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Cosas de la edad Del nacimiento a los 5 años Recién nacido: Sin dudas sobre su peso. 3-6 meses: El inicio en los cereales. 6-12 meses: Aprendiendo a sentarse. 1 año: Los espasmos del sollozo. 2 años: ¿Pero ya tiene memoria? 3 años: Consejos para que no se pierda. 4 años: “Éste es tu hermanito”. 5 años: Mis papás, los mejores.

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Page 1: Cosas - nutrimedic.combeza y la espalda del respaldo. Esto ocurrirá alrededor de los 6 meses. A partir del séptimo mes se sentará con las piernas un poco abiertas y el cuerpo ligeramente

Cosas de la edad

Del nacimiento a los 5 añosRecién nacido: Sin dudas sobre su peso. 3-6 meses: El inicio en los cereales.

6-12 meses: Aprendiendo a sentarse. 1 año: Los espasmos del sollozo. 2 años: ¿Pero ya tiene memoria? 3 años: Consejos para que no se pierda.

4 años: “Éste es tu hermanito”. 5 años: Mis papás, los mejores.

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Uno de los asuntos que más agobian a todos los padres es el peso del bebé. Te contamos cómo tiene que ir ganando gramos tu hijo para ahorrarte quebraderos de cabeza.

Los bebés criados con pecho engordan algo más despacio que los que toman biberón.

Si tu hijo se muestra tranquilo, moja como poco seis pañales diarios y hace caca al menos cada dos días, está bien nutrido.

Salvo raras excepciones, todos los bebés pierden peso a los tres o cuatro días de nacer.

Es la llamada “pérdida fisiológica”, que se debe a que los pequeños eli-minan líquidos que han acumulado durante la gestación y a la expulsión del meconio, que es la primera caca que hacen fuera del cuerpo de su madre. Esta pérdida puede suponer entre el 5% y el 10% del peso con el que nacieron, algo insignificante para los médicos, pero que a los padres suele parecerles mucho, ya que si su hijo nació con 3 Kg puede llegar a quedarse en 2,700 Kg.

Pronto ganará lo perdidoNo hay por qué agobiarse. A partir del décimo día los pequeños empie-zan a recuperar poco a poco el peso que han perdido, de manera que dos semanas después de su nacimiento vuelven a pesar lo mismo que el día en que nacieron (si no, hay que con-sultar con el pediatra). Esto no ocurre exactamente igual en todos los bebés, porque cada uno tiene su ritmo de de-sarrollo, pero en general sí es así. Según los últimos datos médicos, los pequeños que nacen con menos de 3 Kg recuperan antes el peso perdido que los que nacen más gorditos.El tipo de lactancia también influye en el modo en que los niños van engor-dando. Los que toman pecho cogen peso más despacio que los que se crían con biberones, lo que no signifi-ca que estén malnutridos.

Pésale en la farmacia Para no obsesionarse con la balanza, lo mejor es que sea el pediatra quien pese al pequeño en cada revisión. O que le pesen los padres, pero respe-tando los plazos que les indique el es-pecialista, nunca cada día (les acon-

sejará hacerlo una vez a la semana). A la hora de pesar a tu hijo, para que lo que marque la báscula sea lo más fiable posible, recuerda:u No le peses en casa. La técnica de pesarte primero tú sola y luego con el niño encima para calcular su peso es muy imprecisa y puedes llevarte sustos y disgustos innecesarios.u Hazlo siempre en la misma farma-cia, para que la báscula no cambie, y con el mismo tipo de ropa.u Intenta hacerlo a la misma hora que la vez anterior (o antes o después de que tu pequeño haya comido).u Antes de pesarle, asegúrate de que tiene el pañal seco y limpio.u Coge el resguardo en el que cons-tan el peso de tu hijo y la fecha y guár-dalo con los otros, para enseñárselos al médico en la siguiente revisión.

No te preocupes si hay alguna sema-na en la que no coge peso, porque es algo que carece de importancia. Si tú le notas tranquilo, si moja como poco seis pañales diarios y si hace caca al menos una vez cada dos días, seguro que está bien nutrido.

Laura de MadariagaAsesora: Cristina Álvarez

Pediatra

Los niños no engordan de un modo constante, sino con altibajos, y en realidad es más importante que la curva de peso sea ascendente que el peso en sí.

En su primer semestre la mayoría engordan unos 600 g mensuales, mientras que de los 6 a los 12 meses cogen algo menos, entre 400 y 500 g al mes. Lo habitual es que en su primer cumpleaños ya hayan triplicado el peso con el que nacieron.

Cuánto engordan en su primer año

s Claro que hay excepciones, pero las niñas suelen nacer con

un peso algo inferior que los niños. s Por lo general, los hijos de madres

que son fumadoras habituales pesan menos que los de madres que no fuman. s Nacen más pequeños los gemelos y

trillizos que los bebés que vienen solos. s Lógicamente, los que llegan al mun-

do antes de cumplirse los nueve meses de gestación también

están delgaditos.

¡Qué interesante!

Sin dudas sobre su pesoRecién nacido

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3-6 meses

El inicio en los cerealesEn algún momento entre los 4 y los 6 meses el pediatra te aconsejará que introduzcas los cereales sin gluten en la dieta habitual de tu hijo. Los necesita para seguir creciendo sano y de forma equilibrada.

Cambia la tetina del biberón por otra con el agujero más grande.

El arroz es ideal para los niños con tendencia a la diarrea.

Apartir de los 4 o 5 meses el organismo de tu hijo ya habrá madurado lo bastante para

digerir otros alimentos diferentes a la leche sin sufrir alteraciones gástricas. Por eso deberás empezar a diversifi-car su dieta dándole cereales sin glu-ten. Éstos le aportarán las vitaminas, minerales, proteínas y calorías que necesita para que su crecimiento siga siendo óptimo y le ayudarán a acos-tumbrarse a sabores y a texturas dife-rentes a la leche, lo que le facilitará la aceptación de los demás alimentos. Además de la edad, hay otros indi-cios que te anunciarán que tu peque-ño ya está listo para tomar cereales: que se quede con hambre después de las tomas, que mantenga la ca-beza erguida cuando le sientas en tu regazo y que continúe despertándose por la noche para comer.

Una variedad sin glutenEs muy importante que al comprar los primeros cereales para tu hijo elijas una variedad que no lleve gluten. Éste es una proteína contenida en el trigo, la avena, la cebada y el centeno que puede producir intolerancias y aler-gias a los niños menores de 9 meses. Teniendo esto en cuenta podrás pre-pararle papillas de arroz, de maíz y

de tapioca. Las de arroz son ideales para los niños propensos a la diarrea, las de maíz para los estreñidos y las de tapioca para los bebés a los que les cuesta hacer la digestión.En cualquier caso, para controlar que le sientan bien debes empezar a darle los cereales muy poco a poco, un ca-cito raso en el biberón de la mañana (puede ser de leche materna) y si todo va bien, otro en el de la noche. Pasados unos días, si no sufre reaccio-nes adversas podrás ir aumentando su ingesta según te diga el pediatra.

Primero, en el biberónPara que tu bebé acepte los cereales sin problemas desde el primer momen-

to debes disolverlos muy bien, evi-tando que queden grumos y

transformando la leche en una papilla de

textura suave y ho-mogénea. El truco para que no se

apelmacen consiste en echar primero la leche templada y luego los cerea-les, cerrar el biberón con el disco pro-tector y agitar la mezcla con fuerza. Otro detalle a tener en cuenta es que tendrás que cambiar la tetina por otra con el agujero algo mayor, porque los cereales espesan la leche. Si no lo haces, a tu hijo le costará mucho suc-cionar y acabará la toma sofocado.Recuerda también que hasta que se habitúe a los cereales no conviene que se los des con cuchara. Acos-tumbrarse a un nuevo utensilio y a un sabor y a una textura diferentes a la leche son demasiados cambios a la vez, ya que los niños toleran mejor las novedades de una en una.En cualquier caso, verás cómo tu hijo, al quedarse más saciado por la no-che, duerme más horas seguidas.

Patricia Morcillo Asesora: Concepción Vidales

Nutrióloga

h¿Por qué en algunos casos el pediatra aconseja dejar los cereales para cuando el niño es un poco más mayorcito? Esto ocurre cuando el bebé está gordito. Retrasar la introducción de los cereales unas cuantas semanas, hasta que su peso esté más acorde con su talla, es lo ideal para prevenir una posible tendencia a la obesidad. h¿Por qué los especialistas recomiendan no dar cereales con gluten a los bebés hasta los 9 meses y en las cajas de éstos se indica que son para niños a partir de los 6?Dan este consejo para prevenir. A los 6 meses los pequeños ya suelen tener los riñones y el intestino preparados para tolerar esta proteína sin ningún problema, pero los médicos prefieren esperar tres meses más para comenzar a dársela, por si hay alguno que va un poquito más rezagado.

Los padres preguntan

P ara resolver cualquier duda que te surja sobre

los cereales (cuáles debes dar a tu hijo, de qué forma ofrecérselos para

que se los tome mejor, etc.) te resultará muy útil consultar esta web: www.asocia-cioncereales.es En ella también se explica por qué es tan importante el papel de

los cereales en la alimentación de los niños y se desgranan los diferentes

tipos de cereales que podemos encontrar en el mercado.

¡Qué útil!

Información en “Dónde lo encuentro”

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6-12 meses

Aprendiendo a sentarse La mayoría de los bebés comienzan a sentarse con apoyo hacia los 6 meses. No pasa nada si el tuyo tarda un poco más, pero si a los 9 meses no logra mantenerse en esta posición deberás comentárselo al pediatra.

Sabrás que tu hijo está prepa-rado para sentarse con apo-yo si cuando le llevas en su

sillita se incorpora, separando la ca-beza y la espalda del respaldo. Esto ocurrirá alrededor de los 6 meses. A partir del séptimo mes se sentará con las piernas un poco abiertas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, apoyando las manitas en el suelo para no caerse (es la deno-minada “posición trípode”). Hacia el octavo o noveno mes el apoyo será sólo ocasional, hasta

Tu hijo ha sido prematuro? Entonces no esperes que logre sentarse cuando lo hacen los demás

niños, porque tardará algo más. En su caso has de tener en cuenta la edad corregida (cuándo debería haber nacido), no la cronológica (cuándo nació). Otros pequeños que también pueden tener cierto retraso en las habilidades motoras son los que han estado hospitalizados desde su nacimiento. Igualmente, los niños gorditos también pueden presentar cierto retraso (casi siempre mínimo), porque su propio peso les dificulta la movilidad.

Éstos son más tardones

que acabe desapareciendo por com-pleto. Pasada esta edad, si el peque-ño todavía no se sienta solo hay que consultar con su pediatra.

Ejercicios y juegosCada niño tiene un ritmo madurativo que hay que respetar. Puedes ayudar al tuyo a sentarse o estimularle con juegos, pero nunca forzarle a ello.Los especialistas recomiendan colo-car al bebé boca abajo sobre una manta en el suelo, sin objetos ni muebles cerca para que no se haga

daño. Así tiene espacio y libertad de movimientos para practicar el volteo, un ejercicio que le fortalecerá los músculos de la espalda y le facilitará la conquista de la sedestación.Otros juegos y ejercicios muy ame-nos que le pueden ayudar son: u Tumbarle boca arriba, cogerle de las manitas y tirar suavemente de él.u En la misma posición anterior, mostrarle un palo e incitarle a que lo agarre con las dos manos. Cuando lo haya cogido hay que tirar de él suavemente, protegiéndole la cabe-za y la espalda con la otra mano.u También es bueno sentarle en el regazo y hacerle “cabalgar”.

Forzarle es un errorTen paciencia y no pretendas que tu hijo avance más deprisa de lo que puede. Para no forzar su espalda toma las siguientes precauciones:u Si aún no se mantiene erguido, no le des de comer en la trona. Para esta etapa lo mejor es utilizar una ha-maca con respaldo regulable.u Una vez que logre sentarse pero aún necesite apoyo, cómprale un asiento especial para esta etapa, que le proteja la zona lumbar. Y eso sí, jamás lo coloques encima de un mueble: podría acabar en el suelo.u No le recuestes en el sofá sobre al-mohadones. Éstos se irán venciendo con su peso y tu pequeño acabará adoptando malas posturas.u Cuando por fin aprenda a sentar-se, corrígele si mete un pie debajo del culete. Tiene que habituarse a sentarse bien desde pequeñito, con la espalda recta y las piernas lige-ramente separadas. Así su peso se repartirá por igual sobre sus caderas. Por último, aunque tu hijo ya se siente sin apoyo, por ahora no le dejes solo en el sofá ni en el suelo. Podría caer-se y hacerse mucho daño.

Marga Castro Asesor: Juan Manuel Sanz-Gadea

Pediatra

Información en “Dónde lo encuentro”

Hacerle “cabalgar” sobre tus rodillas le fortalece la espalda.

Existen asientos para los niños que se sientan todavía con apoyo, que les protegen la zona lumbar.

¡Qué interesante!s Que el bebé consiga sentarse

significa que ha superado la mitad de las etapas para soltarse a andar, que son

éstas: mantener la cabeza erguida estando tumbado boca abajo, voltearse, rodar repe-tidamente, sentarse, gatear, trepar y andar. s Al alcanzar este hito el pequeño avan-za mucho en su desarrollo psicomotor

(puede alcanzar objetos sin pedirlos, se sienta a la mesa con todos...),

algo que también potencia su inteligencia.

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1 año

Los espasmos del sollozoAlgunos niños lloran con tanta rabia que se quedan sin respiración. El episodio resulta alarmante, pero no denota gravedad. Ahora bien, ¿qué debemos hacer mientras dura?

La medida más eficaz para que recupere el sentido es tumbarle en el suelo.

Es normal que esté cansado después de privarse.

Un 5% de los niños con eda-des comprendidas entre los 6 meses y los 3 años sufren

“espasmos del sollozo” o “se quedan privados”, como popularmente se dice. Estos episodios se caracterizan porque los pequeños lloran con tanta intensidad (por una caída, un “no” de los padres, un intento fallido...) que dejan de respirar durante unos segun-dos. Además del llanto y la apnea pueden presentar otros síntomas: s Si los niños muestran una colora-ción azulada de piel (ocurre en el 80% de los casos) sufren un “espasmo cianótico”. Pueden desmayarse o no.s Si se ponen pálidos, pierden el sen-tido, sufren convulsiones y tienen los ojos en blanco están afectados por un “espasmo pálido del sollozo”.

No dejan secuelasA pesar de la aparatosidad de am-bos cuadros y en contra de lo que pa-rece, los espasmos no son graves ni dejan secuelas a los pequeños. Tanto en uno como en otro caso, los niños recuperan la respiración antes de 20 segundos (en cuanto su organismo echa en falta el oxígeno) y vuelven en sí en menos de un minuto, por lo que cualquier posibilidad de que se asfixien o de que sufran un daño cere-bral o una consecuencia neurológica queda descartada. Ten todo esto muy presente si tu hijo se priva alguna vez para no salir corriendo a urgencias, porque antes de que llegues al portal ya habrá empezado a respirar.

Serenidad y decisiónLo que debes hacer es intentar mante-ner la calma, comprobar que no tiene nada en la boca (si lo tiene, sácaselo) y tumbarle en el suelo. En esta posi-ción la sangre llega mejor al cerebro y tu hijo volverá antes en sí.También es bueno que le frotes las muñecas con un pañuelo humedecido en agua fresquita y que le pellizques

suavemente los brazos y las piernas.Por el contrario, no le zarandees ni le soples en la cara. Si se asusta, la vuel-ta a la normalidad será más difícil.Cuando se recupere, no le riñas, muéstrate cariñosa con él y distráele. Así evitarás que se acuerde de lo que le hizo llorar y vuelva a privarse.Y no te preocupes si se muestra can-sado. Después de un episodio como el que ha vivido es normal. En la próxima revisión comenta a su pediatra lo que le ha ocurrido. No está de más que lo sepa.

Verónica Palomo Asesora: Sara Guillén

Pediatra

Cuando el niño se ha privado una vez es más probable que

vuelva a hacerlo. Por eso hay que estar muy atentos y anticiparnos a sus rabietas, distrayéndole con otra cosa en cuanto veamos que se está poniendo nervioso y evitando que llegue exhausto al final del día. Si los espasmos suelen producirse después de una caída (al año son muy habituales) o una frustración, debemos darle un fuerte abrazo y dedicarle palabras de ánimo que le reconforten. Y para que no se habitúe a privarse para llamar la atención, lo mejor es mostrarnos tranquilos y firmes ante estos episodios; es decir, transmitirle con nuestra actitud que la situación no nos sobrepasa en absoluto.

¿Hay algún modo de prevenirlos?

En estas circunstancias ex-cepcionales los espasmos

denotan que algo va mal y hay que llevar al pequeño a urgencias enseguida: s Si se producen mientras está durmiendo.s Si se presentan antes de los 5 meses de edad y después de cumplir los 8 años. s Si se dan sin ninguna causa aparente.s Si el pequeño tarda más de un

minuto en recuperar el sentido. s Si existen dudas de que es

un espasmo.

¡Qué curioso!

Estas crisis no implican riesgo de asfixia. En cuanto el cuerpo necesita oxígeno, reactiva el mecanismo de la respiración de forma automática.

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2 años

Todo lo que vive tu pequeño ahora formará parte de los recuerdos de su infancia de algún modo, aunque sea incapaz de acordarse de detalles concretos y específicos. Descubre cómo funciona su memoria.

Seguro que tu hijo ya te cuen-ta, a su manera, algo que vivió hace unos días o te

recuerda algún detalle que tú habías olvidado. También sabe perfectamen-te quién de vuestros vecinos le dio un caramelo y dónde vive el perro que no para de ladrar. No obstante, estos recuerdos no quedarán guardados en su memoria para siempre.

El papel del lenguajeLa causa más probable de la amnesia infantil (perder los recuerdos de los tres primeros años) radica en que la capa-cidad lingüística aún es muy limitada y el lenguaje juega un papel básico para recordar experiencias.Gracias al lenguaje el niño puede distinguir entre hoy y mañana, entre antes y después, y el sentido del tiem-po resulta imprescindible para guar-dar las vivencias en la mente de un modo ordenado y cronológico. Si no se hace así, se van olvidando.Desde que el niño se suelta a hablar va archivando los acontecimientos en su memoria en dos “ficheros” distintos:s En uno guarda los hechos cotidia-nos, como las cenas en familia, el ratito que pasa en la cama grande con los papás... Todas estas vivencias se fusionarán en un solo recuerdo; es decir, el pequeño no se acordará es-pecíficamente del día de su segundo cumpleaños, ni tampoco del tercero, pero sí tendrá un bonito recuerdo glo-bal de estas fiestas. Y lo mismo ocurre

con las visitas a casa de los abuelos, las salidas al campo, los veraneos...s En el otro “fichero” almacena las vivencias excepcionales: el día que nació su hermanito, la visita al trabajo de mamá, la primera vez que se que-dó a dormir en casa de sus primos... También se acordará de esa vez que se cayó del columpio por no agarrar-se, lo que disminuirá el riesgo de que vuelva a pasarle en el futuro.

Buenas experienciasAhora que ya sabes cómo funciona la memoria de tu hijo, ponte manos a la obra para aumentar sus recuerdos positivos. Estas pautas te servirán:s Procura incluir en vuestra vida co-tidiana costumbres y rutinas que le resulten agradables, como el cuento

¿Pero ya tiene memoria?

Al soltarse a hablar empieza a ordenar sus recuerdos y a fijarlos mejor.

Acordarse de las vivencias negativas (un susto, etc.) le sirve para protegerse.

s Los primeros recuerdos de los niños sordomudos se remontan a una

edad más tardía (a los 3 años y medio) que la de los pequeños que sí oyen bien. s Los niños superdotados empiezan a re-cordar antes (en torno a los 2 años), gra-cias a su temprana capacidad para hablar. s Los niños chinos y coreanos tienen re-

cuerdos más tardíos que los occiden-tales, porque en su cultura se es-

timula menos la capacidad lingüística.

¡Qué interesante!

de antes de dormir o el ratito en el parque después de salir del colegio.s Haced excursiones los fines de semana y pasad las vacaciones en familia. Él se sentirá feliz jugando a sus anchas y, sobre todo, disfrutando de tu compañía y de la del papá.s Hojea con él vuestro álbum fami-liar. Este entretenimiento le ayudará a mantener vivos sus recuerdos.s También es recomendable que re-flexiones sobre tus propios recuerdos: las tartas que te hacía tu madre, las canciones que bailabas con tus pri-mos... Éstos te inspirarán para propor-cionar a tu hijo recuerdos igual de po-sitivos que los tuyos... ¡o incluso más!

Coks FeenstraPsicóloga infantil

En los primeros dos años sólo existe

un tipo de memoria, la implícita, que se da a nivel inconsciente. Por ejemplo, el bebé mira a su mamá cuando le da las tomas y así asocia su cara con una sensación agradable en el estómago. Una vez que el pequeño domina el lenguaje aparece la memoria explícita, gracias a la cual el niño almacena vivencias de modo consciente. Su cerebro funciona como un archivo clasificador en el que guarda olores, sabores, imágenes, palabras... A partir de entonces los dos tipos de memoria trabajan conjuntamente.

Dos formas de recordar

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Cuando hace buen tiempo es habitual ir a sitios con aglo-meraciones y pasar largos ra-

tos fuera de casa, dos circunstancias perfectas para que se produzca un despiste y tu peque se pierda. Para evitarlo, dile que no debe separarse de ti en ningún momento y que si hay algo que le resulte interesante debe avisarte y tú le acompañarás a verlo.

Apenas bastan unos segundos para perder de vista a un niño, y puede sucederle a cualquiera, sobre todo en lugares concurridos. Para eliminar este riesgo lo mejor es tomar precauciones y aleccionar al pequeño.

Apuntarle tu móvil en el brazo con un rotulador que no se borre es una medida eficaz.

En cada lugar concreto, explícale a quién debe dirigirse si se pierde y asegúrate de que le ha quedado bien claro.

3 años

Consejos para que no se pierda

No hay nada más angustioso para unos padres que perder

de vista a su hijo. Para que el reencuentro se produzca lo antes posible son muy útiles

las calcomanías Peque Seguro, fáciles de po-ner y de eliminar. En ellas podemos apuntar el nombre, el teléfono, la dirección e inclu-so alguna alergia que padezca el niño (el

pack de 24 unidades cuesta 20 €). Se envían en un estuche para tener-

las siempre a mano: www.pequeseguro.es

¡Qué práctico!

Antes de salir de casa, si vais a ir a un lugar con mucha gente, vístele con ropa de colores llamativos y aún así, etiquétala con su nombre y tu móvil.

Una tarjeta, un globo... También son buenas ideas meterle una tarjeta plastificada con sus da-tos en un bolsillo, para que pueda enseñarla en caso de necesidad, o

escribirle tu teléfono en el brazo con un rotulador que no se borre. Cuando lleguéis a vuestro lugar de destino, si puedes, cómprale un globo de gas. Así, aunque se separe un poco de ti, enseguida sabrás dónde está.Si estáis en la playa, en la piscina, en un río o en cualquier otro lugar donde haya agua, además de vigilarle de continuo no le quites los manguitos hasta que os marchéis de allí. En es-tos sitios cualquier precaución es poca para evitar accidentes.

Dile lo que debe hacer Además de todo lo dicho, es funda-mental que expliques a tu hijo cómo debe actuar si se pierde. Al sentirse preparado le será más fácil mantener la calma y hacer lo más adecuado para encontrarte enseguida. Éstos son los consejos básicos que debes darle:s Insiste mucho en que si deja de verte debe quedarse donde esté. Tú no puedes estar muy lejos y si él no se mueve, no tardaréis en reencontraros.s Si se pone nervioso y no aguanta quieto, dile que se dirija al personal que trabaja en el lugar donde estáis, o a un policía, o a otra mamá que vaya con su hijo, y que le enseñe el número de teléfono que lleva apunta-do en la tarjeta o en el brazo.s Si se trata de un lugar cerrado, haz mucho hincapié en que nunca debe irse a la calle. Dile que tú no saldrás del recinto hasta que le encuentres.Aunque ya le hayas hablado del tema, no olvides recordarle estas nor-mas cada vez que os encontréis en una situación en la que pueda extra-viarse y concrétasela mucho. Cuanto más claras sean tus instrucciones, más probable es que las siga en lugar de ponerse a llorar asustado si se pierde.

Esther García Pedagoga y psicóloga

Advertir, pero sin asustarEn caso de que se extravíe,

la mayoría de la gente con la que se encontrará tu pequeño intentará ayudarle, pero también puede aparecer algún oportunista con malas intenciones. Es muy importante que adviertas a tu hijo de la presencia de estas personas, pero sin alarmarle para que no se asuste. Explícale que jamás debe montarse en el coche de desconocidos ni marcharse con ellos a su casa, y si alguien se lo propone debe gritar todo lo fuerte que pueda: “socorro, este señor que me coge no es mi papá”.

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4 años

“Éste es tu hermanito” Tener un hermano supone muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Por eso es importante cuidar mucho el momento de las “presentaciones oficiales”, para que el mayor acoja bien al pequeño.

Evitaréis que se decepcione al verlo si le explicáis que pronto se pondrá grande y podrá jugar con él.

A todos los niños les cuesta aceptar la presencia de un bebé en casa: el cariño y la

atención de los padres se ven amena-zados con su llegada desde el emba-razo. La futura mamá está cansada, el papá se desvive por atenderla y jun-tos dedican mucho tiempo a preparar el ajuar del pequeño que va a llegar. Esta situación es vivida con especial intensidad por el hasta ahora hijo úni-co. Por eso es normal que diga que no quiere tener un hermano, o que sí, pero que viva en casa de la abuela.

Si estáis en la clínica...Para facilitar a vuestro primogénito la aceptación de su nueva situación familiar, además de ir preparándole durante el embarazo hay muchas me-didas que podéis adoptar justo en el momento del primer encuentro entre él y su hermanito. Tomad nota:s Si éste se produce en el hospital, procurad que el bebé esté en la cuna cuando vuestro hijo mayor entre en la habitación. Así mamá podrá abrazar-le con entusiasmo y papá podrá lle-varle de la mano para que se asome a la cuna y vea al “pequeñajo”.s Explicad a vuestro hijo mayor que su hermanito por ahora sólo sabe llorar, comer y dormir, pero que esto cambiará con el tiempo y se conver-tirá en un estupendo compañero de aventuras. Así atenuaréis su decep-ción al ver que de momento no va a poder jugar a nada con él.s Dadle el regalito que teníais previsto por haberse convertido en hermano mayor. Le ayuda-rá a entender que su situación también tiene sus privilegios.s Mostradle fotos suyas de bebé. Así aceptará mejor que ahora prestéis tanta atención a su hermano, por-que es lo mismo que hicisteis con él hace ya algún tiempo.Si no hay ningún motivo que obligue a prolongar la estancia en el hospital, lo ideal es que el primer encuentro entre los hermanos se pro-

duzca en casa. El hospital no deja de ser un lugar desconocido, que suele

producir más desconfianza. Ade-más, es mejor que el niño vea a

su madre de pie y actuando de forma autónoma.

¡Por fin en casa!Al llegar a casa procurad que sea el padre quien sos-tenga al bebé. Así la mamá

podrá abrazar al mayor y demostrarle que le sigue que-

riendo, aunque tenga otro hijo.Vuestro peque se encuentra ahora

en una buena edad para intuir lo que implica la llegada de un bebé.

Tiene cierta autonomía y capacidad de comprensión y ya no requiere los cuidados que necesitaba cuando era más pequeño, por lo que puede tomar cierta distancia afectiva de la situación, involucrarse en el cuidado de su hermanito y adoptar una actitud más generosa a la hora de aceptarle.Dejad que desde el primer día se en-cargue de tareas sencillas, como em-pujar el cochecito durante el paseo. Esto le demostrará que sigue siendo muy importante para todos y que tiene su lugar asegurado en la familia.

Isabel ÁlvarezPsicóloga

h Plantear los cambios importantes en la vida del hijo mayor (pasarle del cuarto de los padres al suyo propio, dejarle con la niñera...) con tiempo suficiente para que no los relacione con la llegada del bebé. Así no se sentirá desplazado por él. h Reservarle a diario unos momentos de dedicación exclusiva (como el cuento de buenas noches, cuando el pequeño está durmiendo). h Recordar que sigue teniendo la misma edad que antes de que naciera el bebéy no exigirle que haga las cosas solo, porque ahora se volverá más dependiente. h Mantener sus rituales de siempre: le dan seguridad y sensación de calma.h No llenar la casa con fotos del bebé; en todo caso, poner fotos de los dos.h Pedir a las visitas que pregunten primero por él en lugar de ir directos a ver al recién nacido y que le traigan algún detallito (unos cromos, unas pinturas...).

Otras medidas para atenuar los celos

Información en “Dónde lo encuentro”

¡Qué curioso!No temáis los celos de vuestro

primogénito. Es cierto que lo pasa-rá mal una temporada y que os lo hará

pasar regular a vosotros, pero este sen-timiento también tiene su lado positivo: t Le ayuda a hacerse mayor, a madurar.t Le enseña a defender lo que es suyo, incluso aunque tenga que compartirlo. t Le descubre que puede confiar en

los demás (comprueba que le se-guís queriendo, a pesar de

tener otro hijo).

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5 años

Mis papás, los mejoresQue los niños tengan idealizados a sus padres es algo muy positivo: por un lado les ayuda a sentirse seguros en su ambiente y por otro, les incita a superarse para llegar a ser tan maravillosos como ellos.

Para no defraudarle, no se te ocurra hacerle promesas que luego no vas a poder llevar a cabo.

Por eso se esfuerza en obedecerte (aunque a veces le cueste mucho), porque quiere que tú, su ídolo, te sientas orgullosa de él.

Ídolos con pies de barro Poco a poco tu hijo irá descubriendo que su padre y tú sois de carne y hueso, o sea, imperfectos. Este ha-llazgo tiene sus pros y sus contras. La ventaja es que al comprobar que sois humanos os bajará del pedestal y se sentirá más cerca de vosotros.El inconveniente es que puede de-

E l niño de 5 años tiene una visión muy particular del en-torno, poco realista. Parte del

desconocimiento y avanza hacia la exploración y el aprendizaje y en este proceso le fascina descubrir las capacidades de sus progenitores: las que realmente tienen y las que él se imagina que poseen.Para tu hijo, su padre es el más va-liente del mundo y tú, la madre más buena de todas, y juntos sois ca-paces de protegerle ante cualquier peligro. Conferiros estas cualidades “mágicas” le da seguridad, una con-dición imprescindible para que pue-da avanzar en su desarrollo.

Así te muestra su amor Tu hijo tiene multitud de formas de demostrarte su devoción incondicio-nal, pero pueden englobarse en tres:Manifestaciones de cariño. Además de los besos y abrazos que te pro-pina en sus “ataques de amor”, tu peque proyecta su afecto cuando habla de ti a sus amigos ensalzando tus virtudes e incluso añadiéndote al-guna más. Otra forma de demostrar-te cuánto te quiere es ofreciéndote regalos hechos por él, en los que ha invertido tiempo y esfuerzo.Imitación. ¡Qué mejor manera de demostrarte que te admira que re-pitiendo tus gestos, expresiones y actitudes! Tenlo en cuenta y cuida tu comportamiento y tu vocabulario delante de él, porque es seguro que también te imitará en lo malo.Intento de agradar. En ocasiones se muestra rebelde y protestón, pero tu hijo tiene claro que tú eres quien pone las normas porque sabes lo que le conviene en cada momento.

Además de imitar a los padres, al peque también le encanta copiar el comportamiento de sus hermanos mayores, sobre

todo del que está más cercano a él en edad. Esto es frecuente y normal y constituye una experiencia estupenda para los dos niños, puesto que para ambos implica un importante esfuerzo de aprendizaje: uno tiene que enseñar y el otro, aprender.

Hermano y héroe a la vez

Si tu hijo te pregunta algo y no sabes qué contestarle, sé

sincera con él y dile que ignoras la res-puesta, pero en vez de zanjar aquí vuestra

conversación, anímale a buscar juntos la in-formación. Consultar contigo internet, una enciclopedia o un atlas, que le expliques cómo tiene que utilizar estos soportes

para conseguir la respuesta que busca y finalmente encontrarla, le hará

sentirse orgulloso tanto de ti como de él mismo.

¡Qué interesante!

cepcionarse un poco. Para que esta sensación le dure lo menos posible debes mantener siempre una actitud educativa y justa con él. Para ello, no le hagas promesas que luego no vas a cumplir y explícale claramen-te por qué unas cosas pueden ser y otras no. Esto reforzará su confianza en su padre y en ti, a pesar de saber que no sois perfectos.

Ester Alonso Asesor: Agustín Durán-Gervilla

Psicólogo clínico

Su afán de ser como tú y sus intentos de tenerte contenta denotan lo mucho que te admira.