agrícolas o condiciones sociales ypolíticas peculiares de la Palestina del siglo I tienen buenas posibilidades de ser auténticos.

Puede usarse de modo negativo: todo dicho que refleje condiciones sociales, políticas,económicas o religiosas que existieron sólo fuera de Palestina o sólo después de la muerte de Jesús se

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debe considerar no auténtico. Por ejemplo, los dichos que reflejan preocupación por el retardo de laparusía, o por la misión de la Iglesia entre los gentiles o por normas eclesiales de dirección y disciplinason creaciones post-pascuales.

El uso negativo de este criterio es bastante sólido, no así el positivo. La Palestina habitada porlos judeo-cristianos del año 33 apenas difería de la Palestina donde vivía Jesús en el 29. Pilatospermaneció de prefecto de Judea hasta el año 36. Herodes siguió como tetrarca de Galilea hasta el 39 yCaifás se mantuvo en su puesto como sumo sacerdote hasta el 36 o 37. Y, por supuesto, las condicionescomerciales, sociales y religiosas continuaron sin cambio durante mucho más tiempo.

c) Criterio de la viveza narrativa

La viveza y los detalles concretos, especialmente cuando éstos no son relevantes para el puntocentral del relato, se consideran a veces como indicios de información por parte de un testigopresencial.

Este criterio puede reforzar lo conseguido por los criterios primarios, pero no puedeconsiderarse como seguro, ya que la Iglesia primitiva pudo tener narradores realmente hábiles parainventar detalles y colorear así su narración.

d) Criterio de las tendencias evolutivas de la tradición sinóptica

Los críticos de las formas como Bultmann, creían que podían descubrir las leyes seguidas por latradición sinópticas en su evolución. Por ejemplo, la tendencia a hacer los detalles más concretos,añadir nombres propios en los relatos con personajes anónimos, convertir el discurso indirecto enpalabras textuales, eliminar construcciones arameas y aumentar el tamaño de las narraciones.

El problema aquí es si es posible descubrir estas reglas acudiendo sólo a la utilización deMarcos por Mateo y Lucas (único punto seguro). Hay casos en que se da la tendencia contraria:eliminar nombre propios, acortar los relatos, etc.

En realidad, este criterio puede ser útil de modo negativo, basado en las tendencias de cadaevangelista. Así se pueden descartar hechos o dichos innegablemente empapados del vocabulario y dela teología característicos del evangelista en cuestión.

e) Criterio de la presunción histórica

Este criterio nos lleva al debate sobre quien debe cargar el “peso de la prueba”: ¿el crítico queniega la historicidad o del crítico que la afirma? En el primer caso, todo dicho o hecho de Jesús seconsideraría auténtico a menos que se demuestre lo contrario; en el segundo, se consideraría noauténticos las palabras y hechos de los evangelios a menos que se prueba que lo son.

Las opiniones sobre el tema están divididas. Pareciera que lo más sensato es que todo el quequiera probar algo cargue con el peso de la prueba. Debe admitirse la posibilidad de que haya dichos ohechos en los que no es posible emitir un juicio porque faltan las pruebas necesarias para hacerlo.

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1.2.3. Límites de la verificación histórica

Hemos dicho más arriba que la aplicación del método histórico crítico puede llevar a un ciertodesaliento. En primer lugar, por la dificultad de hacerlo. No está demás recordar que la aplicación delmétodo y de sus presunciones supone un conocimiento muy especializado. Para el que no esespecialista, el mejor recurso es recurrir a los grandes comentarios de los evangelios y cotejar lo queellos dicen con los textos mismos.

En segundo lugar, puede ser causa de desaliento, el “minimalismo” al que lleva este método.Aquellas cosas de las que el análisis puede afirmar que fueron con seguridad dichas o hechas por Jesússon muchas menos que las que aparecen en los evangelios. Se trata de algo inevitable, pero es necesariono olvidar que otras cosas que aparecen en los evangelios pueden ser históricas aunque de ello noestemos seguros.

Es necesario tener en cuenta los “límites” de la verificación histórica. Éstos sonfundamentalmente dos:

a) Aquello que entrando en el campo de la verificación histórica no se puede verificar porfalta de datos. Por ejemplo, ¿qué vivió Jesucristo en su infancia y adolescencia, anteriores a suaparición pública? Poco se puede decir al respecto, ya que los “relatos de la infancia” de los evangeliosson muy poco históricos. Sin embargo, podría suceder que en el futuro se descubriera algo que arrojemás luces sobre el asunto.

b) Lo que por su naturaleza no puede ser verificado. En concreto, la dimensión teológica.Por ejemplo, la afirmación de que Dios se ha revelado en Jesucristo, de que en él se cumplen lasprofecías, de que efectivamente con él viene el Reinado de Dios, etc. La razón profunda de estainverificabilidad es que Dios no se manifiesta abiertamente al hombre, sino a través de intermediarios12. La historiografía sólo puede meterse en el terreno de las mediaciones, pero la acción divina que estámas allá de éstas sólo puede ser alcanzada por la fe.

Una última reflexión: el uso del método histórico-crítico es indispensable en la Iglesia perono puede ser el único método a usar 13: se debe recurrir a los métodos sincrónicos 14, a los basados enlas ciencias humanas 15 y particularmente a la “hermenéutica”, que se preocupa de la actualización delos textos para el hombre de hoy.

El asunto es aún mucho más radical: debe darse una relación de influencia mutua entre elestudio bíblico y la vida de la Iglesia. Hemos sostenido que la interpretación “científica” de la Bibliaconstituye una base indispensable para una comprensión más profunda de ésta que sirva de base a unalectura espiritual y pastoral. Esto es así. Sin embargo, la relación inversa también es indispensable: lavida espiritual y pastoral en la Iglesia siempre ha sido la fuente de la cual los grandes teólogos hansacado sus grandes preguntas e hipótesis. Es necesario terminar con la disociación entre teología y vida

12 El más importante de los cuales es el propio Jesús. Sin embargo, no se tiene experiencia directa de su divinidad ya queésta se revela a través de su humanidad.

13 Es, en líneas gruesas, lo que afirma la Pontificia Comisión Bíblica, en el documento citado más arriba, I,A,4(Evaluación del método histórico crítico).

14 Es decir, los métodos que analizan el texto en su estadio final. Estos son el análisis retórico, narrativo y semiótico.15 El acercamiento sociológico, antropológico, psicológico.

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espiritual y entre teología y pastoral que ha sido una característica de los últimos siglos. Sin duda quehoy en día se camina hacia una superación de esa dicotomía; sin embargo, aún subsisten prejuiciosmutuos que deben y pueden ser superados.

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2. LA ÉPOCA DE JESÚS

Jesús fue un judío de esa época y sus interlocutores también. Para entender las palabras y lasactitudes de Jesús debemos dejar por un momento nuestro presente y realizar un viaje al pasado. Esnecesario introducirse en las condiciones económicas, religiosas, políticas, culturales, del pueblo al quepertenecieron tanto Jesús como sus discípulos, sus seguidores y detractores.

El orden que seguirá la exposición será el siguiente: en primer lugar, pondremos nuestra miradaen la geografía palestinense, particularmente en su aspecto económico (geografía económica); ensegundo lugar, nos detendremos en las instituciones políticas; en tercer lugar, en las institucionesreligiosas; en cuarto lugar, en la sociedad judía (oficios, clases sociales); en quinto lugar, en los gruposreligioso-políticos y finalmente nos centraremos en Galilea y su vida cotidiana.

2.1. Geografía económica

2.1.1. Palestina

La vida de Jesús se desarrolla en la tierra dada por Dios a su pueblo: Palestina o Canaán (quecorresponde más o menos al Israel actual). Ésta es una angosta franja de tierra que tiene la forma de untrapecio (ver figura 1: Palestina en el Mundo), cuya base inferior mide unos 100 kms y la superior unos50; su altura es de unos 220 kms. (figura 2: Palestina físico A). El mediterráneo lo limita al oeste y elvalle del Jordán (una profunda hendidura o falla geológica) por el este.

Por su situación geográfica, Canaán constituía el puente entre Asia y África, la intersección delOcéano Indico y el Mediterráneo, y así la salida a Europa. No hay obstáculos naturales que impidan laentrada por el norte ni desde el sur, por consiguiente la planicie costera era, desde tiemposinmemorables, la ruta preferida de las caravanas de mercaderes. Fue atravesada a menudo por losejércitos extranjeros y se transformó en campo dé batalla de grandes imperios.

Para los efectos de esta presentación dividiremos el territorio palestinense en tres franjasimaginarias y paralelas: a) la costa, b) la montaña central, c) el valle del Jordán (fig. 3: Palestina FísicoB). Las presentaremos recorriéndolas de norte a sur.

a) La zona costera. La costa palestinense es suave y arenosa, formando en algunos lugares ampliasdunas. El único puerto natural es el formado al pie del Monte Carmelo 16 (de hecho, los únicos puertosque tuvieron los judíos fueron los de Jafa, que perteneció tradicionalmente a los filisteos, y Cesarea,que fue construido poco antes de Jesús). Esta realidad mantuvo a Israel siempre alejado del mar, quefue visto más como un peligro potencial que como un campo de trabajo.

b) La montaña central. Con este nombre se conoce la zona comprendida entre la llanura costera y elvalle del Jordán. Al recorrerla de norte a sur se puede distinguir en ella las siguientes secciones (figura4: Palestina en tiempos de Jesús):

- Galilea: Situada en el norte, es una zona de colinas suaves y fértiles, intensamente cultivadasy con mucha población. En la época de Jesús, Galilea concentraba la mayor cantidad de habitantes de

16 546 metros de altura.

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Israel, los que habitaban en pequeñas aldeas. Es el lugar en donde Jesús desempeña la mayor parte desu ministerio. Al sur de Galilea, y separándola de Samaria, se encuentra un fértil valle conocido comollanura del Esdrelón o Valle de Yisreel. Es la mejor zona agrícola de Palestina.

- Samaria. Constituye el corazón geográfico del país. Una territorio montañoso que se levantaal sur de Yizreel. En el sector norte, o “baja Samaria”, hay pequeños valles fértiles entre las montañas.

- Judea. Es una región de montañas más altas y secas. En el centro de esta zona se encuentra laciudad de Jerusalén. Hay un fuerte contraste entre el sector occidental (hacia el Mar Mediterráneo) yel sector oriental (hacia el Jordán). El primero tiene sectores más planos y recibe lluvias que permitenuna agricultura no despreciable. El segundo es abrupto y seco, hasta el punto de ser conocido como el“Desierto de Judá”.

c) El valle del Jordán (fig. 3: Palestina Físico B). El río Jordán tiene su origen en una serie de arroyosque nacen en las laderas del monte Hermón (2.814 mts) y que se reunen en el pantano Hulé, que seencuentra a 2 mts. sobre el nivel del mar. Saliendo de éste, el Jordán baja rápidamente hasta llegar allago de Genesaret (o lago-mar de Tiberíades, o mar de Galilea; 212 mts. bajo el nivel del mar). Estelago tiene 21 kms. de largo por 10,5 kms. de anchura máxima. Sus aguas son cristalinas y conabundante pesca (en ellas se desarrollan todas las escenas de pesca de los evangelios). En su sectoroccidental hay una amplia y fértil llanura que fue muy cultivada y habitada desde la antigüedad. Allí seubican muchos de los pequeños pueblos a los que hacen referencia los evangelios. El lado oriental esseco y árido, con laderas abruptamente cortadas; una región casi deshabitada.

Del sur del lago renace el río Jordán, bajando hasta llegar al Mar Muerto. Debido a losnumerosos meandros del río, se forma una tupida vegetación que contrasta con la sequedad del valle,rodeado de secas montañas.

El Jordán desemboca y termina en el Mar Muerto. Este es un lago que se encuentra a 392 mts.bajo el nivel del mar. Por lo mismo, carece de desagüe, manteniendo un alto nivel de evaporación. Estaespecial característica ha elevado tanto la salinidad de sus aguas que es imposible la vida en ellas; deahí proviene su nombre. Los sectores adyacentes a él lago son muy desérticos.

El territorio de Palestina no es muy grande. La superficie total está en torno a los 10.000 kms.cuadrados (nuestra Región Metropolitana tiene 15.349 kms. y la VII Región 30.302). Las distanciasson cortas, aunque los caminos no siempre son fáciles (de Jerusalén a Nazaret hay unos 140 kms.; máso menos la distancia de Chillán a Talca; unos 4 días de camino a pie).

La población de Palestina en esta época es difícil de calcular. Es probable que sea de 500.000como máximo. En Jerusalén viven de 20.000 a 50.000 personas. En la época de las grandesperegrinaciones -debido a las grandes fiestas judías- esa cifra puede subir a 180.000. Se trata de cifrasreducidas si se tiene en cuenta que en la misma época la ciudad de Antioquía tiene 500.000, la deAlejandría 600.000 y Roma un millón.

2.1.2. La agricultura

En cuanto a clima, el país presenta dos estaciones: un invierno bastante frío con lluvias desdeoctubre hasta abril, y un verano seco, con altas temperaturas y vientos calurosos. Mejora la situación el

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abundante rocío después de las noches frescas. El clima no es uniforme en todo el territorio, cambiasegún las zonas, hay microclimas. La costa es agradable, el valle del Jordán es húmedo y tropical; en laparte oriental los días son calurosos y las noches frías. Se da desde el fuerte calor tropical en veranohasta la nieve en algunos inviernos.

El relieve hace que el agua de lluvia corra rápidamente sin penetrar en la tierra, muy pobre enarcilla, que no puede conservarla. Por eso, son cruciales los sistemas de canales y los pozos.

El trigo y la cebada constituyen la base de la alimentación y se cultivan casi en todas partes,pero especialmente en Galilea. Los higos son también muy importantes. El olivo está muy extendidoen toda Palestina. De él se extrae el aceite para las lámparas y para la cocina. La viña crece en todo elpaís y es de buena calidad. Existe también abundancia de frutas y legumbres. Se trata de un país rico enárboles. La ganadería se reduce prácticamente a las ovejas y corderos.

Otros productos agrícolas importantes son: cebada, mijo, poroto, lenteja, arveja, lechuga,cebolla, pepino, zapallo. Como condimentos tenían mostaza, laurel, azafrán, canela, comino y vinagrepreparado por fermentación, y sal del Mar Muerto. Entre las frutas, la Biblia menciona: manzana, higo,melón, granada, almendra.

En la ganadería ocupó el primer lugar la cría de ovejas, luego la de las cabras y vacas. Ha sidoimportante la apicultura y también la avicultura. Para trabajar el campo, se usaba el asno, la mula y mástarde el caballo. Poseer camellos era señal de riqueza. La Biblia menciona el perro para vigilar la casa.

Entre los animales silvestres se mencionan: conejo, ciervo, lobo, zorro, oso, pantera, hiena,chacal, gamuza, jabalí y león. Las serpientes, los escorpiones y las langostas eran consideradosdañinos. La legislación alimentaria ritual excluye muchos animales, entre ellos todos los carnívoros, lasaves de rapiña, los moluscos, los insectos y reptiles.

2.1.3. La industria

En los talleres se fabricaban productos de madera, cobre, cuero, telas y ropas, y cerámica; variosalimentos como productos lácteos, carne y cerveza; conocían la orfebrería de oro y plata; fabricabanarmamentos. Había carpinteros y albañiles. Conocieron el oro y su valor en la vida privada, comercial einternacional así como gran variedad de piedras preciosas. Había minas de cobre, el que se elaboraba.

La ubicación geográfica del país hizo desarrollar el comercio internacional y también el comerciointerno

Basta todo lo dicho aquí para descartar una imagen muy frecuente entre nosotros: la de que laPalestina de Jesús era un territorio pobre y semi-desértico. En realidad, ella producía más que losuficiente para las necesidades de la población. Sin embargo, en Israel reinaba la pobreza. Las causasde esta paradoja aparecerán en los apartados siguientes.

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FIG. 1: PALESTINA EN EL MUNDO

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Fig.2: Palestina físico A

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Fig. 3: Palestina físico B

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Figura 4: Palestina político

(DOWLEY,T., “Atlas Bíblico Portavoz”, Portavoz (Kregel), Michigan, 1991)

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Fig. 6: Diagrama del Templo

Patio de los gentiles

Patio de las mujeres

Patio de Israel

Altar

Patio de los sacerdts.

Santo

Santo de los santos

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Fig. 7: El Templo de Jerusalén (maqueta)

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2.2. Las instituciones políticas

Entender la constitución y el modo de operar de la autoridad política en la Palestina de tiemposde Jesús no es fácil. En primer lugar, porque es necesario desprenderse por un momento de lamentalidad moderna, que distingue claramente los ámbitos político y religioso. En el siglo primero 17,estos campos no están diferenciados: las autoridades políticas son a la vez autoridades religiosas,así como los movimientos religiosos son también partidos políticos. En segundo lugar, el poder político(y el religioso) es compartido por varias autoridades. Durante el ministerio de Jesús, por ejemplo,gobernaba en Galilea el rey Herodes, en Judea y Samaría estaban el gobernador romano (en elministerio de Jesús “Poncio Pilatos”), y en Judea (además del gobernador) el Sanedrín, con el SumoSacerdote a la cabeza.

2.2.1. Antecedentes previos: el Judaísmo.

Para comprender bien cómo y por quienes estuvo gobernado el pueblo judío en la época deJesús hay que recoger los antecedentes de la dominación romana. Ésta se impuso después de la de otrosimperios (persa, helenístico, romano) en el período que denominamos anteriormente como“Judaísmo del segundo Templo”.

Recordemos que por tal entendemos la época que va de los años 538 a.C. al 135 d.C. Una vezque el pueblo retorna a su tierra ya no vuelve a recuperar su independencia política. La mayoría de losjudíos vive fuera de Palestina, y una minoría en Judea y Galilea, lo cual plantea con agudeza elproblema de no perder la propia identidad como pueblo. Para evitar la disolución, se propone comoelementos cohesionadores el Templo y la Ley.

Los romanos gobernarán Palestina entre el 63 a.C. y el 135 d.C. Mantendrán como monarcas“títeres” a los reyes judíos de la “dinastía herodiana”, que tendrán un escaso poder real pero que darána los judíos una sensación de cierta independencia.

2.2.2. Herodes el Grande (37 a.C.- 4 d.C.) y sus sucesores

Gobierna, como rey vasallo de los romanos, toda Palestina (en la figura 4, lo que está encolores verde, café y rosado).

La política de Herodes fue siempre de un gran oportunismo: sabiendo que no era losuficientemente poderoso para sacudirse el yugo romano y que no tenía arrastre popular como paraprescindir de su apoyo, intentó siempre complacer a Roma por encima de todo.

El afecto de Herodes por la civilización griega se tradujo en su gusto por las grandesconstrucciones, los juegos y los espectáculos. En el aspecto económico su reinado fue bastantepróspero.

El final de su vida estuvo ensombrecido por las disputas por su sucesión (ver figura 4: Palestinaen tiempos de Jesús). Después de varias sublevaciones de sus hijos (a los que ejecutó sin misericordia)dejó a Arquelao (4 a.C. - 6 d.C.) como rey de Judea y Samaria, y a Herodes Antipas (4 a.C. - 39

17 Y en toda la Antigüedad.

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d.C.) como rey de Galilea. Arquelao no duró mucho tiempo como gobernante: escandalizó a todosal casarse con una princesa capadocia, esposa anterior de Alejandro; además una legación de judíos ysamaritanos lo acusó ante Augusto de cruel y brutal. En el año 6 d.C. el emperador lo depuso y lodesterró a las Galias; Judea y Samaria quedan a cargo de un procurador romano.

2.2.3. Los procuradores

El procurador (o gobernador) era un funcionario que dependía del gobernador de la provinciade Siria, quien tenía la mayor parte de las tropas romanas (el procurador contaba con una especie depolicía). A pesar de lo anterior, era representante directo del emperador y reunía en sus manos lospoderes civiles, militares y judiciales. Sólo él tenía las facultades para condenar a alguien a la penade muerte.

La principal función del procurador era el cobro del impuesto, lo que iba en contra de las másimportantes convicciones del pueblo judío. Cuando el legado de la provincia de Siria organizó uncenso (Lc 2,1-2) a comienzos del siglo I, realizó con él un catastro de personas y propiedades envistas a la tributación. En el fondo, se estaba reconociendo a los judíos el uso y gestión de la tierrapero no el derecho de propiedad, que se consideraba perteneciente al Imperio. Y, precisamente, unade las más caras convicciones religiosas del pueblo judío era el que Yahveh les había dado la tierra enherencia, en cumplimiento de las promesas dadas a Abraham.

Pero no sólo el hecho del impuesto constituyó una afrenta sino que la cantidad y el modo delcobro produjo un empobrecimiento general. El cargo de jefe de cobradores de impuesto (o jefe de“publicanos”) era rematado en subasta pública y lo obtenían algunos judíos ricos. Éstos organizaban elcobro contratando funcionarios (los“publicanos”) con el apoyo de las tropas romanas. A estos jefes, elImperio les exigía una cantidad fija (su fortuna personal garantizaba el pago completo), pero a menudoellos cobraban más a un pueblo que con frecuencia no conocía con exactitud lo estipulado por la ley.Como consecuencia, los “publicanos”, eran considerados, a la vez, estafadores públicos y traidores ala patria. A ello se agregaba su carácter de “impuros”, ya que su contacto con extranjeros losinhabilitaba para el culto.

2.2.4. El Sanedrín

El Sanedrín era la corte suprema de Israel. Se trataba de un consejo que asesoraba al SumoSacerdote, jefe supremo de la nación, quien lo presidía. Como corte de justicia, juzgaba los delitoscontra la Ley, fijaba la interpretación de la misma y controlaba finalmente toda la vida religiosa.Asumía, por lo tanto, funciones ejecutivas y judiciales 18. De hecho contaba con una policía propia. Notenía atribuciones para condenar a muerte.

El Sanedrín funcionaba en el recinto del Templo y constaba de 71 miembros: los sumossacerdotes depuestos, los sacerdotes de rango superior (llamados en los evangelios con ciertaimprecisión “jefes de los sacerdotes” o sumos sacerdotes”), los senadores o ancianos y, cada vezmás, escribas. (Más adeltante se verá qué son cada uno de estos grupos).

En los pueblos existen “pequeños sanedrines”, que juzgan las causas y hacen en alguna

18 La Ley (o Torah), no sólo regula el ámbito religioso sino todos los aspectos de la vida, incluyendo el político.

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medida de autoridad religiosa y política. Están compuestos a menudo por sacerdotes y escribas.

2.3. Las instituciones religiosas

Por instituciones religiosas nos referimos al Templo ya a la Sinagoga. Es necesario recordar laconsideración con que comenzábamos el punto anterior: en esta época no se distinguen los ámbitosreligioso, político, social y económico: todo está vinculado. Por tanto se trata aquí de instituciones enque se dan todos estos aspectos.

2.3.1. El Templo

a) Qué es

El Templo (que ocupaba en esta época un quinto de la ciudad de Jerusalén) era el centro de lavida de Israel.

Físicamente, se trataba de un gigantesca construcción de unos 480 mts. de largo por unos 300 deancho (ver figura 6: Diagrama del Templo, y 7: Maqueta del Templo) compuesto de un muro que lorodea, de varios patios y de un edificio central techado en forma de cubo, de unos 50 metros de alto,ancho y largo (su altura equivale a un edificio de 15 pisos). Su patio más externo se llamaba “atrio delos gentiles”: allí estaban instalados los comerciantes, que vendían bueyes, corderos, palomas, aceite yharina, necesarios para el culto. También estaban los cambistas, que proporcionaban la moneda delTemplo, ya que al interior del recinto no se podía usar la divisa romana. Atravesando un muro se podíaacceder al “patio de las mujeres”; más adentro (también amurallado) estaba el patio de Israel y luego elde los sacerdotes, en cuyo centro estaba el altar de los sacrificios. Frente a este último patio estaba el“Santo”, el edificio central en forma de un perfecto cubo, del que hemos hablado. En el interior, existíauna sala separada por una cortina; la parte que estaba junto a la entrada contenía el altar de losperfumes, la mesa de los panes de la proposición o de la ofrenda, y el candelabro de los siete brazos.Cruzando la cortina estaba el “Santo de los santos”, el lugar más sagrado del Templo, que antescontenía el “Arca de la Alianza” (extraviada durante el Exilio), y que ahora estaba vacío.

b) El culto

El culto que tenía lugar en el Templo consistía en quemar animales enteros (holocaustos) o almenos sólo sus vísceras y su grasa (sacrificios por el pecado y sacrificios de comunión) como unaforma de hacerlos pasar del ámbito humano al divino. Lo único que nunca se quemaba era la piel, quese convertía en propiedad de los sacerdotes. Todos los días se inmolaban dos corderos como “sacrificioperpetuo”: uno en la mañana y otro por la tarde. En el resto de la jornada se sucedían los sacrificiosprivados.

El israelita que quería ofrecer un sacrificio empezaba comprando, en el “patio de los gentiles”,el animal o los animales que deseaba ofrecer, así como la harina y el aceite necesarios para la ofrenda.Luego cruzaba el “patio de las mujeres” y llegaba al “patio de Israel”. Se presentaba a un sacerdote,reconocible por su vestidura especial (traje de lino blanco). Éste le llevaba entonces a través del patiode los sacerdotes (que se podía atravesar en esas circunstancias), hasta el pie del altar. El pontífice(probablemente con ayuda del oferente) degollaba a la víctima, lo despojaba de su piel, despedazaba yutilizaba cada uno de los trozos según las prescripciones de la Ley. Estos ritos iban acompañados de

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plegarias y bendiciones que no conocemos. Una mujer o un no-judío (esto es, un “gentil) podíantambién ofrecer sacrificios, pero les estaba prohibida la entrada en los patios interiores, en cuyo caso laofrenda la realizaba a solas el sacerdote.

c) Los “círculos de santidad”

Hemos hablado hasta ahora de patios y sitios que establecen límites muy precisos. Estasdelimitaciones se basan, más profundamente, en la concepción judía de la santidad. En términossimples, se puede decir que, para Israel, sólo Dios es el “Santo”, esto es, el puro, el separado, elperfecto; por naturaleza, el hombre y la creación en general son lo “profano”, esto es, lo impuro, lovulgar, lo imperfecto. Por simple proximidad o contacto, cada uno es capaz de comunicar una parte delo que es; por eso, el hombre puede comunicar su impureza a su semejante, pero no su santidad. Dios,al contrario, comunica su santidad a todo lo que se le acerca, una santidad cada vez más difusa y másdébil a medida que uno se aleja de Él. Podría representarse esto bajo la forma de unos círculosconcéntricos.

En el centro está el lugar sagrado por excelencia, el Santo de los santos; viene luego el Santo, endonde pueden penetrar sólo los sacerdotes; después el patio de los sacerdotes, en el que sólo puedenentrar éstos (y el varón adulto que va a ofrecer un sacrificio, mientras éste dure). Al patio de Israel sólolos sacerdotes y los varones adultos; al de las mujeres, los nombrados anteriormente más las mujeres ylos niños. Por último, está el patio de los gentiles en donde pueden ingresar todos los anteriores y lospaganos. Quebrantar los límites debidos implica romper el equilibrio querido por Dios, lo que se catigaseveramente. Como puede verse, se está considerando más “santas” a ciertas condiciones por sobreotras: es más “puro” el hombre que la mujer, el judío que el gentil, el adulto que el niño, el sano que elenfermo. Por ello, es muy justo decir que el Templo, junto con ser la institución que cohesionaba aIsrael, era también una permanente fuente de exclusión y discriminación.

d) Variedad de funciones

Finalmente, no es posible hablar del Templo sin hacer presente la variedad de funciones queéste cumplía al interior de la vida de Israel. Era, a la vez, banco y mercado, sede de la autoridadpolítica y centro de la vida religiosa. Lo primero, porque era la principal fuente de ingresos del país;provenientes de donaciones, del comercio de lo que quedaba de las víctimas, de los impuestos (existíaun impuesto especial a favor del Templo), del aporte de votos (mandas) y promesas, de la gestión desus bienes inmobiliarios, etc. El tesoro del Templo se empleaba parcialmente para los gastos demantenimiento de la ciudad, así como en diversas operaciones financieras. Era el principal consumidorde productos del país. Estaba vinculado también a la toma de decisiones políticas, ya que en su interiorfuncionaba el Sanedrín, con el Sumo Sacerdote a la cabeza.

2.3.2. La Sinagoga

Eran “casas de oración” situadas en cada pueblo judío (o ciudad del Imperio en donde hubieraun número importante de ellos). En ellas todos los sábados se leía la Palabra de Dios (el Pentateuco ylos Profetas), se rezaban algunas oraciones y se realizaba un comentario bíblico. En principio cualquierjudío adulto podía efectuar esto último; sin embargo, pocos se atrevían a hacerlo. En la práctica, esterol lo asumen los escribas (que veremos más adelante).j8uñ{-

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2.4. La sociedad judía

Nos centraremos sobre todo en los principales oficios y clases sociales.

2.4.1. Los sacerdotes

Debido a la centralidad del Templo, los sacerdotes eran consideraros la nobleza por excelenciaen Israel. Su oficio consistía en realizar los sacrificios, lo que los convertía en verdaderos “carniceros”(ver arriba lo dicho sobre el culto del Templo). Provenían de la antigua tribu de Leví, y por tantoexistían “familias sacerdotales”. Se llega a ser sacerdote en forma hereditaria, por transmisión depadre a hijo. Para tener una idea de su condición económica es muy importante distinguir entre “sumossacerdotes” y sacerdotes de rango común.

a) El “sumo sacerdote”.

Cuando aparece en singular (el “sumo sacerdote”) se trata del principal líder de la sociedadjudía. Al regreso del exilio, como ya no hay rey, se convierte en la primera autoridad. Era elresponsable de la Ley y del Templo; presidía oficialmente el Sanedrín.

Por sus funciones gozaba de una gran dignidad y a la vez de una situación económica muyconfortable. El Templo era para él una buena fuente de ingresos, que, a menudo, aumentaba medianteabusos, de ahí su impopularidad. Se mostraba demasiado sumiso al poder romano.

b) Los “sumos sacerdotes”

El término “sumos sacerdotes” o “jefes de los sacerdotes” en los evangelios es poco preciso. Aveces designa a los sumos sacerdotes retirados, otras veces a ciertos cargos de responsabilidad en elTemplo (repartidos cuidadosamente entre personas de la familia del sumo sacerdote); también designaa los pontífices de alto nivel que integran el Sanedrín. Su situación económica era muy buena.

c) Los sacerdotes de rango común

Eran unos 7.000 y se encargaban de ofrecer los sacrificos cotidianos o extraordinarios delTemplo. Sin embargo, no se necesitaba tanta gente para atender estas necesidades; por eso estabandividos en 24 clases o equipos, que iban sirviendo por turno en cada semana. Así, pues, cada sacerdoteejercía su sacerdocio en el Santuario cinco semanas al año. El tiempo restante no tenía nada que hacermás que hacer que sentarse de vez en cuando como consejero en el tribunal del pueblo en donderesidía, cuando había que juzgar un caso que requería la presencia de un pontífice. Debido a estasituación, el clero era en general pobre.

d) Los levitas

Originarios también de la tribu de Leví, eran empleados del Templo. Estaban divididos en dosgrupos: los levitas músicos, que animaban la liturgia con sus cantos y sus instrumentos musicales, y loslevitas porteros, que mantenían y limpiaban el Santuario, y controlaban el acceso a los diversos patios(realizando la función de una verdadera policía: la “guardia” que va a detener a Jesús en el huerto delos Olivos)

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2.4.2. Los ancianos

Nos referimos aquí a los que componen el Sanedrín. Son los jefes de las principales familiaslaicas de Israel. Se trata de grandes latifundistas y comerciantes. Están muy vinculados al Templo y alos sumos sacerdotes. Son saduceos (ver más adelante). Están también muy ligados al poder romano,que había sabido atraérselos entregándoles los cargos de consejeros y dándoles por tanto algún poder.Muchos de ellos son jefes de cobradores de impuesto.

2.4.3. La clase media

Es muy pequeña. Casi no tenemos datos de esta clase social de comerciantes, artesanos yfuncionarios. En Jerusalén, su prosperidad dependía del Templo. Los trabajos de los artesanos(panaderos, sastres, perfumistas, etc.) parece que estaban muy bien pagados. Algunos se especializabanen recuerdos para los peregrinos o en objetos de lujo, que solían venderse abundantemente durante lasfiestas. Estaban además los encargados de acoger y albergar a los peregrinos en posadas y casas decomida, y de proporcionarles transporte y venta de las cosas necesarias.

2.4.4. El pueblo

Un 90% de la población vive en la pobreza. La mitad de ella, problablemente, era lo que en elNT se conoce como "penes"; es decir, gente que subsiste a duras penas trabajando duro. Hay que incluiraquí a los pequeños propietarios de tierras, grupo duramente golpeado por la ocupación romana, debidoa los impuestos. Muchos quebraron y pasaron a formar parte del segundo grupo.

Los "ptojos" (ptojoi, en plural) son los que no pueden vivir de un trabajo, los marginales. Entreellos están los jornaleros, que eran campesinos que eran contratados día a día para trabajar en uncampo, por un denario, lo indispensable para alimentarse él y su familia. Si se enfermaban, caían en lamás absoluta miseria.

A este grupo se suman los mendigos, los esclavos, las prostitutas y los asaltantes de caminos.Jesús convive con ellos y a ellos se dirige con su Buena Noticia.

2.4.5. Los escribas (Rabinos, maestros de la Ley, legistas)

En el Judaísmo de esta época son muy importantes los escribas. Eran laicos estudiosos de laTorah. Es importante resaltar que la Torah contenía todo el saber de la época: era un compendio deenseñanza no sólo religiosa sino también política, social, pedagógica, científica, etc.; de manera que elmaestro era una especie de “sabio universal” muy apreciado a la hora de pedir un consejo.

Algunos pertenecían al grupo de los saduceos, pero la mayor parte eran fariseos. Ellosenseñaban en las sinagogas y en escuelas sinagogales, que había no sólo en Jerusalén sino también enla diáspora.

Estudiaban también "las tradiciones de los padres"(ley oral). A diferencia de los saduceos y

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esenios, los escribas fariseos daban importancia a los Profetas y los Escritos 19, aunque subordinadosal estudio de la Ley. La tarea principal era la comprensión del texto (peshat); es decir, el conocimientode la "letra" en que todos estaban de acuerdo. Luego venía la interpretación (midrash), en dondesurgían diferencias entre las distintas escuelas.

Los escribas tenían discípulos (el equivalente a la formación universitaria). La enseñanza erafundamentalmente oral. Los alumnos debían memorizar la enseñanza del maestro, para ello usabanprocedimientos mnemotécnicos (leer en voz alta canturreando, usar palabras-gancho para hilarenseñanzas diversas, como en Mc 9,42-50; etc.). Los estudiantes formaban una comunidad con elmaestro; el alumno que llegaba a dominar toda la enseñanza pasaba a su vez a ser maestro. Másadelante se requirió la edad de 40 años y una ordenación formal mediante imposición de manos. Sinembargo, en esta época esto no estaba normado; incluso había maestros que eran autodidactas.

Entre los escribas fariseos había varias tendencias, como se verá más adelante.

Los maestros gozaban de gran prestigio ante el pueblo por su sabiduría y estilo de vida. Muchosdebieron trabajar en otro oficio para cubrir sus necesidades. En general, pertenecían a la clase media.

2.5. Los grupos religioso-políticos

El Judaísmo se acomodaba bastante bien a las divergencias más o menos importantes de susmiembros con tal de que mantuvieran unas cuantas verdades esenciales y ciertas prácticas. Esto explicala multiplicidad de tendencias que existía en la época de Jesús (no bien reflejadas en los evangelios,que fueron compuestos después de la crisis del año 70 d.C., de la que sobrevivieron sólo los fariseos).

Como en la sociedad palestinense los ámbitos religioso, político y cultural, están profundamenteentrelazados, estamos entonces ante grupos que son una mezcla de lo que hoy serían movimientosreligiosos y partidos políticos.

2.5.1. Los saduceos

Los saduceos eran un grupo estrechamente ligado a los sumos sacerdotes del Templo (y a losancianos). Se trataba de gente de fortuna, que llevaba una vida de lujos.

Aceptaban como Palabra de Dios sólo el Pentateuco, sospechaban de los profetas y prescindíande los otros “escritos”. Por lo mismo, rechazaban las “nuevas doctrinas” bíblicas, como la de la esperadel Mesías y la resurrección de los muertos.

Del Pentateuco tomaban la antigua “doctrina de la retribución”, esto es, la de que Diosrecompensa en esta vida con salud, bienes, numerosos hijos, larga vida, etc. a los que son fieles a laAlianza; y, por el contrario, con enfermedad, pobreza, infertilidad, etc. a los que no lo son. Estadoctrina servía a los saduceos para justificar su estilo de vida considerándolo un claro signo de susantidad y bendición divina.

19 Nuestros libros poéticos y sapienciales.

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Los saduceos era muy estrictos en el cumplimiento de la Torah al interior del Templo, en lasnormas cultuales, pero bastante “laxos” en lo relativo a los demás ámbitos. Por eso, a menudo vivían deforma muy parecida a las autoridades romanas.

Como la riqueza y el poder de este grupo está bastante ligado al Templo, los saduceosrechazaron todo lo que pudiera ponerlo en peligro (y lo que amenazara, por lo tanto, su alianzacon los romanos). Su mayor temor era la espera mesiánica y las posibles sublevaciones que ella podíaacarrear. Bajo esta luz son significativas las razones que tuvo el Sanedrín (controlado por los saduceos)para condenar a muerte a Jesús: “¿Qué hacemos? Este hombre (Jesús) está realizando muchossignos. Si dejamos que siga actuando así, toda la gente creerá en él; entonces, las autoridadesromanas tendrán que intervenir y destruirán nuestro Templo y nuestra nación” (Jn 11,47b-48).

2.5.2. Los esenios y “qumranitas”

Su conocimiento se debe en gran parte al descubrimiento de los “manuscritos del MarMuerto” a partir de 1947. Pero antes, sabíamos de su existencia por el historiador judío Flavio Josefo20.

Flavio Josefo nos presenta a los esenios con los siguientes rasgos:

- viven en comunidades en donde se practica la fraternidad y la propiedad común de todos losbienes;

- la mayoría renuncia al matrimonio acogiendo la vida célibe;- habitan en diversas ciudades;- envían ofrendas al Templo, pero no hacen sacrificios en él;- algunos de sus miembros son sacerdotes- son muy aficionados a los baños como rito de purificación;- siguen rigurosamente la Torah y creen en los profetas;- creen en la inmortalidad del alma, los ángeles y el juicio final.

Aunque los manuscritos de Qumrán no son claros al respecto, pareciera que un grupo al interiordel movimiento esenio rompió con él por cuestiones relativas al calendario litúrgico y a laspurificaciones, y se retiró a vivir en el desierto de Judá, a orillas del Mar Muerto, a la espera delMesías. A esta secta (que llamaremos, para mayor claridad, “qumranitas”) pertenecen los textosencontrados en ese lugar 21.

En los esenios y qumranitas tuvo amplia acogida esa forma tan peculiar de ver las cosas que hoyllamamos “apocalíptica”22. Se trata de un género literario y de una corriente de pensamiento.

El género literario se caracteriza, sobre todo, por una visión sobre lo que hay en el cielo

20 Josefo, Bell, libro 2°, cap. 7(CLIE 1990, tomo 1, pp. 217-224. Josefo, Ant, libro 18, cap. 1°, n° 5 (CLIE 1998, tomo III,pp.227-228). Los textos pueden leerse en García Martínez, 1993, Textos de Qumrán, Trotta, Madrid.

21 Es la hipótesis de Florentino García Martínez, el principal estudioso de Qumrán de habla hispana. Es recomendablepara una visión más exacta y extensa leer el n°19 de la revista “Reseña Bíblica” (Ed. Verbo Divino, 1998) dedicadoenteramente al tema. Particularmente interesante es el artículo de García Martínez 1998. Para leer directamente lostextos se puede recurrir a García Martínez 1993.

22 Presente también, aunque en menor grado, en los fariseos y zelotas.

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recibida por un vidente. Mediante una complicada simbología la visión presenta un pronóstico de loque va a pasar en la historia, especialmente de su final. La historia aparece dividida en períodos y elfinal implica un término catastrófico del mundo y la llegada de Dios con poder. El vidente suele ser unpersonaje importante del pasado, que escribe el libro. Es muy frecuente que este personaje tenga viajescelestes a regiones remotas.

Lo central del pensamiento apocalíptico es la creencia en un mundo futuro o reino de Diossustituye a nuestro mundo, demasiado afectado por el mal y por lo tanto incapaz de ser transformado.La apocalíptica cree en la resurrección de los muertos y en el juicio final, con su correspondientecastigo a los injustos y recompensa a los justos. Este mundo nuevo se describe a menudo como unparaíso en que Dios (y/o el Mesías) habitará con los hombres.

Casi toda la apocalíptica fue dejada fuera de la Biblia por los judíos que definieron el canon. Sinembargo, nos dejaron Dn 7 - 12, que es un excelente ejemplo del género. Particularmente importante esel cap. 7 en donde aparece la misteriosa figura del Hijo del Hombre.

Los qumranitas se consideraban el ejército sagrado de Dios, que habría de combatir en la tierray aniquilar a todos los impíos cuando Yahveh diera la señal. En aquel momento, los ángeles del cielocombatirían también contra los demonios en una batalla que aseguraría la victoria definitiva de Dios,la destrucción de todos los impíos y el triunfo de los santos. Ellos querían estar siempre ritualmentedispuestos para esta guerra santa, pero, a diferencia de los zelotes, no buscaban comprometersemientras el Señor no diera la señal.

¿Qué impacto tuvieron sobre la sociedad judía del siglo I? ¿Qué relación tuvieron con Jesúsy los cristianos? Lo ignoramos totalmente, con excepción de que en la guerra del 66 al 70 estuvieroncon los zelotes (¿había llegado el “signo” de Dios?), y que desaparecieron en ella.

2.5.3. Los fariseos

Se trata del grupo más numeroso, mejor cohesionado y de mayor prestigio en Israel. SegúnFlavio Josefo eran unos 6000.

Su origen parece remontarse a la rebelión macabea. Pertenecían a los "jasidim" ("entusiastas dela Torah), que al principio apoyaron la rebelión macabea, pero que luego se apartaron de ella cuandouno de los hermanos macabeos, Jonatán, asumió el sumo sacerdocio de forma ilegítima.

Constituyeron un movimiento de laicos muy familiarizados con las tradiciones y costumbres deIsrael. Muchos de ellos ejercían tareas de carácter administrativo o burocrático sobre todo enJerusalén: probablemente se ganaban la vida como escribas, educadores, jueces u oficialessubordinados a las clases gobernantes. Desconocemos casi todo sobre su organización interna. Sesentían unidos por un conjunto de creencias y prácticas que los identificaba ante el pueblo. Noconstituyen, sin embargo, un bloque homogéneo. Hay entre ellos desacuerdos y diferentes puntos devista. 23

No se sabe con claridad el origen del nombre "fariseo" y tampoco si ellos se autodenominaban

23 Pagola 2013, 346.

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de ese modo. Una posibilidad es que la palabra original sea "perushim", que significa "separados", yque corresponda a la preocupación excesiva que tenía el grupo por las normas de pureza, que lo llevabaa apartarse de su medio ambiente para evitar contaminarse.

Según Josefo eran mucho más estrictos que los demás judíos en el cumplimiento de la Ley y lascostumbres de los antepasados.

En lo ideológico, los fariseos propugnan un cumplimiento lo más riguroso posible de la Ley,tanto de sus mandatos morales como rituales. A la Torah escrita se fue sumando la tradición oral, quese fue ampliando con las interpretaciones que hacían los rabinos, que no sólo buscaban aclarar lostextos oscuros, sino también actualizar prescripciones obsoletas y precisar más el modo de cumplir losmandatos cuando éstos dejaban vacíos. De lo que se trataba era de cumplir la voluntad de Dios entodos los aspectos de la vida, para lo cual era necesario tener la absoluta certeza de cuál era esavoluntad. Los fariseos llevaron a la vida cotidiana muchas de las normas cultuales y de pureza quepertenecían al culto del Templo. Emprendieron una gran labor misionera para lograr que todos losjudíos vivieran de acuerdo a la Ley.

Flavio Josefo no nos dice nada sobre el mesianismo y la escatología de los fariseos, pero, porlos Salmos de Salomón (un libro apócrifo posterior al 63 d.C.que proviene de los círculos fariseos) ylos evangelios podemos inferir que creían en el Mesías.

Según parece, los fariseos esperaban con confianza y en un breve plazo, la llegada del Mesíasque instauraría una era de paz y prosperidad terrena, que acarrearía el regreso de los judíos dispersos ala Tierra Santa, pondría fin a la dominación extranjera y exterminaría a los impíos,

Más adelante vendría el fin de nuestro mundo y el advenimiento del mundo nuevo con elreinado de Dios. Allí se daría la resurrección de los muertos y el juicio final con el consiguientepremio y castigo a los justos e injustos respectivamente. Sobre qué sucedía con las almas de losmuertos que esperaban ese día de Yahveh (el llamado "tiempo intermedio") había entre ellos pareceresmuy diversos.

El fariseísmo en tiempos de Jesús fue un movimiento amplio en el que coexistían personas conuna genuina fe en Dios y de gran hondura religiosa con otras que llevaban a cabo un cumplimiento dela Ley puramente exterior. Es una lástima que, influidos por la crítica que hace de ellos Jesús, y sobretodo la Iglesia Primitiva después del 70 (contenida por ejemplo en Mt 23), nos haya quedado de ellosuna imagen demasiado negativa (que a veces bordea lo caricaturezco). Dicha exageración hace muydifícil la comprensión en profundidad de la postura de Jesús ante ellos.

2.5.4. Los samaritanos

No son, propiamente hablando, una secta judía sino una nación diferente ubicada en la regiónde Samaria; sin embargo, su estrecha relación con el Judaísmo (así como su pugna con él) obliga areferirse a ellos aquí.

Parece ser que su origen se encuentra en el término del Reino del Norte debido a la invasiónasiria (año 721 a.C.). Los asirios deportaron a una parte de los habitantes y establecieron en aquellastierras colonos mesopotámicos. Éstos habrían fundado, con la ayuda de un sacerdote local, un culto

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basado en la Torah, pero distinto al judío.

Los samaritanos aceptaban el Pentateuco, pero rechazan todos los demás libros. Se negaron areconocer a Jerusalén como la ciudad santa de Israel y su Templo como sitio de la presencia de Yahveh.El único lugar de culto que consideraron legítimo era el monte Garizím, que se eleva sobre laciudad de Siquém.

También los samaritanos esperan un mesías; sin embargo, no se trata de un descendiente deDavid sino de una especie de nuevo Moisés (el “profeta” de Dt 18,15, que vendría poner todo en ordenal final de los tiempos).

Estas diferencias hacen que haya una profunda enemistad con los judíos, a quienes hostilizancuando pasan por su región. Para éstos últimos, los samaritanos son verdaderos “herejes”.

2.6. Vida cotidiana en Galilea 24

2.6.1. Una sociedad agraria

Galilea era una región verde y fértil, diferente de la austera pero serena montaña de Samaría, ymás todavía del áspero y escabroso territorio de Judea. Desperdigados por toda la zona, numerosasaldeas y pueblos agrícolas 25. En la región montañosa se encontraba Nazaret, y un poco más al norte,en medio de un valle encantador, Séforis, capital de Galilea durante la infancia de Jesús. La región dellago era una comarca muy rica y poblada, en tomo a un lago de agua dulce y rico en pesca. Tresimportantes ciudades se asomaban a sus orillas: Cafarnaún, Magdala y Tiberíades. A pesar de seruno de los países más poblados de la zona, la población de Galilea en tiempos de Antipas no superabaseguramente los 150.000 habitantes.

La Galilea de Jesús era envidiable 26. Su clima suave, los vientos húmedos del mar, quepenetraban con facilidad hasta el interior, y la fertilidad de la tierra hacían de Galilea un paísexuberante. Por lo que podemos saber, en los valles de Yizreel y Bet Netofá se cultivaba trigo decalidad y también cebada, que, por su sabor amargo y difícil digestión, era el pan de los más pobres. Seveían viñedos un poco por todas partes; incluso en las laderas poco escarpadas. Galilea producía unvino excelente. El olivo era un árbol apreciado y abundante. Las higueras, granados y árboles frutalescrecían más bien en las cercanías de las aldeas o en medio de las viñas. En terrenos más húmedos ysombreados se cultivaban verduras y hortalizas.

Galilea era una sociedad agraria. Los contemporáneos de Jesús vivían del campo, como todoslos pueblos del siglo I integrados en el Imperio. Según Josefo, “toda la región de Galilea está dedicadaal cultivo, y no hay parte alguna de su suelo que esté sin aprovechar” 27. Prácticamente toda lapoblación vive trabajando la tierra, excepto la élite de las ciudades, que se ocupa de tareas de gobierno,administración, recaudación de impuestos o vigilancia militar 28. Es un trabajo duro, pues sólo se puede

24 Pagola 2013, 29-36.50-67.25 Flavio Josefo habla de 204 pueblos en Galilea. Las excavaciones llevadas a cabo recientemente en diversas áreas del

territorio hacen pensar que no es una cifra exagerada.26 Se piensa que el verdor de la Galilea que conoció Jesús era superior al actual.27 La guerra judía III, 43.28 Estudios comparativos llevan a la conclusión de que, en tiempos de Jesús, la población que trabajaba en los campos de

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contar con la ayuda de algunos bueyes, burros o camellos. Los campesinos de las aldeas consumen susfuerzas arando, vendimiando o segando las mieses con la hoz 29.

En la región del lago, donde tanto se movió Jesús, la pesca tenía gran importancia. Las familiasde Cafarnaún, Magdala o Betsaida vivían del lago. Las artes de pesca eran rudimentarias: se pescabacon distintos tipos de redes, trampas o tridentes. Bastantes utilizaban barcas; los más pobres pescabandesde la orilla. De ordinario, los pescadores no vivían una vida más cómoda que los campesinos de lasaldeas. Su trabajo estaba controlado por los recaudadores de Herodes Antipas, que imponían tasas porderechos de pesca y utilización de los embarcaderos 30.

Galilea representaba el 80-90%, mientras el 5-7% podía pertenecer a la élite.29 Jesús vive en medio de estos campesinos galileos. Muchas de sus parábolas parecen tener como escenario las tierras del

valle de Bet Netofá, al norte de Nazaret y Séforis, no lejos del lago de Galilea.30 Jesús se integró bien en este mundo de pescadores que no era el suyo.

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En contra de lo que se ha podido pensar hasta hace poco, parece que ni el comercio con elexterior ni el comercio local tuvieron importancia en la Galilea que conoció Jesús. El transporteterrestre era difícil y costoso: sólo se podía «negociar» con pequeños objetos de lujo. Es cierto quedesde la Alta Galilea se exportaba aceite y otros productos a Tiro y a la costa fenicia, pero estaactividad nunca fue intensa. Por otra parte, la cerámica de barro de Kefar Hananía y las vasijas deShikhim, que se encuentran por toda Galilea, no significan una producción destinada al negociocomercial. Sencillamente se iba produciendo lo necesario para atender las peticiones de las aldeas.

En una sociedad agraria, la propiedad de la tierra es de importancia vital. ¿Quién controlabalas tierras de Galilea? En principio, los romanos consideraban los territorios conquistados como bienespertenecientes a Roma; por eso exigían el correspondiente tributo a quienes los trabajaban. En elcaso de Galilea, gobernada directamente por un tetrarca-vasallo, la distribución de las tierras eracompleja y desigual.

Probablemente, Antipas heredó grandes extensiones de tierras fértiles que su padre, Herodesel Grande, poseía en el valle de Yizreel, al sur de las montañas de Nazaret. Tenía también propiedadesen los alrededores de Tiberíades; ello le dio facilidades para construir la nueva capital y colonizarlacon gentes del entorno. Además de controlar sus propias posesiones, los soberanos podían asignartierras a miembros de su familia, funcionarios de la corte o militares veteranos. Estos grandesterratenientes vivían de ordinario en las ciudades, por lo que arrendaban sus tierras a loscampesinos del lugar y las vigilaban por medio de administradores que actuaban en su nombre. Loscontratos eran casi siempre muy exigentes para los campesinos. El propietario exigía la mitad de laproducción o una parte importante, que variaba según los resultados de la cosecha; otras vecesproporcionaba el grano y lo necesario para trabajar el campo, exigiendo fuertes sumas por todo ello.Los conflictos con el administrador o los propietarios eran frecuentes, sobre todo cuando la cosechahabía sido pobre. Hay indicios de que, en tiempos de Jesús, estos grandes propietarios fueronhaciéndose con nuevas tierras de familias endeudadas, llegando a controlar buena parte de la BajaGalilea.

Había, claro está, muchos campesinos que trabajaban tierras de su propiedad, ayudados portoda su familia; por lo general eran terrenos modestos situados no lejos de las aldeas. Había tambiénbastantes que eran simples jornaleros que, por una razón u otra, se habían quedado sin tierras. Estos semovían por las aldeas buscando trabajo sobre todo en la época de la cosecha o la vendimia; recibían susalario casi siempre al atardecer de la jornada; constituían una buena parte de la población y muchos deellos vivían entre el trabajo ocasional y la mendicidad. Jesús conocía bien este mundo. En una de susparábolas habla de un terrateniente que «arrendó su viña a unos labradores» y de los conflictos quetuvo con ellos al negarse a entregar la parte convenida de la cosecha 31. En otra recuerda a unos«jornaleros» sentados en la plaza de una aldea, en la época de la vendimia, esperando a ser contratadospor algún propietario. Sin duda los veía cuando iba recorriendo las aldeas de la Baja Galilea 32.

Uno de los rasgos más característicos de las sociedades agrícolas del Imperio romano era laenorme desigualdad de recursos que existía entre la gran mayoría de la población campesina y lapequeña élite que vivía en las ciudades. Esto mismo sucedía en Galilea. Son los campesinos de lasaldeas los que sostienen la economía del país; ellos trabajan la tierra y producen lo necesario para31 Marcos 12,1-9.32 Mateo 20,1-16.

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mantener a la minoría dirigente. En las ciudades no se produce; las élites necesitan del trabajo de loscampesinos. Por eso se utilizan diversos mecanismos para controlar lo que se produce en el campo yobtener de los campesinos el máximo beneficio posible. Éste es el objetivo de los tributos, tasas,impuestos y diezmos. Desde el poder, esta política de extracción y tributación se legitima como unaobligación de los campesinos hacia la élite, que defiende el país, protege sus tierras y lleva a cabodiversos servicios de administración. En realidad, esta organización económica no promovía el biencomún del país, sino que favorecía el bienestar creciente de las élites.

El primero en exigir el pago del tributo era Roma: el tributum soli (tributo del suelo),correspondiente a las tierras cultivadas, y el tributum capitis (tributo por persona), que debía pagar cadauno de los miembros adultos de la casa 33. Se pagaba en especie o en moneda: a los administradores lesagradaba recibir el tributo en grano para evitar las crisis de alimentos que se producían con frecuenciaen Roma. Los tributos servían para alimentar a las legiones que vigilaban cada provincia, para construircalzadas, puentes o edificios públicos y, sobre todo, para el mantenimiento de las clases gobernantes.Negarse a pagarlos era considerado por Roma como una rebelión contra el Imperio, y eran los reyesvasallos los responsables de organizar la recaudación. No es posible saber a cuánto podía ascender. Seestima que, en tiempos de Antipas, podía representar el 12% o 13% de la producción. Sabemos que,según el historiador romano Tácito, significaba una carga muy pesada para los campesinos.

También Antipas, como su padre, tenía su propio sistema de impuestos. De ordinario secontrataba a recaudadores que, después de pagar al soberano una determinada cantidad, se aplicaban aextraer de las gentes el máximo beneficio 34. Las tasas debieron de ser fuertes. Sólo así pudo llevaradelante Herodes el Grande su ambicioso programa de construcciones. Algo semejante sucedió entiempos de Jesús, cuando Antipas, en el corto período de veinte años, reconstruyó la ciudad deSéforis, incendiada por los romanos, y edificó enseguida la nueva capital Tiberíades. Loscampesinos de Galilea lo tuvieron que sentir en los impuestos.

No sabemos si terminaban aquí las cargas o también desde el templo de Jerusalén se lesexigían otras tasas sagradas. En el período asmoneo, antes de que Roma impusiera su Imperio, losgobernantes de Jerusalén extendieron a Galilea el tradicional y complicado sistema judío de diezmos yprimeros frutos. Se consideraba una obligación sagrada hacia Dios, presente en el templo, y cuyosrepresentantes y mediadores eran los sacerdotes. Al parecer, llegaba a representar hasta el 20% de lacosecha anual. Lo recogido en el campo, más el impuesto de medio shékel que todo judío adultodebía pagar cada año, servía en concreto para socorrer a sacerdotes y levitas que, conforme a loprescrito por la ley, no tenían tierras que cultivar y para costear los elevados gastos del funcionamientodel templo y para mantener a la aristocracia sacerdotal de Jerusalén. La recaudación se llevaba a caboen los mismos pueblos, y los productos se almacenaban en depósitos del templo para su distribución.Roma no suprimió este aparato administrativo y, bajo Herodes, se siguieron recaudando diezmos. No

33 Al parecer, el tributum soli consistía en pagar un cuarto de la producción cada dos años; por el tributum capitis, cadapersona pagaba un denario al año: los varones a partir de los catorce años y las mujeres desde los doce.

34 En los evangelios aparecen con frecuencia los «publicanos» (telonai) o «recaudadores de impuestos». Parece que hayque diferenciar, al menos, tres niveles: las grandes familias a las que Roma confiaba la recaudación de sus tributos;estas familias, que buscaban también su propio interés, tenían sus siervos, que llevaban a cabo el «trabajo sucio» de larecaudación en las aldeas del campo o en los embarcaderos del lago; los «jefes de publicanos» (architelonai), comoZaqueo, que contrataban con las clases dirigentes la recaudación de una determinada zona; por último, los«publicanos» (telonai), que son siervos e incluso esclavos que llevan a cabo directamente el antipático trabajo de larecaudación, al servicio de los grandes recaudadores y de los jefes de publicanos. Son estos, probablemente, quienes seacercan a Jesús.

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sabemos qué sucedió en Galilea cuando, gobernada por su hijo Antipas, se convirtió en una jurisdicciónseparada de Judea. Desconocemos qué medios podían utilizar los sacerdotes de Jerusalén parapresionar a los campesinos de Galilea 35.

La carga total era, probablemente, abrumadora. A muchas familias se les iba en tributos eimpuestos un tercio o la mitad de lo que producían. Era difícil sustraerse a los recaudadores. Ellosmismos se presentaban para llevarse los productos y almacenarlos en Séforis, principal ciudadadministrativa, o en Tiberíades. El problema de los campesinos era cómo guardar semilla suficientepara la siguiente siembra y cómo subsistir hasta la siguiente cosecha sin caer en la espiral delendeudamiento. Jesús conocía bien los apuros de estos campesinos que, tratando de sacar el máximorendimiento a sus modestas tierras, sembraban incluso en suelo pedregoso, entre cardos y hasta enzonas que la gente usaba como sendero 36.

El fantasma de la deuda era temido por todos. Los miembros del grupo familiar se ayudabanunos a otros para defenderse de las presiones y chantajes de los recaudadores, pero tarde o tempranobastantes caían en el endeudamiento. Jesús conoció Galilea atrapada por las deudas. La mayor amenazapara la inmensa mayoría era quedarse sin tierras ni recursos para sobrevivir. Cuando, forzada por lasdeudas, la familia perdía sus tierras, comenzaba para sus miembros la disgregación y ladegradación. Algunos se convertían en jornaleros e iniciaban una vida penosa en busca de trabajo enpropiedades ajenas. Había quienes se vendían como esclavos. Algunos vivían de la mendicidad yalgunas de la prostitución. No faltaba quien se unía a grupos de bandidos o salteadores en algunazona inhóspita del país.

Al parecer, Jesús conoció a lo largo de su vida el crecimiento de una desigualdad quefavorecía a la minoría privilegiada de Séforis y Tiberíades, y provocaba inseguridad, pobreza ydesintegración de bastantes familias campesinas. Creció el endeudamiento y la pérdida de tierras de losmás débiles. Los tribunales de las ciudades pocas veces apoyaban a los campesinos. Aumentó elnúmero de indigentes, jornaleros y prostitutas. Cada vez eran más los pobres y hambrientos que nopodían disfrutar de la tierra regalada por Dios a su pueblo.

2.6.2. La familia galilea

Algunos habitantes de Galilea vivían en cuevas excavadas en las laderas; la mayoría en casasbajas y primitivas, de paredes oscuras de adobe o piedra, con tejados confeccionados de ramaje seco yarcilla, y suelos de tierra apisonada. Bastantes tenían en su interior cavidades subterráneas paraalmacenar el agua o guardar el grano. Por lo general, sólo tenían una estancia en la que se alojaba ydormía toda la familia, incluso los animales. De ordinario, las casas daban a un patio que eracompartido por tres o cuatro familias del mismo clan, y donde se hacía buena parte de la vidadoméstica. Allí tenían en común el pequeño molino donde las mujeres molían el grano y el horno en elque cocían el pan. Allí se depositaban también los aperos de labranza. Este patio era el lugar másapreciado para los juegos de los más pequeños, y para el descanso y la tertulia de los mayores alatardecer.

En Israel, la familia lo era todo: lugar de nacimiento, escuela de vida y garantía de trabajo.35 Se discute si, en tiempos de Jesús, los galileos pagaban diezmos y tributos al templo. 36 Ver la Parábola del Sembrador (Marcos 4,3-8).

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Fuera de la familia, el individuo queda sin protección ni seguridad. Sólo en la familia encuentra suverdadera identidad. Esta familia no se reducía al pequeño hogar formado por los padres y sus hijos.Se extendía a todo el clan familiar, agrupado bajo una autoridad patriarcal y formado por todos losque se hallaban vinculados en algún grado por parentesco de sangre o por matrimonio. Dentro de esta«familia extensa» se establecían estrechos lazos de carácter social y religioso. Compartían los aperos olos molinos de aceite; se ayudaban mutuamente en las faenas del campo, sobre todo en los tiempos decosecha y de vendimia; se unían para proteger sus tierras o defender el honor familiar; negociaban losnuevos matrimonios asegurando los bienes de la familia y su reputación. Con frecuencia, las aldeas seiban formando a partir de estos grupos familiares unidos por parentesco.

Había dos aspectos, al menos, en estas familias que Jesús criticaría un día. En primer lugar,la autoridad patriarcal 37, que lo dominaba todo; la autoridad del padre era absoluta; todos le debíanobediencia y lealtad. Él negociaba los matrimonios y decidía el destino de las hijas. Él organizaba eltrabajo y definía los derechos y deberes. Todos le estaban sometidos. Jesús hablará más tarde de unasrelaciones más fraternas donde el dominio sobre los demás ha de ser sustituido por el mutuo servicio.Una fuente atribuye a Jesús estas palabras: «No llamen ustedes a nadie "padre" suyo en la tierra, porqueuno solo es su Padre: el del cielo» 38.

Tampoco la situación de la mujer era la que Jesús defendería más tarde. La mujer era apreciadasobre todo por su fecundidad y su trabajo en el hogar. Sobre ella recaían la crianza de los hijospequeños, el vestido, la preparación de la comida y demás tareas domésticas. Apenas tomaba parte enla vida social de la aldea. Su sitio era el hogar. No tenía contacto con los varones fuera de su grupo deparentesco. No se sentaba a la mesa en los banquetes en que había invitados. Las mujeres seacompañaban y se apoyaban mutuamente en su propio mundo. En realidad, la mujer siemprepertenecía a alguien. La joven pasaba del control de su padre al de su esposo. Su padre la podíavender como esclava para responder de las deudas, no así al hijo, que estaba llamado a asegurar lacontinuidad de la familia. Su esposo la podía repudiar abandonándola a su suerte. Era especialmentetrágica la situación de las mujeres repudiadas y las viudas, que se quedaban sin honor, sin bienes y sinprotección, al menos hasta que encontraran un varón que se hiciera cargo de ellas.

En estas aldeas de Galilea, los niños eran los miembros más débiles y vulnerables, los primerosen sufrir las consecuencias del hambre, la desnutrición y la enfermedad. La mortalidad infantil era muygrande 39. Por otra parte, pocos llegaban a la edad juvenil sin haber perdido a su padre o a su madre.Los niños eran sin duda apreciados y queridos, también los huérfanos, pero su vida era especialmentedura y difícil. A los ocho años, los niños varones eran introducidos sin apenas preparación en el mundoautoritario de los hombres, donde se les enseñaba a afirmar su masculinidad cultivando el valor, laagresión sexual y la sagacidad.

Las familias hacían todo lo posible para alimentarse de los productos de sus tierras sin tenerque depender de otros. La alimentación de los campesinos era escasa. Constaba principalmente de pan,aceitunas y vino; tomaban porotos o lentejas acompañadas de alguna verdura; no venía mal completarla dieta con higos, queso o yogur. En alguna ocasión se comía pescado salado y la carne estaba

37 El patriarca equivalía a nuestro abuelo.38 Mateo 23,9. Aunque estas palabras están elaboradas en la comunidad cristiana para alertar de una peligrosa

jerarquización emergente, son eco del pensamiento auténtico de Jesús. 39 Se estima que la mortalidad infantil alcanzaba hasta el 30%. Ciertamente, un 60% había muerto antes de los dieciséis

años. Eran frecuentes en Galilea la malaria y la tuberculosis.

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reservada sólo para las grandes celebraciones y la peregrinación a Jerusalén. La esperanza de vida sesituaba más o menos en los treinta años. Eran pocos los que llegaban a los cincuenta o los sesenta 40.

Dos eran las grandes preocupaciones de estos campesinos: la subsistencia y el honor. Loprimero era subsistir después de pagar todos los tributos y recaudaciones, sin caer en la espiral de lasdeudas y chantajes. El verdadero problema era tener con qué alimentar a la familia y a los animales, y,al mismo tiempo, guardar semilla para la siguiente siembra. En Nazaret apenas circulaba el dinero. Másbien se intercambiaban productos o se pagaba con una ayuda temporal en el campo, prestandoanimales para trabajar la tierra u otros servicios parecidos. Si exceptuamos a algunos artesanos de laconstrucción y algún alfarero o curtidor, todos los vecinos de estas aldeas de Galilea se dedicaban altrabajo del campo, siguiendo el ritmo de las estaciones. Según la Mishná 41, entre los judíos el trabajoestaba distribuido y organizado: la mujer trabaja dentro de la casa preparando la comida y limpiando oreparando la ropa; el hombre trabaja fuera del hogar, en las diferentes faenas del campo.Probablemente no era así en estas pequeñas aldeas. En tiempos de cosecha, por ejemplo, toda lafamilia trabajaba en la recolección, incluso mujeres y niños. Por otra parte, las mujeres salían para traerel agua o la leña, y no era raro ver a los hombres tejiendo o reparando el calzado.

Junto a la subsistencia preocupa el honor de la familia. La reputación lo era todo. El ideal eramantener el honor y la posición del grupo familiar, sin usurpar nada a los demás y sin permitir queotros la dañaran. Todo el clan permanecía vigilante para que nada pudiera poner en entredicho el honorfamiliar. Sobre todo se vigilaba de cerca a las mujeres, pues podían poner en peligro el buen nombrede la familia. Y esto por razones diversas: por no dar hijos varones al grupo familiar; por mantener unarelación sexual con alguien sin el consentimiento del grupo; por divulgar secretos de la familia o poractuar de forma vergonzosa para todos. A las mujeres se les inculcaba castidad, silencio y obediencia.Estas eran probablemente las principales virtudes de una mujer en Nazaret.

2.6.3. La religión en Galilea

Galilea no era Judea. La ciudad santa de Jerusalén quedaba lejos. La vida religiosa no girabaen torno al templo y a sus sacrificios. A Nazaret no llegaban los grandes maestros de la ley. Eran losmismos vecinos quienes se ocupaban de alimentar su fe en el seno del hogar y en las reunionesreligiosas de los sábados. Una fe de carácter bastante conservador y elemental, probablemente pocosujeta a tradiciones más complicadas, pero hondamente arraigada en sus corazones. ¿Qué los podíaconfortar en su dura vida de campesinos si no era la fe en su Dios?

Los vecinos de Galilea, como todos los judíos de su tiempo, confesaban mediante la oracióndos veces al día su fe en un solo Dios, creador del mundo y salvador de Israel. (El "Shemá Israel":Deut6,4-9). En un hogar judío era lo primero que se hacía por la mañana y lo último por la noche.

Tenían conciencia de pertenecer a un pueblo muy querido por Dios. Todas las nacioneshacían pactos y alianzas entre sí para defenderse de los enemigos, pero el pueblo judío vivía otraalianza original y sorprendente. Entre ese Dios único e Israel había una relación muy especial.

40 La mayoría de los esqueletos conservados muestran una falta grande de hierro y proteínas. En muchos se observa unaartritis severa.

41 La Mishná es una recopilación de comentarios rabínicos a la ley de Moisés. Lo esencial se codificó a fines del siglo II ycomienzos del III. Junto con los comentarios posteriores de la Guemará, constituye el Talmud, una de las obras másimportantes del judaísmo.

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Los judíos vivían orgullosos de contar con la Torah. Yahveh mismo había regalado a su pueblola ley donde se le revelaba lo que debía cumplir para responder fielmente a su Dios. Nadie la discutía.Nadie la consideraba una carga pesada, sino un regalo que les ayudaba a vivir una vida digna de suAlianza con Dios.

En Galilea no había ningún templo. Los extranjeros quedaban desconcertados al comprobar quelos judíos no construían templos ni daban culto a imágenes de dioses. Sólo había un lugar sobre latierra donde su Dios podía ser adorado: el templo santo de Jerusalén. Era allí donde el Dios de laAlianza habitaba en medio de su pueblo de manera invisible y misteriosa. Hasta allí peregrinaban losvecinos de Nazaret, como todos los judíos del mundo, para alabar a su Dios. Allí se celebraban consolemnidad las fiestas judías. Allí se ofrecía el sacrificio por los pecados de todo el pueblo en la«fiesta de la expiación» 42. El templo era para los judíos el corazón del mundo. En Nazaret lo sabían.Por eso, al orar, orientaban su mirada hacia Jerusalén.

Los sábados, Nazaret se transformaba. Nadie madrugaba. Los hombres no salían al campo. Lasmujeres no cocían el pan. Todo trabajo quedaba interrumpido. El sábado era un día de descanso para lafamilia entera. Todos lo esperaban con alegría. Para aquellas gentes era una verdadera fiesta quetranscurría en torno al hogar y tenía su momento más gozoso en la comida familiar, que siempre eramejor y más abundante que durante el resto de la semana. El sábado era otro rasgo esencial de laidentidad judía. Los pueblos paganos, que desconocían el descanso semanal, quedaban sorprendidos deesta fiesta que los judíos observaban como signo de su elección. Profanar el sábado era despreciar laelección y la alianza.

El sábado por la mañana, todos los vecinos se reunían en la sinagoga del pueblo para unencuentro de oración. Era el acto más importante del día. Podían ser muy humildes o más o menoselegantes, dependiendo del pueblo de que se tratara. Sin duda, la sinagoga de Nazaret era muy humilde.Tal vez una simple casa que servía no sólo como lugar de oración, sino también para tratar asuntos deinterés común para todo el pueblo, trabajos que realizar entre todos, ayuda a gente necesitada. A lareunión del sábado asistían casi todos, aunque las mujeres no estaban obligadas. El encuentrocomenzaba con alguna oración como el Shemá Israel o alguna bendición. Se leía a continuación unasección del Pentateuco, seguida a veces de algún texto de los profetas. Todo el pueblo podía escuchar laPalabra de Dios, hombres, mujeres y niños.

Pasado el sábado, todo el mundo volvía de nuevo a su trabajo. La vida dura y monótona de cadadía sólo quedaba interrumpida por las fiestas religiosas y por las bodas, que eran, sin duda, laexperiencia festiva más disfrutada por las gentes del campo. La boda era una animada fiesta familiar ypopular. La mejor. Durante varios días, los familiares y amigos acompañaban a los novios comiendo ybebiendo con ellos, bailando danzas de boda y cantando canciones de amor.

Las fiestas religiosas eran muy queridas para todos, pero no sabemos cómo las celebraban en laspequeñas aldeas los vecinos que no habían peregrinado hasta Jerusalén.

2.6.4. Jesús

42 Sólo en esa fiesta del Yom Kippur entraba el sumo sacerdote en el lugar más recóndito y santo del templo para llevar acabo la expiación por los pecados del pueblo.

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Al parecer eran pocos los que sabían leer y escribir entre las capas humildes del Imperioromano. Algo parecido sucedía en Galilea. La gente de pueblos tan pequeños como Nazaret no teníamedios para el aprendizaje ni libros en sus casas. Sólo las clases dirigentes, la aristocracia de Jerusalén,los escribas profesionales o los «monjes» de Qumrán tenían medios para adquirir una cierta culturaescrita. En las pequeñas aldeas de Galilea no se sentía esa necesidad.

No sabemos, pues, si Jesús aprendió a leer y escribir. Si lo hizo, tampoco pudo practicarmucho: en su casa no había libros para leer ni tinta o pergaminos para escribir. Sin embargo, lahabilidad que muestra Jesús para discutir sobre textos de las Escrituras o sobre tradiciones religiosashace pensar que poseía un talento natural que compensaba el bajo nivel de su formación cultural. Enestos pueblos de cultura oral, la gente tenía una gran capacidad para retener en su memoriacantos, oraciones y tradiciones populares, que se transmitían de padres a hijos. En este tipo de sociedadse puede ser sabio sin dominar la lectura ni la escritura. Probablemente así fue Jesús.

Ciertamente no asistió a ninguna escuela de escribas ni fue discípulo de ningún maestro de laley. Fue sencillamente un vecino sabio e inteligente que escuchaba con atención y guardaba en sumemoria las palabras sagradas, oraciones y salmos que más quería. No necesitaba acudir a ningún libropara meditarlo todo en su corazón. Cuando un día Jesús enseñe su mensaje a la gente, no citará aningún rabino, apenas sugerirá literalmente ningún texto sagrado de las Escrituras.

Lo que ciertamente aprendió Jesús en Nazaret fue un oficio para ganarse la vida. No fue uncampesino dedicado a las tareas del campo, aunque en más de una ocasión echaría una mano a lossuyos, sobre todo en el tiempo de recoger las cosechas. Las fuentes dicen con toda precisión que fue un«artesano» como lo había sido su padre 43. Su trabajo no correspondía al del carpintero de nuestrosdías. Trabajaba la madera, pero también la piedra. La actividad de un artesano de pueblo abarcabatrabajos diversos. No es difícil adivinar los trabajos que se le pedían a Jesús: reparar las techumbres deramaje y arcilla deterioradas por las lluvias del invierno, fijar las vigas de la casa, construir puertas yventanas de madera, hacer modestos arcones, alguna tosca banqueta, pies de lámpara y otros objetossencillos. Pero también construir alguna casa para un nuevo matrimonio, reparar terrazas para el cultivode viñas o excavar en la roca algún lagar para pisar la uva.

En el mismo Nazaret no había suficiente trabajo para un artesano. Por una parte, elmobiliario de aquellas humildes casas era muy modesto: recipientes de cerámica y de piedra, cestos,esteras; lo imprescindible para la vida cotidiana. Por otra parte, las familias más pobres se construíansus propias viviendas, y los campesinos fabricaban y reparaban durante el invierno sus instrumentos delabranza. Para encontrar trabajo, tanto José como su hijo tenían que salir de Nazaret y recorrer lospoblados cercanos. ¿Llegó Jesús a trabajar en Séforis? Arrasada totalmente por los romanos cuandoJesús apenas tenía seis años, Séforis estaba ahora en plena reconstrucción. La demanda de mano deobra era grande. Se necesitaban sobre todo canteros y obreros de la construcción. Probablemente fueronbastantes los jóvenes de las aldeas vecinas que encontraron allí trabajo. En algo más de una hora podíair Jesús desde su pueblo a Séforis para volver de nuevo al atardecer. Es posible que también él trabajaraalguna temporada en aquella ciudad, pero no deja de ser una conjetura 44.

43 Marcos 6,3; Mateo 13,55. El término griego "tekton" no se ha de traducir por "carpintero", sino más bien por"constructor" (en chileno: "maestro de la construcción"). La palabra designa a un artesano que trabaja con diversosmateriales, como la piedra, la madera e incluso el hierro.

44 Hay estudiosos que defienden la presencia de Jesús en las obras de reconstrucción de Séforis (Batey, GonzálezEchegaray). De ser así, Jesús habría tenido un contacto con la cultura urbana mucho mayor del que solemos pensar. Se

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Con su modesto trabajo, Jesús era tan pobre como la inmensa mayoría de los galileos de sutiempo. ¿Fué un pene o un ptojos? Jesús no parece venir de una familia desintegrada y conoce laslabores del campo. Parece razonable postular que en su origen Jesús fue un pene aunque asumióposteriormente la vida itinerante de los ptojoi al dejar su familia.45

trata de una conjetura de gran interés, pero de momento sin suficiente base real (Reed). 45 En este punto me aparto de Pagola.

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3. LA MEJOR NOTICIA

3.1. Los inicios

No sabemos cuándo y en qué circunstancias, pero, en un determinado momento, Jesús deja sutrabajo de artesano, abandona a su familia y se aleja de Nazaret. No busca una nueva ocupación.No se acerca a ningún maestro acreditado para estudiar la Torah o conocer mejor las tradiciones judías.No marcha hasta las orillas del mar Muerto para ser admitido en la comunidad de Qumrán. Tampoco sedirige a Jerusalén para conocer de cerca el lugar santo donde se ofrecen sacrificios al Dios de Israel. Sealeja de toda tierra habitada y se adentra en el desierto.

Como a todos los judíos, el desierto le evoca a Jesús el lugar en el que ha nacido el pueblo y alque hay que volver en épocas de crisis para comenzar de nuevo la historia rota por la infidelidad aDios. No llegan hasta allí las órdenes de Roma ni el bullicio del templo; no se oyen los discursos de losmaestros de la ley. En cambio se puede escuchar a Dios en el silencio y la soledad.

Sin embargo, no tenemos datos para pensar que busque una experiencia más intensa de Diosque llene su sed interior o pacifique su corazón. Jesús no es un místico en busca de armoníapersonal. Todo lleva a pensar que busca a Dios como «fuerza de salvación» para su pueblo.

Jesús no tiene todavía un proyecto propio cuando se encuentra con Juan el Bautista:

“Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea:'Conviértanse porque ha llegado el Reino de los Cielos.' (...)Tenía Juan su túnica hecha de pelos de camello, con un cinturón de cuero en su cintura, y su comidaeran langostas y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán,y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: 'Raza de víboras, ¿quién les haenseñado a huir de la ira inminente? Den, pues, fruto digno de conversión, y no crean que basta condecir en su interior: 'Tenemos por padre a Abraham'; porque les digo que puede Dios de estas piedrasdar hijos a Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buenfruto será cortado y arrojado al fuego.Yo los bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y nosoy digno de llevarle las sandalias. El los bautizará en Espíritu Santo y fuego.En su mano tiene la horquilla para separar el trigo de la paja: recogerá su trigo en el granero, pero lapaja la quemará con fuego que no se apaga.” (Mt 3,1-12).

Juan, entonces, es un profeta escatológico 46, pregonero de la pronta venida del Reinado deDios. Según el bautista, Dios o un mediador no muy bien definido, “separará el grano de la paja”,quemando esta última, o tiene “el hacha en la mano para cortar el árbol infructuoso” (Lc 3,17). Puedeverse que el acontecimiento fundamental del Reinado de Dios será el juicio divino sobre todohombre y en especial sobre su pueblo. Este juicio Juan lo concibe de un modo más biencondenatorio.

Juan tiene la convicción de que la hora presente es la última para un pueblo pecador e impuro;

46 Es decir, que anuncia el final de los tiempos.

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es la hora de la última llamada a la conversión del mal y la última oportunidad de librarse de un juiciocondenatorio, y ello mediante un rito que sólo puede realizarse una vez y que debe ir unido a unaauténtica conversión que debe traducirse en obras (Mt 3,8-9). No vale, por lo tanto, refugiarse en losprivilegios del pueblo elegido (Mt 3,9).

3.2. La Buena Noticia

3.2.1. Introducción

Jesús abandona el desierto que ha sido escenario de la preparación y se desplaza a la tierrahabitada por Israel para proclamar y mostrar la salvación de Dios. Las gentes no tendrán ya queacudir al desierto como en tiempos de Juan. Será él mismo, acompañado de sus discípulos ycolaboradores más cercanos, el que recorrerá la tierra prometida. Su vida itinerante por los pobladosde Galilea y de su entorno será el mejor símbolo de la llegada de Dios, que viene como Padre aestablecer una vida más digna para todos sus hijos.

Prácticamente todos los especialistas afirman que el anuncio de Jesús se encuentramagistralmente sintetizado en un breve resumen del Evangelio de Marcos:

“El plazo (kairós) se ha cumplido; el reinado de Dios ha llegado;conviértanse (ustedes) y crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15)

El texto nos presenta en primer lugar una Buena Noticia (o evangelio) que consiste en que Diosha comenzado ha reinar. Por eso se trata de un cambio de época (kairós)47. Se ha terminado ya eltiempo de preparación. Empieza la irrupción definitiva de Dios. Hay que situarse de manera diferente.Lo que Juan esperaba para el futuro empieza ya a hacerse realidad. Comienzan unos tiempos que nopertenecen a la época vieja de la preparación, sino a una era nueva. Llega ya la salvación de Dios.

Este don, que es Buena Noticia es ofrecido a todos. No sólo a los bautizados por Juan en elJordán, también a los no bautizados. No desaparece en Jesús la idea del juicio, pero cambia totalmentesu perspectiva. Dios llega para todos como salvador, no como juez. Pero Dios no fuerza a nadie;sólo invita. Su invitación puede ser acogida o rechazada. Cada uno decide su destino. Unos escuchan lainvitación, acogen el reino de Dios, entran en su dinámica y se dejan transformar; otros no escuchan labuena noticia, rechazan el reino, no entran en la dinámica de Dios y se cierran a la salvación.

Ya en esta primera mirada puede apreciarse que Jesús no enseña en Galilea una doctrinareligiosa para que sus oyentes la aprendan bien. Anuncia un acontecimiento para que aquellas genteslo acojan con gozo y con fe. Nadie ve en él a un maestro dedicado a explicar las tradiciones religiosasde Israel. Se encuentran con un profeta apasionado por una vida más digna para todos, que busca contodas sus fuerzas que Dios sea acogido y que su reinado de justicia y misericordia se vayaextendiendo con alegría. Su objetivo no es perfeccionar la religión judía, sino contribuir a que seimplante cuanto antes el tan añorado reino de Dios y, con él, la vida, la justicia y la paz.

Jesús no se dedica tampoco a exponer a aquellos campesinos nuevas normas y leyes morales.

47 La palabra “kairós” puede significar “momento decisivo” o “lapso de tiempo”. Dado que el texto se refiere a uncumplimiento, es preferible aquí este último sentido (Marcus, Joel, El Evangelio según Marcos I, Sígueme, Salamanca,2010, p. 186 y 189).

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Les anuncia una noticia: “Dios ya está aquí buscando una vida más dichosa para todos. Hemos decambiar nuestra mirada y nuestro corazón”. Su objetivo no es proporcionar a aquellos vecinos uncódigo moral más perfecto, sino ayudarles a intuir cómo es y cómo actúa Dios, y cómo va a ser elmundo y la vida si todos actúan como él. Eso es lo que les quiere comunicar con su palabra y con suvida entera.

3.2.2. Presente y futuro del Reinado de Dios

a) El Reinado de Dios es presente

Jesús imprime a esta espera una dirección nueva. Anuncia que esta esperanza escatológica secumple ahora. Ante la pregunta de Juan Bautista encarcelado (“¿Eres tú el que ha de venir o debemosesperar a otro?”) Jesús responde presentando aquellos signos que según Isaías eran constitutivos delReinado de Dios:

“Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven:los ciegos ven y los cojos andan,los leprosos quedan limpios y los sordos oyen,los muertos resucitany se anuncia a los pobres la Buena Nueva;y dichoso el que no se escandalice de mí”

(Mt 11,5 = Lc 7,18-23).

Lo anunciado por los profetas se está cumpliendo y por lo tanto ha llegado el Reinado de Dios.La enigmática frase final dirigida a Juan (“y dichoso el que no se escandalice de mí”) es una invitacióna evitar la desilusión. La nueva era anunciada por el Bautista se está cumpliendo de un mododistinto al que preveía: el Mesías no está poniendo en práctica el juicio divino (condenando a unos yacogiendo a otros), sino ofreciendo una oportunidad ilimitada de acogida y perdón. No se niega laexistencia de dicho juicio al final de los tiempos (en términos que explicaremos más adelante), sino queJesús afirma con sus actitudes y palabras que el momento actual es el momento de la reconciliación ydel perdón.

Su actitud era demasiado audaz: ¿no seguía Israel dominado por los romanos? ¿No seguían loscampesinos oprimidos por las clases poderosas? ¿No estaba el mundo lleno de corrupción e injusticia?Jesús, sin embargo, habla y actúa movido por una convicción sorprendente: Dios está ya aquí,actuando de manera nueva. Su reinado ha comenzado a abrirse paso en estas aldeas de Galilea. Lafuerza salvadora de Dios se ha puesto ya en marcha. Él lo está ya experimentando y quiere comunicarloa todos. Esa intervención decisiva de Dios que todo el pueblo está esperando no es en modo alguno unsueño lejano; es algo real que se puede captar ya desde ahora. Dios comienza a hacerse sentir. En lomás hondo de la vida se puede percibir ya su presencia salvadora.

No es difícil entender el escepticismo de algunos y el desconcierto de casi todos: ¿cómo sepuede decir que el reino de Dios está ya presente? ¿Dónde puede ser visto o experimentado? ¿Cómopuede estar Jesús tan seguro de que Dios ha llegado ya? ¿Dónde le pueden ver aquellos galileosdestruyendo a los paganos y poniendo justicia en Israel? ¿Dónde está el cataclismo final y las terriblesseñales que van a acompañar su intervención poderosa? Sin duda se lo plantearon más de una vez aJesús. Su respuesta fue desconcertante: “El reino de Dios no viene de forma espectacular ni se puede

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decir: Mírenlo aquí o allí'. Sin embargo, el reino de Dios ya está entre ustedes” (Lc 17,21). No hayque andar escrutando en los cielos señales especiales. Hay que olvidarse de los cálculos y conjeturasque hacen los escritores apocalípticos. No hay que pensar en una llegada visible, espectacular ocósmica del reino de Dios. Hay que aprender a captar su presencia y su señorío de otra manera, porque“el reino de Dios ya está entre ustedes”.

No siempre se han entendido bien estas palabras. A veces se han traducido de maneraerrónea: “El reino de Dios está dentro de ustedes” 48. Esto ha llevado, por desgracia, a desfigurar elpensamiento de Jesús reduciendo el reino de Dios a algo privado y espiritual que se produce en loíntimo de una persona cuando se abre a la acción de Dios. Jesús no piensa en esto cuando habla a loscampesinos de Galilea. Trata más bien de convencer a todos de que la llegada de Dios para imponer sujusticia no es una intervención terrible y espectacular, sino una fuerza liberadora, humilde peroeficaz, que está ahí, en medio de la vida, al alcance de todos los que la acojan con fe.

Para Jesús, este mundo no es algo perverso, sometido sin remedio al poder del mal hasta quellegue la intervención final de Dios, como decían los escritos apocalípticos. Junto a la fuerzadestructora y terrible del mal podemos captar ahora mismo la fuerza salvadora de Dios, que está yaconduciendo la vida a su liberación definitiva. Es verdad. La acogida del reino de Dios comienza en elinterior de las personas en forma de fe en Jesús, pero se realiza en la vida de los pueblos en la medidaen que el mal va siendo vencido por la justicia salvadora de Dios.

La seguridad de Jesús es desconcertante. Están viviendo un momento privilegiado: aquellospobres campesinos de Galilea están experimentando la salvación en la que habían soñado tanto susantepasados. En los Salmos de Salomón, tan populares en los grupos fariseos del tiempo de Jesús, sepodían leer frases como esta: “Felices los que vivan en aquellos días y puedan ver los bienes que elSeñor prepara para la generación venidera” 49., Jesús felicita a sus seguidores porque estánexperimentando junto a él lo que tantos personajes grandes de Israel esperaron, pero nunca llegaron aconocer: “¡Dichosos los ojos que ven los que ustedes ven! Porque yo les digo que muchos profetas yreyes quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron”(Lc 10,23-24). 50

La llegada de Dios es algo bueno. Así piensa Jesús: Dios se acerca porque es bueno, y esbueno para nosotros que Dios se acerque. No viene a «defender» sus derechos y a tomar cuentas aquienes no cumplen sus mandatos. No llega para imponer su «dominio religioso». De hecho, Jesús nopide a los campesinos que cumplan mejor su obligación de pagar los diezmos y primicias, no se dirigea los sacerdotes para que observen con más pureza los sacrificios de expiación en el templo, no anima alos escribas a que hagan cumplir la ley del sábado y demás prescripciones con más fidelidad. El reinode Dios es otra cosa. Lo que le preocupa a Dios es liberar a las gentes de cuanto las deshumaniza y leshace sufrir.

El mensaje de Jesús impresionó desde el principio. Aquella manera de hablar de Dios provocabaentusiasmo en los sectores más sencillos e ignorantes de Galilea. Era lo que necesitaban oír: Dios sepreocupa de ellos. El reino de Dios que Jesús proclama responde a lo que más desean: vivir condignidad. Todas las fuentes apuntan hacia un hecho del que es difícil dudar: Jesús se siente portador de

48 Las palabras griegas “entós hümón”, pueden traducirse tanto como “dentro de ustedes” como “en medio de ustedes”.49 Salmos de Salomón 18,6.50 Pagola 2013, 103-106.

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una buena noticia y, de hecho, su mensaje genera una alegría grande entre aquellos campesinospobres y humillados, gentes sin prestigio ni seguridad material, a los que tampoco desde el templo seles ofrecía una esperanza.

Los escritores apocalípticos describían de manera sombría la situación que se vivía en Israel.El mal lo invade todo. Todo está sometido a Satán. Todos los males, sufrimientos y desgracias estánpersonalizados en él. Esta visión mítica no era una ingenuidad. Aquellos visionarios sabían muy bienque la maldad nace del corazón de cada individuo, pero constataban cómo toma luego cuerpo en lasociedad, las leyes y las costumbres, para terminar corrompiendo todo. No es sólo Herodes el impío,ni la familia sacerdotal de Anás la corrupta. No son sólo los grandes terratenientes los opresores, nilos recaudadores los únicos malvados. Hay «algo» más. El Imperio de Roma esclavizando a lospueblos, el funcionamiento interesado del templo, la explotación de los campesinos exprimidos portoda clase de tributos e impuestos, la interpretación interesada de la ley por parte de algunos escribas:todo parece estar alimentado y dirigido por el poder misterioso del mal. La maldad está ahí, más alláde la actuación de cada uno; todos la absorben del entorno social y religioso como una fuerza satánicaque los condiciona, los somete y deshumaniza.

En este ambiente apocalíptico, Jesús anuncia que Dios ha comenzado ya a invadir el reino deSatán y a destruir su poder. Ha empezado ya el combate decisivo. Dios viene a destruir no a laspersonas, sino el mal que está en la raíz de todo, envileciendo la vida entera. Jesús ve que el malempieza a ser derrotado. Se está haciendo realidad lo que se esperaba en algunos ambientes: «Entoncesaparecerá el reinado de Dios sobre sus criaturas, sonará la hora final del diablo y con él desaparecerá latristeza» 51. El enemigo a combatir es Satán, nadie más. Dios no viene a destruir a los romanos ni aaniquilar a los pecadores. Llega a liberar a todos del poder último del mal. Esta batalla entre Dios y lasfuerzas del mal por controlar el mundo no es un «combate mítico», sino un enfrentamiento real yconcreto que se produce constantemente en la historia humana. El reino de Dios se abre camino allídonde los enfermos son rescatados del sufrimiento, los endemoniados se ven liberados de su tormento ylos pobres recuperan su dignidad. Dios es el «antimal»: busca «destruir» todo lo que hace daño al serhumano.

Por eso Jesús no habla ya de la «ira de Dios», como Juan Bautista, sino de su «compasión».Dios no viene como juez airado, sino como padre de amor desbordante. La gente lo escuchaasombrada, pues todos se estaban preparando para recibirlo como juez terrible. Así lo decían losescritos del tiempo: «Se levantará de su trono con indignación y cólera», «se vengará de todos susenemigos», «hará desaparecer de la tierra a los que han encendido su ira», «ninguno de los malvados sesalvará el día del juicio de la ira»52. Jesús, por el contrario, busca la destrucción de Satán, símbolodel mal, pero no la de los paganos ni los pecadores. No se pone nunca de parte del pueblo judío y encontra de los pueblos paganos: el reino de Dios no va a consistir en una victoria de Israel quedestruya para siempre a los gentiles. No se pone tampoco de parte de los justos y en contra de lospecadores: el reino de Dios no va a consistir en una victoria de los santos para hacer pagar a los malossus pecados. Se pone a favor de los que sufren y en contra del mal, pues el reino de Dios consiste enliberar a todos de aquello que les impide vivir de manera digna y dichosa.

Si Dios viene a «reinar», no es para manifestar su poderío por encima de todos, sino paramanifestar su bondad y hacerla efectiva. Es curioso observar cómo Jesús, que habla constantemente51 Ascensión de Moisés 10,1.52 Así hablan escritos como el Primer Libro de Henoc, la Ascensión de Moisés o Los Salmos de Salomón.

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del «reino de Dios», no llama a Dios «rey», sino «padre». Su reinado no es para imponerse a nadie porla fuerza, sino para introducir en la vida su misericordia y llenar la creación entera de sucompasión. Esta misericordia, acogida de manera responsable por todos, es la que puede destruir aSatán, personificación de ese mundo hostil que trabaja contra Dios y contra el ser humano. 53

b) El Reinado de Dios es futuro

El reino de Dios ha llegado y su fuerza está ya actuando, pero lo que se puede comprobar enGalilea es insignificante. Lo que espera el pueblo de Israel y el mismo Jesús para el final de lostiempos es mucho más. El reino de Dios está ya abriéndose camino, pero su fuerza salvadora sólo seexperimenta de manera parcial y fragmentaria, no en su totalidad y plenitud final. Por eso Jesúsinvita a «entrar» ahora mismo en el reino de Dios, pero al mismo tiempo enseña a sus discípulos a vivirrogando «Venga a nosotros tu reinado».

Jesús habla con toda naturalidad del reino de Dios como algo que está presente y al mismotiempo como algo que está por llegar. No siente contradicción alguna. El reino de Dios no es unaintervención puntual, sino una acción continuada del Padre que pide una acogida responsable, pero queno se detendrá, a pesar de todas las resistencias, hasta alcanzar su plena realización. Está «germinando»ya un mundo nuevo, pero sólo en el futuro alcanzará su plena realización.

Jesús la desea ardientemente. En la tradición cristiana quedaron recogidos dos gritos queciertamente nacieron de su pasión por el reino de Dios. Son dos peticiones, directas y concisas, quereflejan su anhelo y su fe: «Padre, santificado sea tu nombre», «venga tu reino» (Lc 11,2). Jesús veque el «nombre de Dios» no es reconocido ni santificado. No se le deja ser Padre de todos. Aquellasgentes de Galilea que lloran y pasan hambre son la prueba más clara de que su nombre de Padre esignorado y despreciado. De ahí el grito de Jesús: «Padre, santificado sea tu nombre», hazte respetar,manifiesta cuanto antes tu poder salvador. Jesús le pide además directamente: «Venga tu reino». Laexpresión es nueva y descubre su deseo más íntimo: Padre, ven a reinar. La injusticia y el sufrimientosiguen presentes en todas partes. Nadie logrará extirparlos definitivamente de la tierra. Revela tu fuerzasalvadora de manera plena. Sólo tú puedes cambiar las cosas de una vez por todas, manifestándotecomo Padre de todos y transformando la vida para siempre.

c) Presente y futuro

El reino de Dios está ya aquí, pero sólo como una «semilla» que se está sembrando en elmundo; un día se podrá recoger la «cosecha» final. El reino de Dios está irrumpiendo en la vida comouna porción de «levadura»; Dios hará que un día esa levadura lo transforme todo. La fuerza salvadorade Dios está ya actuando secretamente en el mundo, pero es todavía como un «tesoro escondido» quemuchos no logran descubrir; un día todos lo podrán disfrutar. Jesús no duda de este final bueno yliberador. A pesar de todas las resistencias y fracasos que se puedan producir, Dios hará realidad esautopía tan vieja como el corazón humano: la desaparición del mal, de la injusticia y de la muerte. 54

Las vinculación entre presente y futuro del Reinado de Dios puede apreciarse en las llamadas"parábolas de crecimiento":

53 Pagola 2013, 106-108.54 Pagola 2013, 119-120.

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"Decía también: '¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? (31)Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquiersemilla que se siembra en la tierra; (32) pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas lashortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.'" (Mc 4,30-32).

El relato de esta parábola se basa en el contraste entre "la más pequeña" y "el (arbusto) másgrande", que corresponden a dos situaciones extremas: el comienzo y el punto de llegada. No setiene en cuenta el proceso de crecimiento, sino sólo los polos contrapuestos. Sin embargo, entre "la máspequeña" y "el más grande", no sólo hay contraposición, sino también un vínculo necesario; sin lasemilla no hay arbusto y el arbusto está ya en la semilla. Por consiguiente, el que ve la semillasembrada en el campo está seguro de que verá también su crecimiento final.

Muy probablemente con esta parábola Jesús intentó responder al escepticismo que habíarespecto a su anuncio de la llegada del Reinado de Dios. Los signos del Reino fueron consideradosdemasiado modestos: sanación de unos pocos enfermos, creación de una comunidad que encarna losvalores del Reino, anuncio de buenas noticias para los pobres, etc. No parecen corresponder a lasexpectativas que había respecto del Reinado de Dios. Ante ello Jesús responde que esta presenciamodesta es un anticipo y una garantía del exitoso resultado final, de la consumación.

En la misma línea están las parábolas del grano de mostaza y de la levadura:

"Otra parábola les propuso: 'El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó unhombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuandocrece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen yanidan en sus ramas." (Mt 13,31-32).

"Les dijo otra parábola: 'El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y lametió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.'" (Mt 13,33).

3.2.3. ¿Se equivocó Jesús?

No cabe duda que Jesús esperaba la plenitud del Reinado de Dios en un futuro muy cercano. Enlos evangelios encontramos los siguientes dichos de Jesús sobre un advenimiento próximo delReinado de Dios en su fase definitiva:

“En verdad les digo: no acabarán (ustedes) de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga elHijo del hombre” (Mt 10,23).

“En verdad les digo: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que veanvenir con poder el Reino de Dios.” (Mc 9,1).

“(...) verán ustedes al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y venir entre las nubes del cielo.”(Mc 14,62).

“Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”(Mc 13,32).

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“Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reinado de Dios, les respondió: el Reino deDios no viene de acuerdo con observaciones que permitan hacer pronósticos” (Lc 17,20-21)."

"Tomó luego una copa, dio gracias y dijo: 'Tomen esto y repártanlo entre ustedes; porque les digoque, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios." (Lc22,17-18).

Los especialistas atribuyen los dos primeros dichos a profetas de la Iglesia primitiva, quebuscaban animar a sus comunidades en momentos de persecución 55. Jesús parece haber esperado elReinado de Dios para una fecha mucho más próxima, aunque no precisara cuál. En cambio, Mc 13,32debe ser de Jesús ya que difícilmente las comunidades primitivas atribuirían a Él una ignorancia en unpunto tan clave. Lc 17,20-21 muestra la diferencia entre Jesús y los grupos apocalípticos de su tiempoque sí calculaban el tiempo. El último dicho (Lc 22,17-18) nos muestra que Jesús pensabareencontrarse con sus discípulos en el Reino llevado a plenitud en un tiempo relativamente breve,quizás en unos pocos años, pero no en décadas y menos en siglos.

¿Se equivocó Jesús al esperar una consumación tan pronta (aunque imprecisa) del Reinadode Dios? Sin duda, sí. Fue hijo de su tiempo 56. En él los principales grupos judíos (fariseos, esenios,qumranitas, etc.) y Juan Bautista estaban convencidos de estar situados en la última etapa de la historia,muy próxima al fin del mundo que acompañaría a la venida de Dios como rey. Debemos tener encuenta que se atribuía al universo una edad de unos 4 mil años y que éste era un poco más que elMediterráneo. Las dimensiones actuales nos ponen ante otro escenario cultural (una antigüedad deluniverso de unos 13 mil 700 millones de años, de la tierra de unos cuatro mil millones, una humanidadde más de dos millones de años 57 y un universo de cientos de millones de galaxias). En cuanto anuestro planeta, a menos que nos sobrevenga una catástrofe externa (un meteorito) o interna(agotamiento de los recursos) no se ve por qué Dios querría poner un fin próximo a una creaciónevolutiva tan extensa; más bien parece que Él lleva el universo a su meta, silenciosamente,pacientemente, sin forzar nada, sin apuro alguno 58.

Lo anterior lleva a esta otra pregunta: Este error, ¿invalida la pretensión de Jesús? Me pareceque no. Por mucho que tarde la consumación de este mundo por efecto del Reinado soberano de Dios;o, más bien, por su entrada en el ámbito de Dios, lo fundamental sigue en pie. Es parte de la fe bíblicael dato de que Dios salva aquello que crea, desde lo material a lo espiritual, desde lo individual a lossocial. Los cristianos esperamos una nueva creación que recoja y lleve a plenitud lo mejor de esteuniverso nuestro, tan amplio y maravilloso.59

55 Me parecen concluyentes los argumentos de Meier, John (2004), Un judío marginal II/1, Verbo Divino, Estella, pp. 413y 416.

56 La Iglesia sostiene que Jesús tiene una verdadera alma humana y que no es un Dios unido a un cuerpo humano, comoalguna vez se sostuvo. Así lo afirman los concilios de Constantinopla (año 381; DzH n°148) y de Calcedonia (año 451;DzH n° 301). La afirmación implica que Jesús tuvo que aprender al igual que nosotros y que fue hijo de su tiempo.Jesús no es "Dios paseándose por la tierra". La abreviatura DzH corresponde a Denzinger, Heinrich – Hünermann, Peter(1999), El Magisterio de la Iglesia, Herder, Barcelona.

57 Si consideramos como verdaderamente humanos a las especies pertenecientes al género "homo", como se ha explicadomás arriba.

58 Vale la pena para este tema leer el libro de Schmidz-Moormann, Karl (2005) Teologia de la Creación de un mundo enevolución (Verbo Divino, Estella). El autor fue discípulo directo del gran Teilhard de Chardin.

59 Hay dos buenas razones para la esperanza: a) el universo es un despliegue de belleza increíblemente amplio y b) suhistoria aún está en marcha: no podemos preveer las maravillas que pueden aún surgir de ella y tampoco su plenitud

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Ahora bien, la evolución del cosmos y del hombre nos muestra que, aunque es Dios quien salva(¡no construimos el Reino de Dios!), Él cuenta con nuestra respuesta. Por lo mismo, todo indica que alos seres humanos aún nos falta evolucionar mucho para llegar a esa madurez y libertad que Diosespera de nosotros para hacer presente su Reino. El Reino es gratuito, pero cuenta con nuestra respuestalibre para acogerlo y llegar a ser ciudadanos de él.

Y respecto de nuestra situación presente, siempre es posible crear espacios de humanizaciónen donde pueda hacerse presente la acción reinadora de Dios en medio de las limitaciones propias de lahistoria, tal como en su momento lo hizo Jesús y la Iglesia Primitiva.

3.3. Dios está aquí. El Reinado de Dios en hechos y palabras

3.3.1. Los hechos del Reinado de Dios

El Reinado de Dios anunciado por Jesús se hace presente en dos niveles: las obras y laspalabras. A su vez, en las obras distinguiremos los milagros y los criterios del Reino.

3.3.1.1. Los milagros de Jesús

a) Enfermedades y sanaciones en la cultura bíblica

Las culturas antiguas ven de modo diferente a la nuestra tanto el "mal" (enfermedad) vencido enlos hechos milagrosos como el poder de los taumaturgos.

Cuando el Nuevo Testamento habla de lepra, ceguera o posesión diabólica, no podemos pensarsimplemente en la lepra, la ceguera y la psicosis. Cada sociedad define la enfermedad de mododistinto, y estiliza los relatos sobre enfermedad y curación de acuerdo a esa definición. La "lepra"abarca en el NT, probablemente, a todas las formas posibles de enfermedades a la piel; la "ceguera"cualquier afección ocular. El denominado "enfermo epiléptico" (Mc 9,14ss) corresponde no sólo a laepilepsia; su mudez sugiere también un mutismo psicótico y sus ataques pueden ser expresión de untrastorno disociativo. El hecho de que tienda a lanzarse al agua o al fuego sugiere unos impulsosautodestructivos. Como puede verse, hay aquí algo más complejo que la simple epilepsia.

Pero el poder definitorio de la sociedad se evidencia sobre todo en la "posesión" diabólica. Enlas sociedades antiguas, los espíritus y demonios pertenecen al mundo vital. La fe en ellos se nutre deltemor a la pérdida de control (a esas situaciones donde ya no somos dueños de nosotros mismos, sinoque nos sentimos determinados desde fuera). Los lugares extraños son considerados territorioscontrolados por el demonio. Los afectos y dependencias fuertes se ven como efecto demoníaco. En unapócrifo del AT, el Testamento de los Doce Patriarcas, la embriaguez, la prostitución y la ira sonefectos de la acción diabólica porque en estos "vicios" el ser humano pierde el control de sí mismo.Igualmente, las enfermedades normales se atribuyen a demonios, porque también ellas desposeen alser humano de su propia vida: dolores fuertes o minusvalías le impiden un control completo de símismo. Esto ocurre mucho más cuando una persona, debido a comportamientos psíquicos desviados,no parece el que era y queda "poseído" en sentido estricto: se considera que hay un sujeto extraño que

final. (Haught).

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controla al sujeto enfermo. Hoy definimos tal conducta como trastorno de identidad (parte de unsíndrome 'bordeline'), como trastorno disociativo, "personalidad múltiple" o psicosis. En síntesis, losproblemas existen, pero su etiquetado, explicación y sintomatología están condicionadas en parte por lasociedad 60.

Dado que la mentalidad bíblica tiende a atribuir todo a Dios, la enfermedad se considera obrasuya (sea directamente o a través de espíritus). Como Yahveh no puede ser considerado un Dios injustoo arbitrario, la enfermedad se concibe como un castigo divino por una falta o bien una puesta aprueba. La sanación se debe obtener de Dios mediante la oración y los sacrificios, o algúntaumaturgo; esto es, un sanador milagroso. El recurso al médico es considerado, en general, como unafalta de fe 61. Sin embargo, se acude al él en caso de heridas y golpes. El médico puede sanar otro tipode enfermedades recurriendo a remedios tradicionales (hierbas).

Los problemas que suelen plantearse en relación a los milagros pueden dividirse en 2 tipos: losde tipo histórico y los vinculados a las ciencias naturales. Comenzaremos por los primeros.

Para no confundir las cosas, distinguimos entre “prodigio” y “milagro”. El “prodigio”consiste en la realización de una cosa que en un momento y lugar determinados no es posible de hacer.Por eso provoca asombro y sorpresa. En principio, cualquiera puede ser testigo de un prodigio, si estáen el lugar y momento adecuado.

Un prodigio pasa a ser “milagro” cuando tiene un origen divino; es decir, cuando Dios actúa através del taumaturgo. El milagro sólo puede ser reconocido por la fe porque supone descubrir que enel prodigio actúa la fuerza de Dios, lo que requiere de una “lectura” creyente del prodigio.

b) Problemas de tipo histórico

La pregunta aquí es si Jesús realizó prodigios y si hubo testigos de aquellos. Es la preguntapropia de la ciencia histórica que analiza de forma crítica las fuentes escritas en que se contienen losmilagros.

La respuesta a esta pregunta pasa por distinguir distintos tipos de relatos de milagros:

- Relatos de exorcismos. Nos narran la expulsión del demonio de una persona que está"poseída" por él. No basta para que haya exorcismo que una enfermedad sea atribuida a una causademoníaca, la persona debe estar a merced del demonio, quien controla completamente al sujetohumano.

- Relatos de curaciones. Aquí también se trata de una persona en la que actúa un demonio;pero, a diferencia de la posesión, éste no controla a toda la persona, que sigue siendo libre). La curaciónse realiza mediante la transmisión de una energía milagrosa del taumaturgo al enfermo. Es frecuente laimposición de manos u otro tipo de contacto. El único instrumento terapéutico que encontramos en losevangelios es la saliva.

- Relatos de milagros de dádiva. En ellos el taumaturgo da de comer o beber a los60 Theissen, Gerd - Merz, Annette (2004), El Jesús histórico, Sígueme, Salamanca, pp. 198, 349-350.61 Un libro muy tardío, el Eclesiástico, llama como gran novedad a recurrir a ambos: al médico y a Dios (38,1-15).

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beneficiados. En los evangelios están: la multiplicación de los panes, la pesca milagrosa (Lc 5,1ss) ylas bodas de Caná (Jn 2,1ss.).

- Relatos de milagros de salvamento. En los evangelios hay sólo dos: la tempestad calmada(Mc 4,35-41) y la caminata sobre las aguas (Mc 6,45ss).

- Relatos de epifanías. Son manifestaciones de Jesús que ponen de manifiesto su carácterdivino. Son: la voz del bautismo de Jesús y la transfiguración (Mc 9,2ss).

Es posible demostrar que Jesús hizo exorcismos y curaciones. En los textos no evangélicossólo se nombra a los exorcismos y a las curaciones, y nunca a los demás milagros. Muy probablemente,los milagros de salvamento, dádivas y epifanías son creaciones basadas en la fe posterior a la pascuade Jesús: en ellos se atribuyen a Jesús unas capacidades que exceden todo lo humano, propias del "hijode Dios" como ser divino 62.

c) Los problemas de tipo científico

La pregunta aquí es otra: una vez aceptado que Jesús hizo prodigios, ¿de qué fenómeno setrata?

Una respuesta que confundió mucho las cosas fue la que presentó el prodigio como unacontecimiento perceptible por el hombre que supera, quebranta o al menos elude las leyesnaturales, y que, por lo tanto, sirve de “prueba” de la revelación de Dios (o del carácter divino deJesús).63

Esta explicación conduce a un callejón sin salida y malinterpreta el modo como Dios actúaen el mundo.

A partir de ella, muchos negaron la existencia de milagros, ya que postularon que noestábamos ante un quebrantamiento de las leyes naturales, sino ante la utilización de unas leyesnaturales no conocidas aún. Una vez que se conocieran estas nuevas leyes, el milagro desaparecería. Loque hoy es milagro, el día de mañana puede no serlo. A medida que avanza la ciencia el milagrodesaparece.

Manteniéndonos en el nivel del “prodigio” (y por tanto dejando de lado temporalmente elproblema de la actuación divina) se puede postular otro tipo de explicación. Ésta distingue distintosestratos en la realidad: el plano de lo inorgánico, el de los seres vivos, el de los seres culturales ypersonales. A estos estratos corresponde diversos tipos de evolución (cósmica, biológica, cultural).

Ciertamente los niveles superiores dependen de los inferiores. La vida tiene una base material yse rige, por tanto, por las leyes de la física, pero también las sobrepasa (sin saltárselas) en una nuevasíntesis autónoma (como sucede en la célula). Todos los cuerpos se rigen por la ley de la gravitaciónuniversal y por lo tanto tienden a caer; sin embargo, un pájaro puede volar, utilizar a su favor la ley de

62 Bastar comparar algunos de esos milagros con las apariciones de Jesús resucitado para constatar que son una"proyección hacia atrás" de esas apariciones: comparar caminata sobre las aguas (Mc 6,49-50 con Lc 24,37-39); lapesca milagrosa (Lc 5,1ss con Jn 21,1ss).

63 Se trata por lo tanto de un milagro.

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la gravedad, sin suprimirla.

En el caso del “prodigio”, el poder taumatúrgico es un poder que aparece espontáneamente yestá presente en el mundo. Ese poder no se puede usar técnicamente, porque no resulta calculable, sinoque está ligado a personas carismáticas y a su interacción con otras personas. No va en contra delas leyes naturales pero las utiliza de un modo que no es habitual. El carisma taumatúrgico reside enmuchas personas. Puede ser usado responsable o irresponsablemente.

Como aparece de modo espontáneo y depende de la interacción y confianza, resulta obvia suinterpretación religiosa 64. Jesús poseyó tales dones "paranormales" en medida extraordinaria. Supocombinar sus dotes con el núcleo de su mensaje. Consideró sus curaciones como signos del Reinado deDios, del nuevo mundo que se anticipaba.

Este último punto nos lleva al tema de la actuación de Dios. Dios nunca actúa directamenteen el mundo o en la vida del hombre, sino que usa intermediarios (las mismas leyes naturales, lalibertad del hombre). Tradicionalmente se habla de “causa primera” y de “causas segundas”. Estasúltimas son el conjunto de causas mundanas, encadenadas entre sí. La primera es Dios, que no estáubicado al comienzo de la cadena o en otro lugar, sino que sostiene la serie completa de causassegundas. Dios no es una causa más dentro del mundo: Él es quien lo sostiene e impulsa, actuandodesde el interior de cada cosa; por lo tanto, su acción está en otro nivel. Precisamente por este motivo,la constatación de la actuación divina sólo puede hacerla la fe; nunca es posible “probar esaacción”; sin embargo, es posible hablar de “signos” de ella. Entre éstos están los milagros.

El criterio decisivo para saber si un prodigio es milagro está en si el prodigio está al serviciode los que más sufren en la sociedad: los enfermos (que, en la mayoría de los casos, son ademáspobres). Dios quiere que el ser humano pueda vivir de modo más humano.

d) La concepción de Jesús

¿Cómo entendía Jesús sus milagros? Tres son los rasgos de los milagros como obra deJesús:

- Son liberación de todo el hombre. Las sanaciones de sordos, mudos y ciegos, dicen relacióncon la comunicación interpersonal; las de endemoniados están vinculadas a la libertad; las de leprosos asu reinserción en la sociedad; etc. Los milagros apuntan a todas las dimensiones de la existenciahumana: la relación con Dios, con los semejantes y con la naturaleza.

Dios aparece en Jesús preocupado tanto de las necesidades inmediatas, concretas, como por eldestino último del hombre. Tanto de su cuerpo como de su espíritu.

- Son signos del Reinado de Dios. Los milagros son anticipos parciales del Reinado de Dios“consumado, pleno”. En los manuscritos de Qumrán vemos que se esperaba para el día final la derrotade Satanás con sus demonios (11QMelquisedec col.II 65). Los milagros están intrínsecamentevinculados a la esperanza de un mundo nuevo, reconciliado. Atestiguan que Dios ha actuadosalvadoramente en nuestro mundo en vistas a esa victoria total sobre la limitación, el pecado y la64 Es decir, el considerarlo “milagro”.65 Puede leerse el texto en García Martínez 2000, 186-187.

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muerte, que sólo Él puede ofrecer.

- Realizados por Jesús. Sin negar la actuación de Dios en Jesús, sorprende la autoridad conque éste los realiza. A diferencia de otros taumaturgos, Jesús no solicita una intervención de Dios, porejemplo, mediante la oración, sino que Él mismo sana, a menudo por contacto.

- Requieren ser acogidos por la fe. A la acción de Dios se une la respuesta humana. Milagros yfe van sumamente unidos. “Pístis” y “pistéuo” (fe y creer) son términos que aparecen a menudo en losrelatos de milagro. Es significativo que algunos terminen con la frase de Jesús: “Tu fe te ha salvado”(Mc 5,34; 10,52; Mt 9,22; Lc 17,19). En sentido estricto, no es la fe la que provoca el milagro sino laacción de Dios, pero ésta requiere, para ser eficaz, de la libre acogida del hombre. Por eso, donde Jesúsno la halla, tampoco puede obrar milagros (Mc 6,5ss; Mt 13,58). La fe es aquí simplemente laconfianza en el poder de Jesús para obrar milagros; de contar y confiar con que el poder de Dios no seha agotado, cuando las posibilidades humanas lo están. Sin embargo, los milagros deben llevar a una femás completa en el Reinado de Dios que se anticipa en Jesús.

e) Dios quiere la vida 66

Jesús proclama la salvación de Dios curando. Anuncia su reino poniendo en marcha un procesode sanación tanto individual como social. Su intención de fondo es clara: curar, aliviar el sufrimiento,restaurar la vida. No cura de manera arbitraria o por puro sensacionalismo. Tampoco para probar sumensaje o reafirmar su autoridad. Cura «movido por la compasión», para que los enfermos, abatidos ydesquiciados experimenten que Dios quiere para todos una vida más sana. Así entiende su actividadcuradora: “Si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, entonces es que ha llegado a ustedes elreino de Dios” (Lc 11,20).

Tal como vimos más arriba, cuando los discípulos del Bautista le preguntan: «¿Eres tú el quetenía que venir?», Jesús se limita a exponer lo que está ocurriendo: «Vayan y cuenten a Juan lo queoyen y ven: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, losmuertos resucitan y se anuncia a los pobres la buena noticia; y dichoso el que no se escandalice pormi causa» (Lc 7,22-23) Jesús entiende que es Dios quien está actuando con poder y misericordia,curando a los enfermos y defendiendo la vida de los desgraciados. Esto es lo que está sucediendo,aunque vaya en contra de las previsiones del Bautista y de otros muchos. No se están cumpliendo lasamenazas anunciadas por los escritores apocalípticos, sino lo prometido por el profeta Isaías, queanunciaba la venida de Dios para liberar y curar a su pueblo 67.

Según los evangelistas, Jesús despide a los enfermos y pecadores con este saludo: «Vete enpaz» 68, disfruta de la vida. Jesús les desea lo mejor: salud integral, bienestar completo, unaconvivencia dichosa en la familia y en la aldea, una vida llena de las bendiciones de Dios. El términohebreo “shalom” o «paz» indica la felicidad más completa; lo más opuesto a una vida indigna,desdichada, maltratada por la enfermedad o la pobreza. Siguiendo la tradición de los grandes profetas,Jesús entiende el reino de Dios como un reino de vida y de paz. Su Dios es «amigo de la vida» (Sab11,26).

66 Sigo aquí a Pagola 2013, 110-111.67 Is 35,5-6; 61,168 Mc 5,34; Lc 7,50; 8,48.

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Jesús sólo llevó a cabo un puñado de curaciones. Por las aldeas de Galilea y Judea quedaronotros muchos ciegos, leprosos y endemoniados sufriendo sin remedio su mal. Sólo una pequeña parteexperimentó su fuerza curadora. Nunca pensó Jesús en los «milagros» como una fórmula mágica parasuprimir el sufrimiento en el mundo, sino como un signo para indicar la dirección en la que hay queactuar para acoger e introducir el reino de Dios en la vida humana. Por eso Jesús no piensa sólo enlas curaciones de personas enfermas. Toda su actuación está encaminada a generar una sociedadmás saludable: su rebeldía frente a comportamientos patológicos de raíz religiosa como el legalismo,el rigorismo o el culto vacío de justicia; su esfuerzo por crear una convivencia más justa y solidaria; suofrecimiento de perdón a gentes hundidas en la culpabilidad; su acogida a los maltratados por la vida ola sociedad; su empeño en liberar a todos del miedo y la inseguridad para vivir desde la confianzaabsoluta en Dios. Curar, liberar del mal, sacar del abatimiento, sanear la religión, construir unasociedad más amable, constituyen caminos para acoger y promover el reino de Dios. Son los caminosque recorrerá Jesús.

3.3.1.2. Los criterios del Reinado de Dios

Más importantes que los milagros son los criterios del Reino de Dios o de Dios como rey. Ellosexcluyen toda forma de marginación, discriminación o no reconocimiento de la dignidad de cada unode sus hijos e hijas. Precisamente Jesús ha venido a restablecer su dignidad.

a) La dignidad de los pobres

Hemos visto que Herodes Antipas construyó las ciudades de Séforis y Tiberíades en veinte años.El desarrollo de estas dos ciudades generó un profundo cambio social.

Séforis y Tiberíades se convirtieron en centros administrativos desde donde se controlaba todala región. Allí se concentraban las clases dominantes: militares, poderosos recaudadores de tributos,jueces, administradores, grandes terratenientes y los responsables del almacenamiento de mercancías.No eran muchos, pero constituían la élite urbana protegida por Antipas. Ellos eran los «ricos» deGalilea en tiempos de Jesús: poseían riqueza, poder y honor.

La situación en el campo era muy diferente. Los grandes proyectos de construcciónemprendidos primero por Herodes y luego por su hijo Antipas hicieron crecer todavía más los tributos ylas tasas exigidas a los campesinos. Algunas familias apenas podían asegurarse la subsistencia. Unamala cosecha, una enfermedad o la muerte de algún varón podía ser el comienzo de la desgracia.Cuando una familia no tenía reservas suficientes para llegar hasta la siguiente cosecha, acudía antes quenada a pedir ayuda a sus familiares y vecinos. No siempre era posible, pues, con frecuencia, la penuriaera general en las aldeas. La única salida era entonces pedir algún préstamo a los que controlaban losalmacenes de grano. Todos sabían cuál podía ser el final. Al no poder pagar sus deudas, más de uno seveía obligado a desprenderse de sus tierras, que pasaban a engrosar las propiedades de los grandesterratenientes.

Imperio de Tiberio, reino de Herodes o tetrarquía de Antipas: el resultado siempre era el mismo.Lujosos edificios en las ciudades, miseria en las aldeas; riqueza y ostentación en las élites urbanas,deudas y hambre entre las gentes del campo; enriquecimiento progresivo de los grandes terratenientes,pérdida de tierras de los campesinos pobres. Creció la inseguridad y la desnutrición; las familiasprivadas de tierra se desintegraban; aumentó el número de jornaleros, mendigos, vagabundos,

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prostitutas, bandoleros y gentes que huían de sus acreedores. Nada podían esperar de Tiberio ni deAntipas.

¿Quiénes son los pobres del tiempo de Jesús. Las fuentes hablan siempre de ellos en plural.Son el estrato o sector social más oprimido: los que, al quedarse sin tierras, se han visto obligados abuscarse trabajo como jornaleros o a vivir de la mendicidad o de la prostitución. En Galilea, la inmensamayoría de la población era pobre, pues estaba compuesta por familias que luchaban día a día porsobrevivir, pero al menos tenían algún pequeño terreno o algún trabajo estable para asegurarse elsustento. Pero cuando Jesús habla de los «pobres» se está refiriendo a los que no tienen nada:gentes que viven al límite, los desposeídos de todo, los que están en el otro extremo de las élitespoderosas. Sin riqueza, sin poder y sin honor 69

No componen una masa anónima. Tienen rostro, aunque casi siempre esté sucio y aparezcademacrado por la desnutrición y la miseria extrema. De ellos, muchos son mujeres; hay también niñoshuérfanos que viven a la sombra de alguna familia. La mayoría son vagabundos sin techo. No saben loque es comer carne ni pan de trigo; se contentan con hacerse con algún mendrugo de pan negro decebada o robar unas cebollas, unos higos o algún racimo de uvas. Se cubren con lo que pueden y casisiempre caminan descalzos. Es fácil reconocerlos. Entre ellos hay mendigos que van de pueblo enpueblo y ciegos o tullidos que piden limosna junto a los caminos o a la entrada de las aldeas. Haytambién esclavos fugitivos de amos demasiado crueles, y campesinos escapados de sus acreedores.Entre las mujeres hay viudas que no han podido casarse de nuevo, esposas estériles repudiadas por susmaridos y no pocas prostitutas obligadas a ganarse el pan para sus hijos. Dentro de ese mundo demiseria, las mujeres son sin duda las más vulnerables e indefensas: pobres y, además, mujeres.

Rasgos comunes caracterizan a este sector oprimido. Todos ellos son víctimas de los abusos yatropellos de quienes tienen poder, dinero y tierras. Desposeídos de todo, viven en una situación demiseria de la que ya no podrán escapar. No pueden defenderse de los poderosos. No tienen un patrónque los proteja, porque no tienen nada que ofrecerle como clientes en aquella sociedad de patronazgo.En realidad no interesan a nadie. Son el «material sobrante del Imperio». Vidas sin futuro.

Los indigentes no sólo carecen de todo; están además condenados a vivir en la vergüenza: sinhonor ni dignidad alguna. No se pueden enorgullecer de pertenecer a una familia respetable: no hanpodido defender sus tierras; no pueden ganarse la vida con un trabajo digno. Son indeseables a los quecualquiera puede despreciar. Ellos lo saben bien. Por lo general, los mendigos de Galilea pedíanlimosna desde el suelo, sin atreverse apenas a levantar su mirada; las prostitutas, para poder sobrevivir,renunciaban al honor sexual de la mujer, tan valorado en aquella sociedad. Perdido el honor, estoshombres y mujeres no lo recuperarán jamás. Su destino es vivir degradados. No son nadie. Sidesaparecieran, nadie lo sentiría 70.

La vida insegura de itinerante acercaba mucho a Jesús a este mundo de indigentes. Vivíaprácticamente como uno de ellos: sin techo y sin trabajo estable. No llevaba consigo ninguna monedacon la imagen del César: no tenía problemas con los recaudadores. Se había salido del dominio deAntipas. Vivía entre los excluidos buscando el reino de Dios y su justicia.

69 Ya desde el siglo IV a.C. se distingue en la lengua griega del Imperio entre penés (penhj) (el pobre que vive de un durotrabajo) y ptojos (ptwcoj) (el desposeído de todo, el que no tiene de qué vivir). Jesús habla siempre de estos últimos.

70 El honor y la vergüenza eran categorías centrales en las sociedades mediterráneas del siglo I (Malina, Rohrbaugh). Lamiseria económica se vivía sobre todo como vergüenza, indignidad y deshonor.

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Pronto invita a hacer lo mismo al grupo de seguidores que se va formando en su entorno.Compartirán la vida de aquella pobre gente. Caminarán descalzos como ellos, que no tienen un denariopara comprarse unas sandalias de cuero. Prescindirán de la túnica de repuesto, la que servía de mantapara protegerse del frío de la noche cuando se dormía al raso. No llevarán siquiera un bolso conprovisiones. Vivirán del amor de Dios y de la hospitalidad de la gente. Exactamente como aquellosindigentes 71 Ahí está su sitio: entre los excluidos del Imperio. Para Jesús, es el mejor lugar para acogery anunciar el reino de Dios.

No puede anunciar el reino de Dios y su justicia olvidando a estas gentes. Les tiene que hacersitio para hacer ver a todos que tienen un lugar privilegiado en el reino de Dios; tiene que defenderlospara que puedan creer en un Dios defensor de los últimos; tiene que acoger, antes que a nadie, a los quedía a día se topan con las barreras levantadas por las familias protegidas por Antipas y por los ricosterratenientes. No se acerca a ellos de manera fanática o resentida, ni rechazando a los ricos. Sóloquiere ser signo claro de que Dios no abandona a los últimos.

Identificado con ellos y sufriendo de cerca sus mismas necesidades 72, Jesús va tomandoconciencia de que, para estos hombres y mujeres, el reino de Dios sólo puede resultar una «buenanoticia». Aquel estado de cosas era injusto y cruel. No respondía al proyecto de Dios. La llegada de sureino significará un «vuelco» total: aquellos vagabundos, privados hasta de lo necesario para vivir,serán los «primeros», y muchos de aquellos poderosos que parecen tenerlo todo serán los «últimos».Jesús expresó de forma muy gráfica su condena narrando una parábola que habla de «un rico sinentrañas y un mendigo llamado Lázaro». Le entendieron todos. La alegría de los mendigos no podía sermayor. En su corazón se despertaba una esperanza nueva.

Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Yuno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de loque caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, quemurió el pobre y los ángeles le llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue sepultado.

Estando en el hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno.Y, gritando, dijo: «Padre Abrahán, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la puntade su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama». Pero Abrahán le dijo:«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues,él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un granabismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan hacerlo, ni de ahí puedanpasar hacia nosotros».

Replicó: «Pues entonces, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cincohermanos, para que les advierta y no vengan también ellos a este lugar de tormento». Abrahán le dijo:«Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan». Él dijo: «No, padre Abrahán, que si alguno de entrelos muertos va a ellos, se convertirán». Le contestó: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco seconvencerán aunque un muerto resucite.» (Lc 16,19-31).

71 Marcos 6,8-11; Lucas 9,3-5; Mateo 10,9-14; Lucas 10,4-11.72 En Marcos 2,23-28 se cuenta que los discípulos de Jesús, urgidos por el hambre, arrancan algunas espigas, las

desgranan con sus manos y comienzan a comer lo que pueden. Sin duda Jesús y los suyos pasaban hambre en más de unmomento

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Jesús habla de un rico poderoso. Su túnica de lino fino proveniente de Egipto habla de su vidade lujo y ostentación. El color de púrpura de sus vestidos indica que pertenece a círculos muy cercanosal rey. Su vida es una fiesta continua, pues organiza espléndidos festines todos los días, no sólo conocasión de alguna celebración especial. Seguramente los pobres que escuchan a Jesús no han vistonunca de cerca a un personaje así, pero saben que pertenece a lo más alto de ese sector de privilegiadosque viven en Tiberíades, Séforis o Jerusalén. Son los que poseen riquezas, tienen poder y disfrutan deuna vida fastuosa en la que ellos no pueden ni soñar.

Muy cerca de este rico, echado junto a la hermosa puerta de su mansión, se encuentra unmendigo. No posee nada, excepto un nombre lleno de promesas: «Lázaro», es decir, «aquel a quienayuda Dios»73. No está cubierto de lino y púrpura, sino de llagas repugnantes. No sabe lo que es unfestín; ni siquiera puede comer los trozos de pan que los invitados arrojan bajo la mesa después dehaberse limpiado con ellos sus dedos. Sólo se le acercan los perros que vagan por la ciudad. Pareceextenuado: en ningún momento se mueve para hacer algo; no parece tener ya fuerzas ni para pedirayuda. Impuro a causa de su piel repugnante, degradado todavía más por el contacto con perroscallejeros, su situación de extrema miseria, ¿no es el mejor signo del abandono y la maldición de Dios?No está lejos su final. Tal vez alguno de los que escuchaban a Jesús se estremeció: Lázaro podía seruno de ellos. Ese era el final que les esperaba a los que vivían hundidos en la miseria y sobraban enaquella sociedad.

La mirada penetrante de Jesús está desenmascarando la terrible injusticia de aquellasociedad. Las clases más poderosas y los estratos más oprimidos parecen pertenecer a la mismasociedad, pero están separados por una barrera casi invisible: esa puerta que el rico no atraviesanunca para acercarse a Lázaro. Los ricos están dentro de sus palacios celebrando espléndidas fiestas;los pobres están fuera muriendo de hambre. De pronto todo cambia. Lázaro muere y, a pesar de que nise habla de su entierro, es llevado al seno de Abrahán, donde es acogido para tomar parte en subanquete. También muere el rico, que es enterrado con todo honor, pero no entra en el seno de Abrahán,sino en el hades 74.

El vuelco de la situación es total. Mientras Lázaro es acogido en el seno de Abrahán, el rico sequeda en un lugar de aflicción, en el sheol. Por vez primera el rico reacciona. El que no había tenidocompasión del mendigo la pide ahora a gritos para sí mismo; el que no había visto a Lázaro cuando lotenía junto a su puerta lo ve ahora «a lo lejos» y lo llama por su nombre; el que no había atravesado lapuerta para aliviar el sufrimiento del pobre quiere ahora que Lázaro se acerque a aliviar el suyo. Esdemasiado tarde. Abrahám le advierte: aquella barrera casi invisible de la tierra se ha convertido ahoraen un abismo infranqueable.

Los pobres no se lo podían creer. ¿Qué está diciendo Jesús? Según la antigua doctrina de laretribución, la prosperidad es signo de la bendición de Dios, y la miseria, por el contrario, indicio de su73 «Lázaro» es una forma abreviada de Eliézer «mi Dios es ayuda»). Según G. Yermes, se trata de una corrupción propia

del dialecto galileo que hablaba Jesús. Es el único personaje de las parábolas de Jesús que tiene nombre propio.74 Los judíos del siglo I hablan del «más allá» de maneras diferentes. El hades de la parábola no es el «infierno», sino el

sheol, un lugar de sombras y muerte a donde van a parar todos los muertos por igual. Al parecer, en tiempos de Jesúsera considerado como un lugar de espera donde se congregan, aunque separados, tanto justos como pecadores, mientrasllega el juicio de Dios. El libro de Henoc dice así: «Cuando los pecadores mueren y son enterrados, si durante su vidano han sido sometidos a juicio, sus espíritus son colocados aparte en un lugar de gran sufrimiento hasta que llegue el díadel juicio, del castigo y del perdón» (1,22).

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maldición (ver arriba). ¿Cómo puede ese mendigo, impuro y miserable, ser acogido en el seno deAbrahán y cómo puede este rico, bendecido por Dios, quedarse sufriendo en el sheol? ¿Es que los ricosno gozan de la bendición de Dios? ¿Es que los vagabundos y mendigos no son unos malditos? Aquelestado de cosas de unos ricos viviendo espléndidamente mientras a las puertas de sus palacios haygente que se muere de hambre es una injusticia hiriente. Esa riqueza que crece gracias a la opresiónsistemática sobre los débiles no es signo de la bendición de Dios. Es una injusticia intolerable queDios hará desaparecer un día. La llegada de su reinado significará un vuelco total de la situación.

Jesús empezó a hablar un lenguaje nuevo, sorprendente y provocativo, como se puede ver ensus bienaventuranzas:

“Dichosos los que no tienen nada, porque el rey de ustedes es Dios.Dichosos los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.”(Lc 6,20-21).

Son verdaderos gritos se escuchan por toda Galilea. Se encuentra por las aldeas con estas genteshumilladas que no pueden defenderse de los grandes terratenientes y les grita: “Dichosos los que notienen nada, porque el rey de ustedes es Dios”. Ve con sus propios ojos el hambre de esas mujeres yniños desnutridos, y no puede reprimir sus sentimientos: Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre,porque serán saciados.”. Ve llorar de rabia e impotencia a esos campesinos al quedarse sin tierras o alver que los recaudadores se llevan lo mejor de sus cosechas, y los alienta así: “Dichosos ustedes los queahora lloran, porque reirán.”75. El reino de Dios traerá el cambio. Su venida es una suerte para los queviven oprimidos y una amenaza para quienes viven oprimiendo.

¿No es esto una burla? ¿No es acaso cinismo? Lo sería, tal vez, si Jesús estuviera hablandodesde los palacios de Tiberíades, las mansiones de Séforis o las villas de los sumos sacerdotes deJerusalén. Pero Jesús está con ellos. Es un indigente más que les habla con fe y convicción total: esamiseria que los condena al hambre y a la aflicción no tiene su origen en Dios. Al contrario, constituyeun verdadero escándalo: Dios los quiere ver saciados, felices y riendo. Dios viene para ellos. Esto es loque Jesús quiere dejar bien grabado en su corazón: los que no interesan a nadie, le interesan a Dios; losque sobran en los imperios construidos por los hombres, tienen un lugar privilegiado en su corazón; losque no tienen patrón alguno que los defienda, tienen a Dios como Padre.

Jesús es realista. No tiene poder político ni religioso para transformar aquella situación.No tiene ejércitos para levantarse contra las legiones romanas ni para derrocar a Antipas. Es el profetade la misericordia de Dios, hecho uno con los últimos. Su palabra no significa ahora mismo el final delhambre y de la miseria de estas gentes, pero sí una dignidad indestructible para todas las víctimas deabusos y atropellos. Todo el mundo ha de saber que son estos precisamente los hijos predilectos deDios, y esto confiere a su dignidad una seriedad absoluta. Su vida es sagrada. Nunca, ni en Galileani en parte alguna, se construirá la vida tal como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres ymujeres del hambre, la miseria y la humillación. Nunca la religión judía ni cualquier otra serábendecida por Dios si no introduce justicia para ellos. A Dios sólo se le puede acoger construyendo unmundo que tenga como primera meta la dignidad de los últimos.

75 Nadie duda de que estas tres bienaventuranzas provienen de Jesús. La versión de Lucas (6,20-21) es más original que lade Mateo (5,3.5-6). Probablemente no forman parte de un discurso. Son gritos lanzados por Jesús en ocasiones diversaspara alentar a los pobres. Fueron recopilados más tarde en la comunidad cristiana.

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En una sociedad donde hay gente que vive hundida en el hambre o la miseria, sólo hay unadisyuntiva: vivir como descriteriados, indiferentes al sufrimiento de los demás, o despertar elcorazón y mover las manos para ayudar a los necesitados. Así lo siente Jesús. Los ricos, que vivenolvidados de los sufrimientos de los pobres, explotando a los débiles y disfrutando de un bienestaregoísta, son unos insensatos. Su vida es un fracaso. La idea de que un rico pueda «entrar» en elreino de Dios no sólo es imposible, sino ridícula: «Es más fácil que un camello pase por el ojo deuna aguja que el que un rico entre en el reino de Dios» 76. En el reino de Dios no puede haber ricosviviendo a costa de los pobres. Es absurdo imaginar que, cuando por fin se cumplan los deseos de Dios,siga habiendo poderosos oprimiendo a los débiles.

La tragedia de los ricos consiste en que su bienestar junto a los que pasan hambre esincompatible con el reinado de Dios, que quiere ver a todos sus hijos e hijas disfrutando de una vidadigna y justa. De ahí el grito de Jesús: «No pueden ustedes servir a Dios y al Dinero» 77. Sus palabrastuvieron que resultar explosivas. Dios y el Dinero son como dos señores enfrentados entre sí. No esposible ser esclavo del dinero y vivir acumulando monedas de oro y plata para asegurarse el propiobienestar y, al mismo tiempo, pretender entrar en la dinámica del reino de Dios, que busca una vidajusta y fraterna para todos. Hay que escoger. Jesús no alimenta en los pobres una sed de venganzacontra los ricos. Se limita a predecir su futuro: en el reino de Dios no hay sitio para ellos. Si nocambian, son unos «imbéciles». Lo dijo de manera clara en una parábola, llamada tradicionalmentedel «rico insensato»:

Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: «¿Qué haré, puesno tengo dónde almacenar mi cosecha?». Y dijo: «Voy a hacer esto: voy a demoler mis graneros,edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienesmuchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea». Pero Dios le dijo:«¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?» 78.

Un rico terrateniente, propietario de grandes extensiones de tierra 79, se ve sorprendido por unacosecha que supera todas sus expectativas. El rendimiento de sus campos ha sido tan espectacularque sus graneros se han quedado pequeños para almacenar el grano y demás productos. El hecho esextraño, pues de ordinario los grandes terratenientes poseían silos, graneros y almacenes biencalculados para guardar sus cosechas. «¿Qué haré?», se pregunta el rico ante el inesperado problema.Es la pregunta que se hacen también los oyentes de Jesús: ¿qué hará? Una cosecha tan desmesurada esuna especie de milagro, una bendición de Dios. ¿Pensará en los jornaleros que trabajaban sus tierras?¿Se compadecerá de los hambrientos?

El rico toma una decisión propia de un hombre poderoso: no añadirá un granero más a losque ya tiene; los destruirá todos y construirá otros nuevos y más grandes. No lo hace pensando en susjornaleros ni en los desposeídos que pasan hambre. Aquella cosecha inesperada, verdadera bendición76 Marcos 10,24. La imagen tan gráfica y cómica de este torpe animal tratando de «entrar» por la estrecha abertura de una

aguja es típica del estilo de Jesús. Todos se inclinan a pensar que proviene de su ironía. 77 Todos consideran auténtico este dicho de Jesús recogido en Lucas 16,13 y Mateo 6,24: «Nadie puede servir a dos

señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden ustedesservir a Dios y al Dinero».

78 La parábola se encuentra en Lucas 12,16-20 y en el Evangelio [apócrifo] de Tomás 63,1. Sin duda es de Jesús. 79 En el relato se utiliza el término "jora", que no significa un terreno cualquiera, sino una región. Se llama así a las

grandes extensiones que van acumulando los latifundistas que viven en la ciudad.

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de Dios, la disfrutará sólo él, nadie más. En adelante se dedicará a «descansar, comer, beber ybanquetear». Es lo más inteligente. Los pobres que escuchan a Jesús no piensan lo mismo: ese hombrees inhumano y cruel: ¿no puede pensar un poco en los que pasan hambre? ¿No sabe que acaparandopara sí toda la cosecha está privando a otros de lo que necesitan para vivir? ¿No tienen ellos ningúnderecho a disfrutar de las cosechas con que Dios bendice la tierra de Israel? 80.

De forma inesperada interviene Dios. Sus palabras son duras. Aquel rico no disfrutará de susbienes. Morirá esa misma noche durante el sueño. Su actuación es propia de un «necio»81 que ignora aDios y se olvida de los seres humanos. Jesús concluye su parábola con un interrogante final que planteaDios y al que los oyentes han de responder: todos aquellos productos almacenados por el rico, «¿paraquién serán?»

La parábola de Jesús era un desafío a todo el sistema. El rico del relato no es un monstruo. Suactuación es la habitual entre los ricos de Séforis o Tiberíades: sólo piensan en sí mismos y en subienestar. Siempre es así: los poderosos van acaparando bienes y los desposeídos se van hundiendo enla miseria. Este estado de cosas, según Jesús, es una insensatez que destruye a los más débiles y no daseguridad a los poderosos. Entrar en el reino de Dios pondría a los ricos mirando hacia los que padecenla miseria y el hambre.

b) La dignidad de los impuros

El deshonor y la indignidad de estas gentes se agravaba todavía más por el sistema de purezavigente, que acentuaba las discriminaciones entre los diversos sectores de la sociedad judía. Desde lainvasión de la cultura helénica, impulsada por Alejandro Magno, aquel pequeño pueblo se había vistoobligado a defender su identidad con todas sus fuerzas. Todos comprendieron que sólo podríansobrevivir reafirmando su adhesión incondicional a la ley y al templo, y promoviendo una política deseparación de lo pagano. Era cuestión de vida o muerte.

En este clima se desarrolló una dinámica religiosa de «separación», encaminada a preservar lasantidad propia del pueblo de Dios. El templo de Yahvé, lugar santo por excelencia, debía serprotegido de toda contaminación, excluyendo de su recinto sagrado a gentiles e impuros. Laobservancia estricta de la ley era el mejor medio para vivir en la tierra santa de Dios, sin dejarseasimilar por una cultura extraña. En consecuencia, se enfatizó el cumplimiento del sábado, principalseña de identidad de Israel en medio de los pueblos del Imperio; se prohibió estrictamente elmatrimonio con mujeres extranjeras; se apremió el pago de diezmos y primicias. Por último se urgió elcumplimiento del «código de santidad», dispuesto por la ley, como una estrategia de separación de loimpuro, lo no santo, lo alejado de Dios 82

Todos aceptaban en tiempos de Jesús la afirmación central de este código de santidad donde sepone en boca de Dios este mandato: «Sean ustedes santos, porque yo, Yahvé, su Dios, soy santo»83.

80 El rico no es consciente de que los bienes de la tierra son limitados. Si él acapara la cosecha, hay otros que pasaránhambre.

81 En Chile diríamos, "descriteriado" o "imbécil".82 Se llama «código de santidad» al conjunto de normas y prescripciones recogidas en el libro del Levítico 19 - 26. Está

redactado en ambientes sacerdotales del templo e insiste en la idea de separación de lo impuro para tener acceso al Diossanto.

83 Lv 19,2.

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Todos entienden la «santidad» como separación de lo impuro. Hay, sin embargo, grupos y sectoresque la buscan y promueven con un rigor especial. Los esenios de la comunidad de Qumrán (quehemos llamado “qumranitas”) llegaron incluso a abandonar la tierra prometida para crear en medio deldesierto una «comunidad santa». Ya no era posible, según ellos, vivir de manera santa en medio deaquella sociedad tan contaminada. Sólo en el desierto, vestidos con túnicas blancas y entregados a todaclase de purificaciones, podían vivir como «varones de santidad» e «hijos de la luz», fieles al Diossanto y aislados tanto de los paganos romanos como de los judíos que vivían de manera impura. En losambientes fariseos no se llegó a este extremo, pero en los grupos más radicales se esforzaban porobservar algunas leyes de pureza que sólo obligaban a los sacerdotes 84. Al parecer, su ideal eraconvertir la tierra prometida en una especie de templo habitado por el Dios santo, y hacer de todo elpueblo un «reino de sacerdotes». No parece que excluyeran de la Alianza a quienes no observaban sunivel de pureza, pero vivían más o menos «separados» de ellos, y ciertamente no los admitían a sumesa.

El sistema de pureza ritual buscaba garantizar la identidad judía frente a la cultura pagana, perotuvo otro resultado tal vez inesperado: el endurecimiento de las diferencias y discriminacionesdentro del mismo pueblo. Ya por nacimiento, los sacerdotes y levitas poseían un rango de santidadsuperior al del pueblo; los que observaban el código de santidad gozaban de mayor dignidad que losimpuros, los que vivían en contacto con paganos o los que, como los publicanos y prostitutas, ejercíanprofesiones que implicaban de hecho una permanente transgresión del código; los leprosos, eunucos,ciegos y cojos no se podían presentar con el mismo rango de pureza que los sanos; naturalmente, lasmujeres, sospechosas siempre de impureza por su menstruación o los partos, pertenecían a unacategoría menos digna y santa que la de los varones.

Es normal que en este tipo de sociedad, donde se marca ritualmente el grado de pureza oimpureza de las gentes, los más proscritos y degradados socialmente sean considerados de manerageneral un sector de «impuros» alejados del Dios santo del templo. Son gentes sucias, muchos de ellosenfermos, con la piel de su cuerpo ulcerada como Lázaro. Hay entre ellos mendigos, ciegos yprostitutas. Su vida de vagabundos les impide a la mayoría cumplir las normas de pureza y laspurificaciones rituales. Bastante tienen con buscarse el pan de cada día. Su exclusión del templo parecemostrar que Dios los rechaza. A nadie le agrada tener cerca a gente sucia y desagradable. Seguramentea Dios tampoco.

No lo veía así Jesús. Frente a lo proclamado en el código de santidad: «Sean santos porque yo,el Señor, el Dios de ustedes, soy santo», él introduce otra exigencia que transforma de manera radical elmodo de entender y vivir la «imitación» de Dios: «Sean compasivos como el Padre de ustedes escompasivo» 85. Es la compasión y no la santidad lo que hemos de imitar en Dios. No niega Jesús la«santidad» de Dios, pero lo que cualifica esa santidad no es la separación de lo impuro, sino su amorcompasivo. Dios es grande y santo no porque vive separado de los impuros, sino porque es compasivocon todos y «hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» 86. La compasiónes el modo de ser de Dios, su primera reacción ante el ser humano, lo primero que brota de sus entrañasde Padre. Dios es compasión y amor entrañable a todos, también a los impuros, los privados de honor,

84 Es poco lo que sabemos con certeza de los fariseos antes del año 70, pero parece que no hemos de identificarlos a todoscon los haberim, que eran un grupo minoritario y más radical que pretendía extender la «pureza sacerdotal» a todo elpueblo (Sanders).

85 Lc 6,36; Mt 5,48.86 Mt 5,45.

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los excluidos de su templo 87. Por eso, la compasión es, para Jesús, la manera de imitar a Dios y sersantos como él. Mirar a las personas con amor compasivo es parecerse a Dios; ayudar a los que sufrenes actuar como él.

Jesús introduce así una verdadera revolución. El «código de santidad» generaba una sociedaddiscriminatoria y excluyente. El «código de compasión» propuesto por él genera una sociedadcompasiva, acogedora e incluyente, incluso hacia esos sectores sin honor y respetabilidad. Laexperiencia que Jesús tiene de Dios no conduce a la separación y exclusión, sino a la acogida, al abrazoy la hospitalidad. En el reino de Dios, a nadie se ha de humillar, excluir o separar de la comunidad. Losimpuros y los privados de honor tienen la dignidad sagrada de hijos de Dios 88.

Es el amor compasivo el que está en el origen y trasfondo de toda la actuación de Jesús, lo queinspira y configura toda su vida. La compasión no es para él una virtud más, una actitud entre otras.Vive transido por la misericordia: le duele el sufrimiento de la gente, lo hace suyo y lo convierte enprincipio interno de su actuación. Jesús toca a los leprosos, se deja tocar por la mujer con derrames desangre y besar por la prostituta, libera a los poseídos de espíritus impuros. Nada le detiene cuando setrata de acercarse al que sufre. Su actuación, inspirada por la compasión, es un desafío directo alsistema de pureza. Tal vez tenía una visión muy particular: lo santo no necesita ser protegido por unaestrategia de separación para evitar la contaminación; al contrario, es el verdaderamente santo quiencontagia pureza y transforma al impuro. Jesús toca al leproso, y no es Jesús el que queda impuro, sinoel leproso quien queda limpio.

c) La dignidad de los pecadores

No fue la acogida a los impuros lo que provocó más escándalo y hostilidad hacia Jesús, sinosu amistad con los pecadores. Nunca había ocurrido algo parecido en la historia de Israel. Ningúnprofeta se había acercado a ellos con esa actitud de respeto, amistad y simpatía. Lo de Jesús erainaudito. El recuerdo que había dejado el Bautista era muy diferente. Su máxima preocupación habíasido acabar con el pecado que contaminaba a todo el pueblo y ponía en peligro la Alianza con Dios. Erael mayor mal y la desgracia más grande para todos. El pecado estaba irritando a Dios y desencadenandosu «ira» 89 ¿Podía haber algo más importante que denunciar a los pecadores, recordarles el castigo quelos amenazaba y poner en marcha un gran rito de purificación y penitencia para sacarlos de su pecado?

La actuación del Bautista no escandalizó a nadie. Era lo que se esperaba de un profeta,defensor de la Alianza del pueblo con Dios. Pero la conducta de Jesús es sorprendente. No habla delpecado como algo que está provocando la ira divina. Al contrario, en el reino de Dios hay también sitiopara los pecadores y las prostitutas. No se dirige a ellos en nombre de un juez irritado por tanta ofensa,sino imitando su amor entrañable de Padre. ¿Cómo puede acoger junto a sí a publicanos y pecadoressin ponerles condición alguna? ¿Cómo un hombre de Dios los puede aceptar como amigos? ¿Cómose atreve a comer con ellos? Este comportamiento es seguramente el rasgo más provocativo de Jesús.

87 La idea de «compasión» se expresa en hebreo (y en arameo) con el término rahamim, que significa «entrañas». Es loque siente la mujer hacia el hijo que lleva en su vientre. El término sugiere diversos matices: «dar vida», «alimentar»,«cuidar». Dios nos lleva a todos en sus entrañas (Borg).

88 En el contexto cultural de Galilea, el lenguaje de las bienaventuranzas es un lenguaje honorífico. Jesús atribuye unhonor ante Dios a quienes no pueden defender su dignidad ante los hombres (Malina/Rohrbaug). Se podría traducir así:«¡Qué honorables son ustedes, los pobres, porque tienen como rey al mismo Dios!».

89 Lc 3,7; Mt 3,7.

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Ningún profeta había actuado así. Tampoco las comunidades cristianas se atreverán más tarde a tantatolerancia con los pecadores 90.

¿Quiénes eran estos pecadores? En tiempos de Jesús se llamaba así a un grupo especial y bienreconocible de personas con determinados rasgos sociológicos. No hay que confundirlos con el puebloignorante, que, al no conocer los innumerables preceptos de la ley, no los cumplían, al menos en suintegridad, ni con tanta gente del campo que, después de caer en estado de impureza, descuidaban losritos preceptivos de purificación. Tampoco hemos de identificar sin más a los pecadores con ciertaslistas de oficios que eran objeto de desprecio, sobre todo por parte de los sectores fariseos másrigoristas. Los «pecadores» son más bien personas que han transgredido la Alianza de maneradeliberada, sin que se observe en ellos signo alguno de arrepentimiento. No se le aplica acualquiera ese calificativo. «Pecadores» son los que rechazan la Alianza con Dios desobedeciendoradicalmente la ley: los que profanan el culto, los que desprecian el gran día de la Expiación, losdelincuentes, los que colaboraban con Roma en la opresión al pueblo judío, los usureros y estafadores,y las prostitutas. Se los considera como personas que viven fuera de la Alianza, traicionan al Dios deIsrael y quedan excluidas de la salvación. Son «los perdidos». De ellos habla Jesús en sus parábolas 91.

Junto a los pecadores, las fuentes hablan constantemente de otro grupo: «los publicanos». AJesús se le acusa de comer con «pecadores y publicanos», y al menos un publicano perteneció al grupode sus amigos más cercanos. ¿Quiénes son estos «publicanos» tan estrechamente asociados al grupo delos «pecadores»?

Los «publicanos» que aparecen en los evangelios son los recaudadores que cobran losimpuestos de las mercancías y derechos de tránsito en las calzadas importantes, puentes o puertas dealgunas ciudades. Pero no hay que confundir a los grandes recaudadores o «jefes de publicanos», quehan logrado que se les conceda el control de estos peajes y derechos de aduana en una determinadaregión 92, con sus esclavos y demás subordinados que se sientan en los puestos de cobro. Estos«publicanos» constituyen un colectivo formado por gentes que no han podido encontrar un mediomejor para subsistir. Este trabajo, considerado como una actividad propia de ladrones y gente pocohonesta, era tan despreciado que a veces se recurría a esclavos. Estos son los «publicanos» queencuentra Jesús en su camino. Constituyen un grupo típico de pecadores desprestigiado socialmente: elequivalente tal vez del grupo de «prostitutas» en el campo de las mujeres 93.

Asimismo, Jesús escandaliza también por relacionarse con mujeres de mala fama,provenientes de los estratos más bajos de la sociedad. En las ciudades de cierta importancia, lasprostitutas trabajaban en pequeños burdeles regidos por esclavos; la mayor parte eran también esclavas,vendidas a veces por sus propios padres. Las prostitutas que vagaban por las aldeas eran casi siempremujeres repudiadas o viudas sin protector, que se acercaban a fiestas y banquetes en busca de clientes.Al parecer, son estas quienes se acercan a las comidas que se organizaban en torno a Jesús.

Lo que más escandaliza no es verle en compañía de gente pecadora y poco respetable, sino

90 1 Cor 5,1-13.91 «La oveja perdida», «la dracma perdida», «el hijo perdido» (Lucas 15,1-32).92 La figura del rico Zaqueo ha contribuido a divulgar una idea falsa de los publicanos. Sin embargo, Lucas lo presenta

con toda precisión como «jefe de publicanos» (architelonés) en la región de Jericó, no como un publicano que se sientaen el puesto de cobro.

93 Es significativo que Mateo hable del binomio «publicanos y prostitutas» (21,31).

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observar que se sienta con ellos a la mesa. Estas comidas con «pecadores» son uno de los rasgos mássorprendentes y originales de Jesús, quizá el que más lo diferencia de todos sus contemporáneos y detodos los profetas y maestros del pasado. Los pecadores son sus compañeros de mesa, los publicanos yprostitutas gozan de su amistad. Es difícil encontrar algo parecido en alguien considerado por todoscomo un «hombre de Dios». Sin duda es un gesto provocativo, buscado intencionadamente por Jesús.Un gesto simbólico que generó una reacción inmediata contra él. Las fuentes recogen fielmenteprimero la sorpresa: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?» 94. ¿No guarda las debidasdistancias? ¡Qué vergüenza! Luego las acusaciones, el rechazo y el descrédito: «Ahí tienen ustedes uncomilón, bebedor de vino, amigo de pecadores» 95. ¿Cómo puede comportarse así?

El asunto es explosivo. Sentarse a la mesa con alguien siempre es una prueba de respeto,confianza y amistad. No se come con cualquiera; cada uno come con los suyos. Compartir la mismamesa quiere decir que se pertenece al mismo grupo, y que, por tanto, se marcan las diferencias conotros. Los gentiles comen con los gentiles, los judíos con los judíos, los varones con los varones, lasmujeres con las mujeres; los ricos con los ricos; los pobres con los pobres 96. No se come concualquiera ni de cualquier manera. Y menos cuando se quiere observar la santidad propia del verdaderoIsrael. En la secta de Qumrán, la comida era el centro de la vida comunitaria; ningún extraño a lacomunidad podía tomar parte en ella; incluso los mismos miembros se sometían a rigurosaspurificaciones antes de sentarse a la mesa; la comida transcurría según un detallado ritual que fijaba ellugar de cada uno según la estructura jerárquica de la comunidad. En los sectores radicales de losgrupos fariseos, los comensales se lavaban previamente las manos, excluían a los ritualmente impuros yse aseguraban de que se había pagado el diezmo de todos los alimentos que se iban a servir. Con estasreglas de la mesa, cada grupo excluye a los extraños, consolida su propia identidad y manifiesta suvisión del verdadero Israel.

Jesús sorprende a todos al sentarse a comer con cualquiera. Su mesa está abierta a todos:nadie se ha de sentir excluido. No hace falta ser puro; no es necesario limpiarse las manos. Puedecompartir su mesa gente poco respetable; incluso los pecadores que viven olvidados de la Alianza.Jesús no excluye a nadie. En el reino de Dios todo ha de ser diferente: la misericordia sustituye a lasantidad. No hay que reunirse en torno a mesas separadas. El reino de Dios es una mesa abierta dondepueden sentarse a comer hasta los pecadores. Jesús quiere comunicar a todos lo que él vive en sucorazón cuando se sienta a la mesa con publicanos, pecadores, mendigos, enfermos recién curados ogentes indeseables y de dudosa moralidad. El gozo de Dios es que los pobres y despreciados, losindeseables y pecadores puedan disfrutar junto a él. Jesús lo está ya viviendo desde ahora. Por esocelebra con gozo cenas y comidas con los que la sociedad desprecia y margina. ¡Los que no han sidoinvitados por nadie, un día se sentarán a la mesa con Dios!

Jesús entiende y vive estas comidas con pecadores como un proceso de curación. Al verseacusado por su conducta extraña y provocativa, responde con este refrán: «No necesitan de médico lossanos, sino los enfermos» (Mc 2,17a). Estas comidas tienen un carácter terapéutico. En ellas, Jesús lesofrece su confianza y amistad, los libera de la vergüenza y la humillación, los rescata de lamarginación, los acoge como amigos. Poco a poco se despierta en ellos el sentido de la propia

94 Mc 1,16.95 Lc 7,34; Mt 11,9. 96 En casi todas las culturas, la comida es una especie de «microcosmos» que nos descubre cómo es esa sociedad. Lo que

se come, la forma de comer, con quién y dónde se come, son datos que indican las relaciones, los grupos, las tradicionesy la naturaleza de esa sociedad (Mary Douglas).

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dignidad: no son merecedores de ningún rechazo. Por vez primera se sienten acogidos por un hombrede Dios. En adelante, su vida puede ser diferente.

Por eso son comidas alegres y festivas. Beben vino y probablemente entonan cánticos. En loíntimo de su corazón, Jesús celebra con gozo el retorno de los «perdidos» a la comunión con el Padre.También ellos son hijos e hijas de Abrahán. La alegría de Jesús se contagia a todos. No se puede estartriste en su compañía. Es tan absurdo como estar ayunando junto al novio en su boda (Mc 2,18-19).Por supuesto, no son banquetes de carácter dionisíaco, como los que tal vez tenían lugar en Séforis oTiberíades. Jesús no invita al libertinaje. No justifica el pecado, la corrupción ni la prostitución. Lo quehace es romper el círculo diabólico de la discriminación, abriendo un espacio nuevo para elencuentro amistoso con Dios.

Jesús se sienta a la mesa con los pecadores no como juez severo, sino como amigo acogedor.El reino de Dios es gracia antes que juicio. Dios es una buena noticia, no una amenaza. Los pecadores ylas prostitutas pueden alegrarse, beber vino y cantar junto a Jesús. Estas comidas son un auténtico«milagro» que los va curando por dentro. Empiezan a intuir que Dios no es un juez siniestro que lesespera airado; es un amigo que se les acerca ofreciendo su amistad. La acogida de Jesús les da a estasmujeres y hombres fuerza para reconocerse como pecadores. Nada tienen que temer. El desprecio y laexclusión social les impedía mirar a Dios con confianza; la acogida de Jesús les devuelve la dignidadperdida. No necesitan ocultarse de nadie, ni siquiera de sí mismos. Pueden abrirse al perdón deDios y cambiar. Con Jesús todo es posible.

A estos pecadores que se sientan a su mesa, Jesús les ofrece el perdón envuelto en acogidaamistosa. No hay ninguna declaración; no les absuelve de sus pecados; sencillamente los acoge comoamigos. Las fuentes cristianas han conservado dos escenas en las que Jesús, de forma solemne, ofreceel perdón en nombre de Dios. En una escena conmovedora situada en Cafarnaún, al ver a un paralíticotendido a sus pies, sin fuerza alguna para caminar, Jesús le dice con ternura especial: «Hijo mío, tuspecados te son perdonados» (Mc 2,5). En otra escena no menos conmovedora, a la prostituta que le estáungiendo los pies entre lágrimas, besos y caricias, Jesús le dice estas palabras que le han de llenar depaz: «Tus pecados quedan perdonados» (Lc 7,48).

Probablemente Jesús llegó a expresar a los pecadores el perdón de Dios con fórmulas audacesque provocaron indignación. Pero, en cualquier caso, no era esta su forma habitual de actuar en lascomidas con pecadores. Tras esa fórmula solemne en la que Jesús otorga en nombre de Dios un«perdón-absolución», Dios aparece como un «juez», sin duda compasivo y benévolo, pero quetodavía sigue presentándose como juez. No es esto lo que Jesús revela con su «perdón-acogida» alsentarse a la mesa con los pecadores. Su acogida a publicanos y prostitutas incluye la absolución delpecado, pero es mucho más. Jesús sugiere que Dios sale hacia el pecador no como un juez que dictasentencia, sino como un padre que busca recuperar a sus hijos perdidos 97

Esta conducta de Jesús ofreciendo su acogida y el perdón de Dios a los pecadores provocóescándalo e indignación ¿Por qué? ¿Dónde estaba la novedad de su actuación? El pueblo judío creíaen el perdón de todos los pecados, incluidos el homicidio y la apostasía. Dios sabe perdonar aquienes se arrepienten. Eso sí, era necesario seguir un camino. En primer lugar, el pecador debíamanifestar su arrepentimiento mediante los sacrificios apropiados en el templo; debía abandonar su97 Esta manera de actuar está más acorde con sus parábolas del pastor que busca la oveja perdida, la mujer que se afana

por recuperar la dracma perdida y el padre que acoge al hijo perdido (Lucas 15,4-32).

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vida alejada de la Alianza y volver al cumplimiento de la ley; por último, los daños y ofensas alprójimo exigían la debida restitución o reparación. Si Jesús hubiera acogido a su mesa a pecadores parapredicarles el retomo a la Ley, logrando que publicanos y prostitutas abandonaran su vida de pecado,nadie se hubiera escandalizado. Al contrario, lo hubieran admirado y aplaudido.

Lo sorprendente es que Jesús acoge a los pecadores sin exigirles previamente elarrepentimiento, tal como era entendido tradicionalmente, y sin someterlos siquiera a un ritopenitencial, como había hecho el Bautista. Les ofrece su comunión y amistad como signo de que Dioslos acoge en su reino incluso antes de que vuelvan a la ley y se integren en la Alianza. Los acoge talcomo son, pecadores, confiando totalmente en la misericordia de Dios, que los está buscando. Por esoJesús pudo ser acusado de ser amigo de gente que seguía siendo pecadora. Su actuación era intolerable.¿Cómo podía acoger a su mesa asegurándoles su participación en el reino de Dios a gentes que noestaban reformando su vida de acuerdo con la Ley?

Sin embargo, la actuación de Jesús es clara. Ofrece el perdón sin exigir previamente un cambio.No pone a los pecadores ante las tablas de la ley, sino ante el amor y la ternura de Dios. Esta es suterapia personal con aquellos amigos y amigas «perdidos» que no aciertan a retomar a Dios por elcamino de la ley. Los perdona sin la seguridad de que responderán cambiando su conducta. Actúacomo profeta de la misericordia de Dios. Es amigo de los pecadores antes de verlos convertidos. Dioses así. No espera a que sus hijos e hijas cambien. Es él quien comienza ofreciendo su perdón.

Este perdón que ofrece Jesús no tiene condiciones. Su actuación terapéutica no sigue loscaminos de la ley: definir la culpa, llamar al arrepentimiento, lograr el cambio y ofrecer un perdóncondicionado a una respuesta posterior positiva. Jesús sigue los caminos del reino: ofrece acogida yamistad, regala el perdón de Dios y confía en su misericordia, que sabrá recuperar a sus hijos e hijasperdidos. Se acerca, los acoge e inicia con ellos un camino hacia Dios que sólo se sostiene en sucompasión infinita. Nadie ha realizado en esta tierra un signo más cargado de esperanza, un signo másgratuito y más absoluto del perdón de Dios.

Jesús sitúa a todos, pecadores y justos, ante el abismo insondable del perdón de Dios. Ya no hayjustos con derechos frente a pecadores sin derechos. Desde la compasión de Dios, Jesús plantea todo demanera diferente: a todos se les ofrece el reino de Dios; sólo quedan excluidos quienes no se acogena su misericordia. Todo queda confiado al misterio del perdón de Dios. Entre quienes le escuchan, elmensaje de Jesús resuena así: «Cuando se vean juzgados por la ley, siéntanse comprendidos por Dios;cuando se vean rechazados por la sociedad, sepan que Dios los abraza; cuando nadie les perdone suindignidad, sientan sobre ustedes su perdón inagotable. No se lo merecen. No se lo merece nadie. PeroDios es así: amor y perdón». El problema principal de Jesús fue si las personas moralmente justas ylegalmente correctas entenderían su manera de ver las cosas. Los pobres y los enfermos, los impuros ylos pecadores, los publicanos y las prostitutas le entendían y lo acogían. Para ellos, este Dios sugeridopor Jesús era la mejor noticia. La tradición cristiana ha conservado una frase dirigida por Jesús aquienes se resistían a su mensaje. Sólo puede ser suya: «En verdad, yo les digo: los publicanos y lasprostitutas entran antes que ustedes al reino de Dios».

d) La dignidad de las mujeres

Buena parte de los pobres que rodeaban a Jesús eran mujeres; privadas del apoyo de un varón,ellas eran sin duda las más vulnerables. Por otra parte, ser mujer en aquella sociedad patriarcal

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significaba estar destinada a vivir en un estado de inferioridad y sumisión a los varones. 98

Jesús nació en una sociedad en cuya conciencia colectiva estaban grabados algunosestereotipos sobre la mujer, transmitidos durante siglos. Según el segundo relato de la creación delGénesis 99, Dios había creado a la mujer sólo para proporcionarle una “ayuda adecuada” al varón. Éseera su destino. Sin embargo, lejos de ser una ayuda, fue ella precisamente la que le dio a comer delfruto prohibido, provocando la expulsión de ambos del paraíso. Este relato, transmitido de generaciónen generación, fue desarrollando en el pueblo judío una visión negativa de la mujer como fuentesiempre peligrosa de tentación y de pecado. La actitud más sabia era acercarse a ella con muchacautela y mantenerla siempre sometida 100

Había también otra idea irrebatible en aquella sociedad patriarcal: la mujer es «propiedad» delvarón. Primero pertenece a su padre; al casarse pasa a ser propiedad de su esposo; si queda viuda,pertenece a sus hijos o vuelve a su padre y hermanos. Es impensable una mujer con autonomía. Eldecálogo del Sinaí la consideraba una propiedad más del patrón de la casa: «No codiciarás la casa de tuprójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nadaque sea de tu prójimo» (Ex 20,17). La función social de la mujer estaba bien definida: tener hijos yservir fielmente al varón.

El control sobre la mujer estaba fuertemente condicionado por las reglas de pureza sexual. Lamujer era ritualmente impura durante su menstruación y como consecuencia del parto. Nadie debíaacercarse a la mujer impura. Las personas y los objetos que tocaba quedaban contaminados (Lev 15,19-30). Esta era, probablemente, la principal razón por la que las mujeres eran excluidas del sacerdocio, dela participación plena en el culto y del acceso a las áreas más sagradas del templo. La mujer erafuente de impureza. A Jesús se lo advirtieron sin duda desde pequeño.

Esta visión negativa de la mujer no perdió fuerza a lo largo de los siglos. En tiempos de Jesús,por lo que podemos saber, era tal vez más negativa y severa 101. La mujer no sólo es considerada fuentede tentación y ocasión de pecado. Es, además, frívola, sensual, perezosa, chismosa y desordenada.

Por otra parte, la mujer era considerada como un ser vulnerable al que los hombres han deproteger de la agresión sexual de otros varones. Por eso se la retenía recluida en el hogar y retirada dela esfera de la vida pública. Los varones cuidaban del honor de la casa y lo defendían públicamente; lasmujeres tenían que cuidar de su propia reputación y no avergonzar a la familia con una actuacióndeshonrosa. Lo más seguro era encerrarlas en casa para que guardaran mejor su honor sexual. Todospodían así vivir más tranquilos en las aldeas.

98 Para aproximamos a la actuación de Jesús ante las mujeres, hemos de tener en cuenta tres factores: todas las fuentesque poseemos sobre Jesús están escritas por varones, que, como es natural, reflejan la experiencia y actitud masculinas,no lo que sintieron y vivieron las mujeres en tomo a él; estos escritores emplean un lenguaje genérico y sexista que«oculta» la presencia de las mujeres: los «niños» que abraza Jesús son niños y niñas, los «discípulos» que le siguen sondiscípulos y discípulas; en tercer lugar, a lo largo de veinte siglos, los comentaristas y exegetas de los evangelios hanimpuesto una lectura tradicional masculina.

99 Gn 2,4 - 3,24. Este relato fue escrito hacia el siglo IX a.C.100 La literatura sapiencial judía exhorta repetidamente a los varones a no fiarse de la mujer ya tenerla siempre bajo control

(Eclesiástico 25,13-26,18; 42,9-14; Proverbios 5,1-23; 9,13-18).101 La literatura rabínica es, por lo general, muy negativa respecto a la mujer. Pero, al ser de fecha posterior incierta, no

nos permite remontamos con seguridad hasta los tiempos de Jesús.

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Al casarse, la mujer salía de su propia familia y pasaba, muchas veces sin ser consultada, de laautoridad del padre a la de su marido. En adelante, toda su vida transcurriría a su servicio: por esolo llamaba ba’alí, «mi señor». Sus deberes eran siempre los mismos: moler el trigo, cocer el pan,cocinar, tejer, hilar, lavar el rostro, las manos y los pies de su hombre. Naturalmente, su principalcometido consistía en satisfacerlo sexualmente y darle hijos varones para asegurar la subsistencia de lafamilia. Sin embargo, parece que la influencia de la mujer era grande dentro de la familia:muchos hombres las respetaban y ensalzaban como madres de sus hijos. Ellas eran, seguramente, lasque cuidaban el clima familiar y religioso dentro de la casa 102.

Fuera del hogar, las mujeres no «existían». No podían alejarse de la casa sin ir acompañadaspor un varón y sin ocultar su rostro con un velo. No les estaba permitido hablar en público con ningúnvarón. Debían permanecer retiradas y calladas. No tenían los derechos de que gozaban los varones. Nopodían tomar parte en banquetes. Excepto en casos muy precisos, su testimonio no era aceptado comoválido, al menos como el de los varones. En realidad no tenían sitio en la vida social. Elcomportamiento de mujeres que se alejan de la casa y andan solas, sin la vigilancia de un hombre,tomando parte en comidas o actividades reservadas a los varones, era considerado como una conductadesviada, propia de mujeres que descuidan su reputación y su honor sexual. Jesús lo sabía cuando lasaceptaba en su entorno. 103

También la vida religiosa, colocaba a la mujer en una condición de inferioridad. Sólo en lacelebración doméstica tenía alguna participación significativa, pues era la encargada de encender lasvelas, pronunciar ciertas oraciones y cuidar algunos detalles rituales en la fiesta del sábado. Por lodemás, su presencia era del todo secundaria. Las mujeres estaban separadas de los hombres tanto en eltemplo como, probablemente, en la sinagoga. Las normas de pureza, interpretadas de manera rígida,sólo les permitían el acceso al atrio de los paganos y de las mujeres, no más allá.

Las mujeres que se acercaron a Jesús pertenecían, por lo general, al entorno más bajo deaquella sociedad. Bastantes eran enfermas curadas por Jesús, como María de Magdala (Lc 8,2).Probablemente se movían en su entorno mujeres no vinculadas a ningún varón: viudas indefensas,esposas repudiadas y, en general, mujeres solas, sin recursos, poco respetadas y de no muy buena fama.Había también algunas prostitutas, consideradas por todos como la peor fuente de impureza ycontaminación. Jesús las acogía a todas.

Estas mujeres están entre los pecadores e indeseables que se sientan a comer con él.Aquella mesa no es la «mesa santa» en la que comen los «varones de santidad» de la comunidad deQumrán, excluyendo a toda mujer. No es tampoco la «mesa pura» de los sectores fariseos másradicales, que toman sus alimentos observando la pureza ritual de los sacerdotes 104. Para Jesús, sinembargo, estas comidas son precisamente símbolo y anticipación del reino de Dios. Junto a él se puedever ya cómo los «últimos» del pueblo santo y las «últimas» de aquella sociedad patriarcal son los«primeros» y las «primeras» en entrar al reino de Dios 105.102 En la literatura rabínica posterior a Jesús se pueden leer textos muy elogiosos: «Para el que pierde a su mujer, el mundo

se hace más tétrico» (Rabí Alexandrai); «El que no tiene esposa, no conoce lo bueno, vive sin ayuda, sin alegría, sinbendición…» (Rabí Jacob).

103 Hay indicios para sospechar que, en los pueblos pequeños de Galilea, las costumbres eran menos estrictas que lo que se puede deducir de los textos rabínicos. Las mujeres salían más libremente de casa, acompañaban a los hombres y a losniños en trabajos del campo y no siempre se cubrían el rostro con el velo.

104 No se sabe si entre los fariseos se admitía a las mujeres en las comidas importantes de carácter festivo.105 Los evangelistas hablan de «pecadores», pero detrás de ese lenguaje sexista hemos de ver también a «pecadoras».

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La presencia de estas mujeres en las comidas de Jesús resultaba probablemente escandalosa.Las que se movían fuera de casa, acompañando a hombres, eran consideradas como mujeres de fácilacceso para cualquier comensal, sobre todo si no venían acompañadas por su esposo 106. Por otra parte,los recaudadores de impuestos tenían fama de vivir en contacto con el mundo de las prostitutas.Algunos de ellos dirigían pequeños burdeles o proporcionaban mujeres para los banquetes 107. Jesús nise asusta ni las condena. Las acoge con el amor comprensivo del Padre. Nunca habían estado aquellasmujeres tan cerca de un profeta. Jamás habían escuchado hablar así de Dios. Más de una llora deagradecimiento. A sus adversarios no les resulta difícil desacreditarlo como hombre poco observante dela ley, «amigo de pecadoras». Jesús los desafió en alguna ocasión de manera provocativa: “Lospublicanos y las prostitutas entran antes que ustedes al reino de Dios.” 108

Jesús no pone ningún empeño en criticar el «código de pureza». En ningún momento se enredaen cuestiones de sexo y pureza ritual. No es lo suyo. Sencillamente, desde su experiencia del reino deDios comienza a actuar con libertad total. No mira a la mujer como fuente de tentación ni de posiblecontaminación. Se acerca a ellas sin recelo y las trata abiertamente, sin dejarse condicionar porprejuicio alguno. A las mujeres les tenía que resultar atractivo acercarse a él. Para más de unasignificaba liberarse, al menos momentáneamente, de la vida de marginación y trabajo que llevaban ensus casas. Algunas se aventuraban incluso a seguirle por los caminos de Galilea. Tenían que ser,probablemente, mujeres solas y desgraciadas que vieron en el movimiento de Jesús una alternativa devida más digna 109.

Sin duda ven en él una actitud diferente. Nunca escuchan de sus labios expresionesdespectivas, tan frecuentes más tarde en los rabinos. Nunca le oyen exhortación alguna a vivirsometidas a sus esposos ni al sistema patriarcal. No hay en Jesús animosidad ni precaución algunafrente a ellas. Sólo respeto, compasión y una simpatía desconocida.

En contra de la tendencia general, nunca previene a los varones de las artes seductoras de lasmujeres, sino que los alerta frente a su propia lujuria: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya hacometido adulterio con ella en su corazón» (Mt 5,28-29). En una sociedad donde la lujuria del varón noera considerada tan grave como la seducción de la mujer, Jesús pone el acento en la responsabilidad delos hombres. No han de justificarse culpabilizando a las mujeres de su mal comportamiento.

Jesús corrige también la valoración que se hace de la mujer atribuyéndole como cometidosupremo el tener hijos. La escena conservada por la tradición tiene un fuerte colorido mediterráneo(Lc 11,27-28). En cierta ocasión, una mujer de pueblo alaba a Jesús ensalzando a su madre por lo únicorealmente importante para una mujer en aquella cultura: un vientre fecundo y unos pechos capaces deamamantar a los hijos. «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!». Jesús ve las cosasde otra manera. Tener hijos no es todo en la vida. Por muy importante que sea para una mujer lamaternidad, hay algo más decisivo y primordial: «Dichosas más bien las que escuchan la Palabra de106 Es significativo el nerviosismo del fariseo Simón cuando una prostituta del pueblo se acerca a Jesús en pleno banquete

con gestos y actitudes que él considera propios de una «pecadora» (Lc 7,36-50).107 Kathleen Corley ha mostrado con muchos datos tanto la sospecha de promiscuidad que recaía sobre las mujeres que

tomaban parte en banquetes públicos como la vinculación de los recaudadores de impuestos con los ambientes deprostitutas.

108 Mateo 21,31. Estas palabras parecen confirmar la estrecha relación que existía entre estos dos colectivos de«publicanos» y «prostitutas». La acogida de Jesús tenía que resultar escandalosa.

109 En el punto 3.2.6. veremos la situación de las discípulas de Jesús.

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Dios y la cumplen». La grandeza y dignidad de la mujer, lo mismo que la del varón, arranca de sucapacidad para escuchar el mensaje del reino de Dios y entrar en él.

En otra ocasión se nos dice que Jesús corrige, en casa de sus amigas Marta y María, aquellavisión generalizada de que la mujer se ha de dedicar exclusivamente a las tareas del hogar. Marta seafana por acoger con todo esmero a Jesús, mientras su hermana María, sentada a sus pies, escucha supalabra. Cuando Marta reclama la ayuda de María para realizar sus tareas, Jesús le contesta así: «Marta,Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola.María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,38-42). La mujer no ha de quedarreducida al servicio de las faenas del hogar. Hay algo mejor y más decisivo a lo que tiene derecho tantocomo el hombre, y es la escucha de la Palabra de Dios.

Jesús reacciona también con audacia frente al doble criterio de moralidad que se usa paraenjuiciar de manera desigual al varón y a la mujer. La escena es cautivadora (Jn 8,1-8). Traen anteJesús a una mujer sorprendida mientras estaba teniendo relaciones sexuales con un hombre. No se dicenada del varón. Es lo que ocurría casi siempre en aquella sociedad machista. Se humilla y se condena ala mujer, porque ha deshonrado a su familia. Mientras tanto, nadie habla del varón, aunque,paradójicamente, es a él a quien la Torá exigía no poseer ni desear a una mujer que ya pertenece a otro(Ex 20,14-17). Al dar la ley, se piensa en los varones como los verdaderos responsables de la sociedad;luego, al reprimir el delito, se castiga con dureza a las mujeres. Jesús no soporta esta hipocresía socialconstruida por los varones. No es verdad que la mujer sea más culpable que el varón: “Aquel deustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra”. Empezando por los más viejos, losacusadores se van retirando uno a uno, avergonzados por el desafío de Jesús. Saben que ellos son losmás responsables de los adulterios que se cometen en aquellos pueblos.

La conclusión es conmovedora. La mujer no se ha movido. Sigue allí, en medio, humillada yavergonzada. Jesús se queda a solas con ella. Ahora la puede mirar con ternura y expresarle todo surespeto y cariño: “Mujer…, ¿nadie te ha condenado?”. La mujer, que acaba de escapar de la muerte, leresponde atemorizada: “Nadie, Señor”. Las palabras de Jesús son inolvidables. Nunca las podránescuchar los varones adúlteros que se han retirado irritados. Sólo aquella mujer abatida: “Tampoco yote condeno. Vete y, en adelante, no peques más”. Aquella mujer no necesita más condenas. Jesús confíaen ella, quiere para ella lo mejor y la anima a no pecar. Pero de sus labios no brota ninguna condena.

Ciertamente, Jesús las mira de manera diferente, y las mujeres lo captan. Las adivina enseguidaentre sus oyentes, cubiertas por su velo, y las tiene en cuenta al comunicar su mensaje. También ellastienen que escuchar la Buena Noticia de Dios y comunicarla a otras mujeres que no se hanatrevido a salir de su casa 110. Con una sensibilidad nada habitual en una sociedad patriarcal, Jesústiene la costumbre de hablar explícitamente de las mujeres haciéndolas «visibles» y poniendo de relievesu actuación. Narra la parábola del «amigo impertinente» que, con su insistencia, logra ser escuchadopor su vecino, pero al mismo tiempo cuenta la de la «viuda importuna» que reclama tenazmente susderechos hasta conseguir que el juez le haga justicia (Lc 11,5-8 y 18,1-8). Jesús no se encierra en unlenguaje androcéntrico que todo lo considera desde la perspectiva del varón. Se pone en el lugar de lasmujeres y les hace protagonistas de sus parábolas. Narra la parábola del «sembrador» que sale asembrar su semilla, pero cuenta también la de la «mujer que introduce levadura» en la masa de harina(Mc 4,3-8). Al hablar del amor de Dios a los pecadores, lo compara con una mujer angustiada que barre110 Probablemente fueron mujeres las que divulgaron el mensaje de Jesús entre las mujeres que se movían en el ámbito de

la casa familiar.

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con cuidado toda su casa hasta encontrar la monedita de plata que se le ha perdido (Lc 15,8-10). Estelenguaje rompe todos los esquemas tradicionales, que tendían a imaginar a Dios bajo figura de varón.

No es sólo en sus parábolas. Jesús aprovecha cualquier situación para presentar a las mujerescomo modelo de fe, generosidad o entrega desinteresada. Una pobre viuda (Mc 12,41-44), una enfermacrónica (Mc 5,24-34) o una madre pagana desesperada (Mc 7,24-30) pueden ser un ejemplo a seguirpor todos.

Probablemente, lo que más hace sufrir a las mujeres no es vivir al servicio de su esposo y de sushijos, sino saber que, en cualquier momento, su esposo las puede repudiar abandonándolas a susuerte. Este derecho del varón se basa nada menos que en la ley: “Si resulta que la mujer no hallagracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que no le agrada, le redactará un acta de repudio, se lopondrá en la mano y la echará de casa” (Deut 24,1). Ya antes de nacer Jesús, los expertos de la leydiscutían vivamente sobre el modo de interpretar estas palabras. Según los seguidores de Shammai,sólo se podía repudiar a la esposa en caso de adulterio; según la escuela de Hillel, bastaba conencontrar en la esposa «algo desagradable», por ejemplo que se le había quemado la comida. Alparecer, en tiempos de Jesús era esta tendencia la que se iba imponiendo. Más tarde, Rabí Aqiba daríaun paso más: para repudiar a la esposa basta que al marido le guste más otra mujer. Mientras los doctosvarones discutían, las mujeres no podían alzar su voz para defender sus derechos.

En algún momento, el planteamiento llegó hasta Jesús: “¿Puede el marido repudiar a lamujer?”. La pregunta es totalmente machista, pues la mujer no tenía posibilidad alguna de repudiar a suesposo. Jesús sorprende a todos con su respuesta. Las mujeres que lo escuchan no se lo pueden creer.Según él, si el repudio está en la ley, es por la “dureza de corazón” de los varones y su actitud machista,pero el proyecto original de Dios no fue un matrimonio patriarcal. Dios ha creado al varón y a la mujerpara que sean “una sola carne”, como personas llamadas a compartir su amor, su intimidad y su vidaentera en comunión total. Por eso, “lo que Dios ha unido, que no lo separe el varón” (Mc 10,2-11; Lc16,18). Una vez más, Jesús toma posición a favor de las víctimas, poniendo fin al privilegio de losvarones para repudiar a las esposas a su antojo y exigiendo para las mujeres una vida más segura, dignay estable. Dios no quiere estructuras que generen superioridad del varón y sumisión de la mujer. En elreino de Dios tendrán que desaparecer 111.

Su experiencia de Dios Padre, defensor de los últimos, y su fe en la llegada de su reinado llevana Jesús a comportarse de tal manera que su actuación pone en crisis costumbres, tradiciones y prácticasque oprimían a la mujer 112. Jesús no puede suprimir el carácter abrumadoramente patriarcal de aquellasociedad. Es sencillamente imposible. Sin embargo, introduce unas bases nuevas y una actitud capacesde «despatriarcalizar» la sociedad: nadie puede en nombre de Dios defender o justificar la prepotenciade los varones, ni el sometimiento de las mujeres a su poder patriarcal. Jesús lo subvierte todo alpromover unas relaciones fundadas en que todas las personas, mujeres y varones, son creadas y amadaspor Dios: él las acoge en su reino como hijos e hijas de igual dignidad . Jesús ve a todos como personasigualmente responsables ante Dios. Nunca le habla a nadie a partir de su función de varón o de mujer.No es posible encontrar en él exhortaciones para concretar los deberes de los varones por una parte ylos deberes de las mujeres por otra, como es corriente entre rabinos judíos y como ocurrirá también en

111 Jesús no se pronuncia propiamente sobre el divorcio tal como se plantea en la actualidad, sino sobre el privilegioexclusivo de los varones de repudiar a sus mujeres.

112 Por supuesto, es anacrónico presentar a Jesús como un precursor del feminismo moderno, comprometido en una luchapor lograr la igualdad de derechos de la mujer y el varón.

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las primeras comunidades cristianas, cuando se reglamenten los deberes domésticos del varón, yespecialmente de la mujer. Jesús llama a todos, mujeres y varones, a vivir como hijos e hijas del Padre,sin proponer una especie de «segunda moral» más específica y exclusiva para mujeres y para varones113.

Esto es precisamente lo que Jesús promueve dentro de esa «nueva familia» que está formandocon sus seguidores al servicio del reino de Dios, como se verá más adelante.

3.3.2. Las palabras del reinado de Dios: las parábolas 114

Jesús fue un sabio o un maestro, como se le llama con frecuencia en los evangelios, y como tal,supo rodearse de discípulos. Las formas literarias (o preliterarias) utilizadas por los sabios fueronmúltiples: proverbios, instrucciones, enigmas, discursos, la comparaciones, poemas didácticos ehimnos. Nos interesa particularmente una, la parábola, porque fue el recurso que, según losespecialistas, se puede atribuir con más seguridad al propio Jesús y que más originalmente expresa lomás profundo de su experiencia y mensaje.

a) Concepto de parábola 115

No existe entre los estudiosos actuales un concepto unánime para definir lo que es una parábola,lo que se hace evidente en el hecho de que algunos autores cuentan en los evangelios más de 60 y otrosmenos de treinta. Debido a este problema, lo más aconsejable parece ser intentar abarcar todos los sub-géneros y definiciones involucradas distinguiendo un sentido amplio de parábola y uno estricto.

El sentido amplio abarca, además del sentido estricto, dos formas más: la comparación y lanarración figurativa.

- La comparación o "cuadro figurativo"

Se trata de la presentación una situación habitual que es semejante a una realidad que Jesúsquiere comunicar. Por “figurativo” se entiende la comparación de situaciones de distinto orden o nivel.Utiliza los verbos en presente.Por ejemplo:

“Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja lasnoventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? Y si sucede que la halla, en verdad lesdigo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. Así, no es lavoluntad del Padre de ustedes que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos." (Mt 18,12-14).

113 Es impensable encontrar en Jesús un tratado como el Nashim, que, dentro de la Mishná, regula todo lo referente a lasmujeres, ni tampoco las exhortaciones sobre los deberes domésticos del varón y de la mujer que se hacen en lasprimeras comunidades cristianas (Colosenses 3,18-4,1; Efesios 5,22-6,9; 1 Pedro 3,1-7).

114 Perez-Cotapos, Eduardo, (1991) Parábolas: diálogo y experiencia. El método parabólico de Jesús según dom JacquesDupond, Eds. Pontificia Universidad Católica de Chile, Stgo. 1991. Para complementar se puede leer Jeremías, Joaquim(1997) Las parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella.

115 Villegas 1990 B, 40-43.

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Se compara aquí lo que le sucede al pastor cuando pierde una oveja y luego la encuentra con lapreocupación de Dios por los pecadores y su gozo cuando los recupera.

Otros ejemplos: Lc 17,7-10: el esclavo y el amo; Lc 14,28-33: edificar una torre y hacer la guerra; Mt18,12-14: la oveja perdida; Lc 12,39-40: el ladrón que entra de improviso; Mt 11,16-19: los niñoscaprichosos; Mc 4,30-32: la semilla de mostaza; Mt 13,44: el tesoro en el campo;

- La narración ejemplar

Se trata de una conducta típica presentada como inspiradora de una actuación semejante (o aveces contraria). Carece del aspecto figurativo.

Ejemplos: Lc 30-37: el buen samaritano; Lc 12,16-21: el agricultor que se hace rico; Lc 16,19-31: elrico y el pobre; Lc 18,10-14: el fariseo y el publicano; Lc 14,7-11: los puestos de honor en el banquete.

- Parábola en sentido estricto: narración figurativa

En este último sentido, una parábola es una “narración figurativa”. Por el primer elemento seentiende un recurso linguístico que contiene el desarrollo de una o varias acciones realizadas por“personajes”. Se reconoce, entre otros rasgos, porque se expone en caso singular 116 y se lo sitúaliterariamente en el pasado 117.

Por ejemplo, en la “parábola del sembrador” (Mc 4,3-8):

“Escuchen (ustedes). Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, unaparte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terrenopedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; perocuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron losabrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo ydesarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.”

En esta parábola el carácter figurativo se puede observar en que se comparan dos situaciones dedistinto nivel: por una parte, está el nivel del personaje que realiza una siembra cuya semilla en sumayor parte se pierde. Por otra, está el plano es el del ministerio de Jesús, que aparece a los ojos demuchos de sus oyentes como carente de resultados inmediatos y de envergadura; en definitiva,frustrante.

Ejemplos: Lc 11,5-8: el amigo importuno; Lc 18,1-8: el juez impío; Mc 4,3-9: el sembrador; Lc14,16: el banquete; Lc 15,11-32: el hijo pródigo; Lc 16,1-8: el administrador injusto; Mt 25,14-30: delos talentos; Mt 25,1-13: las vírgenes necias; Mt 13,24-30: el trigo y la cizaña; Mt 18,23-35: el siervodespiadado; Mt 20,1-16: el mismo salario; Mc 12,1-9: los viñadores malvados; Lc 7,41-43: los dosdeudores; Mt 21,28-31: los dos hijos.

Es muy importante distinguir la “parábola” de la alegorización posterior que se ha hecho de

116 No se trata de un hecho habitual.117 En el caso de las parábolas, por supuesto, esta narración es siempre “ficticia”; o sea, versa sobre sucesos inventados

por Jesús.

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ellas. En las tres formas vistas, la comparación versa sobre el conjunto de lo narrado. En laalegorización, en cambio, sobre cada uno de los elementos del cuadro o narración (que son vinculadoscon elementos particulares de la realidad apuntada). Es el caso de la llamada “explicación de laparábola del sembrador”, en Mc 4,13-20. En este texto, el sembrador pasa a ser Dios, la semilla suPalabra, y los distintos terrenos en que ella cae distintos tipos de cristianos.

Las comunidades cristianas de la “segunda generación cristiana” fueron alegorizando lasparábolas debido a que no las comprendían. Creyeron que constituían un lenguaje deliberadamenteoscuro, que era necesario “descifrar”. A dichas comunidades pertenece el siguiente texto:

“Cuando (Jesús) quedó a solas, los que estaban a su alrededor junto con los Doce le preguntaronsobre las parábolas.Jesús les dijo: ‘A ustedes Dios les ha confiado el misterio de su Reino, pero a los de afuera todo lesresulta enigmático, de modo que por más que miran, no ven, y, por más que oyen, no entienden; no seaque se conviertan y Dios los perdone’” (Mc 4,10-12; la cita es de Is 6,9-10).

La razón de esta incomprensión se debe a que las parábolas presuponen que el que las dice y eloyente comparten una experiencia común. Cuando ella ya no existe (por ejemplo, en comunidadesdel mundo griego) se vuelven oscuras. Los cristianos de la segunda generación creyeron que Jesús lashabía concebido así, enigmáticas. La realidad es al revés: el interlocutor de Jesús sólo necesitaba saberlo que manejaba un judío palestinense de la época.

La alegoría es también un recurso que permite adaptar un mensaje a circunstancias nuevas. La“explicación de la parábola del sembrador”, por ejemplo, refleja probablemente problemas típicos delas iglesias: la existencia de cristianos con una adhesión muy distinta a Jesús.

Junto a la “alegorización” se da también una tendencia a la “moralización”. En efecto, en elejemplo expuesto, el centro de la narración lo constituye las diversas actitudes de los critianos y no elactuar de Dios, como en la parábola original 118.

b) ¿Por qué las parábolas?

¿Por qué (y de qué modo) Jesús usa las parábolas para comunicar a sus interlocutores lo máscentral del Reinado de Dios?

Con ellas busca Jesús un modo de entablar un diálogo con el cual espera hacer cambiar deopinión a sus oyentes. Ellos no son ni enemigos propiamente tales, ni seguidores 119, sino“interlocutores desconfiados”, que tienen una manera de ver las cosas diferente a la suya. Jesús noentabla una discusión, la que fatalmente terminaría por endurecer las posiciones. Opta por el caminode “contar una historia”. En ella el debate es transportado a otro terreno, en el cual para Jesús será

118 Distinguiemos la “alegorización” de la “alegoría” y la “alegoresis”. La alegoría es un género literario (como Jn 15), laalegoresis es un método de interpretación, que trata como alegoría a textos que no lo son, la alegorización es unareelaboración de un texto para “hacerlo” alegoría.

119 Los evangelios no presentan el contexto original de las parábolas ni tampoco sus interlocutores reales, ellos se hanperdido en el proceso de la tradición oral. Los evangelistas pretenden que los cristianos de sus comunidades lasescuchen como dirigidas a ellos, por eso aparecen dirigidas casi siempre a los "discípulos". Existe un caso en que unaparábola ha conservado su contexto primitivo, el de Lc 7,36-50.

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más fácil conducir a sus oyentes a situarse en una óptica que les permitirá ver la realidad tal como Él lave.

Las parábolas de Jesús generalmente conciernen a un actuar, a un comportamiento. Elterreno propio de las parábolas no es el de las ideas, el de las verdades enfrentadas teóricamente sino elde la conducta, el de la praxis. Generalmente en las parábolas están presentes los puntos de vista deJesús y del interlocutor. El de este último se presenta primero y se le concede una cierta ventaja; loque permite que se sienta comprendido y se deje conducir mediante la narración a la óptica de Jesús,perspectiva que ahora puede reconocer como posible y defendible. Jesús invita, entonces, a su oyente atomar partido, en el terreno ficticio de la parábola, por su posición. Una vez que lo haga, serátransportado al plano de la realidad, en donde se da una situación similar.

Las parábolas tratan normalmente dos grandes temas: el de la humildad de la actuación de Diosy el de su amor compasivo.

c) Dios actúa humildemente 120

Jesús encontró una buena acogida en aquellas gentes de Galilea, pero seguramente a nadie leresultaba fácil creer que el reino de Dios estaba llegando. No veían nada especialmente grande en loque hacía Jesús. Se esperaba algo más espectacular. ¿Dónde están aquellas «señales extraordinarias» delas que hablaban los escritores apocalípticos? ¿Dónde se puede ver la fuerza terrible de Dios? ¿Cómopuede asegurarles Jesús que el reino de Dios está ya entre ellos?

Jesús tuvo que enseñarles a «captar» la presencia salvadora de Dios de otra manera, ycomenzó sugiriendo que la vida es más que lo que se ve. Mientras nosotros vamos viviendo de maneradistraída lo aparente de la vida, algo misterioso está sucediendo en el interior de la existencia. Jesúsles muestra los campos de Galilea: mientras ellos marchan por aquellos caminos sin ver nada especial,algo está ocurriendo bajo esas tierras, que transformará la semilla sembrada en hermosa cosecha. Lomismo sucede en el hogar: mientras discurre la vida cotidiana de la familia, algo está ocurriendosecretamente en el interior de la masa de harina, preparada al amanecer por las mujeres; pronto todo elpan quedará fermentado. Así sucede con el reino de Dios. Su fuerza salvadora está ya actuando en elinterior de la vida transformándolo todo de manera misteriosa. ¿Será la vida como la ve Jesús? ¿EstaráDios actuando calladamente en el interior de nuestro propio vivir? ¿Estará ahí el secreto último de lavida?

Un parábola desconcertante tal vez fue la de la semilla de mostaza:

Con el reino de Dios sucede como con un grano de mostaza. Es más pequeña que cualquier semillaque se siembra en la tierra, pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que todos los arbustos, yecha ramas tan grandes que los pájaros del cielo anidan a su sombra (Mc 4,31-32)

Jesús podía haber hablado de una higuera, una palmera o una viña, como lo hacía la tradición.Pero, de manera sorprendente, elige intencionadamente la semilla de mostaza, consideradaproverbialmente como la más pequeña de todas: un grano del tamaño de una cabeza de alfiler, que seconvierte con el tiempo en un arbusto de tres o cuatro metros, en el que, por abril, se cobijan

120 Pagola 2013, 130-134.

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pequeñas bandadas de jilgueros, muy aficionados a comer sus granos. Los campesinos podíancontemplar la escena cualquier atardecer.

El lenguaje de Jesús es desconcertante y sin precedentes. Todos esperaban la llegada de Dioscomo algo grande y poderoso. Se recordaba de manera especial la imagen del profeta Ezequiel, quehablaba de un «cedro magnífico» plantado por Dios en «una montaña elevada y excelsa», que «echaríaramaje y produciría fruto», sirviendo de abrigo a toda clase de pájaros y aves del cielo. Para Jesús, laverdadera metáfora del reino de Dios no es el cedro, que hace pensar en algo grandioso y poderoso,sino la mostaza, que sugiere algo débil, insignificante y pequeño.

La parábola les tuvo que llegar muy adentro. ¿Cómo podía comparar Jesús el poder salvadorde Dios con un arbusto salido de una semilla tan pequeña? ¿Había que abandonar la tradición quehablaba de un Dios grande y poderoso? ¿Había que olvidarse de sus grandes hazañas del pasado y estaratentos a un Dios que está ya actuando en lo pequeño e insignificante? ¿Tendría razón Jesús? Cada unotenía que decidir: o seguir esperando la llegada de un Dios poderoso y terrible, o arriesgarse a creer ensu acción salvadora presente en la actuación humilde de Jesús.

No era una decisión fácil ¿Qué se podía esperar de algo tan insignificante como lo que estabasucediendo en aquellas aldeas desconocidas de Galilea?, ¿no había que hacer algo más para forzar losacontecimientos? Jesús podía comprobar la impaciencia que reinaba en no pocos. Para contagiarles suconfianza total en la acción de Dios, les propone como ejemplo lo que sucede con la semilla que ellabrador siembra en su tierra.

El reino de Dios es como cuando un hombre echa la semilla en su tierra. Mientras duerme o selevanta, de noche y de día, la semilla germina y crece sin que él sepa cómo. Por sí misma produce latierra su fruto: primero hierba, luego la espiga, por fin el trigo que llena la espiga. Y cuando el frutoestá maduro, mete enseguida la hoz porque ha llegado el tiempo de la siega (Mc 4,26-29).

Jesús les hace fijarse en una escena que están acostumbrados a contemplar todos los años en loscampos de Galilea: primero tierras sembradas por los campesinos; a los pocos meses, campiñascubiertas de frutos. Cada año, a la siembra le sigue con toda seguridad la cosecha. Nadie sabe muybien cómo, pero algo se produce misteriosamente bajo la tierra. Lo mismo sucede con el reino deDios. Está ya actuando de manera oculta y secreta. Sólo hay que esperar a que llegue la cosecha.

Lo único que hace el labrador es depositar en tierra la semilla. Una vez hecho esto, su tarea haconcluido. El crecimiento de la planta ya no depende de él: puede acostarse tranquilo al final de cadajornada, sabiendo que su semilla se está desarrollando; puede levantarse cada mañana y comprobar queel crecimiento no se detiene. Algo está sucediendo en sus tierras sin que él se lo pueda explicar. Noquedará defraudado. A su tiempo recogerá la cosecha.

Lo realmente importante no lo hace el sembrador. La semilla germina y crece impulsadapor una fuerza misteriosa que a él se le escapa. Jesús describe con todo detalle este crecimientopara que sus oyentes lo puedan casi ver. Al comienzo sólo asoma de la tierra una brizna insignificantede hierba verde; luego aparecen las espigas; más tarde se pueden observar ya los granos abundantes detrigo. Todo sucede sin que el sembrador haya tenido que intervenir; incluso sin que sepa muy biencómo se produce esa maravilla.

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Todo contribuye de alguna manera a que un día llegue la cosecha: el labrador, la tierra y lasemilla. Pero Jesús invita a todos a captar en ese crecimiento la acción oculta y poderosa de Dios. Elcrecimiento de la vida que se puede observar año tras año en los sembrados es siempre una sorpresa, unregalo, una bendición de Dios 121. La cosecha va más allá del esfuerzo que puedan hacer loscampesinos. Algo así se puede decir del reino de Dios. No coincide con los esfuerzos que puedahacer nadie. Es un regalo de Dios inmensamente superior a todos los afanes y trabajos de losseres humanos. No hay que impacientarse por la falta de resultados inmediatos; no hay que actuarbajo la presión del tiempo. Jesús está sembrando; Dios está ya haciendo crecer la vida; la cosechallegará con toda seguridad. ¿Será así? ¿Habrá que confiar más en Jesús y su mensaje? ¿Qué queremoscosechar al final? ¿El resultado de nuestros esfuerzos o el fruto de la acción de Dios? ¿Un reinoconstruido por nosotros o la salvación de Dios acogida de manera confiada y responsable?

Esta salvación está ya llegando. El reino de Dios es como la primavera, cuando comienza allenarlo todo de vida. No hay frutos todavía, no se puede salir a cosechar, pero las ramas de las higuerasse empiezan a poner tiernas y las hojas comienzan a brotar. La vida, que parecía muerta, empieza adespertar. Así es el reino de Dios. Jesús no puede contemplar la primavera sin pensar en la vida queDios está suscitando en el mundo. «Aprendan de la higuera esta parábola: cuando ya sus ramas estántiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca» (Mc 13,28). La irrupción de la primavera erapara Jesús símbolo del gran misterio de la vida y signo de la llegada de Dios como bendición y vidapara el ser humano.

d) Dios es misericordioso 122

Jesús insiste una y otra vez en el amor compasivo de Dios. En cierta ocasión contó unaparábola sorprendente y provocativa sobre el dueño de una viña que quería trabajo y pan paratodos. Tal vez es tiempo de vendimia y se puede ver en las plazas de los pueblos a grupos detrabajadores esperando que alguien los contrate para la jornada. Jesús dijo así:

“Con el reino de Dios sucede como con un propietario que salió a primera hora de la mañana acontratar obreros para su viña. Habiéndo acordado con los obreros en un denario al día, los envió asu viña. Salió luego hacia las nueve de la mañana y, al ver a otros que estaban en la plaza parados, lesdijo: ' Vayan también ustedes a mi viña, y les daré lo que sea justo'. Y ellos fueron. Volvió a salir a lasdoce y a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de las cinco y, al encontrar a otrosque estaban allí, les dice: '¿Por qué están aquí todo el día parados?'. Le dicen: 'Es que nadie nos hacontratado'. Él les dice: ' Vayan también ustedes a la viña'. Al atardecer, dice el dueño de la viña a suadministrador: 'Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta losprimeros'. Vinieron, pues, los de las cinco de la tarde y cobraron un denario cada uno. Al venir losprimeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y, alcobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos no han trabajado más que unahora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor'. Pero él contestó auno de ellos: 'Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te pusiste de acuerdo conmigo en un denario?Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedohacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?' (Mt 20,1-15).

121 El hombre bíblico, a diferencia de la mente moderna, no considera la siembra y el crecimiento de la cosecha como unproceso orgánico o biológico, sino como un «milagro» maravilloso, signo de la bendición de Dios, que alimenta a suscriaturas.

122 Pagola 2013, 142-149.

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Los grandes propietarios, como este «señor de la viña», pertenecían a la clase poderosa ydominante. Por lo general no vivían en las aldeas, sino en alguna ciudad, y dejaban la administración desus tierras a algún administrador. Sólo durante la vendimia o en la recogida de la cosecha se acercabana su propiedad para seguir de cerca los trabajos. Los jornaleros, por su parte, pertenecían a las capasmás bajas de la sociedad. Labradores despojados de sus tierras, vivían al día y sin seguridad alguna: aveces mendigando, otras robando y siempre buscando algún amo que les contratara, aunque sólo fuerapor un día.

La jornada de trabajo comienza al amanecer (seis de la mañana) y termina al caer el sol (seisde la tarde). El rico propietario de una viña viene él mismo a la plaza del pueblo a primeras horas dela mañana. Se acerca a un grupo de jornaleros, acuerda con ellos el salario de un denario y los pone atrabajar en su viña. No es gran cosa, pero sí lo suficiente para responder, al menos durante un día, a lasnecesidades de una familia campesina. El propietario vuelve a la plaza hacia las nueve de la mañana, alas doce del mediodía y a las tres de la tarde; a los que encuentra no les habla ya de un denario; a estosles promete «lo que sea justo». ¿Cómo le van a exigir nada? Se marchan a trabajar sin seguridadalguna, pendientes de lo que el señor les quiera pagar: probablemente una fracción de denario. Vuelvetodavía a las cinco de la tarde. Sólo falta una hora para terminar la jornada. A pesar de todo, contrata aun grupo que nadie ha contratado y lo envía a echar una mano. A estos ni les habla de salario.

Los oyentes no pueden entender este ir y venir del señor para contratar obreros. Losgrandes propietarios no trataban directamente con los jornaleros. Por otra parte, no era normal ir tantasveces a la plaza. La contratación se hacía a primera hora de la mañana, después de calcular bien elnúmero de obreros que se necesitarían. ¿Qué clase de patrono es este? ¿Por qué actúa así? Nadie sale acontratar obreros a última hora. ¿Está tan urgido por la vendimia? El relato nada dice acerca de lacosecha. Sugiere más bien que no quiere ver a nadie sin trabajo. Así les dice a los del último grupo:«¿Por qué están aquí parados todo el día?».

Llega la hora de retribuir a los obreros. Había que hacerlo en el mismo día, antes de caer elsol, pues de lo contrario no tendrían nada que llevarse a la boca. Así lo mandaba la ley de Dios: «Noexplotarás al jornalero pobre e indigente… Le darás cada día su jornal, antes de ponerse el sol, pues espobre, y de ese salario depende su vida» (Dt 24,14-15). El dueño ordena que el pago se hagaempezando por los que acaban de llegar. Entre los jornaleros se despierta una gran expectación, pues,aunque apenas han trabajado una hora, perciben un denario cada uno. ¿Cuánto se les dará a los demás?La decepción es enorme al ver que todos reciben un denario, incluso los que han estado trabajandodurante toda la jornada. ¿No es injusto? ¿Por qué a todos un denario si el trabajo ha sido tan desigual?Sin duda, los oyentes de Jesús simpatizan secretamente con las protestas de los jornaleros que más hantrabajado. Estos no se oponen a que los últimos reciban un denario, pero ¿no se está devaluando sutrabajo? No piden que a los demás se les dé la fracción mezquina de un denario, pero ¿no tienenderecho a que el señor sea también generoso con ellos? Está bien la generosidad con los que sólo hantrabajado una hora, pero, en tal caso, ¿no exige la justicia esa misma generosidad para con los que hantrabajado todo el día?

La respuesta del señor al que hace de portavoz es firme: «Amigo, no te hago ningunainjusticia… ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera con lo mío? ¿O tienes que ver conmalos ojos que yo sea bueno?». Los que se quejan siguen pensando en un sistema de estricta justicia,pero el señor de la viña se mueve en otra esfera. Es su bondad la que rompe esa justicia, y la bondad

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no hace daño a nadie. Su gesto no es arbitrario. Es sólo bondad y amor generoso hacia todos. A todosles da lo que necesitan para vivir: trabajo y pan. No se preocupa de medir los méritos de unos yotros, sino de que todos puedan cenar esa noche con sus familias. En su comportamiento, la justicia y lamisericordia se entrelazan.

La sorpresa de los oyentes es grande y general. ¿Qué está sugiriendo Jesús? ¿Es que para Diosno cuentan los méritos de cada persona? ¿Es que en su reino no se funciona con los cálculos y criteriosque nosotros manejamos para imponer la justicia y la igualdad a todos? Esta manera de entender lamisericordia de Dios, ¿no rompe todos los esquemas religiosos de Israel? ¿No está Jesús ignorandodeliberadamente las diferencias que establece la ley entre justos y pecadores?

La parábola de Jesús parece contradecir todo. ¿Será verdad que Dios no está tan pendientede los méritos de las personas, sino que está mirando más bien cómo responder a susnecesidades? Qué suerte si Dios fuera así: todos podrían confiar en él, aunque sus méritos fueran muypobres. Pero ¿no es peligroso abrirse a ese mundo increíble de la misericordia de Dios, que pareceescapar a todo cálculo? ¿No es más seguro y tranquilizador, sobre todo para los que son fieles a la ley,no salirse de la religión del templo donde deberes, méritos y pecados están bien definidos?

Jesús desconcertó todavía más a sus oyentes cuando contó una pequeña parábola sobre unfariseo y un recaudador que subieron al templo a orar, según la costumbre que tenían los judíos quevivían en Jerusalén. Les dijo así:

“Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, el otro publicano. El fariseo, de pie, orabaen su interior de esta manera: '¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres,rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy eldiezmo de todas mis ganancias'. En cambio, el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía nia alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: '¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí,que soy pecador!'. Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquel no.” (Lc 18,10-14a).

En el relato aparecen en escena tres personajes: un fariseo, un recaudador y el templo dondehabita Dios. La parábola no habla sólo de dos hombres que oran en el templo, sino de cómo actúaDios, presente en ese templo. Los oyentes en más de una ocasión han subido en peregrinación hasta eltemplo. Para ellos es el centro de su pueblo y de su religión. Sólo allí se podía dar culto a Yahvé. Lollamaban «la casa de Dios», pues allí habitaba el Dios santo de Israel. Desde allí protegía y bendecía asu pueblo. Nadie podía acercarse sin antes haberse purificado debidamente.

El relato de Jesús despierta enseguida el interés y la curiosidad de los oyentes. ¿Qué va asuceder en el templo? ¿Cómo se van a sentir allí, ante la presencia de Dios, dos hombres tan diferentesy opuestos como un fariseo y un recaudador? Todos saben cómo es, de ordinario, un fariseo: unhombre piadoso que cumple fielmente los mandamientos, observa estrictamente las normas de purezaritual y paga escrupulosamente los diezmos. Es de los que sostienen el templo. Sube al santuario sinpecado: Dios no puede sino bendecido. También saben qué es un recaudador o publicano: un judíoque vive de una actividad despreciable. No trabaja para recoger diezmos y sostener el templo, sino pararecaudar impuestos y ganar dinero 123. Su conversión es imposible. Nunca podrá reparar sus abusos ni

123 El término “telonés” que se emplea en la parábola indica que este hombre no recauda directamente los tributos de lastierras exigidos por el Imperio. Es un funcionario de rango inferior que trabaja junto a las puertas de algunas ciudadescomo Cafarnaún o Jericó y en los puestos fronterizos de las grandes vías comerciales para cobrar las tasas de peaje,

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retribuir a sus víctimas lo que les ha robado. No se puede sentir bien en el templo. No es su sitio.

El fariseo ora de pie, seguro y sin temor alguno. Su conciencia no le acusa de ningún pecadopor el que tenga que expiar. De su corazón brota espontáneamente el agradecimiento: «Oh Dios, te doygracias». No es un acto de hipocresía. Todo lo que dice es real. Cumple fielmente todos los mandatos:no pertenece al grupo de pecadores, en el que, naturalmente, está el recaudador. Ayuna todos los lunes yjueves por los pecados del pueblo, aunque sólo es obligatorio una vez al año, el día de la Expiación 124.No sólo paga los diezmos obligatorios de los productos del campo (grano, aceite, vino), sino incluso detodo lo que gana. Su vida es ejemplar. Cumple fielmente sus obligaciones y hasta las sobrepasa. No seatribuye a sí mismo mérito alguno, es Dios quien sostiene su vida santa 125. Si este hombre no es justo,¿quién lo va a ser? Es un modelo de fidelidad y obediencia a Dios. ¡Quién pudiera ser como él! Puedecontar con la bendición de Yahvé. Así piensan los que escuchan a Jesús.

El recaudador se mantiene a distancia. No se siente cómodo; no es digno de estar en aquellaasamblea santa. Sabe lo que están pensando de él los demás fieles: es un funcionario deshonesto ycorrupto que no trabaja para el templo, sino para el sistema establecido por Roma. Ni siquiera se atrevea levantar sus ojos del suelo. Se golpea el pecho para reconocer su pecado y su vergüenza. No prometenada. No puede restituir lo que ha robado a tantas personas cuya identidad desconoce. No puede dejarsu trabajo de recaudador. Ya no puede cambiar de vida. No tiene otra salida que abandonarse a lamisericordia de Dios: “Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”. El pobre hombre no hacesino reconocer lo que todos saben. Nadie quisiera estar en su lugar. Dios no puede aprobar su vida depecado.

De pronto, Jesús concluye su parábola con una afirmación sorprendente: «Yo les digo queeste recaudador bajó a su casa justificado, y aquel fariseo no». El hombre piadoso, que ha hechoincluso más de lo que pide la ley, no ha encontrado favor ante Dios. Por el contrario, el recaudador quese abandona a su misericordia, sin comprometerse siquiera a cambiar de vida, recibe su perdón. Jesúslos ha pillado por sorpresa. De pronto les abre a un mundo nuevo que rompe todos sus esquemas.Aquí no se está hablando sólo de la piedad de dos personas. Con su parábola aparentemente tan sencillae ingenua, ¿no está Jesús amenazando todo el sistema religioso del templo? ¿Qué pecado ha cometidoel fariseo para no encontrar gracia ante Dios? ¿Dónde está su falta? ¿Y qué méritos ha hecho elrecaudador para salir del templo justificado? El Dios del templo habría confirmado al fariseo yreprobado al recaudador. Lo que dice Jesús es increíble. En el templo, Dios acogía en su presencia alos justos, y excluía del recinto santo a pecadores e impuros. ¿Cómo puede Jesús hablar de un Diosque no reconoce al piadoso y, por el contrario, concede su gracia al pecador?

Si es cierto lo que dice Jesús, ya no hay seguridad alguna para nadie. Todos tienen queapelar a la misericordia de Dios. ¿Para qué sirve entonces el templo y la espiritualidad que en él sealimenta? ¿Qué hay que pensar de quienes confían totalmente en la observancia de la ley y en el cultodel templo? ¿Será verdad que en el reino de Dios se funciona no desde la justicia elaborada por lareligión, sino desde la misericordia insondable de Dios? ¿No está Jesús jugando con fuego? ¿En qué sepuede basar para invitar a vivir de la misericordia y no desde la religión y la ley?

tránsito de mercancías, importación o exportación. 124 Esta era la costumbre de no pocos fariseos, aunque la ley sólo obligaba al solemne ayuno del gran día de la Expiación

(Lv 16,29-31). 125 Hay ejemplos de oraciones parecidas en los escritos de Qumrán y en el Talmud.

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En la parábola de Jesús hay un dato incuestionable: un despreciado recaudador ha apelado a lamisericordia de Dios y ha encontrado gracia. ¿No estará Jesús queriendo atraer a todos hacia unaexperiencia real que toda persona percibe en el fondo de su ser? Cuando uno se siente bien consigomismo y ante los demás, se apoya en su propia vida, no parece necesitar de más. Pero cuando laconciencia lo declara culpable y desaparece su seguridad, ¿no siente entonces el ser humano lanecesidad de acogerse a la misericordia de Dios y sólo a su misericordia? Cuando uno actúa como elfariseo, se sitúa ante Dios desde una religión en la que no hay lugar para el recaudador. Cuando uno seconfía a la misericordia de Dios, como el recaudador, se sitúa en una religión donde caben todos.¿Será verdad que la última palabra no la tiene la ley, que juzga nuestra conducta, sino la misericordiade Dios, que acoge nuestra invocación? ¿Será esta la verdadera religión, la religión del reino de Dios?

3.4. Las cosas tienen que cambiar. Fe y conversión

3.4.1. ¿Qué son la fe y conversión?

Veíamos más arriba que el anuncio de Jesús se podía resumir en la siguiente frase de Marcos:

“El tiempo (kairós) se ha cumplido; el reinado de Dios se ha acercado;conviértanse (ustedes) y crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15)

Distinguíamos entre el don de Dios: la Buena Noticia de que “el tiempo (kairós) se ha cumplidoy el Reinado de Dios se ha acercado”, y la necesaria respuesta para acoger ese don: la fe y laconversión (“conviértanse y crean en la Buena Noticia”)

En el AT la palabra “fe” debe ser entendida en vinculación con la Alianza. El términocastellano, traduce la palabra hebrea “emet”, que significa “seguridad”, “firmeza” “confianza” departe del aliado. Por parte de Dios, se trata de su fidelidad a través de sus acciones salvadoras, porparte del hombre la actitud por la cual se confía en Dios como un aliado que es firme porque no engañani defrauda sino que cumple su promesa de salvación. Por eso, la fe está muy vinculada a la“esperanza”, al ponerse en camino en dirección a la meta de la promesa de Dios, tal como seaprecia en la figura de Abraham.

El término “conversión” significa “cambio de mentalidad” (metánoia), en el sentido de“volverse a Dios”. Esto es, reconocer el pecado, y hacer el propósito de apartarse de él para hacer lavoluntad de Dios. En la época de Jesús esto se traducía en un sacrificio ritual y en ciertas “obras” quedebía hacer el penitente: oración, ayuno, limosnas.

Para el pensamiento judío, la conversión es lo primero; ella es la condición para que el pecadorpueda esperar el perdón y la salvación. Dicho de otra manera, es necesario “ganarse la salvación”, laque aparece como recompensa al esfuerzo humano.

En Jesús, es el don de Dios, la salvación ofrecida aquí y ahora y operante en medio de loshombres, la que engendra la conversión. Convertirse significa ahora: aprovechar la salvación presenteya y darlo todo por ella.

Puede representarse de la siguiente manera estas dos formas de pensar:

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- Judaísmo (sobre todo fariseo): conversión salvación provisional salvación definitiva- Jesús: salvación provisional conversión salvación definitiva

El texto más ilustrativo de lo que es la conversión cristiana quizás sea éste:

“El reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo unhombre, lo vuelve a esconder y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campoaquel. También es semejante el reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y alencontrar una de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra” (Mt 13,44-46).

En contra del tono grave que solía adquirir la conversión y la penitencia en la época, laconversión que propugna Jesús es fundamentalmente alegre; es la reacción del que ha encontrado loúnico importante.

Contra lo que se podía esperar, nunca invita a la gente a hacer penitencia practicando ritos ygestos ascéticos tan queridos a los profetas. Nadie le oye hablar de ayuno, ceniza o vestidos de luto. Sullamada va más allá de esa penitencia convencional. Tampoco llama sencillamente a volver de nuevo ala ley. No se dirige sólo a los pecadores, para que vuelvan a la observancia y se unan a los justos yobservantes. También llama a los justos. Todos han de cambiar para «entrar» en el reino de Dios, noen actitud penitencial, sino movidos por la alegría y la sorpresa del amor increíble de Dios 126.

No hay que esperar. El reino de Dios está llegando. Ahora mismo hay que «entrar» en sudinámica. Nadie se ha de quedar fuera. Jesús no hace una llamada a la penitencia nacional de todoIsrael, al estilo del Bautista, pero tampoco está pensando en un grupo selecto. A todos les ha de llegar laBuena Noticia. Todos están invitados a creer. No encontrarán en el reino de Dios un nuevo código deleyes para regular su vida, sino un impulso y un horizonte nuevo para vivir transformando el mundosegún la verdadera voluntad de Dios.

En el reino de Dios sólo se puede entrar con un «corazón nuevo», dispuestos a obedecer a Diosdesde lo más hondo. Lo decisivo es esta transformación radical. Dios busca «reinar» en el centro másíntimo de las personas, en ese núcleo interior donde se decide su manera de sentir, de pensar y decomportarse 127. Jesús lo ve así: nunca nacerá un mundo más humano si no cambia el corazón de laspersonas; en ninguna parte se construirá la vida tal como Dios la quiere si las personas no cambiandesde dentro. Jesús quiere tocar el corazón de las personas. El reino de Dios ha de cambiar a todosdesde su raíz 128. Sólo hombres y mujeres de corazón nuevo harán un mundo nuevo. 129

126 En el judaísmo más o menos contemporáneo de Jesús se habla de «volver al Dios de la Ley». Por ejemplo, «abandonarel camino de corrupción y volver a la Ley de Moisés» (escritos de Qumrán); «salir de la impureza y observar losmandatos del Dios altísimo» (libro de los Jubileos); «haz que volvamos a tu ley» (oración de las Dieciochobendiciones). Jesús abandona ese lenguaje y habla de «entrar en el reino de Dios».

127 En la mentalidad semita, el «corazón» no es la sede del amor y la vida afectiva. Es más bien el nivel más profundo dela persona, la fuente de la percepción, el pensamiento, las emociones y el comportamiento En el corazón de la persona«se decide» su vida entera.

128 En el pueblo judío se recordaba una promesa de Dios que el profeta Ezequiel había pronunciado entre los desterradosde Babilonia, poco después de la destrucción de Jerusalén (586 a C.) “Yo les daré un corazón nuevo e infundiré enustedes un espíritu nuevo, les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne»

129 Pagola 2013, 256-257.

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3.4.2. Un don inmerecido

Jesús utiliza un lenguaje original para hablar de la actitud básica para acoger a Dios. A algunosadultos les puede parecer un insulto. Jesús les pide «hacerse como niños». ¿Qué es exactamente lo quequiere decir? El «niño» es un arquetipo empleado de manera diferente en las diversas culturas. Unametáfora universal para hablar de confianza en los padres, inocencia, humildad, sinceridad y otrasmuchas cosas. Jesús, por su parte, nunca idealiza a los niños. Conoce bien a aquellos niños y niñasdesnutridos que corretean a su alrededor y entre sus seguidores. Tal vez sabe que en algunos lugares delImperio hay niños, y sobre todo niñas, que, recién nacidos, son abandonados por sus padres y, tal vez,recogidos más tarde de los basureros para ser criados como esclavos. No es esa la costumbre entre losjudíos, pero, entre aquellas familias pobres de Galilea, el niño no era sólo una bendición de Dios. Eratambién una boca más que había que alimentar.

En la Galilea de los años treinta, ser niño equivale a no ser nadie: una criatura débil ynecesitada, dependiente totalmente de sus padres. Éste es probablemente el punto de partida de lametáfora de Jesús. Por eso dice: “Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque de los queson como ellos es el reino de Dios” (Mc 10,14). El reino de Dios les pertenece a los niños,sencillamente porque son los más débiles y necesitados, como les pertenece a los mendigos, loshambrientos y los que sufren. Por eso Jesús, movido por ese Dios, los acoge, bendice y estrecha entresus brazos. Jesús vive y encarna el reino de Dios acogiendo a los últimos.

A partir de aquí, Jesús da un paso más: “Yo les aseguro: el que no reciba el reino de Dioscomo un niño, no entrará en él” (Mc 19,15). El camino para entrar en el reino de Dios es hacersecomo los niños. Dejarse abrazar por Dios como aquellos niños que se dejan abrazar por él con alegría.Ante Dios hay que ser de una manera diferente a como son de ordinario los adultos, que casi siempreandan buscando poder, grandeza, honor o riquezas. Este lenguaje de Jesús pidiendo a los adultos«hacerse como niños» está sugiriendo algo más que un cambio de conducta. Jesús está como pidiendoun nuevo comienzo, el inicio de una personalidad nueva 130.

3.4.3. Ponerse al servicio del proyecto de Dios 131

a) Más allá de la Ley

Convertirse es ponerse a disposición de Dios para hacer su voluntad, estar al servicio de suproyecto, vivir la vida como una misión encomendada. Responder a la invitación de Dios significaestar dispuesto a que su querer abarque toda nuestra existencia, sin reservar aspectos de ésta en los queÉl esté ausente. En otras palabras, significa acoger el sentido de la vida que Dios ofrecegratuitamente y hacerlo parte nuestra, de modo que dé fundamento a nuestra existencia.

En el Judaísmo de tiempos de Jesús hacer la voluntad de Dios es cumplir la Ley. Los judíoshablaban con orgullo de la ley. Según la tradición, Dios mismo la había regalado a su pueblo por mediode Moisés. Era lo mejor que habían recibido de su Dios. En todas las sinagogas se guardaba conveneración el rollo de la ley dentro de un cofre depositado en un lugar especial. No la sentían como unyugo pesado o una carga fastidiosa. La ley era su orgullo y su alegría, un bien precioso e imperecedero

130 En el evangelio de Juan se habla ya explícitamente de un «nuevo nacimiento»: “Yo te aseguro que el que no nazca denuevo, no puede experimentar el reino de Dios” (Jn 3,3).

131 Sigo aquí a Pagola 2013, 258-276.

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para Israel, garantía y camino de salvación. En esa ley estaba escrita la voluntad del único Diosverdadero. Ahí podían encontrar todo lo que necesitaban para vivir en fidelidad al Dios de la Alianza.

Sin embargo, seducido totalmente por el reino de Dios, Jesús no se concentra en la Torá. Nola estudia ni obliga a sus discípulos a estudiarla. A menudo habla de Dios sin basarse en la ley y sinpreocuparse de si su enseñanza entra en conflicto con ella. No vive pendiente de observarlaescrupulosamente, tal como se vivía, por ejemplo, en Qumrán. Para él, la Torá no es lo fundamental.Tampoco entra por iniciativa propia en discusiones sobre la interpretación correcta de las normaslegales. Jesús busca la voluntad de Dios desde otra experiencia diferente.

¿Qué pensaba de la ley? No es fácil saberlo. Al parecer, nunca se pronunció de maneraexplícita a favor o en contra. No ofrece una doctrina sistemática sobre la Torá. Más bien va tomandoposición en cada caso partiendo de su propia experiencia de Dios. Ciertamente no promueve nuncauna campaña contra la Torá de Israel. También él encuentra en muchos aspectos de esa ley la expresiónválida de la voluntad de Dios 132. Pero la ley no ocupa ya un puesto central. Está llegando el reino deDios, y esto lo cambia todo. La ley puede regular correctamente muchos capítulos de la vida, pero yano es lo más decisivo para descubrir la verdadera voluntad de ese Dios entrañable que estállegando. No basta que el pueblo se pregunte qué es ser leal a la ley. Ahora es necesario preguntarsequé es ser leales al Dios de la compasión.

Jesús confronta a la gente no con aquellas normas de las que hablan los escribas, sino con unDios compasivo. No basta vivir pendientes de lo que dice la Torá. Hay que buscar la verdaderavoluntad de Dios, que, en no pocas ocasiones, nos puede llevar más allá de lo que dicen las normas.Lo importante en el reino de Dios no es contar con personas observantes de la Ley, sino con hijos ehijas que se parezcan a Dios y traten de ser buenos como lo es él. Aquel que no mata cumple la ley,pero, si no arranca de su corazón la agresividad hacia su hermano, no se asemeja a Dios (Mt 5,21-22).Aquel que no comete adulterio cumple la ley, pero, si desea egoístamente la esposa de su hermano, nose asemeja a Dios (Mt 5,27-28). Aquel que ama sólo a sus amigos, pero alimenta en su interior odiohacia sus enemigos, no vive con un corazón compasivo como el de Dios (Mt 5,43-45). En estaspersonas reina la ley, pero no reina Dios; son observantes, pero no se parecen al Padre.

Probablemente sorprendió mucho su libertad ante el conjunto de normas y prescripciones entorno a la pureza ritual. La mayor parte de las «impurezas» que podía contraer una persona no laconvertían en un «pecador», moralmente culpable ante Dios, pero, según el código de pureza, laapartaban del Dios santo y le impedían entrar en el templo y tomar parte en el culto. Al parecer, entiempos de Jesús se vivía con bastante rigor la observancia de la pureza ritual. Los más rigurososeran, sin duda, los esenios de Qumrán. Basta observar con qué obsesión purificaban sus cuerpos una yotra vez a lo largo del día. No llegaban a tanto los grupos fariseos, aunque su manera de observar elcódigo de pureza era mucho más estricta que lo acostumbrado por el resto de la gente.

Jesús, por el contrario, se relaciona con total libertad con gente considerada impura, sinimportarle las críticas de los sectores más observantes. Come con pecadores y publicanos, toca a losleprosos y se mueve entre gente indeseable. La verdadera identidad de Israel no consiste en excluira paganos, pecadores e impuros. Para ser el «pueblo de Dios», lo decisivo no es vivir «separados»,

132 Cuando uno le pregunta qué ha de hacer para tener en herencia vida eterna, Jesús le recuerda los mandamientos de laLey y le cita a continuación los que hablan de las obligaciones sociales: «No mates, no cometas adulterio, no robes…»(Mc 10,17-22).

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como hacen en buena parte los sectores fariseos, ni aislarse en el desierto, como los esenios de Qumrán.En el reino de Dios, la verdadera identidad consiste en no excluir a nadie, en acoger a todos y, demanera preferente, a los marginados.

Las fuentes cristianas han conservado unas palabras de Jesús que expresan bien su pensamiento:«Nada de lo que entra en la persona puede mancharla. Lo que sale de dentro es lo quecontamina» (Mc 7,15). Algunos se preocupan mucho de observar las leyes de pureza para no quedarmanchados. Para Jesús, ese tipo de impureza no llega a contaminar a la persona. La contaminaciónritual desde el exterior no reviste tanta importancia porque no toca el corazón. Hay otra «impureza»que nace del interior, malea desde dentro a la persona y se manifiesta luego en palabras y gestos malos.Para acoger a Dios, lo importante no es evitar contactos externos que nos puedan contaminar, sino vivircon un corazón limpio y bueno 133.

b) Lo decisivo es el amor

La única respuesta adecuada a la llegada del reino de Dios es el amor. Jesús no tiene la másmínima duda. El modo de ser y de actuar de Dios ha de ser el programa para todos. Un Dios compasivoestá pidiendo de sus hijos e hijas una vida inspirada por la compasión. Nada le puede agradar más.Construir la vida tal como la quiere Dios sólo es posible si se hace del amor un imperativo absoluto.

Jesús habla repetidamente en sus parábolas de la compasión, del perdón, de la acogida a losperdidos, de la ayuda a los necesitados. Ese era su lenguaje de profeta del reino. Pero en alguna ocasiónhabla también como maestro de vida presentando el amor como la ley fundamental y decisiva. Lo haceasociando de manera íntima e inseparable dos grandes preceptos que gozaban de gran aprecio enla tradición religiosa del pueblo judío: el amor a Dios y el amor al prójimo. Según las fuentescristianas, cuando se le pregunta cuál es el primero de todos los mandatos, Jesús responde recordando,en primer lugar, el mandato que repetían todos los días los judíos al recitar la oración del Shemá alcomienzo y al final del día: «El primer mandato es: "Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es elúnico Señor, amarás al Señor, tu Dios, con todo su corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y contodas tus fuerzas"» 134. Él mismo ha rezado aquella mañana con esas palabras. Le ayudan a viviramando a Dios con todo su corazón y todas sus fuerzas. Esto es lo primero, pero enseguida añade otromandato que está recogido en el viejo libro del Levítico: «El segundo es: "Amarás a tu prójimo como ati mismo" 135. No hay otro mandamiento mayor que estos» (Mc 12,29-31).

El amor a Dios y al prójimo es la síntesis de la ley, el principio supremo que da nueva luz atodo el sistema legal. El mandato del amor no se encuentra en el mismo plano que los demás preceptos,perdido entre otras normas más o menos importantes. El amor lo relativiza todo. Si un precepto no sededuce del amor o va contra el amor, queda vacío de sentido; no sirve para construir la vida tal como laquiere Dios.

Jesús establece una estrecha conexión entre el amor a Dios y el amor al prójimo. Soninseparables. No es posible amar a Dios y desentenderse del hermano. Para buscar la voluntad de Dios,

133 No parece que Jesús rechazara de frente todas las leyes de pureza. Como observa Sanders, si Jesús hubiera afirmado,por ejemplo, que se podía comer cerdo, hubiera provocado una reacción violenta en contra. No olvidemos que, entiempos de los Macabeos (175-134 a.C.), bastantes judíos habían muerto por negarse a comer alimentos impuros.

134 Dt 6,4-5.135 Lev 19,18.

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lo decisivo no es leer leyes escritas en tablas de piedra, sino descubrir las exigencias del amor en lavida de la gente. No existe un ámbito sagrado en el que nos podamos ver a solas con Dios; no esposible adorar a Dios en el templo y vivir olvidado de los que sufren; el amor a Dios que excluye alprójimo se convierte en mentira. Lo que va contra el amor, va contra Dios.

Jesús no confunde el amor a Dios y el amor al prójimo, como si fueran una misma cosa. Elamor a Dios no puede quedar reducido a amar al prójimo, ni el amor al prójimo significa que sea ya, ensí mismo, amor a Dios. Para Jesús, el amor a Dios tiene una primacía absoluta y no puede serreemplazado por nada. Es el primer mandato. No se disuelve en la solidaridad humana. Loprimero es amar a Dios: buscar su voluntad, entrar en su reino, confiar en su perdón. La oración sedirige a Dios, no al prójimo; el reino se espera de Dios, no de los hermanos.

Por otra parte, el prójimo no es un medio o una ocasión para practicar el amor a Dios. Jesúsno está pensando en transformar el amor al prójimo en una especie de amor indirecto a Dios. Él ama yayuda a la gente porque la gente sufre y necesita ayuda. Jesús es concreto y realista. Hay que dar unvaso de agua al sediento porque tiene sed; hay que dar de comer al hambriento para que no se muera;hay que vestir al desnudo para que se proteja del frío. Amar a una persona no por sí misma, sino poramor a Dios, sería una cosa bastante extraña. Seguramente Jesús no lo terminaría de entender.

Él piensa más bien de otra manera. Quienes se sienten hijos e hijas de Dios lo aman con todo elcorazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. Este amor, como es natural, significa docilidad,disponibilidad total y entrega a un Padre que ama sin límites e incondicionalmente a todos sus hijos ehijas. No es posible, por tanto, amar a Dios sin desear lo que él quiere y sin amarincondicionalmente a quienes él ama como Padre. El amor a Dios hace imposible vivir encerrado enuno mismo, indiferente al sufrimiento de los demás. Es precisamente en el amor al prójimo donde sedescubre la verdad del amor a Dios.

Por eso no es extraño que Jesús le atribuya al prójimo una importancia singular. No se limita arecordar el famoso mandato del Levítico: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», sino que lo explicadictando lo que se ha venido a llamar la «regla de oro»: «Traten a los demás como quieren que elloslos traten» (Lc 6,31). Amar al otro «como a ti mismo» significa sencillamente amarle comodeseamos que el otro nos ame. No se puede encerrar el amor en fórmulas precisas. Jesús nunca lohace. El amor pide imaginación y creatividad. Sólo así se entiende la invitación de Jesús: «Traten a losdemás como quieren que ellos los traten; su propia experiencia podrá ser el mejor punto de partida paraque se imaginen cómo tienen que tratar a una persona concreta. Pónganse en la situación del otro: ¿quéquerrían para ustedes? Es fácil que así empiecen a ver con más claridad cómo tienen que actuar conél».

Difícilmente podía Jesús sugerir de manera más incisiva el carácter ilimitado del amor. Si lo queexigiríamos idealmente para nosotros se convierte en criterio y regla de nuestro comportamiento hacialos demás, ya no hay excusa ni escapatoria alguna. Para nosotros siempre queremos lo mejor. La«regla de oro» nos pone a buscar el bien de todos de manera incondicional. En el «mundo nuevo» queanuncia Jesús, esta ha de ser la actitud básica: disponibilidad, servicio y atención a la necesidad delhermano. No hay normas concretas. Amar al prójimo es hacer por él en aquella situación concretatodo lo que uno pueda. Jesús piensa en unas relaciones nuevas regidas no por el interés propio o lautilización de los demás, sino por el servicio concreto al que más sufre.

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La llamada de Jesús es clara y concreta. Acoger el reino de Dios no es una metáfora. Essencillamente vivir el amor al hermano en toda situación. Esto es lo decisivo. Sólo se vive como hijo ohija de Dios viviendo de manera fraterna con todos. En el reino de Dios, el prójimo toma elpuesto de la ley. A Dios le dejamos reinar en nuestra vida cuando sabemos escuchar con disponibilidadtotal su llamada escondida en cualquier ser humano necesitado. En el reino de Dios, toda criaturahumana, aun la que nos parece más despreciable, tiene derecho a experimentar el amor de los demás ya recibir la ayuda que necesita para vivir dignamente.

Habituados a la religión del templo, a nadie le resultaba fácil apoyarse en la misericordiaimprevisible de Dios. Jesús trataba de romper sus resistencias. Un día les propuso una paráboladesconcertante sobre un hombre que cayó víctima de unos salteadores mientras viajaba de Jerusalén aJericó 136. Lo cuenta así:

“Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarley golpearle, se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por aquel camino un sacerdote y,al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Peroun samaritano que iba de camino llegó junto a él y, al verle, tuvo compasión; y, acercándose, vendósus heridas, echando en ellas aceite y vino; y, montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a unaposada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo:'Cuida de ély, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva'”. (Lc 10,30-36).

El relato de Jesús capta enseguida la atención de todos. Han peregrinado más de una vez aJerusalén y conocen bien esa zona desértica y peligrosa por donde baja el camino que lleva desde lacapital a Jericó. Todos saben lo difícil que es no toparse con salteadores que se refugian en aquellosbarrancos y quebradas. Sin embargo es también una ruta bastante frecuentada. Por allí pasan todas lassemanas los sacerdotes y levitas que, después de haber ejercido su servicio en el templo, se vuelven aJericó, importante ciudad sacerdotal. Por allí transitan también grupos de peregrinos y comerciantesque suben con sus mercancías a Jerusalén. ¿Qué va a ocurrir esta vez en este peligroso camino?

Al oír hablar de un hombre asaltado y dejado medio muerto en la cuneta del camino, en elcorazón de los oyentes se despierta la simpatía y la piedad. Es una víctima inocente, abandonada en uncamino solitario, que necesita ayuda urgente. Podría ser uno de ellos. ¿Cómo no sentir compasión porél? 137.

Por el camino aparecen afortunadamente dos viajeros: primero un sacerdote y luego un levita.Ambos vienen del templo. Han realizado su servicio a lo largo de la semana y, cumplidas ya susobligaciones en el templo, se vuelven a su casa de Jericó. El herido los ve llegar esperanzado: son de supropio pueblo; representan al templo; sin duda se apiadarán de él. No es así. Al llegar a su altura, losdos tienen la misma reacción: lo ven y «dan un rodeo». No se acercan, pasan de largo. ¿Por qué?¿Tienen miedo a los salteadores? ¿No quieren incurrir en estado de impureza tocando a un desconocidoensangrentado y medio muerto? 138. Los oyentes no pueden menos de sentirse escandalizados de su

136 Es la parábola del «buen samaritano». Sin duda es el protagonista del relato, aunque, para captar el mensaje de Jesús, lohemos de leer desde la perspectiva del herido caído en la cuneta del camino.

137 Aunque el herido permanece anónimo a lo largo de todo el relato y no puede ser identificado ni siquiera por susvestiduras, de las que ha sido «despojado», hay que pensar que es un judío mientras el narrador no diga otra cosa.

138 No parece que el sacerdote y el levita puedan invocar prescripción ritual alguna para justificar su actuación (Jeremias,Linnemann, Scott…).

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falta de compasión. ¿Cómo no ayudan a un hombre abandonado a una muerte casi segura?

En el horizonte aparece un tercer viajero. No es sacerdote ni levita; no viene del templo; nisiquiera pertenece al pueblo elegido de Israel. Es un odiado samaritano; probablemente uncomerciante dedicado a sus negocios. El herido lo ve llegar con temor. También los oyentes sealarman. Era cosa bien sabida la enemistad entre samaritanos y judíos. Se puede esperar de él lo peor.¿Lo llegará a rematar? Sin embargo, el samaritano ve al herido, «siente compasión» y se le acerca. Acontinuación hace por él todo lo que puede: desinfecta sus heridas con vino, las suaviza con aceite, lovenda, lo monta sobre su propia cabalgadura, lo lleva a la posada más cercana, cuida de él y corre contodos los gastos que hagan falta. Aquel hombre no parece un comerciante preocupado de susmercancías. Su actuación se asemeja más a una madre cuidando con ternura a su hijo herido.

La sorpresa de los oyentes no puede ser mayor ¿Cómo puede Jesús ver el reino de Dios en lacompasión de un odiado samaritano? La parábola rompe todos sus esquemas y clasificaciones entreamigos y enemigos, entre miembros del pueblo elegido y gentes extrañas e impuras. ¿Será verdad quela misericordia de Dios nos puede llegar no del templo ni de los canales religiosos oficiales, sino deun enemigo proverbial? Jesús los desconcierta. Él mira la vida desde la cuneta, con los ojos de lasvíctimas necesitadas de ayuda. No hay duda. Para Jesús, la mejor metáfora de Dios es la compasiónhacia un herido.

Su parábola lo invierte todo. Los representantes del templo pasan de largo ignorando alherido. El odiado enemigo resulta ser el salvador. El reino de Dios se hace presente donde laspersonas actúan con misericordia. Hasta un enemigo tradicional, renegado por todos, puede serinstrumento y encamación del amor compasivo de Dios. El mensaje de Jesús constituye una verdadera«revolución» y un desafío para todos: ¿hay que extender la misericordia de Dios hasta los enemigos deIsrael, olvidando prejuicios y enemistades seculares? ¿Cómo entender y vivir en adelante una religióncomo la del templo, que de hecho lleva al odio y al sectarismo? ¿Habrá que reordenarlo todo dandoprimacía absoluta a la misericordia?. ¿Habrá que llegar incluso a ser «desleal» al propio grupo paraidentificarse con el sufrimiento de cualquier herido caído en la cuneta de cualquier camino? ¿Es eso elreino de Dios?

c) Amar los enemigos

La llamada al amor siempre es seductora. Seguramente muchos acogían con agrado su mensaje.Pero lo que menos se podían esperar era oírle hablar de amor a los enemigos. Viviendo la cruelexperiencia de la opresión romana y los abusos de los más poderosos, sus palabras eran un auténticoescándalo. Sólo un loco podía decirles con aquella convicción algo tan absurdo: «Amen a susenemigos, oren por los que los persiguen, perdonen setenta veces siete, a quien los hiere en una mejilla,ofrézcanle también la otra». ¿Qué está diciendo Jesús? ¿A dónde los quiere conducir? ¿Es esto lo queDios quiere? ¿Vivir sometidos con resignación a los opresores?

El pueblo judío tenía ideas muy claras. El Dios de Israel es un Dios que conduce la historiaimponiendo su justicia de manera violenta. El libro del Éxodo recordaba la terrible experiencia de laque había nacido el pueblo de Dios. El Señor escuchó los gritos de los hebreos e intervino de formapoderosa destruyendo a los enemigos de Israel y vengándolos de una opresión injusta. Si lo adorabancomo Dios verdadero era precisamente porque su violencia era más poderosa que la de otros dioses. Elpueblo lo pudo comprobar una y otra vez. Dios los protegía destruyendo a sus enemigos. Sólo con la

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ayuda violenta de Dios pudieron entrar en la tierra prometida.

En la época de Jesús todo invitaba en este clima a odiar a los enemigos de Dios y del pueblo.Era incluso un signo de celo por la justicia de Dios: «Señor, ¿cómo no vaya odiar yo a los que te odian,y despreciar a los que se levantan contra ti? Sí, los odio con odio implacable, los considero misenemigos» 139. Este odio se alimentaba sobre todo entre los esenios de Qumrán. Era una especie deprincipio fundamental para sus miembros: «Amar todo lo que Dios escoge y odiar todo lo que élrechaza». En concreto se pedía a los miembros de la comunidad «amar a todos los hijos de la luz, cadauno según su suerte en el designio de Dios, y odiar a todos los hijos de las tinieblas, a cada uno segúnsu culpa en la venganza de Dios» 140.

Jesús comienza a hablar un lenguaje nuevo y sorprendente. Dios no es violento, sinocompasivo; ama incluso a sus enemigos; no busca la destrucción de nadie. Su grandeza noconsiste en vengarse, castigar y controlar la historia por medio de intervenciones destructoras.Dios es grande no porque tenga más poder que nadie para destruir a sus enemigos, sino porque sucompasión es incondicional hacia todos. «Hace salir su sol sobre buenos y malos, y manda la lluviasobre justos e injustos» 141. Dios no retiene celosamente su sol y su lluvia. Los comparte con sus hijos ehijas de la tierra sin hacer discriminación entre justos y culpables. No restringe su amor sólo hacia losque le son fieles. Hace el bien incluso a los que se le oponen. No reacciona ante los hombres según seasu comportamiento. No responde a su injusticia con injusticia, sino con amor..

Dios es acogedor, compasivo y perdonador. Esta es la experiencia de Jesús. Por eso nosintoniza con las expectativas mesiánicas que hablan de un Dios belicoso o de un Enviado suyo quedestruiría a los enemigos de Israel. No parece creer tampoco en las fantasías de los apocalípticos, queanuncian castigos catastróficos inminentes para cuantos se le oponen. No hay que alimentar odio contranadie, como hacen los esenios de Qumrán. Este Dios que no excluye a nadie de su amor nos ha deatraer a actuar como él. Jesús saca una conclusión irrefutable: «Amen a sus enemigos para que seandignos de su Padre del cielo» (Mt 5,43-45). Esta llamada de Jesús tuvo que provocar conmoción, pueslos salmos invitaban más bien al odio, y la ley, en su conjunto, orientaba a combatir contra los«enemigos de Dios» 142.

Jesús no está pensando sólo en los enemigos privados que uno puede tener en su propioentorno o dentro de su aldea. Seguramente piensa en todo tipo de enemigos, sin excluir a ninguno: elenemigo personal, el que hace daño a la familia, el adversario del propio grupo o los opresores delpueblo. El amor de Dios no discrimina, busca el bien de todos. De la misma manera, quien se parece aél no discrimina, busca el bien para todos. Jesús elimina dentro del reino de Dios la enemistad.

Desde su experiencia de Dios contempla ese amor al enemigo como el camino a seguir paraparecerse a Dios, la manera de ir destruyendo la enemistad en el mundo. Un proceso que exigeesfuerzo, pues se necesita aprender a deponer el odio, superar el resentimiento, bendecir y hacer elbien. Jesús habla de «orar» por los enemigos, probablemente como un modo concreto de irdespertando en el corazón el amor a quien cuesta amar (Lc 6,28). Pero al hablar de amor no está

139 Sal 139,21-22.140 1QRegla de la Congregación J, 3-4.9-11. Según Flavio Josefo, al entrar en la comunidad, los esenios formulaban el

terrible juramento de «odiar… siempre a los injustos y luchar en el bando de los justos» (La guerra judía n, 139).141 Lc 6,35. 142 Por ejemplo, los salmos 137,8-9, y 58,11.

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pensando en sentimientos de afecto, simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo siguesiendo enemigo, y difícilmente puede despertar en nosotros tales sentimientos. Amar al enemigo es,más bien, pensar en su bien, «hacer» lo que es bueno para él, lo que puede contribuir a que vivamejor y de manera más digna.

Sin respaldo alguno de la tradición bíblica, enfrentándose a los salmos de venganza, quealimentaban la oración de su pueblo, oponiéndose al clima general de odio a los enemigos de Israel,distanciándose de las fantasías apocalípticas de una guerra final contra los opresores romanos, Jesúspregona a todos: «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odien» (Lc 6,27). El reino de Diosha de ser el inicio de la destrucción del odio y la enemistad entre sus hijos. Así piensa Jesús.

d) La lucha no violenta por la justicia

Todas las esperanzas del pueblo estaban puestas en la intervención poderosa de Dios, queimpondría su justicia destruyendo a los enemigos de Israel. Nadie podía pensar de otra maneraescuchando las promesas de los profetas y las expectativas de los escritores apocalípticos. Sin embargo,la experiencia de Jesús es diferente. Dios ama la justicia, pero no es destructor de la vida, sino curador;no rechaza a los pecadores, sino que los acoge y perdona. La justicia llegará, pero no será porqueDios la imponga de manera violenta destruyendo a quienes se le oponen.

La actitud de Jesús choca de frente con el ambiente general. Le es imposible creer en unEnviado de Dios encargado de guerrear contra los romanos; no espera nada de los levantamientosviolentos contra el Imperio; no escucha a los apocalípticos, que alimentan en el pueblo la esperanza enuna venganza inminente de Dios; no entiende a los esenios que viven en el desierto preparándose parala guerra final contra «los hijos de las tinieblas». La llegada de Dios no puede ser violenta ydestructora. Al contrario, significará la eliminación de toda forma de violencia entre las personasy los pueblos. Por eso Jesús vive desafiando día a día diferentes formas de violencia, pero sin usarjamás la violencia que destruye al otro. Lo suyo no es destruir, sino curar, restaurar, bendecir, perdonar.Así va irrumpiendo el reino de Dios en el mundo.

Pero, si no a venir un Mesías guerrero a derrotar a los romanos y si Dios no va a intervenirviolentamente vengando al pueblo de sus enemigos y haciendo justicia a sus pobres, ¿qué se puedehacer? ¿Someterse con resignación a los opresores de Roma? ¿Aceptar la injusticia de los grandesterratenientes? ¿Callarse ante los abusos del templo? ¿Abandonar para siempre la esperanza de unmundo justo? ¿Cómo se puede ir haciendo realidad el reino de Dios frente a tanta injusticia? Desde suexperiencia de un Dios no violento, Jesús propone una práctica de resistencia no violenta a lainjusticia. Lo que hay que hacer es vivir unidos a ese Dios cuyo corazón no es violento, sinocompasivo. Sus hijos e hijas han de parecerse a él incluso cuando luchan contra abusos e injusticias. Sulenguaje resulta todavía hoy escandaloso. Jesús no da normas ni preceptos. Sencillamente sugiereun estilo de actuar que roza los límites de lo posible. Lo hace proponiendo algunas situacionesconcretas que ilustran de manera gráfica cómo reaccionar ante el mal:

«No se resistan (ustedes) violentamente a alguien que es malo con ustedes. Cuando alguien te abofeteeen la mejilla derecha, preséntale también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte latúnica, dale también el manto; y al que te obligue a andar una milla, vete con él dos» (Lc 6,29).

La propuesta responde plenamente a la forma de actuar de Jesús y parece ser su desesperado

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intento por erradicar del mundo la injusticia sin caer en la violencia destructora. Jesús no estáalentando la pasividad. No conduce a la indiferencia ni a la rendición cobarde ante la injusticia.Invita más bien a ser dueños de la situación tomando la iniciativa y realizando un gesto positivode amistad y de gracia que puede desconcertar al adversario.

Jesús anima a reaccionar con dignidad creando una situación nueva que haga más patentela injusticia y obligue al violento a reflexionar y, tal vez, a deponer su actitud. No se trata deadoptar una postura victimista, sino de seguir una estrategia amistosa que corte toda posibleescalada de violencia. Tal vez Jesús no está pensando tanto en la reacción del adversario cuanto en quecada uno venza en sí mismo la reacción de signo violento y responda a la agresión no en la misma líneaque el agresor, sino exactamente en sentido opuesto. Esta sería, para Jesús, la actuación más digna dequien entra en el reino de Dios.

Al parecer, el golpe en la mejilla derecha era una práctica bastante común para humillar a lossubordinados. Los amos golpeaban impunemente a sus esclavos, los terratenientes a sus siervos, losesposos a sus mujeres. ¿Quién podía protestar? Lo normal era aceptar la humillación y someterse conresignación a los abusos de los más poderosos. Jesús piensa de manera diferente. ¿No es posiblereaccionar de forma inesperada?: «Cuando alguien te abofetee en la mejilla derecha, no pierdas ladignidad ante tu agresor, mírale a los ojos, quítale su poder de humillarte, ofrécele la otra mejilla, hazlever que su agresión no ha tenido efecto alguno sobre ti, sigues siendo tan humano o más que él».

¿Por qué no reaccionar así en situaciones semejantes? «Si alguien te quiere arrebatar la túnicainterior con la que cubres tu cuerpo, despréndete también del manto que llevas encima y entrégaselo.Preséntate así ante todos, desnudo pero con dignidad. Que el ladrón quede en ridículo y todos puedanver hasta dónde llega su ambición» 143. Imaginemos otra situación. Supongamos que, en algúnmomento, soldados al servicio de Roma te obligan a transportar una carga a lo largo de una milla,«¿por qué no te muestras dispuesto a continuar todavía otra milla más? Los dejarás desconcertados,porque, según la ley romana, está prohibido forzar a nadie más allá de una milla. No será una granvictoria contra Roma, pero mostrarás tu dignidad y tu rechazo a su injusta opresión» 144.

El reino de Dios exige organizar el mundo no en dirección a la violencia, sino hacia el amor y lacompasión. Seguramente Jesús no pensaba en una trasformación mágica de aquella sociedad injusta ycruel que tan bien conocía. Pronto podría experimentar en su propia carne el poder brutal de losviolentos. Pero tal vez quiere poner en marcha unas minorías radicales y rebeldes que,desviándose de la tendencia más común, puedan liberar a las gentes de la violencia cotidiana quese apodera fácilmente de todos. Jesús piensa en hombres y mujeres que entren en la dinámica delreino de Dios con un corazón no violento, para enfrentarse a las injusticias de maneraresponsable y valiente, desenmascarando la falta de humanidad que se encierra en toda sociedad quese construye sobre la violencia y vive indiferente al sufrimiento de las víctimas. Estos son losauténticos testigos del reino de Dios en medio de un mundo injusto y violento. No serán muchos. Sólounas minorías capaces de actuar como hijos e hijas del Dios de la compasión y de la paz. No parece queJesús esté pensando en grandes instituciones. Sus seguidores serán «semilla de mostaza» o pequeñotrozo de «levadura». Pero su vida, casi siempre crucificada, será una luz capaz de anunciar el mundo

143 La túnica (khiton) era la prenda interior que se llevaba directamente sobre el cuerpo. El manto (himation) era la prendade abrigo que se llevaba por encima.

144 Al parecer era obligatorio transportar cargas en el tramo de una milla si así lo pedían las autoridades militares. En elrelato de la pasión, Simón de Cirene es obligado por la fuerza a cargar con la cruz de Jesús.

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nuevo de Dios de manera más clara y creíble.

3.5. El Dios de la vida 145

3.5.1. Introducción

La experiencia de Dios fue central y decisiva en la vida de Jesús. El profeta itinerante delreino, curador de enfermos y defensor de pobres, no es un hombre disperso, atraído por diferentesintereses, sino una persona profundamente unificada en torno a una experiencia central:

Dios como Padre de todos. Es él quien inspira su mensaje, unifica su intensa actividad y polariza susenergías. Dios está en el centro de esta vida. El mensaje y la actuación de Jesús no se explican sin esavivencia radical de Dios.

Pero ¿qué experiencia de Dios tiene Jesús? ¿Quién es Dios para él? ¿Cómo se sitúa ante sumisterio? ¿Cómo le escucha y se confía a su bondad? ¿Cómo lo vive? No es fácil responder a estaspreguntas. Jesús se muestra muy discreto sobre su vida interior. Sin embargo, habla y actúa de talmanera que sus palabras y sus gestos nos permiten vislumbrar de alguna manera su experiencia.

Hay algo que se percibe enseguida. Jesús no propone una doctrina sobre Dios. Nunca se le veexplicando su idea de Dios. Para Jesús, Dios no es una teoría. Es una experiencia que lo transforma y lehace vivir buscando una vida más digna, amable y dichosa para todos. No pretende en ningúnmomento sustituir la doctrina tradicional de Dios con otra nueva. Su Dios es el Dios de Israel: elúnico Señor, creador de los cielos y de la tierra, el salvador de su pueblo querido, el Dios cercano de laAlianza en el que creen los israelitas. Ningún sector judío discute con Jesús sobre la bondad de Dios, sucercanía o su acción liberadora. Todos creen en el mismo Dios.

La diferencia está en que los dirigentes religiosos asocian a Dios más con su sistema religiosoque con la felicidad y la vida de la gente. Lo primero y más importante para ellos es dar gloria a Diosobservando la ley, respetando el sábado y asegurando el culto del templo. Jesús, por el contrario, asociaa Dios con la vida: lo primero y más importante para él es que los hijos e hijas de Dios disfrutende la vida de manera justa y digna. Los sectores más religiosos se sienten urgidos por Dios a cuidarla religión del templo y el cumplimiento de la ley. Jesús, por el contrario, se siente enviado a promoverla justicia de Dios y su misericordia.

Jesús relaciona a Dios con la vida de manera diferente. No critica la idea de Dios que setransmite en Israel, pero se rebela contra los efectos deshumanizadores que produce esa religión talcomo está organizada. Lo que más escandaliza es que Jesús no duda en invocar a Dios para condenaro transgredir la religión que lo representa oficialmente, siempre que esta se convierte en opresión y noen principio de vida. Su experiencia de Dios le empuja a liberar a las gentes de miedos y esclavitudesque les impiden sentir y experimentar a Dios como él lo siente y experimenta: amigo de la vida y de lafelicidad de sus hijos e hijas.

145 Sigo aquí a Pagola 2013, 313-337.

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3.5.2. Una experiencia clave

Jesús nació en un pueblo creyente. Como todos los niños y niñas de Nazaret, aprendió a creeren el seno de su familia y en los encuentros que se celebraban los sábados en la sinagoga. Más tardeconocería en Jerusalén la alegría religiosa de aquel pueblo que se sentía acompañado a lo largo de suhistoria por un Dios amigo al que alababan y cantaban en las grandes fiestas.

Pero no se contenta con rememorar y revivir el itinerario espiritual de Israel. Busca a Diosen su propia existencia y, lo mismo que los profetas de otros tiempos, abre su corazón a Dios paraescuchar lo que quiere decir en aquel momento a su pueblo y a él mismo. Se adentra en el desierto yescucha al Bautista; busca la soledad de lugares retirados; pasa largas horas de silencio. Y el Dios quehabla sin pronunciar palabras humanas se convierte en el centro de su vida y en la fuente de toda suexistencia. Las fuentes cristianas coinciden en afirmar que la actividad profética de Jesús comenzó apartir de una intensa y poderosa experiencia de Dios. Con ocasión de su bautismo en el Jordán,Jesús experimenta algún tipo de vivencia que transforma decisivamente su vida:

“En cuanto salió del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma,descendía sobre él. Y se oyó una voz que venía del cielo: 'Tú eres mi Hijo amado, en ti mecomplazco.'” (Mc 1,10-11).

Este relato es una composición muy trabajada en la comunidad cristiana, pero no hay razonespara negar la historicidad de una experiencia vivida por Jesús. La escena está construida con rasgosclaramente míticos: «los cielos se rasgan», el Espíritu de Dios desciende con suavidad sobre Jesús «enforma de paloma», enseguida se oye «una voz que viene de los cielos». Son los recursos de quien deseasugerir una «teofanía» o comunicación de Dios, que va más allá de las vivencias ordinarias. Latradición ha conservado de esa forma el recuerdo de una experiencia decisiva de Jesús difícil deexpresar, pero clave para «entender» mejor su actividad y su mensaje.

La experiencia tiene lugar en un momento muy especial. Jesús se ha acercado hasta el Jordánbuscando a Dios y se ha unido humildemente a otras gentes de su pueblo para recibir el bautismo deJuan. Jesús se pone ante Dios. Su actitud es de disponibilidad total. Es entonces cuando, según el relato,«vio que los cielos se rasgaban»: el Dios misterioso e insondable se le va a comunicar; el Padre va a«dialogar» con Jesús. Recién salido de las aguas del Jordán, aquel buscador de Dios va a vivir unadoble experiencia. Se va a descubrir a sí mismo como Hijo muy querido: ¡Dios es su Padre! Almismo tiempo se va a sentir lleno de su Espíritu. Estas dos vivencias constituyen en realidad dosaspectos de una única experiencia que va a marcar para siempre a Jesús.

Jesús vive abandonándose a Dios. Todo lo hace animado por esa actitud genuina, pura,espontánea, de confianza en su Padre. Busca su voluntad sin recelos, cálculos ni estrategias. Suconfianza hace de él un ser libre de costumbres, tradiciones o modelos rígidos; su fidelidad al Padre lehace actuar de manera creativa, innovadora y audaz. Su fe es absoluta.

Esta confianza genera en Jesús una docilidad incondicional ante su Padre. Sólo busca cumplirsu voluntad. Es lo primero para él. Nada ni nadie le apartará de su camino: como hijo bueno busca serla alegría de su Padre; como hijo fiel vive identificándose con él e imitando siempre su modo de actuar.Esta es la motivación secreta que lo alienta en todo.

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Al mismo tiempo se siente lleno de su Espíritu. Ve que, de aquel cielo abierto, «el Espíritudescendía sobre él». El Espíritu de Dios, que crea y sostiene la vida, que cura y da aliento a todoviviente, viene a llenarlo de su fuerza vivificadora. Jesús lo experimenta como Espíritu de gracia y devida. Baja sobre él con suave murmullo, «como una paloma» 146. Lo llena no para juzgar, condenar odestruir, sino para curar, liberar de «espíritus malignos» y dar vida.

Jesús experimenta en él la fuerza del Espíritu con tal intensidad que, consciente de su podervivificador, se acercará a los enfermos a curarlos de su mal; lo único que les pide es fe en esa fuerzade Dios que actúa en él y a través de él. Lleno del Espíritu bueno del Padre, no siente miedo algunopara enfrentarse a espíritus malignos con el fin de hacer llegar la misericordia de Dios a las gentes másindefensas y esclavizadas por el mal. Jesús ve en esas curaciones el «dedo de Dios» o, como diceMateo, el «Espíritu de Dios». Si expulsa a los demonios es que el Espíritu liberador de Dios estáactuando en él y a través de él; su victoria sobre Satán es el mejor signo de que Dios quiere salud yvida liberada para sus hijos (Lc 11,20; Mt 12,28).

3.5.3. La oración de Jesús

Jesús vivió en un pueblo orante. Los judíos rezaban al amanecer y antes de acostarse. Jesúsno se contenta con cumplir rutinariamente la práctica general. A veces se levanta muy demadrugada y se va a un lugar solitario a orar ya antes del amanecer; otras veces, al terminar el día, sedespide de todos y prolonga la oración del atardecer durante gran parte de la noche (Mc 1,35; 6,46;14,32-42; Lc 6,12).

Pero las fuentes dejan entrever que también durante su jornada de actividad seguía viviendoen comunión con Dios. Se nos dice que, en cierta ocasión, al descubrir que los más letrados yentendidos se cerraban al mensaje del reino, mientras los más pequeños e ignorantes lo acogían con fesencilla, de lo más hondo de su ser brotó una bendición gozosa al Padre. Jesús se alegra de que Diossea tan bueno con los pequeños. No hay por qué esperar a la noche para bendecido. Allí mismo, enmedio de la gente, proclama ante todos su alabanza a Dios: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y dela tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos y las has dado a conocer a lossencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien” (Lc 10,21 // Mt 11,25-26).

Jesús ora también al curar a los enfermos. Lo trasluce su gesto de imponer sobre ellos lasmanos para bendecirlos en nombre de Dios y envolverlos con su misericordia. Mientras sus manosbendicen a los que se sienten malditos y transmiten fuerza y aliento a quienes viven sufriendo, sucorazón se eleva a Dios para comunicar a los enfermos la vida que él mismo recibe del Padre 147.Repite el mismo gesto con los niños. Hay ocasiones en que Jesús «los abraza y los bendiceimponiéndoles las manos». Los pequeños deben sentir antes que nadie la caricia de Dios. Mientras losbendice, pide al Padre lo mejor para ellos (Mc 10,16).

146 La comparación del Espíritu con una paloma era desconocida en el judaísmo antiguo. Probablemente, el autor noquiere decir que el Espíritu tenga forma de paloma, sino que descendió sobre Jesús posándose suavemente, como lohace la paloma.

147 Mc 8,23; Lc 4,40; 13,13. Según la tradición de Marcos, ante el fracaso de los discípulos, que le preguntan por qué nohan podido expulsar al espíritu maligno de un epiléptico, Jesús responde: «Esta clase [de espíritus] con nada puede serarrojada sino con la oración» (9,29). A diferencia de sus discípulos, Jesús vive en oración, y por ello es capaz deexpulsar el mal con la fuerza de Dios.

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La oración de Jesús posee rasgos inconfundibles. Es una oración sencilla, «en lo secreto»,sin grandes gestos ni palabras solemnes, sin quedarse en apariencia, sin utilizarla para alimentar elnarcisismo o el autoengaño. Jesús se pone ante Dios, no ante los demás. No hay que orar en lasplazas para que nos vea la gente: «Tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tuPadre, que está en lo secreto» 148. Es, al mismo tiempo, una oración espontánea y natural; le nace sinesfuerzo ni técnicas especiales; brota de la profundidad de su ser; no es algo añadido o postizo, sinoexpresión humilde y sincera de lo que vive. Su oración no es tampoco un rezo mecánico ni unarepetición casi mágica de palabras. No hay que multiplicar fórmulas, como hacen los paganos hasta«cansar» a los dioses, creyendo que así serán escuchados. Basta con presentarse ante Dios como hijosnecesitados: «Ya sabe el Padre de ustedes lo que necesitan antes de que ustedes se lo pidan» (Mt 6,7-8).Su oración es confianza absoluta en Dios.

La oración de Jesús sólo se entiende en el horizonte del reino de Dios. Más allá de las oracioneshabituales prescritas por la piedad judía, Jesús busca el encuentro con Dios para acoger su reino yhacerlo realidad entre los hombres.

3.5.4. Dios es Padre

Jesús vive desde la experiencia de un Dios Padre. Así lo capta en sus noches de oración y asílo vive a lo largo del día. Su Padre Dios cuida hasta de las criaturas más frágiles, hace salir su sol sobrebuenos y malos, se da a conocer a los pequeños, defiende a sus pobres, cura a los enfermos, busca a losperdidos. Este Padre es el centro de su vida.

Jesús llama a Dios “Padre”. No es algo absolutamente original. Ya en el AT se habla de Dioscomo «padre» en sentido metafórico para destacar su autoridad, que exige respeto y obediencia, peroante todo su bondad, solicitud y amor, que invitan a la confianza. Esta imagen de Dios como «padre»no es central. Es una más junto a las de Dios «esposo», «pastor» o «liberador». Jesús sabe que latradición bíblica considera las relaciones de Dios con Israel como las de un padre con sus hijos.

A Jesús le gusta llamar a Dios «Padre». Le brota de dentro, sobre todo cuando quiere subrayarsu bondad y compasión. Pero, sin duda, lo más original es que, al dirigirse a Dios, lo invocaba con unaexpresión desacostumbrada. Lo llamaba “Abbá” (papá). Le vive a Dios como alguien tan cercano,bueno y entrañable que, al dialogar con él, le viene espontáneamente a los labios sólo una palabra:Abbá, Padre mío querido. Éste es el rasgo más característico de su oración. No encuentra una expresiónmás honda para llamar a Dios que ésta: Abbá. Esta costumbre de Jesús provocó tal impacto que, añosmás tarde, en las comunidades cristianas de habla griega, dejaban sin traducir el término arameo Abbácomo eco de la experiencia personal vivida por Jesús (Gal 4,6; Rm 8,15). Este modo de tratar con Diosno es convencional. Nace de su experiencia más íntima y se distancia del tono solemne con que, por logeneral, sus contemporáneos se dirigen a Dios, acentuando la distancia y el temor reverencial.

Las primeras palabras que balbuceaban los niños de Galilea eran: immá («mamá») yabbá(«papá»). Así llamó también Jesús a María y a José. Por eso, abbá evoca el cariño, la intimidad y laconfianza del niño pequeño con su padre. Sin embargo, no hemos de exagerar. Al parecer, también losadultos empleaban esta palabra expresando su respeto y obediencia al padre de la familia patriarcal.Llamar a Dios Abbá indica cariño, intimidad y cercanía, pero también respeto y sumisión. Jesús

148 Mt 6,5-6. Al no tener una habitación privada en ninguna casa, Jesús se retiraba al monte o a un lugar apartado.

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había conocido en su propia casa la importancia del padre. José era el centro de toda la familia. Todogira en torno a él. El padre cuida y protege a los suyos. Si falta él, la familia corre el riesgo dedesintegrarse y desaparecer. Es él quien sostiene y asegura el futuro de todos. Hay dos rasgos quecaracterizan a un buen padre. El primero es la preocupación por sus hijos: es él quien debeasegurarles el sustento necesario, protegerlos y ayudarles en todo. Al mismo tiempo, el padre es laautoridad de la familia: él da las órdenes para organizar el trabajo y asegurar el bien de todos. Élinstruye a sus hijos, les enseña un oficio y los corrige si es necesario. Los hijos, por su parte, estánllamados a ser la alegría del padre. Su primera actitud ha de ser la confianza: ser hijo es pertenecer alpadre y acoger con gozo lo que recibe de él. Al mismo tiempo han de respetar su autoridad depadre, escucharle y obedecer sus órdenes. Al padre se le debe afecto y sumisión. El ideal de todo hijoes él. Esta experiencia familiar ayuda a Jesús a profundizar en su experiencia de un Dios Padre.

Sin embargo, nunca confundió a Dios con aquellos padres de Galilea, tan preocupados pormantener su autoridad patriarcal, su honor y su poder. Es cierto que en ocasiones habla de Dioscomo un Padre que reclama obediencia y respeto, pero no es este su rasgo más característico. Jesúsvive seducido por su bondad. Dios es bueno. Jesús capta su misterio insondable como un misteriode bondad. No necesita apoyarse en ningún texto de las Escrituras sagradas. Para él es un datoprimordial e indiscutible, que se impone por sí mismo. Dios es una Presencia buena que bendice lavida. La solicitud amorosa del Padre, casi siempre misteriosa y velada, está presente envolviendo laexistencia de toda criatura.

Lo que define a Dios no es su poder, como entre las divinidades paganas del Imperio; tampocosu sabiduría, como en algunas corrientes filosóficas de Grecia. La realidad última de Dios, lo que nopodemos pensar ni imaginar de su misterio, Jesús lo capta como bondad y salvación. Dios es buenocon él y es bueno con todos sus hijos e hijas. Lo más importante para Dios son las personas; muchomás que los sacrificios o el sábado. Dios sólo quiere su bien. Nada ha de ser utilizado contra laspersonas, y menos aún la religión.

Este Padre bueno es un Dios cercano. Su bondad está ya irrumpiendo en el mundo bajo formade compasión. Jesús vive esta cercanía amorosa de Dios con asombrosa sencillez y espontaneidad. Escomo un grano de trigo sembrado en la tierra, que pasa inadvertido, pero que pronto se manifestarácomo espléndida espiga. Así es la bondad de Dios: ahora está escondida bajo la realidad compleja de lavida, pero un día acabará triunfando sobre el mal. Para Jesús, todo esto no es teoría. Dios es cercano yaccesible a todos. Cualquiera puede tener con él una relación directa e inmediata desde lo secreto delcorazón.

Este Dios es bueno con todos. «Hace salir su sol sobre buenos y malos. Manda la lluvia sobrejustos e injustos» (Lc 6,35; Mt 5,45). El sol y la lluvia son de todos. Nadie puede apropiarse de ellos.No tienen dueño. Dios los ofrece a todos como un regalo, rompiendo la tendencia moralista adiscriminar a los malos. Dios no es propiedad de los buenos; su amor está abierto también a losmalos. Esta fe de Jesús en la bondad universal de Dios hacia todos no deja de sorprender. Durantesiglos se ha escuchado algo muy diferente en aquel pueblo. Se habla con frecuencia del amor y laternura de Dios, pero este amor hay que merecerlo.

El modo de ser de Dios como Padre se muestra sobre todo en su conducta para con lospecadores, como se expresa de modo incomparable en la “parábola del hijo pródigo” (Lc 15,11-32).

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Presento a continuación un breve comentario 149:

15,11-13: “(11)Dijo Jesús: Un hombre tenía dos hijos; (12) y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre,dame la parte de la herencia que me corresponde’. Y él les repartió la herencia. (13) Pocos díasdespués el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su haciendaviviendo como un libertino.”

La figura central del relato es siempre el padre. Él permite a su hijo más joven que se marchelibremente, a pesar de haberle exigido su parte de la herencia y de haberlo tratado, por consiguiente,como si ya estuviera muerto.

15,14-16: “(14) Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó apasar necesidad. (15) Entonces fue y acordó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió asus tierras a pastorear cerdos. (16) Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían loscerdos, pero nadie se las daba.”

El hijo menor ha caído en lo más bajo: no sólo pasa hambre sino que trabaja al servicio de unextranjero cuidando cerdos (¡el animal impuro por excelencia!).

15,17-20: “(17)Y reflexionando en su interior, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan enabundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! (18) Me levantaré, iré a mi padre y le diré:Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tusjornaleros’. (20) Y levantándose, partió hacia su padre.”

Contrariamente a lo que a menudo se ha dicho, una lectura atenta muestra que no se trata de una“conversión” propiamente tal sino simplemente de la constatación de que se encuentra en un “callejónsin salida”. El recuerdo del padre le hace pensar que no sólo estaba bien allí sino que con lo que hizo haperdido todos sus derechos de hijo.

Su regreso lleva una propuesta: no ser tratado como hijo sino como un jornalero más. Le pareceque eso es lo que corresponde a su conducta. En todo caso, significa una enorme mejoría respecto de loque está viviendo ahora.

15,21-24: “Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besóefusivamente. (21) El hijo le dijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamadohijo tuyo’. (22) Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Traigan deprisa el mejor vestido y vístanlo, pónganleun anillo en su mano y unas sandalias en los pies. (23) Tráigan el ternero engordado, mátenlo, ycomamos y celebremos una fiesta, (24) porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida;estaba perdido y ha sido hallado’. Y comenzaron la fiesta.”

El padre no ha esperado dentro de su casa; ha visto a su hijo cuando se encontraba todavía lejos.Le da lástima, se precipita a su encuentro, lo abraza y lo besa. No escucha su explicación sino que,apresuradamente, le devuelve todos sus derechos de hijo (el anillo en la mano) y organiza una fiesta 150.

149 En él me aparto de la interpretación de Pagola.150 Contrariamente a lo que a veces se ha dicho, esta conducta no corresponde en absoluto a la que tendría un padre judío(o actual) en una situación semejante. Más bien es esperable una solución intermedia entre la misericordia y la justicia; algoasí como: “me alegra que hayas vuelto, pero de ahora en adelante te ganas duramente tu pan”.

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15,25-30: “(25) Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó lamúsica y las danzas; (26) y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. (27) Él le dijo:‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el ternero engordado, porque le ha recobrado sano’. (28)Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. (29) Pero él replicó a su padre: ‘Hacetantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabritopara tener una fiesta con mis amigos; (30) y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tufortuna con prostitutas, has matado para él el ternero engordado!’”

Esta última parte, que relata el diálogo entre el padre y el hijo mayor, constituye una parteesencial de la parábola. No es posible entender correctamente su sentido si es que se omite.

Nuevamente es el padre quien toma la iniciativa; lleno de diligencia va a su encuentro y loinvita a entrar. Sin embargo, el hijo no quiere hacerlo, invocando toda una vida de obediencia a él. Depasada, se desentiende de su hermano (“ese hijo tuyo”). El relato pone de manifiesto que no sólo el hijomenor desconocía el modo de ser de su padre sino también el mayor. Su relación con él era máscercana a la de un empleado con su jefe que de un hijo con su padre.

15,31-32: “(31) Pero él le dijo: ‘Hijo, tu siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; (32) peroconvenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a lavida; estaba perdido, y ha sido hallado’”.

El padre sitúa la relación en su justo lugar: “Hijo, tu siempre estás conmigo y todo lo que tengoes tuyo”. Con mucha delicadeza, le recuerda que el hijo menor es su hermano (v. 32) y le reitera suinvitación a la fiesta.

La parábola carece de final: ¿Entró el hijo menor a la fiesta? No lo sabemos. Corresponde aloyente darle uno.

La parábola está dirigida a los escribas y fariseos, con el fin de ellos se identifiquen con el hijomayor 151. La descripción del menor recoge de modo genial la percepción que tienen de los pecadores.Su reclamación ante Jesús es la de que no procede con justicia (¡precisamente eso es lo que alega elmayor!). Sin embargo, para Dios Padre lo verdaderamente prioritario es la recuperación de los queestán perdidos 152. La carencia de final se vuelve pregunta: “Y tú, ¿estás dispuesto a entrar a la fiestaque Dios te ofrece como Padre?”

¿Es posible que Dios sea así? ¿Como un padre que no se guarda para sí su herencia, querespeta totalmente el comportamiento de sus hijos, que no anda obsesionado por su moralidad y que,rompiendo las reglas convencionales de lo justo y correcto, busca para ellos una vida digna y dichosa?¿Será esta la mejor metáfora de Dios: un padre acogiendo con los brazos abiertos a los que andan«perdidos» fuera de casa, y suplicando a cuantos lo contemplan y le escuchan que acojan concompasión a todos? La parábola significa una verdadera «revolución» ¿Será esto el reino de Dios?

151 Y no para que el auditor se identifique con el menor, tal como la utilizó posteriormente la Iglesia. La falta enorme delmenor hace difícil la identificación del creyente que se sabe pecador con él.

152 Lo que es más importante que la justicia, que de ningún modo es negada: la parábola es clara respecto de que el menorobró mal y el mayor bien.

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¿Un Padre que mira a sus criaturas con amor increíble y busca conducir la historia humana hacia unafiesta final donde se celebre la vida, el perdón y la liberación definitiva de todo lo que esclaviza ydegrada al ser humano? Jesús habla de un banquete espléndido para todos, habla de música y dedanzas, de hombres perdidos que desatan la ternura de su padre, de hermanos llamados a perdonarse¿Será esta la buena noticia de Dios?

3.5.5. El Dios de la vida

Jesús no puede pensar en Dios sin pensar en su proyecto de transformar el mundo. Nosepara nunca a Dios de su reino. No lo contempla encerrado en su propio mundo, aislado de losproblemas de la gente; lo siente comprometido en humanizar la vida. Los sacerdotes de Jerusalén lovinculan al sistema cultual del templo; los sectores fariseos lo consideran fundamento y garantía de laley que gobierna a Israel; los esenios de Qumrán lo experimentan como inspirador de su vida pura deldesierto. Jesús lo siente como la presencia de un Padre bueno que se está introduciendo en el mundopara humanizar la vida. Por eso, para Jesús, el lugar privilegiado para captar a Dios no es el culto, sinoallí donde se va haciendo realidad su reino de justicia entre los hombres. Jesús capta a Dios en mediode la vida y lo capta como presencia acogedora para los excluidos, como fuerza de curación para losenfermos, como perdón gratuito para los culpables, como esperanza para los aplastados por la vida.

Este Dios es un Dios del cambio. Su reino es una poderosa fuerza de trasformación. Supresencia entre los hombres es incitadora, provocativa, interpeladora: atrae hacia la conversión. Dios noes una fuerza conservadora, sino una llamada al cambio: «El reino de Dios está cerca; cambien demanera de pensar y de actuar, y crean en esta buena noticia» 153. No es el momento de permanecerpasivos. Dios tiene un gran proyecto. Hay que ir construyendo una tierra nueva, tal como la quiere él.Se ha de orientar todo hacia una vida más humana, empezando por aquellos para los que la vida no esvida. Dios quiere que rían los que lloran y que coman los que tienen hambre: que todos puedan vivir.

Si algo desea el ser humano es vivir, y vivir bien. Y si algo busca Dios es que ese deseo sehaga realidad. Cuanto mejor vive la gente, mejor se realiza el reino de Dios. Para Jesús, la voluntad deDios no es ningún misterio: consiste en que todos lleguen a disfrutar la vida en plenitud. Enninguna parte encontraremos mejor «aliado» de nuestra felicidad que en Dios. Cualquier otra ideade un Dios interesado en recibir de los hombres honor y gloria, olvidando el bien y la dicha de sus hijose hijas, no es de Jesús. A Dios le interesa el bienestar, la salud, la convivencia, la paz, la familia, eldisfrute de la vida, el cumplimiento pleno y eterno de sus hijos e hijas.

Por eso, Dios está siempre del lado de las personas y en contra del mal, el sufrimiento, laopresión y la muerte. Jesús acoge a Dios como una fuerza que sólo quiere el bien, que se opone a todolo que es malo y doloroso para el ser humano y que, por tanto, quiere liberar la vida del mal. Así loexperimenta y así lo comunica a través de su mensaje y de su actuación entera. Jesús no hace sinoluchar contra los ídolos que se oponen a este Dios de la vida y son divinidades de muerte. Ídoloscomo el Dinero o el Poder, que deshumanizan a quienes les rinden culto y exigen víctimas parasubsistir. La fe en Dios lo empuja a ir directamente a la raíz: la defensa de la vida y el auxilio a lasvíctimas. Ésta fue siempre su trayectoria.

Su actividad curadora está inspirada por ese Dios que se opone a todo lo que disminuye o

153 Tal como hemos visto, así resume Marcos el mensaje de Jesús (1,15).

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destruye la integridad de las personas. A Dios le interesa la salud de sus hijos e hijas. El sufrimiento, laenfermedad o la desgracia no son expresión de su voluntad; no son castigos, pruebas opurificaciones que Dios va enviando a sus hijos 154. Es inimaginable encontrar en Jesús un lenguajede esta naturaleza. Si se acerca a los enfermos, no es para ofrecerles una visión piadosa de su desgracia,sino para potenciar su vida. Aquellos ciegos, sordos, cojos, leprosos o poseídos pertenecen al mundo delos «sin vida». Jesús les regala algo tan básico y elemental como es caminar, ver, sentir, hablar, serdueños de su mente y de su corazón. Esos cuerpos curados contienen un mensaje para todos: Diosquiere ver a sus hijos llenos de vida.

Es lo que revela también su defensa de los últimos. Jesús se distancia de los ricos ypoderosos, que generan hambre y miseria, para solidarizarse con los desposeídos. Los ricos estáncreando una barrera entre ellos y los pobres: son el gran obstáculo que impide una convivencia másjusta. Esa riqueza no es signo de la bendición de Dios, pues está creciendo a costa del sufrimiento y lamuerte de los más débiles. Jesús no tiene duda alguna: la miseria es contraria a los planes de Dios. ElPadre no quiere que se introduzca muerte entre sus hijos. Sólo una vida digna para todos responde a suvoluntad primigenia.

Jesús se posiciona también a favor de los excluidos. No puede ser de otra manera. Suexperiencia de Dios es la de un Padre que tiene en su corazón un proyecto integrador donde no hayahonorables que desprecien a indeseables, santos que condenen a pecadores, fuertes que abusen dedébiles, varones que sometan a mujeres. Dios no bendice los abusos y las discriminaciones, sino laigualdad fraterna y solidaria; no separa ni excomulga, sino que abraza y acoge. Frente al «bautismo» deJuan, acto simbólico de una comunidad que espera a Dios en actitud penitente de purificación, Jesúspromueve su «mesa abierta» a pecadores, indeseables y excluidos como símbolo de la comunidadfraterna que acoge el reino del Padre.

Su experiencia de Dios empuja también a Jesús a desenmascarar los mecanismos de unareligión que no está al servicio de la vida. No se puede justificar en nombre de Dios que alguien pasehambre pudiendo esta ser saciada (Mc 2,23-27); no se puede dejar a alguien sin ser curado porque asílo pide la supuesta observancia del culto. Para el Dios de la vida, ¿no será precisamente el sábado elmejor día para restaurar la salud y liberar del sufrimiento? (Mc 3,1-6; Lc 13,10-16). Una religión queva contra la vida es falsa; no hay leyes de Dios intangibles si hieren a las personas, ya de suyo tanvulnerables. Cuando la ley religiosa hace daño y hunde a las personas en la desesperanza, queda vacíade autoridad, pues no proviene del Dios de la vida. La posición de Jesús quedó grabada para siempre enun aforismo inolvidable: «El sábado ha sido instituido por amor al hombre, y no el hombre por amor alsábado» (Mc 2,27).

Movido por este Dios de la vida, Jesús se acerca a los olvidados por la religión. El Padre nopuede quedar acaparado por una casta de piadosos ni por un grupo de sacerdotes controladoresde la religión. Dios no otorga a nadie una situación de privilegio sobre los demás; no da a nadie unpoder religioso sobre el pueblo, sino fuerza y autoridad para hacer el bien. Así actúa siempre Jesús: nocon autoritarismo e imposición, sino con fuerza curadora. Libera de miedos generados por la religión,no los introduce; hace crecer la libertad, no la servidumbre; atrae hacia la misericordia de Dios, no

154 Como se dijo más arriba, hay dos argumentos de peso para afirmar esto. El primero, es que no existe un sólo milagroen los evangelios que signifique daño para algún ser humano. El segundo: Jesús asume el lenguaje de la recompensa ydel castigo, pero siempre usa ambas palabras en singular. Y ello porque, finalmente, la recompensa es el ingreso plenodel hombre en el Reino de Dios y el castigo es quedarse fuera de ese Reino, lo cual, en realidad es un "autocastigo".

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hacia la ley; despierta el amor, no el resentimiento.

3.6. La familia de Dios

3.6.1. Discípulos y adherentes locales

Al igual que los profetas y los maestros de la Ley Jesús tuvo una comunidad de seguidores odiscípulos. Se ha comparado a Jesús con los rabinos, con los maestros cínicos del mundo griego yhasta con los profetas escatológicos como Teudas 155. Sin embargo, las diferencias son considerables.

En el caso de los rabinos lo central era la enseñanza de la Torah en una atmósfera bastante"escolar" 156. Por otra parte, Jesús se diferencia de los filósofos cínicos en su anuncio escatológico deuna pronta venida del Reinado de Dios. A diferencia de los profetas escatológicos Jesús anuncia unaanticipación modesta, parcial, del Reino en el aquí y el ahora, y se resiste a dar signos espectacularesque fuercen la fe (Mc 8,11-13).

Una característica central de Jesús como "maestro" es su vida errante (los maestros de laLey enseñaban en la Sinagoga o en sus casas), que implica dejar ocupación y familia. Por eso, lostérminos "seguidor" y "discípulo" se aplican a aquellos que vivieron con Él y lo siguieron en suscontinuos desplazamientos. Se trata no sólo del grupo de los Doce, sino de un grupo un poco másgrande que integra personajes como Natanael (Jn 1,45-51), José y Matías, mencionados en Hch 1,21-22, y algunas mujeres que lo siguieron no sólo en Galilea, sino también en Jerusalén, como se verá.

En los evangelios encontramos, además, a un grupo de adherentes locales formado porsimpatizantes que aceptaban y apoyaban su proyecto sin abandonar su casa ni sus ocupacionescotidianas. No fueron considerados por Jesús inferiores a los discípulos propiamente tales. Ellosacogían a Jesús y sus discípulos, y vivían de acuerdo a sus enseñanzas. A este grupo pertenecieronpublicanos como Zaqueo (Lc 19,1-10), miembros del Sanedrín como José de Arimatea (Mc 15,42-47)o la familia de Marta, María y Lázaro, que los recibían en Betania cuando iban a Jerusalén (Jn 12,1-8;Lc 10,39-42). Formaron una red de familias vinculadas al movimiento de Jesús que fue muyimportante para la expansión de su mensaje y su forma de vida en Palestina durante la primerageneración cristiana.

Lo que sigue será una presentación de las características del discipulado en sentido estricto. Nosiempre es fácil hacer una reconstrucción histórica fiel, ya que las comunidades eclesiales de la primeray segunda generación consideraron como modelo de toda vida cristiana a la comunidad de discípulosde Jesús, y aplicaron a sí mismas las enseñanzas del Maestro, modificándolas para hacerlas actuales 157.

Dado que la inmensa mayoría de los cristianos vive su condición de tal en medio de su familia yoficio, en notas a pie de página daré algunas pistas de actualización de algunos de los elementospropios del discipulado propiamente tal.

155 Flavio Josefo en sus "Antiguedades judaicas" habla de varios casos de profetas itinerantes más o menoscontempóraneos de Jesús que anunciaban una pronta llegada del Reinado de Dios o de una intervención divinaextraordinaria (cap.20).

156 El término "rabí" aplicado a Jesús no tiene el sentido técnico o preciso de "maestro de la Ley" que tendrá más adelante157 Las palabras “seguidor” o “discípulos” son aplicadas en los evangelios a todo creyente en Jesús.

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3.6.2. Marginalidad

a) El llamado

En los evangelios se llega a ser discípulo de Jesús por un llamado que es iniciativa de Él y node la libre elección de quien se siente particularmente atraído por Él. Los relatos subrayan tanto esteaspecto que dejan fuera todos los demás, como se puede ver en los siguientes pasajes:

Mc 1,16-20 (El llamado a los cuatro primeros discípulos):

“Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en elmar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Vengan conmigo, y les haré llegar a ser pescadores dehombres’. Al instante, dejando las redes, le siguieron.Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estabantambién en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeoen la barca con los jornaleros, se fueron tras él”.

Mc 3,13-19 (Llamado a los Doce):

“Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvierancon él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso aSimón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienespuso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó”.

Como puede apreciarse, los textos se abstienen de describir, como habría hecho cualquierhistoriador, el contexto en el cual son llamados, la historia previa con Jesús y la preparaciónpsicológica de Simón, Andrés, Santiago, Juan, y Felipe. No manifiestan el menor interés por su heroicadecisión. Lo esencial es la palabra del maestro que llama: “¡Vengan conmigo!”.

¿Tuvo Jesús discípulas? Las mujeres siguieron a Jesús desde Galilea hasta Jerusalén, y no leabandonaron ni en el momento de su ejecución. Escuchaban su mensaje, aprendían de él y le seguíande cerca, lo mismo que los discípulos varones. El hecho es incontestable 158 y, al mismo tiempo,sorprendente, pues, en los años treinta y todavía más tarde, a las mujeres no les estaba permitidoestudiar la ley con un rabino. No sólo eso. Viajar por el campo siguiendo a un varón y dormir endescampado junto a un grupo de hombres era probablemente un escándalo. En Galilea no se habíaconocido algo parecido. El espectáculo de un grupo de mujeres, en algunos casos sin compañía de susmaridos, algunas de ellas antiguas endemoniadas, siguiendo a un varón célibe que las acepta en suentorno junto a sus discípulos varones no podía sino despertar recelo. ¿Quiénes eran estas mujeres?¿Qué hacían entre aquellos hombres? ¿Se dedicaban a servirles realizando tareas propias de mujerescomo cocinar, preparar la mesa, servir los alimentos, traer agua, limpiarles los pies? ¿Eran discípulas deJesús en el mismo plano y con los mismos derechos que los discípulos varones? 159.

158 El hecho está atestiguado en todas las fuentes cristianas, aunque algunos evangelistas como Lucas atenúan supresencia.

159 Tradicionalmente se ha considerado que estas mujeres iban con Jesús para realizar un servicio propio de mujeres. A

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Conocemos el nombre de algunas. No son las únicas ni mucho menos 160. María de Magdalaocupa un lugar preeminente, pues viene citada casi siempre en primer lugar, como Pedro entre losvarones. Hay un grupo de tres mujeres que, al parecer, son las más cercanas a Jesús: María de Magdala,María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé.

Pero, sin duda, lo más llamativo es su protagonismo en el origen de la fe pascual. El anuncioprimero de la resurrección de Jesús está ligado a las mujeres 161. ¿Fueron ellas las primeras enexperimentar a Jesús resucitado? No es fácil decir algo con seguridad. Probablemente María deMagdala tuvo un protagonismo grande. En la comunidad cristiana circularon dos tradiciones: la queatribuye a María de Magdala la primera experiencia y la que da primacía a Pedro 162. No es posibleafirmar más con certeza. Si María ocupa el primer lugar en el grupo de mujeres, y Pedro en el devarones, se debe probablemente a que a ambos se les atribuía un papel importante en el origen de la feen Jesús resucitado.163 164

b) Abandono de la familia

El ministerio de Jesús es errante y exige de los discípulos adoptar esta misma condición. Esdifícil dimensionar lo que eso significa en el mundo mediterráneo de la Antiguedad. Toda la vida socialse basaba en la familia, que era dirigida por el "pater familias" cuya autoridad era indiscutible. Alabandonar su casa, Jesús abandona su trabajo, dejando, así, a su familia, sin el aporte de sus brazos.Esto significaba vivir como un marginal, un vagabundo, alguien en quien no se puede fiar 165, lo queera poco honorable y deshonraba a su familia 166. Y el honor era el valor supremo en el ambiente

partir del estudio de Winsome Munro (1982), la mayoría de los investigadores las consideran verdaderas discípulas(Schüssler Fiorenza, Witherington III, Moltmann Wendel, Crossan, Meier, Kathleen E. Corley, Elisabeth Meier…).

160 Marcos nos informa de que, además de las mujeres citadas, había «otras muchas que habían subido con él a Jerusalén»(15,41).

161 Ésta es la conclusión más probable que se extrae del conjunto de las fuentes evangélicas (Marcos 16,1-8; Lucas 24,10-11.23-24; Juan 20,11-18), a pesar de que Pablo sólo mencione a hombres como testigos de la resurrección de Jesús (1Corintios 15,5-8). Todo induce a pensar que Marcos contiene una tradición más antigua que no se ha conseguido dejarde lado. Según Hechos de los Apóstoles 13,31, el Resucitado «se apareció a quienes habían subido con él de Galilea aJerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo».

162 Juan 20,19-29; Lucas 24,34; 1 Corintios 15,5. 163 A partir sobre todo del siglo IV, la imagen de María Magdalena va ir cambiando rápidamente. Gregario de Nisa y

Agustín de Hipona expondrán que María ha sido la primera en recibir la gracia de la resurrección de Jesús, porque lamujer fue la primera en introducir el pecado en el mundo. Pronto María es confundida con la «pecadora» del relato deLucas 7,36-50, convirtiéndose así en una «prostituta». La leyenda denigratoria irá creciendo. Jerarcas, teólogos yartistas, todos ellos varones, harán de la Magdalena una mujer lasciva y lujuriosa, poseída por los «siete demonios» opecados capitales. Sólo más tarde, arrepentida y perdonada por Jesús, dedicará su vida entera a hacer penitencia. LaIglesia de Oriente no ha conocido esta imagen falsa y legendaria de Magdalena, prostituta y penitente. Siempre la havenerado como seguidora fiel de Jesús y testigo eminente del Señor resucitado.

164 “Pablo, siervo de Cristo Jesús, (...) a todos los amados de Dios, ustedes que están en Roma, santos por vocación, austedes gracia y paz” (Rm 1,1.7). Así comienzan muchas de las cartas de Pablo, aludiendo al llamado o vocación quehan recibido todos los cristianos (o “santos”). No hay vida cristiana sin vocación, sin haber sido llamado por Jesús enun acontecimiento y momento preciso de la propia vida, a través de uno o más miembros de una comunidad cristiana.Dicho llamado es completamente gratuito: no está motivado por la propia capacidad o condición social. La elección queello supone no es para quedarse gozando de la experiencia del Señor; siempre es en beneficio de otros, para quefinalmente todos puedan conocer y experimentar a Jesucristo.

165 Eclo 36,28: 26 "¿Quién se fiará del ladrón ágil, que va saltando de ciudad en ciudad?Lo mismo ocurre con el hombre sin hogar, que se cobija donde la noche le sorprende."

166 A ello hay que agregar las "malas compañías" que Jesús tenía, como se ha visto más arriba.

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mediterráneo. No es raro, entonces, que su familia los considerara un loco y quisiera recuperarlo:

"Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: 'Está fuera de sí' (...). Llegansu madre y sus hermanos y, quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a sualrededor. Le dicen: '¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.' Él lesresponde: '¿Quién es mi madre y mis hermanos?' Y mirando en torno a los que estaban sentados encorro, a su alrededor, dice: 'Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios,ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.'" (Mc 3, 21.31-35).

En la misma línea se inscribe el siguiente texto de Lucas:

"Mientras iban caminando, uno le dijo: 'Te seguiré adondequiera que vayas.' Jesús le dijo: 'Las zorrastienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.'A otro dijo: 'Sígueme.' Él respondió: 'Déjame ir primero a enterrar a mi padre.' Le respondió: 'Dejaque los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.'También otro le dijo: 'Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.' Le dijoJesús: 'Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.'" (Lc9,57-62).

El deber sagrado de cuidar a un padre anciano y de sepultarlo con todos los honores estabapresente en el Decálogo ("honrarás a tu padre y a tu madre": Ex 20,12) y en muchos otros textosbíblicos.

Por eso las palabras de Jesús escandalizan. Los muertos en sentido metafórico, es decir, los quese niegan a entrar en el Reino de Dios, deben ser los que cumplan este deber filial. Para Jesús no haytiempo que perder; los deberes familiares son menos urgentes que el anuncio actual del Reinado deDios.

En la misma línea va el siguiente trozo:

"Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, asus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío." (Lc 14,26). 167

Se trataba de una ruptura que a menudo entrañaba una desobediencia al "pater familias", cuyavoluntad dominaba a los hijos incluso cuando se casaban y permanecían en el ámbito familiar. Inclusosi el abandono familiar ocurría con el consentimiento del padre significaba estar estigmatizado parasiempre.

Como persona sin casa, debía elegir entre pedir limosna o ser mantenido por sus amigos. Jesúsprefirió esta segunda opción. Más arriba hablábamos de un grupo de adherentes locales formado porsimpatizantes que aceptaban y apoyaban su proyecto sin abandonar su casa ni sus ocupacionescotidianas. Ellos acogían a Jesús y sus discípulos, y vivían de acuerdo a sus enseñanzas. Ellos formaronuna red de familias vinculadas al movimiento de Jesús que fue muy importante para la expansión de sumensaje y su forma de vida en Palestina durante la primera generación cristiana 168.

167 "Odiar" aquí tiene el sentido de "renunciar a".168 Hemos visto más arriba que desde el comienzo del ministerio de Jesús existen también personas que adhieren a Jesús en

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3.6.3. Anunciando el Reino de Dios

a) La misión

La renuncia a los bienes, la familia y el oficio están al servicio de la misión que corresponde alos discípulos. En el texto de Mc citado más arriba esa tarea se expresa con una frase más biendesconcertante: “Yo haré de ustedes pescadores de hombres” (Mc 1,17; Lc 5,10).

En otro texto significativo la misión de los discípulos es expresada con otro oficio, el dejornalero:

“Y al ver la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos, como ovejasque no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: ‘la cosecha es mucha y los jornaleros son pocos.Ruegen pues al Dueño de la cosecha que envíe jornaleros a su cosecha’” (Mt 9,36-38)

En ambos pasajes se expresa la urgencia de la misión. Jesús la concibió no como un quehacerorganizado y estable, sino como uno temporal que se realiza en servicio de otros. Las imágenes de lasiega (Mt 13,24-70) y la pesca (Mc 1,17) tienen connotación escatológica. Es una misión urgente enconsonancia con el “kairós” de la cercanía del Reinado de Dios.

Los discípulos no sólo son testigos de cómo Jesús hace presente el Reinado de Dios mediantesus milagros, actitudes y palabras, sino que ellos mismos son enviados a misionar. En Mt 10,1-15 senos narra este hecho:

“A estos Doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones:

‘No tomen el camino de los gentiles ni entren en ciudad de samaritanos; diríjanse a más bien a lasovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curenenfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios. Gratis lo recibieron; entréguenlogratis. No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo; ni morral para el camino ni dos túnicas nisandalias ni bastón; porque el obrero tiene derecho a su sustento.

medio de su familia, pueblo y oficio y que éstos no son considerados por Jesús inferiores a los discípulos propiamente tales.Actualmente la mayoría de los cristianos está en esta situación. Sin embargo, aunque de un modo más amplio e indirecto, larenuncia a los bienes, a las personas y a un proyecto personal de vida sigue vigente. Al tratar el tema de la voluntad de Dios,afirmábamos que todo lo que la persona es y tiene debe estar al servicio de Jesús, lo que se traduce en la donación denuestra vida a los que necesitan de nosotros. De modo negativo, nada puede ocupar el lugar central que corresponde sólo aDios, ni siquiera la propia pareja o familia (conforme al “primer mandamiento”); de un modo positivo, todo debe estar alservicio de la causa del evangelio. La pregunta es, por lo tanto, de qué modo quiero servir a Jesús, ¿soltero o casado?, ¿enque profesión u oficio?, ¿en qué lugar de trabajo?, etc. Por supuesto, que las propias inclinaciones, aptitudes, gustos ynecesidades (de entre las que están las económicas) deben ser tomadas en cuenta en una decisión de este tipo, pero la miradadebe estar centrada siempre en el servicio a los demás.

En cierto sentido, la vida del cristiano es siempre itinerante. Tiene conciencia de que “este mundo” es el que va aser renovado por Dios; sin embargo, aún ese futuro no ha llegado y debe tener respecto de las personas y de las cosas unaactitud de desprendimiento. Un desapego que no es indiferencia (porque a este mundo es al que el cristiano está llamado aservir) ni incapacidad de gozar (Jesús mismo es llamado comilón y borracho, amigo de publicanos y protitutas, por los“ascetas” de la época: Lc 7,33-34) sino un renunciar a “instalarse” en un determinado momento, situación o lugar como siahí estuviera lo definitivo.

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Cuando lleguen a cualquier pueblo, averiguen quién hay en él digno de recibirlos y quédense en sucasa hasta que se vayan. Al entrar en la casa, saluden, y si lo merecen, la paz de su saludopermanecerá con ellos; si no, regresará a ustedes. Si no los reciben ni escuchan su mensaje, salgan deesa casa o de ese pueblo y sacúdanse el polvo de sus pies. Les aseguro que el día del juicio será másllevadero para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo’”.

Puede apreciarse en el texto la misión de los discípulos: anunciar la cercanía del Reinado deDios mediante acciones (en este caso, milagros) y palabras. Comunican, por lo tanto, no sólo unmensaje, sino también la “fuerza” del Reino, su capacidad sanadora que acarrea “paz”. Deben vivir dela hospitalidad de aquellos que reciben el anuncio; y tienen derecho a eso por el servicio que prestan.Llama la atención la referencia al castigo que recibirán los que no acojan el mensaje. Esto requiere deuna explicación más detenida. Debe tenerse en cuenta la situación histórica: la predicación es en lasciudades de Galilea, algunas de las cuales han sido visitadas por Jesús, otras han oído hablar de sussignos 169. Los milagros obrados por los discípulos deben ser suficientes para creer. El rechazo en estecaso es una muestra de lo que Jesús llama la “dureza de corazón”, esto es, la decisión consciente y librede “cerrarle la puerta” a Dios. El castigo mencionado es más bien un “autocastigo”: el automarginarsede la salvación, de la gran oportunidad de plenitud ofrecida por Dios 170.

b) "A las ovejas perdidas de la casa de Israel"

Respecto de los destinatarios de la misión, Jesús pensó sobre todo en el cumplimiento de laspromesas hechas por Dios a Israel, y por lo tanto, su actuación quedó circunscrita a los límites de supueblo. Esta perspectiva se deja traslucir en la constitución de los Doce, que apunta a la restauracióndel Pueblo Elegido. En los sueños de los israelitas más sensibles a las esperanzas escatológicas seesperaba realmente la recomposición de las tribus israelitas. El pueblo de las doce tribus no era ya unarealidad desde el destierro de las tribus del norte (721 a.C.) por el imperio asirio. Las del sur, al menosen parte habían regresado a su patria, y sin las otras, habían dado origen a la comunidad judía posterioral destierro babilónico. Se consideraba que los tiempos del giro decisivo y radical que Dios iba aimprimir a la historia coincidirían con los de la recomposición del pueblo de las doce tribus. (Bar4,36-37; Eclo 36,10; 2 Mac 1,27; 2,18).

Jesús en cambio entiende la representatividad de los Doce de modo universalista, como sepuede deducir de su mandato de amar a los enemigos y la imagen de un Dios Padre "que hace salir elsol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos".

Los Doce son el comienzo del cumplimiento de esta promesa cuya culminación se espera en uncorto plazo: "Jesús les dijo: 'Yo les aseguro que ustedes que me han seguido, en la regeneración,cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se sentarán también ustedes en doce tronos,para juzgar a las doce tribus de Israel.'" (Mt 19,28).

c) Corriendo los mismos riesgos del Maestro

Esta misión la ponen en práctica el discípulos corriendo los mismos riesgos a que se vioexpuesto el Maestro. No se debe esperar tener una mejor suerte:

169 Y han recibido la preparación del AT.170 Jesús utiliza las representaciones de castigo propias de la época. Es necesario recordar lo dicho más arriba sobre las

categorías de "castigo" y "recompensa" en Jesús.

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“No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta aldiscípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de casa le han llamado Beelzebul(=Demonio), ¡cuánto más a los de su familia!” (Mt 10,24-25).

Lo que Jesús quiere decir aquí es que no se puede pretender ingenuamente ser fiel a la misión ya la vez ser aceptado por todo el mundo. Ella siempre acarrea conflicto.

“Si alguno quiere seguirme, niégese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar suvida, la perderá; pero quién pierda su vida y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve alhombre ganar el mundo entero si arruina su vida?” (Mc 8,34-36).

Quien sigue a Jesús debe contar incluso con la posibilidad del martirio. Négarse a sí mismo nosignifica aquí la auto-anulación de la propia personalidad sino la capacidad de vencer el “instinto desupervivencia” y el egoísmo, tan fuerte en todos los seres humanos. La entrega que Jesús pide se haceen virtud de la vida, de la felicidad, de la plenitud. No es una renuncia masoquista. La Iglesia harechazado siempre a los que buscan el martirio por el martirio. No se trata de ir tras la muerte, sino deno evitarla a costa de la fidelidad a Jesús 171.

d) En medio de una gran fragilidad personal

Las exigencias anteriores pueden parecer imposibles de cumplir y producir desaliento y deseosde evitarlas. Eso mismo le pasó a los discípulos de Jesús. La imagen que ofrecen los evangelios deellos no es para nada idealizadora. A menudo no comprenden a Jesús (Mc 8,31-33), fallan en su fe (Mt14,29-33) y anhelan el poder (Mt 20,20-28). Pedro niega al Señor (Mc 14,66-72) y Judas lo traiciona(Mc 14,43-46). Cuando el Maestro es apresado, todos ellos huyen (Mc 14,50). Y sin embargo, Jesúsnunca se retracta de su elección; por el contrario, es a ellos a los que se dirige después de suresurrección para volver a enviarlos.

3.6.4. Formando la "Familia de Dios" 172

Dentro de aquel grupo de seguidores hay personas de diferente procedencia, pero Jesús los ve atodos como una familia. La nueva familia que Dios quiere ver crecer en el mundo. En torno a él van aaprender a convivir, no como aquella familia patriarcal que han dejado atrás, sino como una familianueva, unida por el deseo de hacer la voluntad de Dios. Jesús lo decía abiertamente: «Estos son mimadre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mimadre» (Mc 3,35).

No les unen lazos de sangre ni intereses económicos. No se han juntado para defender su estatussocial; su honor consiste en hacer la voluntad del Padre de todos. No es una familia estructuradajerárquicamente: entre ellos reina la igualdad. No es una familia encerrada sobre sí misma, sino abierta

171 Jesús se refiere aquí a discípulos en sentido estricto; sin embargo, de un modo o de otro, el ser humano debe hacer laexperiencia de la muerte y Jesús ofrece vivirla en la fe, como entrega de la propia vida a Dios y a los demás. La formasuprema de la entrega de la vida es el martirio; sin embargo, no es la única: a veces es necesario pasar por situacionesdurísimas por fidelidad al Maestro y a nosotros mismos. Vividas con Jesús, en la fe, esas situaciones nos hacen crecer yterminan siendo fuente de plenitud.172 Sigo aquí a Pagola 2013, 300-302.

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y acogedora. Sin duda, estos son los dos rasgos que más cuida Jesús entre sus seguidores y seguidoras:la igualdad de todos y la acogida servicial a los últimos. Esta es la herencia que quiere dejar tras desí: un movimiento de hermanas y hermanos al servicio de los más pequeños y desvalidos. Estemovimiento será símbolo y germen del reino de Dios.

En esta familia no hay maestros de la ley ni padres:

"Ustedes, en cambio, no se dejen llamar `Rabbí', porque uno solo es su Maestro; y ustedes son todoshermanos. Ni llamen a nadie `Padre' suyo en la tierra, porque uno solo es su Padre: el del cielo. Nitampoco se dejen llamar `Instructores', porque uno solo es su Instructor: el Cristo. El mayor de entreustedes será su servidor." (Mt 23,8-12).

No habrá maestros de la Ley. Su movimiento no ha de estar dirigido por letrados que guíen agentes ignorantes. Todos han de aprender de Jesús. Todos han de abrirse a la experiencia del reino deDios. Jesús se alegra precisamente de que a Dios le agrada revelarse a los más pequeños: “Yo te alabo,Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y selas ha dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien” (Lc 10,21; Mt 11,25-26). Enesta nueva familia no hay tampoco padres que imponen su autoridad patriarcal sobre los demás. Nadieejercerá en su grupo un poder dominante. Nadie ha de llamarse ni ser padre. En el movimiento de Jesúsdesaparece toda autoridad patriarcal y emerge Dios, el Padre cercano que hace a todos hermanos yhermanas. Nadie está sobre los demás. Nadie es señor de nadie. No hay rangos ni clases. No haysacerdotes, levitas y pueblo. No hay lugar para los intermediarios. Todos y todas tienen accesodirecto e inmediato a Jesús y a Dios, el Padre de todos.

El clima que se respira junto a Jesús está muy lejos de la estructura jerárquica de Qumrán.En la comunidad del desierto nadie es admitido sin superar el debido examen «sobre su espíritu y susobras» y la perfección de su comportamiento 173; Jesús, por el contrario, llama a Leví a incorporarsedirectamente al grupo desde su mesa de recaudador, y acoge entre sus seguidores a María de Magdala,la mujer que ha estado poseída por espíritus malignos. En Qumrán, cada miembro de la comunidadtiene asignado su propio lugar: «El pequeño obedecerá al grande» y todos «se someterán a la autoridadde los hijos de Sadoc, los sacerdotes que custodian la Alianza» 174; en la familia de Jesús, por elcontrario, no hay laicos que se someten a sacerdotes ni pequeños que obedecen a grandes; el ideal es«hacerse niño», pues «de los que son como los niños es el reino de Dios» (Mc 10,14b). En las comidasy reuniones de Qumrán, cada uno se sienta en el lugar que le corresponde según su rango: «Lossacerdotes se sentarán los primeros, los ancianos los segundos y el resto del pueblo se sentará cada unosegún su rango» 175. Con Jesús es diferente. Sus seguidores, hombres y mujeres, se sientan en corroalrededor suyo; nadie se coloca en un rango superior a los demás; todos escuchan su palabra y todosjuntos buscan la voluntad de Dios. No se guarda tampoco ningún ritual ni normativa jerárquica en lascomidas; a nadie se le reserva un lugar privilegiado en los banquetes de Jesús 176.

Dentro de esta igualdad fraterna tampoco hay diferencias jerárquicas entre varones ymujeres. No se las valora a estas por su fecundidad ni se las desprecia por su esterilidad. Jesús nuncahabla de su pureza o su impureza. No están en el grupo para someterse a las órdenes de los

173 Regla de la Congregación V, 24.174 Regla de la Congregación V, 1-2 y VI, 2-4.175 Regla de la Congregación VI, 8-9.176 Como vimos, en la parábola de Lc 14,8-10, Jesús invita a ocupar el último puesto en los banquetes.

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hombres. Nadie tiene autoridad sobre ellas por el hecho de ser varón. Hombres y mujeres, hijos e hijasde Dios conviven con igual dignidad al servicio de su reino.

Por eso en ninguna de las tradiciones evangélicas se presenta a alguien desempeñando algúntipo de función jerárquica dentro del grupo de discípulos. Jesús no ve a los Doce actuando como«sacerdotes» con respecto a los demás. No imagina a sus seguidores viviendo según el sistemajerárquico del templo: un sumo sacerdote, sacerdotes de diferentes linajes y un conjunto de levitas. Eltipo de relación que quiere promover entre ellos se parece todavía menos al modelo jerárquicovigente en las estructuras políticas del Imperio. Entre sus seguidores quedan invertidos los valoresnormales de aquella sociedad. La grandeza no se mide por el grado de autoridad que uno puedaejercer, sino por el servicio que ofrezca a los demás. Jesús le otorga el puesto más distinguido alesclavo, el que ocupa el nivel más bajo en el Imperio: «Saben ustedes que los que son tenidos comojefes de las naciones las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.Pero no ha de ser así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor; y elque quiera ser el primero entre ustedes, que sea esclavo de todos» (Mc 10,42-44).

Así imagina Jesús a su familia de seguidores: un grupo de hermanos y hermanas que le siguenpara acoger y difundir la compasión de Dios en el mundo. Jesús ni pudo ni quiso poner en marcha unainstitución fuerte y bien organizada, sino un movimiento curador que fuera trasformando el mundoen una actitud de servicio y amor. No pensó en buenos gobernantes ni en doctores expertos. No buscóbuenos mandos ni hábiles estrategas. Su primera preocupación es dejar tras de sí un movimiento dehermanos y hermanas, capaces de vivir sirviendo a los últimos. Ellos serán el mejor símbolo y lasemilla más eficaz del reino de Dios.

Sería un error restringir estos rasgos sólo al grupo de seguidores itinerantes. En realidad, ellosdeben ser causa y fermento de un grupo más amplio, formado por todos aquellos que han adherido alanuncio de Jesús. Recordemos el texto citado más arriba:

"'¿Quién es mi madre y mis hermanos?' Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a sualrededor, dice: 'Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mihermano, mi hermana y mi madre.'" (Mc 3, 21.31-35).

Ciertamente los adherentes locales no podrán vivir con toda la radicalidad posible lascaracterísticas de la “familia de Jesús”. Inevitablemente formarán familias más o menos patriarcales,insertas en la sociedad. En sus trabajos y en sus bienes seguirán sometidos al Imperio. Sin embargo,podrán poner en práctica la hospitalidad, la solidaridad, la misericordia.

El seguimiento de los discípulos y de los adherentes locales se complementa mutuamente. Losprimeros tendrán siempre una mayor libertad debido a su marginalidad y podrán vivir a fondo lascaracterísticas de la “familia de Jesús”, pero los segundos están inevitablemente más insertos en la vidacorriente de las personas y podrán ser ahí fermentos de esta realidad nueva que es el reino. Jesús conmucha sabiduría instituyó estos dos tipos de seguimiento.

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4. EL AMOR DE DIOS HASTA EL EXTREMO. LA PASCUA DE JESÚS

4.1. La muerte de Jesús

4.1.1. Introducción

La muerte de Jesús fue consecuencia de su vida: sus palabras, acciones y actitudes le valieronla condena por parte de las autoridades y de los principales grupos judíos.

Esta conexión entre muerte y vida, y las causas históricas de la ejecución de Jesús han estadoausentes de la reflexión teológica y de la enseñanza catequética de muchos siglos. Esto ha sucedidoporque se ha concebido la pasión como el fruto de un plan de Dios de tipo determinista.

Dicho plan puede verse ya en los evangelios. Por ejemplo, en el relato de Marcos, la traiciónde Judas se ve a la luz de un salmo que narra la traición de un amigo: "el que come conmigo meentregará a la muerte" (Mc 14,18; Sal 41,10). Jesús afirma: "El Hijo del Hombre se va como estáescrito de él, pero ¡ay de aquel que entregue a la muerte al Hijo del Hombre! Habría sido mejor para élno haber nacido" (Mc 14,21).

El abandono de los discípulos se explica a la luz de Zac 13,7: "Está escrito: golpearé al pastor yse dispersarán las ovejas" (Mc 14,27). La plegaria angustiada de Getsemaní encuentra sentido a la luzdel salmo 42,6.12: "Mi alma está envuelta de tristeza hasta morir" (Mc 14,34). Tampoco el arrestoescapa a la convicción de que todo ocurre proféticamente: ..."para que encuentren cumplimiento lasEscrituras" (Mc 14,49). Más aún, el Sal 22,19 que hablaba de la ropa de un justo perseguido que sereparten sus perseguidores, "se cumple" al pie de la cruz (Mc 15,24). El mismo salmo es citado porJesús al expirar "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mc 15,34; Sal 22,2).177

Pero, sobre todo, la existencia de un plan divino conocido por Jesús se encuentra presente en lastres predicciones que existen de ella en el evangelio de Marcos:

"Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos,los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días." (Mc 8,31).

"Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, porque iba enseñando asus discípulos. Les decía: 'El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y alos tres días de haber muerto resucitará.'"(Mc 9,30-31).

"Miren (ustedes) que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotesy a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, leescupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará." (Mc 10,33-34).

¿Por qué se da este fenómeno? Se busca superar el escándalo de su muerte 178mediante laidea de que existe un plan misterioso de Dios que incluye dicha muerte como un aspecto central de él.

177 Un enfoque semejante se encuentra en los relatos de la pasión de Mt, Lc y Jn.178 La muerte de Jesús constituyó un escándolo para los discípulos incluso después de su resurrección. ¿Cómo Diospermitió una muerte tan humillante? Debe tenerse en cuenta que este tipo de muerte era considerada una maldición divina ala luz de Dt 21,23 que dice: “maldito el que muera colgado de un madero”.

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Aunque dicho plan permanezca incomprensible, constituye una fuente de consuelo el saber que Diosconserva el control de los acontecimientos. A pesar de este fuerte determinismo, los evangelios afirmancategóricamente la responsabilidad del Sanedrín y Pilatos en la muerte de Jesús, sin ser conscientes dela contradicción que surge entre éste y la acción libre de los que condenaron a Jesús.179

El determinismo presente en los evangelios se ve acentuado por la “teoría de la satisfacción”,de origen medieval, que buscaba explicar el porqué de la encarnación. En líneas generales, su respuestaera que Dios, que conocía desde la eternidad el futuro pecador del hombre, habría establecido que elSalvador tuviera que morir en la cruz para reparar la ofensa inferida a su infinita majestad. Así, con susangre, Jesús “da satisfacción” (o sea, "cancela la deuda”) a la justicia divina y vuelve a abrir laspuertas del cielo.

Más adelante refutaremos esta teoría. Basta por ahora con afirmar la incompatibildad de ellacon la imagen de Dios que hemos visto en la “parábola del hijo pródigo” comentada más arriba, en laque Dios no cobra ninguna deuda, sino que perdona toda las faltas del hijo, sin necesidad delsufrimiento de ningún mediador.

Ante este determinismo, se impone devolver la responsabilidad histórica a sus actores ypreguntarnos quiénes condenaron a muerte a Jesús y cuáles fueron sus motivos. No es legítimo echarlela culpa a Dios por la muerte de Jesús ni menos a “los judíos”, en bloque, como se hizo tantas veces enla historia de la Iglesia.

4.1.2. Los que condenaron a Jesús y sus motivos

¿Por qué murió Jesús? ¿Quiénes pidieron su condena a muerte? ¿Qué motivos tuvieron?Comencemos por los más seguro: la participación del Sanedrín y del gobernador romano.

a) Los saduceos

En Jerusalén Jesús se enfrentó duramente con los sumos sacerdotes y los ancianos, miembrosdel partido saduceo. Según Mc, ellos buscan "capturarlo con engaño" (Mc 14,1) y se ponen deacuerdo con Judas (Mc 14,10). Mandan luego a un grupo de hombres, con toda probabilidad la policíadel Templo, para arrestarlo de noche (Mc 14,43).

Marcos narra: "Entonces condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote; se reunen todos lossumos sacerdotes, los ancianos y los escribas" (Mc 14,53).

Jesús, entonces, según el relato marcano, es juzgado y sentenciado:

"El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: '¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?' Y dijo Jesús: 'Sí, yosoy, y verán (ustedes) al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del

179 Hay hechos que difícilmente pueden explicarse si Jesús hubiera sabido de antemano lo que iba a ocurrir:- La huida y desconcierto de los discípulos (Mc 14,50), que no se explica si han sabido de antemano que Jesús iba

a morir, de acuerdo a los tres anuncios consignados en 8,31; 9,31 y 10,33. - La elección de Judas como discípulo sería una aberración si Jesús hubiera sabido de antemano lo que iba a hacer.- La sorpresa total que constituyó la resurrección de Jesús, según todas las fuentes, difícil de explicar si las

predicciones de Mc fueran ciertas.

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cielo.' El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: '¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Hanoído la blasfemia. ¿Qué les parece?' Todos juzgaron que era reo de muerte." (Mc 14,61-62).

Se ha discutido mucho si Jesús tuvo un verdadero proceso y el motivo de su condena. Parecemás verosímil la versión del evangelio de Juan en la que se nos presenta un interrogatorio por parte deCaifás y algunos miembros del Sanedrín y la decisión de llevarlo ante Pilatos para pedir su condena amuerte. No se trataría de un verdadero proceso, sino de la preparación de la acusación que sellevará a cabo más adelante.

El diálogo que tiene lugar aquí es una profesión de fe cristiana, que, además, coincide con laslíneas maestras del evangelio de Marcos. Lo que nos obliga a preguntarnos cuál fue la verdaderaacusación en contra de Jesús.

¿Cuáles fueron los verdaderos motivos? Todo apunta a dos acciones provocativas de Jesús: laexpulsión de los mercaderes del Templo y la profecía de destrucción del Santuario.

La primera de estas acciones está atestiguada tanto en Marcos (11,15-17 y par.) como en Juan(2,13-17). Con esta acción Jesús no criticó al culto y al Templo por sí mismos, sino lo que ocurría en elpatio de los gentiles: la venta de palomas y de animales destinados al sacrificio y el cambio de lamoneda romana por la moneda del Templo para poder comprar las víctimas. En estas condiciones,¿cómo iban a poder levantar sus súplicas los gentiles que habían venido al Templo a orar? El Nazarenose presenta aquí como los antiguos profetas de Israel que se levantaron contra las desviaciones de lapráctica cultual para restablecer su pureza y su autenticidad. La expansión del Templo por Herodes elGrande, unida a lo espléndido de sus sacrificios, lo constituía en un lugar de despilfarro de los ricos ypoderosos. A ello se agregaba el enriquecimiento del alto clero obtenido tanto por medios "legales"(como el porcentaje de las víctimas que les correspondía) como francamente corruptos (elacaparamiento de lo que les correspondía a los sacerdotes de rango común).

En su denuncia Jesús habla de la oración, actividad totalmente gratuita y sin gastos; sinsacrificios que exigían a los pobres la adquisición de palomas, y a los ricos la de ovejas y bueyes.

A la expulsión de los mercaderes del Templo se agrega la profecía sobre su destrucción,presente tanto en Marcos como en Juan.

En Mc 13,2 leemos: "Jesús les dijo: '¿Ven (ustedes) estas grandiosas construcciones? Noquedará piedra sobre piedra que no sea destruida.'"

A ello se agrega la acusación de los testigos durante el interrogatorio judío: "Nosotros le hemosoído decir: 'Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré uno no hecho porhombres.'" (Mc 14,58).

Más adelante están las burlas de los adversarios de Jesús: "¡Eh!, tú que destruyes el santuario ylo construyes en tres días..." (Mc 15,30 y par.).

Ya Jeremías y Jesús, hijo de Ananías 180 habían tenido graves dificultades por profetizar contra

180 Nombrado por Flavio Josefo.

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el templo. Con una diferencia: mientras que ellos con sus palabras expresaban la condenación de Dios aun pueblo infiel, y traían por tanto una profecía de juicio, en Jesús es probable que su vaticinio formaraparte de su fundamental perspectiva de la realeza divina que irrumpe en el presente y explota comopoder de liberación y salvación en un futuro próximo. En este sentido, el Templo de Jerusalén notiene ya razón de ser. Si el encuentro con Dios sucede ya ahora fuera de los espacios sagrados, porlas calles y aldeas de Galilea, a través del alegre mensaje del Nazareno y de su acción liberadora de losmales y acogedora de los desheredados; mucho menos necesidad habrá de un santuario cuando en unfuturo próximo se cumpla plenamente el Reinado de Dios (Barbaglio).

Esta actitud respecto del Templo, provocó la reacción violenta de Caifás y de su poderreligioso-político. Ante el cuestionamiento de Jesús había que defender las normas del Templo y losprivilegios del alto clero de Jerusalén. También los ancianos obtenían grandes beneficios del Templo.Por otra parte, el poder romano defendía las instituciones locales de sus súbditos para salvaguardar elorden social y político, ocupación principal del procurador.

b) El procurador romano

El motivo político por el que Pilatos condenó a muerte a Jesús está fuera de toda duda: hacerse"rey de los judíos". Lo atestigua el título puesto en la cruz que lo señala. Además todos los relatosevangélicos de la pasión están de acuerdo en esto (Mc 15,2 y par.; Jn 18,33). El más explícito es Lc:"Hemos encontrado a éste sublevando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar los impuestos alemperador y diciendo que es el Mesías (Lc 23,2).

Pero, ¿cómo se llegó a formular esta acusación que resultó fatal si, como parece, Jesús nuncase había proclamado rey de Israel, ni siquiera Mesías? No parece que los acusadores se lo hayaninventado todo por su cuenta o que el Nazareno haya sido condenado por error. Para obtener sucondena los acusadores debían presentar motivos de peso.

Los evangelios nos cuentan que había gente entusiasta que quería proclamarlo rey (Jn 6,15) yque algunos lo consideraban el Mesías (Jn 7,41). Además, la entrada a la Ciudad Santa sobre un asnorodeado de discípulos y de otra gente que lo aclamaba (Mc 11,1-10; Jn 12,12-19), podía parecer ungesto simbólico de reivindicación de un papel mesiánico o real. A todo esto hay que añadir supredicación en Galilea centrada en el Reinado de Dios, que afloraba en el presente a través de suscuraciones y de una aceptación incondicional de los pecadores públicos. Era fácil concluir que Él sereservaba el papel de rey representante en la tierra del poder divino.

El texto de Jn 11,47-53 debe tomarse en serio:

"Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: '¿Qué hacemos? Porqueeste hombre realiza muchos signos. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán losromanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.' Pero uno de ellos, Caifás, que era elsumo sacerdote de aquel año, les dijo: 'Ustedes no saben nada, ni caen en la cuenta de que lesconviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.'"

Como puede apreciarse, Caifás ve en Jesús un posible revolucionario que pueda llevar a lareacción violenta de los dominadores. En síntesis, Caifás repite la estrategia preventiva puesta en

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práctica por Herodes Antipas en contra del Bautista, debido a que Juan movía multitudes 181.

c) ¿Fueron los fariseos responsables de la condena de Jesús? 182

Deben distinguirse aquí dos temas que son distintos: el de la oposición a Jesús de los fariseos yel de si participaron en su condena. Uno no lleva necesariamente al otro: podría ser que los fariseos seenfrentaran a Jesús, e incluso que quisieran matarlo, pero eso no significa necesariamente que lo hayanhecho.

Respecto del primer punto, hay que tener en cuenta que, a partir del año 70, los cristianos seenfrentaron cada vez más con los judíos. Éstos ahora eran exclusivamente fariseos, ya que los otrosgrupos desaparecieron en la asamblea de Yamnia. A menudo los textos atribuyen a "escribas y fariseos"acciones que no necesariamente fueron cometidas por ellos 183.

¿Se puede deducir de esto que no hubo conflicto y que todo fue un invento de las comunidadescristianas? ¿O, como piensan algunos historiadores judíos 184, que Jesús perteneció a una de las ramasdel movimiento fariseo?

La respuesta es no. El conflicto de Jesús con los fariseos fue real. Como mínimo hay queaceptar los puntos siguientes:

- Jesús choca con los fariseos por el tema del divorcio (Mc 10,1-12).- Jesús pronuncia "ayes" contra ellos como los profetas Amós y Oseas (Lc 11,39-44; muchos de

los ayes del texto paralelo de Mt son posteriores a Jesús).- La parábola del fariseo y el publicano (Lc 18,10-14).- Jesús encuentra unos oyentes bien dispuestos entre fariseos individuales, pese a la antipatía del

movimiento hacia su persona.

En términos más globales las discrepancias eran inevitables:

- por la peculiar mezcla de escatología presente y futura que proclamaba;- por su conducta con los pecadores (acogida sin exigir un camino de conversión previo),- por su enseñanza de ciertas prácticas (sábado, celibato por el Reino, rechazo del ayuno y de

varias reglas de pureza y de obligaciones familiares) que estaban en la Torah o en la tradición oral delos rabinos.

Una vez confirmada la oposición de los fariseos a Jesús es necesario responder a la pregunta porsu participación en la condena de Jesús.

Llama la atención la ausencia de los fariseos en el relato de la pasión de Marcos y la escasa

181 El historiador Flavio Josefo tiene una versión mucho más probable de la muerte de Juan que la que encontramos en Mc6,17-29: las multitudes que Juan acarreaba hicieron que Herodes temiera una posible sedición y lo mandó detener ymatar en Maqueronte (Perea) (Ant 18,118-119).

182 Meier, John (2003), Un judío marginal III. Compañeros y competidores, Verbo Divino, Estella, 348-119.183 Por ejemplo, Lucas introduce a los "escribas y fariseos" en la curación del paralítico (5,17-26), que no están presentes

en el relato de Marcos (2,1-12).184 Winter, Finkel y Klausner.

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presencia en los relatos paralelos en comparación con la mención muy frecuente con que aparecen lossumos sacerdotes, ancianos y escribas (Mc 14,1y10; 14,43; 14,53; 14,54-64; 15,1; 15,11-14 185).

Es probable, pero no seguro, que algunos de los escribas del Sanedrín fueran fariseos (habíaescribas saduceos, pero eran pocos) y que hubieran contribuido a la condena de Jesús. Sin embargo, elasunto es muy poco claro si tenemos presente que la comparecencia de Jesús ante el sumo sacerdote nofue un verdadero juicio y que no estaban todos los miembros del consejo.

Hay que concluir, entonces, que, si bien la oposición de los fariseos a Jesús fue real, es pocoprobable que hayan sido responsables de la muerte de Jesús.

d) La participación del pueblo

El pueblo, en el relato de la pasión, juega un papel ambivalente. Por una parte, ejerce la funciónde proteger a Jesús (Judas ofrece a los sumos sacerdotes el lugar y momento adecuados para detenerloevitando un levantamiento popular); por otra, aparece pidiendo la muerte de Jesús y la liberación deBarrabás (Mc 15,6-15).

Esta actitud contradictoria del pueblo, que aclama a Jesús en su entrada a Jerusalén y a lospocos días pide su muerte, suele explicarse por la actividad de los sumos sacerdotes y ancianos quelogran "dar vuelta" al pueblo y ponerlo contra Jesús. Esta explicación es poco probable. Quizás hayaque hacer una distinción entre un pueblo compuesto por partidarios galileos de Jesús (que lleva aque los sumos sacerdotes y ancianos quieran liquidar a Jesús antes de pascua para evitar precisamenteese apoyo popular: Mc 14,1ss) y otro que corresponde a los habitantes de Jerusalén, más fácil demanipular por los jefes de los sacerdotes por sus palabras en contra del Templo (de cuya existenciadependía económicamente buena parte de la ciudad).

e) La muerte de Jesús no fue casual

A la luz de lo que hemos visto hasta aquí resulta claro que la muerte de Jesús no fue fruto de unmalentendido. Ella fue consecuencia de su vida: sus palabras, acciones y actitudes le valieron lacondena por parte de las autoridades judías y romanas. Su modo de concebir el Reinado de Dios y,sobre todo, al Dios del Reino fue lo central. Jesús anunció a un Dios que es “Padre” y, por lo tanto,combatió con tenacidad y valentía actitudes, relaciones y estructuras que de hecho negaban esapaternidad.

4.1.3. Jesús frente a su muerte

¿Previó Jesús su muerte? Y si la previó, ¿qué sentido le dio?

a) Una muerte anunciada

En primer lugar, se puede decir con toda certeza que la muerte violenta no fue para Jesús unasorpresa, del todo inesperada y para la que no estaba preparado. La previó.

185 Existe consenso entre los especialistas en que Mc 3,6 (complot de los fariseos para asesinar a Jesús) es creación delevangelista.

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Un dicho de Jesús ambientado en la cena de despedida y reconocido por todos los especialistascomo ciertamente suyo, nos atestigua que, poco antes de ser entregado a la muerte, era consciente de loque le esperaba y se lo manifestó a los suyos:

"Yo les aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reinode Dios." (Mc 14,25).

La versión de Lc es ligeramente distinta:

"De ahora en adelante, no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el Reinado de Dios." (Lc 22,18).

Se trata de una predicción y al mismo tiempo de una palabra de tranquilidad para lossuyos: la violencia homicida que va a caer sobre Él no será la última palabra sobre su destino, ya quese sentará a la mesa en el futuro Reino de Dios realizado en toda su plenitud.

Por lo tanto, sabía por anticipado que le esperaba la muerte violenta, y para saberlo no teníaque recurrir a facultades adivinatorias: le bastaba mirar a su alrededor y observar a sus adversarios deJerusalén. Le era posible medir el potencial explosivo de sus últimas acciones: la entrada a Jerusalénrodeado de los suyos y de mucha gente que lo aclamaba, la expulsión de los mercaderes del Templo yla profecía de su destrucción. Además, el destino de Juan Bautista tenía que estar siempre ante sus ojos,no sólo desde que supo que Herodes Antipas atentaba contra su vida (Lc 13,31), sino también ahora enJerusalén, durante los últimos días.

También la "parábola de los viñadores homicidas", ambientada en su última estadía enJerusalén, lo muestra, no sólo consciente del trágico fin que le espera, sino también muy activo endenunciar el crimen que los adversarios están maquinando contra Él:

"Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó aunos labradores, y se ausentó. Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir deellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con lasmanos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Yenvió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavíale quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: 'A mi hijo le respetarán'. Peroaquellos labradores dijeron entre sí: 'Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra laherencia.' Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña?Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. " (Mc 12,1-9).

Jesús intenta aquí detener a los que traman su muerte diciéndoles que, al rechazarlo a Él, seoponen a Dios mismo. Es probable que se haya visto como el mediador de la acción última y decisivade Dios en favor de su pueblo.

En esta misma línea están las palabras de Jesús sobre Jerusalén:

"¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veceshe querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no han querido!" (Lc 13,34).

Jesús se ve como el último enviado de Dios, el intento extremo de Dios para entrar en el

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corazón de su pueblo.

b) ¿Qué sentido dio Jesús a su muerte?

El sentido que dio Jesús a su muerte está expresado en los textos de la última cena (Mc 14,22-25; Mt 26,26-29; Lc 22,15-20; 1 Cor 11,23-25). La particular combinación de semejanzas y diferenciasque existen en estas cuatro versiones 186 hace difícil diferenciar las palabras de Jesús de los añadidoslitúrgicos posteriores de las comunidades cristianas. La brevedad y concisión de las fórmulas hacedifícil también su interpretación.

Una reconstrucción probable de las palabras de Jesús es la siguiente:

"Mientras comían, cogió un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a ellos diciendo: 'Tomen, esto es mi cuerpo'.Después de cenar hizo igual con la copa diciendo:'Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre.Les aseguro que no beberé más del fruto de la vidhasta el día que lo beba pero nuevoen el reino de Dios.'" 187.

La última frase, presente en los relatos de Mc, Mt y Lc nos muestra que Jesús, no sólo contabaciertamente con su muerte violenta, sino que mantuvo la fe en la consumación del Reinado de Dios,que constituía el contenido central de su predicación.

Se ha discutido mucho si Jesús dio a su muerte un sentido salvador; sin embargo, era de esperarque informara a sus discípulos sobre el futuro del Reinado de Dios y vinculara su muerte con larealización de ese Reinado, del que fue mucho más que un simple mensajero.

Ante el fracaso de su misión con respecto a Israel y la certeza de su muerte, Jesús nosucumbe a la resignación o la desesperación; sino que mantiene su confianza en Dios. Interpreta sumuerte mediante el gesto del pan que se daba al comienzo de la cena pascual y con el del vino que sebebía al final 188.

El pan en la cena de Pascua hace referencia al éxodo. Jesús lo refiere inmediatamente a sucuerpo o sí mismo 189. Los comensales adquieren en la comida una nueva comunión con Él. Desdela perspectiva dada por las palabras sobre la copa, queda claro que se trata de una comunión con aquelque va a morir. Desde aquí la última cena empalma con las comidas que Jesús celebró con los hombres,con sus discípulos y los pecadores durante su vida pública. Si allí estaba Él corporalmente presente, apartir de ahora lo representa el pan del que participan los comensales.186 Observables de modo más claro con la ayuda de una sinopsis como la de Benoit, Boismard y Malillos (Benoit, Pierre –Boismard, Marie Émile – Malillos, José Luis, Sinópsis de los 4 Evangelios, Descleé de Brouwer, 1987, pp. 318-319).187 Gnilka, Joachim (1986), El evangelio según Marcos II, Sígueme, Salamanca, 281-285. En cambio, la intepretaciónsacrificial, presente en las frases "entregado por ustedes" o "(la sangre) derramada por los muchos" sería de las primerascomunidades. En ellas se presenta a Jesús como el Siervo de Yahveh que da su vida por su pueblo (Is 52,13 - 53,12)asumiendo el castigo que, en justicia, le correspondía.188 Fijarse en la frase "después de cenar" antes del gesto de la copa en 1 Cor 11,25 y Lc 22,20.189 En la antropología hebrea "cuerpo" designa a toda la persona en cuanto visible y sujeto de relaciones. Puede sustituirsepor el pronombre personal: "yo" o "yo mismo".

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Jesús relaciona la copa con su sangre que sella la nueva alianza. La frase alude a Ex 24,3-11.En virtud de la muerte de Jesús entrará de nuevo en vigor una alianza que ocupará el lugar de laanterior. Por el poder de su sangre, o sea, de su muerte violenta, Jesús otorga una nueva comunióncon Dios ante la perspectiva del esperado Reinado de Dios. La idea de la alianza escatológicaestaba viva en el Judaísmo (Jubileos 1,16-28; Baruc 2,35). Está íntimamente relacionada con la idea deque Dios será rey; y, por consiguiente, está abierta a la expectativa de la soberanía de Dios, predicadapor Jesús.

Como se puede apreciar, Jesús mantuvo su fe en el pronto Reinado de Dios con su oferta desalvación a Israel y desde esa esperanza dio a su muerte un significado salvífico como comunión con Ély participación ya en el presente del futuro Reino de Dios que acarrea salvación. La ausencia de Jesúsdebida a su trágica muerte no será total: el Maestro seguirá entre los suyos presente en los signos delpan y el vino en el tiempo que media entre su muerte y la venida del Reinado de Dios con poder.

4.2. La resurrección de Jesús 190

Para cualquier judío de la época, la muerte de Jesús era el más claro desmentido de la causa deJesús, la más flagrante prueba de que Dios le daba la razón al Sanedrín y al Imperio y no a Jesús. SiJesús era el mesías, debía derrotar a los romanos y no ser derrotado por ellos.

Sabemos que los discípulos huyeron a Galilea 191. ¿Por qué? ¿Se derrumbó su adhesión a Jesús?¿Murió su fe cuando murió Jesús en la cruz? ¿O huyeron más bien a Galilea pensando simplemente ensalvar su vida? Nada podemos decir con seguridad. Sólo que la rápida ejecución de Jesús los hunde sino en una desesperanza total, sí en una crisis radical. Probablemente, más que hombres sin fe son ahoradiscípulos desolados que huyen del peligro, desconcertados ante lo ocurrido.

4.2.1. Dios ha resucitado a Jesús

Sin embargo, al poco tiempo sucede algo difícil de explicar. Estos hombres vuelven de nuevoa Jerusalén y se reúnen en nombre de Jesús, proclamando a todos que el profeta ajusticiado díasantes por las autoridades del templo y los representantes del Imperio está vivo. ¿Qué ha ocurrido paraque abandonen la seguridad de Galilea y se presenten de nuevo en Jerusalén, un lugar realmentepeligroso donde pronto serán detenidos y perseguidos por los dirigentes religiosos? ¿Quién los haarrancado de su cobardía y desconcierto? ¿Por qué hablan ahora con tanta audacia y convicción? ¿Porqué vuelven a reunirse en el nombre de aquel a quien han abandonado al verlo condenado a muerte?Ellos sólo dan una respuesta: «Jesús está vivo. Dios lo ha resucitado». Su convicción es unánime eindestructible. La podemos verificar, pues aparece en todas las tradiciones y escritos que han llegadohasta nosotros. ¿Qué es lo que dicen?

De diversas maneras y con lenguajes diferentes, todos confiesan lo mismo: «La muerte no hapodido con Jesús; el crucificado está vivo. Dios lo ha resucitado».

Los discípulos de Jesús, como casi todos los judíos de su época, esperaban para el final de lostiempos la «resurrección de los justos». Sin este horizonte de esperanza difícilmente hubieran podido190 Sigo de cerca aquí a Pagola 2013, 423-452.191 Mc 16,7. Más probable que la versión de Lc y Hch que nos cuentan que se quedaron en Jerusalén.

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decir algo de la resurrección. No era una convicción judía arraigada a lo largo de los siglos, sino una febastante reciente, que todavía se formulaba con lenguajes diferentes. El problema se planteó de maneracrucial cuando en los años 168-164 a. C, un número incontable de fieles judíos fueron martirizados porAntíoco Epífanes por permanecer fieles a la Ley: ¿puede Dios abandonar definitivamente en la muertea los que lo han amado hasta el extremo de morir por él? ¿No devolverá la vida a los que la hansacrificado por serie fieles? Eran probablemente las preguntas que se hacían los seguidores de Jesúsante su muerte. El profeta Daniel había respondido proclamando una fe nueva: al final de los tiempos,los que han permanecido fieles a Dios se salvarán (Dn 12,1-2).

La resurrección anticipada de una persona, antes de llegar el fin de los tiempos, es algoabsolutamente insólito.

Sin embargo, los discípulos lo proclaman a quien quiera escucharlos. Muy pronto lograncondensar en fórmulas sencillas lo más esencial de su fe. Son fórmulas breves y muy estables, quecirculan ya hacia los años 35 a 40 entre los cristianos de la primera generación. Las empleaban,seguramente, para transmitir su fe a los nuevos creyentes, para proclamar su alegría en lascelebraciones y, tal vez, para reafirmarse en su adhesión a Cristo en los momentos de persecución. Estoes lo que confiesan: «Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos»192. No se ha quedado pasivoante su ejecución. Ha intervenido para arrancarlo del poder de la muerte. La idea de resurrección laexpresan con dos términos: «despertar» y «levantar» 193. Lo que sugieren estas dos metáforas esimpresionante y grandioso. Dios ha bajado hasta el mismo sheol y se ha adentrado en el país de lamuerte, donde todo es oscuridad, silencio y soledad. Allí yacen los muertos cubiertos de polvo,dormidos en el sueño de la muerte. De entre ellos, Dios «ha despertado» a Jesús, el crucificado, lo hapuesto de pie y lo «ha levantado» a la vida.

En todas estas fórmulas, los cristianos hablan de la «resurrección» de Jesús. Pero, por esamisma época, encontramos también cantos e himnos litúrgicos en los que se aclama a Dios porque haexaltado y glorificado a Jesús como Señor después de su muerte. Aquí no se habla de«resurrección». En estos himnos, nacidos del primer entusiasmo de las comunidades cristianas, loscreyentes se expresan con otro esquema mental y otro lenguaje: Dios «ha exaltado» a Jesús, «lo haelevado a su gloria», lo «ha sentado a la derecha de su trono» y lo «ha constituido como Señor»194

Este lenguaje es tan antiguo como el que habla de «resurrección». Para los primeros cristianos,la exaltación de Jesús a la gloria del Padre no es algo que sucede después de su resurrección, sino otromodo de afirmar lo que Dios ha hecho con el crucificado. «Resucitar» es ya ser exaltado, es decir, serintroducido en la vida del mismo Dios. «Ser exaltado» es resucitar, ser arrancado del poder de lamuerte. Los dos lenguajes se enriquecen y complementan mutuamente para sugerir la acción de Diosen el muerto Jesús 195

192 Esta manera de expresar la fe en la resurrección de Jesús es, según los investigadores, la más antigua. Encontramos unejemplo típico en la carta de Pablo a los Romanos: «Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazónque Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás» (10,9).

193 Los primeros cristianos emplean dos términos griegos: egeirein, que significa «despertar» al muerto del sueño en queestá sumido, y anistanai, que significa «levantar» o «poner de pie» al muerto que yace en el polvo del sheol.

194 Son típicos el himno, anterior a Pablo, que encontramos en Flp 2,6-11 y el de 1 Tim 3,16, Se puede detectar tambiéneste lenguaje en fragmentos de origen hímnico, como Ef 4,7-10 o Rm 10,5-8.

195 Según Lucas, los primeros predicadores intercambian los dos lenguajes empleándolos indistintamente: «El Dios denuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. A este, Dios lo ha exaltado asu derecha como Jefe y Salvador» (Hechos de los Apóstoles 5,30-31).

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Tanto Pablo como los evangelios hablan de apariciones de Jesús que sucedieron durante untiempo y después cesaron.196

“Porque les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados,según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que seapareció (ofthé) a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a lavez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció a Santiago; mástarde, a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció también a mí”...(1 Cor 15,3-5).

El término ofthé equivale a decir “se dejó ver”, y en este caso se trata de apariciones objetivas,corporales, y no de imágenes surgidas de visiones que surgen de un estado especial de éxtasis. SegúnHech 1,3 estas apariciones duraron “cuarenta días”, pero es muy probable que se trate de una cifrasimbólica.

Los evangelios nos relatan las apariciones de Jesús. Aunque son textos con una altareelaboración catequética, nos transmiten una experiencia real 197. Nos hablan también del sepulcrovacío. Según ellos, la primera aparición fue a las mujeres que habían seguido a Jesús (Jn y Mt) y quehubo al menos una aparición a los doce y a otros discípulos (como los de Emaús). Pablo nos habla deapariciones a Pedro, más que quinientos hermanos, a Santiago y a él mismo. Veamos cada uno de estospuntos.

Existe una fuerte discusión entre los especialistas sobre la realidad histórica del sepulcrovacío. Las diversas posturas son difíciles de sintetizar. A favor de su historicidad está el hecho de quedifícilmente hubiera sido creíble el anuncio sobre la resurrección de Jesús si su cadáver hubiera estadoa la vista de todos 198. Se encuentra, además, en fuentes independientes (evangelios sinópticos y Jn).

Respecto de la primera aparición, es altamente probable que haya sido a María Magdalena o alas tres mujeres, ya que en el Judaísmo no se consideraba a las mujeres testigos válidos en un juicio. Esfácil de explicar la afirmación de la primera aparición a Pedro, ya que él era la primera autoridad de laIglesia. María Magdalena no gozaba de esa autoridad, aunque había “seguido” a Jesús. Difícilmente laIglesia hubiera inventado una aparición a una o varias mujeres. El dato se imponía porque las cosasfueron así.

Los discípulos habían huido tras el arresto de Jesús. Sólo algunas mujeres se atrevieron a mirarde lejos la escena de la crucifixión. Los fugitivos se retiraron, probablemente, a Galilea. Allí vivieronlas primeras apariciones, tal como lo presentan los evangelios de Mateo y Marcos 199. Con el tiempo,Pedro fue considerado como el primer testigo de la resurrección (1 Cor 15,5), dejándose de lado laaparición a María Magdalena. Probablemente, Pedro reunió a los otros miembros del grupo de losDoce. Juntos fueron testigos de la aparición que consta tanto en Pablo como en todos los evangelios y

196 En este punto me aparto de Pagola.197 Estos relatos se encuentran en todos los evangelios, excepto en el de Marcos, y sirven para concluir la obra de cada

evangelista (Mt 28; Lc 24; Juan 20-21). En fecha más tardía, alguien añadió al evangelio de Marcos un breve sumariode algunas apariciones (Mc 16,9-20).

198 Difícil pero no imposible, ya que la creencia judía en la resurrección no suponía la vuelta a la vida de un cadáver sinola persona con un cuerpo renovado por Dios. Podía existir un resucitado cuyo cadáver siguiera en la tumba.

199 Lucas traslada todas las apariciones a Jerusalén, porque dicha ciudad es central en su perspectiva teológica.

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que fue considerada el comienzo de la Comunidad Cristiana Primitiva. En efecto, esta aparición seasocia siempre al mandato de difundir el evangelio y fundar comunidades.

Siguieron otras apariciones, concretamente a Santiago 200 y a Pablo, que no habían vivido conJesús. Probablemente, en un segundo momento, se asociaron las apariciones al sepulcro vacío. Éste nofue la causa de la fe en la resurrección de Jesús (que se basa fundamentalmente en las apariciones), sinouna confirmación de la misma.

Todas las versiones coinciden en un Jesús resucitado corporalmente y no en la pervivenciade un espíritu. El asunto es trascendental. Si se tratara de una simple subida del alma de Jesús al cieloo de visiones subjetivas no se puede entender el origen del cristianismo y de sus audaces afirmacionessobre Jesús.

4.2.2. ¿En qué consiste la resurrección de Jesús?

¿Qué quieren decir estos cristianos de la primera generación cuando hablan de «Cristoresucitado»? ¿Qué entienden por «resurrección de Jesús»? ¿En qué están pensando?

En primer lugar, la resurrección es algo que le ha sucedido a Jesús. Algo que se haproducido en el crucificado, no en la imaginación de sus seguidores. Esta es la convicción de todos. Laresurrección de Jesús es un hecho real, no producto de su fantasía ni resultado de su reflexión. No estampoco una manera de decir que de nuevo se ha despertado su fe en Jesús. Es cierto que en el corazónde los discípulos ha brotado una fe nueva en Jesús, pero su resurrección es un hecho anterior, queprecede a todo lo que sus seguidores han podido vivir después. Es, precisamente, el acontecimiento quelos ha arrancado de su desconcierto y frustración, transformando de raíz su adhesión a Jesús.

En segundo lugar, esta resurrección no es un retorno a su vida anterior en la tierra. Jesúsno regresa a esta vida biológica que conocemos para morir un día de manera irreversible. Nuncasugieren las fuentes algo así. La resurrección no es la reanimación de un cadáver. Es mucho más.Nunca confunden los primeros cristianos la resurrección de Jesús con lo que ha podido ocurrirles,según los evangelios, a Lázaro (Jn 11,38-44), a la hija de Jairo (Mc 5,21-43) o al joven de Naín (Lc7,11-179. Jesús no vuelve a esta vida, sino que entra definitivamente en la «Vida» de Dios. Una vidaliberada donde ya la muerte no tiene ningún poder sobre él. Lo afirma Pablo de manera taxativa:“Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, no vuelve a morir, la muerte no tiene yadominio sobre él.” (Rm 6,9).

En tercer lugar, tampoco han entendido los seguidores de Jesús su resurrección como unaespecie de supervivencia misteriosa de su alma inmortal, al estilo de la cultura griega. Elresucitado no es alguien que sobrevive después de la muerte despojado de su corporalidad. Ellos sonhebreos y, según su mentalidad, el «cuerpo» no es simplemente la parte física o material de unapersona, algo que se puede separar de otra parte espiritual. El «cuerpo» es toda la persona tal como ellase siente enraizada en el mundo y conviviendo con los demás; cuando hablan de «cuerpo» estánpensando en la persona con todo su mundo de relaciones y vivencias, con toda su historia de conflictosy heridas, de alegrías y sufrimientos. Para ellos es impensable imaginar a Jesús resucitado sin cuerpo:sería cualquier cosa menos un ser humano. Pero, naturalmente, no están pensando en un cuerpo físico,

200 No Santiago el de los Doce, sino el que fue después obispo de Jerusalén.

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de carne y hueso, sometido al poder de la muerte, sino en un «cuerpo glorioso» que recoge y daplenitud a su vida concreta desarrollada en este mundo.

En cuarto lugar, la resurrección de Jesús es una actuación de Dios que, con su fuerzacreadora, lo rescata de la muerte para introducirlo en la plenitud de su propia vida. Así lo repitenuna y otra vez las primeras confesiones cristianas y los primeros predicadores. Para decirlo de algunamanera, Dios acoge a Jesús en el interior mismo de la muerte, infundiéndole toda su fuerza creadora.En el mismo momento en que Jesús siente que todo su ser se pierde definitivamente siguiendo el tristedestino de todos los humanos, Dios interviene para regalarle su propia vida. Allí donde todo se acabapara Jesús, Dios empieza algo radicalmente nuevo. Cuando todo parece hundirse sin remedio en elabsurdo de la muerte, Dios comienza una nueva creación.

Esta acción creadora de Dios acogiendo a Jesús en su misterio insondable es unacontecimiento que desborda el entramado de esta vida donde nosotros nos movemos. Se sustrae acualquier experiencia que podamos tener en este mundo. No lo podemos representar adecuadamentecon nada. Por eso, ningún evangelista se ha atrevido a narrar la resurrección de Jesús. Nadie puede sertestigo de esa actuación trascendente de Dios. La resurrección no pertenece ya a este mundo quenosotros podemos observar. Por eso se puede decir que no es propiamente un «hecho histórico»,como tantos otros que suceden en el mundo y que podemos constatar y verificar, pero es un «hechoreal» que ha sucedido realmente. No sólo eso. Para los que creen en Jesús resucitado es el hecho másreal, importante y decisivo que ha ocurrido para la historia humana, pues constituye su fundamento y suverdadera esperanza.

¿Cómo hablan los cristianos de la primera generación de esta acción creadora de Dios que nocae bajo nuestra observación? Según Pablo, dicha acción la realiza el Padre por medio del Espíritu,que es la fuerza amorosa que une al Padre y al Hijo. Así, el Jesús terreno se ve totalmente transformadopor la fuerza del Espíritu. En lenguaje paulino, Él se transforma en “cuerpo espiritual”, que no es un"cuerpo inmaterial", sino una realidad que asume las características del Espíritu, que implica plenitudde vida divina (cf 1 Cor 15,45).

Finalmente, los primeros cristianos piensan que con esta intervención de Dios se inicia laresurrección final, la plenitud de la salvación. Jesús es sólo el «primogénito de entre los muertos»(Col 1,18), el primero que ha nacido a la vida definitiva de Dios. Él se nos ha anticipado a disfrutar deuna plenitud que nos espera también a nosotros. Su resurrección no es algo privado, que le afectasólo a él; es el fundamento y la garantía de la resurrección de la humanidad y de la creaciónentera. Jesús es «primicia», primer fruto de una cosecha universal (1 Cor 15,26). «Dios, que resucitó alSeñor, nos resucitará también a nosotros por su fuerza» (1 Cor 6,14). Resucitando a Jesús, Dioscomienza la «nueva creación». Sale de su ocultamiento y revela su intención última, lo que buscabadesde el comienzo al crear el mundo: compartir su felicidad infinita con el ser humano.

4.2.3. Dios le ha dado la razón a Jesús y le ha hecho justicia

La ejecución de Jesús ponía en cuestión todo su mensaje y actuación. Aquel final trágicoplanteaba un grave interrogante incluso a sus seguidores más fieles: ¿tenía razón Jesús o estaban en locierto sus ejecutores? ¿Con quién estaba Dios? En la cruz no habían matado sólo a Jesús. Con élhabían matado también su mensaje, su proyecto del reino de Dios y sus pretensiones de un mundonuevo. Si Jesús tenía razón o no, sólo Dios lo podía decir.

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Dios no ha abandonado a Jesús. Ha salido en su defensa. Se ha identificado con él,despejando para siempre cualquier ambigüedad. Para los seguidores de Jesús, la resurrección no es sólouna victoria sobre la muerte; es la reacción de Dios, que confirma a Jesús desautorizando a quieneslo han condenado. Esto es lo primero que predican una y otra vez en las cercanías del templo y por lascalles de Jerusalén: «Ustedes lo mataron clavándole en la cruz por mano de unos impíos, pero Dios loresucitó»; «a quien ustedes crucificaron, Dios lo resucitó de entre los muertos»; «el Dios de nuestrospadres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero» (Hech 2,23-24; 4,10;5,30…). Con su acción resucitadora, Dios ha confirmado la vida y el mensaje de Jesús, su proyectodel reino de Dios y su actuación entera. Lo que Jesús anunciaba en Galilea sobre la ternura ymisericordia del Padre es verdad: Dios es como lo sugiere Jesús en sus parábolas. Su manera de ser yde actuar coincide con la voluntad del Padre. La solidaridad de Jesús con los que sufren, su defensa delos pobres, su perdón a los pecadores, eso es precisamente lo que él quiere. Jesús tiene razón cuandobusca una vida más digna y dichosa para todos. Ese es el anhelo más grande que guarda Dios en sucorazón. Esa es la manera de vivir que agrada al Padre. Ese es el camino que conduce a la vida.

Dios no sólo le ha dado la razón a Jesús, sino que le ha hecho justicia. No se ha quedadopasivo y en silencio ante lo que han hecho con él; le ha devuelto plenificada la vida que le hanarrebatado de manera tan injusta. Los seguidores de Jesús ven en su resurrección la admirable respuestade Dios al abuso que se ha cometido con él. El mal tiene mucho poder, pero sólo hasta la muerte: lasautoridades judías y los poderosos romanos han matado a Jesús, pero no lo han podido aniquilar. Másallá de la muerte sólo tiene poder el amor insondable de Dios. Los verdugos no triunfan sobre lasvíctimas.

Pero ¿por qué ha tenido que morir Jesús? Si Dios lo ama tanto, ¿por qué le ha dejado morirasí? ¿Para qué tanta humillación y sufrimiento? ¿Qué puede haber de bueno en ese crimen cometidocon él? Los cristianos tuvieron que recorrer un largo camino hasta encontrar alguna respuesta a algo tanescandaloso e injusto. Hacia los años 40 ó 42 lograron acuñar una fórmula extraña: «Cristo ha muertopor nuestros pecados según las Escrituras» (1 Cor 15,3); pero ¿qué tiene que ver la muerte de unhombre con el conjunto de pecadores de todos los tiempos? La muerte pone fin a la vida, ¿cómo puedeuna muerte salvar a otros?

La resurrección obligó a los primeros creyentes a profundizar en su muerte con una luz nueva.Acaban de descubrir que, al morir, Jesús ha entrado en la «gloria» de Dios. Ha muerto confiando en elPadre, y el Padre lo ha acogido en su vida insondable. La de Jesús ha sido una «muerte-resurrección».No ha muerto hacia el vacío de la nada, sino hacia la comunión plena con Dios. El Padre no lo hasalvado de la muerte, pero sí en la muerte.

Este Dios que acoge a Jesús en el interior de su muerte no ha estado nunca separado de él.Mientras agonizaba, Dios estaba con él, sosteniéndolo con su amor fiel, sufriendo con él y en él,identificado totalmente con él, como se ha podido ver ahora en la resurrección. El Padre no quiere versufrir a Jesús. No lo ha querido nunca. ¿Cómo va a querer la destrucción injusta de un inocente?¿Cómo va a querer aquel final trágico para su hijo más querido? Lo que el Padre quiere es que Jesússea fiel hasta el final, que siga identificado con todos los desgraciados del mundo, que siga buscandoel reino de Dios y su justicia para todos. Ni el Padre busca la muerte ignominiosa de Jesús, ni Jesúsle ofrece su sangre pensando que le será agradable. Nunca han dicho algo parecido los primeroscristianos. En la crucifixión, Padre e Hijo están unidos, no buscando sangre y destrucción, sino

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enfrentándose al mal hasta las últimas consecuencias. Aquel sufrimiento es malo; aquellacrucifixión es un crimen. Sólo la han buscado las autoridades judías y los representantes del Imperio,que se cierran al reino de Dios. Jesús no quiere que lo maten; se resiste a beber aquella «copa» desufrimiento: aquello es absurdo e injusto. Pero irá hasta la muerte, si hace falta, por ser fiel al reino deDios: todos podrán conocer hasta dónde llega su confianza en el Padre y su amor a los hombres. Por suparte, el Padre no quiere que maten a su Hijo querido: es la ofensa más dolorosa que le puedenhacer. Pero, si hace falta, dejará que lo sacrifiquen, no intervendrá para destruir a quienes locrucifican, seguirá amando al mundo y revelará a todos hasta qué extremos insondables llega la«locura de su amor» a los hombres.

Los primeros cristianos lo confiesan admirados: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a suHijo» (Jn 3,16). En la cruz, nadie le está ofreciendo a Dios nada para que muestre un rostro másbenevolente hacia la humanidad. Es él quien está entregando lo que más quiere: a su propio Hijo.Su amor es anterior a todo. Pablo no tiene duda alguna: «La prueba de que Dios nos ama es que,siendo nosotros todavía pecadores, ha hecho morir a Cristo por nosotros» (Rm 5,8). No podía Diosrevelar su amor de manera más inequívoca. No se ha detenido ni ante lo más querido. «No perdonó a supropio Hijo, antes bien lo entregó por nosotros, ¿cómo no va a damos gratuitamente todas las demáscosas juntamente con él?» (Rm 8,32). Este amor de Dios es inaudito. Mientras Jesús agoniza, Dios nohace ni dice nada. No interviene. Respeta lo que hacen con su Hijo. Sencillamente sufre la muerte de suquerido Hijo por amor a los hombres, que quedarían perdidos para siempre sin él. En esa «crucifixión-resurrección» se nos revela de manera suprema el amor de Dios. Nadie lo hubiera sospechado. En Jesús«crucificado-resucitado», Dios está con nosotros, sólo piensa en nosotros, sufre como nosotros, muerepara nosotros.

Ese silencio de Dios en la cruz no significaba abandono del crucificado y complicidad con loscrucificadores. Dios estaba con Jesús. Por eso, al morir, se ha encontrado resucitado en sus brazos. Laresurrección ha mostrado que Dios estaba con el crucificado de manera real, sin intervenircontra sus verdugos, pero asegurando su triunfo final Esto es lo más grandioso del amor de Dios:que tiene poder para aniquilar el mal sin destruir a los malos. Hace justicia a Jesús sin destruir aquienes lo crucifican. En esa cruz que a nosotros nos parece una «locura» se encuentra la «sabiduría»suprema de Dios encontrando un camino para salvar al mundo. En ese Cristo crucificado que anosotros nos parece «debilidad» e impotencia se encierra la «fuerza» salvadora de Dios. Por eso dicenlos cristianos que Cristo ha muerto por nuestros pecados «según las Escrituras». En la cruz se hancumplido los designios de Dios. «Era necesario» que Cristo padeciera. Con Dios tenía que ser así, puesen su locura increíble ama a sus hijos hasta el extremo.

Dios no aparece como alguien que exige previamente de Jesús sufrimiento y destrucciónpara que su honor y su justicia queden satisfechos y pueda así «perdonar» a los hombres. Jesús,por su parte, no aparece tratando de influir en Dios con su sufrimiento para obtener de él una actitudmás benevolente hacia el mundo. A nadie se le ha ocurrido decir algo parecido en las primerascomunidades cristianas. Si Dios fuera alguien que exige previamente la sangre de un inocente parasalvar a la humanidad, la imagen que Jesús había dado del Padre hubiera quedado totalmentedesmentida. Dios sería un ser «justiciero» que no sabe perdonar gratuitamente, un acreedor implacableque no sabe salvar a nadie si antes no se salda la deuda que se ha contraído con él. Si Dios fuera así,¿quién podría amarlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas? Lo mejor que unopodría hacer ante un Dios tan riguroso y amenazador sería actuar con cautela y defenderse de élteniéndolo satisfecho con toda clase de ritos y sacrificios.

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Dios no aparece tampoco descargando su ira sobre Jesús. En ningún momento le haceresponsable el Padre de pecados que no ha cometido; no considera a su Hijo como «sustituto» depecadores. ¿Cómo un Dios justo le va a imputar a Jesús los pecados que no ha cometido? Jesús esinocente; el pecado no ha entrado en su corazón. En la cruz no está sufriendo ningún castigo deDios. Está padeciendo el rechazo de quienes se oponen a su reino. No es víctima del Padre, sino deCaifás y Pilato. Jesús carga con el sufrimiento que le infligen injustamente los hombres, y el Padrecarga con el sufrimiento que padece su Hijo querido. Así se expresa un escrito atribuido a Pedro:«Cristo no cometió pecado… Injuriado, no devolvía injurias, sufría sin amenazar, confiando en Dios,que juzga con justicia. Él cargó con nuestros pecados llevándolos en su cuerpo hasta el madero». 201

4.2.4. La pascua de Jesús y el dolor humano

A modo de reflexión final presento un tema que es recurrente en el Nuevo Testamento: el de laactualidad de la Pascua de Jesús en la vida presente del cristiano.

De entre muchos textos posibles, cito uno: “Llevamos siempre en nuestras personas 202 por todaspartes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona. Pues,aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de quetambién la vida de Jesús se manifieste en nuestra condición humana frágil 203. De modo que la muerteactúa en nosotros, mas en ustedes (también) la vida” (2 Cor 4,10-12).

Todos sabemos que tarde o temprano el dolor y la muerte golpean nuestra vida. Nuestromundo a diario vive situaciones de verdadera catástrofe. Es muy importante no atribuir el mal aDios (¡No lo envía Dios!). Éste proviene de la libertad humana (que en sí misma es un gran don,pero que se puede usar mal) y de la autonomía relativa de un mundo no terminado, que Diosrespeta en su funcionamiento 204.

El mal en sí mismo no es justificable (es “pecado”, si brota de nuestra voluntad libre; es“catástrofe”, si viene de la naturaleza) y debe ser visto y denunciado como tal. Porque esto es así; sedebe luchar contra el mal y es necesario combatir el dolor. No existe justificación alguna para nohacerlo: ni un supuesto "bien" para el doliente; ni un hacer méritos ante Dios; etc.

Sin embargo, cuando el mal y el dolor consecuente no se puede evitar, Dios ofrece laoportunidad de vivir ese mal en conexión con la muerte de Jesús, y, así, transformarlo en fuentede vida nueva. Nada nos puede separar del amor de Cristo y de su capacidad transformadora: ni laenfermedad, ni el dolor, ni la persecución, ni la misma muerte (Rm 8,35-39). Todo ello puede serconvertido en fuente de alegría y plenitud...hasta el día en que no va a ser necesario asumir el malporque éste va a haber dejado de existir. En ese día -el de la venida del Reinado de Dios en plenitud -“ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo habrá desaparecido” porque Dios201 1 Ped 2,22-24. Los pecados no son cosas que se pueden llevar sobre el cuerpo. El autor expresa con una imagen el peso

enorme que cae sobre Jesús al solidarizarse con los que le rechazan a él y su proyecto de Dios202 Literalmente, “cuerpo” (en sentido hebreo).203 Idem.204 Las enfermedades, los accidentes y las catástrofes naturales son propias de un mundo, de una naturaleza, que aún

está lejos de haber llegado a su plenitud. Dios respeta el funcionamiento regular de la misma como condición de lalibertad del hombre. Un mundo que cambiara continuamente haría imposible toda actuación humana.

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va a haber “instalado su morada en medio de los hombres” (Ap. 21,3-4).

Apéndice: Diversas posiciones sobre la tumba vacía y las apariciones

a) Interpretaciones racionalistas del sepulcro vacío

- Hipótesis del engaño. Reimarus (1694-1768) considera justa la acusación de Mt 28,11-15 deque los discípulos sustrajeron el cadáver de Jesús. Al principio los discípulos habían esperado un reinomesiánico de carácter profano y político. La muerte de Jesús les arrebató esa esperanza. A pesar detodo, y para mantenerse en un plano de grandeza y dominio sobre el mundo, vieron en Jesús al redentorque padece por los pecados humanos y con la sustracción del cadáver pudieron inventar lo de laresurrección.

- Hipótesis de la muerte aparente. Paulus (1761-1851) afirma que Jesús murió sóloaparentemente y recuperó la vida por algún tiempo.

- Hipótesis del traslado. Según Holtzmann (1906) y Klausner (1953), José de Arimatea enterróprovisionalmente a Jesús en un sepulcro cercano y una vez transcurrido el descanso sabático, lotrasladó a otro sitio sin conocimiento de los discípulos.

b) Teoría de la visión subjetiva

A diferencia de la posición anterior estos autores ponen el acento en las apariciones. Sinembargo, consideran que se trata de visiones y no de apariciones propiamente tales.

En su versión más reciente (Ludemann, 1994), se afirma la existencia de visiones delResucitado en Pedro y Pablo. Los relatos de apariciones de los evangelios son consideradoslegendarios. Explica la visión de Pedro por un "proceso de duelo"; en este proceso Pedro iba superandosus sentimientos de culpa por haber entregado al Señor; el proceso quedó bloqueado por la muerterepentina de Jesús. En el perseguidor Pablo aflora una fascinación inconsciente por Jesús que anteshabía estado reprimida.

Todas las otras visiones dependen de estas visiones primarias y se pueden explicar -como en elcaso de los 500- por la mera sugestión colectiva. Otros autores asimilan las apariciones a los Doce y alos 500 a los fenómenos de éxtasis colectivo, como el de Pentecostés o el descrito por Pablo en 1 Cor12 - 14.

Una variante de esta posición la constituye Barbaglio 205, que no toma posición sobre si se tratade apariciones o visiones y atribuye el origen de la fe pascual a una reflexión de Pedro, con los otrosdiscípulos que huyeron a Galilea, que relee el AT a la luz de la muerte ignominiosa de Jesús. En eseproceso surge la esperanza de que Dios ha resucitado a Jesús del mismo modo como ha hecho"resucitar" a su pueblo de los desastres más graves. Esa reflexión es vivida como una "gracia" de partede Dios.

205 Barbaglio 2003, 551.

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c) El kerigma sin las visiones

Bultmann separa el anuncio del kerigma de las apariciones del Resucitado, que él consideravisiones. Considera las visiones imposibles de reconstruir y también irrelevantes. Lo que importa es elkerigma que se actualiza en la palabra y la experiencia de la fe de los creyentes que experimentan sumuerte salvadora y su resurrección en su interior. Esta posición ha sido seguida por otros teólogosincluso hoy.

d) Apariciones objetivas

La afirman Pannenberg entre otros. Lo importante está en las apariciones y no en la tumbavacía, que constituye un dato secundario.

e) Identificación de la resurrección con la ascensión

Según Bultmann, originalmente no había distinción entre la resurrección y la ascensión. Estosignifica que después de su muerte Jesús "se fue al cielo", en espíritu, en donde fue exaltado por elPadre.

Tanto los relatos de la tumba vacía como de las apariciones son leyendas. Se busca con ellasdefender la real humanidad de Jesús de tendencias espiritualistas gnósticas o de otros grupos que lanegaban.

f) La resurrección en medio de las expectativas de la época

Tiene dos variantes:

- Berger intenta demostrar que había en la época de Jesús la creencia en resurreccionesanticipadas apelando a Mc 6,14 (Herodes que piensa que Jesús es Juan Bautista resucitado).

- Wilckens afirma que no existe en el Judaísmo de la época la expectativa de resurreccionesanticipadas, y que Mc 6,14 es un caso muy especial.

Juicio crítico: las primeras posiciones tienen el problema de que el solo sepulcro vacío no sirve paraapuntalar la fe en la resurrección de Jesús. Efectivamente, si uno prescinde de la apariciones, elsepulcro vacío es ambiguo: ¿robo?, ¿mal entendido?

La hipótesis del engaño comete un error de tipo histórico. A los discípulos el anuncio delResucitado no les acarreaba ninguna dignidad superior o poder. Por el contrario, el cristianismo fue enlos comienzos un movimiento muy minoritario, a menudo mal mirado y desde luego perseguido.Reimarus probablemente lee ingenuamente la versión idealizada que da Hech de la comunidad deJerusalén y del elevado número de cristianos (por ej.: Hch 2,42-47; 6,7).

La hipótesis de la muerte aparente tiene el fallo de que no logra explicar cómo Jesús fueproclamado Mesías sin haber logrado lo que de él se esperaba: la victoria decisiva sobre los paganos, lareconstrucción o purificación del Templo, y la consecución de una justicia y paz verdadera para elmundo.

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No parece suficiente como base las visiones para la afirmación de que Jesús es el Mesías. Losapóstoles lo arriesgaban todo: su honor y su vida adhiriendo a un grupo marginal. La reconstrucciónque hace Ludemann del proceso interno de Pedro y Pablo es pura especulación.

La asimilación de las apariciones a los Doce o a los 500 con fenómenos de éxtasis colectivocomo Pentecostés o el descrito por Pablo en 1 Cor 12 - 14, pasa por alto el que Pablo distinguecuidadosamente los fenómenos de éxtasis, muy abundantes en las comunidades cristianas, con losescasos y precisos testimonios de 1 Cor 15,1-8, en que Pablo nombra a testigos muy concretos, "de losque todavía la mayor parte vive"(15,5). Ellos podrían perfectamente desmentir las afirmaciones delapóstol.

La simple reflexión sobre la muerte de Jesús no logra producir la fe en su mesianismo. A lomás lleva a la certeza de que el alma de Jesús "está en el cielo" y que el Señor resucitará el último día.¿Qué diferencia sustancial tiene, entonces, Jesús con la figura de un Juan bautista o de los mártiresmacabeos?

Si se separa el kerigma de las visiones (o apariciones) sucede que su origen queda sinexplicar. Bultmann tiene que partir de esa base: lo importante es el kerigma, pero no sabemos cómo seformó.

La identificación de la resurrección con la ascensión equivale a decir que "el alma de Jesús sefue al cielo". ¿En qué se diferencia la suerte de Jesús de la tantos otros justos (incluso mártires), queresucitarían el último día? Nuevamente no se logra explicar de dónde surge el kerigma. Y tampoco selogra explicar el surgimiento de los relatos evangélicos de apariciones. Si lo relevante es que Jesús sefue al cielo, por qué componer unos relatos tan extraños, en donde la reflexión teológica es más bienpobre? Además Bultmann tiene en su contra el que jamás en el AT y en los apócrifos que conocemos lapalabra resurrección designa algo distinto que la vuelta a la vida corporal 206.

206 Ver un análisis exhaustivo en Wright 2003.

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5. LA DIVINIDAD DE JESÚS Y LA IMAGEN CRISTIANA DE DIOS

5.1. La divinidad de Jesús

Jesús no se presentó a sí mismo como Hijo de Dios con carácter divino. Así opinan casi todoslos especialistas. Sin embargo, en un tiempo muy breve, antes de las primeras confesiones de fepresentes en las cartas paulinas, los primeros cristianos llegaron a la convicción del carácter divino deJesucristo. ¿Cómo ocurrió este proceso? ¿Cómo se llegó a esa conciencia? Influyeron varios factores.

a) El impacto de la resurrección de Jesús

Sin duda, fue fundamental el impacto de las apariciones corporales de Jesús resucitado, quenadie esperaba. Como se ha visto, los discípulos de Jesús, como casi todos los judíos de su época,esperaban para el final de los tiempos la «resurrección de los justos». La resurrección anticipada deuna persona, antes de llegar el fin de los tiempos, es algo absolutamente insólito.

En sus encuentros con el resucitado, los discípulos llegaron a la convicción de que Jesús habíasido exaltado por Dios, que éste, «lo ha elevado a su gloria», lo «ha sentado a la derecha de su trono»y lo «ha constituido como Señor», es decir, le ha dado toda su autoridad.

Esta novedad impactante lleva a revisar hacia atrás tanto la muerte de Jesús como todo suministerio.

b) Signos en el ministerio de Jesús207

Jesús no se presentó como un ser divino, pero reclamó para sí una autoridad muy superior a lade cualquier maestro y profeta de su tiempo. Su anuncio de la cercanía del Reinado de Dios estáestrechamente ligado a su persona. El nexo entre la opción frente a su persona y su mensaje y ladecisión escatológica del Hijo del hombre cuando venga a juzgar, aparece con especial claridad en Mc8,38: «Porque si uno se avergüenza de mí y de mis palabras entre la gente ésa, idólatra y pecadora,también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre lossantos ángeles». Esta autoridad puede apreciarse en los siguientes puntos:

- En la predicación de Jesús. Jesús se presenta aparentemente como un rabino, un profeta o unmaestro de sabiduría. Pero un análisis cuidadoso descubre diferencias sustanciales entre él y estos tresgrupos. Los contemporáneos de Jesús advirtieron sin duda esas diferencias, ya que preguntabanasombrados: «¿Qué significa esto? Un nuevo modo de enseñar, con autoridad» (Mc 1,22.27 etc.).Cuando Jesús contrapone a la palabra del Antiguo Testamento su «pero yo les digo» (Mt 5,22.28 etc.),no se limita a exponer la ley veterotestamentaria, sino que la transciende. «Pero yo les digo» implicayuxtaponer e incluso anteponer su palabra a «lo que se dijo a los antiguos», es decir, a lo que Diosmismo dijo en la antigua alianza. «Pero yo les digo» significa que Jesús pretende decir la palabradefinitiva de Dios. Por eso Jesús habla de diferente modo que los profetas. El nunca dice como éstos:«Así habla el Señor», «oráculo de Yahveh». A diferencia de los profetas, Jesús no distingue supalabra de la palabra de Dios. El comienza simplemente: «En verdad, en verdad les digo». Se

207 Este punto y los que siguen (a menos que se indique otra cosa) se basan en Kasper, Walter (2013), El Dios deJesucristo, Sal Terrae, Santander, pp. 277-282; 284-289; 320-321; 332-334; 363-364; 370-375; 377-385; 444-445; 456-458.

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considera evidentemente como la boca de Dios, como voz de Dios. Esto es para el judaísmo unapretensión inaudita.

- En su comportamiento. Uno de los aspectos mejor conocidos de Jesús es que acostumbraba acomer con los pecadores y los recaudadores de tributos, es decir, con personas de malareputación. Por eso se le tachaba de amigo de pecadores y recaudadores (Mt 11,19). Estecomportamiento no significa una crítica directa a la sociedad ni busca directamente cambios sociales.Como se ha visto, la comunidad de mesa lleva consigo en Oriente la comunidad de vida, y en eljudaísmo significa especialmente una vida religiosa común. La comida es siempre un signo delbanquete escatológico y de la comunión escatológica con Dios. Así, las comidas de Jesús con losrecaudadores y pecadores son también banquetes escatológicos, anticipo del banquete final de lostiempos. Cuando Jesús admite a los pecadores a su mesa, los admite indirectamente en la comunión conDios. Esta conducta de Jesús frente a los pecadores supone también unas pretensiones inauditas. Elmismo Jesús lo expresa indirectamente: cuando le atacan por su comportamiento con los pecadores (Lc15,2), narra la parábola del hijo pródigo, que es propiamente una parábola del amor perdonador delPadre (Lc 15,11-32). Jesús identifica, pues, su comportamiento con el trato que Dios da a lospecadores. Jesús actúa en nombre de Dios. En él y por medio de él se manifiesta el amor y lamisericordia de Dios. Algo muy próximo a la frase que leemos en Juan: «El que me ve a mí, ve alPadre» (Jn 14,9).

- En la invitación de Jesús a su seguimiento. Jesús reunió a su alrededor un grupo dediscípulos y la elección de los doce fue obra suya. Jesús procede en este punto como un rabino judíoque congrega algunos discípulos. Pero hay diferencias significativas entre los discípulos de losrabinos y los de Jesús. De partida, la iniciativa no es de los discípulos; Jesús eligió libremente «a losque quiso» (Mc 3,13). Entre los rabinos, la relación maestro-discípulo era temporal, hasta el momentoen que el discípulo pasaba a la categoría de maestro. Pero en Jesús sólo hay un maestro (Mt 10,24 s;23,8). Por eso el vínculo de los discípulos de Jesús con su maestro es más estrecho que entre losrabinos; ellos comparten sus correrías, su desarraigo y su situación peligrosa. Se trata de unacomunidad de vida indivisible, una comunidad de destino con todas las consecuencias. La opción delseguimiento supone la ruptura de todos los otros lazos, significa «dejar» todo (Mc 10, 28); hay quearriesgar hasta la vida (Mc 8, 34). Este seguimiento radical y total equivale a un reconocimiento deJesús como Dios.

- En su modo de dirigirse al Padre. Apenas cabe dudar de que Jesús trató a Dios de Abba yque lo hizo de un modo peculiar y personal. Pero también es significativo que Jesús distinga siempreentre «mi Padre» (Mc 14,36 par; Mt 11,25 par) y «el Padre de ustedes» (Lc 6,36; 12,30.32) o «elPadre celestial de ustedes» (Mc 11,25 par; Mt 23,9). Nunca se incluye con sus discípulos, diciendo:«nuestro Padre». El «Padrenuestro» no es objeción en contra, pues Jesús dice: «Así deben orar ustedes»(Lc 11,2; Mt 6,9). Este uso lingüístico se mantiene en todos los estratos neotestamentarios hasta laformulación clásica del evangelio de Juan: «Mi Padre y el Padre de ustedes» (Jn 20,17). Hay buenasrazones para pensar que esta distinción remonta al propio Jesús. La expresión exclusiva «mi Padre»denota una relación de Jesús con Dios única e intransferible. Este uso lingüístico pone de manifiesto suconciencia de filiación. Al margen de que asumiera o no expresamente el título de «hijo», estaexpresión significa implícitamente que, si todos son hijos de Dios (Mt 5,9.45), él lo es de un modoespecial y único. El es el Hijo que nos hace a nosotros hijos e hijas de Dios.

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c) La muerte de Jesús

Lo revolucionariamente nuevo y escandaloso de la cruz para judíos y paganos (1 Cor 1,23)aparece con claridad cuando se considera la expectativa mesiánica del pueblo judío y el desprecio y elhorror que los romanos sentían hacia el castigo de la muerte en cruz.

La muerte violenta de Jesús fue una consecuencia de su conducta y de su predicación.Jesús presintió la posibilidad de su muerte violenta. Era manifiesta la hostilidad de sus adversarios ysu intención de tenderle asechanzas. Jesús tenía presente la suerte que corrieron los profetas, ante todola suerte de Juan Bautista. Conocía los cantos veterotestamentarios del siervo de Dios en Deuteroisaíasy las ideas tardojudaicas sobre la muerte del justo (Sab 2,20) y su significado expiatorio (2 Mac 7,18.37s; 4 Mac 6,28 s; 17,22).

Jesús da a su muerte un significado salvador. Así se comprueba principalmente en la tradiciónde la última cena (Mc 14,22-25 par; 1 Cor 11,23-25) y en la frase sobre el rescate en Mc 10,45. Ambasperícopas derivan su contenido básico del propio Jesús.

El mensaje de Jesús sobre el reino y una interpretación salvadora de su muerte no se oponenentre sí. En Jesús, Dios asume la condición humana, el destino del hombre, hasta las últimasconsecuencias. Dios cae en abandono de Dios. Ya no hay ninguna situación humana que estéradicalmente dejada de la mano de Dios y no tenga salvación. En este sentido, la muerte de Jesús encruz no es sólo la consecuencia extrema de su conducta valiente, sino la síntesis y la suma de sumensaje. La muerte de Jesús en cruz es la explicación última de la cuestión esencial: la llegada dereinado escatológico de Dios. Esta muerte es la figura real del reinado de Dios bajo las condiciones deeste mundo, del reinado de Dios en la impotencia humana, de la riqueza en la pobreza, del amor en elabandono, de la plenitud en el vacío, de la vida en la muerte.

d) La preexistencia de Jesús

El Nuevo Testamento va aún más lejos al afirmar que Jesús existía junto a Dios, como serdivino, antes de su nacimiento como ser humano. Es lo que llamamos la “preexistencia” de Jesús,presente en algunos himnos muy antiguos. ¿Cómo se llega a esta afirmación?

La preexistencia de Cristo no fue sólo una noción auxiliar, sino necesaria para afirmar lasrelaciones filiales de Jesús con Dios, expresadas en el término Abba. Sólo la doctrina de lapreexistencia podía garantizar que Dios estaba en juego en la vida terrena, en la cruz y en laresurrección de Jesús y que Dios se manifestó en Jesucristo de modo escatológico y definitivo. Elcarácter escatológico de la persona y la obra de Jesucristo exigía necesariamente afirmar que Jesúspertenecía a la esencia eterna de Dios. De otro modo Jesús no hubiera podido «definir» a Dios demodo escatológico y definitivo. Por otra parte, sólo así se pudo expresar el significado universal deJesucristo, que no es sólo la plenitud del Antiguo Testamento, sino de toda realidad. Esto demuestraque las afirmaciones del Nuevo Testamento sobre la filiación divina no son especulaciones deorden teórico, sino enunciados de orden soteriológico (salvador) que versan sobre el carácterdefinitivo e insuperable y sobre la universalidad de la salvación. Hay que decir que Jesucristo es el Hijoúnico de Dios que nos otorga la filiación divina (Rom 8,14-17; Gál 3,26; 4,5); Dios nos destinó «areproducir los rasgos de su Hijo» (Rom 8,29).

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Es fácil confirmar estas tesis con los pasajes más importantes de la cristologíaneotestamentaria del Hijo. También se puede demostrar que esta cristología no es un producto tardíodel desarrollo neotestamentario, sino que se encuentra ya en los estratos más primitivos, prepaulinos.

El testimonio prepaulino más importante es el himno a Cristo de Flp 2,6-11:

“Él, a pesar de su condición divina, no se aferró a su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos. Así, presentándose como simple hombre, se abajó, obedeciendo hasta la muerte y muerte en cruz.Por eso Dios lo exaltóy le otorgó el Nombre,que está sobre todo nombre.Para que al nombre de Jesústoda rodilla se dobleen los cielos, en la tierra y en los abismos,y toda lengua confieseque Cristo Jesús es el SEÑORpara gloria de Dios Padre.”

Este importante texto se refiere a Jesucristo, que existe desde la eternidad en figura divina, quese despoja hasta la muerte en cruz y que al fin es exaltado como Señor, es decir, como soberanouniversal de rango divino. La encarnación del Preexistente abre un camino de autodespojo que culminaen la cruz. Es decisivo, pues, preguntar qué expresa el concepto de autodespojo (kenosis). En susentido literal, enénothen quiere decir «se vació a sí mismo»; cuando el Nuevo Testamento califica aalguien como kenos indica que está con las manos vacías porque se ha quedado sin algo que antesposeía. El que se vacía a sí mismo, renuncia a su riqueza y se hace pobre. Así este himno a Cristocoincide con la afirmación de 2 Cor 8,9; donde se dice de Jesucristo: «Siendo rico, se hizo pobre porustedes para enriquecerlos con su pobreza»

El himno a Cristo de Col 1,15-17 asume y desarrolla, una vez más, el aspecto soteriológico ycósmico de la filiación divina. Según este texto, Jesucristo es «imagen de Dios invisible, nacido antesque toda criatura»; «por su medio se creó el universo celeste y terrestre... él es antes que todo y eluniverso tiene en él su consistencia». Esta afirmación sobre la mediación creadora supone unproyecto soteriológico; viene a fundamentar la universalidad de la salvación traída por Cristo ydeclara al mismo tiempo que todos los otros «poderes y soberanías» han quedado destruidos, que noestamos sometidos a otro señor sino a Jesucristo y que debemos vivir en el mundo con libertadcristiana.

Otro texto clave es el de Jn 1,1-18:

1 En el principio existía la Palabray la Palabra estaba junto a Dios,y la Palabra era Dios.

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2 Ella estaba en el principio junto a Dios. 3 Todo se hizo por ellay sin ella no se hizo nada (...)14 Y la Palabra se hizo carne,y puso su Morada entre nosotros,y hemos contemplado su gloria,gloria que recibe del Padre como Unigénito,lleno de gracia y de verdad (…).

Este himno se inspira en los textos sapienciales del AT, en donde la Palabra de Dios seidentifica con su sabiduría (Pr 8, 22-31; ver también Sab 7,22-24). Allí se trata de una cualidad de Diosdescrita poéticamente. Se dice que estaba junto a Dios cuando creó el mundo y que le ayudó a crear unmundo ordenado y armónico. Nuestro texto afirma que esa sabiduría es Jesucristo, que estaba con DiosPadre en el comienzo; es decir, es absolutamente intemporal, eterna. El versículo 1b prosigue,concretando: «Y la Palabra estaba junto a Dios». El estar junto a Dios aparece descrito en 1,18 comocomunión personal, como comunión en la gloria (17,5), en el amor (17,24) y en la vida (5,26), de formatal que Jesús puede decir: «Yo y el Padre somos uno» (10, 30). La afirmación culminante es la delversículo le: «Y la Palabra era Dios». Hay que decir, en consecuencia que la Palabra es de índoledivina. 208

5.2. La divinidad del Espíritu Santo

a) El Espíritu en el AT

El significado básico del término hebreo (ruaj) y griego (pneuma) correspondientes al término«espíritu» es viento, aliento, soplo; y, como aliento es signo de vida. El espíritu o los espíritusdesempeñan un importante papel en muchos mitos y religiones del mundo antiguo. Está muy difundida,sobre todo, la idea de la fuerza vivificadora del espíritu y de su capacidad fascinadora, extática,inspiradora y entusiástica en la adivinación y en poesía. El espíritu es, pues, una realidad dinámica ycreadora que todo lo vivifica, que nos eleva y arrebata de lo ordinario y establecido, que crea loextraordinario y nuevo.

También en la Biblia el espíritu es el principio vital del hombre, la sede de sus sensaciones, desus funciones intelectuales y de sus voliciones. Pero predomina el significado de la vida como vidainfundida y enviada por Dios. «Esconde tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento y expiran, yvuelven a ser polvo; envías tu espíritu y los creas, y repueblas la faz de la tierra» (Sal 104,29 s; cf. Job34,14 s). Así, el espíritu de Yahveh es la fuerza vital creadora en todas las cosas. Su espíritu se ciernesobre las aguas al comienzo de la creación (Gén 1,2). «La palabra de Yahveh hizo el cielo; el aliento desu boca, sus ejércitos» (Sal 33, 6; cf. Job 33,4). El espíritu de Dios da al hombre el gusto artístico y lainteligencia, la intuición y el saber.

b) El Espíritu es dado en las apariciones del Resucitado

La tradición neotestamentaria nos muestra al Espíritu como alguien distinto de Dios Padre(como se verá más adelante) y liga la acción del Espíritu con la resurrección y exaltación de Cristo.

208 La divinidad de Jesús se define en el concilio de Nicea (año 325): DzH 125.

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Es característico en este sentido el fragmento tradicional de Rom 1,3 s, que confiesa así a Cristo: «porlínea del Espíritu santificador fue constituido Hijo de Dios en plena fuerza por su resurrección de lamuerte».

Según el evangelio de Juan, Jesús comunica el Espíritu en sus apariciones, una vezresucitado:

“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, laspuertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:«La paz con ustedes.» 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron dever al Señor.21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con ustedes.Como el Padre me envió,también yo los envío.»22 Dicho esto, sopló y les dijo:«Reciban (ustedes) el Espíritu Santo.23 A quienes perdonen los pecados,les quedan perdonados;a quienes se los retengan,les quedan retenidos.»(Jn 20,19-23)

c) ¿Qué hace el Espíritu? 209

Presentar lo que el NT afirma sobre el Espíritu Santo sería muy extenso. Prefiero remitirme alos “discursos de despedida” de Jesús en el evangelio de Juan (caps. 14 – 16). En ellos, el EspírituSanto es llamado “Paráclito”. La palabra viene del verbo griego “paracaléo”que significa “el que hasido llamado para ayudar, acompañar y aconsejar”. En este sentido, algunos lo han traducido como"abogado”. Pero la acción judicial no agota el sentido del vocablo, que también podría significar“intercesor”. Además existe la traducción de “consolador”. Sin embargo, habría que agregar a esosaspectos el del estímulo y la exhortación, al estilo del maestro y guía.

Lo primero que sobresale al analizar origen del Paráclito es que es un enviado (14,26; etc.).¿Quién lo envía? En algunos textos aparece que es el Padre quien lo envía (14,26); sin embargo, lohace en nombre de Jesús. En otros textos, Jesús (16,7; 15,26), pero lo envía desde el Padre.

Nos encontramos con la figura jurídica antigua de la representación210. Sin embargo, se debeañadir algo: el enviado con plenos poderes tenía la posibilidad de dejar un representante cuandofinalizaba su tarea y regresaba a aquel que lo había comisionado. Este segundo agente era, por lotanto, representante de un enviado que tenía que volver después de cumplir su tarea.

209 Tuñí, Josep-Oriol, ”Evangelio según San Juan”, en Tuñí, Josep-Oriol – Alegre, Xavier, Escritos Joánicos y CartasCatólicas, Verbo Divino, Estella, 1995, pp. 120-123.

210 Es una figura que pertenece al derecho judío: la del enviado con plenos poderes (plenipotenciario). A pesar de que elque envía a un agente para que lo represente conserva una estricta superioridad sobre el enviado, el que envía es “uno”con el enviado. Este último debe llevar a cabo su tarea con estricta fidelidad y obediencia. Ante los destinatarios tienelos mismos derechos y se le debe el mismo honor y respeto que al que envía. Al acabar el agente su tarea, ha de darcuenta de todo lo que ha realizado, volviendo a aquel que lo ha enviado. El evangelio de Juan aplica esta figura a larelación de Jesús con el Padre.

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Las numerosas funciones que se asignan al Paráclito en Jn se pueden reducir a dos:

- dar testimonio de Jesús (12,26) y- conducir a la verdad plena (16,13).

Comenzaremos por esta segunda. Su tarea de consolador (14,16), de maestro que enseña todaslas cosas que Jesús ha dicho (14,26) y que anuncia las cosas futuras (16,13), se recoge en laglorificación de Jesús (16,14). Glorificación de Jesús quiere decir aquí manifestación plena de larealidad de Jesús, que es la verdad (14,6). Tenemos aquí, entre las funciones del Paráclito, unaprimera vertiente reveladora, en paralelo con la función de revelador que tiene Jesús.

En relación a la primera función, está la actividad jurídica del Paráclito, dar testimonio(15,26) y demostrar la falsedad del mundo; es decir, poner en evidencia la condena del mundo (16,7-10).

Estas dos funciones, revelar y dar testimonio, no sólo no se excluyen sino que más biencoinciden. La actividad testimonial de Jesús ha sido presentada en Jn como revelación, precisamenteen cuanto que es testimonial. Ahora bien, el Espíritu es el continuador de la obra de Jesús, es elagente de Jesús. Por eso, no habla por sí mismo, sino que hablará (dará a conocer) las cosas que habráoído (16,13) y conducirá a la verdad completa, debido a que revelará plenamente la realidad de Jesúsy convencerá a los discípulos de la falsedad del mundo (16,7-10). En este contexto, el Paráclito chocarácon la oposición del mundo, que continúa el proceso contra Jesús (15,20)211.

La diferencia fundamental entre el Paráclito y Jesús es que la acción de este último se hadado en la “carne”, o sea, en la humanidad caduca y efímera del hombre Jesús. En cambio, elParáclito se hará presente a los discípulos, los consolará, les ayudará. Y aunque no será visible ni a losdiscípulos ni al mundo (14,17); sin embargo, los discípulos percibirán su presencia: lo conocerán,estará con ellos, se quedará con ellos (4,16). La presencia del Paráclito será, por lo tanto, distinta ala de Jesús. En este sentido, el agente no será tampoco más grande que el que lo envió (13,16).

Aunque el NT se centra en la acción del Espíritu Santo en la Iglesia, sería un error reducir suacción a ese ámbito. La visión universal del Espíritu propia de algunos textos del AT sigue vigente.El Espíritu Santo está presente en toda la creación de Dios, en especial allí en donde está presente elamor, signo inequívoco de la presencia del Espíritu.

d) ¿Es el Espíritu Santo una “persona” distinta del Padre y del Hijo?

Hemos dejado para el final la pregunta de si el Espíritu es un aspecto de la actuación divina osi es una “persona” distinta del Padre y del Hijo.

El Espíritu, según el credo, no es un mero don impersonal, ni simplemente Dios con supresencia creadora, vivificadora y salvadora en el mundo y en la Iglesia, sino que es también el dadorde esos dones. Pero hay claros indicios de que la misma Biblia ve al Espíritu santo, no simplementecomo un don impersonal, sino como dador personal.

211 “Mundo” es una palabra que tiene varios significados en el evangelio de Juan. Aquí designa el conjunto de las fuerzas ypersonas que se oponen a la acción de Dios en el mundo.

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El Nuevo Testamento habla del gemido del Espíritu y de la oración del Espíritu en nosotros; elEspíritu intercede por nosotros ante Dios (Rom 8, 26). El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu(Rom 8,16). Distribuye los dones como le place (1 Cor 12,11). Habla en los escritos del AntiguoTestamento (Heb 3,7; 1 Pe 1,11 s; 2 Pe 1,21) y en la Iglesia (1 Tim 4,1). Enseña a la comunidad (Ap 2,7). Son, todas ellas, expresiones personales o personificadoras. En el evangelio de Juan el Espíritu esel auxiliador y abogado de la Iglesia (Jn 15, 26). Es principalmente el «otro» abogado junto a Jesús (Jn14,16) y por eso ha de interpretarse en sentido personal por analogía con Jesucristo. Es enviado por elPadre en nombre de Jesús, pero aparece como independiente del Padre (1 Jn 2, 1); él no es el Cristo queretorna, sino que da testimonio de Jesús (Jn 15, 26). Abonando esto, el Nuevo Testamento conoce yafórmulas trinitarias (Mt 28, 19; 2 Cor 13,13 y etc.), que se analizarán más adelante.

Si el Espíritu es un ser personal y es divino (de otro modo no podría salvarnos)212, queda elproblema de la unidad de Dios. Si Jesús y el Espíritu son divinos (además del Padre), ¿no estaríamosante tres dioses? Esta pregunta nos lleva al tema del Dios cristiano.

5.3. El Dios Trinitario

La confesión, en el credo, de un Dios en tres personas se considera con razón como lo propio yespecífico de la religión cristiana. La vida cristiana, desde sus inicios en el bautismo, va unidaincondicionalmente a la confesión trinitaria.

Pero justamente este punto ofrece las mayores dificultades de comprensión. Estas no seencuentran tanto en los problemas lógicos, de teología bíblica, de historia de las religiones y de historiade la teología. Mucho más importante es el argumento de la praxis vital. Es un hecho que muchoscristianos, aunque profesen correctamente la confesión trinitaria, por ejemplo cuando recitan el credoen la celebración eucarística, apenas la relacionan con su vida cristiana. Karl Rahner (probablemente elmejor teólogo del siglo XX) parece tener razón al afirmar que la mayoría de los cristianos son de hechosimples monoteístas.

a) La unidad de Dios

El credo cristiano comienza con la frase: «Creo en un solo Dios». La frase resume la fe delAntiguo y del Nuevo Testamento. Ya en el Antiguo Testamento leemos: «Escucha, Israel: Yahveh,nuestro Dios, es solamente uno. Amarás a Yahveh, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, contodas las fuerzas» (Dt 6,4-5; cf. Mac 7,37).

El Nuevo Testamento asume la fe veterotestamentaria en la unicidad de Dios (Mc 12,29.32) yla esgrime frente al politeísmo pagano (Hch 14,15; 17,23; 1 Cor 8,4; Rom 3,29s; Ef 4,6; 1 Tim 1,17;2,5). Por eso, en la perspectiva de la historia de las religiones, se incluye al cristianismo junto con eljudaismo y el islamismo entre las religiones monoteístas.

La fe bíblica en un solo Dios tiene una larga historia que no carece de importancia en elplano teológico. El Antiguo Testamento supone en sus comienzos, con relativa naturalidad, laexistencia de dioses ajenos (cf. Gn 35,2.4; Jos 24,2.14). La unicidad del Dios bíblico sólo aparece enel hecho de que Yahveh es superior a los otros dioses; exige la exclusividad y se muestra como un Dios212 La divinidad del Espíritu Santo la definió el concilio de El concilio de Constantinopla (381), históricamente un sínodo

de la iglesia oriental que pasó a ser universal por su recepción en el concilio de Calcedonia (451).

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celoso que no tolera a su lado dioses ajenos (Ex 20,3s; 34,14; Dt 5,7). Esta intolerancia se refiere, alprincipio, tan sólo a la adoración de otros dioses, porque expresa una falta de confianza en Yahveh. Elque da culto a otros dioses, no ama a Yahveh con todo el corazón, con toda el alma y con todas lasfuerzas. Se trataba, pues, al principio, de un monoteísmo práctico. La cuestión de la existencia o noexistencia de otros dioses no se planteó aún; se suponía su existencia (cf. Jue 11,24; 1 Sam 26,19; 2 Re3,27). Pero, desde Elías, el movimiento profético emprendió una enérgica campaña contra todas lasreligiones sincretistas; y presentó a Yahveh como Dios, sin más. Los ídolos aparecen ahora como puranada (Is 2, 8.18; 10, 10; 19, 3; Jer 2,5.10.15; 16, 19) y no-Dios (Jer 2,11; 5,7). Deuteroisaías, en fin,dice: «No hay otro Dios fuera de mí» (Is 45, 21; cf. 41, 28s; 43, 10). Ahora Yahveh es el Dios de todoslos pueblos (cf. Is 7,18; 40,15s).

Este recorrido permite obtener dos conclusiones:

- El monoteísmo no es para la Biblia una cuestión ideológica, sino el resultado de laexperiencia religiosa y expresión de la práctica de la fe. Se trata de un monoteísmo práctico. Por esola fe en un solo Dios no es primariamente una cuestión de asentimiento intelectual. Esta confesiónsupone más bien una opción fundamental en favor de algo necesario, algo que satisface plenamenteporque en el fondo lo es todo. Por eso, ese algo interpela también al hombre. La confesión de un soloDios implica en definitiva la opción fundamental entre fe e increencia, la cuestión sobre qué es lo quemerece siempre y en todas las situaciones la confianza absoluta. Se trata de la conversión de los diosesfalsos al Dios verdadero (Hech 14,15). No es una cuestión pretérita y anticuada. Los ídolosencarnan diversas figuras: Ídolo puede ser Mammón, la riqueza (Mt 6, 24) y el vientre (Flp 3, 19);ídolo puede ser la honra (Jn 5,44) y el Baal del goce desenfrenado de la vida y de la sensualidadinmoderada. Ídolo es toda absolutización de elementos cósmicos. Contra esos ídolos está escrito: Nopueden (ustedes) servir a dos amos (Mt 6,24). Dios es Dios único; sólo en él se puede confiar. El que, almargen de su fe en un solo Dios, sirve a ídolos, no cree ni confía realmente en Dios. La confesión de unsolo Dios es, pues, una opción fundamental que compromete a una conversión permanente. Se trata deuna realidad de la que todo depende y que decide del camino de la vida (Mc 10,21; Lc 10,42).

- La unidad de Dios es algo más que una unidad cuantitativo-numérica. El artículo de fe nodice primariamente que hay un solo Dios y no tres o cuatro dioses. Se trata de una unicidadcualitativa. Dios no es sólo uno sino también único; es ejemplar único, por decirlo así. Dios, en efecto,excluye por esencia la existencia de otro Dios. «Si Dios no es uno solo, no hay Dios»213. Sólo puedehaber un Dios infinito y que lo abarca todo; dos dioses se limitarían mutuamente, aunque secompenetraran. El Dios uno no puede menos de ser el Dios único. Así, la unicidad de Dios no es unatributo más, sino que se identifica con la esencia misma de Dios. Por eso la unidad y la unicidad delDios bíblico es todo menos una cuestión baladí. Justamente por ser uno y único puede ser el señor detodos los pueblos y de la historia. El es el primero y el último (Is 41,4; 43,10 s; 44,6; 48,12; Ap1,4.8.17), el soberano del universo (Ap 4,8; 11,17; 15,3 s; 19,6). La unidad de Dios es a la vez suuniversalidad, que une a todos los hombres.

El Antiguo y el Nuevo Testamento asumen con este mensaje del Dios uno una cuestiónoriginaria de la humanidad: la cuestión de la unidad en medio de la multiplicidad y la dispersión dela realidad. El politeísmo es expresión del carácter polifacético, escindido y no sintetizable de larealidad. Pero los hombres, en su afán de búsqueda del sentido de las cosas, nunca se han contentado

213 Tertuliano, Adv. Marcionem, I, 3.

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con eso.

La profesión monoteísta hermana al cristianismo con el judaísmo y el islamismo. Pero lainterpretación de la unidad de Dios como unidad en la trinidad distingue al cristianismo de las otras dosreligiones. El judaísmo y el islamismo lanzan al cristianismo esta pregunta: el cristianismo con suconfesión trinitaria ¿no es infiel a la doctrina de la fe en un solo Dios?

El problema de la unidad y la multiplicidad se plantea ahora como problema de la unidad delmundo y de la unidad de Dios. En relación con Dios se formula la pregunta: la unidad de Dios en suradicalidad ¿es viable sin incluir alguna diversidad en Dios mismo, una diversidad que no eliminesu unidad y simplicidad, sino que les dé sentido? Sin esa pluralidad en la unidad ¿no sería Dios un sersupremo solitario que necesitara del mundo y perdiera así su ser divino? Tales reflexiones llevan ala conclusión de que la unidad de Dios no excluye en modo alguno la cuestión de la trinidad, sino quemás bien la incluye.

La concepción personal de Dios en el Antiguo Testamento hubo de suscitar necesariamente lapregunta sobre el verdadero «tú» de Dios. Un yo no es concebible sin un tú. Pero el hombre, lahumanidad, el pueblo, ¿pueden ser el auténtico tú de Dios? Si el hombre fuera el tú a la altura de Dios,entonces el hombre sería libre y gratuito, y el amor de Dios al hombre no sería pura gracia, sino unanecesidad de Dios, su propia plenitud. Pero esto sería contrario a todo el pensamientoveterotestamentario. Por eso el Antiguo Testamento plantea una cuestión a la que no da respuestaalguna. La imagen veterotestamentaria del Dios vivo, del Dios de la historia, no es una imagenconclusa y cerrada, sino abierta a la revelación definitiva de Dios.

b) El Dios trinitario

El Nuevo Testamento nos da una respuesta inequívoca a la cuestión sobre el «tú» de Diosque deja abierta el Antiguo Testamento: Jesucristo, el Hijo de Dios, es el Tú eterno del Padre.Mediante el Espíritu Santo somos acogidos en la comunión de amor del Padre y del Hijo. Así, elNuevo Testamento puede resumir la autorrevelación escatológica y definitiva de Dios en la frase: Dioses amor (1 Jn 4,8.16). Las confesiones trinitarias del nuevo testamento son una explicitación de estafrase que resume la revelación acontecida en Jesucristo.

En el NT, las cartas paulinas rebosan de fórmulas trinitarias. Se puede encontrar ya,alusivamente, la estructura trinitaria en la antigua cristología de doble plano de Rom 1,3 s:

“1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, 2 que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, 3 acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, 4 constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro.”

Puede verse aquí que Jesucristo es constituido Hijo de Dios por el Padre mediante el EspírituSanto.

Gál 4,4-6 presenta un sumario del mensaje cristiano:

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«Pero cuando se cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo (...) para que recibiéramos la condición dehijos. Y la prueba de que ustedes son hijos es que Dios envió al interior de ustedes el Espíritu de suHijo, que grita: ¡Abba!¡Padre!» (cf. Rom 8, 3 s. 14-16).

Pero no sólo la acción de Dios en la historia sagrada, sino su acción duradera en la Iglesia poseeuna estructura trinitaria. Pablo, explicando la unidad y variedad de los carismas en la Iglesia, escribe:

«Los dones son variados, pero el Espíritu el mismo; las funciones son variadas, aunque el Señor 214 esel mismo; las actividades son variadas, pero es el mismo Dios 215 quien lo activa todo en todos» (1 Cor12,4-6).

Muy significativa es la fórmula conclusiva de la Segunda Carta a los Corintios:

«El favor del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la solidaridad del Espíritu Santo estén con todosustedes» (2 C or 13, 13).

Así, siempre que Pablo quiere expresar la totalidad del acontecimiento salvador, recurre aformulaciones trinitarias.

En la tradición joánea del Nuevo Testamento encontramos ya inicios de reflexión trinitaria. Laprimera mitad del evangelio de Juan (cap. 1-12) desarrolla en el fondo un tema único: las relaciones delHijo con el Padre; el discurso de despedida de la segunda parte (cap. 14-17) desarrolla, en cambio, elenvío del otro abogado (14,16), su procedencia del Padre (15,26), el envío por Jesucristo (16,7) y sutarea de actualizar la obra de Cristo (14,26; 15,26; 16,13 s). Jn 14,26 da el resumen trinitario de ambasafirmaciones:

«El abogado que les enviará el Padre cuando aleguen mi nombre, el Espíritu Santo, ése les enseñarátodo y les irá recordando todo lo que yo les he dicho» (cf. 15,26).

En la primera carta de Juan se encuentran diversas agrupaciones trinitarias (4,2; 5,6-8). Lomás importante, sin embargo, es la afirmación sintética: Dios es amor (1 Jn 4,8.16). El texto sugiereque Dios se manifestó en el hecho de la revelación por Jesucristo como amor. Pero este hecho de larevelación consiste en manifestar la comunión eterna de amor, de vida y de glorificación común entreel Padre, el Hijo y el Espíritu, para integrar a los discípulos, y mediante éstos a la humanidad, en lacomunión de amor y de vida. La verdad revelada «Dios es amor» es, pues, una afirmación óntica y,como tal, una afirmación soteriológica. Porque Dios es amor, se nos manifestar y comunicar comoamor. La unidad de Iglesia y mundo, de paz y de reconciliación de la humanidad tienen a nivel cristianosu fundamento último y su última posibilidad en el reconocimiento de la gloria de Dios en el amor delPadre, del Hijo y del Espíritu. Esta síntesis de todo el mensaje neotestamentario es la base deldesarrollo especulativo posterior, que sólo intenta expresar la confesión trinitaria de la Biblia desde suraíz más profunda y desde el contexto global de toda la realidad soteriológica.216

214 En Pablo, la expresión “el Señor” se refiere siempre a Jesús.215 En Pablo, la expresión “Dios” se refiere siempre a Dios Padre.216 El segundo concilio de Constantinopla (553) distingue en Dios una naturaleza y tres personas (DzH 421).

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c) El lenguaje de las tres personas

Es obvio que las categorías personalistas sólo se pueden aplicar a la trinidad de modoanálogo217. En esta analogía, a toda similitud corresponde una mayor disimilitud. Pero, dado que enDios no sólo la unidad, sino también la diferencia y, por tanto, la diversidad personal es siempre mayorque en las relaciones interpersonales de los hombres, las personas divinas no son menos, sinoinfinitamente más dialógicas que las personas humanas. Las personas divinas no sólo están endiálogo, sino que son diálogo. Esto significa que en Dios y entre las personas divinas hay, no “pesarde”, sino a causa de su unidad infinitamente mayor, una interrelacionalidad e interpersonalidadinfinitamente mayores que en las relaciones interpersonales de los hombres.

Así la doctrina trinitaria debe comenzar con el Padre y concebirlo como origen, fuente yfundamento interno de unidad en la Trinidad. Debemos partir del Padre como fundamento «infundado»de un amor efusivo, que libera al Hijo y al Espíritu y los une consigo en el mismo e idéntico amor. Eltomar la libertad soberana de Dios en el amor como punto de partida y de unidad de la trinidadsignifica, pues, a diferencia de la tradición latina prevalente, no partir de la esencia de Dios, sino delPadre, que posee originariamente la esencia de Dios consistente en el amor. El amor no se puedeconcebir si no es de modo personal e interpersonal. Así, la persona sólo existe en autocomunicación aotros y en el reconocimiento por otras personas. Por eso la unidad y unicidad de Dios, si se concibe aDios de modo personal, no puede entenderse como soledad. Aquí está la razón más profunda de lainconsistencia de la idea de un Dios unipersonal. Tal idea lleva necesariamente a tener que buscar uninterlocutor para Dios, a encontrarlo en el mundo y en el hombre y así, uniendo a Dios y el mundo enuna relación necesaria, anular la transcendencia de Dios, su libertad en el amor. Si se quiere mantenerconceptualmente el mensaje bíblico de Dios como persona absoluta y libertad perfecta en el amor, laconfesión trinitaria de la Biblia resulta plausible para el pensamiento creyente.

La distinción, inaccesible para el entendimiento humano, entre el amor en los seres humanos yel amor de Dios consiste en que el hombre tiene amor, mientras que Dios es amor. Porque el hombretiene amor y éste no constituye toda su esencia, cuando ama está ligado a otras personas sin compartircon ellas una misma esencia; el amor funda en los hombres una comunidad personal estrecha yprofunda, mas no una identidad de esencias. Dios, en cambio, es el amor, y esta esencia suya esabsolutamente simple y única; por eso las tres personas poseen una única esencia; su unidad es unidadesencial y no sólo comunión personal. Esta trinidad en la unidad de la única esencia es el misterioinsondable de la Trinidad, que nosotros nunca podemos concebir racionalmente, sino sólo presentar a lainteligencia creyente en forma parcial y aproximativa.

217 El lenguaje de la analogía consta de 3 pasos:- la vía de la afirmación: por ejemplo, yo afirmo “Dios es justo”, - la vía de la negación: debo corregir la afirmación, negándola: “sí, Dios es justo pero no al modo en que los hombres somos

justos”, y - la vía de la eminencia: “Sólo Dios es completamente justo; es más, Dios es la justicia misma, de la que la justicia humana

es sólo un pálido y deformado reflejo”.

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Apéndice: Los títulos cristológicos

La relectura que hacen los primeros cristianos sobre la identidad de Jesús se traduce, en unmomento anterior a los evangelios, en lo que se ha llamado los "títulos cristológicos"; esto es, ciertosnombres y títulos que se aplican a Jesús para comprenderlo mejor y dar a conocer quién es Él. 218 Másadelante se los introducirá en la composición de los evangelios.

En este apartado revisaremos algunos de los títulos cristológicos y su significado.

a) Mesías o Cristo

Desde el comienzo, los cristianos llaman a Jesús «Mesías» o «Cristo» 219. Es un título central. Elmás usado por todos. Así lo proclaman ya con entusiasmo los primeros predicadores: «Dios, alresucitarlo, lo ha constituido "Cristo" o "Mesías"» 220. El Mesías al que tanto esperaban en algunosambientes ha sido crucificado. Parece increíble, pero ha sido así. No hay que seguir esperando a nadie.Jesús es el Mesías. Por eso, con toda espontaneidad, los seguidores de Jesús comienzan a llamarse«cristianos» o «mesianistas». Fue en Antioquía donde recibieron por primera vez ese nombre 221. Elimpacto de la resurrección de Jesús debió de ser muy grande, pues en la memoria de los discípulospersistía el recuerdo de que Jesús se había resistido a ser considerado «Mesías» o «Cristo». De hecho,la figura del Mesías se había vuelto muy difusa y hasta ambigua. La mayoría veía en él un descendientede la familia real de David. Algunos pensaban en un personaje sacerdotal. En cualquier caso, casi todoslo imaginaban con rasgos de un liberador guerrero: él terminaría con la dominación romana, limpiaríaIsrael de la presencia de paganos, restauraría al pueblo elegido y establecería la paz. Probablemente,Jesús suscitó expectativas que hacían pensar en el Mesías: ¿no sería él el liberador que tanto esperaban?Al parecer, Jesús se resistió a aceptar tal título 222. No quiere ser confundido con un Mesías nacionalista.Su proyecto del reino de Dios era mucho más.

La crucifixión terminó con todos los malentendidos. Ya no es posible imaginarse a Jesús comoun guerrillero nacionalista, al estilo de Judas, hijo de Ezequías, Simón de Perea o Atronges. Pablo lodice con claridad: «Yo no he querido saber entre ustedes sino de Jesús Mesías, y a este crucificado» 223.Jesús es el Mesías verdadero, pero no trae la salvación destruyendo a los romanos, sino buscando elreino de Dios y su justicia para todos. No es un Mesías victorioso, sino «crucificado» por vivirliberando a la gente de opresiones e injusticias. Así lo han conocido todos. Poco a poco, por influenciade Pablo, el término «Cristo» se irá convirtiendo en el nombre propio de Jesús. Entre los cristianos sehabla indistintamente de «Jesús», de «Cristo» o de «Jesucristo». Lamentablemente, usado de manerarutinaria, el nombre de «Cristo» fue perdiendo su fuerza original. Pronto se olvidaría su contenido real224.

218 Hay que tener presente que en la mentalidad semita el "nombre" indica el ser de la persona, su misión, su destino.219 La palabra «Mesías» proviene del término hebreo mashiah, que significa «ungido». Su equivalente en griego es

«Cristo».220 Hech 2,36; 5,42; 9,22.221 Hech 11,26.222 Ésta es la convicción de la mayoría de los biblistas. Los textos evangélicos, como Mateo 16,13-20, donde Jesús aparece

aceptando ser confesado Mesías, reflejan la fe de los primeros cristianos, no la actuación de Jesús. 223 1 Cor 2,2. 224 Probablemente, muchos creen hoy en Cristo sin saber que «Cristo» quiere decir: liberador de injusticias y opresiones,

luchador por una vida más digna y justa, buscador del reino de Dios y su justicia. Y se llaman «cristianos» sin sospecharque esta palabra quiere decir «mesianistas», buscadores de un mundo nuevo según el corazón de Dios, luchadores por la

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b) Hijo del hombre

Al parecer, Jesús nunca se llamó «Mesías» o «Cristo». Por el contrario, al hablar de sí mismo yde su misión empleó con frecuencia una expresión bastante extraña, de sabor típicamente semita: «Hijodel hombre» 225. Esta expresión resultaba ininteligible y enigmática a los oídos griegos, pero, inclusopara quienes hablaban arameo, referirse a sí mismo en esos términos no dejaba de tener un cierto airemisterioso 226. «Hijo del hombre» no es propiamente un título atribuido a Jesús. Nadie lo confiesa ni leinvoca con ese nombre en la comunidad cristiana. Es una manera de hablar que los evangelistas ponenen labios de Jesús y que, antes que nada, subraya su condición humana: Jesús es un ser humano yvulnerable, un «hijo de hombre» que no tiene dónde reclinar su cabeza, que ha venido no a ser servido,sino a servir y dar su vida como rescate, que siempre anda tras los excluidos y pecadores buscandosalvar lo que está perdido, un «Hijo de hombre» que, finalmente, será crucificado para resucitar en eltercer día.

Pero, al mismo tiempo, Jesús habla también del «Hijo del Hombre, sentado a la derecha delTodopoderoso, que vendrá entre las nubes del cielo» 227. ¿Es Jesús quien se expresó así durante suvida o es la comunidad cristiana la que, a la luz de la resurrección, lo imagina como el Hijo del hombreque aparece en la impresionante visión del libro de Daniel? 228. Según muchos investigadores, fueronlos primeros cristianos quienes, partiendo seguramente de la costumbre de Jesús de designarse como«hijo de hombre», vieron en él al «Hijo del hombre» que está ahora exaltado y glorificado a la derechade Dios, y vendrá como Juez definitivo del mundo. En cualquier caso, a Jesús se le contempla como unser verdaderamente humano, que ha luchado hasta la muerte por una vida digna para todos y que,constituido ahora por Dios Juez definitivo, vendrá un día a poner justicia en el mundo. El suyo no seráun juicio arbitrario; Jesús sabe en qué consiste ser humano. Por eso juzgará a la humanidad desdedentro. Todo quedará confrontado con él. Entonces aparecerá lo auténticamente humano. Por fin sepodrá ver dónde está la verdad y dónde la mentira, quiénes han actuado con justicia y quiénes han sidoinjustos e inhumanos.

A principios del año 58, Pablo de Tarso escribe desde Grecia una carta a la comunidad cristianade Roma. También él ve a Jesús como el Hombre en el que se ha manifestado lo verdaderamentehumano. Por eso lo considera el «nuevo Adán», un Hombre nuevo que ha dado comienzo a unahumanidad nueva 229. Desde su visión religiosa, el primer Adán, con su «desobediencia» a Dios, diocomienzo a una historia de pecado que lleva inevitablemente a la destrucción y a la muerte. Pero Jesús,

paz y la justicia, portadores de esperanza para las víctimas. 225 Los evangelios utilizan la expresión "huíos tu anthropu", que es la traducción literal del arameo "bar enashá". Es una

manera muy semita de decir «humano». 226 Existe un debate interminable, y a veces bastante confuso, sobre el «Hijo del hombre» (Vielhauer, Cullmann,

Bultmann, Stuhlmacher, Perrin, Yermes, Merklein, Vogtle, González Faus…). Se discute si Jesús utilizó esta expresión,si con ella quiso presentar su identidad misteriosa, si esperó la venida gloriosa del Hijo del hombre como un personajediferente de él, si fue la comunidad cristiana la que desarrolló esta manera de hablar a partir de la figura del «Hijo delhombre» que aparece en Daniel. No existe hasta ahora un consenso. Sigo las tendencias más generalizadas.

227 Mc 14,62; 13,26.228 En la visión de Daniel, después de las cuatro bestias que vienen del mar y representan a los reinos poderosos que han

oprimido al pueblo elegido, se habla de alguien que «viene sobre las nubes, semejante a un hijo de hombre que sedirigió hacia el anciano [Yahvé] y fue presentado ante él. Se le dio poder, gloria y reino, y todos los pueblos, naciones ylenguas le servían. Su poder es eterno y nunca pasará, y su reino jamás será destruido» (7,13-14).

229 Rm 5,12-21.

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el «nuevo Adán», con su actitud fiel y leal de «obediencia» a Dios, ha dado origen a una nueva épocade justicia que conduce a la salvación. Con el primer Adán, la injusticia, el sufrimiento y la muerte hanido penetrando en la historia humana. Con Jesús, la gracia y la salvación están al alcance de todos.Pablo no oculta su alegría y entusiasmo. Es cierto que, desde Adán, abunda el pecado y el mal, pero,desde Jesús, «donde abundó el pecado, ha sobreabundado la gracia» 230.

c) Señor

Jesús fue llamado «Señor» desde el principio. No es sólo un tratamiento de honor. Este títuloencierra un contenido más profundo. Según los primeros predicadores, es Dios mismo quien «haconstituido Señor y Mesías a este Jesús» (Hch 2,36). Los cristianos no tienen ninguna duda. A partirde la resurrección, «Jesús es el Señor». Para Pablo, esta confesión es toda una síntesis de la fe cristiana:«Si proclamas con tu boca que Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo ha resucitado deentre los muertos, te salvarás» (Rm 10,9). ¿Dónde está su importancia decisiva? ¿Por qué el título de«Señor» se convierte en una afirmación tan central para los seguidores de Jesús? 231.

Los cristianos saben que en Siria, Grecia, Asia Menor o Egipto, los dioses reciben el nombrede Kyrios («Señor»). No ignoran tampoco cómo se va gestando en el Imperio el culto al emperador.Quizá cuando, a finales del año 54, Claudio acepta ser llamado Kyrios, el título no tiene todavía unaconnotación divina clara, pero pronto Calígula, Nerón y, sobre todo, Domiciano (81-96) exigen seradorados como «Señores divinos». Domiciano en concreto es invocado como «Señor y Dios».

Los seguidores de Jesús reaccionan. Es verdad que hay muchos que reciben el nombre de«dioses» y «señores», pero, «para nosotros no hay más que un Dios, el Padre de quien proceden todaslas cosas… y un Señor, Jesucristo» (1 Cor 8,5.6). El evangelio de Juan, por su parte, en una escenaconmovedora, desafía de manera gráfica y audaz las pretensiones de Domiciano: Tomás, rendido anteJesús resucitado, pronuncia precisamente la confesión que exigía para sí el emperador: «¡Señor mío yDios mío!» (Jn 20,28). Sólo Jesús es Señor. No porque él mismo se lo haya atribuido orgullosamente,como Calígula o Domiciano, sino porque, «siendo de condición divina», «se despojó de su grandeza»,«tomó condición de esclavo» y se hizo obediente a Dios hasta terminar crucificado, por lo cual «Dioslo exaltó y le dio el Nombre que está por encima de todo nombre…, para que toda lengua proclame queJesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre». Así canta un himno cristiano primitivo (Flp 2,6-11).

Este señorío de Jesús no es una apoteosis (divinización) del poder. Jesús no es Señor paradominar, oprimir, gobernar o controlar. Toda su vida ha estado sirviendo y dando vida a los máspobres y necesitados. Su señorío no es despótico, autoritario e impositivo. Es fuerza para hacer vivir yenergía para dar vida. Los emperadores de Roma gobiernan como «señores absolutos» y los grandesoprimen a las gentes con su poder. Pero no es así en Jesús ni lo ha de ser en sus seguidores (Mc 10,42-45).

Este Jesús, exaltado por Dios, es el único Señor de la comunidad. Él ha de configurar la vidade sus seguidores. «Si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor. Así pues,

230 Rm 5,20. Probablemente sería más conforme con la visión de Pablo decir que el ser humano nace no en «pecadooriginal», sino en «redención original». La fuerza salvadora de Jesús no es comparable a la acción maléfica de Adán.

231 El término griego kyrios significa sencillamente «señor», «amo», «dueño de la casa». Su correspondiente arameo, mar,se solía aplicar al padre, al juez, al rey… Ambos términos adquieren un contenido mucho más profundo cuando seatribuyen a Dios o a Jesús.

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tanto si vivimos como si morimos, somos del Señor. Para eso murió y resucitó Cristo: para ser Señor devivos y muertos» (Rm 14,8-9). Así vivían las primeras generaciones de cristianos: escuchando la«Palabra del Señor», celebrando la «Cena del Señor», esperando el «Día del Señor». Así le invocan enaquellas comunidades: Marana tha, «Ven, Señor Jesús» 232.

d) Hijo de Dios

Hubo otro título que llevaría a los cristianos a profundizar de manera decisiva en la relación deJesús con Dios. No es una expresión aislada utilizada en algún escrito. Prácticamente en todas lascomunidades y desde muy pronto Jesús comenzó a ser llamado «Hijo de Dios». Era un título arraigadoseguramente en el recuerdo que se tenía de Jesús, un hombre al que habían visto vivir en una actitudde obediencia, fidelidad y confianza íntima en un Dios al que llamaba Abbá. Y, al mismo tiempo, untítulo abierto al misterio inefable de Dios, que les permitía relacionar a Jesús con ese Padre que lo haresucitado infundiéndole su propia vida.

El peligro de idolatría era grande. El mundo de los dioses y las diosas orientales seducía amuchos. Era atractivo sentir la cercanía protectora de Artemisa, Cibeles, Dionisos o cualquier otro diosofreciendo «salvación» a sus adoradores. Por otra parte, iba adquiriendo cada vez más popularidad elculto divino al emperador: el año 40, Calígula había pretendido introducir en el templo de Jerusalén laestatua del dios Zeus esculpida con sus propios rasgos. Mientras tanto, los cristianos, impactados por laacción de Dios que ha resucitado a Jesús, quieren afirmar su máxima vinculación con él, pero ¿cómodesignarlo sin caer en la idolatría?, ¿cómo expresar su unión con Dios sin hacer de Jesús un «dios»más entre tantos dioses y diosas?

El título «hijo de Dios» era muy sugestivo para los judíos. Así se le llama en la tradiciónbíblica a Israel, aquel pueblo tan querido y cuidado por Dios; también el rey, representante del pueblo,es considerado «hijo de Dios»; incluso algunos hombres justos que sobresalen por su fidelidad a Diosson llamados hijos suyos. ¿Cómo no llamarle así a Jesús? Por otra parte, los discípulos recuerdan muybien el comportamiento singular de Jesús ante Dios: le vivía como a un Padre querido; lo llamabaAbbá; su confianza en él era total; su obediencia y fidelidad, absolutas. Jesús no es un «hijo» más deDios. Es «el Hijo». Lo más querido de Dios. Ha sido el Padre quien lo «ha enviado» al mundodesde su propio seno (Gal 4,4). Jesús «viene» de Dios. Su raíz última está en él. La vinculación deJesús con Dios no es como la nuestra. Dios es el Padre de Jesús de un modo distinto de como es nuestroPadre. Los primeros cristianos marcan siempre la diferencia. Nunca ponen en labios de Jesús laexpresión «Padre nuestro»: Jesús dice «mi Padre» y «vuestro Padre» (Jn 20,17).

Probablemente no era tan insólito en el siglo I designar a un hombre como «hijo de Dios». Loabsurdo y horrendo es proclamar «Hijo de Dios» precisamente a un desconocido ejecutado por lasautoridades romanas en una cruz. Los cristianos lo saben. Sin embargo, Marcos se atreve a poner enboca de un centurión romano una confesión que sólo podía dirigir a su emperador, pero que, en elmomento de morir Jesús, él dirige al crucificado: «Verdaderamente, éste era Hijo de Dios» (Mc 15,39).Para los cristianos, Jesús no es un «dios griego». Proclamarlo «Hijo de Dios» no es una apoteosis comola que se cultiva en tomo a la figura del emperador. Es intuir y confesar el misterio de Dios encamadoen este hombre entregado a la muerte sólo por amor. Jesús es verdadero hombre; en él ha aparecido

232 1 Corintios 16,22; Apocalipsis 22,20; Didajé 10,6. Jesús había enseñado a sus discípulos a clamar: «Venga a nosotrostu reino». Convencidos de que ha llegado a la plenitud de ese reino, ahora sus seguidores le claman a él: «Ven, Señor,Jesús».

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lo que es realmente ser humano: solidario, compasivo, liberador, servidor de los últimos, buscador delreino de Dios y su justicia… Es verdadero Dios; en él se hace presente el verdadero Dios, el Dios delas víctimas y los crucificados, el Dios Amor, el Dios que sólo busca la vida y la dicha plena para todossus hijos e hijas, empezando siempre por los crucificados.