cristo mediador y plenitud de la revelacion

Upload: 77cavalcanti

Post on 09-Mar-2016

13 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Jesucristo es el Mediador y la Plenitud de la Revelación

TRANSCRIPT

  • Pgina 1 de 3

    INTRODUCCIN AL CRISTIANISMO I Alexandre Jos Rocha de Hollanda Cavalcanti

    Tema 06: Cristo, Plenitud de la Revelacin

    El Nuevo Testamento testimonia el valor normativo del Antiguo, utilizando expresiones como: dice la Escritura, dice Moiss..., dice Dios. Esto evidencia la actitud cristiana, que lee la Escritura como profeca y testimonio referido a Cristo, en quien los textos veterotestamentarios encuentran su plenitud y realizacin. Es lo que se ve claramente en citas como Mt 1,22; 2,15.18.23: Para que se cumpliera lo que dice el Seor por el profeta1.

    El cumplimiento y plenitud del Antiguo Testamento se da en Cristo, en quien se realizaron las profecas (Lc 18, 31; 24, 44)2. Por eso hay una dimensin cristolgica central en toda la Escritura.

    San Pedro en su primera Carta, toma las palabras de Isaas y las confronta con el misterio de la comunicacin que Dios hace de S mismo a los hombres, mediante el don de su palabra:

    La palabra del Seor permanece para siempre. Y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos (1 P 1,25: cf. Is 40,8).

    San Juan puntualiza que a travs de Cristo, Dios ha pronunciado su palabra de un modo humano, hacindose carne en su Logos, su Palabra. Por eso el propio Cristo hace esta afirmacin: Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo (Jn 17, 3). Por ende, conocer la Persona de Jesucristo es esencial para el conocimiento completo de Dios y del contenido de su Revelacin.

    La progresividad de la Revelacin presenta momentos en que Dios se fue autocomunicando de forma fragmentada y modos diversos: teofanas a los patriarcas, orculos de los profetas, etc. Pero afirma la Carta a los Hebreos: En estos das, que son los ltimos, [Dios] nos habl por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo (Hb 1, 2).

    Cristo es as la Palabra nica, insuperable y perfecta del Padre. En l el Padre ha dicho todo. Por eso no hay que esperar otra palabra de Dios que supere a la Encarnacin, muerte redentora y gloriosa Resurreccin de su Hijo.

    En su libro Introduccin al Cristianismo (p. 164), Joseph Ratzinger afirma: El pensamiento fundamental del Evangelio de San Juan es que Jesucristo es la Palabra. Ahora bien, una persona que no solamente tiene palabras, mas que es su propia palabra y su obra es el propio Logos (Palabra, Sentido, Razn); que existe desde siempre y para siempre; es el fundamento sobre el cual reposa el universo.

    En Cristo Dios establece la Alianza nueva y definitiva que nunca pasar. Por eso no hay que esperar otra revelacin pblica antes de la gloriosa manifestacin de nuestro Seor Jess Cristo, que se dar en la Parusa (DV n. 4). 1 Cf. ARTOLA ARBIZA, Antonio Mara; SNCHEZ CARO, Jos Manuel. Introduccin al estudio de la Biblia: 2. Biblia y Palabra de Dios. Estella: Verbo Divino, 1989, p. 43-44 2 Ibid., p. 218.

  • Pgina 2 de 3

    En este sentido Cristo es:

    1. Mediador de la Revelacin:

    La Sagrada Escritura da el ttulo de mediadores a los Patriarcas, a Moiss (cf. Dt 5, 5) y a otros enviados por Dios para instituir la alianza entre l y su pueblo, o para mantenerla viva cuando sta se haba roto.

    El Nuevo Testamento aplica el ttulo de Mediador a Cristo enviado por el Padre para reconciliar el mundo consigo y establecer una Alianza entre Dios y la humanidad que estaba separada de la intimidad divina por el pecado.

    San Pablo ensea: Uno solo es Dios, uno solo es tambin el mediador entre Dios y los hombres: Jess Cristo hombre, que se entreg a S mismo para redencin de todos (1Tim 2, 5-6; cf. Gal 3, 19-20). En l podemos invocar a Dios con el nombre de Abb, Padre; en l se nos dona la salvacin.

    Por la mediacin nica de Cristo, la Revelacin definitiva lleg a los hombres, puesto que, siendo Dios, l conoce en plenitud todo lo que debe ser comunicado y, siendo hombre, puede hablar en lenguaje humano todo lo que conoce del Padre.

    2. Plenitud de la Revelacin:

    La profesin de fe cristiana podra reducirse explica Ratzinger 3 al entrelazamiento de dos palabras: Jess y Cristo. Jess es visto a partir de la Cruz: l es el Cristo. No hace falta aadir nada. El Yo crucificado del Seor representa una realidad de tal plenitud, que de todo lo dems se puede prescindir.

    Jesucristo, por ser Dios, es superior a todos los profetas porque tiene la ciencia total de Dios que ningn profeta puede tener. Por eso l no slo revela el misterio de Dios Uno y Trino, como tambin todo el contenido de nuestra fe. Siendo Dios y hombre, l es la plenitud de la Revelacin, es la luz del mundo (cf. Jn 8, 12; 12, 46), es la propia verdad (cf. Jn 14, 6).

    En consecuencia de este carcter pleno y definitivo de la Revelacin completada por Cristo, la fe cristiana no puede aceptar revelaciones que pretenden superar o corregir la Revelacin de la que Cristo es la plenitud (Dei Verbum, n. 2).

    La distincin en Cristo entre mediador y plenitud nos permite considerar la distincin entre forma y contenido de la revelacin.

    Forma: En cuanto mediador Cristo establece la continuidad entre Dios y el hombre y hace que la Revelacin siendo divina tenga las caractersticas propias para ser entendida por el hombre: es la forma de la revelacin.

    Contenido: Cristo, como plenitud de la Revelacin, expresa el contenido de la misma, que escapa a toda pretensin humana de alcanzarla por su propio esfuerzo.

    3 Cf. RATZINGER, Joseph. Introduo ao Cristianismo. So Paulo: Herder, 1970, p. 164.

  • Pgina 3 de 3

    En la clase anterior conocimos las etapas de un largo camino en el que Dios se da a conocer, se revela y entra en la historia con palabras y acciones. En Jesucristo se realiza la autorevelacin de Dios en toda su plenitud. En el momento oportuno se revelar luego el Espritu que procede del Padre (cf. Jn 15, 26), y que el Padre enviar en el nombre del Hijo (cf. Jn 14, 26)4.

    En la audiencia General de 16 de enero de 2013, el Papa Benedicto XVI afirm: Con la Encarnacin la Revelacin alcanza su cumbre, su plenitud. La Palabra eterna habita entre los hombres y revela la intimidad de Dios, realizando la obra de la salvacin.

    Con su presencia, manifestacin, palabras, obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurreccin, con el envo del Espritu de verdad, Cristo lleva a plenitud toda la revelacin y la confirma con testimonio divino; para hacernos resucitar a una vida eterna (DV, 4).

    San Juan, en el Prlogo de su Evangelio, escribe: A Dios nadie lo ha visto jams: Dios unignito, que est en el seno del Padre, es quien lo ha revelado (Jn 1, 18). Jess mismo afirm a Felipe: Quien me ha visto a m ha visto al Padre (Jn 14, 9). En esta expresin se encierra sintticamente la novedad del Nuevo Testamento: Dios manifest su rostro, es visible en Jesucristo.

    En l el contenido de la Revelacin y el Revelador coinciden, alcanzando su cumplimiento y plenitud. En la tradicin patrstica y medieval se dice que Jess es el Verbum abbreviatum (cf. Rm 9, 28, referido a Is 10, 23), la Palabra breve y sustancial del Padre, que nos ha dicho todo de l5.

    Para concluir el tema, el Catecismo cita las enseanzas de San Juan de la Cruz: En darnos a su Hijo, que es Palabra suya, todo nos los habl de una vez en esta sola Palabra. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna otra revelacin, hara una necedad y un agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo. (Cf. Carm. 2, 22. Apud. CEC 65)

    La Declaracin Dominus Iesus sobre la unicidad y universalidad salvfica de Jesucristo afirma que para poner remedio a la mentalidad relativista actual, es necesario reiterar el carcter definitivo y completo de la revelacin de Jesucristo. Es, por lo tanto, contraria a la fe de la Iglesia la tesis del carcter limitado, incompleto e imperfecto de la Revelacin de Jesucristo, que sera complementaria a la existente en las otras religiones6.

    4 JUAN PABLO II, Audiencia General del 01 de junio de 1988. 5 El texto est resumido, para estudio ms profundo buscar el original del mensaje. 6 Cf. Dominus Iesus, ns. 5-6.