cousillas reflexiones sobre la gestion del patrimonio cultural.docx

Upload: ariel-saravia

Post on 08-Mar-2016

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Coloquio Museos a la vistaPblicos, espacios y gestinen los museosCiudad de MxicoMuseo Nacional de Antropologa24-26 de septiembre de 2003Reflexiones sobre la gestin del patrimonio cultural artesanal en un museo de la ciudad de Buenos Aires (1997- 2003)Ana Mara Cousillas[1]Museo de Arte Popular Jos Hernndez (GCBA)En principio quiero agradecer muy especialmente a los organizadores de este Coloquio, en particular a Miguel Fernndez Flix, director de la revista M, Museos de Mxico y del mundo y aMarco Barrera Bassolsdirector de AMPROM, Asociacin Mexicana de Profesionales de Museos, por haberme invitado a participar de l. En el marco de esta propuesta reflexionar sobre la gestin cultural del patrimonio cultural artesanal. Para ello asumir que el museo de Arte Popular Jos Hernndez de Buenos Aires es hoy un organismo tcnico permanente del Estado de la Ciudad, que no slo conserva, investiga y difunde un patrimonio material ya consagrado, sino que como gestor cultural, la institucin misma es histricamente uno de los agentes constitutivos y constituyentes del campo artesanal contemporneo en la Argentina. Considerar que el proceso de patrimonializacin de las artesanas como parte de la misin del museo debe ser asumido como un proceso dinmico, siempre abierto y coparticipado con diferentes sectores de la sociedad civil, en especial los artesanos y los visitantes. Mencionar algunos de los problemas detectados en la gestin durante el periodo 1997-2003 y que ataen a la comunicacin de su mensaje y su accin poltica en la ciudad de Buenos Aires.Para compartir con ustedes estas reflexiones creo necesario previamente sintetizar en unas pocas lneas, su dependencia estructural, su historia institucional y las caractersticas de sus colecciones.El Museo de Arte Popular es uno de los diez museos que dependen de la Direccin General de Museos. Esta es una de las cuatro unidades polticas y presupuestarias de la Subsecretara de Patrimonio Cultural, constitutiva a su vez de la Secretara de Cultura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.[2]En 1948 abri sus puertas al pblico con el nombre de Museo de Motivos Populares Argentinos Jos Hernndez. La visin fundacional que anim a las autoridades de la poca fue constituirlo en el museo que evidenciara en la Capital Federal del pas, tanto para los inmigrantes internos y sus descendientes, as como para los extranjeros, el aporte de los sectores populares - definidos segn los criterios de la poca - al patrimonio cultural de los argentinos.En 1949 la entonces Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires adquiri una conocida coleccin privada de carcter criollista formada desde fines del siglo XIX y que constituye hoy la mayor parte del sector de platera, cuero y textiles. En el mismo ao el museo organiza la 1 Exposicin de Arte Popular realizada en el pas. Fue esta una realizacin pionera y muy poco estudiada en el marco de una iniciativa que no se circunscriba slo al museo, para revalorizar las artesanas como patrimonio cultural, a partir de un concepto de arte popular que inclua tanto nociones del sentido comn como la categora de supervivencias culturales de cuo antropolgico. Dicha propuesta innovadora en su poca tena como fin estimular la produccin artesanal supuestamente desplazada por el desarrollo industrial enfocndola como lo que hoy denominamos industrias culturales. Esta visin se desdibuj a partir de 1955 en que el museo comienza a adoptar un mensaje tradicionalista y costumbrista que se mantuvo con variantes hasta principios de la dcada pasada. En 1980 se crea el Centro de Promocin Artesanal (CEPAR), con la misin de promover a los artesanos tradicionales que residan en el interior del pas[3]. A los fines de esta ponencia nos interesa resaltar que su funcionamiento implic hasta 1995 la separacin entre la gestin del patrimonio permanente y la correspondiente a la promocin artesanal. A partir de 1997 con el acuerdo de las autoridades polticas de la cual depende el museo, este comienza a retomar su misin y visin fundacionales e inicia un proceso de reposicionamiento hacia las artes populares en general y en las artesanas en particular[4]. Este criterio de separacin entre la gestin de coleccin permanente y la de la promocin de los artesanos fue sustituido por una voluntad de integralidad de la gestin a la cual luego haremos referencia. Cabe sealar aqu que la decisin para este cambio se apoy en parte en los resultados de estudios de pblico[5]que evidencian que en el imaginario social estn vigentes cadenas de asociaciones del tipo gaucho - tradicin - patria - campo - interior del pas- pasado - negacin del cambio y la modernizacin. Asociaciones de este tipo eran y son evocadas en distintos pblicos casi automticamente por el nombre del museo, Jos Hernndez[6], autor del poema pico El Gaucho Martn Fierro. Tambin son evocadas por su importante coleccin de platera ecuestre, no obstante ser esta una artesana de produccin urbana y mayoritariamente de Buenos Aires.La coleccin permanente est constituida hoy por producciones de mediados del siglo XIX y especialmente del XX, seleccionadas, y no siempre por el museo, desde mbitos ceremoniales, domsticos, y an promocionales y comerciales. Debido a las falencias en su recoleccin y registro originales, en los pocos casos en que se dispone de datos sobre sus autores pueden ser tanto indgenas, mestizos y criollos como inmigrantes espaoles, italianos o franceses llegados al pas hacia fines del siglo XIX o sus sucesores sustitutos a lo largo del siglo XX. Estn convencionalmente clasificados en categoras difusas, como las de platera criolla, textiles, cuero, las que pueden coincidir o no con las especialidades donde se reconocen o reconocieron los propios artesanos a travs del tiempo.Actualmente el museo distingue tres mbitos de acciones: la produccin de servicios, actividades y conocimientos sobre sus colecciones, su comunicacin a los diferentes pblicos y la promocin de los artesanos actuales. Y como adelantamos se orienta este accionar mltiple con un criterio integral y con independencia de que las artesanas hayan sido en el pasado o sean consideradas en el presente, en otros mbitos culturales y econmicos, simultnea o indistintamente, como oficio, manualidad, diseo, arte, industria cultural, etc. Se considera que el proceso de patrimonializacin de las artesanas como parte de la misin del museo debe ser asumido como un proceso dinmico, siempre abierto y coparticipado con diferentes sectores de la sociedad general y del campo artesanal. Se reconoce explcitamente que este proceso operar siempre por afirmacin o negacin de rasgos no slo sobre los objetos y sus relaciones contextuales sino tambin sobre su interpretacin plural, es decir sobre los diferentes discursos sociales competitivos que producen su significacin dentro del campo cultural al cual pertenecen. Entiende adems que como agente administrador de un capital simblico materializado en sus colecciones propiedad del Estado de la ciudad, el museo de Arte Popular agrega un plus de valor a las diversas especialidades del campo artesanal al exponer en el mismo espacio expositivo y con el mismo tratamiento museogrfico y de comunicacin, las colecciones ya consagradas como patrimonio cultural, y las producciones de los artesanos actuales, cualquiera sean sus caractersticas. En consecuencia el museo mismo tiene un valor[7]semejante al valor de marca, que se traslada a cualquier expositor y produccin cultural que se le asocie, y se comporta como un espacio integrador de producciones y productores histrica, cultural y socialmente diferentes. Se asume que no slo debe convocar e interpelar a los principales protagonistas del campo artesanal, como productores y creadores culturales sino tambin como co - productores y co - gestores en la programacin del museo.[8]Estos enunciados se concretaron en el programa denominado PPAr[9]. que alcanz su diseo actual entre el 2000 y el 2003 y que se orienta segn los lineamientos polticos del Plan Estratgico de Cultura de la ciudad, conocido como Buenos Aires Crea[10]. Tambin su operatoria se inscribe en un Programa de modernizacin y fortalecimiento institucional de la Direccin General de Museos del Gobierno de la ciudad. El programa PPAr creado por el museo, ofrece varias oportunidades de participacin a los artesanos a travs de exposiciones guionadas, exhibiciones, organizacin de charlas y eventos, entre otras opciones. Tiene un formato flexible que le permite incorporar propuestas de los participantes, como por ejemplo la futura inclusin de pasantas no rentadas para artesanos. Los criterios sustentados por la institucin para aceptar una propuesta para tomar parte del PPAr son de calidad, de gestin y polticos y se encuentran explicitados en el sitio web del museo www.museohernandez.org.ar. Las actividades que se desarrollan como parte del PPAr tienden desde hace dos aos a ser siempre solidarias conceptual y materialmente con las exposiciones del patrimonio permanente. Qu significa esto? La oferta expositiva que va variando a lo largo del ao as como la simultaneidad de varias exposiciones en los 500 metros cuadrados visitables de su sede y en los eventuales espacios fuera de sede como las exposiciones en la estacin cultural Congreso de Tucumn de la Lnea D de la Empresa de Subterrneos de Buenos Aires[11], pretenden dar cuenta de la heterogeneidad del campo artesanal y del arte popular en el pasado y en la actualidad. Pero siempre se sustenta un argumento de base reiterativo y recurrente que hace alusin al surgimiento, evolucin y estado actual del campo, como un espacio heterogneo de produccin y reproduccin de bienes culturales, surgido como consecuencia de acciones de gestin cultural en mbitos no slo nacionales, provinciales y municipales del pas sino tambin del accionar de los organismos no gubernamentales a lo largo del siglo XX.Llevar a la prctica esta orientacin implic adems abandonar una nocin sustantiva del patrimonio cultural vigente no slo en el pblico habitual sino tambin en los empleados del museo, en los funcionarios polticos y en los mismos artesanos. Y afrontar las consecuencias explorando la puesta en prctica de una concepcin del patrimonio, que lo asume como un repertorio de signos[12], el cual actualiza significados en el seno de comunidades plurales de interpretantes. Este abordaje supuso afrontar la heterogeneidad de los supuestos colectivos para los cuales y en consecuencia este repertorio puede ser valioso pero de diferentes maneras simultneas y al mismo tiempo todo lo contrario. Y tambin implica pasar a ocuparse del trabajo social de su interpretacin como un proceso inacabado y siempre abierto a la emergencia de nuevas comunidades de interpretantes. Esta nocin est implcita en la reflexin disciplinar de varios mbitos acadmicos sobre diversos aspectos del campo artesanal y del patrimonio cultural desde los aos 70[13]. Compartiendo estas reflexiones que apuntan sobre todos a poner en cuestionamiento la supuesta neutralidad de los procesos de seleccin que supone toda prctica de patrimonializacin, creemos que el problema se centra para nosotros en hacernos cargo de la transparencia de estos criterios as como de administrar y gestionar las transformaciones en la aceptabilidad social de la seleccin histricamente ya realizada.Poner lo anterior en escena y no slo enunciarlo en abstracto o suponer ingenuamente que se concreta en la accin por la mera voluntad de los agentes directivos del museo, deriv en tomar en consideracin principalmente dos variables, la disponibilidad efectiva y el perfil real del personal que trabajan en el museo as como la implementacin de un instrumento permanente de monitoreo de sus eventuales efectos entre los visitantes y los participantes. Me referir primero a la necesidad de disponer de un equipo de personal tcnico y operativo que pudiera actuar como el otro polo del PPAr, para luego describir brevemente el diseo e implementacin de un instrumento de monitoreo y registro de la memoria del museo en el campo artesanal al que denominamos BAMCA.Los lineamientos enunciados no habran salido del papel sino no hubiramos destinado tiempo y energas a conformar con el personal un equipo[14]orientado y motivado para asistir a los participantes en el diseo, montaje, guionado, comunicacin y evaluacin de sus exposiciones as como a atender las demandas del pblico en su diversidad de requerimientos cognitivos y emocionales. Un equipo, conformado por personas con diferentes hbitos culturales, formaciones y niveles de estudio, motivadas slo por lo que en la bibliografa de gerenciamiento se denomina sentido de misin[15].. Adems de capacitarse intelectualmente, estas personas tuvieron que aprender a trabajar en forma integrada y horizontal, a tomar decisiones consensuadas, a resolver controversias internas, adems de desarrollar habilidades para negociar con los participantes cada vez que el conflicto necesariamente se hace presente Por ejemplo superar controversias como las que se dan cuando un artesano- expositor para legitimar su produccin utiliza conceptos que contradicen conocimientos acadmicos bsicos. Por ejemplo si se propone el surgimiento de una especialidad artesanal en la poca de las luchas entre el estado nacional y los pueblos aborgenes del siglo XIX, cuando est documentada su emergencia recin en los aos 30 del siglo XX. O cuando un artesano considera insensato y an ofensivo ser denominado por el personal del museo como artista o que su produccin sea designada como arte. Tambin el equipo debi aprender a afrontar discrepancias entre las pautas de diseo museogrfico del museo aceptadas por el pblico habitual de los museos porteos y las sustentadas por los expositores o sus curadores provenientes de otros mbitos con otros cdigos de exhibicin. As mismo ciertos sectores del pblico no siempre aceptan como vlidos los efectos de la participacin de los artesanos en la organizacin de las actividades del museo. Es el caso de algunos vecinos de la aristocrtica zona donde est emplazado el museo que rechazan aquellas actividades propuestas por los artesanos o sus curadores cuando alteran lo que consideran la esttica y los hbitos distintivos de su zona[16]. No menos importante fue habilitar al personal para realizar efectivamente lo anterior en los tiempos reales de programacin, proyeccin y disponibilidad presupuestaria y en las condiciones materiales reales de la produccin cultural y de servicios de los museos de la ciudad de Buenos Aires. Un ejemplo reciente permitir situarse a la audiencia. Kaipi Bolivia, cultura de los inmigrantes para la integracin[17], present un repertorio de trajes de la fiesta de la Virgen de Copacabana, imaginera e instrumentos musicales. Ofreci adems una nutrida serie de actividades complementarias con videos, conferencias, danza, teatro, msica, foros de debate. Con la participacin de la comunidad boliviana portea as como con una curadura externa al museo, el evento se program a partir de un guin conceptual construido sobre una tesis de licenciatura sobre procesos de retradicionalizacin en la ciudad[18]. Comenz a programarse operativamente cuatro meses antes de su apertura y con la expectativa de un subsidio de un organismo internacional de crdito que finalmente no fue otorgado. Tampoco se obtuvieron los fondos presupuestarios oficiales previstos. No obstante las dificultades, el evento se concret con un formato mucho menos pretencioso que el original. La actividad result el inici de un vnculo entre el museo y un tipo de pblico nuevo que el museo deber decidir si lo cultiva en el futuro, a que costo y con que recursos, as como permiti identificar la emergencia de enunciados significativos en el universo discursivo del pblico habitual, especialmente al comenzar a considerar a los bolivianos como un sector que tambin tiene su lugar en la produccin cultural de la ciudad. En palabras de un visitante Gracias por hacerme comprender que no son slo bolitas que trabajan en la construccin.Cabe recordar que a partir de los 90 con la implementacin de medidas econmicas conocidas como neoliberales u ortodoxas en el caso de los museos del gobierno de la ciudad, se oper un desplazamiento de los costos de la gestin hacia determinados sectores del pblico habitual, a travs de la oferta de servicios rentados o de los aportes obtenidos por los propios productores culturales y al patrocinio privado, activndose un circuito de obtencin y recaudacin de fondos, administrados por las denominadas asociaciones de amigos de los museos. Si bien nunca los museos fueron un sector que tuviese una prioridad poltica que se reflejara significativamente en el presupuestario oficial, como lo ha tenido y sigue teniendo la actividad teatral en la gestin cultural de la ciudad, lo cierto que esta modalidad de financiamiento, los hace depender como nunca de sus desiguales recursos edilicios, de los tambin desiguales perfiles tcnico operativo de su personal, como de las desigualdades de mercados del arte y la cultura que se benefician con la asociacin por el valor de marca que los museos les aportan. Y por cierto tambin de la variedad en el poder adquisitivo de sus respectivos pblicos. No contando con ningn respaldo presupuestario oficial especfico la implementacin del PPAr da lugar a que los artesanos que acceden al Museo sean aquellos que pueden costearse los costos del viaje y la permanencia en la ciudad o los que ya se encuentran en ella o en su radio de accin. Con lo cual el pblico habitual y el museo advierten que no se est dando debida cuenta de la diversidad cultural actual del todo el pas en el campo de su competencia. Esta tendencia de consolidarse reproduce desigualdades vigentes en la sociedad argentina. Si slo los auto denominados artesanos urbanos residentes en el rea de Capital y la provincia de Buenos Aires aledaa, pueden en la prctica participar de la actividad del museo, los artesanos con una variada y valiosa produccin similar en otras ciudades o localidades del pas no tendrn esta misma visibilidad en la ciudad capital, considerada adems un escenario de consagracin cultural nacional y regional. La participacin como expositor en el museo es adems un crdito curricular que favorece a estos artesanos ante instituciones nacionales e internacionales para la obtencin de subsidios, patrocinios, crditos, etc. Para afrontar este desafo, y asumiendo que la disponibilidad presupuestaria no va a mejorar sino que las actuales condiciones de austeridad permanecern por lo menos en el mediano plazo. el museo ha comenzado a promover y asistir la vinculacin de los proyectos de los artesanos con entidades privadas, ONGs u otros organismos estatales vinculados a la generacin de empleo, o la preservacin de los recursos naturales, para buscar financiamiento de los costos de traslado y permanencia en la ciudad, as como a admitir la participacin de los artesanos a travs de representantes que residan en el rea.Un segundo desafo a superar que se detecta en estas coproducciones museo-artesanos es que aunque una evaluacin externa[19]evidenci un grado de satisfaccin alto con la redaccin de la cartelera de sala y con la atencin recibida, no obstante estudios cualitativos realizados por el mismo museo nos advierten de las dificultades que tienen los visitantes para incorporar conceptos que se contrapongan a estereotipos vigentes. Siempre trabajamos con la hiptesis que los visitantes efectivos elaboran el significado de lo que perciben de la propuesta del museo, en funcin de sus propias pautas culturales, su informacin, su educacin, sus propias experiencias de vida y sobre todo, a partir de la actualizacin de un conjunto de (pre)conceptos y estereotipos construidos social e histricamente[20]. Cabe advertir que no media una oferta de un servicio especializado para el visitante ajeno al sistema educativo y que apoye al visitante en la comprensin de las exposiciones. Por eso la gestin tiene como otro de sus pilares estratgicos la conformacin del BAMCA, Banco de la Memoria del Campo Artesanal que incluye documentacin y testimonios de los artesanos pero tambin del pblico asistente a las actividades[21]. Este banco nos permite no slo monitorear la poltica de la gestin del patrimonio y la promocin de los artesanos en el largo plazo sino que acta como proveedor de material discursivo que se incorpora a la interpretacin del patrimonio expuesto, haciendo explcitas las interpretaciones variadas y en ocasiones antagnicas entre el punto de vista del museo, los pblicos y los mismos artesanos. Un breve ejemplo ilustrar este punto. En una muestra reciente Tejiendo la vida, historia de una cooperativa, en las entrevistas que se realizaron en el transcurso de la primera versin del ao 2002 advertimos que los visitantes asociaban estas artesanas textiles con productores culturales indgenas cuando ni las artesanas (que estuvieron presentes interactuando con el pblico durante toda la muestra) se identificaban como tales ni en la cartelera apareca tal asociacin. Por el contrario se enfatizaba la constitucin de la cooperativa formada por un centenar de mujeres campesinas como una opcin innovadora en una zona de la provincia de Santiago del Estero, muy deteriorada por la destruccin del aparato productivo en los 90. Quizs esta disonancia entre la intencin del mensaje del museo y su recepcin fue resultado de ciertos estereotipos vigentes que la presentacin de la muestra no logr poner en duda, por ej. Considerar que las artesanas de Santiago del Estero, una provincia con abundancia de patrimonio arqueolgico se vinculan slo con la cultura indgena o que la inclusin de un motivo originario de una cermica arqueolgica en una artesana es suficiente para suponer un productor indgena. Este es un punto entonces, que tuvimos en cuenta para modificar la segunda edicin. El nuevo recorrido expositivo se hizo cargo de esta disonancia al convertir la interpretacin de algunos visitantes en un texto de la actual presentacin de la muestra. La muestra en su prxima edicin incorporar adems como informacin al pblico los efectos concretos sobre la cooperativa, de la exposicin en el museo, como fue su eleccin para un proyecto de capacitacin y desarrollo financiado por la OEA y llevado a cabo por el INAPL[22]as como el aumento de su red de clientes en el rea capitalina. Tambin se enfatizar las diferencias entre la produccin de esta cooperativa y la creda como tradicional de la provincia al incorporar patrimonio de la coleccin permanente como contraste.Otro aporte del BAMCA es su disponibilidad para todo el equipo del museo cualquiera sea su funcin o tarea as como para los participantes del PPAr[23]. Lo cual apunta a usar la informacin que all se encuentra para definir las actividades que pueden ser mejoradas en forma contina. Es el anlisis de esta informacin la que nos permite ponderar los cursos de accin de toda la organizacin en funcin de su misin, de su visin y de los lineamientos polticos de la gestin que desde hace dos administraciones de gobierno (1997-2000[24]y 2000-2003) se nos ha permitido concretar.Es suficiente lo expuesto para detectar y direccionar polticamente los eventuales efectos de la gestin del museo en el campo artesanal? Seguramente que no, pero creemos que conviene ubicamos en una orientacin poltica de largo plazo, que privilegie la perseverancia en la integralidad entre la gestin del patrimonio y la promocin de los artesanos, la habilitacin participativa del personal y los artesanos en su diseo y operatoria, y el monitoreo reflexivo continuo de los efectos de nuestras acciones. Todo lo cual nos permitir identificar si esta voluntad y proceso de reposicionamento desde el museo del gaucho que evoca automticamente en algunos pblicos el nombre de Hernndez[25], al museo del arte popular con beneficios para los artesanos que imaginaron sus fundadores, efectivamente se consolida y de que modo. Los analistas del futuro tendrn la ltima palabra pero tambin los referentes documentales para sustentar sus reflexiones. Muchas gracias por su tiempo y atencin.Buenos Aires, 25 de septiembre de [email protected] utilizadaBialogorski, Mirta y Ana M.Cousillas (1999), Estereotipos y preconceptos en la interpretacin del patrimonio cultural en el Museo Jos Hernndez. Ponencia presentada en el V Congreso Latinoamericano de Folklore del Mercosur y IX Jornadas Nacionales de Folklore. Organizado por el Instituto Nacional Superior del Profesorado de Folklore. I.U.N.A. Villa Carlos Paz, Crdoba. Argentina. 9 al 12 de noviembre de 1999.Bialogorski, Mirta y Ana M.Cousillas (2000), Gestin cultural y estudios de Pblico en el Museo Jos Hernndez. Cuadernos de Antropologa Social 12. Pp.195-205. Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, ArgentinaBialogorski, Mirta y Fernando Fischman (2001), Patrimonio intangible y Folclore: viejas y nuevas conceptualizaciones. Revista de Investigaciones Folklricas 16. Pp.99-102. Buenos Aires. ArgentinaBialogorski, Mirta (2002) Una perspectiva semitica en el diseo de una muestra museogrfica. Ponencia presentada en V Congreso Internacional de la Federacin Latinoamericana de Semitica. Organizado por el Instituto de Lingstica, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 28 al 31 de agosto de 2002.Bialogorski, Mirta (2003). La patrimonializacin de la memoria. El Banco de la Memoria del Campo Artesanal en el Museo Jos Hernndez Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural Judo Argentino. 13 y 14 de mayo. Cijal-INAPL. Buenos Aires, ArgentinaCousillas, Ana M. (1997): La percepcin - interpretacin del patrimonio cultural en el mbito de los museos. Fundamentos generales de su investigacin. En Temas de Patrimonio. Publicaciones del CBC, UBA. Pag.13-23. Reeditada en el ao 2001. Buenos Aires, Argentina.Cousillas, Ana M. (2001): Sobre patrimonio cultural, imaginarios y conflictos. En Temas de Patrimonio. Comisin de Preservacin del Patrimonio Histrico Cultural de la ciudad de Buenos Aires. Imprenta de la ciudad, Buenos Aires, Argentina, 212-218.Cousillas, Ana M. (2001). El patrimonio y la comunidad desde los museos y archivos. Jornadas de Patrimonio tangible e intangible. Desafos en el contexto de las polticas culturales.27,28, 29 y 30 de agosto Santa Fe. ArgentinaCousillas, Ana M. (2003). Que les ofrecemos a los artesanos?. Folleto de divulgacin del Museo de Arte Popular Jos Hernndez. Imprenta de la ciudad. Buenos Aires, Argentina.Cousillas, Ana M. (2003).Reflexiones desde la gestin sobre el patrimonio cultural - Ana Mara Cousillas - Museo Jos Hernndez (GCBA). Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural Judio Argentino.13 y 14 de mayo. Cijal-INAPL. Buenos Aires, ArgentinaMagarios de Morentin, Juan Angel (1983). EL SIGNO. Las fuentes tericas de la semiologa: Saussure, Peirce, Morris. Buenos Aires, Hachette, Buenos Aires. Argentina. (Hay un texto a disposicin de Internet en el sitio http://www.fortunecity.com/victorian/bacon/1244/indice.html#indi)Magarios de Morentin, Juan Angel (dir). VV.AA. (2003). El Museo como acto comunicativo. En: http://www.geocities.com/Athens/Academy/9962/

[1]Licenciada en Ciencias Antropolgicas. Ex-docente e investigadora en la FFyL-UBA. Miembro de la Comisin de Preservacin del Patrimonio Histrico cultural del GCBA. Directora del Museo de Arte Popular Jos Hernndez del GCBA de 1992. Creadora y directora del sitiowww.museohernandez.org.ar. Desde 1996 promueve en el rea la realizacin sistemtica de estudios de pblico no slo como herramienta de marketing cultural sino fundamentalmente como herramienta de control de calidad poltica de los servicios de los museos.[2]Cf.http://www.buenosaires.gov.ar[3]Cousillas, Ana M. (2003). Qu les ofrecemos a los artesanos?. Folleto de divulgacin del Museo de Arte Popular Jos Hernndez. Imprenta de la ciudad. Buenos Aires, Argentina[4]Cf.www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/museos[5]En el perodo 1992-1996 al hacernos cargo de la direccin del Museo impulsamos una reinterpretacin del patrimonio permanente expuestos en sus salas de exposiciones. Para decirlo de una manera simple cremos ingenuamente que era suficiente con remozar la propuesta museografa y mostrar los objetos principales de sus colecciones con nuevos carteles que comunicaran por escrito las ideas imperantes en los medios acadmicos sobre el "gaucho" y el "folklore", para cambiar la imagen "gauchesca" que usualmente evocaba el nombre del museo. Luego nos dedicamos a preguntarnos por los efectos de esta accin en el pblico. Los resultados de esa indagacin nos llevaron a advertir que modificar la asociacin del Museo con cadenas de trminos del tipo "Jos Hernndez/Martn Fierro/gaucho/folklore" era una empresa ms complicada que lo que inicialmente habamos pensado y mucho ms en las condiciones objetivas (disponibilidad de recursos financieros, formacin profesional del personal, lugar efectivo del museo Hernndez en la poltica cultural de rea cultura del GCBA, etc.) en que se llevaba y se lleva a cabo la gestin. Advertimos entonces la importancia de tomar en consideracin ya en el diseo de la planificacin de las actividades del museo el estado efectivo del imaginario social y en especial la capacidad de activarse, es decir de reproducirse, de ciertas cadenas de asociaciones entre trminos, enunciados, objetos, imgenes, comportamientos y sonidos, en determinados contextos y circunstancias, an independientemente y a pesar de las intenciones y creencias (polticas, ideolgicas o disciplinares) de quienes las actualizan.. Esta experiencia est en parte publicada en Bialogorski, Mirta y Ana M.Cousillas (2000), Gestin cultural y estudios de Pblico en el Museo Jos Hernndez. Cuadernos de Antropologa Social 12. Pp.195-205. Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, Argentina.[6]En el decreto de apertura del museo, este recibi junto a la designacin de su temtica el nombre de Jos Hernndez, contrariando las recomendaciones, en cuanto a agregar nombres de personalidades en homenaje, que les haban hecho llegar a las autoridades polticas de la poca, los directores de los museos existentes en la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires en 1947. Desde el principio de su funcionamiento el museo advirti los problemas que esto le significaba en la identificacin por parte del pblico de su temtica y su misin, como se evidencia en la editorial del museo en una publicacin institucional de 1949. Es pues llegado el momento de recordar, quelo llamado gauchesco,es slo un aspecto de lo folklrico, ode expresin popular tradicional() Estas peculiaridades, esbozadas a grandes rasgos, se subdividen en innumerables detalles, cada uno de los cuales es susceptible de revelarse en una manifestacin artstica. Empero, con todo lo que ello es, no representa sino una rama delfolklore, cuyas otras mltiples, expresiones,nada tienen que ver con nuestro gaucho ()As, por ejemplo, las ingenuas tallas religiosas en que el pueblo vierte su fe, la platera que abarca numerosos objetos de uso domstico o de adornos de los interiores, las diversas formas de la cestera, la alfarera, la muequera y otros muchos aspectos, que no es del caso enumerar, son autnticos exponentes del artstico espritu popular, que no pueden ser catalogados de gauchescos. Con ello queda precisamente aclaradoel carcter de este institutoque destinado a ser un exponente de todas manifestaciones del arte popular,no puede ser considerado gauchesco solamente, para lo cual basta recordarsu nombre completo Museo de Motivos Populares "Jos Hernndez- J.J.F Boletn del Museo de Motivos Populares Argentinos Jos Hernndez. Buenos Aires, Mayo de 1949 - Ao I - N 4.[7]Es decir ,el museo y sus colecciones actan como un signo indicial en la terminologa de Charles Pearce, actualizando valores icnicos, indiciales y simblicos segn los casos. Cf. Magarios de Morentin, Juan Angel (dir). VV.AA. (2003). El Museo como acto comunicativo. En: http://www.geocities.com/Athens/Academy/9962/[8]Cousillas, Ana M. (2003).Reflexiones desde la gestin sobre el patrimonio cultural. Museo Jos Hernndez (GCBA). Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural Judio Argentino.13 y 14 de mayo de 2003 . Cijal-INAPL. Buenos Aires, Argentina.[9]PPAr es la sigla de Programa de Patrimonializacin de las Artesanas y Promocin de los Artesanos, iniciado por el Museo de Arte Popular en 1997.[10]Cf. www.buenosaires2010.org.ar[11]El museo dispone desde 1997 de un espacio permanente de exposicin junto a otros museos de la ciudad en la estacin cultural Congreso de Tucumn de la lnea D del Subterrneo de la ciudad, y anualmente realiza exposiciones itinerantes tanto en Buenos Aires como en otras localidades del pas, en especial en eventos feriales que congregan grandes cantidades de pblico.[12]Magarios de Morentin, Juan Angel (1983). El Signo. Las fuentes tericas de la semiologa: Saussure, Peirce, Morris. Buenos Aires, Hachette. Argentina[13]Bialogorski, Mirta y Ana M.Cousillas (1999), Estereotipos y preconceptos en la interpretacin del patrimonio cultural en el Museo Jos Hernndez. Ponencia presentada en el V Congreso Latinoamericano de Folklore del Mercosur y IX Jornadas Nacionales de Folklore. Organizado por el Instituto Nacional Superior del Profesorado de Folklore. I.U.N.A. 9 al 12 de noviembre Villa Carlos Paz, Crdoba. Argentina..[14]Cf. http://www.museohernandez.org.ar/informacion_autoridades.htm. El personal de los museos es el peor pago de la Secretara de Cultura del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, no existen incentivos salariales por capacitacin ni por mejora de la produccin y desde hace ms de una dcada est congelado el escalafn y las estructuras. El personal contratado tiene varios aos bajo un rgimen de trabajador autnomo sin derecho a vacaciones, licencia por enfermedad u otros beneficios sociales del trabajador permanente.[15]Blanchard, Ken y otros (2000). Las tres claves para el empowerment. Cmo dar poder para liberar capacidad de las personas y lograr que den lo mejor de si. Ediciones Granica. S.A. Barcelona. Espaa[16]Cousillas, Ana M. (2001): Sobre patrimonio cultural, imaginarios y conflictos. En Temas de Patrimonio. Comisin de Preservacin del Patrimonio Histrico Cultural de la ciudad de Buenos Aires. Imprenta de la ciudad, Buenos Aires, Argentina, 212-218.[17]Gavazzo N; Morales Tapia, C; Montao Villaroel, R (2003). Proyecto de exposicin Kaipi Bolivia, cultura de los inmigrantes para la integracin. Concurso de Subsidios para pequeos poryectos culturales del Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo- Washington DC. Registro en el BAMCA. Mayo 2003. Museo Jos Hernndez. GCBA. Buenos Aires.[18]Gavazzo, Natalia (2002). La Diablada de Oruror en Buenos Aires, cultura, identidad e integracin en la inmigracin boliviana. Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropolgicas. Direccin , Lic. Alicia Martn. Departamento de Ciencias Antropolgicas. Facultad de Filosof+ia y Letras. Universidad de Buenos Aires. Realizada en el marco del Proyecto UBACyT AF 31 "Folklore en las grandes ciudades. Memoria y retradicionalizacin en Buenos Aires a fin del milenio". ICA - FFyL - UBA. Directora: Lic. Alicia Martn[19]Estudio de Pblico realizado por una consultora externa contratada por la Direccin General de Museos, septiembre de 2002.[20]Cousillas, Ana M. (1997): La percepcin - interpretacin del patrimonio cultural en el mbito de los museos. Fundamentos generales de su investigacin. En Temas de Patrimonio. Publicaciones del CBC, UBA. Pag.13-23. Reeditada en el ao 2001. Buenos Aires, Argentina.[21]Bialogorski, Mirta (2003). La patrimonializacin de la memoria. El Banco de la Memoria del Campo Artesanal en el Museo Jos Hernndez Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural Judo Argentino. 13 y 14 de mayo.[22] Entrevista a la Lic. Ana Dupey del Instituto Nacional de Antropologa y Pensamiento Latinoamericano. Registro del BAMCA. Julio 2003. Museo Jos Hernndez. GCBA.[23] En el futuro se editar esta informacin en el sitio WEB del museo. Por el momento hay algunos testimonios ilustrativos de la variedad de opiniones. Cf. http://www.museohernandez.org.ar/testimonios_artesanos.htm[24]Durante la gestin poltica en la Secretara de Cultura de Mara Sanz Quesada en 1997 este apoyo se concret en el inicio de un proyecto de refuncionalizacin y ampliacin de la sede del museo que dio lugar a un llamado a licitacin publica que a la fecha est en trmite. Durante la gestin de las actuales autoridades, adems de impulsar la continuidad del anterior proyecto de reforma edilicia, el rea museos del GCBA fue incluida en un Programa de Fortalecimiento Institucional, en el marco de un Programa de Modernizacin del GCBA de la Secretara de Hacienda y Finanzas, financiado con crdito externo, que facilit la modificacin del nombre del museo con fines de comunicacin, el desarrollo de un logo y la revisin de su misin y visin institucionales, entre otros aportes.[25]La coleccin del museo no permite satisfacer las legtimas aspiraciones del pblico que demanda una oferta museolgica de calidad sobre la temtica del gaucho y del Martn Fierro de Hernndez. Para satisfacer en parte este requerimiento se ha proyectado para el 2004 una pequea exposicin itinerante con material de la biblioteca y que girar sobre el tema de las ediciones populares y las traducciones del Martn Fierro.