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Cristóbal Corrales Zumbado(Archivo particular de Ana Pérez Corrales)

LEXICOGRAFÍA HISPÁNICA DEL SIGLO XXI: NUEVOS PROYECTOS Y PERSPECTIVAS

Homenaje al Profesor Cristóbal Corrales Zumbado

Edición coordinada porDolores Corbella, Josefa Dorta, Alejandro Fajardo Aguirre, Laura Izquierdo, Javier Medina López y Antonia Nelsi Torres

ARCO/LIBROS, S. L.

Esta edición ha contado con el Patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y del Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna.

© Arco Libros, S. L., 2012Juan Bautista de Toledo, 28, 28002 MadridISBN: 978-84-7635-855-9Depósito Legal: M-40.738-2012Printed in Spain – Impreso por Cimapress (Madrid)

ÍNDICE

Presentación...............................................................................................Prólogo por Gregorio Salvador ................................................................Bibliografía del Profesor Cristóbal Corrales Zumbado.................

Manuel Seco: Cómo me hice lexicógrafo......................................................Ignacio Ahumada: Sobre la atribución del “Diccionario de voces gaditanas”

(1857) al erudito Adolfo de Castro........................................................Milagros Aleza Izquierdo: Información sobre el empleo de extranjerismos en

un corpus oral puertorriqueño...............................................................Manuel Alvar Ezquerra: A vueltas con el Nuevo diccionario de Roque

Barcia................................................................................................Pedro Álvarez de Miranda: Sobre el origen de corbata...............................María Luisa Arnal, Rosa María Castañer, José María Enguita y Vi-

cente Lagüéns: La información diatópica en el Diccionario diferencial del español de Aragón (ddear)............................................................

Rafael D. Arnold: Panorama de lexicografía judeo-española y nuevas perspec-tivas..................................................................................................

Ignacio Bosque y Ricardo Mairal: Hacia una organización conceptual del definiens. Capas nocionales del adverbio arriba........................................

Mar Campos Souto y José Antonio Pascual: Lexicografía, filología e infor-mática: una alianza imprescindible. A propósito de la situación del ndhe...

Concepción Company Company: Diccionarios contrastivos e identidad cul-tural. El Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua..............................................................................................

Dolores Corbella: Lexicografía histórica de ámbito regional. Proyectos y re-sultados.............................................................................................

Federico Corriente: Arabismos lusismos del español de Canarias...............Pilar Díez de Revenga Torres y Miguel Ángel Puche Lorenzo:

Aproximación diacrónica al léxico y la lexicografía de especialidad en zonas bilingües............................................................................................

Alejandro Fajardo Aguirre: El léxico del español de América en la lexicografía bilingüe español-inglés..........................................................................

Juan Antonio Frago: Filología y lexicografía. Notas americanas...................Mariano Franco Figueroa: Provincialismos y purismo en el Diccionario

provincial casi razonado de vozes y frases cubanas de Pichardo...........Mª Lourdes García-Macho: El léxico dialectal y vulgar frente al culto en la

obra poética de Diego de Torres Villarroel.................................................

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X ÍNDICE

Pilar García Mouton: Editar el Atlas Lingüístico de la Península Ibérica en el siglo xxi......................................................................................

Rafael García Pérez: Organizando el léxico para la confección de un dicciona-rio histórico: reversos morfológicos en los verbos de acción...........................

Cecilio Garriga: Cómo nombrar los gases en el siglo xviii: a propósito de Los ayres fixos de Viera y Clavijo (1780-1784)............................................

José J. Gómez Asencio: Clases de palabras en diccionarios académicos..........Manuel González González: El diálogo Real Academia Galega-sociedad

en la elaboración del Dicionario da Real Academia Galega....................Humberto López Morales: Los orígenes de la lexicografía hispanoamerica-

na: Esteban Pichardo...........................................................................María Jesús Mancho: El Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del

Renacimiento (dicter): un puente filológico entre las dos orillas del co-nocimiento..........................................................................................

José R. Morala: El proyecto CorLexIn........................................................Francisco Javier Pérez: Notas para una historia de los diccionarios históricos

en Venezuela.......................................................................................José-Álvaro Porto Dapena: Para una delimitación discursiva de la defini-

ción lexicográfica: los conceptos de ‘enunciado definicional’ y ‘extensión defi-nicional’.............................................................................................

Miguel Ángel Quesada Pacheco: El léxico del vestido en América Central: aproximación etnolingüística................................................................

Elena M. Rojas Mayer: Los procesos de creación y de lexicalización en el español actual a través del habla y de la prensa argentinas...................................

Aurora Salvador Rosa: En el camino de Cristóbal Corrales...........................José A. Samper Padilla y Clara Eugenia Hernández Cabrera: Pervi-

vencia del léxico dialectal y diccionarios..................................................Maximiano Trapero: Revisión lexicográfica de ciertos canarismos de origen

guanche a partir de la luz de la toponimia..............................................

Tabvla gratvlatoria.................................................................................

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Hacia una organización conceptual del definiens. capas nocionales del adverbio arriba

Ignacio BosqueUniversidad Complutense

Ricardo MairalUniversidad nacional de educación a distancia

1. Introducción

los límites de la organización alfabética del léxico han sido señala-dos una y otra vez en las aproximaciones modernas a la lexicografía. la mayor parte de estas críticas son razonables, sobre todo porque da a ve-ces la impresión de que los diccionarios comunes están ideados pensan-do en que el hablante concibe cada palabra como un mundo cerrado. no se espera, pues, que piense en sus relaciones −sean paradigmáticas o sintagmáticas− con otras voces presentes en el texto o accesibles en su conciencia lingüística.

aunque el orden alfabético constituye la manera más rápida y natu-ral de localizar cada grano de arena en la vastísima playa del léxico, los hablantes −al igual que los lingüistas− manejan un amplísimo número de informaciones relativas a los vínculos semánticos, sintácticos y mor-fológicos que se establecen entre las palabras. es, pues, enteramente razonable la pretensión de que los diccionarios (al menos, algunos de ellos) recojan el mayor número posible de esas relaciones. aun así, en-tre los que establecen conexiones entre palabras, los diccionarios de sinónimos y antónimos son los únicos que cuentan con cierta tradición entre nosotros. no disponemos todavía para el español de obras pareci-das al lla o el gdali, si bien es cierto que el reciente di de rafael del Mo-ral actualiza y completa notablemente las relaciones conceptuales que establecía F. corripio en su clásico dia. en lo relativo a la combinatoria, redes y práctico son, por el momento, las únicas muestras de esas rela-ciones en español, tan necesarias como ausentes de nuestra tradición lexicográfica.

el profesor r. simone, director del gdali, explicaba recientemente en un congreso de lexicografía (simone, 2012) que son muchas las re-laciones comunes entre palabras que los diccionarios no recogen. por utilizar un ejemplo suyo, cualquier hispanohablante vería natural que

Lexicografía hispánica del siglo xxi: nuevos proyectos y perspectivas. Homenaje al profesor Cristóbal Corrales Zumbado, pp. 125-150

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en la entrada risa del diccionario se le explicara el significado de la expresión ataque de risa. paradójicamente, no es así: muy pocos diccio-narios del español recogen esa expresión en la entrada ataque, y casi ninguno lo hace en la entrada risa, lo que no deja de resultar sorpren-dente1.� como nadie sostendría que el análisis de esa expresión debería relegarse a las gramáticas, no queda claro en qué diccionario de uso general se supone que habría de describirse. el mismo profesor simone ha explicado que sería deseable −y reflejaría, por otra parte, las expec-tativas del hablante común− que en la entrada agua de un diccionario se enviara al que lo consulta a los adjetivos hídrico, acuático o acuoso y se le explicara la diferencia que existe entre ellos. también se le podría enviar −esto lo añadimos nosotros− a los verbos fluir, calar o mojar, o a los sustantivos lluvia, tormenta o aguacero, además de a gota, hilo (un hilo de agua) o reguero, entre otros.

la razón de que estas remisiones suelan estar ausentes de los diccio-narios es, simplemente, que el significado de las voces mencionadas no forma parte del de la voz definida. así, desde el adjetivo rural se envía sistemáticamente al sustantivo campo en nuestros diccionarios, ya que el significado de este sustantivo forma parte de la definición de rural, pero desde el sustantivo campo no se envía al usuario al adjetivo rural, ya que para definir el primero no es indispensable la información que aporta el segundo. el hecho evidente de que un hablante del español, como primera o segunda lengua, necesita establecer esa relación en ambas direcciones no parece tener ningún peso en la forma tradicional de describir el léxico.

nos parece interesante resaltar −a manera, si se quiere, de compara-ción especulativa−, que la organización de los servicios que se prestan a los ciudadanos en cualquier comunidad raramente es solo alfabética. es cierto que las farmacias ordenan sus productos alfabéticamente, pero probablemente lo hacen así porque el usuario no suele pasear en ellas entre pasillos de medicinas buscando el remedio que más le convenga. en cambio, los contenidos que se presentan a la vista en los supermerca-dos, las librerías o las tiendas de música solo se disponen al examen o la consulta en orden alfabético dentro de secciones temáticas previamente establecidas, no en su ausencia. como es lógico, ello es independiente de que el ordenador pueda localizar automáticamente cualquier pro-ducto mediante un código digital.

el orden alfabético es el código digital que nos permite encontrar cualquier palabra al instante, pero el consultor de un diccionario debe-ría poder disponer de alguna otra forma de organización, aunque solo fuera porque el último recurso organizativo no debería constituir el úni-co recurso organizativo. las posibilidades que ofrece la organización conceptual del léxico son muy numerosas (más, sin duda, que en los

1 esta relación sí se hace explícita, en cambio, en la teoría sentido-texto (tst), y −en general− en todos los diccionarios de colocaciones. véase la nota siguiente.

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supermercados o en las librerías), y su mayor ventaja es que casi todas son compatibles. una vez que aceptamos que el orden alfabético es, en cierto sentido, una servidumbre del papel, el conjunto de las opciones que se abren es amplísimo, como revelan los notables avances que se han producido en este ámbito en los últimos años2.�

el proyecto lexicológico (tal vez también lexicográfico; el tiempo lo dirá) que describimos someramente en bosque y Mairal (2012) es solo uno más entre los muchos existentes, incluso imaginables, que com-parten la necesidad de asociar conceptualmente las voces del léxico en un orden distinto del alfabético, pero no incompatible con él. en ese trabajo describíamos las características del modelo allí introducido, que llamamos proyecto de definiciones mínimas (pdm). no podremos repetir aquí todas esas características por razones de espacio, pero sí señalare-mos los rasgos más generales del proyecto:

• el definiendum suele organizarse alfabéticamente (diccionarios comunes) o bien conceptualmente (organización en campos se-mánticos, diccionarios ideológicos, temáticos, analógicos, etc.). no obstante, es posible organizar también conceptualmente el definiens, lo que permite un número mayor de conexiones semán-ticas entre palabras.

• el Modelo lexemático Funcional (mlf), ideado por Martín Mingo-rance (1990, 199�) y desarrollado en Faber y Mairal (1999), cortés rodríguez (1997), Felices lago (1991) o Jiménez Hurtado (2001) entre otros trabajos, puede hacerse transcategorial. esta ampliación permite que, en lugar de limitarse a relacionar entradas verbales, extienda las conexiones a las constituidas por las demás categorías gramaticales, sobre todo sustantivos, adjetivos y adverbios.

• la disposición en racimo de las definiciones es un recurso que re-gula su complejidad conceptual. las palabras se ordenan en capas nocionales, de forma que las más internas heredan informaciones de las más externas. Muestran así progresivamente la mayor com-plejidad de los términos definidos, siempre a partir de un lema que optamos por no definir.

• en el esquema resultante, mucho más parecido a un mapa que a una guía alfabética, el consultor no tiene junto a cada palabra las

2 los siguientes proyectos (unos en desarrollo y otros en un estadio ya muy avanzado) no son los únicos que investigan esas relaciones en la lexicografía, pero están entre los más destacados. se proporciona la página electrónica de cada uno de ellos:

Wordnet: <http://wordnet.princeton.edu/>Multiwordnet: <http://multiwordnet.fbk.eu/english/home.php>Framenet: <https://framenet.icsi.berkeley.edu/fndrupal/>spanish Framenet: <http://sfn.uab.es:8080/sFn/>diccionario de colocaciones del español: http://www.dicesp.com/paginas>teoría sentido-texto: <http://olst.ling.umontreal.ca/>visuwords: <http://www.visuwords.com/>no mencionamos en este punto las teorías existentes sobre la llamada interfaz léxico-sintaxis

porque su objetivo no es construir diccionarios, sean o no alfabéticos.

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que se agrupan alfabéticamente con ella, sino las que comparten “segmentos de definición”, es decir, componentes jerarquizados, sean categoriales o no, de diversa complejidad interna.

como señalamos en bosque y Mairal (2012), de entre los dicciona-rios existentes quizá sea el poco usado dii el que más claramente com-parte nuestro objetivo. en ese artículo usábamos el sustantivo verdad como ejemplo de las posibilidades descriptivas de nuestro sistema de organización léxica. en el presente trabajo desarrollamos algunas posi-bilidades formales del método descriptivo allí introducido, que aplica-mos al lema arriba.

2. El adverbio arriba y sus capas nocionales

presentamos a continuación una primera versión de la entrada arri-ba, elaborada de acuerdo con las pautas generales del pdm:

arriba. adv.

[1] situado arriba

[1a] superior: la planta superior, el labio superior, la cavidad superior.

[1b] susano [antiguo]: “…el ojo o nariz o el labro susano” (anónimo, Libro de alexandre, corde).

[1c] susero [antiguo]: “…con nervios que se faz dentro en el parpado susero” (anónimo, Tratado de patología, a 1�00, corde).

[2]dicho arriba

[2a] susodicho: “la susodicha María Coral abandonó la compañía de los dos forzudos en barcelona, quedándose aquélla mientras partían éstos” (e. Mendoza, La verdad sobre el caso savolta, crea).

[3]ir hacia arriba (hasta un lu-gar)

[3a] subir <subir, subir a él, subir hasta él>: el humo sube; Los precios han vuelto a subir; sube a mi despacho cuando puedas; el funicular ya no sube hasta el parque; el humo de las hogueras sube al cielo.

[�] acción de subir

[�a] subida: La subida del tren al cerro; la fuerte subida de las temperaturas.

[�b] suba [dicho de precios, costes, etc.], [en el río de la plata]: La suba de los alquileres.

[�] que sube

[�a] empinado [dicho de una vía: camino, carretera, cuesta, pendiente, calle, etc.]

[6] subir mucho

[6a] arbolarse [dicho de la mar o las olas]: “…jamás se arbola ni levanta la mar con las ondas agitadas mien-tras se enfosca el cielo” (l. lópez gutiérrez, portentos y prodigios del siglo de Oro, google books).

[7] hacer arbolarse

[7a] arbolar <arbolar la mar, las olas>: “… una próxi-ma tormenta tropical y la marea adversa arbolan la mar de tal modo, que la hacen innavegable” (anónimo, energía, demografía y crisis capitalista, google books).

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[8] subir hasta la superficie

[8a] emerger <emerger, emerger a algo, hasta algo>, [aplicado especialmente al sustantivo superficie, sea o no de un líquido; por extensión, también emerger a la luz pública, a la realidad, a la conciencia, a la vida, etc.]: “La imagen que nace de la imaginación, que emerge a la su-perficie desde las honduras del subconsciente es un enigma inquietante para la lógica” (abc Cultural, 0�/0�/199�).

[9] subir a un lu-gar de difícil acceso

[9a] encaramarse <encaramarse a él, hasta él, sobre él o en él>, [especialmente con nombres que designan cosas que suelen ser o estar altas (andamio, árbol, azo-tea, balcón, escalera, farola, hombros, mástil, tejado, torre, etc.); también con expresiones que designan puestos o niveles altos en alguna escala o jerarquía (cabeza de la clasificación, liderato, primer puesto de la tabla, etc.)]: “se encaramaba a un árbol de la calle y, desde las más altas ramas, silbaba o trinaba como sus amados pájaros natales” (p. neruda, Confieso que he vivido, corde); “…parecía que el barça se encaramaba al liderato hace una semana, ante el Zaragoza” (el Mundo, 01/02/1999).

[9b] empericarse [México y centroamérica]: “refugio corrió con su cazuela a empericarse a un palo y lo encontré tirado, sin chicharrones” (e. poniatowska, Obras reuni-das, google books).

[9c] esquilar [en zonas de Castilla y León], [infrec.]: “La porfía de los guapos mozos por esquilar cucañas arri-ba” (p. díaz, rincón nativo, fgle).

[10]subir a un lu-gar alto (con manos y pies, si es lugar físico)

[10a] trepar <trepar a él, hasta ella, treparse a él [esp. americano]>, [generalmente con los sustantivos mencionados en [9a], incluidos los nombres abs-tractos]: “…tigre que trepa a un árbol es tigre que tiene miedo” (H. Quiroga, Cuentos, google books); “Los españoles Corretja y Moya pueden trepar a lo más alto del ranking” (Clarín, 03/01/1999); “se trepó a una silla y rescató la cajita de lata” (levrero, espacios).

[11] acción de trepar

[11a] trepa: “Conocer y desarrollar diferentes formas de desplazamientos, marcha, carrera, cuadrupedia, reptación, trepa, saltos, suspensión” (M. J. bailach invernón y otros, Unidades didácticas para primaria Vi, google books); “…nació ungido para el estrellato o la trepa polí-tica” (el país, 2�/01/1999).

[12] que trepa

[12a] trepador, -ra <adj.>: Las ardillas son animales trepadores; en la administración abundan los políticos trepadores.

[12b] arribista <adj.>: [usado solo en sentido figura-do]: un cortesano arribista.

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[13]el que trepa

[13a] trepador, -ra <sust.>: “…encarnaba para ellos el prototipo del trepador social” (r. bolaño, 2666).

[13b] trepa <sust.>, [sin complemento y solo en sen-tido traslaticio], [col.]: “… aunque sea un canalla y un trepa redomado” (el Mundo, 23/07/199�).

[13c] arribista <sust.>, [sin complemento y solo en sentido traslaticio]: “el amor por un revolucionario, que resultó ser un arribista, la llevó a un nuevo desengaño” (el Mundo, 0�/03/199�).

[1�] subir y crecer una planta sujetándose a una superficie vertical

[1�a] trepar <trepar, trepar por ella, trepar hasta allí>: La hiedra había trepado hasta lo más alto del muro.

[1�b] engarabitarse [infrec.]: “…una armadura de parras agraceras, que trepan y se engarabitan por una montera de viejos y carcomidos listones” (Manuel bueno, Corazón adentro, google books).

[1�] que trepa

[1�a] trepador, -ra <adj.>: Los rosales trepadores se han de podar frecuentemente.

[16] subir hasta el final de alguna escala social prestigiosa

[16a] encumbrarse <encumbrarse, encumbrarse a algo, encumbrarse hasta algo>: “sergio se encumbró como el mejor de su oficio” (t. Freire, La tevedécada de los ‘80, crea); “rachkov se encumbró a la cima de uno de los grupos más poderosos en poco menos de una década” (M. asensi, salón).

[17] acción o pro-ceso de encum-brarse

[17a] encumbramiento: “Le gustaba la soledad, era poco amigo de los encumbramientos y los fastos” (el Mundo, 10/0�/199�).

[18] hacer encumbrarse

[18a] encumbrar <encumbrar a alguien, encumbrar-lo>: “La alta cocina española atraviesa actualmente un di-fícil momento, tras varios años de vivir una auténtica revo-lución que la ha encumbrado en lo más alto del panorama internacional” (Horeco, nov. 200�, google books).

[19] acción de encumbrar

[19a] encumbramiento <encumbramiento de al-guien, de algo>: “…basta de discursos vanos, de fórmulas ridículas, y del funestísimo encumbramiento de las nulida-des a medianías” (b. pérez galdós, nazarín, bvmc).

[20] subir(se) un ave a un árbol, especialmente si es pieza de caza

[20a] engarbarse [infrec.]: “...el cercano debatir de las alas de un jacamar engarbado en el árbol...” (g. Muñoz lorente, a la cuna del sol divino, google books).

[20b] embarrarse [dicho especialmente de las perdi-ces], [infrec.]: “Una vez que la perdiz se haya embarrado la puede coger sin problemas” (copiado de un foro de cetrería en internet)3.

3 la referencia es <http://reserva.cetreria.com/foro/viewtopic.php?f=2&t=69��2&start=1�0>(tomada el 2-7-2012).

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[21] hacer emba-rrarse [infrec.]

[21a] embarrar: “aquel que embarraba la pieza tenía la oportunidad de volver a volarla” (r. Hernández Man-cha, Con los ojos cerrados, google books).

[22] hacer subir

[22a] subir <subirlos>: el banco Central subió los tipos de interés; Los molinos pueden usarse para subir el agua.

[23] acción de subir

[23a] subida: La subida de los intereses por parte del ban-co Central.

[2�] subir un líqui-do mediante una bomba

[2�a] bombear <bombearla>: Con un motor eléctrico no resulta difícil bombear el agua.

[2�] acción de bombear

[2�a] bombeo: “…la aviación iraquí atacó ayer una estación de bombeo de petróleo en Jorramabad” (el país, 01/06(1984).

[26] subir bande-ras, velas o cargas

[26a] izar <izarlas, izar algo a un lugar>: “Los canto-nales izaron en todos los fuertes bandera negra” (b. pérez galdós, Cartago, bvmc); “Cuando tiraban de la cuerda, los izaban al bote” (i. allende, Zorro).

[27] acción de izar

[27a] izada: “[…] vienen organizando distintos actos fes-tivos, entre los que destacan la izada y la arriada de la ban-dera de san sebastián” (el diario Vasco, 18/01/2001, crea).[27b] izamiento: “ […] después de encabezar la ceremo-nia de izamiento de la bandera nacional a media asta en la azotea del antiguo palacio del ayuntamiento” (excelsior, 03/10/2000, crea).

[28] izar una vela hasta dejar tensas sus relingas

[28a] relingar <relingarla>, [infrec.]: “…fibras de ca-racuoto y de guembé hacen las veces de estopa y con ellas también relingaron las velas desgarradas” (J. cruz, doña Mencia la adelantada, google books).

[29] a medio izar

[29a] a media asta [dicho de banderas, estandartes, pabellones, etc.]: Todas las banderas ondean a media asta en señal de duelo por los fallecidos en el accidente.

[22] hacer subir

[22b] levantar <levantarla, levantarle algo a alguien>, [con nombres que designan cosas materiales (alfom-bra, baúl, espada, falda, hacha, persiana, silla, tapa, vaso), ciertas partes del cuerpo (brazos, cabeza, hombros, ma-nos, ojos, orejas, piernas) y algunos sustantivos abstrac-tos asociados con ellos (mirada, vista); figuradamen-te, con los que designan instituciones (empresa, país), así como determinadas expresiones de la voluntad (ánimo, moral, corazón)]: “Levanté el brazo y expresé mi júbilo” (La Vanguardia, 11/10/199�); “… cuando levanté el plástico que le cubría la cabeza, vi que habían metido basura en el cráneo” (el Mundo, 0�/0�/1996); “…que […] estemos en la tarea de levantar al país, todos con decisión, con grandeza y con desprendimiento. ” (l. garulli y otros, no me olvides. Memoria de la resistencia peronista 1955-1972, google books).

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[30] levantar algo ostentándolo o blandién-dolo

[30a] enarbolar <enarbolarlo>, [especialmente con sustantivos que designan cosas que es habitual mos-trar o hacer públicamente visibles (antorcha, bandera, insignia, pancarta, pañuelo), así como con los que de-signan armas o cosas que puedan usarse como tales]: “[…] locos furiosos en camisón, persiguiéndose con nava-jas y enarbolando taburetes y patas de cama” (J. cortázar, rayuela, corde).

[31] levantar el ala del sombrero o la solapa de un abrigo

[31a] requintar <requintarla>, [infrec.]: “…guapos de chambergo requintado” (r. Fernández retamar, fervor de la argentina, corde).

[32] levantar del suelo algo o a alguien

[32a] romanear <romanearlo>, [dicho de una res], [infrec.]: “al quinto toro, un bravo ejemplar, hondo y aparatosamente cornalón, que romaneaba al caballo con inusual fijeza, lo destruyó la […]” (el país, 02/06/1986, crea).

[33] levantar el auricular del teléfono

[33a] descolgar <descolgar, descolgarlo>: “Cuando me acerqué a aquel teléfono descolgado sobre la mesita mo-runa…” (J. benet, Volverás a región, corde); “al des-colgar oyó la voz del recepcionista” (bolaño, 2666).

[3�] levantar la parte exterior de una curva, una carretera, una vía férra, etc.

[3�a] peraltar <peraltarla>: “Un vehículo […] toma una curva de radio de giro 100 metros, en una carretera peraltada α=10º” (a. giménez pérez y otros, Mil pro-blemas de física, google books).

[3�] acción y efecto de peraltar

[3�a] peralte: “el peralte de la curva circular ha sido del 6%” (Tecno �1, 12/2003, crea).

[3�b] peraltado: “…el estado en el que estaba la vía y el peraltado de la curva” (el Mundo, 03/03/199�, crea).

[22] hacer subir

[22c] alzar <alzarlo>, [generalmente, con los mis-mos complementos que levantar]: “el hombre movió la pierna y alzó el pie derecho” (l. M. díez, fantasmas).

[22d] solevar <solevarlo>, [infrec.]: “...de ella se sir-vieron los enemigos de la españa para solevar los ánimos contra nosotros” (c. e. corona baratech, José nicolás de azara, google books).

[22e] solevantar <solevantarlo>, [infrec.]: “…la nebli-na había comenzado y parecía solevantar los cimientos del castillo, como si estuviera sostenida en el aire” (b. guido, La invitación, crea).

[3]ir hacia arriba (hasta un lugar)

[3b] elevarse <elevarse, elevarse a él, hasta él>: el humo se eleva al cielo; el nivel del aceite se eleva peligrosamente; el número de desaparecidos se eleva a dos-cientos.

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[36] acción de elevarse

[36a] elevación: La lenta elevación del globo.

[37] elevación excesiva de los precios

[37a] inflación: si persisten los actuales niveles de infla-ción, las consecuencias económicas pueden ser terribles.

[38] relativo o perteneciente a la inflación

[38a] inflacionario: [especialmente con los sustanti-vos proceso, impuesto, inercia, medida, problema, escalada, periodo, gasto, efecto, entre otros]

[39] que implica inflación

[39a] inflacionista: [especialmente con sustantivos que denotan ciertas situaciones adversas (riesgo, peli-gro, tensión, presión, espiral, etc.)]

[�0] tendencia a la inflación

[�0a] inflacionismo: políticas económicas de persistente inflacionismo.

[�1]someter a inflación

[�1a] inflacionar <inflacionarlos>, [infrec.]: “...la distancia entre la metrópoli y la colonia no sólo inflaciona-ba precios y deflacionaba leyes, sino, también, el rigorismo espiritual de los misioneros” (d. viñas, México y Cortés, google books).

[�2] elevarse sobre las puntas de los pies

[�2a] auparse: “La muchacha se aupó a pies juntillas y le besó en la mejilla” (ruiz zafón, el prisionero del cielo).

[�2b] engarabitarse [infrec.]: “para llegar a la sobre-guía se engarabitaba primero en un vagón o en una mam-posta” (L. Castañón, Los Huidos, google books).

[�3] elevarse, con medios propios o sin ayuda, hasta algún lugar, sea físico o figurado

[�3a] auparse <auparse, auparse a él>, [col.], [aplica-do especialmente a objetos altos (auparse a una escale-ra, a un taburete, hasta la ventana, al estribo), a animales (auparse al caballo), o a posiciones altas en una escala o jerarquía (auparse a la cúpula del partido, al trono, al primer puesto, a la vicepresidencia, a la dirección, a la alcaldía)]: “el bayern de Munich, rival del barcelona en la uefa, se aupó a la cabeza de la bundesliga tras derrotar al borussia dortmund” (el Mundo, 31/03/1996).

[��] hacer auparse

[��a] aupar <auparlo>, [aplicado especialmente a los sustantivos mencionados en [�3a]: “en la fotogra-fía, Lasa es aupado en hombros por Michael Laudrup (el Mundo, 06/02/199�); “…siete discos que lo han acaba-do de aupar al trono de los “grandes”” (La Vanguardia, 21/0�/199�).

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[��] hacer elevarse

[��a] elevar <elevarlo, elevar algo a alguien, elevarlo a un lugar>, [con sustantivos que designan personas o cosas; entre los que designan nociones inmateria-les sobresalen los que expresan magnitudes (precio, calidad, altura, prestigio), sonidos (voz, tono, nota) y pe-ticiones (oración, súplica, ruego, plegaria, clamor)]: “su justa fama le elevó al episcopado de silves” (M. Méndez bejarano, Historia); “…el párroco elevó al cielo la hostia colocada en la patena” (pérez reverte, piel); “…ello se-ría suficiente para elevar la temperatura de 73,50 litros de agua desde 0°C hasta 100°C” (M. de castro vicente, inyección y encendido, google books); “el culto a la verdad por la verdad misma es uno de los ejercicios que más eleva el espíritu” (M. de unamuno, Verdad y vida, google books).

[3] ir hacia arriba (hasta un lugar)

[3c] ascender <ascender, ascender a algo>, [generalmente con los mismos complementos que subir. los sustantivos que expresan aquello a lo que asciende algo o alguien designan comúnmente elevaciones geográficas (ce-rro, cima, cordillera, montaña, promontorio) o, en general, lugares que suelen ser, estar o considerarse altos (castillo, cielo, piso superior, podio, olimpo, sol); también ocupaciones y grados en escalas (puesto, cargo, cabo, comandante, catedrático, ministro), estadios altos en jerarquías (liderato, presidencia, trono, poder, mando), cantidades económicas (dólares, euros, millones) y cualquier unidad cuantificada sujeta a algún cómputo (camiones, despedidos, heridos, muertos)]: “en 1993, las pérdidas de iveco ascendieron a casi 600 millones de florines holandeses” (el Mundo, 01/02/199�); “el compositor falleció 50 años antes que adolf Hitler ascendiera al poder en alemania” (Clarín, 09/07/2001); “...constaba de una caldera llena de agua y dos tubos por los que ascendía el vapor” (J. M. aguilera, Locura); “…resulta imprevisible a cuánto ascendería la factura” (el país, 18/03/1999).

[�6] acción o proceso de ascender

[�6a] ascenso: su rápido ascenso en la empresa.

[�7]que asciende

[�7a] ascendente [dicho especialmente de líneas (curva, espiral, línea, onda), vías (carretera, calle, cami-no), cursos o trayectos (trayectoria, dirección, recorrido), procesos (carrera, marcha), cantidades (cuota, costo, media), movimientos (movimiento, desplazamiento, evo-lución, flujo, impulso), magnitudes (fuerza, peso, valor, precio, velocidad), así como tendencias y fenómenos sociales (tendencia, corriente, fascismo, criminalidad)].

[�8] hacer ascender

[�8a] ascender <ascenderlo, ascender algo a un lugar o a una posición>: “…por un procedimiento muy semejan-te al de ascender los barcos de categoría, al de hacer acoraza-dos de las cañoneras” (el país, 16/0�/2001); “…carros y tranvías y ruedas hidráulicas ascendiendo el agua a tierras más altas” (Joaquín costa, política hidráulica, bvmc); “Kresic logró ascender al equipo malagueño a segunda por única vez en su historia” (el país, 19/1/2001).

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[3] ir hacia arriba (hasta un lugar)

[3d] surtir [dicho especialmente de los líquidos], [culto]: “una delgada he-bra de agua surte de un largo caño de hierro” (azorín, Con Cervantes, bvmc).

[�9] ir hacia arriba por un lu-gar hasta alcanzar su parte más alta

[�9a] subir <subirlo, subir por él>: Me costaba mucho subir {las escaleras / por las escaleras}; subía todos los días {una empinada cuesta ~ por una empinada cuesta}.

[�0] subir una pen-diente hasta su parte más alta sobrepasándola

[�0a] remontar <remontarla>, [con sustantivos que designan pendientes (cuesta, rampa, repecho), su final (cota, cumbre) y, por extensión, situaciones de adver-sidad (bache, crisis, derrota, desventaja, deterioro, fraca-so, obstáculo, pérdida), o consideradas como tales en algún contexto particular (eliminatoria, gol, marcador, partido, resultado)]: “Los tres conjuntos españoles deben remontar los resultados adversos cosechados en la ida” (el Mundo, 01/11/199�).

[�1] subir el curso de algo hasta llegar a su origen

[�1a] remontar <remontarlo>, [con sustantivos que designan corrientes (arroyo, ribera, río) y ciertas vías (camino, sendero)]: “ …viene ahora de remontar los ríos menos navegados en una canoa llena de mercancías desti-nadas al trueque” (carpentier, pasos).

[�9]ir hacia arriba por un lu-gar hasta alcanzar su parte más alta

[�9b] ascender <ascenderlo, ascender por él>: “ardid subió sigilosamente hasta el último peldaño, y ascendió la angosta escalerilla de mano que llevaba a la buhardilla” (Matute, Gudú); “el fuerte ritmo con que se ascendió el alto de Ojén” (La Vanguardia, 1�/09/1996).[�9c] trepar <treparlo [español americano]>, <trepar por él>: “Trepó los pel-daños a trancos, entre gente que se abría a su paso” (M. varga llosa, La tía Julia y el escribidor, crea); “…la voluntad de quien trepa por la fachada más ardua de un pico de nombre impronunciable” (J. benet, Volverás a región, corde).[�9d] coronar <coronarlo>, [usado especialmente con nombres que desig-nan elevaciones (montaña, monte, cerro) o su parte final (cima, cumbre, pico)]: “…coroné los montes del Líbano para alcanzar por detrás de nuevo biblos y Jaffa” (M. vicent, balada de Caín, crea).

[�9e] escalar <escalarlo>: [usado especialmente con nombres que desig-nan elevaciones (cerro, montaña, monte), muros (muralla, muro, pared, tapia) o edificaciones (castillo, fortaleza); por extensión, con sustantivos que de-notan cosas altas de forma inherente o característica (balcón, bóveda, cielo, firmamento, tejado, torre, trono, ventana), así como puestos o posiciones ele-vadas en alguna jerarquía social]: “… y la seguridad se veía en aprietos para contener a los que querían escalar los muros o saltar al jardín…” (vargas llosa, pez); “… los mejores títulos para escalar las altas posiciones” (b. pérez galdós, La segunda casaca, episodios nacionales, segunda serie, bvmc).

[�2] acción de escalar

[�2a] escalada: La escalada a cualquier monte del Hima-laya está reservada a alpinistas profesionales

[�3] relativo a la escalada

[�3a] escalador, -ra <adj.>: Habilidad escaladora.

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[��] el/la que esca-la

[��a] escalador, -ra <sust.>: Muchos escaladores del everest han muerto en el intento.

[��] deporte de esca-lar montañas

[��a] alpinismo: el alpinismo suele clasificarse entre los deportes de riesgo.

[�6] relativo al alpinismo

[�6a] alpinista <adj.>: “...todos integrantes de la organi-zación alpinista checoslovaca iames bratislava” (Clarín, 21/02/1979, crea).

[�7] practicante del alpinismo

[�7a] alpinista <sust.>: “Muchos alpinistas han desapa-recido en excursiones a glaciares” (Corpus Oral, crea).

[�8] alpinismo en los montes Pirineos

[�8a] pirineísmo: “La emperatriz eugenia de Montijo puso de moda una actividad que empezaba a cobrar fuerza, el ‘pirineísmo’, con sus ascensiones al monte Larrun” (i. bazán y otros, de Túbal a aitor. Historia de Vasconia, google books).

[�9] relativo al pirineísmo

[�9a] pirineísta: “…encendiendo esa afición pirineísta que no ha hecho más que crecer y crecer sin descanso hasta nuestros días” (J. Ferreres y otros, ascensión al pico sal-vaguardia, google books).

[60] el que / la que practicael pirineísmo

[60a] pireneísta: “La estupefacción de los dos pirineístas no tuvo límites: peytier y Hossard habían trabajado y sufri-do en el balaitous en 1827 después de una trabajosa ascen-sión” (a. Faus, andar por las montañas, crea).

[�9] ir hacia arriba por un lu-gar hasta alcanzar su parte más alta

[�9f] rampar <ramparlo, rampar por él>, [culto], [infrec.]: “Las llamas rampaban, petrificadas” (J. c. somoza, La caverna de las ideas, crea); “Las palmeras rampan por encima de las calles como por jardines colgantes gigantescos” (r. buendía, Lusitania, google books); “son águilas rojas que vienen, pren-didas en la cresta jirones de nubes, rampando la tierra” (J. Martí, Obras completas, google books); “…obligaban a tantear e intuir el agujero para seguir rampan-do con la única guía del camino de frazadas” (e. Fernández Huidobro, La fuga de punta Carretas, google books).

[61] que rampa

[61a] rampante [especialmente con nombres de vías (camino, carretera); también, con el sentido de ‘ascendente, creciente’, aplicado a realidades actua-les consideradas perjudiciales]: “Los filósofos subían por un camino rampante desde la playa” (J. l. castillo-puche, sin camino, google books; “es el brillante y rampante capitalismo, que tanto amamos todos ahora, so-cialistas, democristianos y socialdemócratas” (F. umbral, arañas, crea); “…la corrupción rampante, los millones de desempleados, la adicción a los narcóticos…” (el país, 0�/08/1999).

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3. Características formales de la entrada

las características formales de esta entrada son las siguientes:

a. los apartados numerados y marcados en versalita no expresan acepciones del lema, a diferencia de lo que es habitual en los diccionarios comunes, sino que constituyen definiciones que lo contienen, o que contienen otros lemas formados a partir de él. estas definiciones se ordenan por su complejidad interna, que se expresa icónicamente mediante cajas incrustadas. en la presente versión del modelo sustituimos los tabuladores, exponente formal de esa incrustación, por casillas anidadas en una tabla.

b. como nuestro proyecto se centra en la articulación de los defi-niens, estos preceden siempre a la voz definida. en la entrada arri-ba se remite al lector a verbos como subir, encaramarse, izar o aupar, pero también a adjetivos como superior o inflacionario, o sustantivos como alpinismo. la entrada se concibe, pues, como un mapa con-ceptual que establece explícitamente conexiones entre palabras vinculadas semánticamente, sea cual sea la categoría a la que co-rrespondan. el proyecto posee, como es obvio, puntos de contacto con Wordnet, eurowordnet o visuwords (recuérdese la nota 2), así como con los diccionarios analógicos, como en gdali. A la vez, se diferencia de todos estos proyectos en que se articula en torno a las definiciones de las voces analizadas.

c. las definiciones se ajustan al esquema “definición: valor”, que re-fleja la distinción tradicional definiens-definiendum. llamamos defi-nición mínima (dm) a cada uno de estos esquemas. cada entrada léxica constituye, por tanto, una serie de dms incrustadas o anida-das en función de la información que aporta el definiens.

d. siguen al valor hasta tres clases de informaciones complementa-rias:

• Marcas sintácticas, entre corchetes angulares: <.....>. aportan los contextos sintácticos en los que se usa la voz definida.

• restricciones, entre corchetes simples: [....]. las restricciones pueden ser geográficas (México y Centroamérica), sociolingüísticas (culto, coloquial, litera-rio), cronológicas (antiguo, medieval), de frecuencia (infrecuente), o bien relati-vas al llamado contorno de las definiciones. las restricciones de contorno son más detalladas en el pdm que en la mayor parte de los diccionarios. aun así, no son tan específicas como en redes, ya que el proyecto pdm no se centra en la acotación de los contornos, sino, como se ha explicado, en el estableci-miento de los vínculos léxicos que permite la jerarquización de los definiens.

• ejemplos. se describen en esta misma sección.

e. las definiciones aparecen precedidas de un número. tal como se ha explicado, la disposición en racimo de la entrada aporta infor-mación icónica. por esta razón, nos ha parecido innecesario que la numeración corrida duplicara tales contenidos. así pues, el con-

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cepto que sube aparece con el número [�], pero depende de [3a] (subir). se ha señalado en múltiples ocasiones que la numeración jerárquica de los sistemas de subclasificación da lugar a registros identificados mediante códigos escasamente ágiles para la lectura o la consulta (ejemplo: 3.1.1.1.3.2.1). aunque cabría pensar que estos códigos reflejarían más ajustadamente los contenidos anali-zados en este proyecto, entendemos que dificultarían notablemen-te el manejo de las entradas.

f. los valores aparecen identificados con letras, a las que precede el número de la definición que les corresponde. Hemos mantenido la numeración corrida para las voces que forman paradigma, es decir, para los valores que dependen de un mismo concepto y que se diferencian entre sí con marcadores diversos: encaramarse, em-pericarse y esquilar están numerados consecutivamente: [9a], [9b], [9c]. al verbo elevarse corresponde el número [3b], a pesar de que sigue inmediatamente en la tabla al número [22e], puesto que for-ma paradigma con subir [3a]. a ese mismo paradigma pertenecen ascender [3c] y surtir [3d].

g. las voces definidas van seguidas de un ejemplo. el texto suele proceder de alguna obra, sea literaria, periodística o de otro tipo, pero a veces ha sido construido expresamente por nosotros. sole-mos elegir esta segunda opción cuando se trata de usos comunes pertenecientes al español general.

h. los textos citados están casi siempre extraídos de corpus o archi-vos de acceso público, y en tales casos mencionamos en la misma entrada la fuente de la que proceden. algunas veces, sin embargo, los ejemplos provienen de textos analizados en nuestra propia in-vestigación. en este segundo caso, mencionamos al final la refe-rencia completa de las obras a las que corresponden. los textos periodísticos reproducidos pueden proceder del crea, y cuando así sucede se hace constar en la cita, o bien de los ejemplares que los periódicos hacen públicos en formato digital, sea en sus pági-nas electrónicas o en cds puestos a la venta. en este segundo caso aparecen citados sin marca que identifique la fuente.

i. la entrada que proponemos como muestra aparece, lógicamen-te, reproducida en papel. no obstante, las entradas del pdm no están concebidas para ser consultadas de este modo. de hecho, el sistema de números y letras que hemos ideado y explicado sería innecesario si la consulta fuera electrónica. el usuario que tecleara una voz determinada obtendría inmediatamente el paradigma o los paradigmas a los que corresponde, y podría acercarse o ale-jarse del resultado obtenido tanto física como nocionalmente. en efecto, la aproximación o el alejamiento son físicos como lo son en los mapas, más aún si estos son electrónicos y adaptan su escala a las necesidades del usuario; pero la distancia o la proximidad son

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también nocionales, en cuanto que el consultor que elige más es-pacio alrededor de la palabra buscada amplía a la vez sus conexio-nes con otras con las que está vinculada.

j. en bosque y Mairal (2012) añadimos un recurso formal que per-mite introducir las colocaciones en la entrada léxica. este recurso no se ha incluido aquí por razones de espacio. aun así, cabe se-ñalar que la información que aportan las colocaciones se solapa parcialmente con la que expresan los contornos (aquí, entre cor-chetes).

�. Aspectos lexicológicos y lexicográficos

�.1. acepciones no contiguas

las entradas del pdm se diferencian fundamentalmente de las de un diccionario tradicional en que no agrupan las acepciones de las palabras. de hecho, es posible que el conjunto de acepciones de una palabra en particular solo pueda ser recuperado (electrónicamente, se entiende) a través de la búsqueda automatizada en entradas diferentes. así pues, nuestro modelo no se basa en la presentación alfabética de las voces definidas (el definiendum), pero es compatible con esta opción, en cuanto que está concebido como base de datos, por oposición a un texto corrido.

como se ve en la muestra que presentamos, el sustantivo subida apa-rece repetido en [�a] y en [23a]. en el primer caso denota la ‘acción de subir’ (donde subir es verbo intransitivo), mientras que en el segundo constituye la nominalización correspondiente al verbo transitivo subir. son diferentes, en consecuencia, tanto sus propiedades sintácticas como su significado, por lo que aparecen en lugares distintos en la misma en-trada. pero nótese que el verbo subir aparece a su vez en tres lugares: [3a], [22a] y [�9a]. a los dos primeros, cuya necesidad se ha justifica-do, se añade un tercero por razones sintácticas y semánticas. subir-[22a] es un verbo transitivo, como lo es subir-[�9a], pero no es causativo, a diferencia de aquel, ya que el complemento directo representa en su-bir-[�9a] el trayecto a lo largo del cual se sube. consecuentemente, la definición que corresponde a este último verbo (“ir hacia arriba por un lugar hasta alcanzar su parte más alta”) es distinta de la que muestran las otras dos acepciones. el verbo trepar puede ser transitivo en algunas variantes del español americano (trepar una pared, en alternancia con trepar por una pared), y en este uso, recogido en [�9c], forma paradigma con una de las interpretaciones de subir.

en el pdm preferimos, en la medida de lo posible, no asignar acep-ciones distintas a los usos figurados de las palabras. así, encaramarse al balcón y encaramarse al liderato comparten entrada en [9a], y remontar una

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crisis y remontar una cuesta lo hacen en [�0a]. de forma parecida, en la entrada trepar-[10a] se aúnan los usos físicos y figurados de este verbo, a pesar de que estos últimos no requieren el empleo de las manos y los pies, a diferencia de los primeros. aun así, somos muy conscientes de que estas decisiones, que reflejan un problema clásico de la descripción lexicográfica, siempre pueden ser controvertidas. de hecho, en nuestra propuesta de entrada hemos asignado un valor distinto (el nº [1�a]) a trepar en la acepción aplicada a las plantas, ya que entendemos que el número de rasgos sintácticos y semánticos que este uso de trepar no comparte con los demás empleos de este verbo lo aleja de ellos. entre los rasgos semánticos figura la manera en que se produce el desplaza-miento ascendente (raro con trepar si los sustantivos no denotan perso-nas, ya que las enredaderas trepan por los muros, pero los automóviles no lo hacen por las carreteras). entre los rasgos sintácticos relevantes está el hecho de que, en el uso que ahora comentamos, trepar rechaza la preposición a para marcar el final del espacio recorrido, lo que da lugar a contrastes como Trepé al balcón del segundo piso vs. *La enredadera trepó al final de la tapia.

entendemos que la sintaxis es una buena guía para distinguir acep-ciones en las entradas del pdm, lo que no impide, desde luego, que si-gamos considerando viva la antigua polémica relativa a la conveniencia de unificar o separar los usos literales y los traslaticios de las palabras, y optar, consiguientemente, entre ser lumpers (‘aglutinadores’) y splitters (‘separadores’), en los términos tradicionales de la lexicología británica. nuestra postura sobre esta distinción es cauta, pero reconocemos estar más cerca de los primeros que de los segundos. aplicada la distinción al caso particular de nuestra entrada, no compartimos, por ejemplo, con el drae la idea de que subir signifique ‘agravarse’ en alguno de sus usos (“13. intr. dicho de una enfermedad: agravarse o difundirse. subir la fie-bre, la epidemia”) ni tampoco que sea necesaria una acepción especial de subir para “aumentar en cantidad o intensidad” (nº 1� en el drae), pero no lo sea para “aumentar en precio” o “aumentar en prestigio”, entre otras magnitudes imaginables.

�.2. sentidos ausentes, pero relacionados

Quizá el aspecto de nuestro modelo que más pueda sorprender es el hecho de que las diferentes acepciones de una palabra no aparecen jun-tas en la descripción, y es posible que ni siquiera formen parte de la mis-ma entrada léxica (arriba en este caso). de hecho, si las acepciones de las palabras fueran contiguas, entendemos que se perdería la caracterís-tica fundamental del pdm: relacionar voces a partir de una organización conceptual del definiens, no del definiendum. el lector se sorprenderá tal vez de no ver en [22b] algunos usos comunes del verbo levantar. pero

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nótese que levantar una torre es ‘construirla’, no exactamente ‘hacerla subir’. de hecho, muchos usos comunes de levantar (levantar un impe-rio; levantar el entusiasmo, esperanzas, aplausos, pasiones, etc.) no parecen admitir definiciones centradas en el adverbio arriba, ya que aluden al surgimiento o la extensión de algo (cf., en el mismo sentido, levantarse viento, donde levantarse tampoco equivale a subir). ello no impide, desde luego, que estos usos mantengan parcialmente la conexión original con levantar en levantar la mano o levantar un libro. en sentido contrario, en levantar un castigo se alude a su anulación o su cancelación. no se espera, pues, que su definición aparezca en una de las capas que circundan el adverbio arriba. a la vez, podría afirmarse que la metáfora física sigue existiendo, en cuanto que las sanciones parecen interpretarse como lo-sas que oprimen al que las soporta.

se distinguen aquí dos aspectos diferentes del análisis léxico que en el pdm deseamos mantener separados. el primero, que probablemente destacarían los cognitivistas, es el hecho de que los usos traslaticios de las palabras no rompen la profunda unidad conceptual que se establece entre sus acepciones ni la percepción que de ellas tienen los hablantes. el segundo, que probablemente destacarían los lexicógrafos, es el he-cho de que las definiciones que demos de estos valores pueden no ser igualmente compatibles con sus usos literales y sus empleos traslaticios. la opción que tomamos en el pdm, como se hace patente en el caso de levantar, es considerar si los usos figurados sirven o no de base para nuevas acuñaciones léxicas. si las nuevas unidades léxicas o sintácticas exigen nuevas definiciones (en el sentido de que no les basta la sim-ple extensión de las existentes al uso figurado), optamos por hacerlas depender de nudos distintos (e incluso de lemas distintos) en nuestro proyecto. no es, pues, casual, que los usos del verbo levantar reflejados en [22b] recubran tan solo una pequeña parte de los que este verbo admite.

resulta natural preguntarse, por otra parte, cómo proceder ante las distinciones léxicas que se aplican a paradigmas extensos, en lugar de a una sola voz. tomemos el caso de los verbos de movimiento usados como verbos de estado, uso descrito tempranamente en la lingüística hispánica por amado alonso (alonso 19�1) y −por lo que se nos alcan-za− no estudiado en profundidad en las investigaciones contemporá-neas�. ciertamente, cuando decimos de una persona y de una carretera

� aunque mencionado ocasionalmente en ellas. Muchos estudios actuales sobre los verbos de movimiento en español −y en general en las lenguas romances− se centran en la conocida dis-tinción de l. talmy entre los verbos que lexicalizan el trayecto, como hace el español, y los que rechazan esta opción, pero admiten complementos de dirección con verbos que denotan ‘manera de moverse’, como es el caso del inglés. como se sabe, el español exige gerundios que expre-san ‘manera de moverse’ para traducir oraciones inglesas como John danced out of the the kitchen ‘Juan salió de la cocina bailando’ o The bottle floated into the cave (‘la botella entró en la cueva flotando’). esta distinción no afecta directamente a nuestra entrada, pero sí le afecta el problema, mucho menos estudiado, de que un mismo verbo de movimiento admita complementos directos que designan el final del trayecto (escalar la cima) o el trayecto mismo (escalar la montaña), así

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que “suben a la aldea” no describimos la misma situación. sabemos que los senderos, los caminos, las cuestas o las carreteras suben, bajan, giran o llegan a los lugares sin moverse, al igual que las cañerías van al sumi-dero, las curvas de los gráficos caen o los álamos se levantan majestuosa-mente sin realizar tampoco movimiento alguno.

no hemos reflejado en nuestra entrada el uso estativo de los verbos de movimiento, ya que subir hereda esa propiedad de ir. sin embargo, cabe preguntarse cómo se distinguiría el uso de coronar que figura en [�9d] y que ilustramos con un texto de Manuel vicent, del que corres-ponde a este mismo verbo en ejemplos como Una cúpula bizantina coro-naba la torre de la iglesia. como se comprueba, en esta oración no pue-de hablarse de movimiento ascendente alguno. a pesar de la relación estrecha que existe entre el uso estativo de coronar y el uso dinámico, entendemos que la acepción estativa no corresponde a la definición de [�9]. en efecto, coronar-[�9d] no es compatible con ninguno de los usos de ir, ya que no expresa movimiento direccional (recuérdese que coronar se subordina a ir hacia arriba en nuestra entrada). el valor estativo del verbo coronar pertenecería, en consecuencia, a otra entrada léxica, tal vez la correspondiente al adverbio encima o al adjetivo alto (con el que se formaría la expresión en la parte más alta). es posible que, al excluir el uso estativo de coronar de nuestra entrada, perdamos una generalización en términos cognitivos, pero entendemos que ganamos, en cambio, en precisión lexicográfica.

aunque sucintos, estos ejemplos son suficientes para mostrar que ningún proyecto lexicológico o lexicográfico está libre de la controver-sia tradicional en torno a la delimitación de acepciones y la separación entre usos básicos y traslaticios en las descripciones de las palabras. aun-que el pdm se centre en la organización del definiens, el problema le afecta igualmente, ya que a cada paso se hace necesario tomar decisio-nes relativas a la inclusión o exclusión de valores posibles en una dM. como hemos explicado, los valores excluidos pueden aparecer en otro punto de la misma entrada o bien en una entrada diferente.

�.3. ¿es arriba un primitivo semántico?

los lemas de las entradas no se definen en el pdm, lo que suscita la pregunta natural de si son o no primitivos semánticos. es oportuno hacer notar que el término up figura entre los elementos primitivos del na-

como que alternen en él, con las restricciones que señalamos en el § �.�, los argumentos (subir la escalera) y −en apariencia− los adjuntos (subir por la escalera) para expresar la noción misma de ‘trayecto’. entre los muchos estudios recientes que abordan los verbos de movimiento en español destacamos, en orden cronológico, cifuentes Honrubia (1999), Mora gutiérrez (2001), Morimoto (2001), Martínez-Fuentes (2007), Mateu & rigau (2008), torres cacoullos & schwenter (2008), cifuentes-Férez (2009), cano cambronero (2009), cuartero (2009), ibarretxe-antuñano (2010), parís (2010), real puigdollers (2010), demonte (2011) y garcía-Miguel (en prensa).

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tural semantic Metalanguage, proyecto que comenzó anna Wierzbicka a principios de los años setenta y que ha producido ya un gran número de resultados�. en cualquier caso, queremos señalar que la cuestión de si un elemento es primitivo o no lo es constituye un problema empírico en nuestro planteamiento, por lo que no se determina a priori. es oportuno hacer notar que el adverbio arriba se define en el drae por remisión al adjetivo alto, que a su vez se define por remisión a elevado y levantado. el verbo elevar se define en la misma obra por remisión a levantar, que a su vez se define como “mover hacia arriba”. una vez completado el círculo, se retorna, pues, a arriba, su punto de partida.

nuestra estrategia no consiste en intentar romper el círculo median-te cadenas de definiciones que lo eviten −frente a lo que quizá trataría de hacer un filósofo del lenguaje o un epistemólogo−, sino en aceptar los primitivos aparentes como propuestas de trabajo, y modificarlos más adelante si los resultados empíricos ponen de manifiesto que se subor-dinan a otros. es probable que grande sea también un primitivo en el pdm, de forma que se asignarían a esa entrada voces como mayor, crecer o desarrollo, y que también lo sean encima o sobre, que darían lugar a exceso, superar o demasiado. lo serían asimismo como, que daría origen a parecer o a similar; fuera, que sería la base de exterior, exportar o excluir, entre otras muchas voces (prefijadas o no); o abajo, del que dependerían caer o de-rrumbarse, también entre otros muchos términos. desde nuestro punto de vista, el situar el debate sobre los primitivos en el terreno estricta-mente empírico, en lugar de hacerlo en el teórico o en el metodológico, hace que las preguntas que surgen de forma natural en este punto no exijan una respuesta precisa antes de realizar los análisis respectivos, sino más bien después de llevarlos a cabo.

�.�. acepciones frente a definiciones múltiples

si una voz es definida de varias maneras en un diccionario es porque posee varias entradas (si da lugar a una situación de homonimia), o bien porque presenta varias acepciones en una misma entrada. el obje-tivo fundamental de nuestro proyecto es conectar palabras de manera articulada, de modo que no constituye un problema el hecho de que el usuario encuentre una misma voz como valor de definiciones idénticas en entradas diferentes. encontrará, por ejemplo alpinismo en el nº [��a] de la entrada arriba, lo que le permitirá relacionar la actividad que este sustantivo denota con otras muchas relacionadas con la acción de ascen-der. pero el consultor encontrará también la voz alpinismo en la entrada deporte, lo que le permitirá situarla entre otras actividades deportivas y establecer tal vez otra clase de conexiones.

� puede obtenerse amplia información de sus logros más recientes en la siguiente página: <http://listserv.linguistlist.org/cgi-bin/wa?a0=nsM-l>

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no vemos ninguna contradicción en que existan varias dms para un mismo valor, sin que constituyan necesariamente acepciones suyas. existe otra razón para proceder así en el pdm, además de la simple ventaja objetiva que implica el multiplicar las conexiones léxicas que el hablante puede establecer. en efecto, la idea de que una aproximación productiva a los hechos de lenguaje consiste en crear o armar perspec-tivas sobre ellos que permitan categorizarlos es una aportación de la lingüística cognitiva que nos parece particularmente interesante para el estudio del léxico6. consideremos un ejemplo. en bosque (200�) se explica que es posible analizar el verbo leer como verbo de consumición cuando se combina con las expresiones adverbiales ávidamente, compul-sivamente, con fruición, febrilmente o vorazmente. ello es compatible con el hecho de que sea también un verbo de lengua, cuando admite en voz alta, de carrerilla o atropelladamente, además de un verbo de percepción, cuando aparece con de refilón, entre líneas o por encima.

el hecho de que los diccionarios del español no definan leer como verbo de consumición (y sí, en cambio, como verbo de lengua y como verbo de percepción) admite al menos dos interpretaciones: una es su-poner simplemente que omiten esta acepción porque es menos común que otras, o tal vez por tradición. la otra interpretación consistiría en suponer que ese “nuevo sentido” no constituye realmente una nueva acepción del lema, sino más bien el resultado de una nueva perspectiva que el hablante puede tomar para caracterizar una determinada acción cuyo significado conoce bien. no es fácil decidir entre estas opciones, sobre todo porque la última interpretación ha de hacerse compatible con la presencia de determinados adverbios de manera. la elección tiene, por tanto, consecuencias en la sintaxis.

aunque el formato del pdm no resuelve enteramente la disyuntiva, sí favorece las conexiones léxicas múltiples que se requieren, de forma que nada impediría que leer fuera el valor de una dm establecida tal vez a partir de consumir o de otra noción similar que le permitiera formar paradigma con comer, beber o devorar. no entendemos, en suma, que la existencia de “múltiples fuentes” para los valores de las dms suponga un problema de redundancia. lo interpretamos, por el contrario, como muestra de que el acceso múltiple a las informaciones léxicas revela más adecuadamente la forma en que los hablantes las interiorizan.

una cuestión distinta es la de determinar si el nudo del que depen-de jerárquicamente un determinado valor en una dm es el correcto, o si, por el contrario, ha de sustituirse por otro o ha de depender de varios. coincidimos, por ejemplo, con el drae en subordinar el verbo bombear [2�a] al verbo subir, como en bombear petróleo o bombear agua. pero nótese que una máquina podría bombear sangre sin elevarla, lo que lleva a suponer que la acción que resulta esencial no es tanto la de

6 se resalta, de hecho, repetidamente en el amplio panorama que se ofrece en ibarretxe-antuñano y valenzuela (2012).

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subir o elevar como la de impeler. como es sabido, la cuestión de si las definiciones reflejan usos comunes de las palabras o bien conceptos ne-cesarios en su naturaleza es clásica en la lexicografía, y el pdm no puede escaparse a ella. en nuestro trabajo estamos anotando cuidadosamente estos posibles “problemas de dependencia jerárquica”, pero las decisio-nes últimas solo podrán ser tomadas a la vista de un conjunto mucho mayor de informaciones.

�.�. precisiones sobre los verbos de movimiento ascendente

si se examina la entrada se comprobará que las definiciones de los verbos de movimiento ascendente que proporcionamos proceden de dos nudos fundamentales: [3] (“ir hacia arriba (hasta un lugar)”) y [�9] (“ir hacia arriba por un lugar hasta alcanzar su parte más alta”). como es de esperar, existe una estrecha relación entre las definiciones de estos verbos y las estructuras sintácticas que les corres-ponden. no nos es posible estudiar aquí con detalle ese vínculo, por lo que señalaremos tan solo que la distribución de los usos obedece a tres parámetros: el elemento que asciende (a), el espacio que recorre (b) y el límite del ascenso (c). las opciones son estas (la primera letra designa el sujeto):

a-b: subí la cuesta, Coronamos la montaña, no conseguía remontar los más suaves repechos.

a-c: subí a la ermita, Coronamos la cima, remontaban la cresta.b-c: La carretera sube a la ermita, Un sendero serpenteante asciende a la

cumbre.

en la tercera opción, los verbos de movimiento se reinterpretan como verbos de estado, tal como se ha explicado. la combinación de estas variables está sujeta a varias restricciones. se mencionan a conti-nuación únicamente las fundamentales:

• como se ha indicado, a corresponde al sujeto en los tres casos. b puede expresarse mediante un objeto directo (subir la escalera) o un sintagma preposicional (sp) que denote trayecto o vía (subir por la escalera).

• ninguno de los elementos mencionados puede expresarse dos o más veces, al igual que sucede en otras muchas infracciones del llamado “criterio temático”: *La carretera sube la cuesta.

• como es lógico, los verbos intransitivos sin variante causativa (emer-ger, encaramarse, entre otros) no admiten objeto directo. suelen preferir el esquema a-c (se encaramó al tejado) a los esquemas a-b o a-b-c (?se encaramó por la ventana; ?se encaramó al tejado por la tapia).

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• con la preposición a en el sp que representa c, se rechaza siempre b como objeto directo en la pauta a-b-c: *subimos [el camino] [a la ermita]. esta restricción podría tener una base aspectual, ya que el objeto directo mide y cierra el evento, en el sentido de tenny (199�), lo que impide un nuevo complemento télico (a la ermita). aun así, la preposición hasta no es incompatible con esta pauta: subimos el camino hasta la ermita. se descarta, como es obvio, la in-terpretación en la que el sintagma preposicional con a, que refleja c, complementa al nombre en lugar de al verbo: subimos [el camino a la ermita].

• la pauta a-b-c es posible si tanto b como c son sps: ascendimos a la ermita por el camino más corto. recuérdese que en las interpreta-ciones causativas, el objeto directo no reproduce b, ya que denota aquello que se hace subir (bombear el petróleo a la superficie).

• como hemos señalado, el verbo trepar admite b en el español ame-ricano como objeto directo (trepar una montaña), y también c en esa misma función (trepar la cumbre). estos usos no son comunes en el español europeo actual.

• c puede expresarse como objeto directo con varios verbos de mo-vimiento ascendente (ascender, coronar, escalar, remontar, subir). aun así, el hecho de que c denote o no intrínsecamente el final del tra-yecto ascendente influye en esta opción de manera determinante: ascender {una cumbre / *una ermita}; {subir la cima / *la casa de la cima / *el piso de arriba}; escalar {el pico / ?el campamento del pico}.

• existen otras restricciones particulares. Coronar y remontar, que son verbos télicos, rechazan c como sp, frente a subir, ascender y otros verbos de movimiento ascendente {subir / *coronar} {a / hasta} la cumbre. por otra parte, encaramarse es raro con sujetos no persona-les, salvo usos literarios.

�.6. restricciones de contorno y frecuencia. Variables sociolingüísticas

las restricciones relativas al contorno sintáctico permiten acotar los argumentos de los predicados. como hemos visto, estas restricciones aparecen entre corchetes en nuestra propuesta, pero en ciertos casos se han incorporado a la definición misma, como en la mayor parte de los verbos subordinados a levantar (nº 22b), en particular requintar, descolgar y peraltar.

nuestra aproximación a las restricciones de contorno ha de ser ne-cesariamente provisional. aun así, pretende expresar la necesidad de limitar las posibilidades combinatorias de las palabras cuando el uso que de ellas hacen los hablantes está más acotado de lo que cabe dedu-cir de su definición. somos conscientes, por ejemplo, de que la lista de grupos semánticos que se proporcionan aquí para el adjetivo ascendente

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(nº �7a) es sumamente aproximada, y no cubre, por tanto, todas las opciones existentes. aun así, parece conveniente hacer notar que el uso de este adjetivo está más restringido que el de los verbos subir o ascender. si un hablante chino que estudiara español como segunda lengua se refiriera en una conversación a un coche que sube una cuesta como un coche ascendente, o a un gato que sube por un árbol como un gato ascen-dente, ¿a qué obra descriptiva de nuestra lengua le remitiríamos para explicarle que estos usos no resultan naturales en español, aunque sean perfectamente comprensibles? el hecho de que esta pregunta carezca de respuesta es una de las razones que nos ha llevado a incluir las res-tricciones de contorno en la plantilla de las entradas del pdm. en cual-quier caso, el que estas combinaciones representen unas veces “hechos de frecuencia” y otras veces “necesidades conceptuales” es un problema que persiste por el momento. entendemos que el ver reflejadas ambas combinaciones en las restricciones de contorno de las dms será útil para los usuarios potenciales de una obra concebida de esta manera.

en el pdm deseamos abordar el léxico común, pero no es nuestra intención dejar fuera los usos marcados por diversas variables. en la entrada arriba aparecen adjetivos de la lengua medieval (susano y suse-ro), verbos poco frecuentes fuera de México y ciertos países centroame-ricanos (empericarse) o raramente usados entre los no practicantes de cierto tipo de caza menor (engarbarse, embarrarse), junto a otros verbos de movimiento ascendente que tampoco forman parte del léxico gene-ral (engarabitarse, rampar, relingar, requintar, romanear, solevar). las marcas geográficas, sociolingüísticas o de contorno circunscriben esos usos al ámbito que les corresponde.

las voces poco usadas van seguidas de la marca [infrec.] siempre que se encuentren testimonios de su empleo. así, no aparece en la tabla el verbo engaviar (‘subir a lo alto’, según el drae) porque no lo hemos podido documentar en este uso. tampoco aparece el verbo intransitivo inflacionar, paralelo al transitivo recogido en [�1a], ya que los testimo-nios hallados de este empleo (es decir, oraciones como Los precios infla-cionan) son insuficientes.

tampoco se recogen en la entrada algunos neologismos de uso res-tringido. Junto a pirineísmo [�8a] y pirineísta [�9a], existen testimonios de aconcagüismo y aconcagüista, pero también de otras muchas formacio-nes paralelas que se crean o se podrían crear. en un foro de internet en el que se habla del alpinismo fuera de los alpes7 se recogen algunos de estos usos: “…así como Himalayismo, pirineismo, Carpatismo, para sis-temas montañosos, y popocatepetlismo, aconcagüismo, evererestismo para las cumbres”.

7 <http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080606082216aat6rtb> (consul-tado el 2-7-2012).

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